Sujeto social, político, histórico en Latinoamérica hoy.
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MINISTERIO DE CIENCIA, TECNOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE Instituto de Filosofía Sujeto social, político, histórico en Latinoamérica hoy. Razones para su re-articulación T ESIS EN OPCIÓN AL GRADO CIENTÍFICO DE D OCTOR EN C IENCIAS F ILOSÓFICAS Resumen para la Defensa Autora: Lic. María Isabel Rauber Ciudad de La Habana 2004
a mi padre a mi madre a mis abuelos a Darío, compañero de vida y padre de mis hijos a mis dos tesoros, Mauro y Yolandita a nuestros muertos por la felicidad a todos los compañeros y compañeras que luchan a mis profesores y profesoras a mis amigas y amigos al pueblo argentino al pueblo cubano a la Revolución Cubana
Las tesis teóricas de los comunistas no se basan en modo alguno en ideas y principios inventados o descubiertos por tal o cual reformador del mundo. No son sino la visión de conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos. C. Marx y F. Engels Manifiesto del Partido Comunista No queremos ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano. He aquí una misión digna de una generación nueva. José Carlos Mariátegui Ideología y Política Nada más lejos de la mente de Marx que una teoría cerrada, dogmática, acabada, que hubiera de aplicarse rígidamente. Fue un pensamiento histórico, y hay que historificarlo en América Latina para que responda a la realidad original de nuestro continente. Esta es nuestra tarea. Enrique Dussel Filosofía de la Liberación ...la teoría política no es una ciencia enigmática cuya jerarquía cabalística manejan unos pocos iniciados, sino un instrumento de las masas para desatar la tremenda potencia contenida en ellas. No les llega como un conjunto de mandamientos dictados desde las alturas, sino un proceso de su propia conciencia hacia la comprensión del mundo que han de transformar. J. W. Cooke
Tabla de Contenido PALABRAS INTRODUCTORIAS .................................................................................................................. 1 I. SOBRE EL PROBLEMA, LAS HIPÓTESIS Y LOS OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN ................................... 2 Objeto de investigación...................................................................................................................... 2 Problema............................................................................................................................................ 2 Hipótesis............................................................................................................................................. 2 Objetivo general................................................................................................................................. 3 Objetivos específicos.......................................................................................................................... 3 Método y metodología........................................................................................................................ 3 Actualidad e importancia del tema .................................................................................................... 4 II. EL MUNDO EN QUE VIVIMOS, PENSAMOS, ACTUAMOS ......................................................................... 5 III. ¿FILOSOFÍA MARXISTA? .................................................................................................................... 9 Interpretaciones, reduccionismos, polémicas, exclusiones…........................................................... 16 IV. LA PROBLEMÁTICA DEL SUJETO, ¿UNA PROBLEMÁTICA DE LA FILOSOFÍA MARXISTA? .................... 23 1........................................................................................................................................................ 24 2........................................................................................................................................................ 24 3........................................................................................................................................................ 25 4........................................................................................................................................................ 26 5........................................................................................................................................................ 27 6........................................................................................................................................................ 28 7........................................................................................................................................................ 28 8........................................................................................................................................................ 30 9........................................................................................................................................................ 31 V. NOTAS .............................................................................................................................................. 35 BIBLIOGRAFÍA EMPLEADA ..................................................................................................................... 40
PALABRAS INTRODUCTORIAS Las reflexiones que se plasman en esta Tesis cobran su sentido en la medida en que se incorporan de manera natural a la construcción teórica de la lucha emancipatoria, esto es, a la lucha por subvertir la hegemonía de la cultura del capital en todas sus expresiones. No basta, pues, con formular declarativamente la superioridad del marxismo y el socialismo frente al orden neoliberal globalizado para que prácticamente se puedan constituir los sujetos de la revolución. Marx, Engels, Lenin, Gramsci, Mariátegui, Mella, Fidel, Cooke, y muchos otros, tuvieron muy claro que nada podía sustituir la experiencia política propia de las masas, y en muchas ocasiones, desde esa experiencia (y no sobre ella) revisaron, corrigieron o modificaron sus propias concepciones tácticas y estratégicas. Ello no implica rebajar la responsabilidad crítica y propositiva de la intelectualidad orgánica ante el curso no siempre acertado del movimiento de masas. Se sabe que en determinadas coyunturas las masas se movilizan refugiándose en sus propias