Prácticas de crianza de las familias españolas durante el periodo de confinamiento por coronavirus
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Prácticas de crianza de las familias españolas durante el periodo de confinamiento por coronavirus Susana Valverde Montesino1, Margarita Carmen Martín1 Martín, Irene Solbes Canales1 1 Departamento de Investigación y Psicología en Educación, Universidad Complutense de Madrid España Correspondencia: Susana Valverde Montesino. Departamento de Investigación y Psicología en Educación, Universidad Complutense de Madrid. E-mail: susanavalverde@edu.ucm.es © Universidad de Almería and Ilustre Colegio Oficial de la Psicología de Andalucía Oriental (Spain) Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19 (2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54 325
Susana Valverde Montesino, Margarita Carmen Martín Martín, Irene Solbes Canales Resumen Introducción. La situación de pandemia mundial asociada al coronavirus ha supuesto, entre otras medidas, el confinamiento de las familias españolas en casa durante varias semanas, sin colegio ni contacto con nadie ajeno al núcleo familiar. Los estudios realizados a nivel mundial indican que este tipo de medidas y el contexto de crisis podrían acarrear consecuencias psicológicas negativas para la salud mental de los niños y sus familias, las cuales podrían ser mitigadas con la aplicación de pautas de crianza cercanas a un modelo de parentalidad positiva. Método. 336 madres y padres de niños de entre 2 y 8 años de edad respondieron a un cuestionario sobre principios de crianza (Parenting Pentagon Model) durante el confinamiento. Los resultados fueron analizados a nivel descriptivo para toda la muestra, considerando también las variables sociodemográficas familiares que modularon las prácticas parentales aplicadas. Resultados. Según la opinión de las familias, las prácticas de crianza durante el periodo de confinamiento se acercan mayoritariamente a lo indicado en el modelo de parentalidad positiva. Los principios de crianza más comunes entre las familias son aquellos relacionados con el amor incondicional, seguido de la promoción de independencia y el establecimiento de normas. Se observaron ligeras diferencias relacionadas con el sexo del progenitor, del niño, la edad de los hijos, de los padres y los niveles educativos alcanzados por los progenitores. Discusión y conclusiones. Los padres dieron gran importancia al amor incondicional por encima de otros aspectos de la crianza durante el confinamiento, aunque en todos los principios obtuvieron puntuaciones elevadas, lo que podría indicar una percepción positiva sobre sus prácticas parentales durante el confinamiento, cercana a lo recomendado por los expertos. Se sugiere profundizar en el estudio de las prácticas familiares aplicadas en periodos de crisis y estrés como la actual pandemia, con el fin de diseñar estrategias preventivas y de intervención que proporcionen todos los apoyos necesarios y garanticen la salud mental de los niños. Palabras Clave: pautas de crianza, parentalidad positiva, salud mental, confinamiento, coronavirus. 326 Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19(2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54
Prácticas de crianza de las familias españolas durante el periodo de confinamiento por coronavirus Abstract Introduction. Pandemic crisis associated to coronavirus disease have entailed among other measures the Spanish families´ lockdown at home for several weeks, resulting in children not attending school and avoiding further contact with people alien to the family nucleus. Several recently carried out worldwide studies show that these measures and the crisis context are likely to have serious consequences for the mental health of children and their families, including negative psychological impact, which could be mitigated by the families adopting parenting practices patterns close to a model of positive parenting. Method. 336 mothers and fathers with children aged 2 to 8 years answered a questionnaire about their parental behavior (Parenting Pentagon Model) during lockdown. Results have been analyzed with a descriptive perspective for the whole sample and also taking into account families´ socioeconomic variables in order to know if they actually moderated in some way the style of the families. Results: According to families´ responses, parenting practices during the lockdown closely approximate to parental behavior proposed in the positive parenting model, the most frequent being those related to unconditional love, followed by encouraging independence and adherence to rules. Slight differences in raising practices were found related to parent’s and children’s sex, parent’s and children’s age, and parent´s education level. Discussion and Conclusion. Parents reported Love behaviors is paramount over other aspects related to raising practices during lockdown, although all the principles obtained high scores. This might mean parent´s perception of their parental behaviors during confinement is quite positive, close to the experts´ recommendations. Therefore, deepen the study of the family practices during crisis and stressful situations such as the actual pandemic is suggested, in order to design preventing and intervention strategies that provide all necessary support and guarantee children´s mental health. Keywords: raising practices, positive parenting, mental health, lockdown, coronavirus. Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19 (2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54 327
Susana Valverde Montesino, Margarita Carmen Martín Martín, Irene Solbes Canales Introducción Ante la reciente pandemia derivada de la COVID-19, la mayoría de los países tomaron medidas extremas para evitar la propagación del virus, adoptándose en España el confinamiento social de la población durante cuarenta y tres días. Las medidas aplicadas para combatir la enfermedad del coronavirus han supuesto cambios considerables en la vida de los ciudadanos a nivel mundial, si bien uno de los ámbitos que ha sufrido mayor impacto ha sido el familiar. Los niños y las familias durante el confinamiento provocado por la crisis sanitaria Cerca de 1,38 millones de niños en todo el mundo han visto restringidas sus actividades cotidianas, al no poder asistir a sus centros educativos, ni poder mantener relaciones con sus iguales o disfrutar de su tiempo de ocio al aire libre, todo lo cual ha provocado cambios importantes en la vida familiar (Cluver et al., 2020). Las familias se han visto obligadas a romper con su sistema de organización y convivencia de una forma repentina y sostenida (Prime et al., 2020; Sanz et al., 2020), lo que ha implicado optar por el teletrabajo o, en el peor de