La Iglesia como agente de secularización. Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
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La Iglesia como agente de Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 secularización. ENSAYOS Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862 Julián González Torres Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, UCA Resumen: En este trabajo se analiza el rol de la Iglesia católica salvadoreña como agente de secularización. A partir del análisis de las relaciones de colaboración, tensión y conflicto entre la Diócesis de San Salvador y las municipalidades del Estado, y a partir del análisis del concordato firmado entre el Estado salvadoreño y la Santa Sede (1862). La investigación revela que en el proceso de secularización la Iglesia se desempeñó como agente y como producto de dicho proceso. Palabras claves: Iglesia católica, Obispado, Santa Sede, Estado salvadoreño, municipalidades, secularización. Abstract: This paper analyzes the role of the Salvadoran Catholic Church as an agent of secularization. From the analysis of the relations of collaboration, tension and conflict between the Diocese of San Salvador and the municipalities of the state, and from the analysis of the Concordat signed between the Salvadoran State and the Holy See (1862). This research reveals that in the process of secularization the Catholic Church served as an agent and as a product of that process. Keywords: Catholic Church, Bishopric, Holy See, Salvadoran State, municipalities, secularization. La Iglesia como agente de secularización. 83 Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862 No. 156, Julio-Diciembre de 2020, 83-112
Introducción Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 Esta investigación sostiene que creían que la independencia sería un en el proceso histórico de secular- logro a medias mientras las auto- ización, en el siglo XIX, la Diócesis ridades eclesiásticas de Guatemala de San Salvador fue un actor impor- y la Santa Sede no consintieran la tante. Cuando el Obispo Tomás erección de una diócesis en el terri- Miguel Pineda y Saldaña trazaba torio. límites en beneficio de la autonomía administrativa, económica y pastoral Esta forma de ver las cosas tenía de la Iglesia marcaba fronteras entre sus raíces en la Colonia. El poder el poder político y el religioso, entre político y el religioso se articulaban el Estado y la Diócesis. Ese esfuerzo en un solo fin: el bienestar de las eclesial por diferenciar y separar la almas durante la vida y después de jurisdicción de ambos poderes era la muerte. De forma que era incon- una forma de secularizar la sociedad cebible un Estado sin una jurisdic- salvadoreña. Paradójicamente ción episcopal en su territorio. Tener ganaban ambos, la Iglesia y el Estado. diócesis equivalía a ostentar una Nos enfocamos en dos acciones. auténtica y plena soberanía política. En primer lugar, en las relaciones Y es que, en un sentido amplio, al de tensión, colaboración y conflicto final, en cada pueblo los vecinos entre la Diócesis y las municipali- y/o ciudadanos eran los mismos dades. De manera especial, a partir feligreses. Así que, aunque parezca de la tensión en torno a la admin- una tomadura de pelo, mientras istración y el uso de los fondos de el Estado del Salvador no tuviera fábrica. En segundo lugar, en la firma diócesis, tendría ciudadanos pero del concordato entre el Estado y la no feligresía. Esta, formal y eclesi- Santa Sede. Este acuerdo contribuyó almente, pertenecía al Arzobispado al proceso secularizador porque dife- de Guatemala. Tener una feligresía renció y separó las funciones y las propia era un asunto político de acciones de ambos poderes. urgencia. Y se solventaría teniendo una diócesis en el territorio. Al El interés por estudiar la Diócesis poseerla, la máxima autoridad ecle- de San Salvador se vincula con siástica sería el obispo y sería el el hecho de que la erección del pastor de todos los curatos del terri- obispado fue una de las principales torio. Así, juntos, Estado y Diócesis, demandas de las autoridades sansal- gobernarían a la población en lo civil vadoreñas desde el período colonial. y en lo espiritual. Por otro lado, para La demanda cobró más fuerza en el el Estado tener un obispado signifi- contexto de la independencia. Las caba control y poder sobre los curas autoridades políticas de San Salvador y la feligresía del territorio. 84 Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 Este artículo ha sido elaborado Simeón Cañas, para el período de a partir del informe del proyecto septiembre de 2018 a diciembre de La Iglesia frente al Estado: poder y 2019. Las fuentes primarias han sido tensiones en El Salvador, 1842-1871, consultadas en el Archivo Histórico respaldado por el Departamento del Arzobispado de San Salvador de Filosofía y financiado por el (AHASS) y en Colecciones Especiales Fondo de Investigación de la de la Biblioteca “P. Florentino Idoate, Universidad Centroamericana José S.J.”. 2. La secularización y sus agentes. Significado histórico y político Bajo el influjo de la crítica ilus- de constituciones, leyes, decretos y trada a la religión, la laicidad de reglamentos—, cada institución (la corte francés, el progreso político- Iglesia y el Estado) avanzaría por económico y la tolerancia religiosa caminos diferentes esa modernidad en los Estados Unidos, las logias impuesta a fuerza de reformas de la masonería y de pensamientos estatales. Pero el concepto de una como el krausismo, las repúblicas del Iglesia consolidada no se sostiene. continente latinoamericano, desde A decir verdad, la Iglesia estuvo en México hasta Argentina, se embar- proceso de configuración institu- caron en un proceso de laicización y cional durante todo el siglo XIX. Por secularización, en el último tercio del otro lado, tampoco se sostiene la siglo XIX. Se lograron reformas como imagen de una Iglesia sin una inter- la secularización de cementerios, la vención activa y determinante en el escuela laica, el matrimonio civil, la proceso histórico de secularización libertad de culto y el Estado acon- (Di Stefano, 2011, 2004). fesional (González, 2012; Vásquez, 2012; Valdés, 2010; Blancarte, 2008; Según Di Stefano, es común Lionetti, 2007; Rausch, 1993). traslapar, de forma inapropiada en la mayoría de casos, tres acepciones de La Iglesia católica latinoameri- Iglesia: (1) el sentido teológico como cana ha sido interpretada como una comunidad de fieles, ya sea como institución consolidada que en el Iglesia universal o en referencia a último tercio del siglo XIX entró en una diócesis (un obispado) en partic- un proceso de abierta confrontación ular; (2) el sentido que remite al clero con las autoridades estatales que o “estado eclesiástico”, que tiene su imponían la laicización y la secu- anclaje en el Antiguo Régimen, donde larización a fuerza de reformas. De el clero era una corporación más forma que al lograr la separación entre otras; (3) la acepción jurídico- de la Iglesia y el Estado —a través política que conceptúa a la Iglesia La Iglesia como agente de secularización. 85 Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
