LA PRESIÓN TERRORISTA DURANTE LA TRANSICIÓN Y LA FORMACIÓN NACIONALISTA DE LA AUTONOMÍA VASCA TERRORIST NATIONALIST FORMATION OF BASQUE AUTONOMY
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Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 23-36 ISSN: 1696-2060 LA PRESIÓN TERRORISTA DURANTE LA TRANSICIÓN Y LA FORMACIÓN NACIONALISTA DE LA AUTONOMÍA VASCA TERRORIST PRESSURE DURING TRANSITION AND NATIONALIST FORMATION OF BASQUE AUTONOMY Manuel Montero García* * Universidad del País Vasco, España. E-mail: manuel.montero@ehu.eus Recibido: 16 marzo 2021 / Revisado: 7 mayo 2021 / Aceptado: 2 junio 2021 / Publicado: 15 junio 2021 Resumen: Este artículo estudia la formación del INTRODUCCIÓN. ¿UN ESTATUTO NACIONA- Estatuto de Autonomía del País Vasco. Aprobado LISTA O UN LUGAR DE ENCUENTRO? E en octubre de 1979, desarrollaba una concep- ción nacionalista del autogobierno, pese a la im- l 25 de octubre de 1979 se aprobó en refe- portancia electoral que tenían los no nacionalis- réndum el Estatuto de Autonomía del País tas -casi la mitad de los votos-. Las razones que Vasco. Su elaboración había sido un proceso provocaron ese resultado fueron muy diversas: rápido, pues la Constitución no tenía aún once la debilidad del centro-derecha en el País Vasco; meses. En ese plazo, además, se había produci- la defensa de una autonomía amplia por todas do un decisivo cambio político. Durante la tra- las fuerzas antifranquistas; el enorme impac- mitación constitucional el nacionalismo vasco to del terrorismo, que creó una profunda crisis había quedado políticamente relegado. El Esta- social; la necesidad que tuvo UCD de encontrar tuto, por contra, constituía un texto nacionalista, apoyos locales para la autonomía vasca, lo que acorde con los que entonces eran planteamien- permitió el protagonismo del PNV. tos máximos del PNV. Palabras clave: autonomía, País Vasco, terroris- En septiembre de 1977 este partido se había fija- mo, transición, UCD, PNV do como prioridad Abstract: This paper studies the formation of the “un régimen autonómico, desde el que po- Statute of Autonomy of the Basque Country. It damos proteger y desarrollar nuestra iden- was approved in October 1979 and developed tidad nacional, y establecer soluciones pro- a nationalist conception of self-government, pias para muchos de nuestros problemas”1. despite the electoral significance of non-natio- Lo contraponía a la independencia, sin plan- nalists, who held almost half of the votes. The tearlo como un paso en esa vía. Buscaba una reasons that caused this result were diverse. plataforma política con la que abordar la com- Amongst them: the weakness of the centre-ri- pleja problemática que vivía Euskadi. Estaba la ght in the Basque Country; the defence of a wide exigencia autonómica, pero también la profunda autonomy by all anti-franquist forces; the huge crisis económica, la quiebra moral2 y el embate impact of terrorism, which created a profound de la violencia. Quedó claro en la manifestación social crisis; UCD’s need of finding local support for Basque autonomy, which permitted the pro- mience of the Basque Nationalist Party (PNV). 1 Comunicado del Euzkadi Buru Bartzar, “Aralar”, 25 de septiembre de 1977. Keywords: autonomy, Basque Country, terro- 2 En la línea descrita por el EBB en octubre del 77 –“El rism, transition, UCD, PNV EBB ante el 25 de octubre de 1839”-: “situación de confusión, enfrentamientos y querellas internas que hoy constituyen uno de nuestros principales proble- mas”, derivada de la crisis de identidad. © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 23-36 23
Manuel Montero García que celebró el 7 de octubre en Bilbao para con- porque tal desarrollo influyó en los siguientes memorar el aniversario del Gobierno Vasco de años del País Vasco. Además, la autonomía vas- 1936 y para reivindicar un “Estatuto de Autono- ca, la primera con un Estatuto, constituyó una mía”. Reclamaba la “restitución del status como referencia para Cataluña. A largo plazo, influyó nación”, pero podía el pragmatismo. El Estatuto en todo el diseño autonómico español, en la me- debía llegar “en el grado que el pueblo determi- dida que este se formó de forma competitiva y ne mediante procedimientos de consulta demo- emulativa. cráticos”3. No era el maximalismo esencialista desarrollado unos meses antes en su asamblea Acerca del Estatuto vasco suelen proporcionarse nacional, celebrada en Pamplona4. dos ideas alternativas: la versión de los no nacio- nalistas, según la cual fue un lugar de encuentro Buscaba un autogobierno que permitiese des- entre nacionalistas y no nacionalistas; y la del envolver la identidad nacional. La “construcción PNV, para el que fue ante todo una conquista nacional” se convertiría en la clave del plantea- arrancada por la presión de los vascos. ¿Eran re- miento del PNV. No autonomía para llegar a la latos complementarios? Lo aborda esta investi- independencia sino autonomía para la construc- gación. ción nacional. Pues bien: cuando dos años des- pués se acordó el texto del Estatuto de Autono- La izquierda abertzale tuvo su lectura, radical- mía el Partido Nacionalismo Vasco lo celebraba mente encontrada: con cierta euforia. “Es un buen Estatuto, el mejor “se verán rostros más alegres en los Conse- que podíamos conseguir y mejor de lo que espe- jos de Administración bancarios de Vizcaya rábamos”5. Todos los partidos parlamentarios lo y en los Ministerios de Madrid que en las fá- saludaron como un éxito colectivo, pero el plan- bricas de Euskal Erria y en los modestos ce- teamiento del PNV era específico. Lo entendía náculos de los auténticos patriotas vascos”, como un logro nacionalista que serviría “para que nuestra personalidad como nación quede “es una claudicación vergonzosa”, “un paso más garantizada”. “El Estatuto nos da la conciencia para la asimilación de lo vasco”7. Su oposición al de que formamos una única nación, la nación Estatuto se teñía de un aire apocalíptico y obre- vasca”6. Subyacía la idea de la “construcción rista. nacional”, la que el PNV había planteado como prioridad. En todo caso, el resultado fue un Estatuto esen- cialmente nacionalista, diseñado conforme a los Este análisis estudia el proceso por el que el Esta- principios enunciados por el PNV, sin aportacio- tuto vasco se diseñó sobre los esquemas nacio- nes relevantes que procedieran de sectores no