experiencias, con formas de lucha que pueden ser o no las más adecuadas para avanzar en el sentido de sus objetivos estratégicos. Y es entonces que el papel de la organización política adquiere su relevancia y su lugar insustituible como instrumento capaz de impulsar –colectivamente- la concreción del cambio latente como posibilidad. Sabemos que lo revolucionario no puede adscribirse a una u otra forma y contenido de lucha a priori de las condiciones sociales histórico-concretas en las que esta se desarrolla, con sus contradicciones a superar en cada momento histórico. La construcción de la hegemonía social-popular anticapitalista es, obviamente, un proceso, y como tal contiene riquezas que necesitamos constantemente describir, pensar, evaluar, sistematizar, criticar, transformar. Para ello resulta imprescindible partir una y otra vez, de la zinzagueante experiencia política cotidiana de los pueblos, en la que sus actores más conscientes tienen el deber de participar con la suficiente sensibilidad y apertura conceptual para construir con todos el sujeto popular del cambio y, con ello, una real conducción política -colectiva, articulada-, del proceso sociotransformador. La Tesis que defiendo aspira a revelar la complejidad de este proceso y, en consecuencia, la necesidad de sistematizar críticamente los modos de construcción de la representación política en el seno del movimiento social alternativo al capital. La alternativa social-política por la que abogamos permite deslindar analíticamente sus componentes, pero nunca hacer de “lo social-popular” y “lo político” continentes separados ni subordinados el uno al otro. La constante será siempre la asunción de los objetivos liberadores del conjunto de los diversos actores sociopolíticos que confrontan el orden capitalista, desde sus propias metodologías de acumulación, sus tradiciones de lucha, su identidad, su cultura. Articular toda esa riqueza, potenciarla, es el desafío teórico-político que tiene ante sí el intelectual orgánico marxista latinoamericano hoy, convencido de que el socialismo que viene, será –como dijo José Carlos Mariátegui-, una “creación heroica” de todos y cada uno de los participantes en la batallas teóricas y prácticas de nuestro tiempo. ** *** ** Deseo dedicar unas palabras para agradecer de modo directo a quienes de un modo u otro me han impulsado siempre a seguir adelante en mis estudios, en mis investigaciones, y también, en la realización de este doctorado. En primer lugar y siempre, a Darío, por su apoyo permanente; a mis hijos por comprender mis ausencias frecuentes; a mis profesores de la Facultad de Filosofía de la Universidad de La Habana; a Gilberto Valdés Gutiérrez, quien me estimuló e impulsó para que me decidiera a hacer del doctorado una realidad; a Jorge Luis Acanda, profesor de mis estudios universitarios y oponente de la predefensa, por las observaciones, recomendaciones e interrogantes formuladas cuyas respuestas me permitieron exponer más ampliamente los argumentos teórico-filosóficos marxistas de mis investigaciones, en particular del estudio que se presenta como Tesis; al Instituto de Filosofía, por el apoyo y la acogida brindada en todo momento; a Zaira Rodríguez Ugidos, quien fuera mi tutora mientras cursaba los estudios de pregrado, y de quien pude aprender directamente acerca del sentido del quehacer filosófico marxista. Ella se cuenta entre las primeras personas que me indicaron debía avanzar en mi formación hacia el doctorado; en este sentido, la decisión de hacerlo realidad, es para mi–en cierta medida, también-, saldar un compromiso con ella. Autor: Isabel Rauber Resumen para la Defensa de la Tesis.doc 1
I. SOBRE EL PROBLEMA, LAS HIPÓTESIS Y LOS OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN En el texto Movimientos sociales y representación política en América latina. Articulaciones, aparecen formulados el objeto, el problema y un conjunto de hipótesis que van siendo demostradas o refutadas a lo largo del mismo. A fin de revelar sintética y explícitamente el cuerpo metodológico que da cuenta integral de nuestro trabajo científico, podemos formularlo de la manera siguiente: O BJETO DE INVESTIGACIÓN El objeto de investigación es el estudio de los modos de construcción-constitución del sujeto social, político, histórico en Latinoamérica hoy. Esto constituye el eje del libro que presentamos como tesis de doctorado, titulado: MOVIMIENTOS SOCIALES Y REPRESENTACIÓN POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA. ARTICULACIONES. P ROBLEMA -¿Cuáles son los principales elementos conceptuales y prácticos que definen la existencia hoy de un proceso de conformación de un nuevo sujeto sociopolítico transformador en Latinoamérica? H IPÓTESIS De las hipótesis contenidas en el texto seleccionamos como fundamentales las siguientes: 1. No hay sujetos a priori. Los sujetos se constituyen (o mejor dicho, se auto- constituyen) como tales sujetos en el proceso mismo de la transformación social, cuyo primer paso es disponerse a emprenderla. Es decir, que el ser sujeto no es una condición anterior al proceso de transformación; es en el proceso mismo que se revela esa condición de sujeto, latente -en estado potencial- en los oprimidos. 2. En Latinoamérica no existe hoy ningún actor social, sociopolítico o político, que pueda por sí solo erigirse en sujeto de la transformación; éste resulta necesariamente un plural-articulado que se configura y expresa como tal sujeto en tanto se articula como sujeto popular. 3. La transformación de la sociedad es un proceso objetivo-subjetivo colectivo, múltiple e integral que no puede relegarse hasta después de la “toma del poder”. No se producirá nunca transformación social alguna, estable y duradera, si no es a partir de la transformación cotidiana, radical e integral de los hombres y las mujeres que la integran. De ahí la importancia de la categoría: “construcción de poder desde abajo”, y de los conceptos complementarios: construcción, articulación, transición y proceso, en cuya formulación he trabajado durante años como paso práctico-teórico imprescindible para dialogar con la realidad actual latinoamericana y re-pensar la transformación social desde quiénes la hacen. 4. Sujeto, poder y proyecto se interconstituyen articuladamente condicionándose unos y otros. Construcción de proyecto, de poder y constitución de sujetos resultan elementos estructuralmente interdependientes e interconstituyentes, cuyo eje vital se condensa sin duda en los actores-sujetos, en la capacidad y posibilidad de los actores sociopolíticos para constituirse en sujetos y, por tanto, en su capacidad de definir proyecto, de construir poder, y –a la vez- de dotarse de las formas orgánicas que el proceso de transformación vaya reclamando. Autor: Isabel Rauber Resumen para la Defensa de la Tesis.doc 2
