La Iglesia como agente de secularización. Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862

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                                                                                    Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526
           secularización.
 ENSAYOS

           Municipalidades y
           Concordato en El Salvador,
           1842-1862
                                              Julián González Torres
                                     Universidad Centroamericana
                                        “José Simeón Cañas”, UCA

    Resumen: En este trabajo se analiza el rol de la Iglesia católica salvadoreña
como agente de secularización. A partir del análisis de las relaciones de
colaboración, tensión y conflicto entre la Diócesis de San Salvador y las
municipalidades del Estado, y a partir del análisis del concordato firmado entre
el Estado salvadoreño y la Santa Sede (1862). La investigación revela que en el
proceso de secularización la Iglesia se desempeñó como agente y como producto
de dicho proceso.

  Palabras claves: Iglesia católica, Obispado, Santa Sede, Estado salvadoreño,
municipalidades, secularización.

    Abstract: This paper analyzes the role of the Salvadoran Catholic Church as
an agent of secularization. From the analysis of the relations of collaboration,
tension and conflict between the Diocese of San Salvador and the municipalities
of the state, and from the analysis of the Concordat signed between the
Salvadoran State and the Holy See (1862). This research reveals that in the
process of secularization the Catholic Church served as an agent and as a product
of that process.

  Keywords: Catholic Church, Bishopric, Holy See, Salvadoran State,
municipalities, secularization.

                                        La Iglesia como agente de secularización.   83
                          Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
                                         No. 156, Julio-Diciembre de 2020, 83-112
Introducción
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526

                                                                     Esta investigación sostiene que       creían que la independencia sería un
                                                                 en el proceso histórico de secular-       logro a medias mientras las auto-
                                                                 ización, en el siglo XIX, la Diócesis     ridades eclesiásticas de Guatemala
                                                                 de San Salvador fue un actor impor-       y la Santa Sede no consintieran la
                                                                 tante. Cuando el Obispo Tomás             erección de una diócesis en el terri-
                                                                 Miguel Pineda y Saldaña trazaba           torio.
                                                                 límites en beneficio de la autonomía
                                                                 administrativa, económica y pastoral          Esta forma de ver las cosas tenía
                                                                 de la Iglesia marcaba fronteras entre     sus raíces en la Colonia. El poder
                                                                 el poder político y el religioso, entre   político y el religioso se articulaban
                                                                 el Estado y la Diócesis. Ese esfuerzo     en un solo fin: el bienestar de las
                                                                 eclesial por diferenciar y separar la     almas durante la vida y después de
                                                                 jurisdicción de ambos poderes era         la muerte. De forma que era incon-
                                                                 una forma de secularizar la sociedad      cebible un Estado sin una jurisdic-
                                                                 salvadoreña.         Paradójicamente      ción episcopal en su territorio. Tener
                                                                 ganaban ambos, la Iglesia y el Estado.    diócesis equivalía a ostentar una
                                                                 Nos enfocamos en dos acciones.            auténtica y plena soberanía política.
                                                                 En primer lugar, en las relaciones        Y es que, en un sentido amplio, al
                                                                 de tensión, colaboración y conflicto      final, en cada pueblo los vecinos
                                                                 entre la Diócesis y las municipali-       y/o ciudadanos eran los mismos
                                                                 dades. De manera especial, a partir       feligreses. Así que, aunque parezca
                                                                 de la tensión en torno a la admin-        una tomadura de pelo, mientras
                                                                 istración y el uso de los fondos de       el Estado del Salvador no tuviera
                                                                 fábrica. En segundo lugar, en la firma    diócesis, tendría ciudadanos pero
                                                                 del concordato entre el Estado y la       no feligresía. Esta, formal y eclesi-
                                                                 Santa Sede. Este acuerdo contribuyó       almente, pertenecía al Arzobispado
                                                                 al proceso secularizador porque dife-     de Guatemala. Tener una feligresía
                                                                 renció y separó las funciones y las       propia era un asunto político de
                                                                 acciones de ambos poderes.                urgencia. Y se solventaría teniendo
                                                                                                           una diócesis en el territorio. Al
                                                                    El interés por estudiar la Diócesis    poseerla, la máxima autoridad ecle-
                                                                 de San Salvador se vincula con            siástica sería el obispo y sería el
                                                                 el hecho de que la erección del           pastor de todos los curatos del terri-
                                                                 obispado fue una de las principales       torio. Así, juntos, Estado y Diócesis,
                                                                 demandas de las autoridades sansal-       gobernarían a la población en lo civil
                                                                 vadoreñas desde el período colonial.      y en lo espiritual. Por otro lado, para
                                                                 La demanda cobró más fuerza en el         el Estado tener un obispado signifi-
                                                                 contexto de la independencia. Las         caba control y poder sobre los curas
                                                                 autoridades políticas de San Salvador     y la feligresía del territorio.

                                       84                            Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526
   Este artículo ha sido elaborado        Simeón Cañas, para el período de
a partir del informe del proyecto         septiembre de 2018 a diciembre de
La Iglesia frente al Estado: poder y      2019. Las fuentes primarias han sido
tensiones en El Salvador, 1842-1871,      consultadas en el Archivo Histórico
respaldado por el Departamento            del Arzobispado de San Salvador
de Filosofía y financiado por el          (AHASS) y en Colecciones Especiales
Fondo de Investigación de la              de la Biblioteca “P. Florentino Idoate,
Universidad Centroamericana José          S.J.”.

    2. La secularización y sus agentes. Significado histórico y
                             político

    Bajo el influjo de la crítica ilus-   de constituciones, leyes, decretos y
trada a la religión, la laicidad de       reglamentos—, cada institución (la
corte francés, el progreso político-      Iglesia y el Estado) avanzaría por
económico y la tolerancia religiosa       caminos diferentes esa modernidad
en los Estados Unidos, las logias         impuesta a fuerza de reformas
de la masonería y de pensamientos         estatales. Pero el concepto de una
como el krausismo, las repúblicas del     Iglesia consolidada no se sostiene.
continente latinoamericano, desde         A decir verdad, la Iglesia estuvo en
México hasta Argentina, se embar-         proceso de configuración institu-
caron en un proceso de laicización y      cional durante todo el siglo XIX. Por
secularización, en el último tercio del   otro lado, tampoco se sostiene la
siglo XIX. Se lograron reformas como      imagen de una Iglesia sin una inter-
la secularización de cementerios, la      vención activa y determinante en el
escuela laica, el matrimonio civil, la    proceso histórico de secularización
libertad de culto y el Estado acon-       (Di Stefano, 2011, 2004).
fesional (González, 2012; Vásquez,
2012; Valdés, 2010; Blancarte, 2008;          Según Di Stefano, es común
Lionetti, 2007; Rausch, 1993).            traslapar, de forma inapropiada en la
                                          mayoría de casos, tres acepciones de
    La Iglesia católica latinoameri-      Iglesia: (1) el sentido teológico como
cana ha sido interpretada como una        comunidad de fieles, ya sea como
institución consolidada que en el         Iglesia universal o en referencia a
último tercio del siglo XIX entró en      una diócesis (un obispado) en partic-
un proceso de abierta confrontación       ular; (2) el sentido que remite al clero
con las autoridades estatales que         o “estado eclesiástico”, que tiene su
imponían la laicización y la secu-        anclaje en el Antiguo Régimen, donde
larización a fuerza de reformas. De       el clero era una corporación más
forma que al lograr la separación         entre otras; (3) la acepción jurídico-
de la Iglesia y el Estado —a través       política que conceptúa a la Iglesia

