Hacia el pensamiento ecologizado. Entrevista a Edgar Morin
←
→
Transcripción del contenido de la página
Si su navegador no muestra la página correctamente, lea el contenido de la página a continuación
268 Versión en español «conveniencia». Tenemos que ser «soñadores poco perdura. Es algo que se hereda indefinidamente. realistas» que avancen con paso firme. Los huma- Por encima de todo, tenemos que creer en la fuerza nos morimos y desaparecemos. Pero la humanidad de la humanidad. Hacia el pensamiento ecologizado. Entrevista a Edgar Morin Maria-Àngels Roque. Directora de Quaderns de la Mediterrània Edgar Morin es uno de los grandes pensadores vivos cuyo método interdisciplinar ha adquirido una gran importancia ante las nuevas demandas de comprensión y acción frente a las problemáticas que nos rodean. Dicho método también responde a la creciente demanda educativa de calidad que existe en la actualidad, principalmente a través de su obra Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. El método interdisciplinar está basado en la teoría del pensamiento complejo, ideada por el mismo Morin, que afir- ma que la realidad se comprende y se explica simultáneamente desde todas las perspectivas posibles. Así, un fenómeno específico puede ser analizado desde las más diversas áreas del conocimiento, mediante el «entendimiento transdisciplinar», evitando la habitual reducción del problema a una cuestión exclusiva de una ciencia determinada. Este nuevo planteamiento tiene consecuencias muy importantes en el panorama de las ciencias, la educación, la cultura y la sociedad. El método es la obra capital de Edgar Morin, que Edgar Morin: La ecología, como disciplina cien- comprende seis volúmenes publicados entre 1972 tífica, se creó a finales del siglo XIX con el biólogo y 2004. En ella, el autor dibuja un bucle discursivo alemán Ernst H. Haeckel. En 1935, con Tansley, que va de lo humano a lo natural y de lo natural apareció la noción central de «ecosistema», que a lo humano. Se puede abordar la obra a través de distinguió el tipo de objeto de esta ciencia de la cualquiera de sus volúmenes y hallar ese bucle mayor parte de los restantes ámbitos de investiga- discursivo. En esta misma línea, Edgar Morin nos ción. Pero fue en California, en 1969, cuando tuvo da pistas sobre el pensamiento complejo y la nece- lugar la unión entre la ecología científica y la toma sidad de unir naturaleza y cultura en la siguiente de conciencia de las degradaciones del medio natu- entrevista. ral, no sólo locales (lagos, ríos, ciudades) sino en lo sucesivo globales (océano, planeta), que afectan a la Maria-Àngels Roque: En un artículo que escri- alimentación, los recursos, la salud y el psiquismo de bió en Le Monde diplomatique en 1989 manifestaba los seres humanos. Se obró así el paso de la ciencia que ya no era tiempo de lamentarse de las catástrofes ecológica a la conciencia ecológica. ecológicas, y tampoco de imaginar que el desarrollo Además, se produjo la unión entre la conciencia de las tecnologías bastaría para remediarlas. Asimis- ecológica y una versión moderna del sentimiento ro- mo, afirmaba que el arranque salvador sólo puede mántico de la naturaleza que se había desarrollado, venir de una transformación radical de nuestras principalmente entre la juventud, en el transcurso relaciones con el hombre, con los demás seres vivos de la década de 1960. Dicho sentimiento halló en y con la naturaleza. De esta manera, el problema el mensaje ecológico una justificación racional. ecológico no sólo nos afecta en nuestras relaciones Hasta entonces, todo retorno a la naturaleza se con la naturaleza, sino también en nuestra relación había percibido, en la historia occidental moderna, con nosotros mismos. ¿Por qué cree que la conciencia como irracional, utópico y en contradicción con la ecológica como fenómeno social no apareció hasta evolución del «progreso». De hecho, la aspiración los años setenta del pasado siglo? a la naturaleza no expresa únicamente el mito de
Quaderns de la Mediterrània 16, 2011 269 un pasado natural perdido, expresa también las Lo que era secundario, y algunos tomaron por prin- necesidades hic et nunc de los seres que se sienten cipal, era la alerta energética. Muchos integrantes vejados, atormentados, oprimidos en un mundo arti- de la primera ola ecológica creyeron que se iban a ficial y abstracto. La reivindicación de la naturaleza dilapidar con gran rapidez los recursos energéticos es una de las reivindicaciones más personales y más del globo. De hecho, las potencialidades ilimitadas profundas, que nace y se desarrolla en los medios de lo nuclear y lo solar indican que la amenaza urbanos cada vez más tecnificados, burocratizados, fundamental no radica ahí. El segundo error era el cronometrados e industrializados. Han sido preci- mito de una naturaleza que representa una suerte sas la ciencia y la conciencia ecológicas para que se de equilibrio ideal, estático, que era preciso respetar descubra su racionalidad. o restablecer. Se ignoraba que los ecosistemas y la biosfera cuentan con una historia hecha de rupturas M.