nalistas. No fue el resultado intermedio de unas nacionalistas, salvo en lo que se refiere a la cues- negociaciones entre el Gobierno y los parlamen- tión de Navarra. El PNV lo interpretó, efectiva- tarios vascos, ni se correspondería con las rela- mente, como un pleno triunfo político, sin cesio- ciones de fuerza locales. En las elecciones gene- nes a otros planteamientos salvo el señalado. La rales del 79 el voto nacionalista superó la mitad lectura no nacionalista del Estatuto como lugar de los sufragios, pero, con un 52%, no podría de- de encuentro no se debió a que fueran recogidas ducirse por sí mismo que representaba el sentir sus aportaciones específicas, sino a que, por dis- autonómico de los vascos, si este se relacionaba tintas razones que aquí se analizarán, las fuerzas con las convicciones nacionalistas. no nacionalistas asumieron las propuestas del PNV, contra la actitud de la izquierda abertzale. La cuestión tiene importancia no sólo para com- prender la génesis de esta autonomía. También La interpretación del Estatuto como lugar de encuentro les sirvió a los no nacionalistas parta 3 “Masiva manifestación en Bilbao”, El Diario Vasco, 8 reivindicar después su desarrollo compartido. de octubre de 1977. Chocó con los planteamientos del PNV, que lo 4 Montero, Manuel, “El nacionalismo moderado du- gestionó al modo de un Estatuto estrictamente rante la transición. La conquista de la hegemonía nacionalista, que podía servir como plataforma política”, Cuadernos de Historia Contemporánea, 36 (2014), pp. 331-351. conjunta para todo el nacionalismo. 5 “Emoción en Sondica a la llegada de los parlamenta- rios vascos”, La Vanguardia, 19 de julio de 1979. 6 “Garaikoetxea: el mérito es de nuestro pueblo”, Dia- 7 “Herri Batasuna abandona las Diputaciones vascas”, rio Vasco, 19 de julio de 1979. Informaciones, 20 de julio de 1979. 24 © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 23-36
Manuel Montero García 1. CONVULSIONES SOCIOPOLÍTICAS EN EL Euskadi estaba oprimida, y eso sigue estando PAÍS VASCO DE LA TRANSICIÓN igual, no ha cambiado nada”. Deberían seguir las movilizaciones y la lucha armada No cabe analizar la formación del Estatuto de Au- tonomía sólo en función de la relación de fuerzas “entre tanto no se consiga la alternativa po- en el País Vasco y en el conjunto de España o de lítica que en su momento hizo pública KAS las distintas propuestas ideológicas. Tampoco en y, más adelante, hasta que no se consiga un términos de la confrontación PNV-UCD o de es- estado socialista independiente vasco”10. tos partidos junto (o frente) al PSOE, AP, las for- maciones de la izquierda abertzale o los grupos “La instauración de la democracia había extraparlamentarios. Resulta imprescindible re- cambiado las reglas del juego, y ETA, tras ferirse al clima sociopolítico del País Vasco desde abandonar la bandera de la lucha contra el los últimos años de la dictadura franquista. El te- régimen, tomó decididamente la de la inde- rrorismo, la violencia política y las convulsiones pendencia de Euskal Herria”11. que produjeron influyeron decisivamente en las Si había dudas, se terminaron tras acordarse actitudes de los partidos. colectivamente el texto del Estatuto, que en la Durante la transición el País Vasco sufrió un reflexión del PNV era la estación término y ha- acoso terrorista sistemático, sobre todo de ETA ría innecesaria la violencia. Esta continuó y, para militar, con atentados a fuerzas de orden, mili- comprender su impacto, conviene recordar el tares, centro-derecha, empresarios y personas tipo de atentados que se producían por enton- seleccionadas por criterios arbitrarios, justifi- ces. El 24 de julio de 1979 fue asesinado en Bea- cados después por el estigma de “confidentes”. sáin, frente al bar Sunday, del que era camarero, La actividad terrorista llegó a su cénit en 1978, Jesús María Colomo. Ayudaba a su padre en el 1979 y 1980 -65, 86 y 93 asesinatos-, cuando se bar de la Comunión Tradicionalista de Villafranca pergeñó y puso en marcha la autonomía. Entre de Ordicia. En el funeral, su hermano, dirigente 1974 y 1982 ETA “intentó impedir la implanta- de ORT-PTE, recriminó a ETA por “matar a tra- ción del sistema democrático”8. Además, estuvo bajadores que como mi hermano sólo buscan la la actividad de grupos parapoliciales. En palabras paz de Euskadi y su pueblo”. de Luis Castells, Un comunicado de sus hermanos aseguraba que “la paz y la libertad estuvieron en peligro, “se habían corrido bulos, siempre sin pruebas, consecuencia tanto de enemigos internos, de que Jesús Mari tenía una ideología proclive insertos en el propio Estado, como exter- hacia la derecha”12. Lo negaban y aseguraban nos, a través de lo que encarnó ETA en sus que últimamente había participado en manifes- distintas variedades”9. taciones pro-amnistía y pro-Estatuto y que apo- yaba a bares abiertos por las ikastolas. Otra carta Corrieron riesgo la transición y la democracia. a los concejales aseguró que votaba al PNV y a HB, según fuesen elecciones municipales o ge- Durante la transición, ETA aseguró que continua- nerales13. ETA aseguró que lo había “ejecutado” ría la acción terrorista. Su primer atentado tras “por su condición de colaborador de las fuerzas las elecciones democráticas fue el asesinato de represivas españolas”. Continuaría su “acción Javier Ybarra el 18 de junio de 1977, tras un se- armada ofensiva contra todos los soportes del cuestro de varios días. Reiteraba su voluntad de Estado español en Euskadi, incluidas las bandas seguir lo que llamaba “lucha armada” tres meses después de que los partidos políticos acordaran 10 “ETA militar no renuncia a la lucha armada”, El País, la amnistía. La consideraba parcial e insuficien- 8 de octubre de 1977. Aseguraba que los “indultos y te. Además, “nosotros iniciamos la lucha porque amnistía parcial” le daban la razón estratégica. En su imaginario, no los habían conseguido los parlamenta- rios “sino el pueblo en las manifestaciones, en la lu- 8 Alonso, Rogelio, La derrota del vencedor. La política cha, en las fábricas, en las movilizaciones populares”. antiterrorista del final de ETA, Madrid, Alianza, 2018, 11 Silva, Lorenzo et al., Sangre, sudor y paz. La guardia p. 82. civil contra ETA, Barcelona, Península, 2019. 9 Castells, Luis, “La paz y la libertad en peligro. ETA y 12 “Villafranca: enterrado ayer Jesús María Colomo”, las violencias en Euskadi, 1975-1982”, en Rivera, An- El Diario Vasco, 24 de julio de 1979. tonio (ed.), Nunca hubo dos bandos. Violencia polí- 13 Alonso, Rogelio; Domínguez, Florencio; y García Rey, tica en el País Vasco, 1975-2011, Granada, Comares, Marcos, Vidas rotas. Historia de los hombres, mujeres 2019, pp. 57-98, p. 96. y niños víctimas de ETA. Madrid, Espasa, 2010, p. 236. © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 23-36 25
