LA TORTUGA CAREY (Eretmochelys imbricata) - EN VENEZUELA
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LA TORTUGA CAREY (Eretmochelys imbricata) EN VENEZUELA* JOAQUÍN BUITRAGO y HEDELVY J. GUADA a tortuga carey, Eretmo- Convención sobre la Diversidad Biológica, Características Biológicas de la Carey, chelys imbricata, es una la Convención Ramsar, CITES, la Conven- Relacionadas con su Crítica Situación de las cinco especies de ción Interamericana para la Protección y Poblacional tortugas marinas presentes en Venezuela, Conservación de las Tortugas Marinas y junto con la tortuga verde, Chelonia my- MARPOL, entre otros, los cuales contie- Las tortugas marinas, en das, la caguama, Caretta caretta, la maní, nen formulación específica para la protec- común con otras especies en peligro de Lepidochelys olivacea y la cardón, Dermo- ción de las tortugas marinas y sus hábi- extinción poseen, entre otras, las siguien- chelys coriacea. La carey está completa- tats. tes características biológicas: Bajas tasas mente protegida por la legislación del país Una revisión del estatus de incremento poblacional (“r”); es una desde 1979. Desde 1996 se le considera y las tendencias de la carey en 35 países especie longeva y de maduración tardía; “en peligro” y se encuentra en la lista de y territorios de la región del Caribe, de- ciclo de vida complejo; hábitat limitado y especies cuya captura sólo es permitida tectó que las poblaciones de la especie especializado; tamaños poblacionales redu- con fines científicos. A nivel global la están declinando o han sido virtualmente cidos y migraciones extensas (Musick, Unión Internacional para la Conservación eliminadas en 22 de las 26 unidades geo- 2001). La comprensión de las característi- de la Naturaleza (UICN) la considera “en políticas para las cuales había informa- cas biológicas mencionadas y de los pro- peligro critico” (Meylan y Donnelly, 1999) ción disponible. Las únicas poblaciones blemas que afectan en particular a la carey y está listada en el Apéndice I de CITES. cuyos números, aparentemente, están in- en el Gran Caribe, son elementos críticos Además, Venezuela es parte de varios tra- crementando son las de la Península de para cualquier aproximación hacia un es- tados internacionales como la Convención Yucatán en México y la de Isla Mona en fuerzo regional dirigido a su manejo. de Cartagena y su Protocolo SPAW, la Puerto Rico (Meylan, 1999). La justifica- Se ha establecido, me- ción de la tortuga carey como una espe- diante marcado y recaptura, y el análisis cie “En Peligro Crítico” en la “Lista de ADN mitocondrial, que existe mezcla * Este artículo se basa en el reporte preparado por los autores, a nombre del Grupo de Traba- Roja” de la Unión Mundial para la Natu- de poblaciones diferentes en las áreas de jo en Tortugas Marinas de Venezuela (GTTM), raleza de 1996 se basa en la disminución alimentación (Bowen et al., 1996; Bass, para el Ministerio del Ambiente y de los Re- global de la población de más de un 80% 1999), es decir, que en éstas confluyen cursos Naturales, con ocasión de la realización durante las últimas tres generaciones (105 especímenes provenientes de distintas del “Primer Diálogo Regional de los Estados de Rango de CITES en el Gran Caribe sobre años) y en la disminución predicha para áreas de anidación, como ha sido demos- la tortuga carey” realizado del 15 al 17 de las próximas tres generaciones (Meylan y trado en México, Cuba y Puerto Rico, así Mayo, 2001, en Ciudad de México. Donnelly, 1999). como en el Indopacífico. Esta coexisten- PALABRAS CLAVE / Tortuga Carey / Áreas de Anidación y Alimentación / Plan de Acción / Recibido: 13/02/2002. Modificado: 14/06/2002. Aceptado: 28/06/2002 Joaquín Buitrago. Químico y Biólogo, Universidad de Bogotá. Biólogo Marino, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Colombia. M.Sc en Ecología, Universidad de Aberdeen, Escocia. Profesor de Investigación, Estación de Investigaciones Marinas de Margarita. Asesor, The Nature Conservancy. Miembro del Grupo de Especialistas en Tortugas Marinas de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN). Dirección: EDIMAR. Fundación La Salle de Ciencias Naturales. Apartado 144, Porlamar, Venezuela. e-mail: edimar_estudespecial@unete.com.ve Hedelvy J. Guada. Bióloga, Universidad Central de Venezuela. Maestría en Ciencias Bioló- gicas, Universidad Simón Bolívar. Cordinadora ad hoc, Grupo de Trabajo en Tortugas Marinas de Venezuela (GTTM). Coordinadora para Venezuela, Red de Conservación de Tortugas Marinas en el Gran Caribe (WIDECAST). Miembro del Grupo de Especialistas en Tortugas Marinas de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN). Dirección: Centro de Investi- gación y Conservación de Tortugas Marinas (CICTMAR)-WIDECAST. Apdo. 50.789. Caracas 1050-A. Venezuela. e-mail: hjguada@cantv.net. 392 0378-1844/02/08/392-08 $ 3.00/0 AUG 2002, VOL. 27 Nº 8