                                        La Iglesia como agente de secularización.    85
                          Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
como “una entidad equiparable al         un período de modernización en el
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526

                                                                 Estado, dotada de una estructura         que se da un “proceso de diferen-
                                                                 organizativa integrada y subordinada     ciación funcional y emancipación
                                                                 al poder papal de manera directa” (Di    de las esferas seculares —en primer
                                                                 Stefano 2012, p. 221).                   lugar, el Estado, la economía y la
                                                                                                          ciencia— de la religión así como la
                                                                     El principal error consiste en       diferenciación,     concomitantemente
                                                                 tomar el tercer sentido y trasladarlo    especializada, de la religión dentro de
                                                                 de forma anacrónica a la época de        su propia, nuevamente creada, esfera
                                                                 la Colonia y de la primera mitad del     religiosa”. Las subtesis de la secular-
                                                                 XIX. A juicio del autor, al menos para   ización como declive o decaimiento
                                                                 el caso rioplatense —y considero que     y como privatización de lo religioso
                                                                 también para el caso de El Salvador      derivarían de aquélla tesis central
                                                                 y Centroamérica—, este tercer sentido    (Casanova, 2012, p. 23).1
                                                                 de Iglesia apenas está en proceso de
                                                                 construcción en el transcurso del            La Iglesia en América fue un
                                                                 XIX. De forma que al mismo tiempo        agente importante en el proceso de
                                                                 que se constituye como institución       diferenciación funcional y de sepa-
                                                                 jurídico-política, frente al Estado,     ración de esferas. En dos sentidos:
                                                                 que está también en proceso de           hacia afuera, frente al Estado y ante
                                                                 formación, la Iglesia actúa social,      cualquier otro tipo de instituciones
                                                                 política y jurídicamente como un         o corporaciones con capacidad de
                                                                 agente más del proceso secular-          disputarle poder y control sobre la
                                                                 izador (Di Stefano, 2011, p. 8). Como    feligresía; hacia dentro, en el sentido
                                                                 apunta el autor, “la Iglesia en cuanto   de forjar su propio proceso de insti-
                                                                 entidad jurídico-política nace en        tucionalización, control e identidad
                                                                 relación dialéctica y especular con la   en el corazón de una sociedad que
                                                                 construcción del Estado centralizado     otrora se conceptuaba como natural e
                                                                 y […] ese doble desarrollo constituye    indiscutiblemente cristiana católica.
                                                                 un aspecto fundamental del proceso       La secularización es “un proceso
                                                                 de secularización” (Di Stefano, 2012,    social” en el que participan la Iglesia
                                                                 p. 210).                                 y el Estado, pero las raíces socio-
                                                                                                          culturales del proceso no se agotan
                                                                     El “concepto espacio-estructural     en las relaciones de colaboración,
                                                                 de secularización describe sólo          conflicto y diferenciación entre
                                                                 cambios en la localización de la         ambas instituciones. La laicización,
                                                                 religión cristiana desde la sociedad     por otro lado, sería “un proceso legal”
                                                                 medieval a las sociedades modernas”      impuesto por el Estado (Poulat, 2012,
                                                                 (Casanova, 2012, p. 21). El núcleo       p.131).
                                                                 fuerte y la tesis central de la secu-
                                                                 larización remiten al surgimiento de

                                       86                            Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526
    En este trabajo reconocemos que         nidad por medio del gobierno y de
en Centroamérica, durante el período        la justicia —civil y eclesiástica— en
de la República Federal (1824-              el plano terrenal (para la generación
1839), los liberales más radicales          presente) y la salvación de las almas
ensayaron reformas secularizantes,          en el plano sobrenatural/sacra-
como el caso de Mariano Gálvez, Jefe        mental (en la perspectiva de la eter-
de Estado de Guatemala entre 1831           nidad)” (Di Stefano, 2012, p. 202). Para
y 1838 (Wortman, 2012, pp. 323-341;         lograr esa doble finalidad, “el poder
Gudmundson, 1995, pp. 100-110).             temporal desempeña funciones que
Pero no compartimos el concepto             vistas desde nuestra visión actual
de secularización de Gudmundson.            son religiosas, así como el poder
Dicho concepto queda preso del              espiritual desempeña funciones que
enfoque reformista (el Estado contra        desde la misma óptica son políticas”
la Iglesia) y entiende la secular-          (Di Stefano, 2012, p. 205).
ización como un asunto meramente
del Estado. Desde nuestra perspec-              La Iglesia se desempeñó como
tiva, como ya se explicó, Estado e          “otra rama del gobierno real, otro
Iglesia son coagentes en el proceso         medio de control político sobre los
histórico de secularización.                colonos, vivía bajo las orientaciones
                                            del Consejo de Indias y estaba
    Para comprender el doble papel          unida a Roma por lazos muy tenues”
de agente y producto de la secular-         (Avendaño, 2018, p. 46). La ambig-
ización es necesario poner en remojo,       üedad o traslape de ambas partes en
metodológicamente             hablando,     un complejo proceso de construcción
las distinciones binarias contem-           republicana marcará las relaciones
poráneas entre poder político/civil/        de colaboración y conflicto entre el
estatal y poder religioso/espiritual/       Estado y la Iglesia. Parte del proceso
eclesial. Estas marcas binarias no          consistirá en disputar y marcar
explican el proceso de secular-             ciertas líneas fronterizas a partir de
ización, más bien son un producto de        las cuales la Iglesia forjará su rela-
esta. Quien vivía en la sociedad de         tiva autonomía institucional frente
Antiguo Régimen podía comprender            al Estado y otros poderes, a través
la distinción entre lo civil y lo espiri-   de la integración-estructuración del
tual, pero tal distinción no indicaba       territorio como Iglesia nacional y
necesariamente una estricta sepa-           mediante la subordinación a la Santa
ración entre ambos órdenes. Según           Sede. Un proceso que debe compren-
Di Stefano, los poderes temporal y          derse desde el proceso mayor de
espiritual trabajaban por un mismo          romanización que llevó a cabo la
objetivo, que se atendía desde dos          Iglesia, a partir de la elección de Pío
planos: “la cohesión de la comu-            IX, quien presidió la Santa Sede desde

                                          La Iglesia como agente de secularización.    87
                            Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
1846 hasta 1878 (De Roux, 2014).          una explicación breve de cómo San
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                                                                 En el siguiente apartado daremos          Salvador se erigió en diócesis.

