Control biológico en el cultivo de algodón: conociendo a los "bichos buenos" - Instituto Nacional de ...
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Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria Centro Regional Santiago del Estero-Tucumán Estación Experimental Agropecuaria Santiago del Estero Control biológico en el cultivo de algodón: conociendo a los “bichos buenos” Ing. Agr. (MSc.) Mario Mondino mondino.mario@inta.gob.ar Mayo 2020 Los cultivos de algodón en el área de riego del Río Dulce son afectados por distintas plagas insectiles que perjudican su producción, originando en algunas ocasiones, importantes pérdidas económicas. Pero no todos los insectos son perjudiciales, ya que también existen “Insectos Benéficos” (tanto predadores como parasitoides) que se pueden utilizar para el control biológico de los insectos que ocasionan daños a los distintos órganos de una planta. La mayoría de los insectos plaga del algodón tienen sus enemigos naturales, los que pueden tener una mayor o menor importancia como agente de control, dependiendo muchas veces de las estrategias de manejo que favorezcan su multiplicación y posterior incremento (ABRAPA, 2015). El control biológico de plagas tiene, al menos, dos modos de implementarse: por conservación o por introducción. El primer modo implica la protección de los agentes de control biológico disponibles en la naturaleza con el fin de favorecer su accionar y multiplicación para obtener un beneficio ecosistémico. Mientras que, en el método de introducción, se crían enemigos naturales en laboratorios o en biofábricas para luego, liberarlos a campo o en ambientes controlados (Pérez Casar, 2018). Argentina tienen la suerte de contar con una amplia gama de agentes de control biológico de origen natural que juegan un papel importante en el manejo de las poblaciones de plagas. Normalmente en el cultivo de algodón, estos agentes de control biológico son poco conocidos y no son tenidos en cuenta por los productores para controlar las plagas de insectos, ya que a menudo, no se reconoce el valor económico y ambiental de estos agentes biológicos, prestándole más importancia a la detección lo más rápido que se pueda de las especies plagas a fin de tomar medidas fitosanitarias que impidan un daño económico. Estos insectos “amigos” del algodón pueden ser clasificados como predadores o parasitoides de acuerdo a las actividades biológicas en relación a sus presas. - Los predadores, también conocidos como predatores o depredadores, son aquellos que en algún momento del ciclo cazan y matan a sus presas en forma directa, para alimentarse con el fin de completar su ciclo de vida. Normalmente, no penetran al interior de la presa y su tamaño suele ser mayor que el del insecto presa. Las hembras de los predadores suelen poner sus huevos cerca de las presas (SARE, 2012). Presentan estructuras especiales para la predación, como garras prensiles, piernas raptoras y mandíbulas cortantes, órganos para producción e inyección de substancias tóxicas o paralizantes y substancias de agresión, como enzimas de digestión extraoral.
2 El aparato bucal de los predadores es apropiado para cortar y masticar o bien para picar y absorber los líquidos corporales de sus presas (Gouveia Fontes y Valadares-Inglis, 2020). La mayoría de los predadores son consumidores "generalistas" (polífagos), que atacan una amplia variedad de especies de insectos en diferentes etapas de su vida. Pueden tener “favoritismos”, por ejemplo, las vaquitas y las crisopas se alimentan preferentemente de pulgones, pero la mayoría atacará a muchas otras presas que son más pequeñas que ellas; inclusive algunas especies de predatores son caníbales alimentándose de los miembros más jóvenes y más débiles de su propia especie (Gouveia Fontes y Valadares-Inglis, 2020). No se mencionan para el algodón predadores que se alimentan de especies específicas de un solo género (monófagos). - Los parasitoides, son insectos que viven libres e independientes como adultos; pero que son letales y muy dependientes de sus víctimas solo en sus etapas inmaduras. Los parasitoides pueden ser especialistas, apuntando a una sola especie huésped o a varias especies relacionadas, o bien pueden ser generalistas, atacando muchos tipos de huéspedes (Gouveia Fontes y Valadares-Inglis, 2020). Por lo general, atacan a insectos más grandes que ellos, sus larvas se comen la mayoría o la totalidad de los cuerpos de sus anfitriones antes de empupar dentro o fuera de ellos (Flint et al, 1999). Cuando el parasitoide emerge de su pupa como adulto, generalmente se nutre de néctar o polen, aunque algunos adultos se alimentan de los fluidos corporales de su huésped. Las hembras adultas buscan rápidamente más víctimas para poner sus huevos, con una extraña capacidad para localizar incluso huéspedes escondidos o de bajo número utilizando señales químicas. En ese sentido, los adultos parasitoides son mucho más eficientes que los depredadores para descubrir sus objetivos (SARE, 2012). Diferentes parasitoides pueden victimizar diferentes etapas de la vida del mismo huésped, aunque los parasitoides específicos generalmente se limitan a una sola etapa. Por Foto: Flint et al, 1999 lo tanto, los parasitoides se clasifican como parasitoides de huevo, parasitoides larvarios o de ninfas y parasitoides de adultos. Algunos parasitoides ponen sus huevos en una etapa de la vida de una víctima, pero emergen en una etapa posterior de la vida. Los parasitoides también se clasifican como ectoparásitos o endoparásitos, según se alimenten externamente de sus huéspedes o Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
