EMILIANO BARRAL FULGOR Y MUERTE: CRÓNICAS DEL 120 ANIVERSARIO 120ANIVERSARIO - EL ADELANTADO DE SEGOVIA
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Domingo, 11 julio de 2021 www.eladelantado.com FULGOR Y MUERTE: Retrato del escultor Emiliano Barral. Emiliano Barral 1901 120 Crónicas del 120 ANIVERSARIO aniversario 2021
2 EL ADELANTADO DE SEGOVIA DOMINGO, 11 DE JULIO DE 2021 Crónicas del 120 ANIVERSARIO FULGOR Y MUERTE: Emiliano Barral Hombre rudo, revolucionario, bizarro…Pero genial. Emiliano Barral forma parte de una generación que moderniza la escultura española, superado el clasicismo y el modernismo. Ahí se cuentan nombres como Pablo Gargallo, Julio González, Mateo Inurria, Julio Antonio o Victorio Macho. Cada uno en su estilo, trabajando con materia diferente. Barral gustaba de la talla directa, enfrentarse al bloque de piedra con el mazo y el cincel. No tuvo una carrera larga, pero fue fructífera. Miembro de la segoviana Generación de 1920, su vida fue un continuo alejamiento de lo ordinario. Vivió al máximo. Casi como murió. ÁNGEL GONZÁLEZ PIERAS DISEÑO Y MAQUETACIÓN: ALFONSO RINCÓN no Ignacio: 2.000 pesetas. Ya recogimos su inauguración en el capítulo en que hablamos de Daniel Zuloaga, por lo M e parece una de las más hermosas composi- que no insistimos en los fastos. ciones que hoy adorna cualesquiera calle o El busto de Daniel Zuloaga es el primero que hace plaza de cualquier población española. No Emiliano Barral de una serie de monumentos, que en es un monumento conmemorativo más. No guarda la Segovia culminan con el que levanta al doctor Tapia simetría de este tipo obras que tanto proliferaron en la (1935) en Riaza, un año antes de la trágica muerte del estatuaria de finales del XIX y principios del XX. La escultor en la defensa de Madrid en la Guerra Civil. cabeza del homenajeado parece salir del bloque de gra- ¿Por qué me detengo en él? Creo que la explicación va nito rojo de Ávila como la lava de un volcán que emer- contenida en el texto, y ahora incido en ella: es una obra giera de las profundidades marinas. El escultor que be- en la que sorprende su modernidad en un autor hasta bía de las aguas del clasicismo aquí aboceta la talla, la entonces de un eclecticismo clásico evidente. Susana llena de filigranas, de sinuosas líneas -tan segovianas-, Vilches y Santiago Martínez, en el catálogo de la expo- en el pedestal que ensalza las barbas y los ojos del pró- sición que tuvo lugar en el Museo de Segovia en el 2017 cer retratado. Ignacio Carral, su amigo, quien le dedicó –completísima la bibliografía-, relatan, sin embargo, las un bonito homenaje en modo de dudas que tuvo el autor en el mo- relato en ocasiones biográfico en delado inicial de la obra. Parecie- Las memorias de Pedro Herráez, ra esta su consagración en Segovia creo que no comprendió el signi- y ante ilustres invitados: Manuel ficado último de la composición. Pagola, Gregorio Marañón, Mar- “Sube desigual, romas las aristas garita Nelken, Ignacio Zuloaga. Y y llenos de dibujos caprichosos en cierta manera lo fue. Ese mis- sin ninguna simetría”. He ahí su mo año es el año en que, por fin, encanto. El intento de que luzca obtendrá el pensionado en Italia. etérea y hasta difuminada la fi- También esa temporada había pre- gura imponente, rotunda, poten- sentado a la Exposición de Bellas te, de Daniel Zuloaga, el ilustre Artes de Madrid (El Adelantado, pintor y ceramista. ¿Abocetado? 