El tiempo interminable: breve acercamiento al problema de la temporalidad social
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El tiempo interminable: breve acercamiento al problema de la temporalidad social Guadalupe Valencia Garcia 1 Investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 383
Revista de Geografía Agrícola El tiempo ha sido un tema presente en el devenir inmensa bibliografía, son tan abundantes que lo- gran producir un entusiasmo intelectual no ajeno al de la humanidad. El pensamiento arcaico, el mito, terror por lo inabarcable. Muchos autores, desde la tragedia, la filosofía y hoy las ciencias físicas se diversas perspectivas, han abordado el tema; algu- constituyen, se refundan y se bifurcan de acuerdo nos de ellos merecerían un tratamiento particular con concepciones diversas y cada vez más com- extenso y profundo. No es mi intención, sin embar- plejas del tiempo.2 go, dar cuenta de los variados y ricos "discursos En la actualidad, además de la reflexión filo- sobre el tiempo", sino tan solo plantear algunas sófica y de la que proviene de las ciencias de la ideas que, provenientes de dichos discursos, per- materia, las ciencias sociales -la antropología, mitan complejizar el tratamiento del tiempo en la la sociología y, sobre todo, la historia- han inten- investigación social. Esto es, rescatar algunas con- tado reflexionar y teorizar sobre su propio tiempo: cepciones del tiempo que pueden enriquecer -al el tiempo social. complejizarlas- nuestras formas de abordar las realidades sociales. Realidades que no son, final- Sin embargo, con excepción de ciertas co- mente, sino tiempo. rrientes de la teoría histórica, -particularmente de la escuela francesa de Los Annales, dichos intentos no han conducido a una reflexión sistemática de las ¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS formas particulares del tiempo humano cuando DEL TIEMPO? éste es visto en y desde los procesos sociales en "... /a eternidad es una imagen los que la historia se muestra. En la sociología, el hecha con sustancia de tiempo" (Borges, J. Luis, Historia de la eternidad) t~ma de la temporalidad a menudo está presente en la reflexión epistemológica, y también en la Más allá de los discursos especializados des- construcción de paradigmas generalizadores que de los cuales se aborda el tema, todos hablamos pretenden teorizar acerca de lo social. Pero casi del tiempo. Cuando lo hacemos contribuimos a nunca en la reconstrucción de los procesos socia- alimentar la ilusión de que el tiempo es algo -como les que conforman nuestros objetos de estudio. El una montaña o un sendero- que existe en sí divorcio entre la reflexión epistemológica y la prác- mismo. El tiempo se tiene o se pierde; el tiempo tica de investigación de los sociólogos puede reco- se va, pasa, corre, vuela. El tiempo se mide y se nocerse en la ausencia de problematización, en el determina y, una vez medido, se agota y se declara plano metodológico, acerca de la especificidad de muerto. Nunca se detiene; mucho menos retroce- las temporalidades propiamente sociales. Tempo- de. Es inatrapable, porque es intangible: no puede ralidades que debieran ser abordadas con la misma verse o tocarse, no se puede sentir ni escuchar. El exigencia de complejidad que se reconoce en el tiempo es, entonces, una ilusión. El hombre preten- tiempo social; esto es, con toda su carga de histo- de atraparlo y asirlo; para ello inventa el cronómetro ricidad --en su dimensión estructural y estructuran- y el reloj. te- y de subjetividad --en su dimensión cotidiana, en aquélla que remite a la historia viva del quehacer No hay historia sin tiempo; ni tampoco hay humano. vida. El tiempo es la sustancia de la vida. Todo está hecho de tiempo porque sin tiempo no existe nada; lo que no dura, no es. El carácter de dimensión Está fuera de mis posibilidades abordar, aquí, universal que asume el tiempo, dice Norbert Ellas, los complejo"s y variados desarrollos epistemológi- "no es más que la expresión simbólica de la viven- cos y teóricos sobre el tiempo y la temporalidad. cia de que todo cuanto existe se ubica en un Los discursos sobre el tiempo, plasmados en una proceso incesante".3 Por eso el tiempo, dice este 2 Aunque coincidimos con las posturas que sostienen que espacio y tiempo son inseparables por conformar un complejo indivisible -el tiempo no existe sino en el espacio y éste no puede concebirse sino en el tiempo-, en este trabajo nos ocuparemos solamente de la dimensión temporal; en específico de la temporalidad en ciencias sociales. 3 Elías, Norbert. Sobre el tiempo, FCE, México. 1989, p. 25. 384
