UN ACERCAMIENTO HISTÓRICO A LA COMUNIDAD SORDA DE BOGOTÁ - SED-FENASCOL Virginia González Vicente Proyecto Cátedra, 2011

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UN ACERCAMIENTO HISTÓRICO A LA COMUNIDAD SORDA DE BOGOTÁ - SED-FENASCOL Virginia González Vicente Proyecto Cátedra, 2011
Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

UN ACERCAMIENTO HISTÓRICO A LA
 COMUNIDAD SORDA DE BOGOTÁ

                                                        Virginia González Vicente
                                                            Proyecto Cátedra, 2011
                                                                SED- FENASCOL

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UN ACERCAMIENTO HISTÓRICO A LA COMUNIDAD SORDA DE BOGOTÁ - SED-FENASCOL Virginia González Vicente Proyecto Cátedra, 2011
Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

                                       INDICE

1- INTRODUCCIÓN.

2- METODOLOGÍA.

3- ¿QUÉ SABEMOS DE LA HISTORIA DE LAS PERSONAS SORDAS?

4- ¿PODEMOS HABLAR DE UNA IDENTIDAD CULTURAL DE LA COMUNIDAD
SORDA COLOMBIANA?

5- DE LA LENGUA DE SEÑAS AL BILINGUISMO EN BOGOTÁ.

6- UN ACERCAMIENTO A LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN PARA SORDOS EN
BOGOTÁ.

7- HACIA UNA PROPUESTA PEDAGÓGICA.

8- CONCLUSIONES.

9- GLOSARIO.

10- BIBLIOGRAFIA.

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Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

1- INTRODUCCIÓN.

La investigación de un determinado grupo social dentro del marco de una población
mayoritaria, requiere un análisis previo del proceso de interacción que en las normas de
tratamiento informal se presenta entre las partes. La tendencia histórica indica cómo las
mayorías tienden a definir patrones y a estandarizar comportamientos sobre las minorías, lo
que también a lo largo de la historia nos ha demostrado, que no por sumar más tengan la
razón o representen la necesidad de aquellos por quienes deciden.

En el caso de la población sorda, objeto y sujeto de estudio de la presente investigación,
que tiene como propósito profundizar en la historia de esta comunidad en nuestro país y
más concretamente en Bogotá, se presentan de manera clara situaciones a las que se
enfrentan como grupo minoritario, en lo que concierne a cómo han sido definidos,
interpretados y comprendidos por la población oyente a lo largo de la historia, para lo cual
hablaremos más concretamente de la educación en los sordos en la capital de Colombia y
del proceso histórico de formación de su comunidad.

El sistema educativo de la población oyente ha determinado para las personas sordas una
teoría y metodología idealizada puesto que, como múltiples investigaciones y resultados a
través de la historia han demostrado, pertenecen a un grupo que no debería ser forzado a
seguir los procesos de la misma manera en que lo hace la población oyente, pero que
deberían gozar de idénticos derechos y obtener iguales resultados en materia del
aprendizaje significativo y del saber-hacer con el conocimiento adquirido.

El proceso de comprensión de esa realidad ignorada por los oyentes en cuanto al escaso
conocimiento que tienen de la historia de la Comunidad Sorda en Colombia, nos conduce
ante todo a ubicarla en un contexto histórico y sociocultural que facilite su entendimiento,
ya que siempre estará sujeta a múltiples definiciones y deconstrucciones que intenten
explicarla, pero que no necesariamente permitan hacerlo de manera adecuada o precisa.

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Las personas sordas, particularmente en nuestro país, han sido objeto durante ese largo
proceso de una serie de malinterpretaciones y desaciertos en aspectos tales como la forma
en que se ha planteado el tema de su educación, específicamente en relación con la
pedagogía, las didácticas y los métodos de enseñanza-aprendizaje y, metodológicamente
hablando, los procesos de inclusión y de equidad dentro del resto de la sociedad desde un
punto de vista comunicativo. Las legislaciones y políticas públicas que permite a las
personas sordas pertenecer realmente y de manera participativa a la globalidad de la
sociedad colombiana, tampoco adapta mecanismos que contribuyan a una comprensión
óptima de tipo comunicativo e interactivo entre sordos y oyentes, cuyo imaginario sobre las
personas sordas no está aún preparado para interactuar con esta comunidad.

Cabe destacar aquí, el proceso realizado en Bogotá por la Secretaría de Educación Distrital
- SED en convenio con la Federación Nacional de Sordos de Colombia, ya que este
contexto es en realidad el que permite emerger esta investigación dentro del marco del
Proyecto de Cátedra de Lengua de Señas Colombiana, cuyo primer ciclo se está
implementando ya en los colegios distritales de Bogotá. Como sustentación de dicha
cátedra, se ha pretendido no sólo atender al plano lingüístico, sino también a las
características socioculturales de la Comunidad Sorda, comenzando por su historia.

La historia de la educación en Occidente y los procesos históricos que con el tiempo
crearon y posteriormente transformaron definiciones relacionadas a partir de la misma, ha
obrado en la Comunidad Sorda, puesto que ha estado sujeta a las concepciones y decisiones
que la comunidad oyente como mayoría ha tomado en cuanto a la forma en que se concibe
e imparte su educación. Esta historia también nos permite entender procesos que definen
múltiples aspectos de ambas comunidades, por lo que se hace fundamental partir de la
educación para desglosar todos los demás aspectos de tipo antropológico, social y cultural.

De este modo, la contextualización histórica como eje fundamental para comprender la
realidad actual y partir de ella hacia la construcción de nuevas y más adecuadas propuestas
que consigan optimizar el proceso de desarrollo del lenguaje y la comunicación de los
sordos, debemos remontarnos al inicio de la concepción actual que se tiene de educación.

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Así, el descubrimiento de América no sólo se puede definir como el “choque” de dos
mundos, la interacción de dos realidades o la imposición de una sobre la otra. Desde el
punto de vista lingüístico, gran parte de nuestro continente heredó un legado como nueva
sociedad hispano hablante y a su vez, todas las posteriores discusiones y cambios dados en
la manera como se abstraen, expresan e interpretan todos los aspectos verbales y no
verbales de la lengua que cultural y políticamente nos domina.

