PERSONAJES DE LA REPÚBLICA - Niceto Alcalá Zamora

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PERSONAJES DE LA REPÚBLICA
Niceto Alcalá Zamora
Político español, primer presidente de la Segunda República (Priego, Córdoba, 1877-
Buenos Aires, 1949). Participó en la política de la Restauración desde las filas del
Partido Liberal, llegando a ser ministro de Fomento (1917-18) y de la Guerra (1922-23)
en sendos gobiernos de García Prieto.

Su oposición a la dictadura de Miguel Primo de Rivera le llevó a declararse partidario
de la República en 1930, a participar en el Pacto de San Sebastián para derrocar a la
monarquía y a presidir el gobierno provisional que se hizo cargo del poder tras la
renuncia de Alfonso XIII, el 14 de abril de 1931.

Su presencia en aquel gobierno representaba la adhesión al régimen republicano de
sectores conservadores, católicos y de clase media. Pero pronto entró en conflicto con
los dirigentes republicanos más avanzados: discrepó sobre todo de la regulación
constitucional de las relaciones Iglesia-Estado, hasta el punto de dimitir y ceder la
jefatura del gobierno a Manuel Azaña.

No obstante, fue elegido presidente de la República, cargo que ejerció durante cinco
años con lealtad a la Constitución; durante el primer bienio entró en conflicto con las
predominantes fuerzas de izquierdas; pero no fue mucho mejor su relación con los
partidos de derechas que triunfaron en las elecciones de 1933 (enfrentamiento con Gil
Robles, indulto al general golpista Sanjurjo contra el parecer del gobierno...).

Tras las elecciones de 1936, que dieron el triunfo al Frente Popular, Alcalá Zamora
acabó por ser depuesto como presidente, al haber rebasado el número de disoluciones
de las Cortes autorizado por la Constitución en un solo mandato presidencial; una vez
más, fue Azaña el encargado de sucederle. Se exilió en París y, más tarde, en Buenos
Aires.

En el balance de su actuación política hay que destacar la voluntad de integración que
demostró, aceptando lealmente el juego democrático desde posiciones conservadoras;
su aspiración de promover una gran opción política de centro que facilitara el
consenso estaba condenada al fracaso en una época de tensiones sociales y políticas
tan graves como las que acabaron conduciendo -tres meses después de su destitución-
a la Guerra Civil.

Alcalá Zamora, famoso por su elocuencia parlamentaria desde las Cortes de la
Restauración, fue miembro de la Real Academia Española y dejó una abundante obra
escrita (Tres años de experiencia constitucional, Los defectos de la Constitución de
1931, Inventario objetivo de cinco años de República.
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Manuel Azaña
(Manuel Azaña Díaz; Alcalá de Henares, Madrid, 1880 - Montauban, Francia, 1940)
Político español, presidente de la Segunda República. Procedente de una familia
liberal, Azaña estudió Derecho en Zaragoza y Madrid, doctorándose con una tesis
sobre La responsabilidad de las multitudes; entró por oposición en la función pública
(1910); y completó su formación con una beca de la Junta para Ampliación de Estudios
en París en 1911-12. Su actividad intelectual le llevó a la secretaría del Ateneo de
Madrid, puesto que ocupó entre 1913 y 1920; su interés por los asuntos militares se
inició al ser comisionado por el Ateneo para visitar los frentes de la Primera Guerra
Mundial en Francia e Italia (1916).

En 1913 ingresó en el Partido Reformista de Melquiades Álvarez y participó con Ortega
y Gasset en la fundación de la Liga de Educación Política; en 1918 fundó la Unión
Democrática Española; pero fracasó en sucesivos intentos de ser elegido diputado en
las Cortes de la Restauración (1918 y 1923). Se apartó temporalmente de la política
para dedicarse al periodismo, primero como corresponsal en París (1919-20), luego al
frente de La Pluma (1920-23) y finalmente como director de la revista España.

