Planificación y violencias urbanas padecidas por las mujeres en Barrio Nuevo (La Plata) - Redalyc

Página creada Pablo Morestin
 
SEGUIR LEYENDO
Planificación y violencias urbanas padecidas por las mujeres en Barrio Nuevo (La Plata) - Redalyc
CUADERNO URBANO. Espacio, cultura, sociedad
                                                               ISSN: 1666-6186
                                                               ISSN: 1853-3655
                                                               cuadernourbano@gmail.com
                                                               Universidad Nacional del Nordeste
                                                               Argentina

Planificación y violencias urbanas
padecidas por las mujeres en Barrio Nuevo
(La Plata)
Bernat, María Sofía
Planificación y violencias urbanas padecidas por las mujeres en Barrio Nuevo (La Plata)
CUADERNO URBANO. Espacio, cultura, sociedad, vol. 30, núm. 30, 2021
Universidad Nacional del Nordeste, Argentina
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=369267291001
DOI: https://doi.org/10.30972/crn.30304924
La revista permite al autor conservar su derecho de publicación sin restricciones.
La revista permite al autor conservar su derecho de publicación sin restricciones.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

                                    PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
                     Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
ARTÍCULOS

                                                                        Planificación y violencias urbanas
                                                                       padecidas por las mujeres en Barrio
                                                                                         Nuevo (La Plata)
                                                                Planning and urban violence suffered by women in Barrio
                                                                                                      Nuevo (La Plata)
                                                                 Planejamento e violência urbana sofrida por mulheres no
                                                                                                Barrio Nuevo (La Plata)
                                                                     María Sofía Bernat (1) sofiabernat@gmail.com
                                                                                                                   UNLP, Argentina

                                             Resumen: Este trabajo se propone analizar la planificación urbana de Barrio Nuevo
                                             (La Plata) para luego indagar el papel de dicha planificación en las violencias urbanas
CUADERNO URBANO. Espacio,                    cotidianas que sufren las mujeres que allí habitan. Se trata de un barrio surgido después
cultura, sociedad, vol. 30, núm. 30, 2021    de la inundación de 2013, a partir de la relocalización de asentamientos que se hallaban
                                             a la vera del arroyo El Gato. Las preguntas de las que partimos son las siguientes:
Universidad Nacional del Nordeste,
Argentina                                    ¿cómo ha sido la planificación urbana de Barrio Nuevo?, el acceso a una vivienda de
                                             material ¿garantiza el acceso al derecho a la ciudad?, ¿qué violencias mencionan las
DOI: https://doi.org/10.30972/
                                             mujeres?, ¿cómo incide la planificación en las violencias cotidianas que padecen en el
crn.30304924                                 espacio público? La metodología es cualitativa-etnográfica. Se realizaron observaciones
                                             participantes y entrevistas en profundidad de 2013 a 2019.
Redalyc: https://www.redalyc.org/
articulo.oa?id=369267291001                  Palabras clave: Planificación urbana, violencias urbanas, mujeres, derecho a la ciudad,
                                             espacio público.
                                             Abstract: is paper aims to analyze the urban planning of Barrio Nuevo (La Plata) and
                                             then to investigate the role of such planning in the daily urban violence suffered by the
                                             women who live there. Barrio Nuevo is a neighborhood that emerged aer the 2013
                                             flood from the relocation of settlements that were next to El Gato stream. e questions
                                             we start with are the following: How has the urban planning of Barrio Nuevo been? Does
                                             access to brick houses guarantee access to the right to the city? What kind of violence do
                                             women mention? How does planning affect the daily violence they suffer in the public
                                             space? e methodology is qualitative-ethnographic. Participant observations and in-
                                             depth interviews were conducted between 2013-2019.
                                             Keywords: Urban planning, urban violence, women, right to the city, public space.
                                             Resumo: Este trabalho tem como objetivo analisar o planejamento urbano do Barrio
                                             Nuevo (La Plata) para logo investigar o papel desse planejamento nas violências urbanas
                                             sofridas cotidianamente pelas mulheres que ali vivem. Trata-se de um bairro que surgiu
                                             logo após da enchente de 2013, a partir da realocação de assentamentos que ficavam às
                                             margens do arroio El Gato. As questões das quais partimos são as seguintes: Como tem
                                             sido o planejamento urbano do Bairro Nuevo? O acesso a uma moradia feita de tijolos
                                             garante o acesso ao direito à cidade? Que tipos de violência as mulheres mencionam?
                                             Como o planejamento influencia na violência diária que sofrem no espaço público?
                                             A metodologia é qualitativa etnográfica. Realizaram-se observações participantes e
                                             entrevistas em profundidade desde 2013 a 2019.
                                             Palavras-chave: Planejamento urbano, violência urbana, mulheres, direito à cidade,
                                             espaço público.

                                             PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
                              Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto               9
CUADERNO URBANO, 2021, vol. 30, núm. 30, Junio-Diciembre, ISSN: 1666-6186 / 1853-3655

               Introducción

               El presente trabajo tiene por objetivo analizar la planificación urbana de
               Barrio Nuevo (La Plata) y su incidencia en las violencias padecidas por
               las mujeres que allí habitan, especialmente en el espacio público. Se trata
               de un barrio surgido a partir de la relocalización de asentamientos que se
               hallaban a la vera del arroyo El Gato y que, luego de la inundación del 2 de
               abril de 2013, el Instituto de la Vivienda de la Provincia de Buenos Aires
               (IVBA) trasladó por motivo de efectuar obra hidráulica.
                  Nuestra perspectiva teórica se sustenta en el urbanismo feminista,
               que entiende que los territorios que habitamos se cimentaron con
               valores de una cultura patriarcal. Concibe que la forma física de los
               espacios contribuye a consolidar esos valores, por lo que esta perspectiva
               comprende que son las personas que habitan los territorios quienes deben
               participar de manera protagónica en la toma de decisiones urbanas.
               MUXÍ MARTÍNEZ (2015) explica que en la historia de la construcción
               de las ciudades se obviaron los aportes de las mujeres y, por ello, aquí nos
               proponemos visibilizar sus miradas, necesidades y deseos.
                  Siguiendo a MUXÍ MARTÍNEZ ET AL. (2011, p. 108), compartimos
               que “la perspectiva de género aplicada al urbanismo significa poner en
               igualdad de condiciones las exigencias derivadas del mundo productivo
               y las derivadas del mundo reproductivo”. Las autoras agregan que
               esta mirada propone construir barrios y ciudades que no perpetúen
               desigualdades.
                  Luego de analizar las características de Barrio Nuevo y a partir de esta
               planificación urbana —o de habilitar modos de hacer ciudad marcados
               por desigualdades e injusticias socio-territoriales—, indagaremos el papel
               de dicha planificación (en otras palabras: de la incidencia de las políticas
               públicas o su ausencia) en las violencias urbanas cotidianas que sufren
               las mujeres del barrio, especialmente en el espacio público. En el artículo
               analizamos la planificación y luego las violencias mencionadas. Así, nos
               preguntamos: ¿cómo ha sido la planificación urbana de Barrio Nuevo?,
               el acceso a una vivienda de material ¿garantiza el acceso al derecho a la
               ciudad?, ¿qué violencias mencionan las mujeres? (aunque no las enuncien
               como tales), ¿cómo incide la planificación en las violencias cotidianas que
               ellas padecen en el espacio público?

               PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto      10
María Sofía Bernat. Planificación y violencias urbanas padecidas por las mujeres en Barrio Nuevo (La Plata)

                                                                     Imagen 1
                                      Mapa del barrio Ubicación del barrio en relación con el centro de la ciudad.
                                                    Fuente: elaboración propia con Google Maps

                                              Metodología

                                              Para esta investigación cualitativa-etnográfica, retomamos el trabajo de
                                              campo efectuado desde 2013 en relación con la relocalización para una
                                              tesis doctoral. En el período 2013-2017 realizamos veintiún entrevistas en
                                              profundidad a habitantes (en su mayoría mujeres), referentes estatales y
                                              de organizaciones, y observaciones participantes de eventos comunitarios.
                                              A partir de ello, analizaremos la planificación del barrio.
                                                 En 2018 continuó el trabajo de campo con observaciones participantes
                                              y entrevistas relacionadas con procesos de participación y salud. Durante
                                              2019, para abordar violencias urbanas, realizamos dos entrevistas grupales
                                              con mujeres que habían sido nuestras informantes clave y participaban
                                              en procesos organizativos. La primera fue en el comedor del barrio y la
                                              segunda en una casa. Todas las entrevistadas eran adultas, si construimos
                                              esta categoría a partir de sus trayectorias y no únicamente por sus edades,
                                              las cuales varían entre los 20 y 45 años. Algunas estaban desempleadas,
                                              otras trabajaban en cooperativas, en escuelas, atendían sus almacenes o se
                                              dedicaban a la venta de productos de limpieza. La mayoría era argentina,
                                              pero también había entrevistadas paraguayas. Todas tenían al menos un/
                                              a hijo/a, y provenían de diferentes asentamientos donde habitaban antes
                                              de la relocalización. Algunas vivían en casas definitivas y otras en las
                                              inicialmente llamadas provisorias. Cabe aclarar que el trabajo de campo
                                              se efectuó hasta finales de 2019 y no abarca la pandemia.

                                              Planificación urbana de Barrio Nuevo

                                              IRACHETA CENECORTA (1999, p. 157) propone que el campo
                                              de estudio de la planeación urbana “es el ‘proceso de configuración
                                              socio-espacial’, que surge de la relación compleja entre la sociedad y

                                             PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
                              Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto   11
CUADERNO URBANO, 2021, vol. 30, núm. 30, Junio-Diciembre, ISSN: 1666-6186 / 1853-3655

               la naturaleza y las diversas formas y mecanismos de ‘intervención para
               su transformación’”. Esta definición enfatiza que, al ser un proceso,
               implica una construcción permanente y la configuración socio-espacial
               es física y social, dado que las estructuras económicas y las características
               de los grupos inciden en las formas de las urbes. Aquí entendemos
               que existen elementos que pueden hacer que la misma planificación
               constituya en sí —y no únicamente promueva— transformaciones
               sociales. Esto significa incluir desde el diseño de programas a la población
               involucrada, como señala el autor: “Se debe privilegiar la consolidación
               de la democracia y ello implica la participación efectiva de aquéllos
               que, sin ser planificadores, sufren o se benefician de esta actividad
               estatal” (IRACHETA CENECORTA, 1999, p. 156). Este punto es
               clave si pensamos que los procesos de producción del espacio inciden en
               los modos de vida, favoreciendo o limitando la posibilidad de vivir sin
               violencias al promover instancias de autonomía o de riesgo y temor.
                  Nuestro caso de estudio está situado en La Plata, capital bonaerense
               que alberga a 654.324 habitantes, según el censo de 2010. Para el Registro
               Provincial de Villas y Asentamientos, hay 129 barrios de este tipo en los
               que viven casi 21.000 personas. El Registro Nacional de Barrios Populares
               establece la existencia de 153.
                  Tras la inundación de 2013, el gobierno provincial lanzó un proyecto
               de relocalización que involucraba asentamientos lindantes al arroyo El
               Gato. Sus habitantes debieron mudarse primero a viviendas provisorias
               (de durlock, y por un tiempo que en la práctica resultó indeterminado)
               y luego a definitivas (de ladrillo), en lo que se llamó Barrio Nuevo.
               Este proceso se emprendió por etapas, de modo que el barrio, a medida
               que se poblaba, se construía, y —como otros autores estudiaron— este
               tipo de inicio de poblamiento de conjuntos habitacionales (con ausencia
               o déficits de servicios urbanos) aumenta las adversidades del hábitat
               (BRITES, 2012). La primera mudanza a casas provisorias se realizó en
               2015, y los últimos traslados a viviendas definitivas, en 2018. En total
               hay 390 viviendas de las dos tipologías. En el interior de Barrio Nuevo
               conviven personas que habitaban diferentes asentamientos, muchas de las
               cuales no se conocían antes de la relocalización.

               PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto      12
María Sofía Bernat. Planificación y violencias urbanas padecidas por las mujeres en Barrio Nuevo (La Plata)

                                                                     Imagen 2
                                                               Imagen satelital del barrio
                                                     Fuente: elaboración propia con Google Maps

                                                Las fronteras materiales del barrio son claras: a los costados está
                                              delimitado por las vías del tren, de un lado, y por un barrio llamado El
                                              Mercadito, del otro; al norte, por el arroyo El Gato y al sur, por el Mercado
                                              Regional.

                                                                     Imagen 3
                                                                Viviendas provisorias
                                                               Fuente: fotografía propia

                                                 Subrayamos que, teniendo en cuenta los planteos de IRACHETA
                                              CENECORTA, los/as habitantes no incidieron en el diseño de las casas
                                              ni del barrio, y no siempre se contemplaron sus modos de habitar, sus
                                              deseos o necesidades, sino que primaron saberes técnicos, y fue el Estado
                                              el que propuso en el diseño y construcción cómo debía habitarse Barrio

                                             PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
                              Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto   13
CUADERNO URBANO, 2021, vol. 30, núm. 30, Junio-Diciembre, ISSN: 1666-6186 / 1853-3655

               Nuevo, sin tener en cuenta las miradas de los/as vecinos/as. Creemos
               que ello generó dificultades para la apropiación del lugar, porque no
               siempre los sujetos se identificaban con el territorio donde vivían. En
               especial, las mujeres narraron padecimientos sufridos cotidianamente y
               que involucraban aspectos que hacían a la vida en el barrio: cuestiones
               vinculadas con el espacio público, el ocio, la movilidad, etc. Pero a partir
               de sus prácticas, van dotando al barrio y a sus casas de otros sentidos,
               modificando sus modos de habitar.