como “una entidad equiparable al un período de modernización en el Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 Estado, dotada de una estructura que se da un “proceso de diferen- organizativa integrada y subordinada ciación funcional y emancipación al poder papal de manera directa” (Di de las esferas seculares —en primer Stefano 2012, p. 221). lugar, el Estado, la economía y la ciencia— de la religión así como la El principal error consiste en diferenciación, concomitantemente tomar el tercer sentido y trasladarlo especializada, de la religión dentro de de forma anacrónica a la época de su propia, nuevamente creada, esfera la Colonia y de la primera mitad del religiosa”. Las subtesis de la secular- XIX. A juicio del autor, al menos para ización como declive o decaimiento el caso rioplatense —y considero que y como privatización de lo religioso también para el caso de El Salvador derivarían de aquélla tesis central y Centroamérica—, este tercer sentido (Casanova, 2012, p. 23).1 de Iglesia apenas está en proceso de construcción en el transcurso del La Iglesia en América fue un XIX. De forma que al mismo tiempo agente importante en el proceso de que se constituye como institución diferenciación funcional y de sepa- jurídico-política, frente al Estado, ración de esferas. En dos sentidos: que está también en proceso de hacia afuera, frente al Estado y ante formación, la Iglesia actúa social, cualquier otro tipo de instituciones política y jurídicamente como un o corporaciones con capacidad de agente más del proceso secular- disputarle poder y control sobre la izador (Di Stefano, 2011, p. 8). Como feligresía; hacia dentro, en el sentido apunta el autor, “la Iglesia en cuanto de forjar su propio proceso de insti- entidad jurídico-política nace en tucionalización, control e identidad relación dialéctica y especular con la en el corazón de una sociedad que construcción del Estado centralizado otrora se conceptuaba como natural e y […] ese doble desarrollo constituye indiscutiblemente cristiana católica. un aspecto fundamental del proceso La secularización es “un proceso de secularización” (Di Stefano, 2012, social” en el que participan la Iglesia p. 210). y el Estado, pero las raíces socio- culturales del proceso no se agotan El “concepto espacio-estructural en las relaciones de colaboración, de secularización describe sólo conflicto y diferenciación entre cambios en la localización de la ambas instituciones. La laicización, religión cristiana desde la sociedad por otro lado, sería “un proceso legal” medieval a las sociedades modernas” impuesto por el Estado (Poulat, 2012, (Casanova, 2012, p. 21). El núcleo p.131). fuerte y la tesis central de la secu- larización remiten al surgimiento de 86 Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 En este trabajo reconocemos que nidad por medio del gobierno y de en Centroamérica, durante el período la justicia —civil y eclesiástica— en de la República Federal (1824- el plano terrenal (para la generación 1839), los liberales más radicales presente) y la salvación de las almas ensayaron reformas secularizantes, en el plano sobrenatural/sacra- como el caso de Mariano Gálvez, Jefe mental (en la perspectiva de la eter- de Estado de Guatemala entre 1831 nidad)” (Di Stefano, 2012, p. 202). Para y 1838 (Wortman, 2012, pp. 323-341; lograr esa doble finalidad, “el poder Gudmundson, 1995, pp. 100-110). temporal desempeña funciones que Pero no compartimos el concepto vistas desde nuestra visión actual de secularización de Gudmundson. son religiosas, así como el poder Dicho concepto queda preso del espiritual desempeña funciones que enfoque reformista (el Estado contra desde la misma óptica son políticas” la Iglesia) y entiende la secular- (Di Stefano, 2012, p. 205). ización como un asunto meramente del Estado. Desde nuestra perspec- La Iglesia se desempeñó como tiva, como ya se explicó, Estado e “otra rama del gobierno real, otro Iglesia son coagentes en el proceso medio de control político sobre los histórico de secularización. colonos, vivía bajo las orientaciones del Consejo de Indias y estaba Para comprender el doble papel unida a Roma por lazos muy tenues” de agente y producto de la secular- (Avendaño, 2018, p. 46). La ambig- ización es necesario poner en remojo, üedad o traslape de ambas partes en metodológicamente hablando, un complejo proceso de construcción las distinciones binarias contem- republicana marcará las relaciones poráneas entre poder político/civil/ de colaboración y conflicto entre el estatal y poder religioso/espiritual/ Estado y la Iglesia. Parte del proceso eclesial. Estas marcas binarias no consistirá en disputar y marcar explican el proceso de secular- ciertas líneas fronterizas a partir de ización, más bien son un producto de las cuales la Iglesia forjará su rela- esta. Quien vivía en la sociedad de tiva autonomía institucional frente Antiguo Régimen podía comprender al Estado y otros poderes, a través la distinción entre lo civil y lo espiri- de la integración-estructuración del tual, pero tal distinción no indicaba territorio como Iglesia nacional y necesariamente una estricta sepa- mediante la subordinación a la Santa ración entre ambos órdenes. Según Sede. Un proceso que debe compren- Di Stefano, los poderes temporal y derse desde el proceso mayor de espiritual trabajaban por un mismo romanización que llevó a cabo la objetivo, que se atendía desde dos Iglesia, a partir de la elección de Pío planos: “la cohesión de la comu- IX, quien presidió la Santa Sede desde La Iglesia como agente de secularización. 87 Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