El tiempo intenninable autor, es una "síntesis simbólica de alto nivel.,,4 plo, que el tiempo es siempre, simultáneamente, natural y social. La Historia y las historias no esca- pan a la finitud del hombre, ni a los ciclos de la Síntesis simbólica que posibilita el conoci- naturaleza; como tampoco el tiempo de la física es miento. Sólo en su devenir son cognoscibles los ajeno a las formas de simbolización del tiempo que fenómenos naturales y físicos y los hechos, acon- se construyen socialmente. tecimientos y procesos de la historia social. En lo más íntimo, los saberes especializados de la socie- Además, propiedades importantes de la ma- dad comparten un hecho fundamental : sus objetos teria, como el azar y la imprevisibilidad, no escapan de conocimiento están hechos de tiempo y sólo son tampoco a las temporalidades sociales. El azar cognoscibles en tanto se expresan temporalmente. como componente fundamental de la realidad se Por eso el tiempo une los saberes; pero también ha convertido en una característica esencial de la los bifurca. Al tiempo objetivo de la naturaleza y temporalidad que, en el plano epistemológico, tiene tiempo cronológico e irreversible se le ha opuesto innumerables consecuencias ontológicas y políti- el tiempo subjetivo de las sociedades: tiempos cas. El concepto mismo de orden se ve trastornado múltiples, innovadores, azarosos. para dar lugar a realidades cuya turbulencia cons- tituye un factor estructurante. Lo no lineal, lo irre- El tiempo recurrente, el tiempo cíclico que versible, lo complejo, lo activo, lo singular y, en fin, marca el inicio y el fin las formas de vida sobre el lo caótico, redefinen la idea del tiempo y la planeta es el tiempo de la naturaleza. Pero también convierten en la idea de los múltiples tiempos: lo es de los mitos y de los ritos que celebran y los tiempos lineales y tiempos circulares y recuerdan los ciclos del tiempo. El tiempo de la también los tiempos tangenciales. En dichos física, paradigma dominante en el discurso sobre tiempos, y para ellos, no hay centro ni caminos el tiempo, ha variado mucho más que éste. El predeterminados. 6 tiempo sujeto a leyes universales irreversibles, tiempo newtoniano ya descartado por la física, dio Valga, sin embargo, mantener la separación paso al tiempo einsteniano de la relatividad , según y la distancia. Porque la problemática dE)l tiempo, el cual cada suceso del universo tiene su propio vista desde la física actual, puede incorporar exi- reloj incorporado. Después la ciencia del calor, la gencias importantes al análisis social; pero también termodinámica, puso de manifiesto la dinámica del puede conducir a éste a la adopción de modelos no equilibrio, al demostrar que "el azar y la irre- que ignoran el principal ingrediente de la tempora- versibilidad pueden dar lugar al orden y a la orga- lidad social: la subjetividad que lo constituye? nización".5 Tiempo objetivo y tiempo subjetivo, tiempo Para todas las disciplinas del saber, pero aún natural y tiempo social, aparecen como disyuntivas más para la historia, el tiempo es el "plasma mismo facilitadoras en la tarea de pensar el tiempo. Pero en que se bañan los fenómenos ... el lugar de su esconden mucho más de lo que revelan : por ejem- inteligibilidad".8 Varios autores coinciden en ello: 4 Ibid, p. 26. 5 lIya Prigogine, considerado como el redescubridor del tiempo consigue dar el salto de la termodinámica del equilibrio a la del no-equilibrio. Dicho autor muestra que lejos del equilibrio la materia adquiere nuevas propiedades: el universo evoluciona irreversiblemente y evoluciona en el sentido de un aumento de la complejidad. Intenta superar, aSí, la idea dicotómica del tiempo-ilusión einsteniano al que se oponía el tiempo-degradación propio de la entropía. Ahora debemos pensar más en el tiempo como el que conduce al hombre, antes que un hombre creador de tiempo. Cfr. Sáez, Javier, "Caos y tiempo". En: Archipiélago. Cuadernos de crítica de la cultura, núm. 13. Archipiélago, Barcelona, 1993. 6 Cfr. Ibáñez, Jesús, "EI centro del caos", En : Archipiélago, Op. cit. p.25. 7 Tal es el caso de los llamados análisis sistémicos en sociología. En éstos, propiedades de los "sistemas complejos". tales como la entropía y la autopoiesis, se incorporan a la teoría social y dan lugar a edificios teóricos de gran complejid~d que, sin embargo, han expulsado al hombre , a los sujetos sociales, como artifices de su propia historia y de su propio tiempo. Este es el caso de la impresionante obra de Niklas Luhmann . Cfr. Gómez, Luis, "Luhmann o el sistema (im) posible. Cinco objeciones. En: Sociológica, año 7, núm. 20, septiembre-diciembre de 1992, pp.109-123. 8 Bloch, Marc, Introducción a la historia, FCE, México, 1987, p. 26 . 385
Revista de Geografía Agrícola la historia no está hecha sino de la vida misma, de ... se sitúa en niveles diferentes ..... Son los hombres vivos que trabajan y hablan, como dice diez, cien niveles los que deberían invo- Foucault; 9 de los hombres concretos que· actúan y carse, diez, cien duraciones diversas. En sufren, de sus instituciones y organizaciones, como 10 lo superficial, una historia de los aconte- señala Kosellek. cimientos se inscribe en el tiempo corto: Por eso la subjetividad es el principal ingre- se trata de una microhistoria. A mitad de diente del tiempo social. Más aún, todo tiempo la pendiente, una historia coyuntural que social no pertenece sino a las formas en las que sigue un ritmo más largo y más lento . .... los hombres han construido sus propias historias. Más allá ... la coyuntura, la historia estruc- y dichas formas fueron y son, sobre todo, subjeti- tural, o de larga duración, se ocupa de vidades sociales que se expresaron y expresan en siglos enteros; está en el limite de lo los horizontes que los hombres se han impuesto movedizo y de lo