3 se desarrollan dentro de ellos. Su ciclo de vida es comúnmente corto, que varía de 10 días a cuatro semanas (Gouveia Fontes y Valadares-Inglis, 2020). Para obtener el máximo beneficio económico del control proporcionado por estos agentes biológicos en forma natural, los técnicos y productores necesitan saber qué especies son beneficiosas, cómo identificarlas, qué plagas atacan, qué factores mejoran su utilidad, cuándo son más útiles y cuándo pueden o no proporcionar un control efectivo. En Santiago del Estero y aún más, en el área algodonera argentina, las evaluaciones de predadores y parasitoides se ha limitado al inventario de especies presentes en el cultivo de algodón (Peterlin et al., 2000; Saini, 2003; Casuso et al., 2016), sin que se haya llegado a medir verdaderamente su importancia relativa como agentes de control biológico dentro de las áreas de producción. Por tal razón, en este informe técnico solo presentaremos las especies de predadores y parasitoides que fueron observadas durante varias campañas en las áreas de producción de algodón bajo riego de la provincia de Santiago del Estero, diferenciadas por su frecuencia de aparición. También se describen algunas especies de aparición muy esporádica, no todos los años y en bajo número. 1. PREDADORES Los investigadores han reportado más de 600 géneros de 45 familias de artrópodos predadores en cultivos de algodón del mundo (SARE, 2012). 1.1. Predadores de Mayor Presencia Las especies predadoras que en todas las campañas se las observa en gran número en nuestras áreas de producción de algodón son: 1.1.1. Vaquitas o Mariquitas Son pequeños escarabajos del Orden Coleóptera pertenecientes a la Familia Coccinellidae. Se encuentran entre los insectos benéficos más visibles y conocidos (Peterlin et al., 2000). Actualmente, se han registrado alrededor de 6000 especies a nivel mundial (Vandenberg, 2002), encontrándose más de 1500 especies nativas o introducidas en América, mientras que en Argentina han sido citadas alrededor de 125 especies, cifra que debe ser muy inferior a la real (Gonzalez, 2009). Tanto las larvas como los adultos de estos pequeños escarabajos, son depredadores voraces de los pulgones y, en la mayoría de las condiciones, (junto con las crisopas y las moscas sírfidos), evitan que las poblaciones de pulgones aumenten explosivamente. En su vida, un solo escarabajo puede comer entre 1.000 y 2.400 pulgones (SARE, 2017). Las larvas de escarabajos jóvenes suelen perforar y absorber el contenido de sus presas, mientras que las larvas de último estadío y los adultos mastican y consumen toda su presa (University of California, 2019). A pesar de su preferencia por los pulgones, pueden alimentarse de otras presas como vaquitas jóvenes, huevos de orugas, huevos de escarabajos, ácaros, trips y otros pequeños insectos, lo que hace a estos escarabajos Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
4 particularmente valiosos como enemigos naturales de las diferentes plagas del algodón (SARE, 2017). Cuando las presas son escasas, los adultos pueden sobrevivir alimentándose de néctar, polen o melado (“honeydew”) o una combinación de ellos. A veces es posible encontrar a estos insectos alimentándose en las malezas que representan un refugio de pulgones, moscas blancas y otras presas (Schetino Bastos y Torres, 2005). Ciclo de vida: presentan un desenvolvimiento holometábolo (metamorfosis completa) y tienen una o dos generaciones por año. Las hembras ponen racimos de 10 a 50 huevos en forma agrupada o en varias hileras en las plantas cerca de su fuente de alimento, como los pulgones u otros insectos blandos. Los huevos pueden tener una longitud de 0,2 a 2,0 mm, son rojos, amarillos o blancos y de forma ovalada, similar a una pelota de rugby. La larva emerge de los huevos después de aproximadamente 1 a 2 semanas y alcanzan la madurez en 2 semanas (Williams et al, 2011). Según el estadío larval miden entre 1 y 7 mm de longitud, son muy activas, alargadas, tienen patas largas y normalmente, de color negro con manchas blancas, azuladas, amarillas o naranja y vistos desde arriba tienen forma de pequeños caimanes. Las pupas presentan generalmente un patrón brillante y se pueden encontrar unidas a las hojas y tallos de las plantas donde las larvas se han alimentado y desarrollado. El adulto emerge de la pupa después de 1 a 2 semanas. Miden entre 4 y 7 mm y son fácilmente reconocibles por su forma brillante, cuerpo convexo, Larvas parecido a media bóveda, antenas cortas y colores vivos, normalmente rojo o naranjas Huevos Pupa con manchas negras o blancas o negros con manchas rojas o Adulto blancas (University of California, 2019). Los adultos por debajo de los élitros tienen alas que les permite volar, cubriendo grandes distancias para encontrar nuevas fuentes de alimentos y parejas de Adaptado de una ilustración de Chittenden, F.H. 1912 apareamiento. Las principales especies de vaquitas determinadas en nuestros campos de algodón son: Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
5 - Hippodamia convergens: esta vaquita debe su nombre específico a que los adultos presentan dos líneas blancas en el pronoto (placa detrás de la cabeza) y aparecen como \ / en la parte superior, que, de extenderse, convergerían (Texas A&M, 2019). Todo el margen del pronoto también presenta una línea blanca. Los élitros son de color anaranjado con una serie de puntos negros cuyo número varía desde unos pocos hasta 13, aunque algunos individuos pueden no tenerlos (Flint et al, 1999). Los huevos son de color amarillo brillante y las larvas, negras azuladas con manchas transversales anaranjadas. - Cycloneda sanguínea: huevos amarillo-anaranjados en grupos; larvas oscuras con una mancha longitudinal amarilla clara/anaranjada en el centro del cuerpo. Los adultos presentan los élitros de una coloración rojiza que le da su nombre a la especie, sin manchas o puntos negros. Presentan la cabeza y el tórax de color negro con detalles blancos que semejan dos ojos grandes. Puede vivir hasta 125 días (Thomazoni et al, 2015). - Eriopis connexa: huevos amarillo-anaranjados en grupos; larvas oscuras con una mancha longitudinal blanca en el centro del cuerpo y que visto desde arriba se asemeja Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
6 a una cruz. El adulto presenta una forma más alargada que el resto de las vaquitas y es notoria la separación de la cabeza del resto del cuerpo por la presencia de un protórax. Presenta sus élitros de color oscuro con mancha redondeadas u ovaladas de color blanco o bien, blanco y rojo en tres hileras. Puede vivir más de 100 días (Thomazoni et al, 2015). 1.1.2. Crisopas Pertenece al Orden Neuróptera, familia Chrysopidae. Las crisopas son uno de los insectos más estudiados dentro del orden, debido a su reconocida importancia como agentes de control biológico ya que son predadores voraces en sus fases larvales, poseer un alto potencial reproductivo, aparición en todas las campañas, gran movilidad y capacidad para buscar insectos (Soarez y Pacelli de Medeiros Macêdo, 2000). Estos hechos los caracteriza como predadores claves y por lo tanto con buena capacidad de adaptación para reproducir su crianza en laboratorio Las especies más abundantes en Argentina son Chrysoperla externa y C. argentina, aunque en algodón en diferentes países cercanos, las especies más abundantes son Chrysoperla carnea (Gerling et al., 1997; Monsanto, 2002) y Chrysoperla externa (Soarez y Pacelli de Medeiros Macêdo, 2000). Las larvas de crisopas se alimentan preferencialmente de pulgones, por lo que se vuelven muy abundantes cuando las poblaciones de áfidos están presentes y es por ello que se las conoce también con el nombre de “león de los áfidos”. También pueden predar ácaros, moscas blancas y huevos y pequeñas larvas de orugas capulleras y gusano cogolleros (Peterlin et al., 2000; Thomazoni et al., 2015). Los adultos normalmente se alimentan de néctar y polen por lo que, los cultivos de algodón en flor con su abundancia en néctar y polen, alentarán a los adultos a permanecer y depositar sus huevos en los mismos. Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
