EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO - ELMANUALDELDOGOARGENTINO SaúlRamírez
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El presente manual consiste en una recopilación de datos de libros especializados, revistas, información obtenida de Internet y por supuesto de la experiencia personal que he tenido con esta maravillosa raza. Este perro constituye un caso parecido al del doberman; el cual, en efecto debe su existencia a la voluntad y tenacidad de un hombre, el doctor Antonio Nores Martínez, quien hacia 1900 utilizo los dogos existentes en Argentina desde comienzos del siglo XVI con la intención de crear una nueva raza. Este manual ha sido elaborado con la intención de no solo dar información de la raza a su propietario sino también de ser una guía para su educación a través de comprender su naturaleza y sus orígenes. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
CARACTERISTICAS: Altura a la cruz: De 60 a 65 cms. Peso: De 40 a 45 kg. Color: Blanco. Promedio de vida: 12 años. Carácter: Vigilante y leal. Relación con los niños: Buena con niños de 10 años o más ya que es un perro extremadamente fuerte. Una vez alcanzada la madurez del perro este se vuelve muy consciente de su fuerza, sin embargo mas vale prevenir pues podría tirar a un niño pequeño sin quererlo, sin embargo son extremadamente nobles. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Relación con otros perros: Tiende a ser muy dominante por lo que convivirá con otros machos sólo si lo educamos y socializamos correctamente desde pequeño. Al igual que el Pit Bull, una vez que el Dogo Argentino tiene una pelea difícilmente dejará de hacerlo, aunque cabe señalar que es mucho más controlable y obediente que el Pit por lo que muchas veces lo podemos contener con una orden. Aptitudes: Guarda, defensa, caza mayor. Necesidades de espacio: Jardín indispensable. Alimentación: Unos 650 grs. De alimento completo seco. Arreglo: Nulo, basta con cepillarlo cada tercer día. Costo de mantenimiento: Medio. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Como ya se sabe, en la lucha que los conquistadores libraron contra los indios, se emplearon molosos para someterlos. Mas tarde, cuando se organizó la explotación del Nuevo Mundo con el sistema de las grandes plantaciones, se adiestraron estos perros para capturar a los esclavos que intentaban huir. Para aumentar su olfato, se cruzaron estos dogos –pertenecientes a tipos muy heterogéneos- con perros del tipo Saint-Hubert. En el siglo XIX se dio un nuevo empleo a estos perros que habían seguido siendo muy rústicos; como los combates de perros tenían mucho éxito en Argentina, igual que en otros muchos países, se organizaron peleas con tales animales, en las que se hacían apuestas muy elevadas a veces. Para hacerlos más combativos todavía, los argentinos cruzaron los dogos locales con bulldogs, bull-terriers, boxers y dogos de Córdoba, también llamados “perro de combate cordobés”. El resultado de tantos cruces fue impresionante pues se produjeron perros particularmente feroces, que apenas se podían utilizar en la caza porque eran prácticamente incontrolables; en cuanto se les reunía en manadas se enzarzaban en peleas mortales. El doctor Nores Martínez había querido crear un perro dotado para la caza del puma y del pecari, dos especies animales muy extendidas en los inmensos territorios del país. Aquel entusiasta cinólogo emprendió un paciente trabajo de selección cruzando algunos terribles dogos alemanes, pointers e irish wolfhounds (galgos irlandeses de tamaño grande). El dogo buscado por el doctor Nores Martínez tenia que ser de tamaño mediano para poder utilizarlo fácilmente en las regiones montañosas, y de color blanco, de modo que se le pudiera localizar rápidamente en la pampa argentina. Después de numerosos ensayos, el cinólogo argentino consiguió este resultado, y en 1928 se redactó con su EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
dirección un estándar que consagro la existencia de la nueva raza, el dogo argentino. Este perro, poco a poco se extendió fuera de America del sur, ha demostrado su valía en la caza del puma; el dogo argentino ha llegado incluso a adaptarse tan bien a dicha actividad que, a pesar de su carácter poco sociable, se ha acostumbrado a los caballos de los cazadores. En España, se esta utilizando con notable éxito como perro de agarre en la caza mayor, en especial frente al jabalí, para lo que dispone de unas cualidades excepcionales por su potencia, decisión e insensibilidad al dolor; en cambio, apenas se utiliza como perro de guardia, a diferencia de los países centroeuropeos, donde es también usado por el ejercito, la policía y los servicios de aduanas. Según dicen, puede ser asimismo un excelente perro lazarillo, lo que demuestra que, si no se potencia conscientemente su carácter belicoso, puede convertirse en un perro abnegado. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Comportamiento El dogo argentino tiene toda la fuerza y todo el valor que se le exige a un perro de guarda. Pero, tras su aspecto bastante tosco se esconde un carácter muy interesante y la fidelidad a toda prueba que siente por su dueño lo convierte en un sorprendente y seguro amigo. De modo que este perro cuyo aspecto exterior incita a la prudencia, tiene una personalidad que se caracteriza por su fuerza y lealtad. El tamaño de este hermoso atleta de 40 Kg. descarta que pueda vivir en una pequeña vivienda. Pero el dogo argentino no solo necesita espacio sino que también aprecia las comodidades. Ver un perro tan rustico y poco sofisticado como este tumbado cuan largo es en un sofá resulta bastante divertido… salvo quizá para la dueña preocupada por el buen estado de sus muebles. Al contrario de lo que se podía creer viendo este animal, es aconsejable educarlo con suavidad, evitando cualquier violencia que no sea necesaria. Esta es una de las exclusiones del profesor Diego Ross en un estudio publicado en argentina en 1972 en el que se demuestra claramente que resulta inútil inflingir frecuentes castigos corporales a estos dogos. Es también la opinión de un propietario europeo de un dogo argentino: “a veces hay personas que compran un dogo argentino para convertirlo en un asesino. Lo educan y lo EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
