DE LA REFUNDACIÓN DICTATORIAL A LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA . CHILE, 1973-1994 FROM THE DICTATORIAL REFUNDATION TO THE ...
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Historia Actual Online, 52 (2), 2020: 85-100 ISSN: 1696-2060 DE LA REFUNDACIÓN DICTATORIAL A LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA. CHILE, 1973-1994 FROM THE DICTATORIAL REFUNDATION TO THE DEMOCRATIC TRANSITION. CHILE, 1973-1994 Igor Goicovic Donoso* * Universidad de Santiago de Chile, Chile; E-mail: igor.goicovic@usach.cl Recibido: 14 abril 2020 / Revisado: 26 mayo 2020 / Aceptado: 9 junio 2020 / Publicado: 15 junio 2020 Resumen: El modelo económico neoliberal y el the occasional pressure from the military power. régimen político autoritario impuestos por la In this scenario, a part of the opposition to the dictadura chilena entre 1973 y 1990, experimen- dictatorship, composed by political-military or- taron cambios parciales a partir del retorno de ganizations, chose to maintain the strategy of la democracia (1990). Es más, el modelo econó- armed struggle, in order to modify the trajectory mico de mercado alcanzó un alto grado de vali- of the political process, partially destabilizing the dación y fue profundizado por las nuevas autori- democratic system. In this article we propose dades civiles, a la vez que la Constitución Política to analyze the characteristics of the transitional de 1980 y el entramado normativo asociado a la process, highlighting the centrality of violence in misma, sufrió muy pocas modificaciones dada its different phases. la falta de voluntad política tanto del gobierno, como del parlamento, y la presión ocasional del Keywords: Dictatorship, Transition, Democracy, poder militar. En este escenario, una franja de la Violence, Chile oposición a la dictadura, compuesta por organi- PRESENTACIÓN zaciones político-militares, optó por mantener la A estrategia de lucha armada, a efectos de modifi- comienzos de octubre de 2019 tanto el car la trayectoria del proceso político, desestabi- gobierno (“Chile Vamos”), como los par- lizando parcialmente al sistema democrático. En tidos políticos de la oposición (“Ex Nueva este artículo nos proponemos analizar las carac- Mayoría”), se aprestaban a conmemorar los 31 terísticas del proceso transicional destacando la años del triunfo de la opción No en el plebiscito centralidad de la violencia en sus diferentes fa- convocado por la dictadura de Augusto Pinochet ses. para el 5 de octubre de 1988. En ambos casos, tanto los líderes como los partidos políticos que Palabras Clave: Dictadura, Transición, Democra- representan, se sentían herederos de ese triunfo cia, Violencia, Chile y, a la vez, corresponsables del sistema econó- Abstract: The neoliberal economic model and mico, social y político que se edificó a partir del the authoritarian political regime imposed by the retorno de la democracia (1990). No constituyó, Chilean dictatorship between 1973 and 1990, ex- en consecuencia, un exabrupto las declaracio- perienced partial changes since the return of de- nes que el Presidente de la República, Sebastián mocracy (1990). Moreover, the market economic Piñera Echenique, emitió a un canal de la tele- model reached a high degree of validation and visión chilena el 9 de octubre de 2019. En esa was deepened by the new civil authorities, while ocasión el jefe de Estado señaló: the Political Constitution of 1980 and the norma- “En medio de esta América Latina convul- tive framework associated with it, suffered very sionada veamos a Chile, es un verdadero few modifications due to the lack of political will oasis, con una democracia estable, el país of both the government and the parliament, and © Historia Actual Online, 52 (2), 2020: 85-100 85
De la refundación dictatorial a la Transición democrática Igor Goicovic Donoso está creciendo, estamos creando 170 mil la capacidad de organización y movilización de empleos al año, los salarios están mejoran- los sectores populares y sobreestimaron la capa- do”1. cidad de cooptación que las estructuras locales de poder (municipios, gobernaciones e inten- El Presidente expresaba, de esta forma, no solo dencias) podían desplegar en contextos de crisis. su satisfacción personal, sino que, por extensión, Lo más sorprendente es que los antecedentes la del conjunto de la élite de poder. de la crisis se venían manifestando desde el año 2006 (movilización pingüina), involucrando cada Por eso el conjunto de la élite se sorprendió y no vez más sectores sociales y adquiriendo crecien- fue capaz de construir una adecuada respuesta tes niveles de masividad y radicalidad4. Lo que política ante la revuelta social que se desenca- estas protestas ponían de relieve era que el “oa- denó en el país solo unos días después de estas sis neoliberal” del Presidente Piñera solo benefi- declaraciones (18 de octubre) y que se prolongó ciaba a una franja muy delgada de la población hasta los primeros días de marzo de 20202. Efec- y se transformaba en un espejismo inalcanzable tivamente, a partir de ese día, y en las semanas para las amplias mayorías5. Pero las razones más posteriores, miles de estudiantes, trabajadores, pobladores de las barriadas pobres, profesiona- les, funcionarios públicos, transportistas, indí- 4 Efectivamente, a partir del año 2007 las protestas genas e integrantes de movimientos feministas se intensificaron con las huelgas de trabajadores sub- y ambientalistas, ocuparon las calles, tocaron contratistas de la minería del cobre, trabajadores de la industria salmonera y trabajadores forestales. El cacerolas, levantaron barricadas, destruyeron 2008, tras la muerte de Matías Catrileo se intensifi- infraestructura y equipamiento urbano, saquea- caron las protestas de la población mapuche en La ron establecimientos comerciales y financieros Araucanía. Entre los años 2011 y 2013 los estudiantes y se enfrentaron violentamente con la policía y de educación secundaria y universitarios se moviliza- unidades del ejército. Como consecuencia de los ron en demanda de un sistema de educación estatal violentos enfrentamientos, más de 30 personas público y gratuito. También a partir del año 2011 se perdieron la vida, cientos quedaron con daño comienzan a desarrollar una serie de manifestaciones ocular irreparable (como consecuencia de las regionales que repudiaban la postergación de sus lo- heridas recibidas por perdigones o proyectiles calidades y la depredación de los recursos existentes lacrimógenos disparados por la