LA CONSTRUCCIÓN DE HÁBITOS DE VIDA Y LOS ESPACIOS SALUDABLES

Página creada Gonzalo Segura
 
SEGUIR LEYENDO
LA CONSTRUCCIÓN DE HÁBITOS DE VIDA Y LOS ESPACIOS SALUDABLES
LA CONSTRUCCIÓN DE HÁBITOS
      DE VIDA Y LOS ESPACIOS
           SALUDABLES
Benjamín Puertas Donoso
           (En Del Big Bang a Dolly. Colección San Francisco , Quito, 2005. pp.209-217)

         La calidad de vida y el fomento de estilos de vida saludables son analizados desde una
perspectiva integral, como ejes de desarrollo y bienestar. En este contexto, se describe los niveles de
pobreza y el deterioro de la calidad de vida en los últimos años en Ecuador y Latinoamérica. El
presente capítulo aborda los diferentes niveles de salud: 1) promoción de la salud, 2) prevención de
enfermedades y lesiones, 3) atención de salud primaria, secundaria y terciaria, 4) rehabilitación y
enfatiza en el rol de la promoción de la salud como el primer y más importante nivel de salud.
Asimismo presenta una breve reseña histórica de la promoción de la salud y culmina con la Carta de
Ottawa y sus cinco áreas de acción. Finalmente cubre la trascendencia de los espacios saludables —
tanto en sus dimensiones físicas como sociales—al igual que la participación social, con el individuo
como un gestor en el cuidado de su propia salud. La escuela, el lugar de trabajo, la universidad son
espacios que deben convertirse en entornos positivos para los seres humanos, permitiendo el desarrollo
de todo su potencial.

Introducción
          La formación del estudiante debe conducir a un análisis crítico y reflexivo, no a la mera
memorización de elementos teóricos que poco influenciarán en su vida profesional. El ciudadano
común desconoce en gran parte el potencial que tiene en sus manos para convertirse en el gestor de su
propia salud. La adopción de estilos de vida saludables es un proceso que se inicia en etapas
tempranas de la vida, pero que debe reforzarse posteriormente. Por ello consideramos esencial
difundir aquella información de salud que favorece a la formación integral del estudiante de cualquier
carrera, especialmente si le ofrece herramientas que le permitan acceder a un estilo de vida saludable,
y asumir un papel más activo en el cuidado de su salud.
        El presente texto tiene por objetivo promover en los estudiantes estilos de vida saludables y
motivarles a tomar un rol activo en el cuidado de la salud, desde la participación social, individual y
comunitaria.

Calidad de vida
         Nos preparamos en la universidad durante largos años de estudio, asistimos a costosos
seminarios de capacitación en áreas técnicas y administrativas, participamos en talleres de educación
continua, nos suscribimos a revistas técnicas, nos matriculamos en cursos de Inglés y computación.
¿Para qué tanta inversión de tiempo, dinero y esfuerzo? Las respuestas nos llegan solas: mejor
empleo, salario más competitivo, acceso a servicios de salud y educación de calidad, mejores
condiciones de vivienda, incremento de la autoestima, posibilidades de viajar, etc. Las opciones
crecen, aunque podríamos resumirlas en apenas una frase: calidad de vida. Buscamos mejorar la
calidad de nuestras vidas en el aspecto material, social y afectivo. Coelho y Coelho han configurado
cuatro ámbitos que se vinculan con la calidad de vida (Figura 1).
LA CONSTRUCCIÓN DE HÁBITOS DE VIDA Y LOS ESPACIOS SALUDABLES
Figura 1

         La calidad de vida se relaciona con elementos intrínsecos al individuo y con otros
concernientes a su entorno. La salud es uno de los elementos que contribuyen a mejorar la calidad de
vida pero no olvidemos a otros que pueden pasar desapercibidos o cuya importancia desconocemos.
Los ambientes físico y psicosocial cobran vigencia en sociedades que se urbanizan
descontroladamente, donde a la contaminación ambiental y auditiva se suma la pérdida de nexos
afectivos (familia extendida) y de identidad cultural. Los habitantes del sector rural en Latinoamérica
y en general en los países en vías de desarrollo viven en una situación de pobreza e indigencia con
muchas de sus necesidades básicas insatisfechas. Por otro lado, en las ciudades latinoamericanas ha
mejorado el acceso a servicios de salud y educación, el ingreso per cápita se ha incrementado y los
servicios públicos (agua, luz, alcantarillado) han alcanzado a un porcentaje mayor de la población.
Sin embargo, el entorno urbano agudiza los problemas de estrés, la contaminación sobrepasa los
niveles permitidos y la vida en ciudad propicia la pérdida de los valores comunitarios de solidaridad y
participación comunitaria.
La reducción de la mortalidad infantil y el aumento de la esperanza de vida han sido dramáticos en las
últimas décadas, pero estos indicadores no reflejan el deterioro en la calidad de vida. La proporción
de niños de la calle y de vagabundos que sobreviven en condiciones de extrema pobreza se ha
incrementado. El 38% de las mujeres de América Latina se embaraza antes de cumplir 20 años de
edad y la mortalidad materna continúa siendo una prioridad de salud pública. De acuerdo a UNFPA,
entre 35 y 52% de los embarazos en adolescentes son no deseados. El papel de la educación se hace
evidente. Entre los adolescentes no escolarizados en el Ecuador, en 2007 apenas 24% en Quito usó
condón en la primera relación, mientras que en Guayaquil alcanzó el 32% (CARE/USFQ Estudio de
Línea de base de VIH/SIDA, 2007). Cada año, más de un millón de infantes nacen con peso bajo,
debido principalmente a la desnutrición. Las enfermedades mentales afectarán a 176 millones de
latinoamericanos para el año 2010. La depresión, el suicidio y las adicciones afectan a niños, adultos
y ancianos. Casi un 20% de los adultos tienen problemas de abuso de alcohol. El tabaquismo es la
causa principal de muerte prevenible en las Américas, produciendo 850,000 muertes cada año. En
todo el mundo, casi un cuarto de las personas afectadas con VIH/SIDA son menores de 25 años.
(UNFPA Estado de la Población Mundial, 2003)
          En el Ecuador, los datos del Censo Nacional de noviembre del 2001 señalan una población
total de 12 090 804 habitantes. El 61% de esa población habita en las ciudades. En el 2004, el 18.6%