los casos, prescindir de él. La conciliación del trabajo con el cuidado de los hijos se ha convertido en un desafío en muchos hogares (Fegert et al., 2020; Sanz et al., 2020). Para muchos progenitores, mantener a sus hijos ocupados y atendidos en casa ha supuesto una situación bastante desalentadora, especialmente en aquellos hogares con menos recursos (Brown et al., 2020; Sanz et al., 2020). Las familias parecen haber experimentado circunstancias estresantes como consecuencia del confinamiento que han puesto en riesgo su salud, seguridad y bienestar económico (Brown et al., 202; Carroll et al., 2020). Estos factores estresantes estarían condicionados por los obstáculos para acceder a servicios de apoyo educativo, dificultades para conciliar la vida laboral y la educación de los hijos, y problemas económicos derivados de la inestabilidad laboral y el creciente desempleo (Brown et al., 2020). Estudios previos indican que situaciones similares aumentan el riesgo de que los padres desarrollen “agotamiento parental” (Griffith, 2020). Éste repercute directamente en la salud mental de los progenitores y en la de sus propios hijos, de modo que los que lo experimentan son más propensos a manifestar comportamientos abusivos y negligentes con sus descendientes, poniendo a los niños en riesgo de resultados perjudiciales a corto y largo plazo (Griffith, 2020), y desarrollando con más frecuencia prácticas educativas disfuncionales (Pérez Padilla et al., 2010). El estrés y el agotamiento parental provocan conductas parentales más rígidas y abusivas 328 Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19(2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54
Prácticas de crianza de las familias españolas durante el periodo de confinamiento por coronavirus (Liu y Merritt, 2018; Yang, 2015), y se convierten en un factor de riesgo para comportamientos agresivos y violencia (Brooks et al., 2020; Fegert et al., 2020). Cuando los cuidadores se enfrentan a niveles elevados de estrés como los vividos en los últimos meses asociados a la situación sanitaria mundial, sus recursos mentales y emocionales se desgastan, haciendo difícil el mantenimiento de un liderazgo positivo en la familia (Prime et al., 2020) y aumentando el riesgo de prácticas de crianza perniciosas (Chung et al., 2020). Por tanto, es importante ofrecer apoyo a los padres en este tipo de situaciones, proporcionándoles estrategias de afrontamiento adecuadas (Brown et al., 2020). Las estrategias de afrontamiento más eficaces para reducir el estrés implicarían, por un lado, aumentar la sensación del control percibido sobre los eventos diarios y, por otro, fomentar la capacidad de aceptar pensamientos o experiencias negativas sin juzgarlas. Además de cultivar en los padres estas estrategias, es importante proporcionar ayuda externa a las familias, dado que el nivel de apoyo emocional y social que reciben los progenitores está directamente relacionado con una menor percepción de estrés parental (Brown et al., 2020). Además de estos efectos “estructurales” del confinamiento, relacionados con la conciliación de vida laboral y familiar y las dificultades económicas y organizativas, éste tiene también un efecto directo en el nivel de participación social, impidiendo el contacto con la familia extensa y amigos o la realización de actividades culturales y deportivas, lo que repercute directamente de nuevo en la salud psicológica de sus miembros (Ammar et al., 2020). Una adecuada participación social fomenta sentimientos de apego y proporciona sentido de identidad y pertenencia a la comunidad, aumentando el bienestar psicológico. Si la participación social se resiente, es más probable que aparezcan alteraciones de salud mental, tal y como confirma un reciente estudio de Ammar et al. (2020) realizado durante esta pandemia. Estos autores constataron que existe una relación directa y positiva entre la participación social y la salud psicológica, y entre la reclusión domiciliaria y la insatisfacción vital. Las consecuencias específicas del confinamiento en la infancia parecen estar asociadas a efectos negativos a nivel físico, emocional, académico y social (Berasategi Sancho, 2020). Según diversas investigaciones recientes realizadas en muy diversos países, las restricciones en la participación social y el aislamiento como consecuencia del confinamiento incrementan la aparición de trastornos de alimentación, trastornos del sueño, y trastornos emocionales relacionados con la soledad, tristeza, depresión, estrés, ansiedad y pérdida de satisfacción vital entre los niños (Ammar et al., 2020; Brown et al., 2020; Carroll et al., 2020; Dutta y Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19 (2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54 329
Susana Valverde Montesino, Margarita Carmen Martín Martín, Irene Solbes Canales Bandyopadhyay, 2020; Sandín et al., 2020; Serrano-Martínez, 2020; Wang et al., 2020). Por su parte, el estudio realizado por Marianna et al. (2020) muestra que las principales emociones que manifestaron los padres durante el confinamiento fueron miedo y ansiedad, mientras que las emociones desarrolladas por los niños variaron según su edad: entre los 3 y 5 años los niños expresaron irritabilidad y frustración, mientras que los preadolescentes y adolescentes mostraron aburrimiento y tranquilidad, pues se sentían relajados al no tener que ir a la escuela. En esta línea, el trabajo de Berasategi Sancho (2020) constata que el confinamiento social provocó en la infancia emociones ambivalentes: por un lado, los niños expresaban alegría por pasar tiempo en familia; por otro lado, manifestaban enfado por estar recluidos, tendiendo a enfadarse y a llorar más, estar más nerviosos y más tristes. Resultados parecidos ha observado Serrano-Martínez (2020) en su reciente investigación, puesto que la alegría era la emoción que sobresalía respecto a las demás, condicionada por la presencia o no de los progenitores en casa. Cuando los progenitores permanecían en casa, los niños se manifestaban más alegres que cuando trabajaban fuera. Entre las emociones negativas que aparecían con más frecuencia, se encuentran las rabietas, irascibilidad, aburrimiento, apatía y ansiedad. Además, algunas familias del estudio expresaron que sus hijos se habían vuelto más dependientes de los progenitores para el juego, el cuidado y la alimentación, llegando incluso a manifestar regresiones en determinadas conductas (Serrano- Martínez, 2020). En otro trabajo similar, Dutta y Bandyopadhyay (2020) constataron reacciones similares entre los niños (de 4 a 12 años) asociadas al confinamiento: ansiedad, estrés y estados depresivos. En el estudio de De Avila et al. (2020), los niños mostraban mayores niveles de ansiedad cuando los progenitores