POLÍTICAS DE EMPLEO PARA COLECTIVOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN SOCIAL.
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POLÍTICAS DE EMPLEO PARA COLECTIVOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN SOCIAL. Programa de Empleo - Confederación Cáritas Febrero-2007 PRESENTACIÓN El presente documento incluye una serie de medidas e instrumentos orientados a la creación de empleo con los colectivos en riesgo de exclusión social. Propuestas todas ellas, que vienen a ser la expresión y el patrimonio acumulado por las entidades sociales que trabajamos en la diversidad y complejidad del “mundo” de la pobreza y/o exclusión. Consideramos el Empleo como un factor clave para la inclusión social y como el medio más eficaz para salir de la pobreza, no sólo porque genera ingresos económicos, sino porque también puede fomentar la participación social y el desarrollo personal. Entendemos que “la inserción por lo económico” es clave, por ello se buscan instrumentos y medidas que posibiliten la incorporación a un empleo normalizado “de calidad y estable”. Sin embargo, somos conscientes que esto no es posible sino va acompañado de otras políticas (garantía de rentas, apoyos a la vivienda social, servicios de asesoramiento jurídico, elevar el nivel educativo y de formación... pero, sobre todo una política de empleo orientada a la calidad de vida, a la sostenibilidad, a la equidad de género y a la cohesión social 1.- TRANSFORMACIONES EN EL MUNDO DEL TRABAJO 1.1. El contexto demográfico en la UE está cambiando drásticamente El sector de población en edad de trabajar en Europa, que durante medio siglo aumentó sin cesar, empezará pronto a decrecer. Las personas de 65 años o más representan el 16% de la población total, mientras que los menores de quince años representan el 17%, y la esperanza de vida sigue creciendo. Al mismo tiempo, la estructura de hogares está cambiando. Los matrimonios son cada vez menos frecuentes y se celebran en edades más tardías, aumentan las rupturas matrimoniales y disminuye el número de parejas con hijos. Estos cambios han provocado una tendencia hacia hogares más pequeños en todos los grupos de edad, aumentando el número de familias monoparentales. En 2000, el 10% de los niños con edades comprendidas entre 0 y 14 años vivían con un solo adulto, en comparación con un 6% registrado en 1990. Esto es consecuencia del aumento del número de rupturas matrimoniales y de pareja, así como de embarazos no planificados 1
La propia UE en una Comunicación de la Comisión1 reconoce que, pese a la pujanza de la economía, aumentarán en el futuro los riesgos de exclusión social. La cohesión ha disminuido en la mayoría de los estados miembros y la vulnerabilidad está más extendida de lo que indican las cifras generales de pobreza. Asimismo, aunque la exclusión social vaya más allá de las cuestiones del desempleo, la evolución del mundo del trabajo y el progreso económico no benefician necesariamente a todo el mundo, ya que estos cambios tienden a marginar a los individuos incapaces de adaptarse a las nuevas realidades del trabajo y carentes de preparación para las tareas requeridas por el mercado. 1.2. No existe una causa única que explique todas estas contradicciones y cambios. a) En la mutación a la que estamos asistiendo se dan cita toda una serie de factores que convergen en el tiempo real, cuyas características más importantes invaden nuestra vida cotidiana: adquisición, expansión, competitividad, obsesión por la tecnología libre de valores, la ciencia “exacta”… De un lado, se apunta la actual coincidencia de varios factores de la revolución tecnológica: la informática, microelectrónica, las telecomunicaciones y la ingeniería genética entre otros. Todos estos fenómenos modifican, en gran medida, los procesos de trabajo, las relaciones contractuales, los tiempos de producción, la generación de riquezas bajo otras modalidades. b) La competencia de todos contra todos en el mercado mundializado lleva a una utilización agresiva de los recursos humanos, orientada hacia la disminución de los costes. El principio de competencia excluye a las personas menos formadas, relegándolas a los empleos más precarios, que además son regulados bajo los principios de la libre competitividad, lo que acarrea una precarización progresiva de los trabajadores que acceden a estos empleos. c) La flexibilidad y la intensificación del trabajo. Ruptura de las rigideces laborales para hacerlas más flexibles. La flexibilidad laboral se ha convertido en “una cuestión de fe”. Todo ello ha dado origen al deterioro de las condiciones de trabajo y empleos marginales. Los empleos ofertados van desde los más flexibles, sin contratos ni cotizaciones a la Seguridad Social..., hasta los empleos más regulados y sujetos a convenio, con una amplísima franja entre ambos extremos. Pero son los de menor calidad los que tienen cada día una mayor convocatoria. El asalariado moderno es un asalariado vulnerable, indefenso, privado de su capacidad de acción y de valores alternativos. d) La expansión del trabajo temporal ha venido acompañada por la multiplicación de figuras jurídicas laborales, -los contratos por obra, en prácticas, a tiempo parcial, en aprendizaje (...) con una finalidad manifiesta de individualizar y fragmentar el marco colectivo de contratación. El nuevo trabajo temporal está sometido a condiciones saláriales muy por debajo de los 1 Comunicación de la Comisión de 1 de marzo de 2000. COM (2000), 79 final 2
trabajadores estables. Los trabajadores temporales están en una posición de absoluta impotencia respecto a la posibilidad de gestionar la conservación del empleo o de los niveles de renta. Igualmente se flexibilizan las condiciones de trabajo con relación a la jornada, los turnos, las horas extras, la movilización territorial, etc. e) La estratificación social de los trabajadores. La creciente dualización de los trabajadores entre los muy cualificados y los de muy baja cualificación, entre “buenos” y “malos” empleos. En definitiva, los jóvenes, las mujeres, los trabajadores de edad avanzada y los colectivos más alejados del mercado de trabajo, a menudo al margen de la representación sindical, lejos de constituir segmentos “periféricos” del mercado laboral, han servido en gran medida como argumento para que las transformaciones en el empleo se abran camino f) La presencia de inmigrantes está modificando el tamaño y la estructura de la población y, por extensión, la cantidad y calidad de la oferta laboral (dependiendo de las políticas