VIII Certamen de Microrrelatos Ateneo de Mairena del Aljarafe - Microrrelatos Finalistas

VIII Certamen de Microrrelatos

Ateneo de Mairena del Aljarafe

       Microrrelatos Finalistas

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VIII Certamen de Microrrelatos Ateneo de Mairena del Aljarafe

VIII Certamen de Microrrelatos Ateneo de Mairena del Aljarafe
Ateneo Mairena del Aljarafe, 2021

Foto de portada, diseño y maquetación, Antonio Díaz González
Impreso y encuadernado en los talleres copisteros de Multixero en diciembre de
2021

www.ateneodemairena.org
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VIII Certamen de Microrrelatos Ateneo de Mairena del Aljarafe

                           Microrrelato ganador

                             CONTINGENCIAS

 Su marido la engañaba, o eso decían sus amigas. Sus hijos eran
insoportables, o eso decían los profesores. Su casa parecía una pocilga, o eso
decía su madre. Sus persianas eran ilegales, o eso decían los vecinos. Ganaba
una miseria, o eso decía su hermana. Iban a despedirla, o eso decían sus
colegas. A su perro había que sacrificarlo, o eso decía el veterinario. Su
tumor era incurable, o eso decía el oncólogo. Su vida era una mierda, o eso
decían todos.

 Quizá tenían razón. Pero ella era feliz. Tal vez porque estaba loca, o eso
decía su psiquiatra.

                                                       Daniel García Rodríguez

                                                                             3

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                             Microrrelato 2º puesto

                                LAS HORMIGAS

Tiene 5 años. Los mayores hablan de la muerte de Franco. A él, le interesan
las hormigas. Se sienta en el escalón de su puerta. Coloca huesos de aceitunas
a diferentes distancias. Queda, una vez más, abstraído. Una voz adulta le
reclama desde el interior de la casa. El movimiento de las antenas le sostiene
hipnotizado. Las hormigas no paran, el hueso entra en el hormiguero. El
orden de la fila. La superación del obstáculo. Pertenecer a una estructura.
Desde dentro el tono de voz amenaza. La vida no es como la cuentan las
hormigas.

Alfonso Jiménez González

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                           Microrrelato 3º puesto

                                DESPEDIDA

Me sonrió, le pregunté si había tenido un buen viaje de vuelta, me respondió
que había sido un vuelo difícil, le miré esperando saber por qué pero estaba
tan contenta de tenerle en casa que nada más me importaba, le dije que el
niño estaba acostado y que si entraba con sigilo podría darle un beso sin
despertarle, sonó el teléfono, alguien con una voz profunda y lúgubre me
comunicaba que mi marido era uno de los pasajeros del vuelo siniestrado
horas antes, en ese momento salió de la habitación y vi su figura fundirse al
fondo del pasillo.

                                                       Carmen Sánchez Líndez

                                                                           5

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                           Microrrelato 4º puesto

                                SE AMABAN

Se amaban, se deseaban, se decían entre susurros que la vida del uno nada
era sin la del otro y se amaban con luces y destellos.

Hasta que la tarde se rompió y fueron sorprendidos. Corrieron, corrieron,
pero se había quebrado el cristal de su secreto y ya nada podía esconderlos.
En el silencio azul grisáceo de la madrugada, dos cuerpos enamorados se
enfriaban. Amanecía un “rigor mortis” violeta, incapaz de borrar de las
esquinas la sonrisa almibarada de Julieta.

Por la mañana, tras despertarse sobre un sol pastoso William Shakespeare
tuvo que reconocer que últimamente bebía demasiado.

José Antonio Lozano Rodríguez
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                                 LA ESPERA

Sabes que tu destino es esperar a que los hombres te elijan. Sus manos te
acarician mientras les vas desvelando tus intimidades. Les ofreces los
secretos de tu interior mientras se internan hasta el más recóndito de tus
rincones. Después volverán a dejarte en el mismo lugar en el que te hallaron.
Hoy mi mirada te ha recorrido anticipando el placer que me vas a
proporcionar. Te has abierto a mí y he gozado contigo como tantos otros lo
han hecho antes. Hoy te he encontrado en esta biblioteca y has compartido
conmigo toda tu sabiduría. Gracias, libro.