Manuel Montero García de chivatos”14, elevando a categoría de colecti- La violencia social gesta un colectivo de creencias vo constituido la paranoica elaboración de listas alejadas de toda duda, vecinas del maximalismo, negras. un nosotros capaz de romper la moral conven- cional. Provoca adhesiones y temores, ofrece Aquella vez hubo condena municipal -pero vo- la seguridad, al tiempo que crea espacios bajo taron en contra los tres concejales de HB-, con sospecha. Asienta la conveniencia de adaptarse la elipsis que evitaba nombrar al terrorismo y a al grupo. De ahí los comportamientos anómalos ETA. Rechazaba “mantener un clima de frustra- que, por simpatías ideológicas o por la asunción ción y amargura que impida el avance de nuestro de los criterios separadores, se concretaban en pueblo por vías de entendimiento y responsabi- aislamientos sociales de discrepantes o de quie- lidad política”. Recurría al argumento instrumen- nes quedaban señalados. “Esta violencia terro- tal: no repudiaba el crimen, sino el clima que rista no hubiera tenido la entidad que alcanzó de creaba, por impedir avances políticos. no haber contado con el respaldo de una comu- nidad”, la que conformó el llamado MLNV (Movi- La reacción a este asesinato describe el impacto miento de Liberación Nacional Vasca)17. El terror del terror. La acusación por ETA de “chivato” aca- no fue la mera presión de un grupo armado. Su baba con las dudas en su ámbito, pues no hacía penetración social le dio su impronta e impor- falta más pruebas. Y estaba el esfuerzo anterior tancia política18. realizado por eliminar sospechas, participando en movilizaciones nacionalistas o mostrando La fascinación por la violencia se producía en actitudes de este tenor. Del argumento excul- un ambiente en el que prosperaban los plantea- patorio podría deducirse que la simpatía con la mientos pasionales. “El fanático actúa e interpre- derecha sería causa suficiente para el asesina- ta el mundo como un ‘verdadero creyente’ (true to. La carga de la prueba se había desplazado. believer)”, con “la impresión de superioridad El señalado tenía que demostrar la falsedad de moral que infiere de sus férreas convicciones los bulos, la familia de la víctima debía reclamar políticas o religiosas”19. Recuérdese que en el contra la acusación. lenguaje nazi el fanatismo tenía connotaciones positivas: las tropas luchaban “fanáticamente”, Los tachados de “confidentes” presentaban un sólo podrían salvarse “mediante un fanatismo determinado “perfil social”, especialmente en feroz”20. El entorno del terrorismo fue dominado pequeñas o medianas localidades. Lo estudió por “verdaderos creyentes”, de creencias fanáti- Florencio Domínguez: cas. “Eran ‘personas, en su mayoría de fuera, […] En el País Vasco se imponía el clima de violencia que tienen un sistema de relaciones amplio, generalizada, en la que a los asesinatos se aña- abierto a todo el mundo, lo que suscita sos- dían amenazas, huelgas por motivos políticos, pechas en el mundo cerrado y receloso que manifestaciones, acciones callejeras, etc. Se vivía sirve de sustrato social a ETA’”15. una intensa crisis social. Por estos mecanismos la presión terrorista pro- Lo muestran algunos sucesos de marzo de 1979. pagó el miedo y la influencia social de sus apo- Simultáneamente la prensa informaba de lo si- yos. E influyó la fascinación que produce la vio- guiente: el secuestro de Luis Abaitua –“no per- lencia que, 17 Molina, Fernando, “Violencia en comunidad, el “al diluir o hasta destruir los límites de la terrorismo nacionalista y la política del miedo, 1876- propia identidad individual ofrece, a cam- 1992”, en Fusi, Juan Pablo y Pérez, José Antonio (eds.), bio, la ilusión de una nueva identidad co- Euskadi 1960-2011. Dictadura, transición y democra- lectiva mucho más poderosa y fuerte –y por cia, Madrid, Biblioteca Nueva, 2017, p. 139. esto capaz de violencia-”16. 18 Montero, Manuel, El sueño de la libertad. Mosaico vasco de los años del terror, Oviedo, Ediciones Nobel, 14 “ETA-m reivindica el asesinato”, El Diario Vasco, 25 2017. de julio de 1979. 19 Moyano Pacheco, Manuel, “Claves para compren- 15 Domínguez Iribarren, Florencio, ETA: estrategia or- der y afrontar la radicalidad violenta”, en Rivera, An- ganizativa y actuaciones, 1978-1992, Bilbao, Univer- tonio (ed.), Verdaderos creyentes, Pensamiento secta- sidad del País Vasco, 1998, p. 239. rio, radicalización y violencia, Madrid, Catarata, 2018, 16 Montagne, Eduardo, “Los rostros ocultos de la vio- p. 30. lencia”, en Lemlij, Moisés (ed.), Reflexiones sobre la 20 Klemperer, Víctor, LTI. Apuntes de un filólogo. Bar- violencia, Lima, Cauceds, 2015. celona, minúscula, 2001, pp. 89-95. 26 © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 23-36
Manuel Montero García tenece a ningún partido político”, avisaba su el secuestro, por considerar que no es de su familia-, para influir en un conflicto laboral de competencia”24. Del planteamiento podía de- Michelín; un atentado en Arrigorriaga en las ofi- ducirse que no lo consideraban negativo, pues cinas de la empresa de la autopista; otro contra planificaron un procedimiento de ofertas-con- repetidores de televisión; incidentes en San Se- sultas a los trabajadores que encajaba con tal bastián, Pasajes, Rentería y Eibar en las moviliza- estrategia. ciones contra la situación de los presos vascos en Soria: “barricadas y varios heridos”; manifesta- “Aunque muchos se negaron, hubo repre- ción en Bilbao de trabajadores del metal al grito sentantes sindicales que se dejaron llevar “Olarra, traidor, irás al paredón”; explosión de por la corriente de aprovechar las circuns- artefactos en la Delegación de Hacienda en San tancias amenazantes que sufrían los em- Sebastián, en una boutique de Pamplona, en la presarios para extraer frutos de la negocia- estación ferroviaria de Axpe, Erandio. ción”25. Las reglas del juego político y sindical se convir- La intervención