V DAV DAa tu vida - MATERIALES COMPLEMENTARIOS - pastoral juvenil yucatan
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6 NTRO UE LA AVENTURA DE C EN SER LEVADURA Objetivo: Conocer los elementos que constituyen el misterio de la voca- ción laical, con la finalidad de favorecer nuestro discernimiento y opción voca- cional Oramos juntos Para este momento de oración, te sugerimos que dispongas un lugar adecua- do para la reflexión de los jóvenes en el cual prepares un pequeño altar, con una cruz, una Biblia grande y dos velas que la custodien. Además, deberás tener lista una imagen grande de Jesús o de la Iglesia cortada en pedazos. Puedes iniciar con el siguiente canto: Tocaste mis manos https://www.youtube.com/watch?v=rhx20naNjxE&index=2&list= PLJUE31rFqCLchivCk4LNzfEzn9LBBY0-k Posterior al canto inicial, se le pide a un joven participante que proclame el texto bíblico Rm 13, 3-8, inmediatamente se les dará un breve momento de silencio. Después se les pedirá que compartan una algún otro joven las siguientes preguntas: ¿Qué significa para mí ser parte del Cuerpo de Cristo? ¿Qué puedo ofrecer para ayudar a este Cuerpo? ¿Cuál creo que sea mi misión dentro de la Iglesia? Al término de compartir por parejas, se les repartirá a los jóvenes las partes de la imagen de Jesús o de la Iglesia. Se les pedirá que en ese pedazo de papel coloquen su nombre y una petición a Dios en la cual le expresen su deseo de encontrar su propia vocación, luego, entre todos los participantes, deberán formar la imagen con todos los pedazos. Se termina el momento con la siguiente oración
AYÚDAME A ENCONTRAR MI LUGAR EN EL MUNDO Señor, busco mi lugar en el mundo y a veces no lo encuentro. Me has dado todo: ojos para ver y gozar, oídos para escuchar y entender, un corazón para amar y sentir, un cerebro para aprender y pensar, manos para trabajar y acariciar, pies para comer y bailar… ¡Tengo tanto!… y, sin embargo, con frecuencia no sé cómo usarlo bien. Tú me regalaste la vida y quiero corresponderte haciendo algo bueno con ella. Permíteme descubrir tus dones, mis talentos y carismas, para servirte con ellos en mi familia y mi comunidad. Puedo poner la habilidad de mis manos al servicio de quien lo necesita Puedo usar mi capacidad de hablar para ayudar y hablar siempre con la verdad Puedo estar disponible para aquellos que necesiten de mi tiempo y atención Puedo utilizar mi experiencia y reflexión para guiar a aquellos que te quieren conocer Puedo… (dejar un tiempo para que cada joven ofrezca sus talentos) ¡Señor, gracias por darme poder para ayudar a mi familia y mi comunidad! ¡Ilumíname para que sepa cómo usar mis dones y cómo quieres que colabore en tu misión! ¡A ti gloria por los siglos! Amén Vemos nuestra realidad Para este momento, te proponemos que les recuerdes a los jóvenes lo que ya se ha reflexionado en el encuentro anterior acerca de la vocación laical. Para esto puedes crear una representación, un sketch o si lo prefieres puedes reproducirles a los jóvenes el siguiente video en el que se muestra las caracte- rísticas de esta vocación. https://www.youtube.com/watch?v=ZuEsogwsFxY Pensamos Te sugerimos que en este siguiente momento del encuentro tomes en cuenta la actividad que en el libro se propone para el “vemos la realidad”.
Puedes invitar a uno o dos matrimonios, a un laico que viva la soltería e inclu- so a una persona que tenga por estado de vida la viudez. Esta actividad podrías titularla “Coffee world” ya que se pretende que los jóvenes interactúen con los invitados en un ambiente de convivencia y frater- nidad y no como meros receptores de lo que los panelistas o invitados puedan decir. Divide a los jóvenes en grupos de acuerdo al número de invita- dos que hayan asistido. A cada invitado (en el matrimonio son ambos en un mismo lugar) le asignarás un pequeño espacio con una mesita y sillas para que los jóvenes se sienten alrededor de ellos, también se te sugiere preparar unos pequeños snacks o botanas y refrescos para cada espacio. Se le dará un determinado tiempo para que los jóvenes del equipo charlen y convivan con el laico invitado. A cada uno de los invitados se le pueden dar las siguientes preguntas guías para que puedan iniciar la plática; cabe recalcar que lo importante es que los jóvenes se interesen en el testimonio y puedan preguntar sus dudas e inquietudes. 1 ¿Por qué eligieron ser laicos? 2 ¿Qué los motivo a vivir este estado de vida (soltería, matrimonio o viudez)? 3 ¿Qué dificultades han encontrado en la respuesta de su camino voca cional a lo largo de su vida? 4 ¿Cuál creen que sea su misión en el mundo y en la Iglesia? Actuamos Para este momento se les pedirá a los jóvenes que después de todo lo reflexionado en el encuentro, ellos puedan comprometerse a hacer oración por las vocaciones laicales, teniendo en cuenta la importancia de este camino por si Dios los llama a vivir esta vocación. Se les repartirá a los jóvenes una hoja en blanco y un bolígrafo, en la hoja, a modo de acróstico, deberán escribir una oración en la que pidan a Dios por las vocaciones a la vida laical y se compro- meterán a realizarla diariamente hasta la fecha del siguiente encuentro. Celebramos Se reúnen todos ante el altar de la oración inicial y se intercambian los acrósti- cos que escribieron, cada quien leerá la oración de alguno de sus compañe- ros. Después de leer todos los acrósticos, se les invita a rezar la siguiente ora- ción.
Amadísimo y generoso Dios, Eres Tú quien nos llama por nuestro nombre y nos pides que te sigamos. Ayúdanos a crecer en el amor y en el servicio a nuestra Iglesia. Danos el entusiasmo y la energía de tu Espíritu para preparar su futuro. Danos líderes llenos de fe que abracen la misión de Cristo en amor y en justicia. Bendice la Iglesia de _______ con líderes de nuestras familias que dediquen sus vidas al servicio de su pueblo como sacerdotes, religiosos, diáconos y ministros laicos. Inspíranos a conocerte mejor y abre nuestros corazones para oír tu llamada. Amén. .
