Hacia el pensamiento ecologizado. Entrevista a Edgar Morin

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«conveniencia». Tenemos que ser «soñadores poco                perdura. Es algo que se hereda indefinidamente.
realistas» que avancen con paso firme. Los huma-               Por encima de todo, tenemos que creer en la fuerza
nos morimos y desaparecemos. Pero la humanidad                 de la humanidad.

Hacia el pensamiento ecologizado. Entrevista a Edgar Morin

Maria-Àngels Roque. Directora de Quaderns de la Mediterrània

Edgar Morin es uno de los grandes pensadores vivos cuyo método interdisciplinar ha adquirido una gran
importancia ante las nuevas demandas de comprensión y acción frente a las problemáticas que nos rodean.
Dicho método también responde a la creciente demanda educativa de calidad que existe en la actualidad,
principalmente a través de su obra Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. El método
interdisciplinar está basado en la teoría del pensamiento complejo, ideada por el mismo Morin, que afir-
ma que la realidad se comprende y se explica simultáneamente desde todas las perspectivas posibles. Así,
un fenómeno específico puede ser analizado desde las más diversas áreas del conocimiento, mediante el
«entendimiento transdisciplinar», evitando la habitual reducción del problema a una cuestión exclusiva de
una ciencia determinada. Este nuevo planteamiento tiene consecuencias muy importantes en el panorama
de las ciencias, la educación, la cultura y la sociedad.
El método es la obra capital de Edgar Morin, que                    Edgar Morin: La ecología, como disciplina cien-
comprende seis volúmenes publicados entre 1972                 tífica, se creó a finales del siglo XIX con el biólogo
y 2004. En ella, el autor dibuja un bucle discursivo           alemán Ernst H. Haeckel. En 1935, con Tansley,
que va de lo humano a lo natural y de lo natural               apareció la noción central de «ecosistema», que
a lo humano. Se puede abordar la obra a través de              distinguió el tipo de objeto de esta ciencia de la
cualquiera de sus volúmenes y hallar ese bucle                 mayor parte de los restantes ámbitos de investiga-
discursivo. En esta misma línea, Edgar Morin nos               ción. Pero fue en California, en 1969, cuando tuvo
da pistas sobre el pensamiento complejo y la nece-             lugar la unión entre la ecología científica y la toma
sidad de unir naturaleza y cultura en la siguiente             de conciencia de las degradaciones del medio natu-
entrevista.                                                    ral, no sólo locales (lagos, ríos, ciudades) sino en lo
                                                               sucesivo globales (océano, planeta), que afectan a la
    Maria-Àngels Roque: En un artículo que escri-              alimentación, los recursos, la salud y el psiquismo de
bió en Le Monde diplomatique en 1989 manifestaba               los seres humanos. Se obró así el paso de la ciencia
que ya no era tiempo de lamentarse de las catástrofes          ecológica a la conciencia ecológica.
ecológicas, y tampoco de imaginar que el desarrollo                 Además, se produjo la unión entre la conciencia
de las tecnologías bastaría para remediarlas. Asimis-          ecológica y una versión moderna del sentimiento ro-
mo, afirmaba que el arranque salvador sólo puede               mántico de la naturaleza que se había desarrollado,
venir de una transformación radical de nuestras                principalmente entre la juventud, en el transcurso
relaciones con el hombre, con los demás seres vivos            de la década de 1960. Dicho sentimiento halló en
y con la naturaleza. De esta manera, el problema               el mensaje ecológico una justificación racional.