terrorista en las relaciones labo- tieron en fluctuantes, interviniendo el terroris- rales llegó a condicionarlas, por no existir un re- mo en la conflictividad laboral. “Que sepan los chazo unánime a tal intromisión. empresarios que no tenemos miedo y que esta- La acusadísima presencia pública de ETA, al mos dispuestos a negociar pero nosotros frente modo de un factor político normalizado, se pro- a frente”. Un dirigente de Herri Batasuna concre- ducía sin un repudio radical de los grupos demo- tó la idea. Los trabajadores debían de saber “que cráticos, que a veces buscaban una especie de […] si no les hacen caso, tendrán los medios para diálogo. Llegaban a abordar la conveniencia o no enfrentarse a los patronos, entre ellos la lucha de “la violencia armada”, tal y como sucedía a armada para apoyar a los trabajadores”21. No era comienzos de 1979, a instancias de PSOE y PC. mera retórica. El 17 de marzo ETA secuestraba Quienes apoyaban a ETA abandonaron pronto la al industrial Severino Apellániz, de Villafranca reunión, pero podría deducirse que se entendía de Ordizia y le disparó en la pierna22, al parecer que la “lucha armada” venía a ser una suerte de por problemas relacionados con la empresa de tarea colectiva que podía compartirse. tornillería de la que se decía se iba a trasladar a Segovia o que iba a despedir a trabajadores. Durante la transición los partidos antifranquistas La declaración de su esposa, a la que habían de- mostraron cierta comprensión del terrorismo. jado atada junto a su hija y un taxista, refleja la Sólo paulatinamente llegó la condena de las ac- concepción de la violencia que reinaba por en- ciones violentas, a las que inicialmente no se lla- tonces. “Mientras [los secuestradores] estuvie- maba terrorismo. Por lo común, tales repudios ron en casa se portaron con toda corrección, lo no constituían un rechazo pleno del terror. Hubo mismo que cuando trataron con mi marido”23. una argumentación de índole instrumental. Se En aquella tesitura cabía entender como “correc- rechazaban alegando que resultaban contrapro- ción” dos horas de retención a punta de pistola y ducentes para el proceso político que se desa- quedar maniatado varias horas. rrollaba. ETA aparecía como un interlocutor político más, “Un factor especialmente grave pone en pe- con habitual participación en el debate, median- ligro nuestro futuro -aseguraba el PNV26-: la te comunicados y declaraciones de dirigentes violencia y el proceso de desestabilización de HB, sin desdeñar la intervención en las rela- que representa”. ciones laborales. No siempre era rechazada por los trabajadores. Por ejemplo, en el conflicto de Michelin, CC.OO. y UGT rechazaron el secuestro, pero no el Comité de Empresa que “expresó su 24 “Secuestro del Sr. Abaitua. El Comité de Empresa no decisión de no manifestarse en absoluto sobre quiere manifestarse sobre el secuestro del director”, La Gaceta del Norte, 23 de febrero de 1979. 21 “Negociar”, El Diario Vasco, 13 de marzo de 1979. 25 Díaz Morlán, Pablo, “ETA y la corrupción vasca”, en 22 Jiménez Ramos, María, y Marrodán Ciordia, Javier, Ugarte Gastaminza, Josu, La bolsa y la vida. La extor- Heridos y olvidados. Los supervivientes del terrorismo sión y violencia de ETA contra el mundo empresarial, en España, Madrid, La Esfera de los Libros, 2019, p. Madrid, La Esfera de los Libros, 2018, pp. 309-343, p. 131. 311. 23 “Otro industrial herido por ETA (p-m) en la pierna”, 26 EBB del PNV, El Partido Nacionalista Vasco ante la El Diario Vasco, 17 de marzo de 1979. nueva etapa autonómica, 1980. © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 23-36 27
Manuel Montero García La violencia era condenable porque podía deses- Tal situación se agravaba por la pasividad de tabilizar la democracia. Y, sobre todo, por dificul- las fuerzas antifranquistas ante la destrucción tar la autonomía. La condena a ETA solía enmar- de este ámbito. Esta suerte de aquiescencia se carse en el rechazo de todo tipo de violencias, relacionaba, en el nacionalismo, con la estigma- dentro de la tesis de que existía una “violencia tización del centro-derecha como enemigo del institucional”, ejercida por el Estado y/o el sis- pueblo vasco; y en la izquierda, por entenderlo tema. Ésta no era la actuación de grupos para- como representación o herencia del franquismo. policiales sino estructural. Tales planteamientos se aproximaban a los de los grupos de extrema 2. LA UCD Y LA POLÍTICA AUTONOMISTA izquierda. La descentralización era crucial desde los prole- Había, además, una imprecisa comprensión de gómenos de la transición. Las concepciones an- la naturaleza de ETA. Para el PNV el terrorismo tifranquistas la exigían y los nacionalismos vasco desaparecería con la autonomía. Ocasionalmen- y catalán, con amplia capacidad movilizadora, la te, el PSOE atribuía la existencia del terrorismo convertían en prioritaria. Se convirtió en funda- a los recelos estatales. “Si la ETA se legalizara mental para la UCD, particularmente acuciante abandonaría las acciones violentas, buscaría en el País Vasco por la crisis de convivencia, el abiertamente el apoyo popular y defendería su terrorismo y la penetración social que este al- programa político”27. Para Rubial, al ser elegido canzaba. Hubo de afrontar la cuestión sin un presidente del CGV, todo parecía depender de plan previo ni un ejemplo europeo al que imitar. una ilegalidad derivada del independentismo, no Tampoco pudo definir un modelo, imposible en de la voluntad de imponerlo por las armas. la mecánica de la transición, en la que se aborda- ban pragmáticamente los problemas. Un debate Fue un lugar común, compartido por las fuerzas público hubiese suscitado tensiones internas so- antifranquistas, UCD y los medios de comunica- bre los niveles de competencias, en un momento ción, que la “superación de la violencia” sería en el que los conservadores identificaban la au- fruto del desarrollo autonómico. Herri Batasuna, tonomía con la ruptura de España. próxima a ETA, lo negaba. “Aunque el estatuto, tal como se lleva a Madrid, fuera aprobado por En la evolución de los acontecimientos tuvo im- las Cortes, no va a cesar la guerra en Euskadi”28, portancia la configuración de la UCD en el País que, aseguraba, seguiría hasta llegar a la Euskadi Vasco, en la que debía recaer el peso local de la independiente y socialista. política autonomista gubernamental. Presentó