7 NTRO LA AVENTURA C UE EN DE SER LUZ Objetivo: conocer los elementos que constituyen el misterio de la voca- ción a la vida consagrada, con la finalidad de favorecer nuestro discernimiento y opción vocacional. Oramos juntos Para la oración inicial de este encuentro, se te propone que los jóvenes reflexionen acerca de las Bienaventuranzas. Por ello, será necesario colocar un pequeño altar y alrededor de éste, poner las nueve bienaventuranzas que marca el texto bíblico de Mt 5, 1-12. Para iniciar la reflexión te sugerimos leer en voz alta la siguiente meditación, haciendo una pausa breve en los puntos suspensivos y una pausa más larga al final de cada párrafo. Recojan en su mente sus preocupaciones para no distraerse con ellas. Pónganlas en manos de Dios para que los libere de ellas, mientras realizan la meditación de esta reflexión. Siéntanse acogidos por Dios. Él guardó sus preocupaciones en su corazón, y ahora los toma en su regazo y los mira con infinita ternura. Busquen el rostro de Dios, imagínenlo como padre bondadoso y comprensivo…, mírenlo con intención de iniciar un diálogo con él, conscientes de que son hombres y mujeres, creados a su imagen y semejanza…, con capacidad de recibir su amor y proyectarlo a los demás. Llénense de este sentimiento de felicidad y plenitud, y gocen por unos momentos de él Piensen en una o dos veces en que, queriendo hacer el bien, no han tenido la fuerza de voluntad para llevar a cabo la acción que se propusieron…, en alguna persona a quien aman de verdad y, sin embargo, la han herido con sus palabras o gestos… No cabe duda que las limita- ciones y debilidades propias de la naturaleza humana también pesan en nuestro ser, y nos evitan ser y actuar como quisiéramos. Ahora, visualicen a Jesús haciéndoles compañía en el regazo del Padre. Es su Hijo, a quien envió a la tierra para compartir nuestra historia, para mostrarnos cómo viven los hijos de Dios y liberar- nos del pecado y la muerte… Déjense inundar de un sentimiento de admiración y gratitud ante este don del Padre. Sientan la cercanía de Jesús; es su maestro y amigo. Jesús se levanta y los guía con sus ojos para que hagan lo mismo. Les señala un camino que recorrerán juntos; tiene un letrero que dice “Juntos construiremos la Civilización del Amor”.
Después de la lectura, inmediatamente se proclamará el pasaje evangélico de las bienaventuranzas. Luego se les pedirá que cada uno de ellos elija una de las bienaventuranzas, de modo que se formen nueve equipos. En esos grupos se les pedirá que compartan el por qué eligieron tal bienaventuranza y como la viven o la desean llevar a cabo en sus vidas. Para terminar se les exhortará a que tomen conciencia del llamado que Dios les hace y que en el presente encuentro se profundizará acerca de una vocación única en la Iglesia. Se termina con la oración en canto de San Francisco “Hazme un instrumento de tu paz”. Para contemplar A continuación, te anexamos algunos fragmentos del Magisterio de la Iglesia que tratan sobre la vocación a la vida religiosa. “La vida consagrada nace y renace del encuentro con Jesús tal como es: pobre, casto y obediente. Se mueve por una doble vía: por un lado, la iniciativa amorosa de Dios, de la que todo comienza y a la que siempre debemos regre- sar; por otro lado, nuestra respuesta, que es de amor verdadero cuando se da sin peros ni excusas, y cuando imita a Jesús pobre, casto y obediente”. Papa Francisco, XXII Jornada Mundial de la Vida Consagrada Artículos 138, 145, 258, 339, 374, 440 Los consagrados y las consagradas hoy tienen la tarea de ser testigos de la transfigurante presencia de Dios en un mundo cada vez más desorientado y confuso Papa Benedicto XVI Discurso, 22 de mayo 2006 Vemos nuestra realidad Para iniciar este momento del encuentro, podrías presentarles como primera actividad el video “Mi Vida: #MensajeDirecto”de la Campaña vocacional Sale- siana 2017 en el cual se motiva a los jóvenes a reflexionar acerca del sentido que le dan a sus vidas y la llamada que Dios le hace a cada persona.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=50&v=pOSarWFUsVo Posteriormente, a través de una dinámica de formación de equipos, que te dejamos a tu creatividad, dividirás a los jóvenes en pequeños grupos para la siguiente actividad. A cada equipo de jóvenes, le asignarán el nombre de un santo religioso junto con una pequeña biografía de la vida de dicho santo. En el anexo 1 te agrega- mos la biografía de algunos santos religiosos, si gustas puedes investigar la vida de otros. Los jóvenes deberán leer la biografía y posteriormente se les pedirá que pre- senten aspectos relevantes de su vida de un modo creativo, pueden hacerlo a través de una breve representación dramatizada, un monólogo, un dibujo, una canción, un poema, un acróstico, una porra, etc. Incluso puedes rifar entre los equipos cada uno de los modos antes mencionados para que haya diversidad en la presentación de la vida de los santos. Pensamos En este momento se te sugiere que los jóvenes conozcan el testimonio vivo de lo que significa la vocación a la vida consagrada. Para ello te proponemos que puedas llevar a tus jóvenes a alguna casa o comunidad religiosa y que puedan convivir con las hermanas y hermanos consagrados, incluso que puedan cola- borar en lo que ellos realizan en sus comunidades, para después tener un mo- mento de diálogo en el que los jóvenes resuelvan sus inquietudes acerca de esta bella vocación. Si no les es posible llevar a los jóvenes a alguna comunidad o congregación religiosa, pueden invitar a algún consagrado o consagrada para que comparta su testimonio de vida tal y como lo pide el libro. O en su defecto puedes pro- yectarles alguna película que trate de la vida de algún santo religioso. Te sugerimos algunas películas: MADRE TERESA DE CALCUTA, LA PELÍCULA Dirección: Fabrizio Costa. País: Italia. Año: 2003. Duración: 168 min. Género: Drama biográfico
Sinopsis: La India a finales de los 40. El dominio británico llega a su fin, pero el nuevo país vive momentos de agitación. Los enfrentamientos y las matanzas se suceden en Calcuta al tiempo que crece la desesperación de los débiles, los enfermos y los desheredados. En medio de todo este sufrimiento surge una monja que se dedica en cuerpo y alma a ayudar a los pobres, a curar a los leprosos que mueren en las calles y a cuidar a los huérfanos y niños abando- nados: es Teresa de Calcuta. Los problemas que su abnegación le acarrea la obligan a desafiar a las autoridades, incluyendo las de su propia iglesia. ANTONIO GUERRERO DE DIOS Año: 2006 Duración: 110 min. País: Italia Director: Antonello Belluco Sinopsis: Esta película relata la historia de San Antonio de Padua, figura extraordinaria y carismática del año 1200 hasta su muerte. Tras sobrevivir de un naufragio, se convierte en sospechoso de ser el portador de un tesoro que garantiza la riqueza y la felicidad perpetua. Una vida apasionante y llena de aventuras, aunque siempre en pro de la defensa de los oprimidos, combatien- do la usura y el abuso de poder. HERMANO SOL Y HERMANA LUNA Doblaje original de su estreno en España. Título original del film: Fratello Sole, sorella Luna (Brother Sun, sister Moon) Protagonizada por Graham Faulkner (en el papel de Francisco), Judi Bowker (santa Clara de Asís), Valentina Cortese (madre de Francisco) y Alec Guinness (Papa Inocencio III). Sinopsis: Siglo XIII. Francesco, hijo del rico comerciante italiano Pietro Bernar- done y su mujer francesa Pica Bourlemont, es un joven jovial y despreocupado que sólo busca divertirse. Participa orgulloso en la guerra de su ciudad natal, Assisi, contra la vecina Perugia (en la región italiana de La Umbría), pero aban- dona y regresa prematuramente, enfermo y con un comportamiento que extraña a todos. Será el comienzo de un nuevo Francisco, que afectará a la juventud de su ciudad y del mundo entero, a lo largo de los siglos venideros.