7 Ciclo de vida: presentan un desenvolvimiento holometábolo (metamorfosis completa) y tienen una o dos generaciones por año. Las hembras adultas ponen sus primeros huevos, 4 a 6 días después de la emergencia, depositándolos en forma separada o en grupos de hasta 7, preferentemente en la cara inferior de la hoja, pudiendo ovipositar más de 500 huevos (Thomazoni et al., 2015). Estos son de forma ovalada, color verdoso a amarillo claro casi transparente y están sostenidos por una especie de pedúnculo cuyo largo puede variar entre 5 y 16 mm, que lo eleva, probablemente para disminuir la posibilidad de predación por sus propias larvas caníbales u otros depredadores (SARE, 2012). A medida que la larva se desenvuelve en su interior, se van oscureciendo, eclosionando en 3-6 días, dependiendo de la temperatura ambiente. Las larvas son grises o parduzcas y vistas desde arriba, tienen forma similar a un cocodrilo con patas bien desarrolladas y grandes pinzas bucales con las que atrapan a sus presas para luego succionar los fluidos corporales y a veces se las confunde con las larvas de mariquitas (ABC, 2019). Las larvas son muy activas pudiendo llegar a consumir hasta 60 pulgones por día y crecen desde menos de 1 mm hasta 6-8 mm alimentándose, y muchas veces se camuflan colocando los cadáveres de sus víctimas sobre sus espaldas. Al cabo de 2 semanas de alimentación, construyen una especie de capullo blanco esférico resistente que se encuentran ubicados detrás de las brácteas y en las terminales de las plantas, en cuyo interior empupan (Belot y Vilela, 2017). Las crisopas adultas emergen en aproximadamente 2 semanas son de color verde pálido, de unos 12-20 mm de largo, con antenas largas y ojos prominentes de color cobrizo a dorado, brillantes (Thomazoni et al., 2015). Según Belot y Vilela (2017) la traducción de su nombre vulgar, crisopa, es “ojos de oro”. Sus cuerpos son alargados y de color verde pálido, tienen grandes alas transparentes y plegadas sobre la espalda. Adulto Huevo Pupas Larva Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
8 Los adultos son viajeros activos, particularmente durante la tarde y la noche, y tienen un vuelo característico y revoloteante. Las crisopas pasan el invierno como adultos, generalmente en la hojarasca del borde de los campos. Es ampliamente usado para control biológico y según ABC (2019) es necesario colocar en aquellas áreas infestadas de plagas, una población de aproximadamente 1,000 huevos por cada 200 m2. En una segunda liberación se puede emplear una dosis de 1,000 huevos por 1,000 m2 1.1.3. Chinches Las chinches presentan metamorfosis incompleta (huevo, ninfa, adulto) y pueden ser fácilmente identificadas por la presencia del estilete en su aparato bucal succionador y las alas transformadas en hemiélitros. En las especies benéficas, el estilete está direccionado hacia adelante en el momento de la predación que, al ser insertado en la presa, le inyecta enzimas que primero paralizan a su presa, luego digieren sus tejidos y órganos internos para posteriormente ingerir los jugos celulares en forma semilíquida. Las principales especies presentes en Santiago del Estero son: - Chinche “ojuda”/chinche geocoris Pertenece al género Geocoris. Los adultos y las ninfas tienen cabezas anchas y ojos grandes y saltones a los cuales debe su nombre común. Los adultos de Geocoris sp. miden aproximadamente de 5 a 8 mm, de color gris plateado. Las ninfas de esta chinche cuando se las molesta, tanto los adultos como las ninfas corren rápidamente y a menudo caen de la planta. Si se las toma entre los dedos liberan un fuerte y ofensivo olor similar al de la "chinche verde". Los adultos y las ninfas se alimentan de muchos insectos, incluidos los huevos de gusanos capulleros, pequeñas orugas, moscas blancas, pulgones y ácaros. Cuando las presas escasean, se la suele encontrar en las flores o alimentándose de néctar de algodón y muy ocasionalmente, de savia de plantas (Carvalho Silva et al., 2013) Ciclo de vida: El desarrollo de huevo a adulto requiere aproximadamente 3-4 semanas y los adultos pueden vivir de 2 a 3 meses. Las hembras producen 150-300 huevos cilíndricos blancos que deposita individualmente en terminales y debajo de las hojas. Los huevos eclosionan después de una semana y las ninfas pasan por 5 etapas de crecimiento, no presentan alas y poseen igualmente los ojos de gran tamaño que los adultos (Peterlin et al., 2000). Los dos primeros estadíos ninfales se caracterizan por presentar una coloración naranja o amarilla, mientras que se hace cada vez más grisácea en los restantes estadíos (Salcedo, 2014). Todas los estadíos ninfales son depredadoras. Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
9 Todos los estadíos de Geocoris sp. Fuente: Salcedo, 2014 Los adultos son muy fáciles de reconocer por los ojos compuestos muy grandes, situados a ambos lados de una cabeza robusta, de color negro seguido de un escutelo (especie de triangulo posterior a la cabeza) negro y hemiélitros casi transparentes. - Chinche pirata/Chinche Orius Si bien no ha sido determinada en Santiago del Estero de que especie se trata, la presencia de Orius insidiosus está ampliamente nombrada en numerosos cultivos (soja, sorgo, maíz, girasol) y países de America (Texas A&M, 2019). También está citado como especie presente en Tucumán por Carpintero (2002) y por Lefrebvre et al. (2013), por lo que se asume que es la misma especie que está en nuestros cultivos de algodón. También conocida como chinche de las flores, es el principal controlador biológico de los trips, ya que se alimenta de todos los estadios de la plaga, aunque también ingieren ácaros, pulgones, moscas blancas, huevos y larvas pequeñas (L1) de lepidópteros (capulleras y cogolleros), coleópteros y hasta polen, en periodos de escasez de presas (Van Driesche et al., 2007). Es muy común observarlo durante toda la temporada de cultivo tanto en áreas de riego como de secano, alimentándose de trips y ácaros, al principio del ciclo sobre hojas y pimpollos y más adelante, y en mucho mayor número, sobre flores y terminales. Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