caracteres muy distintos al del resto de España, Estaba también la desestructuración del espec- por la debilidad del centro-derecha en Euskadi. tro político. Desde los años postreros del fran- La UCD apenas pudo arraigar. No pudo presen- quismo se produjo en el País Vasco una crisis pro- tarse a las elecciones del 77 en Guipúzcoa, única funda del centro-derecha. Era consecuencia del provincia donde esto ocurrió. hostigamiento terrorista, que provocó la marcha de familias de este ámbito, ocasionó el temor a El perfil local de la UCD resultaba singular. Sólo formar parte de sus filas y convirtió en política- en Álava se asemejó al que tenía habitualmente mente incorrectas las expresiones que podían el partido: sus miembros presentaban cierta ho- ser tachadas de “españolistas”, so pena del ais- mogeneidad, derivada de su experiencia política lamiento social y la amenaza de muerte. “Hay y administrativa. Lo presidía José María Viana, un sentimiento de inseguridad en las personas que había sido alcalde de barrio, presidente del cercanas…, inseguridad que incluso entorpece Consejo de Empresarios y vicepresidente de la la marcha y evolución de UCD de Guipúzcoa”29, Cámara de Comercio. Entre sus figuras destaca- resumía Jaime Mayor Oreja en 1979. das estaban Alfredo Marco Tabar, Letrado Mayor del Ayuntamiento de Vitoria, procurador en Cor- tes 1971-77, a la sazón Alcalde de Vitoria; y Pe- dro Morales Moya, funcionario de la Diputación 27 “Ramón Rubial partidario de legalizar ETA”, en de- con actividad periodística y cultural, que organi- claraciones a la revista norteamericana Newsweek, El zaba una candidatura independiente cuando se País, 21 de marzo de 1978. integró en UCD. La UCD alavesa optaba por un 28 “Según Monzón”, La Gaceta del Norte, 25 de marzo foralismo que mantuviese la personalidad pro- de 1979. vincial. 29 “Inseguridad en Guipúzcoa”, La Gaceta del Norte, 25 de marzo de 1979. 28 © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 23-36
Manuel Montero García La UCD vizcaína la formaron personalidades con “nadie negará a estas alturas que concreta- trayectorias muy distintas. La figura más relevan- mente la derecha guipuzcoana está cohibi- te fue Juan Echevarria Gangoiti, Catedrático de da, le sobran motivos para precaverse del Economía que había sido rector de la Universi- terrorismo y su número es mucho mayor dad de Bilbao, formado parte del Consejo Na- que el que se aparenta”. cional de Educación y ostentado una Dirección General. Ricardo Echanove, conocido por su ver- Con 8.000 votos más que Euskadiko Ezkerra no tiente cultural, era Secretario de Administración lograba presentar listas municipales, mientras la Local sin una actividad pública. No fue el caso del izquierda abertzale se movía con plena desen- candidato a senador Martín Fernández Palacio, voltura. No era propiamente una democracia asi- empresario del sector lácteo, antiguo concejal métrica, sino una suerte de limpieza ideológica. de Baracaldo y procurador en Cortes. La UCD de El debilitamiento del Estado -la desafección de Vizcaya tenía escasa coordinación y presencia medianos y altos funcionarios por el acoso terro- pública, salvo Echevarria; no cambió la situación rista-, la marcha de familias empresariales y la al incorporarse algunos miembros de familias opción por el silencio motivaron la precariedad empresariales, sin experiencia política. del centro-derecha en el País Vasco de la transi- La UCD guipuzcoana se constituyó el 15 de oc- ción, pese a su notable peso histórico. tubre de 1977, tras las elecciones generales. La La política autonomista que desarrolló UCD debe formaban personalidades locales, sin relevancia analizarse a partir de tales circunstancias. Estu- provincial salvo su líder, Jaime Mayor Oreja, con vo condicionada por la necesidad de encontrar actividades políticas los años anteriores. Se pre- apoyos en Euskadi, so pena de un fracaso rotun- sentaba como una opción ideológica reformista, do. La autonomía del País Vasco, convulsionado respetuosa con los criterios que se imponían en por la violencia, requería un sólido soporte local, la sociedad vasca: autonomismo, cultura vasca lo que a la postre le pondría en manos del PNV. e integración de Navarra. Tales matices ideoló- Éste era ya en 1977 el partido con mayor implan- gicos fueron irrelevantes. Fue objeto del acoso tación, no sólo en votos sino también organiza- terrorista, con el asesinato de varios miembros, tivamente, sobre todo en Vizcaya y Guipúzcoa. lo que le impidió un funcionamiento normaliza- Además, llevaba la voz cantante en la reivindica- do como partido. ción autonómica, sus esquemas no eran discuti- “La persecución a la UCD vasca, localizada dos por socialistas o comunistas y tenía hegemo- fundamentalmente en Guipúzcoa, fue una nía en la comunidad nacionalista. Así, el Estatuto medida de presión de ETA-pm supuesta- se ajustó a los criterios del PNV, por entonces mente para acelerar el proceso estatutario con un programa identitario, conocimiento de su y aplacar las políticas penitenciarias y anti- fuerza política y disposición a usarla. Lo describió terroristas del ejecutivo de Adolfo Suárez”30. Viana durante la gestación del Estatuto, “con el PNV, o le das la razón o te tienes que marchar”: Tuvo el efecto de distorsionar el espectro político pero la UCD no podía marcharse, si quería evitar del País Vasco, al tiempo que sobre el centro-de- una grave quiebra en el proceso. recha caía la tacha de ilegitimidad. Así, los acuerdos autonómicos no fueron un lu- El terrorismo provocó en Guipúzcoa la absten- gar intermedio entre las posturas de UCD y el ción política de la derecha. PNV, sino que se ajustaron a las propuestas de este, salvo en el problema de Navarra. En el País “Personas de derecha residentes en su ma- Vasco, UCD no encontró apoyo en ningún otro yoría en pueblos pequeños […] ante el te- grupo, por la negativa de AP al proceso auto- mor de significarse votando a UCD optaron nómico. Lo había anunciado en vísperas de las por no participar”31. elecciones del 77: defendía una “autonomía vas- ca hasta donde se pueda”, pero cualquier seme- Esta percepción no tenía soporte sociológico -era janza con un “estado federal” atentaba contra una carta al director-, pero pesaba la idea de que “la unidad de España”32, discurso que le alejaba del resto del arco parlamentario y de la dinámi- 30 Angulo, Gorka, La persecución de ETA a la derecha ca autonomista. Sólo en el verano del 79 pareció vasca, Córdoba, Almuzara, 2018, p. 217. 31 “La abstención del miedo”, El Diario Vasco, 16 de 32 “Partidarios de la autonomía vasca hasta donde se marzo de 1979. pueda”, El País, 7 de junio de 1977. © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 23-36 29
