EDUCAR PARA LA BELLEZA - Discurso de Benedicto XVI a los artistas (21-XI-2009)
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XXXX SANTUARIO EDUCAR PARA LA BELLEZA Discurso de Benedicto XVI a los artistas (21-XI-2009) L a belleza ha sido nuestro tema durante de la proliferación y coronación de espíritus enaje- 2009. La belleza es el comentario en nados por el poder, la banalidad, la soberbia y nuestros días en revistas, diarios y char- bajos instintos. Les invitó a sumarse a la Iglesia, las. Desde el 21 de noviembre de 2009, día en el para que con sus creaciones artísticas nos ofrezcan que el Papa Benedicto XVI nos sorprendió con un nuevas epifanías de belleza, que nos ayuden a ver magnífico discurso, ante unos ocho mil artistas de mejor a Dios. cine, música, arte, poesía etc., venidos de todo el Educar en y para la belleza, fue el tema central mundo y celebrada en el marco artístico de la del Papa, recordando a todos la necesidad urgen- Capilla Sixtina, circundado de la exuberante belle- te de volver a los caminos de la auténtica belleza. «La belleza es la última palabra que debemos olvi- za de Miguel Ángel, disertó sobre la fe y la belleza, dar, ya que ella no hace otra cosa que coronar, cual como mensaje evangélico actual y como cateque- aurora de esplendor inalcanzable, el doble astro de sis realizada por la Iglesia a lo largo de los siglos. la verdad y del bien, como su indiscutible relación El Pontífice les recordó la tarea ingente de la con la belleza» (Discurso de Benedicto XVI. 21-XI- Iglesia por derrotar la falta de esperanza, la mal- 2009). dad, el egoísmo y la superficialidad que se han Este aldabonazo del Papa nos viene bien ahora adueñado de las creaciones actuales, como conse- que hemos perdido el sentido religioso del buen cuencia del avance de un período de oscuridades, gusto y la belleza, ahora que nos hemos dejado seducir por un arte carente no sólo de belleza, sino falto de religiosidad y dudosa espiritualidad. Frente a este arte, el Papa presentó la «Via pulchritudi- nis», camino de la belleza, como un reto para una nueva educación religiosa y evangelizadora. Durante varias décadas, taimadamente se nos ha querido meter un anti-catolicismo maquillado, pre- tendiendo responder mejor que el arte de belleza, ofreciendo a la Iglesia un arte cultural seudo-reli- gioso, carente de belleza cuando no pagano. Arte que asfixia, priva de libertad y de dignidad. Es tiempo de despertar, tiempo de educar para la belleza y la fe. No podemos dejar que se destru- ya el arte propio de la Iglesia, el arte de belleza y religiosidad. Si la sociedad quiere seguir la cultura de un arte vanguardista, a veces carente y vacío de belleza religiosa, queriendo tomar por asalto al mundo con una estética superficial, de maquillaje y de apariencia, con emociones dérmicas, sin pro- fundidad ni fundamento, que lo haga, pero la Iglesia por su parte, tiene que defender su arte de fe y belleza espiritual. Benedicto XVI dice que la Iglesia tiene que ser «custodia de la belleza», Paisaje. B. Murillo. «guardián del arte», espejo de espiritualidad — 30 —
EL ARTE, HUÉRFANO DE BELLEZA SANTUARIO Prueba de todo esto, dice Benedicto XVI, son las obras maestras diseminadas en toda Europa en los siglos pasados, cuando el pueblo celebraba la fe en la liturgia teniendo de fondo el arte de belle- za, creando momentos de «sinfonía profunda de belleza», ya que tanto la liturgia como el arte les llenaba de Dios, haciéndoles visible lo invisible. Testigo de ello son las «catedrales», llenas de belle- za espiritual, con armónico lenguaje que sensibili- za nuestro gusto. «La fuerza del románico y el esplendor de las catedrales góticas, nos recuerdan que la «Vía pulchritudinis» es un camino privilegia- do y fascinante para llegar al Misterio de Dios». Eran lugares de auténticas presencias de Dios, «donde los fieles podían rezar atraídos por la vene- ración de los Santos». Y su arte de belleza era una «síntesis de fe y arte que expresaba armónicamen- te a través del lenguaje fascinante y universal de la belleza, traduciendo en