PUMAS Y CRUZ AZUL POR LA LIGUILLA
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PUMAS Y CRUZ AZUL POR LA LIGUILLA ANÁLISIS DEL PARTIDO • Los Pumas de la UNAM agonizan y se alejan de la liguilla. • Cruz Azul recibirá a la Universiad de Guadalajara que lucha por no descender. Domingo 3 de mayo, jornada 16, día en que los Pumas de la Univeridad Nacional Autónoma de México recibirían al Cruz Azul para definir el destino de ambos en el torneo de Clausura 2015. La disputa por el orgullo sería otro factor importante para hacer de este duelo uno de los más atractivos de la jornada. La victoria es necesaria, sobretodo para los Pumas, pues tan sólo contaban con 21 unidades y se encuentran en el lugar once de la tabla de posiciones. Por otro lado, el equipo azul se encontraba en una posición más favorable, pues tan sólo con un punto más, estaba ubicado en noveno lugar y, por tanto, a un pie de la zona de clasificación. Así, el empate le bastaría para seguir en la disputa, pero las cosas se le complicarían para la jornada siguiente. Además, en el torneo actual, los de CU han logrado ligar cuatro victorias consecutivas de locales, mientras que los celestes llevan la misma cantidad de partidos sin ganar como visitantes y tan sólo en dos, de sus útlimos 18 juegos celebrados en estadio ajeno, ha conseguido la victoria. Debido a la atmósfera en que se desarrolló el encuentro, las autoridades de la UNAM y la Secretaría de Seguridad Pública, blindaron Ciudad Universitaria. Más de tres mil elementos de seguridad (incluyendo a Rodolfo Ríos, procurador general de justicia del D.F.) resguardaron el inmueble y, en especial, las zonas correspondientes a las barras; siendo la del equipo visitante, la sometida a un mayor escrutinio. Por el mismo motivo, el precio de los boletos subió casi $150 pesos, de lo que normalmente cuestan en el recinto universitario; afortunadamente, esto no fue un impedimento para que poco más de 35 mil espectadores acudieran al estadio. Mientras que los aficionados cementeros sólo aportaron con la parte superior de la
cabecera sur, los aficionados puma llenaron ambos, la zona del palomar y del pebetero, la mayoría del área general y un poco de la cabecera norte. “Éste es un evento súper importante para ambos equipos, la verdad espero que por tanta promoción y fiesta que le hicieron, sea un buen espectáculo” dijo antes del partido José Chávez, aficionado del Cruz Azul. Tanto el acceso a cualquier estacionamiento cercano al recinto futbolero, como las rejas de entrada y salida al inmueble, se encontraban abarrotados de gente. Por fortuna, el público se dispersó hacia el interior de los túneles, logrando el fácil ingreso hacia las tribunas. Ya para la ceremonia de apertura de partido, de la Liga Bancomer MX, los aficionados auriazules entonaron junto a Goyo (mascota universitaria), la porra de nombre homónimo. Posteriormente, harían lo mismo con el característico himno de la UNAM, y proseguirían al pitazo inicial, que develaría el camino del olvido y de la esperanza. Los equipos saltaron a la cancha con la mejor alineación que los técnicos, Guillermo Vázquez (Pumas) y Luís Fernando Tena (CRZ), pudieron encontrar para disputar el duelo. El principal reto, ser ofensivos sin descuidar la marcación, evitando los goles tempraneros que pudieran desembocar en un golpe anímico y especialmente, en una apertura de espacios innecesaria que otorgara la posibilidad al otro equipo de convertir el encuentro en una situación irremediable. Guillermo Vázquez decidió un 4-3-4 como formación de los Pumas: Alfredo Saldívar sería el encargado de defender la portería. José Carlos Van Rankin, Gerardo Alcoba, Darío Verón y Luis Fernando Fuentes, conformarían la defensa. Silvio Torales, David Cabrera, Javier Cortés, en la media y, por último, Eduardo Herrera, Ismael Sosa y Matías Britos, integrarían el eje de ataque. El técnico del conjunto cementero, Luis Fernando Tena, alineó a su equipo en un 4-4-1-1: José de Jesús Corona sería el homólogo de Saldívar. Fausto Pinto, “El Catita” Domínguez, Francisco Rodríguez y Gerardo Flores, en la defensa. Alejandro Vela, Gerardo Torrado, Rafael Baca y Xavi Báez