Manuel Montero García relajar su oposición, con la postura de que es “un alcanzó el nacionalismo vasco. El punto de par- Estatuto tolerable”, pues “ha sido aprobado de tida, la elaboración de la Constitución, no le fue acuerdo con la Constitución”33, pero esta reac- halagüeño, pero después aumentó su influencia. ción, al día siguiente de que la Comisión Consti- Con todo, en ese periodo quedaron definidas sus tucional aprobara el Estatuto, no cristalizó. AP se posiciones. opuso luego al “Estatuto vasco”. “Fue entonces, en el proceso constituyente, Por otra parte, el PSE-PSOE quiso competir con cuando el PNV generó el núcleo duro de un el PNV en el diseño de la autonomía vasca, sin planteamiento político que, si no perseguía disensiones en la profundidad de las competen- la independencia respecto del Estado, sí lo cias. Sus discrepancias residieron en cuestiones hacía respecto de la Constitución”34. organizativas, además de aconsejar que se reba- jase el contenido autonómico, para impedir que Sus posturas incluían la amenaza rupturista pero posteriores ajustes constitucionales cercenasen no necesariamente la independencia. el texto salido de la Asamblea de Parlamenta- El PNV fue excluido de la Ponencia Constitucio- rios, una evaluación que se demostró errónea. nal. Las escasas enmiendas que presentó en la El consenso mayoritario, según el cual sólo cabía tramitación parlamentaria35, buscaban un reco- combatir la violencia a partir del desarrollo au- nocimiento político del pueblo vasco. En general tonómico, reforzó la línea nacionalista. Debía re- no tuvo éxito. Se rechazó su definición según la sultar una autonomía amplia para lograr que ETA cual “los poderes de todos los órganos del Estado perdiera fuerza. Las posiciones del Gobierno y emanan de los pueblos que lo forman, en los que de las fuerzas no fueron en ningún momento re- residen la soberanía” o un cambio en la tramita- ferentes al elaborar la autonomía vasca. Lo fue, ción el Estatuto: en su propuesta, tras aprobar- por contra, la postura del PNV, robustecida por lo la mayoría de la Asamblea de Parlamentarios el papel que se atribuía al Estatuto como arma Vascos, el Gobierno convocaría un referéndum contra la violencia. Pudo sostenerla con éxito para ratificarlo, pasando después a las Cortes, sin contraprestaciones políticas. Por ejemplo, que podrían aceptarlo o no. Tal propuesta eli- no optó por apoyar la Constitución a cambio de minaba el trámite de la Comisión Constitucional lograr un respaldo a su proyecto estatutario. Su previa al referéndum. En el esquema naciona- alejamiento del bloque constitucional en 1978 lista, el texto que llegara a las Cortes tendría el no menoscabó su capacidad negociadora en aval plebiscitario sin intervenir en su elaboración 1979. Pudo concluir después que algunas intran- ninguna instancia ajena al País Vasco. Dada la sigencias eran rentables. correlación de fuerzas, el proyecto de Estatuto quedaría en manos del pacto autonomista que El papel de la UCD consistió en encauzar las as- tenían los grupos antifranquistas. piraciones nacionalistas e impedir reacciones contra una descentralización radical que incluía El PNV logró su mayor éxito en esta fase. amplias competencias políticas, educativas, de “Nada parecido a ‘derechos históricos’ apa- orden público, financieras, hacendísticas, etc. recía en el primer esbozo constitucional. En- No obtuvo el compromiso de que tales acuerdos trarán en el texto definitivo de la mano del supusiesen la definitiva inserción del naciona- debate en Comisión”36. lismo moderado en el sistema constitucional. El PNV entendió que era un paso en el camino de la construcción nacional, así como un Estatuto arrancado, fruto de una dinámica de tensión. No 34 Portillo Valdés, José Mª, Entre tiros e historia. La un consenso con los no nacionalistas sino una constitución de la autonomía vasca (1976-1979), Bar- victoria sobre estos. celona, Galaxia Gutenberg, 2018, p. 81. 35 “El PNV plantea una enmienda a la totalidad del 3. LOS PROBLEMAS POLÍTICOS DE LA PREAU- capítulo de las autonomías”, El País, 3 de febrero de TONOMÍA 1978. 36 Portillo Valdés, José Mª, “Cuando la Historia se hace Algunos momentos de la gestación de la autono- Constitución. Los derechos históricos en el momento mía vasca muestran la capacidad de presión que constituyente de 1978”, en Rivera, Antonio, Natura- leza muerta. Usos del pasado en Euskadi después del 33 “Alianza Popular acepta el Estatuto vasco”, El País, terrorismo, Zaragoza, Prensas de la Universidad de 24 de julio de 1979. Zaragoza, 2018, p. 160 30 © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 23-36
Manuel Montero García Logró la disposición adicional primera, según la la vía autonómica a los partidos antifranquistas y cual “la Constitución ampara y respeta los de- planteado la cuestión como un enfrentamiento rechos históricos de los territorios forales”, que entre el pacto autonomista y UCD, pero eviden- en su concepto venía reconocer derechos pre- ciaba las discrepancias internas en este partido. existentes a la Constitución. Le otorgó menor La UCD alavesa acudió dos días después a la pri- relevancia al resto de la disposición, por la que mera reunión de la asamblea de parlamentarios, el régimen foral se actualizaría en el marco de la el 21 de junio de 1977. También se incorporaron Constitución y Estatutos de Autonomía. AP y EE, si bien esta formación hizo constar que sólo reconocería al gobierno vasco -todavía una Dentro del proceso que llevó después a la forma- quimera- cuando extendiera su jurisdicción “a ción de la autonomía vasca la influencia del PNV las cuatro regiones vascas”. creció según avanzaba el proceso, hasta resultar decisiva. Por aquellos días el terrorismo provocaba un momento dramático para el centro derecha, con En la fase preautonómica el PNV no logró todos Javier Ybarra secuestrado. Su asesinato se cono- sus objetivos debido a dos circunstancias: la ro- ció cuando estaba reunida la Asamblea de Par- tunda negativa de la UCD de