Como plantea el maestro Alejandro Álvarez en una de sus conferencias (Álvarez, 1996), el
concepto de escuela no ha sido el mismo a lo largo de la historia de Occidente. De esta
conferencia, entre otros aspectos, cabe destacar uno: “la creencia en la unidad de la escuela
como entidad universal que busca la perfección”. Si bien el concepto de escuela ha
cambiado, ésta continua siendo la entidad que rige y determina la manera como se “enseña”
e imparte el conocimiento. Es por ello que, al trasladarnos a la escuela actual, como primer
paso en el periodo de aprendizaje formal del hombre dentro de la sociedad para su posterior
servicio dentro de la misma y como individuo poseedor de un conocimiento que debe poner
al servicio de ella, nos encontramos con la ausencia de escenarios o posibilidades tangibles
y equivalentes para la Comunidad Sorda.

Por supuesto, son significativos los avances que históricamente se han conseguido, por ello,
como parte de esta investigación, nos ocuparemos de analizar de manera crítica y
centrándonos en el aspecto sociocultural de una comunidad que necesita conocer su historia
para conseguir un avance que no los fuerce a la necesidad de hacer oral su discurso como
anteriormente y aún hoy, en muchos países, se mantiene. Además, es importante enfatizar
que, como personas sujetos de derecho y como comunidad lingüística minoritaria, tienen
plena capacidad de asociación e interacción con una sociedad oyente que, por su parte,
necesita cambiar ideas preconcebidas y rotulaciones enmarcadas en una visión clínica de la
sordera1 ya desfasada en el discurso, pero aún vigente en la cotidianidad.

Finalmente, es de mencionar que el objetivo del presente documento es presentar con base
en los datos obtenidos en los procesos investigativos de las etapas anteriores de este

1
    Para conocer más sobre la visión clínica y la visión socio-antropológica de la sordera, ver Glosario.

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proyecto para desarrollar la Cátedra de Lengua de Señas Colombiana en los colegios
distritales de Bogotá, sistematizando y analizando éstos, con el fin de que el presente
documento sirva como insumo y permita más adelante, en próximas etapas, diseñar una
propuesta pedagógica para la implementación curricular de la Lengua de Señas Colombiana
en el marco de la política de Educación Bilingüe-Bicultural de la Secretaría de Educación
Distrital – SED de Bogotá.

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2- METODOLOGÍA.

En el proceso de búsqueda de datos que permitan profundizar y describir la historia de la
Comunidad Sorda en Bogotá, es necesario recurrir a una serie de investigaciones en
diversos aspectos, tales como la identidad y su proceso de construcción en la Comunidad
Sorda, los procesos de educación de las personas sordas y los avances en materia de
reconocimiento de sus Derechos en aspectos legales y las políticas del Estado para tratar los
temas concernientes a dicha comunidad. Además, es necesario tener en cuenta rasgos de
tipo sociocultural y definir múltiples discusiones teóricas sobre definiciones, construcciones
ideológicas e imaginarias acerca de la Comunidad Sorda, las cuales se están construyendo
desde la propia comunidad desde un enfoque socio-antropológico, dejando atrás la
tradicional visión clínica, que durante tanto tiempo ha limitado el avance hacia una
metodología de enseñanza mucho más significativa para los sordos desde la caracterización
de su contexto y características específicas.

Teniendo en cuenta la complejidad de abordar todos estos aspectos y ponerlos en diálogo
para identificar una visión general de la historia y centrarse en el análisis objetivo y crítico
de esa información, puede decirse que es una labor que apenas comienza, ya que aunque se
han   realizado    esfuerzos     investigativos       desde     diferentes         instituciones,   dichos
emprendimientos todavía son muy aislados e incipientes. Es por ello que se hace necesario
en primera instancia, recoger y sistematizar abundante información etnográfica para
presentar una propuesta que permita continuar en esta tarea ya emprendida por diversas
organizaciones como la Secretaría de Educación Distrital – SED, la Federación Nacional de
Sordos de Colombia – FENASCOL y el Instituto Nacional para Sordos – INSOR.

Para contar la historia de la Comunidad Sorda y comprenderla, no basta con analizar datos,
recurrir a testimonios, hacer entrevistas y transcribir la información. También se hace
indispensable realizar un trabajo de campo antropológico y sistematizar, analizar y
comprender, en lo posible, la mayor cantidad de aspectos que permitan definir el largo

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proceso histórico por el que la comunidad ha venido pasando para conformar lo que hoy en
día es.

Esta labor también implica inferir prácticas sociales, comportamientos y actitudes que dan
cuenta de un modo de estar y sentir dentro de una sociedad. De esa manera, cuando entran
en juego distintas voces y se reflejan intereses disímiles, con concepciones muchas veces
contrapuestas, es cuando nos reafirmamos en la idea de que este trabajo es en realidad una
aproximación histórica que pretende ir más allá de la construcción social de conceptos
como “sordera” o “sordo” y que más bien se enfoca en una mirada socio-antropológica de
la misma, concibiendo todo un sistema de identidad que debe ser tenido en cuenta y
contemplado por la comunidad oyente.

Por otra parte, las discusiones académicas, las propuestas educativas y las reivindicaciones
políticas se van dando no sólo simultáneas, sino entrecruzadas, presentándose de manera
consistente o contradictoria unas con otras. Por ejemplo, contar los episodios de la historia
de la educación de las personas sordas en Bogotá no puede verse aislada de la construcción
de la Lengua de Señas Colombiana, ni de la misma historia de la educación en general.
Pero no se trata sólo de temas imbricados, se trata de un conjunto de acontecimientos,
teóricos y prácticos, que deben leerse en correspondencia mutua. En este proceso, se
compiló una serie de documentos y testimonios en torno a temáticas como educación y
asociacionismo, que faciliten la comprensión de lo construido hasta ahora y, lo más
importante, lo que aún falta construir por parte de la comunidad.

En este sentido, la actual investigación histórica debe hacer parte de una investigación
antropológica que, liderada desde y por la Comunidad Sorda, se provoca necesario realizar
un trabajo de campo etnográfico, que utiliza diversos recursos tales como historias de vida,
entrevistas en profundidad, observación participante y estudio de caso, acudiendo a
personas que han sido y son protagonistas de la historia de la Comunidad Sorda o que
actualmente contribuyen a la construcción de mejores condiciones de vida para sus
miembros, así como miembros que forman parte de la diversidad de la Comunidad Sorda.