Actuamos Al llegar a este momento, los jóvenes ya deberán tener una visión un poco más amplia de lo que significa la vocación religiosa y su importancia en medio de nuestra Iglesia. Los consagrados viven de un modo especial y único tres realidades fundamentales a las que invita Jesús, es decir, los consejos evan- gélicos de pobreza, castidad y obediencia. Sin embargo, aun cuando en las comunidades religiosas se viven de modo prioritario estos consejos evangélicos, cada cristiano, está llamado a asumirlos en su día a día. También los jóvenes están llamados a ser pobres, castos y obe- dientes. Ahora bien, ¿cómo se pueden vivir estos consejos desde la propia juventud? Para motivarlos a un compromiso, se les pedirá a los jóvenes que, en un cartel, manifiesten la respuesta a las siguientes preguntas: ¿Cómo puedo vivir el consejo evangélico de la pobreza en mi juventud? ¿Qué entiendo por llevar una vida casta? ¿Estoy viviendo castamente? ¿cómo puedo crecer en la vivencia de la castidad? ¿Qué significa para mí ser obediente en mi vida diaria? ¿con quienes me invita Jesús a ser obediente? Para terminar, se les puede reproducir el video ¡Alégrate! Vida consagrada, haciendo referencia a que la característica principal de la vida religiosa es la alegría con la que los consagrados y consagradas dan testimonio de su fe. Alegría que no es para unos cuantos, sino para todo quien desea ser fiel discí- pulo de Cristo. https://www.youtube.com/watch?v=rDRtY-ax2sE Celebramos Para terminar, como momento celebrativo se te sugiere reunir a todos los jóvenes en el mismo lugar donde inició el encuentro. Ahí, a cada joven se les dará a escoger un papelito en el que se encontrará el nombre de una congre- gación o comunidad religiosa de todas las que colaboran en nuestra Arquidió- cesis. Se les mencionará que Dios ha querido que ellos oren por tal congrega- ción religiosa y que su compromiso será pedir por aquellas personas consa- gradas, para que Dios los bendiga y les ayude a seguir dando testimonio fiel
Listado de comunidades religiosas de la Arquidiócesis de Yucatán: Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento Clarisas Contemplativas de Izamal Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul Compañía de Santa Teresa de Jesús Congregación de Jesús María Congregación de las Hermanas Trinitarias Consagradas del Regnum Christi Discípulas de Jesús Buen Pastor Dominicas de Santa Catalina de Siena Hermanas Concepcionistas al Servicio de los Pobres Hermanas de San Carlos Borromeo Hermanas de San Juan Bautista Hijas del Espíritu Santo Hermanas Evangelizadoras Eucarísticas de los Pobres Hermanas inmaculatinas de Alejandría Hermanas Josefinas de México Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento Hermanas Misioneras de la Caridad Hermanas Servidoras de la Palabra Hermanitas de los Ancianos Desamparados Hijas de María Inmaculada de Guadalupe Hijas de San José Hijas de la Divina Providencia Hijas de María Trono de la Sabiduría Hijas del Corazón de María Hijas Mínimas de María Inmaculada Misioneras de la Madre de Dios Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo Misioneras de Cristo Resucitado Misioneras de la Caridad de María Inmaculada Misioneras de María Inmaculada Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús de Xalapa Misioneras Hijas de la Madre Santísima de la Luz Monasterio de Clarisas Capuchinas Monjas Dominicas del Señor de la Divina Misericordia Oblatas de Jesús Sacerdote Orden del Verbo Encarnado y del Santísimo Sacramento Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús Religiosas de Santa Martha Religiosas Franciscanas de Nuestra Señora del Refugio Santa María del Monte Carmelo Servidoras Franciscanas de la Cruz
Siervas de Jesús Sacramentado Siervas de María Ministras de los Enfermos Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres Clérigos Regulares de San Pablo Barnabitas Compañía de Jesús Congregación del Oratorio de San Felipe Neri Hijos de Santa María Inmaculada Hermanos Maristas Hijos de la Inmaculada Concepción Instituto del Verbo Encarnado Legionarios de Cristo Misioneros del Espíritu Santo Misioneros Servidores de la Palabra Monjes Adoradores Perpetuos del Santísimo Sacramento Orden de Frailes Menores Orden de la Merced (Mercedarios) Salesianos de San Juan Bosco Sociedad de San Pablo Sociedad de San Sulpicio y Misioneros de la Madre de Dios Después de haber recibido el nombre de la congregación por la cual rezarán, se recita con los jóvenes la siguiente oración y se termina con el canto de “Alma Misionera”. ¡Ven, Espíritu Creador, con tu multiforme gracia ilumina, vivifica y santifica a tu Iglesia! Unida en alabanza te da gracias por el don de la Vida Consagrada, otorgado y confirmado en la novedad de los carismas a lo largo de los siglos. Guiados por tu luz y arraigados en el bautismo, hombres y mujeres, atentos a tus signos en la historia, han enriquecido la Iglesia, viviendo el Evangelio mediante el seguimiento de Cristo casto y pobre, obediente, orante y misionero. ¡Ven Espíritu Santo, amor eterno del Padre y del Hijo! Te pedimos que renueves la fidelidad de los consagrados. Vivan la primacía de Dios en las vicisitudes humanas, la comunión y el servicio entre las gentes, la santidad en el espíritu de las bienaventuranzas. ¡Ven, Espíritu Paráclito, fortaleza y consolación de tu pueblo! Infunde en ellos la bienaventuranza de los pobres para que caminen por la vía del Reino. Dales un corazón capaz de consolar para secar las lágrimas de los últimos.
Enséñales la fuerza de la mansedumbre para que resplandezca en ellos el Señorío de Cristo. Enciende en ellos la profecía evangélica para abrir sendas de solidaridad y saciar la sed de justicia. Derrama en sus corazones tu misericordia para que sean ministros de perdón y de ternura. Revístelos de tu paz para que puedan narrar, en las encrucijadas del mundo, la bienaventuranza de los hijos de Dios. . . .
