Universidad Austral de Chile
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Universidad Austral de Chile Facultad de Ciencias Escuela de Química y Farmacia PROFESOR PATROCINANTE: Dra. Cristina Sotomayor C. INSTITUTO: Salud Pública. FACULTAD: Medicina. PROFESOR CO-PATROCINANTE: Dr. Guido Ruiz B. INSTITUTO: Farmacia FACULTAD: Ciencias “FARMACOEPIDEMIOLOGÍA DEL USO DE CLOZAPINA DE ORIGEN CHINO, EN ESQUIZOFRÉNICOS REFRACTARIOS A OTROS NEUROLÉPTICOS, ATENDIDOS EN EL SUBDEPARTAMENTO DE PSIQUIATRÍA HOSPITAL CLÍNICO REGIONAL VALDIVIA PERIODO 2003-2007” Tesis de Grado presentada como parte de los requisitos para optar al Título de Químico Farmacéutico. YENNY KAREN OJEDA BRIONES VALDIVIA-CHILE 2009
ii “Con todo mi amor para mis padres, hermano y sobrina Javiera Belén”
iii AGRADECIMIENTOS. Agradezco a Dios que me dio la vida, las capacidades y la fuerza necesaria para poder verme convertida en un profesional químico farmacéutico. A mi papá y mamá por darme siempre su mas infinito amor y respaldo en todo momento, y especialmente agradezco a mi hermano Hebert quien ha sido toda mi vida mi ejemplo a seguir y la persona que más me ha apoyado en todo momento. Agradezco también a quien me invitó a hacer esta tesis, la Q.F Sra. Paulina Manríquez quien fue muy amable y un apoyo constante. Al personal del subdepartamento de psiquiatría del hospital y especialmente a la enfermera Sra Isabel Tucchi quien siempre colaboró conmigo para poder acceder a la información necesaria para poder realizar la presente tesis. Mis más sinceros agradecimientos también para mi patrocinante la Dra. Cristina Sotomayor, quien desde un principio me brindo toda su ayuda y me dio las fuerzas para seguir adelante cuando más lo necesitaba, y así ha sido todo este tiempo apoyándome y aconsejándome siempre que ha sido necesario. También necesito agradecer a mi co- patrocinate el Dr. Guido Ruiz quien ha sido un pilar importante en mi paso por la universidad, siendo siempre muy certero en todos sus consejos y apreciaciones para mi futuro profesional. Agradezco además a la Q.F. Wendy Subiabre quien en su momento también formó parte de mi proceso de tesis. A mi gran amigo y colega Joaquín Díaz, quien desde que lo conocí ha sido siempre un gran apoyo para mí. Por supuesto a mis amigas de la infancia que siempre han estado en todas conmigo, y mis amigos de carrera que aún conservo y que quiero mucho, Francisco Arias, Ángela Carrasco, Carola Ulloa, Paulina Nuñez y Marianela Romero gracias por su linda y desinteresada amistad todos estos años.