policía antidis- en sus ecosistemas, como en Dichato (2011), Cala- ma (2011-2012), Punta Arenas (2011), Aysén (2012), turbios), y cerca de 2.500 permanecen en prisión Freirina (2012) y Caimanes (2015). A estas moviliza- acusados de diferentes delitos contra el orden ciones cabe sumar, hacia esta misma época, las ma- público3. nifestaciones de los grupos ambientalistas contra los megaproyectos energéticos, la constitución del Pero, ¿por qué la sorpresa?, ¿por qué la evidente Movimiento No Más AFPs, que rechaza el modelo de falta de iniciativa que caracterizó al gobierno y a capitalización individual de las pensiones y el movi- la élite en los primeros días de la revuelta? No miento feminista, que repudió con fuerza la cultura cabe duda que las autoridades actuales, y tam- patriarcal. Ver al respecto, Goicovic, Igor, “Sistema de bién quienes le precedieron al mando del Esta- dominación, conflicto político y organización revolu- do, minimizaron los problemas estructurales que cionaria en Chile”, en Ponce, José (comp.), Marx 200 afectaban a la sociedad (desigualdad, bajos sala- años. Impactos y vigencias en el siglo XXI, Valparaíso, rios, problemas de acceso a la salud y a la educa- Editorial América en Movimiento, 2019, pp. 181-214. ción, pensiones miserables, etc.), subestimaron 5 De acuerdo a las cifras proporcionadas por el Banco Central de Chile (2017), el quintil más rico de la pobla- ción (Quintil 5: 3.400.000 personas), concentra el 72% 1 “Presidente Piñera: Chile es un verdadero oasis en de la riqueza, pero si luego desagregamos este dato y una América Latina convulsionada”, El Diario de Coo- lo llevamos al 1% más rico del total (170.000 perso- perativa / Cooperativa, 9 de octubre de 2019 [06:43]. nas), esta concentración llega al 33% de la riqueza. 2 El 18 de marzo de 2020 el ejecutivo decretó “Estado Por otro lado, y de acuerdo los antecedentes entre- de excepción constitucional de catástrofe” a propósi- gados por el Instituto Nacional de Estadísticas (2017), to del arribo al país de la pandemia de COVID 19. Este el ingreso mediano de los trabajadores llegaba a los decreto restringió los movimientos de la población, a $ 379.673 (US$ 491). Ver: Martínez, Felipe y Uribe, la vez que la amenaza viral generó un clima de pánico Francisca, Distribución de la riqueza no previsional de e incertidumbre. Las movilizaciones, a partir de este los hogares chileno, Santiago de Chile, Banco Central, momento, se fueron atenuando. Documentos de Trabajo, 806, 2017, p. 6 e Instituto 3 Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Nacional de Estadísticas, Encuesta suplementaria de Reporte de estadísticas. Disponible en: https://www. ingresos. Síntesis de resultados, Santiago de Chile, indh.cl/ [Consultado el 18 de enero de 2020] . INE, 2017, pp. 4-5. 86 © Historia Actual Online, 52 (2), 2020: 85-100
Igor Goicovic Donoso De la refundación dictatorial a la Transición democrática profundas de este desencuentro están relacio- (AD, 1983), con algunos representantes políticos nadas con las características que asumió la tran- de la dictadura a partir de 1985, allanaron el ca- sición de Chile a la democracia y, por ende, con mino al restablecimiento de la institucionalidad las herencias que el pasado dictatorial dejó pro- democrática, en especial después del plebiscito fundamente arraigados en el modelo económico de octubre de 1988, no es menos efectivo que la y en el sistema político de Chile. violencia, tanto represiva como insurgente, con- tinuó siendo un obstáculo relevante para la plena Efectivamente, tanto la dictadura como la transi- consolidación sistema democrático en Chile. En ción a la democracia, dejaron muchos problemas este artículo nos proponemos observar la cen- sin resolver. Desde aquellos que decían relación tralidad de la violencia política tanto en el ciclo con las inequidades del sistema económico, has- refundacional liderado por la dictadura (1973- ta los vinculados a las violaciones a los derechos 1990), como en la fase transicional (1990-1994), humanos. No es extraño, en consecuencia, que encabezada por la Concertación de Partidos por el proceso refundacional haya dado origen, por la Democracia (en adelante Concertación, 1988). primera vez en la historia de Chile, a formas de organización y a diseños de intervención política 1. REPRESIÓN Y PROCESO REFUNDACIONAL que reivindicaron y operacionalizaron la lucha armada6. La represión desplegada por la dicta- El golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 dura, desde el mismo 11 de septiembre de 1973, no solo puso fin al gobierno socialista liderado frente a la cual se alzó la política de resistencia por Salvador Allende, también abolió el régimen popular impulsada por el MIR, a partir de 1973 democrático inaugurado en 1925 y profundizado y más tarde la adopción por parte del Partido a lo largo de las décadas siguientes. A ese efecto, Comunista de Chile (PCCh), de la estrategia de la dictadura suspendió la Constitución Política de rebelión popular de masas (1980), configuraron 1925, declaró el receso del Congreso Nacional, un escenario en el cual la violencia se transfor- colocó fuera de la ley a los partidos políticos de mó en el campo preferente de la acción política7. izquierda e intervino a la mayoría de las organi- Cabe señalar que si bien los acuerdos políticos zaciones de base de la sociedad civil (sindicatos, adoptados por la oposición de centro-izquier- agrupaciones barriales y organizaciones de estu- da, articulada en torno a la Alianza Democrática diantes). En una primera fase, que se extendió entre el golpe de Estado y la creación de la Di- rección de Inteligencia Nacional (DINA), en mar- 6 Si bien organizaciones como el Movimiento de Iz- quierda Revolucionaria (MIR) y la Vanguardia Orga- zo de 1974, la represión se extendió por todo el nizada del Pueblo (VOP), fundadas en 1965 y 1969 cuerpo de la sociedad: Miles de chilenos fueron respectivamente, reivindicaron el uso de la violencia encarcelados, torturados y algunos de ellos ase- como estrategia política, no es menos efectivo que sinados y sus cuerpos hechos desaparecer. Otros el alcance de sus acciones fue más bien limitado. En fueron confinados a inhóspitos parajes y muchos el caso del MIR, su quehacer más activo entre 1969 más enviados al exilio. También fueron miles los y 1973, se volcó preferentemente a la movilización que perdieron sus empleos o fueron expulsados rupturista de masas y no a la lucha armada. Ver, al de sus centros de estudio. La represión se trans- respecto, Goicovic, Igor, Trabajadores al poder. El Mo- formó, de esta manera, en una herramienta de vimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el pro- uso recurrente, al servicio de un proceso de pa- yecto revolucionario en Chile, 1965-1994, Santiago de Chile, Ediciones Escaparate, 2016, pp. 117-122 y cificación y control social y político8. Guerra, Felipe, La Vanguardia Organizada del Pueblo Una vez pacificado el país la represión se redu- y su escalamiento en la violencia política. Cultura po- lítica y militancia (1969-1971) (Tesis de Magíster en jo en extensión, pero no modificó sus orienta- Historia), Santiago de Chile, Universidad de Santiago de Chile, 2019, pp. 60-101. 