Cátedra Unesco en Comunicación y Cultura de Paz - Cifeg UNR
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Violencia contra las mujeres: comunicación visual y acción política en “Ni Una Menos” y “Vivas Nos Queremos” Florencia Laura Rovetto (Universidad Nacional de Entre Ríos y Universidad Nacional de Rosario, Argentina) Recibido: 17/7/2015 Aprobado: 24/9/2015 Resumen. En este artículo nos proponemos realizar un ejercicio de crítica cultural y política comparando las narrativas visuales de dos campañas que visibilizan y denuncian la violencia contra las mujeres a través de la platafor- ma virtual de Facebook: #NiUnaMenos, de Argentina y #VivasNosQueremos de México. Las imágenes circulantes en ambas campañas surgen con el objetivo de denunciar y visibilizar las consecuencias sociales y culturales de las es- tructuras patriarcales de poder en los distintos ámbitos de la sociedad. Aquí, nos preguntamos por la representación y circulación pública de imaginarios sociales, los modos de producir sentidos divergentes y acciones políticas para hacerle frente a este flagrante problema social en ambos países. Palabras clave: violencia contra las mujeres / cultura visual / Facebook / acción política / campaña gráfica Violence Against Women, Visual Communication and Political Action in “Ni Una Menos” and “Vivas Nos Queremos” Abstract. In this article we analyze from a cultural and political criticism perspective two visual narratives of two campaigns that make visible and denounce violence against women through Facebook: #NiUnaMenos, created in Argentina, and #VivasNosQueremos, created in Mexico. The images that these campaigns disseminate aim at making visible and exposing the social and cultural consequences of patriarchal power structures in different spheres of society. Here we look at public representation and circulation of social imagery as well as at ways of producing divergent senses and political action in order to confront this flagrant social problem in both countries. Key words: violence against women / visual culture / Facebook / political action / graphic media campaign Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015, ISSN 1025-9945, pp. 13-34
Florencia Laura Rovetto Introducción política donde es posible advertir el N despliegue y la articulación progra- os proponemos analizar dos mática1 de las luchas feministas en el campañas gráficas contempo- continente latinoamericano, en el otro. ráneas originadas en México Finalmente, analizamos un repertorio y Argentina, orientadas a denunciar de materiales iconográficos relevados la violencia contra las mujeres que tu- en las páginas de FB de ambas cam- vieron como principal espacio de cir- pañas, para abordar la dimensión culación la red social de Facebook (en política de estas figuraciones en el en- adelante, FB), aunque en ambos casos tramado de la cultura visual en la que la desbordaron y trascendieron. Intere- se inscriben y circulan. sa examinar la materialidad significante (De Lauretis, 1992) de las imágenes que No se trata de realizar un mero pone en escena el cuerpo de las muje- juicio ético-estético de la iconografía res en tanto locus en que se exhibe la circulante en las redes sociales a pro- potencia predadora de la dominación pósito de las campañas analizadas, patriarcal y sobre el cual se desatan sino de evaluar las posibilidades de “guerras” íntimas y públicas, ambas de enunciación y acción política que estas orden político (Segato, 2014). ofrecen –en y más allá de las redes vir- Para ello, situamos la emergencia tuales– frente al problema estructural de ambas convocatorias en sus con- de la violencia contra las mujeres, que textos espaciales específicos, revisan- pervive a pesar de los avances en ma- do sus antecedentes y condiciones de teria de legislaciones y políticas pú- irrupción que pueden ser interpreta- blicas en ambos Estados destinadas a das como inmediata y evanescente, en la eliminación de todas las formas de un caso; o como deriva de una praxis violencia que se ejerce sobre ellas2. 1 Una programática en las luchas feministas encarnadas por los movimientos de mujeres tiene, desde sus orígenes, un marcado carácter ‘internacionalista’, al advertir como deno- minador común en la vida de todas las mujeres el régimen de dominación patriarcal sobre el que se montan históricamente todas las demás formas de dominación (Luna, 2003). No obstante, los feminismos contemporáneos han problematizado (no sin contradicciones y tensiones) las formas particulares de dominación patriarcal en su intersección con otros clivajes determinantes como la raza, la etnia, la religión, la edad, el lugar de origen, etc. Atendiendo estas distinciones, en este trabajo entendemos que la lucha por la eliminación de la violencia contra las mujeres (plurales y diversas del Abya Yala) está hoy en el centro de la agenda política de los feminismos latinoamericanos (Gargallo, 2006). 2 En los últimos años, tanto en México como en Argentina se han sancionado normativas legales para prevenir y sancionar todas las formas de violencia contra las mujeres. Las normativas más relevantes son la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre 14 Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015