no permanecían en casa y cuando cohabitaban con un número elevado de personas, observándose menores niveles de ansiedad entre los padres de más edad y los que poseían niveles educativos universitarios. Otros trabajos realizados con población infantil israelí (Shorer y Leibovich, 2020) corroboran que los síntomas más frecuentes entre los niños durante el confinamiento eran ansiedad, agitación, agresividad y miedo a la separación de los padres, sintomatología que parece ser más frecuente conforme más dificultades de regulación emocional han presentado las figuras paternas y mayores estresores externos había. Ante esta situación tan compleja que inunda la vida de los niños en múltiples niveles, es importante atender a las nuevas necesidades que éstos demandan para garantizar su bienestar. Según Berasategi Sancho (2020), es muy importante establecer con los niños una comunicación positiva y activa, y fomentar un aprendizaje cooperativo y consensuado, así como fomentar las 330 Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19(2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54
Prácticas de crianza de las familias españolas durante el periodo de confinamiento por coronavirus relaciones con sus iguales. Las familias se convierten, en situaciones como la que hemos vivido, en el principal recurso de los niños para mantener su bienestar psicológico. Por ello, es necesario que éstas desarrollen destrezas y habilidades basadas en la crianza positiva que respondan a su vez a las necesidades que manifiestan los niños en condiciones de confinamiento. En este sentido, los progenitores deben desplegar habilidades comunicativas que permitan una interacción abierta con los hijos, que facilite la identificación de problemas, la expresión de emociones, y reconfortarles en momentos difíciles (Prime et al., 2020; Wang et al., 2020). Lo más importante para los niños en estas situaciones pasaría por tener adultos a su alrededor que satisfagan sus necesidades y que les ayuden a sentirse seguros, tranquilos y apoyados, mientras les permiten expresar sus sentimientos con libertad (De Avila et al., 2020; Prime et al., 2020). Las prácticas de crianza positivas Una crianza positiva es crucial cuando los niños están confinados en casa, de manera que algunos autores incluso consideran que el confinamiento podría ofrecer una buena oportunidad para mejorar la interacción entre padres e hijos (Cluver et al., 2020; Sanz et al., 2020), implicando a los niños en actividades familiares, y mejorando sus habilidades de autorregulación (Wang et al., 2020). Con los enfoques de crianza adecuados, los lazos familiares pueden fortalecerse, y las necesidades psicológicas cubrirse satisfactoriamente (Wang et al., 2020). Diferentes organismos internacionales (como la OMS o UNICEF) han adoptado esta perspectiva proporcionando recursos para fomentar una crianza positiva durante el confinamiento, que fortalezca a las familias, ofreciendo estrategias para cuidar y responder a las necesidades de sus hijos e hijas (Cluver et al., 2020). Estudios recientes realizados durante la pandemia parecen corroborar este propósito (Karabanov et al., 2020), observándose que las familias parecen haber priorizado las prácticas de crianza relacionadas con el afecto y las emociones, centrando además en menor medida su atención en las normas y la promoción de la independencia de los niños. La llamada crianza positiva agrupa un conjunto de estrategias que utilizan los progenitores basadas en el amor y el respeto, que son efectivas en el ámbito de la socialización y el intercambio afectivo (Gaxiola Romero et al., 2017). Los padres que utilizan este tipo de crianza se caracterizan por responder al niño de forma positiva y mostrar afecto, compartir tiempo con su hijo, interactuar con él y responder eficazmente ante sus necesidades (Rönkä et al., 2017). Los padres y madres que realizan una crianza asociada a este modelo se caracterizan por ser consistentes y tranquilizar y cuidar de sus hijos de forma responsable (Sunarty y Dirawan, 2015). La parentalidad o crianza positiva plantea el ejercicio de un control parental Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19 (2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54 331
Susana Valverde Montesino, Margarita Carmen Martín Martín, Irene Solbes Canales basado en el afecto, el apoyo, la comunicación, la estimulación y la estructuración de rutinas, el establecimiento de límites, normas y consecuencias, y el acompañamiento e implicación en la vida cotidiana de los hijos (Rodrigo et al., 2015). Todas las teorías sobre los procesos de crianza y socialización que aplican los padres durante la infancia coinciden en que éstos tienen una gran influencia sobre el desarrollo psicológico y social de los hijos. En este sentido, los comportamientos disruptivos se agravan por causa de estilos parentales ambivalentes, permisivos o autoritarios, mientras que los padres con estilos parentales difusos generan confusión en sus hijos, conflicto y desintegración familiar, factores que causan daños psicológicos en los niños, con manifestación de dificultades en el plano académico y social (García Peña et al., 2018). Sin embargo, estilos de crianza basados en un modelo de parentalidad positiva fomentan un mayor desarrollo de la independencia en los niños (Sunarty y Dirawan, 2015) y están relacionados con menos problemas de conducta en la infancia (Chainé et al., 2017; Woodward et al., 2018). Por ejemplo, cuando los padres no ejercen una crianza positiva y muestran inconsistencia en sus actos verbales y comportamentales, los niños se sienten menos felices (Maftei et al., 2020). El estudio desarrollado por Boeldt et al. (2012) pone de manifiesto que niveles más cercanos a las pautas de crianza positivas por parte de las madres durante la infancia y la niñez predijo niveles más bajos de comportamientos disruptivos durante la infancia tardía. Según estos autores, la crianza positiva puede ser considerada como un factor de protección en relación a conductas disruptivas (Boeldt et al., 2012), y optimiza de manera global el desarrollo de los niños y niñas. Las variables sociales que influyen en las prácticas de crianza de las familias Además de estos resultados sobre la influencia general de las formas de crianza en la salud de niños y niñas y su desarrollo, la investigación realizada en esta área en las últimas décadas indica que el tipo de crianza que se realiza en las familias está relacionado con determinadas características sociodemográficas de los progenitores y sus hijos. Más allá de la influencia de determinados aspectos personales de los niños que parecen influir en las conductas paternas (habilidades cognitivas, lingüísticas o características temperamentales), la literatura indica que existen diferencias en las formas de crianza que se aplican a los niños frente a las niñas. Concretamente, se aplican prácticas de parentalidad positiva con más frecuencia respecto a las niñas que con los niños (Boeldt et al., 2012; Woodward et al., 2018), aunque algunos trabajos no confirman estas diferencias de género (Ren et al., 2018). Otros estudios muestran que los varones suelen recibir más castigos, y se les aplican prácticas educativas más cercanas 332 Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19(2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54
