ARTICLES Documentación de culturas del acoso en la arqueología: Revisión y análisis de estudios de investigación cuantitativa y cualitativa
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ARTICLES Documentación de culturas del acoso en la arqueología: Revisión y análisis de estudios de investigación cuantitativa y cualitativa Barbara L. Voss Este artículo, el primero de una serie de dos, analiza la investigación actual sobre el acoso en la arqueología que ha dado forma a la disciplina desde finales de 1800. A partir de la década de 1970, el acoso se reconoce como un factor significativo que afecta la equidad de género. Investigaciones cualitativas y cuantitativas recientes han verificado que el acoso ocurre a tasas epidémicas, en tanto les arqueólogues son acosades, principalmente por otres arqueólogues, y esto ocurre no sólo en entornos de investigación de campo, sino también en aulas, laboratorios, museos, lugares de trabajo y conferencias. Aunque las mujeres en la arqueología experimentan acoso con mayor frecuencia, las cifras de hombres como de mujeres informan de acoso en proporciones inquietantemente altas. Les arqueólogues de color, LGBTQIA+, no binarios y con discapacidades tam- bién son hostigades de manera desproporcionada. Como se refleja en las propias experiencias de la autora, el acoso crea una carga cognitiva para les sobrevivientes y reduce el acceso a oportunidades profesionales, impactando directamente en la diversidad dentro de la arqueología. Afortunadamente, existen intervenciones y políticas basadas en evidencia que pueden reducir esta práctica y apoyar a les sobrevivientes, lo que se analiza en el segundo artículo, “Contra las culturas del acoso en la arqueología: Enfoques socioambientales y basados en el trauma para la transformación disciplinaria”. Palabras clave: acoso en la arqueología, discriminación, equidad, medios de prevención This article is the first of a two-part series to analyze current research on harassment in archaeology. Harassment has shaped the discipline of archaeology since at least the late 1800s. Since the 1970s, harassment has been recognized as a significant factor impacting gender equity in archaeology. Recent qualitative and quantitative research has verified that harassment occurs at epidemic rates in archaeology. Archaeologists are primarily harassed by other archaeologists, and harassment occurs not only in field research settings but also in classrooms, laboratories, museums, office workplaces, and conferences. Although women in archaeology experience a higher frequency of harassment, both men and women report harassment at disturbingly high rates. Archaeologists of color, LGBTQIA+ archaeologists, nonbinary archaeologists, and archaeologists with disabilities are also disproportionately harassed. As reflected in the author’s own career experiences, harassment creates a cognitive burden for survivors and reduces access to professional opportunities, directly impacting diversity within archaeo- logy. Fortunately, there are evidence-based interventions and policies that can reduce harassment and support survivors. These are discussed in the second article, “Contra las culturas del acoso en la arqueología: Enfoques socioambientales y basados en el trauma para la transformación disciplinaria.” Keywords: harassment in archaeology, discrimination, equity, means of prevention Nota de les editores: Barbara Voss ha publicado dos artículos en American Antiquity (volumen 86). Dada la importancia del tema y el interés de la SAA, de Cambridge University Press, de les editores de American Antiquity, Latin American Antiquity y de la propia autora en que estos artículos estén disponibles lo más ampliamente posible, nos complace publicar en Latin Ame- rican Antiquity las traducciones oficiales al español de ambos artículos, que además incorporan el uso de lenguaje inclusivo. Al traducir este artículo, se utilizó lenguaje inclusivo para referirse a las personas cuyo género es no binario o no se conoce y en el caso de grupes se utilizó lenguaje neutro cuando había más de un género. De esta manera, la Revista avala la utilización de diferentes formas de lenguaje inclusivo, no sexista y no discriminatorio. Las citas textuales que estaban originalmente en inglés se han traducido para esta publicación. Las versiones en inglés y en español son de libre acceso. Barbara L. Voss ▪ Department of Anthropology, Stanford University, Stanford, CA, USA (bvoss@stanford.edu) Latin American Antiquity 32(4), 2021, pp. 671–688 Copyright © The Author(s), 2021. Published by Cambridge University Press on behalf of the Society for American Archaeology. This is an Open Access article, distributed under the terms of the Creative Commons Attribution- NonCommercial-NoDerivatives licence (https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/), which permits non-commercial re-use, distribution, and reproduction in any medium, provided the original work is unaltered and is properly cited. The written permission of Cambridge University Press must be obtained for commercial re-use or in order to create a derivative work. doi:10.1017/laq.2021.79 671 Downloaded from https://www.cambridge.org/core. IP address: 46.4.80.155, on 04 Jan 2022 at 00:48:02, subject to the Cambridge Core terms of use, available at https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.1017/laq.2021.79
672 LATIN AMERICAN ANTIQUITY Vol. 32, No. 4, 2021 [Advertencia de contenido: Este artículo discute transmiten hostilidad, objetivación, exclusión el acoso y la discriminación en la arqueología, e o un estatus de segunda clase basado en el incluye relatos de agresión sexual.] género percibido o en la orientación sexual de la persona atacada. El contenido de algunas S oy una sobreviviente de acoso y agresión declaraciones también puede ser discriminato- sexual en la arqueología. Y no estoy sola. rio, como afirmar que un género no es ade- En la década pasada, investigadores, acti- cuado para ciertos tipos de trabajo. Otro tipo vistas y sobrevivientes1 han hablado pública- de acoso tiene un enfoque sexual, incluidas mente de lo que fue siempre un secreto a voces: las miradas lascivas, hacer gestos sexuales, que les arqueólogues experimentan acoso y asalto exhibir objetos o imágenes sexualmente suge- a tasas epidémicas (Tabla 1), que este comporta- rentes, hacer o usar comentarios despectivos, miento abusivo es perpetrado principalmente por epítetos, difamaciones y bromas, hacer comen- otres arqueólogues y que les perpetradores rara tarios verbales gráficos sobre el cuerpo de una vez rinden cuentas por sus acciones. persona y el uso de palabras sexualmente El acoso es un problema que afecta a todes degradantes para describir a una persona (Cali- les arqueólogues, reduciendo la diversidad de fornia Department of Fair Employment and nuestra disciplina al alejar a investigadores de Housing 2020). El acoso físico incluye “con- áreas y temas específicos, o marginar a otres tacto sexual no deseado o contacto sexual en por completo del campo. En consecuencia, el el que no se pudo dar o no se dio consenti- acoso no sólo afecta a arqueólogues indivi- miento, o se percibió que no era seguro dualmente, sino también a la investigación negarse o defenderse” (Clancy et al. 2014:4). arqueológica y a nuestras interpretaciones del La coacción sexual puede involucrar acoso pasado. El acoso no es causado sólo por unas físico o no físico, por ejemplo, si “un trato pro- cuantas malas personas, sino que está amparado fesional o educativo favorable depende de” la por condiciones estructurales y una cultura aceptación de una atención sexual; o cuando disciplinaria. La buena noticia es que existen una persona amenaza o toma “represalias des- prácticas simples que pueden reducir el acoso pués de recibir una respuesta negativa a las en la arqueología y disminuir sus efectos nega- insinuaciones sexuales” (California Department tivos. Estas medidas, basadas en la evidencia, se of Fair Employment and Housing 2020). discuten en el segundo artículo de esta serie, Tanto el acoso físico como el no físico puede “Contra las culturas del acoso en la arqueología: tomar la forma de “humillaciones” e “insinuacio- Enfoques socioambientales y basados en el nes” (Clancy 2018). Las humillaciones son actos trauma para la transformación disciplinaria” —como comentarios o gestos sexistas, racistas u (Voss 2022). homofóbicos— que estigmatizan a las personas de acuerdo con su identidad real o percibida. ¿Qué es el acoso? Las insinuaciones son avances sexuales no deseados, como presión verbal para entablar En los Estados Unidos, el término “acoso una relación íntima, caricias no deseadas, pro- sexual” se refiere a una amplia gama de prác- puestas quid pro quo y agresión sexual. Estos ticas discriminatorias e ilegales relacionadas dos aspectos están interrelacionados y muchos con la identidad de género y la orientación actos de acoso involucran tanto estigmatización sexual —reales o percibidas—, así como tam- basada en la identidad como insinuaciones bién con avances sexuales no deseados, coac- sexuales no deseadas. ciones quid pro quo, entornos hostiles y Uno de los hallazgos más importantes de agresiones sexuales que ocurren en ámbitos investigaciones recientes es que el acoso no educativos y laborales. Tanto en contextos físico “puede llegar al mismo nivel de resultados legales como de investigación, la mayoría de profesionales y psicológicos negativos que . . . la gente tiende a distinguir entre acoso físico [en] instancias de coacción sexual” (National y no físico. El acoso no físico incluye compor- Academies of Sciences, Engineering, and Medi- tamientos verbales y no verbales que cine 2018). En consecuencia, aunque es útil Downloaded from https://www.cambridge.org/core. IP address: 46.4.80.155, on 04 Jan 2022 at 00:48:02, subject to the Cambridge Core terms of use, available at https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.1017/laq.2021.79
https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.1017/laq.2021.79 Downloaded from https://www.cambridge.org/core. IP address: 46.4.80.155, on 04 Jan 2022 at 00:48:02, subject to the Cambridge Core terms of use, available at Voss Tabla 1. Prevalencia del acoso en la arqueología. Frecuencia de participantes del estudio que reportan acoso (%) Tipo de acoso No Personas de color/ Personas con Estudio de investigación Población N (subgrupo) Hombres Mujeres binarios LGBTQIA+ minorías étnicas discapacidades DOCUMENTACIÓN DE CULTURAS DEL ACOSO EN LA ARQUEOLOGÍA Encuesta de experiencias de Investigadores de campo 666 No físico 40,0 10,0 campo académicoa (23,9% arqueólogues) Asalto sexual 6,0 26,0 Southeastern Archaeological Participantes de la Southeastern 382 No físico 46,0 75,0 Conferenceb Archaeological Conference Contacto sexual no 8,0 15,0 deseado Gender Equality and Sexual Participantes de la Society for 454 Verbal (estudiantes) 23,0 44,0 61,0 44,0 Harassment (GESH)c California Archaeology Físico (estudiantes) 6,0 20,0 32,0 15,0 Verbal 19,0 51,0 48,0 49,0 (profesionales) 5,0 19,0 14,0 26,0 Físico (profesionales) Acoso sexual en arqueologíad Arqueólogues (España) 321 No físico y físico 15,0 51,0 Experiencias de trabajo de Arqueólogues (internacional) 300 No físico y físico 14,8 33,6 100,0 42,4 23,5 47,5 campoe Arqueología en Canadáf Arqueólogues (Canadá) 315 Acoso sexual 16,0 78,0 Equidad y diversidad en la Arqueólogues (Canadá) 564 Verbal 49,7 66,5 arqueología de Canadág Contacto no 4,1 21,7 deseado Violencia/asalto 2,7 6,3 sexual a Clancy et al. 2014. b Meyers et al. 2015, 2018. c Radde 2018; VanDerwarker et al. 2018. d Coto-Sarmiento et al. 2018. e Bradford et al. 2019. f Jalbert 2019. g Hodgetts et al. 2020. 673
674 LATIN AMERICAN ANTIQUITY Vol. 32, No. 4, 2021 distinguir entre el acoso físico y no físico con más altas que les arqueólogues de raza blanca, fines de investigación, sería un error suponer heterosexuales y cisgénero. que uno es más o menos severo que el otro. El acoso verbal y visual puede generar entornos Testimonio personal: Lo que me sucedió laborales y educativos hostiles, y ambas formas a mí también se reconocen como conductas que aumentan la vulnerabilidad de las víctimas de “Lo que funciona mejor es cuando los hombres abuso físico (Johnson et al. 2018:2). cavan y las mujeres criban”. “¿Cómo puedes Todos los tipos de acoso pueden ser direc- [excavar/cribar] con esos [ jerga para ‘senos’]?” tos o indirectos. El acoso directo se refiere a “¿Cómo sabes que eres realmente lesbiana si situaciones en las que las acciones de una per- todavía no te has acostado conmigo [un sona afectan directamente a otra. El acoso indi- hombre]?” recto ocurre cuando alguna persona se ve Cuando comencé mi carrera en arqueología afectada por un comportamiento que no está hace 35 años, comentarios como estos eran tan necesariamente dirigido hacia ella. Escuchar frecuentes en el campo que ya los esperaba. lenguaje discriminatorio o sexualmente degra- Como observa Heath-Stout, la prevalencia del dante, estar en un entorno de trabajo donde acoso y la agresión sexual ha “moldeado la cul- se muestran imágenes ofensivas y presenciar tura de la disciplina y a orillado a algunas perso- el acoso de otra persona son todos ejemplos nas dentro de ella a ver el acoso constante como de acoso indirecto. Además, este puede incluir una especie de precio a pagar . . . por hacer traba- situaciones en las que supervisores o guardiá- jos arqueológicos” (Heath-Stout 2019:286). nes