Luis Miguel Donatello. Catolicismo y Montoneros. Religión, política y desencanto. Buenos Aires, Manantial, 2010. 176 páginas. Iris Schkolnik ...

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Para citar esta reseña:
Schkolnik, Iris. Reseña sobre Luis Miguel DONATELLO. “Catolicismo y Montoneros.
Religión, política y desencanto”. Buenos Aires, Manantial, 2010. Buenos Aires,
Manantial, 2010. En: PROHAL MONOGRÁFICO, Revista del Programa de Historia de
América Latina. Vol. 3. Primera Sección: Vitral Monográfico Nro. 3. Instituto Ravignani,
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2012. pp.
264 – 268.

Luis Miguel Donatello. Catolicismo y Montoneros. Religión, política y
desencanto. Buenos Aires, Manantial, 2010. 176 páginas.

Iris Schkolnik
(RELIG-AR / Becaria CONICET)

Es innegable que el estudio del catolicismo durante el período posterior a la
celebración del Concilio Vaticano II, así como la conformación de los grupos
radicalizados que fueron protagonistas de la historia Argentina de la segunda mitad
del Siglo XX, son temáticas que en los últimos años han recibido una atención cada
vez mayor por parte de los investigadores en ciencias sociales.
Sin embargo no son tan numerosos los estudios abocados al análisis del
vínculo que estableció el catolicismo renovador con los diferentes actores sociales y
políticos durante las décadas de 1960 y 1970.
Ubicándose en la perspectiva de una sociología histórica de la política, el libro
de Luis Miguel Donatello, se propone analizar el nexo entre catolicismo y
Montoneros para dar cuenta de un fenómeno más general como lo es aquel del
vínculo entre religión y política. El autor plantea tres ejes para el desarrollo de su
argumentación: en primer lugar la descripción de las transformaciones del mundo
católico en los años '60, luego el lugar de la socialización religiosa en las trayectorias
militantes y por último el análisis del período inmediatamente anterior al golpe de
Estado, incorporando allí el concepto de “inversión de sentido”.

264

En el trabajo se elabora un análisis sobre el conjunto de investigaciones que
se aproximaron a esta temática, tomando como punto de partida el ya clásico libro
de Richard Gillespie, Soldados de Perón. Los Montoneros, (Buenos Aires, Grijalbo,
1987) y distinguiendo dos líneas de estudio. Por un lado aquellos que, con una
impronta rupturista, se centraron en la problemática de la génesis de la agrupación
armada y a quienes Donatello critica primordialmente por ajustar la racionalidad de
la acción a los resultados, desarrollando una especie de teleología en función de los
objetivos manifiestos de los agentes. En contraposición a estos trabajos, se
menciona otro grupo de producciones, de las cuales el autor destaca principalmente
la búsqueda de una visión del largo plazo en los que se rescatan los nexos con la
matriz nacional-católica de las décadas de 1920 y 1930.
Catolicismo y Montoneros constituye el resultado de los trabajos de
investigación para las tesis de maestría y doctorado del autor. De ahí que los
conceptos utilizados y la metodología de análisis ponen de manifiesto su formación
disciplinar. De este modo, la aplicación de conceptos correspondientes a la teoría de
Max Weber o a la de Pierre Bourdieu -entre otros- inscribe el libro en una vertiente
sociológica que además se ve enriquecida por la ambición del autor de trascender
los límites ya transitados. Es así que parte desde la siguiente premisa: “no existe
ninguna esencia en la política y, por extensión, tampoco en la religión”. Por el
contrario busca definir los términos históricamente, lo que permite un análisis que
toma en cuenta toda su complejidad y que tiende a liberar -en concordancia con
buena parte de la historiografía más actual- a la idea de “lo religioso” de los
prejuicios con que fue abordada durante largo tiempo.
Partiendo desde esta perspectiva, el estudio identifica dos momentos
históricas en los que el catolicismo se adaptó al fenómeno de la Modernidad en
occidente: en las décadas de 1930 y 1940 el catolicismo integral fue la forma de
confrontar el liberalismo, penetrando en todos los ámbitos de la sociedad y el Estado
y posteriormente, también dentro de la misma lógica de adaptación, durante los años
'60 en los que las resoluciones del Concilio Vaticano II habrían sido la instancia para
cristalizar ciertas corrientes que veían la necesidad de un cambio social.