10 Los adultos son muy pequeños, (2 a 3 mm de largo, ver foto), planos y de forma ovalada. Tanto los adultos como las ninfas son muy movedizos y tienden a ocultarse al más mínimo movimiento y usan sus picos proyectados hacia adelante para perforar y succionar los fluidos de sus presas (Van Driesche et al., 2007; Texas A&M, 2019). Ciclo de vida: las hembras ponen alrededor de 100 huevos blancos, utilizando su aparato ovipositor para insertarlos en los tejidos blandos de las plantas. La postura esta comúnmente localizada en los brotes terminales, a lo largo de las nervaduras foliares, especialmente en la zona de unión del pecíolo con la inserción de la hoja. Las ninfas eclosionan después de 3 días y se dispersan rápidamente, no tienen alas y son de coloración generalmente amarillas en los instares iniciales para volverse oscuras en el Ninfa último instar, presentando en todos los Foto: Junta de Andalucía estadíos, los ojos rojos (Schetino Bastos y Torres, 2005). En condiciones de laboratorio, el desarrollo desde huevo hasta adulto dura 20 días aproximadamente. Los adultos viven 2-3 semanas y presenta varias generaciones al año. Debido a su reducido tamaño su apariencia general es de color negro, pero cuando se la observa con una lupa se puede observar una porción delantera (rostro, cabeza y protórax) de color negro, seguido de una especie de V de color dorado y a continuación dos triángulos negros con sus puntas hacia el centro del cuerpo, por debajo de los cuales se observan las alas membranosas blancas Adulto que completan el resto del cuerpo. Foto: Nájera Rincón y Souza, 2010 Algunas especies de Orius se venden comercialmente para liberaciones de control biológico aumentativo. Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
11 Canibalismo: adulto de Orius predando una ninfa de su misma especie 1.2. Predadores de Menor Presencia 1.2.1. Moscas - Sírfidos Son moscas que pertenecen al Orden Diptera, Familia Syrphidae y se las conoce comúnmente como “moscas de las flores” debido a que con frecuencia se observa a los adultos visitando flores en busca de polen y néctar que necesitan para su maduración sexual y para realizar su característico vuelo flotante que les permite permanecer inmóviles en el aire durante períodos cortos batiendo sus alas para luego reanudar el vuelo (Peterlin et al., 2000; Williams et al.,2011). Es ampliamente reconocido el potencial como depredadores de los sírfidos en el control biológico de pulgones, ya que reúnen características idóneas como: la gran voracidad de sus larvas, pudiendo consumir hasta 500 pulgones durante su desarrollo larval, su rápido desarrollo larval en una semana cuando los pulgones son abundantes y la capacidad de las hembras de detectar y poner los huevos muy cerca de colonias incipientes de pulgones, aunque también se alimentan de trips, moscas blancas y psilidos (Rojo et al., 2003). A pesar de ello, su rol como biocontroladores ha sido poco estudiado en nuestro país. Otra característica clave de los sírfidos y que los convierte en excelentes agentes para el control biológico, es el hábito de los adultos de alimentarse de polen y néctar de las flores, por lo que los convierte en excelentes polinizadores (Texas A&M, 2019). Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
12 Estas larvas no poseen patas, tienen forma de huso (parecidas a pequeñas babosas) y varían en color de blanco cremoso a verde y además son ciegas, por lo que buscan a sus presas recorriendo la planta y haciendo un movimiento “en abanico” con la cabeza (Bionostrum, 2014; Texas A&M, 2019). El aparato bucal de la larva se parece a un punzón (TRP), con el que penetra el cuerpo del pulgón y succiona sus jugos, hasta dejarlo seco. Una larva puede alimentarse de hasta 400 pulgones a lo largo de su vida. Antes de realizar la muda y cambiar de estadío larvario, la larva produce una sustancia llamada meconio, formada por el contenido de su estómago y bacterias que pude ser observado (Bionostrum, 2014). La mayoría de las moscas voladoras adultas son de color negro o marrón oscuro, abdomen con bandas o marcas corporales amarillas, superficialmente parecidas a las abejas y avispas, excepto que solo tienen dos alas membranosas (Dípteros) que no se repliegan sobre la parte Adulto Larva posterior del cuerpo cuando están en reposo. La cabeza con dos grandes ojos compuestos y antenas cortas con seta terminal (Texas A&M, 2019). Ciclo de vida: las hembras adultas colocan los huevos cerca de las colonias de pulgones. Tras tres días de incubación, la larva emerge del huevo y comienzan a alimentarse de pulgón. Conforme crecen, mudan dos veces de piel, pasando por tres estadios larvarios (Bionostrum, 2014). Fuente: Azofeifa Jiménez y Zumbado Arrieta, 2011 Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
13 Cuando la larva ha comido suficiente (9 días), su cuerpo se endurece y cambia de forma, transformándose en una pupa, parecido a una semilla de uva. La pupa no se mueve ni se alimenta. Al cabo de 5 días desarrollándose dentro de la pupa, nace el adulto. Tras madurar sexualmente y copular, las hembras comienzan a buscar colonias de pulgón donde depositar sus huevos (Azofeifa Jiménez y Zumbado Arrieta, 2011). El ciclo de vida dura de 2 a 6 semanas dependiendo de la temperatura, de la especie de sírfido y de la alimentación. Pueden presentar de 5 a 7 generaciones al año (Nájera Rincón y Souza, 2010). Arias de Lavalle y Teuber (1991) mencionan para Saenz Peña (Chaco), la presencia en los campos de algodón de los sirfidos Allograta exótica y Baccha clavata. - Moscas “Ladronas” Han sido poco estudiadas en Argentina y no se encuentran menciones en el algodón. Los adultos son depredadores con actividad principalmente diurna, se alimentan de otras moscas, abejas, chicharritas, avispas, libélulas y escarabajos, capturándolos durante el vuelo (menos frecuente en reposo), los pican e inyectan su saliva con toxinas y enzimas que los inmovilizan y licuan sus tejidos, para luego ser absorbidos en poco tiempo (Carvalho Silva et al., 2013). Las larvas, también son de hábitos depredadores, se alimentan de huevos y larvas de otros insectos (Gallo et al., 2002). Ciclo de vida: los adultos ponen huevos en el suelo o en las plantas. Los huevos eclosionan en larvas delgadas, brillantes, blancas y sin patas que se desarrollan a través de varias etapas antes de empupar. Son insectos generalmente pequeños, miden de 25 y 30 mm de longitud y de color gris a negro, con cuerpo peludo y patas largas y fuertes para agarrar presas (Texas A&M, 2019). En la cabeza, los ojos compuestos de coloración oscura son bien notorios y algo direccionados hacia atrás. Las alas anteriores son de tamaño reducido y las posteriores membranosas, que se doblan debajo de las anteriores cuando el insecto está en reposo. Tienen un abdomen largo, estrecho y cónico que contiene segmentos bien visibles y en la porción terminal presentan dos apéndices similares a pinzas (cercos) que en los machos son recurvados y generalmente dentados, mientras que en las hembras son rectos, lisos y Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