crean un ambiente de aprendizaje o de tra- En esta lucha de décadas, los relatos de les bajo sesgado al mostrar favoritismo a una sobrevivientes han sido fundamentales para persona basado en una relación romántica o crear conciencia sobre el acoso en la arqueología sexual real o deseada. al hacer que “los secretos a voces sean un poco El acoso y la intimidación a veces se usan menos secretos” y así proporcionar “una herra- indistintamente. Ambos implican comporta- mienta importante para enfrentar la injusticia mientos dañinos o hirientes que suponen un social e instigar al cambio social” (Collective desequilibrio de poder, generalmente en un con- Change 2019:13). Aún así, dudé en incluir mi texto en el que la persona tiene dificultades para propia experiencia en este artículo. Como detener esas acciones. El acoso ocurre cuando los muches otres sobrevivientes de acoso, tengo comportamientos no deseados están conectados “miedo de ser avergonzada o acusada, [y] ansie- con la identidad de la persona: género, orien- dad de perder credibilidad y respeto” (Ross tación sexual, edad, raza, origen étnico, naciona- 2015:180). Como explica Mahmood en su lidad, antecedentes de clase, "queerness" y/o ensayo sobre su propia violación durante una discapacidad. Cada vez se utiliza más la expre- investigación de campo etnográfica, “Después sión “acoso basado en la identidad” para abarcar de todo, no quiero que me vean como una víc- esta amplia gama de comportamientos discrimi- tima” (Mahmood 2009). natorios y rapaces. Pero no querer ser vista como una víctima Para este artículo uso el significado amplio de también ha significado distanciarme de otres “acoso”, reconociendo que el género y la sexua- arqueólogues que han dado testimonio público lidad no son los únicos factores en los abusos de sobre sus experiencias como objectivo de acoso poder en contextos profesionales. Aunque la y asalto. Con pocas excepciones, han sido las mayor parte de los comentarios sobre el acoso personas más vulnerables de nuestra profesión en la arqueología se ha centrado en la dinámica —estudiantes, aprendices y profesionales princi- de “agresor masculino, víctima femenina”, estu- piantes— quienes han informado de sus expe- dios recientes demuestran que un número significa- riencias y han exigido la rendición de cuentas tivo de hombres también es acosado. En particular, de sus empleadores, las universidades y las les arqueólogues de color, LGBTQIA+2 y con sociedades profesionales. Como arqueóloga discapacidades reportan acoso en tasas mucho sénior, quiero compartir públicamente los Downloaded from https://www.cambridge.org/core. IP address: 46.4.80.155, on 04 Jan 2022 at 00:48:02, subject to the Cambridge Core terms of use, available at https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.1017/laq.2021.79
Voss DOCUMENTACIÓN DE CULTURAS DEL ACOSO EN LA ARQUEOLOGÍA 675 riesgos psicológicos y profesionales de ser iden- Al principio de mi carrera casi siempre fui la tificada como una sobreviviente y así contribuir única persona “abiertamente” homosexual en con mi testimonio a brindar una perspectiva a proyectos de campo. Sentía mucha presión por largo plazo. “ser uno de los chicos”, lo que me llevó a Muchos estudios omiten información sobre tomar malas decisiones, como tratar de igualar raza, sexualidad y clase social tanto de las vícti- a otros colegas bebiendo licor, seguirles las bro- mas como de les victimaries. Para contextualizar mas con contenido sexual y fingir que la porno- mi narrativa personal, soy una arqueóloga grafía no me molestaba. En un proyecto, un blanca, homosexual, de clase media, y las perso- supervisor que previamente había hecho comen- nas que me acosaron también eran blancas y, tarios de acoso me invitó a unirme a él y a otros según todas las apariencias, de clase media. miembros del equipo para ver una película porno Junto con mi función actual como profesora uni- en un cine para adultos en la ciudad cercana. versitaria, mi carrera de 35 años en arqueología Desesperada por sentir que pertenecía, acepté, incluye mi formación de estudiante universitaria, sólo para ser ridiculizada durante y después de maestría y doctorado, roles sin jerarquía de la película. En retrospectiva, es fácil ver cómo supervisión en la gestión de recursos culturales estos intentos por “encajar” siempre resultaron del sector privado, empleo y colaboración con contraproducentes, exponiéndome a más acoso museos, contratos y asociaciones con agencias y a atención sexual no deseada. Pero como apren- gubernamentales, con tribus nativas americanas, diz joven e inexperta, no sabía qué esperar o con organizaciones de patrimonio comunitario y cómo lidear con el sexismo y la homofobia firmas de consultoría ambiental, y participación comúnmente presentes en los entornos de inves- y servicio a sociedades arqueológicas profesio- tigación de campo. nales. Al compartir mis experiencias personales, Aunque he trabajado con muches superviso- he optado por no nombrar personas, instituciones res amables y compasives, también aprendí que o proyectos. He utilizado términos basados en no siempre podía contar con elles para priorizar rangos neutrales al contexto, como “aprendiz”, mi bienestar. En un proyecto, un colega se “colega”, “supervisore”, “directore de proyecto” expuso a mí en la ducha. Otra noche, mientras y “guardiane”, para describir los puestos que estaba borracho, trató de irrumpir cuando estaba ocupaba yo, les acosadores y les presentes en el en el baño. Cuando le mencioné su comporta- momento de los eventos. Pido a les lectores miento a mi supervisora, ella me interrumpió que se abstengan de especular sobre las personas para elogiar las importantes habilidades técnicas o proyectos específicos involucrados en estos de esto colega. Dijo que no tenía idea de cómo incidentes para mantener el enfoque en las condi- podría completar el proyecto sin él. El mensaje ciones estructurales que permiten y perpetúan fue claro: las habilidades de mi colega eran estos abusos de poder. más importantes para mi supervisora que mi seguridad. En el campo En una ocasión, cuando viajaba a un nuevo Cuando entré en la arqueología como aprendiz, proyecto, me indicaron que debía tomar un auto- me sorprendieron las bromas sexuales desenfre- bús a un pueblo lejano (cerca del sitio arqueoló- nadas en el campo y en los laboratorios. En un gico) y llamar a mi supervisora desde un teléfono proyecto, la broma favorita de mi supervisor era público para que me recogiera. Cuando la llamé, sostener un mortero recientemente excavado u nadie respondió. Llamé repetidamente sin suerte. otra piedra alargada y luego preguntarme qué En esos días anteriores al teléfono celular, no pensaba del “complaciente”. No entendí lo que tenía forma de contactar a nadie más para pedir quería decir hasta que une colega sénior me ayuda. Cuando cayó la noche, el conductor del explicó que el supervisor estaba insinuando que autobús, que había insistido en quedarse con- los artefactos tenían forma de consoladores. migo en la estación, llamó a personas que cono- Cuando fingí que no había escuchado estas cía para que me llevaran al lugar. Tres hombres “bromas” racistas y sexistas, mi supervisor lo llegaron en un automóvil unos minutos más repitió más y más alto hasta que fingí una risa. tarde, el conductor del autobús cargó mi equipaje Downloaded from https://www.cambridge.org/core. IP address: 46.4.80.155, on 04 Jan 2022 at 00:48:02, subject to the Cambridge Core terms of use, available at https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.1017/laq.2021.79