cia de poblaciones de distintas colonias anidadoras, en las áreas de alimentación, es uno de los puntos básicos para el esta- blecimiento de acuerdos regionales de co- operación para un escenario de manejo de la tortuga carey en el Gran Caribe. Areas de anidación de la tortuga carey en Venezuela Aunque existen áreas de anidación de carey en la mayor parte de la costa continental y en las islas, la con- centración más importante de nidos ocu- rre en el sector nororiental del país. Se Figura 1. Zonas de importancia para la carey E. imbricata en Venezuela, mencionadas en han detectado en el país 61 localidades el texto. de anidación y 44 localidades de referen- cia por confirmar (Tabla I). En tierra firme el área de anidación más importante de la carey es la 26 hembras anidadoras (Guada, 2000). No 1987b; Guada, 2000; Mata et al., 2002). Península de Paria, donde la especie anida se conoce ningún otra área en la costa Sin embargo, dichos números son sub- en ensenadas amplias, de tamaño medio o continental con un número similar de ni- estimaciones porque no representan la to- muy pequeñas. Censos parciales en la dos de carey, siendo el punto más cercano talidad de la anidación de la tortuga carey, zona evidenciaron un total de 33 nidos en de comparación la población que anida en ni en Paria ni en Los Roques (Guada, 1997 (30 de ellos en la vertiente sur) y 19 el Archipiélago de Los Roques, con un 2000; Mata et al., 2002). hembras anidadoras, mientras que durante máximo de 61 nidos entre 1979 y 1983 y No se dispone de una 1998 se hallaron 65 nidos y se estimaron 32 nidos para el año 1998 (Buitrago, relación global de las anidaciones de la TABLA I LOCALIDADES DE ANIDACIÓN EN VENEZUELA POR ESTADO DE LA TORTUGA CAREY, E. imbricata Localidades Confirmadas # De referencia # Estado Falcón P. N. Morrocoy: Cayo Sal, 1 Punta Caimán, Punta La Barra, Punta Chaure, 6 oeste de San Juan de Los Cayos Punta Gorda, Bajabaroa, Matagorda Estado Aragua Oricaro 1 Valle Seco, Cuyagua, Mayita 3 Estado Vargas Playa Grande (Todasana) 1 Cañaveral, Osma, Urama, El Fraile, 7 Santa Clara, Quebrada Seca, Mono Bravo Estado Miranda El Banquito, Chirere, San Francisquito, 4 Carenero, Machurucuto 2 P.N. Laguna de Tacarigua Estado Anzoátegui P. N. Mochima: El Tigre 1 El Hatillo, La Isleta de Píritu, Puerto La Cruz 3 Estado Sucre Chaguarama de Loero, Mapurite, Puy Puy, 31 Guaracapo, Los Cachicatos, El Rincón, 22 Cangua, Querepare, San Juan de Las Galdonas, Taguapire, Ensenada de Playa Grande, Playa Colorada, El Guamo, San Juan de Unare, Morro de Puerto Santo, Río Caribe, Tucuchire, Guatapanare, Playa Negra, Majagua, Cipara, Guarataro, Puerto Viejo, Tolete, Cacao, Faldiquera, Los Cocos, P. N. La Iglesia, Pargo, Uquire, Morrocoy, Caurantica, Península de Paria: Agua Fría/La Playita, Pargo, Las Salinas, Las Piedras, Soro, Yaguaraparo Playa Negra, Providencia, Manzanillo, Cerezo, Los Garzos; Lambató, Aricagua, Macurito, Yacua, Guinimita, Patao, La Ceiba, Punta de Piedras Isla de Aves 1 — 0 Isla La Blanquilla Manzanillo, Punta Bobos-Punta Carantón 2 Las Lisas (El Americano) 1 Archipiélago Los Roques Sebastopol, Cayo Sal, La Pelona, 15 — 0 Dos Mosquises, Cayo de Agua, Bequevé, Selesquí, Carenero, Los Canquises, Los Castillos, Espenquí, Crasquí, Isla Larga, Sarquí, Viejo Hotel Archipiélago Las Aves Aves de Barlovento, La Pelona, Isla Tesoro 3 — 0 Isla La Tortuga 1 0 TOTAL 61 — 44 Datos tomados parcialmente de Guada y Solé (2000), Pritchard y Trebbau (1984). AUG 2002, VOL. 27 Nº 8 393
tortuga carey en Venezuela con una data cos de arboles y balsas de bora (Eichhor- go curvo del caparazón; Whiting y Gui- más reciente, pero considerando que se nia crassipes). El substrato proporcionado nea, 1998) o más de 30cm CCL (Limpus, confirmaron 96 nidos para 1998, se po- permite el crecimiento de organismos 1992). Se desconocen las tasas de creci- dría esperar que la cantidad sea del orden incrustantes y asociados: crustáceos, mo- miento de los juveniles de carey en el de los 120-150 desoves por año, inclu- luscos, briozoos, tunicados y anélidos, ambiente pelágico, pero si se aplican las yendo los nidos en los Parques Naciona- entre otros, que representan el alimento encontradas para los reclutas más peque- les Morrocoy y Mochima y las islas La para las carey en este hábitat. ños de las áreas de desarrollo, entre 2,75 Blanquilla, Archipiélago de las Aves y La Las playas de anidación y 5cm/año (Whiting y Guinea, 1998; Tortuga. de la carey en Venezuela están distribui- León y Diez, 1999), la etapa pelágica