                                                                                                     2
LA CONSTRUCCIÓN DE HÁBITOS DE VIDA Y LOS ESPACIOS SALUDABLES
de la población ecuatoriana se encontraba en el quintil más pobre (SELBEN, 2004). Las inequidades
entre el campo y la ciudad son evidentes: en 1999, el 74% de los indígenas eran pobres, y de éstos, un
37% eran indigentes (CEDATOS, 1999, p135). El 82% de los asalariados agrícolas eran pobres y el
41% indigentes. En 1988 la diferencia de ingresos entre el 5% más pobre y el 5% más rico era de 109
veces. En 1999 esa diferencia casi se duplicó (Ibid). El país ocupa el tercer lugar en cuanto a
inequidad en la región, después de Honduras y Perú (Centro de Derechos Económicos y Sociales,
1999, p4).
         Para el 2000, datos preliminares del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC)
indicaron que el 62% de los hogares no alcanzaron a cubrir la canasta de pobreza, lo cual denota el
crecimiento de un 35% en las tasas de indigencia. A pesar de que el salario subió de $49 en enero a
$97.7 en diciembre del 2000, su poder adquisitivo a fines de ese año, apenas alcanzó a cubrir el 46%
de lo que fue el salario a fines de 1980 (Vela y Delgado, 2001, p16). En resumen, cuando evaluamos
diferentes parámetros de manera global, el nivel de vida tanto en el sector urbano como en el rural
requieren de mejoras significativas.

¿Cómo medir la calidad de vida?
         La valoración o medición de la calidad de vida ha ocupado a investigadores, sociólogos,
educadores y salubristas. ¿Cómo podemos valorar el bienestar? La cantidad de factores involucrados
hace difícil establecer indicadores que midan la calidad de nuestras vidas. Es posible medir la
cantidad de contaminantes del aire de una ciudad o la cantidad de colibacilos del agua que
consumimos. La salud puede medirse sobre la base de la carencia de la misma (tasas de morbilidad,
niveles de desnutrición) o a la cantidad de prácticas salubres realizadas (coberturas de inmunización,
número de pacientes atendidos, cirugías, etc.). La educación ofrece indicadores como el porcentaje de
analfabetismo, escolaridad, repitencia y deserción escolar. Más difícil de medir es la participación
social, que tiene lugar a través de la toma de decisiones compartidas, la actividad política, entre otros.
No obstante, el análisis de uno solo de estos factores no nos brinda una imagen global de nuestra
calidad de vida. La presencia de salud física no garantiza una calidad óptima de vida si habitamos en
una ciudad en la que los niveles de violencia nos obligan a vivir inmersos en la inseguridad o si
nuestro trabajo no nos permite desarrollarnos profesionalmente, o si nos sentimos perjudicados por
nuestra condición racial o religiosa.
         Una alternativa que aborda el tema desde un enfoque un tanto más integral es la medición de
la calidad de vida basada en la forma de distribución del presupuesto familiar. Si las familias