676 LATIN AMERICAN ANTIQUITY Vol. 32, No. 4, 2021 en el maletero del automóvil y luego me llevó al Unas semanas más tarde, me enteré de que asiento trasero del automóvil. Quedé atrapada en esta misma supervisora estaba difundiendo el asiento trasero entre dos de los hombres, mien- rumores de que yo tenía una aventura extramatri- tras el tercero conducía el auto. monial con otra colega. Preocupada de que este A los pocos minutos de salir de la estación de chisme pudiera afectar mi reputación profesio- autobuses, los dos hombres en el asiento trasero nal, hablé con otro supervisor. Él me ofreció comenzaron a agredirme sexualmente. Mientras cubrirme mientras cambiaba discretamente mi conducíamos por carreteras rurales oscuras, no rol, de modo que ya no tuviera que informar tenía forma de saber dónde estábamos ni cómo directamente a la supervisora abusiva. Pero tam- salir del vehículo. Perdí la noción del tiempo; bién me aconsejó que siguiera siendo amigable y pasaron una o más horas hasta que finalmente lle- colegial con ella porque pensó que, de enterarse gamos al sitio arqueológico. Aturdida, salí del de mi queja, tomaría represalias. coche a tropezones mientras uno de mis asaltan- tes sacaba mis maletas de la cajuela y las colo- Hoy caba en el suelo. Después de que los tres En mis 35 años como arqueóloga en ejercicio, las hombres se marcharon, encontré a mi supervi- experiencias positivas han superado con creces sora y le conté lo que había sucedido. Parecía las negativas. Incluso en proyectos o en lugares confundida y dijo que probablemente no me de trabajo donde fui acosada, la gran mayoría había esforzado lo suficiente para llamarla. Me de mis colegas y supervisores ha mostrado com- dijo que me veía bien, que obviamente no me pasión y ética y no han tolerado ni permitido el habían lastimado y que intentara tener un buen acoso ni el abuso. descanso por la noche. A la mañana siguiente, La seguridad de mi puesto actual como profe- el director del proyecto vino a hablar conmigo. sora universitaria titular podría dar la impresión Dijo que había escuchado (presuntamente, de de que mi carrera no se vio afectada negativa- mi supervisora) que había tenido una experiencia mente por estas experiencias. Por el contrario, difícil el día anterior, pero que estaba aliviado de alejarse de relaciones profesionales particulares que yo estuviera bien. Luego se alejó. a menudo significaba renunciar a ciertos tipos No estaba bien. No lo estaba. de capacitación, financiamiento y oportunidades de investigación. Como muches otres arqueólo- En el laboratorio y en la oficina gues que han sido acosades (Meyers et al. Mis experiencias con el acoso en la arqueología 2018:281), dos veces abandoné la arqueología no se limitan a entornos de trabajo de campo. En por completo. Sin embargo, no fue mucho una entrevista de trabajo, me preguntaron sobre mejor en otros lugares. En los trabajos del sector el estado de mi relación y si planeaba quedar de servicios y de atención al público me presio- embarazada pronto. Los comentarios sobre mi naron para feminizar mi apariencia. En un trabajo cuerpo y mi ropa y los cuerpos y la ropa de que no era de arqueología, un supervisor me otres colegas, así como las preguntas inapropia- mostró dibujos eróticos que me había hecho y das sobre mi identidad sexual y mi actividad me ofreció dinero extra para tener sexo con él. sexual, eran comunes en algunos laboratorios y Creo que en algún momento decidí inconsciente- oficinas. En uno de ellos, una supervisora mente que, si me iban a acosar en el trabajo, al comenzó a hacerme comentarios sexualmente menos en la arqueología estaba haciendo un tra- explícitos durante nuestras reuniones individua- bajo que amaba. les. Se jactaba de sus habilidades y de su fuerte Como demuestra la investigación revisada a deseo sexual. Una vez, alardeando de la firmeza continuación, les acosadores en la arqueología de sus pechos, me dijo que los tocara. Cuando me suelen atacar a les subordinades. Muchos de los negué, ella se acercó, me agarró de la muñeca y incidentes que he descrito ocurrieron cuando puso mi mano sobre su pecho. “Apriétalo y yo era una arqueóloga en formación o princi- verás”, me exigió, riendo. Retiré mi mano sin piante. Me gustaría poder decir que mi posición apretarla. Se molestó y terminó la reunión de sénior me ha protegido completamente del abruptamente. acoso, pero desafortunadamente éste no es el Downloaded from https://www.cambridge.org/core. IP address: 46.4.80.155, on 04 Jan 2022 at 00:48:02, subject to the Cambridge Core terms of use, available at https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.1017/laq.2021.79
Voss DOCUMENTACIÓN DE CULTURAS DEL ACOSO EN LA ARQUEOLOGÍA 677 caso. Mi visibilidad profesional como arqueó- Investigación sobre la equidad de género: El loga homosexual sigue exponiéndome al acoso acoso como mecanismo de exclusión homofóbico y transfóbico. Rutinariamente, cole- La lucha contra el acoso en la arqueología tiene gas y estudiantes me informan que fueron raíces profundas que se remontan a la fundación “advertides” por otres arqueólogues sobre mi de nuestra disciplina. En los Estados Unidos, la orientación sexual. En una reunión anual de la primera sociedad antropológica (que incluía Society for American Archaeology (SAA) hace arqueólogues) —Anthropological Society of sólo unos años, otra arqueóloga llamó a la segu- Washington (ASW)— excluyó completamente ridad del hotel cuando me encontró en el baño a las mujeres de la participación. En respuesta, apropiado para mi género. El privilegio de obte- en 1885, un grupo de mujeres antropólogas, ner una cátedra universitaria, en mi caso, es sig- entre las que estaban las arqueólogas Mary nificativo: ya no me preocupa perder mi trabajo Hemenway, Zelia Nuttall, Matilda Coxe Steven- debido al acoso basado en la identidad. Y ahora son y Alice Fletcher, formaron la Women’s sé