reguladoras). Los inmigrantes se insertan en sectores como el comercio, la construcción, la hostelería, la manufactura, trabajadoras del hogar o la agricultura. En la inmensa mayoría de los casos, la concesión de residencia está vinculada a la concesión del llamado permiso de trabajo. Este a su vez queda regulado por las demandas de trabajo no cubiertas por la población autóctona. De alguna manera podríamos decir, que en las regiones ricas se quieren trabajadores migrantes sólo para cubrir los empleos peor pagados y con peores condiciones laborales g) Cambios significativos en la entrada y salida del mercado de trabajo. Se observa una marcada tendencia a retrasar la entrada al mercado de trabajo cada día a mayor edad... y por otra parte la tendencia dominante a las jubilaciones anticipadas. Los incuestionables cimientos demográficos sobre los que se han erigido las economías occidentales – una población joven y en eterna expansión- comienzan a desmoronarse bajo nuestros pies. 2.- LA POBLACIÓN ESPAÑOLA Y EL EMPLEO 2.1. En la actualidad, en España, a pesar del fuerte crecimiento del empleo en los últimos años, el trabajo sigue siendo precario, frágil y volátil. a) Al lado del crecimiento económico se mantienen las situaciones de desempleo y de exclusión social con diferencias significativas en las distintas Comunidades Autónomas. Todo ello se está configurando como una fuente de tensión considerable. Esta mutación lleva a una crisis de valores que destruye elementos que han configurado las relaciones de clase social; la relación de los iguales, la solidaridad obrera, el sentido de pertenencia se va sustituyendo de manera progresiva por el miedo a la hipotética pérdida del empleo; la flexibilidad y la temporalidad llevan a trazar la vida a muy corto plazo, a la inmediatez. El tiempo tecnológico, al igual que el tiempo social, es ahora fugaz 3
b) El principal problema del mercado laboral español es el insuficiente volumen de trabajo. La población desempleada total en 2006 venía siendo en torno a los dos millones personas. De estas cifras hay que destacar el mayor porcentaje de desempleo femenino y de larga duración. El mercado de trabajo no tiene suficiente demanda, para absorber a todas estas personas. Aunque por otra parte existe una demanda permanente de empleos de baja cualificación. c) Otro de los principales problemas del mercado de trabajo es el alto nivel de temporalidad. El empleo asalariado creció con mayor intensidad en la franja de los contratos temporales que en los indefinidos. De este modo, la tasa de temporalidad se mantiene por encima del 30% sobre el total de asalariados. Este problema se agrava en aquellos puestos de trabajo de menor cualificación en los sectores de construcción y servicios; puestos de trabajo a los que optan u optarían los colectivos de población más alejados del mercado de trabajo. d) Las Empresas de Trabajo Temporal. Los reiterados informes de las ETT, nos vienen a indicar que son las mujeres y los jóvenes los colectivos más numerosos que recurren a esta modalidad. Al mismo tiempo que señalan que más del 50 por ciento de los contratos celebrados por estas entidades tienen una duración inferior al mes y, entre ellos, el 70% es inferior a cinco días. Todo ello en condiciones muy poco atractivas, en condiciones laborales (trabajo festivo, nocturno o a turnos), profesionales (trabajo de baja cualificación en sectores de servicios) y económicas precarias 2.2. Factores Estructurales que configuran la Exclusión Social Un precario trasfondo social (familias con un bajo nivel educativo; con reducidos ingresos; sufren desempleo de larga duración; familias con escasos recursos económicos y sociales). a) Está constatado que el fenómeno del paro se ha configurado como hecho estructural. b) Problemas de acceso a una vivienda y otras situaciones básicas no satisfechas en determinados colectivos. Escasez de viviendas accesibles dado el precio de las mismas y los exiguos recursos de las personas que llegan a los Centros y Servicios de las entidades c) Desventaja general o discriminación en razón del sexo. Por ejemplo dificultad de acceder a empleos y/o a oportunidades de formación a tiempo parcial. Deficiente funcionamiento de los Servicios Públicos de vivienda, salud. d) Condiciones precarias en determinados segmentos del mercado laboral, sobre todo en aquellos en los que pueden encontrar un empleo (inestable) aquellas personas que han abandonado prematuramente el sistema educativo, los trabajadores inmigrantes sin cualificación profesional. 4
e) Desequilibrios regionales relativos al mercado laboral y a las oportunidades de formación. Comunidades Autónomas con un nivel de renta y servicios por debajo de la media nacional. f) Inciertas condiciones legales de determinados grupos sociales (inmigrantes y solicitantes de asilo...) Factores culturales familiares; cultura de los trabajadores inmigrantes y personas pertenecientes a minorías étnicas. g) La mayor parte de los estudios realizados en torno a la pobreza nos hablan del carácter estructural de la misma y de los mecanismos que producen estas situaciones 2.3. Factores Individuales de construcción de la Desventaja Social Allí donde existen deficiencias estructurales y donde, a su vez, no hay suficientes oportunidades para todos, la perspectiva individualista suele conducir a un aislamiento de dichas deficiencias y a considerar que el individuo es responsable de su situación. a) La incapacidad física o mental; con un cierto deterioro de salud. Implicados en problemas de drogodependencia (alcoholismo, drogas, etc…). b) Situaciones familiares problemáticas, existencia de factores de rigidez en la socialización familiar (desinterés e influencias de los padres sobre los itinerarios educativos de sus hijos) y falta de redes de ayuda social. c) Sucesos críticos en la vida de la familia (enfermedad o muerte de los padres, divorcio, migración, problemas legales, pobreza). d) Factores psicológicos tales como escala de prioridades personales, falta de motivación intrínseca o extrínseca, predominio de conducta inadaptada en situaciones críticas de la vida, baja autoestima; etc. e) Carencia de habilidades sociales y de comunicación con ausencias considerables de redes vecinales, pérdida de amigos y apoyo social, etc. 3.- POLÍTICAS DE EMPLEO PARA ERRADICAR LA POBREZA 3.1. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) Ya en 1919, al constituirse la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se declaraba en su constitución que la lucha contra el desempleo es una manera de mejorar las “condiciones de trabajo que entrañan tal grado de injusticia, miseria y privaciones para gran número de seres humanos, que el descontento causado constituye una amenaza para la paz y la armonía universales”. En 1944 la Declaración de Filadelfia revisa los fines y los objetivos de la OIT, y declara que “todos los seres humanos, sin distinción de raza, credo o sexo, tienen derecho a perseguir su bienestar material y su desarrollo espiritual en condiciones de libertad y dignidad, de seguridad económica y en igualdad de oportunidades. 5