ecológico no sólo nos afecta en nuestras relaciones            Hasta entonces, todo retorno a la naturaleza se
con la naturaleza, sino también en nuestra relación            había percibido, en la historia occidental moderna,
con nosotros mismos. ¿Por qué cree que la conciencia           como irracional, utópico y en contradicción con la
ecológica como fenómeno social no apareció hasta               evolución del «progreso». De hecho, la aspiración
los años setenta del pasado siglo?                             a la naturaleza no expresa únicamente el mito de
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un pasado natural perdido, expresa también las           Lo que era secundario, y algunos tomaron por prin-
necesidades hic et nunc de los seres que se sienten      cipal, era la alerta energética. Muchos integrantes
vejados, atormentados, oprimidos en un mundo arti-       de la primera ola ecológica creyeron que se iban a
ficial y abstracto. La reivindicación de la naturaleza   dilapidar con gran rapidez los recursos energéticos
es una de las reivindicaciones más personales y más      del globo. De hecho, las potencialidades ilimitadas
profundas, que nace y se desarrolla en los medios        de lo nuclear y lo solar indican que la amenaza
urbanos cada vez más tecnificados, burocratizados,       fundamental no radica ahí. El segundo error era el
cronometrados e industrializados. Han sido preci-        mito de una naturaleza que representa una suerte
sas la ciencia y la conciencia ecológicas para que se    de equilibrio ideal, estático, que era preciso respetar
descubra su racionalidad.                                o restablecer. Se ignoraba que los ecosistemas y la
                                                         biosfera cuentan con una historia hecha de rupturas
    M.À.R.: Sin embargo, los informes que se hi-         de equilibrios y reequilibrios, de desorganizaciones
cieron en los años setenta quizás fueron demasiado       y reorganizaciones.
simplistas, como el encargado por el Club de Roma.           ¿Qué es importante en la conciencia ecológica?
Eso sirvió para generar una cierta prevención hacia      Primero, la reintegración de nuestro entorno en
las teorías ecológicas de carácter apocalíptico.         nuestra conciencia antropológica y social; segundo,
                                                         la resurrección ecosistémica de la idea de naturale-
    E.M.: Ciertamente, los métodos de cálculo de         za; y tercero, la aportación decisiva de la biosfera a
esos informes eran simplistas, pero se trataba de una    nuestra conciencia planetaria.
primera tentativa de comprender conjuntamente el
devenir humano y el biológico a escala planetaria.           M.À.R.: El científico ambientalista James Lo-
Análogamente, los primeros mapas geográficos             velock propuso ya a finales de los años setenta la
establecidos en la Edad Media por los navegantes         hipótesis Gaia: la Tierra y la biosfera constituyen un
árabes contenían enormes errores en la situación y       conjunto regulador que lucha y resiste por sí mismo
la dimensión de los continentes, pero constituyeron      contra los excesos que amenazan con degradarlo.
el primer esfuerzo por concebir el mundo.                Esta idea puede pasar por la versión eufórica del
    La profecía ecologista de la década de 1970 se       ecologismo con respecto a la versión pesimista del
ha autodestruido parcialmente: la difusión bastante      Club de Roma. No obstante, tiene un punto terrible
rápida de la conciencia de las contaminaciones, de-      ya que, como decía el naturalista latino Plinio el
gradaciones locales o provinciales, ha provocado la      Viejo en el siglo I d.C., la madre naturaleza puede
puesta en marcha de dispositivos jurídicos y técnicos    ser al mismo tiempo una madrastra.
que han enmendado o diferido en cierto modo su
carácter de cataclismo. La amenaza ecológica ignora          E.M.: Lovelock piensa que Gaia dispone de re-
las fronteras. La contaminación química del Rin          gulaciones naturales contra el crecimiento del óxi-
concierne a Suiza, Francia, Alemania, Holanda y          do de carbono en la atmósfera, y puede encontrar
a los países ribereños del Mar del Norte. Pero una       por sí misma medios naturales para luchar contra
buena profecía es precisamente aquella que suscita       los agujeros de ozono aparecidos en los polos. Sin
las reacciones y luchas que evitan la catástrofe que     embargo, ningún sistema es inmortal, ni siquiera
predice.                                                 el mejor regulado, y un organismo, incluso si es
    No obstante, la profecía catastrofista sólo se       autorreparador y autorregenerador, muere cuando
pospuso: 15 años después la evidenciaron diversos        un veneno lo toca en su punto débil. Es el problema
accidentes espectaculares, como los de Séveso y          del talón de Aquiles. También la biosfera, que es un
Chernóbil. También hemos contemplado reciente-           ser vivo, aunque no tan frágil como se pudo haber
mente la fragilidad de Fukushima tras el tsunami.        creído, puede ser herida de muerte por la acción
Todo ello ha provocado que se haya disparado una         humana.