Este documento forma parte de ese proceso investigativo y es una aproximación histórica,
que permita a los escolares sordos conocer el proceso histórico de su comunidad. Es claro
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que este trabajo hace parte de un arduo y largo camino de investigación etnográfica que aún
falta por concluir para que permita definir conceptualmente términos como “cultura sorda”
o “identidad sorda”.

Esta revisión se fue cumpliendo simultáneamente con el análisis de testimonios de personas
sordas de la comunidad y de profesionales que han estado inmersos a lo largo de la historia
de la Comunidad Sorda en Bogotá. Ambas fuentes, las documentales y las testimoniales,
fueron arrojando pistas de cómo sistematizar la información. Estas claves para analizar las
experiencias y eventos relacionados con la Comunidad Sorda, las encontramos en el
trasegar de las reivindicaciones políticas, donde varias de éstas se van decantando en leyes
y decretos a favor de las personas sordas, principalmente a partir de la Constitución de 1991
en las últimas dos décadas.

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3- ¿QUÉ SABEMOS DE LA HISTORIA DE LAS PERSONAS
SORDAS?

En la Antigüedad, se utilizaba el término “sordomudo” y básicamente se definían como
personas incapaces, que presentaban serias dificultades para adquirir conocimiento y para
llevar a cabo un proceso de aprendizaje. Muchos fueron los atropellos cometidos contra las
personas sordas en ese entonces, que iban desde la privación de sus derechos fundamentales
de ciudadano hasta el asesinato de los mismos por parte de algunas civilizaciones
occidentales2.

Durante la Edad Media en Europa, los sordos eran ingresados a manicomios como
ayudantes, ya fuera en la limpieza o en la cocina, y tampoco gozaban de las mismas
libertades y derechos que el resto de ciudadanos, ya que entre otras cosas, no podían
casarse o entrar a los templos.

En el siglo XVI comienza el camino hacia la historia de la educación de los sordos. Pedro
Ponce de León introduce un método que incorporaba la dactilología3, la lectura y el habla
oralizada.

2
 Por ejemplo, según la historia, los Espartanos arrojaban a las personas con algún defecto físico desde los
montes o los Romanos, que los arrojaban al río Tiber o eran abandonados o sacrificados.
3
 Sistema de comunicación que transmite información mediante el uso de los dedos de la mano, la gran
mayoría concebidos para el recuento numérico o para la representación de alfabetos manuales.

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En este siglo surge un concepto que cambiaría el concepto de educación y escuela en
nuestra sociedad occidental: la idea de infancia y la importancia que adquieren los niños
como promesas futuras de la conservación del núcleo socioeconómico de la sociedad: la
familia.

Al reconocerse la importancia de la infancia desde una mirada política y económica de las
nuevas naciones y Estados Absolutos que se empiezan a formar, nace también la necesidad
de preparar y valorar ese potencial que en un futuro tomará las riendas de la sociedad. Una
categoría social y humana que permita postergar el legado cultural de los pueblos y que,
con el paso del tiempo, mediante la escuela como escenario para la transmisión del
conocimiento, se convierte en una prioridad para las naciones más desarrolladas
económicamente hablando.

En el siglo XVII, Juan Pablo Bonet continúa la obra de Pedro Ponce de León buscando la
oralización de las personas sordas, pero incorporando la dactilología y la comunicación
manual como instrumento para lograrlo.

Durante el Siglo XVIII, el Abad Charles Michel de l´Epée funda la primera escuela pública
para sordos en París, inventando un sistema de signos que se incorporaría posteriormente a
la gramática de la Lengua de Señas Francesa.

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Ya a finales del siglo XVIII, en España, la educación básica todavía no era obligatoria. Los
niños trabajaban como aprendices o ayudando a sus padres. Casi ningún oyente iba a la
escuela y mucha gente no sabía leer ni escribir. Así, ningún niño sordo iba a la escuela,
porque se pensaba que los sordos no eran capaces de aprender nada y que, por lo tanto, era
imposible enseñarles ningún conocimiento.

Además, a mediados del siglo XIX, en el Congreso Internacional sobre la Instrucción de los
Sordomudos (Milán, 1880) se aprueban las resoluciones que estarán vigentes hasta 1960 en
Europa y 1980 en España: “la superioridad del habla sobre los signos para incorporar a los
sordomudos a la vida social, proporcionándoles una mayor facilidad en el lenguaje y la
utilización simultánea de signos y habla. Por las anteriores resoluciones, se declara el
método oral puro como el mejor” (Oviedo, 2006), prohibiendo el uso de las Lenguas de
Señas en las escuelas para sordos.

Es a mediados del siglo XX, a partir de los estudios de Stokoe en 1960, cuando se
empiezan a recuperar las Lenguas de Señas, ya que se reconoce el valor expresivo y su
nivel de abstracción para la educación de las personas sordas. Además, se reconoce que el
aprendizaje temprano de la lengua de señas facilita la comprensión y el desarrollo cognitivo
de los niños sordos.

Este acontecimiento y su posterior proceso, no fueron gratuitos, pues se dieron en plena
revolución de las ciencias sociales en los años 60, cuyas investigaciones demostraron que el
código de comunicación utilizado por las personas sordas constituye una lengua de señas
visual completamente equiparable a cualquier lengua oral en todas sus características
morfosintácticas.

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En esta coyuntura, durante la misma década de los 60, surgen en Occidente los
denominados Nuevos Movimientos Sociales4, que vienen a influir también en la
concepción social de la Comunidad Sorda y en su tradicional movimiento asociativo. A
partir de los años 70, las asociaciones de sordos comienzan a conceptualizar nuevas
alternativas educativas, nuevos enfoques de su identidad y de su pertenencia a una
comunidad culturalmente diferenciada, con una lengua, una identidad y una historia común
a las personas sordas. Es a partir de este momento y principalmente ya en la década de los
90, cuando el movimiento asociativo de sordos adquiere un carácter marcadamente político,
promovido por importantes antecedentes como la creación de la World Federation of the
Deaf en Roma (1951), el movimiento del Orgullo Sordo en Estados Unidos en los 70, la
primera Asamblea Internacional de Personas Discapacitadas en Singapur (1980) y la
revuelta Deaf President Now en la Universidad Gallaudet (1988). Esto cambiaría
radicalmente la forma de concebir la sordera y la identidad de las personas sordas, que
pasarían de ser meros pacientes enfermos a ser sujetos sociales de derecho pertenecientes a
una comunidad lingüística minoritaria.