14 más cortos (Souza y Carvalho, 2000). El ciclo de vida generalmente requiere más de un año para completarse (Texas A&M, 2019). Mosca ladrona predando a otra mosca 1.2.2. Chinches Asesinas Las especies detectadas en los algodones santiagueños pertenecen a los géneros Zelus, Nabis y Atrachelus. Estas chinches asesinas son delgadas, y de colores variados desde un gris claro hasta un amarillo dorado e inclusive marrón. Estas chinches asesinas atacan a las presas en movimiento y tanto los adultos como las ninfas comen una variedad de insectos, tanto plagas como benéficos (Brown et al., 2012). Los insectos asesinos son uno de los pocos depredadores en el algodón que pueden capturar presas de mayor tamaño como orugas grandes y gorgojos adultos (Carvalho Silva et al., 2013). Tanto las ninfas como los adultos durante la alimentación, usan el rostro para inyectar una saliva letal que licua el interior de la presa, a la cual posteriormente absorben (Williams et al., 2011). Las patas delanteras de las ninfas Atrachelus spp. y los adultos de algunos de estos hemípteros están cubiertas de finas Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
15 sedas pegajosas, que les sirven para fijarse a la presa mientras se la comen por lo que a menudo tienen restos pegados a estas patas (Texas A&M, 2019). Prefieren alimentarse de presas lentas como orugas, pero la introducción del algodón Bt ha cambiado lo que hay en el menú. Con menos orugas que comer, pueden consumir casi cualquier insecto que se cruce en su camino, incluyendo Zelus spp. otros benéficos. Juegan un importante papel en la pirámide alimenticia de los artrópodos, actuando como los predadores del ápice, sin tener insectos que los depreden a ellas (Brown et al., 2012). Ciclo de vida: los huevos son puestos sobre las plantas, en los mismos sitios donde viven los adultos, tienen forma variable y son de color marrón oscuro brillante con casquillos blancos y se ponen en grupos apretados en las plantas de algodón. La ninfa se parece al adulto, pero es más pequeña y carece de alas (Texas A&M, 2019). Los adultos presentan un cuerpo alargado, más o menos convexo, de unos 10 a 30 mm de largo, cabeza estrecha y alargada con cuello angosto, ocelos presentes, presencia de un labio, rostro o pico curvo que se proyecta ventral y hacia atrás, prominente, segmentado y cuyo largo no sobrepasa la primera mitad del pronoto, el cuerpo Nabis spp tiene un cuello notorio detrás de los ojos, los hemiélitros con dos a tres celdas, o menos, dos venas longitudinales en su sección membranosa y patas largas (Williams et al., 2011). 1.2.3. Avispas o “Caranes” Más conocido en nuestra provincia por la palabra quichua “caran” que significa avispa o también “caran puca”, avispa colorada, otro de sus nombres comunes. Probablemente los “caranes” locales pertenezcan al género Polistes sp., miden unos 2,0 a 3,0 cm de largo, de color marrón con cabeza amarilla y ojos compuestos marrones, antenas con porciones marrón dorada en la base y en el extremo y negras en el centro, alas membranosas marrones doradas en posición casi vertical, tórax marrón con marcas amarillas en el dorso y abdomen segmentado con bandas marrones Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
16 y amarillas alternadas y terminado en punta. Tienen un estrangulamiento entre el tórax y el abdomen que les confiere una apariencia de cuerpo con cintura. Es la avispa hembra la que sale del nido (avispero) en busca de su alimento preferido, las orugas de lepidópteros (gusanos cortadores y orugas capulleras) pero también consumen moscas y larvas de escarabajos, a los cuales paraliza con su poderosa picadura, masticándola y cortándolas en el sitio y luego transportando los restos de carne al nido para que se alimente el resto de la colonia, a menudo complementando el alimento de las larvas con néctar. En el pasado su número era muy importante, pero con la introducción masiva de los algodones transgénicos controladores de orugas, su número ha ido disminuyendo, por lo menos en los algodones santiagueños. Es por ello que su presencia es inconstante. A diferencia de las abejas, las avispas no tienen glándulas que producen cera, por lo que las hembras usan para construir sus nidos, materiales vegetales como hierba seca y madera muerta, que luego es suavizada por la masticación y mezclada con la saliva con la que crean una sustancia similar al papel. Los nidos están orientados hacia abajo y están suspendidos por un solo filamento. No están cubiertos con una envoltura (sin tapa) y presentan celdas hexagonales en las que se depositan huevos y se desarrollan las larvas (Texas A&M, 2019). Cuando se siente amenazada, la hembra es un insecto peligroso que puede atacar al Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
17 ser humano buscando introducir su aguijón para inyectar toxinas que causan importantes y dolorosas reacciones alérgicas y que en el caso de personas muy sensibles pueden llegar a la muerte. Los machos no tienen aguijón y por lo tanto no pican. 1.2.4. Arañas A diferencia de los insectos, que tienen seis patas y tres partes principales del cuerpo, las arañas tienen ocho patas y dos partes principales del cuerpo. Las arañas intentan evitar a las personas y la mayoría son inofensivas para los humanos, sin embargo son importantes predadores generalistas, siendo encontradas con relativa frecuencia en los cultivos de algodón, Presentan territorialidad, un largo ciclo de vida y son depredadoras capaces de alimentarse de varias plagas, incluyendo a los adultos de la mayoría de los insectos del algodón, los cuales normalmente escapan al control ejercido por otros predadores considerados como más importantes. En las últimas campañas se las observa con cierta frecuencia predando Foto: Ing. J. Coronel picudos. Algunas especies capturan presas en las redes que tejen a manera de trampas, mientras que otras acechan a los insectos por el suelo o en la vegetación y al detectarlos se abalanzan sobre ellos para inyectarles un veneno paralizante (UC-IPM, 2019) No tienen la capacidad de devorar a su presa, solamente pueden absorber los líquidos resultantes de la digestión de sus órganos internos, que se produce como consecuencia de la inyección de saliva (Belot y Vilela, 2017). La mayoría de las especies que producen telas, presentan el comportamiento de almacenar sus presas, siendo muy común observar a la mañana temprano, varios insectos capturados durante la noche. Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