31 de mayo de 1924) El arquitecto Claro. Como una obra de Tiziano del Acueducto, este sí de clara in- o de Velázquez. “Está bien, está fluencia italiana: romana en este bien, pero qué lástima que no caso -aunque fechado el año ante- haya tenido tiempo de termi- “Yo persigo la línea, rior: 1923-, de ahí quizá el título. narle”. Así, con un leísmo, con- siento la forma, busco la carne… Se trataba de un retrato en gra- cluía Carral el artículo citado pá- Camelos, ¿no? Mis esculturas, nito patinado de Blas Zambrano rrafos arriba (La Libertad, 24 mis hijas entrañables, salen (hoy propiedad de la Diputación de diciembre de 1924). a su padre, son tan francas Provincial de Segovia) que el críti- Es la modernidad de Emilia- como yo…” co de El Sol, Francisco Alcántara, no Barral (1896-1936) plasma- dijo que se “revelaba tan domina- da en esta obra inmensa si se dor de la forma como comunica- tuviera la ocasión, y por lo tanto el placer, de ser con- tivo de la poderosa espiritualidad del alma”. “Algunos templada en toda su amplitud. Que hoy no se puede, pensábamos, al verle, en el Nicolo Uzzano de Donate- agazapada, escondida, casi avergonzada, como está llo”, añadió por su parte Antonio Machado para com- entre el follaje, orilla la cabecera de san Juan de los pletar la referencia. No tuvo éxito en el jurado, como Caballeros. Tampoco se pudo en su día, domingo 26 tampoco lo había tenido el busto del propio Antonio de octubre de 1924, cuando se inauguró en la Plaza Machado también presentado en una edición anterior de la Merced. Ocupaba entonces un “rinconcito de (la de 1922). Ese año de 1924 había llevado a la Expo- la plazuela, ante un grupo de arbolillos de troncos sición, junto con El arquitecto del Acueducto, la cabeza tortuosos”. No el centro de la plazuela –hace bien de Pablo Iglesias, una obra en mármol que después re- Carral en matizar: en Segovia solo ha existido una galó a la Casa del Pueblo de Madrid (El Adelantado 3 plaza por excelencia, la Mayor-, sino un rinconci- de febrero de 1925). to. Había sido sufragada por aportación popular, Aunque hemos visto el comentario de Alcántara, que de la que destacó no era poca cosa, el busto para el monumento conme- Emiliano Barral. Monumento a Daniel Zuloaga (1924) en la Plaza la generosa contri- morativo de Daniel Zuloaga gozó de mayor repercusión de Colmenares (Segovia). KAMARERO bución de su sobri- en los mentideros madrileños: “Un gran escultor”, titula
DOMINGO, 11 DE JULIO DE 2021 EL ADELANTADO DE SEGOVIA 3 1901 a propósito La Libertad el 29 de octubre de 1924. El pres- en su dedicación a las obras monumentales, 120 aniversario tigioso crítico Juan de la En- como también lo haría 2021 zina –seudónimo de Ricardo a las funerarias. Gutiérrez Abascal: quizá jun- to a José Francés el más in- Una rápida fluyente de la época- hablaba carrera sobre Emiliano Barral en La El camino no había sido muy Voz con este propósito. “No se largo. Digamos que en me- trata de ninguno de esos nom- nos de seis años consigue el bres pomposos, cuyo arte no escultor su consagración. deja de tener alguna afinidad De 1918 procedían sus pri- con el que cultivan las socie- meras obras: el Museo de dades de pompas fúnebres, si- Segovia guarda un yeso pa- no de un nombre modesto y tinado de esa época inicial. casi totalmente desconocido Sin embargo, su puesta de (…) que, o mucho nos equi- largo en la crítica se produ- vocamos, o ha de ser, con el ce en El Adelantado de Se- tiempo, uno de los esculto- govia, el 28 de julio de 1919. res excelentes de España”. Escribe la crónica Rosendo Me quedo con la definición Ruiz y Bizaga. “En un rostro que de la Enzina realiza de bien relleno, quizá un tanto su estilo, que encuentro muy redondeado por obra y gra- ajustada: ”siente la escultura cia del realismo que palpita con la solidez de un románti- en la totalidad de la figura, co y la fineza de un moderno”. se enmarcan un mentón se- Enzina ya había depositado ñaladamente ahogado en el su mirada en Barral cuando vértice; una boca plegada, de este presentó el busto de An- blandas