Bajo la dictadura Primo de Rivera abandonó el Partido Reformista y se declaró
partidario de la República, fundando Acción Republicana (1925); al mismo tiempo,
crecía su prestigio intelectual, con la publicación de obras como El jardín de los frailes
o Ensayos sobre Valera. En 1930 accedió a la presidencia del Ateneo y, ya como figura
de alcance nacional, participó en el Pacto de San Sebastián para derrocar a la
monarquía.

Al proclamarse la República española (14 de abril de 1931), Azaña se integró en el
gobierno provisional como ministro de la Guerra. Participó activamente en las Cortes
constituyentes. Y asumió la Presidencia del Consejo de Ministros cuando las
discrepancias sobre las relaciones Iglesia-Estado llevaron a Alcalá Zamora a abandonar
el gabinete.

Como jefe de un gobierno formado por socialistas y republicanos de izquierdas (1931-
33), Azaña impulsó un amplio programa de reformas: secularizó la vida pública
(legalizando el matrimonio civil y el divorcio), reformó el ejército, puso en marcha una
reforma agraria y concedió la autonomía a Cataluña. Todo ello le enfrentó con las
fuerzas conservadoras, pero no fue suficiente para asegurarle el apoyo del movimiento
obrero, en un momento en que la depresión económica mundial agudizaba las
dificultades; desprestigiado por la represión armada de un levantamiento campesino
en Casas Viejas (Cádiz), hubo de dimitir y perdió las elecciones de 1933, que dieron el
gobierno a la derecha.

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En 1934 fusionó su partido con los radicales de Marcelino Domingo, formando
Izquierda Republicana (1934), partido con el cual realizó una efectiva campaña de
oposición al gobierno. La ascensión de Gil Robles al poder, interpretada como el
triunfo del fascismo en España, le llevó a participar primero en la fracasada Revolución
de Octubre de 1934 (por lo que pasó algún tiempo en prisión) y a integrarse después
en un Frente Popular con todas las fuerzas de izquierdas.

El triunfo de dicha formación en las elecciones de febrero de 1936 devolvió a Azaña a
la jefatura del gobierno y le promovió después a la Presidencia de la República (mayo).
Enseguida retomó el programa reformista del primer bienio republicano, pero apenas
tuvo tiempo de desarrollarlo, por el golpe de Estado que, a partir de julio, dio paso a la
Guerra Civil (1936-39).

Azaña se fue quedando progresivamente aislado, sin capacidad para mantener la
unidad y el orden en el bando republicano, ante el radicalismo y los conflictos internos
de las organizaciones obreras. Refugiado en su papel de intelectual, se permitió
reflexionar sobre la guerra en La velada en Benicarló (1937); y defendió la
conveniencia de acelerar un final negociado de la contienda, ante la perspectiva
inexorable de la derrota (lo cual le enfrentó con Negrín). Perdida la guerra se exilió en
Francia y renunció a la Presidencia (1939).

Francisco Largo Caballero
Nació en Madrid, el 15 de octubre de 1869. Conoció las penurias del abandono
paterno y la lucha por la subsistencia, debiendo colaborar económicamente con su
madre a partir de los 10 años.

Sus precarios estudios los cursó en un colegio de los HH. Escolapios (Granada) y en la
escuela de San Antón (Madrid). Aprendió sobre todo, en la escuela de la vida, donde
descubrió poseer un carácter tenaz, a veces obstinado, rebelde, y una gran honestidad
moral. Trabajó en la construcción como estuquista. Ingresó en la UGT en 1890,
participando ese mismo año, de la primera huelga de su gremio. Cuatro años después
se incorporó al PSOE.

En el año 1917, la UGT, sindicato del PSOE, de la que era Vicepresidente (1908-1918) y
la CNT, de ideas anarquistas, convocaron conjuntamente a una huelga general, en la
que Largo Caballero tuvo participación como organizador, y que terminó en fracaso.
Mientras cumplía por este hecho condena perpetua en el penal de Cartagena, fue
elegido en 1918, como diputado, por Barcelona, gracias a lo cual, recuperó su libertad.
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Ese mismo año, y por los veinte años posteriores, actuaría como Secretario de la UGT.
También se convertiría en líder del partido.

