Museo del Traje: breve presentación

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Museo del Traje: breve presentación
011-022_MUSEO TRAJE    26/5/08     09:34   Página 13

           Museo del Traje:
           breve presentación*                                                                              Andrés Carretero Pérez

           El MUSEO DEL TRAJE. Centro de Investi-          Centre de Documentació i Museu Tèxtil de
           gación del Patrimonio Etnológico, depen-        Tarrasa o la Fundación y Museo Balencia-
           diente del Ministerio de Cultura, de            ga, dedicado de manera monográfica a
           reciente creación, se plantea como un           este gran artista español, en Guetaria.
           museo especializado en el estudio de la           Faltaba, sin embargo, una institución de
           historia del traje y de la moda contempo-       ámbito nacional que amparara específica-
           ránea en España. Sus objetivos principales      mente este patrimonio, porque su repre-
           incluyen la valoración del vestido como         sentación en los museos estatales es
           expresión social y creación artística, así      bastante limitada, dispersa e incompleta.
           como de las numerosas industrias y activi-      Además de los fondos que guardaba el
           dades relacionadas con él; el análisis de las   antiguo Museo Nacional de Antropología,
           implicaciones técnicas, sociales, ideológi-     de los que hablaremos a continuación,
           cas y creativas de la indumentaria a través     pueden citarse las series de trajes popula-
           de la diversidad y el continuo cambio de        res (con sus joyas y aderezos) del Museo
           los usos; la difusión de las características    Sorolla, que el pintor adquirió y utilizó
           particulares de la historia del vestido en      para sus pinturas de tipos populares espa-
           España; y la contextualización de esa pro-      ñoles realizadas por encargo de la Hispa-
           ducción española en el marco histórico,         nic Society; los escasos trajes de época
           social y cultural europeo al que siempre ha     conservados en el Museo Romántico o el
           estado unido.
             Los museos del traje o la moda, según
           sus denominaciones más frecuentes, tie-
           nen una historia ya larga en todo el
           mundo, pero de manera particular a partir
           de 1950 han ido floreciendo instituciones
           específicas como el Museum of Costume                                                            Figura 1. Logotipo del Museo del Traje. CIPE
           (Bath), el Costume Institute (Kyoto)...; o                                                       Estudio de Manuel Estrada.
           adquiriendo peso e independencia las sec-
           ciones relacionadas con la materia dentro
           de instituciones mayores. Por citar ejem-       Museo Cerralbo; los de procedencia ame-
           plos significativos, pensemos en las colec-     ricana, y en general de carácter popular,
           ciones de indumentaria del Victoria &           que guarda el Museo de América; las series,
           Albert Museum de Londres, el Costume            principalmente del siglo XX, aunque no
           Institute del Metropolitan Museum de            falta alguna importante pieza más antigua
           Nueva York o el Musée de la Mode et du          (incluso del siglo XVI), con que cuenta el
           Textile de París, sección independizada del     Museo Nacional de Artes Decorativas; la
           Museo de Artes Decorativas...                   colección del Museo Nacional de Cerámi-          * Una versión previa de este artículo se publicó en
             España cuenta también con algunas ins-        ca y Artes Suntuarias de Valencia, que inclu-      “El Museo del Traje. Centro de Investigación del
           tituciones especializadas como el Museu         ye esencialmente prendas y accesorios de           Patrimonio Etnológico”, Revista de Museología,
           Tèxtil i d’Indumentaria de Barcelona, el        los siglos XVIII y XIX; y el que quizás sea el     29, Madrid, 2004, pp. 88-95.

                                                                                                                                                            13
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           ANDRÉS CARRETERO PÉREZ