Prácticas de crianza de las familias españolas durante el periodo de confinamiento por coronavirus a un estilo parental autoritario (Kashahu et al., 2014), al presentar más conductas externalizantes. Respecto a la edad de los niños, existen pocos estudios longitudinales que comparen el tipo de crianza que aplican los padres conforme sus hijos se desarrollan, aunque los datos parecen indicar cierta estabilidad en estos patrones a lo largo de la infancia hasta el inicio de la adolescencia (Akcinar y Shaw, 2018). Los estilos se mantienen, adaptándose a las demandas de los niños y a los retos evolutivos que van surgiendo como consecuencia del desarrollo, proporcionando de modo gradual experiencias que aumentan su responsabilidad, su capacidad para autorregular su conducta y las interacciones con los demás (Williams et al., 2012). El número de niños en la familia podría influir también a la hora de aplicar determinadas pautas de crianza, aunque no hay apenas estudios que traten el efecto de este aspecto en la forma de ejercer la parentalidad. Algunos trabajos informan de menores niveles de apoyo afectivo en la crianza de madres que tienen más de un hijo a su cargo (Fox et al., 1995), mientras que otro trabajo indica que las pautas de crianza permisivas son más frecuentes en familias con hijos únicos, observándose estilos más democráticos en familias de 2 niños, así como más autoritarios en familias de tres niños o más (Alidosti et al., 2016). Las formas de crianza más democráticas parecen ser más frecuentes en las familias que tienen 1 o 2 niños, frente a aquellas que tienen 3 hijos o más (Hadjicharalambous y Dimitriou, 2020). Las características sociodemográficas de los padres también están relacionadas con pautas de crianza diferenciadas. Más allá de aspectos personales (como determinados rasgos de personalidad o presencia de psicopatología), la edad de los padres parece influir en la forma en la que ejercen su parentalidad. Algunos estudios encuentran una relación positiva entre la edad de la madre y la aplicación de formas de crianza positivas (Woodward et al., 2018), confirmándose en otros trabajos que las madres de más de 30 años se adaptan mejor a su rol materno y se sienten más felices adoptándolo, pues los padres que tienen hijos siendo más jóvenes padecen más estrés parental (Hadjicharalambous y Dimitriou, 2020). Las formas de parentalidad negligente y autoritaria son más frecuentes entre los padres más jóvenes, observándose además que las prácticas educativas más autoritarias son más frecuentes entre los padres que son significativamente más mayores (Kashahu et al., 2014). Además de la edad, existen múltiples estudios que indican que la salud mental del niño y las prácticas educativas son más positivas cuanto mayor es el nivel educativo de los padres (Kashahu et al., 2014; Woodward et al., 2018), aunque no todas las investigaciones confirman esta relación (Ren et Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19 (2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54 333
Susana Valverde Montesino, Margarita Carmen Martín Martín, Irene Solbes Canales al., 2018). Los padres con mayores niveles educativos interactúan más con los niños, les proporcionan más actividades fuera del hogar, les ofrecen entornos familiares más estimulantes, tienden a reforzarles más y adoptan con ellos una forma de comunicación más dialéctica (Gutman y Feinstein, 2010; Hadjicharalambous y Dimitriou, 2020). Por otro lado, las características del contexto también tienen una influencia relevante a la hora de determinar el tipo de crianza que se aplica en una familia. Por ejemplo, algunos indican menos apoyo emocional y estimulación cognitiva por parte de los padres durante la primera infancia en los contextos rurales (frente a los urbanos y suburbanos), aun controlando el efecto de otras variables relevantes (Miller y Votruba-Drzal, 2013; Sheridan et al., 2014). Otros trabajos muestran formas más autoritarias de crianza entre los padres que viven en entornos rurales frente a los urbanos, siendo más frecuentes en las ciudades los estilos de crianza más democráticos, aunque también la permisividad (Miller y Votruba-Drzal, 2013). Aunque la mayoría de las investigaciones se han centrado en la asociación entre las prácticas de crianza maternas y el desarrollo de los niños (asumiendo que las madres pasan más tiempo con ellos y el rol tradicional femenino está más asociado a la maternidad), han aumentado en los últimos años las investigaciones sobre la crianza de los padres varones con el incremento de las prácticas parentales corresponsables (Bianchi y Milkie, 2010). A pesar de esta creciente igualdad, los datos indican que madres y padres siguen aplicando prácticas educativas diferentes, asociadas a los roles de género tradicionales. Así, mientras que la educación de las mujeres tiende a promover en ellas el rol de cuidadora, de los hombres se espera que impongan disciplina y provean al hogar (Lee et al., 2011). Diversas investigaciones muestran que las madres son más expresivas y apoyan afectivamente más a sus hijos que los padres, quienes son más exigentes (Kyazze et al., 2020). Además, las madres usan con más frecuencia un estilo de crianza democrático (y en algunos casos son más permisivas), adaptando aproximaciones más colaborativas y centradas en el niño, mientras que los padres tienden a ser autoritarios y aplicar métodos disciplinarios más estrictos cuando interactúan con sus hijos (Hadjicharalambous y Dimitriou, 2020; Kashahu et al., 2014; McKinney et al., 2018). Objetivos Partiendo de esta revisión, el estudio tiene como objetivo describir las prácticas parentales aplicadas por un grupo de familias españolas con hijos de edades comprendidas entre los 2 y los 8 años durante el periodo de confinamiento provocado por la situación de pandemia 334 Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19(2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54