inmóvil, y por sus valo- alcanzar. res largo tiempo fijos, toma el aspecto de una invariante frente a otras historias, De ahí que no haya un sólo tiempo, como más vivas en su transcurrir y su cumpli- tampoco hay una historia sino, como dice Braudel, miento, y que además, gravitan en torno de ella. 12 "un tiempo social susceptible de mil velocidades, de mil lentitudes"; y no una historia unilateral sino Tantos ríos como historias, tantos como du- "muchas historias que se entrecruzan" .11 raciones puedan reconocerse en el devenir huma- no. En el gran río de la historia estructural abrevan los miles de riachuelos del tiempo corto. En efecto, EL TIEMPO SOCIAL: ¿Río DE LA HISTORIA O es la larga historia la que contribuye a ordenar las MAR DE LA SUBJETIVIDAD SOCIAL? múltiples temporalidades puesto que " ... todos los Nocturno el río de las horas fluye desde su manantial que es el mañana niveles, todos los miles de niveles, todas las miles eterno ... (Miguel de Unamuno). de fragmentaciones del tiempo de la historia, se comprenden a partir de esta profundidad, de esta El río de la historia: el tiempo es el agua, la semiinmovilidad; todo gravita en torno a ella".13 historia el cauce. Así lo podemos pensar. La metá- fora es conocida; puede decirse que es una metá- fora "afortunada". Pero no deja de ser problemática. ¿De qué está hecho el tiempo social, podría- Aunque cambie por momentos su orientación el mos preguntarnos, para exigir la consideración de agua del río corre por un cauce que no permite sino tantos y tantos ritmos, duraciones y cadencias? La un camino: el que ya conoce el agua en su incesan- historia es fruto de los acontecimientos, de los te devenir. Cuando el agua rebasa el cauce, el río hechos históricos, dirían algunos. Pero si fueran ya no es tal; puede formarse uno nuevo o varios sólo hechos cabría hablar de una historia unilateral; riachuelos pero el gran río de la historia ya no es el de un devenir construido con todos los hechos que mismo, y la historia tampoco. se suman a la dirección del gran río del devenir humano. El cambio, la transmutación, las sorpresa, No una sino varias historias, dirá Braudel, no la novedad, que conducen al reconocimiento de los uno sino varios ríos, podríamos agregar. La histo- variados devenires humanos no son resultado de ria, dice este autor: los hechos, sino de las acciones que no pueden, 9 Foucault, Michel, Las palabras y las cosas, S. XXI, 24a . ed . México, 1996, p. 358. 10 Kosellek, Reinhart, Futuro pasado. Para una semántica de los tiempos históricos, Paidós, Barcelona, 1993, p, 37. 11 Braudel, Fernand, La historia y las ciencias sociales, Alianza Editorial, México, 1989, p. 29. 12 Braudel, Fernand, Escritos sobre historia, FCE, México. 1991 , p. 98 . 13 Ibid. p. 74. 386
El tiempo interminable 14 como los hechos, sumarse ni equipararse. Accio- La realidad social es sólo tiempo nes que remiten, más bien, al tiempo de la concien- En su célebre cuento El jardín de los senderos cia, de la subjetividad social que logra transgredir que se bifurcan, Jorge Luis Borges señala que los límites de su propio tiempo para dotarlo de dicha obra, atribuida al chino Ts'ui Pén, es una novedad y transformarlo. enorme adivinanza, o parábola, cuyo tema es el ¿No valdría la pena, nos preguntamos, inten- tiempo y que dicha palabra -concepto, noción, tar una nueva metáfora para referirse al tiempo categoría- no aparece nunca en el texto. social? La atmósfera y el mar, comparten con el río La mención del tema central del libro de Ts'ui el hecho de ser objetos en ellos que el permanente Pén puede evitarse, justamente, porque el tiempo fluir -del viento o del agua- asemejan al tiempo. no tiene contenido. Sólo lo adquiere en el incesante Pero, a diferencia del río, el mar y el viento corren devenir de una "serie de tiempos ... red creciente y en diversas direccionalidades simultáneas: algu- vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes, nas dominantes, otras de débil presencia. Turbu- paralelos ... que se aproximan, (que) se bifurcan ... lencias circulares, corrientes que se desplazan perpetuamente hacia innumerables futuros".16 paralelas o se entrecruzan, huracanes y tormentas, devienen sobre la permanente y apacible presencia Pero no es que el tiempo carezca de conteni- del aire o del agua. do en el sentido kantiano -que ve al tiempo como categoría apriorística del pensamiento-, sino en el Bien podría pensarse así la temporalidad so- sentido en el que apunta Herder cuando señala que cial. Como un mar inabarcable, el de la subjetividad "cada objeto cambiante tiene la medida de su tiem- ajena a la cronología, sobre el cual pueden recono- po en sí mismo .... en el universo existen en un cerse las historias pasadas y los futuros posibles. momento, muchos e innumerables tiempos,,17 Los Ámbito sin direccionalidad, a no ser el recurrente instantes no existen, como lo quiere Kant, como acudir del agua hacia sus orillas, hacia sus propios condición absoluta de la existencia de los sucesos. límites naturales, la magnitud del mar bien puede Más bien, a la manera de Einstein, los instantes ilustrarnos la de la propia historia. En último térmi- -los tiempos- se dan como sucesos; de hecho, no, si pensamos la historia