gran alerta sobre la biosfera. Actualmente, con la           La idea de Gaia personaliza la Tierra en un
distancia, se puede ver mejor lo que había de secun-     momento en que, desde hace una veintena de años,
dario y esencial en la toma de conciencia ecológica.     todo el planeta, en sus profundidades y su existencia
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física, ha entrado en la era de las ciencias sistémicas.   sobre todo, una comprensión de las interacciones y
Antes de los años sesenta, estas múltiples ciencias        de su naturaleza sistémica.
(climatología, meteorología, vulcanología, sismolo-
gía, geología, etc.) no se comunicaban entre sí. Ahora         M.À.R.: ¿Nos encontramos, pues, ante un nuevo
bien, las exploraciones de la tectónica de las placas      tipo de ciencia referida a un sistema que recurre
submarinas han resucitado la idea de la deriva de          a las interacciones particulares y al conjunto glo-
los continentes, lanzada por Wegener a comienzos           bal, y que permite intervenciones mutuamente
del siglo XX, y han revelado que el conjunto de la         provechosas entre los hombres y la naturaleza?
Tierra constituye un sistema complejo, animado             ¿Es éste el pensamiento «ecologizado» al que
por movimientos y transformaciones múltiples. Así,         debemos llegar?
puede concebirse la Tierra como un ser vivo, no en
el sentido biológico, con un ADN, un ARN, etc., sino           E.M.: Para responder a ello, podemos empezar
en el sentido auto-organizador y autorregulador de         examinando el aspecto paradigmático del pensa-
un ser que tiene su historia, es decir, que se forma y     miento «ecologizado». Doy al término «paradigma»
se transforma manteniendo su identidad.                    el sentido siguiente: «Relación lógica entre los con-
                                                           ceptos clave que gobiernan todas las teorías y todos
    M.À.R.: Usted ha sido un gran defensor del             los discursos dependientes de ellas». Así, el gran
ecosistema y del paradigma ecosistémico, no sólo           paradigma de la cultura occidental de los siglos XVII
aplicado a las ciencias de la naturaleza sino a todos      al XX desune el sujeto y el objeto, el primero remitido
los campos, inclusive el de las humanidades. Expli-        a la filosofía; el segundo, a la ciencia. Todo lo que
que la noción de ecosistema.                               es espíritu y libertad compete a la filosofía; todo lo
                                                           material y determinista compete a la ciencia. Este
    E.M.: En un medio dado, los componentes geo-           mismo paradigma trae aparejada la disyunción en-
lógicos, geográficos, físicos, climatológicos (bioto-      tre la noción de autonomía y la de dependencia: la
po) y los seres vivos de toda índole, unicelulares,        autonomía no posee ninguna validez en el marco
bacterias, vegetales, animales (biocenosis), interac-      del determinismo científico y, en el marco filosófico,
túan retroactivamente para generar y regenerar             sustituye a la idea de dependencia. Ahora bien, el
sin cesar un sistema organizador (o ecosistema)            pensamiento «ecologizado» debe liberarse necesa-
producido por estas mismas interretroacciones.             riamente de este yugo y referirse a un paradigma
Dicho de otro modo, las interacciones entre los            complejo donde la autonomía del ser vivo, concebido
seres vivos no son únicamente de conflicto, com-           como ser auto-eco-organizador, resulta inseparable
petición, competencia, degradación y depredación,          de su dependencia.