ANEXO Vidas de santos religiosos San Benito Abad Padre del monasticismo occidental, decidió abandonar Roma y el mundo para evitar la vida licenciosa de dicha ciudad. Vivió como ermitaño por muchos años en una región rocosa y agreste de Italia. En Vicovaro, en Tívoli y en Subiaco, sobre la cumbre de un farallón que domina Anio, residía por aquél tiempo, una comunidad de monjes, cuyo abad había muerto. Decidieron pedirle a San Benito que ocupara su lugar. Al principio se negó, pero luego cedió ante la insistencia. Pronto se puso en evidencia que las estrictas nociones de discipli- na monástica que San Benito observaba, no se ajustaban a ellos, porque quería que todos vivieran en celdas horadadas en las rocas. El mismo día retornó a Subiaco, no para seguir llevando una vida de retiro, sino con el propósito de empezar la gran obra para la que Dios lo había preparado durante esos tres años de vida oculta. No tardaron en reunirse a su alre- dedor los discípulos atraídos por su santidad y por sus poderes milagrosos. San Benito se encontró entonces, en posición de empezar aquél gran plan de "reunir en aquél lugar a muchas y diferentes familias de santos monjes dispersos en varios monaste- rios y regiones, a fin de hacer de ellos un sólo rebaño según su propio corazón, para unirlos en una casa de Dios bajo una observancia regular y en permanente alabanza al nombre de Dios" Por lo tanto, colocó a todos los que deseaban obedecerle en los 12 monasterios de madera, cada uno con su prior. Él tenía la suprema dirección sobre todos y vivía con algu- nos escogidos, a los que deseaba formar con especial cuidado. A causa de algunos problemas con el sacerdote Florencio, se trasladó a Monte Cassino. En esta región, sobre las ruinas del templo de Apolo, - al que los habitantes de este lugar ren- dían culto antes de su llegada - construyó dos capillas y la abadía de Monte Cassino, alre- dedor del año 530. De aquí partió la influencia que iba a jugar un papel tan importante en la cristianización y civilización de la Europa post-romana. Fue tal vez durante este periodo que empezó a concretizar su "Regla", la que está dirigida a todos aquellos que, renunciando a su propia voluntad, tomen sobre sí "la fuerte y brillante armadura de la obediencia para luchar bajo las banderas de Cristo, nuestro verdadero Rey". Prescribe una vida de oración litúrgica, estudio, y trabajo, llevado socialmente, en una comunidad y con un padre común. San Benito vaticinó el día de su muerte; el último día recibió el Cuerpo y la Sangre del Señor. Fue enterrado junto a santa Escolástica, su hermana, en el sitio donde antes se levantaba el altar de Apolo que él mismo destruyó, en Monte Cassino.
San Martín de Porres Martín es bautizado en la iglesia de San Sebastián, donde años más tarde Santa Rosa de Lima también lo fuera. Son misteriosos los caminos del Señor: no fue sino un santo quien lo confirmó en la fe de sus padres. Fue Santo Toribio de Mogrovejo, primer arzobispo de Lima, quien hizo descender el Espíritu sobre su moreno corazón, corazón que el Señor fue haciendo manso y humilde como el de su Madre. A los doce Martín entró de aprendiz de peluquero, y asistente de un dentista. La fama de su santidad corre de boca en boca por la ciudad de Lima. Martín conoció al Fraile Juan de Lorenzana, famoso dominico como teólogo y hombre de virtudes, quien lo invita a entrar en el Convento de Nuestra Señora del Rosario. Las leyes de aquel entonces le impedían ser religioso por el color y por la raza, por lo que Martín de Porres ingresó como Donado, pero él se entrega a Dios y su vida está presidida por el servicio, la humildad, la obediencia y un amor sin medida. San Martín tiene un sueño que Dios le desbarata: "Pasar desapercibido y ser el último". Su anhelo más profundo siem- pre es de seguir a Jesús. Se le confía la limpieza de la casa; por lo que la escoba será, con la cruz, la gran compañera de su vida. Sirve y atiende a todos, pero no es comprendido por todos. Un día cortaba el pelo a un estu- diante: éste molesto ante la mejor sonrisa de Fray Martín, no duda en insultarlo: ¡Perro mulato! ¡Hipócrita! La respuesta fue una generosa sonrisa. San Martín llevaba ya dos años en el convento, y hacía seis que no veía a su padre, éste lo visita y… después de dialogar con el P. Provincial, éste y el Consejo Conventual deciden que Fray Martín se convierta en hermano cooperador. El 2 de junio de 1603 se consagra a Dios por su profesión religiosa. El P. Fernando Aragonés testificará: "Se ejercitaba en la caridad día y noche, curando enfermos, dando limosna a españoles, indios y negros, a todos quería, amaba y curaba con singular amor". La portería del convento es un reguero de soldados humildes, indios, mulatos, y negros; él solía repetir: "No hay gusto mayor que dar a los pobres". Su hermana Juana tenía buena posición social, por lo que, en una finca de ella, daba cobijo a enfermos y pobres. Y en su patio acoge a perros, gatos y ratones. Pronto la virtud del moreno dejó de ser un secreto. Su servicio como enfermero se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que podía encontrar en la calle. Su humildad fue probada en el dolor de la injuria, incluso de parte de algunos religiosos dominicos. Incomprensión y envidias: camino de contradicciones que fue ase- mejando al mulato a su Reconciliador. Los religiosos de la Ciudad Virreinal van de sorpresa en sorpresa, por lo que el Superior le prohíbe realizar nada extraordinario sin su consentimiento. Un día, cuando regresaba al Convento, un albañil le grita al caer del andamio; el Santo le hace señas y corre a pedir per- miso al superior, éste y el interesado quedan cautivados por su docilidad. Cuando vio que se acercaba el momento feliz de ir a gozar de la presencia de Dios, pidió a los religiosos que le rodeaban que entonasen el Credo. Mientras lo cantaban, entregó su alma a Dios. Era el 3 de noviembre de 1639. Su muerte causó profunda conmoción en la ciudad. Había sido el hermano y enfermero de