du- No es posible hacer afir- das principalmente en la región insular, la raría entre 3 y 7 años, tiempo necesario maciones contundentes sobre la tendencia Península de Paria y el Estado Falcón para crecer 15 a 20cm. Para C. mydas se en el número de nidos por el escaso pe- (Guada y Solé, 2000) y el hábitat pelági- ha estimado entre 5 y 6 años (Zug y ríodo de seguimiento en las playas, pero co de las post-crías está condicionado por Glor, 1998) y para C. caretta entre 6,5 y por los diversos problemas que afectan a la dinámica del Caribe y el Atlántico tro- 11,5 años (Björndal et al., 2000). la especie, no se aprecia un escenario pical occidental. La retroflexión de la co- Algunos estudios (Ace- promisorio para su sobrevivencia, a me- rriente del norte del Brasil genera giros vedo et al., 1984; Meylan, 1988) indican nos que ocurra un amplio consenso para anticiclónicos que se propagan hacia el que los juveniles grandes y adultos se ali- la conservación de ésta y las otras espe- noroeste a lo largo de la costa de las mentan casi exclusivamente de esponjas y cies de tortugas marinas en sus hábitats Guayanas, el Delta y Trinidad (Pauluhn y en ocasiones únicamente de Chondrilla marinos y costeros a nivel nacional y re- Chao, 1999). Al llegar al arco de las An- nucula, un alimento que, aunque abun- gional. tillas, estos giros entran al Caribe ya sea dante, indicaría una dieta peligrosamente por el sur, cerca de las costas de Paria, o estrecha desde el punto de vista taxonó- Áreas de alimentación de la carey al norte de Guadalupe (Molinari et al., mico (Eckert et al., 1992). Otros estudios en Venezuela 1981). Estos giros tienen una amplitud de (Carr y Stancyk, 1975) añaden los tunica- 400 a 600km de diametro, velocidades de dos y moluscos (Witzel, 1983). Igualmen- Como todas las tortugas propagación de 14cm/s y duración media te se ha reportado el consumo de medu- marinas, las carey ocupan diferentes ni- de 100 días (Pauluhn y Chao, 1999); sas (Smith et al., 1992) y zoántidos (Ma- chos a lo largo de su vida. Los recién na- también son conocidos en el Golfo de yor et al., 1998). cidos tienen, por un tiempo que se estima México, canal de Yucatán y corriente del En Venezuela no se han dura varios años, un hábitat pelágico Golfo (Biggs et al., 1988). realizado estudios sobre la composición (Meylan y Meylan, 1999). A una edad no Es en estos giros y sus de los grupos de juveniles en las áreas de conocida, que corresponde con una talla frentes, donde transcurren las primeras desarrollo, pero los realizados en otras alrededor de los 20cm de largo del capa- etapas de la vida de las tortugas carey en áreas del Caribe (van Dam y Diez, 1998; razón (Boulon, 1994), los juveniles toman la región. La magnitud de estos movi- León y Diez, 1999), Brasil (Sanches y la coloración típica de su especie (Buitra- mientos que demoran más de un año en Bellini, 1999) y Australia (Whiting y go, 1987b; León y Diez, 1999) y pasan a pasar desde las Guayanas, recorriendo el Guinea, 1998), indican que se trata de ocupar hábitats costeros de fondos duros, Caribe hasta la península de Yucatán, im- grupos de tallas entre 25 y 70cm sin la especialmente coralinos. En estos am- plica una total movilidad a través de la presencia de adultos, pues aunque algu- bientes viven por unas dos décadas gru- región, por lo que los E. imbricata naci- nos ejemplares llegan a tener tallas de pos de juveniles y subadultos provenien- dos en playas venezolanas derivan pasiva- adultos, ésta por si sola no es buena indi- tes de diferentes poblaciones reproducti- mente por el Caribe junto a los origina- cación de madurez (Limpus, 1998). No se vas, que llegan y se van de ellos a deter- dos en otras playas. La actividad y direc- han efectuado estudios de crecimiento de minadas tallas (Meylan y Meylan, 1998). ción de estos giros probablemente contri- juveniles en estas áreas de desarrollo del Las áreas de alimentación de los adultos buye a que en las áreas de desarrollo co- país, los únicos datos que hay (Buitrago, son zonas de arrecifes coralinos y fondos habiten grupos de diverso origen genético 1987a) son de carey criadas en cautiverio duros, y se han encontrado especímenes (Bass, 1999), aunque las colonias repro- y luego marcadas, liberadas y recaptura- que habitan aguas algo más profundas ductoras sean demográficamente indepen- das, pero de acuerdo a los datos de otras que los juveniles y subadultos (Eckert et dientes entre sí (Bass, 1996; Bowen et zonas (Boulon, 1994; Whiting y Guinea, al., 1992). al., 1996). 