sino también de interdependencia, solidaridad y                El organismo de un ser vivo (auto-eco-organi-
complementariedad. El ecosistema se autoproduce,           zador) trabaja sin tregua, pues, y para mantenerse
se autorregula y se auto-organiza de manera tanto          a sí mismo degrada su energía. Para renovarla,
más extraordinaria por cuanto que no dispone de            la extrae de su entorno, por lo que depende de
ningún centro de control, de ninguna cabeza regu-          este último. Así pues, necesitamos la dependencia
ladora, de ningún programa genético. Su proceso            ecológica para poder asegurar nuestra independen-
de autorregulación integra la muerte en la vida,           cia. Dicho de otra forma, la relación ecológica nos
la vida en la muerte.                                      conduce rápidamente a una idea aparentemente
    Hasta una época reciente, todas las ciencias re-       paradójica: para ser independiente, hay que ser
cortaban arbitrariamente su objeto en el complejo          dependiente. Y cuanta más independencia quere-
tejido de los fenómenos. La ecología es la primera         mos conseguir, más debemos pagarla con la depen-
que trata del sistema global, con sus constituyen-         dencia. Por tanto, nuestra autonomía material y
tes físicos, botánicos, sociológicos, microbianos,         espiritual de seres humanos depende de alimentos
cada uno de los cuales compete a una disciplina            culturales, de un lenguaje, de un saber, de mil cosas
especializada. El conocimiento ecológico precisa           técnicas y sociales. Cuanto más nos permita nuestra
una policompetencia en estos diferentes ámbitos y,         cultura conocer culturas ajenas y culturas pasadas,
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más probabilidades tendrá nuestro espíritu de de-         convertido en extraños para él, nos hemos distan-
sarrollar su autonomía.                                   ciado y marginado de él.
     La auto-eco-organización significa también,              Para comprender nuestra situación, retomaré la
a un nivel más profundo, que la organización del          parábola del matemático George Spencer-Brown.
mundo exterior está inscrita en el interior de nuestra    Éste decía más o menos: «Supongamos que el uni-
propia organización viva. Dicho de otro modo, el          verso quisiera tomar conciencia de sí mismo. ¿Qué
ritmo cósmico externo de las estaciones reaparece         haría? Estaría obligado a extraer de sí una especie
en el interior de los seres vivos, al igual que hemos     de pedúnculo, una especie de tentáculo de pulpo que
tomado del cosmos, para integrarlo en nuestras            lo alejaría de sí de manera que pudiese mirarse a sí
sociedades, la organización del tiempo, que es la de      mismo. Pero, en el momento en que ese tentáculo se
nuestro calendario y nuestras fiestas. Por consiguien-    aleja, en que el extremo de ese brazo se vuelve sobre
te, el mundo está en nosotros, al mismo tiempo que        el universo para contemplarlo, deja de formar real-
nosotros estamos en el mundo.                             mente parte de él y deviene ajeno. Así, el universo
                                                          fracasa allá donde ha triunfado: el momento en el
    M.À.R.: En la Antigüedad, los sofistas trataron       que ha logrado conocerse es demasiado tarde; aque-
ampliamente la dicotomía entre naturaleza y cul-          llo que lo conoce se ha vuelto, de alguna manera,
tura desde la contraposición entre lo «natural» y lo      autónomo». Algunos han pensado definir al hombre
«convencional». Más adelante, nos encontramos con         por su disyunción y oposición a la naturaleza; otros,
los que creen que todo debe plegarse a la naturaleza      por su integración en la naturaleza. Ahora bien, de-
y los que creen que la naturaleza está subordinada        bemos definirnos a la vez por la inserción mutua y
ya a la libertad, ya a la cultura o al «espíritu», y      por nuestra distinción con respecto a la naturaleza.
que éstos finalizarán por «absorber» a la naturaleza.     Vivimos esta situación paradójica.