Violencia contra las mujeres: comunicación visual y acción política Dada la centralidad de las imáge- ca, social y cultural, y con ello develan nes y su adscripción a campañas des- las operaciones metaestables del po- tinadas a la movilización social, nos der patriarcal (Amorós, 1994), fragua- preguntamos por sus modos de repre- das en dos corpus de imágenes que sentar la violencia contra las mujeres pueden ser consideradas como series que pueden ser leídos como formas donde se ‘interseccionan’ múltiples oficiales o hegemónicas de representa- dimensiones (de género, raza, etnia, ción o apuestas para construir sentidos edad, etc.) imbricadas en relaciones de alternativos, insurgentes o contrahe- poder y desigualdad. gemónicos de acción política. ¿Qué Las imágenes aquí analizadas cons- nos dicen estas imágenes de la relación tituyen un corpus discursivo que remite entre violencia, cuerpo de las mujeres a su exterior situacional (Charaudeau y y acción política? ¿Qué muestran y Maingueneau, 2005) y permite obser- qué ocultan de las relaciones de poder var en qué medida la “cultura visual” que naturalizan la violencia machista se inscribe en el campo de las luchas en nuestras sociedades? ¿Qué dispu- simbólicas por el poder, la hegemo- tas culturales se juegan en la circula- nía del imaginario social (Castoriadis, ción de imágenes públicas en ambas 1993), en las formas de percibirnos e campañas y a través de qué recursos interpretar pertenencias, exclusiones, iconográficos se despliegan? Y ¿cómo diferencias y desigualdades (Caggia- generar iconografías comprensibles no, 2012). Sostenemos, junto con Jelin, para grupos cada vez más amplios, que, a través de las imágenes visua- sin que se construya sobre el residuo les se puede “percibir lo oculto y ha- iconográfico de los estereotipos de cer visible lo invisible, pero también, género y refuercen los discursos que con otros sentidos, se puede ocultar permiten que esas violencias existan? lo visible, silenciar lo que podría ser Partimos de considerar que una percibido y resulta amenazante” (en mirada crítica sobre ambas campañas Caggiano, 2012, p. 17). gráficas nos permite poner en eviden- El repertorio de imágenes digita- cia el problema de la violencia contra les seleccionado para este análisis es- las mujeres en sus dimensiones políti- tá compuesto, mayoritariamente, por de Violencia, sancionada en México el 1 de febrero de 2007, y la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales (N.° 26.485), sancionada en Argentina el 11 de marzo de 2009. Ambas legislaciones se enmarcan en instrumentos jurídicos internaciona- les, como la Convención Interamericana para la Prevención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra la Mujer (CEDAW - Convención Belém do Pará) que vinculan a los países miembros de la OEA que la han ratificado o se han adherido a ella. Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015 15
Florencia Laura Rovetto ilustraciones, en el caso argentino, y clan, oponen y desafían en contextos por grabados, en el caso mexicano, pe- sociales donde las desapariciones y ro los materiales relevados en sendas asesinatos pueden “ser vistos” en tan- páginas de FB incluyen fotografías, to epifenómenos fragmentados y dis- imágenes tratadas o producidas con persos de la letalidad de las mujeres programas informáticos. Todas ellas o como modos de producir y gestio- pueden ser definidas, primariamente, nar la vida humana. En el estudio de como “carteles” que combinan ele- estas imágenes en el entramado de la mentos comunicativos de ‘anclaje’ y cultura visual contemporánea, se tor- ‘relevo’ (Barthes, 1986) instituyendo na crucial observar la politicidad de escenas de la temática que evocan en su circulación a través de una mirada el ‘inconsciente óptico’ de las memo- personal y a la vez colectiva. rias sociales (Benjamín, 1989). De esta manera, las imágenes anali- zadas no se limitan a ilustrar el mensa- Irrupción de las campañas en el je sino que ‘son el mensaje’. Además, espacio público: redes y calles el repertorio relevado en ambas cam- pañas públicas pone en escena, de En julio de 2014, la colectiva feminis- manera contrastante, las formas de ta mexicana Mujeres Grabando Resis- producción y reproducción de rela- tencias3 (en adelante, MGR) comienza ciones de poder y desigualdad que a difundir la campaña gráfica inter- estructuran la violencia contra las mu- nacional #VivasNosQueremos. Como jeres, así como las expresiones de resis- sostienen sus iniciadoras en la pági- tencia y acción política que pretenden na web de MGR, esta convocatoria es desmontarla. Aquí proponemos mirar parte de un proyecto político-cultural ambos conjuntos de imágenes como “para crear mensajes claros y entendi- archivos visuales que se entremez- bles contra la violencia hacia las mu- 3 Aquí relevamos una selección de imágenes publicadas en https://www.facebook.com/mu- jeresgrabando, entre los meses de junio de 2014 y mayo de 2015. Además de esta página de FB, la organización feminista MGR cuenta con otro canal digital de difusión previo en la página web . El origen de esta colectiva se relaciona con la Escuela de Cultura Popular Mártires del ‘68, organización comunitaria fundada en 1988, para quienes el trabajo gráfico constituye un instrumento de denuncia, información y or- ganización política. Realizan talleres de producción gráfica en distintas ciudades mexica- nas, denunciando a la minería, las privatizaciones, los feminicidios, las desapariciones en Ayotzinapa, entre otros. Más información en . 16 Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015