como constelación de cada suceso produce su instante y es, por tanto, la múltiples ritmos, como "conjunto polirrítmico",15 el condición de existencia misma de cada instante y tiempo social se asemeja más a la infinitud del mar de todos los instantes: del tiempo.18 que a las cronológicas veredas del agua. HACIA UNA RECUPERACiÓN DE LA TEMPO- La asunción plena del tiempo, entonces, per- RALIDAD COMPLEJA EN EL PLANO METO- mite olvidar al tiempo. El tiempo deja de ser una DOLÓGICO: ALGUNAS IDEAS INICIALES condición, un ingrediente, una escala que se asocia a lo real. El tiempo es lo real, no hay otro tiempo El presente se haya, por doquier, preñado de futuro. Karl Marx. que no sea ése, el que se expresa como realidad Algunas ideas, afirmaciones, que sustenta- mutable, novedosa, duradera, azarosa ° nece- saria. mos apenas, sin extraer de ellas todas sus conse- cuencias en el plano metodológico, pretenden Más que tiempo, dice Hugo Zemelman, la abrir la discusión, antes que concluirla. Estas son: temporalidad social es ritmo que no remite a nada exterior a la materia. El tiempo en sí mismo, señala, 14 Cfr. Vera, Ramón, "La acera es un libro de historia", En: Ojarasca, octubre de 1993, núm. 25, pp. 45-50. 15 Así la concibió ~~nst Bloch: la historia como "conjunto polirrítmico", Cfr. Gimbernat José A Ernst Bloch' utopfa yesp Cátedra, Colecclon Teorema, Madrid, 1983, p. 15. ,.,. eranza, 16 Borges, Jorge Luís, "El jardín de los senderos que se bifurcan", En: Ficciones Alianza-Emecé México 9a re'lmp 1996 114-115. ' " . . , pp. 17 Herder, Johann Gottfried, citado por Kosellek, Reinhart, Op.cit, p.14. 18 Cfr. Navarro, Pablo, El holograma social. Una ontología de la socialidad humana, S. XXI, Madrid, 1994. 387
Revista de Geografía Agrícola constituye lo que es la materia. Los ritmos de rico" de los acontecimientos en los que se muestra transformación no son otra cosa que los fenómenos la vida misma. 19 mismos. El tiempo social como tiempo abierto: futuro y La materia social -el fenómeno o aconteci- diversidad miento del presente- sólo es tiempo. Y viceversa, Una noción de gran nivel de abstracción, la el tiempo social sólo es experiencia social e histó- apertura, permite pensar en el tiempo indetermina- rica. S610 las estructuras temporales, aquellas in- do, y por ello abierto. Abierto hacia la novedad y la manentes a las conexiones entre los aconteci- diversidad. Hacia el futuro diferente e inédito. mientos, dice Kosellek, "pueden articular el espacio de experiencia hist6rico de forma inmanente al Son éstas, apertura, futuro y diversidad, no- objeto, como un ámbito propio de investigación".20 ciones que permiten caracterizar al tiempo, a la vez que se plantean como exigencias para pensarlo. En tal sentido, puede considerarse redundan- Las tres aluden a un problema que siempre ha te e innecesario hablar de tiempo cuando lo que se estado presente en el pensamiento del hombre: el analiza no es sino tiempo. Sería como pedirle al de su propia finitud que le ha llevado, constante- biólogo que declarase reiterativamente que su ob- mente, a la búsqueda de la trascendencia de sus jeto de estudio, sea cuál sea, no es otro que la vida. propios límites. No es otra, si se ve bien, la cate- goría del infinito, aquello que Aristóteles denomina- Aunque el tiempo parametral y cronológico ba "10 ilimitado" y que definió de la siguiente es, de alguna manera, un tiempo inevitable, la manera: temporalidad social no debe reducirse a él. .. . no es aquello fuera de lo cual no La reducción del esquema temporal ca- hay nada, sino aquello fuera de lo cual racterístico de los fenómenos de tipo in- hay siempre algo. As! pues, en ningún tencional al concepto unidimensional caso cabe considerar a lo ilimitado como newtoniano de tiempo, no puede hacerse un todo completo: lo completo tiene fin, y sin pagar un alto precio. El precio, dice el fin es un elemento que limita, en tanto Pablo Navarro, es el de aplastar una es- que el infinito indica justamente, por su tructrura demasiado rica para ser embu- significado in tr!n seco, la ausencia de tida en un recinto tan angosto.21 cualquier límite.22 La riqueza de la estructura a la que se refiere El cambio y la transformaci6n que dan lugar Navarro no es otra, que aquella que proviene de la a la Historia -ya las historias- existen justamente multiplicidad de prácticas -y de sentidos- que porque el mundo, en su devenir, está siempre socialmente construyen los sujetos que piensan, inconcluso. El devenir resulta , dice Zellini, en todo actúan , resisten, luchan, y viven en función de instante, una síntesis entre el límite y lo ilimitado. múltiples futuros posibles. ... el limite es lo que hace existir concre- De ahí la exigencia del pensamiento por no tamente a cada objeto, confiriéndole en reducir la historia a los parámetros en los que cada instante una forma e individualidad parece mostrarse y acudir, más bien, a lo que propias; y asimismo lo que determina el Braudel ha llamado la "frágil, la estremecida histo- orden lógico de los acontecimientos al 19 Zemelman , Hugo, "EI futuro como ciencia y utopía", ponencia presentada en el Seminario Las ciencias y las humanidades en los umbrales del siglo XX, 13 al 19 de enero de 1997. Seminario permanente sobre el mundo actual, CEIICH - UNAM. 20 Kosellek, Reinhart, Op.cit. pp. 128-129. 21 De hecho, dice Pablo Navarro, la topología atribuida clásicamente al tiempo está lejos de ser "lógicamente necesaria". En realidad la pervivencia de la intuición newtoniana del tiempo obedece al hecho de "haber encontrado en el momento oportuno los instrumentos de representación y de trabajo adecuados; las coordenadas cartesianas -mediante las que la dimensión temporal puede conjugarse con las dimensiones espaciales- y el análisis matemático", Cfr. Navarro , Pablo, Op.cit. pp. 352 Y ss. 22 Zellini, Paolo, Breve historia del infinito, Siruela, Madrid, 1980. p. 13. 388