                                                                                                        3
LA CONSTRUCCIÓN DE HÁBITOS DE VIDA Y LOS ESPACIOS SALUDABLES
requieren destinar la mayor parte de sus ingresos a la alimentación en perjuicio de la satisfacción de
necesidades de vivienda, indumentaria, educación, salud, recreación y otros, estamos frente a una
señal indirecta del deterioro de la calidad de vida. En nuestro país, hace 20 años la familia ecuatoriana
disponía del 60% de su presupuesto para cubrir otras necesidades básicas aparte de la alimentación.
En 1999 ese porcentaje bajó a 45% (CEDATOS, 1999, p142). Es decir, un amplio sector de la
población gasta una parte importante de su presupuesto en cubrir únicamente sus necesidades
alimenticias. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en 1978 las familias de
bajos ingresos dedicaban a alimentos y bebidas el 40% del presupuesto. En 1999 dedicaron el 54.5%.
         Sin embargo, aún falta identificar indicadores más finos que permitan medir la calidad de
vida desde una perspectiva holística, en la que se incluya la cobertura de las necesidades fisiológicas
(alimento, agua, sexo y vivienda), de seguridad (protección contra amenazas y pérdidas), sociales
(amistad, afecto, pertenencia y amor), ego (independencia, logro, libertad, posición, reconocimiento y
autoestima) y autorrealización (realización de todo el potencial personal) (Bateman y Snell, 2001,
p.475).
Es primordial preguntarse hasta qué punto estas necesidades están cubiertas en la población
ecuatoriana. Es evidente que falta mucho por hacer para elevar su calidad de vida y que no todo se
vincula necesariamente con la elevación de su capacidad adquisitiva.

Caso 1: Calidad de Vida

Lorenzo Fonseca tiene 42 años. Actualmente estudia por la noche para obtener un postgrado en una
universidad de prestigio. Durante el día trabaja como ejecutivo de una empresa líder del mercado que,
además de brindarle seguridad y autoestima, le ofrece una cobertura de salud total. La empresa tiene
un programa de tiempo flexible (flex time) y cada año ofrece 20 días de vacaciones a sus empleados.
Fonseca vive con su familia en una vivienda amplia dentro de un complejo privado ubicado en una
zona periférica de la ciudad. Lorenzo se siente querido por su esposa y familia; además cuenta con el
respeto de sus colegas y compañeros de trabajo. Fonseca es miembro activo del Consejo Local de
Desarrollo y, gracias a la gestión de esta instancia, en apenas dos años, se logró incrementar en un
100% las áreas destinadas a espacios verdes y de recreación. Hace poco tiempo su ciudad fue
declarada una Ciudad Saludable por la Organización Mundial de la Salud.

a) Identifique los ámbitos relacionados con: el bienestar general, el medio, los de naturaleza psico-
social, el orden socio-político.

b) Señale y analice las condiciones de calidad de vida de la mayoría de los habitantes del Ecuador.

Estilos de vida saludables
          Cuando nos referimos a un “estilo de vida” lo asociamos con aspectos del orden netamente
económico (la posesión de ciertos bienes materiales) o social (la pertenencia a cierto grupo social). Pocas
veces nos detenemos a pensar que los estilos de vida son aquellos comportamientos adquiridos durante
nuestro ciclo vital (especialmente en la infancia) y que se convierten en una forma de vida estrechamente
ligada a nuestra existencia cotidiana. El lavado de manos antes de comer, el cepillado de dientes después
de las comidas, la utilización apropiada del hilo dental, son comportamientos que aprendemos en la
infancia y que van arraigándose hasta convertirse en aspectos inherentes de nuestra personalidad. Ciertas
prácticas van adquiriendo relevancia conforme crecemos y así aprendemos a colocarnos el casco protector
cuando manejamos bicicleta o nos abrochamos el cinturón de seguridad cada vez que nos subimos en un
vehículo. Tan importante como la adquisición de hábitos saludables es el rechazo de aquellos
comportamientos que implican riesgos para nuestra salud, como es el tabaquismo o el consumo excesivo
de alcohol y drogas. Aquellos estilos de vida que tienen una vinculación estrecha con la salud y que
representan comportamientos que buscan el mejoramiento y mantenimiento de la misma, son los
denominados estilos de vida saludables.
        De acuerdo al Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos, el 50% de enfermedades y
muertes prematuras entre la población en general se debe a estilos de vida no-saludables adquiridos en

                                                                                                         4
LA CONSTRUCCIÓN DE HÁBITOS DE VIDA Y LOS ESPACIOS SALUDABLES
etapas tempranas de la vida y atribuibles a ciertos tipos de comportamiento, que comprenden aquellos que
conllevan a lesiones (accidentes y violencia), uso y abuso de alcohol y drogas (incluyendo el consumo de
tabaco), mala nutrición y actividad física insuficiente. La Organización Mundial de la Salud (OMS)
estima que 70% de las muertes prematuras en el adulto se deben a conductas iniciadas en la
adolescencia (Maddaleno, Infante, 2003, pgs 132-139). La tasa de mortalidad aumenta a partir de los 15
años de edad, debido esencialmente a comportamientos de riesgo y a etiologías infecciosas.
         Los estilos de vida se aprenden básicamente en etapas tempranas de nuestras vidas. El hogar y la
familia son el primer contacto del niño/a con ciertos comportamientos que emulan de los padres o
hermanos/as mayores. Pero la escuela es donde se forjan los hábitos y costumbres que nos acompañarán
durante toda nuestra existencia. Allí radica la trascendencia de una educación integral y formadora.