todos, singularmente de los más pobres. Todos se disputaban por conseguir alguna reli- quia. Toda la ciudad le dio el último adiós. Su culto se ha extendido prodigiosamente. Gregorio XVI lo declaró Beato en 1837. Fue canonizado por Juan XXIII en 1962. Recordaba el Papa, en la homilía de la canonización, las devociones en que se había distinguido el nuevo Santo: su profunda humildad que le hacía considerar a todos superiores a él, su celo apostólico, y sus continuos desvelos por atender a enfermos y necesitados, lo que le valió, por parte de todo el pueblo, el hermoso apelativo de "Martín de la caridad". San Charbel Youssef (José) nació el 8 de mayo de 1828 en un pequeño poblado del Líbano llamado Biqa-Kafra. Era el quinto hijo de Antonio Makhlouf y Brígida Choudiac, sencillos campesinos llenos de fe. Dos de sus tíos maternos eran monjes en el monasterio de Quzhaya que dista- ba una hora de camino desde Biqa-Kafra. José los visitaba con frecuencia y se quedaba con ellos ayudando en los oficios divinos, participando en sus oraciones y cantos y escu- chando sus sabios consejos. Tenía veintitrés años cuando dejó casa y familia para entrar al monasterio de Nuestra Señora de Mayfouk de la orden maronita libanesa. Al recibir el hábito de novicio cambió su nombre por el de Chárbel, nombre de un mártir de la iglesia de Antioquía que murió en el año 107 bajo el imperio de Trajano. Cuando su madre y su tío se enteraron de su decisión, se dirigieron inmediatamente a buscarlo al monasterio tratando de convencerlo de que regresara. Finalmente, Brígida, también convencida de la vocación de su hijo, le dijo: Si no fueras a ser buen religioso te diría: ¡Regresa a casa! Pero ahora sé que el Señor te quiere a su servicio. Y en mi dolor al estar separada de tí, le digo resignada: ¡Que Dios te bendiga, hijo mío, y que haga de ti un santo...! Desde joven había desarrollado una intensa vida interior y de oración que durante sus años de monje había madurado. Pronto se despertó en él la vocación por la vida eremítica que, de acuerdo con la tradición cristiana, se debe hacer viviendo en soledad. Se retiró a la ermita de San Pedro y San Pablo en Gebel an Nour (Montaña de la Luz) que tenía sólo dos habitaciones pequeñísimas y un oratorio también estrechísimo. Comenzó esta vida más austera en el año 1875 y la llevó durante veintitrés años. Se ejercitaba en diversas mortifica- ciones y en la oración continua; dormía sobre el suelo y comía una sola vez al día. Ordinaria- mente oficiaba la misa hacia el mediodía de tal forma que pasaba la mañana preparándose para el Santo Sacrificio y la tarde dando gracias a Dios. Vivía en el más absoluto retiro, del que sólo salía para atender alguna necesidad pastoral. El 16 de diciembre de 1898 estaba celebrando la misa hacia las once de la mañana, cuando le sobrevino un ataque de parálisis en el momento de la consagración. Murió el 24 de diciembre y sus restos reposan en el monasterio de San Maron, actual meta de peregrina- ciones y milagros incesantes. Fue canonizado el 9 de octubre de 1977 por el papa Pablo VI.
Santa Clara Nació en Asís el año 1193. Fue conciudadana, contemporánea y discípula de San Francisco y quiso seguir el camino de austeridad señalado por él a pesar de la durísima oposición familiar. Si retrocedemos en la historia, vemos a la puerta de la iglesia de Santa María de los Ángeles (llamada también de la Porciúncula), distante un kilómetro y medio de la ciudad de Asís, a Clara Favarone, joven de dieciocho años, perteneciente a la familia del opulento conde de Sasso Rosso. En la noche del domingo de ramos, Clara había abandonado su casa, el palacio de sus padres, y estaba allí, en la iglesia de Santa María de los Ángeles. La aguardaban san Fran- cisco y varios sacerdotes, con cirios encendidos, entonando el Veni Creátor Spíritus. Dentro del templo, Clara cambia su ropa de terciopelo y brocado por el hábito que recibe de las manos de Francisco, que corta sus hermosas trenzas rubias y cubre la cabeza de la joven con un velo negro. A la mañana siguiente, familiares y amigos invaden el templo. Ruegan y amenazan. Piensan que la joven debería regresar a la casa paterna. Grita y se lamenta el padre. La madre llora y exclama: "Está embrujada". Era el 18 de marzo de 1212. Cuando Francisco de Asís abandonó la casa de su padre, el rico comerciante Bernardone, Clara era una niña de once años. Siguió paso a paso esa vida de renunciamiento y amor al prójimo. Y con esa admiración fue creciendo el deseo de imitarlo. Clara despertó la vocación de su hermana Inés y, con otras dieciséis jóvenes parientas, se dispuso a fundar una comunidad. La hija de Favarone, caballero feudal de Asís, daba el ejemplo en todo. Cuidaba a los enfer- mos en los hospitales; dentro del convento realizaba los más humildes quehaceres. Pedía limosnas, pues esa era una de las normas de la institución. Las monjas debían vivir depen- dientes de la providencia divina: la limosna y el trabajo. Corrieron los años. En el estío de 1253, en la iglesia de San Damián de Asís, el papa Inocen- cio IV la visitó en su lecho de muerte. Unidas las manos, tuvo fuerzas para pedirle su bendi- ción, con la indulgencia plenaria. El Papa contestó, sollozando: "Quiera Dios, hija mía, que no necesite yo más que tú de la misericordia divina". Lloran las monjas la agonía de Clara. Todo es silencio. Sólo un murmullo brota de los labios de la santa. - Oh Señor, te alabo, te glorifico, por haberme creado. Una de las monjas le preguntó: - ¿Con quién hablas? Ella contestó recitando el salmo. - Preciosa es en presencia del Señor la muerte de sus santos. Y expiró. Era el 11 de agosto de 1253. Fue canonizada dos años más tarde, el 15 de agosto de 1255, por el papa Alejandro IV, quien en la bula correspondiente declaró que ella "fue alto candelabro de santidad", a cuya luz "acudieron y acuden muchas vírgenes para encen- der sus lámparas". Santa Clara fundó la Orden de Damas Pobres de San Damián (hoy llamada Orden de las hermanas pobres de Santa Clara), llamadas normalmente Clarisas, rama femenina de los franciscanos, a la que gobernó con fidelidad exquisita al espíritu franciscano hasta su muerte y desde hace siete siglos reposa en la iglesia de las clarisas de Asís.