estarían a cargo de la media cancha y, finamente, Christian “El Chaco” Giménez y Roque Santa Cruz, en la delantera. Además, Yosgart Gutiérrez, Jhonathan Ramis, Daniel Ludueña, Daniel Ramírez, Luis Fernando Quintana, Omar Islas y Kevin Escamilla, serían los que conformaran la banca del conjunto auriazul. Así mismo, del lado cementero, se encontraban Tófolo Alemao, Mauro Formica, Rogelio Chávez, Alejandro Castro, Guillermo Allison, Emmanuel Loaschbor y, el debutante, Omar Mendoza. Los árbitros asignados para marcar el encuentro serían: Roberto García Orozco, como central, axuliado en las bandas por Marvin Torrentera e Igor Flores y, como cuarto árbitro, Víctor Bisguerra. Ellos serían sumamente criticados, pues su actuación fue bastante pobre, debido a que perdonó la pena máxima a ambos
equipos y les faltó autoridad, derivando en dos conatos de bronca dentro de la cancha. Aunado al tema de la disciplina, once faltas fueron marcadas a los de casa, mientras que nueve correspondieron a los visitantes; sólo hubo una amonestación para cada conjunto (Alcoba y Pinto), y ninguna expulsión. Aunque el balón fue de los Pumas, con un 60 por ciento de posesión, y once tiros al arco y cuatro a gol, los cruzazuliños aprovecharon una de las tres oportunidades creadas, para anotar el tanto de la victoria al minuto 34. “A los jugadores les faltó corazón y sudar la camiseta, porque no puede ser que de tantas oportunidades que crearon, no hayan metido ni una. El próximo torneo habrá problemas de descenso y los Pumas no pueden volver a encontrarse en esa situación porque son un equipo grande” dijo Marco Hernández, aficionado de los Pumas. Desgraciadamente, el partido se vio manchado no sólo por la derrota felina, sino por las peleas en la tribuna de “La Rebel” y, posteriormente, en las inmediaciones del Estadio Olímpico Universitario. Durante el segundo tiempo del encuentro, se pudo observar cómo los ánimos en la tribuna se iban calentando. Aunque hubo conatos de bronca en varias zonas, el pebetero fue la más notoria, pues dos hombres comenzaron a golpearse, llevándose entre manos a una mujer que se encontraba en medio de ellos. Por supuesto, más gente empezó a unirse a la pelea y los elementos de seguridad tuvieron que ingresar al área, lo que provocó que la disputa fuera mayor; sin embargo, los causantes del embrollo fueron retirados del estadio y por el momento, la trifulca había sido detenida. Desgraciadamente, cuando el juego se dio por terminado, un grupo de jóvenes comenzó a atacar a los elementos de la seguridad del Distrito Federal. Con groserías y patadas, intentaron agredirlos y pusieron en riesgo a todos los aficionados que iban saliendo del recinto. Niños, mujeres y demás adultos tuvieron que ser desviados por la calle para que el problema no fuera mayor o que alguien fuera a resultar herido. De manera acertada, el hecho de que hubiera un número tan alto de integrantes de seguridad en el operativo realizado en el partido, dio pie a que esta clase de sucesos violentos pudieran ser controlados sin que se alterara el curso del partido. Sin embargo, es importante que la Federación Mexicana de Futbol tome acciones contundentes sobre el mal comportamiento de las barras de los equipos. Además, el personal de la seguridad privada de los estadios y también la pública, debe de estar mejor equipada, pues para ellos es sumamente complicado controlar
eventos de este calibre, que pueden derivar en avalanchas de gente y por tanto, en una desgracia. “Se siente un gran miedo cuando tienes a tu hijo a lado y volteas a ver la trifulca que se está armando. Creo que las medidas de seguridad deben de ser mayores para el mantenimiento del orden en la zona en donde se encuentra las barras, pero revoltosos hay en todos lados” dijo Fernando Sánchez, un aficionado de los Pumas. Con una dolorosa derrota, la situación de los Pumas era prácticamente su sentencia a muerte. Aunque los números le otorgaban una posibilidad, tendría que ganar a los Rayados de Monterrey por ocho goles y esperar a que alguno de los equipos con su mismo puntaje perdieran; así llegarían al inferior de la tabla de clasificación. Sin embargo, nadie