El tiempo intenninable sustraerlos, en lo posible, a la pura ca- dice Philippe Ariés, "se caracteriza por lo que la sualidad. Por lo demás, no existirían his- diversifica en el tiempo y en el espacio".26 torias ni evolución de tipo alguno si no existiese, junto al límite, un principio de Si el tiempo expresa a lo inacabado y a lo índole opuesta que obstaculiza la tenden- inacabable, como dice Zemelman, la apertura bien cia de todos los objetos a permanecer puede concebirse como la decisión intelectual de rígidamente radicados en los contornos tender, con el pensamiento, hacia la indetermina- de su existencia. .... El devenir parece ción de lo real. Lo indeterminado es expresión de constituir la característica esfera de ac- la necesidad de acabamiento o completud de lo ción del principio del infinito ... 23 determinado con base en sus propias potencialida- des. 27 De ahí, entonces, que la idea del presente La historia, así, es siempre nueva y siempre propia de las ciencias sociales no sea sino la del diversa: necesidad y azar, historia estructural y . presente-futuro, o bien , del presente que, en sus acontecimiento. Lo imprevisible, lo azaroso, sin propias determinaciones, contiene múltiples histo- embargo, lo es siempre con respecto a lo estructu- rias posibles. ral, a la historia de "larga duració". Con respecto a un conjunto de datos, dice Kosellek, un aconteci- La incorporación de la idea del futuro -de lo miento puede aparecer como azaroso, con respec- aún no devenido-, junto con la noción central de to a otro conjunto como forzoso. la esperanza como pulsión fundamental del hom- bre plantean, desde Bloch, la exigencia de abrir el El azar, una "categoría pura del presente", no conocimiento hacia lo no acaecido. La función utó-' puede deducirse desde el horizonte de esperanza pica del pensamiento es, así, una "función trascen- para el futuro; tampoco se puede experimentar dente sin trascendencia". Dicha función, en tanto como resultado del pasado: si lo fuera ya no sería "inteligida del afecto de la espera, del presentimien- azar. En el fondo, el azar no indica sino "una to de la esperanza, se halla en alianza con todas consistencia deficitaria de los datos y una incon- las auroras en el mundo".28 mensurabilidad de sus consecuencias"". Y precisa- mente ahí, en dicha tensión, dice Kosellek, "puede La historia como sistema abierto, no anticipa estar contenido lo específicamente histórico".24 lo que acontecerá, antes bien, deposita en los sujetos la capacidad de anticipar el futuro. La es- Toda coyuntura histórica, y esto constituye peranza es un acto afectivo pero también un acto una característica estructural de toda historia,"con- orientador de carácter cognitivo. tiene más y a la vez menos de lo que se había establecido en datos previos. En eso está estable- Toda obra es inacabada, se queda corta cida su sorprendente unicidad, su variabilidad y su ante lo proyectado y también ante lo que transformabilidad".25 su realización ha hecho aparecer, en su misma belleza, de incompleto .... Siem- Lo específicamente histórico, entonces, s610 pre hay un plus ultra no alcanzado ....En existe en la relación entre la Historia (Historie) y las lo truncado, caduco, hay un superávit que historias. Porque incluso el plano de mayor regula- debe ser rescatado de la caducidad. Así ridad y constancia, el de cualquier estructura social, la filosofía de la esperanza, de lo todavía 23 Ibid. pp. 14-15. 24 Kosellek, Reinhart, Op.cit. pp. 155-156. 25 Ibid. p. 284. 26 Ariés, Philippe, El tiempo de la historia, Paidós Studio, Buenos Aires , 1988, p. 257. 27 Un amplio desarrollo de esta idea , y de sus consecuencias en el plano epistémico, pueden verse en : Zemelman, Hugo, Los horizontes de la razón, dos tomos, Anthropos, Barcelona, 1994. 28 Bloch, Ernst, El principio esperanza, dos tomos, Aguilar, Madrid, 1979, tomo 1. p. 135. 389