comisuras y labios tonio Machado en la Exposi- carnosos y carnales, unos pó- ción Nacional de Bellas Artes mulos de adivinaciones óseas de 1922, que como se ha di- (…) una frente espaciosa y ex- cho pasó sin pena ni gloria presiva (quizá el mejor acier- para el jurado. “Escultor de to) y unas patillas en forma raza”, lo había denominado de trapecio que bajan hasta entonces (el original en pie- la parte inferior del pabellón dra es propiedad de la Insti- auricular”. La cabeza, aun no- tución Fernán González de tándose los tanteos iniciales Burgos, y lo reproducimos de un escultor que guarda la como ilustración en estas técnica de la cantería y quiere páginas gracias a la gen- exhibirla, denota ya algunas tileza de sus miembros. El de las características que no Museo de Segovia posee la le abandonarán a lo largo de escayola utilizada para la su trayectoria, por ejemplo la saca de puntos y destina- difícil separación entre geo- da al cincelado). logía y arte, entre medio na- También La Época habla- tural y fisonomía humana. ba del busto del ilustre cera- La talla a la que nos referi- Artículo de la revista Estampa dedicada a Emiliano Barral (19 de febrero de 1929). COL. A.G.P. mista realizado por Barral, al mos, realizada en caliza, la ti- que calificaba de “obra de ar- tuló Inquietud, pero después te excelente”. “En él aparece el maes- se le adicionó el nombre de quien se tro Zuloaga lleno de vida, con su rica suponía retratado: Rosendo Ruiz y expresión, sus ojos vivos y penetran- Bazaga, autor de la crónica que he- tes, sus barbas bíblicas. Dijérase al mos leído. verlo que de nuevo vamos a oírle ha- Es verdaderamente esta obra su blar con su charla pintoresca, rápida, tarjeta de presentación en Segovia. fogosa y un tanto destemplada, llena Antes que la del busto de Daniel Zu- siempre de entusiasmo para Segovia y loaga, que supone su consagración, para el arte”. Es llamativa esta crítica que dijimos. Estuvo expuesta junto porque se produce cinco meses antes con el busto de Ignacio Carral en las de que tuviera lugar la inauguración dependencias de la Diputación Pro- oficial del monumento. vincial de Segovia. Aspiraba Barral a una beca para ampliación de estudios 1923 y 1924 en París, siguiendo la tradición que Somos conscientes de que suponen tenía la institución provincial. No lo 1924 y la obra sobre Daniel Zuloa- consiguió. La obtendría, ya lo hemos ga sendos hitos en la carrera de este visto, en 1924. Estaría seis meses por escultor, que después analizaremos Italia. En 1921 formaron parte estas con más tino. Pero había sido en 1923 obras, junto con otras, de la exposi- cuando consiguió poner una pica en ción que los artistas segovianos rea- Flandes a escala nacional con el en- lizaron en la Casa de los Picos, la más Retrato de Emiliano Barral en su estudio. cargo del monumento a Rubén Darío importante desde 1901. destinado al Retiro madrileño. An- Un año antes, el 4 de enero de 1920 tonio Machado formaba parte de la comisión. La para- fecha de mayo de 1921, el trabajo de Barral sobre Darío, –en lo que es la segunda referencia importante que reci- doja del encargo a un escultor “ignorado” fue resaltada y que tutelaba la presentación del escultor en los círculos be Barral en esos primeros años, después de la de Ruiz y por Gonzalo España en las páginas de El Adelantado de intelectuales madrileños. Desgraciadamente, la falta Bizaga-, otro joven, Juan Francisco de Cáceres, Juanito Segovia (13 de julio de 1923). Susana Vilches ha demos- de fondos impidió a la postre la realización del proyec- Cáceres, le escribe una hermosa crónica en las páginas trado que Antonio Machado ya conocía, en la temprana to, pero refleja la impronta temprana del sepulvedano de La Tierra de Segovia.