                                                                     3. Breve nota de cómo San Salvador llegó a ser Diócesis

                                                                     Por información del cura José         de la Intendencia de San Salvador:
                                                                 Ignacio Ávila sabemos que en 1778         se estimaban 180,000 almas, distri-
                                                                 el Arzobispo Pedro Cortés y Larraz        buidas en 126 pueblos; (2) la exten-
                                                                 propuso al Rey Carlos III la erección     sión del territorio: la Intendencia se
                                                                 de una diócesis en las vicarías provin-   componía de 15 partidos o subdel-
                                                                 ciales de San Salvador (San Salvador,     egaciones, distribuidos en San
                                                                 Santa Ana, San Vicente y San Miguel)      Salvador (cabeza de la Intendencia),
                                                                 (Malaina, 1944, p. 52; Vilanova, 1911,    Santa Ana, San Vicente y San Miguel;
                                                                 pp. 27-37). Pero la recomendación no      (3) la distancia entre la metrópoli
                                                                 se tradujo en hechos. Años después,       (Guatemala) y San Salvador, (4) el
                                                                 cuando la Alcaldía Mayor de San           dinero recolectado por el pago del
                                                                 Salvador fue elevada a Intendencia        diezmo (Malaina, 1944, pp. 51-52;
                                                                 (1785) se le otorgó al intendente         Herrera, 2018, pp. 74-78).
                                                                 el ejercicio del vicepatronato, que
                                                                 suponía el derecho a tener sede               Para tener una idea de lo que San
                                                                 episcopal, pero el arzobispo de           Salvador tributaba, valga mencionar
                                                                 Guatemala se opuso a que hubiese          que en 1817 envió a la capital
                                                                 obispado en San Salvador (Avendaño,       41,512 pesos seis reales en concepto
                                                                 2011, p. 33)2. En el contexto de la       de diezmo, un monto que solo por
                                                                 crisis monárquica, por la invasión        poco era superado por el resto de los
                                                                 napoleónica a la península ibérica,       territorios del Reino de Guatemala
                                                                 y de la convocatoria a elección de        (Herrera, 2005, p. 157). Ávila declaró
                                                                 diputados para las Cortes Generales       que “los diezmos de San Salvador
                                                                 y Extraordinarias (Las Cortes de          son más que suficientes para dotar
                                                                 Cádiz), el Ayuntamiento de San            la mitra y demás establecimientos
                                                                 Salvador eligió al cura José Ignacio      anejos; pues que, regulados baja-
                                                                 Ávila, vecino de San Miguel, como         mente, producen cada año 40,000
                                                                 su representante. El 21 de marzo de       pesos fuertes” (Malaina, 1944, p. 52).
                                                                 1812, Ávila presentó ante las Cortes      En junio de aquel mismo año, la
                                                                 la petición del ayuntamiento de tener     Corona emitió una Real Cédula en
                                                                 su propio obispado, quedando este         la que ordenaba al Capitán General,
                                                                 separado de Guatemala (entiéndase         José de Bustamante y Guerra, que
                                                                 la ciudad capital y las provincias de     procediera a la elaboración del
                                                                 Sonsonate, Verapaz, Quezaltenango y       expediente respectivo para la
                                                                 Sololá). Cuatro razones respaldaban       erección de la diócesis (Vilanova,
                                                                 la petición: (1) la numerosa población    1911, p. 49). Al no ver resultados,

                                       88                            Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526
las autoridades de San Salvador           sostener al obispado. Apegado al
escribieron al rey y, al no ver resul-    guión del patronato regio, el gobi-
tados una vez más, escribieron a la       erno debía hacer la “suplicatoria
Diputación Provincial de Guatemala.       correspondiente a su Santidad, […] a
Pero no hubo respuesta efectiva           efecto de que se digne confirmar este
para San Salvador hasta diciembre         Acuerdo y mandar expedir en conse-
de 1818, cuando una Real Cédula           cuencia las Bulas de estilo” (Malaina,
ordenó la división de los curatos del     1944, p. 54)3. Como Guatemala y San
Arzobispado de Guatemala y la erec-       Salvador estaban enfrascados en una
ción de una nueva diócesis, según         guerra por la oposición de este a la
las necesidades espirituales de la        anexión de Centroamérica al Imperio
población. El Capitán General Carlos      Mexicano encabezado por Agustín
Urrutia inició el trámite y este fue      de Iturbide, el decreto no pasó a
continuado por Gabino Gaínza (Ayala,      más, de momento (Vázquez, 2009).
2011, pp. 142-148). Cuando parecía        En noviembre de 1822, el Congreso
que San Salvador por fin se sepa-         del Salvador confirmó la erección
raría del Arzobispado de Guatemala        del obispado y el nombramiento de
y tendría su propia diócesis, las auto-   Delgado.
ridades metropolitanas declararon
la independencia de la Corona                 El dominio imperial de Agustín
española. El trámite eclesiástico         de Iturbide terminó en 1823. El
quedó truncado y nuevas tensiones y       antiguo Reino de Guatemala inició
disputas surgieron entre la metrópoli     su experiencia republicana y federal.
(Guatemala) y las autoridades de San      Pero la unidad política de las anti-
Salvador.                                 guas provincias sería algo impo-
                                          sible (Pinto, 1986, pp. 174-208). En
    El 30 de marzo de 1822, la Junta      contra de la autoridad del Congreso
Provisional Gubernativa de San            Federal, en 1824 las autoridades de
Salvador erigió la sede episcopal         San Salvador ratificaron las acciones
y nombró a José Matías Delgado            de 1822. Erigieron la diócesis y
como primer obispo. Los asam-             nombraron obispo a José Matías
bleístas respaldaron el decreto en        Delgado. La reacción de Guatemala
los años que llevaban solicitando         no tardó en llegar. El Arzobispo Fray
el obispado; los diferentes ocursos       Ramón Casaus y Torres denunció ante
enviados al gobierno de la Corona;        Su Santidad León XII la falta cometida
los trámites más recientes, antes         por el Estado salvadoreño y el cura
de la firma de la independencia;          Delgado. La Santa Sede acusó de
el crecimiento de la población y la       “lobo” e “intruso” a Delgado y ordenó
falta de las visitas pastorales en los    a Casaus y Torres que lo amonestara.
curatos de San Salvador; la capa-         El arzobispo instó a Delgado a que
cidad económica del territorio para       desistiera de sus aspiraciones ecle-

                                        La Iglesia como agente de secularización.   89
                          Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
siásticas y le advirtió que aún estaba   en la que el obispo estuvo directa-
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                                                                 a tiempo de “salvar […] su alma, y       mente involucrado, éste se autoexilió
                                                                 precaver a los fieles de los progresos   en ese mismo mes y año (Delgado,
                                                                 del cisma, en que Usted mal dirigido     2011, pp. 406-445; Bolaños, 2001,
                                                                 se está empeñando” (Ayala, 2011, pp.     pp. 295-359). Teniendo en cuenta
                                                                 174, 179). La acción del Estado salva-   que tras su preconización, cuando
                                                                 doreño provocó la división del clero     estaba de visita en la Santa Sede
                                                                 y la expulsión de unos cuarenta ecle-    como Enviado Extraordinario de los
                                                                 siásticos, quienes no reconocieron el    Estados centroamericanos4, regresó
                                                                 nombramiento de Delgado (Malaina,        a El Salvador en septiembre de 1843,
                                                                 1944, p. 15). Por otro lado, entre       en realidad en la Diócesis no residió
                                                                 1826 y 1829 aconteció la primera         ni tres años. El escaso tiempo del
                                                                 guerra federal, que dejó al frente       que dispuso no le permitió cumplir
                                                                 de la República Centroamericana al       de forma adecuada con uno de los
                                                                 General Francisco Morazán. Una de        mandatos prioritarios del Concilio de
                                                                 las consecuencias de esta guerra fue     Trento: las visitas pastorales (Laboa
                                                                 el destierro, en julio de 1829, con      et al., 2005, pp. 604, 607). Hizo visitas
                                                                 destino a La Habana, del Arzobispo       entre 1844 y 1846, pero las fuentes
                                                                 Casaus y Torres.                         indican que fueron hechas a la
                                                                                                          carrera, sin la diligencia necesaria.
                                                                     Entre 1831 y 1842, los curatos del
                                                                 Salvador estuvieron bajo la direc-          Tras el autoexilio de Viteri
                                                                 ción pastoral de un vicario, quien       y Ungo, en julio de 1848 Tomás
                                                                 era nombrado por las autoridades         Miguel Pineda y Saldaña fue desig-
                                                                 eclesiásticas de Guatemala. Pero las     nado por la Sagrada Congregación
                                                                 tensiones y disputas continuaron         Consistorial para que administrara
                                                                 entre el Estado del Salvador y su        la diócesis. Fue consagrado obispo
                                                                 clero, las autoridades eclesiásticas     en febrero de 1849 y en marzo de
                                                                 de Guatemala, y las autoridades fede-    1853 fue notificado de forma oficial
                                                                 rales. En otro estudio se analiza esta   como nuevo obispo de San Salvador
                                                                 problemática. El fin de la Federación    (Delgado, 2011, p. 454).
                                                                 Centroamericana contribuyó a la
                                                                 erección definitiva de la diócesis.         Pineda y Saldaña nació en el
                                                                 El 28 de septiembre de 1842, la          curato de San Pedro Masahuat en
                                                                 Santa Sede erigió la Diócesis en San     1791. Realizó estudios en Guatemala.
                                                                 Salvador y en enero de 1843 nombró       En septiembre de 1819 fue ordenado
                                                                 obispo a Jorge de Viteri y Ungo.         sacerdote. En 1820 asumió el curato
                                                                                                          de Izalco. Según sus biógrafos, fue
                                                                    Viteri y Ungo ostentó el título de    un firme opositor al cisma provocado
                                                                 1843 a 1849, pero por la convulsión      por José Matías Delgado. En 1844
                                                                 política desatada en julio de 1846,      fue nombrado provisor y vicario