Violencia contra las mujeres: comunicación visual y acción política jeres, los feminicidios4 y el derecho a la creación gráfica y multiplicar la di- la autodefensa para intervenir en las fusión de la campaña5. calles de México y otros países del En conjunto, la propuesta de MGR Abya Yala”. Como resultado de esa presenta claros vínculos estéticos- primera convocatoria recibieron die- políticos con la tradición muralista, cisiete grabados que hicieron circular género artístico que se inicia después por la red social FB y distribuyeron de la revolución mexicana y represen- a través de colectivas feministas en ta escenas cotidianas en el espacio pú- México, Europa y otros países lati- blico con fuerte contenido ideológico noamericanos para imprimir y pegar (Eder, 1982). En esta serie, el grabado en las calles o realizar intervenciones prima como técnica artística y de re- políticas en el espacio público. A par- producción, ya que se imprime a tra- tir de allí –además de difundir los vés de diversos soportes, como las grabados recibidos y creados por las tradicionales serigrafías (impresas en militantes de la propia organización– calcomanías, postales o afiches) que compartieron en su página de FB se combinan con el uso, cada vez más imágenes fotográficas de las acciones difundido, de las nuevas tecnologías callejeras emprendidas durante la infocomunicacionales para la circula- primera etapa de producción. En fe- ción en red de las luchas y reivindica- brero de 2015 lanzaron una segunda ciones feministas. convocatoria de #VivasNosQueremos Por su parte, el 10 de mayo de 2015 con el fin de “sumar cómplices” para se inicia en Argentina la campaña grá- 4 La utilización de los términos femicidio o feminicidio es parte de un debate abierto en el campo del pensamiento y la praxis feminista así como en el ámbito jurídico (Fernández, 2012). Para los fines de este trabajo utilizaremos feminicidio, asumiendo la dimensión po- lítica del término por referir a la especificidad de los asesinatos de mujeres y por ponderar la responsabilidad del Estado. Estos crímenes sexistas ponen en evidencia la necesidad de la intervención de políticas públicas para erradicarlos y –de manera paradójica y contradic- toria– la transformación de género de ese Estado y sus instituciones como parte de la solu- ción del problema (Lagarde, 2006). Por la misma razón optamos por los términos ‘violencia machista’ y ‘violencia contra las mujeres’ y desestimamos la noción de ‘violencia de género’ que oculta la responsabilidad de los varones en tanto perpetradores directos o indirectos. 5. En las dos convocatorias de MGR se llama a la creación de grabados en linóleo o madera (de 28 x 38 cm) en vertical, blanco y negro que deben incluir: 1) el hashtag #VivasNosQueremos, 2) una frase, texto o palabra(s) aparte del hashtag, y 3) la creación gráfica. En la convocatoria se anuncia que los grabados recibidos en formato digital también serán impresos en seri- grafías (de 75 x 90 cm) para su reproducción y su circulación, tanto en las redes sociales digitales como en los espacios públicos bajo los términos de la licencia Copyleft, sin uso lucrativo y para su libre difusión. Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015 17
Florencia Laura Rovetto fica #NiUnaMenos. El detonante fue la a diario por los medios de comunica- noticia sobre el hallazgo del cuerpo sin ción tradicionales–, “personalidades vida de Chiara Páez, de catorce años6. de la cultura”, candidatos políticos en La reacción circuló primero a través de plena campaña electoral y organiza- las redes sociales (principalmente, FB ciones históricas del movimiento de y Twitter) y ocupó rápidamente todo el mujeres, que al calor de tanta adhesión arco mediático. En las redes se puede pública y mediática renovaron su exi- ubicar el origen y la fundación de la gencia por la “declaración de emer- convocatoria mediante una frase que gencia social en materia de violencia ya estaba instalada y recorría como contra las mujeres” y la reasignación un susurro los dispositivos virtuales urgente de presupuesto a los efectos de comunicación. En pocas horas al- de materializar las políticas públicas canzó su momento de condensación necesarias para atender tal situación, provocando la circulación de una gran entre otras reivindicaciones desoídas cantidad de imágenes compuestas y postergadas por la clase política y principalmente por ilustraciones que las instituciones públicas, como el de- incluían el hashtag #NiUnaMenos y la bate legislativo y la urgente sanción referencia a marchar el “3 de junio a de la Ley de Interrupción Voluntaria las 17 horas” en más de sesenta ciuda- del Embarazo. des de todo el país7. Tal como lo han expresado algunas Así, la inmediata viralización de representantes de estas mismas orga- la convocatoria aglutinó detrás de nizaciones, el tema ya estaba en las una sola consigna a una polifónica calles, en los medios de comunicación ‘multitud’ conformada por una masa y en las redes, solo faltaba “una chis- anónima de personas indignadas por pa” para que ardiera. ¿Quién podría el creciente número de feminicidios quedar al margen de manifestarse –presentados dramáticamente y casi públicamente en contra de los asesina- 6 En la localidad de Rufino, al sur de la provincia de Santa Fe, Chiara Páez, que era buscada desde el domingo 3 de mayo, apareció enterrada en la casa del novio, de 16 años, quien confe- só el crimen y fue detenido. Más información sobre el caso en la agencia de noticias nacional (http://www.telam.com.ar/notas/201505/104789-chiara-paez-fiscal-novio-confesion.html). 7 Fue la constante y rítmica acumulación de noticias sobre asesinatos de mujeres, las últimas, además adolescentes, lo que desencadenó la necesidad de viralizar en las redes el “grito” de ¡Basta de feminicidios!, “Ni una (mujer) menos”, “Ni una (muerta) más”. Para María Pía López (2015), “si esto cuajó es porque había algo que lo preexistía, una con- junción entre ánimo social y trabajo minucioso de los grupos activistas que venían, con empecinamiento necesario aunque tantas veces desoído, tratando de llamar la atención sobre la cuestión”. 18 Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015