Se distanció de Indalecio Prieto, por sus ideas moderadas, con respecto a este
régimen, que le permitieron seguir actuando en la legalidad durante la dictadura de
Primo de Rivera, siendo en esta etapa, Consejero de Estado.

Cuando llegó la Segunda República, en 1931, fue designado Ministro de Trabajo, cargo
que desempeñó hasta 1933, en que la coalición de partidos de derecha, CEDA, triunfó
en las urnas. Desde entonces su pensamiento se tornó más radical y violento,
bregando por la supresión de La Guardia Civil y las milicias.

Presidió el Comité Nacional Revolucionario, desde el 3 de febrero de 1934, e intervino
en la revolución asturiana, el mes de octubre de ese año, que arrojó un saldo de cerca
de mil cuatrocientos muertos en veintiséis provincias, desarticulada por el general
Franco. Fue condenado a 30 años de prisión, pero al poco tiempo, fue puesto en
libertad.

Trató de llegar a un acuerdo con el partido comunista y con el sindicato anarquista
CNT, lo que lo distanció aún más del moderado Indalecio Prieto. Sus ideas cada vez
más reaccionarias, le valieron el nombre de “Lenín español”.

Iniciada la guerra civil, durante el gobierno de José Giral Pereira, éste fue perdiendo
autoridad, hasta su caída definitiva con la toma de Talavera de la Reina por los
insurrectos, el 4 de septiembre de 1936, fecha en que Largo Caballero, fue designado
Jefe del Gobierno y Ministro de la Guerra.

A pesar de su intento por mantener organizado el ejército republicano, la guerra no le
era favorable, y las presiones desde Moscú eran grandes. Debió autorizar la salida de
oro con destino a Moscú, por parte del Banco de España, pero cansado de tanta
presión, echó de su despacho al embajador soviético, Rosenberg. A este contratiempo,
se añadió en mayo de 1937, el levantamiento del POUM (Partido Obrero de
Unificación Marxista) enfrentado con Moscú, y la CNT anarquista. Largo Caballero fue
presionado por la Unión Soviética para ilegalizar el POUM, a lo que se negó, lo que
originó la oposición de miembros de su propio partido, liderados por Indalecio Prieto,
los miembros del PCE y los republicanos de izquierda. Esta gran presión en su contra lo
obligó a renunciar al gobierno, el 17 de abril de 1937, con aprobación del presidente
de la República, Manuel Azaña. Su cargo fue ocupado por el socialista, doctor Juan
Negrín, quien censuró durante su gobierno todas las opiniones de su antecesor,
considerado ahora, alejado de la ideología de Stalin. Bajo el cargo de no pagar las
cuotas, también fue expulsado de la UGT.

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En 1939, durante la dictadura de Franco, se exilió en Francia. Un año después, las
tropas nazis lo tomaron prisionero cuando invadieron Francia, y fue liberado por los
polacos, al final del segundo conflicto bélico mundial, tras sufrir tres años en el campo
de concentración de Sachsenhausen-Oranienburg, Allí, tal como contó en sus
Memorias, comprendió que la libertad, de la que se hallaba privado, debía
anteponerse, incluso a la República, oponiéndose a su propia opinión expresada en
1933, ¿Libertad para qué?

Falleció en un hospital de París, luego de serle amputada una pierna, a la edad de 77
años, el 23 de marzo de 1946, habiendo sido repatriados sus restos en 1978,
celebrándose un acto en multitudinario en su memoria, y creándose ese mismo año, la
Fundación Francisco Largo Caballero por parte de la UGT

Indalecio Prieto Tuero ( Oviedo, 30 de abril de 1883 -México, 11 de febrero de
1962.

Huérfano de padre desde los seis años de edad, en 1891 su madre emigra a Bilbao,
donde para subsistir ha de vender periódicos en la calle, aunque más tarde consigue
trabajo como taquígrafo en el diario La Voz de Vizcaya. Ya convertido en periodista
comienza a trabajar como redactor del diario El Liberal, del que con el tiempo llegaría a
ser director y propietario.

En 1899 ingresa en el Partido Socialista Obrero Español.