Santa Rita de Casia Santa Rita de Casia no tuvo una vida fácil, fue una hija obediente y esposa fiel, pero era mal- tratada por su esposo y vio morir a sus hijos; sin embargo, gracias a su amor a Jesús logró la conversión del marido y ahora es conocida como la “santa de lo imposible” y Patrona de los necesitados. Su fiesta se celebra el 22 de mayo. Santa Rita nació en 1381 en Italia en una época de conquistas, rebeliones y corrupción. Ella y sus padres fueron analfabetos, pero Dios le concedió a la Santa la gracia de leer. Quiso ser religiosa, pero sus padres le escogieron un esposo y ella aceptó obediente. Su esposo tenía malas juntas, era bebedor, mujeriego y la golpeaba, pero Santa Rita se mantuvo fiel y en oración. Tuvieron dos gemelos que tenían el mismo temperamento del papá. Tras 20 años de casados el esposo se convirtió, Rita lo perdonó y juntos se acercaron más a la vida de fe. Un día él no llegó a casa y lo encontraron asesinado. Los hijos juraron vengar la muerte de su padre y la pena de Santa Rita aumentó más. Ni sus súplicas los hacían desistir. La afligida mamá rogó al Señor que salvara a sus hijos y que tomara sus vidas antes de que se condenaran con un pecado mortal. Así ambos padecieron una terrible enfermedad y antes de morir perdonaron a los asesinos. Más adelante, Santa Rita quiso ingresar con las hermanas agustinas pero no fue fácil porque había estado casada y por la sombría muerte de su esposo. Ella se puso en oración y cierta noche oyó que la llamaban tres veces por su nombre. Abrió la puerta y se encontró con San Agustín, San Nicolás de Tolentino y San Juan el Bautista, de quien ella era muy devota. Ellos le pidieron que los siga y después de recorrer las calles sintió que la elevaban en el aire y la empujaban suavemente hacia Casia hasta encontrarse arriba del Monasterio de Santa María Magdalena. Allí cayó en éxtasis y cuando volvió en sí estaba dentro del Mo- nasterio y las monjas agustinas no pudieron negarle más el ingreso a la comunidad. Hizo su profesión religiosa ese mismo año (1417) y fue puesta a prueba con duras pruebas por las superioras. Santa Rita recibió los estigmas y las marcas de la corona de espinas en la cabeza. A diferencia de otros santos con este don, las llagas en ella olían a podrido y tuvo que vivir aislada durante muchos años. Después de una grave y dolorosa enfermedad partió a la Casa del Padre en 1457. La herida de espina en su frente desapareció y en su lugar quedó una mancha roja como un rubí que tenía deliciosa fragancia. Su cuerpo perma- nece incorrupto. Santa Teresa de Calcuta “De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una monja católi- ca. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”, decía la Madre Teresa. La Madre Teresa nació un 26 de agosto de 1910 en Skopje. Fue la menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu. La bautizaron con el nombre de Gonxha Agnes. Recibió la primera Comunión a los cinco años y medio; y la Confirmación la recibió en 1916. A los ocho años muere su padre y su familia pasa por una gran estrechez económica. Cuando llegó a los 18 años deja la casa para ingresar al Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como las Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí tomó el nombre de
Hermana María Teresa por Santa Teresa de Lisieux. Llega a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de hacer sus primeros votos en mayo de 1931, es destinada a la comunidad de Loreto Entally en esa ciudad de la India donde fue docente de las alumnas del colegio St. Mary. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión perpetua y llegó a convertirse en directora del mencionado colegio en 1944. Sin embargo, un 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió lo que ella llamó la “inspiración”, su “llamada dentro de la llamada”. Aquel día la sed de amor y de almas se apoderó de su corazón. En las siguientes semanas, mediante locucio- nes interiores y visiones, el mismo Jesús le reveló su deseo de encontrar “víctimas de amor” que “irradiasen a las almas su amor”. “Ven y sé mi luz”, le dijo el Señor. Del mismo modo, le pidió que fundara una congregación religiosa al servicio de los más pobres entre los pobres. Es así que después de muchas dificultades, el 17 de agosto de 1948 se visitó por primera vez con el sari blanco orlado de azul y salió del convento de Loreto para introducirse en el mundo de los pobres. Recorrió los barrios pobres, visitó fami- lias, lavó las heridas de los niños y ayudó a los olvidados. Todos los días recibía la Eucaristía y salía de casa con el rosario en la mano. Luego de algunos meses, se le unieron algunas de sus antiguas alumnas. En 1950 se establece oficialmente la Congregación de las Misioneras de la Caridad. Tiempo después envió a sus hermanas a otras partes de la India y abre otras casas en Venezuela, Roma, Tanzania y en los cinco continentes. Con el tiempo funda también a los Hermanos Misioneros de la Caridad, la rama contemplativa de las Hermanas, los Hermanos Contem- plativos y los Padres Misioneros de la Caridad. Así como a los Colaboradores de Madre Teresa y a los Colaboradores Enfermos y Sufrientes. Lo que inspiró a los Misioneros de la caridad laicos y al movimiento Sacerdotal Corpus Christi. En 1979 se le otorgó el Premio Nobel de la Paz y los medios de comunicación empezaron a seguir con más atención sus obras que daban testimonio de la alegría de amar y de la grandeza y dignidad de cada persona humana. Al final de su vida y a pesar de sus proble- mas de salud, Madre Teresa continuó sirviendo a los pobres. Después de encontrarse por última vez con San Juan Pablo II, retorna a Calcuta y el 5 de septiembre de 1997 volvió a la Casa del Padre.
8 ENTRO LA AVENTURA DE C U EN SER PASTOR Objetivo: Conocer los elementos que constituyen el misterio de la voca- ción al ministerio ordenado, con la finalidad de favorecer nuestro discerni- miento y opción vocacional. Oramos juntos Para este momento se te propone que prepares un espacio destinado para orar, en él deberás colocar los ornamentos propios del sacerdote (casulla, estola, caliz, cíngulo, alba), con una imagen de Jesús Buen Pastor al centro. Te sugerimos iniciar con el Canto Ven y Sígueme de Jésed, para que posterior- mente realices la actividad que está marcada en el libro debajo del título “sím- bolos” en la pág. 64. Posteriormente es importante proclamar la Palabra de Dios a los jóvenes, para esto puedes leer el pasaje de Jeremías que contiene el libro o alguno de los siguientes: Salmo 23 Jn 10, 11-16 Jn 21, 15-19 Mc 3, 13-19 Después de leer la cita bíblica que elijas, se les dará a jóvenes una serie de preguntas que deberán reflexionar en tercias. 1) ¿Soy consciente de importancia de la vocación sacerdotal dentro de la Iglesia? 2) ¿He orado por el aumento de vocaciones sacerdotales en mi diócesis? 3) ¿Cómo promuevo la vocación sacerdotal en mis entornos particulares? 4) ¿He pensado si Dios me llama a la vocación sacerdotal (varones)? Después del diálogo en tercias, se pide la intercesión de nuestra Madre del Cielo con un Avemaría y posteriormente se termina con el canto Servirte para Siempre.
