Las científicas pueden sentirse más 'impostoras' en disciplinas que premian la brillantez

Página creada Gema Garcés
 
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Las científicas pueden sentirse más 'impostoras' en disciplinas que premian la brillantez
SOCIEDAD

Las científicas pueden sentirse más
‘impostoras’ en disciplinas que premian la
brillantez
Las mujeres y los científicos noveles pueden sentir con más frecuencia el
‘síndrome del impostor’ cuanto más perciben que una disciplina académica
requiere talento o ser brillante para tener éxito. Así lo revela un nuevo estudio
realizado en EE UU que sugiere que estos sentimientos podrían obstaculizar
la carrera de los investigadores a largo plazo.

Eva Rodríguez                      6/8/2021 11:55 CEST

Los resultados de la investigación fueron especialmente pronunciados entre las mujeres de
grupos raciales y étnicos tradicionalmente infrarrepresentados en la enseñanza superior y el
mundo académico. / © Adobe Stock

Sentirse como un suplantador dentro en una profesión, así se define el
sentimiento popularmente conocido como el ‘síndrome del impostor’. Este
fenómeno tiene varios componentes: por lo general, implica atribuir el propio
éxito a la suerte o considerar que no se ha ganado. Además, a pesar de las
pruebas objetivas de sus capacidades, las personas que experimentan este
tipo de impresiones tienden a pensar que son menos capaces para
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desempeñar un trabajo de lo que otros creen que son.

Un estudio publicado ahora en la revista Journal of Educational Psychology
muestra los obstáculos a los que se enfrentan ciertos grupos a la hora de
promocionar profesionalmente en el mundo académico, en campos en los
que se enfatiza la brillantez.

                Creemos que los estereotipos
                culturales que asocian la brillantez
                con los hombres son la clave para
                entender esta relación
                Melis D. Muradoglu

“Uno de nuestros principales hallazgos fue que este hecho se relaciona con
los sentimientos de impostor de los científicos , pero no de manera
uniforme. Las mujeres, sobre todo las que se identifican como miembros de
una minoría, eran más propensas a sentirse como impostoras en tales
contextos”, dice a SINC Melis D. Muradoglu, investigadora de la Universidad
de Nueva York (EE UU) y coautora del trabajo.

Los resultados de la investigación fueron especialmente pronunciados entre
las mujeres de grupos raciales y étnicos tradicionalmente
infrarrepresentados en la enseñanza superior y el mundo académico, es
decir, negras o afroamericanas, hispanas o latinas, indias americanas o
nativas de Alaska, nativas de Hawai u otras islas del Pacífico.

“Creemos que los estereotipos culturales que asocian la brillantez con los
hombres son la clave para entender esta relación. Estos entornos son
probablemente hostiles para las mujeres porque se enfrentan a estereotipos
negativos sobre sus capacidades intelectuales. Las mujeres interpretan y
responden a los mensajes sobre la brillantez a través de la lente de los
estereotipos culturales que definen quién tiene dicha cualidad”, enfatiza
Muradoglu.

Para Andrei Cimpian, profesor del departamento de Psicología de la
Universidad de Nueva York y coautor del estudio: “Muchas personas de alto
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rendimiento se sienten inadecuadas, a pesar de la evidencia de su
competencia y éxito. Los esfuerzos deben centrarse en cómo la educación
superior puede crear entornos en los que todos los académicos se sientan
capaces de tener éxito”.

En una investigación anterior, Cimpian demostró que los hombres tienen
más probabilidades que las mujeres de ser percibidos como ‘brillantes’,
mientras que otro estudio del que es coautor, junto con Sarah-Jane Leslie,
de la Universidad de Princeton (EE UU), reveló que las mujeres y los
afroamericanos están infrarrepresentados en las carreras en las que se
percibe que el éxito depende de altos niveles de capacidad intelectual.

       Muchas personas de alto
       rendimiento se sienten inadecuadas,
       a pesar de la evidencia de su
       competencia y éxito
       Andrei Cimpian

“Una de las implicaciones de este hallazgo es que el contexto desempeña un
papel clave en las experiencias de impostor de ciertos individuos.
Esperamos que esto impulse un menor énfasis en la brillantez en ciertas
disciplinas académicas, además de esfuerzos más amplios para fomentar
entornos en los que las mujeres y los investigadores noveles se sientan
merecedores y seguros de su éxito”, declara Muradoglu.

Estereotipos que limitan el éxito académico
Para lleva a cabo el estudio analizaron las respuestas de una encuesta
realizada a cerca de 5.000 académicos –profesores (titulares, no titulares),
becarios posdoctorales, médicos residentes y estudiantes de posgrado– de
un total de nueve universidades públicas y privadas de EE UU que
representaban más de 80 materias. Entre ellas se encontraban las ciencias
naturales y sociales, las humanidades y la medicina.

“Sabemos que los campos varían en la medida en que valoran la brillantez.
Algunos como la filosofía, las matemáticas y la economía, por ejemplo,
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tienden a tener miembros que piensan que esta cualidad es un ingrediente
importante para el éxito”, explica la investigadora.

                  Para lleva a cabo el estudio analizaron las
              respuestas de una encuesta realizada a cerca de
              5.000 profesores (titulares, no titulares), becarios
              posdoctorales, médicos residentes y estudiantes
                                 de posgrado

En la encuesta se pedía a los participantes que calificaran su nivel de
experiencias de sentimientos de impostor (por ejemplo, “a veces tengo
miedo de que los demás descubran cuántos conocimientos o capacidades
me faltan en realidad”) y la orientación a la brillantez de su campo (por
ejemplo, “personalmente, creo que ser un erudito de primera línea de [mi
disciplina] requiere una aptitud especial que no se puede enseñar”).

En general, descubrieron que cuanto más se percibía que un campo requería
‘brillantez’, o talento en bruto, para tener éxito por parte de los participantes
en el estudio, más mujeres y estudiantes de posgrado y becarios
posdoctorales decían sentirse como impostores en relación con otros
grupos.

“Vimos también que los investigadores que experimentan un fuerte
sentimiento de impostor también afirman sentirse menos conectados y
valorados por sus compañeros. Además, se sentían menos seguros de su
capacidad para lograr en los futuros esfuerzos profesionales”, afirma
Muradoglu. Para los científicos esto apunta a posibles formas en las que las
experiencias de impostor pueden limitar el éxito de la carrera de estos
investigadores.

“Sabemos por trabajos anteriores que estos constructos son relevantes
desde el punto de vista de la motivación, por lo que sospechamos que las
experiencias de impostor podrían obstaculizar el éxito de los investigadores
a largo plazo”, concluye la científica.
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   Referencia:

   Melis Muradoglu et al. “Women—Particularly Underrepresented
   Minority Women—and Early-Career Academics Feel Like Impostors in
   Fields that Value Brilliance”. Journal of Educational Psychology.

Derechos: Creative Commons.

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