Bloque A. TEMA I. LA HISPANIA ROMANA. LA MONARQUÍA - VISIGÓTICA.

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Bloque A. TEMA I. LA HISPANIA ROMANA. LA MONARQUÍA
VISIGÓTICA.
.LA CONQUISTA:

 La conquista romana fue el proceso histórico de dominio y control militar
del territorio de la Península Ibérica por parte de Roma. Fue bastante
dilatado en el tiempo, (del 218 al 19 adC.), pero logró la total integración
del territorio hispánico en el Imperio Romano.

 Hispania entra en la órbita romana como consecuencia de los
enfrentamientos con los cartagineses, dentro de la II Guerra Púnica, para
lograr la hegemonía en el Mediterráneo occidental (entre 264 y 146 ad C.)
La península era la vía de suministros del ejército cartaginés, que
mandados por Aníbal, atacaba Italia. Roma decide conquistar la península
para cortar esta ruta.

La presencia militar romana se concretó en 218 adC. con el desembarco
de varias legiones al mando de P. Cornelio Escipión. Los romanos no sólo
derrotaron a los cartagineses, sino que conquistaron toda la costa
mediterránea, valle del Guadalquivir y parte del valle del Ebro.

 Entre 197 y 31 adC. se centraron en la conquista de la zona interior, con
oposición de los pueblos peninsulares, sobre todo los celtíberos y
lusitanos, (actuación del caudillo Viriato) o la resistencia de Numancia (133
adC.), conquistando todo el territorio salvo la cornisa cantábrica, de
escaso interés económico y estratégico.

 Su conquista se llevó a cabo con las Guerras Cántabras, ( 29 adC), en
época del Emperador Augusto. Así, toda la península quedaba integrada
en el Imperio Romano, y asimiló su civilización, de forma que los
hispanos se sentían miembros del mundo romano y no pueblos ocupados.

 Roma enseguida descubrió el interés económico de la península,
explotando sus recursos de forma feroz, sobre todo los mineros.
Desarrollaron también la agricultura, ganadería y la explotación minera,
introduciendo la racionalización y mejoras técnicas. Destacó el cultivo del
vino y del aceite de oliva, que exportaban especialmente a la Urbe,
(Roma).
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La dependencia de Roma posibilitó una sólida base político‐
administrativa, consiguiendo un gobierno eficaz, cohesionando el
territorio con la creación de una nutrida red de ciudades unidas por un
sistema extraordinario de comunicaciones: las calzadas.

 Roma estructuró la provincia de Hispania con las formas organizativas
propias: evolucionando desde las dos provincias de los inicios de la
conquista (periodo republicano) con LA HISPANIA ULTERIOR ( Andalucía y
parte occidental) y la HISPANIA CITERIOR ( costa mediterránea y valle del
Ebro), con la época de Augusto ( Bética, Lusitania, Tarraconense) hasta los
siglos III y IV (d C), la Gallaecia, Cartaginense, Tarraconense, Lusitania,
Bética y Baleárica. Todas ellas quedaron integradas en la época de
Diocleciano como una unidad administrativa superior: la Diócesis de
Hispania.

 Hispania siguió los avatares propios de la        evolución del Imperio
romano.

LA ROMANIZACIÓN. EL LEGADO CULTURAL ROMANO.

 Entendemos por ROMANIZACIÓN, al proceso por el cual Hispania se
integra y asimila la cultura y civilización romanas, aunque no se dio de una
forma homogénea en todo el territorio.

 España se integra en todo el sistema organizativo romano, asimilando el
sistema económico, administrativo, y como idea fundamental, la
extensión de la ciudadanía romana por el emperador Caracalla ( 212 d C.)

La difusión del LATIN, EL DERECHO, LA RELIGIÓN, EL URBANISMO Y
GRANDES OBRAS PUBLICAS, posibilitaron la asimilación de lo romano.

 EL LATIN se difunde como lengua de prestigio para la literatura, ciencia,
derecho, imponiéndose a las lenguas autóctonas, que no desaparecieron
totalmente, destacando algunos autores relevantes de origen hispano:
Marcial, Séneca, Lucano. Será también el origen de las lenguas románicas
o romances.