Violencia contra las mujeres: comunicación visual y acción política tos de mujeres? Así, con una masividad mencionamos en estas líneas, con el inaudita, #NiUnaMenos se convirtió en fin de señalar la magnitud actual del pocas horas problema de la violencia contra las mujeres, apelamos a los datos ofreci- en un territorio profuso, en el que dos periódicamente por la asociación comenzaron a coexistir retóricas de distinto tipo, inteligencias diversas, civil La Casa del Encuentro8, que en apuestas políticas no solo heterogé- los últimos cinco años en Argentina neas sino contradictorias, tenacidades contabilizó 1808 feminicidios de muje- militantes y organizativas, novedades res y niñas. De estos, 277 casos se pro- tecnológicas, compromisos feministas dujeron en el año 2014, arrojando un y pericia en medios de comunicación promedio de una mujer asesinada ca- (López, 2015). da 26 horas en dicho país. Por su parte, Por otra parte, entre los antecedentes el Observatorio Ciudadano Nacional de ambas convocatorias podemos des- contra el Feminicidio, de México, des- tacar elementos que dan cuenta de la cribe la situación actual de la violencia relevancia actual de la violencia contra contra las mujeres en este país como las mujeres en cada uno de los países, una “realidad lacerante”. Dicha en- así como de las líneas de continuidad tidad contabilizó 1596 asesinatos de que ambas campañas presentan en el mujeres y niñas solo en el año 2014, marco de procesos de visibilización y con un promedio de más de cinco construcción iconográfica sobre la pro- feminicidios producidos diariamente9. blemática que ponen en escena. A su vez, ciertas imágenes promo- Aunque puedan resultar incom- vidas en el contexto de ambas campa- pletas las referencias estadísticas que ñas presentan líneas de continuidad 8 Ante la ausencia de estadísticas oficiales sobre feminicidios en Argentina, la asociación civil La Casa del Encuentro crea en 2009 el Observatorio de Femicidios en Argentina Adriana Marisel Zambrano, que además de elaborar informes anuales procura generar propuestas de incidencia en políticas públicas y legislativas. Las estadísticas elaboradas por esta asociación recogen las informaciones publicadas por las agencias informativas y los diarios de distribución nacional o provincial. Estos informes gozan de alta legitimidad en el campo político y académico al ser los más consultados y reproducidos en la actuali- dad. Más información en . 9 El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) es una alianza formada por 49 organizaciones de derechos humanos y de mujeres en 21 estados de la república mexi- cana y el Distrito Federal, que procura monitorear y exigir rendición de cuentas a las ins- tituciones a cargo de prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres y el feminicidio. Sus registros también están basados en la revisión diaria de notas para llevar el pulso de la violencia contra las mujeres y así realizar denuncias, entre otras acciones. Más información en . Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015 19
Florencia Laura Rovetto con antecedentes iconográficos cuya iniciativa precedente de producción reproducción y circulación también artístico-política e intervención visual se materializó con anterioridad en pone en escena el cuerpo de las muje- las calles y las redes sociales. A mo- res asesinadas, apelando a una memo- do de ejemplo podemos mencionar ria gráfica colectiva para denunciar y los “siluetazos”10 en Argentina. Esta movilizar afectividades11. Figura 1. Ilustración para la convocatoria a una manifestación pública pre via, celebrada el 21 de marzo de 2015 Fuente: FB oficial #NiUnaMenos 10 Los “siluetazos” denuncian los feminicidios y ponen en evidencia la impunidad que envuelve su condena social y jurídica, apelando a un tipo de intervenciones utilizadas en el país para dar cuenta de las desaparecidas y los desaparecidos por la última dictadu- ra, politiza los asesinatos y desapariciones de mujeres “en democracia” como productos de la violencia sistémica machista. Para profundizar sobre los siluetazos como práctica artístico-política en la Argentina puede consultarse a Longoni y Bruzzone (2008). 11 En marzo de 2015 dos jóvenes artistas plásticas hacen el primer llamado a un siluetazo a través de las redes sociales, con el objetivo de repudiar los feminicidios y desapariciones. Invitan a acudir con cartones, esténciles y aerosoles, a marchar y a organizarse. Luego, en el marco de la convocatoria del 3 de junio se organiza el cuarto siluetazo, en el que surgen imágenes como la que vemos en la figura 2. Véase FB campaña #NiUnaMenos, en . 20 Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015
Violencia contra las mujeres: comunicación visual y acción política La siguiente fotografía muestra la Por su parte, en el caso mexicano, práctica de “construir” el siluetazo en como antecedente directo de la cam- el marco de la concentracion pública paña #VivasNosQueremos, en abril de celebrada en Argentina el 3 de junio 2011 –primero empapelando Ciudad de 2015. Esta imagen conlleva cierta Juárez y luego extendiéndose a todo el voluntad testimonial y opera retenien- país– se inicia una campaña fotográfi- do un instante espacio-temporal real ca de retratos con los nombres propios de intervención. En la imagen, tomada de las mujeres desaparecidas y asesi- de la página de FB oficial de #NiUna- nadas en distintas ciudades12. Menos, se agencian sentidos en torno a la memoria de un saber compartido, puesto en acto a través de su realiza- ción, por parte de mujeres activistas, en el espacio público. Figura 2. Práctica de siluetazo en la concentra ción del 3 de junio de 2015 en Capital Federal Figura 3. Retratos de mujeres desapare Fuente: FB oficial #NiUnaMenos cidas y asesinadas en México Fuente: Asociación Civil Nuestras Hijas de Regreso a Casa 12 La iniciativa surge en 2011, de la mano de la asociación civil Nuestras Hijas de Regreso a Casa, que tiene su origen en Ciudad Juárez y Chihuahua en 1993. Las imágenes de re- tratos con consignas circulan por las redes y son impresas en esténciles, carteles y seri- grafías con retratos y nombres propios, sumando las consignas de #HastaEncontrarlas y #VivasNosQueremos que forma parte de la campaña más reciente de MGR analizada en este trabajo. Para más información véase . Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015 21