1998) los juveniles pasan en esta etapa unas dos décadas. Áreas de alimentación de neonatos y Áreas de desarrollo de juveniles En Venezuela se ha re- post-crías portado la presencia de grupos de juveni- La duración de la etapa les de carey en Los Roques (Buitrago, Después de abandonar la pelágica de la carey es uno de los mayo- 1987b y Guada y Vernet, 1992) y Falcón playa de anidación, las post-crías de ca- res vacíos de información y es un valor (Guada y Vernet, 1988; Guada y Solé, rey llevan una vida pelágica. Las escasas clave para el desarrollo de modelos po- 2000). También son frecuentes, a juzgar observaciones disponibles (Carr y Mey- blacionales. Los ejemplares más pequeños por las capturas incidentales (Buitrago, lan, 1980) indican que los juveniles entre de E. imbricata reportados en las áreas 1987c), en las costas de Sucre, Margarita 5 y 25cm derivan mayormente, pero no de alimentación de juveniles varían desde y Los Testigos. Los operadores de buceo exclusivamente, de forma pasiva con las 19,5cm de largo de caparazón recto turístico reportan pequeños grupos de ca- corrientes oceánicas, a lo largo de los (SCL; León y Diez, 1999), entre 23 y rey juveniles en Los Frailes y La Blan- frentes y circulando en los giros (Carr, 25cm SCL (Meylan, 1988) y mayores de quilla. Otras zonas como Mochima, La 1980). En estos frentes se acumulan algas 30cm SCL (Björndal y Bolten, 1988) en Tortuga y el Archipiélago de las Aves po- flotantes, como Sargassum (Carr, 1987), diferentes localidades del Caribe. En Aus- seen el hábitat adecuado y probablemente y también restos vegetales de origen con- tralia las tallas de reclutamiento a las sólo faltan observaciones de campo para tinental arrojados por los ríos, como tron- áreas de desarrollo son 25cm CCL ( lar- confirmar su presencia. 394 AUG 2002, VOL. 27 Nº 8
Áreas de alimentación de adultos constituyen el hábitat más densamente como tendencias demográficas, distribu- utilizado por las carey (Eckert et al., ción geográfica, tasas de reclutamiento, Las áreas potenciales de 1992; Fuller et al.,1992) se desarrollan en crecimiento y mortandad, y maduración alimentación de la carey adulta son todas su máxima expresión en las costas sur y sexual. Un elemento importante (J. Fra- aquellas zonas con fondos duros, princi- oriental de los Archipiélagos de Las zier, comunicación personal) es la falta palmente coralinos. Varios reportes (Ec- Aves, Los Roques y La Orchilla, así de integración y de compromiso de los kert et al., 1992; Fuller et al, 1992) indi- como en la costa sur de la Tortuga y La diversos sectores interesados (organiza- can que los adultos ocupan zonas más Blanquilla, totalizando unos 150km de ciones gubernamentales, organizaciones profundas que los juveniles, prefiriendo frente arrecifal de primera calidad. no gubernamentales, universidades, comu- los frentes de arrecifes verticales y los Existen otras zonas no nidades, entre otros). fondos de fanerógamas (Starbird, et al., típicamente coralinas, con fondos duros 1999). Los grupos presentes en las áreas ricos en los grupos taxonómicos que Contaminación marina de alimentación están compuestos úni- constituyen la alimentación de la carey. camente por juveniles o por adultos Al norte de Paria, hay una amplia región En sus ambientes pelági- (León y Diez, 1999; Whiting y Guinea, (1000km2) cuyo fondo está constituido cos, los neonatos y post-crías de carey, 1998), pero salvo la división batimétrica, por arrecifes holocénicos fósiles (8000 están sometidos a fuertes impactos por no se ha reportado ninguna diferencia en- años a.p.; Butenko et al., 1981) ubicados diversos tipos de contaminación. Al des- tre los ambientes preferidos por cada ca- entre 50 y 100m de profundidad, con plazarse, de manera principalmente pasi- tegoría. En Venezuela el único trabajo so- escarpes verticales de varios metros y ac- va, a lo largo de los frentes y giros y al bre seguimiento de tortugas en áreas de tualmente cubiertos de abundantes y va- ser la mayor parte de su alimento orga- alimentación fué realizado con Chelonia riados octocorales, esponjas, tunicados y nismos flotantes, el impacto de los des- mydas en Mochima (Solé, 1997). otros organismos incrustantes. No se han perdicios es mucho más acentuado que Venezuela posee pocas hecho estudios sobre la utilización de la en especies pelágicas activas, usualmente áreas óptimas para el crecimiento de arre- zona como área de alimentación de la ca- fuertes nadadoras. Entre los elementos cifes coralinos propiamente dichos, debi- rey, pero los reportes de capturas acci- contaminantes más importantes para la do a los aportes fluviales y a la presencia dentales en la pesca de arrastre (Marcano carey en Venezuela está el petróleo. Al de surgencias costeras que propician ba- y Alió, 1992) indican la presencia de ju- mar se estima que entran 3,2 millones de jas temperaturas del agua y alta