4 EL ADELANTADO DE SEGOVIA DOMINGO, 11 DE JULIO DE 2021 Crónicas del 120 ANIVERSARIO E. Barral. Osos polares. COL. A.G.P. Barral demuestra conocer con esta obra la de un discípulo de Rodin: François Pompon, que en 1922 había presentado con éxito una escultura de piedra de un oso blanco en el Salón de Otoño de Paris. La f luidez, la ligereza de un gran oso tallado en un bloque de gran tonelaje, la simplificación extrema de los volúmenes y de las superficies por la eliminación de detalles superf luos deviene altamente moderno. En la foto, el oso de Pompon hoy en el Museo de Orsay de Paris. A.G.P. Sin duda alguna, Emiliano Barral entra por derecho San Gregorio. “Este es un taller del Renacimiento”, ex- hoy en el Centro de Arte Reina Sofía. Lo esculpió en propio dentro del grupo de la Generación de 1920. El clamaba con alegría Barral cuando la conversación se 1928, un año después de su matrimonio; el mismo en sepulvedano se codearía a partir de entonces con jóve- animaba. Lo cuenta Antonio Linage Conde, autor del que nació su hijo, Fernando Miguel, Corroco. Destaca nes e inquietos intelectuales como Mariano Quinta- libro definitivo sobre Los Barral: Emiliano Barral y sus el cincelado de la boca, que da a la expresión un gesto nilla, Ignacio Carral, Julián M. Otero, Mariano Grau hermanos (Veoveo Ediciones, 2019), e hijo de quien fue muy particular que aúna la expresividad con la conten- o Eugenio de la Torre. A la mayoría le hará retratos. con el mismo nombre y primer apellido entrevistador y ción y la mesura. Capta la enorme belleza de la mujer y Frecuentará tertulias, primero en el café de la Unión numerosos escritos dejó sobre Emiliano, por ejemplo en entronca a través del cabello con la piedra y con el cuer- y después en el taller que Fernando Arranz abrirá una El Adelantado. Con la hermana de Fernando Arranz, po, con ese juego que veíamos en su obra Inquietud. No vez que Cristóbal Ruiz le remodele la antigua Capilla de Elvira, se casará. A ella le dedicó un precioso alabastro, se adivinaba entonces la tragedia que después acaecerá Pintoresco bohemio A.G.P. En la entrevista se perfila el personaje a tra- Q uien deambule por las páginas periodísticas dedicadas a Emiliano Barral encontrará refe- rencias continuas al carácter y al aspecto del escultor. vés de su “dilatada” vida (en ese momento tenía treintaiún años): a los quince años ya era revolu- cionario. Para propagar la revolución social viajó Diríase que él mismo gustaba remarcar su aspec- con un portugués de nombre Cruceiro –que había to “bizarro”, “rudo”, temperamental. Espíritu libre, aterrizado en Sepúlveda- a las minas de Riotin- mujeriego, anarquista, socialista, el monumento a to, en Huelva. Detenido, pasa una temporada en Pablo Iglesias, y en especial el grupo escultórico de la cárcel. Vuelve a Sepúlveda para marchar des- los Obreros, no satisfizo ni a derecha ni al Mundo pués en bicicleta a Valencia, en donde se enamo- Obrero, órgano de comunicación del Partido Comu- ró de una estrella de varietés, “La bella españo- nista de España. lita”, con la que se fugó a Barcelona de polizones El Adelantado de Segovia abría el 12 de enero de en un barco. Allí terminó de comerse, junto a la 1928 su edición con un artículo titulado: La pinto- artista, el dinero que había arramblado de la fa- resca bohemia de Emiliano Barral. Era ya el sepul- milia sepulvedana. De ahí a París, también de vedano un escultor reconocido, a un año de celebrar polizón, esta vez con menos suerte. No paso de su exposición individual en Madrid. Lo reconoce el Lyon. Otra vez breve estancia en la cárcel. Libre, cronista. V. Sánchez-Ocaña: “Sería grotesco que yo llegó con veinte céntimos a la capital