iv ÍNDICE GENERAL. 1. RESUMEN. 1 1.1. SUMMARY. 2 2. INTRODUCCIÓN. 3 3. MARCO CONCEPTUAL. 6 3.1. Definición de la esquizofrenia. 6 3.2. Subtipos de esquizofrenia. 6 3.3. Antecedentes epidemiológicos de la esquizofrenia a nivel mundial y en Chile. 7 3.4. Diagnóstico de la enfermedad. 8 3.5. Tratamiento farmacológico. 9 3.5.1. Generalidades de los neurolépticos. 9 3.5.2. Fármacos antipsicóticos convencionales. 10 3.5.2.1. Efectos adversos de antipsicóticos convencionales. 11 3.5.3. Fármacos antipsicóticos atípicos. 11 3.5.3.1. Efectos adversos de antipsicóticos atípicos. 12 3.5.4. Clozapina: ventajas y desventajas frente a otros antipsicóticos. 12 3.5.4.1. Efectos adversos de la clozapina. 13 3.6. Características y manejo de un primer episodio psicótico. 14 3.6.1. Tratamiento integral de un primer episodio psicótico. 15 3.6.2. Tratamiento farmacológico de un primer episodio psicótico. 16 3.6.2.1. Tratamiento de la esquizofrenia refractaria a antipsicóticos. 17 3.7. Definición y objetivos de una farmacovigilancia. 17 3.7.1. Programa chileno de Farmacovigilancia. 18
v 3.8. Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría. 19 3.8.1. Programa Nacional de Neurolépticos Atípicos: clozapina. 20 3.8.1.1. Manejo de alarmas hematológicas según norma técnica para clozapina. 21 3.8.2. Protocolo del Sistema Nacional de Farmacovigilancia de clozapina, dentro del Programa Nacional de Antipsicóticos Atípicos. 21 3.9. Razones para el ingreso de una clozapina de procedencia china a Chile. 22 3.10. Presentaciones comerciales de clozapina, dispuestas actualmente en Chile. 24 4. OBJETIVOS. 25 4.1. Objetivo General. 25 4.2. Objetivos Específicos. 25 5. MATERIALES Y MÉTODOS. 27 5.1. Diseño y población en estudio. 27 5.2. Muestra. 27 5.3. Recolección de los datos. 28 5.4. Expresión de datos y estadística. 29 6. RESULTADOS. 30 6.1. Antecedentes sociodemográficos del estudio. 30 6.2. Subtipos de esquizofrenia. 33 6.3. Dosificación de la clozapina según género. 34 6.4. Incidencia de desarrollo de efectos hematológicos. 35 6.5. Interacciones farmacológicas. 38
vi 6.6. Prevalencia de efectos adversos no hematológicos más frecuentes. 39 6.7. Porcentaje de personas que continúan el tratamiento en el subdepartamento de psiquiatría de Valdivia. 41 7. DISCUSIÓN. 43 8. CONCLUSIONES. 48 9. BIBLIOGRAFÍA. 50 10. ANEXOS. 56 ANEXO Nº 1: NOMBRE Y CÓDIGO DE LAS CATEGORÍAS CIE- 10, PARA 56 LA ESQUIZOFRENIA SEGÚN OMS. ANEXO Nº 2: PRIMER BROTE ESQUIZOFRÉNICO, ALGUNAS 56 CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS Y PSICOSOCIALES. ANEXO Nº 3: TRATAMIENTO INTEGRAL PARA PERSONAS CON PRIMER 57 EPISODIO DE ESQUIZOFRENIA SEGÚN FASE DE EVOLUCIÓN. ANEXO Nº 4: ALGORITMO Nº 1: USO SECUENCIAL DE ANTIPSICÓTICOS. 58 ANEXO N° 5: ALGORITMO Nº 2: TRATAMIENTO DE LA 59 ESQUIZOFRENIA REFRACTARIA. ANEXO N° 6: CONSENTIMIENTO ESCRITO PARA INGRESO AL 60 PROGRAMA DE CLOZAPINA. ANEXO N° 7: INFORME DE HEMOGRAMAS PARA PACIENTES 61 TRATADOS CON CLOZAPINA. ANEXO N° 8: REACCIÓN ADVERSA HEMATOLÓGICA A CLOZAPINA. 62 ANEXO N° 9: INFORME DE EFECTOS ADVERSOS, EN PACIENTES 63 TRATADOS CON CLOZAPINA. ANEXO: TABLA N° 1: ANTIPSICÓTICOS CONVENCIONALES, 64 DOSIFICACIONES USUALES. ANEXO: TABLA N° 2: ANTIPSICÓTICOS ATÍPICOS, 64 AFINIDAD DE RECEPTORES. ANEXO: TABLA N° 3: FÁRMACOS ATÍPICOS, EFECTOS ADVERSOS. 65 ANEXO: FOTOGRAFÍAS: FOTOS DE CAJA DE CLOZAPINA 50 MG. 66
