Son efectivas las medidas punitivas sobre las personas no vacunadas contra la covid?

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Son efectivas las medidas punitivas sobre las personas no vacunadas contra la covid?
SALUD

¿Son efectivas las medidas punitivas sobre
las personas no vacunadas contra la covid?
Países europeos están aplicando estrategias anticovid en la población sin
vacunar. Austria hará la vacunación obligatoria tras extender su
confinamiento dirigido a los no vacunados a toda la población. En Alemania,
las personas sin inmunizar tienen acceso restringido a restaurantes y
hoteles, y deben mostrar un test negativo en el transporte público.
Eslovaquia también ha impuesto restricciones a quienes han decidido no
vacunarse. Suecia introducirá un pasaporte covid en eventos de más de cien
personas. ¿Qué efecto tienen estas políticas?

Sergio Ferrer                      19/11/2021 09:45 CEST

Una señal informa de la restricciones de movilidad por la covid-19 en Scharnitz, Austria.
EFE/EPA/PHILIPP GUELLAND

¿Tiene sentido epidemiológico?
Para el epidemiólogo Pedro Gullón el éxito de estas medidas a la hora de
contener la infección depende de la distribución por edad y las actividades
que se estén previniendo. “Si estás vacunando por franjas etarias [de edad],
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tienes pocos vacunados y decides prohibir entrar a los no vacunados en, por
ejemplo, sitios de ocio nocturno, estás cerrando de facto estos sitios”.

Considera que en ese caso “puedes cortar la transmisión si se está
produciendo ahí”. Por el contrario, si la distribución de los vacunados y las
actividades que realizan es más heterogénea, el efecto sería menor. Por eso
cree que estas medidas funcionarían mejor si sirven para cerrar “de forma
sutil” ciertas actividades en momentos de alta transmisión.

¿Tendría sentido en países con tantos vacunados como
España?
Con casi un 90 % de la población diana vacunada en España , ¿sería
necesario aplicar este tipo de medidas cuando llegue la próxima ola? Gullón
opina que “restringir actividades a un 10 % de la población cuando el 90 %
las realiza tiene poco impacto”.

Aclara que el impacto no es inexistente: “Hemos visto que las vacunas sí
reducen la transmisión y en términos relativos los no vacunados contagian y
se contagian más, así que estarías previniendo parte de la transmisión e
incluso algún evento supercontagiador”. Sin embargo, recuerda que “ese 90
% sigue pudiendo contagiar, aunque sea menos”.

¿Convencerá a los no vacunados?
“Sabemos que las medidas punitivas hacen que la confianza en las
instituciones disminuya, lo cual no es un buen dato”, dice la socióloga de la
Universidad Complutense de Madrid Celia Díaz.

“Dado que gran parte de los no vacunados se han opuesto hasta ahora,
intuyo que les va a radicalizar más aún”, teme el sociólogo de la Universidad
Complutense de Madrid Igor Sádaba. “Es esperable que genere resistencia y
mayor activismo”.

       Dado que gran parte de los no
       vacunados se han opuesto hasta
SALUD

       ahora, intuyo que les va a radicalizar
       más aún
       Igor Sádaba, sociólogo de la UCM

Añade que estos movimientos son una “amalgama” que incluye grupos
naturalistas, de extrema derecha, conspiranoicos y también gente reticente
ante los nuevos fármacos. “Esto hará que su reacción sea desigual, pero el
sector más activo y político se radicalizará un poco más”. En cualquier caso,
no teme que sea el caso de España, donde son posturas “muy minoritarias
que no han conseguido movilizaciones masivas” como en Francia, Austria,
Bélgica, Estados Unidos, Polonia, Nueva Zelanda y Holanda.

Gullón piensa que en países con pocos vacunados estas medidas sí pueden
estimular la vacunación “si los sectores no vacunados no son muy
reticentes”. No cree que sea el caso de España, donde existe un 10 % de
personas al que “es difícil de llegar” y “ya se les ha ofrecido repetidamente la
vacuna”. En ese caso, también teme que estas situaciones “refuercen sus
propias subjetividades”.

¿Creará una brecha social?
Díaz piensa que estas medidas podrían “acelerar los conflictos entre
vacunados y no vacunados”, pero también que hay que intentar que las
personas vacunadas puedan “beneficiarse” del hecho de haberse vacunado.
“De lo contrario, los conflictos pueden ser mayores si culpabilizan a los
reticentes de sus restricciones”.

El investigador de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) Michael Bang
coincide en que “un largo período de restricciones para la mayoría vacunada
disminuirá su confianza”. Por el contrario, explica que “la fatiga facilita la
radicalización” y que las restricciones selectivas reforzarán la desconfianza
entre los no vacunados.

                Es importante no caer en la
                criminalización de aquellos que no
                se vacunan porque puede dar lugar
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                a muchas situaciones de riesgo
                Celia Díaz, socióloga de la UCM

“Es importante no caer en la criminalización de aquellos que no se vacunan
porque puede dar lugar a muchas situaciones de riesgo”, comenta Díaz.

Sádaba explica que estas dinámicas dependerán del porcentaje que
represente cada grupo en la población y de la actitud de los vacunados. “Si
empiezan a discriminar y distanciarse de los no vacunados y a generar
estigmas y segregación, podrían generarse nuevas estratificaciones o clases
sociales médicas si se implementan normativas que actúan de forma
diferencial”.

En ese caso “no solo va a haber aislamiento social, sino también
persecución delictiva”. Sin embargo, advierte de que esto se notará más en
países con tasas de vacunación más bajas y que dependerá de la situación
epidemiológica. También del contexto político, ya que algunos países han
propuesto incluso hacer obligatoria la vacunación de la covid-19.

“De momento, en la población vacunada no se ha visto esa actitud
[discriminatoria] y el movimiento más beligerante es el antivacunas”,
tranquiliza, aunque avisa de que no hay datos concluyentes y sí margen para
la especulación debido a la incertidumbre.

Bang sí teme que “el conflicto social aumente en los próximos meses entre
los vacunados y los antivacunas” y ve improbable que las dinámicas de
“moralización”, que ha estudiado en el contexto de la pandemia , funcionen
entre estos grupos ya establecidos.

¿Cómo convencer a los no vacunados?
Díaz y Sádaba aseguran que hay que tratar de entender las causas que
provocan las reticencias vacunales. La socióloga pone de ejemplo el caso de
Rumanía, donde solo el 36 % de la población está vacunada: “Parece haber
una desconfianza asentada en las instituciones en general y las sanitarias en
particular, y muchos sectores creen que las vacunas son malas para la
salud”.
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Para Díaz, la estrategia pasa por desarrollar campañas de divulgación con
las evidencias que ya tenemos. “Las vacunas disponibles han resultado ser
más eficaces de lo que se esperaba y hay muchos datos sobre los efectos
secundarios como para poder eliminar esos miedos sobre su novedad.
También habría que recordar lo dañinos que resultan los confinamientos y
los cierres de colegios, que podemos evitar gracias a las vacunas”.

Díaz añade que si las tasas de infección provocan la imposición de medidas
punitivas, “se debería hacer desde principios éticos claros, destacando y
reforzando la solidaridad”. Por ejemplo, “habría que destacar el factor de
protección a los seres queridos y vulnerables y señalar los casos de éxito
que ya existen”.

Fuente: SINC

Derechos: Creative Commons

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