adiestran de cualquier manera con el objetivo de convertirlo en una bestia sanguinaria. Lo mejor es convencer a esta gente de que no compren un dogo”. En efecto, transformado en un carnicero, el dogo argentino se convierte en un animal peligroso que escapara incluso al control de quien ya no se podrá llamar “su dueño”. ¿Por qué darle un destino así al dogo argentino cuando ese comportamiento psicópata se puede obtener de cualquier otro perro desequilibrado que se quiera convertir en un animal asesino? Es bien importante que comprendas que el Dogo Argentino tiene una fuerza muy superior a otros perros de su mismo tamaño, es de vital importancia que lo eduquemos bien desde pequeño o tendremos problemas si se nos sale de control. Pero volvamos a la situación normal de la gente sensata que busca un buen guardián eficaz y equilibrado. El dogo argentino, educado inteligentemente, será un perro educado. Pues sabe ser discreto cuando no hay que dar la alerta: ladra muy poco; no es de esos perros guardianes híper nerviosos que no para de brincar. En cambio, cuando ladra, suele ser demasiado tarde para intervenir, pues entonces ya esta encima del agresor o del ladrón. Si esta bien educado, no cometerá errores de apreciación en ese plano. En realidad, su ladrido esta destinado a comunicar al dueño que el valiente guardián ha identificado al enemigo y actúa en consecuencia. El que se enfrente con el no lo olvidará. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
La mejor manera de luchar con la agresividad latente de este perro consiste en acostumbrarlo en seguida al contacto humano. Hay que evitar aislarlo sistemáticamente y no obligatorio por ejemplo a estar constantemente en el exterior. Aunque su rusticidad le permite soportar el frío mas intenso, no conviene imponerle condiciones de vida particularmente duras: hacerlo entrar de vez en cuando en el interior de la casa servirá para atenuar un poco el lado arisco de su temperamento haciéndole ver que esta completamente integrado en la célula familiar. Si se respetan todas estas indicaciones, el dogo argentino se entenderá muy bien con los niños aunque la dulzura no sea su cualidad mas sobresaliente. y se podrá confiar en el por completo: muy vigilante, no permitirá que nadie le levante la mano a quienes estén bajo su protección. Guardaespaldas y compañero de juegos, puede ser un original camarada de los niños a partir de los diez o doce años (antes de esa edad estos son algo frágiles para andar en compañía de un perro de tanta presencia). Los acompañara a donde vayan y no se cansara nunca, pues es una verdadera fuerza de la naturaleza con la resistencia de un corredor de fondo. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Con respecto a los demás perros, a veces le cuesta olvidar que sus antepasados fueron perros de combate, y tienen un innegable carácter dominante. Pero, valiéndose una vez mas de los contrastes, puede aparentar la mayor indiferencia cuando cruce con un bullmastiff o un mastín napolitano. Si lo socializamos correctamente y no fomentamos su ferocidad, el Dogo Argentino puede convivir sin problemas con otros perros En cuanto a mantenimiento, el dogo argentino tiene la ventaja frente a otras razas del mismo tipo de que no cuesta mucho relativamente. A pesar de lo robusto que es, este animal es frugal: le bastan de 400 a 600g diarios de alimento (poco si se tiene en cuanta su tamaño y peso). El ejercicio sostenido es absolutamente necesario para que guarde el equilibrio y un buen talante. Pues cuando se siente comprendido y querido, el dogo argentino es un perro alegre. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Raza argentina FECHA DE PUBLICACIÓN DEL ESTÁNDAR ORIGINAL VÁLIDO: 29.01.1999. UTILIZACIÓN : Perro de caza mayor (Montería). CLASIFICACIÓN FCI : Grupo 2 Perros tipo Pinscher y Schnauzer, Molosoides, Perros tipo montaña y Boyeros suizos. Sección 2.1 Molosoides, tipo Dogo. Sin prueba de trabajo. BREVE RESUMEN HISTÓRICO : Esta raza es originaria de la provincia de Córdoba, situada en la región mediterránea del territorio de la República Argentina. Su creador fue el Dr. Antonio Nores Martínez, miembro de una tradicional familia de esa provincia y de profesión médico. Su pasión por los perros, tal vez por legado familiar, lo llevó, en el año 1928, a fijar las bases y un estándar para una nueva raza canina a la que denominó Dogo Argentino. Su trabajo partió del cruzamiento metódico entre varias razas puras con el « Viejo Perro de Pelea Cordobés », ejemplares estos de un gran poder y fortaleza, pero inestables psíquica y genéticamente, productos de un mestizaje de Mastines, Bulldogs y Bullterriers, y que eran muy conocidos y apreciados en esa época entre los fanáticos y encarnizados EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
peleadores de perros, actividad común por ese entonces y donde se mezclaban todas las clases sociales. Tras una intensa y minuciosa selección y estudio de caracteres, en varias generaciones, logra su objetivo, formando la primera « familia ». En sus orígenes, fue considerado por muchos como un perro de lidia, pero el fervor por la caza del Dr. Nores Martínez hace que le dé participación en una de sus habituales partidas de « montería », donde quedan demostradas sus cualidades a esos fines, pasando a ser figuras principales en todas sus salidas. Así se convirtió rápidamente en un excelente « Perro de Montería ». Esta misma metamorfosis lo lleva hoy, a través de los años, a ser un can versátil en sus funciones, puesto que ha demostrado ser un noble ejemplar de compañía y un fiel e infranqueable protector de lo que ama. Su fortaleza, tenacidad, olfato y bravura, lo hacen inigualable dentro de los canes de jauría para la caza de jabalíes, pecaríes, pumas y otras especies predadoras de la agricultura y la ganadería, que habitan las vastas y heterogéneas regiones del territorio argentino. Su armonía y su balance, la excelente musculatura, propia de un atleta, lo hacen el perro ideal para soportar largas travesías bajo climas muy diversos y, tras ellas, sostener un arduo combate con la presa perseguida. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