La Declaración Universal de los Derechos Humanos de la (ONU) reconoce de forma expresa el derecho al trabajo: “Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo” (Art. 23.I) Para el conjunto de instituciones internacionales, el trabajo digno es un instrumento poderoso al escoger el camino que lleva a la consecución de los objetivos interrelacionados de la Declaración del Milenio. 3.2. Los cuatro objetivos estratégicos de la OIT son: a) Empleo. No es posible erradicar la pobreza si la economía no genera oportunidades de inversión, desarrollo empresarial, creación de puestos de trabajo y medios de vida sostenibles. La vía principal para salir de la pobreza es el trabajo. b) Derechos. Los pobres han de poder expresarse para conseguir que se reconozcan sus derechos y exigir que se les respete. Necesitan representación y participación, así como una buena legislación que se cumpla. c) Protección. Los pobres carecen de protección. La capacidad de obtener ingresos de quienes viven en la pobreza queda anulada por la marginalización y la falta de sistemas de apoyo. d) Dialogo. Los pobres comprenden la necesidad de negociar y saben que el dialogo es el modo de resolver los problemas pacíficamente 3.3. Directrices internacionales de la OIT a) Los responsables de la formulación de políticas deben centrarse en reducir la vulnerabilidad de los países en desarrollo y de los miembros más desfavorecidos de la sociedad respecto de los impactos externos. Es necesario adoptar políticas de mercado de trabajo activas, incluida la creación de redes de seguridad social, para reducir la inseguridad económica en un mundo globalizado. Adoptar políticas favorables a los desfavorecidos, obtener un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, seguridad y dignidad humana. b) Las estrategias de desarrollo deben comprender la diversificación de la base productiva, con el fin de extender y diluir los riesgos de vulnerabilidad, el recorte de las barreras arancelarias impuestas por los países industriales a los productos manufacturados, la reducción del riesgo asociado a las oscilaciones en las exportaciones de materias primas y la atenuación de las medidas proteccionistas de los sectores agrarios de los países ricos. c) Adoptar una política favorable a la creación de empleo capaz de activar el crecimiento equilibrado, y estimular las inversiones que propician una utilización intensiva de la mano de obra. Deben llevarse a cabo medidas fiscales que generen incentivos para que el sector privado fomente la creación de empleo, acompañadas de programas públicos de infraestructuras. 6
d) Apoyar el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas y su cobertura por el sistema de seguridad social, así como procurar la inversión en sistema de educación y asistencia sanitaria que refuercen la capacidad de la población activa. La supresión de las restricciones al derecho de sindicación y el tratamiento de la discriminación y el trabajo infantil y forzoso. e) Que se reanuden las consultas para establecer Códigos de Conducta sobre la transferencia de tecnología y sobre las empresas transnacionales. Es necesario una legislación internacional que defienda a las poblaciones donde se instalan estas compañías, prohibiendo el trabajo infantil, las extensas jornadas o un salario digno. f) Transparencia Empresarial. Se trata de que rindan cuentas públicamente. (salarios, horas extras, trabajo de menores, sindicación...) Responsabilidad Empresarial especialmente en el campo ecológico, laboral y de derechos humanos. La Cumbre del Milenio dio además la prioridad al trabajo decente y centró la atención en los jóvenes. Concretamente, exhorta a “elaborar y aplicar estrategias que proporcionen a los jóvenes un trabajo digno y productivo”. El desempleo oficial, que sigue creciendo, encubre el problema más grave todavía del subempleo y de los miles de millones de personas que no pueden trabajar de un modo que utilicen plenamente su capacidad creadora o que eleven al máximo su potencial productivo. El trabajo de los pobres es en gran parte invisible, y se sigue sin tener en cuenta y subestimando una enorme proporción del trabajo de las mujeres. Pero el mayor fallo del sistema actual es que los jóvenes no ven un futuro para ellos.2 4.- POLÍTICAS DE EMPLEO EN ESPAÑA “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo” Constitución Española, Articulo 35 El objetivo principal de los gobiernos, y así se manifiesta en todas sus intervenciones- es la creación de empleo de calidad. Y consecuentemente las medidas que se emprenden están orientadas a encontrar formulas que permitan crear empleo de calidad y con derechos para todos. Desde esta óptica, la calidad está estrechamente relacionada con el aumento de la productividad en todos los sectores de la economía española y consecuentemente con el crecimiento del PIB. En el programa de gobierno de la actual legislatura se destaca como una de las prioridades la puesta en marcha del Cuarto Pilar del Estado de Bienestar, que precisamente pretende garantizar unas mayores cuotas de ciudadanía y de bienestar social a las personas, y que tendrá importante impacto en algunos grupos que por su 2 Memoria de la OIT. Conferencia Internacional del Trabajo, 91ª reunión 2003 7