                                       90                            Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526
general de la diócesis. En febrero        cuando el Obispo Viteri y Ungo dejó
de 1850, comenzó las visitas pasto-       el obispado o, peor aún, a cuando el
rales. Inició con la parroquia de San     General Francisco Morazán desterró
Pedro Metapán. Su trabajo pastoral a      al Arzobispo Casaus y Torres. No
través de las visitas fue clave para      regresó a El Salvador sino hasta 1863,
el proceso de institucionalización de     tras el derrocamiento de Gerardo
la Diócesis de San Salvador como          Barrios. Murió el 6 de agosto de 1875.
Iglesia nacional. Tras una desave-        Le sucedió como tercer Obispo José
nencia con el Presidente Gerardo          Luis Cárcamo y Rodríguez (Delgado,
Barrios, en noviembre de 1861 aban-       2011, pp. 453-454; López, 1999, pp.
donó el país rumbo a Guatemala.           75-98). En el siguiente apartado
Quizá angustiado y temeroso de            analizaremos el papel de la Diócesis
que se dieran hechos similares a          en el proceso de secularización.

        4. La tensión secularizadora entre la Diócesis y las
                         municipalidades

    En el tiempo de la Federación, en     el padrón según edad, sexo y ocupa-
1832, el Estado salvadoreño aprobó        ción; nombrar alcaldes auxiliares
el Reglamento de Jefes Políticos,         en aquellos territorios sin munici-
Municipalidades y Alcaldes. Buena         palidad, así como en los barrios de
parte de las funciones aprobadas          los pueblos con gobierno municipal;
por el reformismo liberal gaditano        velar por la exactitud en el peso
pervivieron (Art. 321. Constitución       y en medidas de cualquier clase;
política de la Monarquía española).       fomentar la agricultura, las artes
Entre las principales responsabili-       y la ciencias; repartir las contribu-
dades de la municipalidad estaban:        ciones designadas a los pueblos;
cuidar el orden, la tranquilidad y        velar por que la población tenga
la seguridad de las personas; velar       ejidos y tierras comunales; velar por
por la salubridad para preservar la       que los niños y jóvenes asistan a las
salud pública, mediante la limp-          escuelas de primeras letras; nombrar
ieza en calles, plazas, mercados,         un mayordomo colector de los
cárceles y hospitales; cuidar de la       fondos de propios y arbitrios; asistir
higiene en la venta de alimentos;         con la decencia debida a las fiestas
elaborar el censo y la estadística de     religiosas y cívicas, y presidiría el
la población; construir y componer        alcalde primero cuando no estuviera
caminos, calzadas, puentes y cárceles;    el gobernador; velar por la construc-
evitar los incendios en montes y          ción de cementerios, cuidando la
campos; elaborar el registro de los       seguridad y decencia en dichos esta-
ciudadanos según la división por          blecimientos; recaudar, administrar e
cantones de cada pueblo; construir        invertir los fondos de propios y arb

                                        La Iglesia como agente de secularización.   91
                          Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
trios. (Menéndez, 1855, Libro Cuarto,    parroquia. Las relaciones de poder
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526

                                                                 Título 2, pp. 190-192).                  acontecieron no solo entre las insti-
                                                                                                          tuciones y los actores del gobierno
                                                                     Las investigaciones que han          ejecutivo (presidentes, gobernadores,
                                                                 estudiado el poder y el rol de las       la hacienda nacional, etc.) y las
                                                                 municipalidades han analizado el         municipalidades (alcaldes, regidores,
                                                                 trabajo de estas a partir del proceso    secretarios municipales, etc.), sino
                                                                 de construcción del Estado. De los       también entre estas y las parroquias,
                                                                 trabajos publicados se desprenden        entre los alcaldes y los curas, entre
                                                                 cuatro      conclusiones:     después    las municipalidades y el obispo. La
                                                                 de la independencia, durante la          composición territorial y la articu-
                                                                 Federación y en los años posteri-        lación social del curato, la admin-
                                                                 ores a su declive, las municipali-       istración de los sacramentos y la
                                                                 dades fueron el rostro visible de los    función sociopolítica encarnada por
                                                                 gobiernos en los pueblos; a partir       el cura párroco habían moldeado la
                                                                 de la década de 1860 se dio un           vida de los pueblos desde la Colonia.
                                                                 proceso de centralización estatal-       La evidencia sugiere que la impor-
                                                                 gubernamental que hizo decrecer el       tancia de los curatos no decreció a
                                                                 poder y la autonomía de las munici-      pesar de la revolución del liberal-
                                                                 palidades; en el contexto local las      ismo gaditano y de la separación del
                                                                 municipalidades eran un ejemplo          Reino de Guatemala de la Monarquía
                                                                 más de la precaria e injusta base        española (Avendaño, 2018, pp. 90-93;
                                                                 fiscal que las oligarquías cimentaron    Herrera, 2013, pp. 139-146, 2004;
                                                                 en el XIX; hubo diferencias fiscales     Cardenal, 2001, pp. 197-237).
                                                                 marcadas entre aquellas municipali-
                                                                 dades urbanas y más antiguas (San            Hacia 1855, la Diócesis de San
                                                                 Salvador, Santa Ana, San Vicente, San    Salvador se componía de 53 parro-
                                                                 Miguel, por ejemplo), ricas en rentas,   quias y contaba con “72 sacerdotes
                                                                 y aquellas olvidadas en algún lugar      con responsabilidad pastoral en sus
                                                                 del Estado, que apenas sobrevivían       respectivas parroquias, y 22 que por
                                                                 con los gastos ordinarios (Pérez,        razones diversas no tenían beneficio
                                                                 2012, 2018; López, 2007, 2018;           ni parroquia” (Delgado, 2011, p. 452).
                                                                 Acosta, 2014; Acosta y Flores, 2011).    La población se estimaba en 394,000
                                                                                                          habitantes (Barón, 2002, p. 411). En un
                                                                    La investigación en torno a la        cálculo elemental, cada párroco tenía
                                                                 construcción del Estado es incom-        bajo su responsabilidad espiritual un
                                                                 pleta si no se estudia el poder y las    aproximado de 5,472 almas. Era un
                                                                 funciones de otro actor clave, un tipo   número inmanejable para el trabajo
                                                                 de gobierno invisible en apariencia      pastoral, sobre todo en un territorio
                                                                 pero esencial en el tejido de la vida    donde predominó un asentamiento
                                                                 comunitaria y cotidiana: el cura y la    poblacional dispersado y donde el