Florencia Laura Rovetto Estos carteles, que también circulan relevados nos permiten abordar las di- por las redes sociales, remiten a una ferencias más notables que presentan búsqueda activa “hasta encontrarlas”, ambas campañas, evaluar los sistemas y ponen el acento en formas persona- de referencia simbólica, implícitos en les de nominación: “me desaparecie- dichas representaciones, así como las ron” y “vivas nos queremos”. De este relaciones de fuerza que tensan la modo, la campaña también supera el construcción y el reforzamiento de los mero registro visual para convertirse imaginarios sociales. Aquí, la red so- en una consigna política, junto con las cial FB interesa no tanto por su carác- marcas de identidad (retrato y nombre ter de dispositivo tecnológico sino por propio) y la localización espacial de sus posibilidades de constituirse como los feminicidios. En la página de FB espacio de enunciación en contextos de la organización MGR, analizada en temporo-espaciales simultáneos y, al este trabajo, se reproducen más de cin- mismo tiempo, divergentes. cuenta carteles de este tipo. En los ejemplos que siguen se pue- den distinguir formas visuales cons- tantes y contradictorias, algunas de Análisis de las campañas las cuales se presentan cargadas de en FB: convocatorias y estrategias sentido programático de cierto activis- de visualidad mo militante (de mujeres o feministas) donde tienen lugar nuevos modos de En este apartado analizamos las imá- (re)presentación y prácticas de visua- genes seleccionadas de las páginas de lización colectiva (De Lauretis, 1992), FB de #NiUnaMenos y #VivasNosQuere- mientras otras apelan a ciertas reite- mos que, en nuestra interpretación, se raciones significantes, apoyadas en erigen como ejemplos de los modos de elementos iconográficos tradicionales, representar la relación entre la violen- basados en clichés y estereotipos. cia ejercida sobre el cuerpo de las mu- jeres y las formas de denuncia pública y acción política para enfrentarla. Consignas de las campañas A continuación se retoman los interrogantes planteados en torno a Desde la perspectiva que aborda las prácticas de visualización y las la relación entre lenguaje y acción disputas culturales que evidencian los (Charaudeau y Maingueneau, 2005) recursos iconográficos puestos a cir- advertimos que en la consigna de la cular en la red en tanto elementos de campaña ‘Ni Una Menos’ el enuncia- significación hegemónica o contrahe- do pesa sobre un sujeto individual e gemónica sobre la violencia contra las indiferenciado que remite al colecti- mujeres. Sin agotar con este trabajo las vo de potenciales alocutarias (Ni Una pretensiones analíticas, los ejemplos [mujer] Menos). Aquí, el sujeto de la 22 Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015
Violencia contra las mujeres: comunicación visual y acción política alocución está fuera del enunciado, de quien(es) la enuncia(n) como el co- y el enunciado da lugar a múltiples lectivo de mujeres que se manifiesta a interpretaciones que hacen perder través de un ‘Nosotras’ que se verbali- fuerza política a los propósitos inicia- za vitalmente y que, en la misma ope- les de la campaña. Dicha dispersión ración de afirmarse, excluye a otros también puede colegirse con el modo (para el caso, los varones). espontáneo de la reacción y la con- A su vez, en este enunciado, acción vocatoria que se condensan tras una y lenguaje fundan la intención perlo- frase (re)victimizante. ‘Ni Una Me- cutoria del intercambio (Austin, 1982; nos’, en su rápida circulación y dise- Charaudeau y Maingueneau, 2005), minada apropiación, fue adquiriendo mientras remiten a luchas históricas distintos sentidos y produciendo algo en el continente, asociada –en el caso del orden de la confusión, tal como lo argentino– a las organizaciones de fa- describe López (2015): miliares de desaparecidos por la últi- Echada a rodar, la frasecita tiene ma dictadura militar. En la actualidad, distinta suerte: desde ser cartel que la consigna “Vivos/as los/as llevaron, engalana una fuerza policial o un Vivos/as los/as queremos” es reapro- conductor de televisión experto en piada por familiares de desapareci- alimentar con cuerpos femeninos dos/as en distintos países de la región; las fauces del espectáculo televisivo, consignas que también son enarbola- desde eso a ser caja de resonancia para das por organizaciones feministas en que familiares y deudos de víctimas su lucha contra la trata. puedan gritar su desdicha y su combate o grupos feministas aliar la En ambos casos se puede observar consigna con persistentes demandas, una mirada discordante respecto de como la del derecho al aborto. Basta la misma problemática. Las consignas recorrer las redes para ver esta muestran el punto de encuentro entre diseminada diferencia […]. Ni Una el marco de acción –que determina la Menos tiene un tono, entonces, según identidad social del sujeto hablante y quién la pronuncie. La voz común que su legitimidad– y su puesta en escena se conjuga como grito es el Basta a la violencia que se ejerce contra la autonomía enunciativa, que construye la identi- y el cuerpo de la mujer (...). Imagino una dad discursiva del sujeto enunciador plaza con muchas banderas y muchas en un contexto determinado. Así, el consignas y también con muchas primer caso, ‘Ni Una Menos’, se pre- personas que no acostumbran ir a senta como la forma hegemónica y movilizaciones pero que esta vez legítima de construir consenso frente sienten la urgencia de pensar, con a un malestar que no logra traspasar otras y con otros, modos de preservar los límites de la reacción. Mientras la vida y de hacer justicia. que ‘Vivas Nos Queremos’ instala una Por su parte, la consigna ‘Vivas Nos autoadscripción a cierto carácter alter- Queremos’ pone en juego la identidad nativo de la acción de ‘nombrar’ que Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015 23