ha logrado una goleada de esa magnitud desde la temporada 1975-76, en donde precisamente la UNAM le metió nueve goles a la UDG. Ismael Sosa fue el líder de goleo del equipo de la UNAM, durante el torneo de Clausura 2015, con un total de siete anotaciones y 53 disparos, de los cuales 27 fueron a portería. David Cabrera, por su parte, aportó al equipo con tres asistencias, pero él fue el jugador al que más faltas le marcaron. Gerardo Alcoba lideró en tarjetas amarillas y, el goleador del equipo, fue el único que recibió la pena máxima directa. En cuanto a Alfredo Saldívar, atajó 60 veces, después de que el torneo pasado entró en el lugar de Alejandro Palacios, por la lesión que sufrió en el hombro, durante el juego de ida de los cuartos de final, ante el América. Por parte de “La Máquina”, Roque Santa Cruz anotó tan sólo cuatro goles, de los cuales dos se dieron gracias a las asistencias de Gerardo Flores. Christian Giménez fue el jugador con mayor número de disparos (26), sin embargo, Joao Rojas se llevaría el máximo a portería, con 15. El arquero del equipo, José de Jesús Corona, realizó 50 atajadas en el torneo, mientras que el capitán, Gerardo Torrado, recibió la única expulsión directa y Francisco “El Maza” Rodríguez tuvo seis tarjetas amarillas. Aunque Cruz Azul estaría salvado por una jornada más, tendría que ganar en casa a Leones Negros, que también estaría buscando el triunfo para intentar evitar el descenso. De no hacerlo, los cementeros tendrían que esperar el resultado de Santos y Toluca para saber su destino. Definitivamente este fue un partido que ratificó las carencias sobretodo, de los Pumas de la UNAM; carencias que vienen arrastrando desde la temporada posterior al campeonato de 2011 cuando se enfrentaron a Monarcas Morelia en el
torneo de Clausura. A partir de ese entonces, los felinos se han visto envueltos en una serie problemas que han dañado el funcionamiento del equipo y generado una gran desilusión a su afición. Un Pumas que se mostró bastante débil en la defensiva, con varias jugadas en las que los delanteros de Cruz Azul les ganaron la espalda. Además, los delanteros carecen del último toque, pues aunque crearon jugadas interesantes, pareciera como si estuvieran empeñados en fallar los remates a gol. Aunque existen elementos de calidad dentro del equipo, las elecciones de los refuerzos han sido erradas, pues tan sólo Gerardo Alcoba e Ismael Sosa han demostrado el amor a la camiseta y sobretodo, la habilidad que requiere un equipo tan grande como lo son los de la UNAM. Por otra parte, aun cuando los cementeros salieron victoriosos, demostraron que distan mucho de ser el equipo que los llevó a ser llamados “La Máquina”. El tanto fue fortuito, pues cayó por una serie de rebotes en el área y que Roque Santa Cruz tuvo la suerte de que el balón se haya postrado en sus pies. Un conjunto que no mostró o profundidad alguna. Por supuesto que, tanto el proceso de Luis Fernando Tena, como el de Guillermo Vázquez, deben seguir. El futbol mexicano es caracterizado por la búsqueda de resultados inmediatos y si no se logran, los técnicos son retirados de su cargo. El problema es que éste, como cualquier otro deporte, requiere de una continuidad que ayude a que los jugadores y cuerpo técnico se compaginen y se entiendan para lograr los objetivos establecidos. Ambos tienen la capacidad de lograr grandes cosas con su club, porque el conocimiento y la experiencia existe, pero falta tener la cabeza fría para hacer movimientos inteligentes dentro del plantel. Romper paradigmas es complicado, pero el sistema que actualmente se tiene en el deporte más popular del país, priva de oportunidades a los jóvenes. Principalmente los Pumas, que han sido caracterizados por tener una cantera fructífera, debe reencontrarse con las acciones que los llevaron a ser conocidos como uno de los semilleros de futbolistas más grandes de México. Un partido que dejó aprendizajes profundos de funcionamiento y para la mejora de los dos equipos, pero también, que puso a prueba una vez más la capacidad de la seguridad interna y externa, además de la
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