1846 hasta 1878 (De Roux, 2014). una explicación breve de cómo San Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 En el siguiente apartado daremos Salvador se erigió en diócesis. 3. Breve nota de cómo San Salvador llegó a ser Diócesis Por información del cura José de la Intendencia de San Salvador: Ignacio Ávila sabemos que en 1778 se estimaban 180,000 almas, distri- el Arzobispo Pedro Cortés y Larraz buidas en 126 pueblos; (2) la exten- propuso al Rey Carlos III la erección sión del territorio: la Intendencia se de una diócesis en las vicarías provin- componía de 15 partidos o subdel- ciales de San Salvador (San Salvador, egaciones, distribuidos en San Santa Ana, San Vicente y San Miguel) Salvador (cabeza de la Intendencia), (Malaina, 1944, p. 52; Vilanova, 1911, Santa Ana, San Vicente y San Miguel; pp. 27-37). Pero la recomendación no (3) la distancia entre la metrópoli se tradujo en hechos. Años después, (Guatemala) y San Salvador, (4) el cuando la Alcaldía Mayor de San dinero recolectado por el pago del Salvador fue elevada a Intendencia diezmo (Malaina, 1944, pp. 51-52; (1785) se le otorgó al intendente Herrera, 2018, pp. 74-78). el ejercicio del vicepatronato, que suponía el derecho a tener sede Para tener una idea de lo que San episcopal, pero el arzobispo de Salvador tributaba, valga mencionar Guatemala se opuso a que hubiese que en 1817 envió a la capital obispado en San Salvador (Avendaño, 41,512 pesos seis reales en concepto 2011, p. 33)2. En el contexto de la de diezmo, un monto que solo por crisis monárquica, por la invasión poco era superado por el resto de los napoleónica a la península ibérica, territorios del Reino de Guatemala y de la convocatoria a elección de (Herrera, 2005, p. 157). Ávila declaró diputados para las Cortes Generales que “los diezmos de San Salvador y Extraordinarias (Las Cortes de son más que suficientes para dotar Cádiz), el Ayuntamiento de San la mitra y demás establecimientos Salvador eligió al cura José Ignacio anejos; pues que, regulados baja- Ávila, vecino de San Miguel, como mente, producen cada año 40,000 su representante. El 21 de marzo de pesos fuertes” (Malaina, 1944, p. 52). 1812, Ávila presentó ante las Cortes En junio de aquel mismo año, la la petición del ayuntamiento de tener Corona emitió una Real Cédula en su propio obispado, quedando este la que ordenaba al Capitán General, separado de Guatemala (entiéndase José de Bustamante y Guerra, que la ciudad capital y las provincias de procediera a la elaboración del Sonsonate, Verapaz, Quezaltenango y expediente respectivo para la Sololá). Cuatro razones respaldaban erección de la diócesis (Vilanova, la petición: (1) la numerosa población 1911, p. 49). Al no ver resultados, 88 Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 las autoridades de San Salvador sostener al obispado. Apegado al escribieron al rey y, al no ver resul- guión del patronato regio, el gobi- tados una vez más, escribieron a la erno debía hacer la “suplicatoria Diputación Provincial de Guatemala. correspondiente a su Santidad, […] a Pero no hubo respuesta efectiva efecto de que se digne confirmar este para San Salvador hasta diciembre Acuerdo y mandar expedir en conse- de 1818, cuando una Real Cédula cuencia las Bulas de estilo” (Malaina, ordenó la división de los curatos del 1944, p. 54)3. Como Guatemala y San Arzobispado de Guatemala y la erec- Salvador estaban enfrascados en una ción de una nueva diócesis, según guerra por la oposición de este a la las necesidades espirituales de la anexión de Centroamérica al Imperio población. El Capitán General Carlos Mexicano encabezado por Agustín Urrutia inició el trámite y este fue de Iturbide, el decreto no pasó a continuado por Gabino Gaínza (Ayala, más, de momento (Vázquez, 2009). 2011, pp. 142-148). Cuando parecía En noviembre de 1822, el Congreso que San Salvador por fin se sepa- del Salvador confirmó la erección raría del Arzobispado de Guatemala del obispado y el nombramiento de y tendría su propia diócesis, las auto- Delgado. ridades metropolitanas declararon la independencia de la Corona El dominio imperial de Agustín española. El trámite eclesiástico de Iturbide terminó en 1823. El quedó truncado y nuevas tensiones y antiguo Reino de Guatemala inició disputas surgieron entre la metrópoli su experiencia republicana y federal. (Guatemala) y las autoridades de San Pero la unidad política de las anti- Salvador. guas provincias sería algo impo- sible (Pinto, 1986, pp. 174-208). En El 30 de marzo de 1822, la Junta contra de la autoridad del Congreso Provisional Gubernativa de San Federal, en 1824 las autoridades de Salvador erigió la sede episcopal San Salvador ratificaron las acciones y nombró a José Matías Delgado de 1822. Erigieron la diócesis y como primer obispo. Los asam- nombraron obispo a José Matías bleístas respaldaron el decreto en Delgado. La reacción de Guatemala los años que llevaban solicitando no tardó en llegar. El Arzobispo Fray el obispado; los diferentes ocursos Ramón Casaus y Torres denunció ante enviados al gobierno de la Corona; Su Santidad León XII la falta cometida los trámites más recientes, antes por el Estado salvadoreño y el cura de la firma de la independencia; Delgado. La Santa Sede acusó de el crecimiento de la población y la “lobo” e “intruso” a Delgado y ordenó falta de las visitas pastorales en los a Casaus y Torres que lo amonestara. curatos de San Salvador; la capa- El arzobispo instó a Delgado a que cidad económica del territorio para desistiera de sus aspiraciones ecle- La Iglesia como agente de secularización. 89 Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
siásticas y le advirtió que aún estaba en la que el obispo estuvo directa- Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 a tiempo de “salvar […] su alma, y mente involucrado, éste se autoexilió precaver a los fieles de los progresos en ese mismo mes y año (Delgado, del cisma, en que Usted mal dirigido 2011, pp. 406-445; Bolaños, 2001, se está empeñando” (Ayala, 2011, pp. pp. 295-359). Teniendo en cuenta 174, 179). La acción del Estado salva- que tras su preconización, cuando doreño provocó la división del clero estaba de visita en la Santa Sede y la expulsión de unos cuarenta ecle- como Enviado Extraordinario de los siásticos, quienes no reconocieron el Estados centroamericanos4, regresó nombramiento de Delgado (Malaina, a El Salvador en septiembre de 1843, 1944, p. 15). Por otro lado, entre en realidad en la Diócesis no residió 1826 y 1829 aconteció la primera ni tres años. El escaso tiempo del guerra federal, que dejó al frente que dispuso no le permitió cumplir de la República Centroamericana al de forma adecuada con uno de los General Francisco Morazán. Una de mandatos prioritarios del Concilio de las consecuencias de esta guerra fue Trento: las visitas pastorales (Laboa el destierro, en julio de 1829, con et