Prácticas de crianza de las familias españolas durante el periodo de confinamiento por coronavirus asociada al coronavirus. El fin último es reflexionar sobre la idoneidad de las mismas, analizando si encajan dentro de un modelo de parentalidad positiva, especialmente necesario en un momento tan crítico en lo que respecta a la salud mental y al desarrollo socioemocional de la infancia. Por otro lado, se pretende también analizar la influencia de determinadas variables sociodemográficas de las familias y los niños que pueden estar relacionadas con estas prácticas (características de los niños, como su sexo y edad; o de las familias, como la cantidad de hijos, el nivel de estudios, la edad, el sexo o el entorno rural o urbano). Método Participantes En el estudio participaron 336 madres y padres de niños cuyas edades oscilaban entre los 2 y los 8 años de edad. De cada familia contactada respondió al cuestionario uno de los progenitores (la madre en la mayoría de los casos: el 87.5% de las veces). Aun cuando sólo uno de los progenitores completó los datos sobre las prácticas de crianza familiares, se solicitó también información sobre la pareja (cuando la había) en relación a la edad y al nivel educativo. La media de edad del grupo de niños estudiado era de 65 meses, tratándose en el 50.3% de los casos de niños varones y en el 49.7% de los casos de niñas. Los participantes se autoidentificaron como población principalmente urbana (75.6%), frente a un cuarto de los padres que se incluyeron en la etiqueta de población rural (24.4%). Además, la media de edad de las madres de estos niños era de 38.9 años (d.t. = 4.68), frente a la media edad de 40.7 años entre los padres (d.t. = 4.99). La composición de las familias era en la mayoría de los casos la tradicional (madre y padre, 94.6%), seguidas de familias monoparentales maternas (3%), madres que comparten la crianza con otro compañero que no es el padre (1.8%), y familias compuestas por una pareja de hombres (0.6%). Por su parte, el nivel educativo de madres y padres fue bastante heterogéneo, pudiendo observarse los datos de esta variable en la Tabla 1. Respecto al número de hijos, un 31.8% de los participantes tenían familias con un único descendiente, mientras que el 55.7% de ellas tenía dos hijos. El resto de las familias (12.5%) tenían 3 hijos o más. La media de hijos para las familias participantes alcanzó un valor de 1.85 (d.t. = 0.81). Respecto al lugar que ocupaban los niños en relación al resto de los hermanos (cuando no se trataba de hijos únicos), el 50.2% de los niños sobre los que respondieron las preguntas los progenitores eran los hermanos mayores; en el 44.5% de los casos se trataba de los hermanos pequeños, mientras que ocupaban un lugar intermedio en el orden de nacimiento Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19 (2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54 335
Susana Valverde Montesino, Margarita Carmen Martín Martín, Irene Solbes Canales el 5.2%. Finalmente, los niños sobre los que se han realizado las preguntas relacionadas con la crianza se ubicaban en tres grupos de edad, con la siguiente distribución de frecuencias: 2-3 años (25.6%), 45 años (34.2%) y 6-8 años (40.2%). La medida de edad de todo el grupo de niños alcanzó un valor de 4.96 años (d.t. = 1.86). Tabla 1. Nivel educativo de las madres y los padres participantes Madres Padres Nivel de estudios alcanzado n % n % Enseñanza primaria 27 8.1 52 16.2 Enseñanza secundaria 57 17.1 73 22.7 Bachillerato 32 9.6 46 14.3 Diplomado/licenciado 144 43.2 106 33.0 Máster 50 15.0 22 6.9 Doctorado 23 6.9 22 6.9 Instrumentos La recogida de datos se realizó a través del cuestionario “The Parenting Pentagon Model” (Karabanov et al., 2020; Sagi, 2020; Sagi y Aram, 2019), elaborado por un equipo de investigación de la universidad de Israel para valorar las prácticas de crianza ideales de padres y madres, partiendo de un modelo diseñado desde la práctica clínica y orientadora con familias. El cuestionario recopila información sobre cinco principios de crianza que deben desarrollar los progenitores como parte de su rol parental. El primero de ellos hace referencia a la Colaboración: apoyo mutuo entre los dos cuidadores, así como entre los padres y las figuras educativas con las que se relaciona el niño en diversos contextos. Se considera también el Liderazgo humanista como principio de crianza, que ocurre cuando los padres transmiten valores y normas de conducta como la igualdad o la dignidad humana, aplicándolos con determinación, consistencia, perseverancia y sirviendo de ejemplo ellos mismos. Por su parte, el principio de Amor incondicional se corresponde con la necesidad humana de ser amados y sentirnos importantes para los demás. El amor paterno debe proporcionarse de modo consistente, a través de la empatía y el cuidado, sin depender del cumplimiento de las expectativas de los padres. En el caso de la Independencia, implica acompañar a los hijos en la progresiva separación física y socioemocional de sus padres, para que desarrollen un sentimiento de identidad propio y establezcan relaciones significativas con los iguales. Finalmente, el principio relacionado con las Normas destaca la importancia del establecimiento 336 Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19(2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54
Prácticas de crianza de las familias españolas durante el periodo de confinamiento por coronavirus de normas y límites claros y consistentes que ayuden a desarrollar, en un contexto familiar seguro, habilidades emocionales como la tolerancia a la frustración. El cuestionario está compuesto por 52 ítems, respondidos a través de una escala tipo Likert de 6 puntos (1-6), indicando la frecuencia con la que cada una de las frases se aplica a la crianza. La introducción a los ítems incluía esta información: Las siguientes frases se relacionan con tu comportamiento como padre/madre, con tu pareja, respecto a la crianza de tus hijos/as, desde que comenzó el estado de alarma. No tienen que ver con pensamientos o aspiraciones. Por favor, responde cómo te comportas en cada una de ellas con la mayor honestidad posible. Las propiedades psicométricas del cuestionario obtenidas con los datos recogidos en este estudio indican que se trata de un instrumento con una fiabilidad adecuada (α = .82), siendo los principios con una fiabilidad más alta los de Amor incondicional (α = .791) y Colaboración (α = .779), alcanzando valores algo más bajos los otros: Independencia (α =.754), Normas (α =.746) y Liderazgo (α =.641). Procedimiento Se solicitó la colaboración de las familias a través de un mensaje enviado a personas conocidas de las investigadoras a través de la aplicación WhatsApp que cumplieran los criterios de inclusión empleados (residir en España y tener un hijo/a con edades comprendidas entre los 2 y los 8 años en el momento de la recogida de datos). Por tanto, se empleó la técnica de muestreo no probabilístico llamada “bola de nieve”, consistente en identificar