8 Los antecedentes de la represión en Chile se en- 7 Nuestro análisis de la violencia política es tributario cuentran contenidos en: Rettig, Raúl (coord.), Informe de diferentes enfoques; entre otros: Michaud, Yves, de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, La violence, Paris, Presses Universitaires de France, Santiago de Chile, Imprenta de La Nación, 1991 y Va- 1986, pp. 20-31; Arostegui, Julio, “Violencia, socie- lech, Sergio (coord.), Informe de la Comisión Nacional dad y política: la definición de la violencia”, Ayer, 13 sobre Prisión Política y Tortura, Santiago de Chile, Mi- (1994), pp. 17-55; Sofsky, Wolfgang, Tratado sobre la nisterio del Interior, 2004. La problemática de la vio- violencia, Madrid, Abada Editores, 2006, pp. 209-226; lencia represiva ha sido analizada por Calveiro, Pilar, y Scheidel, Walter, El gran nivelador. Violencia e histo- Violencias de Estado. La guerra antiterrorista y la gue- ria de la desigualdad desde la Edad de Piedra hasta el rra contra el crimen como medios de control global, siglo XXI, Barcelona, Editorial Crítica, 2018, pp. 19-41. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2012, pp. 9-66. © Historia Actual Online, 52 (2), 2020: 85-100 87
De la refundación dictatorial a la Transición democrática Igor Goicovic Donoso ciones políticas. La creación de la DINA en 1974 estuvieron rápidamente de acuerdo, formó par- conllevó la adopción de un modelo represivo de te luego de la Constitución Política del Estado carácter selectivo, inspirado ideológicamente en (artículo 8) dictada por la dictadura (1980). Este la Doctrina de Seguridad Nacional y fundado en derrotero institucional, de naturaleza autorita- la estrategia de contrainsurgencia, que buscó ria, fue refrendado posteriormente por el propio neutralizar a las organizaciones de la izquierda dictador cuando, en julio de 1977, acuñó el con- en la clandestinidad para, de esa manera, impe- cepto de “nueva democracia”, la cual entendía dir la reestructuración del vínculo entre las orga- como: “(…) autoritaria, protegida, integradora, nizaciones populares y sus antiguas vanguardias tecnificada y de auténtica participación social”13. políticas. Concordante con ello, cientos de mili- tantes del MIR, del Partido Socialista (PSCh) y del Fue en este contexto de violencia represiva y PCCh, fueron detenidos, torturados y asesinados reorganización institucional, que la dictadura en las cárceles clandestinas de la policía de segu- impuso el modelo económico neoliberal vigente ridad. Tal fue así que, hacia 1977, prácticamente hasta este momento en el país14. Ello se inició, no existía resistencia organizada a la dictadura al en 1973, con la devolución a sus antiguos patro- interior del país9. nes de las empresas que los trabajadores habían ocupado durante el período de la Unidad Popu- La represión política, en consecuencia, no fue lar y continuó con la desregulación arancelaria un exceso cuya responsabilidad exclusiva recae de 1975 que abrió la economía chilena al merca- en los perpetradores directos de las violaciones do exterior. Más tarde se promulgó un nuevo có- a los derechos humanos. Por el contrario, la re- digo del trabajo (1979) que precarizó la situación presión fue un componente fundamental del de los trabajadores al interior de las empresas proyecto refundacional que la dictadura delineó (despidos discrecionales) y redujo la capacidad para el país y, a esa tarea, concurrieron múltiples de defensa de las organizaciones sindicales (afi- representantes del empresariado y de las élites liación voluntaria, restricción al uso de la huelga, intelectuales conservadoras. Sin la represión ha- limitaciones a la negociación colectiva, etc.)15. bría sido imposible introducir las transformacio- Junto con ello se inició la privatización de los nes económicas, sociales y políticas que realizó servicios del Estado, partiendo por las pensiones la dictadura, por ende, las mismas, son tributa- (1980), poniendo fin al sistema de reparto soli- rias de la “paz social” impuesta a sangre y fuego dario y dando origen a las Administradoras de por el terrorismo de Estado10. 13 Pinochet, Augusto, “Discurso en Cerro Chacarillas De hecho, la comisión constituyente que asumió con ocasión del Día de la Juventud, el 9 de julio de la tarea de diseñar un nuevo orden jurídico-po- 1977”, en Nueva institucionalidad en Chile. Discursos lítico para el país, fue formada por la dictadura de SE el Presidente de la República General de Ejército en el preciso momento en que arreciaba la re- D. Augusto Pinochet Ugarte, 1977, Santiago de Chile, presión sobre el territorio de la nación11. Ya en Gobierno de Chile, 1977, p. 13. su primera reunión (24 de septiembre de 1973), 14 Los fundamentos ideológicos y programáticos del el Presidente de la Comisión, Enrique Ortúzar, modelo económico de la dictadura se encuentran en adelantó que para afianzar el nuevo sistema de un documento redactado, entre 1969 y 1973, por un grupo de académicos de la Pontificia Universidad Ca- gobierno era necesario declarar como contrarios tólica de Chile, titulado “El Ladrillo”. Este documento a la Constitución “a los partidos o movimientos circuló inédito entre las nuevas autoridades y sólo que sustenten ideas o doctrinas marxistas”12. fue publicado en 1992. Ver, De Castro, Sergio (ed.), Este punto, en el cual todos los constituyentes El Ladrillo. Bases de la política económica de del go- bierno militar chileno, Santiago de Chile, Centro de 9 Respecto de la creación de la DINA ver: Ministerio Estudios Públicos, 1992. Las transformaciones intro- del Interior de Chile, Decreto Ley Nº 521, 14 de junio ducidas por la dictadura, en base a este programa, en: de 1974. Larraín, Felipe y Vergara, Rodrigo, “Chile en pos del 10 Constable, Pamela y Valenzuela, Arturo, Una nación desarrollo. Veinticinco años de transformaciones eco- de enemigos. Chile bajo Pinochet, Santiago de Chile, nómicas”, en Larraín, Felipe y Vergara, Rodrigo (eds.), Ediciones Universidad Diego Portales, 2013, pp. 147- La transformación económica de Chile, Santiago de 174. Chile, Centro de Estudios Públicos, 2004, pp. 5-67. 11 Ministerio de Justicia de Chile, Chile, Decreto Ley Nº 15 Este nuevo código del trabajo se amparó en dos de- 1.064, 25 de octubre de 1973. cretos leyes: Ministerio del Trabajo y Previsión Social 12 Comisión Constituyente. Actas oficiales de la co- de Chile, Decreto Ley Nº 2.756, 29 de junio de 1979 y misión constituyente, Acta del 23 de septiembre de Ministerio del Trabajo y Previsión Social de Chile, De- 1973. creto Ley Nº 2.758, 29 de junio de 1979. 88 © Historia Actual Online, 52 (2), 2020: 85-100