Promoción de la salud
        En esta parte analizaremos el cambio en el patrón de enfermedades, la salud y enfermedad en
el Ecuador, los antecedentes históricos de la promoción de la salud y las diferencias entre prevención
y promoción.
Antecedentes
          El patrón de enfermedad en los países en vías de desarrollo ha sufrido cambios significativos
en las últimas décadas. Cada vez son más comunes las enfermedades crónico-degenerativas (de lenta
evolución). Al mismo tiempo, regiones como Latinoamérica sufren del fenómeno de la violencia, que
en algunos países, alcanza niveles considerados epidémicos. Las patologías agudas y carenciales
(infecciones o desnutrición) siguen cobrando víctimas, pero ya no son las principales causas de muerte
en algunas regiones.
Situación de la salud en el Ecuador
         La mortalidad infantil, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el mejor
indicador de la situación sanitaria, socio-económica y cultural de una zona. En 2003, la tasa de
mortalidad infantil en el Ecuador era de 22.3 por 1000 nacidos vivos (OPS/OMS, Situación de la
Salud de las Américas, 2005). Entre las principales causas de mortalidad infantil en nuestro país
figuraban enfermedades transmisibles como son la neumonía, diarrea y gastroenteritis, infecciones
respiratorias agudas y sepsis bacteriana. Igualmente entre las diez principales causas de muerte
infantil se encontraban la desnutrición y otras deficiencias nutricionales. Estas patologías son
consideradas prevenibles.
          En 2003, la tasa de mortalidad general alcanzó 4.5 defunciones por 1000 habitantes (INEC
2003). Sin embargo, la OPS/OMS señaló un 13.4% de subregistro de la mortalidad en el periodo
comprendido entre 2000-2005. Entre las principales causas de mortalidad general figuraron las
enfermedades transmisibles (neumonía y tuberculosis respiratoria), enfermedades crónico-
degenerativas (enfermedad cerebrovascular, enfermedad isquémica del corazón, hipertensión arterial,
diabetes mellitus, cáncer de estómago) y problemas sociales-colectivos como son los accidentes de
tránsito y las agresiones.
Perfil epidemiológico de la población ecuatoriana
          Basándonos en los datos anteriormente expuestos, las enfermedades transmisibles de fácil
prevención continúan entre las principales causas de muerte de los ecuatorianos. Sin embargo, y
siguiendo un patrón similar al de los centros urbanos en países desarrollados, las enfermedades
crónico-degenerativas han aumentado en los últimos años. Además, entre las principales causas de
mortalidad en nuestro país aparecen recientemente las enfermedades asociadas con problemas sociales
y de comportamiento. Este fenómeno nos permite observar una secuencia que corresponde a lo que se
conoce como transición epidemiológica; es decir, la evolución desde las enfermedades del
subdesarrollo hasta los problemas colectivos. Pese a ello, en países como el nuestro, es más apropiado
referirse a un fenómeno de acumulación epidemiológica. En este proceso no se elimina la incidencia
de enfermedades transmisibles y carenciales para dar paso a las crónico-degenerativas y,
posteriormente, a las enfermedades sociales y de comportamiento, sino que éstas se van añadiendo a
un pool que explicaría el cuadro de mortalidad general en el país.

                                                                                                       5
Promoción de la salud en el siglo XX
         Se define a la promoción de salud como el proceso de proporcionar a los pueblos los medios
necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma. En 1945, por vez primera
Henry E. Sigerist usó el término “promoción de salud”. Definió cuatro tareas en la Medicina: (a)
promoción de salud, (b) prevención de enfermedades, (c) recuperación del enfermo y (d) rehabilitación.
Sigerist afirmó que "la salud se promueve proporcionando condiciones de vida decentes, buenas
condiciones de trabajo, educación, cultura física y formas de esparcimiento y descanso" (Fee, 1997).
         A partir de la década de los setenta se insta a intervenir en los otros determinantes de la salud:
biológicos, ambientales y estilos de vida, complementariamente a la prestación de los servicios sanitarios
tradicionales (Lalonde, 1974). Luego, en 1978, la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria, en
Alma-Ata, destacó notablemente la importancia de la promoción y protección de la salud del pueblo como
un elemento indispensable para un desarrollo económico y social sostenido que "contribuye a mejorar la
calidad de vida y a alcanzar la paz mundial" (OMS, 1978).
          La Primera Conferencia Internacional sobre Promoción de Salud realizada en Ottawa (1986), en
la que 38 países proclamaron la Carta de Ottawa. Fue sin duda el punto culminante y al mismo tiempo,
el inicio de un proceso de lo que hoy se concibe como promoción de salud. En ella se propuso que “las
condiciones y requisitos para la salud son: paz, educación, vivienda, alimentación, renta, un ecosistema
estable, recursos sostenibles, justicia social y equidad”. Cabe destacar que entre estos requisitos no se
encuentra la construcción de grandes hospitales ni un alto nivel de desarrollo tecnológico médico.
          No obstante, el predominio de la Medicina de carácter curativo se acentuó en el siglo XX y
continúa ejerciendo influencia tanto en proveedores de salud como en usuarios del sistema. El ciudadano
común reconoce en la medicina curativa al único nivel de cuidado de la salud. Por ese desconocimiento
entrega el cuidado de la misma a profesionales que investidos en mandiles blancos asumen un rol
omnisciente, mientras que él asimila pasivamente el rol de “paciente”, con poca o ninguna participación
en el mantenimiento o mejoramiento de su salud. Existe otra presión más fuerte por parte de
multinacionales que controlan el mercado de la salud y que conforman el llamado Complejo Médico
Industrial. La industria farmacéutica participa de este gran pastel que es responsable en buena medida del
acelerado incremento de los costos de la medicina en el mundo.
Diferencias entre prevención y promoción de la salud