 EL USO DEL DERECHO se extendió también, regulando las relaciones
privadas, y las instituciones políticas y su funcionamiento, contribuyendo a

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dar cohesión social y difundir principios de justicia y convivencia; no en
vano, es uno de los fundamentos del derecho occidental.

 ROMA impuso también sus creencias religiosas, respetando las religiones
autóctonas, pero obligando al culto al emperador, y las deidades de la
TRIADA CAPITOLINA (Júpiter, Minerva y Juno), y fue también un medio de
integración política. Pero a partir del s. III d C. se difunde el Cristianismo,
sobre todo con Constantino ( Edicto de Milán, 313) donde se reconoce la
libertad religiosa dando por terminadas las persecuciones cristianas. Con
el emperador Teodosio, el cristianismo pasa a ser religión oficial del
imperio, por lo que la iglesia cristiana colaboró con él, superponiéndose
ambas estructuras, y mezclando tareas religiosas con las políticas.

 Roma dejó un importante legado en las infraestructuras, ciudades,
calzadas, edificios públicos, donde demostró su talento práctico y
utilitario, concebidos para articular los territorios y para uso y disfrute del
ciudadano: calzadas, (vía de la plata, vía augusta..), puentes, acueductos,
monumentos utilitarios ( circos, teatros, anfiteatros), así como
importantes ciudades: Barcino ( Barcelona) Tarraco ( Tarragona) Emérita
Augusta (Mérida), Itálica (Sevilla) Toletum (Toledo), Cesaraugusta (
Zaragoza), Etc.

 Estos elementos conformaron algunas de las características esenciales (
lenguas romances, religión cristiana, urbanismo, principios políticos y
jurídicos), que han ido configurando el devenir de las sucesivas sociedades
que se han ido asentando en el territorio de lo que se denominaba
Hispania.

LA MONARQUIA VISIGÓTICA.

 Tras un largo recorrido por toda Europa, los visigodos se asentaron
finalmente en España, en los siglos V y VI, situando su capital en Toledo,
representando el primer intento de unidad política de la Península Ibérica,
manteniéndose hasta la llegada de los musulmanes a principios del s. VIII.

 En el año 476 los suevos, vándalos y alanos cruzan los Pirineos y se
asientan en la Península Ibérica sin encontrar resistencia. Los suevos y
vándalos asdingos se instalaron en Gallaecia, los alanos en Lusitania, Los

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vándalos siringos en la Bética. Poco después los VISIGODOS, enviados por
Roma para someter a los invasores, se asientan también en la Península,
estableciendo en 476 un reino con capital en Tolosa ( Francia),que
abarcaba amplios territorios de la Galia y de Hispania. En 507, derrotados
por los Francos ( batalla de Vouillé) abandonan la Galia y se establecen en
Hispania.

El nuevo reino tuvo su capital en Toledo, contando con guarniciones
militares en las principales ciudades. Los suevos mantuvieron su dominio
en el noroeste y los bizantinos ocuparon la costa del sureste.

 El número de los visigodos establecidos en Hispania no sobrepasaba la
cifra de de cien mil, frente a los 5 ó 6 millones de hispanorromanos que
habitaban entonces el país…ello explica que, aunque tenían el control
político, terminaron por asimilar la cultura, lengua y religión de la sociedad
hispana.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA. La monarquía visigoda era, en principio, de
carácter electivo, elegidos por los nobles, pero en algunos momentos pasó
de padres a hijos, siendo constantes las luchas por el poder, siendo
muchos reyes depuestos o asesinados.

 El Reino Visigodo de Toledo alcanzó su plenitud en la segunda mitad del s.
VI y la primera del VII, durante los reinados de LEOVIGILDO y su hijo
RECAREDO. Leovigildo (573‐586) consolidó la autoridad real, anexionó el
reino de los suevos y estableció las mismas leyes para germanos e
hispanorromanos. Recaredo (586‐601) impulsó la unidad religiosa del
reino al convertirse al cristianismo junto con los nobles visigodos ( eran
arrianos…)

 El Rey, cuyos actos estaban controlados por los Concilios de la Iglesia,
estaba limitado en su poder por la ley, las normas morales y la justicia,
siendo auxiliado en su tarea de gobierno por el AULA REGIA, formada por
nobles, jueces, designados por el propio monarca y se encargaba de:

. preparar leyes, y asesorar al rey en asuntos políticos y militares.