El 21 de mayo de 1964, es reconocido como raza por la Federación Cinológica Argentina y por la Sociedad Rural Argentina, quienes abren su « Registro Genealógico », iniciando su inscripción. Recién el 31 de julio de 1973, es aceptado por la Fédération Cynologique Internationale, como la primera y única raza argentina, gracias a la vehemente pasión y al inigualable trabajo y esfuerzo del Dr. Agustín Nores Martínez, hermano y continuador de la obra del creador. APARIENCIA GENERAL : Moloso normotipo, mesomorfo y macrotálico dentro de las proporciones deseadas y sin que se considere gigante. De aspecto armónico y robusto, por su poderosa musculatura que hace relieve bajo una piel consistente y elástica, adherida al cuerpo por un tejido subcutáneo poco laxo. De andar tranquilo y seguro, sagaz y de rápida reacción, mostrando permanente alegría en sus movimientos. De carácter cordial y afectuoso y de una blancura llamativa; sus virtudes físicas lo muestran como un verdadero atleta. PROPORCIONES IMPORTANTES : Al ser un animal mesoformo, ninguna de sus regiones sobresale del conjunto general, que es armónico y balanceado. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
• Mesocéfalo; la cara debe tener el mismo largo que el cráneo. • La altura a la cruz es igual a la altura a la grupa. • La altura del tórax es igual al 50% de la altura a la cruz. • El largo sobrepasa en un 10% la altura a la cruz. TEMPERAMENTO / COMPORTAMIENTO : Alegre, franco, humilde, amigable y poco ladrador, demostrando siempre ser consciente de su poder. Jamás debe ser agresivo, característica que será severamente observada. Su condición dominante lo muestra en continua competencia territorial con ejemplares de igual sexo, característica que es más notoria en los machos. Como cazador, es astuto y silencioso, valiente y aguerrido. CABEZA : Del tipo mesocefálico, de aspecto fuerte y poderoso, sin ángulos abruptos ni marcados cincelamientos, muestra un perfil cóncavo-convexo; convexo en el cráneo, dado por el relieve de los músculos masticadores y de la nuca, y ligeramente cóncavo en la cara. Articula con el cuello, formando un arco de fuerte musculatura. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
REGIÓN CRANEAL : • Cráneo : Macizo, convexo en sentido antero-posterior y transversal. Con arcos cigomáticos muy separados de la bóveda craneal, para originar una amplia fosa temporal que da espacio al gran desarrollo del músculo del mismo nombre. Cresta occipital borrada por el desarrollo de los músculos de la nuca. El surco central del cráneo es ligeramente notorio. • Depresión naso-frontal (Stop) : Levemente definida, dando la transición de la convexidad craneal a la ligera concavidad facial. Desde el perfil, nos da una imagen de definido, por el relieve de los arcos superciliares. REGIÓN FACIAL : De igual largo que la región craneal. • Trufa : Con amplias fosas nasales. Pigmentada de negro. Se eleva ligeramente hacia adelante, dando la terminación a la concavidad del hocico. Visto de perfil, la línea anterior es perpendicular y recta, coincidente con el borde maxilar o ligeramente anterior a él. • Hocico : Fuerte, algo más largo que alto, de buen desarrollo en sentido transversal; sus caras laterales son levemente convergentes. Su línea superior es ligeramente cóncava, característica casi exclusiva del Dogo Argentino. • Labios : Moderadamente gruesos, cortos y tirantes. Con los bordes libres y preferiblemente pigmentados de negro. • Mandíbulas / Dientes : Mandíbulas fuertes y bien adaptadas, sin prognatismo inferior o superior. Las ramas maxilares deben ser levemente convergentes, dando homogeneidad a las arcadas dentarias. Los maxilares aseguran una mordida máxima. Dientes EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
grandes, con buen desarrollo, alineados y de firme implantación, se verán limpios y libres de caries. Se recomienda una dentadura completa, teniendo prioridad la homogeneidad de las arcadas dentarias. Oclusión dental en pinza, admitiéndose el cierre en tijera. • Mejillas : Amplias y semiplanas, libres de pliegues, sin relieves ni cincelamientos, cubiertas por una piel fuerte. • Ojos : Oscuros o color avellana, protegidos por párpados de bordes preferiblemente pigmentados de negro, sin considerarse la despigmentación de los mismos como una falta penalizable. De forma de almendra, inserción mediana y amplia separación entre ambos. El conjunto se verá acompañado de una mirada atenta y vivaz pero, a su vez, de marcada dureza, especialmente en los ejemplares machos. • Orejas : De inserción lateral y alta con buena separación entre ambas, dada por el ancho del cráneo. Funcionalmente, deberán presentarse cortadas y erectas, en forma triangular y de un largo que no supere el 50% del borde anterior del pabellón de la oreja natural. Sin amputar, son de mediana longitud, anchas, gruesas, planas y redondeadas en su ápice. De pelaje liso y algo más corto que en el resto del cuerpo y donde pueden aparecer pequeñas manchas, no penalizables. Llevadas naturalmente colgantes, cubriendo la región posterior de las mejillas. En alerta, tienen capacidad de semi-ereción. CUELLO : De largo medio, fuerte y erguido, con muy buen desarrollo muscular, marcando en su línea superior una ligera convexidad. En forma de cono truncado, inserta con la cabeza en un musculoso arco, que borra todos los relieves óseos de la región y con el tórax, por una amplia base. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Cubierto por una piel elástica y de mayor grosor, que se desliza libremente sobre un tejido celular subcutáneo algo más laxo que en el resto del cuerpo, haciendo suaves pliegues no pendientes a la altura de la garganta; esta característica es fundamental en la funcionalidad del animal. El pelaje en esta región es ligeramente más largo. CUERPO : El largo del cuerpo (medido de la punta del hombro hasta la punta de la nalga) supera en un 10% la altura a la cruz. • Línea superior : A nivel; la cruz y la punta del anca tienen igual altura, constituyendo estos los puntos de mayor altura. • Cruz : Amplia y alta. • Espalda : Amplia y fuerte, con un gran desarrollo muscular que determina una suave pendiente hacia los lomos. • Lomo : Fuerte y borrado por el desarrollo de los músculos lumbares, que insinúan un canal medio a lo largo de la columna vertebral. Es algo más corto que el dorso y asciende imperceptiblemente hasta la punta de la grupa. El desarrollo muscular en el conjunto de las regiones que componen la línea superior, confiere a los EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