sus líneas arquitectónicas el anhelo de las almas por Dios». Y sus vidrieras con acentos mágicos, «eran cascadas de luz que caían sobre los fieles para contarles la historia de la salvación». Hay que educar para la belleza, porque «la belleza nos abre los ojos a la verdadera cultura, nos pone en camino de la verdad y el bien, camino de la santidad, preparando el encuentro con Cristo, que es la Hermosura y Santidad encarnada por el Padre para la humanidad». En Él está la verdadera razón de lo bueno, lo bello y lo verdadero, al tiem- po que nos conduce a la suma bondad y amor de Dios, «Verdad primera, Bien supremo y Hermosura misma». Él es el que irradia poder de atracción, San José con el niño. El Greco. donde está la realidad de perfección, la epifanía de santidad. «Tarde te conocí, dice San Agustín, tarde te amé, oh belleza siempre antigua y siempre donde todos puedan beber la riqueza inagotable nueva, tarde te amé» (San Agustín. Confesiones. de la belleza del espíritu. Creo que en esto no se X, 27). puede ceder nada, pues estamos convencidos de El camino de sabiduría para los creyentes es que «la humanidad puede vivir sin la ciencia, el camino de la belleza, «Vía pulchritudinis». La puede vivir sin pan, pero no podría seguir viviendo belleza de la que nos habla Urs von Baltasar, sin la belleza» (Dostoyeski). dice el Papa, «esa belleza que abre horizontes Si la Iglesia fue mecenas del arte en el pasado, de pensamiento a la contemplación de la belle- e hizo vibrar al mundo llenándole de fe y belleza za de Dios, de su Misterio y de Cristo, en quien espiritual, ofreciendo a la humanidad caminos de Él se revela». La belleza admirable de la crea- cultura, de armonía y esperanza, fue porque supo ción, «donde el mundo está compenetrado del crear un evangelio de arte espiritual de belleza que resplandor de Dios, donde la luz, las plantas y entraba por los ojos, un arte que no sólo entusias- los animales, invitan a leer desde el interior y maba y enfervorizaba tanto a humildes como a dan respuestas a las preguntas de su autor». Esa sabios, sino porque en ese arte latía y se revelaba belleza que dice Platón «que nos hace llegar a un espíritu religioso que llevaba al trascendente. los umbrales de la realidad suprema y el bien, al Era un arte sacramental que elevaba la mente y la mismo Dios». También Aristóteles, sigue dicien- persona al estado de gracia, haciendo casi palpa- do el Papa, afirmó que «dentro de todas las ble la presencia real de Cristo, la ejemplaridad de cosas de la naturaleza existe algo maravilloso». la Virgen y los santos. El cosmos entero que ocupó el centro del pensa- — 31 —
SANTUARIO EL ARTE, HUÉRFANO DE BELLEZA Vista de la Sagrada Familia, en Barcelona. Obra de Gaudí. miento de los filósofos griegos, fue también el germen de eternidad». En ella Dios ha puesto la que ocupó el de los teólogos, los místicos y pen- luz de la inteligencia que tiene hambre de la ver- sadores, como el de los filósofos de todos los dad y sed de la hermosura infinita. En él «se tras- tiempos, para dar respuesta en su estudio cos- luce la imagen de Dios invisible» (Col. 1, 15). mogónico y encontrar el fundamento de toda la Seducido el hombre por el mal, cayó en pecado. obra creada, cuyo artífice es Dios. Pero Cristo le ha devuelto a la vida y «nuestros Y en esta obra maravillosa, nos dice Benedicto ojos ávidos de belleza se dejan atraer por el nuevo XVI, Dios ha dejado su verdadera imagen en el ser Adán, icono del Padre, esplendor de la gloria, humano. «El hombre en su alma espiritual lleva un revelado en el Hijo» y manifestado en la belleza del arte. Este arte que ha llenado a la Iglesia de esplen- dor y expresa la interioridad del hombre y su espi- ritualidad, se ve amenazado desde hace algún tiempo por ciertas modas que se complacen en lo feo del arte, en el mal gusto, rayando lo grosero. Los artistas creadores de este arte lo defienden con la finalidad de sustituirle por el arte clásico, para suscitar el escándalo y mofarse de la belleza. Estableciendo de esta forma, como una pelea entre Dios y el Diablo, entre la belleza y la fealdad, el bien y el mal. En su discurso, el Papa nos avisa a los creyentes, del riesgo que se corre si nos deja- mos atrapar por las redes camufladas de ese arte del mal, donde el icono de belleza se convierte en ídolo perverso, sustituyendo el fin por el medio, esclavizando la verdad y pasando el dominio a la Mujer en color. Artelista.com tiniebla. En esta trampa ingenuamente han caído — 32 —