         La mayoría de personas conoce el término de prevención y lo relaciona con actividades
específicas que caen dentro de este nivel de salud: vacunarse, hervir el agua, lavarse las manos son
actos identificados con acciones de prevención. ¿Y la promoción de la salud? Este último término es
un misterio para el ciudadano común e incluso para muchos profesionales de la salud. Además
frecuentemente se confunden los dos términos que son considerados sinónimos. Por lo dicho es
importante diferenciar estos dos niveles de salud y conocer los dos restantes:
Cuadro 1: Niveles de Salud

                                                                                                         6
Nivel 1: Promoción de la Salud
         Nivel 2: Prevención de enfermedades y lesiones
         Nivel 3: Atención de salud
                  - Primaria
                  - Secundaria
                  - Terciaria
         Nivel 4: Rehabilitación

         La promoción de la salud es el primer nivel de la salud y busca entre otros aspectos
desarrollar habilidades de vida en las personas y en la comunidad. Mediante la promoción de salud se
empodera al individuo a que confíe en sus propios recursos y a través de una participación social se
empodera a la comunidad.
         La prevención incluye las actividades que realizamos como individuos o que el personal de
salud realiza con el objetivo de evitar la aparición de enfermedades o lesiones. Cuando nos lavamos
las manos antes de comer, estamos evitando la posibilidad de que microorganismos nocivos ingresen
en nuestro organismo y produzcan enfermedades infecciosas. Al hacer prevención estamos pensando
en enfermedad; al hacer promoción estamos pensando en salud. Esa es la clave para la diferenciación.
         La atención de la salud corresponde al tercer nivel y es el momento más identificable por
parte de la población. La distinción entre atención primaria, secundaria y terciaria corresponde al
grado de dificultad del problema de salud que requerirá de un diagnóstico y tratamiento menos o más
complejo. El último nivel es la rehabilitación que pretende restablecer la función del miembro,
órgano o sistema que fue afectado.

Caso 2: Niveles de Salud
         Leonardo es un estudiante universitario de 21 años de edad que llega tarde a su clase de Salud
         Comunitaria. El joven tiene algo de sobrepeso y al entrar corriendo resbala en las baldosas del
         pasillo y cae torciéndose un tobillo. Al tratar de levantarse siente un dolor agudo en su tobillo
         derecho. Camila, su compañera de curso consigue algo de hielo y lo coloca sobre la zona afectada
         que comienza a dar signos de inflamación. Con su ayuda y la de otro compañero, Leonardo es
         transportado hasta la Clínica Universitaria donde el médico familiar de turno le examina y le realiza
         una radiografía del tobillo. El médico sospecha que se trata de una fractura, pero no está seguro de
         la magnitud de la lesión. Procede a inmovilizar el miembro con una valva de yeso, llama a los
         padres del estudiante y escribe una nota de referencia al hospital más cercano.
         El doctor Briones, traumatólogo del Hospital de la Esperanza, revisa la radiografía e identifica una
         fractura que requiere de una reducción quirúrgica. La operación es un éxito y en poco tiempo
         Leonardo es dado de alta. Durante los 30 días siguientes, el joven acude puntualmente a las
         sesiones de fisioterapia ordenadas por el especialista para recuperar el 100% de la función de la
         articulación de su pie.
         1. Identifique los niveles de salud sobre la base de las acciones realizadas.
         2. Discuta y proponga acciones de promoción y prevención relacionadas con el caso, desde el
         punto de vista individual, comunitario y del entorno.

          Un grave error es suponer que la salud se limita a la práctica clínica u hospitalaria, cuando
esta atención es sólo uno de los cuatro niveles de la salud. Los profesionales de la salud se forman
con un sesgo hacia la medicina curativa y la comunidad se ha creado una falsa imagen del médico que
viste de blanco y cuyo ámbito de trabajo es únicamente el consultorio o el hospital. Al revisar los
datos estadísticos y epidemiológicos del Ecuador, comprobamos que predominan las enfermedades
transmisibles y carenciales, al igual que problemas de salud relacionados con hábitos no saludables.
El enfoque en la promoción de la salud, la acción comunitaria de tipo preventivo, el trabajo desde la
perspectiva de atención primaria, son herramientas con un nivel de impacto en muchos casos superior
al de la medicina curativa.

                                                                                                                 7
Componentes de la promoción de salud
          La Carta de Ottawa identifica cinco áreas de acción: (1) la formulación de políticas públicas que
promuevan la salud, (2) la creación de ambientes de apoyo tanto en sus dimensiones físicas como sociales,
(3) el fortalecimiento de las acciones comunitarias y de la participación social, (4) el desarrollo de las
aptitudes personales, y (5) la reorientación de los servicios de salud.