Revista de Geografía Agrícola no sabido, es una actitud con conciencia que sepa situarse en el límite que se abre a lo del pasado. 29 incierto e inédito. Lo anterior es importante, si consideramos La epistemología, dice Zemelman: que el mundo actual, heredero de la racionalidad ... encuentra su más profunda significa- instrumental, del cogito cartesiano, es un territorio ción en el estímulo de la constitución de plagado de espejismos: modelos de análisis de la conciencia histórica, pero enriquecida gran sofisticación teórica se nos presentan como por la apropiación de la subjetividad del enormes edificios del conocimiento, cuyas estruc- sujeto, en cuanto éste ha ido ampliando turas parecen inamovibles. Espejismos comparti- sus horizontes de apropiación. dos por el pensamiento social, caracterizado hoy, dice Zemelman, por la inercia y el anquilosamiento Ampliación sustentada históricamente en la de una intelectualidad derrotista y cansada, "capaz creciente incorporación de "planos cada vez más de impulsar refinados trabajos exegéticos", pero amplios y ricos en nuevas esperanzas", pero tam- desnuda de toda idea de futuro. 30 bién en la idea de la necesidad del hombre por ampliar sus horizontes. Necesidad que se transmu- Como respuesta ante el desolador panorama ta, epistemológicamente, en el desafío de recono- del pensamiento, este autor ofrece una "ofensiva cer a la realidad que es siempre incompleta e epistemológica" que bien puede sintetizarse en un inacabada. 31 postulado: "recuperar la conciencia histórica en el plano del conocimiento; transformar el conocimien- Pero dicha ampliación no sucede de manera to en conciencia". natural. Todo lo contrario. Se verifica apenas en la lucha por lograr que el ensanchamiento de la sub- Dos dimensiones del conocimiento pueden jetividad se exprese en formas de vida no limitadas apreciarse en la ofensiva de la que hablamos: la a la lógica de la reproducción material. Y esto dimensión antropológica y la dimensión utópica; último es arduo en un mundo dominado por una las dos aluden al individuo-sujeto y a sus posibili- racionalidad centrada en el trabajo como ámbito de dades de autorrealización; las dos se fundan en la relación social privilegiado. 32 idea de que la historia no ha llegado a su fin; aunque tampoco está por comenzar. Simplemente la histo- El tiempo social no existe sino en los sujetos ria sigue construyéndose; porque el tiempo es alia- que lo constituyen do del hombre en la construcción de nuevas formas Algunas de las nociones que dan sustento, en de vida. .el plano epistemológico, a las exigencias arriba mencionadas pueden ser las de indeterminación, En Zemelman, la utopía no es sólo y no es azar, necesidad y posibilidad. Pero en el ámbito del tanto la prefiguración del futuro; es, también y sobre tiempo social la noción indispensable, crucial, es la todo, el recurso de un pensamiento que pretende del sujeto o, mejor, los sujetos. Sólo éstos, consti- la ampliación de los horizontes de sentido de los tuidos y constituyentes a la vez, históricos y crea- hombres, mediante la creciente incorporación y dores de historicidad puede dar sustento a la conquista de realidades potenciales. Realidades temporalidad social. contenidas como posibilidad en el presente, presas de la inercia de lo conocido y certero; pero suscep- No es otro, el sentido de la afirmación de que tibles de construirse en función de un pensamiento la realidad social sólo puede apreciarse en la ten- 29 Gimbernat, José. Op.cit. p. 95. 30 Zemelman, Hugo, Problemas antropológicos y utópicos del conocimiento, Colegio de México, 1996, p. 48. 31 Zemelman, Hugo.Op. cit. 32 Como dice Blanca Solares, ··Ia historia es el dominio del hombre sobre la naturaleza y el dominio ha sido hasta ahora el sentido de toda la existencia humana. No ha habido, en toda la historia, una sola cultura que haya podido escapar al poder de su inercia ni de su seducción", Cfr. Solares, Blanca, Tu cabello de oro Margarete ... Fragmentos sobre odio, resistencia y modernidad, Miguel Angel Porrúa-UIC, México, 1995, p. 40. 390
El tiempo interminable sión entre lo necesario y lo azaroso, entre lo estruc- los hombres son hijos de su tiempo, tanto como el tural y lo coyuntural. La realidad del presente es tiempo es fruto de ellos. No hay sujetos donde no imprevisible en su mutabilidad por estar siendo hay un tiempo que apropiarse y un futuro que "constantemente moldeada por prácticas construc- construir; como no hay tiempos diversos, tampoco, toras de sentidos".33 en ausencia de sujetos que los doten de concre- ción , de historicidad. La historia como sistema abierto, no anticipa lo que acontecerá; antes bien, deposita en los De esta manera, en la investigación social la sujetos la capacidad de anticipar el futuro. La es- temporalidad es, y no puede dejar de serlo, un peranza es un acto afectivo pero también un acto parámetro de ubicación del objeto concreto. Pero orientador de carácter cognitivo. no puede reducirse sólo a eso. Si la utopía se expresa en la necesidad de futuro; el recorte del Lo anterior porque, como diceSzilasi, "las objeto deberá tender también, a expresar dicha constelaciones futuras de la humanidad no son necesidad. Como objeto abierto, deberá cons- previsibles por método alguno". Pero ello no obe- truirse a partir de las múltiples temporalidades que dece, añade, a que lo venidero sea inesperable, el fenómeno contiene; las del pasado y las del sino a que son la consecuencia lógica de constela- porvenir. ciones actuales que se desenvuelven dentro de un gran ámbito de posibilidades. La postura frente al tiempo como problema epistemológico Podemos decir entonces que lo incalcu- La recuperación del tiempo en las ciencias lable es lo lógicamente fortuito de la his- sociales implica, también, la recuperación y crítica toria fáctica porque está entretejido con de las epistemologías en que cada concepto del