En este punto, es importante señalar que, el movimiento social-asociativo de sordos en esta
segunda mitad del siglo XX, se caracteriza por mantener un doble discurso. Por un lado,
está enmarcado en el modelo social de la discapacidad5, consiguiendo grandes logros en la
defensa de sus derechos civiles y la consecución de cambios en la legislación y las políticas
públicas mediante la alianza con la Organización Mundial de Personas con Discapacidad.
Uno de los triunfos más representativos fue la aprobación de las Normas Uniformes para la
Igualdad de Oportunidades de las Personas con Discapacidad para todos los Estados
miembros de la ONU (1993) y la Convención Internacional sobre los Derechos de las

4
  Según Riechman y Fernández Buey, “un movimiento social es un agente colectivo que interviene en el proceso de
transformación social (promoviendo cambios u oponiéndose a ellos)”. Los Movimientos Sociales surgidos en la segunda
mitad del siglo XX, tratan de dar respuesta desde un enfoque social y no asistencialista a los conflictos sociales
estructurales, reivindicando el derecho a la diferencia y transformando los movimientos asociativos en movimientos
sociales más amplios bajo el enfoque socialdemocrático, la emancipación colectiva y la soberanía existencial (Liñares,
2003).
5
  “Frente al modelo médico curativo, que incidía en el ajuste social y personal de los discapacitados para facilitar su
adaptación al orden social dominante, el Modelo Social de la Discapacidad puso el acento en la necesidad de transformar
la realidad social, para eliminar la discriminación, fomentar la igualdad de oportunidades (sensibilización social, diseño
universal para todos, etcétera), incrementar la participación política y ciudadana en diferentes ámbitos (acceso a la
educación, a la cultura, al ocio y al empleo en igualdad de condiciones) y mejora de la calidad de vida (fomento de la vida
independiente, eliminación de barreras sociales, arquitectónicas y de comunicación, deportes adaptados, rehabilitación,
atención psicológica, servicios de inserción social y laboral, etcétera)” Liñares (2003).

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Personas con Discapacidad (2006). Por otra parte, este mismo movimiento asociativo viene
manteniendo un discurso culturalista, reivindicando los derechos de la Comunidad Sorda
como una minoría sociolingüística, logrando también éxitos en el reconocimiento de 116
lenguas de señas (Lewis, 2009), de las cuales 35 han sido reconocidas como lenguas
oficiales de diferentes países6, y la consecución de una educación bilingüe-bicultural para
sordos, así como su participación en la Declaración Universal de Derechos Lingüísticos de
la UNESCO (1996). La combinación de ambos discursos da muestra de la habilidad
política del movimiento asociativo de sordos.

El contexto particular de Colombia surge a partir de la Constitución de 1991, donde el
concepto de Nación es ligado a todo un proceso de inclusión étnica y lingüística de las
comunidades indígenas, lo cual favorece el discurso culturista de la Comunidad Sorda en
Colombia, pues ha servido de base fundamental para sus reivindicaciones como comunidad
lingüística minoritaria 7. Es por este motivo que, en este cambio de siglo y durante la
primera década del siglo XXI, se puede observar un esfuerzo de la Comunidad Sorda
Colombiana y de su tejido asociativo para construir un discurso explícito de identidad
propia desde el concepto de la diferencia y no desde la deficiencia.

Hacia finales del siglo XX y en esta primera década del siglo XXI, en Bogotá se han
presentado toda una serie de combinaciones y puestas en práctica de diferentes modelos en
cuanto a la educación de los sordos que analizaremos a continuación, reconociéndose
también la existencia de diversidad en las personas sordas, que requiere a su vez, diferentes
tipos de enfoques educativos.

Entre los cambios presentados en la concepción de la Comunidad Sorda en Colombia, el
más significativo es quizás el proceso de reivindicación como comunidad lingüística
minoritaria. Dentro de este proceso cabe destacar cuatro aspectos que definen de cierta
manera el rumbo diferencial de la Comunidad Sorda dentro de la sociedad oyente en la que

6
    Según cifras publicadas por la World Federation of Deaf en 2006.
7
  La Constitución Política de Colombia de 1991, establece como principios fundamentales que “el Estado reconoce y
protege la diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana” (Art. 7) y que “el castellano es el idioma oficial de
Colombia. Las lenguas y dialectos de los grupos étnicos son también oficiales en sus territorios. La enseñanza que se
imparta en las comunidades con tradiciones lingüísticas propias será bilingüe” (Art. 10).

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están inmersos: la identidad cultural, la lengua de señas y el bilingüismo, el sistema
educativo para personas sordas y el movimiento asociativo de la Comunidad Sorda.

A continuación se analizarán de manera más detallada cada uno de estos aspectos que han
ayudado a conformar lo que hoy en día se reconoce como parte de la identidad de la
Comunidad Sorda en el mundo y específicamente en Colombia y la ciudad de Bogotá.

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4-¿PODEMOS HABLAR DE UNA IDENTIDAD CULTURAL DE LA
COMUNIDAD SORDA COLOMBIANA?

Las investigaciones sobre Cultura de la Comunidad Sorda son aún incipientes. Hasta el
momento, en Colombia hay pocos estudios al respecto, pero éstos están básicamente
sustentados en los pilares de toda cultura: la identidad, la lengua y la historia. De ahí que,
en las últimas décadas, el movimiento asociativo de la Comunidad Sorda Colombiana se
haya articulado en torno a la Lengua de Señas Colombiana y a la reivindicación de su
pertenencia a una comunidad lingüística minoritaria, lo cual ha sido primordial como aporte
a la incidencia social y política para la transformación del concepto social que los oyentes
tienen respecto a la Comunidad Sorda.