EL ARTE, HUÉRFANO DE BELLEZA SANTUARIO Fotógrafo: J. A. LLORENTE Ntra. Sra. Elevada a los cielos. Catedral de Oviedo. El Salvador. Catedral de Oviedo. muchos, por falta de una preparación adecuada de la Iglesia seguirá siendo la «Vía pulchritudinis», la belleza. auténtico camino de evangelización que nos lleve Por eso, es urgente y necesario dejarnos educar al Dios de la belleza. por la belleza, teniendo formado un espíritu críti- El Papa formuló algunas ideas para educar y co, frente a los ofrecimientos de esa cultura de crecer en la belleza. Entre otras, dice que hay que muerte, profundizando en conocimientos sensatos formarse en la belleza para dar razón del misterio y de madurez. Un buen ejemplo es el de San de Cristo, expresado en el arte sacro, la música y Agustín, nos dice el Papa, que se sentía atormen- liturgia, organizar eventos culturales artísticos que tado por el tiempo perdido, después de conocer la actualicen nuestra sensibilidad, para apreciar y belleza de Dios. Que la belleza del bien no pierda valorar el patrimonio de la Iglesia. Hacer publica- su fuerza de atracción. Que las pruebas de la ver- ciones en revistas y medios actuales, mostrando la dad fortalezcan el sentido de la razón. Que la fe pedagogía del arte religioso y el sentido de la tras- apoyada en la sabiduría del bien, nos haga profun- cendencia. Sensibilizar a los agentes de pastoral, dizar más en el misterio de la belleza. Necesitamos catequesis y profesores de religión, en especial a urgentemente la educación en la belleza para sen- clérigos y religiosos, a través de cursos de forma- sibilizar nuestro espíritu y no ser fagocitados por el ción, seminarios, visitando museos. arte del mal gusto. La belleza de Cristo en la «Via pulchritudinis» En un mundo dominado por la imagen del mal puede ser un bello camino de santidad. La santi- gusto, por lo banal y sexual, hay que contraponer dad cristiana nos configura con la belleza del Hijo. la auténtica imagen de belleza que es la que digni- La Virgen y los Santos son reflejos luminosos de la fica la vida, nos llena el corazón del gozo de la gra- belleza infinita de Dios. Todo el discurso es un cia y nos lleva a la belleza de Dios. «Tenemos que extraordinario canto a la belleza que bien merece promover la alianza fecunda entre el Evangelio y el leerse pausadamente para crecer en la santidad y arte, creando una nueva epifanía de belleza, naci- belleza que nos configura con Cristo. da de la contemplación de Cristo, el Verbo encar- nado, como del esplendor radiante de la Virgen Arsenio Muñoz María y el de los Santos». De esta forma, el arte de arsemuno@yahoo.es — 33 —
SANTUARIO Ante el 150 Aniversario de las apariciones de Lourdes Calendario Franciscano MARZO SAN CONRADO DE PARZHAM 1. S. Francisco Fahelante Nació en Parzham (Alemania), en 1818. Fue el nove- 2. Sta. Inés de Praga 3. Beato Inocencio de Berzo no hijo de labradores. Ya desde su infancia Conrado 4. Beato Cristóbal de Milán destacó por su modestia, pie- 5. San Juan José de la Cruz dad y espíritu de oración. 6. Beato Jeremías de Valaquia Tuvo una gran devoción por 7. San Pedro Sukeyiro 8. San Miguel Kosaki de Isco la Virgen María. Ingresó en la 9. San Luis Ibaraki Orden capuchina, en la que 10. Beato Liberato de Weiss y dos comp profesó en 1842 a los 31 11. Beato Juan Bautista de Fabriano años. Estuvo de portero en 12. Beato Luis de Orione el convento de Altötting 13. Beato Agnelo de Pisa 14. Beata Josefina Gabriela Bonino (Baviera), célebre santuario 15. Beato Andrés Carlos Ferrari mariano. Murió en 1894 y lo 16. Siervo de Dios Cándido Barbieri canonizó Pío XI en 1934. 