CAMPAÑA DE QUEMAS PRESCRITAS - Invierno 2020-2021 - 19 de abril de 2021
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Contenido 1. ¿PARA QUÉ UTILIZAMOS EL FUEGO LOS BOMBEROS? ...................................................... 3 2. OBJETIVOS DE LAS QUEMAS PRESCRITAS ...........................................................................4 3. ¿QUÉ TIPO DE VEGETACIÓN QUEMAMOS? .......................................................................... 7 4. ¿CÓMO REALIZAMOS UNA QUEMA PRESCRITA? ................................................................. 9 5. LAS CAMPAÑAS DE QUEMAS ................................................................................................ 10 6. LA CAMPAÑA DE QUEMAS DEL INVIERNO 2021.................................................................. 11 2
1. ¿PARA QUÉ UTILIZAMOS EL FUEGO LOS BOMBEROS? El fuego es un elemento natural de nuestros ecosistemas y, si se utiliza con conocimiento, es una herramienta valiosa para reducir el riesgo de grandes incendios. La mayor parte de los bosques de Cataluña están dotados de forma natural de sistemas de defensa contra el fuego que han desarrollado a lo largo de miles de años de evolución. Los diferentes tipos de árboles, matorrales y hierbas responden de forma diferente al paso del fuego, dependiendo de la fuerza del fuego y la época del año. Hay árboles, como el pino laricio, que han desarrollado la estrategia de dotarse de una corteza gruesa para soportar el calor del fuego; otros, como la encina o el roble, tienen la capacidad de rebrotar desde la cepa, y todavía hay otros que son capaces de rebrotar desde la copa, como es el caso del alcornoque. Estas y otras adaptaciones se conocen como atributos vitales, y, si las conocemos bien, las podemos utilizar para proteger los bosques de los grandes incendios forestales. Si escogemos cuando aplicamos fuego en el bosque y con qué fuerza o intensidad, afectaremos a unas u otras especies de plantas, que responderán de forma diferente. De este modo, por ejemplo, podemos planificar un desbroce de sotobosque (eliminar el estrato de matorrales y pequeños árboles para reducir el riesgo de incendio) utilizando el fuego de forma controlada, afectando solamente a aquellas plantas cuyo desarrollo queremos controlar. De hecho, la quema prescrita es la forma más “bio” de controlar la vegetación, junto con la ganadería extensiva. Pero, en Bomberos, el escenario de una quema prescrita nos aporta, además, la oportunidad de trabajar con fuego real, convirtiéndose en un campo de prácticas y entrenamiento ideal para cuando tengamos que hacer frente a los incendios de verdad. Quema en bosques de pino carrasco de El Garraf en el municipio de Olivella realizada a principios de marzo. Se trata de preservar una estructura de bosque que resistió el incendio de 1994 y que ahora empieza a estar en peligro en caso de incendio. Se trata de un bosque de carácter periurbano que rodea la urbanización de Mas Mestre. Fuente: Bomberos. 3
2. OBJETIVOS DE LAS QUEMAS PRESCRITAS Con las quemas prescritas se buscan diferentes objetivos y es habitual encontrar más de uno en una quema, aunque siempre hay uno que predomina sobre los demás. Desde el inicio del programa de quemas de Bomberos en 1999, se han clasificado las quemas a partir de los siguientes objetivos principales: • Quemas de pasto: es la forma ancestral del ser humano de asegurar la comida de sus animales herbívoros domésticos. La quema de espacios abiertos con matorrales y hierba ha servido para rejuvenecer el estrato herbáceo y conseguir mejores pastos para los rebaños de vacas, ovejas, caballos o cabras. Quema para mejorar pastos en Bausen (Val d'Aran) a finales de febrero. En función del tipo de vegetación, el equipo de control utiliza diferentes herramientas manuales para limitar la propagación del fuego. Los batefuegos son la herramienta óptima para sofocar las llamas en el estrato herbáceo. Fuente: Bomberos. • Quemas para conservar y mejorar hábitats: ciertas especies de animales, como algunas aves, reptiles o mamíferos, necesitan unas características concretas de vegetación para poder encontrar refugio o espacios de caza o nidificación. La falta de fuegos naturales y el abandono de actividades ganaderas o forestales favorecen la proliferación de espacios de matorral continuo y bosques demasiado cerrados que ponen en peligro la viabilidad de estas especies. El uso del fuego puede servir para mantener o restaurar las características naturales de ciertos hábitats y hacerlos viables de nuevo. Alta intensidad de fuego para conseguir un cambio en la estructura homogénea de bosque y recuperar zonas de palo de Campeche para el águila perdicera en la finca de Cal Setró en Bonastre (Baix Penedès) durante la primera semana de marzo de 2021. Fuente: Bomberos. 4