al., 2005, pp. 604, 607). Hizo visitas destino a La Habana, del Arzobispo entre 1844 y 1846, pero las fuentes Casaus y Torres. indican que fueron hechas a la carrera, sin la diligencia necesaria. Entre 1831 y 1842, los curatos del Salvador estuvieron bajo la direc- Tras el autoexilio de Viteri ción pastoral de un vicario, quien y Ungo, en julio de 1848 Tomás era nombrado por las autoridades Miguel Pineda y Saldaña fue desig- eclesiásticas de Guatemala. Pero las nado por la Sagrada Congregación tensiones y disputas continuaron Consistorial para que administrara entre el Estado del Salvador y su la diócesis. Fue consagrado obispo clero, las autoridades eclesiásticas en febrero de 1849 y en marzo de de Guatemala, y las autoridades fede- 1853 fue notificado de forma oficial rales. En otro estudio se analiza esta como nuevo obispo de San Salvador problemática. El fin de la Federación (Delgado, 2011, p. 454). Centroamericana contribuyó a la erección definitiva de la diócesis. Pineda y Saldaña nació en el El 28 de septiembre de 1842, la curato de San Pedro Masahuat en Santa Sede erigió la Diócesis en San 1791. Realizó estudios en Guatemala. Salvador y en enero de 1843 nombró En septiembre de 1819 fue ordenado obispo a Jorge de Viteri y Ungo. sacerdote. En 1820 asumió el curato de Izalco. Según sus biógrafos, fue Viteri y Ungo ostentó el título de un firme opositor al cisma provocado 1843 a 1849, pero por la convulsión por José Matías Delgado. En 1844 política desatada en julio de 1846, fue nombrado provisor y vicario 90 Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 general de la diócesis. En febrero cuando el Obispo Viteri y Ungo dejó de 1850, comenzó las visitas pasto- el obispado o, peor aún, a cuando el rales. Inició con la parroquia de San General Francisco Morazán desterró Pedro Metapán. Su trabajo pastoral a al Arzobispo Casaus y Torres. No través de las visitas fue clave para regresó a El Salvador sino hasta 1863, el proceso de institucionalización de tras el derrocamiento de Gerardo la Diócesis de San Salvador como Barrios. Murió el 6 de agosto de 1875. Iglesia nacional. Tras una desave- Le sucedió como tercer Obispo José nencia con el Presidente Gerardo Luis Cárcamo y Rodríguez (Delgado, Barrios, en noviembre de 1861 aban- 2011, pp. 453-454; López, 1999, pp. donó el país rumbo a Guatemala. 75-98). En el siguiente apartado Quizá angustiado y temeroso de analizaremos el papel de la Diócesis que se dieran hechos similares a en el proceso de secularización. 4. La tensión secularizadora entre la Diócesis y las municipalidades En el tiempo de la Federación, en el padrón según edad, sexo y ocupa- 1832, el Estado salvadoreño aprobó ción; nombrar alcaldes auxiliares el Reglamento de Jefes Políticos, en aquellos territorios sin munici- Municipalidades y Alcaldes. Buena palidad, así como en los barrios de parte de las funciones aprobadas los pueblos con gobierno municipal; por el reformismo liberal gaditano velar por la exactitud en el peso pervivieron (Art. 321. Constitución y en medidas de cualquier clase; política de la Monarquía española). fomentar la agricultura, las artes Entre las principales responsabili- y la ciencias; repartir las contribu- dades de la municipalidad estaban: ciones designadas a los pueblos; cuidar el orden, la tranquilidad y velar por que la población tenga la seguridad de las personas; velar ejidos y tierras comunales; velar por por la salubridad para preservar la que los niños y jóvenes asistan a las salud pública, mediante la limp- escuelas de primeras letras; nombrar ieza en calles, plazas, mercados, un mayordomo colector de los cárceles y hospitales; cuidar de la fondos de propios y arbitrios; asistir higiene en la venta de alimentos; con la decencia debida a las fiestas elaborar el censo y la estadística de religiosas y cívicas, y presidiría el la población; construir y componer alcalde primero cuando no estuviera caminos, calzadas, puentes y cárceles; el gobernador; velar por la construc- evitar los incendios en montes y ción de cementerios, cuidando la campos; elaborar el registro de los seguridad y decencia en dichos esta- ciudadanos según la división por blecimientos; recaudar, administrar e cantones de cada pueblo; construir invertir los fondos de propios y arb La Iglesia como agente de secularización. 91 Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
trios. (Menéndez, 1855, Libro Cuarto, parroquia. Las relaciones de poder Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 Título 2, pp. 190-192). acontecieron no solo entre las insti- tuciones y los actores del gobierno Las investigaciones que han ejecutivo (presidentes, gobernadores, estudiado el poder y el rol de las la hacienda nacional, etc.) y las municipalidades han analizado el municipalidades (alcaldes, regidores, trabajo de estas a partir del proceso secretarios municipales, etc.), sino de construcción del Estado. De los también entre estas y las parroquias, trabajos publicados se desprenden entre los alcaldes y los curas, entre cuatro conclusiones: después las municipalidades y el obispo. La de la independencia, durante la composición territorial y la articu- Federación y en los años posteri- lación social del curato, la admin- ores a su declive, las municipali- istración de los sacramentos y la dades fueron el rostro visible de los función sociopolítica encarnada por gobiernos en los pueblos; a partir el cura párroco habían moldeado la de la década de 1860 se dio un vida de los pueblos desde la Colonia. proceso de centralización estatal- La evidencia sugiere que la impor- gubernamental que hizo decrecer el tancia de los curatos no decreció a poder y la autonomía de las munici- pesar de la revolución del liberal- palidades; en el contexto local las ismo gaditano y de la separación del municipalidades eran un ejemplo Reino de Guatemala de la Monarquía más de la precaria e injusta base española (Avendaño, 2018, pp. 90-93; fiscal que las oligarquías cimentaron Herrera, 2013, pp. 139-146, 2004; en el XIX; hubo diferencias fiscales Cardenal, 2001, pp. 197-237). marcadas entre aquellas municipali- dades urbanas y más antiguas (San Hacia 1855, la Diócesis de San Salvador, Santa Ana, San Vicente, San Salvador se componía de 53 parro- Miguel, por ejemplo), ricas en rentas, quias y contaba con “72 sacerdotes y aquellas olvidadas en algún lugar con responsabilidad pastoral en sus del Estado, que apenas sobrevivían respectivas parroquias, y 22 que por con los gastos ordinarios (Pérez, razones diversas no tenían beneficio 2012, 2018; López, 2007, 