ejemplares la característica de un perfil ligeramente cedido, sin llegar a serlo, lo que se acentúa en los ejemplares adultos debido a la gran musculatura dorso espinal. • Grupa : De largo medio, con amplia y bien desarrollada musculatura, que hace ligeramente perceptibles tanto la punta del íleon como la del isquión. De un ancho igual al torácico o ligeramente menor, mantiene un ángulo con la horizontal cercano a los 30°, lo que marca en su lí nea superior una pendiente suavemente convexa hasta la inserción de la cola. • Pecho : Amplio y profundo. La punta del esternón se ubica a nivel con la punta del hombro (articulación escápulo-humeral) y con la línea inferior del tórax, a la altura de la línea de los codos. Tórax amplio, dando máxima capacidad respiratoria, con costillas largas y moderadamente arqueadas que articulan con el esternón a la altura de la línea de los codos. • Vientre : Algo recogido por sobre la línea inferior del tórax, nunca agalgado, fuerte y de buena tensión muscular al igual que los flancos e ijares. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
COLA : De inserción media, en ángulo de 45° con la línea s uperior. En forma de sable, gruesa y larga, desciende hasta la altura de los corvejones, sin sobrepasarlos. Llevada en reposo naturalmente caída. En acción, elevada algo por encima de la línea superior y en continuo movimiento lateral. En el trote, su porte es a nivel de la línea superior o levemente por encima de ella EXTREMIDADES MIEMBROS ANTERIORES : Vistos en conjunto, representan una unidad fuerte y de robusta conformación óseo-muscular, proporcionales al tamaño del animal. Aplomos perpendiculares, tanto de frente como de perfil. • Hombros : Altos y proporcionados. Muy fuertes, con grandes relieves musculares sin ser exuberantes. Con una oblicuidad con la horizontal de 45°. • Brazos : De largo medio y propocionado al conjunto. Fuertes y de importante musculatura, mantienen un ángulo de 45° con la horizontal. • Codos : Robustos, cubiertos de una piel algo más gruesa y elástica, sin pliegues ni arrugas. Ubicados naturalmente contra la pared costal, pareciendo formar parte de ella. • Antebrazos : De igual largos que los brazos y perpendiculares, de hueso robusto y rectos con buen desarrollo muscular. • Articulaciones del carpo : Largas y en una misma línea con los antebrazos, libres de sobrerelieves óseos y rugosidades. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
• Metacarpos : Algo planos, de buen hueso y con una oblicuidad respecto a la horizontal de 70 a 75°. • Pies delanteros : Redondos, con dedos cortos, robustos y bien cerrados. Almohadillas carnosas y duras, cubiertas de piel gruesa y áspera al tacto. MIEMBROS POSTERIORES : De angulación mediana. Vistos en conjunto, son fuertes, robustos y paralelos; dando la imagen de fuerza y potencia que su función requiere, asegurando la suficiente impulsión y determinando el típico modo de andar. • Muslos : De largo proporcionado al conjunto. Fuertes y de importante y muy visible desarrollo muscular. Articulan con el coxal en un ángulo próximo de 100°. • Rodilla : Ubicada sobre el mismo eje del miembro. Ángulo fémoro-tibial cercano a los 110°. • Piernas : Levemente más cortas que los muslos, fuertes y continuando la desarrollada musculatura del miembro. • Corvejón : El conjunto tarso-metatarso es corto, fuerte y firme, asegurando la fuerza de propulsión del miembro posterior. Tarso robusto, con la punta del corvejón evidente. La articulación tibio-tarsiana forma un ángulo cercano a los 140°. Metatarso robusto, casi cilíndr ico y aplomado en 90° con la horizontal. Si existen espol ones deben ser extirpados. • Pies traseros : Similares a los delanteros, aunque algo más pequeños y levemente más largos, manteniendo iguales características. MOVIMIENTO : Ágil y firme; con cambios notorios al mostrar interés hacia algo, donde se torna erguido y rápido de reflejos, típico de la raza. Paso pausado. Trote amplio, de buena suspensión EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
anterior y potente propulsión posterior; en el galope, muestra toda su energía desarrollando toda la potencia que posee. Marca rastros simples y paralelos. No se acepta ambladura (pasuqueo) considerándose un grave defecto. PIEL : Homogénea, algo gruesa, pero suave y elástica. Adherida al cuerpo por un tejido subcutáneo semilaxo, que le permite el fácil deslizamiento, sin formar arrugas relevantes, salvo en la región del cuello, donde el tejido celular subcutáneo es más laxo. Con la menor pigmentación posible, aunque ésta se va incrementado con los años. La piel excesivamente pigmentada no es aceptada. Se prefieren los ejemplares con los bordes de las mucosas labiales y palpebrales pigmentadas de negro. PELAJE PELO : Uniforme, corto, liso y suave al tacto, con un largo aproximado de 1,5 a 2 cm. Varía su densidad y grosor según los climas. Siendo raleado y fino en los climas tropicales (donde deja translucir la piel, haciéndose visibles las regiones EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
pigmentadas, lo que no es motivo de penalización) y más grueso y denso en las regiones frías, donde puede aparecer sub-pelo. COLOR : Color íntegramente blanco. Se admite una mancha negra o de tonalidad oscura alrededor del ojo, que no supere el diez por ciento de la cabeza. Entre dos ejemplares de iguales condiciones, el juez siempre deberá optar por el más blanco. TAMAÑO : Altura a la cruz : • Machos : 62 a 68 cm, • hembras : 60 a 65 cm. FALTAS : Cualquier desviación de los criterios antes mencionados se considera como falta y la gravedad de ésta se considera al grado de la desviación al estándar. FALTAS GRAVES • Falta de desarrollo óseo-muscular (debilidad). • Trufa poco pigmentada. • Labios colgantes. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