• Quemas de gestión forestal: uno de los problemas principales de los bosques de Cataluña que les hace vulnerables a los incendios forestales es la alta densidad de árboles y la continuidad de matorral que acumulan. La gestión forestal, con clareos de árboles y desbroces de sotobosque, intenta reducir este exceso de biomasa y acompañar a los bosques hacia estadios de madurez reduciendo el riesgo de que se quemen a lo largo de este proceso. La aplicación del fuego directo en el sotobosque en condiciones planificadas y controladas permite conseguir este objetivo eliminando matorrales y árboles pequeños con poco futuro. Las ramas más bajas de los árboles se tuestan con el calor del fuego que quema el matorral y parte de la copa también se puede ver afectada sin llegar a matar los árboles. Este efecto provoca la conocida poda térmica que, además, genera una purga de la hojarasca de las copas que reducirá la capacidad de quemarse en un eventual incendio forestal. • Quemas para proteger núcleos urbanos aislados: la dispersión de pequeños núcleos urbanos a lo largo de la trama rural de Cataluña ha generado un paisaje en el que algunos pueblos, en general de montaña, han visto cómo con el abandono de las actividades agrícolas tradicionales en torno a los núcleos la distancia entre el bosque y las casas se ha reducido casi a cero, poniendo en peligro personas y bienes inmuebles en caso de incendio forestal. Recuperar espacios abiertos mediante quemas prescritas con baja carga de combustible vegetal en el límite exterior de estos pueblos mejora su capacidad de defensa en caso de impacto de un incendio forestal. Reducir la carga de biomasa en las partes más expuestas a la propagación de incendios de pequeños núcleos habitados, como Sant Salvador en El Pallars Jussà, mejoró la capacidad de defensa de Bomberos en caso de incendio forestal importante durante febrero de 2021. Fuente: Bomberos. • Quemas en puntos estratégicos para controlar grandes incendios: en Bomberos intentamos aprender de los incendios del pasado para anticipar cómo se moverán los incendios del futuro. Sobre la base del análisis de incendios tratamos de determinar cuáles son aquellos espacios donde podemos hacer frente a los incendios que vendrán. Es necesario que estos denominados ‘puntos estratégicos’ sean seguros para poder realizar maniobras de control del fuego, y es por eso que la quema prescrita nos ayuda a reducir carga de biomasa y a mejorar las características del bosque. 5
Los incendios de viento en el Cap de Creus son tozudos como la Tramontana y repiten el patrón de movimiento cada cierto tiempo. Preparar la vegetación manteniendo un bosque de alcornoque con poco matorral debajo forma parte del objetivo de esta quema en un punto estratégico de la carretera entre Roses y Cadaqués (L’Alt Empordà). Febrero es un buen mes para este tipo de hábitat aprovechando la hibernación de la tortuga. Fuente: Bomberos. • Quemas de carácter formativo: la formación y la práctica constantes forman parte del día a día de cualquier servicio de respuesta a emergencias. Las quemas son un campo de práctica y entrenamiento para el cuerpo de Bomberos, en un escenario con fuego real pero bajo unas condiciones de seguridad y control. La incorporación de nuevas promociones de bomberos requiere la creación de prácticas formativas para que puedan asimilar formas de trabajo en escenarios próximos a la realidad. Las quemas permiten que los aspirantes a bombero fijen conocimiento a base de convivir con el fuego de cerca, observando y analizando las claves básicas que explican la propagación de los incendios visto a pequeña escala. Los formadores preparan a los alumnos de la última promoción de la especialidad GRAF de Bomberos antes de ejecutar la quema de Vilaseca en Castellnou de Bages. Fuente: Bomberos. • Quemas para proyectos de investigación: cualquier acción que realizamos sobre los ecosistemas genera un impacto con unos efectos que pueden perdurar más o menos tiempo, o incluso volverse irreversibles, en función de la intensidad y recurrencia con que ocurran. Este hecho no es nuevo y en la naturaleza ya se da con acontecimientos como inundaciones, nevadas, ventoleras, etc. Cualquier acción humana también genera cambios e impactos, y conocer el alcance y las dinámicas posteriores que la naturaleza utilizará 6