Cuadro 2: Componentes de Promoción de Salud y Áreas Prioritarias durante el Ciclo de la Vida
     Componentes                    Áreas Prioritarias                                 Ciclo de Vida
     Estableciendo Políticas        Seguridad alimentaria y nutricional                Embarazo
     Públicas Saludables            Protección contra el abuso, violencia y            Neonatal
         Nacional                   abandono                                           Niños/as
         Local                      Control de tabaquismo                              Adolescentes
         Institucional              Políticas contra el alcoholismo y la fármaco       Ancianos
                                    dependencia
                                    Salud familiar
                                    Maternidad saludable
                                    Reforma en la salud mental
     Creando entornos               Alimentación, nutrición y actividad física         Perinatal
     saludables y de apoyo          Salud Mental                                       Niños preescolares
     •    Municipalidades           Espacios libres de humo de tabaco                  Niños escolares
     •    Comunidades               Factores protectores                               Adolescentes
     •    Escuelas                  Estableciendo comportamientos saludables y         Adultos (hombre/mujer)
     •    Lugar de trabajo          cambiando las prácticas de riesgo                  Ancianos
     Fortaleciendo acciones         Modelos de salud mental comunitarios               Embarazo
     comunitarias en salud          Alianzas, redes                                    Perinatal
     •    Participación social y    Planificación y evaluación participativas          Niños/as escolares
          comunitaria               Seguridad nutricional y alimentaria                Adolescentes
     •    Empoderamiento            Factores protectores y prevención de riesgo        Ancianos
     •    Construcción         de   Protección de la violencia, abuso y abandono
          capacidad local
     Desarrollando habilidades      Educación en habilidades de vida en las            Embarazo
     personales de vida             escuelas                                           Perinatal y neonatal
     •    Alfabetismo en salud      Habilidades de autocuidado en centros              Niños/as pre-escolares   y
     •    Educación para la salud   comunitarios                                       escolares
     •    Comunicación social       Habilidades de parentazgo                          Adolescentes
                                    Salud mental y habilidades psicosociales           Adultos
                                    Nutrición y ejercicio                              Envejecimiento activo
                                    Salud sexual y reproductiva
                                    Lactancia       materna      y     alimentación
                                    complementaria
                                    Comportamientos y estilos de vida saludables
     Reorientando el Sistema        Modelos de salud comunitarios, familiares, en el   Embarazo
     de Salud y los Servicios       lugar de trabajo y en la escuela, incluyendo       Perinatal y neonatal
     •   Promoción de salud en      servicios de salud mental.                         Niños/as pre-escolares   y
         la reforma                 Salud sexual y reproductiva                        escolares
     •   Estilos de gerencia        Salud materno infantil y nutrición                 Adolescentes
     •   Cooperación                Lactancia       materna      y     alimentación    Adultos
         intersectorial             complementaria                                     Ancianos
     •   Participación              Cesación de tabaquismo
         comunitaria                Modelos de tratamiento del abuso de alcohol y
                                    fármacos
                                    Alimentación saludable y vida activa
                                    Deficiencia de micronutrientes
Fuente: OPS/OMS. s/f, División de Promoción de Salud , Washington, DC.

         Los “espacios saludables” se transforman en símbolos de una necesidad inherente del
individuo y de la sociedad para alcanzar un desarrollo y bienestar óptimos. El hogar, la escuela, la
universidad y el lugar de trabajo son espacios donde interactuamos diariamente y cuyo entorno nos

                                                                                                            8
afecta positiva o negativamente. Una batería sanitaria limpia e iluminada, con lavabos en perfecto
funcionamiento y con agua abundante conforman el entorno físico que contribuye a crear un ambiente
positivo para el trabajo intelectual o físico. Una fábrica con adecuada ventilación, luz y espacio
suficientes convierten al lugar de trabajo en un espacio óptimo para el desarrollo de las actividades
laborales. A pesar de lo dicho, el mejoramiento del ambiente no debe limitarse al aspecto físico. El
fomento de relaciones interpersonales positivas, la posibilidad de desarrollo personal y autoestima, la
seguridad, se convierten en aspectos relacionados con el ámbito psico-afectivo que convierten a la
escuela, universidad o lugar de trabajo en verdaderos espacios saludables.