17. Beatos Connor O´Devany y John Kearney 18. San Salvador de Horta 19. San José BEATO GIL DE ASÍS 20. Beato Hipólito Galantini Nació en 1190 y se unió a San Francisco en 1208, 21. Beato Juan de Parma siendo su tercer compañero. Se distinguió por su 22. San Bienvenido simplicidad, humildad y por su amor a la pobreza. 23. Beato Marcos de Montegallo 24. Beato Diego de Cádiz Expresaba dichos llenos de seráfica doctrina y sabía 25. Anunciación del Señor transmitir en sus palabras el 26. Venerable Juan Bautista de Borgoña amor de Dios. Fue contem- 27. San Alberto Chmieloswski plativo. Nunca estaba ocioso, 28. Beato Juan María de Maillé 29. Beato Luis de Casoria se ganaba la caridad de las 30. San Pedro Regalado gentes con sus trabajos 31. Beata Isabel de Vandramini manuales. Estuvo de misio- nero en Túnez. Después de la ABRIL muerte de san Francisco, se 1. Beato Gandolfo de Binasco 2. Beato Leopoldo de Gaiche trasladó a Monterípido. 3. Beato Juan de Penna Murió en Perusa en 1262. Pío 4. San Benito de Palermo VI le beatificó en 1777. 5. Beata María Crescencia Höss 6. Beato Guillermo de Sicli 7. Beata María Asunta Pallotta BEATA INÉS DE PRAGA 8. Beato Julián de San Agustín Nació en Praga en 1205. Hija del rey de Bohemia 9. Beato Tomás de Tolentino Ottocar I. Desde su infancia se dedicó a la oración y 10. Beato Marcos Fantuzzi de Bolonia a las obras de caridad. Rechazó ser casada por su 11. Beato Ángel de Chiavasso 12. Beata Pierina Morosini padre, ya que a través de los Hermanos Menores 13. Beato Juan XXIII había conocido la vida espiritual que llevaba en Asís 14. Beata María Restituta Kafka santa Clara y decidió fundar en 1236 el monasterio 15. San Benito José Labre de las clarisas. Fue abadesa durante bastante tiem- 16. Aniversario de la Fundación O. Franciscana 17. Santa Bernardita Soubirous po. Amiga de santa Clara y 18. Beato Andrés Hibernón de ella recibió varias cartas 19. Beato Conrado de Ascoli Piceno sobre la perfección seráfica. 20. Sierva de Dios Mª Josefa del Niño Jesús Destacó por su caridad para 21. San Conrado de Parzham con Dios, el amor inmenso 22. Beato Francisco de Fabriano 23. Beato Gil de Asís por el misterio eucarístico, 24. San Fidel de Sigmaringen por la cruz del Señor y por la 25. Beato Pedro de Betancur de S. José Virgen María. Murió en 26. Beata María Bernarda Bütler 1282. El Papa Pío IX la beati- 27. Beato Jaime dee Bitetto y Sta. Zita de Lucca 28. Beato Luquesio Buonadonna de Poggibonsi ficó en 1874 y el Papa Juan 29. Beato Benito de Urbino Pablo II la proclamó santa en 30. San José Benito Cottolengo 1989. — 34 —
SANTUARIO Ante el 150 Aniversario de las apariciones de Lourdes La Santidad en la Familia Franciscana BEATO LUQUESIO Y BUONADONNA DE POGGIBONSI Nació cerca de Sena (Toscana) hacia 1181. Siguió la carrera de las armas y luego se dedicó al comercio. Casado con Buonadonna, poco a poco fue acercándose a las prácticas piadosas Ambos fueron los pri- meros en tomar el hábito de la Tercera Orden de san Francisco des- pués de vender todos sus bienes y repartirlo entre los pobres. Se dis- tinguieron por su caridad con el prójimo, por su pobreza, humildad y austeridad. Murió en 1260. Inocencio XII lo beatificó en 1694. BEATA JOSEFINA GABRIELA BONINO Nació en Savigliano, cerca de Turín en 1843. Educada en un ambiente muy piadoso, a los 18 años, ingre- sa en la Tercera Orden Carmelitana y luego a la Tercera Orden Franciscana. Se dedicó a la colabo- ración en obras parroquiales. Enferma de una neoplasia en la columna, su curación se considera milagrosa gracias a la Virgen de Lourdes. Finalmente funda un ins- tituto religioso para educar a huér- fanas .En 1887, recibe la aproba- ción diocesana y toma el hábito religioso. Muere de pulmonía en Savona a los 62 años el 8 de febre- ro de 1906. Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 7 de mayo de 1995. SANTA Mª CRESCENCIA HÖSS Nació el 20 de octubre de 1682 en Kaufbeuren (Baviera).Tras muchas dificultades familiares y a la oposición de la superiora del convento, en 1703 fue admitida entre las Terciarias Franciscanas de Mayerhoff en Kaufbeuren. Sus primeros años en el convento fueron muy duros hasta que cambiaron de superiora. Durante 16 años fue portera y pudo realizar la caridad con los más pobres. Fue una gran consejera, exhortaba a la práctica de la humildad, el silencio, la lectura del Evangelio y sobre todo a tener como maestro a Jesús crucificado. Murió el 5 de abril de 1744. Fue beatificada por León XIII en 1900 y el Papa Juan Pablo II la hizo santa el 25 de noviembre de 2001. Casilda Jiménez Caro O.F.S. Fuensalida — 35 —