                                                  José Ramón Ramos Martínez

                                                                           7

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               EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL COVID

Cada día cruzaban sus miradas en la panadería del barrio. Algo tenía la luz
de esos ojos que provocaban una sensación de inquietud. En sus sueños
aparecían cientos de ojos iguales que se superponían en continuo
movimiento. Locura del confinamiento pensaba él.

Un día se volvieron a encontrar. A ella se le cayó un pendiente. Él se lo
entregó y le comentó que sus ojos le resultaban familiares. Entonces ella
confesó que una enfermedad la privó de la vista. Años después fue receptora
de una donación. Entonces, reconoció los ojos de su madre.

Ana María Durán Ruíz

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                                 REALIDAD

Hay cinco coches involucrados en el accidente, varias ambulancias,
vehículos de la policía, cuerpos tapados con mantas térmicas, gente dando
voces, algunos llevan chalecos reflectantes, un bombero carga con una radial
enorme, los curiosos cuchichean, sacan fotografías con sus teléfonos, los hay
de todas las razas, sexos y edades. A pesar de ello sé que falta algo. ¿La
lluvia? ¿Un helicóptero? ¿Una mujer llorando? ¿Un niño mutilado? Me
encojo de hombros y me doy la media vuelta, lo mejor será seguir viéndolo
en el telediario o en internet, la realidad ya no es lo que era, le falta
argumento.

                                                           Rafael Fuentes Pardo

                                                                             9

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                           TE TENGO QUE COBRAR

—Tú sabes que te quiero ¿no? que podría sacarte de aquí—

     Pero ella se limitaba a sonreír y a poner todo el empeño en hacerme
gozar, en hacerme feliz.

—¿Cuándo vas a dejar de cobrarme? —le decía cuando terminábamos,
exhaustos.

—Ay cariño, te tengo que cobrar, los polvos que no se cobran son los que se
echan por amor—

     Ayer se lo dije— hoy lo haremos por última vez, no me volverás a ver—

     Cuando terminamos se vistió en silencio y se marchó, cuando levanté la
mirada, el dinero seguía en la mesilla de noche.

Antonio Martín García

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                                SENTENCIA

    Me notificaron la sentencia de divorcio en el juzgado y no pude hacer
otra cosa que brindar allí mismo por mi libertad recuperada abriendo una
botella de vino.

    Levanté mi copa y brindé:

          ¡Por la libertad!

    Lo demás no estaba previsto y lancé mi copa por encima del hombro con
tan mala fortuna que le di en la cabeza a Julia, que estaba a mi espalda.

    Los funcionarios apuran el magnífico vino mientras yo espero el furgón
policial que me llevará a la prisión acusado de malos tratos.

                                                 Juan Lorenzo Collado Gómez

                                                                            11

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                          QUE NO ACABE EL LIBRO

      Recorrió con placer los senderos de aquellos seductores parajes, escuchó
las    sugerentes    conversaciones      de    sus    habitantes,    se     enamoró
apasionadamente de la protagonista, odió al villano con toda su alma...

      Deseaba que la novela no acabase nunca. Pero, como era previsible,
llegó al punto y final.

      Con enorme pena se dispuso a cerrar el libro y salir en busca de nuevas
aventuras. Pero no pudo. Entonces comprendió.

      Él era uno de los personajes. Un personaje secundario que había muerto
en el segundo capítulo.

Antonia Bueno Migallón

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                           TABERNA MÉNDEZ

Don Joaquín visita diariamente la Méndez de Villafranca. Cuando se pintan
las acacias de verde en Madrid viene al Bierzo. Conoció a Carmen
precisamente aquí, compartieron 45 años de felicidad. Hace dos años perdió
a su mujer y encontró el Parkinson. Esta noche le ha discutido a una atenta
Luisa la precariedad del menú. Ella, con ternura filial y mientras le pela un
melocotón silencia sus quejas. Una copita de orujo, como cada noche, cierra
la velada. Se despide con un hasta mañana, atraviesa el puente y como el
atardecer berciano, se esfuma sutilmente por la calle Ancha.