                        Figura 2. Vista exterior de los jardínes   conjunto más extenso y significativo: la     yor (Coruña), Vázquez Díaz (Huelva),
                              y el edificio del Museo del Traje.   colección del Museo del Teatro, depen-       Benedito (Valencia), Planes (Murcia)...,
                                                         CIPE.
                                                                   diente del Instituto Nacional de las Artes   junto a un Salón de Trajes Regionales para
                                                                   Escénicas y la Música, que, junto a indu-    las regiones peor representadas por su
                                                                   mentarias propiamente teatrales, conserva    número de conjuntos, además de varias
                                                                   numerosas prendas del guardarropa per-       salas de trajes de época con colecciones
                                                                   sonal de actrices de los siglos XIX y XX.    como las de Rocamora, Guiu o la del viz-
                                                                                                                conde de Güell, que cerraba la muestra.
                                                                                                                  La prensa de todo el país se hizo eco
                                                                   Algo de historia                             continuo desde mucho antes de la inaugu-
                                                                                                                ración hasta su cierre. El éxito de público
                                                                   Aunque es el más reciente de los museos      fue tal que se hizo necesario reeditar la
                                                                   nacionales, realmente el Museo del Traje     guía de visita. Y ya en el discurso inaugu-
                                                                   es un museo antiguo; sus colecciones tie-    ral el conde de Romanones planteó la idea
                                                                   nen una larga historia.                      de convertir la exposición temporal en un
                                                                     La Exposición del Traje Regional, cele-    Museo del Traje permanente.
                                                                   brada en 1925 en el Palacio de Bibliotecas     Con motivo de la muestra, junto a prés-
                                                                   y Museos de Madrid, fue un evento nota-      tamos temporales de particulares, se
                                                                   ble que reunió en su Comité organizador      adquirieron numerosas prendas y se reci-
                                                                   a un amplio espectro de la intelectualidad   bieron una gran cantidad de donaciones
                                                                   española, de la nobleza y de las fuerzas     que, tras la clausura, dieron lugar a la cre-
                                                                   vivas de la época: desde el Conde de         ación de una Junta de Patronato del Museo
                                                                   Romanones, Presidente por entonces de        del Traje Regional e Histórico (R.O. de 23
                                                                   la Real Academia de Bellas Artes de San      de marzo de 1927) que debía hacerse
                                                                   Fernando, al antropólogo D. Luis de          cargo de los abundantes fondos y crear el
                                                                   Hoyos Sainz, que actuó de comisario de la    Museo. En la Comisión rectora aparece el
                                                                   muestra sustituyendo al fallecido profesor   pintor Mateo Silvela como Director, acom-
                                                                   de Indumentaria del Real Conservatorio D.    pañado de personajes como el Duque de
                                                                   Juan Comba, o la Duquesa de Parcent, Dª      Parcent, Ricardo Ortueta, Joaquín Ezque-
                                                                   Trinidad von Scholzs Hermendorff, autén-     rra del Bayo, Francisco Llorens o Ignacio
                                                                   tica impulsora del evento según todas las    Pinazo Martínez (Berges, 1996).
                                                                   noticias.                                      Sin embargo, el Museo no consiguió des-
                                                                     La exposición trataba de compendiar la     pegar y tuvo una vida azarosa y errante, sin
                                                                   gran diversidad de manifestaciones de las    llegar a instalarse y abrirse al público. En
                                                                   indumentarias españolas, y para ello         1932 se reorganiza, aparece la Duquesa de
                                                                   reconstruía ambientes populares, por         Parcent como Presidenta de la Junta del
                                                                   áreas provinciales, sobre escenografías      Patronato y, como vocales, algunas perso-
                                                                   creadas por artistas como Álvarez Sotoma-    nalidades que poco más tarde tendrán una

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           gran importancia en el desarrollo del           la norma, ambas instituciones continuaron
           Museo del Pueblo Español: Carmen Baro-          funcionando de manera independiente,
           ja de Caro, Luis Navia-Osorio y Castropol       sin unir sus capacidades y escasos recur-
           y Luis de Hoyos Sainz.                          sos, y las colecciones españolas siguieron
             De hecho, en 1934 sus colecciones pasa-       sin exponerse al público a pesar de los
           ron a integrar los fondos del Museo del         numerosos proyectos planteados.
           Pueblo Español, institución que puede             Esta lamentable historia no ha impedido
           considerarse una obra personal de D. Luis       que desde 1934, y en la medida de sus limi-
           de Hoyos Sainz. Ya en 1915 Luis de Hoyos        tadas posibilidades, el Museo haya multi-
           y Telesforo de Aranzadi habían enviado al       plicado las aproximadamente tres mil pie-
           Centro de Estudios Históricos una memo-         zas de la colección inicial de indumentaria,
           ria planteando el interés y la necesidad de     en su mayor parte con trajes populares,
           crear un museo de etnografía de las cultu-      joyería y otros complementos. A veces con
           ras hispanas, al que pensaron denominar         adquisiciones puntuales. En otras ocasio-
           Museo del Pueblo Español. Durante los           nes con grandes compras como las colec-
           años siguientes D. Luis fue presentando         ciones de Alfredo Cueto (de indumentaria
           noticias en la Sociedad Española de Antro-      popular de la provincia de Zamora) o Javier
           pología, Etnología y Prehistoria, de la que     Emperador (de la provincia de León). Y
           era Secretario, sobre los avances en la         con colaboraciones excepcionales como la
           constitución de dicho museo y la recopila-      donación de Dª Pilar Primo de Rivera en los
           ción de colecciones.                            años 80, o la dación de Caja Duero (2001)
             Hoyos tenía claro el destino de los fon-      que ha permitido el ingreso, junto a otras
           dos de la exposición del Traje regional, ya     piezas de gran interés, de un traje de vis-
           que, como relata su colaborador Ángel           tas albercano con su joyería completa, traje
           Vegue Goldoní en su descripción de la           que perteneció a la bailarina Elvira Lucena,
           misma: “Pensando en el futuro Museo del         y cuyo conjunto de joyas fue publicado por
           pueblo español, se ha tendido a diferentes      la Hispanic Society (Jewelry. Necklaces. La
           géneros de presentación” (Vegue, 1925:          Alberca, Salamanca) hace casi un siglo. Se
           211).                                           trata de una de las pocas ocasiones en que
             Desde el punto de vista de D. Luis, el        tenemos constancia de la permanencia a lo
           Museo del Traje fue sólo un intermedio,         largo del tiempo de un conjunto unitario
           pues desde el inicio pareció insuficiente:      de joyería en la indumentaria popular.
           “ampliaban el valor artístico y científico de   Igualmente significativa es la reciente
           la Exposición los objetos etnográficos de       dación de Inditex S.A. (2003) de la valiosa
           las artes, industrias, juego y diversiones,     colección de trajes y textiles de Mariano
           así como de utensilios de casa, ajuar y tra-    Fortuny que perteneció a Liselotte Höhs,       Figura 3. Vista exterior del edificio
           bajo y muy notabilísimos ejemplares de          cercana a las quinientas piezas.               del Museo del Traje. CIPE.
           instrumentos de música, formando un
           completo folklórico y etnográfico que nos
           confirmó la necesidad de aspirar a organi-
           zar el Museo del Pueblo Español, y no con-
           cretamente el del traje, ya que éste no era
           más que uno de tantos elementos o unida-
           des constituyentes de la vida y la cultura
           tradicional española” (Hoyos, 1985 [1947]:
           83).
             Sin embargo, si hemos calificado de aza-
           rosa la vida del Museo del Traje Regional e
           Histórico, la de su sucesor, el Museo del
           Pueblo Español, no tuvo más fortuna, y de
           hecho el Museo apenas se abrió al público
           durante quince meses, entre el otoño de
           1971 y el verano de 1973.
             En 1993, en un intento bienintenciona-
           do de modernización del discurso patri-
           monial, Museo del Pueblo Español y
           Museo Nacional de Etnología se unen en
           una sola institución: el Museo Nacional de
           Antropología; pero, a falta de desarrollo de