• Dientes pequeños, débiles o cariados. Dentadura incompleta. • Ojos excesivamente claros. Entropión y ectropión. • Tórax de tonel; pecho en quilla. • Costillas planas. • Excesiva angulación del miembro posterior. • Corvejón excesivamente largo. • Tipos de andares atípicos. • Excesiva pigmentación cutánea en ejemplares jóvenes. • Aparición de pequeñas zonas con coloración del pelo. • Trufa sin pigmentación. • Prognatismo superior o inferior. • Ojos de diferente color o celestes. • Sordera. • Pelo largo. • Manchas en el pelaje del cuerpo. Más de una mancha en la cabeza. • Tallas inferiores a los 60 cm y superiores a los 68 cm. • Agresividad. N.B. : Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Dada la trascendencia que ha adquirido en el mundo la raza del Dogo Argentino y la serie de versiones sobre sus orígenes, aptitudes y conformación, se hace necesario, basándose en concretos datos de estricta autenticidad, establecer la total veracidad de aquellas. Sin duda, algo que me apasiona de esta raza es la historia a detalle de su creación, al ver cuantas razas se utilizaron para su perfeccionamiento y el detalle y funcionalidad con el que se hicieron estos cruces es fácil saber porque el Dogo Argentino es un perro fuera de serie. Sería inútil explicarlo por mi mismo cuando existen artículos tan apasionantes como el de la revista Todo Perros No. 126 de la que extraigo el siguiente artículo: El coloso blanco Debemos empezar por establecer la verdad histórica que, pese a estar al alcance fácil de cualquier estudioso, ya que es una de las pocas razas que los propios creadores han dejado establecido cada uno de los elementos genético- EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
radicales usados y cual es la finalidad con la que los incorporó, hay quienes se permiten emitir teorías completamente alejadas de la palpable realidad. Hoy podemos ofrecer estas límpidas conclusiones los que tuvimos la suerte de abrevar en la fuente creadora y que, aunque confiamos plenamente en ella, la podemos ratificar con tareas de investigación atestiguadas por serias personalidades que, de una u otra forma, colaboraron, presenciaron las tareas de cruce y hasta en algunos casos aportaron ejemplares consagrados a efectuar las mestizaciones tendientes a la consecución del objetivo aspirado. Lo anteriormente dicho nos ha conducido a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, en la muy mediterránea argentina provincia de Córdova, donde las costumbres hispanas habían quedado prendidas en diferentes espectáculos de la vida y que se reflejan en el alboroto que producía la rondalla “Juventud de España” al pasar por las calles de la capital, o las romerías destellantes de colores de los mantones o los sones de dulzainas y gaitas llenando los aires de hispánica gracia. Y, si bien no llegaron incorporar a las costumbres las corridas de toros, las remplazaron por la riña de gallos y la mas brutal y emotiva pelea de perros. Tiempos de peleas y apuestas Fue así que, en oscuros galpones de los suburbios o en las quintas, muchas veces lujosas, donde el derroche del poder en sus diferentes formas se manifestaban en sus respectivas capacidades apostativas, hacían de las riñas caninas el motivo de las reuniones de fin de semana. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Lo antecedente fue motivo para que se criaran y se seleccionaran perros destinados a las cada vez más cruentas peleas. Se usaron los de razas puras o mestizos y se idearon cruces destinados a aumentar la capacidad pugnativa de los destinados a esas contiendas. De esas combinaciones hubo una formula mas asiduamente repetida por exitosa. Era la integrada por Bull Terriers, Boxers, algunas veces Bulldog Inglés y muy insistentemente unos Mastines heredados de los conquistadores españoles y que llegaron a Córdoba en su deambular por las tierras de esta parte de América. Estos perros resultaban algo así como invencibles en los reñideros de aquellas épocas. Tenían tamaño y contextura que los hacían respetables ante sus rivales. De una insensibilidad extrema ante los dolores proporcionados por el trámite de aquellas bárbaras confrontaciones. Su valor era tal que podían llegar al sacrificio de sus vidas antes que ceder en el combate. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Tal llego a ser su eficacia que se convirtieron en triunfadores exclusivos y, como consecuencia, la crianza de los peleadores se hizo casi únicamente con estos perros, formándose verdaderas familias y cruzándolos entre ellos hasta formar una verdadera raza en la que se denominó en un principio como “Perro de Pelea Cordobés“ y mas tarde “Viejo Perro de Pelea Cordobés”. Las peleas y con ellas los perros que aquí evocamos, se hicieron cada vez mas populares. El Viejo Perro de Pelea Cordobés, era un animal extraordinario para el combate, de valor y resistencia tremendas para la lucha; morían peleando, no rehuían el encuentro jamás, pero carecían de olfato y velocidad y su ferocidad para sus congéneres los tornaba inútiles para la caza. La raza era tan agresiva hacia otros perros que los machos y las hembras preferían más pelear entre ellos que aparearse, esto, sumado a la cantidad de ejemplares que morían en las peleas de perros llevo a su extinción. El Viejo Perro de Pelea Cordobes fue capaz de cazar en pequeños grupos de machos y hembras, de lo contrario se volvían en contra de sus compañeros de caza. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Pero esta raza primitiva tenia en sí dos cualidades esenciales. Una excelente herencia ancestral: Mastín, Bullterrier, Bulldog Ingles, Boxer; y una gran gimnasia funcional, ya que los rudos combates a los que eran sometidos de generación en generación, fueron acrecentando cada vez más su valentía original. No podría dejarse de tocar el tema en el patriarcal hogar del Dr. Antonio Nores y la señora Isabel Martínez Berrotaran, ya que el jefe de familia además de caballeresco galeno era cazador y cinéfilo de alma. Entre elogios y críticas se desliza en estas conversaciones, que era lamentable que tanta bravura, tanto coraje y eficiencia para la lucha se derrochara en actos tan inútiles. Además, seguramente llegaría un día en que tales manifestaciones serían prohibidas, como ocurría en otros países. Los ruedos quedarían vacíos y tras ellos desaparecerían estos bravos ejemplares. Tal vez si se los convirtiera en actores de luchas útiles su bravura seria noblemente considerada y salvado su destino. Surge la idea del perro de caza mayor Este razonamiento quedó prendido en la cabeza del entonces niño homónimo de su padre y cuando llego a los limites de la adolescencia y tras de regresar de haber EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