participantes potenciales, solicitando a los individuos seleccionados que recluten a nuevos participantes entre sus conocidos. El mensaje fue enviado el día 23 de abril de 2020, cuando en España llevaban cerradas las escuelas más de un mes, momento en el que los niños tenían todavía prohibido salir de casa por la situación de confinamiento. Las familias respondieron al cuestionario hasta el día 27 de ese mismo mes, momento en el que se permitió de modo progresivo a los niños salir de casa. A través del cuestionario, realizado en un Cuestionario de Google creado por las autoras, que incluía todos los ítems del estudio, se recopilaron los datos sociodemográficos relacionados con características de los propios niños y sus familias, así como las respuestas al cuestionario del Parenting Pentagon Model. Antes de comenzar a responder, las familias leían una breve descripción del estudio, en el que se garantizaba la anonimidad de los datos (no se recogían datos identificativos de ningún participante más que los sociodemográficos generales), proporcionando además su consentimiento informado para que las respuestas pasaran a formar parte de la investigación en curso. Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19 (2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54 337
Susana Valverde Montesino, Margarita Carmen Martín Martín, Irene Solbes Canales Análisis de datos Los datos fueron codificados y analizados empleando el software IBM SPSS Statistics 25.0, obteniendo estadísticos descriptivos para las variables objeto de estudio y las variables sociodemográficas incluidas en la investigación. Además, se aplicaron diferentes pruebas para realizar comparaciones entre grupos respecto a las medias obtenidas en cada principio de crianza (T de Student y Análisis de Varianza). Finalmente, se llevaron a cabo distintos análisis correlacionales para conocer la relación entre los principios de parentalidad y las variables sociodemográficas. Resultados La tabla 2 muestra los estadísticos descriptivos correspondientes a las puntuaciones obtenidas por los participantes en cada uno de los cinco principios de parentalidad que componen el pentágono del modelo de crianza. Todos los principios alcanzan valores medios relativamente elevados (cercanos al 5 o superiores), lo que indica que según la opinión de las familias sus prácticas de crianza durante el periodo de confinamiento se acercan mayoritariamente a lo indicado en este modelo de parentalidad. No obstante, las prácticas de crianza más comunes entre las familias analizadas son aquellas relacionadas con el Amor incondicional, así como el fomento de la Independencia y el establecimiento de Normas. Un análisis posterior de diferencia de medias entre las puntuaciones obtenidas en los cinco principios del pentágono (prueba T para muestras relacionadas) indica que efectivamente el principio de Amor incondicional difiere significativamente de todos los demás en el valor alcanzado como media en el grupo, siendo este principio el que obtiene una media más elevada [t(328) = 16.64; t(335) = 22.847; t(335) = 14.264; t(335) = 14.007; para las comparaciones entre los principios 3-1, 3-2, 3-4 y 3-5 respectivamente; en todos los casos p = .00]. Por su parte, el principio de Colaboración difiere también del resto de medias, en este caso siendo este el que alcanza un valor más bajo de todos los componentes del pentágono [t(328) = 2.795; t(328) = - 16.643; t(328) = -4.58; t(328) = -3.91; para las comparaciones entre los principios 1-2, 1-3, 1-4 y 1-5 respectivamente, en todos los casos p ≥ .01]. 338 Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19(2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54
Prácticas de crianza de las familias españolas durante el periodo de confinamiento por coronavirus Tabla 2. Estadísticos descriptivos de los principios de crianza Principios (rango 1-6) Media Desv. Típ. 1. Colaboración 4.86 0.58 2. Liderazgo humanista 4.95 0.37 3. Amor incondicional 5.41 0.36 4. Independencia 5.02 0.46 5. Normas 4.99 0.48 Se realizó además un análisis complementario para estudiar la existencia de posibles diferencias en los cinco principios de crianza relacionadas con las variables sociodemográficas recopiladas. Respecto a características de los niños que pudieran estar relacionadas con las prácticas parentales aplicadas durante la pandemia, los análisis estadísticos muestran que las pautas de crianza no difieren significativamente en ninguno de los principios cuando el hijo es un niño o si se trata de una niña. Únicamente una de las puntuaciones parece alcanzar valores cercanos a la significatividad en la prueba T de Student (t(332.717) = -1.745; p = .082), observándose prácticas de crianza ligeramente más orientadas hacia la Independencia en el caso de las niñas (M = 5.07) que cuando el hijo es un varón (M = 4.98). Respecto a la edad de los hijos, la figura 1 recoge de modo resumido las variaciones observadas en los cinco principios de parentalidad incluidos en el modelo del pentágono para cada uno de los tres grupos de edad analizados. El ANOVA muestra que en dos de los principios se han producido diferencias significativas entre las puntuaciones medias alcanzadas por cada grupo de edad. Concretamente, aumentan de modo significativo con la edad de los niños las prácticas educativas encaminadas a proporcionar Independencia [F(2,333) = 8.169, p = .00] y también el uso y establecimiento de Normas [F(2,333) = 5.883, p ≤ 0.01]. Estas tendencias generales se ven corroboradas cuando se recurre al análisis de correlación de Pearson entre las puntuaciones obtenidas en los cinco principios de parentalidad y la edad de los niños (considerada en meses). Así, se obtuvieron relaciones positivas y significativas entre la edad y la Independencia (r = 0.222, p = .00), y la edad y las Normas (r = 0.180, p = .001). Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19 (2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54 339