francesa, intentara ´descubrirles` a ustedes al gran escultor que se gastó en un pispás en un desayuno. Con- segoviano”. A continuación define al personaje: “Este secuencia: dos días sin comer, durmiendo en la Barral no es el tipo de artista que uno está acostum- calle. Al final, fue el consulado español quien le brado a ver en los cromos y también en las tertulias. ofreció trabajo como obrero cantero. No aguan- Con sus maneras un poco brusca, su lenguaje desa- taría porque era muy bohemio para desarrollar liñado y expresivo, su sombrero y su garrote, pare- un oficio, cosa no propia de un artista. Pero ya Sello dedicado a Emiliano Barral. COL. A.G.P. ce un labriego”. no abandonaría la relación con la piedra.
DOMINGO, 11 DE JULIO DE 2021 EL ADELANTADO DE SEGOVIA 5 1901 quizá por el impacto que en esa exposición tuvo la obra La maternidad (1928), destinada a formar 120 aniversario parte del mausoleo de Pablo Iglesias. “En el caso de 2021 Barral, el arte de Mestrovic fue una luz que iluminó su camino” remachaba por el mismo camino Antonio Méndez Casal, en Blanco y Negro el 26 de mayo de 1929. El propio Linage Conde delimita esa influencia: “Hay que recordar su planismo, sus cortes acusados, que le emparentan con el croata Mestrovic” (El Adelantado de Segovia, 4 de octubre del 2020). Entiendo estas referencias por la especial predilec- ción de nuestro escultor por la talla directa, por en- frentarse al bloque de piedra con el mazo y el cincel, como lo recordaba Ignacio Carral en el artículo de La Libertad con el que principiaba esta crónica. Me gusta cómo define el trabajo de Barral Luis Gil Fillol –también colaborador habitual de El Adelantado- en el suelto citado. “Semejante casta de escultores toma la piedra, no como caprichosa materia definitiva, si- no como vehículo adecuado de expresión artística. En los otros, cabe el capricho; una estatua concebida en barro se convierte indistintamente en mármol o en bronce. Una estatua “sentida” en piedra es piedra desde su nacimiento. Rodin se mostraba orgulloso de llamarse `picapedrero´. Y Barral se enorgullece de haber domado bloques de pórfido que se resistían a los más expertos y corajudos desbastadores”. No se sentía a gusto el escultor, en cambio, en los modelados en barro de sus obras. Se conocen, eso sí, algunos de los yesos con marcas para sacar puntos que servían de pauta para la posterior escultura (Fernando Barral, ca 1930). “Yo persigo la línea, siento la forma, busco la carne… Camelos, ¿no? Mis esculturas, mis hijas entrañables, salen a su padre, son tan francas como yo…” Así le contestó a Ruiz y Bizaga el 28 de julio de 1919, casi en los comienzos. Quedaba clara la cuestión. Emiliano Barral. Monumento al doctor García Tapia (1935). sobre toda la familia Barral-Arranz, como si el destino, su producción. Los ojos del Marinero vasco (1916), de proceloso, no terminara nunca su labor hasta golpear Victorio Macho, los encuentro en los de Julián Ma- con rabia en ambos. ría Otero (1919). La serie de bustos de la raza, de Julio A Fernando Arranz también lo retrató en yeso pin- Antonio, está muy presente en los retratos que reali- tado (1920). El barrero del taller de Arranz le inspiró El za en su primera época el escultor sepulvedano (Julio filósofo cañí (1921), también de yeso pintado y hoy pro- Antonio murió el mismo año, 1919, en el que Barral piedad de la Diputación de Segovia. Repetía materiales empieza a moverse por los en aquellos primeros años de vida profesional (caliza, ambientes segovianos y yeso). Una excepción fue el busto de Torreagero, una de madrileños). De Victorio sus escasas incursiones en el bronce, que viajó a la Ex- Macho, y en concreto de posición de Venecia de 