condición física, social, étnica o de nacionalidad padecen especial discriminación y/o exclusión social. La Ley de “Autonomía” (Dependencia) nace con vocación de apostar por la igualdad de oportunidades y su meta es poner en pie el futuro Sistema Nacional de dependencias, con el que se sentarán las bases de un nuevo derecho para todos los ciudadanos, el llamado cuarto pilar del Estado de Bienestar. 4.1. El Plan Nacional De Acción Para El Empleo (PNAE) Objetivos El aumento del empleo y de la participación en el mercado de trabajo es una prioridad absoluta de la Estrategia Europea de Empleo (EEE) y España tiene un interés especial en que este objetivo se mantenga y potencie. En este contexto, el PNAE 2004-2005 por primera vez marca objetivos en tasas de empleo, el 61,1% para la población entre 15 y 64 años, y el 48,5% en tasa de empleo femenino. El Plan marca como prioridades: a) La reducción existente entre la situación laboral de hombres y mujeres. b) El impulso a la estabilidad en el empleo y la potenciación de los servicios públicos de empleo. c) La simplificación de trámites para la creación de empresas. d) Y, el incremento del gasto en Inversión en Educación, en I+D y en tecnologías de la información y la comunicación. Las principales actuaciones por directrices son: a) Medidas activas y preventivas a favor de los desempleados y de las personas inactivas. Puesta en marcha y modernización del Sistema Nacional de Empleo, integrado por el Servicio Público de Empleo Estatal y los Servicios Públicos de Empleo de las Comunidades Autónomas, en cooperación con los interlocutores sociales y, revisión de las políticas activas de empleo. b) Creación de puestos de trabajo y espíritu de empresa. Implica la reducción de las cargas administrativas para adaptar las necesidades y modos de operar de las PYMES. Consolidación del sistema para la creación de Sociedades Limitadas Nueva Empresa (SLNE), constituida por entidades públicas y privadas sin animo de lucro, con el fin de asesorar a los emprendedores en sus iniciativas empresariales. Y, apoyo financiero a las PYMES para el fomento de empleo en la economía social. c) Facilitar el cambio y promover la adaptabilidad y la movilidad en el mercado de trabajo. Establecer una nueva cultura dirigida a la estabilidad en el empleo: Disminución del excesivo uso de la contratación temporal y ofrecer soluciones alternativas como el contrato indefinido a tiempo parcial. Un Plan para reducir la siniestralidad laboral. La intensificación de la cooperación entre la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y el Ministerio Fiscal. Una reforma dirigida a establecer una mayor vinculación entre el salario la productividad y los resultados de la empresa. 8
d) Fomentar el desarrollo del capital humano y la educación permanente. Puesta en práctica de estrategias de aprendizaje permanente, dirigidas principalmente a personas poco cualificadas. Aumento del porcentaje de jóvenes en la Educación Secundaria, participación en las acciones formativas a los trabajadores con especiales dificultades, se fomentará la tele formación. e) Aumentar la oferta de mano de obra y promover la prolongación de la vida activa. Promover la permanencia en el empleo de los trabajadores mayores intensificando los incentivos para retenerlos en sus puestos de trabajo. f) Igualdad entre hombres y mujeres. Adaptar la legislación española a la nueva normativa comunitaria sobre no-discriminación por razón de sexo: se profundizará en las políticas de conciliación de la vida laboral y familiar, a través de la prestación de servicios de cuidados para niños y otras personas dependientes; actuaciones contra discriminaciones directas o indirectas, para garantizar los derechos individuales a la conciliación de la vida profesional y familiar, con especial atención a la discriminación salarial. g) Promover la integración de las personas desfavorecidas en el mercado de trabajo y combatir su discriminación. Reducir a la mitad, de aquí al año 2010, el abandono escolar prematuro, para ello se continuará con los programas de ofertas diversificadas e itinerarios que mejor respondan a sus objetivos. Renovación de la política e empleo para personas con discapacidad. Actuaciones para luchar contra la discriminación de los inmigrantes, elaboración de itinerarios integrados de inserción laboral. h) Hacer rentable el trabajo mediante incentivos al empleo. Fomento de contratos indefinidos mediante bonificaciones en la cotización. Incremento progresivo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Mejora de las infraestructuras, conexión y coordinación entre los distintos Servicios Públicos de Empleo y las políticas activas y pasivas. Nueva deducción a las empresas, en el Impuesto de Sociedades, por los gastos destinados a guarderías para los hijos de sus empleados. i) Regularizar el trabajo no declarado. Intensificar el control de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y el Servicio Público de Empleo Estatal. Realización de un estudio para examinar la dimensión e implicación económica, laboral y social de la parte de la economía que se escapa del control estadístico y tributario. Dentro de la lucha contra el trabajo no declarado, se pueden considerar los incentivos a la contratación entre los grupos desfavorecidos: mujeres, jóvenes y mayores de 45 años. j) Hacer frente a las disparidades Regionales. Se continuará potenciando la subvención global de programas operativos pluriregionales de fomento de empleo. Facilitar la movilidad geográfica laboral mediante el aumento de la oferta de viviendas en alquiler, la reducción de la fiscalidad de las mismas. Impulso de las acciones medio ambientales (Programas de Turismo Sostenible, Caminos Naturales, Restauración Hidroforestal) para aumentar la actividad empresarial y la actividad en las regiones más atrasadas, dando prioridad a las mujeres en la participación en le empleo. 9
Tras el crecimiento económico y del empleo mantenido en estos últimos años, la principal finalidad de la política social debería ser el afrontar de manera clara la realidad del empleo en los colectivos que se hallan al margen del mercado de trabajo y que tienen verdaderas dificultades de incorporarse. La relación de las políticas de inclusión social con las políticas de empleo es cada vez más clara y evidente, habiéndose ya superado la división o separación entre políticas asistenciales o pasivas, tendentes fundamentalmente a proteger económicamente a las personas desfavorecidas, y políticas activas que tienden a potenciar la creación de empleo y la incorporación de las personas al mercado de trabajo. Ahora bien, todavía no se ha procedido a estudiar y examinar con detalle cómo deben articularse los Planes Nacionales de Empleo (PNAE) y los Planes Nacionales de Inclusión Social (PNAin) 4. 