Florencia Laura Rovetto discute y presenta formas contrahe- das articula las preguntas que guían gemónicas de la identidad discursiva nuestra indagación con los aportes de de quienes la enuncian en un contex- Charaudeau y Maingueneau (2005) y to que no permite grandes consensos los criterios propuestos en el manual sino, más bien, posiciones activas y básico de análisis de la imagen de Vi- organización colectiva urgente. llafañe (1984) para interpretar las ope- raciones retóricas puestas en juego en la construcción de discursos visuales. Imágenes de las campañas Con estos aportes procuramos recono- cer en cada caso qué elementos de la En este apartado se exponen las imá- cultura visual se ponen en juego, cuá- genes seleccionadas de las páginas les son sus antecedentes iconográficos, de FB de ambas campañas. Los ejem- qué enfocan y qué ocultan según sus plos presentados a continuación son características formales y temáticas y acompañados de elementos analíticos qué disputas político-culturales des- que permiten esbozar regularidades pliegan en sus modos de construcción, y diferencias en las estrategias de vi- reproducción y circulación. A conti- sualidad sobre la violencia contra las nuación abordamos comparativamen- mujeres, atendiendo su dimensión te los rasgos más sobresalientes de política en el entramado de la cultura ambas campañas. visual en la que se inscriben y circu- lan. Por último, se desarrollan algunas Estereotipo de femineidad reflexiones finales de carácter proviso- rio, con las que retomamos los rasgos Comencemos con una de las imáge- más sobresalientes de las iconografías nes más controvertidas de la campaña que conforman este ejercicio crítico. #NiUnaMenos. Esta imagen es la crea- En términos generales, la estrategia ción de un dibujante de reconocida metodológica utilizada para relevar trayectoria en los medios gráficos13. y analizar las imágenes selecciona- Nos detenemos en la ilustración de Nik 13 En los días previos a la marcha del 3 de junio en Argentina se lanzó una convocatoria di- rigida a dibujantes e ilustradores mediante el blog . A partir de ahí comenzaron a circular en FB muchas “creaciones” de autorías recono- cidas como Maitena, Rep, Liniers, Erlich, Langer, entre otras/os. La relevancia de esta par- ticipación es relatada por la periodista Marina Abiuso de la siguiente manera: “los dibujos fueron una forma muy importante de difundir la marcha y también la problemática. Nos dimos cuenta de eso cuando vimos que mucha gente en las redes sociales empezaba a usar imágenes de artistas consagrados en sus fotos de perfil”. Para ampliar esta información véase . 24 Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015
Violencia contra las mujeres: comunicación visual y acción política porque junto con su circulación se vira- altos y la falda corta que deja ver su lizaron comentarios y debates14 contro- ropa interior. Este tratamiento estereo- versiales en las redes sociales y porque tipado remite a las formas habituales esta imagen presenta elementos que de presentar las noticias de violencia permiten revisar algunos interrogantes contra las mujeres en los medios de planteados en esta indagación tal como comunicación, donde la víctima es reflexionamos a continuación. presentada como responsable de la agresión padecida, transmitiendo la idea de que “algo habrá hecho” para “merecer morir” de esa manera. Diversos ejemplos dan cuenta de este tipo de tratamiento en los infor- mativos de televisión. Para el caso podemos recordar la cobertura del asesinato de la joven Melina Romero en septiembre de 2014, quien fuera ha- llada en una bolsa de nailon, al borde de un arroyo un mes después de estar desaparecida. Durante ese período los medios de comunicación cubrían la búsqueda policial de la menor, al mis- mo tiempo que especulaban sobre sus Figura 4: “Agatha” salidas nocturnas y sus prácticas se- Fuente: Nik xuales, entre otros prejuicios: “Melina Romero fue presentada, como muchos Mediante la utilización de un per- otros jóvenes pobres, por sus carencias: sonaje ya conocido por protagonizar ni estudiaba, ni trabajaba, ni era una sus tiras cómicas –“Agatha”, la compa- ‘buena adolescente’” (Arduino, 2015). ñera de “Gaturro”– se exacerba un es- Frente a estas formas de representa- tereotipo hegemónico de femineidad, ción, la actual Ley de Servicios de Co- destacando el maquillaje, los tacos municación Audiovisual (26.522/09)15 14 Las críticas a las producciones de algunos dibujantes circularon en los días previos a la marcha con la misma velocidad que las imágenes que se producían en alusión a la convo- catoria. Los cuestionamientos a Nik pueden verse en el portal de noticias y en . 15 La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue sancionada en octubre de 2009 por el Congreso de la Nación Argentina y aún está pendiente de su completa aplicación. Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015 25