2018; ni parroquia” (Delgado, 2011, p. 452). Acosta, 2014; Acosta y Flores, 2011). La población se estimaba en 394,000 habitantes (Barón, 2002, p. 411). En un La investigación en torno a la cálculo elemental, cada párroco tenía construcción del Estado es incom- bajo su responsabilidad espiritual un pleta si no se estudia el poder y las aproximado de 5,472 almas. Era un funciones de otro actor clave, un tipo número inmanejable para el trabajo de gobierno invisible en apariencia pastoral, sobre todo en un territorio pero esencial en el tejido de la vida donde predominó un asentamiento comunitaria y cotidiana: el cura y la poblacional dispersado y donde el 92 Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 grueso de la población vivía en el templos); no se llevaba una admin- campo (Acosta, 2016, p. 31). istración diligente y transparente, lo que daba lugar a abusos, como Aquí nos centraremos en las cuando se hacía un pago excesivo relaciones de colaboración, tensión de honorarios al mayordomo; las o conflicto entre el obispo de San municipalidades solían administrar Salvador y las autoridades munici- o utilizar dichos fondos, con lo que pales. A fin de constatar el proceso se desvirtuaba el objeto inicial para de secularización fraguado por el que fueron creados. estos actores, según la definición planteada en el primer apartado. En En diciembre de 1853, el concreto, estudiaremos las tensiones párroco de San Pedro Masahuat, y disputas respecto a la adminis- Buenaventura Guerrero, admitió que tración y el destino de los fondos de no tenía participación en el manejo fábrica. Se explicará de qué forma la de los fondos, excepto en algunos Diócesis de San Salvador contribuyó gastos. “No hay mayordomia de este a ese proceso decimonónico de ramo [fábrica] sino […] este pueblo, separación y distinción de esferas. el encargo de la cual es hecho por El corpus de fuentes primarias serán la municipalidad sin ninguna inter- los autos de las visitas pastorales vencion del Párroco; sin embargo realizadas por el Obispo Pineda y en algunos gastos que han pare- Saldaña. cido indispensables la ha procurado tener el que habla [Guerrero]”. (Libro Los fondos de fábrica se crearon de visitas pastorales, 1850-1854, f. originalmente para la construc- 215-271 [216]). Lejos de reprender al ción de iglesias. Con el tiempo se párroco o de hacer una advertencia a sumaron las reconstrucciones, las la municipalidad, el obispo autorizó reparaciones y los gastos en general que esta y el párroco presentaran en la edificación sacra, así como en la terna de nombres para elegir al adornos, alhajas, ornamentos y en los mayordomo. Una ley de enero de 1852 elementos necesarios para los ritu- estableció que “los Mayordomos ales del culto católico (Diccionario de Fábrica serán nombrados por el de Derecho Canónico, p. 9). Un mayor- Gobierno Eclesiástico, á propuesta domo debía administrar estas rentas. en terna de las Municipalidades respectivas, y con asistencia y voto Estos fondos eran escasos por del Cura del lugar”, el nombramiento tres razones: por lo general era un duraría dos años, podrían ser reelectos aporte que pagaban los ladinos y no y rendirían cuentas a la Curia cada siempre lo pagaban, los indígenas fin de año (Menéndez, 1855, Libro “pagaban” con servicio (reconstruy- Séptimo, Título 4, p. 78)5. La actitud endo, reparando u ornamentando los del prelado no siempre fue la misma. La Iglesia como agente de secularización. 93 Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
De San Pedro Masahuat se desplazó a de 183 pesos un real, de dinero en Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 las parroquias de Santiago Nonualco efectivo 319 pesos cinco reales y un y San Pedro Ostuma. En la primera, monto de deuda que sumaba 432 en el pueblo de San Juan Nonualco, pesos cinco y medio reales. Ante las advirtió a la municipalidad en los impostergables reparaciones que el siguientes términos: templo parroquial demandaba, el prelado ordenó la creación de una El mayordomo de fabrica de San junta directiva para dicho objetivo. Juan, presentó sus cuentas de seis Quedaría compuesta por el párroco años, recibidas sin razon alguna de (Nicolás Silva), el alcalde (Juan Tomás sus antecesores; y como se hayan en Romero, aun cuando dejare de serlo), absoluto desarreglo, se previene al el Licenciado D. Francisco Zamora, espresado mayordomo las presente un regidor del cuerpo municipal y al parroco, sin dar al Cuerpo Municipal por el mayordomo de fábrica. En intervencion ninguna para revisarlas, primer lugar, se emplearían los y menos aun para disponer de sus 432 pesos cinco y medio reales en fondos. (Libro de visitas pastorales, concepto de deuda para las obras de 1850-1854, f. 184)6 construcción, por lo que sería nece- saria la intervención de las autori- Mientras en este asunto el dades civiles para que los deudores prelado exigió ningún tipo de inter- saldaran cuentas. En segundo lugar, vención por parte de la municipal- se tomarían 219 pesos cinco reales idad, el mismo informe de la visita del dinero en efectivo para el mismo incluyó el “Ynbentario de las alhajas fin, “quedando el resto de cien p.[eso] de la Yglesia [de San Juan Nonualco] s para las demás necesidades de la que por acuerdo municipal […] se ha misma Yglecia”. Además de mostrar mandado formar” (Libro de visitas confianza en el trabajo de la munici- pastorales, 1850-1854, f. 192). Un palidad, diferente al pueblo de San mismo auto de visita revela tensiones Juan Nonualco, el auto revela dos y trabajo en conjunto entre el poder elementos importantes: (a) la repa- civil y el religioso. ración del templo dependería, en buena parte, de la diligencia de las autoridades civiles en el cobro de las Al año siguiente, en 1854, en deudas; (b) solo se presupuestaría la parroquia de San Juan Bautista el jornal de carpinteros y albañiles, Chinamenca la palabra del obispo “pues que esperamos, que sin él [sin volvió a un tono cordial. Revisadas jornal], los hombres y mujeres del las cuentas del mayordomo José pueblo ayudarán á la obra” (Libro María Lemus, comprendidas entre de visitas pastorales, 1850-1854, f. 1839 y 1853, resultó de cargo 331-332). Esto seguramente se debía (ingresos) la cantidad de 502 pesos a que los indígenas no contribuían seis reales, de data (gastos) el monto 94 Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 con dinero para los fondos de fábrica, no eran muy alentadores como en aunque el texto no especificó si solo Chinameca y Lolotique. Las cuentas indígenas trabajarían en la construc- de seis años (de 1848 a 1853) apenas ción del templo. registraban 35 pesos cuatro reales de cargo, 68 pesos siete y medio En la misma parroquia de San reales de data, alcanzando al mayor- Juan Bautista, pero en el pueblo de domo el monto de 33 pesos tres y Lolotique, la postura del prelado fue medio reales (entiéndase un déficit diferente. El mayordomo de fábrica que debía cubrirse). El nuevo mayor- presentó las cuentas comprendidas domo, Narciso Sosa, reintegraría la entre 1846 y 1853. Los registros cantidad sobregirada al mayordomo revelaron 275 pesos seis reales de saliente mediante el cobro de las cargo, 131 pesos seis y medio reales deudas de fábrica, que ascendían a de data, quedando en existencia 143 un total de 64 pesos cuatro reales. pesos siete y medio reales. El párroco El resto de la deuda, “treinta y un cuidaría que este dinero “se invierta pesos medio r.