                                                                                                                                                             15
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           ANDRÉS CARRETERO PÉREZ

                                                          Finalmente, en 2002, dentro de una             ción del Patrimonio Etnológico, que habla
                                                        reflexión general sobre el futuro del            del respeto al patrimonio etnográfico y de
                                                        Museo, y sin prescindir de la preocupación       la voluntad de continuidad e integración.
                                                        por la interpretación cultural global, se           Este contexto de surgimiento de la
                                                        decidió potenciar, desde una perspectiva         nueva institución ayudará a comprender la
                                                        moderna, la presencia pública de aquellas        amplitud de funciones recogidas en las
                                                        antiguas colecciones de trajes, considera-       normas de creación, que comienzan con
                                                        das las más ricas y coherentes de la insti-      consideraciones generales respecto al
                                                        tución, y en 2004 se crea oficialmente el        estudio de la diversidad cultural española,
                                                        Museo del Traje. Centro de Investigación         desde una perspectiva antropológica, para
                                                        del Patrimonio Etnológico.                       ir precisando y centrándose en “mostrar
                                                          Como si de un cierre del círculo se trata-     de manera destacada la evolución históri-
                                                        ra, casi ochenta años después de la crea-        ca de la indumentaria, analizando sus
                                                        ción del Museo del Traje Regional e Histó-       implicaciones técnicas, sociales, ideológi-
                                                        rico, vuelve a crearse el Museo del Traje,       cas y creativas a través de la diversidad y el
                                                        por la innegable riqueza de esta parte de        continuo cambio de las prácticas del ves-
                                                        las colecciones.                                 tir.”
                                                          A pesar de la simplicidad de la frase ante-
                                                        rior, es difícil percibir la continuidad entre
                                                        las instituciones. No puede pensarse que         De las colecciones
                                                        el Museo del Traje ha vivido oculto, agaza-
                                                        pado durante años, bajo la piel de un            La riqueza de las colecciones textiles que
                                                        museo etnográfico, sino que realmente se         se han ido reuniendo a lo largo de casi
                                                        integró, se diluyo en él. Pero, al mismo         ochenta años es innegable, lo cual no con-
                                                        tiempo, en la historia del Museo del Pue-        tradice la afirmación de que el Museo del
                                                        blo Español se observa una continua con-         Traje. Centro de Investigación del Patri-
                                                        tradicción entre el ánimo universalista de       monio Etnológico, a pesar de esa larga
                                                        D. Luis de Hoyos, que buscaba una amplia         historia, es un museo naciente que debe
                                                        y diversa representación de la cultura           formar su colección de acuerdo con los
                                                        popular (“Dos aclaraciones hace el Patro-        criterios que se plantean para su actividad
                                                        nato a todos los que atiendan su ruego. Es       futura.
                                                        la primera la de la ilimitación de lo que          El Museo cuenta en la actualidad con
                                                        puede y debe recogerse y enviarse, y, la         unos 160.000 fondos museográficos y
                                                        segunda, la de la urgencia del trabajo”          documentales inventariados; de ellos casi
                                                        [AMPE, 1935: 33; negritas nuestras]), y la       25.000 corresponden a textiles e indumen-
                                                        realidad de que cada vez que el Museo            taria. Ya nos hemos ocupado en otro lugar
                                                        tenía posibilidad de exponer al público sus      del comentario de las características de
                                                        colecciones, cuando se solicitaban fondos        estas colecciones (Carretero, 2002), pero
                                                        para exposiciones temporales, o cuando el        resulta necesario reflexionar sobre las pro-
                                                        Museo “necesitaba causar buena imagen”,          pias series de indumentaria para compren-
                                                        aparecen siempre las colecciones de tra-         der el punto de partida del proyecto.
                                                        jes, sin duda las más atractivas del conjun-       Durante mucho tiempo el grueso de las
                                                        to.                                              colecciones de indumentaria se han refe-
                                                          En 1934 el decreto de creación del             rido al denominado “traje regional”, que
                                                        Museo del Pueblo Español incluía la previ-       siempre se ha contemplado desde una
                                                        sión de mantener una sección especial del        perspectiva geográfico-sociológica, tratan-
                                                        Traje Histórico (“Conservará y continuará        do de completar tipologías y variedades
                                                        la sección especial del Traje Histórico,         regionales y comarcales, como si esta
                                                        ampliándola con el de oficios y jerarquías”,     indumentaria tradicional fuera algo esta-
                                                        art. 3º) en atención a la procedencia de         ble y permanente, ajeno a la historia, ajeno
                                                        una parte de sus colecciones, tarea que el       a las modas que cambian con el tiempo.
                                                        Museo nunca desatendió dentro de sus               El mundo culto del siglo XVIII (esencial-
                                                        escasos medios como demuestra el conti-          mente a partir de la colección de D. Euse-
                                                        nuo crecimiento de los fondos.                   bio Güell), y en menor medida las modas
                                                          Este nuevo Museo del Traje, en atención        del siglo XIX, han tenido también una
                                                        igualmente a las numerosas colecciones           representación significativa.
                                                        heredadas del crecimiento natural del              La moda del siglo XX, salvo en ingresos
                                                        Museo del Pueblo Español, añade a su             puntuales, ha estado prácticamente ausen-
                                                        nombre un subtítulo: Centro de Investiga-        te de las colecciones. Como en otras áreas