Como periodista, en la primera década del siglo XX, Prieto se convierte en figura
destacada del socialismo en el País Vasco. Es este un periodo marcado por la Primera
Guerra Mundial, en la que España se mantuvo neutral, lo que reportó grandes
beneficios a la industria y al comercio españoles, pero estos beneficios no se vieron
reflejados en los salarios de los obreros, por lo que se fue generando una gran
agitación social que culminó el 13 de agosto de 1917 con el comienzo de una huelga
general revolucionaria que, ante el temor de la repetición en España de los hechos
acaecidos en Rusia por esas fechas, es reprimida duramente mediante la intervención
del ejército y la detención en Madrid del comité de huelga. Prieto involucrado como
estaba en la organización de esta huelga, huye a Francia antes de ser detenido y ya no
volverá hasta el mes de abril de 1918, después de haber sido elegido diputado.

Muy crítico con la actuación del gobierno y del ejército en la Guerra de Marruecos,
tuvo frases muy duras en las Cortes con motivo del denominado Desastre de Annual
de 1921, así como sobre la más que probable, aunque no probada, responsabilidad del
rey en la imprudente actuación militar del general Fernández Silvestre en las
operaciones de la zona de la comandancia de Melilla.
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Opuesto a la línea de Largo Caballero de colaboración de su partido con la dictadura de
Primo de Rivera, se produjeron agrios enfrentamientos entre ambos.

En el mes de agosto de 1930 participó a título personal, ante la oposición de Julián
Besteiro, en la formación del llamado Pacto de San Sebastián, formado por una amplia
coalición de partidos republicanos que se proponía acabar con la Monarquía. En esta
cuestión, sin embargo, si que contó con el apoyo del ala liderada por Largo Caballero,
ya que este creía que la caída de la Monarquía era el único camino por el que, en esos
momentos, el socialismo podría alcanzar el poder.

Proclamada la II República el 14 de abril de 1931, Prieto es nombrado ministro de
Hacienda del gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá-Zamora.

Ministro de Obras Públicas en el gobierno de Manuel Azaña entre 1931-1933, continuó
y amplió la política de obras hidroeléctricas iniciadas en la época de la dictadura de
Primo de Rivera, así como un ambicioso plan de mejora de infraestructuras en Madrid,
como el de los enlaces ferroviarios, la construcción de una nueva estación en
Chamartín y el túnel de enlace, bajo el suelo de Madrid, entre esta estación y la de
Atocha, obras estas que no verían la luz hasta muchos años después como
consecuencia de la guerra civil.

Opuesto en principio a la huelga general de octubre de 1934, tiene sin embargo que
huir a Francia por su colaboración en varios de los preparativos.

A partir de entonces se opone a Largo Caballero adoptando una postura moderada,
liderando el sector que se opone a la tendencia revolucionaria.

Iniciada la guerra civil, en septiembre de 1936, tras la caída de Talavera de la Reina,
Largo Caballero se convierte en Presidente del Gobierno, siendo nombrado Prieto
ministro de Marina y Aire.

Tras los sucesos revolucionarios de mayo de 1937 en Barcelona, cae el gabinete Largo
Caballero y forma gobierno Juan Negrín, siendo Prieto designado ministro de Defensa,
aunque, en su fuero interno, reconocía que la guerra no podía ganarse por carecer la
República del apoyo de las potencias democráticas (durante su ministerio el acceso
marítimo para los suministros soviéticos quedó cortado por los ataques de los
submarinos italianos y la frontera francesa estaba cerrada).

Tras la caída del Frente Norte en octubre, presenta la dimisión que no le es aceptada,
aunque en marzo de 1938, tras el derrumbe del frente de Aragón y sus
enfrentamientos con Negrín y con los ministros comunistas, sale del gobierno.

Se aparta de la política activa el resto de la guerra, aunque acepta una embajada
extraordinaria en varios países de Sudamérica, donde le sorprende el fin de la guerra.
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Desde su exilio en México lidera la fracción mayoritaria del Partido Socialista. En 1945
entra a formar parte del gobierno de la república en el exilio, intentando alcanzar un
acuerdo con el sector monárquico del franquismo, con vistas a la reinstauración de la
democracia en España, pero sin ningún resultado, retirándose definitivamente de la
política.