Navarra, mayorita- lamentarios. En este contexto, para UCD no era ria en esta provincia, a la integración en Euskadi; posible una vía diferente a la que impulsaba el y el intento socialista de protagonizar el proceso PNV. Se incorporó tras la escenificación naciona- preautonómico, en lo que contó con la colabora- lista que incluyó una visita al lehendakari Leizao- ción de UCD. la, en San Juan de Luz, un reconocimiento de le- gitimidad distinta al camino que impulsaba UCD. Los partidos antifranquistas compartían el con- En su actitud influyeron su imagen de división cepto nacionalista de que Navarra formaba par- en el País Vasco, la dificultad de una vía foralis- te de Euskadi y debía integrarse en la autonomía ta alavesa al margen del proyecto de Euskadi, de vasca. Cuando se constituyó, la UCD guipuzcoana adhesión masiva, y la necesidad de apoyos para compartía tal planteamiento. Verosímilmente, el la descentralización. La UCD navarra, con la ma- principal líder de la UCD vizcaína, próximo al na- yoría de los parlamentarios en esa provincia, se cionalismo, tenía la misma visión, mientras que negó a participar. De grado o por su incapacidad la de Álava, que insistía en los rasgos forales de de imponerse a los enclaves locales, la dirección la provincia, no era rotunda al respecto. Su diri- nacional de UCD permitió que Navarra siguiese gente, Jesús Viana, el principal representante de un camino propio, una línea que recibió el recha- Suárez en el País Vasco, intentó con dificultades zo contundente del terrorismo. Sólo concedió al que la UCD del País Vasco asumiese unos mismos nacionalismo una vía para integrar Navarra en la criterios. autonomía vasca, previo referéndum. El primer síntoma del protagonismo del PNV y Al planificarse la preautonomía se produjo una de las dificultades que se planteaban en esta circunstancia peculiar. La cuestión de las compe- cuestión se produjo al constituirse la Asamblea tencias que tendría el País Vasco preautonómico de Parlamentarios Vascos, tras las elecciones quedó en segundo plano, para centrarse el de- de junio del 77. La convocó el Partido Naciona- bate en cuestiones de otro tipo, sobre todo en la lista, se reunió junto al árbol de Gernika y, se- de Navarra. El texto preautonómico lo aprobó en ñaló la prensa, no acudieron los parlamentarios diciembre de 1977 la Asamblea de Parlamenta- “centristas” de Navarra; tampoco asistieron AP rios Vascos con la abstención de la UCD alavesa y Euskadiko Eskerra, pero a estas ausencias se -por la falta de acuerdo con los centristas nava- le dio menos importancia. La inasistencia de la rros- y la aprobación de la vizcaína: “¡ojalá que UCD navarra significaba una fisura de calado, el Gobierno valore esta conquista política!” 37, en pues argumentaba que “Navarra no es Euska- palabras de Echevarria Gangoiti. En el País Vasco di”. Implicaba a seis de los nueve parlamentarios UCD no tenía unidad política. Tampoco llegó a navarros (tres diputados y tres senadores). A lo buen puerto la propuesta de la UCD alavesa de que pasó con los centristas de las otras provin- cias no se le dio similar relevancia, pero indicaba algún problema. La UCD de Álava no asistió (tres diputados y un senador), pero sí los dos centris- tas por Vizcaya (un senador y un diputado). Su presencia evitó la imagen que hubiese reducido 37 “La Asamblea de Parlamentarios no cede ni un ápi- ce”, Diario Vasco, 18 de diciembre de 1977. © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 23-36 31
Manuel Montero García un referéndum para que Álava se integrase en el dad de actuar como árbitro entre uno y otro, lo Consejo General Vasco38. que compensaría su debilidad en el País Vasco. En esta fase tuvo interés la formación del Con- La iniciativa fue un fracaso. El CGV no tuvo el pa- sejo General Vasco, el órgano preautonómico pel que se había supuesto. El factor decisivo: el que debería preparar el acceso a la autonomía39. PNV decidió relegarlo. El PSOE no protagonizó la Hubo dos cuestiones conflictivas. El primero se política autonomista, que seguiría en manos del refería a su composición, pues al establecerse nacionalismo. Los socialistas entendieron des- una representación provincial paritaria, el PSOE pués que su apuesta fue un error. tenía un consejero más que el PNV, pese a repre- sentar 6.000 votos menos. El PNV exigió que el “No haber cedido generosamente al PNV la PSOE cediese un puesto a un independiente, con presidencia y la Consejería del Interior del lo que quedarían igualados. “Y el PSOE, natural- CGV […] fue una equivocación de nosotros, mente cedió”40: la conclusión periodística resu- los socialistas vascos, desde una perspecti- mía bien actitudes y relaciones de fuerza. va de la normalización política de Euskadi, al mismo tiempo que un desgaste importante Tuvo mayores consecuencias la elección del so- para el partido”42. cialista Rubial como presidente del CGV, en la que el PSOE aceptó los votos de UCD, previo En su análisis a posteriori, esta decisión desplazó acuerdo o sin él, pero en este caso con una alian- al PNV de las responsabilidades de gobierno, lle- za tácita. El PNV lo interpretó como una ruptura vó a que sostuviese todavía la mayor legitimidad de su coalición autonomista con el PSOE y el co- del Gobierno vasco en el exilio y se radicalizase mienzo del frentismo. “negándose posteriormente a votar a favor de la Constitución, desentendiéndose del proceso “Estamos seguros de que existe ese pacto de consolidación de la democracia en España”. -aseguraba un diputado nacionalista-. Ello El PNV se alejó de la preautonomía. En palabras supone una política de bipartidismo que de Arzalluz, “no dimos apenas valor al tinglado tiende a eliminar a los partidos minoritarios preautonómico que instauraron con el llamado y concretamente a los nacionalistas”. Consejo General Vasco”43. Tenía razón al sugerir que sin el protagonismo del PNV la institución Y lo entendía como una suerte de agresión “Para era papel mojado. la autonomía de Euskadi puede ser grave que los hilos se muevan desde Madrid”41. El PNV veía pe- 4. LA ELABORACIÓN DEL ESTATUTO DE AU- ligrar su protagonismo. TONOMÍA El acontecimiento implicaba grandes novedades. La tramitación estatutaria dependería ya del Por vez primera, en el desarrollo autonómico de- juego de partidos sin compromisos previos. El jaban de contar sólo los antifranquistas e inter- PNV impulsó el