[ea]l se emplearan en en techar de nuevo la Yglesia”. la reconstruccion del templo de la Los alcaldes debían reparar una Union”. El auto de visita consignó un acción que la municipalidad había reclamo que salpicaba al gobernador ejecutado sin el permiso debido: departamental. El prelado exigió que “procurando los alcaldes de d[ic]ho se invirtiera en la reconstrucción de pueblo, que el maestro carpintero la iglesia la cantidad de 100 pesos Sr. Vicente Velis cumpla su contrato que “del ramo de fabrica se tomaron ó pague su fiador la suma de ciento indebidamente por el Gob[ernado] veinte $. [pesos] que del fondo de r. Depart[amenta].l para emplearlos fabrica, q[u]e no debiendo darle, en la construccion del cabildo” en le dio la municipalidad sin nuestro abril de 1849. El párroco capellán permiso” (Libro de visitas pastorales, debía reclamar el reintegro de 1850-1854, f. 332-333). El texto no dicho dinero. (Libro de visitas pasto- especifica si este dinero era parte de rales, 1850-1854, f. 456). Este es un los 143 pesos siete y medio reales en claro ejemplo de que no siempre efectivo o si estaba registrado como los fondos de fábrica se utilizaban anticipo o como deuda, al margen de para los fines religiosos que, por su las cuentas revisadas. No obstante, génesis, le correspondían. es evidente el conflicto entre el poder religioso y el poder civil en la En la parroquia de Santiago administración y en el uso de estos Apastepeque, en el pueblo de San fondos. Sebastián, el prelado advirtió a la municipalidad. El libro de cuentas En la parroquia de San Alejo, en registraba solo el año de 1853, su el pueblo de La Unión, los números cargo era de 286 pesos dos y medio La Iglesia como agente de secularización. 95 Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
reales, la data ascendía a 126 pesos la parroquia tenía un sobrante de Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 un real, la existencia en dinero era 259 pesos cuatro reales. El prelado de 41 pesos cuatro y medio reales autorizó al párroco tomar 50 pesos y reportaba un total de deuda por para “aumentar el recinto del cemen- 107 pesos siete reales. Del dinero terio, y evitar asi que la putrefaccion en efectivo el prelado ordenó que de los cadaveres hacinados unos “se invirtiesen 30 $. [pesos] en sobre otros aumente la enfermedad candeleros, que no los hay en la que se padece en esta poblacion” Yglesia y los 11. $ [pesos] con 4. (Libro de visitas pastorales, 1850- y ½ r.[eale]s, quedasen para los 1854, f. 9). Por la solvencia de los gastos ordinarios de ella”. Exhortó a fondos de fábrica es probable que las autoridades civiles a interponer la municipalidad fuese solvente en sus buenos oficios para el cobro de sus cuentas. No obstante, tocaba a la la deuda, dinero que se destinaría parroquia mejorar el camposanto a también para las necesidades del fin de prevenir las enfermedades. templo. Concluyó: Un escenario parecido encontró el cuerpo municipal, no está por el obispo en la parroquia de Santa ninguna ley vijente, autorizado para Bárbara, en Sensuntepeque, en 1854. disponer de los fondos de fabrica; pues El mayordomo Juan Ayala rindió que solo es privativo de la autoridad cuentas del período comprendido ec[lesiásti]ca.; y si el mayordomo entre julio de 1846 y febrero de del ramo, no obstante esta preven- de 1854. Su cargo ascendía a 577 cion, hiciese algun gasto de or[de] pesos cuatro reales, su data a 286 n. municipal, no se le abonará por pesos, su deuda era de 258 pesos legitima data (Libro de visitas pasto- tres y medio reales y los fondos rales, 1850-1854, f. 377)7 disponibles sumaban 33 pesos. El obispo previno al párroco Juan Según veíamos al inicio de este Francisco Fuentes y al mayordomo apartado, las municipalidades debían para que el disponible lo destinaran procurar la salubridad del pueblo “para las necesidades de la Yglesia”. para asegurar la salud de la gente Exhortó a las autoridades civiles al y debían garantizar la construcción cobro de la deuda (258 pesos tres de cementerios, así como velar por y medio reales) para que “antes de su seguridad y decencia. La visita de que comiensen las aguas [lluvias de la parroquia de San Pedro Metapán, invierno], se levanten las paredes del en 1850, revela que en algunos campo santo”. Ordenó que se colo- casos las municipalidades no solo cara en el cementerio una “puerta no cumplían con su deber, sino que segura con su llave, invirtiendo en este era asumido por las parro- este objeto otra cantidad que se nos quias. Según las cuentas de fábrica, ha d[ic]ho. esta reunida con el mismo 96 Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 fin”. Procediendo de esta forma “se Como ha quedado en evidencia evitará que los cadaberes sean exhu- en los casos de San Pedro Masahuat mados por los perros y devorados y de San Juan Bautista Chinameca, en por las aves de rapiña como sucede algunos pueblos las relaciones entre segun se nos ha asegurado”. (Libro la municipalidad y la parroquia eran de visitas pastorales, 1850-1854, f. de mayor entendimiento, incluso de 412-413). mucha complicidad. En 1857 le llegó el turno a la parroquia de San Nicolás, Menos afortunada era la situ- en Tonacatepeque. El mayordomo ación en la parroquia de San Juan expuso las cuentas comprendidas Cojutepeque, en el año de 1860. El entre 1851 y 1857. En ese tiempo visitador, que en dicha ocasión era la mayordomía había recaudado la el Vicario Provincial Andrés Aguilar, asombrosa cantidad de 2,520 pesos señaló que la falta de cementerio siete y un cuartillo de reales, de los impedía que los fallecidos en los que se habían invertido en la iglesia valles y en los poblados aledaños 1,936 pesos cuatro reales, repor- fueran