1924, aunque antes pasara por su Monumento a Galdós “Dos ojos de un ver lejano, que yo quisiera tener Segovia (1921) y Madrid (1922). (1918), ve Valeriano Bozal como están en tu escultura: influencia en el trazo de cavados en piedra dura, La escultura en España la maqueta realizada por en piedra para no ver” La escultura en España recibía nuevos bríos en aque- Barral para el monumen- llos años 20. Sexagenarios ya nombres como Maria- to a Rubén Darío (Pintu- no Benlliure, Agustín Querol o Aniceto Marinas –su ra y escultura españolas obra Hermanitos de leche, 1926, que ganó la medalla del siglo XX, 1900-1939. de honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes Madrid, 1993). Juan Manuel Santamaría tam- de ese año, fue tildada de “naturalismo anecdótico y bién observa la influencia de Mateo Inurria en sentimental de treinta años antes”- eran precisamen- algunos de los torsos modelados por el escultor. te los treintañeros quienes copaban el escalafón. Jo- Y, sin embargo, tras su exposición individual en sep Clará quedaba en medio. De todos ellos, Emiliano Madrid, en donde llevó diez años de obra -1919- Barral, autodidacta, aprendiz de cantero en su niñez, 1920- pocos críticos dejaron de emparentarlo con absorbía influencias. El escultor, dotado de una inte- la obra del croata Ivan Mestrovic: “los bloques ator- ligencia natural extraordinaria, era una esponja que mentados y patéticos”, decía Gil Fillol Emiliano Barral. Busto procesaba todo lo que consideraba interesante para (La Estampa, 19 de febrero de 1929), de Antonio Machado (1920).
6 EL ADELANTADO DE SEGOVIA DOMINGO, 11 DE JULIO DE 2021 Crónicas del 120 ANIVERSARIO Gloria y tragedia publica una fotonoticia estremecedora. Aparece eran irreprimibles y violentos”. El propio Linage, Habrían de pasar diez años hasta la exposición in- Elvira, su mujer, tendida y con la cara ensangren- en comunicación personal con el autor de esta cró- dividual de Barral en Madrid. Quizá su momento tada; al lado, su hijo, lloroso, de corta edad (unos nica, remarcaba esta situación con su propio tes- de mayor gloria artística. De seguro su momento seis meses). El pie de foto lo decía todo sin pre- timonio personal: “Mi madre se acordaba de las de mayor tragedia personal. Vamos a lo pri- tender decir nada: “La esposa del palabras que varias veces oyó a Barral después de mero para desembocar en lo segundo. escultor Emiliano Barral, que aquello: `mi vida está destrozada. El hogar, des- Expone Emiliano Barral en en unión de un hijo de cor- hecho´. Yo he visto una nota a lápiz suya en un ca- el Salón de Amigos del Ar- ta edad, se tiró al Metro lendario que decía: el día más triste de mi vida”. te. Mayo de 1929. Pala- en Madrid. La mujer re- Dos meses después, en el banquete que se le ofre- cio de Bibliotecas y sultó con heridas graví- ció con motivo de la exposición en el Hotel Gran Museo. Madrid. En simas, y al niño apenas le Vía, y que organizó Manuel Chaves Nogales –co- una conocida fo- ocurrió nada. En contra laborador del diario Estampa y de El Adelantado to, aparece ro- de Segovia, y de quien también realiza- de a do de u n ría un busto en mármol gris de Toledo-, buen número manifestaba sin pudor: “En este instan- de visitantes, Cosas de la vida te, siento por mí mismo una lástima in- contempla- capaz de ofrecerte finita, porque sospecho que no voy a po- do su obra dos caras en un instante. der deciros en cuatro palabras sencillas Materni- El dios bifronte, Jano, lo que significa en estos momentos, esen- dad. Pare- se alía en este caso con cialmente dolorosos en mi vida, el calor ce orgullo- el mito de Medea, que me prestáis”. so Ba r ra l. la vengadora de El escultor sigue trabajando. Su situación