5. La lucha contra la enajenación política reclama también –anudado al cuestionamiento radical respecto a los modos de representación (y organización) política-, un nuevo modo de articulación (re-articulación) de lo social y lo político, de lo reivindicativo y lo político, así como la democratización (apertura, ampliación) de la participación de los protagonistas en ambos espacios. O BJETIVO GENERAL ►Conceptualizar los procesos de constitución –y autoconstitución- de los actores sociales y políticos latinoamericanos en sujeto popular de la transformación, tomando como centro de reflexión fundamental sus prácticas de resistencia, luchas, construcción y acumulación de voluntades, experiencias, saberes, identidades, culturas, propuestas, organización, poder. O BJETIVOS ESPECÍFICOS 1. Replanteamiento y reconstrucción críticos de los principales referentes conceptuales y metodológicos del pensamiento revolucionario latinoamericano contenidos en el debate acerca del sujeto de la transformación y de la transformación misma (poder y proyecto). 2. Rescatar y sistematizar experiencias sociales populares en América Latina, que han desplegado procesos sostenidos de construcción de poder contra-hegemónico popular desde abajo. 3. Estudiar los procesos de articulación que los actores-sujetos han desarrollado, en su interior, entre ellos, en el ámbito local y/o nacional, (base para otros que abarquen los procesos articuladores de lo nacional-regional, continental y mundial, conformando simultáneamente un proceso local, regional y mundial de resistencia, lucha y cuestionamiento transformador del orden capitalista vigente). 4. Investigar las nuevas modalidades orgánicas sociopolíticas populares que, basándose en la interpenetración de lo social y lo político, cuestionan profundamente las formas tradicionales de representación política, y aproximarnos a su formulación conceptual. 5. Demostrar cómo la lucha contra la enajenación social y política de los actores- sujetos deviene eje central y modelador de la lucha por la emancipación humana, asumiéndola como un proceso radical, desde adentro, integral, omnipresente y permanente. M ÉTODO Y METODOLOGÍA ►Para este estudio hemos desarrollado procesos de investigación-acción-participativa que incluyen diversas metodologías cualitativas (entrevistas abiertas, dinámicas grupales, observación participante, entre otras), así como estudios de caso y análisis estadísticos e informes institucionales. Ello nos ha permitido aprehender y sistematizar experiencias y saberes populares relativos al objeto de nuestro estudio. Simultáneamente trabajamos en el replanteamiento, reformulación y formulación de conceptos claves de la problemática estudiada,i tomando como principio de construcción teórica el método dialéctico-materialista, crítico, histórico-lógico creado y fundamentado por Carlos Marx y Federico Engels. ►El marxismo, y más concretamente la filosofía marxista, ha constituido y constituye el pensamiento teórico de referencia fundamental. Al decir esto, estoy afirmando a la vez, que – Autor: Isabel Rauber Resumen para la Defensa de la Tesis.doc 3
siendo consecuentemente “fiel” a sus planteamientos- el centro de atención de mis investigaciones ha estado y está en el diálogo con la realidad sociohistórica concreta del mundo de hoy, particularmente de Latinoamérica, sobre todo, a partir del conocimiento y reflexión crítica de las prácticas de resistencias de resistencia, lucha y construcción de alternativas –aunque parciales, incompletas y fragmentadas- de los actores sociales que en ella intervienen. Es desde ese lugar que he podido contribuir a integrar las reflexiones acerca de sus prácticas al pensamiento revolucionario crítico-histórico-dialéctico actual, es decir, reflexionar críticamente sobre ellas, y volver sobre los conceptos claves: definir o redefinir sus contenidos, e incluso construir nuevos. El principal de ellos contempla el concepto de “construcción de poder desde abajo”.ii Han resultado muy valiosos también, los aportes adelantados por pensadores contemporáneos como Lenin, Rosa Luxemburgo, Gramsci, Althusser, Zaira Rodríguez Ugidos, Foucault, Bourdieu, Samir Amín, István Mészaros, Franz Hinkelammert, Enrique Dusell, entre otros. De vital importancia ha sido también el estudio bibliográfico y la aplicación del instrumental metodológico inherente al pensamiento filosófico, social y político revolucionario en el contexto latinoamericano de pensadores como José Martí, Félix Varela, José Carlos Mariátegui, Julio Antonio Mella, Villena, Ernesto Che Guevara, Fidel Castro; y el llamado Revisionismo Histórico argentino y suramericano: Jauretche, Hernández Arregui, Cooke, Vivián Trias, entre otros. Y también, la propuesta teórico-práctica pedagógica revolucionaria de Paulo Freire, y las contribuciones ético-políticos de la Teología de la Liberación. ►Partir de las realidades sociales concretas del momento actual en los ámbitos local, regional, continental y global, de las experiencias de resistencia y lucha de los pueblos -expresadas en las crecientes movilizaciones de viejos y nuevos actores sociales y políticos y en sus propuestas-, ha sido y es para mí un camino metodológico (práctico-teórico-práctico…) indispensable, de ahí el empeño en las investigaciones participativas sostenidas a lo largo de estos años. Todas ellas han ido articulando un proceso de construcción colectiva de pensamiento sociotransformador, que es parte del propio proceso de transformación de la sociedad, proceso que –vale reiterar- no es puramente práctico ni puramente teórico, sino teórico-práctico y práctico-teórico, asumiendo que sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario, pero tampoco a la inversa. Las conclusiones a las que arribo no fueron en sí un presupuesto de partida, sino una reflexión que ha ido abriéndose paso y estructurando en diálogo teórico-práctico con los actores sociopolíticos de las diversas sociedades histórico concretas del continente latinoamericano, cuyos procesos de resistencia, luchas y construcciones sociales he venido acompañado, siguiendo y –sobre esa base- trabajando en su conceptualización durante los últimos 18 años. En realidad esto parte de mis estudios universitarios que luego se plasman en dos libros: Vanguardia y Revolución (CEA, 1988), y Los errores del PRT-ERP (1989). A CTUALIDAD E IMPORTANCIA DEL TEMA ►La recuperación de la problemática filosófica del marxismo contribuye a actualizar y rescatar la indivisibilidad teórico-práctica, socio-transformadora y emancipadora del pensamiento revolucionario de Marx. En el debate actual acerca de las alternativas a la barbarie capitalista, su presencia es clave, pues conecta la búsqueda de vías concretas para la superación de la enajenación capitalista tal cual esta existe hoy, con los actores sociopolíticos actuales, con sus resistencias, luchas y construcciones de propuestas alternativas -aún fragmentadas e incompletas-, y con las interrogantes teórico-prácticas que en tales procesos se Autor: Isabel Rauber Resumen para la Defensa de la Tesis.doc 4