No todas las características de la Comunidad Sorda pueden tomarse como rasgos propios de
identidad, pues comparten la identidad colectiva nacional con el resto de la sociedad
colombiana. Sin embargo, en cuanto a los valores propios que forman parte de la identidad
de la Comunidad Sorda, Liñares (2003) destaca que debido al proceso excluyente de
socialización de las personas sordas, éstas han podido decidir de una manera más libre de
interferencias educativas y culturales su identidad nacional, religiosa, ideológica, sexual,
etc., puesto que no han sido tan expuestos y subordinados a la influencia de los principales
agentes socializadores y transmisores de los valores de la cultura dominante: la escuela, la
familia y las instituciones de educación religiosa, moral e ideológica.

Desde un punto de vista socio-antropológico, como menciona Paulina Ramírez8 en una
entrevista informal9, es muy importante analizar tres aspectos generales: cultura,
comunidad e identidad sorda. El proceso de intercambio y solidaridad que menciona la Dra.
Ramírez, se remonta a toda una diversidad dentro de la misma Comunidad Sorda

8
 Fonoaudióloga de la Universidad Nacional de Colombia, con Maestría en Comunicación y Lenguaje del
Deficiente Auditivo.
9
 http://www.youtube.com/watch?v=glXW1DgLrlo&feature=mfu_in_order&list=UL
http://www.youtube.com/watch?v=MYSTzRU-3uw&feature=mfu_in_order&list=UL
http://www.youtube.com/watch?v=oNbK2Z02qT0&feature=mfu_in_order&list=UL

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Colombiana, ya que existen diferentes tipos de persona sorda que presentan distintos tipos
de interacción como usuarios de la Lengua de Señas Colombiana o dependiendo de su
conocimiento del español, según su condición de sordera profunda o hipoacusia,
prelingüística o poslingüística10.

La heterogeneidad de la Comunidad Sorda se encuentra también representada en las
diversas asociaciones, grupos y espacios creados por y para las personas sordas. Los
intereses comunes que se presentan en la sociedad oyente se repiten sin excepción en la
comunidad sorda, por lo que se debe tener cuidado al tratar de definir su identidad, ya que
tal como sucede dentro de la sociedad en general, es mejor hablar de identidades en plural y
no de una identidad homogeneizante.

La importancia del componente visual en los sordos, es otra particularidad que crea una
percepción diferente en el momento de definir su identidad y su cultura. El simple hecho de
no hacer parte del boca a boca al que acostumbramos los oyentes, como modo de
transmisión informal de la información, y el difícil acceso a los medios de comunicación,
que no suelen tener en cuenta a esta comunidad, crea grandes diferencias en aspectos muy
profundos de la cultura, como la religión, la idiosincrasia y el mismo sentido del humor.

Si bien es complejo definir todavía aspectos culturales que indiquen o representen una
particularidad en la Comunidad Sorda, existen algunos indicios mencionados por personas
sordas o cercanas a la comunidad y que hacen parte de ella, como familiares, amigos,
maestros, investigadores, etc., quienes de cierta manera manifiestan percepciones en común
acerca de la cultura sorda en particular y que sería muy interesante continuar ahondando e
investigando, para así poder mediante investigaciones de tipo etnográfico, definir y concluir
si esas particularidades propias de la cultura sorda podrían ser consideradas rasgos
culturales propios de la comunidad.

Dentro de los aspectos a mencionar como posibles rasgos culturales, se perciben el sentido
del humor, un aspecto fundamental para definir expresiones culturales y de identidad
10
   Sin pretender realizar una clasificación de la sordera, se comprende que las diferencias comunicativas
tienen como base el momento de adquisición de ésta (antes o después de aprender a hablar: prelingüístico o
poslingüístico) y el nivel funcional del resto auditivo (hipoacusia en diferentes niveles de pérdida auditiva).

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Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

propias de una comunidad. Las personas sordas que dominan la lengua de señas, han creado
toda clase de expresiones idiomáticas, construcciones gramaticales, conceptuales y de
vocabulario específicos, que permiten, al igual que en las lenguas orales, la elaboración de
juegos de palabras, construcción de dobles sentidos y enfatizar aspectos que se presentan
como cómicos para la comunidad.

Analizando información con personas sordas y oyentes que han podido descubrir esas
particularidades dentro de su “humor particular”, puede decirse que, por ejemplo, en el caso
de Colombia, suelen haber diferencias en expresión humorística, ya que los tabúes en
tópicos de tipo escatológico, moral o sexual no son considerados groserías ofensivas. Así,
se entiende que la importancia del componente visual para los sordos, hace que expresen el
humor de un modo mucho más gráfico, debido a su percepción del mundo ligada a las
imágenes.

Teniendo en cuenta la importancia del componente visual, por encima del auditivo, en la
percepción de las personas sordas, la abstracción del mundo y el imaginario desarrollado
por éstas se basa principalmente en la interpretación de lo que ven y en cómo representan e
interactúan con el mundo, principalmente mediante el uso de la lengua de señas. Esta
particularidad se manifiesta por obvias razones en toda una serie de diferencias con la
población oyente, que no presuponen una misma visión de mundo. Se presenta de esta
manera un conflicto habitual para la persona sorda en el desarrollo de su identidad, ya que
los oyentes tienden a no comprender y respetar esta diferencia y se les suele exigir que
presenten resultados relacionados con el conocimiento y el comportamiento en base al
modelo lingüístico oyente.

Uno de los aspectos marcados dentro de la comunidad como particulares es el de la fe o la
posición mística que los sordos poseen frente a la espiritualidad, especialmente en una
sociedad como la colombiana con una fuerte influencia aún de la iglesia en aspectos
relacionados con la ética y la moral.

Otro rasgo propio de la Comunidad Sorda es que la ciencia y la tecnología se perciben
como oportunidad, pero también como una fuente de riesgo, sobre todo en relación a las

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Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

soluciones tecnológicas para la sordera, tal y como plantean la ingeniería genética y los
implantes cocleares.