                                       92                            Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526
grueso de la población vivía en el       templos); no se llevaba una admin-
campo (Acosta, 2016, p. 31).             istración diligente y transparente,
                                         lo que daba lugar a abusos, como
    Aquí nos centraremos en las          cuando se hacía un pago excesivo
relaciones de colaboración, tensión      de honorarios al mayordomo; las
o conflicto entre el obispo de San       municipalidades solían administrar
Salvador y las autoridades munici-       o utilizar dichos fondos, con lo que
pales. A fin de constatar el proceso     se desvirtuaba el objeto inicial para
de secularización fraguado por           el que fueron creados.
estos actores, según la definición
planteada en el primer apartado. En          En diciembre de 1853, el
concreto, estudiaremos las tensiones     párroco de San Pedro Masahuat,
y disputas respecto a la adminis-        Buenaventura Guerrero, admitió que
tración y el destino de los fondos de    no tenía participación en el manejo
fábrica. Se explicará de qué forma la    de los fondos, excepto en algunos
Diócesis de San Salvador contribuyó      gastos. “No hay mayordomia de este
a ese proceso decimonónico de            ramo [fábrica] sino […] este pueblo,
separación y distinción de esferas.      el encargo de la cual es hecho por
El corpus de fuentes primarias serán     la municipalidad sin ninguna inter-
los autos de las visitas pastorales      vencion del Párroco; sin embargo
realizadas por el Obispo Pineda y        en algunos gastos que han pare-
Saldaña.                                 cido indispensables la ha procurado
                                         tener el que habla [Guerrero]”. (Libro
    Los fondos de fábrica se crearon     de visitas pastorales, 1850-1854, f.
originalmente para la construc-          215-271 [216]). Lejos de reprender al
ción de iglesias. Con el tiempo se       párroco o de hacer una advertencia a
sumaron las reconstrucciones, las        la municipalidad, el obispo autorizó
reparaciones y los gastos en general     que esta y el párroco presentaran
en la edificación sacra, así como en     la terna de nombres para elegir al
adornos, alhajas, ornamentos y en los    mayordomo. Una ley de enero de 1852
elementos necesarios para los ritu-      estableció que “los Mayordomos
ales del culto católico (Diccionario     de Fábrica serán nombrados por el
de Derecho Canónico, p. 9). Un mayor-    Gobierno Eclesiástico, á propuesta
domo debía administrar estas rentas.     en terna de las Municipalidades
                                         respectivas, y con asistencia y voto
    Estos fondos eran escasos por        del Cura del lugar”, el nombramiento
tres razones: por lo general era un      duraría dos años, podrían ser reelectos
aporte que pagaban los ladinos y no      y rendirían cuentas a la Curia cada
siempre lo pagaban, los indígenas        fin de año (Menéndez, 1855, Libro
“pagaban” con servicio (reconstruy-      Séptimo, Título 4, p. 78)5. La actitud
endo, reparando u ornamentando los       del prelado no siempre fue la misma.

                                       La Iglesia como agente de secularización.   93
                         Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
De San Pedro Masahuat se desplazó a       de 183 pesos un real, de dinero en
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                                                                 las parroquias de Santiago Nonualco       efectivo 319 pesos cinco reales y un
                                                                 y San Pedro Ostuma. En la primera,        monto de deuda que sumaba 432
                                                                 en el pueblo de San Juan Nonualco,        pesos cinco y medio reales. Ante las
                                                                 advirtió a la municipalidad en los        impostergables reparaciones que el
                                                                 siguientes términos:                      templo parroquial demandaba, el
                                                                                                           prelado ordenó la creación de una
                                                                     El mayordomo de fabrica de San        junta directiva para dicho objetivo.
                                                                 Juan, presentó sus cuentas de seis        Quedaría compuesta por el párroco
                                                                 años, recibidas sin razon alguna de       (Nicolás Silva), el alcalde (Juan Tomás
                                                                 sus antecesores; y como se hayan en       Romero, aun cuando dejare de serlo),
                                                                 absoluto desarreglo, se previene al       el Licenciado D. Francisco Zamora,
                                                                 espresado mayordomo las presente          un regidor del cuerpo municipal y
                                                                 al parroco, sin dar al Cuerpo Municipal   por el mayordomo de fábrica. En
                                                                 intervencion ninguna para revisarlas,     primer lugar, se emplearían los
                                                                 y menos aun para disponer de sus          432 pesos cinco y medio reales en
                                                                 fondos. (Libro de visitas pastorales,     concepto de deuda para las obras de
                                                                 1850-1854, f. 184)6                       construcción, por lo que sería nece-
                                                                                                           saria la intervención de las autori-
                                                                     Mientras en este asunto el            dades civiles para que los deudores
                                                                 prelado exigió ningún tipo de inter-      saldaran cuentas. En segundo lugar,
                                                                 vención por parte de la municipal-        se tomarían 219 pesos cinco reales
                                                                 idad, el mismo informe de la visita       del dinero en efectivo para el mismo
                                                                 incluyó el “Ynbentario de las alhajas     fin, “quedando el resto de cien p.[eso]
                                                                 de la Yglesia [de San Juan Nonualco]      s para las demás necesidades de la
                                                                 que por acuerdo municipal […] se ha       misma Yglecia”. Además de mostrar
                                                                 mandado formar” (Libro de visitas         confianza en el trabajo de la munici-
                                                                 pastorales, 1850-1854, f. 192). Un        palidad, diferente al pueblo de San
                                                                 mismo auto de visita revela tensiones     Juan Nonualco, el auto revela dos
                                                                 y trabajo en conjunto entre el poder      elementos importantes: (a) la repa-
                                                                 civil y el religioso.                     ración del templo dependería, en
                                                                                                           buena parte, de la diligencia de las
                                                                                                           autoridades civiles en el cobro de las
                                                                     Al año siguiente, en 1854, en
                                                                                                           deudas; (b) solo se presupuestaría
                                                                 la parroquia de San Juan Bautista
                                                                                                           el jornal de carpinteros y albañiles,
                                                                 Chinamenca la palabra del obispo
                                                                                                           “pues que esperamos, que sin él [sin
                                                                 volvió a un tono cordial. Revisadas
                                                                                                           jornal], los hombres y mujeres del
                                                                 las cuentas del mayordomo José
                                                                                                           pueblo ayudarán á la obra” (Libro
                                                                 María Lemus, comprendidas entre
                                                                                                           de visitas pastorales, 1850-1854, f.
                                                                 1839 y 1853, resultó de cargo
                                                                                                           331-332). Esto seguramente se debía
                                                                 (ingresos) la cantidad de 502 pesos
                                                                                                           a que los indígenas no contribuían
                                                                 seis reales, de data (gastos) el monto