producti- veniles en la zona. toneladas de petróleo al año (Harvey, vidad (Capelo y Buitrago, 1998; Müller- Los bancos de moluscos 1987), del cual el 50% proviene de acti- Karger y Varela, 1990), por lo que los existentes en la plataforma entre las Islas vidades en tierra firme. Los grandes de- principales arrecifes se encuentran en is- de Margarita y Los Testigos, y en la Pe- rrames representan el 20% (Lankaster, las alejadas de la costa. nínsula de Araya (Buitrago et al., 1984; 1998) y cerca de 30% corresponde a des- En la costa continental y Capelo y Buitrago, 1998) también propor- cargas intencionales en el mar. Según es- en las islas de la plataforma, se encuen- cionan el substrato duro apto para el cre- timados (GESAMP, 1993), 7 millones de tran hábitats de fondo duro ricos en cimiento de esponjas, tunicados, octoco- barriles de petróleo entran al Caribe al cnidarios que, aunque no constituyen rales y algas. Aunque no se han hecho año. Los neonatos de carey se ven afecta- arrecifes típicos, sí son ambientes apro- estudios sobre la utilización de la zona dos tanto por impregnación directa, como piados para E. Imbricata, habiéndose ci- como área de alimentación, los informes por ingesta de alimento contaminado por tado (Bone, et al., 1998) Los Monjes, sobre capturas y comercialización de ca- petróleo. En Venezuela las zonas con más Cabo San Roman, Puerto Cabello-Patane- rey (Gómez et al., 1994) indican que es altas concentraciones de alquitrán en las mo, Chichiriviche de la Costa, Cabo Co- importante para juveniles de la especie. playas (Bermúdez, 1989) son la península dera- Los Totumos, Las Chimanas, Mar- Otras zonas de fondo de Paraguaná, las costas cercanas a Puer- garita, Coche y Cubagua, Los Hermanos, duro, distribuidas a lo largo de la costa to La Cruz y el sur de la península de Los Frailes, Isla de Aves y Los Testigos. continental también son utilizadas por las Paria, donde son afectadas importantes Los arrecifes de la costa carey, de acuerdo a observaciones esporá- localidades de anidación de carey, como continental venezolana son moderadamen- dicas: bajos y parches ricos en gorgoná- Guinimita y Los Garzos, estando esta úl- te diversos. Para Morrocoy y Mochima se ceos en las Isletas de Píritu, en localida- tima ubicada en el Parque Nacional Pe- han citado 35 y 36 especies de corales des del litoral central y de Aragua como nínsula de Paria (Guada, 2000). escleractinios (Weil, 1999) mientras que Cepe y Uricao; y en la costa de Falcón, Los desperdicios plásti- para Los Roques se han detectado 57 asi como el amplio banco de Spondilus cos son a menudo confundidos con ali- (Hung, 1985). Tanto el Archipiélago de del Golfo de Venezuela, en la costa occi- mento e ingeridos, pudiendo causar obs- las Aves como La Tortuga y La Blanqui- dental de Falcón frente al Golfete de trucciones intestinales. Las tortugas tam- lla presentan formaciones arrecifales ex- Coro. bién pueden quedar atrapadas en restos tensas que pueden abarcar hasta 69 espe- de cuerdas, redes y otros desechos, cau- cies de corales escleractínidos en exten- Problemas y Amenazas sando problemas muchas veces mortales. sos arrecifes frangeantes, de parche y para la Tortuga Carey en las Áreas La basura en el mar es un problema cre- atolones con coberturas vivas de coral su- de Anidación y Alimentación ciente, el número de partículas plásticas periores al 75% (Weil, 1999). En la cade- por km2 de océano ha aumentado de 10 a na de islas entre el Archipiélago de Las El alto valor de la con- 70 mil en los años 80, a medio millón Aves y Los Testigos, están dos terceras cha de carey promueve el mercado negro durante la década pasada (Ogi y Fukumo- partes de los 5000km2 de ambientes en todo el mundo; sin embargo, existen to, 2000). coralinos de Venezuela (Buitrago, 1982) y otras amenazas de importancia, como la en ellos la mayoria de los 500km2 de pérdida o degradación del hábitat por de- Sobre-explotación arrecifes. La presencia de E imbricata en sarrollos costeros y la contaminación. estas áreas de alimentación debe ser pro- Para la mayoría de las poblaciones falta La principal amenaza pa- porcional. Los cantiles arrecifales, que información básica sobre aspectos tales ra E imbricata es la sobre-explotación. El AUG 2002, VOL. 27 Nº 8 395