La Escuela Saludable

          El crecimiento de la población escolar no es acompañado de un mejoramiento de los estilos de
vida que conduzca a una disminución de los comportamientos de riesgo, de la mortalidad de este grupo
poblacional, ni al surgimiento de una generación consciente de su rol activo en el mantenimiento de su
salud. En América Latina y el Caribe existen más de 220 millones de niños en edad escolar (entre 5 y 18
años de edad). El número de maestros de primero y segundo nivel de enseñanza en la región sobrepasa
los cinco millones, mientras que el promedio de alumnos por maestro en el primer nivel de enseñanza ha
venido disminuyendo desde un promedio de 34 alumnos por profesor en 1970 hasta 23 alumnos por
maestro en 2004. La tasa neta de matrícula en primer nivel de enseñanza en la región se ha incrementado
desde un 86.4% en 1990 a un 94.9% en 2004 (CEPAL, 2006). El sistema educativo es el único sistema
organizacional con el potencial de llevar servicios de salud y educación para la salud a casi todo niño,
adolescente y sus familias, colaborando de esta manera en el desarrollo de estilos de vida saludables. Por
lo tanto, el sistema educativo como institución es el puente de enlace lógico entre los sectores de salud y
educación.
          El ámbito escolar puede convertirse en un entorno adecuado para el desarrollo de estilos de vida
saludables entre los miembros de la comunidad escolar: alumnos, maestros, trabajadores de la escuela,
padres de familia y la comunidad en general. La escuela puede servir como medio para coordinar,
integrar, implementar y mantener una variedad de intereses de promoción de la salud, prevención de
enfermedades y lesiones y reducción de los riesgos de salud. Datos provenientes del programa Healthy
Start en California demostraron que un programa con base en la escuela dirigido a reducir la violencia
juvenil, redujo significativamente (de 7% a 2%) el número de acciones violentas entre pandillas en un
período de seis meses (Dryfoos, Brindis y Kaplan, en Juszczak y Fisher, 1996, pp. 207-220). La presencia
de servicios de salud escolares que ofrezcan una atención integral ha sido relacionada con menores índices
de abandono y con un mayor aprovechamiento escolar. Con referencia al costo beneficio de programas de
salud escolares, se estimó un ahorro del Estado de New York equivalente a 327 millones de dólares
anuales en hospitalizaciones por embarazo en adolescentes, peso bajo al nacer y tratamiento de
enfermedades crónicas como el asma. Esto sugiere que los servicios de salud escolares con un enfoque
integral representan una buena inversión para el sistema de salud (New York State Department of Health,
1994).

                                                                                                         9
En la actualidad, el concepto de salud escolar va mucho más allá de suministrar instrucción
sanitaria y servicios de control a los estudiantes. El nuevo contexto de salud escolar proyecta a la escuela
hacia la comunidad que se convierte en eje importante en el proceso educativo. La Organización
Panamericana de la Salud OPS/OMS está propulsando una iniciativa de escuelas promotoras de la salud
para la Región. Esta iniciativa tiene tres componentes básicos:
    1.   Educación para la salud y la vida con enfoque integral. Educación integral encaminada a
         fortalecer la autoestima y la capacidad de los jóvenes para formar hábitos y estilos de vida
         saludables basada en valores positivos de la salud.
    2.   Ambientes saludables y de apoyo. Desarrollo de ambientes y entornos que refuercen la
         promoción de la salud para el personal escolar, docentes y trabajadores administrativos.
    3.   Adecuados servicios de salud y alimentación escolares. Fortalecimiento de servicios de salud,
         alimentación y nutrición que favorezcan la formación de hábitos saludables, al igual que
         educación física, recreación y deportes que contribuyan al desarrollo humano integral.
     Cuando estos componentes se organizan abarcando una amplia variedad de temas de la salud con un
enfoque horizontal, se habla de un enfoque integral y abarcativo de la salud escolar. Las escuelas que
enfocan la salud de esta manera reciben el nombre de escuelas promotoras de la salud o escuelas
saludables.
    Una escuela promotora de salud es aquella que:
    •    Promueve la salud y el aprendizaje;
    •    Provee acceso a agua segura y a servicios sanitarios;
    •    Busca proveer espacios saludables y motivadores, libres de tabaco, drogas o de cualquier
         forma de violencia;
    •    Proporciona alternativas alimenticias saludables;
    •    Involucra a profesionales de salud y educación, maestros, administradores, padres y líderes
         comunitarios en actividades de promoción de la salud, fortaleciendo los factores protectores
         y reduciendo los factores de riesgo;
    •    Provee educación para la salud integral, servicios de salud y nutrición escolares y proyectos
         de promoción de salud comunitaria a los estudiantes, padres y personal de la escuela;
    •    Establece políticas, prácticas y otras medidas que aseguren el bienestar, la dignidad y provee
         múltiples oportunidades para alcanzar el crecimiento y el éxito;
    •    Pugna por mejorar la salud de los alumnos, personal de la escuela, familia y miembros de la
         comunidad; trabaja con líderes comunitarios para alcanzar logros en común en las áreas de
         salud y educación;
    •    Provee de materiales y de una capacitación relevante y efectiva para los maestros; y
    •    Fomenta la participación social de la comunidad escolar y la sociedad en general.

La universidad saludable.
         La universidad saludable mantiene los mismos componentes que la escuela saludable, aunque
existen aspectos únicos que vale la pena mencionar. El estudiante de nivel superior llega a la
universidad con un bagaje de conocimientos, actitudes y prácticas, tanto positivos como negativos. La
universidad se convierte en el espacio donde se refuerzan conocimientos adquiridos en etapas previas
y donde aparece y se fortalece la concepción de ser humano integral. Los espacios físicos y psico-
afectivos del campus deben estar acorde con ese enfoque y ofrecer las condiciones indispensables para
el desarrollo profesional y personal de la comunidad universitaria: aulas amplias y con luz adecuada,
pupitres cómodos, espacios recreativos y áreas verdes, seguridad y respeto, espacios libres de humo,
etc.