como respuesta se convierte en un elemento troncal que debe incorporarse para gestionar y conservar los hábitats. La investigación es el medio principal para profundizar en este conocimiento y habrá que incorporar las conclusiones para abordar la problemática de los incendios futuros. Las quemas dan a los científicos la oportunidad de generar ensayos donde medir el impacto del fuego y la respuesta de la naturaleza. 3. ¿QUÉ TIP0 DE VEGETACIÓN QUEMAMOS? El tipo de vegetación que se quema tiene una gran relevancia a la hora de planificar la quema y determinar el impacto que conseguiremos con el uso del fuego. La manera de quemar, la elección de los mejores días para quemar y los equipos humanos y materiales que utilizaremos pueden ser muy diferentes si quemamos un pasto o un suelo con restos vegetales bajo un pinar adulto que queremos preservar. Aunque la diversidad de hábitats y tipo de poblaciones vegetales es muy amplia en Cataluña, con un número elevado de especies que se mezclan en diferentes agrupaciones, clasificamos el tipo de vegetación en seis grupos principales: • Herbazales y cañaverales Quema de espacio abierto poblado principalmente por el estrato herbáceo con mucha carga de hierba vieja y seca. Con el fuego se elimina la biomasa seca y se activa el mecanismo de regeneración de hierba nueva. Febrero en El Pallars Jussà. Fuente: Bomberos. • Herbazales bajo arbolado El mantenimiento de bosques con estrato herbáceo reduce el riesgo de propagación del fuego por copas en caso de incendio, como es el caso de esta quema en Sant Carles de la Ràpita (El Montsià) del 16 de marzo de 2021. Mantener este tipo de estructura forestal puede ser una buena opción para bosques periurbanos que generan auténticos problemas de protección civil en caso de incendio. Fuente: Bomberos. 7
• Matorrales Reducir altas cargas de biomasa en espacios continuos de matorral, como es el caso de El Montgrí (El Baix Empordà), permite generar un paisaje en mosaico con más biodiversidad y con más capacidad de ser defendido en caso de incendio. Las quemas deben integrar aspectos medioambientales, como es el caso de la imagen de la derecha, donde se aprecian las islitas de matorral que no se quemarán para asegurar refugio para cierto tipo de fauna. Febrero de 2021. Fuente: Bomberos. • Matorrales bajo arbolado Esta quema de finales de febrero en Navàs (El Bages) busca reducir el riesgo de propagación por copas en un bosque de pino carrasco situado en un punto estratégico del Cardener. Lentisco, romero, aliaga o enebro forman una cubierta continua bajo el pino carrasco. Cuando la altura de este estrato sobrepasa un límite, el fuego tiene facilidad para subir y propagarse porlas copas del bosque. La quema prescrita permite mantener entre 7 y 10 años una estructura de bajo riesgo. Fuente: Bomberos. 8
• Restos de clareos o roturaciones Se trata de quemas que buscan eliminar grandes acumulaciones de combustible después de caídas masivas de árboles debido a fenómenos meteorológicos extremos como ventoleras o nevadas, o por la acción de roturaciones para generar mosaico agrícola en zonas forestales. • Restos de clareos bajo arbolado La quema de restos tras un tratamiento silvícola de clareo permite alcanzar dos objetivos complementarios. El clareo permite concentrar el crecimiento del bosque en un grupo más reducido de árboles, acelerando el proceso hacia la transformación de un bosque con árboles mayores y maduros. La quema de los restos, como es este caso de Oristà (Osona), asegura una baja combustibilidad del bosque en este proceso, mejorando la resistencia al incendio. Fuente: Bomberos. 4. ¿CÓMO REALIZAMOS UNA CREMA PRESCRITA? Ejecutar una quema prescrita implica un trabajo en equipo en que cada componente aporta una función específica que implica compromiso y responsabilidad. Estas características son inherentes a cada actividad de Bomberos y por eso sirven para mantener el nivel de entrenamiento adecuado. Las posiciones y funciones que se despliegan en la ejecución de una quema son iguales a las que se utilizan en una maniobra de extinción en un incendio real, siguiendo un organigrama que organiza quién hace qué y cómo se relacionan entre los componentes para conseguir un objetivo común. Las quemas se organizan en cinco fases principales: • Planificación: relacionada con la localización de la quema, la determinación de los objetivos principales y la redacción del plan de quema, que es el documento técnico que recoge el qué, el