carey es la materia prima de objetos de Las carey son capturadas contradas, en el mismo trabajo (Altuve et lujo desde antes de Cristo, siendo muy intencionalmente, tanto en redes (Guada al., 1999), sin el uso de TED (9,18 kg/hr) antigua su explotación. En el Caribe se y Solé, 2000), como arponeadas o captu- implican un esfuerzo anual, a nivel nacio- intensificó a partir de 1500, quedando la radas por buceo (Medina et al., 1987). El nal, de 1633987 horas para pescar las población muy disminuida desde los años hecho que la carey habite zonas de poca 15000 toneladas de camarón reportadas de la colonia y ha sufrido fuertes arreme- profundidad y aguas muy claras, donde el para la pesca de arrastre en el 2000 (Her- tidas con el crecimiento de la población, buceo es uno de los medios más comunes nández, 2001). Esta cifra representa 2173 el auge turístico y los adelantos tecnoló- de pesca, unido a que se ha observado tortugas al año, si un ejemplar es captu- gicos que facilitan el acceso a playas y que el mismo ejemplar suele regresar a rado cada 752 horas, de las cuales 28% arrecifes lejanos. determinada localidad o residencia per- (Marcano y Alió, 1992), o 608 tortugas Las importaciones japo- manente (Buitrago, 1987a; Diez, 1994), anuales, serían carey, motivo por el cual nesas de carey entre 1981 y 1993 repre- facilita la captura manual o con arpón, la se reafirma la importancia del uso de los sentan el equivalente a unas 336000 que se estima en unos 500 ejemplares al TEDs por parte de la flota arrastrera de ejemplares grandes, o más de medio mi- año solamente en Los Roques (Guada y Venezuela. llón de juveniles (Meylan y Donnelly, Solé, 2000). Las tortugas carey captura- 1999) y entre 1970 y 1990 el equivalen- das accidentalmente en las redes de pesca Deterioro de hábitats te a 710000 tortugas (Canin, 1991). Para usualmente no son liberadas si se encuen- 1990 Japón seguía importando carey tran vivas y son completamente aprove- En Venezuela el turismo proveniente de unas 20000 tortugas chadas. En diversas ciudades como Cara- y las pesquerías son las actividades que anuales de las cuales 60% era originario cas, Porlamar, Carúpano, Punto Fijo, Ma- más afectan los arrecifes coralinos, ya del Caribe, con la mayoría (25%) prove- racaibo, es posible adquirir bisutería ela- que son ambientes en que la capacidad niente de Cuba (Canin, 1991), aunque borada a partir de carey y en los restau- para asimilar desechos es prácticamente mucho carey proveniente de otros países rantes es posible consumir carne o sopa nula y, aunque el potencial para producir del Caribe se reportaba como provenien- de tortuga (Guada y Solé, 2000). alimentos es alto, actúan como trampas te de Cuba, o Antigua y Barbuda y otros de nutrientes y la exportación de los mis- estados o territorios no miembros de CI- Captura incidental en las pesquerías mos por la extracción pesquera conduce TES para entonces (Fuller et al., 1992). rápidamente a la sobrepesca (Bone et al., El otro gran importador de carey, Tai- La captura accidental de 1998). wán, sólo en 1978 importó el carey de carey en la pesca artesanal del nororiente En el país se ha presen- 120000 ejemplares (King, 1981). del país a principios de la década de los tado un proceso de deterioro de las zonas En Venezuela se cuenta 80 (Buitrago, 1987c) se calculó en más coralinas durante las últimas décadas, con información de capturas de tortugas de 60 al año. Los trenes rayeros y chu- viéndose afectadas tanto por perturbacio- marinas, sin especificar la especie, con cheros y los tendedores, fueron las princi- nes naturales como de origen antrópico. máximos de 56 toneladas para Los Ro- pales artes implicadas. Estas cifras son Losada y Pauls (2000), consideran que ques en el año 1968 y estos niveles de subestimaciones, pues los desembarcos las islas mar afuera se encuentran en una explotación continuaron, siendo princi- ilegales suelen hacerse subrepticiamente. situación estable, afectadas solamente por palmente carey, hasta 1973 (Buitrago, Durante 1997 y 1998 se obtuvo estima- la intensa pesca. La pesquería de Los Ro- 1980). Reportes de aduanas contienen dos de una mortalidad aproximada de ques es especialmente descollante, pues referencias esporádicas al comercio de 490 tortugas por año en la vertiente norte se estiman capturas de más de 1200 tone- carey en Venezuela. Por ejemplo (Gro- de Paria, principalmente C. mydas y de ladas anuales (Posada y Brunetti, 1988), ombridge y Luxmoore, 1989) en 1976 unas 1050 tortugas en la vertiente sur, cifra superior a las de la mayoría de las Holanda reportó la importación de 1tm principalmente C. caretta (Guada, 2000). pequeñas naciones insulares del Caribe, provenientes de Venezuela, y Japón ad- Las capturas accidentales de tortugas ma- con mayor área y mayor población. Las quirió carey venezolano en 1957 rinas son realizadas fundamentalmente a zonas arrecifales de la costa continental, (453kg), 1958 (68kg), 1959 (2447kg) y través de redes de ahorque y se han re- como las costas de Anzoátegui, Miranda, 1973 (171kg). Hoy en día las capturas portado capturas simultáneas de hasta Vargas y el Parque Nacional