. asistir a la promulgación de las leyes.

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. ejercer junto al rey funciones judiciales.

 LA CULTURA VISIGODA realizó importantes aportaciones en el campo de
la religión y el derecho. Leovigildo, convirtió le herejía arriana en religión
oficial del reino, lo que dio lugar a enfrentamientos con suevos y
bizantinos, pero éstos se aliaron con su hijo Hermenegildo, quien se
convierte al catolicismo (579), y tras proclamarse rey en Sevilla, inició una
guerra contra el estado visigodo. En el año 585, Leovigildo derrotó a los
suevos, consiguiendo la unidad política, los bizantinos se mantuvieron
hasta la conquista de Sisebuto (612‐631), más tarde, Recaredo, convertido
al catolicismo, consiguió la unidad religiosa del reino.

 A partir del IV CONCILIO DE TOLEDO, (633) los reyes solicitaron el apoyo
de los concilios en las tareas legislativas, siendo convocados por el rey con
apoyo del aula regia, preparando leyes y tratando asuntos religiosos.
Destaca la aportación legislativa con la promulgación de un código común
a visigodos e hispanorromanos, EL LIBER IUDICIORUM (el Fuero juzgo, o
Lex Visigothorum) en 654 por Recesvinto, recogiendo las leyes de
Leovigildo y unificando jurídicamente el estado.

 Tras el reinado de Wamba (672‐680) que venció a los francos en
Septimania y la Tarraconense, las luchas entre monarquía y nobleza
debilitaron el reino visigodo que no pudo hacer frente a la invasión
musulmana. En 710, Tarik, gobernador musulmán del norte de África,
desembarcó en Tarifa, y aliado al año siguiente con una facción de la
nobleza visigoda opuesta a D. Rodrigo, los musulmanes le vencen en la
Batalla de Guadalete (711), suponiendo el fin de reino visigodo.

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TEMA 2. AL ANDALUS Y SUS PRINCIPALES ETAPAS.

    La conquista musulmana: las distintas fases. La organización política,
    económica y social. Arte y cultura.

Las etapas. La conquista musulmana empezó en el 711, por dos razones: LA PROFUNDA CRISIS
DEL ESTADO VISIGODO, por los continuos problemas sucesorios de la monarquía, creando una
gran inestabilidad y EL IMPETU EXPANSIVO DEL ISLAM: que en menos de un siglo (630‐700) había
conquistado un extenso territorio que comprendía desde el imperio persa hasta EL Magreb.

 En este contexto, un ejército beréber dirigido por Tarik, cruzó el Estrecho de Gibraltar en 711
para intervenir en la guerra civil entre los visigodos, derrotando al rey D. Rodrigo en Guadalete.
Tras esto, realizó algunas campañas militares por el sur peninsular sin apenas oposición, por lo
que con ayuda de Muza, gobernador árabe de la provincia norteafricana, inició la conquista de la
península, dirigiéndose a Toledo, capital del reino visigodo, y conquistada sin resistencia, luego
hacia Zaragoza, así entre 711 y 716, lograron el dominio de toda la península excepto la franja
cantábrica y oeste de los Pirineos. Algún aristócrata visigodo prefirió pactar con los musulmanes,
(Reino de Tudmir) , sometiéndose a su autoridad y pagando tributos, a cambio de conservar su
señorío y practicar su religión.

Córdoba se convierte en capital de Al Andalus, dirigida por un emir o valí, dependiendo del califa
de Damasco, EMIRATO DEPENDIENTE DE DAMASCO (714‐756). Ya en este periodo se iniciaron
enfrentamientos entre los invasores musulmanes, como rivalidades entre las facciones de la
aristocracia árabe y conflictos con los beréberes, que se quejaban de la discriminación de la
minoría árabe (reparto desigual de tierras…)

Con todo, el impulso conquistador traspasó los Pirineos, llegando hasta Narbona y Toulouse, pero
son derrotados por los francos en Poitiers (734) por Carlos Martel, suponiendo el fin de las
expediciones por el sur de la Galia y afincándose en la Península Ibérica.