lo fortuito del ámbito de posibilidades; en tiempo se funda . Entendemos aquí por epistemo- cambio, lo necesario en el sentido de la logía a la relación primaria --':aunque reflexiva-, historia real es lo siempre inesperable.34 entre sujeto y objeto, entre observador y realidad. La historia lineal, el progreso irreversible de Hablando de tiempo, la ··epistemología de la una direccionalidad determinada se torna incapaz distancia·· puede ser tan perversa como la ··episte- de dar cuenta de un presente que, como diría Marx, mología de la fusión··. En la primera sujeto y objeto se haya por doquier preñado de futuro. Pero no de aparecen como instancias ajenas y extrañas y el un futuro en un sentido unilateral; sino de tantos tiempo no puede ser, entonces, sino un parámetro futuros posibles como proyectos de cambio existan que se impone ya sea como la temporalidad que se en la sociedad. supone propia del objeto; ya como aquélla que al La realidad social es sólo tiempo, se afirmó ya objeto quiere imponer el observador. 35 En la segun- antes. Tiempo con sentido, cabría agregar. Los da, claramente influenciada por algunas ideas de objetos sociales, sólo lo son en la medida en la física popularizadas en las ciencias sociales, por que condensan sentidos: aquellos que les otorgan el contrario, el sujeto se funde en el objeto, en el los sujetos que reproducen , recrean e inauguran mundo, en el cosmos, casi desapareciendo del acto los tiempos sociales. Históricos e historizadores, de conocer.36 El tiempo entonces, como el sujeto, 33 Zemelman, Hugo. Hacia una dialéctica del pensar, documento inédito, p. 24. 34. Szilazi, Wilhem, Fantasía y conocimiento, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1989, pp. 21-22. 35 El concepto newtoniano del tiempo, que sobrevive en gran medida en la lógica cartesiana y en las disciplinas sociales, se ha convertido en un parámetro que se fija, sin mayor intento de problematización , como una dimensión ajena al objeto: es, tan solo una de las coordenadas en la que éste se sitúa. Navarro, Pablo, El holograma social. Una ontología de la socialidad humana, Siglo XXI , Madrid, 1994, Anexo *: Teoría general de redes de procesos y sistemas (redes de Petri). 36 Algunas posturas influenciadas por la teoría cuántica, el caos, y otros paradigmas epistemológicos de la física , propugnan por la indivisibilidad del mundo y del pensamiento, en aras de la unidad indivisible del cosmos. La realidad es sustituida por un modelo (de la complejidad, del holograma, etc.) que, si bien es cierto que trasciende a los modelos cartesianos no establece ningún tipo de jerarquías: ni entre niveles de lo real, ni entre la naturaleza diversa de los objetos de conocimiento. Ni, mucho menos, entre el que conoce y aquello que es conocido . Aún aceptando el hecho de la indivisible unidad del sujeto y el universo, debemos reconocer que ··un universo capaz de producir observadores es un universo escindido". Como dice Jesús Ibáñez, ··podemos 391
Re.Jista de Geografía Agrícola dejan de existir y pasan a formar parte de la lógica El tiempo natural y su orden -tal y como oscura y desconocida del cosmos. 37 ha sido experimentado- pertenece a las El saber de la sociedad, o mejor dicho, los condiciones de las épocas históricas, saberes sociales que no pueden desde luego ser pero éstas no son absorbidas nunca por cerrados con respecto a los otros, tampoco deben aquél. Las épocas históricas tienen un confundir sus objeto con otros cuyo estatuto es orden temporal distinto de los ritmos tem- ontológicamente diverso. Y esto es especialmente porales que presupone la naturaleza. 39 importante en el plano del tiempo. El espacio, como Discutir el problema del tiempo social implica, el tiempo, se despliega de manera múltiple. Múlti- dice Zemelman, discutir las formas básicas de la ples tiempos: el irreversible de las iniciaciones, el experiencia. Es ésta, tal vez, la mejor manera de circular de las celebraciones, el del átomo, el de la atender la exigencia de recuperar el papel de los célula el de la historia, deben diferenciarse. 38 De sujetos concretos en la construcción de la historia. no hacerlo, corremos el riesgo de llegar al inmovi- ¿Cuántos tipos de experiencia, se pregunta, .pue- lismo intelectual, o, peor aún, a asumir la incapaci- den distinguirse en concordancia con la idea del dad del hombre por hacerse cargo de su propia tiempo-pasado y futuro- que está en el presen- historia y, con esto, postular la derrota de la huma- te?40 nidad frente a la capacidad de generar su propio destino. La experiencia analizable debe ser siempre la expresión de sujetos. Si no hay sujetos no hay investigación social legítima ni útil. Por eso, el El tiempo social merece una epistemología tiempo no puede reducirse a un parámetro; debe propia: una que atienda a los tiempos sociales a incluir tanto tiempo como el que la propia subjetivi- partir del ingrediente común y esencial del que dad social de los sujetos exprese. Porque los suje- están constituidos: la subjetividad, y la intersubjeti- tos sociales son portadores y ejecutores de historia. vidad, el sentido, la significación. En una palabra, Su reconstrucción, exige la inclusión de tantas la experiencia social que