presenciado con su hermano Agustín una pelea de los Peleadores Cordobéses, le participó a este su decisión de transformar al árido luchador en un perro de caza mayor útil. Su combatividad se emplearía para batir las plagas animales que depredaban el agro, como lo era el jabalí, el puma, el zorro colorado, algunas otras especies autóctonas o no que pululaban sobre todo en los montes que los servían de refugio. Desde ese momento los dos hermanos, Antonio y Agustín Nores Martínez, consagraron los momentos que así se lo permitían sus estudios a la elaboración de la nueva raza. De no ser que adjudicó a una ignorancia supina o, al menos, a una falta de información fundamental, calificaría de calumniosa la afirmación de algunos pretendidos mentores de la raza criolla, que arriesgan afirmar que en principio los Nores Martínez quisieron hacer una raza de perros de pelea o querer dudar si fue una decena el número de razas utilizadas para la consecución de ese soberbio cánido de caza mayor. A efectos de reproducir la verdad histórica, aún a riesgo de aparecer ante el lector como reiterador de cuestiones conocidas por los medianamente informados sobre dogos o caer en el extremado detallismo, expondré a continuación los porqués, como, con quien y de quien se obtuvieron los elementos constitutivos del sujeto motivo de esta. Comenzaremos por desvirtuar el infundió de que el primitivo propósito fue hacer un perro de pelea. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Valía la pena producir más de lo mismo Aunque no existieran, y existen expresas declaraciones de la autoría de la raza, para comprobar que en ningún momento se tuvo ni remotamente aquel objetivo, basta decir que los primeros cruzamientos se hicieron con ejemplares de la raza Pointer y a continuación con Dogo Alemán, razas ambas ineptas para la finalidad que se pretende imputar. Además, teniendo como base el exitoso Peleador Cordobés ¿valía la pena ponerse a trabajar en semejante tarea para producir más de lo mismo? Por el contrario, la propuesta de convertir el impractico peleador en un perro de caza mayor destinado a combatir las especies que dañaban el agro, no solo justifica la magnitud del intento, sino también la inclusión de una raza como el pointer, que probablemente dotaría de sus grandes condiciones olfativas al nuevo ser ideado, virtud de la que el usado como base era totalmente carente y que, sin duda seria imprescindible para la futura función de ubicar y perseguir a la salvajina. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Comenzando con el Pointer traído de Francia. El primer Pointer que ingresa en la formación de la raza fue uno importado de Francia que el ingeniero Miguel Arrambide le había obsequiado al padre de los Nores llamado “Zug de Tregroaz”. La incorporación anterior dio resultado, los cachorros obtenidos comenzaban a tener condiciones olfativas, en vista de ello se insistió con la misma sangre, usando para ello un hijo de “Zug” y de la perra francesa “Hantipe Saint Fargeant” que se llamaba “Champion”. El éxito de la combinación estribo en gran parte de los dos animales importados antes mencionados, eran merecidos campeones de estructura y trabajo en su tierra natal. En busca de las dotes olfativas El constante deseo de proporcionar dotes olfativas venteadoras en los sucesivos cruces es que se usan otros Pointer y hasta en la reconstrucción efectuada por Agustín Nores Martínez, nos cupo intermediar en un envío de un ejemplar por parte de Dr. Magnelli Ferrari a Esquel para realizar uno de los últimos cruces realizados en esta segunda etapa que serviría de punto de partida para todos los Dogos Argentinos con pedigree en todo el mundo. Pero no todo era conseguir un perro valiente capaz de arriesgar su vida en la lucha y poseedor de un gran olfato que le permitía detectar la presencia de la presa a distancia y en su encarne. Había que resolver el problema que, una vez ubicada aquella y enfrentada, no habría que darle oportunidad que impusiera su potencia ante un luchador de EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
no mucha talla y peso que, aún en jauría de cuatro o cinco, estaba muy debajo del peso de un chancho que en oportunidades superaba los doscientos kilos. En busca de peso tamaño y cabeza En búsqueda a la solución de este problema de tamaño y peso, los Nores Martínez recurrieron al servicio de un dogo alemán, “Ney”, también de propiedad de su padre e hijo de una perra de pedigree propiedad de su tío Rogelio Martínez, llamada “Tigresa de Basquerville” y de “Sultán”, cuyo propietario, el señor Gastón Degoy era dueño del hotel “Kiosco Parisien” en la localidad de Santa Rosa del Río Primero de la provincia de Córdoba. Como el problema del tamaño fue una constante para Antonio Nores Martínez y su colaborador hermano, se usó en los cruzamientos a “Fox”, un gigantesco Dogo Alemán, hijo de ejemplares importados de Alemania por el que fuera Director del Zoológico de Córdoba, señor Sherer. Este perro era de propiedad de don Carlos Cuadro del Viso, y se lo uso varias veces en el trabajo genético, aún cuando ya Agustín residía en Esquel. Los Dogos Alemanes no solo dieron peso y tamaño, sino que otorgaron cabeza al nuevo espécimen. Todavía faltaba una poderosa mordida Otras necesidades acuciaban para conseguir el “cazador mayor” anhelado. Una y principal era obtener una amplia y muy poderosa mordida, producto de una correlacionada mandíbula. El encargado de transmitir semejante condición fue el rechoncho y musculoso Dogo de Burdeos, quizá no muy puro, que proporcionó don Nicolás Milkelevich, que en la Falda del Carmen, lugar cercano a Alta García, era EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