quién y el cómo de la ejecución de la quema. • Preparación de parcelas de quema: antes de hacer fuego en el bosque, hay que asegurarse de que la quema no se derramará más allá de los límites establecidos; eso requiere la determinación de las líneas de control o de defensa, que se crean con herramientas manuales o mecánicas. En determinadas ocasiones, las tareas de preparación incluyen acciones de desbroce o poda para asegurar la preservación de determinadas especies o individuos concretos (árboles singulares, por ejemplo). − Ejecución: es el día principal de la quema, en que se juntan todos los equipos que integran la quema: − Equipo de control: encargado de asegurar que la quema no supere los límites establecidos. 9
− Equipo de ignición: encargado de aplicar el fuego de la forma adecuada para conseguir los objetivos establecidos y sin poner en peligro la seguridad y el control de la quema. − Vigía: responsable del seguimiento de la meteorología y la visión del conjunto de la quema. Debe observar y anticipar cambios que pueden influir en la evolución del fuego y avisar al equipo de quema. − Jefe de control y jefe de ignición: responsable de los dos equipos mencionados, que deben coordinarse durante toda la quema para que el equipo de ignición no supere nunca con su actividad la capacidad de control del equipo de control. − Jefe de quema: responsable máximo de la quema, que debe velar por alcanzar los objetivos buscados con la aplicación del fuego, siempre dentro del marco de seguridad establecido. • Retaguardia: una vez acabada la fase de ejecución, la parcela quemada puede presentar puntos calientes, con zonas del manto orgánico que queman tras el paso del fuego o cepas viejas que combustionen a lo largo de horas o días. Es importante asegurar que la parcela quemada se enfría de forma segura y que los puntos calientes interiores no tienen capacidad de generar una nueva ignición fuera de la parcela. En esta fase se trata de tocar con herramientas manuales los puntos calientes para acelerar el enfriamiento y vigilar el perímetro de la misma manera que se hace en un incendio forestal. • Seguimiento: una vez se da por cerrada la fase activa de la quema, se abre un periodo en el que se establecen las acciones de seguimiento destinadas a valorar y cuantificar los efectos y el impacto del fuego en el ecosistema. Las visitas periódicas para recoger datos y fotos sobre la evolución del tipo y cantidad de vegetación que está nuevamente recubriendo el espacio quemado sirven para fijar conocimiento sobre los efectos del fuego y mejorar la planificación de las nuevas quemas. 5. LAS CAMPAÑAS DE QUEMAS Aunque puede haber buenos días para quemar a lo largo de la mayor parte del año, la actividad de quemas se concentra en torno a dos periodos principales: el invierno y el final de verano y otoño. • Quemas de invierno: es el periodo más cómodo para aplicar fuego porque la vegetación está en parada vegetativa (sin actividad fisiológica importante por las bajas temperaturas); hierbas y matorrales queman bien, pero la meteorología suele ser favorable para llevar las quemas bajo control de una manera ‘fácil’. Las partes aéreas de hierbas y matorrales se queman y activamos la respuesta natural de todas aquellas plantas que rebrotan de raíz. Como la temperatura suele ser baja, la afectación del fuego en las copas de los árboles se puede controlar de forma sencilla. Febrero y marzo son los meses que más días de quema ofrecen teniendo en cuenta que en enero los días todavía son demasiado cortos como para encontrar unas cuantas horas hábiles para quemar. • Quemas de final de verano y otoño: el régimen de fuego natural en Cataluña está asociado a los incendios de rayo típicos de las tormentas de verano y otoño. Este hecho nos indica que nuestros ecosistemas están adaptados de forma natural a los fuegos de verano, y que el impacto y la respuesta de la vegetación y la fauna será más próxima a la naturaleza si aplicamos el fuego en este periodo. Aunque con la quema afectamos a los mismos estratos de vegetación que en invierno, la respuesta de las plantas será diferente, al encontrarse con actividad fisiológica y al final del periodo vegetativo de cada año. En este caso, favoreceremos 10