Morrocoy, continuan a niveles desconocidos. Cada cinco carey (Guada, 2000). están en grave estado de deterioro. kg de placas llega a valer 1000 US$ en Las estimaciones de la Weiss y Goddard (1977) el mercado local al menudeo (Guada y captura de tortugas en Los Roques dan y Bone (1980) hicieron las primeras Solé, 2000). Grandes cantidades de es- cifras del orden de 500 ejemplares al revisiónes de los eventos antrópicos que puelas de gallo, de carey, se elaboran en año, principalmente C. mydas y E. imbri- iniciaron los daños sobre los arrecifes del la Isla de Margarita para ser vendidas en cata. Se precisa de una evaluación siste- área de Chichiriviche. Clamens (1987) otras áreas (Gómez et al., 1994). La mática de las capturas incidentales en la documenta el creciente deterioro del área venta por parte de venezolanos de capa- pesca artesanal, para tener números reales costera de la bahía de Carenero. Los razones enteros en Aruba ha sido docu- y evaluar las posibles alternativas para su eventos de blanqueamiento y la práctica mentada (Barmes et al., 1993). Se ha re- disminución. desaparición de especies como Acropora gistrado la exportación a Japón de carey La captura incidental en cervicornis (Losada y Pauls, 2000) en aun después de convertirse Venezuela en la pesca de arrastre (Altuve et al., 1999; toda la costa venezolana continúan, te- país signatario de CITES (Guada y Solé, Marcano y Alió, 1992) según investiga- niendo su caso más grave en la masiva 2000). Dada la intensidad del comercio ciones realizadas respetando las normati- mortalidad de corales y otros invertebra- de pescado y otros productos marinos vas referentes a zonas de pesca y distan- dos en Morrocoy ocurrida en enero de entre Venezuela y las Antillas menores, cia de la costa, representan 0,1% en peso 1996, de probable origen natural (Losada es muy probable que parte del carey re- de la pesca total; 1,75% de las capturas y Klein, 1996). La contaminación de las portado en Japón como originario de de camarón, o un ejemplar cada 752 ho- aguas, el calentamiento global y los sedi- Antigua y Barbuda sea procedente de ras de arrastre. Sin embargo, las capturas mentos en suspensión como consecuencia Venezuela. de camarón por unidad de esfuerzo en- del mal uso de las cuencas, han causado 396 AUG 2002, VOL. 27 Nº 8
fenómenos regionales como el blanquea- Acciones que Benefician a la Tortuga des importantes de anidación para la ca- miento de corales ocurrido en todo el Ca- Carey en Venezuela rey, prioritariamente las dos localidades ribe en la década de los 80 y en 1995/96 en la vertiente sur de la Península de Pa- (McGrath y Smith, 1998) y el epizoismo En Venezuela los esfuer- ria: Los Garzos y Guinimita. También se (Antonius y Ballesteros, 1998). Las mor- zos de investigación y conservación de deben realizar nuevos estudios de genéti- tandades masivas, como la del erizo Dia- tortugas marinas han sido ejecutados fun- ca poblacional de la carey, con énfasis en dema antillarum, ocurrieron en gran parte damentalmente por organizaciones no gu- las principales áreas de anidación y ali- del Caribe, lo mismo que la proliferación bernamentales desde mediados de los mentación. de algas en los arrecifes (Alcolado, et al., años setenta. Existen proyectos que bene- - Determinar la densidad 1998). La rápida dispersión de enferme- fician directa o indirectamente a la carey poblacional en las áreas de alimentación dades en los arrecifes coralinos y las esti- en los estados Zulia, Falcón, Miranda, más importantes para la carey conocidas maciones que ya el 10% de los arrecifes Sucre, Nueva Esparta y en el Archipiéla- hasta el presente, como el este de la Pe- del mundo están destruidos y 30% están go de Los Roques (Buitrago y Guada, nínsula de Paraguaná, Parques Nacionales seriamente afectados (Reaka-Kudla, 1999) 2001). de Morrocoy y Mochima, Golfo de Ca- constituyen uno de los principales proble- En el país hay nueve riaco, norte de la Península de Paria, mas de las áreas de alimentación de la Parques Nacionales, dos Monumentos Golfo de Paria, Parque Nacional Archi- carey. Naturales y tres Refugios de Fauna Sil- piélago Los Roques, los Archipiélagos Una de las amenazas vestre que incluyen áreas en el sector Las Aves y Los Testigos y las Islas La más graves para los arrecifes coralinos es marino-costero; de éstos, cuatro Parques Tortuga y La Blanquilla. el epizoismo por esponjas. Desde hace Nacionales y dos Refugios de Fauna Sil- - Reiniciar los progra- varios años se ha notado que esponjas, vestre incluyen zonas marinas con zonas mas de estimación de la captura inciden- especialmente del genero Cliona, están coralinas, cubriendo cerca de 450000 tal de tortugas en la pesca de arrastre y cubriendo