                                                         Felipe Roselló Alanga

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                                     POR TI

     No fue lo que dijo, ni quien lo hizo, ni donde lo pronunció. Cualquier
otro martes, en el mismo sitio, la misma persona podría haberme dicho lo
mismo y nada habría ocurrido: fue el momento. Nadie sabía de mi recién
descubierto embarazo, y todos ignoraban que mi novio me había
abandonado. El horizonte se perfilaba en sombras grises, todo eran dudas, no
sabía qué decidir. Entonces, en la calle, aquel hombre desconocido,
tomándome del brazo, me advirtió que subiera a la acera, que venía un
autobús.

     — Cuidado, señorita. Solo tenemos una oportunidad para vivir.

     Y me decidí.

Nélida Leal Rodríguez

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                           COCHE DE ALQUILER

La voz de su madre, con el repetitivo mensaje “vuelve en coche a casa, que
yo te lo pago”, resuena en su cabeza mientras abre la puerta del coche.

El primer reflejo en el retrovisor la tranquiliza; el segundo, minutos después,
la inquieta; el tercero, pasados escasos segundos, provoca que su intestino se
contraiga con un espasmo de miedo.

El frenazo es brusco sobre el arcén desierto, suena un clic que cierra
automáticamente las puertas. El grito de la joven se ahoga entre borbotones
de su propia sangre, su mente expira con un último pensamiento: “Mamá…”

                                                        Javier González Alcocer

                                                                             15

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                             REMINISCENCIA

Estaba incompleta hasta que apareciste tú, mi amor imposible, en una figura
difusa. Me dijiste: «Ven, te voy a contar un secreto». Me acerqué y,
lentamente, susurraste algo al oído. La realidad se transformaba, todo se
comprendía claramente en la voz que susurraba: «¿Tú me amas? Mira detrás
de ti, soy yo. Mira dentro de ti, soy yo. ¿No sabías quién era? Estoy en ti.
¿Me buscabas? Siempre me tuviste. Toda la vida aquello que buscaste fuera
es aquello que está en ti. Tú contemplas lo hermoso porque tú eres lo
hermoso.» Entonces desperté. Soy plena.

Sofía Tudela Castañeta

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                             COLECCIONISTA

Desaparecían sigilosamente, como si nunca hubieran resbalado por aquellas
mejillas de terciopelo, como si nunca hubieran empañado aquellos dulces
ojos negros, como si nunca hubieran destrozado su corazón. A mí no me
quedaba otra alternativa que ofrecerle mi pañuelo y mi hombro, susurrándole
al oído que ese tipo no era bueno para ella, que ya encontraría el adecuado,
“uno de estos días, ya verás...”. Y, mientras ella se recuperaba y volvía a
intentarlo con otro fulano, yo gritaba en silencio: “¡no es él, soy yo!” y
aguardaba, pañuelo en ristre, para añadir a mi extensa colección sus
siguientes lágrimas.

                                                        Ana María Abad García

                                                                           17

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                        El HADA DEL AUTOBÚS

Parecía imposible mantenerse con vida pese a tan singular anomalía. Sin
embargo, doctos galenos aseguraban que la causa de mi enfermedad no se
encontraba en la ausencia del órgano –inexplicable incluso para ellos–, sino
que se hallaba más bien en mi mente. Yo suplicaba que buscaran al hada que
subió al autobús de las doce, pero, lejos de hacerme caso, ordenaron mi
ingreso en una institución. Desde entonces muero en vida recluido en esta
sala, sin dejar de recordar al hada que subió al autobús, me regaló una mirada
y desapareció, llevándose mi corazón.

Ricardo Cano García

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                                 EL DUELO

Todos dicen que debo pasar el duelo, que es un proceso natural e inevitable.
Mi mujer murió hace tres meses. La enfermedad fue rápida. Se la llevó un
ciclón caótico dentro de los huesos. Ella, a veces, agradecía irse sin el dolor
de la decadencia, a veces reclamaba más tiempo para estar con los que la
queríamos. Ahora se supone que debo aceptar la pérdida, seguir, dejarla
marchar: afrontar el duelo. Me dicen que el duelo es la reacción ante
cualquier pérdida. Lo asumo. He elegido mis padrinos, ahora le toca a la
muerte elegir las armas.

                                                    José Ignacio Guerrero Vara

                                                                            19

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                                   EXPIACIÓN

Anoche soñé con Eva.