Junto a ella su esposo Jasón personal se restituye. En noviembre de 1931, otras obras: la prensa madrileña recoge la presentación Mi madre, de los monumentales Osos polares, un grupo El arquitecto de talla directa en granito encargada por el del Acueducto, de la prime- financiero vinculado al Banco Urquijo, Valentín Ruiz Pa b l o Igl e s i a s ra versión, Senén. La obra fue expuesta en el Retiro de Madrid. ( busto), Javier parece ser Pero otra vez la diosa fortuna le fue adversa. El de Winthuysen, q u e e l l a martes 22 de diciembre de 1931, El Adelantado de Mujer de tierras no se t i- Segovia titulaba en su primera página y con gran- de Segovia, Zoe ró al paso des caracteres: “El escultor segoviano Barral, gra- –que ter minar ía de los co- vemente herido por unos atracadores. Le exigieron comprando el Duque ches, sino dinero y el artista se defendió valientemente”. Vivía de Alba-, Eugenio de que se ca- entonces Emiliano Barral en Madrid. En el pasaje de la Torre, Julián Ma- Romero, 10. Cuando se dirigía a su domici- Emiliano Barral. Mi mujer ría Otero, Mi mujer (Elvira Arranz) (circa 1928). lio a las diez de la noche del lunes 21 de di- (Elvira Arranz) y así ciembre, dos individuos hasta veintiséis obras. le salieron al paso en la Suponen un recor r i- calle Modesto Lafuente do por la mayor par- exigiéndole el dinero que te de su carrera. Prác- llevaba encima y amena- ticamente por toda su zándole con una pistola. obra. En diversos foros Barral se resistió. Impe- el escultor había reco- ró su carácter indómito nocido que hasta que antes que la prudencia. prestó el servicio mili- Dispararon dos veces, tar, allá por 1917, no ha- alcanzándole una de las bía emprendido la pro- balas que quedó incrus- fesión en serio. Alguna tada en la axila. Fue el revista habla por ello de doctor Bastos quien se la “falta de unidad de esta extrajo, informaba el de- exposición, en la que po- cano al día siguiente, in- drían reunirse las obras dicando la mejoría den- en tres o cuatro grupos, tro de la gravedad. cual si fuesen labor de Como el Ave Fénix, vol- varios artistas” (Blanco vería a resurgir. Tendría y negro, 26 de mayo de tiempo de concluir dos 1929). Pero fue un éxi- monumentos. No los ci- to la muestra. En todo to por orden cronológi- caso, no era tan desco- co. Uno fue el de Pablo nocido el escultor en los Iglesias en el Parque del ambientes madrileños. Oeste (1936), que termi- La revista Estampa le nó destruido –en 1979 se había dedicado un am- recuperaría la gigantes- plio reportaje el 19 de ca cabeza, de más de un febrero de 1929, que ya metro de altura-. Colabo- hemos citado. ró en este proyecto con el arquitecto Esteban de la Jano y Medea Mora y con el pintor Luis Cosas de la vida, capaz Quintanilla. Resaltaba el Fotonoticia publicada en Mundo Gráfico (20 de febrero de 1929). COL. A.G.P. de ofrecerte dos caras granito gris de la cabeza en un instante. El dios frente a la piedra de Gero- bifronte, Jano, se alía en este caso con el mito de yó a la vía”. Despropósito de información. Era la na del grupo escultórico. Uno de los primeros libros Medea, la vengadora de su esposo Jasón. Al día noche del 15 de febrero de 1929. Antonio Linage que conozco publicado sobre él tras la Guerra Civil siguiente, el 20 de febrero de 1929, vuelve a salir Conde explica la situación en las palabras de For- –El escultor Emiliano Barral. Ediciones del Castro. en un medio de comunicación su nombre. Pero en tunata Prieto Barral: “Elvira padecía obsesión sui- La Coruña, 1965- lleva la cabeza en la portada. Con esta ocasión con tintes trágicos. Mundo Gráfico cida y, con motivos fundados o sin ellos, sus celos toda probabilidad no fue entendida la alusión.