2. La Reforma Laboral: Mejora del Crecimiento y del Empleo (RD- L 5/2006) Entre los principales problemas, que se apuntan en la introducción del Real Decreto-Ley 5/2006, de 9 de junio para “la mejora del crecimiento y del empleo”, figuran: a) La reducida tasa de ocupación y actividad de las mujeres españolas; b) El que la tasa de paro todavía supere ligeramente a la media de la Unión Europea; c) La persistencia de segmentaciones entre contratos temporales e indefinidos y, d) La elevada tasa de temporalidad, la más alta de la UE. Son relevantes los niveles particularmente elevados de la correspondiente a los jóvenes, las mujeres, los trabajadores menos cualificados y de menores salarios y los trabajadores con discapacidad Los objetivos principales del Real Decreto Ley, señalan en el preámbulo del Acuerdo que “resulta fundamental impulsar un modelo de crecimiento económico equilibrado y duradero basado en la competitividad de las empresas, el incremento de la productividad y la cohesión social. La mejora en la estabilidad en el empleo, objetivo de este Acuerdo, contribuirá a avanzar en esta dirección. Las medidas que incluye se agrupan en tres grandes capítulos: a) Medidas dirigidas a impulsar y apoyar el empleo, la contratación indefinida y la conversión del empleo temporal en fijo, bonificando y estimulando los nuevos contratos indefinidos. b) Medidas para limitar la utilización sucesiva de contratos temporales, así como para introducir mayor transparencia en la subcontratación de obras y servicios entre empresas cuando compartan un mismo centro de trabajo. c) Medidas destinadas, por una parte, a potenciar la eficiencia de las políticas activas de empleo y la capacidad de actuación del Sistema Nacional de Empleo, y, por otra, a mejorar la protección de los trabajadores ante la falta de empleo. A efectos del Programa de Fomento del Empleo regulado en la sección 1ª del capitulo I del Real Decreto-Ley, que regula las bonificaciones para la contratación indefinida, tanto a tiempo completo como a tiempo parcial e incluida la modalidad de fijo discontinuo, de los trabajadores desempleados inscritos en la Oficina de Empleo. 10
Igualmente se regulan las bonificaciones para le mantenimiento del empleo de determinados trabajadores. En cuanto a la situación de exclusión social se acreditara por la pertenencia a alguno de los colectivos relacionados a continuación: a) Preceptores de rentas mínimas de inserción, o cualquier otra prestación de igual o similar naturaleza, según la denominación adoptada por la Comunidad Autónoma. b) Personas que no puedan acceder alas prestaciones a las que se hace referencia en el párrafo anterior, por alguna de las siguientes causas: Falta de periodo exigido de residencia o empadronamiento, y/ o haber agotado el periodo máximo de percepción legalmente establecido c) Jóvenes mayores de 18 años y menores de treinta, procedentes de instituciones de protección de menores d) Personas con problemas de drogadicción o alcoholismo que se encuentran en periodo de rehabilitación o reinserción social e) Internos de centros penitenciarios cuya situación penitenciaria les permita acceder a un empleo, así como liberados condicionales y ex reclusos f) Menores internos incluidos en el ámbito de la Ley Orgánica 5/2000, reguladora de la responsabilidad penal de los menores Medidas todas ellas que inciden directamente en las políticas de contratación de las empresas y los empleadores, responsables en última instancia de la inserción laboral de las personas en situación de vulnerabilidad, al incorporar un factor de ahorro económico en estas políticas. Es evidente que la asignación presupuestaria incrementa las posibilidades de fomento de empleo. Pero no profundiza en la corresponsabilidad social de las empresas, al centrar la motivación en la vía económica y no en la sensibilidad social (...). De todas las maneras, todo lo que suponga normalización de la situación laboral de las personas en situación de vulnerabilidad supone mejorar su situación personal, reforzar la cohesión social y, como efecto añadido, aflorar un mayor volumen de rentas (lo que implica una mayor contribución fiscal y de Seguridad Social) Por otra parte, y así consta en la reciente Reforma Laboral, el Gobierno y los interlocutores sociales recuerdan también que “las políticas laborales y de empleo deben ir necesariamente acompañadas de políticas sólidas en educación y formación, en infraestructuras, en investigación, desarrollo e innovación y en materia industrial y medioambiental, elementos esenciales para el crecimiento y la calidad del empleo” 5.- MARCO TEÓRICO PARA UN PROGRAMA DE EMPLEO (FUNDAMENTOS) 5. 1. Un Desarrollo a Escala Humana El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó su primer informe sobre Desarrollo Humano en el mundo (1990), presentando al mismo tiempo un nuevo indicador IDH (el Índice de Desarrollo Humano) para medir el bienestar de las personas. Desde entonces hasta ahora el concepto de desarrollo humano ha ido ganando terreno en el discurso político, en la investigación académica, y en la acción de los 11
movimientos sociales. Esta perspectiva venía a aportar una novedad importante en lo que tradicionalmente se venía entendiendo sobre el progreso de las sociedades: poner al ser humano, con todas sus capacidades y potencialidades en el centro del análisis. El paradigma de desarrollo humano representó un cambio radical. Destrona al producto interior bruto (PIB) como principal indicador del nivel de desarrollo. En esta línea, es generalmente reconocido el papel fundamental de Amartya Sen 3 como impulsor de los análisis modernos sobre capacidades y libertades de las personas como fundamentos básicos del progreso y desarrollo. La preocupación básica por la ampliación de las capacidades humanas desplaza así a la concepción del desarrollo basado únicamente en la ampliación de las capacidades productivas Necesitamos destronar al Producto Interior Bruto (PIB) como indicador de desarrollo y crecimiento, si este no va acompañado de otras variables medioambientales; ecológicas, sociales, o de salud. Nuestra economía está basada en muchas ocasiones en la destrucción dándose las paradojas que a mayor cantidad de destrucción mayor crecimiento del PIB. A titulo de ejemplo, pensemos en la industria del automóvil; cuanto mayor es el tráfico y aumento del número de accidentes, la economía crece con mayor intensidad. En nuestras sociedades europeas “el motor del coche se ha convertido en el motor del desarrollo”. Vías y autovías, aparcamientos, reparaciones, seguros... si a todo ello le añadimos la economía de la guerra; destrucción y reconstrucción de las ciudades, investigación y desarrollo para la creación de armas de destrucción masiva. Las enfermedades provocadas por los efectos de la productividad competitiva; en alimentos, animales, agua, aire... toda la economía esta dispuesta para la contabilidad donde unos pocos destruyendo acaparan enormes beneficios. El desarrollo es un proceso con muchas