À.R.: Sin embargo, los informes que se hi- de equilibrios y reequilibrios, de desorganizaciones cieron en los años setenta quizás fueron demasiado y reorganizaciones. simplistas, como el encargado por el Club de Roma. ¿Qué es importante en la conciencia ecológica? Eso sirvió para generar una cierta prevención hacia Primero, la reintegración de nuestro entorno en las teorías ecológicas de carácter apocalíptico. nuestra conciencia antropológica y social; segundo, la resurrección ecosistémica de la idea de naturale- E.M.: Ciertamente, los métodos de cálculo de za; y tercero, la aportación decisiva de la biosfera a esos informes eran simplistas, pero se trataba de una nuestra conciencia planetaria. primera tentativa de comprender conjuntamente el devenir humano y el biológico a escala planetaria. M.À.R.: El científico ambientalista James Lo- Análogamente, los primeros mapas geográficos velock propuso ya a finales de los años setenta la establecidos en la Edad Media por los navegantes hipótesis Gaia: la Tierra y la biosfera constituyen un árabes contenían enormes errores en la situación y conjunto regulador que lucha y resiste por sí mismo la dimensión de los continentes, pero constituyeron contra los excesos que amenazan con degradarlo. el primer esfuerzo por concebir el mundo. Esta idea puede pasar por la versión eufórica del La profecía ecologista de la década de 1970 se ecologismo con respecto a la versión pesimista del ha autodestruido parcialmente: la difusión bastante Club de Roma. No obstante, tiene un punto terrible rápida de la conciencia de las contaminaciones, de- ya que, como decía el naturalista latino Plinio el gradaciones locales o provinciales, ha provocado la Viejo en el siglo I d.C., la madre naturaleza puede puesta en marcha de dispositivos jurídicos y técnicos ser al mismo tiempo una madrastra. que han enmendado o diferido en cierto modo su carácter de cataclismo. La amenaza ecológica ignora E.M.: Lovelock piensa que Gaia dispone de re- las fronteras. La contaminación química del Rin gulaciones naturales contra el crecimiento del óxi- concierne a Suiza, Francia, Alemania, Holanda y do de carbono en la atmósfera, y puede encontrar a los países ribereños del Mar del Norte. Pero una por sí misma medios naturales para luchar contra buena profecía es precisamente aquella que suscita los agujeros de ozono aparecidos en los polos. Sin las reacciones y luchas que evitan la catástrofe que embargo, ningún sistema es inmortal, ni siquiera predice. el mejor regulado, y un organismo, incluso si es No obstante, la profecía catastrofista sólo se autorreparador y autorregenerador, muere cuando pospuso: 15 años después la evidenciaron diversos un veneno lo toca en su punto débil. Es el problema accidentes espectaculares, como los de Séveso y del talón de Aquiles. También la biosfera, que es un Chernóbil. También hemos contemplado reciente- ser vivo, aunque no tan frágil como se pudo haber mente la fragilidad de Fukushima tras el tsunami. creído, puede ser herida de muerte por la acción Todo ello ha provocado que se haya disparado una humana. gran alerta sobre la biosfera. Actualmente, con la La idea de Gaia personaliza la Tierra en un distancia, se puede ver mejor lo que había de secun- momento en que, desde hace una veintena de años, dario y esencial en la toma de conciencia ecológica. todo el planeta, en sus profundidades y su existencia
270 Versión en español física, ha entrado en la era de las ciencias sistémicas. sobre todo, una comprensión de las interacciones y Antes de los años sesenta, estas múltiples ciencias de su naturaleza sistémica. (climatología, meteorología, vulcanología, sismolo- gía, geología, etc.) no se comunicaban entre sí. Ahora M.À.R.: ¿Nos encontramos, pues, ante un nuevo bien, las exploraciones de la tectónica de las placas tipo de ciencia referida a un sistema que recurre submarinas han resucitado la idea de la deriva de a las interacciones particulares y al conjunto glo- los continentes, lanzada por Wegener a comienzos bal, y que permite intervenciones mutuamente del siglo XX, y han revelado que el conjunto de la provechosas entre los hombres y la naturaleza? Tierra constituye un sistema complejo, animado ¿Es éste el pensamiento «ecologizado» al que por movimientos y transformaciones múltiples. Así, debemos llegar? puede concebirse la Tierra como un ser vivo, no en el sentido biológico, con un ADN, un ARN, etc., sino E.M.: Para responder a ello, podemos empezar en el sentido auto-organizador y autorregulador de examinando el aspecto paradigmático del pensa- un ser que tiene su historia, es decir, que se forma y miento «ecologizado». Doy al término «paradigma» se transforma manteniendo su identidad. el sentido siguiente: «Relación lógica entre los con- ceptos clave que gobiernan todas las teorías y todos M.