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Museo del Traje: breve presentación
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           del Museo, el salto desde la sociedad rural    miento y el volumen de los ingresos entur-
           al mundo urbano e industrializado parecía      biaran los criterios de selección y que los
           un límite insuperable, infranqueable, y        almacenes del Museo se llenaran de piezas
           resultaba impensable que la Alta Costura       poco significativas, porque de hecho (no
           pudiera formar parte de un museo etno-         lo olvidemos en ningún momento) no
           gráfico. De hecho, las propias estructuras
           administrativas han dado muestras de
           tener asumidos estos postulados, y en más
           de una ocasión han rechazado propuestas
           de ingreso de prendas firmadas por gran-
           des creadores por no ajustarse a la temáti-
           ca de la institución.
             Sólo en la última década del siglo pasa-
           do comenzó a abrirse camino la idea de
           ampliar cronológica y culturalmente los
           contenidos del Museo y, del mismo modo
           que comenzaron a ingresar electrodomés-
           ticos o maquinaria agrícola, superando los
           límites de lo “preindustrial” en las colec-
           ciones etnográficas, pudo iniciarse lenta-
           mente la adquisición de trajes “de moda”
           y de diseñadores actuales.
             Salvo adquisiciones puntuales por dona-
           ción, hasta la década de 1990 no se inicia-
           ron las compras de moda culta contempo-        estamos ante un museo acabado, ante un         Figura 4. Vitrina El traje emblema del oficio
           ránea con ingresos de diseños, en general      museo de colecciones cerradas, sino ante       de la sala El traje popular.
           aislados y no demasiado significativos, de     un museo que nace y que debe desarro-
           Balenciaga, Pedro Rodríguez, Pertegaz...; y    llarse con el necesario rigor y perspectiva.
           sólo en el año 2000, con motivo de la pre-     Sin prisas.
           vista exposición temporal “Geometría y            En síntesis, sobre un total aproximado
           trazas”, comenzaron a ingresar trabajos de     de veinte mil piezas de indumentaria,
           diseñadores españoles actuales (Jesús del      complementos y textiles, la serie de trajes
           Pozo, Ángel Schlesser, Devota & Lomba,         más completa es la de indumentaria popu-
           Roberto Verino, Ágata Ruiz de la Prada,        lar, a pesar de que ya en la exposición de
           Sara Navarro, Angela Arregui, Amaya            1925 un tercio de las provincias españolas
           Arzuaga, Jaume Roca..., entre otros            quedaron mal representadas, con un solo
           muchos) en forma de donaciones de los          traje o ninguno, en gran medida por la
           propios creadores.                             propia inexistencia –o indefinición– de
             En todo caso, nunca formó parte de las       esos “trajes populares” en muchas regio-
           metas del Museo del Pueblo Español con-        nes. Los siglos XVIII y, en menor medida,
           vertirse en un museo monográfico ni            XIX están esencialmente representados
           narrar una historia de las formas de vestir    por los fondos de las colecciones Güell y
           en España, y mucho menos en el conjun-         Guiu procedentes del antiguo Museo del
           to de la cultura occidental o del mundo,       Traje, con carencias significativas, sobre
           por lo que una especialización en la histo-    todo, en la primera parte del siglo XVIII y
           ria del traje requerirá un incremento siste-   en época romántica. La moda del siglo XX,
           mático y planificado de los fondos actua-      como ya hemos señalado, está escasamen-
           les.                                           te presente.
             Por suerte, un gran número de donantes          Ahora bien, junto a estas colecciones de
           están dispuestos a ayudarnos a completar       indumentaria, complementos, accesorios
           las colecciones con la mayor rapidez,          y elementos de adorno personal, que
           como demuestran las más de 4.000 pren-         constituirán el núcleo básico de interés
           das ingresadas durante el año 2004. Para       expositivo en el futuro próximo, el Museo
           aquellos vestidos que difícilmente llegarán    guarda las demás colecciones del antiguo
           de donaciones se ha iniciado una campa-        Museo del Pueblo Español: una gran varie-
           ña de adquisición puntual de fondos para       dad de fondos, de objetos relacionados
           tratar de equilibrar los contenidos. Cam-      tanto con las actividades productivas, la
           paña que se ha planteado con la mayor          vida doméstica o las creencias de la vida
           prudencia para evitar que el apresura-         tradicional, del mundo rural en lo esencial,