18 Pueden encontrarse en el interior del cultivo, normalmente en los entresurcos donde confeccionan sus telas, pero estas solo son visibles en la etapa postfloración cuando ya no se realizan labores en el cultivo que puedan destruirlas. Ciclo de vida: el ciclo de vida es variable según la especie. Los huevos se producen en sacos de seda fuertes adheridos a la telaraña, o en una masa de seda protegida por una hoja enrollada. Los huevos a menudo están protegidos por la hembra que se queda cerca para protegerlos. A las tres semanas emergen “arañitas” en miniatura que pueden permanecer unidas a la madre durante varios días o bien se dispersan rápidamente (Bissdorf, 2005). Presentan dimorfismo sexual muy evidente: las hembras son mucho más grandes que los machos (Belot y Vilela, 2017). 1.3. Predadores de presencia ocasional 1.3.1. Mantis religiosa También llamados “mamboretá” o “tata dios”. Las mantis son buenas para combatir cualquier insecto de tamaño grande como orugas capulleras, Spodopteras, coleopteros moscas, chinches sean plagas o benéficas. Los adultos son de color verde a marrón grisáceo, tienen alas bien desarrolladas y pueden alcanzar de 5 a 7,5 cm de largo (Thomazoni et al., 2015). Se caracterizan por tener sus patas delanteras transformadas en tenazas “aserradas” que le sirven para capturar y sostener a sus presas. Normalmente para cazar se mantienen inmóviles con las patas delanteras juntas (por lo que parece que está rezando), a la espera de que una presa se acerque. Ciclo de vida: En el otoño, las mantis hembras ovipositan los huevos en ramitas, enredaderas y otros sitios en una especie de estructura de forma rectangular, con lados redondeados que contiene docenas de huevos que están encerrados en un material mucilaginoso producido por la hembra que se endurece rápidamente en contacto con el aire (ooteca) de color bronceado u ocasionalmente blanco en la parte superior con lados más oscuros. Los huevos eclosionan en la primavera. Las ninfas se desarrollan a través Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
19 de varios estadios sin alas antes de convertirse en adultos alados sexualmente maduros. Solo se produce 1 generación por año (UC-IPM, 2019). Como las mantis son totalmente depredadoras, consumiendo tanto insectos plagas como benéficos, son difíciles de usar de manera confiable para el control biológico. 1.3.2. Libélulas y Alguaciles Si bien ambos pertenecen al mismo orden Odonata, se suele confundir a las libélulas con los “alguaciles”. Se los diferencia porque las primeras son más pequeñas y sus alas se disponen perpendiculares a la superficie donde se posan, mientras que los alguaciles son de mayor tamaño (7 a 10 cm) y en reposo, mantienen sus alas en forma horizontal. Son insectos de hábitos diurnos con largas alas transparentes que nunca se pliegan al abdomen, ojos saltones y un cuerpo alargado muy delgado de colores brillantes y metálicos, a veces rojo, azul, verde, dorado, cuya vida adulta tiene lugar casi siempre en el aire. Insecto carnívoro, este ágil depredador de los aires se alimenta de mosquitos, moscas y otros insectos voladores, incluyendo a las mariposas, polillas o incluso a otras libélulas más chicas. En su etapa larval, los aguaciles habitan bajo el agua, alimentándose en fondos de canales, represas, ríos y lagunas de otros insectos y Foto: Cusano E. renacuajos (Thomazoni et al., 2015). A medida que crecen y dejan el agua, se instalan en el aire donde pasan la mayor parte del tiempo volando o suspendidas en el aire comiendo o apareándose. El aguacil acostumbra a cazar y devorar a sus presas en pleno vuelo, utilizando sus patas como una canasta para atrapar a otros insectos durante el vuelo. Y se acopla con sus parejas también sobre el aire. 1.3.3. TIJERETAS La tijereta marrón común pertenece al género Doru (D. lineare y D. luteipes) y se pueden encontrar en la mayoría de los paisajes rurales y urbanos de Argentina (Romero Sueldo y Virla, 2009). En Santiago del Estero es considerado un importante depredador de huevos y larvas de primer estadío (L1) en el maíz, sin embargo, su presencia en los cultivos de algodón es reducida y en la mayoría de las veces, solamente se manifiesta cuando existen campos de maíz cercanos. Sin embargo podría constituirse en un predador potencial de las plagas del cultivo, principalmente de aquellas que atacan a las Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
20 cápsulas, en razón de que las tijeretas tienen preferencia por alojarse en las brácteas de las estructuras reproductivas En algodón, Williams et al (2011) mencionan que son grandes consumidores de huevos y pequeñas larvas de Spodopteras y otras orugas fitófagas como Heliothis y Helicoverpa. Belot y Vilela (2017) comentan que en algodón tanto las ninfas como los adultos pueden consumir entre 12 y 20 huevos y hasta 13 pequeñas orugas por día de orugas cogolleras, concluyendo que al final de su ciclo ninfal consumirían unos 450 huevos por individuo. García Roa (2000) detectó a esta especie predando adultos de picudo del algodonero (Anthonomus grandis) en Colombia y Belot y Vilela (2017) mencionan que también son eficientes predadores de pulgones y moscas blancas en algodones de Brasil. Los adultos de tijeretas miden unos 2 a 3 cm, son de color marrón rojizo brillante y con alas pequeñas de color dorado, presentando en la extremidad de su abdomen unos apéndices en forma de pinzas (fórceps o cercos), característica que le da origen a su nombre común (Thomazoni et al, 2015). Las ninfas pequeñas permanecen bajo el cuidado de la madre hasta la segunda muda, mientras que las ninfas de mayor tamaño se independizan del cuidado materno (Romero Sueldo y Virla, 2009). 2. PARASITOIDES En el cultivo de algodón, su acción en las condiciones actuales de producción de algodón es modesta debido al empleo de numerosas pulverizaciones y por la mezcla de insecticidas utilizados para controlar las diferentes plagas, los que muestran una alta toxicidad para los parasitoides. Dada la importancia que revisten los parasitoides en el control de ciertas plagas, existen numerosas empresas en el mundo que se dedican a la producción comercial y posterior Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