À.R.: Usted ha sido un gran defensor del los discursos dependientes de ellas». Así, el gran ecosistema y del paradigma ecosistémico, no sólo paradigma de la cultura occidental de los siglos XVII aplicado a las ciencias de la naturaleza sino a todos al XX desune el sujeto y el objeto, el primero remitido los campos, inclusive el de las humanidades. Expli- a la filosofía; el segundo, a la ciencia. Todo lo que que la noción de ecosistema. es espíritu y libertad compete a la filosofía; todo lo material y determinista compete a la ciencia. Este E.M.: En un medio dado, los componentes geo- mismo paradigma trae aparejada la disyunción en- lógicos, geográficos, físicos, climatológicos (bioto- tre la noción de autonomía y la de dependencia: la po) y los seres vivos de toda índole, unicelulares, autonomía no posee ninguna validez en el marco bacterias, vegetales, animales (biocenosis), interac- del determinismo científico y, en el marco filosófico, túan retroactivamente para generar y regenerar sustituye a la idea de dependencia. Ahora bien, el sin cesar un sistema organizador (o ecosistema) pensamiento «ecologizado» debe liberarse necesa- producido por estas mismas interretroacciones. riamente de este yugo y referirse a un paradigma Dicho de otro modo, las interacciones entre los complejo donde la autonomía del ser vivo, concebido seres vivos no son únicamente de conflicto, com- como ser auto-eco-organizador, resulta inseparable petición, competencia, degradación y depredación, de su dependencia. sino también de interdependencia, solidaridad y El organismo de un ser vivo (auto-eco-organi- complementariedad. El ecosistema se autoproduce, zador) trabaja sin tregua, pues, y para mantenerse se autorregula y se auto-organiza de manera tanto a sí mismo degrada su energía. Para renovarla, más extraordinaria por cuanto que no dispone de la extrae de su entorno, por lo que depende de ningún centro de control, de ninguna cabeza regu- este último. Así pues, necesitamos la dependencia ladora, de ningún programa genético. Su proceso ecológica para poder asegurar nuestra independen- de autorregulación integra la muerte en la vida, cia. Dicho de otra forma, la relación ecológica nos la vida en la muerte. conduce rápidamente a una idea aparentemente Hasta una época reciente, todas las ciencias re- paradójica: para ser independiente, hay que ser cortaban arbitrariamente su objeto en el complejo dependiente. Y cuanta más independencia quere- tejido de los fenómenos. La ecología es la primera mos conseguir, más debemos pagarla con la depen- que trata del sistema global, con sus constituyen- dencia. Por tanto, nuestra autonomía material y tes físicos, botánicos, sociológicos, microbianos, espiritual de seres humanos depende de alimentos cada uno de los cuales compete a una disciplina culturales, de un lenguaje, de un saber, de mil cosas especializada. El conocimiento ecológico precisa técnicas y sociales. Cuanto más nos permita nuestra una policompetencia en estos diferentes ámbitos y, cultura conocer culturas ajenas y culturas pasadas,
Quaderns de la Mediterrània 16, 2011 271 más probabilidades tendrá nuestro espíritu de de- convertido en extraños para él, nos hemos distan- sarrollar su autonomía. ciado y marginado de él. La auto-eco-organización significa también, Para comprender nuestra situación, retomaré la a un nivel más profundo, que la organización del parábola del matemático George Spencer-Brown. mundo exterior está inscrita en el interior de nuestra Éste decía más o menos: «Supongamos que el uni- propia organización viva. Dicho de otro modo, el verso quisiera tomar conciencia de sí mismo. ¿Qué ritmo cósmico externo de las estaciones reaparece haría? Estaría obligado a extraer de sí una especie en el interior de los seres vivos, al igual que hemos de pedúnculo, una especie de tentáculo de pulpo que tomado del cosmos, para integrarlo en nuestras lo alejaría de sí de manera que pudiese mirarse a sí sociedades, la organización del tiempo, que es la de mismo. Pero, en el momento en que ese tentáculo se nuestro calendario y nuestras fiestas. Por consiguien- aleja, en que el extremo de ese brazo se vuelve sobre te, el mundo está en nosotros, al mismo tiempo que el universo para contemplarlo, deja de formar real- nosotros estamos en el mundo. mente parte de él y deviene ajeno. Así, el universo fracasa allá donde ha triunfado: el momento en el M.