                                                                                                                                                           17
Museo del Traje: breve presentación
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           ANDRÉS CARRETERO PÉREZ

                                                                   del período de transición de la era prein-    poco acostumbrado a estas fórmulas de
                                                                   dustrial a la industrial y urbana.            trabajo, ha parecido conveniente mante-
                                                                     Del mismo modo que las series de indu-      ner el formato clásico de la Exposición Per-
                                                                   mentaria han crecido con el tiempo, las       manente, aunque con la idea clara de que
                                                                   series etnográficas han pasado de unos        permanente no quiere decir eterna, y que
                                                                   tres mil objetos en 1936 a más de setenta     las prendas expuestas se verán sometidas
                                                                   y cinco mil en la actualidad. Aunque su       a una rápida renovación.
                                                                   cronología es mucho más amplia, con             Al plantear las líneas básicas del discurso
                                                                   algunos objetos al menos del siglo XVI y      expositivo, se ha optado por un eje princi-
                                                                   otros del más inmediato presente, la          pal de narración cronológica por motivos
                                                                   mayor parte podrían datarse entre finales     de pragmatismo y efectividad.
                                                                   del siglo XIX y la primera mitad del XX.        En primer lugar, “la historia” resulta un
                                                                     Estos fondos, que constituyen el núcleo     esquema al que el público está acostum-
                                                                   básico del Centro de Investigación del        brado en otros muchos tipos de museo.
                                                                   Patrimonio Etnográfico, contarán con sus      En segundo lugar, el carácter marcada-
                                                                   propios proyectos expositivos en las salas    mente historicista de las colecciones hacía
                                                                   temporales.                                   difíciles planteamientos de argumentación
                                                                                                                 horizontal. En tercer lugar, aunque los
                                                                                                                 estudios son incipientes, se dispone de un
                                                                   Implantación expositiva                       mínimo de información fehaciente sobre
                                                                   primera                                       la historia del traje en España, mientras
                                                                                                                 que apenas existen estudios sobre la socio-
                                                                   La vocación de cualquier museo es estar       logía del traje y de la moda, que hubieran
                                                                   abierto y ofrecer sus servicios al público.   servido para plantear otros acercamientos.
                                                                   Para un museo como el Museo del Traje,        El análisis de la moda se mantiene, hoy por
                                                                   heredero de otros históricamente cerra-       hoy, en un nivel de instantánea periodísti-
                                                                   dos al público, la exposición es condición    ca, descriptiva y estetizante, que hace difí-
                                                                   imprescindible para comenzar a vivir.         cil estructurar una muestra explicativa con
                                                                     En una somera revisión de los museos        algo más que opiniones personales. Otro
                                                                   especializados en todo el mundo pode-         tanto ocurre si buscamos estudios sobre
                                                                   mos comprobar que prácticamente ningu-        tecnología, economía, simbolismo, etc.,
                                                                   no cuenta con una “exposición permanen-       aplicadas al análisis de la moda.
                                                                   te” propiamente dicha, sino que funcionan       Las colecciones disponibles, mínimas
                                                                   como centros de exposiciones temporales       para épocas anteriores al siglo XVIII, como
                                                                   en las que rotan las colecciones, mostrán-    en cualquier otro museo de la especiali-
                                                                   dose al público durante breves períodos       dad, ha llevado a estructurar una muestra
                                                                   de tiempo en muestras monográficas. La        centrada en los tres últimos siglos, con
                                                                   delicadeza de los materiales que se expo-     catorce áreas expositivas, que mezclan eta-
                                                                   nen condiciona tanto las técnicas como el     pas cronológicas y salas monográficas,
                                                                   discurso expositivo.                          según el siguiente esquema:
             Figura 6. Vitrina Clasicismo y burguesía de la sala     Sin embargo, como inicio del Museo del        1) Tiempos lejanos. Describe los antece-
                                     Afrancesados y burgueses.     Traje, y en el contexto museístico español,        dentes más remotos de nuestras for-
                                                                                                                      mas de vestir. Iniciar “la historia” en el
                                                                                                                      siglo XVIII, como si antes hubiéramos
                                                                                                                      ido desnudos durante milenios, pare-
                                                                                                                      cía limitado y poco instructivo. Tam-
                                                                                                                      bién parecía contradictorio sustituir
                                                                                                                      las etapas más lejanas por un mero
                                                                                                                      audiovisual inicial, por lo que final-
                                                                                                                      mente la solución fue mixta. Así, una
                                                                                                                      serie de vitrinas muestran algunas
                                                                                                                      prendas de gran antigüedad, algunas
                                                                                                                      del propio Museo y otras préstamos
                                                                                                                      temporales de diversas instituciones,
                                                                                                                      como el ajuar funerario de la Infanta
                                                                                                                      María, hija del rey Fernando III, falle-
                                                                                                                      cida en 1235, depositado gentilmente
                                                                                                                      por la Colegiata de San Isidoro de
                                                                                                                      León, o el traje de recepción “a la
Museo del Traje: breve presentación
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                                                                                                                          MUSEO DEL TRAJE: BREVE PRESENTACIÓN