21 venta de diferentes especies. En el país se intentó su reproducción en laboratorio y posterior comercialización, pero sin éxito en su difusión. Si bien son muy difíciles de detectar en condiciones de campo, aquí se nombrarán algunas de las especies que han sido detectadas y/o mencionadas en Santiago del Estero. 2.1. Moscas Taquinidas Diversas especies de moscas de la Familia Tachinidae, han sido observadas parasitando naturalmente insectos que atacan el algodón como chinches, orugas capulleras, de la hoja y cogolleros. Las moscas parasitoides normalmente depositan los huevos sobre el hospedero o en un lugar muy cercano a ellos. De modo general, las larvas recién emergidas penetran al hospedero, se desenvuelven dentro de ellos y emergen del mismo en la fase de pre-pupa o pupa del hospedero, para dejarse caer al suelo donde se transforma en pupa dentro de su última piel de larva (puparium) (Schetino Bastos y Torres, 2005). Los adultos emergen de 1 a 2 semanas después, y son muy parecidas a las moscas domésticas, aunque se diferencian por su mayor tamaño y la presencia en sus patas y en el extremo de la región abdominal, de numerosos pelos o cerdas. En su cabeza aparecen 2 grandes ojos compuestos de color marrón con antenas cortas de tres segmentos. Sus alas membranosas se repliegan hacia atrás en reposo, semejando a un ala delta. Dependiendo de la especie, se producen una o más generaciones por año (Texas A&M, 2019). Los adultos de estas moscas se alimentan de néctar, tanto de nectarios florales y extra florales, como de “mieladas” producidas por las diversas plantas de los alrededores (malezas o plantas silvestres) como secreciones que pueden contener azúcares como glucosa, sacarosa y fructosa y también, de algunos aminoácidos esenciales que forman parte fundamental de la dieta de algunos parasitoides adultos (Montero, 2008). Es clave destacar que, si bien en el cultivo pueden observarse insectos parasitados vivos, esto no indica que puedan producir daños importantes en el mismo ya que si bien en esa condición (parasitados) pueden continuar con vida unos días más, su capacidad de daño y reproducción, disminuyen notablemente (Punschke et al, 2017). Existe poca información sobre las principales especies que están presentes en los cultivos de algodón de nuestro país, lo que dificulta su uso o conservación. Por lo tanto, el parasitismo natural de estas moscas parasitoides representa un amplio campo a explorar para emplear en el manejo de plagas de algodón. La recolección de insectos parasitados en el campo en el momento de los brotes de población, puede dar como Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
22 resultado que se obtengan puparios de moscas parasitoides de las orugas parasitadas que permitan su posterior identificación. 2.2. Avispitas a) Aphelinus spp. Uno de los más importantes enemigos naturales de áfidos es la avispita parásita. Por comentarios personales de docentes entomólogos de la FAA-UNSE se trataría del género Aphelinus spp. Saini (2003) menciona a 5 especies integrando este grupo de avispas parasitas en el algodón argentino: Aphelinus abdominales, Aphelinus asychis Aphidius colemani, Praon volucre, y Diaretiella rapae, siendo esta última especie la más frecuente. El género Aphelinus tiene una vida relativamente larga y un período de oviposición de varias semanas y puede poner 5-10 huevos por día y es capaz de soportar mejor las altas temperaturas que otros géneros (Biological Services, 2015). Son pequeños insectos de alrededor de 3 a 4 mm, con la porción delantera de color oscuro y la mitad trasera de color dorado, que viven libremente en la etapa adulta alimentándose de néctar, pero en la etapa larval son parásitoides del pulgón. Las larvas parasitarias se comen a sus huéspedes desde adentro, lo que finalmente resulta en la muerte del insecto huésped (University of Maryland, 2020). La hembra pone los huevos individualmente en etapas ninfales de mediana edad de los pulgones. La larva sale del cascarón después de 2-3 días y se alimenta del pulgón sin matarlo de inmediato. Los pulgones parasitados a menudo se inflan a medida que el parásito alcanza su tamaño completo. Luego empupa dentro del pulgón y la avispa de la próxima generación emergerá del pulgón huésped, a menudo cortando una "escotilla" circular en la parte posterior del pulgón. Cuando el parásito se va volando, solo queda un caparazón del pulgón huésped; esto se conoce como una "momia" (Biological Services, 2015). Todos los años se observan colonias de pulgones parasitados con estas sintomatologías: exterior de color papel o marrón claro o negro, redondos y bien hinchados casi al doble del tamaño de un adulto y presentando un orificio redondeado. Su interior se encuentra totalmente vacío. Fotos: elp.tamu.edu/ipm/bugs Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
23 Es también bastante común encontrarlo en los cultivos de alfalfa del área de riego. En algodón, su presencia es muy esporádico. b) Encarsia Los parasitoides del género Encarsia se consideran los parasitoides más importantes de mosca blanca, que se encuentran en diferentes regiones del mundo. Los adultos miden entre 0,4 y 0,8 mm; se alimentan principalmente de néctar, melado y otras sustancias azucaradas, aunque las hembras del parasitoide pueden alimentarse succionando el contenido liquido de perforaciones hechas con el ovipositor en el cuerpo de todas las etapas ninfales de la mosca blanca para obtener proteínas, importante en la producción de huevos (Paz, 2012). La acción principal del parasitismo de Encarsia se verifica en ninfas de tercer y cuarto estadio que después de 7 a 10 días se oscurecen. La aparición del adulto ocurre a través de un orificio redondo en el tegumento del huésped (mosca blanca) que difiere de la aparición adulta de la mosca blanca que ocurre a través de aberturas irregulares. Después de la aparición del parasitoide, la pupa del huésped se vuelve incolora. Como referencias bibliográficas, Paz (2012) menciona que fueron observadas ocho hembras de E. nigricephala sobre Bemisia tabaci, procedentes de algodones del INTA La María, Santiago del Estero (22-11-90, Peterlin col.), determinadas por el Dr. De Santis y; Viscarret et al. (2000) que menciona a E. porteri parasitando al complejo B. tabaci en cultivos de algodón en la provincia de Santiago del Estero. Ovruski & Frías (1995) indican que en el cultivo de soja del Departamento Burruyacu, Tucumán (Argentina), el 66,67% de los huevos de Anticarsia gemmatalis y Pseudoplusia includens (Lepidoptera: Noctuidae) estaban parasitadas por E. porteri. c) Trichogramma Estas diminutas avispitas han sido observadas frecuentemente en el pasado sobre los cultivos de algodón parasitando huevos de lepidópteros plaga, pero con el advenimiento de los algodones transgénicos perdieron importancia en el control de estos insectos. García Roa (2000) afirma que las especies del género Trichogramma (T. pretiosum y T. exiguun) ejercen un control altamente satisfactorio de los huevos de Heliothis, efecto que se extiende hacia los huevos de otra plaga del algodón como la oruga de la hoja (Alabama Foto: UC-IPM, 2019 Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