le ha formulado a dichos actores: sobre el sujeto o los sujetos del cambio, sobre la relación clase-sujeto, clase-nuevos actores sociales, partido-movimientos sociales; acerca de las alternativas al capitalismo actual y las vías para construirlas; acerca del poder… Las reflexiones que he realizado acerca del sujeto sociotransformador actual, sobre sus modos de constitución autoconstitución, y de organización, encuentran su sustento y se explican como parte de esa búsqueda de respuestas, con el afán de contribuir a la construcción de caminos de encuentros colectivos, de construcción de propuestas alternativas concretas y posibles. ►A modo de síntesis respecto de la actualidad y vigencia del tema abordado, diría que las formulaciones teórica contenidas en el presente trabajo, contribuyen a: • Intervenir con precisión en el debate acerca de los actores sociales y su posibilidad de constitución en sujetos de la transformación, poniendo de manifiesto la potencialidad presente en cada uno de ellos y la perspectiva de su articulación (de actores, poder y proyecto) constituyente en sujeto (colectivo) popular. • Fundamentar las definiciones de los perfiles programáticos y las modalidades y formas organizativas de los procesos sociopolíticos latinoamericanos fortaleciendo la orientación colectiva consciente hacia objetivos socialistas. • Intervenir con vitalidad en el debate acerca de la alternativa socialista a la barbarie, así como a su necesaria reformulación y enriquecimiento. Esto supone, también, re-articular la búsqueda de salida a la barbarie capitalista con la construcción de vías concretas para la superación de la enajenación capitalista tal cual ella existe hoy, en la clase obrera y los demás sectores oprimidos y marginados. • Recuperar el pensamiento teórico de Marx y Engels como un sistema filosófico, político, económico y social, teórico-práctico abierto, revolucionario integral. Y, en tal sentido, impulsar la formación de un nuevo pensamiento crítico revolucionario, renovadamente dialéctico, profundamente cuestionador-orietador de las actuales prácticas de resistencia, lucha y construcciones sociopolíticas diversas, en proceso de transformación múltiple de la realidad hacia el socialismo. • Promover, sobre esa base, la formación de una nueva intelectualidad orgánica del proceso liberador y de liberación. II. EL MUNDO EN QUE VIVIMOS, PENSAMOS, ACTUAMOS Marcado por el modelo consumista competitivo de la civilización (capitalista) nord- occidental, el sistema-mundo en que vivimos se agota aceleradamente. Para mantener tal modo de vida, sus ganancias y su hegemonía geopolítica, los que detentan el poder –del capital- trazan sus estrategias de apropiación de los recursos energéticos y de la biodiversidad en todo el planeta. Para ello buscan modos de controlar y disponer eficazmente de los territorios donde estos recursos se encuentran y –obviamente-, para subordinar a sus planes a los seres humanos que los habitan. Este puede ser el futuro de la humanidad –para algunos ya es del presente-, capitaneada por el gobierno político-militar de EEUU. Sería la ‘pax americana’ que hoy Bush apunta a establecer, para -como señala Leonardo Boff- “uniformizar el mundo bajo los moldes del estilo de vida norteamericano. Después del 11 de septiembre decidió que eso se hará utilizando la fuerza. Nadie podrá desafiar esta pretensión, de lo contrario conocerá, de inmediato, el poder avasallador de Estados Unidos. De este modo, Bush prolonga y lleva hasta las últimas consecuencias la marca intrínseca del paradigma occidental: la voluntad de someter Autor: Isabel Rauber Resumen para la Defensa de la Tesis.doc 5
a todo el mundo, vale decir, de implantar un imperio universal. En concreto, la así llamada globalización, no es otra cosa, sino la occidentalización, u occiintoxicación del mundo.”iii Esto nos amenaza a todos de muerte y define a la contradicción vida-muerte como la que caracteriza el drama antagónico-social central de nuestra época. Ella expresa concentradamente el agravamiento extremo de la contradicción capital-trabajo, y de las contradicciones a ella articuladas, tradicionalmente consideradas secundarias o no antagónicas, y también la existencia de nuevas contradicciones sociales directa o indirectamente articuladas con ellas. Como señala François Houtart, el neoliberalismo actual (…) ha significado un enorme avance de la subordinación formal, lo que se ha convertido en la causa de la emergencia de nuevas luchas (campesinos sin tierra, pobres urbanos, inmigrantes, indocumentados, luchas por salvaguardar los servicios públicos, la defensa del medio ambiente, la oposición a la dominación del capitalismo financiero), y también de nuevas formas que han tomado luchas ya seculares (…). Treinta años de ofensiva contra el trabajo y contra el Estado, con el fin de crear nuevas condiciones para la acumulación del capital, diez años de neoliberalismo triunfante después de la caída del socialismo real, han creado evidentemente nuevas condiciones para las luchas sociales.iv Ellas encuentran ahora nuevas dimensiones y aristas de existencia y expresión, remodelando la compleja urdimbre de las relaciones sociales. Marcada por la estructura actual de las complejas interrelaciones capital-trabajo, la contradicción vida-muerte contiene, sintetiza y expresa a la de clase de un modo socio históricamente concreto, muy específico, en donde lo defensivo –sin haber desaparecido nunca de la lucha de clases- (re)adquiere un carácter predominante. En su desenfrenada locura destructiva el capitalismo neoliberal globalizado