À.R.: En la Antigüedad, los sofistas trataron que ha logrado conocerse es demasiado tarde; aque- ampliamente la dicotomía entre naturaleza y cul- llo que lo conoce se ha vuelto, de alguna manera, tura desde la contraposición entre lo «natural» y lo autónomo». Algunos han pensado definir al hombre «convencional». Más adelante, nos encontramos con por su disyunción y oposición a la naturaleza; otros, los que creen que todo debe plegarse a la naturaleza por su integración en la naturaleza. Ahora bien, de- y los que creen que la naturaleza está subordinada bemos definirnos a la vez por la inserción mutua y ya a la libertad, ya a la cultura o al «espíritu», y por nuestra distinción con respecto a la naturaleza. que éstos finalizarán por «absorber» a la naturaleza. Vivimos esta situación paradójica. Otros prefieren hablar de complementación recípro- ca, según la cual la libertad, la cultura o el espíritu M.À.R.: Del mito del desarrollo continuo se ha no se oponen propiamente a la naturaleza, sino que pasado al concepto del desarrollo sostenible y a un se complementan o completan. cambio de mentalidad más temperada con relación a que el desarrollo económico significa desarrollo E.M.: Como todos los seres vivos, somos también humano, mental y cultural. En este sentido, usted seres físicos. Estamos constituidos por macromolé- ha ayudado a visionar lo burdo del concepto, así culas complejas que se remontan a una época pre- como el peligro y el daño que éste ha provocado en biótica de la Tierra: los átomos de carbono de estas diversas áreas del planeta. moléculas, indispensables para la vida, se formaron en el crisol de soles que precedieron al nuestro, en E.M.: Hay que dejar de ver al hombre como un un choque de núcleos de helio. En definitiva, todas ser sobrenatural y abandonar el proyecto formulado las partículas que se unieron en el helio datan de por Bacon y Descartes, y luego por Marx, de con- los primeros segundos del universo. Por lo tanto, quista y posesión de la naturaleza. Este proyecto se al mismo tiempo que estamos en un mundo físico, ha tornado ridículo a partir del momento en que nos este mundo físico, en su organización fisicoquímica, hemos dado cuenta de que el inmenso cosmos, en su está constitutivamente en nosotros. He aquí, pues, infinitud, queda fuera de nuestro alcance. Ha llega- un principio fundamental del pensamiento ecologi- do a ser delirante a partir del momento en que nos zado: no sólo no se puede separar un ser autónomo hemos percatado de que el devenir prometeico de la (autos) de su hábitat cosmofísico y biológico (oi- tecnociencia conduce a la ruina de la biosfera y, por kos), sino que también hay que pensar que oikos ende, al suicidio de la humanidad. La divinización está en autos sin que autos cese, sin embargo, de del hombre en el mundo debe cesar. Ciertamente ser autónomo. En efecto, somos íntegramente los hemos de valorar al ser humano hombre, pero hoy hijos del cosmos. Sin embargo, por la evolución, por sabemos que no podemos hacerlo sino valorando el desarrollo particular de nuestro cerebro, por el también la vida: el respeto profundo del hombre lenguaje, por la cultura, por la sociedad, nos hemos pasa por el respeto profundo de la vida. La religión
272 Versión en español del hombre insular es una religión inhumana. La diversos horizontes: las ciencias, las humanidades, presión de la complejidad de los acontecimientos, la fe, la ética o nuestra conciencia de vivir la edad la urgencia y la magnitud del problema ecológico de hierro planetaria. nos impulsan a cambiar nuestros pensamientos, En esta Tierra perdida en el cosmos astrofísico, pero necesitamos asimismo un impulso interior di- esta Tierra «sistema vivo» de las ciencias de la Tie- rigido a modificar los principios mismos de nuestro rra, esta biosfera-Gaia, es donde puede concretarse pensamiento. Sabemos en adelante que el pequeño en lo sucesivo la idea humanista del Siglo de las planeta perdido es más que un hábitat: es nuestra Luces, que reconoce la misma condición a todos los casa, home, heimat, es nuestra matria y, aún más, hombres. Esta idea puede aliarse con el sentimiento es nuestra Tierra-patria. Hemos aprendido que nos de la naturaleza de la era romántica, que recuperaba convertiríamos en humo en los soles y en hielo en la relación umbilical y nutricia con la Tierra-ma- el espacio. Sin duda podremos partir, viajar, colo- dre. Al mismo tiempo, podemos hacer converger la nizar otros mundos. Pero es aquí, en nuestra casa, conmiseración budista por todos los seres vivos, la donde están nuestras plantas, nuestros animales, fraternidad cristiana y la fraternidad internaciona- nuestras muertes, nuestras vidas. Necesitamos lista (heredera laica y socialista del cristianismo) conservar, necesitamos salvar la Tierra-patria. En en la nueva conciencia planetaria de solidaridad estas condiciones, puede producirse en nosotros la que debe vincular a los humanos entre sí y con la convergencia de verdades procedentes de los más naturaleza terrestre.
También puede leer