Susana Valverde Montesino, Margarita Carmen Martín Martín, Irene Solbes Canales Figura 1. Medias de las puntuaciones en principios de parentalidad, en relación con la edad Respecto al número de hijos en la familia, se observan relaciones significativas entre dos de los tres principios de parentalidad y esta variable: a mayor número de hijos en la familia, menos puntúan sus padres en la variable Amor incondicional (r = -.250, p = .00), y más parecen promover la Independencia de sus descendientes (r = .174, p = .001). Por otro lado, la variable “orden de nacimiento” de los niños no parece afectar a los resultados en los principios de parentalidad. Por su parte, las características de los padres que respondieron al cuestionario aportan también resultados interesantes relacionados con algunos de los principios de parentalidad. En primer lugar, existieron diferencias en los principios de parentalidad aplicados por las madres y los padres, pero sólo en lo que respecta al principio de Independencia, siendo las madres las que puntuaron significativamente más alto que los padres (M madres = 5.04; M padres = 4.86) [t(51.453) = 2.231, p ≤ .05]. En otra línea, el hecho de habitar un medio rural o uno urbano no parece afectar significativamente a ninguno de los principios analizados respecto a la crianza durante el confinamiento. En lo que se refiere a la edad de los progenitores, la edad de la madre correlaciona negativamente con el principio de Amor incondicional (r = -.143, p ≤ 0.01), y positivamente con el de Independencia (r = -.143, p ≤ 0.01). Por su parte, la edad de los padres sólo correlaciona negativamente con el principio de Amor incondicional, aunque en este caso la correlación de Pearson sólo alcanza valores cercanos a la significatividad. Finalmente, en cuanto a los niveles educativos de los progenitores, los análisis de correlación de Spearman muestran que parecen estar relacionados en el caso de las madres en la siguiente dirección: 340 Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19(2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54
Prácticas de crianza de las familias españolas durante el periodo de confinamiento por coronavirus cuanto mayor es su nivel educativo, menos puntúan en el principio de Liderazgo humanista (r = -.122, p ≤ 0.05), y menos Normas aplican en su crianza (r = -.163, p ≤ 0.01). Además, otro principio obtuvo un valor cercano a la significatividad en lo que respecta a su relación con el nivel educativo de las madres, de nuevo siendo la relación negativa: Amor incondicional (r = - .105, p = .056). Por parte de los padres varones, cuanto más nivel educativo han alcanzado, menos parecen centrar su crianza durante el confinamiento en el establecimiento de Normas (r = -.126, p < .05). Discusión y Conclusiones El presente estudio analiza las prácticas parentales desarrolladas por las familias durante el periodo de confinamiento vivido en España en la primavera de 2020. La situación de excepcionalidad ha supuesto un cambio en las costumbres y rutinas de todos sus miembros, que han visto cómo los niños dejaban de acudir al colegio y de realizar sus actividades de ocio habituales para estar el día entero en el hogar, sin posibilidad de salir a la calle, ir al colegio o relacionarse con otros niños. Precisamente por esta situación, es imprescindible conocer cuáles han sido las prácticas parentales que han aplicado estos padres, con el objetivo de promover aquellas que sean más positivas (De Avila et al., 2020; Prime et al., 2020), trabajando con las familias desde un enfoque colaborativo para mitigar el efecto pernicioso que esta pandemia mundial pueda estar teniendo en el bienestar infantil (Berasategi Sancho, 2020). Los resultados obtenidos al analizar las cinco dimensiones consideradas en el cuestionario sobre parentalidad muestran que los padres y madres participantes dan gran importancia al amor incondicional por encima de otros aspectos de la crianza, aunque en todos los principios obtienen puntuaciones elevadas, lo que podría indicar que la percepción que tienen sobre su forma de criar durante el confinamiento es bastante positiva, cercana a lo recomendado por los expertos. Estos resultados son coherentes con estudios previos realizados con el mismo instrumento, tanto en situaciones de crianza normalizada (Sagi, 2020), como durante el periodo de confinamiento (Karabanov et al., 2020). Cuando se pregunta a los participantes sobre cómo han interactuado con sus hijos mientras han estado confinados, los padres españoles se identifican especialmente como proveedores de amor incondicional, lo que se traduce en cariño, atenciones y transmisión de seguridad personal a los niños. De esta manera, los niños españoles, que sin duda estarían pasando por una situación complicada a nivel emocional como indican los trabajos previos realizados en múltiples países (Ammar et al., 2020; Berasategi Sancho, 2020; Brown et al., 2020; Dutta y Bandyopadhyay, 2020), han recibido por Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19 (2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54 341
Susana Valverde Montesino, Margarita Carmen Martín Martín, Irene Solbes Canales parte de sus figuras de apego una atención cercana al modelo de crianza positiva expuesto previamente (Gaxiola Romero et al., 2017; Rönkä et al., 2017), lo que sin duda les permitirá crecer en confianza y sabiendo que sus progenitores van a atender sus necesidades. Durante la pandemia, el amor incondicional ha jugado un papel fundamental para brindar a los niños apoyo y seguridad ante las dramáticas situaciones que nuestra sociedad ha vivido día a día. Además de este aspecto afectivo, los padres se han percibido a sí mismos como fuente de normas y promotores de independencia, aspectos que también se pueden encuadrar dentro de las pautas de crianza positivas pues promueven desarrollos armónicos y autosuficientes en los niños (Rodrigo et al., 2015; Sunarty y Dirawan, 2015). Puesto que, como se ha descrito previamente, las prácticas positivas de parentalidad tienen un efecto beneficioso en los niños a largo plazo en múltiples niveles (Boeldt et al., 2012; Sunarty y Dirawan, 2015; Woodward et al., 2018), es de esperar que en este caso extremo de estrés y situación de confinamiento las prácticas realizadas por las familias hayan mitigado y servido de factor de protección a la hora de aplacar las consecuencias negativas en la salud infantil. En comparación con el resto de dimensiones, la colaboración entre los progenitores parece ser el área que debe ser más reforzada, tal y como se ha constatado en trabajos previos (Karabanov et al., 2020). Esta se refiere al trabajo conjunto de padres y madres en la crianza, mediante la toma de decisiones, el apoyo mutuo y la implicación en actividades que involucran a los hijos. Establecer unas pautas educativas conjuntas, además de realizar una inversión de tiempo equitativa por parte ambos (siempre que las circunstancias familiares y de conciliación laboral lo permitan), revierte en el desarrollo equilibrado y el bienestar psicológico de los menores, lo que refuerza los lazos familiares (Bianchi y Milkie, 2010). Esta corresponsabilidad parece importante en cualquier momento de la vida, pero más aún en la situación actual en la que las familias están sometidas a una situación de estrés más acuciante y las madres tienden sobrecargarse respecto a las tareas de cuidado frente a sus compañeros varones (Power, 2020). Aunque los datos generales plantean un panorama de crianza positivo durante el confinamiento, como se ha visto existen algunas variables sociodemográficas que afectan a los estilos parentales aplicados por las familias. En primer lugar, los resultados confirmaron que no hubo diferencias significativas en las prácticas parentales durante el confinamiento en relación al sexo de los niños, lo que concuerda con otros trabajos previos (Ren et al., 2018), aunque cabe destacar que se promovieron ligeramente con más frecuencia prácticas parentales orientadas hacia la independencia cuando se trataba de niñas frente a los hijos varones, en línea con otros 342 Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19(2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54