l parágrafo 2º del artículo 3º del damenta en las palabras de la Sagrada E Credo afirma «concebido por obra del Espíritu Santo, nacido de la Virgen María». La fe de la Iglesia ha Escritura, tal como han sido entendidas y explicadas por la Iglesia en todo tiempo. Los testimonios de la tradición patrísti- enseñado siempre, que Cristo el Verbo, la cason venerables, desde las primeras segunda Persona de la Trinidad, se ha expresiones contenidas en el Credo para encarnado desde el primer instante de su afirmar el misterio de la Encarnación frente concepción en el seno de María, la Virgen a los errores gnósticos y docetistas (= nega- Santísima. Desde el momento en el que ban la realidad de la encarnación y del una mujer concibe y da a luz un hijo es la nacimiento humano de Jesucristo). Han madre de esta persona. María es verdade- afirmado la concepción virginal san Ignacio ramente la Madre de Dios, porque el Hijo de Antioquía: «Quedó oculta al príncipe de de Dios ha tomado de ella su carne huma- este mundo la virginidad de María y el na. No podemos olvidar que si nosotros parto de ella, del mismo modo que la decimos que nuestra madre es «madre» de muerte del Señor: tres misterios anuncia- ser humano que somos, alma y cuerpo, dos a viva voz aunque se cumplieron en el aunque la Virgen María no haya engendra- silencio de Dios» (Ad Ephes. 19,1). San do la Divinidad de Cristo –porque fue Justino Mártir, mitad del siglo II, interpreta engendrada desde siempre por el Padre del la concepción virginal en el seno de María cielo– por la Encarnación Cristo fue conce- como el cumplimiento de la profecía de bido y dado a luz por María. Por eso es Isaías (Is 7,14; en la Apologia I, 31). San vcerdaderamente «Madre de Dios». Ireneo considera que esta verdad forma 1. Concebido por obra del Espíritu parte de lo que Él llama el «canon de la Santo. En la carta de san Pablo a los verdad» (Adv. haer. 1, 10,1). E incluso Gálatas, la plenitud del tiempo se fija en el Tertuliano la ha incluído en la «Regla de la momento en que Dios envió a su Hijo (Ga fe», o conjunto de las verdades transmiti- 4,4). La anunciación y encarnación del das por la Iglesia y recibidas de la revelación Verbo es el momento del cumplimiento de contenida en la Sagrada Escritura y la las promesas, de lo anunciado por boca de Tradición (De praesc. haereticorum 13). los Profetas. María concibe al Hijo de Dios, La doctrina transmitida entró a formar en quien una vez nacido («de mujer, bajo la parte del Credo del Concilio I de Ley») habita «corporalmente toda la pleni- Constantinopla del año 381: «Y por obra tud de la divinidad» (Col 2,9). La pregunta del Espíritu Santo se encarnó de María la de María, «¿Cómo será posible? No conoz- Virgen y se hizo hombre»(DH 150). Fue la co varón» (Lc 1,34) recibe la respuesta divi- doctrina que sirvió de base para la defini- na: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti» (Lc ción del Conilio de Éfeso de 431, cuando 1,35; cf. CIC 484). Es una verdad de la fe definió a María «Madre de Dios» y el Papa católica que la Virgen María ha concebido San León Magno, o enseña con claridad en a Cristo unicamente por obra del Espíritu su carta al obispo Flaviano de Santo. No ha sido definida expresamente Constantinopla sobre el Concilio de nunca por un Papa o por un Concilio Calcedonia (13 de junio del año 449), Ecuménico, pero es una verdad que se fun- donde afirma que fue engendrado en un — 36 —