Durante su estancia en México escribió varios libros, entre ellos: Palabras al viento
(1942), Discursos en América (1944) y ya al final de su vida Cartas a un escultor:
pequeños detalles de grandes sucesos (1962).

José Sanjurjo
(José Sanjurjo y Sacanell) Militar español (Pamplona, 1872 - Estoril, Portugal, 1936).
Huérfano de un coronel carlista, siguió la carrera militar y recibió destinos en Cuba
(1894-98) y Marruecos (1898-1921). Ascendió por méritos de guerra hasta el
generalato en 1921, año en que fue nombrado gobernador militar de Zaragoza.

Desde allí secundó el golpe de Estado de Primo de Rivera (1923), con cuya dictadura
colaboró estrechamente. Como comandante general de Melilla preparó el desembarco
de Alhucemas (1925), que acabó con la insurrección de Abd-el-Krim, consolidó el
protectorado español en Marruecos y proporcionó a la dictadura uno de sus mayores
éxitos. Su labor al frente del ejército de Marruecos le proporcionó ascensos,
condecoraciones, un título nobiliario (marqués del Rif, en 1927) y un prestigio
incontestado entre los jóvenes oficiales africanistas.

Al proclamarse la Segunda República (1931) aceptó el cargo de director de la Guardia
Civil, del que fue destituido por sus excesos en la represión contra movimientos
obreros como el de Arnedo (Logroño) en 1932. Pasó entonces a dirigir el Cuerpo de
Carabineros; pero la derecha instrumentalizó este cambio presentándolo como una
discriminación sectaria del gobierno de Azaña.

Desde luego, Sanjurjo no simpatizaba ni con la orientación izquierdista del gobierno ni
con el carácter democrático del régimen republicano, como demostró encabezando un
intento de golpe de Estado en Sevilla, que fracasó (1932); aquella intentona reafirmó
la voluntad reformista de las autoridades republicanas, decidiéndolas a aprobar poco
después la Ley de Reforma Agraria y el Estatuto de autonomía de Cataluña.

La pena de muerte le fue conmutada por la de cadena perpetua; pero apenas había
empezado a cumplirla cuando fue excarcelado por el gobierno de derechas que salió
de las elecciones de 1933. Partió al destierro en Portugal (1934), donde pudo conspirar
contra la República con total libertad.
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Convertido en un símbolo para los militares reaccionarios descontentos con el triunfo
electoral de la izquierda en 1936, fue reconocido como jefe por Mola, Franco y los
demás conspiradores que prepararon el alzamiento del mes de julio. Murió en un
accidente de aviación cuando se disponía a viajar a Burgos para asumir la jefatura del
Estado que le ofrecían los sublevados.

Francesc Macià
(Vilanova i la Geltrú, 1859-Barcelona, 1933) Político catalán. Se integró en el
movimiento Solidaritat Catalana y en 1907 fue elegido diputado nacional, por lo que
hubo de renunciar a su carrera militar.

 En 1922 creó el partido Estat Català, destinado a agrupar el catalanismo radical y de
izquierdas. Exiliado durante el período en el que dirigió el Gobierno el general Primo
de Rivera, en 1926 intentó entrar en Cataluña al frente de una partida para promover
un levantamiento general, pero fue detenido por la gendarmería francesa.

Regresó a Cataluña en 1931 e integró su partido en Esquerra Republicana. En 1931
proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. Tras una serie de
negociaciones, aceptó transformar el Gobierno de Cataluña en Gobierno de la
Generalidad de Cataluña y elaborar un estatuto de autonomía. Fue elegido diputado a
Cortes en 1931 y en 1933.

 Elegido presidente de la Generalidad en 1932, se esforzó en reflejar el ideario
autonómico de su partido desde su acción de gobierno, que concluiría con la derrota
electoral de su partido (noviembre de 1933). Fue presidente de la Generalidad hasta su
muerte, acaecida en 1933. Fue sustituido al frente de la Generalidad de Cataluña por
Lluís Companys.