                                                                                                        10
Los servicios de salud universitarios no deben limitarse a resolver problemas clínicos de
salud y el personal debe participar en actividades de prevención y promoción de la salud. La
presencia de bares y cafeterías en el campus debe ser aprovechada para promover el consumo de
alimentos nutritivos. La actividad deportiva y cultural universitaria debe multiplicarse y servir de
pilastra para el desarrollo de estilos de vida saludables en la comunidad en general. La participación
social es quizás el componente en el que la universidad tiene un papel más preponderante. La
proyección de la universidad a la comunidad es un eje de desarrollo de gran alcance en el que se pone
en práctica el aspecto teórico y se desarrollan habilidades y destrezas entre los estudiantes mientras
que la comunidad se beneficia de esta inmersión.
        En definitiva, todas estas acciones conjuntas nos permitirán adquirir una mayor
responsabilidad y control sobre el cuidado de nuestra propia salud, uno de los fundamentos de la
promoción de la salud.

                                         Obras consultadas
Bateman, T. y S. Snell. (2001). Administración: una ventaja competitiva, (4ta.ed.). México: Editorial
       Mc Graw Hill.
CARE/USFQ (2007). Línea de Base VIH/SIDA Ecuador. Quito, 2007.
CEDATOS, (1999). Estudios y Datos: Ecuador en Perspectiva. (3ra.ed.). Quito: CEDATOS.
Centro de Derechos Económicos y Sociales. (1999). From Needs to Rights: Realizing the Right to
        Health in Ecuador.
CEPAL (2006) Anuario estadístico de América Latina y el Caribe.
CEPAR. (2000). El Peso de la Enfermedad en las Provincias del Ecuador: Años de vida saludables
      perdidos por muerte prematura y por discapacidad. Quito: Proyecto Análisis y Promoción de
      Políticas de Salud
Coelho A. y Coelho L. (1999) . Dimensiones de la Vida y Desarrollo Humano. Fortalezas: Fundación
        Calidad de Vida.
Dryfoos, J. G., C. Brindis y D.W. Kaplan. (1996). Research and evaluation in school-based health
        care en Adolescent Medicine: State of the art reviews. Juszczak L y M. Fisher eds. 7(2): 207-
        220.
Fee E. (1997). Making Medical History: The Life and Times of Henry E. Sigerist. Baltimore: Johns
        Hopkins University Press.
Instituto Nacional de Estadística y Censos. (1998). Anuario de Estadísticas Vitales. Nacimientos y
          Defunciones. Quito: INEC.
Lalonde, M. (1974). A New Perspective on the Health of Canadians. A Working Document. Ottawa:
        Government of Canada.
Maddaleno, M. Morello, P. (2003) Salud y desarrollo de adolescentes y jóvenes en Latinoamérica y
       Caribe: desafíos para la próxima década. Salud Pública de México / vol.45, suplemento 1
New York State Department of Health. (1994). Unpublished data from School Health Division.
      Albany: New York State Department of Health.
Organización Mundial de la Salud. (1978). Alma-Ata Atención Primaria de Salud, serie Salud para
        todos.
Organización Panamericana de la Salud. OPS/OMS (2005). Situación de la Salud en las Américas.
        Indicadores Básicos.
Ottawa Charter for Health Promotion. (1987). Health Promotion 1 (4):405-462.
Sells, C. W. y R. W. Blum. (1996). Morbidity and Mortality Among America's Youth: Success and
         Failure. Am J Pub Health 86(4):513-519.
Soto V. (2006). Factores asociados al no uso del condón. Estudio en adolescentes y adultos jóvenes de

                                                                                                   11
Chiclayo. An Fac Med Lima; 67(2) p.152.
United Nations Fund for Population Activities. UNFPA (2003). Estado de la Población Mundial 2003.
Vela, M. y A. Delgado. (2001). Qué esperar en la ruleta del 2001, Gestión No. 79: p16.
Vernon, M. E. y S. F. Wooley (1996). Comprehensive School Health, en Juszczak L, Fisher M., eds.
        Adolescent Medicine: State of the art reviews 7(2): 261-271.

                                               Glosario

Calidad de vida: Relacionada con el bienestar general del ciudadano, la calidad del medio donde se
desenvuelve, el ámbito psico-social y socio-político de la persona.

Salud: Estado de bienestar físico, metal y social, y no solamente la ausencia de enfermedad (OMS).

Ambiente físico: el espacio donde se desarrolla la persona (vivienda, lugar de trabajo).

Ambiente psico-social: el entorno impalpable del individuo, más relacionado con aspectos como
seguridad, relaciones interpersonales y espacios que promueven el desarrollo de la persona.

Holístico: Integral, que abarca todos los aspectos del individuo y su entorno (físico, mental, social y
espiritual).

                                                                                                   12
También puede leer