SANTUARIO CATECISMO Y ALEGRÍA nacimiento nuevo, porque la «virginidad potencia (Hch 10,38) desde el comienzo de inviolada no conoció la concupiscencia» sus existencia humana: a los pastores (Lc (DH 294). 2,8-10), a los Magos (Mt 2,1-12), a Juan el 2. La misión del Espíritu Santo va siem- Bautista (Jn 1,31-34), a los discípulos (Jn pre unida y se ordena a la del Hijo, según 2,11: CIC 486). expresamente dice el Evangelio de Jn 3. Nacido de la Virgen María. La fe Cristo (16,14-15): «Cuando venga el Paráclito, el ilumina todo lo que la Iglesia cree de María. Espíritu de la Verdad... Él me glorificará, «Dios envió a su Hijo» (Ga 4,4) pero para porque recibirá de lo que es mío y os lo prepararle un cuerpo (Eb 10,5) quiso obetner anunciará». El Espíritu Santo enviado a la colaboración libre y voluntaria de una cria- santificar el seno de la Virgen María y a tura humana. Por eso Dios eligió desde toda concederle divinamente la fecundidad de la eternidad a una hija de Israel para que forma que concibiera al Hijo eterno del fuese «Madre de su Hijo» (Lc 1,26-27; CIC Padre en la humanidad tomada de ella (CIC 488). «El Padre de las misericordias quiso 485). Era conveniente que la Madre de que precediera a la Encarnación la acepta- Dios fuera una virgen. Conveniente por el ción de parte de la Madre predestinada, para origen divino de Jesús, que no tiene más que así como la mujer contribuyó a la muer- que un «Padre», la primera Persona de la te, así también la mujer contribuyera a dar la Trinidad Santísima –sin el concurso de un vida» (LG 56). «La Virgen María predestina- padre humano–. Así quedaba clara la tras- da, junto con la Encarnación del Verbo, dsde cendencia divina del Hijo de Dios. Como en toda la eternidad, para Madre de Dios, por todo lo que la fe afirma de María siempre designio de la Divina Providencia, fue en la se hace a la luz de la cristología, es decir tierra la esclarecida Madre del Divino por su función de Theotokos (= de seno Redentor y en forma singular la generosa materno de Dios). Lo que la fe católica cree colaboradora entre todas las criaturas y la de María se basa en lo que ella misma cree humilde esclava del Señor» (LG 61). de Cristo, según lo contenido en los Los Padres han hablado de estos motivos Evangelios de la infancia (cf. Mt 1,20-25; por los que Dios quiso que la Madre de Lc 1,30-35). Jesús fuera siempre virgen. Son actos que La fe en Cristo es más importante, y lo pertnecen a al conveniencia de Dios, a su que creemos de María sirve de forma cohe- providencia, ya que no es solo el significado rente para darnos a conocer al Hijo de Dios espiritual lo que aquí se transmite, sino la encarnado por nosotros y por nuestra sal- dimensión histórica decisiva para la fe cris- vación. Las glorias de la Madre siempre tiana. La virginidad e María y la concepción reflejan las de su Hijo e insistir sobre la virginal de Jesús afirman la trascendencia sublimidad de María es dar gloria a divina del Hijo de Dios, pero también la Jesucristo como Hijo del Padre. «La huma- Madre virginal es el testimonio de la inma- nidad de Cristo y la maternidad de la nencia real del Hijoo en la Encarnación: ha Virgen están tan íntimamente vinculadas tomado de ella la naturaleza humana. Y el que quien se equivoca en una de las dos, se significado se amplía a la dimensión eclesial, equivoca también en la otra» (Santo Tomás porque la Iglesia es también una madre vir- de Aquino, Sent. III, d. 4, 2, 2). gen que engendra hermanos y hermanas El Hijo unigénito del Padre, concebido adoptivos de Cristo mediante su ministerio como hombre en el seno de la Virgen María, es el Cristo, el ungido por el Espíritu de la palabra y de los sacramentos. Es tam- Santo (Jn 1,31-34), ungido del Señor, bién ejemplo para todos los consagrados en Mesías, como se refiere en el Evangelio de la vida religiosa, porque Ella anuncia la meta Mc 1,10-11 que recuerda al ungido de Is final de la historia de la salvación, el reino de 42,1 y al «Siervo» que se entrega por todos los cielos en el que todos verán a Dios. (Is 53,3). La vida entera de Jesús manifesta- (Continuará) rá esta unción con el Espíritu Santo y la RAFAEL SANZ, OFM — 38 —
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