                                     Imagen 4
                                 Viviendas definitivas
                               Fuente: fotografía propia

               Servicios Urbanos

               GRAIZBORD y SOTELO (en ZICCARDI, 2012, s/p) relacionan los
               servicios públicos con la calidad de vida, y explican que este último
               concepto tiene dimensiones objetivas y subjetivas. En nuestra indagación,
               algunas de estas dimensiones fueron reconstruidas a partir del trabajo
               de campo y de un Análisis de Situación Integral de Salud (ASIS) —del
               que participamos— realizado en el barrio en 2018-2019, organizado por
               médicos y médicas del Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS)
               más cercano, la Facultad de Ciencias Médicas y la Dirección de Redes
               Intersectoriales de Salud y su Observatorio de Políticas Sanitarias de la
               Universidad Nacional de La Plata. Según el estudio,
                      El 70 % de la población habita en viviendas definitivas y el 29 % en provisorias. Allí
                      se establece que “en el 57 % de los hogares encuestados viven menos de 2 personas
                      por cuarto, mientras que en el 39 % lo hacen de 2 a 3 personas. En el 4 % restante
                      existe hacinamiento crítico”. Con respecto a los ingresos, tomando los valores de
                      referencia del Instituto Nacional de Estadística y Censos, se constata que el 49%
                      de los habitantes vive por debajo de la línea de indigencia y el 42% por debajo de la

               PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto                14
María Sofía Bernat. Planificación y violencias urbanas padecidas por las mujeres en Barrio Nuevo (La Plata)

                                                     línea de pobreza. El 70,85 % accede al sistema público de salud (BERNAT, 2019,
                                                     p. 4570).

                                                 Todo ello constituiría lo que los/as autores/as denominan dimensión
                                              objetiva. Otros aspectos que podríamos sumar se vinculan con que más
                                              de la mitad de la población recibe planes sociales y la mayoría cuenta con
                                              trabajos informales.
                                                 Sobre la dimensión subjetiva, en las entrevistas realizadas hasta 2017 la
                                              percepción predominante era que se estaba en peores condiciones que en
                                              los asentamientos. Sin embargo, a partir del trabajo de campo efectuado
                                              desde 2018 en el marco del ASIS y de la propia indagación, se observa
                                              que las percepciones indican que se vive mejor por la posibilidad de
                                              acceder a una vivienda propia. Creemos que ello responde a las diferentes
                                              temporalidades en las que se efectuó el trabajo de campo: mientras la
                                              mayoría de las entrevistas de la tesis doctoral se correspondían con la
                                              residencia en las casas provisorias, las encuestas e intervenciones en el
                                              marco del ASIS se realizaron con personas que hace tiempo vivían en las
                                              definitivas, y ello incide en el habitar.
                                                 Por otra parte, retomamos a PIREZ (en ZICCARDI, 2012, p. 349),
                                              quien construye un concepto más amplio, enfatizando que “los Servicios
                                              Urbanos (SU) son parte de un conjunto de ‘bienes’ que hacen posible vivir
                                              en la aglomeración urbana”. Menciona el suelo urbano, construcciones
                                              pertinentes para los/as habitantes, construcciones útiles al conjunto de las
                                              familias y actividades que resuelven colectivamente necesidades.
                                                 Para el momento de la realización del trabajo de campo, en Barrio
                                              Nuevo el suelo donde se asentaban las viviendas no estaba a nombre
                                              de los/as habitantes porque la escritura estaría en proceso, según los
                                              relatos, pero contaban con una documentación que podríamos calificar de
                                              transitoria hasta que culminaran los trámites. Las casas que inicialmente
                                              fueron denominadas provisorias hoy son nombradas por el IVBA como
                                              industrializadas, porque constituyen la solución habitacional de familias
                                              que no estaban incluidas al principio en la relocalización y cuyo criterio
                                              de mudanza no ha sido claro (algunas vivían en situación de calle o
                                              habitaban en otros barrios). Tales casas no tienen gas y el servicio cloacal
                                              es deficiente, según los testimonios. Por el contrario, sobre las viviendas
                                              definitivas no se han realizado críticas respecto de las cloacas y tienen la
                                              posibilidad de solicitar gas, pero pocas familias lo han hecho, ya que es
                                              costoso y prefieren utilizar garrafas.
                                                 La luz era de obra en todo el barrio, por lo que era deficiente y los cortes,
                                              frecuentes. Pero a fines de 2019 se colocaron medidores, y algunas familias
                                              pudieron acceder a este servicio. Sobre el agua, desde el IVBA aseguran
                                              que es potable, pero algunos/as habitantes sostienen que no es de buena
                                              calidad. En ese sentido, se realizaron numerosos petitorios y cortes de
                                              calles, encabezados por las mujeres del barrio.
                                                 Entre los equipamientos sociales, señalamos la proximidad de varias
                                              escuelas (los/as chicos/as continuaron estudiando en los mismos
                                              establecimientos donde asistían previamente a la mudanza) y la existencia
                                              de un Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS), que se halla
                                              a cuadras del barrio, pero por la ubicación de los asentamientos, no era

                                             PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
                              Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto          15
CUADERNO URBANO, 2021, vol. 30, núm. 30, Junio-Diciembre, ISSN: 1666-6186 / 1853-3655

               al que mayormente concurrían antes del traslado. También funciona un
               puesto de salud en una vivienda definitiva. Todo ello trae aparejadas
               algunas consecuencias respecto del quehacer cotidiano y, en especial, en
               las mujeres, que son quienes suelen encargarse de las tareas de cuidado.
               Si bien en la zona hay más de un club deportivo, en el interior del barrio
               no hay espacios recreativos, con la excepción de cuatro comedores que
               están en manos de vecinas, y en uno de ellos organizaciones e instituciones
               dictan talleres. La necesidad de contar con un club con actividades
               para niños/as y jóvenes es una de las demandas más significativas de la
               población.
                  En el barrio hay asfalto, pero este tardó varios años. No obstante,
               hay sectores donde predominan la tosca y el barro, lo cual se vuelve
               problemático ante cada lluvia.
                  PIREZ (en ZICCARDI, 2012) plantea que los servicios urbanos
               pueden ser entendidos como componentes que posibilitan la integración
               socio-territorial porque cubren algunas áreas de la ciudad y otras no,
               dependiendo de la localización de los/as usuarios/as y de los servicios.
               El autor agrega que son objeto de una distribución social que indica
               en qué condiciones y qué sujetos acceden a ellos. Destaca en particular
               los servicios que se relacionan con la conectividad en la ciudad, lo cual
               depende de los transportes colectivos, de las infraestructuras viales y de
               las posibilidades de movilidad de los habitantes. En nuestro caso, existen
               dos problemáticas: Barrio Nuevo está alejado del transporte colectivo y
               aumentaron las tarifas. Ningún colectivo ingresa en el interior del barrio, y
               los que más cerca circulan tienen poca frecuencia. Si bien el barrio no está
               tan alejado del casco urbano, el transporte colectivo no facilita la conexión
               con el resto de la ciudad.
                  FIDEL (2013, p. 27) sostiene que un proyecto urbano, además de la
               vivienda, “se debe completar con la creación de medios de transporte
               colectivo eficientes, cómodos y accesibles para los sectores populares que
               viven, trabajan y circulan por la urbe”. Este aspecto es crucial, sobre todo
               para las mujeres con hijos/as, que suelen ser las encargadas de realizar
               trámites en el centro de la ciudad y, generalmente, van cargadas, como
               comentaremos en próximos apartados.
                  Hemos descrito la situación de los servicios urbanos porque, siguiendo
               a PIREZ (en ZICCARDI, 2012), la capacidad de los territorios de
               sustentar equitativamente a los diversos grupos sociales depende, en
               buena medida, de su diseño y desarrollo. Ellos también inciden en la
               inserción plena de los/as habitantes en la ciudad. En este aspecto, aún
               falta mucho por hacer en Barrio Nuevo respecto de su calidad: según los
               relatos predomina la precariedad, y eso afecta a todos los habitantes del
               barrio, pero especialmente a las mujeres, que son quienes se ocupan de las
               tareas domésticas, de cuidado y, en el espacio público, conducen procesos
               de organización social, como veremos más adelante.

               PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto      16
María Sofía Bernat. Planificación y violencias urbanas padecidas por las mujeres en Barrio Nuevo (La Plata)

                                              Relocalización y acceso al derecho a la ciudad

                                              BARTOLOMÉ (1985, p. 7) afirma que las relocalizaciones obligan a
                                              “abandonar el hogar, la comunidad y el entorno social y natural que
                                              definen el marco habitual para la vida de una persona”, lo cual conlleva
                                              una pérdida: “Toda relocalización compulsiva constituye de por sí un
                                              drama y, por lo tanto, expone a la luz los mecanismos básicos que sostienen
                                              el tejido social de una comunidad humana” (BARTOLOMÉ, 1985, pp.
                                              11-12). Las poblaciones suelen sufrir desarraigos y se fragmentan las redes
                                              de relaciones sociales (BARTOLOMÉ, 1985; CATULLO & COUN
                                              2002). BRITES (2012, p. 127) sostiene que cuando se traslada a las
                                              poblaciones más pobres a las periferias se limita la inclusión social: se
                                              producen “problemas ligados a la segregación, el aislamiento, la escasez de
                                              oportunidades laborales, los déficits de servicios e infraestructura, entre
                                              otros”.
                                                 Por ello, nos preguntamos si el acceso a una vivienda de material
                                              garantiza el acceso al derecho a la ciudad, teniendo en cuenta que
                                              en la relocalización estudiada se enfatizó en una política viviendista
                                              más que en la construcción de un barrio. DUCCI (en ZICCARDI,
                                              2012, s/p), si bien habla con relación a Chile, afirma que una manera
                                              de resolver las necesidades de vivienda de los sectores populares fue
                                              a través de la producción masiva, lo que, según la autora, da lugar
                                              a la “‘ciudad de las villas’ conocidos también como asentamientos
                                              populares formales”. Retomando a RODRÍGUEZ y SUGRANYES
                                              (2005), califica este proceso como “la pobreza de los con casa”. La autora
                                              observa que, salvo excepciones, estas políticas no mejoran la calidad
                                              de vida de las personas. En nuestro análisis, percibimos algunas de las
                                              problemáticas que describe DUCCI, tales como la estandarización de
                                              viviendas pensadas para familias tipo que no siempre se asemejan a la
                                              población destinataria (por ejemplo, los dormitorios son pequeños o se
                                              entregan casas con pocos cuartos y niños/as y jóvenes de edades dispares
                                              comparten habitación, cuando antes no lo hacían); la prácticamente
                                              inexistencia de espacios verdes, recreativos y públicos como lugares de
                                              encuentro y de realización de actividades colectivas (los/as vecinos/as
                                              armaron canchas de fútbol y de vóley ante su escasez); servicios de mala
                                              calidad; la precariedad de las viviendas provisorias; la falta de apego al
                                              lugar, etc. En conversaciones informales, algunas familias sostienen que
                                              aumentó el consumo problemático de drogas. Este dato se refuerza con los
                                              resultados del ASIS, que indican que para más de un tercio de la población
                                              dicho consumo es el principal problema del barrio. A partir de ello,
                                              entendemos que, si no continúa la intervención estatal con participación
                                              comunitaria, un proyecto de relocalización da lugar —como en el caso
                                              chileno— a
                                                     grandes extensiones de terreno ocupadas por vivienda que no tienen estructura de
                                                     ciudad (…) han generado ciudades sin alma. El alma de la ciudad tiene que ver con
                                                     los sentimientos que genera en sus residentes, además de que no se mantiene sin
                                                     una base económica sólida y sin elementos de significación positiva que generen
                                                     apego por ella (DUCCI en ZICCARDI, 2012, s/p).

                                             PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
                              Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto             17
CUADERNO URBANO, 2021, vol. 30, núm. 30, Junio-Diciembre, ISSN: 1666-6186 / 1853-3655

                  Sobre el sentido de pertenencia, si bien al principio hubo desarraigo por
               la relocalización, hoy existen otras percepciones y, en las prácticas, los/
               as vecinos/as se van apropiando del territorio. Pero aún perviven relatos
               que plantean la pregunta de permanecer o vender la casa, no porque les
               desagrade, sino porque no están contentos/as con el barrio.
                  Es imprescindible destacar que, una vez culminadas las mudanzas,
               no existió una presencia continua y sistemática de los organismos
               gubernamentales, a excepción de algunos/as funcionarios/as o
               trabajadores/as estatales que, desde su compromiso, continuaron
               participando. Ello nos lleva a preguntarnos si una política urbana como
               la relocalización posibilitó un mayor acceso al derecho a la ciudad de la
               población. SÁNCHEZ ALMANZA (en ZICCARDI, 2012, s/p) plantea
               que dicho concepto, basado en los principios de sustentabilidad y justicia
               social, incluye el derecho a una vivienda adecuada, a un entorno próximo
               adecuado y la participación en la toma de decisiones, aspectos que, como
               describimos, no han sido tenidos en cuenta en la reubicación. Sobre este
               punto, cabe destacar que existieron instancias de participación en la previa
               a las mudanzas, pero los/as vecinos/as no pudieron incidir en el diseño
               de las casas ni del barrio, y ello no siempre se adaptaba a sus necesidades
               y deseos. Por ejemplo, no había canchas de fútbol ni lugar para que los/
               as cartoneros/as dejaran sus carros y caballos, algunas familias tenían
               negocios y en sus viviendas nuevas carecían de espacio para montarlos y se
               quedaron sin su principal fuente de trabajo o debieron convertir el living
               en almacén.
                  Sin embargo, con el paso del tiempo se forjaron participaciones en
               vista a lograr la unidad barrial y contener a los/as jóvenes. Con el
               acompañamiento de actores externos (referentes universitarios/as, del
               CAPS, de Cáritas, de organismos estatales e incluso del IVBA), un grupo
               de mujeres elaboró un proyecto de club que fue presentado ante el
               municipio.
                  MUXÍ MARTÍNEZ ET AL. (2011, p. 107) plantean que
                      el objetivo del urbanismo debería ser poder disfrutar de ciudades inclusivas que
                      tengan en cuenta la diversidad real que caracteriza a los espacios urbanos, y así
                      poder hacer posible que el derecho a la ciudad sea un derecho humano para todas
                      las personas.