Sin embargo, si se quiere citar un rasgo de identidad cultural propia de la Comunidad
Sorda, debe referirse ineludiblemente la lengua de señas y su modo de transmisión en torno
a los colegios y asociaciones de sordos, como espacios informales de reproducción social y
cultural. Según Liñares (2003) “la reproducción social se refiere a los mecanismos por los
cuales un grupo social se reproduce a sí mismo a través del tiempo, los mecanismos de
transmisión de conocimiento, del legado cultural y lingüístico. Habitualmente la
reproducción social coincide con la reproducción biológica de un grupo; sin embargo, éste
no es el caso de la Comunidad Sorda”, puesto que aproximadamente el 90% de las personas
sordas nacen en el seno de una familia de padres oyentes11.

También es importante tener en cuenta que en el proceso de comunicación de las personas
sordas se presentan ciertos factores contextuales que, dependiendo del caso particular, les
permite interactuar y desarrollar con mayor o menor facilidad la lengua de señas. Tal es el
caso de los hijos sordos de padres sordos y los hijos sordos de padres oyentes, ya que para
los primeros la lengua de señas se transmite de manera natural, como lengua materna,
mientras que para los segundos se requiere una serie de condiciones específicas para que
puedan tener un contacto directo con la lengua a temprana edad.

En el caso de las lenguas de señas, se puede afirmar que son una respuesta cultural a un
fenómeno biológico. Los seres humanos categorizamos y nombramos la realidad a partir de
la lengua, concebimos y conocemos el mundo a partir de la lengua y somos capaces de
interactuar con nuestro entorno a través de ésta. El lenguaje es una de las adaptaciones
bioculturales más importantes que los seres humanos hemos desarrollado12. Por ello, al
igual que las diferentes lenguas orales, las lenguas de señas son producciones culturales

11
     www.wfdeaf.org
12
  El Lenguaje es la capacidad universal que posee el ser humano para comunicarse, transmitir conocimientos
y pensamientos a través de la Lengua, esto es, la manifestación de un código idiomático producto de una
comunidad sociocultural particular (Sánchez, 1985).

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Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

(convenciones sociales de significados y significantes) propios del desarrollo específico
socio-histórico de una comunidad determinada de sordos.

Así, las lenguas de señas han representado en cada comunidad lingüística sorda un sistema
de comunicación que les permite crear toda una serie de códigos lingüísticos con el mismo
status que las lenguas orales, sustituyendo el componente oral y escrito, por uno de tipo
viso-gestual, teniendo máxima importancia el contacto visual, el espacio y la expresión
corporal que hacen parte de la gramática de una lengua de señas.

En este sentido, puede afirmarse que “la cultura sorda se caracteriza por un modo especial
de relación con el mundo y de acceso a la realidad, de construcción de categorías, de
cognición, y de modos de representación diferenciados que constituyen una cosmovisión”
(Liñares, 2003). Prueba de ello es su modo de socialización y las manifestaciones de
expresión artísticas propias de la Comunidad Sorda Colombiana como juegos, adivinanzas,
chistes, danzas, teatro, etc.

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Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

5- DE LA LENGUA DE SEÑAS AL BILINGÜÍSMO EN BOGOTÁ.

La lengua es uno de los principales pilares culturales y en el caso de la Comunidad Sorda,
su creación está íntimamente ligada a su historia.

La antropología lingüística relaciona lengua, cognición, cultura y sociedad, afirmando que
“la lengua es el subsistema cognitivo más importante de la cultura (...) es el código
simbólico por excelencia de los significados culturales” (Buxó, 1983). Es decir, que la
cultura se interioriza a través de la lengua y, a su vez, la lengua es una producción
histórico-cultural. En este sentido, el relativismo lingüístico entiende que el pensamiento se
manifiesta en la lengua al mismo tiempo que la lengua es el medio por el cual se produce y
expresa el pensamiento.

La capacidad de lenguaje es innata en los seres humanos y se desarrolla de igual manera en
niños oyentes o sordos desde su nacimiento y principalmente en los primeros 5 años de
vida. Sin embargo, la adquisición de una primera lengua en los niños sordos depende del
contexto familiar y social antes mencionado, por lo cual con mucha frecuencia se presenta
un retraso en este proceso, especialmente cuando los padres son oyentes y la escolarización
es tardía. De esta manera, es usual que los sordos se vean obligados a adquirir una segunda
lengua en la escuela cuando se les enseña español escrito sin haber adquirido de forma
natural una primera lengua, en el caso de Colombia, la Lengua de Señas Colombiana.

En este sentido, Carlos Sánchez (1990) concluye que “la lengua de señas debe ocupar el
mismo lugar que tienen las lenguas orales. Las lenguas de señas son aptas para todo lo que
son aptas las lenguas orales. Pueden expresar los pensamientos más complejos y las ideas
más abstractas, siendo adecuadas para transmitir la información y para la enseñanza. […]
Las lenguas de señas son tan complejas como las lenguas orales y se están estudiando
científicamente en muchas partes del mundo”.

Las hipótesis del origen de la lengua de señas en Colombia, aún no han sido estudiadas a
fondo, aunque Oviedo (2001) realiza un recuento bastante exhaustivo sobre el origen de la

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Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

Lengua de Señas Colombiana, dejando claro que el proceso de construcción responde a
intercambios, interrelaciones e incorporaciones dadas históricamente dentro de la
comunidad y que, como toda lengua, sigue en un proceso de construcción, evolución y
desarrollo permanente.

Durante gran parte del pasado siglo, los oralistas que defendían la comunicación gestual
para propiciar el acercamiento a la lengua oral, es decir los oral-gestualistas, no estaban de
acuerdo con la postura de quienes defendían una lengua creada de manera natural por las
personas sordas para comunicarse como lengua vehicular de enseñanza y conocimiento, ya
que se pensaba que esto limitaba su “cura” hacia la oralización y normalización.

Sin embargo, de acuerdo con la información suministrada por trabajos de investigación
acerca de la Comunidad Sorda y por profesionales que directamente han trabajado con
personas sordas, fue precisamente dentro de la comunidad educativa, donde los niños
sordos en Bogotá comienzan a jugar un papel importante en el origen de la Lengua de
Señas Colombiana, principalmente a partir de la fundación del Internado Católico de
Nuestra Señora de la Sabiduría en 1924.