las plantas diseminadoras porque activaremos el banco de semillas y tendrán más protagonismo que las rebrotadoras, que en este periodo tienen más difícil activar la respuesta. Este hecho implica que, a medio plazo, predominará la hierba por delante del matorral y este tipo de estructura de bosque favorece más el control de los incendios. Asociamos el verano al periodo de incendios forestales porque es la época en que acostumbran a coincidir la sequía y el calor como elementos clave en la propagación del fuego y, en consecuencia, la generación de grandes incendios. Por lo tanto, hay que conocer muy bien la situación de sequía y las condiciones meteorológicas antes de realizar una quema prescrita en este periodo, para asegurar unos riesgos asumibles a la hora de encender fuego. El final del verano y el principio de otoño presentan muchos días con temperaturas más bajas y zonas con valores de sequía normales, tras el paso de tormentas que van dejando lluvia en los bosques. Secuencia temporal de imágenes que muestra la evolución de la vegetación desde el mismo día de la quema (arriba a la izquierda) y hasta casi dos años después (bajo centro). La estructura original presentaba una carga elevada de biomasa en formato de matorral que daba, además, continuidad vertical entre la vegetación de la superficie y las copas de los árboles. Dos años después de la quema, predomina la vegetación herbácea, favorecida por la época en que se realizó la quema, y el riesgo de que este bosque queme con mucha intensidad se ha reducido de forma notable. Fuente: Bomberos. 6. LA CAMPAÑA DE QUEMAS DEL INVIERNO DE 2021 La campaña de quemas de este invierno se inició con una quema de matorral a finales de enero en El Montgrí (El Baix Empordà) y se cerró a finales de marzo en El Bages, con una quema que forma parte de un punto estratégico del Llobregat en Balsareny. En total, se han llevado a cabo 49 quemas, que han afectado cerca de 162 ha en 24 localizaciones diferentes. 11
Las quemas de pasto suponen más de la mitad de la superficie quemada, aunque sólo representan el 10% del número total de quemas ejecutadas. Este año no se han llevado a cabo quemas con el objetivo específico de investigación, aunque en algunas se está evaluando el grado de incidencia de la procesionaria entre zonas tratadas con quema y sin. Nuevamente las quemas de pastos con herbazal y matorrales como estructuras de vegetación principales implican la mayor parte de la superficie quemada. El resto de tipos queda repartido bastante homogéneamente e implican las estructuras puramente arboladas. 12
Número de quemas por Región de Emergencias (invierno 2021) 20 Nº quemas ejecutadas 15 10 5 Quemas 0 REG RELL RETITE REMN REMS REC Val d'Aran Región de Emergencias La distribución de quemas por región de emergencias depende en buena medida de la frecuencia de días buenos para quemar y de la longitud de los periodos de quema hábiles, en función de la localización y las características de los hábitats que impliquen restricciones por época de nidificación de aves a partir de marzo. Parcelas en umbrías han estado poco disponibles para quemar hasta finales de marzo en la Cataluña Central y, por el contrario, otras zonas del Prepirineo y Tarragona empezaban a mostrar comportamientos de fuego severo. La actividad de quemas también es un buen indicador para tener referencias de la disponibilidad de la vegetación a quemar y así extrapolar el riesgo de incendio en una zona. Número de quemas por comarca 10 9 8 Nº quemas ejecutadas 7 6 5 4 3 2 1 0 Las quemas se organizan por proyectos de quema con un nombre identificativo. La superficie por proyecto de quema es variable y, en general, se mueve en el intervalo entre 1 y 100 ha, dependiendo del objetivo y la localización de la parcela. A la hora de ejecutar el proyecto de quema, los días de quema destinados a completar todo el proyecto también son variables, y dependen mucho del tipo de vegetación, la orografía y el objetivo de la quema. 13
El proyecto de quema de Puigdorca en Balsareny (El Bages) forma parte de un PEG del Llobregat para limitar la propagación de incendios de poniente y sur que históricamente han afectado a la Cataluña Central. El proyecto prevé 17 ha de actuación que han requerido seis jornadas de quema que se han llevado a cabo entre febrero y marzo. La distribución y frecuencia de quemas en un espacio concreto depende mucho de los proyectos abiertos, de la superficie total y de las ventanas meteorológicas para cada lugar. Fuente: Bomberos. Superficie quemada por comarca. Invierno 2021 50 45 40 35 Superficie (ha) 30 25 20 15 10 5 0 Unidad Técnica GRAF División de Grupos Operativos Especiales Dirección General de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos Bomberos de la Generalidad de Cataluña 14
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