que pertenezco a la arqueología y que el Anthropological Society of America (WASA). acoso es siempre culpa de la persona que lo Su trabajo se volvió tan influyente que la comete. ASW solicitó su participación, invitándolas a varias reuniones conjuntas entre 1893 y Activismo e investigación sobre el acoso en 1898 y, finalmente, abandonó su política de la arqueología “sólo para hombres”. En 1902 las dos organi- Por supuesto, sabía que no era la única arqueó- zaciones se fusionaron en la American Anthropo- loga que había sido acosada en el transcurso de logical Association (AAA; Lamb 1906; Levine sus estudios y en el trabajo profesional. Durante 1994). mucho tiempo, se han circulado secretos a voces Las miembros de WASA (y, más tarde, de la con información sobre supervisores, colegas y AAA) observaron que las mujeres tenían muchas proyectos que deben evitarse. Paradójicamente, más dificultades para ingresar a la arqueología este enfoque en las personas “malas” y los pro- que a otras ramas de la antropología. La natura- yectos “inseguros” desvió la atención de la fre- leza basada en equipos de la arqueología fue cuencia endémica del acoso en toda la reconocida como la fuente de muchas barreras: profesión. En los últimos siete años, la investiga- “la formación arqueológica es una cuestión de ción sistemática ha revelado que el acoso ocurre aprendizaje y el éxito depende de manera crucial a tasas epidémicas en la arqueología y sigue de formar parte de un equipo de investigación patrones regulares relacionados con el entorno donde se pueda desarrollar la experiencia y la de la investigación, las identidades y rangos de credibilidad necesarias” (Wylie 1994a:68-69). les acosadores, sus víctimas y la presencia o La investigación histórica muestra que, entre ausencia de códigos de conducta efectivos. los fines del siglo diecinueve y la primera La mayoría de los estudios revisados aquí mitad del siglo veinte, las arqueólogas superaron analizaron el acoso desde la perspectiva binaria en gran medida estas barreras a través de tres hombre-mujer, y muchos no desglosaron la estrategias: riqueza independiente, identificación información recopilada por raza, clase, orien- y ocupación de roles de nicho y asociaciones y tación sexual y capacidad. Al señalar que la matrimonios con arqueólogos hombres (Brow- comunidad arqueológica de América del man 2013; Levine 1994). Este último enfoque Norte es abrumadoramente blanca, Leighton normalizó las relaciones íntimas como una vía (2020:446) describió su investigación como para el acceso de las mujeres a sitios arqueológi- “implícitamente un estudio de la blanquitud”. cos, colecciones y laboratorios. En 1971, se Por lo tanto, he prestado especial atención a las publicó de forma anónima en el AAA Anthropol- investigaciones y los testimonios que se enfocan ogy Newsletter “The Female Anthropologist’s en las identidades más allá del género binario y Guide to Academic Pitfalls”. Le autore anónime consideran el impacto de la raza, la etnia, la observó sarcásticamente que, para tener éxito, las clase y la discapacidad. arqueólogas debían estar “casadas con el director Downloaded from https://www.cambridge.org/core. IP address: 46.4.80.155, on 04 Jan 2022 at 00:48:02, subject to the Cambridge Core terms of use, available at https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.1017/laq.2021.79
678 LATIN AMERICAN ANTIQUITY Vol. 32, No. 4, 2021 de campo, una situación ideal y fervientemente mujeres junior como el patrón más común, recomendada” (Anónimo 1994:8). pero también señalaron la presencia de acoso En la década de 1970, en los Estados Unidos, entre pares, del mismo sexo, junior-sénior y las leyes de derechos civiles, Civil Rights Act mujer-hombre, así como el mayor riesgo que (aprobada en 1964 y enmendada en 1972) y la enfrentaban les arqueólogues LGBTQIA+ y de Equal Employment Opportunity Act (1972), color (Goulding y Buckley 1994; Howell 1990; impulsaron a las sociedades profesionales Moser 2007; Reyman 1994; She 2000; Wilden- arqueológicas a abordar sistemáticamente las sen 1994; Wright 2003:231). A principios de la cuestiones de equidad. En 1970, la Association década del 2000, tanto la AAA como el Ameri- of Black Anthropologists (ABA; originalmente, can Institute of Archaeology incorporaron políti- Committee on Minority Participation) se formó cas contra el acoso en sus códigos de ética como una sección de la AAA para “resaltar situa- (Wright 2003:227). En 2015 la SAA emitió por ciones de explotación, opresión y discrimina- primera vez una declaración (Statement on ción” y vincular la teoría antropológica “con Sexual Harassment and Violence) y en 2016 las luchas por la justicia social” (Association of modificó sus Principles of Archaeological Ethics Black Anthropologists 2020; véase también con el “Principio N° 9: Entrornos Educativos y Harrison 1987). La Society for Black Archaeolo- Laborales Seguros” (Hays-Gilpin et al. 2019; gists, fundada en 2011, continúa y amplía esta Society for American Archaeology 2020; Wright misión, incluido un compromiso explícito de 2003, 2008). “abordar el acoso, la repatriación y las preocupa- ciones de les arqueólogues LGBTQIA” (Frank- Cuantificación: Investigación de encuestas lin et al. 2020:759). En la década del 2010, una serie de estudios de A partir de mediados de la década de 1970, investigación cuantitativa basada en encuestas varios comités sobre la condición de la mujer evaluó el alcance preciso del acoso en la arqueolo- en la arqueología se centraron en el fenómeno gía. La primera encuesta que incluyó directamente conocido en inglés como pipeline problem (lite- a les arqueólogues, la Survey of Academic Field ralmente, un problema de la tubería vacía): la Experiences de 2013 (SAFE13; Clancy et al. aparente falta de mujeres calificadas para compe- 2014), surgió a través de la experiencia de la antro- tir en pie de igualdad por trabajos profesionales póloga biológica Kathryn Clancy como bloguera en la arqueología (Levine 1994; Tomásková sobre cuestiones de género en la investigación: 2008; Wylie 1993, 1994b). Sin embargo, a mediados de la década de 1980, los avances sig- Gracias a este blog, recibo muchos correos y nificativos de las mujeres en la enseñanza de la contacto con mujeres que tienen historias que arqueología no se reflejaban en el mercado labo- contar sobre sus experiencias en la ciencia. ral y los “patrones de subrepresentación y segre- Ya he escuchado suficientes historias de gación laboral . . . ya no podían explicarse en acoso y asalto, de menosprecio y de ser igno- términos de un problema de diversidad” (Wylie rado, de sexismo sutil, por lo que manifiesto 1993:250). La investigación y la promoción de y siento que es hora de compartir algunas