                                       94                            Julián González Torres
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con dinero para los fondos de fábrica,    no eran muy alentadores como en
aunque el texto no especificó si solo     Chinameca y Lolotique. Las cuentas
indígenas trabajarían en la construc-     de seis años (de 1848 a 1853) apenas
ción del templo.                          registraban 35 pesos cuatro reales
                                          de cargo, 68 pesos siete y medio
    En la misma parroquia de San          reales de data, alcanzando al mayor-
Juan Bautista, pero en el pueblo de       domo el monto de 33 pesos tres y
Lolotique, la postura del prelado fue     medio reales (entiéndase un déficit
diferente. El mayordomo de fábrica        que debía cubrirse). El nuevo mayor-
presentó las cuentas comprendidas         domo, Narciso Sosa, reintegraría la
entre 1846 y 1853. Los registros          cantidad sobregirada al mayordomo
revelaron 275 pesos seis reales de        saliente mediante el cobro de las
cargo, 131 pesos seis y medio reales      deudas de fábrica, que ascendían a
de data, quedando en existencia 143       un total de 64 pesos cuatro reales.
pesos siete y medio reales. El párroco    El resto de la deuda, “treinta y un
cuidaría que este dinero “se invierta     pesos medio r.[ea]l se emplearan en
en techar de nuevo la Yglesia”.           la reconstruccion del templo de la
Los alcaldes debían reparar una           Union”. El auto de visita consignó un
acción que la municipalidad había         reclamo que salpicaba al gobernador
ejecutado sin el permiso debido:          departamental. El prelado exigió que
“procurando los alcaldes de d[ic]ho       se invirtiera en la reconstrucción de
pueblo, que el maestro carpintero         la iglesia la cantidad de 100 pesos
Sr. Vicente Velis cumpla su contrato      que “del ramo de fabrica se tomaron
ó pague su fiador la suma de ciento       indebidamente por el Gob[ernado]
veinte $. [pesos] que del fondo de        r. Depart[amenta].l para emplearlos
fabrica, q[u]e no debiendo darle,         en la construccion del cabildo” en
le dio la municipalidad sin nuestro       abril de 1849. El párroco capellán
permiso” (Libro de visitas pastorales,    debía reclamar el reintegro de
1850-1854, f. 332-333). El texto no       dicho dinero. (Libro de visitas pasto-
especifica si este dinero era parte de    rales, 1850-1854, f. 456). Este es un
los 143 pesos siete y medio reales en     claro ejemplo de que no siempre
efectivo o si estaba registrado como      los fondos de fábrica se utilizaban
anticipo o como deuda, al margen de       para los fines religiosos que, por su
las cuentas revisadas. No obstante,       génesis, le correspondían.
es evidente el conflicto entre el
poder religioso y el poder civil en la       En la parroquia de Santiago
administración y en el uso de estos       Apastepeque, en el pueblo de San
fondos.                                   Sebastián, el prelado advirtió a la
                                          municipalidad. El libro de cuentas
   En la parroquia de San Alejo, en       registraba solo el año de 1853, su
el pueblo de La Unión, los números        cargo era de 286 pesos dos y medio

                                        La Iglesia como agente de secularización.   95
                          Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
reales, la data ascendía a 126 pesos      la parroquia tenía un sobrante de
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                                                                 un real, la existencia en dinero era      259 pesos cuatro reales. El prelado
                                                                 de 41 pesos cuatro y medio reales         autorizó al párroco tomar 50 pesos
                                                                 y reportaba un total de deuda por         para “aumentar el recinto del cemen-
                                                                 107 pesos siete reales. Del dinero        terio, y evitar asi que la putrefaccion
                                                                 en efectivo el prelado ordenó que         de los cadaveres hacinados unos
                                                                 “se invirtiesen 30 $. [pesos] en          sobre otros aumente la enfermedad
                                                                 candeleros, que no los hay en la          que se padece en esta poblacion”
                                                                 Yglesia y los 11. $ [pesos] con 4.        (Libro de visitas pastorales, 1850-
                                                                 y ½ r.[eale]s, quedasen para los          1854, f. 9). Por la solvencia de los
                                                                 gastos ordinarios de ella”. Exhortó a     fondos de fábrica es probable que
                                                                 las autoridades civiles a interponer      la municipalidad fuese solvente en
                                                                 sus buenos oficios para el cobro de       sus cuentas. No obstante, tocaba a la
                                                                 la deuda, dinero que se destinaría        parroquia mejorar el camposanto a
                                                                 también para las necesidades del          fin de prevenir las enfermedades.
                                                                 templo. Concluyó:
                                                                                                               Un escenario parecido encontró
                                                                     el cuerpo municipal, no está por      el obispo en la parroquia de Santa
                                                                 ninguna ley vijente, autorizado para      Bárbara, en Sensuntepeque, en 1854.
                                                                 disponer de los fondos de fabrica; pues   El mayordomo Juan Ayala rindió
                                                                 que solo es privativo de la autoridad     cuentas del período comprendido
                                                                 ec[lesiásti]ca.; y si el mayordomo        entre julio de 1846 y febrero de
                                                                 del ramo, no obstante esta preven-        de 1854. Su cargo ascendía a 577
                                                                 cion, hiciese algun gasto de or[de]       pesos cuatro reales, su data a 286
                                                                 n. municipal, no se le abonará por        pesos, su deuda era de 258 pesos
                                                                 legitima data (Libro de visitas pasto-    tres y medio reales y los fondos
                                                                 rales, 1850-1854, f. 377)7                disponibles sumaban 33 pesos.
                                                                                                           El obispo previno al párroco Juan
                                                                    Según veíamos al inicio de este        Francisco Fuentes y al mayordomo
                                                                 apartado, las municipalidades debían      para que el disponible lo destinaran
                                                                 procurar la salubridad del pueblo         “para las necesidades de la Yglesia”.
                                                                 para asegurar la salud de la gente        Exhortó a las autoridades civiles al
                                                                 y debían garantizar la construcción       cobro de la deuda (258 pesos tres
                                                                 de cementerios, así como velar por        y medio reales) para que “antes de
                                                                 su seguridad y decencia. La visita de     que comiensen las aguas [lluvias de
                                                                 la parroquia de San Pedro Metapán,        invierno], se levanten las paredes del
                                                                 en 1850, revela que en algunos            campo santo”. Ordenó que se colo-
                                                                 casos las municipalidades no solo         cara en el cementerio una “puerta
                                                                 no cumplían con su deber, sino que        segura con su llave, invirtiendo en
                                                                 este era asumido por las parro-           este objeto otra cantidad que se nos
                                                                 quias. Según las cuentas de fábrica,      ha d[ic]ho. esta reunida con el mismo