pone a la humanidad al límite respecto de sí misma, desafiándonos como nunca antes a pensar en nuestra sobrevivencia. Pero la posibilidad de sobrevivencia supone una discusión compleja porque se anuda a la imprescindibilidad de conformar un mundo diferente, basado en la armonía de la dimensión cósmica-humana. Y esto reclama de nosotros –y urgentemente- un profundo cambio de mentalidad, de actitud ante la vida, la creación y construcción de nuevos parámetros histórico-culturales de pensamiento, organización y funcionamiento metabólico socio-natural, y la búsqueda de caminos para la puesta en común de una plataforma teórico-práctica de construcción colectiva de ese ansiado y necesario mundo diferente. La defensa de la vida se articula directa y radicalmente con la búsqueda de emancipación (de la clase y toda la humanidad sojuzgada por el capital), y exige (volver a) pensar la transformación social como un multifacético y complejo proceso radical-integral, es decir, como un proceso de inter-transformación de la sociedad en lo social, político, económico, ético y cultural. Las experiencias socialistas este-europeas, nos enrostran las consecuencias sociohistóricas de los intentos de mejorar la sociedad marcados por el reduccionismo economicista, por la apuesta creciente al mecanicismo y al autoritarismo en aras de obtener “logros” (tangibles, “medibles”, “contables”) en las transformaciones sociales (metas, planes, etc.), que relegaron (o renegaron de) la problemática central de la transformación social: articular el camino de la liberación de los hombres y las mujeres con la necesaria construcción de hombres y mujeres nuevos, para mencionar solo un componente medular. Este “olvido” se conjugó con la sobrevivencia predominante de la lógica (recreada) verticalista, jerarquizante y subordinante propia del capital en los distintos ámbitos de la vida social, más allá del período fundacional de los estados socialistas, hecho que profundizó las limitaciones iniciales del Autor: Isabel Rauber Resumen para la Defensa de la Tesis.doc 6
modelo trazado y, con ellas, la enajenación social, política, económica y cultural del pueblo revolucionario o en revolución. Reflexionar crítica y autocríticamente sobre aquellas experiencias emancipatorias resulta parte del quehacer actual del pensamiento y la práctica revolucionaria. En primer lugar, porque la desorientación estratégica actual, la fuerte sospecha instalada por el poder de que no es posible otro mundo más allá del capitalismo, está anudada al fracaso del socialismo real, cuyos errores han sido manipulados por los poderosos para dar como verdadera su pretensión de haber arribado al fin de la historia. Esta perplejidad y desorientación, que se intensifica y amplía bajo el martilleo ideológico de los medios masivos de comunicación, sobre todo desde el hundimiento del llamado "socialismo real", constituye el caldo de cultivo del cuestionamiento del marxismo, (…) A ello contribuyó decisivamente la identificación falsa e interesada del "socialismo real" con todo socialismo posible y la del marxismo con la ideología soviética que lo justificó.v En segundo lugar, porque esto contribuye a esclarecer la perspectiva estratégica alternativa actual anudando las posibles opciones de salida con la búsqueda de la liberación de los seres humanos explotados, marginados y oprimidos por el capital, y a ésta con los procesos de cambios radicales de la sociedad y del sistema-mundo, para ir “más allá del capital” [Mészáros]. Pero no basta con criticar los errores del socialismo, no basta con ser autocrítico, es indispensable sobrepasar esta actitud y contribuir -con esas críticas y autocríticas-, al esclarecimiento de componentes fundamentales, que están en la base de la necesaria reconstrucción estratégica de la alternativa socialista. Se trata, una vez más, de involucrarse en la problemática social, política, económica y cultural de la época actual y en la de sus actores sociales y políticos, como parte que se es del proceso de la vida real de la sociedad.vi El desafío es instalar [ir instalando] el ideal socialista (en construcción) como constituyente del imaginario y del deseo de futuro posible de miles de millones de seres humanos. Se trata de un socialismo que se replantee a sí mismo como el sistema social más democrático, humanista y profundamente liberador en relación a toda la historia de la humanidad, que solo puede llegar a ser tal –hoy queda demostrado-, sobre la base de crear y construir –a la par consigo misma- una nueva civilización humana. Fundar y construir una nueva civilización humana significa fundar y construir un nuevo modo de vida.vii Y esto requiere de un proceso histórico concreto de enseñanza-aprendizaje, de explorar caminos que contribuyan a ir superando la enajenación, es decir, caminos que abran procesos de empoderamiento colectivo de los actores-sujetos en cada país, promoviendo y fortaleciendo su apropiación protagónica creciente del proceso liberador. Considerando la realidad de confrontación global con el capital en la que se desarrollan las luchas actuales, los procesos liberadores locales tenderán a articularse y a confluir en lo que devendrá un proceso global de construcción (autoconstrucción) de un sujeto revolucionario universal, el ser humano socialista, simultáneamente a la construcción-consolidación y desarrollo de la nueva civilización humana. En tanto el socialismo supone la creación de una nueva civilización, su construcción supone un largo proceso histórico –de transición-, complejo y multifacético que combina procesos de auto constitución de actores-sujetos en sujeto colectivo (popular), con procesos de construcción de propuestas y proyecto alternativo, con la construcción de poder –y organización político- social- desde abajo. Autor: Isabel Rauber Resumen para la Defensa de la Tesis.doc 7