 Los problemas mayores a los que tuvieron que enfrentarse los gobernadores, fueron la
recaudación de impuestos y la distribución de las tierras. Los beréberes, molestos por el trato
que les daba la minoría gobernante, pues eran tenidos como subordinados ( aun convertidos al
Islam), y pagaban impuestos, además de repartirles los peores lotes de las tierras conquistadas,
siendo causa de revueltas.

Pero el principal problema sería el cambio de dinastía, la gobernante los OMEYAS, EN
DAMASCO, fueron depuestos violentamente por una nueva dinastía, los ABBASIES, (750)
eliminando a toda la familia omeya. Sin embargo, uno de sus miembros, ABD EL RAHMAN I, huyó
y se refugió en Córdoba, donde la antigua dinastía omeya tenía muchos apoyos, y se proclamó
EMIR en 756.

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EMIRATO INDEPENDIENTE DE BAGDAD ( 756‐929) El nuevo emir creó un nuevo estado, sin
sumisión política al califa de Bagdad, pero se reconocía su autoridad religiosa. Se atrajo a otros
omeyas dispersos por Oriente Próximo y formó con ellos la base política y militar del nuevo estado
(a modo de dinastía propia), y a su vez logró la adhesión de ciudades como Toledo, Zaragoza,
Sevilla.

 Su política estaba orientada a conservar los territorios peninsulares conquistados, sin más
intentos expansionistas, pero a veces, se realizaban RAZZIAS o ACEIFAS (expediciones militares
de castigo) contra los Reinos Cristianos del norte, para evitar su desarrollo militar y lograr botínes
de guerra. Se mejoró en esta época la organización administrativa y la recaudación de impuestos,
permitiendo la creación de un ejército mercenario permanente, compuesto por diversas etnias
más esclavos extranjeros. Pronto se crearán conflictos entre el poder central cordobés y los
gobernadores de los territorios fronterizos (Toledo, Mérida y Zaragoza) que al estar militarizadas,
querían más independencia, y los problemas con la población muladí y mozárabe, por el
aumento de la presión fiscal y el deterioro de las relaciones entre cristianos y musulmanes.

Los últimos años del emirato de caracterizaron por diversas revueltas (con HICHAM I, AL –
HAKAM I), tanto internas como fronterizas, debilitando el poder central.

EL CALIFATO INDEPENDIENTE ( 929‐1031)

 A principios del S. X el emirato cordobés sufría una grave crisis: los conflictos internos y las
amenazas de unos reinos cristianos cada vez más fuertes, eran problemas acuciantes. En este
contexto llega al poder ABD AL RAHMAN III, (912‐961) cuyas victorias militares sobre el enemigo
le dieron la legitimidad para proclamarse CALIFA en 929, lo que significaba desligarse de la
sumisión al califato de de BAGDAD. Pacificó el territorio de la actual Andalucía, y sometió las
marcas fronterizas ( Badajoz en 930 y Toledo en 932), contribuyendo a fortalecer la estructura del
estado:

 Al ser Califa, tenía la supremacía religiosa, sumándose la política y la militar, reorganizó la
recaudación fiscal , centralizó su gestión, obteniendo grandes recursos económicos, ayudado por
el hachib, como un primer ministro, y los visires, resto de ministros, y la nobleza del palacio,
vinculada directamente al califa.

 A su vez, intentó detener el avance de los reinos cristianos del norte, llegando incluso a
convertirlos en tributarios y vasallos de Córdoba (el rey leonés Sancho I ) , y aumentó su influencia
en el Magreb, conquistando Ceuta, Melilla, Tánger…convirtiendo al Al Andalus en la potencia
hegemónica de la región.

Le sucede su hijo AL‐KAHAM II, (961‐972) que continuó la labor de su padre, impulsando el
desarrollo artístico y cultural que hizo que Al Andalus se convirtiera en la civilización más
brillante y avanzada del momento.

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A la muerte de Al‐Hakam se inicia un periodo de pérdida del poder efectivo de los califas,
conservando un poder simbólico en beneficio del hachib, gobernando realmente AL‐ MANSUR
(Almanzor) que concentró gran poder político y militar, un régimen parecido a una “dictadura”.

Creó un importante ejército de beréberes y mercenarios, asegurando su poder y realizando
incursiones de saqueo (razzias) llegando a saquear Santiago de Compostela ( se justifican en
nombre de la guerra santa, pero debilitaba a los cristianos y obtenía importantes botines).