1 1. RESUMEN. La clozapina fue el primer fármaco antipsicótico atípico con actividad frente a sintomatología positiva y negativa de la esquizofrenia, y es el fármaco más efectivo para el tratamiento de la esquizofrenia resistente al tratamiento farmacológico. La presente tesis consistió en una descripción de los resultados clínicos de pacientes con esquizofrenia severa, en tratamiento farmacológico con una clozapina de origen chino. Se realizó un estudio epidemiológico observacional de tipo descriptivo de corte transversal y censal, en 44 pacientes pertenecientes a la Región de los Ríos, atendidos en el Hospital Clínico Regional Valdivia, durante el periodo 2003-2007. El subtipo de esquizofrenia que más predominó al inicio del estudio fue la paranoide. Según género no existió una diferencia estadísticamente significativa entre las medias de dosis, por lo que se apreció una relativa estabilidad en la dosis terapéutica prescrita para clozapina. Dicha dosis fue cercana a los 400mg/día, y se encuentra sobre el mínimo indicado para este antipsicótico. La incidencia de desarrollar agranulocitosis, o llamada también neutropenia severa, fue similar a lo reportado en el resto del mundo (0,5%); sin embargo la incidencia de sufrir otro tipo de neutropenias fue un 2,8% mayor a lo reportado en programas de vigilancia. Algunos de los efectos adversos no hematológicos más recurrentes fueron somnolencia y sialorrea. Esta tesis servirá para analizar el comportamiento de los pacientes con la clozapina de origen chino, y poder en el futuro comparar los resultados entregados por este estudio, con la clozapina de formulación chilena que se les brinda actualmente a los pacientes de la Región de los Ríos. Palabras claves: esquizofrenia resistente, clozapina, neutropenia, agranulocitosis.
2 1.1. SUMMARY. Clozapine was the first atypical antipsychotic drug with activity against positive and negative symptoms of schizophrenia, and is the most effective drug for the treatment of schizophrenia resistant to medication. This thesis describes the clinical outcomes of patients with severe schizophrenia, subjected to pharmacological treatment with clozapine of Chinese origin. An observational descriptive transversal and censal epidemiological study, was carried out in 44 patients from the Region de los Rios, being treated at Hospital Clinico Regional Valdivia during the period 2003-2007. The most prevalent subtype of schizophrenia was paranoid. There was no statistically significant difference between genders in mean dose response, indicating a relatively stable therapeutic dose of prescribed clozapine. That prescribed dose was close to 400mg/día, which is above the minimum recommended for this antipsychotic. The incidence of developing agranulocytosis, also known as severe neutropenia, was similar to that reported worldwide (0.5%); however the incidence of having another type of neutropenia was 2,8% higher than that reported in surveillance programs. Some of the most recurrent non-hematologic side effects were drowsiness and sialorrhea. This thesis will help to better understand the behavior of patients with Chinese clozapine, and be able to compare in the future the results provided by this study with the Chilean formulation of clozapine that is currently provided to patients in the Region de los Rios. Keywords: resistant schizophrenia, clozapine, neutropenia, agranulocytosis.