Otros prefieren hablar de complementación recípro-
ca, según la cual la libertad, la cultura o el espíritu       M.À.R.: Del mito del desarrollo continuo se ha
no se oponen propiamente a la naturaleza, sino que        pasado al concepto del desarrollo sostenible y a un
se complementan o completan.                              cambio de mentalidad más temperada con relación
                                                          a que el desarrollo económico significa desarrollo
    E.M.: Como todos los seres vivos, somos también       humano, mental y cultural. En este sentido, usted
seres físicos. Estamos constituidos por macromolé-        ha ayudado a visionar lo burdo del concepto, así
culas complejas que se remontan a una época pre-          como el peligro y el daño que éste ha provocado en
biótica de la Tierra: los átomos de carbono de estas      diversas áreas del planeta.
moléculas, indispensables para la vida, se formaron
en el crisol de soles que precedieron al nuestro, en          E.M.: Hay que dejar de ver al hombre como un
un choque de núcleos de helio. En definitiva, todas       ser sobrenatural y abandonar el proyecto formulado
las partículas que se unieron en el helio datan de        por Bacon y Descartes, y luego por Marx, de con-
los primeros segundos del universo. Por lo tanto,         quista y posesión de la naturaleza. Este proyecto se
al mismo tiempo que estamos en un mundo físico,           ha tornado ridículo a partir del momento en que nos
este mundo físico, en su organización fisicoquímica,      hemos dado cuenta de que el inmenso cosmos, en su
está constitutivamente en nosotros. He aquí, pues,        infinitud, queda fuera de nuestro alcance. Ha llega-
un principio fundamental del pensamiento ecologi-         do a ser delirante a partir del momento en que nos
zado: no sólo no se puede separar un ser autónomo         hemos percatado de que el devenir prometeico de la
(autos) de su hábitat cosmofísico y biológico (oi-        tecnociencia conduce a la ruina de la biosfera y, por
kos), sino que también hay que pensar que oikos           ende, al suicidio de la humanidad. La divinización
está en autos sin que autos cese, sin embargo, de         del hombre en el mundo debe cesar. Ciertamente
ser autónomo. En efecto, somos íntegramente los           hemos de valorar al ser humano hombre, pero hoy
hijos del cosmos. Sin embargo, por la evolución, por      sabemos que no podemos hacerlo sino valorando
el desarrollo particular de nuestro cerebro, por el       también la vida: el respeto profundo del hombre
lenguaje, por la cultura, por la sociedad, nos hemos      pasa por el respeto profundo de la vida. La religión
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del hombre insular es una religión inhumana. La       diversos horizontes: las ciencias, las humanidades,
presión de la complejidad de los acontecimientos,     la fe, la ética o nuestra conciencia de vivir la edad
la urgencia y la magnitud del problema ecológico      de hierro planetaria.
nos impulsan a cambiar nuestros pensamientos,             En esta Tierra perdida en el cosmos astrofísico,
pero necesitamos asimismo un impulso interior di-     esta Tierra «sistema vivo» de las ciencias de la Tie-
rigido a modificar los principios mismos de nuestro   rra, esta biosfera-Gaia, es donde puede concretarse
pensamiento. Sabemos en adelante que el pequeño       en lo sucesivo la idea humanista del Siglo de las
planeta perdido es más que un hábitat: es nuestra     Luces, que reconoce la misma condición a todos los
casa, home, heimat, es nuestra matria y, aún más,     hombres. Esta idea puede aliarse con el sentimiento
es nuestra Tierra-patria. Hemos aprendido que nos     de la naturaleza de la era romántica, que recuperaba
convertiríamos en humo en los soles y en hielo en     la relación umbilical y nutricia con la Tierra-ma-
el espacio. Sin duda podremos partir, viajar, colo-   dre. Al mismo tiempo, podemos hacer converger la
nizar otros mundos. Pero es aquí, en nuestra casa,    conmiseración budista por todos los seres vivos, la
donde están nuestras plantas, nuestros animales,      fraternidad cristiana y la fraternidad internaciona-
nuestras muertes, nuestras vidas. Necesitamos         lista (heredera laica y socialista del cristianismo)
conservar, necesitamos salvar la Tierra-patria. En    en la nueva conciencia planetaria de solidaridad
estas condiciones, puede producirse en nosotros la    que debe vincular a los humanos entre sí y con la
convergencia de verdades procedentes de los más       naturaleza terrestre.
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