lleva a distinguir entre la temporalidades y tantos ritmos como lo exijan sus "historia en sí" y la "historia para sí". proyectos y sus esperanzas colectivas. Finalmente, la complejidad del tiempo social De ahí que el pensamiento utópico o, mejor no es menor que la de lo que se ha denominado dicho, el pensamiento que se genera desde la como "tiempo natural". La duración y la variación, exigencia utópica no puede ser sino un pensamien- la necesidad y el azar, se entrecruzan de maneras to abierto; inclusivo de las realidades potenciales múltiples. Así, por ejemplo, lapsos de cursos inter- contenidas en el presente. Nuevas realidades que subjetivos de la acción -como cuando se decide dejan de ser tales cuando pasan a formar parte del una batalla y el "sol se paraliza" mientras esto horizonte del hombre contribuyendo a ampliarlo; o ocurre, permanecen al margen del tiempo natural. bien, cuando impulsadas por los proyectos de su- quedarnos con esto, que el mundo es indudablemente sí mismo (esto es, indistinto de sí mismo), pero, en cualquier intento de verse a sí mismo como objeto, debe ... actuar de modo que se haga a sí mismo distinto de, y por lo tanto falso a, sí mismo"". Cfr. Ibáñez, Jesús, "El centro del caos", Op. Cit. 37 Fernández Christlieb, Pablo, "El conocimiento encantado", En: Archipiélago, Cuadernos de crítica de la cultura, núm. 13. Archipiélago, Barcelona, 1993.A 38 Ibáñez, Jesús, Del algoritmo al sujeto. Perspectivas de la investigación social, Siglo XXI, Madrid, 1985. 39 Kosellek, Reinhart, Op.cit. p. 130. 40 En términos formales, Kosellek distingue tres modalidades fundamentales de la experiencia, estas son: La de la irreversibilidad de acontecimientos: la asunción del antes y el después. La repetibilidad de los acontecimientos: porque se suponga su identidad ... porque se refieran al retorno de coyuntura ... porque se trate de una coordinación ornamentada o tipológica de los acontecimientos. La simulación de lo anacrónico: que clasifica los decursos históricos de acuerdo con su fraccionamiento temporal y contiene, así, distintas extensiones de tiempo incluyendo la de aquéllos todavía no realizados. De una combinación de estos tres criterios, añade el autor; se pueden deducir conceptualmente el progreso, la decadencia, la aceleración o el retardamiento, el aún -no y el no- más, el antes-de o el despues-de, el demasiado-pronto o el demasiado-tarde, la situación y la permanencia- y cuantas determinaciones diferenciales sea necesario añadir para poder hacer visibles los movimientos históricos concretos. 392
El tiempo intenninable jetos sociales con capacidad protagónica se con- vierten en historia. BIBLIOGRAFíA Ariés, P. 1988. El tiempo de la historia. Paidós Kosellek, R. 1993. Futuro pasado. Para una semió- Studio. Buenos Aires. tica de los tiempos históricos. Paidós. Barcelona. Bloch , E. 1979. El principio esperanza. Aguilar, Madrid. 2 tomos. Navarro, P. 1994. El holograma social. Una ontolo- gía de la socialidad humana. Siglo XXI. Bloch, M. 1987. Introducción a la historia. Fondo Madrid. de Cultura Económica. México. Sáez, J. 1993. "Caos y tiempo". En: Archipiélago. Borges, J. L. 1996. "El jardín de los senderos que Cuadernos de crftica de la cultura, núm. se bifurcan". En: Ficciones. 9a. reimp 13. Archipiélago, Barcelona. Alianza-Emecé. México. Szilazi, W. 1989. Fantasía y conocimiento. Amo- rrortu . Buenos Aires. _ _ _1989. La historia y las ciencias sociales. Alianza. México. Solares, B. 1995. Tu c.abello de oro Margarete ... Fragmentos sobre odio, resistencia y Braudel, F. 1991 . Escritos sobre historia. Fondo de modernidad. M.A. Porrúa. México. Cultura Económica. México. Vattimo, G. 1996. El fin de la modernidad. Nihilismo Elías, N. 1989. Sobre el tiempo. Fondo de Cultura y hermenéutica en la cultura posmoder- Económica. México. na. Gedisa. Barcelona. Fernández C., P. 1993. "El conocimiento encanta- Vera, R. 1993. "La acera es un libro de historia". do". En:Archipiélago . Cuademos de cri- Ojarasca . octubre, núm. 25, pp. 45-50. tica de la cultura, núm. 13. Archipiélago. Vitiello, V . S.f. "Topología de lo moderno. Ras- Barcelona. gos"". En ... Ed. Anthropos. Barcelona, Foucault, M . 1996. Las palabras y las cosas. Siglo pp. 145-1 XXI, 24a ed. México. Zellini, P. 1980. Breve historia del infinito. Siruela. Madrid. Gimmbernat, J. 1983. Ernst Bloch: utopfa y espe- ranza . Cátedra. Colección Teorema. Zemelman, H. 1994. Los horizontes de la razón . Madrid. Anthropos. Barcelona. 2 tomos. Gómez, L. 1992. "Luhmann o el sistema (im) posi- _ _ _ _1996. Problemas antropológicos y utó- ble. Cinco objeciones". Sociológica, año picos del conocimiento. El Colegio de 7, núm. 20, pp. 109-123. México. núm. 126. Colección Jornadas, México. Ibáñez, J. 1993. Del algoritmo al sujeto. Perspecti- Zemelman, Hugo, 1997. "El futuro como ciencia y vas de la investigación social. Siglo XXI. utopia", ponencia presentada en el Se- Madrid. minario Las ciencias y las humanidades _ _ _ 1993. "El centro de caos". En: Archipié- en los umbrales del siglo XX, Seminario lago. Cuadernos de critica de la cultura, permanente sobre el mundo actual, núm. 13, Archipiélago . Barcelona. CEIICH-UNAM. 393
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