A su muerte, 1002, le suceden sus hijos en el cargo, pero sólo lograron mantenerse hasta 1009 por
la inestabilidad política y las conjuras. Se inicia así un periodo de inestabilidad, ( 7 califas en 20
años…) lo que demuestra un verdadera guerra civil ( mercenarios beréberes, árabes andalusíes, y
mercenarios eslavos..) Todo ello produjo un debilitamiento del poder central provocando la
desaparición del califato y la disgregación política de Al Andalus en 1031.

LOS REINOS DE TAIFAS Y LAS INVASIONES BERÉBERES (1031‐1246)

 La fragmentación del califato dio lugar a la aparición de una cantidad de pequeños estados
independientes, algunos de poca duración: los Reinos de Taifas, lo que reflejaba la profunda
división étnica y política de la sociedad andalusí ( aunque mantuvieron desarrollo cultural).

Además, los estados estaban enfrentados entre sí, siendo los estados más pequeños absorbidos
por los más poderosos, pero su debilidad permitió el avance de los Reinos Cristianos, su apoyo o
protección implicaba el pago de las PARIAS. A su vez, los reinos cristianos potenciaron la
reconquista de los territorios musulmanes ( Toma de Toledo, por Alfonso VI en 1085) y ello
significó la petición de ayuda de otras taifas ( Sevilla, Badajoz..) a los almorávides.

 Estos eran beréberes del norte de Africa, profesando principios estrictos del Islam, impulsando
un movimiento político‐religioso que llevó a crear un verdadero imperio en el Magreb. En 1086,
al mando de Yusuf ibn Tafsin cruzan el estrecho y derrotan a los castellanos (Alfonso VI) en
Sagrajas ( o Zalaca, cerca de Badajoz, 1086). En 1089 ocuparon otras taifas, frenándose en
Valencia (EL CID) pero conquistando en 1110 Zaragoza. Pero el avance cristiano y los fuertes
impuestos a la población sometida, les hicieron impopulares, provocando revueltas contra ellos,
siendo derrotados y dando lugar a otra fragmentación de Al‐Andalus ( Segundas taifas).

 Estas nuevas taifas van a pedir ayuda a los ALMOHADES, ( S. XII) beréberes norteafricanos,
también con motivaciones religiosas y políticas, comenzando en 1146, pero sólo controlaron la
parte sur del territorio de Al Andalus. Fueron derrotados por ALFONSO VIII en las NAVAS DE
TOLOSA, (1212), y, tomada Córdoba por Fernando II El Santo, se inicia otra decadencia, las
Terceras Taifas, que irán cayendo poco a poco en manos cristianas, salvo la TAIFA DE GRANADA.

EL REINO NAZARÍ DE GRANADA (1246‐1492)

    Tras la desaparición de los últimos reinos de taifas, Granada fue el único no conquistado por
    los reinos cristianos, manteniéndose desde el S.XIII al XV como la única entidad política

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andalusí en territorio peninsular, consolidándose en él la dinastía de los BANU NASR o
NAZARÍES.

Granada mantuvo su independencia gracias a una serie de factores:

   ‐   Hábil gestión diplomática ante los reinos cristianos ( Castilla) y los benimerines
       (dinastía beréber del norte de Africa).
   ‐   La cohesión que se estableció entre los diversos territorios del reino (Almería,
       Málaga y Granada..)
   ‐   La llegada masiva de andalusíes procedentes de otros reinos musulmanes que
       huían de la conquista cristiana.

 El reino nazarí alcanzó su mayor esplendor durante el siglo XIV, bajo el reinado de Yusuf I y
su hijo Muhammad V. entre 1333 y 1391 se produjo la reorganización administrativa y militar
del reino y la construcción de sus principales monumentos, con un gran resurgimiento
cultural, aunque tuvo que aceptar ser vasallo de Castilla.

A principios del s. XV la situación empezó a cambiar, con problemas sucesorios que fueron
aprovechados por Castilla, y conquistó algunas ciudades. La unión de Castilla y Aragón en
1479 acentuó la dinámica conquistadora cristiana, cayendo Ronda, Almería, y finalmente, los
REYES CATÓLICOS pactaron la rendición de Granada con el rey Boabdil.