               española” del embajador sueco Nils            artistas, con Sorolla como nombre
               Brahe, de 1655, cedido por el Skoklos-        más destacado, los inmortalizan como
               ter Slott, que sustituyó al ajuar de la       “rasgos de identidad”; y los fotógrafos,
               Infanta. Otra línea expositiva muestra,       como Laurent, Benito de Frutos u
               con las representaciones iconográfi-          Ortiz-Echagüe, se recrean, igualmen-
               cas que ofrecen esculturas y pinturas,        te en ellos.
               las formas y colores de aquellas pren-     7) Belle Epoque. Período corto pero de
               das antiguas, llegando a los conocidos        gran interés por las transformaciones
               trajes “a la española” que marcaron la        que tuvieron lugar en la indumenta-
               moda internacional en la época de los         ria: abandonados ya los polisones, se
               Austrias. Finalmente, un audiovisual
               sintético habla de las líneas esenciales
               de la evolución del traje.
            2) Ilustración y casticismo. Área dedi-
               cada a la indumentaria del siglo XVIII,
               muestra la pugna entre las tradiciones
               hispanas y la influencia, finalmente
               ganadora, de las modas francesas que
               aporta la dinastía borbónica.
            3) Afrancesados y burgueses. Habla de
               los cambios sociales y económicos
               que repercutieron en toda Europa
               tras la Revolución Francesa, y de la
               burguesía triunfante que tras la caída
               de Napoleón consolidó su posición
               dominante a lo largo de todo el siglo
               XIX. La revolución incluyó un rápido
               y radical cambio en la indumentaria.
            4) Romanticismo. El Romanticismo
               consolida un ideal de vestido común
               a toda la sociedad: vestir mejor es ves-
               tir lo mismo, pero con artículos más
               caros. Para la historia de la moda el
               Romanticismo ofrece el primer traje
               masculino contemporáneo (burgués)
               y el último traje femenino moderno
               (aristocrático): frente a un traje mas-
               culino oscuro, sobrio y uniforme, un
               traje femenino brillante y lujoso.
            5) Del miriñaque al polisón. Muestra la
               evolución tardía de esos trajes román-
               ticos con crinolinas o miriñaques. En
               1867 la crinolina, entendida como ena-        pasó a la silueta filiforme y más tarde     Figura 7. Vitrina De compras de la sala
               gua cupuliforme, ha pasado a mejor            a la libertad del cuerpo femenino a         Romanticismo.
               vida, sustituida por el barroquismo de        partir de las creaciones de Poiret o de
               las túnicas y sobrefaldas. “Los lenceros      Fortuny.
               idearon una nueva infraestructura          8) Mariano Fortuny y Madrazo. El
               para sostener las faldas obstinadas en        maestro de las sedas plisadas, que
               negar la gravedad”: el polisón.               todavía muestra su influjo en los crea-
            6) El traje regional. En el contexto del         dores actuales, ocupa un área mono-
               regeneracionismo, reflexión en la que         gráfica que trata de reflejar la diversi-
               participaron políticos, intelectuales y       dad de sus creaciones.
               artistas, alertando sobre la necesidad     9) Vanguardias y moda. Recoge la
               de “profundizar en las raíces patrias”        influencia de las vanguardias artísticas
               para superar las continuas crisis que         sobre la indumentaria en el período
               sufría España, comienza el interés por        de entreguerras.
               el denominado traje regional. Los          10) La moda renovada. Nos habla del
               etnógrafos, con Luis de Hoyos Sainz a          triunfo de los modistos en los dece-
               la cabeza, le dedican estudios; los            nios posteriores a la Segunda Guerra