Igor Goicovic Donoso De la refundación dictatorial a la Transición democrática Fondos de Pensiones (AFPs) que desarrollan un dicha política encontramos, la ley antiterrorista modelo de capitalización individual16. Posterior- (1984), el endurecimiento de la ley de seguridad mente se dio inicio a la privatización del sistema interior del Estado (1937) y de la ley de control de salud, con la creación de las Instituciones de de armas y explosivos (1972), la ampliación de Salud Previsional (ISAPRES, 1981), llamadas a las atribuciones de los tribunales militares (fun- entregar un servicio de seguros de salud cuya damentalmente para conocer y resolver causas calidad varía en función de los planes contrata- criminales que afectaban a civiles), y la militari- dos por los usuarios17. Un proceso similar experi- zación de los organismos policiales de seguridad: mentó el sistema de educación, pero a través de Central Nacional de Informaciones (CNI), Carabi- una línea más indirecta, que supuso el abandono neros y Policía de Investigaciones20. gradual de la función del Estado como garante de los procesos educativos y, en subsidio, el cre- No obstante, la eficiencia de la política represiva, ciente nivel de injerencia que los privados co- la oposición a la dictadura inició un lento pero menzaron a tener en la gestión de los diferentes sostenido proceso de rearme a partir del mis- subsistemas educativos (primario, secundario y mo golpe de Estado. El MIR, no obstante ser la universitario). Ello partió con la educación supe- organización más fuertemente golpeada por la rior en 1980, reduciendo la incidencia formativa política represiva de la dictadura, inauguró en y de investigación de las dos universidades del diciembre de 1973 la denominada política de re- Estado (Universidad de Chile y Universidad Téc- sistencia popular, que contemplaba la reanima- nica del Estado) y continuó en 1986 con el tras- ción del movimiento de masas y el despliegue de paso desde el Ministerio de Educación hacia los accionar armado para combatir la represión21. municipios de la educación pública primaria y Esta política se vio fortalecida, a partir de 1978, secundaria18. con la ejecución de la denominada “Operación Retorno”, que conllevó el ingreso al país de mi- No obstante, el modelo refundacional alcanzó litantes con formación político-militar, que se su consagración institucional con la Constitución encontraban en el exilio, y que asumieron las Política de 1980. En ella, los constituyentes de- tareas de formar nuevos cuadros insurgentes signados por la dictadura en 1973, plasmaron y desplegar un accionar ofensivo en contra del un sistema político fundado en instituciones au- aparato represivo del régimen22. El accionar in- toritarias, con un poder presidencial fuerte, un parlamento debilitado, con gobiernos locales 20 El entramado normativo que regula cada una de designados y con unas fuerzas armadas autóno- estas disposiciones es el siguiente: Ministerio del In- mas respecto del poder político y jugando el rol terior de Chile, Ley Nº 18.314, 16 de mayo de 1984; de garantes del orden institucional. El objetivo Ministerio del Interior de Chile, Ley Nº 6.026, 11 de era articular una sociedad de sujetos obedien- febrero de 1937; Ministerio de Defensa Nacional de tes frente al gobierno y leales a la patria (cuya Chile, Ley Nº 17.798, 20 de octubre de 1972; y Minis- definición correspondía y era atributo de sus terio del Interior de Chile, Decreto Ley Nº 1.878, 12 de defensores históricos: Las FFAA)19. Para ello se agosto de 1977. 21 La temática de la lucha armada cuenta con un am- dotaba a las autoridades correspondientes de plio desarrollo historiográfico. Dos enfoques contra- los instrumentos legislativos y operativos, que puestos en: Pozzi, Pablo y Pérez, Claudio (eds.), Por permitieran identificar a los enemigos de la pa- el camino del Che. Las guerrillas latinoamericanas tria para proceder a su extirpación. Entre los ins- 1959-1990, Buenos Aires, Imago Mundi, RELAHO, trumentos más recurrentes de la aplicación de Universidad de Buenos Aires, Universidad Academia de Humanismo Cristiano, 2011, pp. 7-17 y González, 16 Ministerio del Trabajo y Previsión Social de Chile, Eduardo, El laboratorio del miedo. Una historia gene- Decreto Ley Nº 3.500, 4 de noviembre de 1980. ral del terrorismo, Barcelona, Editorial Crítica, 2013, 17 Ministerio de Salud de Chile, Decreto con Fuerza de pp. 10-23. Nuestro propio enfoque en, Goicovic, Igor, Ley Nº 3, 27 de abril de 1981. “Temas y debates en la historia de la violencia política 18 Ministerio de Educación Pública de Chile, Decreto en Chile”, Contenciosa, 3/4 (2014), pp. 1-16. con Fuerza de Ley Nº 1, 30 de diciembre de 1980 y 22 Entre 1980 y 1983 el MIR desarrolló varias acciones Ministerio del Interior de Chile, Ley Nº 18.575, 12 de armadas contra miembros del aparato de seguridad noviembre de 1986. de la dictadura, entre ellas, la ejecución del Director 19 Sobre el proceso constituyente, el resultado del de la Escuela de Inteligencia del Ejército, Coronel Ro- mismo y los mecanismos de aprobación, ver Barros, ger Vergara, el 15 de julio de 1980, el ajusticiamiento Robert, La Junta Militar, Pinochet y la constitución del agente de la Central Nacional de Informaciones de 1980, Santiago de Chile, Editorial Sudamericana, (CNI), Carlos Tapia Barraza, verificada el 6 de julio de 2005, pp. 61-262. 1981 y la emboscada del 18 de noviembre de 1981, © Historia Actual Online, 52 (2), 2020: 85-100 89