Esta entidad inicia la educación de niños sordos en Colombia y, si bien lo hace desde un
enfoque oralista que prohíbe el uso de señas en las aulas, la necesidad de comunicación
entre los niños y su experiencia visual común, origina que se comience a crear un código
lingüístico de señas propio. Así, los testimonios recogidos revelan que la interacción de los
niños en esos espacios pudo haber formado con el tiempo un sistema más complejo de
señas, que posteriormente enriqueciera el sistema que más adelante daría origen a la
Lengua de Señas Colombiana. Asimismo, de acuerdo a la opinión de Paulina Ramírez
(1998), dado que las monjas que en ese momento trabajaban con los niños provenían de
Francia, es probable que algunas de las señas que utilizaban con los niños hicieran parte de
la Lengua de Señas Francesa, aunque también cabe la posibilidad de que las monjas no
conocieran necesariamente esta lengua.

Posteriormente y una vez adultos, los niños sordos que salían del colegio de la Sabiduría y
que se desplazaban a otras ciudades, pudieron haber tenido contacto con otros alumnos del
Internado o con otras personas sordas de las diferentes regiones, por lo que pudo existir una
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Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

retroalimentación y un aprendizaje recíproco de señas, que pudo ayudar en el desarrollo de
la actual Lengua de Señas Colombiana13.

En 1996, el escenario de la Lengua de Señas Colombiana en la historia de la Comunidad
Sorda en nuestro país, presenta avances por la Ley 324, la cual reconoce la Lengua de
Señas Colombina como la lengua natural de las personas sordas. Esto comienza a abrir paso
al bilingüismo en los organismos oficiales. Gracias al reconocimiento de la Lengua de
Señas Colombiana se comienza a cambiar el imaginario estereotipado desde un enfoque
clínico que se tenía de la Comunidad Sorda, como sordomudos que presentan una
discapacidad, para considerar a la persona sorda como miembro de una comunidad
lingüística minoritaria con una lengua propia.

Con el tiempo, en estas últimas décadas, los avances y los resultados positivos obtenidos en
cuanto a su análisis como idioma desde el área de la lingüística, a su facultad comunicativa
y a su capacidad como lengua vehicular de educación, le da el estatus de lengua que
actualmente posee y permite que se siga investigando y se sigan presentando propuestas
educativas para sordos, como la educación bilingüe-bicultural. Precisamente, esta
incorporación de la lengua de señas en nuestro país ha creado un espacio de reflexión en
cuanto a la manera como se concibe la educación para sordos y la forma en que se entiende
la enseñanza y el aprendizaje pedagógico. En este sentido, la Secretaría de Educación
Distrital - SED de Bogotá ha realizado el mejor esfuerzo para llevar a cabo una experiencia
de inclusión de las personas sordas en las aulas, que ha permitido el desarrollo de la
educación en todo el distrito.

Por otra parte, esta posibilidad de bilingüismo no puede ser definida en singular, ya que la
diversidad y complejidad de la comunidad según las diferentes variables, nos llevaría más
bien a hablar de bilingüismos y para comprender estos tipos de bilingüismos se hace
necesario entender los diferentes tipos de sordera y escenarios posibles en términos de
comunicación.

13
     Ver anexo adjunto sobre la Historia de la Lengua de Señas Colombiana y Oviedo (2001).

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Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

Es por ello que se habla de diferentes niveles de bilingüismo, adquiridos de acuerdo al tipo
de bilingüismo de la persona sorda. Paulina Ramírez expresa que “el bilingüismo ha sido
definido de diferentes maneras y depende de quién lo defina. Los socio-lingüistas, definen
el bilingüismo como la posibilidad que tiene un sujeto de utilizar una o más lenguas en la
vida. De acuerdo a la manera en que se da este proceso de bilingüismo en los sordos, se
habla de un bilingüismo funcional, más que equilibrado, productivo o receptivo”14.

Es importante comprender que cuando hablamos de bilingüismo en las personas sordas en
Colombia, nos referimos al dominio de dos lenguas: la Lengua de Señas Colombiana y el
castellano escrito. Es evidente, que este tipo de bilingüismo mencionado no se da de
manera paralela y, de acuerdo con los diferentes tipos de sordera, también se presentan
diversos tipos de bilingüismo, en los que lo más importante es que se adquiera
competencias lingüísticas para la adquisición de conocimiento y el acceso a la
comunicación y la información.

En Bogotá, los años noventa están marcados por el proceso de cambio de una metodología
de Comunicación Total15 al bilingüismo que empezó a llegar desde Suecia. En aquel
entonces, la docente sorda del ICAL, Patricia Ovalle, comenzó a traer información acerca
de lo que se hacía y se proponía desde la Federación Mundial de Sordos en Helsinki. Así
comienza el proceso de inclusión, capacitación y conocimiento del sistema bilingüe en
Colombia.

De este modo, en 1993, en la ciudad de Bogotá, se implementó la primera experiencia
educativa (de carácter privado) bajo un modelo bilingüe-bicultural a través de la
estructuración del Colegio “Nuevo Horizonte”, registrado ante el Ministerio de Educación

14
  A diferencia de los fenómenos anteriores, que se refieren a la capacidad del individuo para hablar dos
lenguas, el bilingüismo funcional consiste en el uso efectivo que hace de éstas al participar en los
acontecimientos comunicativos. Dicho uso viene determinado por las personas que intervienen en esos
acontecimientos comunicativos, los objetivos con que lo hacen y los contextos en que se produce.
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/bilingindiv.htm
15
  Desde la Psicopedagogía se define como un enfoque educativo para los niños con discapacidad auditiva que
combina diferentes tipos de comunicación, como la lengua oral, escrita, la lengua de señas, la lectura al tacto,
etc.

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Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

Nacional como un colegio bilingüe para sordos. Fue aquí donde, por primera vez en la
historia de la educación del país, se reconoció la participación de adultos sordos como
modelos lingüísticos dentro de una propuesta educativa para la enseñanza formal de la
Lengua de Señas Colombiana.