Desde esta perspectiva, resulta claro que la transición nace en las entrañas del capitalismo; y está presente ya como posibilidad en los procesos de resistencia y luchas sociales que buscan la transformación radical de la sociedad regida por el capital. Repensar el socialismo interpela también al pensamiento sociotransformador, que aspira a constituirse en avanzada teórica de la nueva sociedad que se desea construir –y que se va construyendo-. En este momento histórico de crisis social global aguda y peligro de destrucción y muerte de la humanidad, el socialismo como posible alternativa civilizatoria vuelve con fuerza creciente al centro de las reflexiones políticas, económicas, filosóficas. Y ello reclama retomar los análisis de Marx y sus propuestas sobre la indisoluble articulación teoría-práctica revolucionarias, sobre los diversos modos de existencia de la enajenación social e individual en el capitalismo y los complejos e interdependientes caminos de su superación, sus consideraciones sobre el poder, la política, el Estado, la economía, la filosofía, la ética, la cultura… Pero la dialéctica de la realidad político-social, exige también actualizar la teoría revolucionaria, particularmente por su indivisible interarticulación con la práctica socio- transformadora. En este empeño resulta importante actualizar las concepciones económico-filosóficas que lo fundamentan articulándolas con las enseñanzas históricas de sus primeras experiencias, con las enseñanzas de lucha de los pueblos y su nuevas construcciones y aspiraciones, y rescatar – redimensionándolo- el profundo sentido práctico-liberador (de la clase, los oprimidos, marginados, y de la humanidad toda) del socialismo. Ello llama a actualizar –e incluso replantear en ciertos aspectos, si fuera necesario-, la dimensión y concepción de la gesta humano-emancipadora de la sociedad propuesta por Marx, cuya responsabilidad estratégica, política, económica y filosófica (en acto) fue históricamente atribuida por él a la clase obrera, previamente identificada como el agente social del cambio, a partir de analizar su interrelación con el capital (interdefinición) y el papel que de ello se desprendía en aquel momento histórico concreto de su desarrollo, con sus problemas también sociohistóricamente determinados (los modos de existencia de la explotación, de la opresión, de producción y reproducción de la enajenación), y las posibilidades socio-políticas de su superación, también interdefinidas en correspondencia con ellos. Esto vuelve a colocar en el centro del debate filosófico, como parte de él, la problemática política concreta de la transformación de la sociedad, la búsqueda de respuestas a las interrogantes: ¿Para qué?, ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿quiénes? Responder a tales interrogantes exige al pensamiento de –para y en- la transformación revolucionaria de la sociedad (y a los pensadores), retomar el cauce de la revolución teórica iniciada por Carlos Marx y Federico Engels. (…) ¿por qué volver, en estos momentos, sobre este eje, fuente o manantial teórico y vital? Porque hoy, más que en otros tiempos, se pone en cuestión la vinculación entre sus ideas y la realidad, entre su pensamiento y la acción.viii Esto nos convoca a reflexionar -en relación con el tema que nos ocupa-, teniendo en cuenta: • Los cambios objetivos ocurridos en la sociedad, sobre todo a partir de las transformaciones en las relaciones capital-trabajo en la subordinación real y formal del trabajo al capital, de los descubrimientos científico-técnicos, los avances tecnológicos y en la organización del trabajo, la revolución en la electrónica y las comunicaciones, etc. Todo ello, lejos de sepultar la problemática de la enajenación –de la clase y la sociedad-, Autor: Isabel Rauber Resumen para la Defensa de la Tesis.doc 8
la actualiza con modos nuevos y superpuestos de enajenación y re-enajenación presentes y activos en los diversos órdenes de la vida social. • La actualización de la crítica al capitalismo hoy. • La recuperación crítica de las enseñanzas de las experiencias socialistas y de las tendencias predominantes en los pensamientos emancipadores del siglo XX. • La existencia –en nuestro continente- de la fractura histórica entre clase y pueblo y, particularmente, entre clase y pueblos originarios. • La emergencia de nuevos actores sociales y políticos en los ámbitos local y global. • La recuperación crítica de las enseñanzas de las resistencias y las luchas de los pueblos latinoamericanos y sus nuevas organizaciones sociopolíticas. • La necesidad de repensar la alternativa al capitalismo, el socialismo, re-articulando la teoría de y para la transformación con la práctica transformadora (teoría en cuestionamiento-transformación permanente). Ello implica hoy –a la vez que un rescate de los fundamentos teóricos de la propuestas de Marx y Engels-, actualizar, ampliar y enriquecer su contenido teórico (económico, filosófico, social, ético, humanista), inseparable de su compromiso práctico con la liberación de la clase y todos los oprimidos, es decir, con la superación de su enajenación o –para decirlo más concretamente- de sus diversas enajenaciones y sus variados modos de existencia y manifestación. Supone también, por tanto, simultáneamente, la actualización del sentido práctico transformador de la teoría, que es -a su vez y por ello-, el sentido de las prácticas. Esta afirmación condensa aspectos teórico-filosóficos (y político-prácticos) que fueron tratados de muy diversos modos –incluso antagónicos entre sí- por intérpretes y exégetas de Marx, por militantes, intelectuales y políticos de izquierda en general. Atendiendo al tema central que nos ocupa –y según la extensión máxima posible en este trabajo-, intentaré apuntar aspectos medulares en lo referente a la relación entre filosofía y marxismo, que supone otras tantas respecto a las relaciones entre teoría y práctica, enajenación-liberación, sujeto-clase (y objeto), objetividad-subjetividad, conciencia, y los nodos de las divergencias (teóricas y políticas) que en torno a ella se levantaron, y que guardan una vinculación más o menos directa con los enfoques de esta tesis. III. ¿FILOSOFÍA MARXISTA? Si para Hegel la “Idea Absoluta es el único objeto y contenido de la filosofía”ix, para Marx, el único sentido de la filosofía es el ser humano concreto dentro de una sociedad histórico concreta, y esta misma, en tanto resulta imprescindible conocerla para elaborar (y brindar) los instrumentos teóricos necesarios para la superación de la situación de clase en sí del proletariado, para que éste pueda –con conciencia de clase para sí, y en articulación indisoluble con sus prácticas de lucha y enfrentamiento al poder del capital-, poner fin a su explotación y – con ello- necesariamente, transformar la sociedad en su conjunto. Si el trabajo vivo es el origen de la crítica (y de la realidad) del capital para Marx, el destinatario de la teoría crítica es la ‘conciencia del proletariado’: el saber de esa conciencia que todo el capital no es sino trabajo vivo. (…) // Este saber (Wissen) de la ‘conciencia del proletariado’ de la esencia del capital, y no tan solo de su apariencia fenoménica y fetichizada, es la realización histórica efectiva de la ciencia (Wissenschaft) en el sentido que le daba Marx. // Mientras que el saber no es ejercido como actualización crítica de la conciencia del trabajo vivo, (…), es una ciencia elitista, ella misma fetichizada, infecunda, innecesaria: ‘saber para nada’; puro ‘saber formal’. Cuando el saber se hace conciencia, conciencia de clase, conciencia de pueblo, solo en ese caso es saber real: se hace ciencia como historia (no solo ‘de’ la historia).x Autor: Isabel Rauber Resumen para la Defensa de la Tesis.doc 9