encargado de un campo perteneciente al Dr. Antonio Nores (padre). Si de la pureza de sangre se podía tener algunas dudas, no así de su tipo y de la capacidad de lucha contra los pumas, de la que hizo gala en reiteradas ocasiones. Sobre este cruzamiento no se insistió en demasía, pues al creador de la raza no le gustaba la tonalidad amarillenta que transmitía el pelo y que era muy difícil de eliminar. Sin embargo, también se usó un descendiente de ese perro fruto del cruzamiento de una perra Bull Terrier que el mismo Milkelevich proporcionó a los creadores. El porpósito de incluir génes de Irish Wolfhound para incentivar el espíritu de lucha contra las fieras y aumentar el tamaño no pudo ser cumplido en un principio por un ejemplar puro, ya que estos lebreles irlandeses fueron siempre difíciles de conseguir en nuestro país. Hubo que recurrir a “Nahuel”, que rea hijo de una perra importada por la señora Alicia Lalor de Parodi Cantilo, que con su esposo eran propietarios del hotel Tunkeleng de Bariloche. Después de traer a la perra de irlanda y no conseguir aquí ningún macho para servirla, resolvieron aparearla con un Dogo Alemán. De esta unión EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
nacieron “Nahuel” y “Don Patricio”, que resultaron excelentes cazadores de jabalíes. Introducción de Irish Wolfhound puros Poco tiempo después, se usaron en los cruces Irish Wolfhound puros de pedigree, como lo fueron “Max de Wipoomil” y una hembra, importados por ese gran maestro del periodismo que fue Don Natalio Botana, director del legendario diario “Critica”. Es recién, cuando Agustín Nores Martínez ocupa la embajada argentina en Canadá, cuando a petición de su hermano Antonio trae a “Gelert of tipperi” y Canadiense “Sheela Alana de Ottawa”, quienes tuvieron por misión, además de la faz instintiva propia de los perros de caza, el solucionar problemas de pérdida de tamaño. Razonable obsesión: la falta de tamaño. Pensar que hay jueces que se pasan queriendo limitar la altura, sin darse cuenta que los creadores de la raza lo que realmente limitaron fue la falta de tamaño y armonía. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
El aporte del Montaña de los Pirineos En el cocktail de razas que se van integrando llegamos a una que acentuará el blanco manto, lo hará adaptable a todos los climas, rústico y fuerte y que acentuará tamaño, altura y talla. Nos estamos refiriendo al Gigante de los Pirineos, que hizo su aporte a través de dos ejemplares importados de los Estados Unidos procedentes del criadero de Marjorie Butcher, ubicado en Nueva Cork. Estos ejemplares, que llevan los números uno y dos del Registro Genealógico de Kennel Club Argentino, están inscríptos con los nombres de “Cote du beige Pavanne” y “Cote de Beige Pavanne du Nort” respectivamente, y que Agustín Nores Martínez llama familiarmente por sus apodos de “Josefina” y “Napoleón” estos pirenaicos hicieron al Dogo Argentino heredero de las virtudes esperadas, pero también le ligaron sus característicos dedos aberrantes que aún aparecen en algunos ejemplares. Hemos referenciado, sin seguir un orden cronológico, algunas de las razas de las que se sirvieron los creadores para conseguir el extraordinario y único perro originario de nuestro país y así reconocido por las instituciones directivas de la cinéfila argentina, así como por la Federación Cinológica Internacional. Pero para completar el panorama de su formación, nos resta referirnos al grupo rasístico que integró la unidad fundamental y quienes reingresaron para reasegurar atavismos convenientes. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
El Perro de Pelea Cordobés se había nutrido de los genes de los Mastines que habían traído los españoles colonizadores, de los Bull Terriers, Boxers y Bulldog Inglés. De estos mismos se creyó conveniente reingresarlos para reforzar algunas de las condiciones loables y que no se querían disminuir o quizá perder definitivamente. Fue así que los Bulldog Ingles que aportaban su cuota de tenacidad y amplitud de pecho se reincorporaron con un perro perteneciente a un señor Brusco, pero como nombre y numero de pedigree no pudimos confirmar y otro ejemplar totalmente blanco y que tenía el muy británico nombre de “John Bull” y que ere de propiedad del Dr. José Arce, quien lo había importado de Inglaterra. Fortificando la insensibilidad al dolor Los Bull Terriers fortificaron la aptitud de insensibilidad al dolor, tan necesaria en un combatiente contra los poderosos enemigos que diezman la industria agropecuaria. Tuvieron su encargado de transmitir el refuerzo de esos dones por medio de “Centauro”, de propiedad del mayor Sebastián Baldasarre, y que en 1930, llegó a Córdoba procedente de La Plata, otro Bull Terrier que insufló las mismas condiciones que el anterior fue “don Quijote de la Mancha” hijo de perros importados de Inglaterra por la familia Martínez de Hoz. Hubo algunos otros EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
servicios de esta británica raza, pero por desgracia también transmitió su sordera, mal que costó mucho eliminar. Con lo referido hemos puesto en evidencia, con claras evocaciones, la evolución que con sacrificio, sapiencia y tenacidad convirtió al perro de pelea Cordobés en la primera raza argentina. Además, queda debidamente acreditado que la composición genética es el producto de la conjunción de 10 razas, las que enumeramos a continuación indicando la cualidad virtual transmitida y así tenemos que el Perro de Pelea Cordobés legó a sus descendientes combatividad; el Pointer venteo EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