     Ha amanecido el día lluvioso y frío. Desde la ventana, distingo la calle
vacía que se me antoja irreal bajo la luz roñosa de las farolas. El único sonido
es el repique del agua contra el cristal y mi jadeo al fumar.

     Anoche soñé con Eva.

     Dijo que venía a verme.

     Siento mariposas en el estómago. No recuerdo la última vez que sentí algo
igual.

     Anoche soñé con Eva.

     Llevo horas esperando su llegada, y no dejo de reprocharme lo mismo una
y otra vez: tenía que haberla enterrado a mayor profundidad.

José Elías Álamo Gómez

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                     MATARÉ LO QUE MÁS QUIERES

Un hombre concentrado en su móvil. A su lado un niño le observa de reojo.

—¿Papá, qué haces?

—Estoy escribiendo a mamá, avisando que llegaremos tarde para que no se
preocupe.

El teléfono empieza a sonar.

—¿Es mamá?

El padre no responde, tan solo eleva el rostro hacia el cielo mientras ese
zumbido repetitivo taladra el horizonte.

—Mira qué bonito se ve el mar desde aquí arriba.

El niño no quiere mirar donde señala el padre. No tendrá más de cinco años.

—Tengo frío.

—No te preocupes, ya nos vamos.

—¿A casa?

                                                     Antonio de la Fuente Arjona

                                                                             21

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                           EL PERFECCIONISTA

Era minucioso; puntilloso; le gustaban las cosas bien hechas; cuidaba todo
hasta el más mínimo detalle; exigía a los demás tanto como a sí mismo.
También era indeciso.

Ahora llevaba mucho tiempo detrás del barnizador para dar con el acabado
que le satisficiese. La decisión de si debía darse con brocha, pistola o
muñequilla le llevó su tiempo. Después hubo de determinar el tono, el brillo,
si debía darse cera en el acabado final...

Falleció sin que estuviera terminado y la familia tuvo que resolver sin más
dilación estas cuestiones para poder acabar el féretro a tiempo.

Manuel Peris Junco

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                             DE VUELTA A CASA

Por la ventana y sin pensármelo. Así marché. Sin destino, ni rumbo, ni
equipaje. Nada necesitaba para esa aventura sino las ganas de ver mundo, de
viajar, conocer gente, lugares lejanos. Solo era cuestión de querer. De querer
y atreverse.

Quizás por eso no dudé ni un segundo.

Consciente que apenas tenía tiempo, ni excesivos recursos, solo tuve que
mirar a través de la ventana de la cocina que, abierta de par en par, me lo
puso fácil. Las ganas hicieron el resto.

Y marché.

(El olor a sofrito quemado me devolvió a la realidad).

                                                          Joan Ruscalleda Massó

                                                                             23

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                           LA MEJOR LECCIÓN

Cuarenta niñas en doce largos pupitres. Un hervidero de agudas voces inunda
el aula en la tibia mañana de septiembre. ¡Ya viene! En el expectante
silencio, cuarenta maestras imaginadas en cabecitas de firmes coletas y
esculturales trenzas. Todas vestidas con los mismos anticuados patrones,
recatadamente peinadas. Cuarenta atónitas miradas la siguen hasta el estrado.
Larga melena ondulada, pantalones de pata ancha, camisa desabotonada
hasta el pecho, corto pañuelo anudado al cuello. Una luminosa sonrisa
acaricia sus corazones. Fascinadas escuchan: “La mejor lección es la que no
se aprende. Estoy aquí para que me enseñéis lo que sabéis”.

Conchas San Martín Montilla
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                            PROCRASTINACIÓN

Cuando el psicólogo le diagnosticó esta enfermedad mi amigo creyó que le
acababan de certificar la inmortalidad. Los amigos entendíamos su conducta
como una suerte de inmovilismo mental ante cualquier suceso nuevo o
distinto. Preferiría no hacerlo (I would prefer not to), repetía, como Bartleby.
«He sido siempre un indeciso, pero ahora ya no estoy tan seguro. En fin, ya
se verá», nos decía cuando la acuciábamos a que tomara una decisión.

Murió unos meses más tarde. Su mujer se planteó denunciar al especialista
por mala praxis, pero lo dejó para otro día.