Y aquí radica el nudo de su revolución teórica (y práctica). En la base de la misma está la inseparabilidad sujeto-objeto, teoría-práctica, a la que se articulan pensamiento y acción, ser social y conciencia social, lo objetivo y lo subjetivo. 1. Al articular el pensamiento filosófico y la práctica sociotransformadora, la revolución teórica realizada por Marx y Engels presuponía la revolución práctica. Dicho de otro modo, se asentaba, reclamaba y a la vez proyectaba, una práctica revolucionaria en la relación transformadora del ser humano con el medio sociohistórico del cual era parte (concretamente, del proletariado y otros sectores oprimidos por el capital a él articulado), imprimiéndole un sentido proyectivo-revolucionario socialista a las luchas del movimiento obrero naciente y de los campesinos desclasados. 2. No hay apriorismo en Marx. Él busca explicaciones a los fenómenos de la vida social de su época, tratando de proyectar, a su vez, las luchas de los movimientos sociales (obreros y campesinos) de entonces hacia una transformación radical y eficiente de la realidad. Esta articulación revolucionaria tiene en el concepto de práctica sociotransformadora el nudo central. La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana solo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria.xi Al ser medidora de la actividad humana transformadora, la práctica es en sí misma una unidad contradictoria objetivo-subjetiva, en la cual lo objetivo y lo subjetivo se interdefinen, interconstituyen e intercondicionan mutuamente: la práctica no se reduce a ser materialización de ideas, ni ámbito de concreción fenoménica de necesidades o de supuestos mandatos exteriores a la vida social concreta, no expresa solo necesidades objetivas que llevan al ser humano a su interacción con el medio social. El sujeto no solo transforma (al objeto). En primer lugar, es en esa relación que constituye al objeto como tal; en segundo, en el mismo acto, en la misma mediación, se transforma a sí mismo por intermedio de la interacción práctica con el objeto de su actividad, es decir, es la intermediación misma la que -en definitiva- reúne y sintetiza a ambos polos de la actividad humana en un eslaboneo permanente e inter-cambiante. La práctica sociotransformadora conforma una bisagra que articula (y desarticula) el pensamiento (filosofía, ciencia, economía, política, ética, moral y cultura), en proceso contradictorio de construcción-reconstrucción de la totalidad social concreta existente, que hará posible también la totalidad pensada. Precisamente, por su carácter profundamente contradictorio, resultó uno de los conceptos más vulgarizados y simplificados del pensamiento de Marx.xii 3. El objeto (social) presupone al sujeto social y viceversa, ambos se interdefinen como tales objeto y sujeto en la interrelación, es decir, en la actividad práctica que los articula como tales, marca a la vez con ello la inseparabilidad, intercondicionalidad, interpenetración e interdefinición objetivo-subjetiva. El defecto fundamental de todo el materialismo anterior –incluyendo el de Feuerbach- es que solo concibe el objeto, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto [objekt] o de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, como práctica, no de un modo subjetivo. (…)xiii Ni lo objetivo puro aislado de lo subjetivo, ni lo subjetivo puro aislado de lo objetivo; el sujeto implica su subjetividad, la interrelación con la objetividad y viceversa. Esto apunta tanto a no excluir al componente subjetivo (en el sujeto como en el objeto y en las prácticas), como a no confundir la relación sujeto-objeto con la relación ser-pensar. Su habitual equiparación resulta, como analiza Zaira Rodríguez, (…) parte del error de reducir la categoría de sujeto a la conciencia y la categoría de objeto al a materia. (…) se desconoce que el sujeto es a la vez material e ideal; en segundo lugar, no se advierte que el objeto puede ser, también, un objeto ideal; en tercer lugar, se identifica el concepto Autor: Isabel Rauber Resumen para la Defensa de la Tesis.doc 10
de materia con el de objeto, cuando realmente este último es aquel aspecto de la realidad material o espiritual que cae en el ámbito de la actividad practica, (…) se desconoce el significado filosófico general de la relación sujeto objeto constriñéndose exclusivamente a la relación entre lo ideal y lo material.xiv 4. Ese significado filosófico se logra en la definición y construcción de las categorías filosóficas, que son una “unidad de contrarios cuyo contenido universal solo puede emanar de su relación recíproca contradictoria” que se realiza en la actividad práctico transformadora del sujeto social en una determinada interrelación sujeto-objeto. Esta interrelación conforma lo que, siguiendo a Zaira, identifico como la región o ámbito de lo filosófico. De ahí que para comprender el lugar y papel de las categorías filosóficas en el pensamiento de Marx, sea imprescindible entender la relación dialéctica sujeto-objeto como una relación compleja, dinámica, intercondicionadora e interdefinitoria, cuyas enmarañadas interdefiniciones e intermediaciones, se producen mediante nexos gestados en la práctica social. Es desde ahí que Marx busca explicaciones a la convulsa y contradictoria realidad social alemana de su época. Y desde ahí fue sometiendo a una rigurosa crítica a la carga heredada de Hegel, de Feuerbach, y de tantos otros pensadores, economistas, y políticos de su época, o que le antecedieron, como a su propia concepción, por ello, siempre abierta, inacabada… Marx construyó sus categorías –o reconstruyó las que utilizó de otros-, en diálogo ininterrumpido con la realidad social de su época, dejando claro que los conceptos no contienen una esencia ideal trascendente a la que reflejan o encarnan en el pensamiento, sino que se forman a partir