Prácticas de crianza de las familias españolas durante el periodo de confinamiento por coronavirus trabajos que muestran rasgos de parentalidad positiva más frecuentes en la crianza de las niñas (Boeldt et al., 2012; Woodward et al., 2018). Puesto que esta dimensión se refiere a la progresiva capacidad de los menores para gestionar sus propias tareas, responsabilidades y relaciones con los demás, quizás los padres percibieron a sus hijas como más maduras (física y socioemocionalmente) y por lo tanto con más posibilidad de independencia. Por otro lado, los resultados indican que los principios de crianza se mantuvieron relativamente estables en las edades analizadas, en línea con otros trabajos previos que hablan de una estabilidad en los estilos parentales a lo largo de la infancia (Akcinar y Shaw, 2018). No obstante, sí se observaron leves cambios en dos de los principios, aumentando ligeramente según incrementaba la edad de los hijos la independencia y el establecimiento de normas por parte de sus padres, lo que sin duda supone una adaptación a las demandas crecientes de los niños y al incremento en sus capacidades cognitivas y de autorregulación (Williams et al., 2012). En otro orden de cosas, se pudo comprobar que el número de hijos que había en la familia era un factor que afectaba significativa pero levemente a las prácticas de parentalidad: cuanto más numerosa es la familia, menos amor sienten los padres que proporcionan a sus hijos y más independencia promueven, en línea con hallazgos similares de otros trabajos previos (Alidosti et al., 2016; Fox et al., 1995; Hadjicharalambous y Dimitriou, 2020). En líneas generales, se comprobó también que las madres tenían más tendencia a favorecer la independencia de sus hijos que los padres, y a mostrar mayor amor incondicional como parte de su crianza que ellos, tal y como muestran otros estudios que corroboran más apoyo afectivo, colaboración y atención a las necesidades del niño entre las madres, frente a estilos más autoritarios y disciplinarios entre los padres (Hadjicharalambous y Dimitriou, 2020; Kashahu et al., 2014; Kyazze et al., 2020; McKinney et al., 2018). Sin embargo, según incrementaba la edad de ambos progenitores, la tendencia a proporcionar amor incondicional se veía ligeramente reducida, observándose también mayores niveles de independencia en la crianza por parte de las madres mayores (pero no de los padres de más edad). Además, tanto madres como padres con estudios superiores fueron menos dados a establecer normas de crianza y a favorecer un liderazgo humanista, basado en la transmisión de valores y en ser modelos de conducta para sus hijos. Puesto que estudios previos indican que el mayor nivel educativo de las familias implica un desarrollo y unas prácticas educativas más positivas (Kashahu et al., 2014; Woodward et al., 2018), los datos obtenidos en este trabajo Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19 (2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54 343
Susana Valverde Montesino, Margarita Carmen Martín Martín, Irene Solbes Canales contradicen estos hallazgos, tal y como también ocurre en otras investigaciones (Ren et al., 2018). En cualquier caso, hay que destacar en este punto que los valores de las correlaciones entre los componentes de los principios de crianza y los niveles educativos eran bajos, y sólo significativos en 2 principios (para las madres) y uno (para los padres). Finalmente, conviene destacar que no existieron pautas de crianza aplicadas durante el confinamiento diferenciadas entre las familias de entornos rurales y las de entornos urbanos. Como conclusión final, esta investigación muestra que las prácticas parentales aplicadas durante el confinamiento, según las familias, han sido adecuadas (y muy acordes a un modelo de parentalidad positiva, que predice un desarrollo óptimo y equilibrado), aún en una situación de estrés e incertidumbre como la que hemos vivido a nivel mundial. El hecho de que se hayan podido alcanzar estos niveles de éxito en las labores paternas permite esperar que estas prácticas habrán mitigado, al menos en parte, los efectos perniciosos que el confinamiento y la situación sanitaria actual está teniendo en la salud mental de la población mundial (Brooks et al., 2020; Brown et al., 2020; Chung et al., 2020). Debemos hacer hincapié en la importancia de la familia como espacio de confianza, seguridad y crecimiento personal de todos los miembros que la componen, en situaciones de bonanza, pero también de crisis e incertidumbre (Ammar et al., 2020; Berasategi Sancho, 2020), cuando parecen más necesarias que nunca considerando que los padres han sido casi los únicos adultos con los que estos niños han tenido contacto durante las semanas de confinamiento. La atención, el cariño y la comunicación son fundamentales para el desarrollo psicosocial de los menores, que deben tener confianza en que sus padres van a dar respuesta a sus miedos, angustias y preocupaciones, especialmente en situaciones de gravísima excepcionalidad como las vividas durante la pandemia. Las autoridades sanitarias y educativas deben profundizar en el conocimiento de estas prácticas familiares, para poder detectar, valorar e intervenir (incluso desde la prevención) en casos en los que las pautas familiares de crianza no hayan podido desarrollarse en esta línea, promoviendo formación y ayuda que permita a todas las familias hacerse cargo de su labor educativa primaria en condiciones óptimas y con todos los apoyos que requieran. Partiendo de estas conclusiones, este estudio presenta algunas limitaciones que deben ser tenidas en cuenta a la hora de valorar la generalización de los resultados. En primer lugar, los participantes pertenecían a una muestra de tipo incidental, que no es representativa de la población española en lo que respecta a la edad de los padres, la distribución entre zonas rurales y urbanas, el origen étnico, el nivel de estudios o la ubicación geográfica. Para profundizar en 344 Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 19(2), 325-350. ISSN:1696-2095. 2021. no. 54
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