Para Contemplar Aquí te anexamos algunos artículos y videos relacionados con la vocación sacerdotal, los cuales te pueden servir como apoyo al momento de tratar este tema con los jóvenes. 193,249 251,257, 259 276,283, 295 EL VLOG SEMIS https://www.youtube.com/watch?v=PoQ_-1kZc6w ¿POR QUÉ NO SER SACERDOTE? https://www.youtube.com/watch?v=bYLIWWtqPx8 Vemos nuestra realidad El objetivo de este momento es que los jóvenes tengan un acercamiento al testimonio real de la vocación sacerdotal. Para ello, puedes seguir la actividad que se te propone en el libro, la cual se trata de realizar una mesa panel con el sacerdote de tu parroquia o comunidad. Es importante que, si vas a realizar esta actividad, tengas en cuenta que debes crear un clima de confianza y cer- canía entre el sacerdote y los jóvenes, quizás puedas organizar una cena o una visita a la casa cural para que los chavos conozcan otros momentos de la vida del ministro ordenado. Algunas preguntas guías para este diálogo con el sacerdote pueden ser: 1) ¿Cómo se dio cuenta que Dios lo llamaba a esta vocación? 2) ¿Cuáles fueron los obstáculos que vivió en el caminar vocacional? 3) ¿Cuáles han sido los momentos más felices que ha vivido como sacer dote? 5) ¿Qué dificultades vive el sacerdote en su vida diaria? 6) ¿Qué mensaje les da a los jóvenes con respecto a la búsqueda de su vocación?
Si es imposible realizar un diálogo o charla con algún sacerdote, te sugerimos proyectarles a los jóvenes alguna película que testimonie la vocación al minis- terio ordenado. O en su defecto realizar una representación dramatizada de la vida de un sacerdote. Algunas películas que te proponemos son: ROMERO Año: 1989 País: Estados Unidos Director: John Duigan Reparto: Raul Julia, Richard Jordan, Ana Alicia, Eddie Vélez, Alejandro Bracho, Tony Plana Sinopsis: Narra la historia del arzobispo salvadoreño Oscar Romero, que desde su importante cargo eclesiástico se dedicó sin temor a criticar la des- igualdad social y la represión del gobierno de El Salvador, y que murió asesi- nado en el año 1980, en los comienzos de lo que sería la Guerra Civil Salvado- reña. MOLOKAI, LA ISLA MALDITA Año: 1959 País: España Director: Luis Lucía Intérpretes: Javier Escrivá, Roberto Camardiel, Gerard Tichy, Marcela Yurfa, Nani Fernández, Ángel Aranda, María Arellano Sinopsis: Magnífica película que describe la biografía de San Damián de Mo- lokai, muy bien interpretado por Javier Escrivá. El Padre Damián llega a la isla de Molokai en 1873 para ocuparse de los leprosos obligados a vivir en esta isla del archipiélago de Hawaii. Después de muchos años al cuidado religioso y médico de los leprosos, logra llamar la atención de las autoridades y consigue mejorar las condiciones de vida de estos enfermos. La película describe muy bien la entrega del sacerdote, el sacrificio y duro trabajo que lleva en la isla hasta entregar su propia vida, ya que se contagia finalmente de lepra.
LA ÚLTIMA CIMA Año de producción: 2010 Género: Documental Clasificación: Todos los públicos Director: Juan Manuel Cotelo Sinopsis: El sacerdote madrileño Pablo Domínguez murió a los 42 años en un accidente cuando descendía del Moncayo. Era La última cima española de más de 2000 metros que le faltaba por coronar, pero su vida no fue la de un montañero al uso. Sus misas y conferencias estaban llenas de gente que deseaban oír sus palabras, incluso sus fieles le pedían que predicara allá donde viajaba. Éste es el retrato de un hombre alegre, humilde y generoso que, según dicen los que le conocieron, sabía que iba a morir joven. Pensamos Después de haber contemplado las vivencias de algún testimonio sacerdotal, es momento de conocer todos los elementos que comprenden la vocación al ministerio ordenado, es decir, las características, la teología que se hace de este camino vocacional, el estilo de vida que los sacerdotes asumen, los grados del orden sacerdotal entre otros. Para esto, se te sugiere que algún seminarista pueda compartir una breve charla explicativa de lo que significa ser sacerdote en la Iglesia Católica, incluso pueden explicar el significado de los ornamentos sacerdotales. Actuamos Se te sugiere realices la actividad tal y como se tiene propuesto en el libro 4 en la página 72.
Celebramos Para cerrar el encuentro, te puedes guiar del esquema que propone el libro, si gustas puedes diseñar uno donde den gracias a Dios por las vocaciones que existen en el mundo. Te anexamos una oración de ofrecimiento. Señor, no tienes manos, tienes sólo nuestras manos para construir un mundo nuevo donde habite la justicia. Concédenos, Señor, fortaleza y entrega. Señor, no tienes pies, tienes sólo nuestros pies para poner en marcha a los hombres por el camino de la libertad. Concédenos, Señor, comprensión y estima. Señor, no tienes labios, tienes sólo nuestros labios para proclamar al mundo la Buena Noticia de tu Evangelio. Concédenos, Señor, sabiduría y consejo. Señor, no tienes medios, tienes sólo nuestra acción para lograr que todos los hombres sean hermanos. Concédenos, Señor, ser testigos de tu Evangelio. Amén. Para este momento, se te propone un tiempo de adoración al Santísimo de modo que sea un espacio de oración y reflexión por las vocaciones sacerdota- les. EXPOSICIÓN AL SANTÍSIMO CANTO VOCACIONAL ORACIÓN AL SANTÍSIMO AL INICIAR LA HORA SANTA No me mueve, mi Dios, para quererte El cielo que me tienes prometido; Ni me mueve el infierno tan temido Para dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves, Señor, muéveme el verte Clavado en una cruz y escarnecido; Muéveme el ver tu cuerpo tan herido; Muéveme tus afrentas y tu muerte. Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera, Que, aunque no hubiera cielo yo te amara Y aunque no hubiera infierno te temiera. No me tienes que dar por que te quiera; Pues, aunque lo que espero no esperará, Lo mismo que te quiero te quisiera.