Florencia Laura Rovetto establece que la violencia mediática jeres mediante múltiples dimensiones contra las mujeres (como exponente imbricadas en las relaciones de poder de la violencia simbólica) consiste en y desigualdad de clase y género. la difusión de patrones culturales o “Las imágenes muestran todo junto” discursos estereotipados que promue- (Caggiano, 2012, p. 22), y estas figura- van la explotación, injurien, difamen, ciones se tornan indispensables para discriminen, deshonren, humillen o justificar las operaciones ‘pedagógicas atenten contra su dignidad. de la crueldad’ sobre el cuerpo de las Podemos inferir que este tipo de mujeres (Segato, 2014). representaciones iconográficas pone Frente a estas formas de repre- en escena la disputa cultural de lo que sentación, la campaña #VivasNos- es aceptable y condenable socialmen- Queremos, que en su FB expone los te. Salir del hogar, como construcción grabados recibidos como estandartes de la domesticidad, garantía de la fa- y carteles utilizados en diferentes milia y de la seguridad tiene funestas manifestaciones y acciones produ- consecuencias para algunas mujeres. cidas en el espacio público, pone en Frente a actitudes “abyectas” como escena imágenes de mujeres que al las de Melina Romero, la sociedad “mostrarse” enuncian enfáticamente cierra filas y condena. La imagen de su rechazo a la construcción moral Melina Romero recreada en “Agatha” que las confina al espacio doméstico pone en escena el imaginario social y las priva de sus vidas, enajenando que objetualiza el cuerpo de las mu- sus cuerpos (Murillo, 2006). Figura 5. “Muero por sacar tu moral de Figura 6. “Mi cuerpo es mío” mi vida” Fuente: FB #VivasNosQueremos Fuente: FB #VivasNosQueremos 26 Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015
Violencia contra las mujeres: comunicación visual y acción política Individualidad en el dolor Otro rasgo característico de ciertas ilustraciones publicadas en la página #NiUnaMenos es aquel que represen- ta el sufrimiento y el dolor como un problema personal, individualizado y experimentado en soledad. Las imá- genes de rostros y cuerpos o de sus femeninas metáforas, mediadas por el dolor, parecen borrar las tramas de poder que posibilitan la producción social de la violencia contra las muje- res, tal como se puede ver en los si- guientes ejemplos: Figura 8. Flor ensangrentada Fuente: FB #NiUnaMenos Frente a estas figuraciones del su- frimiento individual, #VivasNosQue- remos también muestra imágenes con rostros individualizados, pero que lejos de representar el sufrimiento personal en solitario hacen “político lo personal” y ponen el acento en posi- ciones activas que interpelan y se opo- nen amenazantes frente a las prácticas de violencia perpetradas por el colecti- Figura 7. Rostro con lágrimas vo de varones en su conjunto. Fuente: FB #NiUnaMenos Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015 27
Florencia Laura Rovetto Infantilización Otra característica común registra- da en las ilustraciones relevadas en #NiUnaMenos son las figuraciones de mujeres infantilizadas, inanimadas, angelicales y pasivas. Allí, las muje- res aparecen circunspectas, desprote- gidas y pasibles de ser tuteladas/bles para enfrentar la violencia que las vic- timiza (figura 11). Figura 9. “¿Matarme te hizo más hombre?” Fuente: FB #NiUnaMenos Figura 11. Niña 1 Fuente: FB #NiUnaMenos Por su parte, #VivasNosQueremos exhibe grabados que promueven las acciones a largo plazo (figura 12). Este tipo de figuraciones despliegan el pro- yecto político de eliminar la violencia machista “desde la raíz”. Mientras que en la figura 11 las mujeres aparecen como producto del imaginario predo- minantemente masculino, caracteriza- das por ser silenciosas, casi invisibles e inanimadas, en la figura 12 se exhibe un acto insurgente que corre los límites Figura 10. “¡Estoy harta de tu violencia! de lo decible a través de las imágenes. Cuidado” En este ejemplo, además, se condensa Fuente: FB #VivasNosQueremos el emblema feminista de que “lo per- 28 Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015
Violencia contra las mujeres: comunicación visual y acción política sonal es político”, mediante el acto de que se interactúa en todos los ámbitos crear un grabado, transmitir una idea de la vida. Esta representación metafó- e intervenir en el espacio público. rica del agresor, refuerza la idea de que la violencia de género es perpetrada por varones que se “descontrolan” o que padecen alguna patología psíqui- ca. Así, se desdibuja el carácter social y generalizado de la violencia contra las mujeres, privilegiando planteamien- tos individualizantes, naturalizados o patologizados que tienden a culpar a las víctimas (Fernández, 2012). Figura 12. “Arrancar la violencia de raíz. Cosechar más latidos” Fuente: FB #VivasNosQueremos La animalidad del victimario En el conjunto de las imágenes releva- das en el FB #NiUnaMenos se registran ilustraciones que representan a los va- rones como feroces perros, chacales o el legendario lobo de los cuentos (fi- guras 13 y 14). Nuevamente, aquí, las mujeres son representadas como vícti- mas pasivas pero también, y de forma destacada, los victimarios son repre- sentados como animales feroces, des- humanizados y no como los varones con quienes se convive cotidianamen- Figura 13. Caperucita y el lobo te, sujetos con nombre propio con los Fuente: FB #NiUnaMenos Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015 29