                 Además, enfatizan que la totalidad de los espacios físicos que habitamos
               condicionan el derecho a la ciudad. Este es entendido por SÁNCHEZ
               ALMANZA (en ZICCARDI, 2012, s/p) como
                      el ejercicio pleno de la ciudadanía, en tanto el resultado es la dignidad y el bienestar
                      colectivo. El derecho a la vivienda, el agua, la movilidad, el transporte, la energía,
                      entre otros, crea condiciones de desarrollo colectivo y solidaridad para hacer
                      usufructo pleno de la ciudad.

                  Así, pensamos que aún no se ha logrado un acceso al derecho a la ciudad
               por las precariedades mencionadas, pero los modos de participación que
               se gestan marcan una disputa de algunos/as habitantes por acceder a tales
               derechos. Y en esa disputa es crucial el rol desempeñado por algunas

               PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto                   18
María Sofía Bernat. Planificación y violencias urbanas padecidas por las mujeres en Barrio Nuevo (La Plata)

                                              mujeres, que encabezan dichos procesos ante las carencias y violencias
                                              percibidas.
                                                 Más allá de que en nuestro caso es posible acceder a ciertos
                                              niveles de legalidad jurídica, tras la aplicación de una política
                                              urbana continúan las precariedades. Además, las transformaciones
                                              físicas no implican necesariamente transformaciones socioculturales ni
                                              económicas: persisten situaciones de pobreza e indigencia y el acceso a
                                              viviendas de material por sí mismo no resuelve la desigualdad.
                                                 Entonces, si el papel de las políticas urbanas es el “de asegurar la equidad
                                              y la promoción de los derechos básicos de la ciudadanía” (Ziccardi, 2001,
                                              p. 104), vemos que esto aún no fue alcanzado, y en la práctica se vulneran
                                              cuantiosos derechos enmarcados en el derecho a la ciudad y se construye
                                              una “ciudadanía restringida” (Ziccardi, 2001, p. 107).
                                                 Por todo lo anterior, entendemos que las mujeres identifican que tienen
                                              limitado su acceso al derecho a la ciudad, y por eso se organizan (aunque
                                              no lo enuncien así). Si entendemos que “el derecho a la ciudad es la
                                              construcción de una gestión democrática en donde los diversos actores
                                              sean fortalecidos en su autonomía” (Sánchez Almanza en Ziccardi, 2012,
                                              s/p), cabe preguntarnos por el rol de las mujeres, cómo se sienten y piensan
                                              el espacio público barrial, como veremos a continuación.

                                              Violencias urbanas padecidas por las mujeres en Barrio
                                              Nuevo

                                              Las violencias urbanas son un obstáculo para la ciudadanía, para el
                                              ejercicio y conquista de derechos. Siguiendo a BURGUESS (1998
                                              citado en FALÚ en ZICCARDI, 2012), sostenemos que constituyen
                                              una problemática social con expresión urbana. Nos correremos de la
                                              asociación entre violencia y criminalidad, para abordar otras violencias
                                              cotidianas que las mujeres padecen en Barrio Nuevo (aunque no siempre
                                              sean analizadas como tales), y luego veremos cómo ello habilita procesos
                                              de organización, a partir de los cuales dichas mujeres se constituyen —en
                                              términos analíticos— como sujetas que disputan su derecho a la ciudad
                                              (BERNAT, 2019). Asumimos que
                                                     la relación de las mujeres con el espacio público aparece mediada por distintos
                                                     factores, el recurso tiempo, la seguridad para transitar y permanecer en los espacios,
                                                     y las condicionantes sociales y culturales que asignan o inhiben determinados
                                                     comportamientos. Asimismo, a estas mediaciones que responden a su condición
                                                     de género es necesario sumar condicionantes compartidas por otros grupos sociales
                                                     como la edad, o discapacidades físicas, la etnia o la raza (FALÚ en ZICCARDI,
                                                     2012, p. 764).

                                                 Partimos de una concepción de violencia contra las mujeres que indica,
                                              siguiendo la Ley Nacional 26.485, que se trata de conductas, acciones
                                              u omisiones que afectan la vida, libertad, integridad de distinta índole
                                              y seguridad de las mujeres, tanto en el ámbito público como privado, y
                                              a partir de relaciones desiguales de poder (Fidel et al., 2014). Creemos
                                              que las privaciones de derechos son violencias urbanas que impactan
                                              con mayor intensidad en la cotidianidad de las mujeres. Finalmente,

                                             PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
                              Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto                  19
CUADERNO URBANO, 2021, vol. 30, núm. 30, Junio-Diciembre, ISSN: 1666-6186 / 1853-3655

               acordamos con Ortiz Escalante (2014, p. 51) que el hecho de que “las
               mujeres vean limitado su derecho a la ciudad, de movimiento, etc., es
               violencia de género”. En las próximas líneas, recuperaremos ejes inscriptos
               en el concepto de derecho a la ciudad para pensar cómo sienten/perciben
               tales violencias las mujeres del barrio 1 .

               Mujeres, transporte y movilidad

               Las entrevistadas coinciden en que sus salidas hacia afuera del barrio son
               a la escuela/jardín, al CAPS, al hospital y/o para trabajar. Esos recorridos
               los efectúan a pie. Algunas destacan que hacen las compras caminando,
               para lo cual salen del barrio. Una entrevistada vende artículos de limpieza,
               y para ir a buscar los productos, pide a algún conocido/a un carrito para
               hacer las compras o lleva el carro que emplea su marido para cartonear:
               “Traigo muchos litros, me traigo los escobillones, los palos, todo”, explica
               Beatriz 2 .
                  El colectivo lo utilizan cuando tienen que ir al centro de la ciudad para
               hacer trámites. Aseguran que deben caminar varias cuadras para llegar a
               las paradas, las cuales están afuera del barrio, y deben pasar por debajo de
               las vías o dirigirse hasta una avenida. Como la frecuencia de los colectivos
               más cercanos es acotada, algunas deciden caminar una mayor cantidad de
               cuadras. La distancia de esos trayectos varía en función de la ubicación
               de las viviendas. Sin embargo, coinciden en que deben recorrer entre
               diez y quince cuadras para llegar a la avenida más importante, donde los
               colectivos pasan con periodicidad.
                  Para ir a tomar el colectivo, hacer las compras o llevar a sus hijos/as a la
               escuela, estas mujeres realizan dichos trayectos cargadas (con mercadería,
               alimentos, carros, etc.) y con sus niños/as: “Salgo con los cuatro encima,
               si no, no salgo (…) Tengo la gorda a upa, más la panza”, indica Solange en
               referencia a su embarazo.
                  Las entrevistadas acuerdan en la necesidad de que ingrese un colectivo
               al barrio: “Hay muchas urgencias, tanto para las mujeres como para los
               hombres. Si no está la madre, está el padre que puede salir corriendo con
               las criaturas” (Solange).
                      Me complicaba el tema del micro cuando vivía en las provisorias, vivía más alejada
                      de la salida y el lugar más cercano al micro (…) Tenías que salir a [la avenida] 520
                      o a la [calle] 516, que estaba provisoria, era un asco. Pero ahora [en las definitivas]
                      es más cerca la parada. Estaría bueno si pasa y hace un rondín por los barrios, sería
                      genial entrar y salir en micro (Mariana).