enterrados en la ciudad; tando en efectivo un total de 585 incluso muchos del poblado central pesos dos reales. Y puesto que “los eran “enterrados furtivam[en].te robos se han hecho tan frecuentes por que el lugar destinado á los que ya no respetan ni los templos enterramientos se halla en campo del Señor”, el dinero existente y lo abierto”. Afirmaba que la parroquia que se continuara ingresando debía hacía acopio de materiales para la guardarse construcción del cementerio. Quizá por este motivo informó sobre los en un pequeño cofre con dos fondos de fábrica con estas palabras: llaves distintas, de las que una “carece absolutamente de fondos, y ecsistirá en poder del P[adr]e. cura, no podrá tenerlos hasta que se halla y la otra en el del tesorero Sr. Franc. construido el campo santo” (Libro de [isc]o Jimenez, y dicho cofrecito se visitas pastorales, T. 2, 1857-1867, f. colocará dentro de una caja grande 95, 102)8. El incumplimiento de la que tendrá tres llaves distintas de las municipalidad tenía sin cementerio al cuales, una, conservará el padre cura, pueblo, de forma que ponía en riesgo otra el alcalde 1.o y la otra el espre- la salud pública. Además, contribuía sado mayordomo tesorero, en cuya a preservar las precariedades y casa permaneceran las cajas dichas; carencias propias del templo y del y ya sea p.[ar]a introducir ó estraer culto; buena parte de los esfuerzos de ellas alguna cantidad, concur- económicos de la gente lo consumía riran las tres personas referidas, las el interés por construir el cement- que llevaran sus libros en el cual erio, según expresa el visitador. sentaran la partida de las cantidades que se introdusca, ó bien se estraiga; La Iglesia como agente de secularización. 97 Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
no pudiendo gastarse una cantidad cofradías y hermandades. El obispo Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 mas de cien pesos, sin consultarnos; insistía en que los fondos de estas manifestandonos la necesidad y asociaciones debían utilizarse en objeto en que debe emplearse (Libro fines piadosos, lo que significaba tres de visitas pastorales, T. 2, 1857-1867, cosas. En primer lugar, respondían a f. 58-59). una práctica devocional general- izada, herencia del Antiguo Régimen, Ante tan extraordinaria cantidad y, de manera específica, a las celebra- de fondos recaudados, y los aún ciones religiosas por la advocación disponibles, no extrañan las medidas de la Virgen María, o santa patrona, tomadas por el obispo; a su vez, el o por el santo patrón del pueblo. En alcalde debía estar bien recomen- segundo lugar, eran usados con fines dado por el párroco, Joaquín Mendoza, benéficos, para socorrer al prójimo para ser incluido en la terna que en la enfermedad o en la hora de la custodiaría el dinero. Y es que en muerte, por ejemplo, y que tuviera algunos casos el mismo alcalde fue un funeral digno; al mismo tiempo, elegido mayordomo, como sucedió pagaban misas por las almas del en la parroquia de Apaneca, en el Santo Purgatorio. En tercer lugar, pueblo de Juayúa, en marzo de 1861. contribuían al mantenimiento del El pueblo carecía de mayordomo de templo y al sostenimiento del culto fábrica y “no debiendo faltar ésta religioso regular y tradicional, más [mayordomía] en ninguna pobla- allá de las festividades en honor al cion hemos nombrado mayordomo santo patrón o a la santa patrona. al señor Apolinario actualmente Contribuían con ornamentos, vasos alcalde” (Libro de visitas pastorales, sagrados, hostias, vino, cera, entre T. 2, 1857-1867, f. 165-166). La cotidi- otros. En una línea más secular, hay anidad del pueblo enlazaba profun- que decir también que las cofradías y damente el trabajo civil del alcalde hermandades eran fuente de crédito y la municipalidad con el ministerio para la feligresía (Guerrero, 2016; del pastoral del cura y la parroquia. Valle, 2014; Castellón, 2014; Tanck Es probable que el tono cordial o de Estrada, 2004; Di Stefano, 2002; de disputa que utilizaba el obispo Lavrin, 1998). El obispo reclamaba respondiera, en buena medida, a la porque buena parte de aquellos cordialidad o a las diferencias (a fondos se gastaban en música, veces quizá irreconciliables) entre la baile, aguardiente, comida y pólvora municipalidad y la parroquia, entre durante las fiestas de los pueblos. los alcaldes y los párrocos. Más allá de aquellos usos no Otros ingresos que marcaron la piadosos, el caso registrado en la disputa entre la Diócesis y las munic- parroquia de Santa Catalina Apopa, ipalidades fueron los fondos de en 1857, en el pueblo de Guazapa, 98 Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 ilustra que el prelado podía recurrir Con estas acciones la Diócesis de a un lenguaje más sutil pero igual- San Salvador estaba fraguando un mente claro en su intención: definir proceso de diferenciación adminis- las fronteras entre lo civil y lo trativa entre lo civil y lo eclesial. eclesial. Además de otras herman- dades, existía en el pueblo la del En la parroquia de Santiago Santísimo Sacramento, cuya mayor- Texacuangos, en diciembre de 1853, domía estaba a cargo de la señora al cierre de la visita se le recuerda Evarista Mayorga, quien declaró al párroco que es parte de su deber “haber entregado en cinco años á pastoral y moral enseñar a los niños la misma corporación [municipal] la doctrina cristiana, así como visitar 325. $. [pesos] restandole aun que las escuelas para cerciorarse de que cobrar 110. $. [pesos]”. Se inquirió a los preceptores enseñan la doctrina la municipalidad en torno al destino y de que utilizan “libros piadosos é del dinero y esta “informó verbal- instructivos que no contengan ideas mente, que de ellos se gasta mas irreligiosas e impías”. En el mismo de 60. $. [pesos] anualmente en las informe, páginas atrás, en vista de que funciones, y que el resto se reparte las veinte hermandades de Santiago al redito legal”. Por lo que el obispo Texacuangos carecían de fondos y expresó: de que sus cofrades celebraban las funciones religiosas “de su industria […] no pudiendo reglamen- y trabajo personal”, el obispo derogó tarse á la vez esta hermandad, ni “lo prevenido en el auto de la visita mudarse desde luego la espresada anterior, que imponía á cada una de mayordomo [Evarista Mayorga], sin dichas hermandades, la contribucion peligro de perderse algunas canti- de ocho reales anuales para dotar dades; acordamos: que el padre al maestro de escuela; que sobre cura, pasada la procsima funcion no ser justo tomar de los fondos de Corpus, arregle esta hermandad, piadosos para este objeto, las leyes haciendo con palabras suaves y han destinado para él, el producido persuasivas al cuerpo municipal la del tajo” (Libro de visitas pastorales, advertencia de que si bien es muy 1850-1854, f. 226-229)9. A su criterio, piadoso y laudable que dichas corpo- era responsabilidad de la Diócesis raciones se empeñen en el aumento la instrucción intelectual y moral del culto divino, no es de su resorte de los niños y niñas, pero el pago el nombrar mayordomos, ni disponer de maestros y el sostenimiento de de las limosnas, invirtiendolas en las escuelas corrían por cuenta del otro objeto distinto de aquel para Estado, a través de las municipali- que las han dado los fieles […] (Libro dades. Cooperación y diferenciación. de visitas pastorales, T. 2, 1857-1867, Un proceso de secularización en f. 85). marcha. La Iglesia como agente de secularización. 99 Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