LECTURA BÍBLICA (Heb 5,1-10) “Todo sumo sacerdote, es elegido entre los hombres y nombrados su repre- sentante ante Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Puede ser indulgente con ignorantes y extraviados, porque también él está sujeto a la debilidad humana, y a causa de ella tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, lo mismo que por los del pueblo. Y nadie puede tomar tal dignidad para sí mismo si no es llamado por Dios, como Aarón. Del mismo modo Cristo no se atribuyó el honor de ser sumo sacerdote, sino que lo recibió del que le dijo: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy; y en otro pasaje: Tú eres sacer- dote para siempre, según el orden de Melquisedec. Durante su vida mortal dirigió peticiones y súplicas, con clamores y lágrimas, al que podía libarlo de la muerte, y por esa cautela fue escuchado. Y aunque era Hijo de Dios, aprendió sufriendo lo que es obedecer, así alcanzó la perfección y llegó a ser para cuan- tos le obedecen causa de Salvación Eterna , y Dios lo proclamó sumo sacerdo- te según el orden de Melquisedec.” MOMENTO DE SILENCIO CANTO VOCACIONAL ALABANZAS A DIOS PADRE POR EL DON DEL SACERDOCIO LECTOR Padre Santo, te agradecemos el don de la vida y de la fe que nos has concedi- do. TODOS Bendito seas por siempre Señor Padre Santo, te agradecemos tu infinito amor al enviamos a tu Hijo Jesucristo, que se hizo hombre como nosotros, murió y resucitó para salvamos. Bendito seas por siempre Señor Padre Santo, gracias porque por medio de tu Hijo instituiste la Santa Eucaristía y el Sagrado Mandamiento del Amor. Bendito seas por siempre Señor Padre Santo, gracias por entregamos en tu Hijo Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el Sagrado Orden del Sacerdocio Bendito seas por siempre Señor Gracias Padre porque enviaste a tu Hijo y sigues enviando a tus sacerdotes para que den fruto abundante que permanezca Bendito seas por siempre Señor Gracias Jesús por haber instituido la Iglesia, fundada en las rocas de los após- toles. Bendito seas por siempre Señor Gracias Jesús por ofrecer el Don del Sacerdocio a los hombres pecadores,
para que sea ofrecido al pueblo de Dios. Bendito seas por siempre Señor Gracias Jesús porque has llamado a los que tú has querido para que sean sacerdotes y los has convertido en «OTROS CRISTOS». Bendito seas por siempre Señor Gracias Jesús, porque el sacerdote ministro es signo del buen pastor que par- ticipa de modo especial de tu ser sacerdotal Bendito seas por siempre Señor Gracias Jesús, porque el sacerdote prolonga tu obra de salvación con la predi- cación del Evangelio, con la celebración de los sacramentos y con sus actitu- des de bondad y servicio Bendito seas por siempre Señor Gracias Espíritu Santo, por consagrar con tu poder a los sacerdotes el día de la ordenación, cuando el Obispo impone las manos sobre los ministros Bendito seas por siempre Señor Gracias Espíritu Santo, porque siempre estás en comunión con el sacerdote cuando celebra la liturgia, sobre todo en la Eucaristía y en los demás sacra- mentos. Bendito seas por siempre Señor Gracias Espíritu Santo, porque con tu gracia el sacerdote puede guiar a la comunidad cristiana que se le ha encomendado. Bendito seas por siempre Señor Gracias Espíritu Santo, porque ayudas y sostienes al sacerdote en su conver- sión diaria, para que pueda servir mejor a sus hermanos Bendito seas por siempre Señor Gracias Espíritu Santo, porque impulsas a los sacerdotes a vivir el amor, para que se vayan configurando con Cristo Buen Pastor. Bendito seas por siempre Señor CANTO VOCACIONAL ORACIÓN POR LOS SACERDOTES Señor Jesús, presente en el Santísimo Sacramento, que quisiste perpetuarte entre nosotros por medio de tus Sacerdotes, haz que sus palabras sean sólo las tuyas, que sus gestos sean los tuyos, que su vida sea fiel reflejo de la tuya. Que ellos sean los hombres que hablen a Dios de los hombres y hablen a los hombres de Dios. Que no tengan miedo al servicio, sirviendo a la Iglesia como Ella quiere ser servida. Que sean hombres, testigos del eterno en nuestro tiempo, caminando por las sendas de la historia con tu mismo paso y haciendo el bien a todos. Que sean fieles a sus compromisos, celosos de su vocación y de su entrega, claros espejos de la propia identidad y que vivan con la alegría del don recibido. Te lo pido por tu Madre Santa María: Ella que estuvo presente en tu vida estará siempre presente en la vida de tus sacerdotes. Amén
RESERVA DEL SANTÍSIMO Te agregamos la lista de los sacerdotes de nuestra diócesis; puedes dividirlos entre los jóvenes participantes para que ellos oren por su ministerio sacerdo- tal. LISTADO DE SACERDOTES DIOCESANOS DE LA ARQUIDIÓCESIS DE YUCATÁN Acosta Verez José Alejandro Ceballos loeza Atilano Aguayo Escalante Alejandro Adolfo Ceballos Solís Jesús Abelardo Aguayo Escalante Manlio Wuarfé Ceballos Uc Justo David Aguilar Pech Manuel Alfredo de Jesús Centeno Ek Óscar Aké Pech Felipe Cervantes Chan Vidal Antonio Andrade Gutiérrez Cristian Rolando Cervantes Pech Eudaldo Andrade Gutiérrez Cristian Rolando Cervera Ancona Mario Alberto Atoche Enseñat Ricardo Alberto Cervera Canto Francisco de Borja Álvarez Gallegos Alejandro de Jesús Cervera Chuc Baltazar Avilés Aguilar Luis Alberto Cervera Domani Jorge Carlos Ávila Cervera Alberto José Cetina Góngora Lucio Azcorra Alejos Gaspar Cetina Vega Óscar Manuel Baquedano Pech Teodoro Chan Cauich Gelmi Germán Balam Xix Jorge Gabriel Chan Chan José Juan Basto Aguilar José Francisco Chan Che Pablo de la Cruz Beltrán Aguilar Jorge Manuel Ché Chí Saúl Abraham Beltrán Pereira Edwin Ricardo Chi Chan Jorge Elías Buenfil Palma Carlos Higinio Chicmul Castro Juan de la Cruz Burgos Chalé Daniel Jesús Chuc Canté Manuel Leobardo Burgos Sabido Gabriel Cirerol Ojeda Alfredo José Caamal Zi Carlos Ismael Coba Collí José Bernabé Caballero Encalada Jesús de Atocha Collí Moo Rafael Cáceres Solís Cristhian Cohuo Arcique Luis Humberto Campos Estrada Miguel Ángel Cruz Araujo Rigoberto Alfonso Cárdenas Angulo Héctor Augusto Cuellar Portillo Roberto Cardos Fernández Raúl Francisco Cuytún Canché José Ricardo Carrillo Gómez César Amilcar De León Ojeda Felipe de Jesús Carrillo Lugo Álvaro Ernesto Dominguez Castillo Edwin ARmín Carvajal López Avelino Dzib Cauich Aarón Jesús Casellas Castro Héctor Alberto Echeverría Lopez Pedro José Castillo Castillo Miguel Ángel Escalante Pantoja José Ramón Antonio Castillo Dominguez Javier Jesús Escalante Suárez Alfredo Gabriel Castillo Galera Gerardo de Jesús Espínola Echeverría Luis Angel Castillo Pereyra Fausto Guadalupe Ferraez Vázquez Juan Francisco Castilla Segura Roger Martín Flores Cervera José Antonio Castillo Tun Rolando Cenobio Galáz Várguez Eduardo José Castillo y Aguilar Santiago Alberto Gamboa Crespo Gabriel Arcángel Castro Lara Juan García Aguilar Álvaro Castro Lara Sebastián García López Francisco Ceballos García Carlos Dolores Góngora Góngora Luis Fernando Ceballos García Manuel Jesús Gonzalez Aguilar José Yvan
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