De la refundación dictatorial a la Transición democrática Igor Goicovic Donoso surgentes desplegado por el MIR coincidió con (AD) y establecieron puntos de encuentro con la adopción, por parte del PCCh de la política de sectores civiles ligados a la dictadura, que aspi- rebelión popular de masas (1980) y con la for- raban a reducir el mandato presidencial de Pi- mación del Frente Patriótico Manuel Rodríguez nochet y restablecer un sistema de gobierno de (1983), con lo cual la violencia política creció en naturaleza democrática25. Estos acercamientos, extensión y masividad23. El punto culminante de mediados por la Iglesia Católica, cristalizaron en este proceso fue el desarrollo de las protestas 1985 con la suscripción de un documento de- populares inauguradas en 1983, en las cuales se nominado “Acuerdo Nacional”, que definió los combinó la ocupación del espacio público por el contenidos generales del proceso transicional26. movimiento de masas, con el despliegue del ac- Por su parte, la izquierda radical (PCCh, PSCh cionar militar y miliciano de las organizaciones fracción Clodomiro Almeyda y MIR), se agrupó de izquierda. en el Movimiento Democrático Popular (MDP), insistió en la movilización de masas rupturista y Efectivamente, estas movilizaciones, que adqui- patrocinó el desarrollo de la lucha armada. Su rieron especial intensidad entre 1983 y 1987, programa involucraba el derrocamiento del ré- desestabilizaron al régimen y fracturaron su uni- gimen, utilizando todas las formas de lucha (in- dad política24. La Democracia Cristiana (PDC), cluida la insurgencia armada) y la construcción junto a un sector del PSCh, el MAPU y el Partido de una democracia popular, que introdujera re- Radical (PR), formaron la Alianza Democrática formas políticas, sociales y económicas de rasgos similares a los planteados por la UP en 197027. en la que perdieron la vida tres agentes de la Policía de Investigaciones, que custodiaban la casa del Ge- En septiembre de 1986 el intento de ejecución neral de Ejército, Santiago Sinclair. Este ciclo se cerró del dictador Augusto Pinochet por parte de un en agosto de 1983 con la ejecución del Intendente de comando del FPMR, no sólo desató una violenta Santiago, Mayor General de Ejército Carol Urzúa y de represión sobre el movimiento opositor, también dos miembros de su escolta. Urzúa fue el responsa- dejó en evidencia, para todos los actores políti- ble político de la represión de las protestas populares cos chilenos y para quienes se preocupaban de que se verificaron entre mayo y agosto de 1983, en su la situación política de Chile desde el extranjero, condición de Intendente de la Región Metropolitana; que el desborde social y el accionar insurgente ver Goicovic, Igor, “Formation and development of the armed left in Chile (1965-1990)”, en Kruijt, Dirk, decantaba rápidamente hacia la generación de Rey, Eduardo y Martín, Alberto (eds.), Latin American un escenario de guerra de baja intensidad como guerrilla movements. Origins, evolutios, Outcomes, el que existía en esos momentos en Centroamé- New York, Routledge, 2020, pp. 111-119. rica, Perú y Colombia. 23 Este tema ha sido tratado por Bravo, Viviana, Con la razón y la fuerza, venceremos. La rebelión popular y la subjetividad comunista en los ’80, Santiago de Chi- le, Ariadna Ediciones, 2010, pp. 31-53; Rojas, Luis, De 25 Valdés, Gabriel, Sueños y memorias, Santiago de la rebelión popular a la sublevación imaginada. An- Chile, Editorial Taurus, 2009, pp. 287-329; Boeninger, tecedentes de la historia política y militar del Partido Edgardo y Serrano, Margarita, La igual libertad, San- Comunista de Chile y del FPMR 1973-1990, Santiago tiago de Chile, Uqbar Editores, 2009, pp. 77-117 y Ot- de Chile, LOM Ediciones, 2011, pp. 11-88; y Álvarez, tone, Ernesto, “Democratización y nueva hegemonía Rolando, Arriba los pobres del mundo. Cultura e iden- en Chile”, en VV.AA., Siete ensayos sobre democracia tidad política del Partido Comunista de Chile entre de- y socialismo en Chile, Santiago de Chile, VECTOR y Edi- mocracia y dictadura. 1965-1990, Santiago de Chile, ciones Documentas, 1986. pp. 137-164. LOM Ediciones, 2011, pp. 151-253. 26 El Acuerdo Nacional fue un documento, suscrito por 24 Al respecto ver, Salazar, Gabriel, Violencia política 19 dirigentes políticos, pertenecientes a organizacio- popular en las ‘grandes alamedas’ (1947-1987), San- nes de derecha, centro e izquierda, que interpelaba tiago de Chile, Ediciones SUR, 1990, pp. 368-393; Gui- a las autoridades militares para definir un itinerario llaudat, Patrick y Mouterde, Pierre, Los movimientos preciso de retorno a la democracia. Este documento, sociales en Chile, 1973-1993, Santiago de Chile, LOM hecho público en agosto de 1985, fue publicado in ex- Ediciones, 1998, pp. 154-173; Araya, Rodrigo, “Ha lle- tenso por el Centro de Estudios Públicos en 1986. Se gado la hora de decir basta. El movimiento sindical incorporaron a esa publicación las actas del Semina- y la lucha por la democracia en Chile, 1973-1990”, rio en el cual se debatió sobre el tema y las réplicas a Izquierdas, 37 (2017), pp. 191-211; y Bravo, Viviana, que dio origen este documento en esa época. Al res- Piedras, barricadas y cacerolas. Las jornadas nacio- pecto ver, Avetikian, Tamara (ed.), “Acuerdo Nacional nales de protesta. Chile, 1983-1986, Santiago de Chi- y transición a la democracia”, Estudios Públicos, 21 le, Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2017, pp. (1986), pp. 57-62. 241-410. 27 Movimiento Democrático Popular, enero de 1984. 90 © Historia Actual Online, 52 (2), 2020: 85-100
Igor Goicovic Donoso De la refundación dictatorial a la Transición democrática La agudización de los enfrentamientos sociales y mediados de la década del 2000 este diseño no políticos estimuló, entre 1987 y 1988, las nego- enfrentó grandes desafíos, es más, las autorida- ciaciones entre la oposición de centro-izquierda des políticas del Estado se sucedieron de forma y los representantes civiles del gobierno, lo cual regular, en procesos electorales transparentes concluyó en la aceptación por parte de los par- que, si bien decrecían en adhesión, continuaban tidos democráticos del calendario político y del expresando importantes equilibrios a nivel de marco institucional definido por las autoridades la representación, especialmente parlamenta- militares, a la vez que la dictadura, que aspira- ria, mientras que las movilizaciones sociales del ba a prolongar su mandato político hasta 1998, período 1988-2000 carecían de envergadura e aceptó a regañadientes el fallo adverso de las intensidad y sólo expresaban las demandas pun- urnas en el plebiscito del 5 de octubre de 1988 y tuales de grupos de presión que aspiraban a ser los