dimensiones sociales y económicas, pero requiere como mínimo, aumentar la renta per cápita, erradicar la pobreza absoluta y reducir las desigualdades a largo plazo (Norton & Alwang, 1.995)4. Así, se pone de manifiesto la necesidad de crear un entorno en el que las personas puedan hacer plenamente realidad sus posibilidades y vivir de forma productiva y creadora de acuerdo con sus necesidades e intereses: “El desarrollo humano es el proceso de ampliación de las opciones de la gente, aumentando las funciones y capacidades humanas. De esta manera el desarrollo humano refleja además los resultados de estas funciones y capacidades en cuanto se relacionan con los seres humanos. Representa un proceso a la vez que un fin.” (PNUD, 1990)5. Al hablar del aumento de las opciones de los individuos nos referimos a ciertos ámbitos como es, por ejemplo, el educativo, el laboral, el de las relaciones sociales, el cultural, de este modo se conforma un espectro en el que se induce un desarrollo centrado en la persona y no únicamente en los bienes. Las funciones se refieren a lo que una persona 3 Amartya Sen, Development as capacyty Expansión” en Keith Griffin y John Knigt, edt., Human Development and the International Dt Strategy for the 1990, Londres, MacMillan, 1990 4 Norton, G.W. & Alwang, J. (1995) Economía del desarrollo agrario. Ed. Mundi-Prensa, Madrid. 5 PNUD (1990). Informe sobre el desarrollo humano. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. 12
puede ser o hacer, y la capacidad representa las diferentes combinaciones de funciones que una persona realiza. Por tanto la capacidad refleja la libertad de una persona en un entorno determinado para hacer cumplir sus aspiraciones. 5.2. El desarrollo humano implica hacer del protagonismo de las personas una de las claves del bienestar colectivo. Dar poder a la sociedad, proteger los derechos humanos, proteger la participación en la toma de decisiones, expandir la salud y los conocimientos, buscar la equidad, proteger los recursos naturales para garantizar las oportunidades de desarrollo de las generaciones futuras deben ser, entre otras, algunas de las dimensiones fundamentales de la cooperación internacional: a) Garantizar el cubrir las necesidades básicas mínimas para todos, como objetivo normativo explicito a escala mundial. b) Formar alianzas más fuertes entre los movimientos de protección de los derechos del consumidor, protección ambiental, erradicación de la pobreza, igualdad de género y derechos de la infancia. c) Pensar a escala global, actuar en el plano local. Basarse en iniciativas novedosas de la gente y las comunidades de todas partes y fomentar las sinergias en la acción de la sociedad civil, del sector privado y de los gobiernos. d) Adoptar a escala mundial medidas más decididas para hacer frente a las amenazas de la seguridad humana. Una corriente de pensamiento que va cobrando importancia es “otra forma de actuar en economía”. Cada día con mayor amplitud y desde distintas geografías, vienen reclamando una economía de carácter ético, una economía al servicio de la condición humana, una economía unida a la filosofía donde el centro del desarrollo es la persona, de todas las dimensiones de la persona. En definitiva se trata de entender la actividad económica como conjunto de actos encaminados a satisfacer las necesidades humanas en toda su amplitud. En definitiva, los seres humanos estamos en un proceso de humanización, estamos inconclusos, no somos, vamos siendo. Y este “ir siendo” se constituye de tres procesos, solo para dar cuenta de ellos, pero inseparables en su discurrir real, a saber: el proceso de personalización (o de construcción de la persona individuo), el proceso de inter- personalización, (o de construcción de la persona en relación con otras personas) y el proceso de civilización (o de construcción de sociedad). 6.- EL TRABAJO EN LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA Es bien conocido que la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) entendida en su sentido más estricto, (en torno al mundo trabajo) nace en el contexto de la primera industrialización, donde las condiciones de la clase obrera se caracterizan fundamentalmente por la pobreza y la extrema miseria en medio de un crecimiento económico del capitalismo. Al mismo tiempo que existe una fuerte contestación de los movimientos socialistas (anarquistas, comunistas) con propuestas de cambio revolucionario. Esta confrontación 13
entre sistemas socioeconómicos constituye el punto de referencia crítica de la DSI para realzar su concepción de la persona creada a imagen de Dios. 6.1. La persona tiene una dignidad superior a todo los demás seres de la Creación. a) La actividad económica es una actividad social en su origen, en su realización y en sus resultados. b) El trabajo humano (…) es muy superior a los restantes elementos de la vida económica, pues éstos últimos no tienen otro papel que el de instrumentos. c) El trabajo humano es un inmenso patrimonio que se ha ido construyendo a lo largo de la Historia. Es un legado de las generaciones pasadas, con el compromiso de pasarlo y enriquecerlo a las generaciones futuras. Es una cadena de solidaridad. d) La radical igualdad de todas las personas. e) Por el trabajo el hombre es llamado a ser continuador de la obra de la Creación. f) La dimensión humana del trabajo por encima de toda consideración mercantil. g) Existe un destino universal de todos los bienes de la Tierra. Pasa por un reparto equitativo de los bienes de la tierras, el uso respetuoso y justo de sus recursos h) La solidaridad como alternativa al individualismo y la competencia. 