                  En este aspecto las mujeres padecen también cuestiones de tiempo y
               esfuerzo en sus trayectos cotidianos, que impactan sobre sus cuerpos y
               calidad de vida. En ese sentido, Muxí Martínez et al. (2011) expresan
               que la oferta de medios de transporte y los atributos de los espacios de
               movilidad inciden en la calidad de vida. Agregan que los transportes
               deben responder a la variedad de horarios del mundo reproductivo, que
               produce recorridos poco uniformes. Concluyen que la movilidad debe ser
               planificada desde la diversidad, facilitando la cotidianidad y posibilitando

               PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto                 20
María Sofía Bernat. Planificación y violencias urbanas padecidas por las mujeres en Barrio Nuevo (La Plata)

                                              igualdad en el acceso a distintos puntos de la ciudad. Para ello, creemos
                                              que es necesario planificar estas acciones con la población que utiliza los
                                              distintos medios de transporte.

                                              Mujeres y espacio público barrial

                                              En este apartado nos referiremos al espacio público en términos
                                              materiales: calles y terrenos vacantes, espacios por donde circula la
                                              población. No obstante, sostenemos que en la planificación estatal no
                                              se incluyó la constitución de espacios públicos concebidos como lugares
                                              de encuentro y recreación. Hacemos esta aclaración para evitar generar
                                              confusiones.
                                                 En el interior del barrio los desplazamientos se realizan hacia las
                                              viviendas de otras vecinas o hacia el comedor. Las entrevistadas destacan
                                              que circulan “por todo el barrio”, y en general no señalan ninguna
                                              zona atemorizante. Las únicas excepciones las constituyen Estefanía, que
                                              considera que la calle de su casa es “tierra de nadie”, porque allí circulan
                                              autos a toda velocidad y teme que lastimen a su hija, y Beatriz y Paola,
                                              quienes explican que las cuadras de sus viviendas están oscuras:
                                                     Cuando venimos de clase a las diez de la noche, después de estudiar, en la última
                                                     cuadra que vivo es reoscura la calle, no hay luz (…) Me da miedo caminar por ahí.
                                                     Había luz, pero los chicos con las gomeras terminaron de romper todo (Paola).
                                                        Beatriz: en todos lados me da miedo de noche.
                                                        —¿Porque está oscuro?
                                                        Beatriz: sí.
                                                        —¿Y hay alguna parte que esté más oscura?
                                                        Beatriz: allá al fondo me da miedo porque está todo el pasto, ahí sí me da miedo.
                                                        —¿Por qué?
                                                        Beatriz: porque no hay nada. Te bajan ahí, te pegan un tiro y ¿qué hacés?

                                                 Este miedo a circular por el espacio público de noche constituye un
                                              límite a la autonomía y a los derechos, y dicho espacio aparece como
                                              atemorizante (FALÚ en ZICCARDI, 2012). A pesar de esta zona que
                                              marcaron como peligrosa, por sus atributos de ser oscura, vacía y habilitar
                                              situaciones donde se sentirían amenazadas, en general las mujeres están
                                              seguras adentro del barrio y se desplazan en cualquier horario. Sin
                                              embargo, sabemos que cuando ocurrieron las primeras mudanzas existían
                                              temores a circular por este territorio. Sospechamos que es el paso del
                                              tiempo, la paulatina apropiación del espacio y el ir conociendo a los/as
                                              nuevos/as vecinos/as lo que ha permitido esa sensación de seguridad en
                                              el espacio público.

                                              Mujeres y trabajo

                                              La violencia laboral se manifestó por las dificultades para conseguir
                                              trabajo, la falta de vacantes, la necesidad de contar con experiencia
                                              y de tener una “presencia” acorde con lo solicitado (algunas mujeres
                                              comentaron que tenían que pedir ropa prestada para acudir a entrevistas).
                                              Al igual que en la indagación de FIDEL ET AL. (2014, p. 127),

                                             PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
                              Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto                21
CUADERNO URBANO, 2021, vol. 30, núm. 30, Junio-Diciembre, ISSN: 1666-6186 / 1853-3655

               observamos “situaciones de violencia al momento de ingreso al mercado
               de trabajo”, las cuales suponemos parten de representaciones sociales
               negativas ligadas a las condiciones de hábitat. Por otro lado, gracias a
               observaciones previas en el barrio, notamos que sí hay trabajos vinculados
               con roles estereotipados de género: mujeres que se dedican a tareas de
               limpieza y varones a la construcción de viviendas, por citar un ejemplo.

               Mujeres, participación y organización social

               La mayoría de las entrevistadas interviene en instancias organizativas
               3
                  . Concepción sostiene que participa para “mejorar el barrio y armar
               cosas con los chicos”, y Estefanía agrega que lo hace “para crecer. Estaba
               vacío cuando llegamos, así que, para ir poblándolo, pero no en el sentido
               de personas, sino de instituciones, lugares”, dando cuenta de la falta de
               instituciones y de espacios públicos compartidos entendidos como lugares
               de encuentro y contención. Beatriz añade que la intervención permite
               “que los chicos estén ahí todo el día”, lo cual también manifiesta el
               cansancio de estas mujeres por responsabilizarse de sus casas, sus trabajos,
               sus familias y organizaciones, es decir, por ser cuidadoras de sus viviendas,
               del barrio, de los/as niños/as. En otras palabras, por ejercer “la función
               múltiple de la mujer como productora y educadora de niños, gestora del
               hogar y agente de organización de la vida cotidiana, más importante que
               nunca en las condiciones del nuevo modelo de urbanización” (Borja &
               Castells, 1997, citado en Ziccardi, 2001, p. 95).
                  Mariana explica que participa para que “los pibes tengan algo para
               hacer” porque su principal preocupación —y la de la mayoría del barrio
               según el ASIS— es el consumo problemático de sustancias, y considera
               que si hubiera otras actividades, tendrían menos tiempo para consumir y
               ser parte de situaciones que consideran graves (robar, romper luminarias,
               etc.).
                  Teniendo en cuenta que el espacio público ha sido vedado para las
               mujeres, ellas irrumpen en la escena con un objetivo de conquista de
               derechos, y son quienes conducen procesos de organización a partir de
               demandas puntuales. Pero Carmela y otras vecinas son amenazadas por
               participar. Al respecto, destacamos que dos conflictos marcaron la vida
               barrial: por un lado, enfrentamientos armados con otro barrio, a partir de
               los cuales las habitantes realizaron cortes de calle y fueron amenazadas;
               por el otro, un vecino fue llevado preso por vender drogas, y la Policía
               Federal obligó a varios/as habitantes —especialmente, a mujeres— a
               declarar. A algunas vecinas las calificaron de “buchonas”. La persona
               más señalada fue Carmela, quien previamente había sido elegida como
               referenta para dialogar con funcionarios/as del IBVA. A su condición
               de mujer se añadía el hecho de ser extranjera: “A mí me bardean, le
               bardea a Ana y a Carlos ahí, pero a Carlos no se le animan tanto porque
               como él es hombre…”. Aquí vemos cómo se superpusieron una serie de
               desigualdades: de género, de nacionalidad, de clase social, o, en otras
               palabras, emergieron una serie de

               PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto      22
María Sofía Bernat. Planificación y violencias urbanas padecidas por las mujeres en Barrio Nuevo (La Plata)

                                                     discriminaciones naturalizadas por la sociedad (…) a lo territorial se suman las
                                                     desigualdades sociales de todo tipo, en particular las de género, y cuando las
                                                     diferencias de sexo se interseccionan con las étnicas, raciales o de migrantes, todo
                                                     es más crítico (Falú en Ziccardi, 2012, p. 743 y p. 747).