Florencia Laura Rovetto Figura 14. Cuerpo maniatado por perros Fuente: FB #NiUnaMenos Frente a esta tendencia, en las figu- ras 15 y 16 se puede observar que la presencia de los varones está media- da por el mensaje que quiere transmi- tir. Allí se pone en evidencia que las mujeres resisten, rechazan y enfren- tan las distintas formas de violencia machista. Estas imágenes cuestionan que la violencia contra las mujeres en todas las clases y razas a lo largo de toda la historia de la humanidad sea interpretada por los sistemas de significaciones sociales (política, jurí- dica, médica) como algo que “las mu- jeres se buscan” y cometen “hombres anormales”. De esta manera, consti- tuyen “pedagogías reparadoras” que permiten disponer de nuevo de la propia existencia, sin temor y sin im- Figura 15. “Un día ya no tendré miedo…” punidad (Harding, 1998). Fuente: FB #VivasNosQueremos 30 Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015
Violencia contra las mujeres: comunicación visual y acción política Con lo expuesto hasta aquí nos permitimos advertir que el análisis crítico de estas imágenes revela dos tendencias opuestas: una que refuer- za una posición hegemónica basa- da en la producción autorreferente, abstracta y despolitizada de la lucha contra la violencia machista, y la otra que se construye a través de la espe- cificidad situada de lo que enuncian, denuncian y habilitan en términos de acción política. Si bien sería apresurado determinar tipologías estables de representacio- nes visuales, a partir de las figuracio- nes analizadas, esta comparación nos ha permitido observar las diferencias entre discursos hegemónicos sobre la Figura 16. “Somos las nietas de las brujas…” violencia contra las mujeres, que la Fuente: FB #VivasNosQueremos muestran como fenómenos esporádi- cos, dispersos y anómalos, para perci- Hasta aquí hemos revisado algu- bir la sistematicidad de su estructura nos ejemplos relevados de las páginas opresiva enquistada en las propias so- de ambas campañas, con los que he- ciedades democráticas. Y también nos mos podido analizar la relación entre ha permitido reflexionar sobre otros violencia contra las mujeres, cuerpo y discursos contrahegemónicos posibles formas de (re)acción política, represen- para construir “mundos” menos orga- tadas en las imágenes que circulan por nizados en torno a los ejes de la domi- las redes. A su vez, hemos reflexiona- nación patriarcal (Haraway, 1995). do en torno a lo que estas figuraciones muestran y ocultan sobre las relaciones de poder que naturalizan la violencia Notas finales machista en nuestras sociedades; así como dilucidar algunas regularidades Reconociendo las limitaciones que discursivas expresadas a través de re- puede tener un primer abordaje sobre cursos iconográficos que manifiestan la problemática planteada y los múlti- disputas simbólicas, donde se des- ples aspectos no incluidos en este aná- pliegan las luchas históricas del movi- lisis, a continuación retomamos las miento feminista junto con procesos reflexiones iniciales para trazar líneas reactivos que parecen metabolizarlas. de continuidad que podemos esbozar Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015 31
Florencia Laura Rovetto a partir de este trabajo de indagación ministas, se multiplicó, dispersando aún inacabado. las demandas de reconocimiento y la disputa política sobre la temática. Las imágenes aquí analizadas pue- den ser leídas como enunciados para- Una segunda línea de trabajo se digmáticos puestos a circular en la red orientará a abordar el uso extendido que remiten tanto a las particularida- de las TIC por parte de las organiza- des del contexto de enunciación como ciones de mujeres y feministas. A par- a las marcas identitarias de los colec- tir de aquí nos interesa profundizar tivos que las crean, apropian y repro- sobre la producción y circulación de ducen. En este sentido, consideramos este tipo de imágenes en el marco de relevante abordar, en futuras indaga- la agenda de luchas históricas del fe- ciones, dos líneas de trabajo. minismo, y sobre las posibilidades que ofrecen las redes sociales para subver- La primera, orientada a revisar tir o reforzar las imágenes tradicio- las características contextuales como nales de la femineidad como residuo condición de producción de imágenes iconográfico de las violencias sexistas, para enfrentar política y culturalmen- interpelando las lógicas excluyentes, te las violencias machistas. A partir propias de los discursos hegemónicos de ahí, podemos sostener, a modo de de circulación masiva. hipótesis de trabajo, que la radicali- dad de las creaciones iconográficas Entender estos procesos se torna en #VivasNosQueremos, junto con las crucial, dada la centralidad de las re- prácticas políticas de la organización des sociales en la actualidad y por el Mujeres Grabando Resistencias, son uso que de ellas hacen las organiza- emergentes de una sociedad donde ciones feministas, en particular. Cier- se ha consentido y legitimado el des- tamente, al observar la producción pliegue de ‘nuevas formas de guerra social de significados en torno a la vio- que se escribe sobre el cuerpo de las lencia contra las mujeres en las cam- mujeres’. Frente a esta situación, los pañas analizadas, podemos advertir grabados puestos a circular por los ciertas prácticas de reconocimiento de espacios públicos, virtuales y reales, e identificación con determinadas po- no vienen a resolver un problema de siciones enunciativas en las redes. En conciencia, sino a crearlo. Por otro la- este sentido, podemos sostener que las do, en el contexto argentino, donde prácticas de producción, apropiación y las crónicas periodísticas diarias con circulación de estas narrativas visua- casos de mujeres y jóvenes asesinadas les en la red irrumpen, transformando o violentadas por parejas, ex parejas los imaginarios y modelos de contagio o conocidos, condensó un reclamo que invitan a subvertir los clásicos es- que, si bien ya estaba instalado en tereotipos de género, desplazarlos y la agenda de las organizaciones fe- ejercitar el extrañamiento de la mira- 32 Contratexto n.o 24, julio-diciembre 2015
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