24 arguillacea). Belot y Vilela (2017) además de las especies anteriores, menciona que la observaron parasitando huevos de gusanos cogolleros (Spodoptera frugiperda). Los adultos de Trichogramma son de color amarillo-dorados, ojos rojizos y las alas membranosas con unas pocas venas. Son extremadamente pequeños por lo que rara vez se ven en el campo debido a su reducido tamaño de 0,5 a 1,0 mm. La hembra adulta primero examina los huevos con sus antenas, luego perfora los huevos con su ovipositor y pone uno (o más) Parasitado huevos dentro de los huevos de sus huéspedes. Los huevos eclosionan en un día y las larvas de avispa se alimentan dentro del huevo durante aproximadamente 3 días para luego empupar dentro del huevo huésped. En este momento, los depósitos Normal Huevos de Alabama oscuros en el interior del huevo huésped hacen que se vuelva negro constituyéndose en un síntoma visible de que el huevo esta parasitado. Después de 4-5 días dependiendo de la temperatura, la avispa adulta corta un orificio en el costado del huevo huésped y emerge. El desarrollo de huevo a adulto requiere de 8 a 10 días. Los adultos viven unos 10 días y las hembras adultas pueden poner hasta 300 huevos. 3. Consideraciones sobre el Manejo Integrado de Plagas En los últimos 20 años se ha desarrollado un nuevo enfoque en la protección vegetal basado en criterios ecológicos y económicos para resolver los problemas de la sanidad de los cultivos, el cual ha sido denominado Manejo Integrado de Plagas (MIP) (Greco et al., 2002). El MIP apunta a disminuir la dependencia en el uso de agroquímicos y a un mejor aprovechamiento de los recursos del sistema, favoreciendo la acción reguladora de los factores de resistencia ambiental, ya sean bióticos o abióticos, sobre la población plaga. Utiliza como estrategia, la armonización de distintas tácticas en un modelo conceptual orientado a mejorar la estabilidad del sistema agrícola, haciendo un mejor aprovechamiento y conservación de los recursos naturales (Paz, 2012). Se fundamenta en las siguientes estrategias: Conocimiento de los aspectos bioecológicos, umbrales y características de daños de plagas principales y secundarias. Realización de monitoreos periódicos que permitan conocer la evolución de la plaga y de sus enemigos naturales. Registros periódicos del estado fenológico del cultivo y de los datos meteorológicos. Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
25 La regulación de la densidad poblacional de plagas claves, de modo que las mismas estén por debajo del umbral de daño económico. Para ello, establecer el uso del control natural y/o biológico o de las prácticas culturales, revalorizando dentro de estas últimas a aquellas que hacen más eficientes la acción de los enemigos naturales. La utilización mínima de agroquímicos, disponiendo de ellos sólo como último recurso y teniendo en cuenta que el producto a usar, debe causar la menor perturbación posible al medio ambiente y a los insectos benéficos. El control biológico como método de manejo integrado de plagas del algodón tiene como objetivo restablecer un nivel satisfactorio de control en forma natural a través de la adopción de tácticas que favorezcan la presencia de los enemigos naturales (Schetino Bastos y Torres, 2005). La mayoría de los agentes de control biológico que trabajan en nuestros entornos agrícolas y urbanos proporcionan una excelente regulación de muchas plagas potenciales con poca o ninguna ayuda de las personas. Estos agentes pueden incluir especies nativas o especies exóticas importadas y establecidas exitosamente como parte de un programa clásico de control biológico. La existencia de agentes de control biológico de origen natural es una de las razones por las que muchos insectos que se alimentan de plantas, no se convierten en plagas económicas. La pregunta que más frecuentemente nos hacen los productores de algodón cuando hablamos de “control biológico” es, cuantos individuos benéficos son necesarias por m2 para influir en el control de una plaga?. Muchos factores complejos están involucrados en la determinación del número de individuos de un determinado insecto benéfico que son necesarios para influir en un determinado nivel de plagas. Por lo tanto, siempre las recomendaciones serán de una manera muy generalizada. Pero, si un número relativamente grande de insectos beneficiosos está consumiendo/parasitando una gran proporción de huevos, larvas y/o adultos de una determinada plaga, el umbral de tratamiento de esa plaga se alcanzará más tarde de lo que sería si los predadores/parasitoides no estuvieran presentes, lo que a veces permite retrasar la aplicación inicial o inclusive, no realizarla. La determinación cuidadosa de los umbrales económicos de la plaga, junto con evaluaciones de insectos benéficos clave, ofrece al productor las mejores probabilidades de equilibrar los números de insectos beneficiosos con los insectos dañinos. Es necesario aclarar que los métodos de control “supuestamente biológicos” basados en el no uso de plaguicidas pero que tampoco emplean enemigos naturales vivos, tales como la liberación de machos estériles para reducir la reproducción de insectos, el uso de feromonas para provocar la disrupción del apareamiento de la plaga, los cultivos resistentes a plagas, los compuestos químicos bioracionales y las plantas transgénicas resistentes a plagas, no deben considerarse como control biológico. Si es necesario reconocer, que estos métodos reemplazan la aplicación de productos fitosanitarios, por lo que es muy importantes incluirlos en un programa MIP ya que Ing. Agr. Mario Mondino – Control Biológico en Algodón – EEA-INTA Santiago del Estero - 2020
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