                                       96                            Julián González Torres
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fin”. Procediendo de esta forma “se           Como ha quedado en evidencia
evitará que los cadaberes sean exhu-      en los casos de San Pedro Masahuat
mados por los perros y devorados          y de San Juan Bautista Chinameca, en
por las aves de rapiña como sucede        algunos pueblos las relaciones entre
segun se nos ha asegurado”. (Libro        la municipalidad y la parroquia eran
de visitas pastorales, 1850-1854, f.      de mayor entendimiento, incluso de
412-413).                                 mucha complicidad. En 1857 le llegó
                                          el turno a la parroquia de San Nicolás,
    Menos afortunada era la situ-         en Tonacatepeque. El mayordomo
ación en la parroquia de San Juan         expuso las cuentas comprendidas
Cojutepeque, en el año de 1860. El        entre 1851 y 1857. En ese tiempo
visitador, que en dicha ocasión era       la mayordomía había recaudado la
el Vicario Provincial Andrés Aguilar,     asombrosa cantidad de 2,520 pesos
señaló que la falta de cementerio         siete y un cuartillo de reales, de los
impedía que los fallecidos en los         que se habían invertido en la iglesia
valles y en los poblados aledaños         1,936 pesos cuatro reales, repor-
fueran enterrados en la ciudad;           tando en efectivo un total de 585
incluso muchos del poblado central        pesos dos reales. Y puesto que “los
eran “enterrados furtivam[en].te          robos se han hecho tan frecuentes
por que el lugar destinado á los          que ya no respetan ni los templos
enterramientos se halla en campo          del Señor”, el dinero existente y lo
abierto”. Afirmaba que la parroquia       que se continuara ingresando debía
hacía acopio de materiales para la        guardarse
construcción del cementerio. Quizá
por este motivo informó sobre los             en un pequeño cofre con dos
fondos de fábrica con estas palabras:     llaves distintas, de las que una
“carece absolutamente de fondos, y        ecsistirá en poder del P[adr]e. cura,
no podrá tenerlos hasta que se halla      y la otra en el del tesorero Sr. Franc.
construido el campo santo” (Libro de      [isc]o Jimenez, y dicho cofrecito se
visitas pastorales, T. 2, 1857-1867, f.   colocará dentro de una caja grande
95, 102)8. El incumplimiento de la        que tendrá tres llaves distintas de las
municipalidad tenía sin cementerio al     cuales, una, conservará el padre cura,
pueblo, de forma que ponía en riesgo      otra el alcalde 1.o y la otra el espre-
la salud pública. Además, contribuía      sado mayordomo tesorero, en cuya
a preservar las precariedades y           casa permaneceran las cajas dichas;
carencias propias del templo y del        y ya sea p.[ar]a introducir ó estraer
culto; buena parte de los esfuerzos       de ellas alguna cantidad, concur-
económicos de la gente lo consumía        riran las tres personas referidas, las
el interés por construir el cement-       que llevaran sus libros en el cual
erio, según expresa el visitador.         sentaran la partida de las cantidades
                                          que se introdusca, ó bien se estraiga;

                                        La Iglesia como agente de secularización.   97
                          Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
no pudiendo gastarse una cantidad          cofradías y hermandades. El obispo
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                                                                 mas de cien pesos, sin consultarnos;       insistía en que los fondos de estas
                                                                 manifestandonos la necesidad y             asociaciones debían utilizarse en
                                                                 objeto en que debe emplearse (Libro        fines piadosos, lo que significaba tres
                                                                 de visitas pastorales, T. 2, 1857-1867,    cosas. En primer lugar, respondían a
                                                                 f. 58-59).                                 una práctica devocional general-
                                                                                                            izada, herencia del Antiguo Régimen,
                                                                     Ante tan extraordinaria cantidad       y, de manera específica, a las celebra-
                                                                 de fondos recaudados, y los aún            ciones religiosas por la advocación
                                                                 disponibles, no extrañan las medidas       de la Virgen María, o santa patrona,
                                                                 tomadas por el obispo; a su vez, el        o por el santo patrón del pueblo. En
                                                                 alcalde debía estar bien recomen-          segundo lugar, eran usados con fines
                                                                 dado por el párroco, Joaquín Mendoza,      benéficos, para socorrer al prójimo
                                                                 para ser incluido en la terna que          en la enfermedad o en la hora de la
                                                                 custodiaría el dinero. Y es que en         muerte, por ejemplo, y que tuviera
                                                                 algunos casos el mismo alcalde fue         un funeral digno; al mismo tiempo,
                                                                 elegido mayordomo, como sucedió            pagaban misas por las almas del
                                                                 en la parroquia de Apaneca, en el          Santo Purgatorio. En tercer lugar,
                                                                 pueblo de Juayúa, en marzo de 1861.        contribuían al mantenimiento del
                                                                 El pueblo carecía de mayordomo de          templo y al sostenimiento del culto
                                                                 fábrica y “no debiendo faltar ésta         religioso regular y tradicional, más
                                                                 [mayordomía] en ninguna pobla-             allá de las festividades en honor al
                                                                 cion hemos nombrado mayordomo              santo patrón o a la santa patrona.
                                                                 al señor Apolinario actualmente            Contribuían con ornamentos, vasos
                                                                 alcalde” (Libro de visitas pastorales,     sagrados, hostias, vino, cera, entre
                                                                 T. 2, 1857-1867, f. 165-166). La cotidi-   otros. En una línea más secular, hay
                                                                 anidad del pueblo enlazaba profun-         que decir también que las cofradías y
                                                                 damente el trabajo civil del alcalde       hermandades eran fuente de crédito
                                                                 y la municipalidad con el ministerio       para la feligresía (Guerrero, 2016; del
                                                                 pastoral del cura y la parroquia.          Valle, 2014; Castellón, 2014; Tanck
                                                                 Es probable que el tono cordial o          de Estrada, 2004; Di Stefano, 2002;
                                                                 de disputa que utilizaba el obispo         Lavrin, 1998). El obispo reclamaba
                                                                 respondiera, en buena medida, a la         porque buena parte de aquellos
                                                                 cordialidad o a las diferencias (a         fondos se gastaban en música,
                                                                 veces quizá irreconciliables) entre la     baile, aguardiente, comida y pólvora
                                                                 municipalidad y la parroquia, entre        durante las fiestas de los pueblos.
                                                                 los alcaldes y los párrocos.
                                                                                                               Más allá de aquellos usos no
                                                                    Otros ingresos que marcaron la          piadosos, el caso registrado en la
                                                                 disputa entre la Diócesis y las munic-     parroquia de Santa Catalina Apopa,
                                                                 ipalidades fueron los fondos de            en 1857, en el pueblo de Guazapa,

                                       98                            Julián González Torres
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ilustra que el prelado podía recurrir         Con estas acciones la Diócesis de
a un lenguaje más sutil pero igual-       San Salvador estaba fraguando un
mente claro en su intención: definir      proceso de diferenciación adminis-
las fronteras entre lo civil y lo         trativa entre lo civil y lo eclesial.
eclesial. Además de otras herman-
dades, existía en el pueblo la del            En la parroquia de Santiago
Santísimo Sacramento, cuya mayor-         Texacuangos, en diciembre de 1853,
domía estaba a cargo de la señora         al cierre de la visita se le recuerda
Evarista Mayorga, quien declaró           al párroco que es parte de su deber
“haber entregado en cinco años á          pastoral y moral enseñar a los niños
la misma corporación [municipal]          la doctrina cristiana, así como visitar
325. $. [pesos] restandole aun que        las escuelas para cerciorarse de que
cobrar 110. $. [pesos]”. Se inquirió a    los preceptores enseñan la doctrina
la municipalidad en torno al destino      y de que utilizan “libros piadosos é
del dinero y esta “informó verbal-        instructivos que no contengan ideas
mente, que de ellos se gasta mas          irreligiosas e impías”. En el mismo
de 60. $. [pesos] anualmente en las       informe, páginas atrás, en vista de que
funciones, y que el resto se reparte      las veinte hermandades de Santiago
al redito legal”. Por lo que el obispo    Texacuangos carecían de fondos y
expresó:                                  de que sus cofrades celebraban las
                                          funciones religiosas “de su industria
    […] no pudiendo reglamen-             y trabajo personal”, el obispo derogó
tarse á la vez esta hermandad, ni         “lo prevenido en el auto de la visita
mudarse desde luego la espresada          anterior, que imponía á cada una de
mayordomo [Evarista Mayorga], sin         dichas hermandades, la contribucion
peligro de perderse algunas canti-        de ocho reales anuales para dotar
dades; acordamos: que el padre            al maestro de escuela; que sobre
cura, pasada la procsima funcion          no ser justo tomar de los fondos
de Corpus, arregle esta hermandad,        piadosos para este objeto, las leyes
haciendo con palabras suaves y            han destinado para él, el producido
persuasivas al cuerpo municipal la        del tajo” (Libro de visitas pastorales,
advertencia de que si bien es muy         1850-1854, f. 226-229)9. A su criterio,
piadoso y laudable que dichas corpo-      era responsabilidad de la Diócesis
raciones se empeñen en el aumento         la instrucción intelectual y moral
del culto divino, no es de su resorte     de los niños y niñas, pero el pago
el nombrar mayordomos, ni disponer        de maestros y el sostenimiento de
de las limosnas, invirtiendolas en        las escuelas corrían por cuenta del
otro objeto distinto de aquel para        Estado, a través de las municipali-
que las han dado los fieles […] (Libro    dades. Cooperación y diferenciación.
de visitas pastorales, T. 2, 1857-1867,   Un proceso de secularización en
f. 85).                                   marcha.