265

En este punto, sosteniendo su idea de unidad entre estos dos momentos del
siglo XX, el autor realiza una reconstrucción de las agrupaciones y movimientos
católicos para identificar las formas que adoptó la corriente contestataria católica
luego del Concilio Vaticano II. Para referirse a este período, establece una discusión
con ciertos conceptos establecidos, como por ejemplo la noción de catolicismo
posconciliar o cristianismo liberacionista (acuñado por el sociólogo Michael Löwy) y
se propone sustituirlos por el uso de los términos renovación católica o catolicismo
contestatario.
En cuanto a los movimientos laicales el autor se centra en la exposición de su
proceso de creación en el periodo preconciliar y de su expansión durante el
postconcilio. A partir de la enumeración de estos grupos, en sus vertientes obrerista,
estudiantil, etc., busca dar cuenta de la continuidad entre las experiencias de los
años sesenta con las de décadas previas. Se estudian además las agrupaciones
que se encuentran fuera de la esfera institucional católica como partidos políticos,
colectivos sacerdotales y grupos intelectuales católicos con el mismo objetivo:
identificar el impacto del Concilio en el mundo católico.
Para abocarse al análisis de los cambios vividos en el mundo de las ideas y
en el discurso de los protagonistas, Donatello se basa en la obra Los católicos
posconciliares en la Argentina, de Arturo Armada, Norberto Habegger y Alejandro
Mayol (Buenos Aires, Galerna, 1970), como principal fuente documental. Esta
compilación, resulta apropiada para que el autor analice una serie de tópicos
debatidos durante el período a partir de los cuales se enlazan las ideas propias de
los cambios en el catolicismo, la coyuntura socio-política que se desarrollaba en
Argentina y la interpretación de los actores que antes mencionados.
Finalmente el corpus de entrevistas volcadas en el trabajo permite arribar -a
partir de la descripción de los itinerarios recorridos durante la formación y la
militancia de los actores- a la observación del cruce (o del desplazamiento) entre lo
político y lo religioso. En el texto, este vínculo se pone de manifiesto con la
enunciación del desplazamiento de lo religioso hacia lo político a partir del concepto
weberiano de “desencanto del mundo” que habría llevado de una socialización

266

religiosa a la crítica radicalizada a un mundo y a un catolicismo sumidos en el
pecado.
Cabe destacar la interesante conclusión a la que arriba el autor luego de la
reconstrucción de la “marca genética” religiosa que se encuentra en Montoneros. La
ubicación del movimiento como una “secta” por el carácter de “elegidos” que
asumieron sus miembros resulta una interpretación sugerente -siempre dentro de la
lógica de la continuidad entre lo religioso y lo secular- acerca del rol de las capas
medias intelectuales y su lugar en la guerrilla armada.
Globalmente, la idea de continuidad adquiere un espacio de relevancia a lo
largo de la obra. No sólo se destaca en referencia a la vinculación general entre las
ideas subyacentes a la formación y desarrollo de Montoneros con la vertiente
integrista de la primera mitad del siglo XX, sino que también es aplicada por el autor
al desplazamiento entre lo secular y lo religioso en diferentes niveles.
Si bien el registro de las continuidades es ineludible en el análisis de cualquier
proceso histórico, en el caso que nos ocupa resulta necesario observar que podría
ser erróneo atribuir una coincidencia absoluta entre estas líneas, presentadas como
si su desarrollo desde la militancia católica hacia la lucha armada evolucionara
naturalmente. En ese sentido, cabría preguntarse por ejemplo, cuál fue el camino
que llevó a la opción por las armas a grupos sin antecedentes de sociabilidad en el
catolicismo, representados sobre todo en movimientos revolucionarios no peronistas.
En este mismo sentido, en la concepción de Montoneros como “secta” podría
cuestionarse por qué las que otras agrupaciones armadas de la época, que no
tuvieron relación con el catolicismo, también actuaron como una comunidad de
elegidos para llevar adelante las reivindicaciones populares.
Teniendo en cuenta que la Iglesia católica -o el catolicismo de forma más
amplia- fue y es un actor que además de contar con una dinámica social e
institucional interna se vincula política y culturalmente con gran parte de la sociedad,
creo que el estudio de estos nexos resultan necesarios a la hora de reconstruir la
historia argentina de las últimas décadas. Es en este sentido que, indudablemente,
la obra de Luis Miguel Donatello enriquece un terreno que no se encuentra de
ninguna forma agotado y que aporta al debate y a la complejización de una temática
267

Para citar esta reseña:
                Schkolnik, Iris. Reseña sobre Luis Miguel DONATELLO. “Catolicismo y Montoneros.
                Religión, política y desencanto”. Buenos Aires, Manantial, 2010. Buenos Aires,
                Manantial, 2010. En: PROHAL MONOGRÁFICO, Revista del Programa de Historia de
                América Latina. Vol. 3. Primera Sección: Vitral Monográfico Nro. 3. Instituto Ravignani,
                Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2012. pp.
                264 – 268.

no pocas veces polémica, pero cada vez más rica en matices y en especialización
dentro de la comunidad de investigadores.

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