grandes extensiones en los hectáreas. evaluar las de las pesquerías artesanales. arrecifes de Puerto Rico (Weil, 1998). En Por otra parte, la capaci- - Cuantificar los niveles otras partes del Caribe (Hill, 1998), se ha tación a través de más de una decena de de explotación de la carey, tanto para el encontrado a Chondrilla nucula como la “Cursos sobre Biología y Conservación consumo de subsistencia como para el especie principal. Ambas esponjas consti- de Tortugas Marinas” desde 1992 y la comercio ilegal nacional e internacional, tuyen parte de las 10 especies que repre- preparación del “Plan de Acción para la a fin de definir las tendencias y estable- sentan la gran mayoría de la dieta de la Recuperación de las Tortugas Marinas de cer prioridades para las acciones de guar- carey (Diez, 1994) y la falta de consumo Venezuela” desde ese mismo año, han dería. de esponjas, por los bajos números de ca- sido clave para la promoción de las acti- - Intensificar el nivel de rey, puede tener graves consecuencias. La vidades a favor de las tortugas marinas cumplimiento de la legislación vigente. diversidad de los arrecifes del Caribe en Venezuela. Además, como se indicó - Propiciar la promulga- puede ser mantenida, al menos en parte, arriba, Venezuela es parte de varios trata- ción de regulaciones específicas para la por los espongívoros (Hill, 1998). La res- dos internacionales que contemplan la protección de las tortugas marinas y sus tringida dieta de la carey, dependiendo de conservación de las tortugas marinas. hábitats costeros y marinos. unas cuantas especies de esponjas, puede - Fortalecer los esfuer- tener implicaciones graves. Una de las Prioridades de Investigación zos de sensibilización de la población ha- primeras mortandades de invertebrados y Conservación de la Tortuga Carey cia la conservación de las tortugas mari- documentadas en el Caribe fue la de es- en Venezuela nas, a través del uso de los medios de ponjas, ocurrida en la década de 1940, comunicación y la producción de materia- que mermó las poblaciones en gran parte Las recomendaciones les divulgativos. del Caribe, e incluso algunas especies para la investigación y la conservación de - Entrenar estudiantes y desaparecieron (Vicente, 1993). Por 1980 la tortuga carey y otras especies presentes profesionales en técnicas de investigación un patógeno atacó las esponjas del gene- en Venezuela, están contenidas en el y conservación de tortugas marinas, ade- ro Hippospongia del Mediterráneo (Vi- “Plan de Acción para la Recuperación de más de diseñar talleres específicos para cente, 1993). Si las esponjas del Caribe las Tortugas Marinas de Venezuela” pescadores y otros habitantes de las cos- vuelven a sufrir otra epidemia, la supervi- (Guada y Solé, 2000) y se han propuesto tas e islas, y propiciar su participación en vencia de E. imbricata se verá aún más actividades específicas a nivel regional los programas de investigación y conser- amenazada (Diez, 1994). para la Península de Paria (Guada, 2000). vación de tortugas marinas. Las acciones prioritarias son: - Promover y divulgar la Falta de reforzamiento - Identificar las localida- instrumentación de los acuerdos interna- en el cumplimiento de las leyes des de anidación de la carey en la costa cionales, como la Convención Interameri- continental e insular de Venezuela. En las cana para la Protección y Conservación Las infracciones cometi- principales playas de anidación conocidas de las Tortugas Marinas y de otras Con- das contra las tortugas marinas pueden y en las que se identifiquen como indica- venciones de importancia para las tortu- conducir a la imposición de multas o pe- doras, se deben instrumentar programas gas marinas, como el Convenio de Carta- nas de prisión por la Ley Penal del Am- de conservación con participación comu- gena, la Convención Ramsar, MARPOL y biente, pero el reforzamiento del cumpli- nitaria y proyectos de seguimiento que CITES, entre otras. miento de la legislación no es adecuado y permitan estimar la densidad de anidación se conocen pocos casos de penas de pri- y el éxito de eclosión durante varios años Consideración Final sión a los implicados. La mayor parte de seguidos. los casos relacionados con imposición de - Obtener información Dos décadas después se multas se refieren a embarcaciones que sobre los patrones de residencia y rutas pueden considerar vigentes las recomen- no portaban los TEDs o que los llevaban de migración, para lo que se recomienda daciones dadas por Carr y Dodd (1983) cosidos, es decir, no operativos. iniciar programas de marcaje en localida- “El más apropiado y biológicamente sen- AUG 2002, VOL. 27 Nº 8 397
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