                                                                                                                                                          19
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           ANDRÉS CARRETERO PÉREZ

                Figura 8. Pasarela de la sala Tiempos actuales.

                                                                      Mundial con ejemplos tanto españo-             recuperar algunas etiquetas casi olvi-
                                                                      les como internacionales.                      dadas por la historia y desconocidas
                                                                  11) Cristóbal Balenciaga Eizagui-                  por el público.
                                                                      rre. De entre los anteriores triunfa-     13) De la moda al espectáculo. Trata de
                                                                      dores destaca sobremanera Balen-               reflejar algunos resplandores de la
                                                                      ciaga, que ocupa un área monográfi-            moda internacional en los últimos
                                                                      ca, punto de inflexión entre sus coe-          decenios.
                                                                      táneos, como Christian Dior, y los        14) Y por último, Tiempos actuales:
                                                                      creadores de Alta Costura españoles            España de moda. Ofrece una breve
                                                                                                                     y cambiante muestra de la moda
                                                                      que ocupan la siguiente área.
                                                                                                                     española actual de la última genera-
                                                                  12) Alta Costura española. Refleja la
                                                                                                                     ción, desde los diseñadores ya con-
                                                                      creación de un gran número de                  sagrados a los más jóvenes.
                                                                      modistos que trabajaron en España         Esta secuencia cronológica se ha dis-
                                                                      esencialmente entre 1940 y 1980,        puesto en un recorrido espacial que, a
                                                                      cuya visión conjunta permite llamar     modo de túnel protector de la luz, ocupa
                                                                      la atención sobre la gran calidad de    la zona central de la sala de exposición, ais-
                            Figura 9. Vista del Área Didáctica.       la moda española en el período, y       lándola de los ventanales que recorren
                                                                                                              toda la periferia del espacio expositivo.
                                                                                                                Cada área tiene un número variable de
                                                                                                              vitrinas o ambientes, en los que se ha
                                                                                                              intentado partir de algún elemento signi-
                                                                                                              ficativo del momento histórico a modo de
                                                                                                              guión descriptivo: La velada musical de
                                                                                                              Miguel Ángel Houasse, los pasajes comer-
                                                                                                              ciales del siglo XIX, un parque, el escapa-
                                                                                                              rate de la tienda de muñecas de Mariqui-
                                                                                                              ta Pérez, etc. No obstante, salvo en el caso
                                                                                                              excepcional de la Chocolatería “El Indio”,
                                                                                                              situada como escenario en el área de Van-
                                                                                                              guardias y moda, las escenografías son
                                                                                                              siempre minimalistas, como lo es en
                                                                                                              general toda la museografía. No se han
                                                                                                              establecido recreaciones de ambientes,
                                                                                                              que quedan simplemente sugeridos por
                                                                                                              algún objeto real aislado (mueble, instru-
                                                                                                              mento musical...) o por réplicas de esca-
                                                                                                              parates, fachadas, muebles..., realizados
                                                                                                              en el mismo tono neutro del fondo de las
                                                                                                              vitrinas, de manera que se aprecien las

           20
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                                                                                                           MUSEO DEL TRAJE: BREVE PRESENTACIÓN