de la equidad se orientaron hacia el fenómeno de ellas [Clancy 2012]. leaky pipeline (literalmente, fuga en la tubería): La encuesta SAFE13 se distribuyó entre investi- arqueólogas, con las mismas calificaciones y gadores de múltiples disciplinas de campo y se experiencia que sus pares masculinos, estaban organizó en torno a tres preguntas centrales: abandonando el campo u ocupando puestos de menor estatus y peor remuneración. En un taller (1) ¿Les encuestades experimentaron acoso y de equidad de la AAA de 1992, les participantes agresión durante los trabajos de campo? identificaron el acoso como un factor clave que (2) Si es así, ¿quiénes fueron las víctimas y les afectaba la equidad de género en la arqueología perpetradores? (Nelson y Nelson 1994:233-234). Los informes (3) ¿Existen códigos de conducta y mecanismos y publicaciones realizadas luego de este taller de denuncia eficaces vinculados a los traba- identificaron a hombres séniors que acosaban a jos de campo? Downloaded from https://www.cambridge.org/core. IP address: 46.4.80.155, on 04 Jan 2022 at 00:48:02, subject to the Cambridge Core terms of use, available at https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.1017/laq.2021.79
Voss DOCUMENTACIÓN DE CULTURAS DEL ACOSO EN LA ARQUEOLOGÍA 679 Les encuestades fueron reclutades a través de una de campo. En particular, muches encuestades combinación de redes sociales, listas de miem- también enfatizaron que el acoso había generado bros profesionales, muestreo y referencias en inseguridad sobre sus propias habilidades y el cadena. De les 666 encuestades, el 23,9 por futuro de su carrera, y muches consideraron ciento eran arqueólogues, de elles el 72,4 por abandonar el campo por completo (Meyers ciento informó tener conocimiento de acoso y et al. 2015:28). Esto sugiere una conexión entre asalto durante los trabajos de campo. Un 70 por el acoso y el fenómeno de leaky pipeline que ciento de las mujeres y un 40 por ciento de los reduce la diversidad entre les arqueólogues. hombres informaron que habían experimentado El estudio de les miembros de la SCA, deno- acoso personalmente, mientras que un 26 por minado Gender Equity and Sexual Harassment ciento de las mujeres y un 6 por ciento de los (GESH), es la encuesta más completa y detallada hombres denunciaron la agresión sexual durante realizada hasta la fecha, y confirma las tasas la investigación de campo (Clancy et al. 2014:2- generalmente altas de acoso en la arqueología. 5). Además, les encuestades de SAFE13 infor- El estudio de GESH encontró que, entre les estu- maron que el acoso fue perpetrado predominan- diantes como también entre les arqueólogues temente por otres miembros del equipo de profesionales, las mujeres eran abrumadora- investigación y no por personas extrañas o loca- mente acosadas por los hombres, mientras que les. Las mujeres encuestadas informaron con los hombres eran acosados casi por igual por mayor frecuencia ser blanco de sus superiores hombres y mujeres (Radde 2018:238, 241). Los (acoso vertical), mientras que los hombres resultados de GESH también desafían la percep- encuestados comúnmente informaron serlo de ción de que el acoso es más común durante la sus pares (acoso horizontal). investigación de campo arqueológica, puesto Dos estudios utilizaron listas de participantes que el acoso reportado “tuvo lugar en proporcio- de sociedades de arqueología (Southeastern nes casi iguales en el campo, el aula y el labora- Archaeological Conference [SEAC] y Society torio/oficina en todos los datos demográficos” for California Archaeology [SCA]) para reclutar (Radde 2018:239). participantes de la encuesta, lo que arrojó resulta- El estudio de GESH también indicó que muy dos estadísticamente significativos.3 Al igual que pocas víctimas de acoso o agresión reportaron SAFE13, ambos estudios revelaron una alta pre- sus experiencias. Les que lo hicieron indicaron valencia tanto de acoso no físico como de con- que fue en gran medida ineficaz. Radde concluye tacto sexual no deseado durante las experiencias que “nuestra cultura disciplinaria no fomenta la de campo. Ambos estudios también confirmaron denuncia, que denunciar el acoso no está social- el patrón general en el que las arqueólogas expe- mente avalado, o que el miedo a las represalias es rimentaron más acoso vertical y los arqueólogos un factor importante” (Radde 2018:244). El estu- fueron acosados con mayor frecuencia por sus dio “Acoso sexual en Arqueología” (ASA), una pares (Meyers et al. 2015, 2018; Radde 2018; encuesta basada en la web sobre el acoso en VanDerwarker et al. 2018). España, extrajo conclusiones similares: el 89 El estudio SEAC también analizó los resulta- por ciento de los casos denunciados formalmente dos de la encuesta en relación con la etapa de la no tuvo consecuencias para les acosadores carrera y la trayectoria profesional, y estableció (Coto-Sarmiento et al. 2018:24, 39). El estudio que “aquelles que experimentaron acoso sexual ASA también confirmó que los patrones docu- o contacto no deseado estaban abrumadoramente mentados en los EE.UU. son igualmente fre- en posiciones de ‘bajo estatus’ cuando ocurrieron cuentes en España, incluyendo el patrón los incidentes”, incluyendo “estudiantes de uni- dominante de acoso de arqueólogues junior por versidad y posgrado, así como técniques de parte de hombres en posiciones de autoridad campo y voluntaries” (Meyers et al. 2015:32). (Coto-Sarmiento et al. 2018:22-23). De les encuestades, el 12 por ciento informó El estudio GESH fue el primero en la arqueo- que el acoso había afectado sus carreras, logía en recopilar y divulgar sistemáticamente haciendo más lentas sus trayectorias de investiga- información sobre la relación entre acoso y raza, ción y provocando cambios de trabajo o de sitios orientación sexual e identidad de género no Downloaded from https://www.cambridge.org/core. IP address: 46.4.80.155, on 04 Jan 2022 at 00:48:02, subject to the Cambridge Core terms of use, available at https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.1017/laq.2021.79