                                        La Iglesia como agente de secularización.   99
                          Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
Cuando las relaciones aumen-        Sr. Bernardino Marcial, para que
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                                                                 taban de tensión se pasaba a la         tan luego como reuna la cantidad
                                                                 amenaza directa. En la parroquia        que desea y recauda en el pueblo,
                                                                 de San Pedro Perulapán, en 1854, la     se compren los ornamentos que
                                                                 corporación municipal había inten-      necesita la Yglesia de d[ic]ho. pueblo
                                                                 tado vender el terreno donde estaba     (…) (Libro de visitas pastorales, T. 2,
                                                                 la casa parroquial y al no conseguir    1857-1867, f. 283).
                                                                 su objetivo, había procedido al cobro
                                                                 de alquiler al cura Irineo Antonio          Durante la Colonia y en el XIX (o
                                                                 Recinos. El obispo determinó “para      en buena parte de este), el trabajo
                                                                 intelig[enci]a. del cuerpo municipal”   de construir, reconstruir y reparar los
                                                                 que “en el caso de insistir en su       templos estuvo bajo la dirección de las
                                                                 injusta resolucion, trasladaremos la    autoridades civiles (ayuntamientos,
                                                                 residencia del parroco á cualquiera     cabildos, ayuntamientos constitucio-
                                                                 de los otros dos pueblos anexos”        nales y municipalidades, según sus
                                                                 (Libro de visitas pastorales, T. 2,     diferentes denominaciones) (López,
                                                                 1857-1867, f. 285). Probablemente se    2018: 195-197; Herrera, 2003: 114).
                                                                 refería a los pueblos San Bartolomé     A mitad del XIX, los gobernadores
                                                                 Perulapía y San Martín, que eran los    departamentales incluían en sus
                                                                 anexos de la parroquia de San Pedro     informes las construcciones, reedi-
                                                                 Perulapán. La amenaza no era un         ficaciones, reparaciones y mejoras
                                                                 asunto menor, pues un pueblo que        de iglesias (portada, techo, paredes),
                                                                 contaba con corporación municipal       sacristías, campanarios, capillas,
                                                                 y con parroquia estaba mejor posi-      conventos y cementerios. Es prob-
                                                                 cionado en términos de status y de      able que la mayor parte del dinero
                                                                 poder y, por lo mismo, estaba por       procediera de los fondos de fábrica
                                                                 encima de los pueblos anexos. En        y de los fondos y bienes de cofradías
                                                                 el mismo informe, pero acerca del       y hermandades. Un decreto de marzo
                                                                 pueblo de San Bartolomé Perulapía,      de 1844 precisó que la “administra-
                                                                 la confianza hacia el alcalde           cion de los capitales y cualesquiera
                                                                 municipal quedó en evidencia. El        fondos, destinados á la conservacion
                                                                 mayordomo de fábrica presentó las       y fomento del culto público relijioso,
                                                                 cuentas de los años 1853 y 1854. El     quedan bajo la inmediata inspec-
                                                                 obispo concluyó:                        cion y competencia de la autoridad
                                                                                                         eclesiástica […]”. (Menéndez, 1855,
                                                                    como segun estamos informados        Libro Séptimo, Título 3, p. 74)11 Sin
                                                                 hay campo santo amurallado de           embargo, el dinero y los bienes de la
                                                                 paredes y sus puertas con llave,        Iglesia continuaban siendo fuente de
                                                                 los ochenta $ [pesos] que tiene de      tensión y de disputas. En esa tensión
                                                                 existencia los dejamos en deposito      de poderes se gestaba un proceso
                                                                 del Sr. Alcalde 1.o const[ituciona].l   secularizador. Finalizaremos este

                            100                                      Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526
artículo con el estudio del concor-       dato entre El Salvador y la Santa
                                          Sede.

                     5. Concordato y secularización

    Las independencias de ultramar        en abril de 1862. Delgado traza un
tomaron desprevenida a la Santa           relato amplio de las negociaciones
Sede. Quien en realidad administraba      entre la Santa Sede y el Estado salva-
la Iglesia en el nuevo continente era     doreño (Delgado, 2011, pp. 479-487).
la Corona española. Así que de pronto     En lo que resta de este apartado me
se encontró con nuevas entidades          interesa analizar el concordato como
políticas (estados, repúblicas, federa-   parte del proceso de secularización.
ciones) que reclamaban como propio
el patronato. En Centroamérica,               En el primer artículo, el concor-
un decreto federal del 11 de julio        dato ratificó la identidad católica
de 1831 consideró “inherente á            del Estado. Este debía garantizar
la soberania nacional el derecho          a la Iglesia sus derechos y prer-
que, con el título de Patronato, se       rogativas, “segun la ley de Dios y
concede y se practica en los Estados      las disposiciones de los sagrados
Católicos”. Declaró que mientras no       Cánones” (Arriola, 1868, p. 260).
existiera un concordato con la Santa      Este acuerdo fue un retroceso
Sede, “el Presidente de la República      respecto de la protección del fuero
ejercerá el Patronato en los mismos       interno del individuo. Además de
términos que lo ejercian los reyes de     declarar a la religión católica como
España”. Extendió la facultad a los       “única verdadera, [que] profesa el
jefes de estado, “como Vice-Patronos,     Salvador, y [que] el Gobierno la
en todos los casos y negocios que         protejerá con leyes sabias, justas y
no tengan conexion con los de otro        benéficas”, la constitución de 1841
Estado, ó que no toquen á las rela-       también decretó que “todo hombre
ciones exteriores”. (Menéndez,1855,       es libre para adorar a Dios según su
Libro Séptimo, Título 1, p. 56) La        conciencia, sin que ningún poder ni
profunda crisis de Centroamérica          autoridad pueda, con leyes, órdenes
durante la Federación hizo impo-          y mandatos, de cualquier naturaleza
sible la firma de un concordato con       que sean, perturbar ó violentar las
la Santa Sede12.                          creencias privadas”. En congruencia
                                          con el concordato, la constitución
    El concordato definía y pactaba       de 1864 simplificó el enunciado:
las funciones y las jurisdicciones        “La Religion Católica, Apostólica y
de la Iglesia y del Estado. Ya en         Romana, única verdadera, profesa El
calidad de república independiente,       Salvador, y el Gobierno le dará toda
El Salvador rubricó el concordato

                                        La Iglesia como agente de secularización.   101
                          Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
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