de la práctica misma de los hombres, de la reflexión teórica sobre ella, y a ella misma se refieren.xv Tienen por tanto, una procedencia terrenal-social condicionada por la realidad social histórico-concreta en la que se construyen, a la que se refieren, y en la que actúan (son parte). Sus contenidos, ni absolutos ni eternos, resultan -además de crítico-subjetivo-objetivo-contradictorios-, transitorios: debían ser desarrollados, modificados o reemplazados por otros en la medida que maduraran las prácticas humanas y las reflexiones sobre ellas, o atendiendo a los cambios de las circunstancias sociales histórico-concretas en las que ellos se desarrollaban.xvi Esto es así, para Marx, en todas sus dimensiones, no hay excepciones. Y lo deja muy en claro, sobre todo, cuando puntualiza acerca del concepto “comunismo”.xvii Recomendación filosófico-política que bien vale recordar en tiempos como los actuales. La tarea filosófica fundamental permanente consiste en el trabajo dialéctico-histórico crítico-autocrítico con los conceptos y las categorías filosóficas, actualizando y/o reconceptualizando lo existente y construyendo nuevos conceptos y categorías. Esta labor ha devenido el centro del quehacer de lo que identificamos como filosofía marxista, teniendo siempre presente que –desde esta perspectiva- es la práctica sociohistórica concreta de los actores-sujetos sociales por cambiar la sociedad en que viven en el sentido de su liberación, la que posibilita y articula ese pensamiento crítico que, para serlo, a la vez, debe ser autocrítico, liberador y de liberación. En relación con lo aquí expuesto, considero importante destacar dos definiciones trascendentales: 1. Respecto del objeto de la Filosofía: “(...) la región o dominio de la filosofía [no es] ni el mundo separado del hombre, ni el hombre separado del mundo, sino, precisamente, la relación activa y multifacética del hombre con el mundo.”xviii ”(...) la región propia o exclusiva de la investigación filosófica no es más que la esencia o la universalidad esencial de la actividad social multifacética sintetizada en las leyes o categorías del pensamiento teórico.”xix Autor: Isabel Rauber Resumen para la Defensa de la Tesis.doc 11
2. En relación con las categorías, a su definición y a cómo se construyen: “La naturaleza peculiar de las categorías filosóficas responde a que ellas se forman sobre la base de la actividad multifacética de los hombres (actividad práctico-material, actividad teórico- cognoscitiva y actividad práctico-valorativa). Por eso, las categorías filosóficas no constituyen identidades abstractas en la que se fija lo común genérico de todos y cada uno de los fenómenos de la realidad (...).”xx ”Ya ha quedado establecido que la región del saber filosófico es el pensamiento teórico que se plasma en las categorías concebidas como formas universales de la actividad histórico-social. Pero la actividad humana, no es, en esencia, otra cosa que la síntesis de lo ideal y lo material. En otras palabras, en la actividad histórico-social se manifiesta el movimiento o tránsito permanente de lo material en lo ideal y viceversa; esto es, un constante proceso de cosificación y descosificación.”xxi Esto resume, de última, el sentido mismo de los estudios de caso que he realizado basados en la investigación participativa. Además de recuperar experiencias y sistematizarlas, además de aportar a la reconstrucción de la memoria histórica de los actores sujetos y contribuir a la maduración de su autoconciencia, articulado a todo ello, estas investigaciones tenían entre sus objetivos avanzar en la actualización de contenidos de viejos conceptos dando cuenta de lo nuevo en relación con la problemática tratada, así como en caso de ser necesario y posible, adentrarnos en la formulación de nuevos conceptos, tarea que solo sería posible- a mi entender- partiendo de la realidad, de la práctica de los actores mismos para avanzar desde allí. Así lo puntualizo directamente en uno de los textos que sistematiza la experiencia de la Central de Trabajadores Argentinos: No es el pensamiento (con minúscula ni con mayúscula) el que engloba a las prácticas; son éstas las que condensan en sí todo el pensamiento posible (en un momento histórico) acerca de lo que los sujetos alcanzan a visualizar e interiorizar de la sociedad en que actúan y de las respuestas que elaboran en consecuencia, y también, por supuesto, de las herramientas –materiales y espirituales- empleadas para elaborar tales respuestas. En la práctica está el germen racional de la posible salida. Lo que es muro también es puente. Lo que separa, une. (…) Como claramente explica Zaira Rodríguez: ‘(…) las categorías sirven de instrumentos teórico-metodológicos de la actividad científica y práctica del sujeto social, y… también actúan en calidad de esquemas para la interpretación y orientación de los resultados de la actividad humana. De este modo, la estructura categorial del pensamiento teórico de una época histórica conforma la armazón lógica a partir de la cual se puede dirigir y fundamentar la actividad práctico social. ‘(…) Esto implica que la naturaleza cosmovisiva del saber filosófico lleve implícito a la vez un carácter teórico-científico e ideológico-clasista, y que el partidismo filosófico responda simultáneamente a raíces epistemológicas y a raíces sociales o clasistas (…).’xxii 5. El hilo conductor del pensamiento teórico-revolucionario de Marx fue indudablemente la búsqueda del basamento social histórico-concreto de las raíces de la enajenación humana (particularmente de la clase obrera) -problemática que no desapareció nunca del centro de sus investigaciones teóricasxxiii-, para, sobre esa base, buscar caminos para su negación o superación positiva. Para ello se dio a la tarea de identificar y demostrar pormenorizadamente quiénes serían los que podrían y querrían hacerlo (porqué). Como señala István Mészáros, Para Marx (…), la cuestión de la ‘superación’, a partir de las primeras formulaciones de su concepción filosófica, fue inseparable del programa de alcanzar la ‘unidad de la teoría con la práctica’.xxiv La explicación realizada por Marx del proceso de acumulación originaria del capital fue fundamental para superar la concepción ahistórica de Hegel acerca de la relación entre el capital y el trabajo. La puesta en evidencia del despojo secular que conformó el capital Autor: Isabel Rauber Resumen para la Defensa de la Tesis.doc 12
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