olfativo; El Dogo Alemán, tamaño; el Bóxer, mansedumbre y vivacidad; el Bull Terrier, insensibilidad al dolor; el Montaña de los Pirineos, rusticidad, potencia, tamaño y color; el Bulldog Inglés, amplitud de pecho y valor; el Dogo de Burdeos, mandíbula contundente y completando el cuadro el Irish Wolfhound le heredaría su instinto de cazador de fieras tan necesario para la función a la que se dedicaría nuestro Dogo Argentino. Mediante denotados esfuerzos de toda índole se logró el reconocimiento de la raza por la Federación Cinológica Argentina el 23 de marzo de 1964, la Sociedad Rural Argentina el 20 de mayo del mismo año y la Federación Cinológica Internacional nueve años mas tarde. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Como podemos observar en la historia del Dogo Argentino estamos hablando de un perro dotado con un valor y ferocidad impresionantes, con esto no quiero decir que se trate de un Demonio de Tazmania incontrolable pero si debemos de tener mucho cuidado con su educación. En la imagen podemos observar a un Dogo Argentino hembra que cayó en el cumplimiento de su deber en una montería (yo estoy completamente en desacuerdo con la caza) lo ilustro para que te des cuenta de la tenacidad y ferocidad de uno de estos ejemplares, se mueren en la raya antes de darse por vencidos. Lo que si recomiendo ampliamente es adiestrarlo en obediencia básica y avanzada desde pequeño. De esta forma nos aseguraremos de tener un perro equilibrado y confiable en cualquier situación. Su adiestramiento debe ser siempre positivo y nunca con imposiciones o castigos. La fuerza y la brutalidad en un animal dotado de una fuerza como la que presenta el Dogo Argentino, serían contraproducentes. Por otra parte es imperante saber imponerse al cachorro cuando este tiene cuatro o cinco meses de edad, pero hay que hacerlo de modo justo. Y cuando haya respondido bien a una orden debemos acariciarlo y portarnos cariñosos con él. Cuenta una anécdota que un hombre pasó por un circo y vio que el elefante estaba encadenado por una de sus patas solamente, y la cadena era muy angosta, por lo que la habría podido romper muy fácilmente. En esos momentos pasaba su domador y el hombre le preguntó que como era posible que el elefante no se soltara. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
El domador le respondió que eso era porque desde pequeño estuvo atado con la misma cadena y por más que trató, durante meses, de soltarse nunca la pudo romper hasta que desistió de intentarlo. Ahora que el enorme elefante podía romper la cadena, ya no lo intentaba, pues estaba condicionado a que nunca la podría romper. ¡¡¡ Con esto no estoy diciendo que corras a amarrar a tu Dogo Argentino ¡!! Pero siempre pongo el ejemplo anterior aplicado al carácter de los Dogos, Mastínes, Rottweilers y demás perros de razas dominantes. Muchos dueños cometen el error de dejarlos hacer lo que les pegue en gana cuando son cachorros porque son muy “tiernos” y, cuando pasa el tiempo, vemos que los dueños salen a pasear literalmente arrastrados por sus perros. Si la cosa terminara aquí, resultaría hasta chistoso, el problema se presenta cuando esos perros incontrolables salen a pelearse con otro perro y su dueño no los puede controlar. Finalmente, el hermoso perro que se pensaba iba a ser el compañero ideal de la familia queda abandonado en una azotea porque sus dueños “no lo pueden sacar porque no obedece” y el perro pasa el resto de su vida alejado del mínimo indispensable de sensación de libertad que uno, como dueño, tiene la responsabilidad de darles, y el sentirse libre es una prioridad para la salud física y psíquica del Dogo Argentino. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
No olvides la anécdota del elefante, es mejor educar desde pequeño para que él sepa que no puede ganarte ni puede retar tu autoridad. De grande no lo intentará de nuevo y eso lo hará comportarse como un buen “ciudadano” siempre alerta a tus ordenes. EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Compré un Dogo Argentino ¿Cómo le pongo? Si aun no sabes que nombre ponerle a tu cachorro, aquí tienes cientos de nombres para ver si te decides por alguno de ellos. LISTADO POR ORDEN ALFABETICO A Aaron Abacus Abaddon Abakus Abaris Abba Abel Abelardo Abigail Abra Abril Abrojo Aceituna Achu Acuarela Acuario Adakar Adam Adela Adolfo Afra Africa Afro Afrodita Agatha Agnes Aguila Ahmed Aída Aika Ailín Aimee Ainhoa Ajax Akane Akbar Akela Aki Akil Akim Akira Aksel Akuma Al-barak Aladino Alain Alan Alanis Alanna Alaska Alazan Alba Albertina Alberto Albin Alcatraz Aldara Aldo Alegría Alejo Alek Alenka Alex Alexa Alexander Alexis Alf Alfa Alfio Alfon Ali Ali Baba Aliana Alien Alina Aliosha Alister Alkazar Allie Ally Alma Almendra Aloha Alois Alok Althea Alvin Amadeo Amadeus Amalita Amancay Amba Ambar Amir Amis Amy Anabel Anacleto Anaconda Anahi Anais Anastasia Andre Andrew Andy Anette Angel Angie Angus Anika Anis Anita Anka Anke Anly Annia Antara Anubis Anuk Anuka Any Aoshi Apache Apollo Aquiles Arabel Arabela Arafat Aragon Aramis Arantxa Archie Arena Ares Argos Ariana Ariel Arielle Aries Arión Aristides Aristos Arkan Arkus Arnold Arnuk Arok Arroba EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
Arruga Artemisa Artic Aruka Arusha Ascot Ashky Ashly Asimov Aska Aspen Aspid Asterix Aston Astor Astrid Atenea Athena Athos Atila Atlas Aton Atos Audi Aurelia Aurora Austin Avalon Avis Axel Ayatollah Ayrton Aziz Azteca Azul B Baba Babette Babsy Baby Bacardi Bach Bacus Bacuso Badi Baffle Baguette Bailey Bajito Baky Balbo Baldo Baldy Balin Balloo Bally Balto Bamba BamBam Bambi Bambino Banana Bandi Bandido Bani Banny Banshee Banyo Banzay Barbara Barbi Bardy Barky Barny Barry Bart Bartolo Bass Baster Bati Batman Batuque Bayer Beagle Bebe Becky Beduino Beeper Beethoven Beige Beky Beldy Bemol Bender Beni Benito Benji Benny Benson Bernie Berry Bert Berta Besy Beti Beto Betsy Beverly Bianca Biby Bicho Biddy Biggy Bijou Bijoux Biko Bill Billy Bingo Bionda Birdie Birra Biscuit Biuty Bizkor Black Blacky Blazer Blocker Blondi Blood Blow-Job Blue Blues Bob Bobby Boca Bocho Bodie Bogart Bolche Boldo Bolilla Bolita Bolo Bolshoi Bombom Bonita Bonnie Bonsai Bony Bonzo BooBoo Boogie Bordo Boris Borja Bosco Bosly Boss Bostero Botones Box Braco Brady Brandi Brando Brandon Brandy Branta Brawny Brenda Brian Brigit Brinco Brinkley Brinky Brisa Britney Bronco Bronx Bruce Bruja Bruno Brutus Buba Bucker Bucky Bully Bunny Burbuja Bus Bush Byron C Cabezon Cabo Cacho Cachupín Cadi Café Cafú Cain Caipiriña Caipirinha Cairo Calefus Cali Califa Caligula Calipso Calisto Calvin Camilo Camiseta Candela Candy Canela Canica Canito Canuto Caperusa Capitan Capone Capota Capullin Caramelo Carito Carlin Carmelo Carola Carolyn Cartucho Caruso Casper Casquillo Cassius Catalina Caviar Cebiche Ceci Celina Celoro Chablis Chagall Champ Channel Chantal Chanty Chaplin Charlotte Charly Chavez Chavito EL MANUAL DEL DOGO ARGENTINO Saúl Ramírez
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