           formas, pero los colores del atrezzo no         tan hablar con seriedad sobre la historia de
           compitan nunca con los de los propios           la indumentaria en España. Del mismo
           trajes, que son el núcleo central de la         modo, apenas existen estudios sobre los
           muestra.                                        inicios de la Alta Costura ni sobre los
             Otro tanto ocurre con los soportes expo-      modistos españoles anteriores a 1970, sal-
           sitivos, y en particular con los maniquíes,     vando algunos de los grandes nombres
           realizados en los talleres del propio           (Fortuny, Balenciaga...). Y, cuando deci-
           Museo: se ha minimizado su presencia            mos que no existen estudios, inevitable-
           haciendo que (salvo necesidades técnicas        mente estamos diciendo que su produc-
           especiales) el soporte acabe donde acaba        ción no está recogida ni representada en
           la pieza. Se pierde con ello “realismo”, fal-   los museos de manera adecuada, ni a
           tan brazos, piernas y cabezas..., pero nada     menudo valorada en los roperos particu-
           interfiere en la contemplación limpia de        lares.
           las prendas. Como complemento contex-             Si en su momento se perdió la oportu-
           tual, cada área ofrece audiovisuales en los     nidad de documentar estas creaciones de
           que el usuario puede contemplar imáge-          los modistos clásicos, a medida que se
           nes del período correspondiente, en las         iban produciendo, hoy no podemos per-
           que aparecen los trajes “vestidos”.             der la oportunidad de seguir, paso a paso,
             Esta estructura museográfica, además de       la efervescencia creativa que, desde hace
           acercar de la manera más directa los trajes     más de veinte años, vive el mundo del
           expuestos al visitante, favorece la renova-     diseño de moda en España, con un gran
           ción parcial y paulatina tanto de las pren-     número de creadores de fama internacio-
           das como, en caso necesario, del propio         nal y muchos más que la alcanzarán en
           discurso museológico de un área o vitrina.      breve.
           De manera intencionada se ha buscado              Y en fin, la historia de la indumentaria no
           una flexibilidad que acerque la Exposición      se reduce a la historia de los grandes nom-
           Permanente a la movilidad de las salas de       bres y los modelos para las clases más
           exposiciones temporales.                        pudientes; no puede reducirse a la Alta
             Fuera del área cronológica, como reco-        Costura y al prêt-à-porter más elitista. Tam-
           rrido complementario, se ha situado un          bién, aunque quizás sea necesaria una
           “Área Didáctica” con elementos informa-         mirada retrospectiva más densa para selec-
           tivos e interactivos distribuidos en 21         cionar los elementos trascendentales,
           módulos que se estructuran en torno a           resultan de interés la ropa cotidiana, los
           tres preguntas básicas: ¿Por qué nos ves-       vestidos de confección, los de producción
           timos?, ¿Cómo se hacen los vestidos?            casera, las imitaciones y versiones perso-
           ¿Qué forma tienen los vestidos? Aunque          nalizadas; las indumentarias laborales; los
           se trata de una zona lúdica, en realidad        trajes especiales para tareas específicas;
           viene a ser un ensayo de propuestas alter-      etc., que, a su manera, reflejan los ritmos
           nativas, horizontales, a la estructura line-    y hábitos de la moda.
           al del discurso general de la actual expo-        Finalmente, y como ya se está haciendo
           sición.                                         con los ingresos de los últimos años, el pro-
                                                           pio concepto de fondo museográfico o de
                                                           elemento de la colección debe ampliarse e
           Perspectivas                                    incluir tanto los vestidos, complementos y
                                                           accesorios como los elementos del proce-
           En un contexto internacional y estatal de       so productivo (bocetos, fichas técnicas,
           instituciones sólidamente asentadas y de        muestras, etc.), y cualquier otro elemento
           larga trayectoria, el nuevo Museo del Traje     informativo (repertorios publicitarios, fon-
           no puede pretender, al menos en sus ini-        dos textuales, imágenes, filmaciones, gra-
           cios, destacar por la riqueza global de sus     baciones sonoras...) que, aunque a veces
           colecciones o la espectacularidad de trajes     no tengan un interés expositivo inmediato,
           concretos. Tampoco son esas sus metas.          puedan ayudar a conocer, contextualizar y
             Su filosofía debe ser la de la sistematiza-   comprender la historia del vestido, que
           ción y el estudio tanto o más que la de la      constituye la meta básica del Museo de tal
           difusión cultural en sentido estricto. De       forma que se convierta en un Centro de
           hecho, exceptuando los trabajos de estu-        Documentación de la Historia del Vestido
           diosos pioneros como Carmen Bernis,             y la Moda en España, banco de datos que
           recientemente fallecida, son pocas las          los estudiosos reclaman desde hace mucho
           investigaciones realizadas que nos permi-       tiempo.

                                                                                                                                           21
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           ANDRÉS CARRETERO PÉREZ

                                                        Bibliografía                                    “Decreto fundacional”, Anales del Museo
                                                                                                      del Pueblo Español, I, 1935: 5-10.
                                                        [Anderson, Ruth Matilda]. Jewelry. Nec-         García Navarro, Jesús, “Los medios
                                                        klaces. La Alberca, Salamanca: from pho-      audiovisuales. Una experiencia en el
                                                        tographs in the collection of the Hispanic    Museo del Traje. CIPE”, Museo, 10, 2005,
                                                        Society of America. New York. Hispanic        pp. 69-75.
                                                        Society of America. 1931.                       Gómez Gómez, Alicia, “Elementos inter-
                                                          Berges Soriano, Pedro Manuel, “El           activos en el Museo del Traje. Centro de
                                                        Museo del Pueblo Español”, Anales del         Investigación del Patrimonio Etnológico”,
                                                        Museo Nacional de Antropología, III,          Museo, 10, 2005, pp. 69-75.
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                                                        Antropología, IX, 2002, pp. 13-37.            lógico”, Museo, 10, 2005, pp. 69-75.
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