                                                 Carmela quedó constituida como una “enemiga interna” para una parte
                                              del barrio, porque intervenía, pero a diferencia de otros/as habitantes,
                                              ella era referenta (tenía cierta visibilidad) e inmigrante, es decir, fácil
                                              de criticar por el rol que ocupaba y por los estigmas asociados a su
                                              nacionalidad.
                                                 Siguiendo a Falú, podemos decir que hay una desigualdad en el ejercicio
                                              de los derechos de ciudadanía. Pero, en el caso de Carmela, el miedo
                                              generado por ser amenazada y hostigada reguló su vida social (Kessler en
                                              Falú en Ziccardi, 2012) y, durante meses, se corrió de la escena pública,
                                              dejó de acudir a espacios organizativos para preservarse, para no ser
                                              maltratada. Así, vemos que el miedo da lugar a un cerramiento, a una
                                              privatización de la sociabilidad, genera obstáculos para la participación y
                                              restringe la autonomía. Todo ello implica violencias urbanas y limita el
                                              acceso al derecho a la ciudad. Hasta aquí, los ejes han hecho hincapié en
                                              el espacio público. A continuación, veremos aspectos relacionados con el
                                              hogar.

                                              Mujeres y división del trabajo familiar

                                              En una entrevista, los relatos hacen hincapié en que las tareas domésticas
                                              son compartidas. Ello puede deberse a que las mujeres tienen mucha
                                              presencia en el espacio público, trabajan e integran organizaciones.
                                              Aquí no parecen primar los “estereotipos de género en el interior del
                                              hogar” (Fidel et al. 2014, p. 24), según los testimonios. Por ejemplo, los
                                              padres o abuelos son los encargados de llevar a los/as niños/as a la escuela
                                              o realizan las tareas de limpieza mientras las mujeres hacen las compras.
                                                 En la segunda entrevista, las mujeres que lideran procesos organizativos
                                              se encargan de las tareas domésticas, del cuidado de los/as hijos/as y
                                              de la salud familiar. Dado que se trata de una primera aproximación,
                                              no podemos hablar de modelos patriarcales de organización familiar,
                                              pero tampoco afirmar lo contrario. En futuras indagaciones este aspecto
                                              se profundizará, porque partimos del supuesto de que “los múltiples
                                              modelos de género se inscriben en la cotidianeidad de los sujetos” (Fidel
                                              et al., 2014, p. 49).

                                              Mujeres e intimidad

                                              Citaremos un fragmento extenso de una entrevista en el que aparecen
                                              problemáticas relacionadas con la privacidad de las mujeres, lo cual
                                              concebimos como una violencia que limita su intimidad:
                                                     —¿Hay algo que les de miedo hacer adentro del barrio?
                                                       Estefanía: Hijos. Porque los vecinos te escuchan, no podés tener relaciones.
                                                     Tengo mi vecino pegado al lado, no puedo tener relaciones. No siento privacidad.

                                             PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
                              Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto                23
CUADERNO URBANO, 2021, vol. 30, núm. 30, Junio-Diciembre, ISSN: 1666-6186 / 1853-3655

                         Beatriz: Vos no estás pegada [Estefanía vive en una casa industrializada]. Yo
                      estoy pegada al vecino [vive en una casa definitiva].
                         Concepción: A la noche cuando esté todo en silencio, todo se escucha.
                         Beatriz: A mi vecino le empiezo a pegar la pared.
                         Estefanía: Se escucha, eso es lo feo. En mi otra casa (mi casa al lado del arroyo),
                      no escuchaba a nadie. En cambio, acá no podés gritar, no podés discutir con tu
                      pareja porque si estás discutiendo, el vecino está parado ahí escuchando.
                         Solange: Y por más que no quieran escuchar, escuchan igual.
                         Estefanía: Escuchan, porque están sentados en el patio y se escucha.
                         Solange: Porque es una hoja la pared.
                         —¿Y en las casas definitivas también, se escucha?
                         Beatriz: Que están pegando.
                         Paola: A mí me toca convivir con mi tía al lado, dos por tres se agarran a palos.
                      ¡Ay, Dios! Plato, olla, todo.

                  Esta característica de las viviendas impide que las mujeres —y
               todas las identidades de género— realicen las actividades que desean,
               principalmente las sexuales, que suelen ser un tema tabú en nuestra
               sociedad, y a partir de las cuales se generan estigmas y atributos negativos
               hacia las mujeres, en especial. En ese punto es donde podemos suponer
               se ejerce violencia porque no se producen las mismas percepciones (o
               acusaciones) hacia hombres o mujeres ante un acto sexual. Vemos que
               hay una referencia directa a cuestiones ligadas a la violencia de género
               en su dimensión física, aunque es un tema mayormente invisibilizado.
               Esto se sustenta en el ASIS, porque solo el 4,2 % de los/as encuestados/as
               respondió que en el barrio había situaciones de violencia de género, lo cual
               demuestra que se prefiere no hablar de ello. Sin embargo, entre muchos
               ejemplos podemos citar el hecho de que en conversaciones informales una
               vecina manifestó sentirse presa, ya que su exmarido la amenazaba y no
               respetaba la perimetral, por lo que ella no podía salir de su casa.

               Planificación y violencias

               En este apartado intentaremos responder una pregunta planteada al
               comienzo: ¿cómo incide la planificación en las violencias cotidianas
               que padecen las mujeres de Barrio Nuevo en el espacio público? Para
               ello, siguiendo a Falú (en Ziccardi, 2012, p. 763), entendemos que
               “la planificación del territorio y los agentes locales deben propiciar las
               interacciones sociales y ofrecer desde lo físico-territorial condicionantes
               que sirvan para atenuar los temores y prevenir las violencias”; es decir,
               para que todas las personas que habitan el barrio —especialmente las
               mujeres, por constituir grupos subalternos, dado que existen condiciones
               de vulnerabilidad— puedan sentirse seguras, sin miedos y disfrutar el
               espacio público y el ámbito privado. Para la autora, el hábitat donde se
               desarrolla la cotidianidad condiciona las relaciones sociales y, agregamos,
               los sentidos construidos en y sobre el territorio y los sujetos.
                  La planificación del barrio no implicó la creación y fortalecimiento
               de espacios públicos entendidos como espacios de encuentro, de
               participación, que motiven la constitución de los/as habitantes como
               sujetos políticos que intervienen en la producción material y simbólica
               de sus territorios. Por el contrario, si bien la mayoría sostiene que recorre

               PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto                 24
María Sofía Bernat. Planificación y violencias urbanas padecidas por las mujeres en Barrio Nuevo (La Plata)

                                              todo el barrio, existen relatos que enfatizan el miedo (por la falta de
                                              luminaria o porque perciben que no hay nada) y en la ausencia de lugares
                                              donde realizar actividades, especialmente para los/as jóvenes, quienes al
                                              no saber qué hacer, recurren al consumo problemático de sustancias o
                                              causan disturbios, lo cual preocupa a las entrevistadas. Además, circular
                                              por el espacio público suele ser agotador porque estas mujeres lo hacen a
                                              pie y cargadas. Todo ello atenta contra su autonomía al limitar su accionar
                                              cotidiano.
                                                 No obstante, notamos en las prácticas de las vecinas modos de
                                              participación que señalan la falta de derechos, de espacios públicos
                                              de encuentro y contención y las problemáticas derivadas de ello,
                                              sumado a otras que existían antes de la mudanza (por ejemplo, las
                                              situaciones de pobreza). A pesar de que creemos que en esa planificación
                                              no estuvo presente el fortalecimiento de las ciudadanías, en dichas
                                              intervenciones vecinales ellas disputan ser sujetas del derecho a la ciudad.
                                              Ello significa “arriesgarse e involucrarse en conflictos, negociaciones,
                                              acuerdos, resistencias y desigualdades, al mismo tiempo que decidir y
                                              poner de relieve los propios saberes, percepciones y formas de interpretar
                                              el mundo y sus procesos” (Bernat, 2019, p. 267) para luchar por otros
                                              modos de habitar el barrio y la ciudad.
                                                 Falú (en Jalil, 2019) indica que el ordenamiento territorial se realiza
                                              en clave masculina y siguiendo el modelo de un joven varón blanco,
                                              de forma tal que se omite a las mujeres y disidencias, con un sesgo
                                              androcéntrico en las políticas urbanas. Como contrapartida, establece que
                                              el urbanismo feminista ubica a los sujetos omitidos en el centro de la
                                              agenda. Así, la desigualdad que tiene expresión territorial es esencial en
                                              las políticas mencionadas. Por eso, pensamos que otras formas de hacer
                                              ciudad necesitan preguntarse por las mujeres, la población LGTBQI,
                                              las personas mayores y los/as niños/as: ¿qué recorridos hacen?; ¿de qué
                                              maneras?; ¿cómo utilizan sus tiempos?; ¿qué recursos necesitan y de cuáles
                                              disponen?; ¿qué equipamientos requieren para su cotidianidad?; ¿cómo
                                              es, si existen, la calidad de estos?; ¿en qué condiciones está el transporte
                                              colectivo?; ¿cómo se desarrollan las prácticas de cuidado?

                                              Conclusiones

                                              En este artículo hemos visto que, ante una planificación urbana que
                                              excluye la mirada de los/as habitantes y frente a las violencias urbanas
                                              suscitadas, la población encabezada por un grupo de mujeres decide
                                              organizarse para incidir en el desarrollo territorial del barrio. Un barrio en
                                              el que no se pensaron los espacios públicos como lugares de recreación y
                                              socialización, sino que se enfocó principalmente en las viviendas. El acceso
                                              a una casa de material no resuelve la desigualdad ni otras problemáticas
                                              vinculadas con la vulneración del derecho a la ciudad. En otras palabras:
                                              las violencias urbanas derivadas de una omisión de los sujetos en la
                                              planificación urbana y las derivadas de las injusticias socio-territoriales son
                                              obstáculos para la ciudadanía. A partir de ello, las mujeres se organizan
                                              porque, a pesar de estar en su mayoría conformes con sus casas, quieren

                                             PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
                              Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto   25
CUADERNO URBANO, 2021, vol. 30, núm. 30, Junio-Diciembre, ISSN: 1666-6186 / 1853-3655

               construir otro tipo de barrio donde habitar. Y, como sostiene Falú, las
               viviendas y los barrios no funcionan sin mujeres.
                  Nos hemos enfocado en el espacio público para analizar las violencias
               hacia las mujeres que allí se despliegan, que limitan u obstaculizan su
               accionar cotidiano. Dado que se trató de un primer acercamiento, nos
               queda pendiente profundizar este aspecto y también pensar con más
               detenimiento los roles de género al interior de los hogares. Para futuros
               trabajos también nos gustaría preguntarnos lo siguiente: sabiendo que
               las casas apuntan a familias tipo y el barrio fue producido desde afuera,
               ¿este territorio está construido a partir de una mirada patriarcal? Si bien
               todas las violencias urbanas analizadas nos permiten esbozar que hay
               lógicas patriarcales en esta planificación, necesitamos mayor cantidad de
               elementos para poder llegar a conclusiones más sólidas. Lo que está claro
               es que los/as vecinos/as fueron omitidos/as en la mayoría de las decisiones
               respecto de la relocalización.
                  El espacio público constituye un lugar de resistencia, ya que el barrio
               fue pensado a partir de una privatización de la socialidad, porque no
               se construyeron espacios comunes. El encuentro y las participaciones
               cobran espesor político dado que constituyen prácticas que demandan
               otros modos de habitar el territorio. Entonces, lo que está en juego es una
               disputa en clave política y de género: siguiendo a Falú, consideramos que el
               derecho a la ciudad para las mujeres es, sin dudas, una cuestión de justicia
               social
                  Decíamos que las mujeres constituyen un grupo de vulnerabilidad
               porque están expuestas a mayores privaciones (Ziccardi, 2001). Entre los
               activos que reducen dicha vulnerabilidad está la vivienda, las relaciones
               sociales e infraestructuras, aspectos que en su mayoría son precarios
               (aunque se avance en su calidad y, en muchos casos, sean más óptimos que
               en los asentamientos). Creemos que si mejora la existencia urbana, mejora
               la autonomía, la posibilidad de tomar decisiones (Fidel et al., 2014), y ello
               favorece la justicia social y la equidad.

               Referencias

               BARTOLOMÉ, Leopoldo (1985). Relocalizados: Antropología Social de las
                   Poblaciones Desplazadas. Instituto de Desarrollo Económico y Social,
                   Argentina.
               BERNAT, María Sofía (2019). ‘Nacer en determinado lugar te condiciona’.
                   Salud, derecho a la ciudad, crisis y participación en un barrio reubicado.
                   Ciência & Saúde Coletiva N.° 12. Abrasco, Brasil.
               BERNAT, María Sofía (2019). Relocalización, organización y derecho a la
                   ciudad. El caso de Barrio Nuevo (La Plata). Ponencia presentada en
                   el Encuentro de la Red de Asentamientos Populares: aportes teórico-
                   metodológicos para la reflexión sobre políticas públicas de acceso al hábitat
                   en la UNC el 23 y 24 de mayo de 2019 en Córdoba.
               BRITES, Walter (2012). Las adversidades del hábitat en conjuntos
                   habitacionales de población relocalizada. En Dimensiones del hábitat
                   popular latinoamericano. FLACSO. CLACSO, Ecuador.

               PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto      26
También puede leer