Estatuto en la Asamblea de Par- venían no nacionalistas tachados de herederos lamentarios, al margen del CGV. En ella consiguió del franquismo. El PNV entendió que se rompían por lo común el apoyo de UCD, que mostró una compromisos políticos. Desapareció la posibili- inclinación autonomista que sorprendió al PNV dad de una colaboración trasversal. e interpretó como cesión a su fuerza. Optó por reivindicaciones máximas, con vistas a tener Los socialistas creyeron que la presidencia del margen de cesión en una negociación posterior. CGV les iba a dar el protagonismo político. Para Diversas circunstancias hicieron que su política UCD, sería la ocasión de encontrar un interlocu- tuviera éxito. tor distinto al PNV. Pensó también en la posibili- De entrada, el PSOE no estuvo dispuesto a ceder 38 “UCD de Álava, partidaria del referéndum”, Diario ante el PNV en rotundidad autonómica, lo que Vasco, 2 de febrero de 1978. creaba una especie de frente nacionalista ma- 39 Una descripción del proceso en López de Juan yoritario. Y la UCD mostró dos sensibilidades, el Abad, José Manuel, La autonomía vasca. Crónica del foralismo alavés y la proximidad al nacionalismo comienzo. El Consejo General del País Vasco, San Se- bastián, Txertoa, 1998. 40 “El PNV amenazó con tirar la toalla”, La Gaceta del 42 Benegas, José María, “Euskadi y su futuro”, El País, Norte, 12 de febrero de 1978. 23 de octubre de 1979. 41 “El día 17, plazo máximo para la constitución del 43 Arzalluz, Xabier, Así fue, Tres Cantos, FOCA, 2005, Consejo General Vasco”, El País, 8 de febrero de 1978. p. 160. 32 © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 23-36
Manuel Montero García de sus diputados vizcaínos; en algún momento cionalismo y la inminente disolución de las Cor- quiso además transmitir los criterios del Gobier- tes, a producirse tras la sanción real de la Consti- no. Pues bien: se advirtió que el foralismo no te- tución. Se sobreentendía que tenía que estar ya nía sitio en el nuevo proyecto político, pero que elaborado el proyecto, para abordarlo al empe- el provincialismo por el que optaba el PNV fren- zar la siguiente legislatura. te al PSOE le daba algún cobijo. Según avanzó el Estatuto, la UCD optó por los criterios del PNV, La semana siguiente al referéndum constitucio- incluso frente a los análisis nacionales que reali- nal se comprobó la sintonía entre PNV y UCD, al zaba el partido de Suárez. tiempo que se producía una ruptura con el PSOE, que llegó a abandonar la comisión estatutaria. Pese a su importancia en el diseño del Estado de No discrepaba sobre el nivel de competencias las autonomías, la elaboración del Estatuto se sino por el modelo organizativo de la Comuni- planteó como una cuestión local, en la que los dad Autónoma. Prefería priorizar Parlamento y partidos no nacionalistas no siguieron directrices Gobierno Vasco frente a Juntas Generales y Di- nacionales. Reinaba la idea de que las negocia- putaciones Forales, el esquema provincialista del ciones posteriores corregirían el texto. Se diseñó PNV que servía como lugar de encuentro entre un proyecto con un nivel de competencias muy este partido y la UCD. alto, desarrollándose la idea de que así sería posible apaciguar al terrorismo. Si el PNV había No obstante, se produjo también una discrepan- pensado en un proyecto elaborado por una ma- cia transitoria de UCD. Por la parte centrista, el yoría de parlamentarios vascos, quedó reforzado proyecto lo había gestionado Echevarria Gangoi- al lograr un amplio consenso, que desbordaría ti, próximo al nacionalismo, y hacia mediados de las previsiones. Las ulteriores negociaciones no diciembre Viana le llegaba a desautorizar. “No es se plantearían como la confrontación de pro- un texto de UCD, ni siquiera un texto con el que puestas de partidos, sino sobre la imagen de UCD se solidarice”. Aseguraba que lo veía “como que el proyecto expresaba la voluntad general un documento de trabajo”. Sin criterios comunes del País Vasco, salvo la de quienes apoyaban la nítidos, saltaban las contradicciones centristas. violencia. La posición de la UCD comenzaba a ser insos- La elaboración del proyecto estatutario comenzó tenible. Su presidente en el País Vasco, Ricardo en plena campaña del referéndum constitucio- Echanove, declaraba que “si de alguna forma nal. El 26 de noviembre de 1978 se presentaban su partido no acepta las decisiones de la UCD doce borradores, que en realidad eran declara- vasca defraudaría a sus propios electores”. UCD ciones de intenciones. El PNV decía resumir “las abandonó sus reticencias, imaginando que los reivindicaciones vascas”, pues desde su punto de problemas se resolverían en las negociaciones vista tales propuestas eran las de todo el pue- posteriores. En su cambio de opinión influiría la blo vasco. El PSE ponía como meta, también, un inminente disolución de las Cortes y la necesidad alto nivel de autogobierno. Ambos entendían la gubernamental de cerrar el proyecto antes, so apuesta estatutaria como una tensión con el Go- pena de incrementar las tensiones en el periodo bierno. El proyecto de UCD, muy escueto, pro- electoral. ponía desarrollar al máximo la personalidad de A fines de diciembre se resolvió la cuestión. El las provincias, perspectiva foralista que caería PSE volvió al consenso estatutario alegando que en desuso pero que propició su acercamiento al el Estatuto recogía los derechos y deberes de los PNV. ciudadanos vascos, que era lo fundamental. La El proyecto fue elaborado en menos de un mes, UCD argumentó que su principal discrepancia en el que influyeron las tensiones derivadas de era la disposición adicional que se refería a los la abstención del PNV en el referéndum sobre derechos históricos, pero que este añadido no la Constitución. Su retracción no le restó apoyos formaba parte del texto, con el que estaba de constitucionalistas. Tuvo el efecto inverso, el de acuerdo. robustecerle de cara a la confección de la auto- El consenso cerró filas en torno a los plantea- nomía. mientos del PNV, con una especie de imperativo Influyeron otros factores: la pugna entre PNV y colectivo según el cual sólo así podría hacerse PSOE por el protagonismo autonomista, el deseo frente al acoso terrorista. gubernamental de reducir la tensión con el na- © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 23-36 33
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