6.2. Este rico patrimonio ha sido desarrollado a lo largo de más de un siglo. Desde León XIII y la encíclica Rerum novarum, hasta nuestros días con el Papa Benedicto XVI. De manera apretada sobre este rico patrimonio doctrinal podemos recordar a Juan XXIII en Pacem in terris (PT) y su declaración que la persona “tienen derecho a la existencia, a la integridad corporal, a los medios necesarios para un decoroso nivel de vida: el alimento, el vestido, la vivienda, el descanso, la asistencia médica, y, finalmente, los servicios indispensables que a cada uno debe prestar el Estado”. Consecuentemente, “la persona posee también el derecho a la seguridad en caso de enfermedad, invalidez, viudedad, vejez, paro y, por último cualquier otra eventualidad que le prive, sin culpa suya, de los medios necesarios para su sustento. Hoy se añadiría el derecho al trabajo, como la manera ordinaria de satisfacer las necesidades materiales de la persona y de poder auto-realizarse En Centesimus annus aborda Juan Pablo II una cuestión de primordial importancia para nuestro tiempo. Así como en épocas anteriores se ponía el énfasis en postular cosas necesarias para satisfacer las necesidades básicas, en las economías actuales más avanzadas se exige no sólo ofrecer una cantidad de bienes suficientes, sino responder a una demanda de calidad: de la mercancía, de los servicios, del ambiente y de la vida en general. Por eso resalta que el trabajo, hoy factor productivo de riqueza mayor que la tierra, es tanto más fecundo cuanto mayor es su capacidad para conocer las necesidades de las otras personas, para quienes se trabaja. En la Laborem exercens, Juan Pablo II viene a poner de relieve que el trabajo humano es una clave, quizá la clave esencial, de toda la cuestión social, si tratamos de verla verdaderamente desde el punto de vista del bien de la persona. Juan Pablo II, en la encíclica, establece una distinción, entre dimensión objetiva y subjetiva del trabajo: la 14
dimensión subjetiva alude al hecho que en todo trabajo está presente una persona como sujeto. La dimensión objetiva contempla el tipo de tarea concreta, que incluye también de algún modo al fruto concreto del trabajo. El principio ético que se deriva de todo ello es: que las exigencias que impondremos a cada trabajo en concreto y a los resultados que se pretenden con él tienen que subordinarse a la exigencia derivada de la condición humana del sujeto trabajador. Esta prioridad, erigida en criterio ético, es el instrumento con que Juan Pablo II aborda el examen crítico de los sistemas socioeconómicos vigentes: el capitalismo y el colectivismo. Desde esta perspectiva lo que Juan Pablo II pone de relieve no es aquello en que ambos sistemas discrepan, sino aquello en que coinciden: que uno y otro han caído en el mismo error del economicismo y del materialismo porque han invertido el principio ético sometiendo a la persona (trabajo subjetivo) a las exigencias de la producción (trabajo objetivo). La actividad de un trabajador sólo se entiende y se hace efectiva cuando se integra con las actividades de los otros, que no es sólo una tarea de muchos de la unidad de producción, sino una perspectiva que comprende el trabajo humano como ese inmenso patrimonio que se ha ido construyendo a lo largo de la Historia. Este carácter colectivo del trabajo constituye la base fundamental del destino universal de los bienes de la tierra y su uso común para todos los hombres y mujeres. Ante todo se trata de la interdependencia percibida como sistema determinante de relaciones en el mundo actual, en sus aspectos económico, cultural, político y religioso, y asumida como categoría moral. Cuando la interdependencia es reconocida así, su correspondiente respuesta como actitud moral y social, y como “virtud”, es la solidaridad. Esta no es, pues, un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos”.6 Benedicto XVI, con motivo del 25º aniversario de la encíclica Laborem Exercens (14 de septiembre 2006), afirma que “el empleo es una dimensión fundamental de la existencia humana”, recordando que el primer fundamento para el valor del trabajo es el ser humano. El trabajo es un bien para la persona, porque, entre otras cosas, realiza y humaniza a la persona. En el prólogo al documento The Common Good, de la Conferencia episcopal católica de Inglaterra y Gales, el cardenal Hume dice lo siguiente: “La religión es siempre personal, pero nunca un mero asunto privado. El discipulado supone buscar a Dios en este mundo, así como prepararse para encontrarlo en otro. El imperativo evangélico del amor al prójimo implica no sólo que debemos ayudar a quines lo necesiten, sino que también debemos abordar las causas de la pobreza, porque la profundización de la vida espiritual debe ir codo a codo con la preocupación práctica por nuestro prójimo y, por tanto, con la acción social”. Y, continua (...) “Las Iglesias deben tener algo que decir distinto del mensaje de cualquier partido político o grupo interesado. No pueden, por ejemplo, apoyar sin 6 Juan Pablo II: Sollicitudo Rei Socialis, 38 15
restricciones el libre mercado o la economía planificada. Si viviéramos en un Estado socialista, los principales blancos que atacar –si fuéramos lo suficientemente audaces- serían la coerción, la corrupción y el despilfarro. Pero, dado que vivimos bajo el capitalismo triunfante, debemos estar más preocupados por la codicia privada, la exclusión social y la explotación”. 7.- CRITERIOS PARA UN PROGRAMA DE EMPLEO 7.1. Transversalidad: En los Programas de Empleo se suele enfocar la transversalidad desde la coordinación con otros Programas (jóvenes, mujer, inmigrantes…) con la finalidad de facilitar la gestión de las actividades de orientación, formación y empleo, y poder responder de forma eficaz y consensuada a las necesidades y demandas existentes en el territorio de actuación. Otro enfoque de transversalidad en el ámbito del empleo va asociado a la perspectiva de género, y en el ámbito educativo está vinculado a la educación en valores, que es algo intrínseco a nuestra labor cotidiana como educadores. Se trata de favorecer la flexibilidad, la cooperación, la capacidad innovadora y el trabajo de equipo, la creatividad, el sentido de las iniciativas y la responsabilidad... se aboga por las competencias de carácter social que son transversales a los programas. Se requiere educar las actitudes, los valores y la mentalidad correspondiente a esa competencia “para ello necesitamos una educación integral al servicio de toda la persona y de una humanización con sentido”. 7.2. Intervención integral. El objetivo de los Programas de Empleo es facilitar la integración laboral a través de la educación, la formación y el empleo. La intervención integral además de contemplar la educación, la formación y el empleo, debe ser extensible a vivienda, salud, etc. No es posible una verdadera integración sociolaboral de la persona sin una intervención integral. Es fundamental, por lo tanto, no separar las acciones sociales del empleo, y la mejor forma de hacerlo es integrando ambas dimensiones desde una misma realidad de trabajo. Constatamos que el fenómeno de exclusión es multidimensional. Por ello, es necesario afrontar los procesos integralmente. 7.3. Potencialidades de los sujetos sociales. Las experiencias exitosas (...) nos muestran las situaciones reales en las que se encuentra la persona, (“Sin Hogar”, parado de larga duración, jóvenes provenientes del fracaso escolar, inmigrantes “indocumentados” o las mujeres con cargas familiares pobres…) y lo sitúan en el centro de la acción contemplando no sólo sus carencias sino prioritariamente sus potencialidades. Son enfoques muy personalizados, individuales, integrales que gozan de gran flexibilidad, pero donde la persona afectada, es sujeto y agente de su propio proceso. 7.4. Prevención y Reivindicación de derechos. Toda entidad que históricamente trabaje por la justicia debe desempeñar una labor fundamental de denuncia de situaciones de precariedad y desigualdad que alejan a la persona de unos mínimos de dignidad. Una de las tareas que desde los Programas de Empleo 16