Lluis Companys
(Lluis Companys i Jover) Político nacionalista catalán (Tarrós, Lérida, 1882 - Barcelona,
1940). Abogado de formación, participó desde comienzos de siglo en diversos
movimientos republicanos contrarios al régimen de la Restauración, combinando en su
ideario el izquierdismo con el catalanismo y repartiendo su actividad entre la lucha
política y sindical. En 1921 fue elegido diputado, al mismo tiempo que creaba la Unión
de Rabassaires para llevar el sindicalismo al medio rural catalán.

En 1931 fundó el partido Esquerra Republicana de Catalunya, junto con Macià y
Tarradellas. Tras la victoria de las candidaturas republicanas en las elecciones de abril
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participó en la ocupación del Ayuntamiento de Barcelona, desde donde proclamó la
República Catalana como Estado integrante de una «Federación Ibérica».

Reconducido el proceso político catalán al marco común de la Segunda República
Española, Companys actuó como portavoz de su partido en las Cortes, hasta que,
aprobado el Estatuto de Autonomía para Cataluña, fue elegido presidente del
Parlamento catalán (1932). Durante el verano de 1933 ejerció brevemente como
ministro de Marina en el gobierno de Azaña.

Al morir Macià en 1934, Companys le sucedió como presidente de la Generalitat o
gobierno autónomo catalán. En aquel mismo año aprovechó la revolución lanzada por
las izquierdas contra la amenaza fascista que veían en Gil Robles para proclamar
nuevamente la soberanía de un «Estado Catalán» integrado en la República Federal
Española; el ejército aplastó aquella rebelión y Companys fue detenido y condenado a
treinta años de cárcel.

Sin embargo, fue amnistiado tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de
1936, en las que obtuvo acta de diputado. Durante la Guerra Civil que estalló a
continuación (1936-39), siguió presidiendo la Generalidad hasta que, perdida la
contienda, huyó a Francia. Fue detenido por los nazis tras la invasión alemana de
Francia (1940), entregado al gobierno de Franco y fusilado en el castillo de Montjuich.

José María Gil Robles
(José María Gil Robles y Quiñones; Salamanca, 1898 - Madrid, 1980) Político español.
Tras licenciarse en Derecho por la Universidad de Salamanca (1919) se integró en la
redacción del periódico madrileño El Debate, órgano de la opinión católica y
conservadora más militante (1922). Se inició en la política bajo la dictadura de Primo
de Rivera (1923-30), colaborando con el ministro Calvo Sotelo en la redacción del
Estatuto Municipal. Tras la caída de la Dictadura y la proclamación de la Segunda
República (1931), consiguió un acta de diputado en las Cortes constituyentes. En aquel
mismo año alcanzó el liderazgo del partido Acción Popular, desde el cual participó en
la oposición a las reformas del gobierno Azaña.

En 1933 consiguió formar alrededor de su partido una gran coalición conservadora, la
Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), que resultó el partido más
votado en las elecciones de aquel año. Erigido en árbitro de la situación política, en
1934 consiguió tres carteras ministeriales para la CEDA en el gobierno de coalición de
las derechas, lo cual provocó el estallido de la Revolución de Octubre, pues la izquierda
veía en Gil Robles el representante español de la oleada de dictadores reaccionarios
que se estaba adueñando de Europa (Mussolini, Hitler, Dollfuss...).
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Reprimida la revolución de 1934 por el Ejército, al año siguiente la CEDA obtuvo cinco
carteras en el Gobierno, con Gil Robles como ministro de la Guerra; desde ese puesto
se dispuso a desmontar la obra reformadora del primer bienio republicano, pero un
escándalo político (el caso del estraperlo) lo impidió, al romper la coalición en aquel
mismo año.

Al no ser llamado a formar gobierno por el presidente Alcalá Zamora, como él
esperaba, Gil Robles se inclinó ya decididamente por la opción de un golpe militar para
tomar el poder, aunque el golpe no fraguó entonces porque lo consideraron
prematuro los militares con los que Gil Robles estaba en contacto (como Mola o
Franco). En las elecciones celebradas en 1936 se dio un retroceso importante de la
CEDA, paralelo al triunfo de las fuerzas de izquierdas agrupadas en el Frente Popular.