DOMINGO, 11 DE JULIO DE 2021 EL ADELANTADO DE SEGOVIA 7 1901 120 aniversario 2021 Emiliano barral. Busto de Julián María Otero (1919). El segundo (1935) es el que levantó a la entrada de Riaza por las eras, en la calle que entonces co- municaba el pueblo con la colonia del doctor Tapia. Porque el homenajeado es Antonio García Tapia. Durante cerca de diez años de mi vida, rara era la semana en que no saludase no al buen doctor, sino a la delicada Espigadora que se levanta en el vértice posterior del monumento. Se separa de la línea de Regocijo de volúmenes, otra de las escul- turas más expresivas y esquemáticas de Barral. Porque a diferencia del primitivismo de aquella, su figura no es hierática, sino está en movimiento. Creo reduccionista verle aire de realismo soviéti- co. En todo caso, poco casa con la expresionista y minúscula cabeza del doctor, a punto de ser en- gullida por el pedestal de granito. El tercero de estos monumentos de ciudad había sido el levan- tado en Aranda de Duero en 1930 en homenaje a Diego Arias Miranda. Emiliano Barral murió el 21 de noviembre de 1936 en plena Guerra Civil. En el barrio de Usera, en Madrid. Acompañaba a unos corresponsales extranjeros que visitaban la primera línea de fue- go en la defensa de la capital. Había organizado las milicias segovianas. No por ello su figura se diluye con la muerte. En 1937, durante la Exposición Internacional de Portada del libro “El escultor Emiliano Barral”. COL. A.G.P. París, en el Pabellón de España se exponen 18 es- culturas suyas. Al cumplirse un año de su muerte, La Vanguardia le dedicó un recuerdo. En 1938, el Su viuda, Elvira, y su hijo Fernando marcharon a a. Congreso Nacional de la Solidaridad emite un se- Argentina, en donde vivía el hermano de ella, el ce- en El Adelantado de Segovi Artículo dedicado a Barral llo de 25 céntimos con su retrato. En Segovia, esos ramista Fernando Arranz. Después deambularon dos adalides de la cultura que fueron los hermanos por América y Europa. Fernando llegó a dirigir un Serrano, Ángel y Jesús, recuperaron su memoria instituto de psiquiatría en Cuba. Sería pretencioso dedicar este artículo al maestro con una exposición de 15 obras del 23 al 30 de En el entierro de Emiliano, Antonio Machado leyó Antonio Linage Conde, “con quien tanto quiere” junio de 1965 en la Casa del Siglo XV. Asistieron el poema que le había compuesto, posiblemente en Se- el autor. Sí, al menos, debo insistir en el recuer- Pedro Barral –hermano y colaborador de Emilia- púlveda, en agosto de 1922, incluido en Nuevas Cancio- do de su obra y en la de su padre, Antonio Linage no y autor de la copia del busto de Antonio Ma- nes (1924). Su última estrofa dice: “Dos ojos de un ver Revilla, amigo de Emiliano Barral, de quien está chado que hoy se expone en el jardín de la que fue lejano,/ que yo quisiera tener/ como están en tu escul- cerca el centenario del comienzo de sus colabora- la pensión de Luisa Torrego- y su mujer Patricia. tura:/ cavados en piedra dura,/ en piedra para no ver”. ciones en El Adelantado de Segovia.
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