resultados electorales de diciembre de 1989 reconocidos e integrados en el sistema30. El mo- que dieron como ganador al representante de delo económico, a su vez, recuperado de la crisis la Concertación de Partidos por la Democracia financiera de comienzos de la década de 1980, (Concertación, continuadora de la AD), Patricio había dado inicio, hacia 1986, a un proceso sos- Aylwin y entregó el gobierno en marzo de 199028. tenido de crecimiento económico que promedió Se abrió camino, de esta forma, a la denominada el 8% anual hasta 199731. Esto le permitió al Es- transición política a la democracia. tado ampliar su capacidad de intervención social y, bajo estas condiciones, atender y resolver (a 2. LOS GRANDES ACUERDOS Y LA CONSOLI- lo menos de forma parcial), los acuciantes pro- DACIÓN DE LA REFUNDACIÓN blemas derivados de la pobreza y la exclusión so- cial32. De esta manera, el crecimiento económi- La transición de la sociedad chilena a la demo- co, sumado a la estabilidad política y a la tregua cracia (1988-1994) se articuló en torno a tres pi- social relativa, permitió proyectar (hacia afuera lares fundamentales: La continuidad del modelo y hacia adentro), la imagen de una transición económico neoliberal, los ajustes realizados en exitosa, que había logrado superar los traumas y 1989 a la Constitución Política de la dictadura divisiones del pasado y que ofertaba al país una (1980) y la contención de la demanda social por estrategia de desarrollo económico y social que, parte de la alianza política que lideró el proce- en palabras del Presidente de la República, Ri- so: La Concertación29. Cabe señalar que hasta cardo Lagos Escobar (2000-2006), nos conduciría al pleno desarrollo al momento de conmemorar 28 En el plebiscito realizado el 5 de octubre de 1988 el bicentenario de la independencia de Chile se definía una eventual extensión del mandato presi- (2010)33. dencial de Augusto Pinochet hasta marzo de 1997. La opción SI ratificaba la permanencia de Pinochet en el Chile”, Les Cahiers de Framespa, 27 (2018), pp. 1-15; poder y la opción NO abría un escenario de elecciones González, Carmen, “Introducción. Una propuesta abiertas. En el plebiscito antes mencionado se impu- metodológica y transnacional para el estudio de las so la opción No con un 54,7% de los votos. Disponible transiciones contemporáneas”, en González, Carmen en: https://www.bcn.cl/historiapolitica/elecciones/ (coord.), Transiciones políticas contemporáneas. Sin- detalle_eleccion?handle=10221.1/63196&perio- gularidades nacionales de un fenómeno global, Ma- do=1973-1990 [Consultado el 5 de abril de 2020]. drid, Fondo de Cultura Económica, 2018, pp. 9-20; y Como resultado de este proceso se convocó a elec- Molinero, Carmé e Ysas, Peré, “Introducción”, en Mo- ciones presidenciales para diciembre de 1989. En esa linero, Carmé e Ysas, Peré (eds.), Transiciones. Estu- oportunidad resultó electo Presidente de la República dios sobre Europa del sur y América Latina, Madrid, el abogado demócrata cristiano, Patricio Aylwin Azo- Los Libros de la Catarata, 2019, pp. 7-14. car, con un 55,17% de los votos, en representación de 30 Ottone, Ernesto y Pizarro, Crisóstomo, Osadía de la la Concertación de Partidos por la Democracia. Dispo- prudencia. Un nuevo sentido del progreso, Santiago nible en: https://historico.servel.cl/SitioHistorico/in- de Chile, Fondo de Cultura Económica, 2003, pp. 155- dex1989_pres.htm [Consultado el 5 de abril de 2020]. 162. 29 La transición chilena ha sido ampliamente analiza- 31 Schmidt-Hebbel, Klaus, El crecimiento económico da, siendo el enfoque comparativo uno de los más de Chile. Santiago de Chile, Banco Central de Chile, recientes. Al respecto ver, González, Carmen, “La lu- 2006, p. 7. cha por la democracia. Proceso de transición desde 32 Larrañaga, Osvaldo, Política social en Chile durante la perspectiva comparada”, en Ortiz, Manuel (coord.), la transición a la democracia: 1990-1993, Santiago de La transición se hizo en los pueblos. El caso de la pro- Chile, ILADES / Georgetown University, 1994, p. 1. vincia de Albacete, Madrid, Biblioteca Nueva, 2016, 33 Ministerio Secretaría General de la Presidencia de pp. 143-177; Soto, Álvaro, “Sociedad civil versus éli- Chile, Discurso del Presidente de la República Ricardo tes. Las transiciones a la democracia en España y Lagos Escobar, 21 de mayo de 2003. © Historia Actual Online, 52 (2), 2020: 85-100 91
De la refundación dictatorial a la Transición democrática Igor Goicovic Donoso De esta manera, la denominada “política de los litado a la vez que se consolidaba el economicis- acuerdos”, garantizó la continuidad del modelo mo como estrategia política37. económico neoliberal, a la vez que intentaba mitigar los efectos pauperizadores que la mis- Por otro lado, en las periferias urbanas, las otrora ma tenía sobre amplios sectores de la sociedad. combativas organizaciones de pobladores, como Efectivamente, las autoridades que asumieron la la Coordinadora Metropolitana de Pobladores, la conducción del país en 1990 optaron por ejecu- Coordinadora de Organizaciones Populares o el tar las orientaciones establecidas en el Consenso Movimiento de Pobladores Dignidad, desapare- de Washington (1989) y, en consecuencia, pro- cieron a comienzos de la década de 1990. De la fundizaron el modelo económico neoliberal he- misma manera el giro político conservador expe- redado de la dictadura, en la certeza que éste rimentado por la Iglesia Católica, redujo el cam- garantizaba un crecimiento sostenido de la eco- po de acción social y político de las comunidades nomía y que, por esta vía, era posible superar la cristiana de base. Como consecuencia de todo pobreza y las inequidades34. Se trataba, a juicio esto las organizaciones poblacionales se frag- de las autoridades y de los economistas, de pro- mentaron, perdieron capacidad de vertebración, fundizar el modelo de mercado, estimulando la se desvincularon de las organizaciones políticas reinversión productiva en el sector exportador, y del Estado y se recluyeron en el asistencialismo con énfasis en los productos con mayor valor comunitario38. agregado (industrialización). De esta manera se A contrapelo de las condiciones de los más po- podían mantener los indicadores de crecimiento bres, la década de 1990 se convirtió en la etapa y, a la vez, estimular el mercado laboral a objeto de consolidación de los nuevos grupos económi- de resolver las acuciantes necesidades de la po- cos surgidos al calor de la política neoliberal de la blación35. dictadura. Grupos