Desaparece así el último reducto musulmán de la península. Según los tratados, los
musulmanes podrían quedarse en el reino, conservar propiedades y practicar su religión,
aunque poco tiempo después, en 1501, se les forzó a la conversión o al exilio.

LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA, SOCIEDAD, ECONOMÍA, CULTURA Y ARTE

La organización del estado era piramidal, dependiendo del emir o del califa. Este dirigía el
gobierno y la administración aunque estuviera ayudado por el HACHIB, y una serie de
ministerios, los diwanes, dirigidos por visires. En general, la estructura organizativa estaba
muy personalizada y en manos de la aristocracia omeya. El territorio de dividía en
pronvincias o Coras, donde vivía el gobernador o vali.

 Tuvieron un eficaz sistema de cobro de impuestos, tanto a musulmanes como a mozárabes y
judíos, y estaba muy centralizado. El sistema judicial se basaba en los cadíes, que aplicaban la
ley contenida en el Corán, de hecho el califa era el jefe de los jueces (por su autoridad
religiosa).

LA ECONOMÍA tuvo rasgos urbanos y mercantiles, desarrollándose el comercio y la artesanía,
aunque también la agricultura tuvo un notable desarrollo.

La agricultura utilizó la gran propiedad, pero en los regadíos existía también la mediana y
pequeña, basándose en los cultivos de la trilogía mediterránea, cereales, vid y olivo, pero las
zonas más fértiles eran las vegas de los ríos, donde se desarrollaron enormemente las técnicas

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de regadío, con acequias, norias… cultivando el arroz, algodón, hortalizas y el lino, así como el
gusano de seda. Destacaron también en la artesanía, trabajo del cuero, textil, pergamino,
vidrio y cerámica, distribuyéndose en los mercados ( zocos) situados cerca de la mezquita más
importante y las calles especializadas. Tuvo un sistema monetario sólido, el

Dinar de oro, y el dírham de plata.

LA SOCIEDAD ANDALUSÍ: Era muy heterogénea por su diversidad étnica y religiosa,
existiendo diferentes grupos sociales: los árabes –minoría dirigente‐la élite social y
propietarios de las mejores tierras. Los beréberes, aunque musulmanes, ocupaban una
posición inferior. Los hispano‐visigodos: con diferencias, la clase alta, ( nobles…) y los
dominados, quienes en gran parte fueron convirtiéndose al Islam (muladíes).

También existieron minorías que practicaban otras religiones, que eran toleradas, pero
pagaban impuestos, los cristianos bajo dominio musulmán (mozárabes) y los judíos, que
vivían en barrios separados ( juderías) dedicados a actividades comerciales o a profesiones
como médicos, orfebres, o comerciantes.

EL ARTE Y LA CULTURA ANDALUSI. El arte hispano‐musulmán está dentro de las
características del arte islámico, de inspiración religiosa, poca importancia del arte figurativo,
(anicónico) gran desarrollo de la arquitectura y predominio de lo decorativo.

 La mezquita es en principal edificio religioso, para la oración, sobre todo la colectiva del
viernes. Destaca la de Córdoba, iniciada en el siglo VIII y concluida en el s. X, la Mezquita del
Cristo de la luz (Toledo, de época califal) . La arquitectura civil la forman los palacios y
alcazabas (Medina Al Zahra) ciudad palatina de Ab del Rahman III, y de la época de las
taifas, la Aljafería de Zaragoza, o la torre del Oro y la Giralda ( minarete) en Sevilla.

 De época Nazarí se conserva el extraordinario conjunto de alcazaba, ciudadela, palacios y
jardines de la ALHAMBRA ( La roja) en Granada.

 Al Andalus tuvo un enorme desarrollo cultural con base en una economía próspera, que
tuvo dos principios básicos: EL ARABE como lengua y el respeto a las creencias islámicas.,

Córdoba se convirtió en el referente cultural y científico del s. X, tanto en el mundo islámico
como cristiano, pasando la cultura a las taifas y perdurando hasta el S. XII.

Destacó la poesía, la filosofía, astronomía, medicina, matemáticas ( Ibn hazim,
Averroes..Ibn Al Zarkala..)

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