Cuando las relaciones aumen- Sr. Bernardino Marcial, para que Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 taban de tensión se pasaba a la tan luego como reuna la cantidad amenaza directa. En la parroquia que desea y recauda en el pueblo, de San Pedro Perulapán, en 1854, la se compren los ornamentos que corporación municipal había inten- necesita la Yglesia de d[ic]ho. pueblo tado vender el terreno donde estaba (…) (Libro de visitas pastorales, T. 2, la casa parroquial y al no conseguir 1857-1867, f. 283). su objetivo, había procedido al cobro de alquiler al cura Irineo Antonio Durante la Colonia y en el XIX (o Recinos. El obispo determinó “para en buena parte de este), el trabajo intelig[enci]a. del cuerpo municipal” de construir, reconstruir y reparar los que “en el caso de insistir en su templos estuvo bajo la dirección de las injusta resolucion, trasladaremos la autoridades civiles (ayuntamientos, residencia del parroco á cualquiera cabildos, ayuntamientos constitucio- de los otros dos pueblos anexos” nales y municipalidades, según sus (Libro de visitas pastorales, T. 2, diferentes denominaciones) (López, 1857-1867, f. 285). Probablemente se 2018: 195-197; Herrera, 2003: 114). refería a los pueblos San Bartolomé A mitad del XIX, los gobernadores Perulapía y San Martín, que eran los departamentales incluían en sus anexos de la parroquia de San Pedro informes las construcciones, reedi- Perulapán. La amenaza no era un ficaciones, reparaciones y mejoras asunto menor, pues un pueblo que de iglesias (portada, techo, paredes), contaba con corporación municipal sacristías, campanarios, capillas, y con parroquia estaba mejor posi- conventos y cementerios. Es prob- cionado en términos de status y de able que la mayor parte del dinero poder y, por lo mismo, estaba por procediera de los fondos de fábrica encima de los pueblos anexos. En y de los fondos y bienes de cofradías el mismo informe, pero acerca del y hermandades. Un decreto de marzo pueblo de San Bartolomé Perulapía, de 1844 precisó que la “administra- la confianza hacia el alcalde cion de los capitales y cualesquiera municipal quedó en evidencia. El fondos, destinados á la conservacion mayordomo de fábrica presentó las y fomento del culto público relijioso, cuentas de los años 1853 y 1854. El quedan bajo la inmediata inspec- obispo concluyó: cion y competencia de la autoridad eclesiástica […]”. (Menéndez, 1855, como segun estamos informados Libro Séptimo, Título 3, p. 74)11 Sin hay campo santo amurallado de embargo, el dinero y los bienes de la paredes y sus puertas con llave, Iglesia continuaban siendo fuente de los ochenta $ [pesos] que tiene de tensión y de disputas. En esa tensión existencia los dejamos en deposito de poderes se gestaba un proceso del Sr. Alcalde 1.o const[ituciona].l secularizador. Finalizaremos este 100 Julián González Torres
Revista Realidad 156, 2020 • ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526 artículo con el estudio del concor- dato entre El Salvador y la Santa Sede. 5. Concordato y secularización Las independencias de ultramar en abril de 1862. Delgado traza un tomaron desprevenida a la Santa relato amplio de las negociaciones Sede. Quien en realidad administraba entre la Santa Sede y el Estado salva- la Iglesia en el nuevo continente era doreño (Delgado, 2011, pp. 479-487). la Corona española. Así que de pronto En lo que resta de este apartado me se encontró con nuevas entidades interesa analizar el concordato como políticas (estados, repúblicas, federa- parte del proceso de secularización. ciones) que reclamaban como propio el patronato. En Centroamérica, En el primer artículo, el concor- un decreto federal del 11 de julio dato ratificó la identidad católica de 1831 consideró “inherente á del Estado. Este debía garantizar la soberania nacional el derecho a la Iglesia sus derechos y prer- que, con el título de Patronato, se rogativas, “segun la ley de Dios y concede y se practica en los Estados las disposiciones de los sagrados Católicos”. Declaró que mientras no Cánones” (Arriola, 1868, p. 260). existiera un concordato con la Santa Este acuerdo fue un retroceso Sede, “el Presidente de la República respecto de la protección del fuero ejercerá el Patronato en los mismos interno del individuo. Además de términos que lo ejercian los reyes de declarar a la religión católica como España”. Extendió la facultad a los “única verdadera, [que] profesa el jefes de estado, “como Vice-Patronos, Salvador, y [que] el Gobierno la en todos los casos y negocios que protejerá con leyes sabias, justas y no tengan conexion con los de otro benéficas”, la constitución de 1841 Estado, ó que no toquen á las rela- también decretó que “todo hombre ciones exteriores”. (Menéndez,1855, es libre para adorar a Dios según su Libro Séptimo, Título 1, p. 56) La conciencia, sin que ningún poder ni profunda crisis de Centroamérica autoridad pueda, con leyes, órdenes durante la Federación hizo impo- y mandatos, de cualquier naturaleza sible la firma de un concordato con que sean, perturbar ó violentar las la Santa Sede12. creencias privadas”. En congruencia con el concordato, la constitución El concordato definía y pactaba de 1864 simplificó el enunciado: las funciones y las jurisdicciones “La Religion Católica, Apostólica y de la Iglesia y del Estado. Ya en Romana, única verdadera, profesa El calidad de república independiente, Salvador, y el Gobierno le dará toda El Salvador rubricó el concordato La Iglesia como agente de secularización. 101 Municipalidades y Concordato en El Salvador, 1842-1862
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