económicos como Luksic, An- En paralelo, el debilitamiento de los movimien- gelini, Paullman, Solari-Cuneo y Ponce Lerou, se tos sociales y la reducción del volumen e in- integraron al selecto equipo de conglomerados tensidad de la acción colectiva contribuyó a la empresariales que habían navegado y supera- consolidación del modelo. Efectivamente, el mo- do las turbulencias económicas de la década de vimiento obrero, motor de los procesos de mo- 1980, como Matte, Said, Saieh, Sigdo Koopers o vilización social y política hasta 1973, había sido Yarur. La mayoría de estos grupos diversificaron y duramente golpeado por la represión durante la multiplicaron sus inversiones, instalándose en el dictadura y con el Plan Laboral de 1979 se vio sector minero, forestal, pesquero y agrícola, a la reducido en su convocatoria y capacidad movi- vez que controlaban la actividad manufacturera lizadora36. No es extraño, por lo tanto, que con más competitiva y el dinámico sector financie- la llegada al poder de la Concertación el diseño ro39. no cambiara en lo fundamental, pero adquiriera, Este proceso concentrador y expansivo estuvo a través del llamado “Acuerdo Marco”, suscrito acompañado de un discurso mediático, tanto en por la patronal (Confederación de la Producción Chile como en el exterior, que potenció la “mar- y el Comercio) y la principal organización obrera ca país”, destacando la originalidad y virtudes del (Central Unitaria de Trabajadores), el carácter de “milagro chileno”. Ello, en una sociedad crecien- modelo compartido. A partir de este momento temente despolitizada, inhibió la crítica y facilitó el sindicalismo clasista se vio cada vez más debi- la adscripción a un nacionalismo competitivo y exitista. Para muchos, tanto en la administración del Estado como en el entorno de los partidos de 34 Fontaine, Juan, “Transición económica y política en la Concertación, el nuevo régimen había cumpli- Chile: 1970-1990”, Estudios Públicos, 50 (1993), pp. do plenamente con sus objetivos. Se había pues- 273-275 y Ottone y Pizarro, Osadía de la prudencia…, op. cit., pp. 63-103. 37 Araya, Rodrigo, “El Acuerdo Marco chileno: ¿Un 35 Sunkel, Osvaldo, “La consolidación de la democra- caso frustrado de pacto social?”, Tiempo Histórico, 2 cia y del desarrollo en Chile. Desafíos y tareas”, Estu- (2011), pp. 43-63. dios Públicos, 48 (1992), pp. 97-115. 38 Iglesias, Mónica, “Saber y poder en la transición chi- 36 Álvarez, Rolando, “El plan laboral y la negociación lena: Los pobladores como campo de disputa políti- colectiva: ¿Origen de un nuevo sindicalismo en Chile? ca”, Revista de Historia, 23/2 (2016), pp. 65-94. 1979-1985”, Boletín del Instituto de Historia Argenti- 39 Centro de Estudios en Economía y Negocios (CEEN), na y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, 35/36 (2012), Ranking de riqueza de grupos económicos, Santiago pp. 92-115. de Chile, Universidad de Chile, 2012, p. 1. 92 © Historia Actual Online, 52 (2), 2020: 85-100
Igor Goicovic Donoso De la refundación dictatorial a la Transición democrática to fin al estado de emergencia, reinsertado a Chi- feccionar la democracia y eso exige algunas le en la comunidad internacional, consolidado la reformas constitucionales”44. política económica, restablecidas las confianzas entre militares y civiles y alejado los fantasmas No obstante, la imposibilidad de constituir una del golpe de Estado. Para quienes acompañaron mayoría parlamentaria que permitiera imponer a Patricio Aylwin en su gobierno se trataba de un cambio de régimen condicionó tanto el rit- despejar todo sentido de amenaza tanto para mo como la profundidad de los cambios consti- empresarios como para militares y ese objetivo tucionales y fortaleció, a su vez, la tendencia a se había cumplido plenamente40. suscribir acuerdos con los herederos políticos de la dictadura, tendencia que se vio reforzada Con este mismo enfoque se pretendió profundi- por la formación de redes de poder a nivel del zar la institucionalidad democrática y resolver los Parlamento, articuladas en torno a mecanismos problemas de violaciones a los derechos huma- y ámbitos de sociabilidad compartidos45. Efecti- nos heredados de la dictadura41. Efectivamente, vamente, en el mediano y largo plazo los parla- los acuerdos suscritos entre 1985 y 1994 fueron mentarios profesionalizaron los cargos públicos tributarios de la Constitución Política impuesta de representación popular, articulando redes de por la dictadura en 1980, en consecuencia, la apoyo clientelar que se extendían en sus distri- misma no sufrió transformaciones relevantes tos a través de los ayuntamientos, y que les per- durante la transición temprana. Los cambios más mitían ser reelegidos de manera sistemática. En importantes de este ciclo fueron la derogación esta misma línea de acción articulaban con sus del artículo 8° de la Constitución Política, que pares redes de negocios (empresas privadas e declaraba como inconstitucionales a los partidos instituciones educacionales y de salud), cama- políticos rotulados como totalitarios o que adhe- radería (clubes sociales) y de compadrazgo (vín- rían a la lucha de clases. Esta derogación derivó culos familiares), que facilitaban los encuentros, de los acuerdos sancionados por la oposición y negociaciones y suscripción de acuerdos46. la dictadura en torno al plebiscito constitucional de julio de 1989 y que se materializaron a tra- En un sistema de esta naturaleza los militares se vés de la ley N.° 18.825.42 Mientras que la ley N.° reservaron el derecho a impugnar las decisiones 19.295, promulgada en 1991, sancionó el acuer- políticas adoptadas por las autoridades democrá- do entre gobierno y oposición en cuanto a redu- ticas y, a ese efecto, se amparaban en el Consejo cir el período presidencial de 8 a 6 años43. de Seguridad Nacional, un organismo creado por la Constitución Política de 1980 y compuesto por A pesar de la lentitud e insuficiencia de los cam- los tres Comandantes en Jefe de las Fuerzas Ar- bios constitucionales, el jefe de Estado sostenía, madas, el general Director de la Policía de Cara- a mediados de 1991, que la transición había dado bineros, los Presidentes del Senado y de la Corte paso a la democracia. Al respecto era enfático: Suprema y el Presidente de la República. Entre las principales funciones de este organismo des- “En Chile vivimos en democracia. Esta es tacaban la de representar al Presidente de la Re- susceptible de perfeccionarse, sí, y una de pública su opinión frente a algún hecho, acto o las tareas que tenemos por delante es per- materia, que a su juicio atentaba gravemente en contra de las bases de la institucionalidad o pu- 40 Martorell, Francisco, “Transición. Los desafíos de la 44 Martorell, Francisco, “¿Transición o democracia? segunda fase”, Revista Análisis, 14 al 27 de octubre de Las dudas de la política”, Revista Análisis, 12 al 18 de 1991, pp. 11-12. agosto de 1991, pp. 5-7. 