                                                 Juan José Coronado Fernández

                                                                             25

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                              SOLO UN BOTÓN…

Todas las noches lo abría y contemplaba esos ocho botones. Luego metía la
mano y los acariciaba. Recordaba cómo había conseguido cada botón,
especialmente el primero, ese que dio razón de ser al viejo estuche de madera
heredado de su abuelo, quien se lo regaló para que guardara lo que más
quisiera.

Luego dormía como un niño. Pero siempre llegaba ese día en el que sentía
que necesitaba uno más. Entonces salía a buscarlo entre la gente y decidía el
momento de arrebatarlo a su dueño, después de la vida, para completar su
colección... por un tiempo.

Luis Muñoz Delgado

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                                  CULPABLE

Detengo al coche con un gesto. Mientras me acerco, te observo mientras
bajas la ventanilla.

   —¿Ocurre algo agente?

   —Control rutinario.

   —Pareces nervioso, escondes algo. ¿Drogas tal vez? —Abra el maletero.

Se ve muy limpio, sólo veo la tapa oculta de la rueda de recambio. Me vuelvo
a acercar a tu ventanilla. Estás sudando.

   —Puedes irte.

Mientras te alejas reflexiono en la suerte que he tenido al encontrarte. A
menos de dos kilómetros hay otro control, buscándome. Al asesino de
policías. Ellos te encontraran, a ti y al arma que he dejado junto a la rueda.

Gracias.

                                                      Aitana González Carrasco

                                                                             27

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                                INNECESARIO

Si me necesitas, estaré en el bar”, dijo él al cerrar la puerta. Ella vio la cocina
llena de cacharros sin fregar, al bebé reclamando su comida, a la pequeña
Sara pintando el suelo con salsa de tomate… y se preguntó, horrorizada,
dónde estaría él cuando no lo necesitara.

Andrés Nortes Navarro

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                     UNA COPA CONMIGO MISMA

  Ayer me topé conmigo misma. No pude esquivarme como otras veces, así
que me excusé diciéndome que no me había reconocido con la mascarilla.
Para mi sorpresa no me enfadé, sino que me invité a tomar una copa.

  Tenía miles de cosas que hacer, pero no quise hacerme el feo. Después de
la tercera ronda no podíamos parar de reírnos. Hemos quedado mañana para
practicar yoga y el domingo vamos a leernos un libro.

  Al llegar a casa mi marido parecía estresado. Se ha molestado cuando le
he dicho que debería irse un rato consigo mismo

                                                    Ana Belén Laguna Serrano

                                                                          29

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                                 EVOLUCIÓN

En aquel momento tan crucial de la historia, ella sonrió. Siempre la habían
considerado la más débil. Fue terrible tener que soportar el escarnio de todas,
pero su crueldad la hizo mucho más fuerte. Por eso, se alegró tanto al verlas
abandonar en manada la ciudad, atraídas por alguna melodía hipnótica. No
quedó ni una, excepto ella. Sabía que, a la hora de la verdad, tendría que parir
sola. Era consciente de lo valiosa que era para la supervivencia de su especie.
Gracias a su sordera congénita, sería el origen de una nueva estirpe de ratas
inmunes al flautista.

Pilar Alejos Martínez

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                           DESTINO INCIERTO

Le insisto acerca de la trascendencia del destino, pero es como darse contra
un muro: persevera en que el destino resulta irrelevante si no nos esforzamos
en disfrutar del trayecto, que solo desea experimentar una inédita experiencia
a cada minuto, que la incesante concatenación de hallazgos inesperados
enriquece nuestro devenir... que carece de lógica obsesionarse con el destino.
Estrangulo el asentimiento en mi garganta. Lleva razón: nadie argumentó
jamás con tamaña nitidez mi verdadera misión en la vida.

Empero, enfrentándome a dicha lógica aplastante, reniego de ella y repito
que en esta agencia de viajes no trabajamos así.

                                                    Adrián E. Belmonte García

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 El Ateneo de Mairena del Aljarafe agradece la excelente, desinteresada y
                 siempre difícil labor del jurado técnico:

          Ana Llorca, Elena Marqués y Francisco Gallardo

 Este cuadernillo se imprimió en los talleres copisteros de Multixero, en
Chiclana de la Frontera, mientras un volcán bramaba y escupía fuego cual
                             pecho adolescente.

             Mairena del Aljarafe, a 9 de diciembre de 2021

                        www.ateneodemairena.org

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