Al producirse finalmente el golpe militar en el verano de aquel año, Gil Robles prefirió
salir de España y desarrolló una campaña de apoyo a los sublevados desde Portugal.
Tras el triunfo en la Guerra Civil (1936-39) del bando de Franco, que no le reservó
papel político alguno, Gil Robles se integró en el consejo del pretendiente monárquico
don Juan de Borbón. En 1953 regresó a España e intentó formar un movimiento
demócrata-cristiano (1953); expulsado de nuevo en 1962, no pudo volver a la política
activa hasta la muerte del dictador, en 1975. Participó entonces en la formación de la
Federación Demócrata Cristiana, con la que se presentó a las elecciones de 1977, en
las que fracasaron tanto él como su opción política.

Juan Negrín López
Científico y político español (Las Palmas de Gran Canaria, 1892 - París, 1952).
Procedente de una familia de comerciantes canarios acomodados, estudió Medicina en
la Universidad de Leipzig (Alemania). Desde 1922 fue catedrático de Fisiología en la
Universidad de Madrid. Su procedencia de un ambiente conservador y su gran fortuna
personal no impidieron que durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-30)
ingresara en el Partido Socialista (PSOE), en el que se alineó políticamente con
Indalecio Prieto.

Tras el advenimiento de la Segunda República (1931) sería elegido diputado de sus tres
legislaturas, siempre representando a las islas Canarias. Aunque no tenía mucho peso
político en el partido, cuando estalló la Guerra Civil (1936-39) fue nombrado ministro
de Hacienda en el gobierno presidido por Largo Caballero. Se ocupó de organizar la
economía de guerra del bando republicano y de negociar la prestación de ayuda

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económica y armamentística por parte de la Unión Soviética (para lo cual hubo de
entregar a la URSS las reservas de oro del Banco de España).

Ya entonces destacó por su insistencia en que la República tratara de atraerse el apoyo
de las potencias occidentales mostrándose como un régimen liberal-democrático
reformista y moderado; para ello se esforzó por poner coto a los asesinatos políticos y
a los excesos de la represión en la retaguardia, mostrándose como un escrupuloso
defensor del respeto a la legalidad.

En 1937 sustituyó a Largo Caballero como presidente del gobierno, cargo en el que
permaneció hasta el fin de la guerra. Empujado por la necesidad de la ayuda soviética,
se apoyó en los comunistas del PCE, con los que coincidía en su línea de dar prioridad a
la disciplina y la organización para ganar la guerra, postergando las veleidades de
revolución social (en contra de las pretensiones de los anarquistas de la CNT y de otros
grupos políticos, como el POUM). En 1938, ante el curso desfavorable de la guerra para
las armas republicanas, ofreció a los rebeldes entablar una negociación sobre la base
de 13 puntos que llevaran a una salida democrática del conflicto; pero la oferta fue
rechazada por Franco, que exigió hasta el final una rendición sin condiciones.
Ante tal intransigencia, Negrín ordenó resistir palmo a palmo para prolongar
artificialmente la guerra, con la esperanza de que las tensiones internacionales
llevaran al estallido de una guerra general en Europa, en la que la República entrara
como aliada de las naciones democráticas contra los regímenes fascistas de Hitler,
Mussolini y Franco. Pero tales esperanzas de intervención extranjera en defensa de la
República se desvanecieron después de la política de apaciguamiento mostrada por
Gran Bretaña y Francia frente a Alemania en el Pacto de Múnich (1938).

Cuando el conflicto europeo (la Segunda Guerra Mundial) estalló por fin en 1939, el
ejército republicano había sucumbido cinco meses antes. Negrín, opuesto a la
rendición incondicional en defensa del principio de legitimidad democrática, fue
despuesto poco antes de la definitiva victoria franquista por el golpe de Estado del
general Casado (marzo de 1939). Se exilió en México y luego en Francia, ejerciendo
hasta 1946 el cargo de presidente del gobierno republicano en el exilio.

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