41 Goicovic, Igor, “Tensiones y conflictos en el proceso 45 Espinoza, Vicente, “Redes de poder y sociabilidad de transición a la democracia en Chile (1988-2000)”, en la élite política chilena. Los parlamentarios, 1990- en González, Carmen (coord.), Transiciones políticas 2005”, Polis. Revista de la Universidad Bolivariana, contemporáneas. Singularidades nacionales de un fe- 9/26 (2010), pp. 251-286. nómeno global, Madrid, Fondo de Cultura Económi- 46 Pérez, Aníbal, “Más allá de la excepcionalidad. ca, 2018, pp. 232-236. Clientelismo político en Chile: Debates, antecedentes 42 Ministerio del Interior de Chile, Ley Nº 18.825, 17 de históricos y algunos rasgos generales en el tiempo agosto de 1989. presente” en Cavarozzi et al (eds.), Itinerarios políti- 43 Ministerio del Interior de Chile, Ley Nº 19.295, 22 de cos contemporáneos en Argentina, Brasil, Chile y Uru- febrero de 1994. guay, Rosario, UNR Editora, 2017, pp. 161-182. © Historia Actual Online, 52 (2), 2020: 85-100 93
De la refundación dictatorial a la Transición democrática Igor Goicovic Donoso diera comprometer la seguridad nacional47. Esta mejorar la vida de las personas ni a eliminar los función tutelar de los organismos militares se vio símbolos de la dictadura. Su mayor logro, en con- fortalecida con la Ley Orgánica Constitucional de secuencia, quedaba reducido a “realizar algunos las Fuerzas Armadas, promulgada el 22 de febre- ritos” que hicieron la diferencia con la dictadura, ro de 1990, que garantizaba la autonomía de los como: La sobriedad en las festividades, el recur- mandos de las instituciones castrenses, respecto so a una publicidad moderna y estéticamente del poder político democráticamente constitui- llamativa y un homenaje muy emotivo a las víc- do48. De esta manera los mandos de las institu- timas de violaciones a los derechos humanos en ciones armadas del Estado se reproducían a sí el Estadio Nacional51. El “rito de lo posible”, en mismos, controlaban la promoción de nuevas je- última instancia, se transformó en el sello distin- rarquías y ejercían control político sobre el des- tivo de la transición temprana. empeño de las autoridades civiles del Estado49. 3. EL DILEMA DE LA TRANSICIÓN: ENTRE LA Quienes hasta mediados de la década de 1990 HERENCIA DE LA DICTADURA Y EL DESAFÍO consideraban que la posición del ex dictador era ARMADO débil y solo amparada por algunos mandos in- condicionales, debieron cancelar su estrategia de El problema más complejo que debió enfrentar presión asumiendo gradualmente la inviabilidad la transición temprana fue el de las violaciones de la misma. Hacia 1993, después de dos ma- a los derechos humanos cometidas en dictadura niobres de presión sobre la autoridades Civiles y las demandas de verdad y justicia levantadas (“Ejercicio de Enlace”, 1991 y “Boinazo”, 1993), por las agrupaciones de familiares de víctimas de una comisión militar compuesta por los genera- la represión y representadas por el mundo po- les Jorge Ballerino y Jaime Lepe, le impuso a las lítico de la izquierda. La expectativa construida autoridades gubernamentales un petitorio que al interior de este sector era esclarecer rápida- contemplaba la regularización de los bienes in- mente el paradero de las personas que habían muebles del Ejército, el retiro del proyecto de ley sido detenidas y luego hechas desaparecer por de enmiendas a la Ley Orgánica Constitucional los organismos de seguridad del Estado y, ade- de las Fuerzas Armadas y la paralización de las más, someter a juicio y castigar a quienes apa- investigaciones sobre causas de derechos huma- recían como responsables directos de las deten- nos, entre otros aspectos50. Si bien estas presio- ciones, torturas y ejecuciones sumarias, como a nes no pusieron en riesgo la recién conquistada sus cómplices políticos en el aparato del Estado. democracia, no es menos efectivo que genera- No obstante, las orientaciones fundamentales ron desconcierto y vacilación entre las autorida- de las nuevas autoridades del Estado, en mate- des del Estado y le demostraron al conjunto de ria de derechos humanos eran muy diferentes. la población que las instituciones armadas conti- Las mismas fueron establecidas por el Presiden- nuaban gozando de poder político e impunidad te de la República, Patricio Aylwin Azocar, en la de acción. ceremonia de celebración de su asunción como jefe de gobierno, el 12 de marzo de 1990. En esa No obstante, el balance de la gestión de Patricio oportunidad Aylwin señaló que se avanzaría en Aylwin, construido en su entorno más cercano, el esclarecimiento de la verdad, pero que habría fue positivo. Para la periodista de la Revista Hoy, justicia solo “en la medida de lo posible”52. Se Lucy Dávila, la administración democrática ha- trataba, a juicio de uno de los principales opera- bía sido prudente, ya que no se comprometió a dores del gobierno, de hacer política con sentido de realidad, limitando las expectativas (sueños) 47 Disponible en: https://es.wikisource.org/wiki/Cons- de la población y asumiendo los costos propios tituci%C3%B3n_Pol%C3%ADtica_de_la_Rep%C3%- de la administración de los posible (realidad)53. BAblica_de_Chile_de_1980_(texto_original) [Consul- tado el 1 de abril de 2020]. 48 Ministerio de Defensa Nacional de Chile, Ley Nº 18.949, 22 de febrero de 1990. 51 Dávila, Lucy, “La llegada del heredero”, Revista Hoy, 49 Fuentes, Claudio, La transición de los militares, San- 14 al 20 de marzo de 1994, p. 18. tiago de Chile, LOM Ediciones, 2006, pp. 38-51. 52 Aylwin, Patricio, La transición chilena. Discursos es- 50 Otano, Rafael, Nueva crónica de la transición, San- cogidos, 1990-1992, Santiago de Chile, Editorial An- tiago de Chile, LOM Ediciones, 2006, pp. 359-376 y drés Bello, 1992, pp. 20-21. Cavallo, Ascanio, La historia oculta de la transición, 53 Correa, Enrique, La estrategia político institucional Santiago de Chile, Editorial Grijalbo, 1999, pp. 202- para la transición en Chile, Santiago de Chile, Ministe- 216. rio Secretaría General de Gobierno, 1994, p. 13. 94 © Historia Actual Online, 52 (2), 2020: 85-100
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