Los antecedentes al interior de la Secretaría de Educación Distrital – SED, en lo que a
programas de inclusión se refiere, aparecen inicialmente en el año 1996 en el colegio
distrital República de Panamá, en la jornada de tarde, con la integración de diez estudiantes
sordos, egresados del Instituto de Audición y Lenguaje – ICAL. Desde ese momento, son
notables los esfuerzos de la Secretaría de Educación Distrital – SED de Bogotá en
diferentes espacios como los cursos de Lengua de Señas Colombiana a padres de familia y
a escolares oyentes, la planeación lingüística y curricular de la Lengua de Señas
Colombiana en los colegios distritales, la accesibilidad en Lengua de Señas Colombiana
para las personas sordas dentro de los colegios, etc. Efectivamente, la Secretaría de
Educación Distrital – SED de Bogotá ha apostado por el modelo de inclusión educativa, y
en el caso de las personas sordas se está siguiendo un enfoque bilingüe-bicultural, que
respeta la visión socioantropológica de la Comunidad Sorda.

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Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

6- UN ACERCAMIENTO A LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN
PARA SORDOS EN BOGOTA.

La historia de la educación para sordos en Colombia se remonta, como sucedió en el mundo
occidental, a una visión inicial de incapacidad para desarrollar el pensamiento y
comunicarse. Posteriormente, se cambia esta concepción y se desarrolla hacia una mira de
rehabilitación y cura. Es así como aparece la tendencia oralista que por tanto tiempo se
mantiene y que concibe a la persona sorda como un individuo que debe ser tratado
médicamente para conseguir normalizarlo en un discurso oral.

Con el paso del tiempo, el bilingüísmo se concibe como una posibilidad de interacción
entre la lengua de señas y el español escrito como segunda lengua para las personas sordas.
De este modo, el oralismo comienza a perder impacto como único discurso para posibilitar
la comunicación de y con las personas sordas. Así, la Lengua de Señas Colombiana
adquiere un estatus como vehículo de comunicación y educación como lengua natural de
las personas sordas.

En Colombia, las instituciones educativas reflejan estos cambios en la concepción acerca de
las personas sordas aplicando diferentes metodologías pedagógicas en sus aulas y que nos
llevan a la aceptación actual de la lengua de señas en los colegios distritales con programas
de inclusión para sordos en el marco de la Política Pública de Inclusión Educativa.

Así, la primera entidad que abordó la educación para sordos en Colombia fue el Instituto
Nuestra Señora de la Sabiduría, fundada en 1923 por un grupo de monjas de la
congregación del Sagrado Corazón que se instalaron en San Juanito (Meta).

La historia comienza el 17 de marzo de 1924 con la llegada de una niña sorda, Lucila
Bohadilla, y su familia a la comunidad. Desde ese momento la religiosa Yves del Sagrado
Corazón de Jesús, emprende con mucho esfuerzo una búsqueda de financiación para fundar
el colegio. Fue el Presidente de la República, el Dr. Eduardo Santos, quien teniendo
conocimiento de esta obra naciente, ordena a las Hermanas trasladarse a la ciudad de

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Un acercamiento histórico a la Comunidad Sorda de Bogotá

Bogotá, teniendo como primera sede una pequeña casa ubicada en la Cra. 3 # 9 – 29, donde
permanecieron hasta trasladarse el año 1940 a la actual sede en la calle 22sur # 10a.

Desde 1962 el Instituto tiene licencia para certificar formal en primaria y en 1964, el
Ministerio de Educación Nacional reconoce el trabajo que adelantan con sordos como
Educación Especial. Ya en 1968, debido a la demanda de maestros por parte de la entidad
se proporcionan docentes en comisión por parte del mismo Ministerio. Cuatro años
después, se integran los niños sordos del instituto del Barrio San Cristóbal de Bogotá con
las niñas sordas del colegio de la Sabiduría y el politécnico para niñas sordas abre sus
puertas, ofreciendo la posibilidad de cursar hasta quinto de primaria. Es en esta década,
cuando el método oralista es impartido en la entidad, cuyo lema era “la vista por el oído”,
centrándose en la lectura labio-facial para comprender la palabra emitida mediante la
observación de los movimientos del rostro y la forma de articulación de las palabras. El
objetivo era que el niño captara las palabras expresadas oralmente para luego poder
replicarlas y expresar así sus ideas.

Es hasta los años noventa cuando se comienza a cambiar este método oralista por el nuevo
método de comunicación total, usando las señas de la lengua natural de las personas sordas
para potenciar la lectoescritura. En 1995 fue adoptado el método verbo tonal, para trabajar
por vía somatosensorial con los escolares con restos auditivos, a través de vibradores y

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amplificadores auditivos que permiten aumentar las frecuencias de sonido. Es hasta el año
2000 cuando se establece la Lengua de Señas Colombiana como primera lengua para la
enseñanza de los niños sordos en la entidad, desde el preescolar hasta la básica y la
educación media.

El Instituto Colombiano para la Audición y el Lenguaje – ICAL –, hoy Fundación para
Niños Sordos, se fundó en 1961, por iniciativa de la familia Brigard Holguín. En ese
momento abrió las puertas no solamente para los problemas auditivos, sino para los
problemas de lenguaje, la afasia, la disfasia y los retardos en el desarrollo del lenguaje.
Había terapias, rehabilitación y funcionó en Bogotá, en el hospital infantil, hasta que el
señor Luis Moreno Restrepo ofreció su finca en Chía como nueva instalación.

Al inicio se trabajó con fonoaudiólogos de la Universidad del Rosario y la Universidad
Nacional, después se vincularon también educadores especiales de la Universidad
Pedagógica Nacional. Las herramientas tecnológicas, como audífonos y amplificadores se
fueron obteniendo con el tiempo, pero se descubrió que en el caso de la sordera profunda
no se alcanzaba una lengua oral competente que les permitiera construir conocimiento,
limitándose más bien al uso de la lengua de manera funcional, como saludos o respuestas a
preguntas básicas. En ese entonces se contó con el amparo de Luis Carlos Galán y familias
adineradas de la ciudad, que contribuían con donaciones a la entidad.

En cuanto a la metodología trabajada, primero se aplicó un programa de Estados Unidos de
la John Tracy Clinic. Después se creó Casita Materna, un espacio creado para que las
madres estimularan la comunicación de sus hijos en contextos cotidianos dentro del hogar.
Posteriormente, se implementó por primera vez en Bogotá la metodología verbo tonal
procedente de Yugoslavia, que funcionó únicamente con un grupo experimental de

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