680 LATIN AMERICAN ANTIQUITY Vol. 32, No. 4, 2021 binarios. Les arqueólogues de color de todos los deseados, en contraste con sólo el 16 por ciento géneros reportaron experiencias de acoso verbal de los hombres cisgénero (Jalbert 2019:177). A y físico superiores al promedio; de hecho, les partir de entrevistas de seguimiento con 17 encues- profesionales de color mostraron la frecuencia tades, Jalbert observa que la prevalencia del acoso más alta de acoso físico frente a cualquier otro afecta a todas las arqueólogas, que “son muy cons- grupo de análisis (Radde 2018:238-239, 252). cientes de la posibilidad de que se perpetren situa- Las personas LGBTQIA+ también reportaron ciones inapropiadas o violentas contra ellas”, una alta tasa de acoso y haber sido víctimas con independientemente de si experimentaron o no mayor frecuencia de supervisores que de sus personalmente acoso (Jalbert 2019:203). compañeres (Radde 2018:235, 240, 243, 252). En el 2020, Hodgetts y colegas (2020) publi- El primer estudio internacional sobre el acoso caron la primera fase del análisis de la encuesta en la arqueología fue la encuesta experiencias de equidad y diversidad en la arqueología de Canadá, trabajo de campo del 2018, que también mostró que preguntó sobre cinco tipos de experiencias que les arqueólogues no hombres, no hetero- profesionales negativas: acoso verbal, explo- sexuales y con discapacidades presentaban un tación, violencia no sexualizada, contacto sexual mayor riesgo de ser víctimas de conducta sexual no deseado y violencia sexual/agresión sexual. inapropiada (Bradford y Crema 2020). Incluyendo La tasa general de experiencias negativas fue encuestades de 26 países en seis continentes, la increíblemente alta ya que las mujeres cisgénero encuesta no sólo confirmó la alta prevalencia del sufren más comúnmente acoso, mientras que los acoso documentado en otros estudios, sino que hombres cisgénero padecen más explotación también indicó que laboral y violencia no sexual. De acuerdo con estudios anteriores, las experiencias negativas La ocurrencia de conducta sexual inapro- fueron más comunes en las primeras etapas de piada durante el trabajo de campo se asoció la carrera: “Algunes arqueólogues con más expe- con la duración de éste y con la existencia riencia pueden ver que la disciplina mejora, en de políticas y protocolos sobre conducta parte, porque ya no se encuentran en posiciones sexual inapropiada. A medida que aumen- vulnerables . . . [pero] los comportamientos ina- taba la duración del trabajo de campo, tam- ceptables todavía están muy extendidos” (Hod- bién lo hacía la probabilidad de conducta getts et al. 2020:40). Los análisis futuros se sexual inapropiada . . . [y] la probabilidad centrarán en las identidades que se cruzan, espe- de que ésta ocurriera disminuyó, específica- cialmente las relacionadas con la diversidad mente, cuando les participantes conocían étnica, los géneros no binarios y les arqueólo- estas políticas y protocolos antes de llegar gues LGBTQIA+. al sitio [Bradford y Crema 2020:10]. La investigación continúa. Al momento de En Canadá, dos encuestas separadas examinaron redactar este artículo hay tres encuestas que se las experiencias de les arqueólogues con el acoso están llevando a cabo vía web y aún no han pre- en contextos más amplios, relacionados con la sentado ningún reporte (Colegio de Arqueólogas equidad y la interseccionalidad. Jalbert (2019) uti- y Arqueólogos de Chile 2020; Landward lizó un diseño de investigación de métodos mixtos Research 2020; Nakhai 2014). Las encuestas que combinó datos longitudinales sobre educación publicadas revisadas aquí demuestran de manera y empleo en la arqueología con una encuesta en concluyente que el acoso es omnipresente en la línea y entrevistas semiestructuradas. A pesar de arqueología y que sigue patrones específicos. que durante mucho tiempo quienes ganan las Les arqueólogues suelen ser acosades por otres becas para graduados son mujeres cisgénero, los arqueólogues, generalmente de su propio equipo hombres cisgénero continúan dominando numéri- de investigación o grupo de trabajo. Las mujeres camente en los puestos posdoctorales y docentes, sufren acoso con más frecuencia que los hom- así como en los permisos de investigación de bres, pero las denuncias de acoso de los hombres campo (Jalbert 2019:151-152). Al mismo tiempo, también son inquietantemente altas. Las mujeres el 78 por ciento de las mujeres cisgénero informan son el blanco más común de los superiores hom- de acoso sexual u otros comportamientos no bres, mientras que los arqueólogos hombres son Downloaded from https://www.cambridge.org/core. IP address: 46.4.80.155, on 04 Jan 2022 at 00:48:02, subject to the Cambridge Core terms of use, available at https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.1017/laq.2021.79
Voss DOCUMENTACIÓN DE CULTURAS DEL ACOSO EN LA ARQUEOLOGÍA 681 el blanco más común de colegas de todos los encuestades de SAFE13 para incluir mayor géneros. Les arqueólogues de color, LGBTQIA+ diversidad de narrativas de experiencias de y/o con discapacidades son un blanco despro- campo. Las respuestas de les entrevistades se porcionadamente atacado. Aunque la investiga- analizaron mediante análisis temático, un ción de campo arqueológica plantea desafíos método para detectar y explorar patrones dentro específicos, el acoso también es generalizado de los datos cualitativos. El estudio detectó una en el aula, el laboratorio, la oficina y los entor- clara asociación entre las experiencias de nos de conferencias. Los factores organizativos campo de les participantes y la presencia o específicos, como la presencia o ausencia de ausencia de reglas, como también de los meca- códigos de conducta y mecanismos de denun- nismos existentes para hacerlas cumplir (Nelson cia, están correlacionados con la ocurrencia et al. 2017:713). En general, las configuraciones del acoso. de campo se agruparon en tres categorías: Verde (reglas claras que se hicieron cumplir, con las Más allá de los números: Entrevistas consecuentes infracciones), Amarillo (las reglas Los estudios de entrevistas sistemáticas aportan estaban presentes, pero no se aplicaban) y Rojo información cualitativa y longitudinal sobre los (ambiguas o sin reglas, con ausencia de conse- patrones de acoso en la arqueología y las actitu- cuencias). Los contextos de trabajo de campo des disciplinarias y factores organizacionales Verde tuvieron una incidencia muy baja de que permiten que ocurran. Estos estudios “hacen acoso. Las condiciones de vida y de trabajo fue- visibles las deficiencias de las políticas y procedi- ron adecuadas y seguras, y les directores antici- mientos” (Collective Change 2019:13) destinados paron problemas y facilitaron conversaciones e a abordar el acoso en la arqueología. informes. Además, “a todes se les instruyó para En Australia, el estudio “On Disciplinary Cul- cuidarse mutuamente” y “les directores de los ture” (Moser 2007) ubicó el acoso en la arqueo- trabajos de campo demostraron firmemente que logía dentro de una cultura de investigación de valoraban a cada participante del equipo de campo “que valoriza todo lo relacionado con el investigación” (Nelson et al. 2017:716). En con- varón activo (y activamente) heterosexual, o qui- traste, los contextos de investigación de campo zás más especialmente, todo lo relacionado con Amarillo y Rojo estaban fuertemente correlacio- un cierto tipo de