se debe acometer es la recuperación de derechos básicos socio-laborales de las personas que participan en las actividades. 7.5. Participación de las personas en proceso de inclusión. Todos, toda la sociedad, estamos afectados por la pobreza; todos estamos en peligro de exclusión. La participación de las personas que están en procesos de inclusión responde por tanto a su derecho de ciudadanos. Participación significa reconocerlos como sujetos de su propia vida, no “beneficiarios” de nuestros consejos y orientaciones; significa nuestro compromiso con que son los principales decisores y actores en el diagnóstico y en su itinerario de inserción. Se trata de trabajar (educar en el sentido del “empowerment”, darles poder - emponderarlos-), para que los sujetos sean protagonistas de su vida, de su desarrollo personal e historia. Movilizar energías, participar en los asuntos que nos conciernen, entregando lo mejor de nosotros y recibiendo lo mejor de los otros. Significa también generar entusiasmo y creatividad en los procesos de inclusión. 7.6. Un proceso educativo más allá del empleo. La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la condición humana. El propósito fundamental de la educación es el desarrollo humano en toda su plenitud. El aprendizaje implica una ampliación de las relaciones consigo mismo, con la comunidad, con todos los habitantes de la Tierra. Estos deben reconocerse en su humanidad común y, al mismo tiempo, reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano. (UNESCO). Interrogar nuestra condición humana, es interrogar primero nuestra situación en el mundo. 8.- CREACIÓN DE INSTRUMENTOS Y SERVICIOS A FAVOR DE LOS COLECTIVOS Y/O PERSONAS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN 8.1. El Servicio de Acogida y Orientación Sociolaboral diseñado para analizar, valorar y diagnosticar la situación personal y social y promover el grado de empleabilidad de una persona. Se trata de recoger información sobre la situación personal y sociolaboral, a través de una (o varias) entrevistas, valorar con la persona en un diagnostico esta situación y elaborar con la participación del beneficiario un Plan de Acción para la inserción, que establezca las medidas y acciones más idóneas para lograr el objetivo individualizado de inserción. Creación de aulas de consulta con ordenadores, acceso a Internet y programas especializados, prensa igualmente especializada, biblioteca con material de empleo. La necesaria coordinación de las entidades no lucrativas con las Oficinas de Información de Empleo Público y con los Servicios de Orientación de las diversas instituciones que existen en el territorio cercano. Facilitar los estudios y tendencias de empleo que disponen las estructuras de empleo de las diversas Comunidades Autónomas al servicio de las instituciones que trabajan en el campo de la inserción sociolaboral 17
8.2. Adaptación de la normativa actual sobre Formación Ocupacional a los colectivos en riesgo de exclusión. Talleres de Empleo, Casas de Oficio, Escuelas Taller u otras modalidades de Formación Ocupacional tienen como finalidad mejorar las actitudes y aptitudes profesionales como medio para aumentar las oportunidades de empleo, proporcionando, además, una cualificación. El proceso formativo va orientado hacia el crecimiento personal, pero se empieza a potenciar el ámbito productivo. Por tanto, se trabajan aspectos como la calidad, trabajo en equipo, organización, método y órdenes de trabajo, buscando crear un entorno de simulación de empresa. Se trata de adaptar la actual legislación a las necesidades biosociales de colectivos vulnerables y de esta forma favorecer su incorporación a la sociedad y al mercado laboral. Modificar la limitación temporal, de manera que estas estructuras se consoliden con dotaciones económicas plurianuales. Una formación integral y actividades de utilidad social. Adaptar la formación a las nueva tecnologías. La Formación Ocupacional Continua necesita refundarse. 8.3. Crear estructuras de intermediación laboral. Las actividades de intermediación laboral realizadas por las entidades que trabajamos en torno a la exclusión social (...) se entienden como “el establecimiento de cauces de conocimiento, comunicación y relación con las empresas para favorecer la inserción sociolaboral de las personas desempleadas en situación de exclusión social. Los servicios de intermediación buscan puestos de trabajo en las empresas locales y ofrecen personas cualificadas para cubrir dichos puestos de trabajo, se utilizan en suma para mejorar la conexión entre las personas que buscan un empleo y la demanda empresarial existente. Sensibilización de las empresas del mercado ordinario para la inserción de personas con especiales dificultades. Proporcionar una mayor información sobre normativa aplicable, beneficios fiscales Coordinarse con las estructuras de empleo que han sido transferidas a cada Comunidad Autónoma. Elaboración de guías de recursos de empresas colaboradas con políticas de cohesión social. Apoyar y dotar económicamente a las agencias de colocación y servicios de intermediación laboral en las organizaciones de Acción Social. 9.- PROPUESTAS Y MEDIDAS BAJO LA PERSPECTIVA DE “INSERCIÓN POR LO ECONÓMICO” 9.1. Juventud. La Recuperación de los Programas de Garantía Social. Estos programas con todas sus contradicciones aportan contenidos vitales para los jóvenes con dificultades. La selección del profesorado debe hacerse en función de unas directrices y de unos criterios claros que reflejen el perfil especifico para el trabajo con el alumnado de este programa. El profesorado / monitores deben destacar por su flexibilidad, actitudes mínimas para trabajar de forma “voluntaria” y/o en “comisión de servicios”. Facilitar estrategias metodológicas que favorezcan la formación y orientación sociolaboral 18
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