masculinidad” (Moser nados con el acoso y la agresión sexual (Nelson 2007:259). El análisis de Moser (2007:247) esta- et al. 2017:717). Les investigadores concluye- bleció que les arqueólogues sénior a menudo ron que evaluaban las habilidades profesionales de otres la índole permisiva y ambigua de los contex- arqueólogues según su adecuación social con la tos Rojo y Amarillo protege a les perpetrado- cultura disciplinaria existente. En consecuencia, res no sólo de las repercusiones, sino también tanto hombres como mujeres deben estar prepa- de desarrollar una conciencia sobre los efec- rades para convertirse en “uno de la pandilla” tos generalizados y de largo plazo que sus para tener éxito, lo que incluye aceptar la discri- acciones tienen para las personas que son minación y el acoso de género, en lugar de opo- blancos potenciales, les espectadores y el nerse (Moser 2007:259). Aunque el análisis de entorno intelectual de nuestra comunidad Moser se centró principalmente en el género, científica [Nelson et al. 2017:718]. su planteamiento de que el “ajuste social” era un criterio de evaluación clave para les arqueólo- El análisis temático de las respuestas de les entre- gues, tiene ramificaciones significativas para el vistades también identificó patrones de acoso en acoso y los prejuicios relacionados con la raza, el trabajo de campo, incluyendo (1) divisiones la etnia, la clase, la discapacidad y el idioma del trabajo por género; (2) burlas o bromas de nativo. iniciación, incluidas la exposición a imágenes El estudio “Signaling Safety” (Nelson et al. pornográficas, privación de necesidades (acceso 2017) presentó datos de entrevistas cualitativas al baño, comida y agua) y desafíos físicos innece- recopilados como parte de la encuesta SAFE13 sarios no relacionados con el trabajo que se está (Clancy et al. 2014). Se seleccionaron 26 realizando; y (3) desmerecer los logros de las Downloaded from https://www.cambridge.org/core. IP address: 46.4.80.155, on 04 Jan 2022 at 00:48:02, subject to the Cambridge Core terms of use, available at https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.1017/laq.2021.79
682 LATIN AMERICAN ANTIQUITY Vol. 32, No. 4, 2021 investigadoras. Todo esto contribuyó a establecer acosadores, lo que contribuye a la falta de dinámicas dentro y fuera del grupo, generando diversidad en la disciplina. Como relató une sentimientos de alienación y angustia entre les entrevistade, trabajadores de campo afectades. Les entrevista- Así es que me echaron de la región por la des “expresaron sentirse ‘vulnerables’, ‘impoten- incomodidad de la situación. La gente tes’, ‘sin control’, ‘aislades’ o como ‘una presa’” habla de como se puede tener una sola expe- (Nelson et al. 2017:714). riencia mala y luego, de repente, cambia por Las narrativas profesionales recopiladas a tra- completo la trayectoria de tu carrera. Quiero vés de las entrevistas de Signaling Safety permi- decir, creo que definitivamente eso me pasó tieron analizar las formas en que los entornos a mí [Heath-Stout 2019:277]. hostiles y las experiencias negativas influyeron en las carreras. La dificultad para acceder a los Al respecto, Heath-Stout concluye: datos, el estancamiento, los movimientos de Muches de mis entrevistades dejaron proyec- carrera y el abandono de ésta fueron comunes tos de campo, regiones o subcampos para entre aquelles que habían sido víctimas de evitar a colegas que les habían dañado . . . acoso durante el trabajo de campo. Nelson y todo esto se suma a una red caótica donde sus colegas observaron, además, que: las mujeres y otras personas marginadas, se Les participantes de la entrevista también mueven entre regiones y proyectos en busca describieron considerables cargas cognitivas de seguridad, pero no existen destinos segu- y psicológicas. El procesamiento continuo y ros confiables o predecibles [Heath-Stout la toma de decisiones que implica negociar 2019:267, 269]. en un ambiente de trabajo hostil y mantener Además, les entrevistades por Heath-Stout reve- el empleo puede ser agotador y conducir a lan cómo las normas culturales en la investiga- una reducción de la salud física y mental ción arqueológica fomentan el acoso: “les [Nelson et al. 2017:715]. acosadores no siempre son los hombres más El estudio “Diversity, Identity, and Oppression raros y obvios: las mujeres están en peligro de in the Production of Archaeological Knowledge” ser acosadas por personas que consideran buenas (Heath-Stout 2019) incluyó entrevistas a 72 amigas. Estes acosadores a menudo usan alcohol arqueólogues reclutades a través de muestras en y la cultura de las escuelas de campo para evadir cadena y redes sociales sobre sus trayectorias la responsabilidad de sus acciones” (Heath-Stout profesionales, intereses de investigación y expe- 2019:282). Lo que es peor, el acoso en la arqueo- riencias de género, raza y sexualidad en la disci- logía se aprende de una generación a otra: “varies plina. Les encuestades pertenecían a tres entrevistades se refirieron a las formas en que los subcampos: arqueología prehistórica latinoame- hombres sénior intentaron introducirlos en una ricana, arqueología prehistórica mediterránea y cultura de acoso a las mujeres” (Heath-Stout arqueología histórica de las Américas. Los resul- 2019:283). Esto incluye a hombres junior cisgé- tados de la encuesta se analizaron utilizando nero a quienes se pide participar en comporta- métodos basados en la teoría fundamentada, mientos de acoso y bromas, como también a enfoque que desarrolla interpretaciones a partir mujeres homosexuales, presionadas por directo- de las palabras de les entrevistades (Heath-Stout res de proyecto para “participar en discusiones 2019:248). Estos métodos permitieron a sobre el atractivo sexual de otras mujeres” Heath-Stout prestar especial atención a la interre- (Heath-Stout 2019:283). Esta presión intergene- lación entre diversidad de género, raza, etnia, racional “crea un clima adverso no sólo para sus clase y discapacidad. blancos directos, sino también para los hombres Al igual que Signaling Safety y las encuestas y las mujeres homosexuales que se niegan a par- relacionadas, el análisis de Heath-Stout mostró ticipar en el acoso de sus colegas” (Heath-Stout que el acoso prevalece en la arqueología y que 2019:283). las mujeres, les arqueólogues de color y Uno de los hallazgos más importantes de las LGBTQIA+ son el mayor blanco de les entrevistas de Heath-Stout es que el acoso coloca Downloaded from https://www.cambridge.org/core. IP address: 46.4.80.155, on 04 Jan 2022 at 00:48:02, subject to the Cambridge Core terms of use, available at https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.1017/laq.2021.79
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