3 2. INTRODUCCIÓN. La esquizofrenia es una condición crónica que frecuentemente tiene efectos devastadores en muchos aspectos de la vida del paciente y conlleva un alto riesgo de suicidio y el menoscabo de la vida de la persona. Las consecuencias de la enfermedad no son sólo individuales, sino que también, afectan en forma dramática al entorno familiar y social inmediato además de generar altos costos económicos para el país (MINSAL, 2000). Esta enfermedad afecta a 1 de cada 100 personas en algún momento de la vida, donde cerca de 2/3 de los casos tiene una evolución prolongada, y alrededor de 1/3 desarrolla importantes grados de discapacidad psico-social y laboral (Alvarado, et al. 2004). Hace ya medio siglo, el descubrimiento de los antipsicóticos de primera generación (clopromazina, haloperidol) permitió un cambio sustancial en el tratamiento de los síntomas positivos de la enfermedad (delirios, alucinaciones y otros), modificando su pronóstico y la discapacidad de las personas que padecían esquizofrenia. La incorporación de los antipsicóticos de última generación o atípicos (clozapina, risperidona) en las décadas recientes, ha permitido tratar con eficacia los llamados síntomas negativos como desinterés y apatía entre otros (Alvarado, et al. 2004) y, a diferencia de los antipsicóticos convencionales, presentan escasos síntomas extrapiramidales y una mínima elevación de prolactina. Adicionalmente, en el ámbito de la esquizofrenia, se ha estudiado extensamente su impacto positivo en la funciones cognitivas, existiendo consenso que este efecto terapéutico es una de las acciones más específicas de los antipsicóticos atípicos y fundamental en la mejoría de la capacidad social y laboral de los pacientes tratados con ellos (Brokering, et al. 2000). En la mayoría de los pacientes el tratamiento psicofármacológico puede suprimir los síntomas psicóticos, pero un 20% son “resistentes al tratamiento” para los efectos
4 antipsicóticos de la terapia neuroléptica, donde se continúan manifestando alucinaciones además de trastorno claro del pensamiento. Esta resistencia al tratamiento se manifestó incluso en la era en que los síntomas positivos se consideraban el distintivo de esta enfermedad mental, y los pacientes que respondían pobremente a una o mas tandas de tratamiento antipsicótico continuado permanecían ingresados, más que derivados a una comunidad asistencial (Nasrallah y Whuite, 2006). Por otra parte, se ha demostrado que los pacientes con psicosis refractarias a tratamiento cuando son tratados con los llamados antipsicóticos atípicos, presentan tasas de rehospitalización significativamente menores (Brokering, et al. 2000). El tratamiento base para la esquizofrenia refractaria a otros neurolépticos es la clozapina, ya que ha demostrado ser un excelente medicamento para trastornos psiquiátricos que no responden a otros tratamientos, o bien para pacientes que presentan efectos indeseables serios con los medicamentos habituales. Pero lo que ha dificultado el uso del fármaco es su capacidad de inducir agranulocitosis, lo que ocurre en aproximadamente el 1% de los pacientes tratados. La clozapina es un fármaco de elevado costo, lo que la hace muchas veces inaccesible para pacientes de bajos recursos o que no pueden generar ingresos propios. Por lo anterior, se hace necesario que los pacientes requieran de este medicamento de alta especialización y costo, obteniéndolo a través del Sistema Nacional de Servicios de Salud de nuestro país (Informativo, 2000). Las nuevas Políticas de Salud Mental desarrolladas por el gobierno de Chile a través del Ministerio de Salud, han ampliado la mirada de los problemas de salud mental y psiquiatría, abarcando desde la promoción hasta el tratamiento y la rehabilitación de quienes han sufrido una patología psiquiátrica (Brokering, et al. 2000). Así nació la idea de incorporar al arsenal farmacológico, una formulación china de clozapina que fue
5 comparada con el producto innovador del mercado Leponex®, para así determinar la biodisponibilidad relativa y establecer la bioequivalencia entre estos productos, y de esta forma disminuir los costos y hacer accesible el uso de la clozapina a una mayor cantidad de pacientes, que pertenecían al “Programa Nacional de Neurolépticos Atípicos: clozapina” en los servicios clínicos de psiquiatría de los hospitales del país. En nuestro país, la clozapina ha debido utilizarse de forma restringida para la indicación de esquizofrenia, dentro de un protocolo que exige la realización de controles hematológicos periódicos con el fin de vigilar la aparición de discrasias sanguíneas (Agirrezabala, et al. 2003). Por norma del Ministerio de Salud, en cada Servicio de Salud, debe existir un profesional Químico Farmacéutico que esté a cargo del monitoreo hematológico de la clozapina, profesional quien de acuerdo a los resultados del monitoreo, autoriza o suspende el despacho de la clozapina. La presente tesis analiza mediante los principios de la epidemiología parámetros clínicos de los efectos que obtuvieron con una formulación china de clozapina de 50 mg, una población de pacientes esquizofrénicos, la cual fue entregada a los servicios de salud de Chile para la expansión del Programa Nacional de Antipsicóticos Atípicos a partir del año 2002, por medio de la Central Nacional de Abastecimiento (CENABAST).
6 3. MARCO CONCEPTUAL. 3.1. Definición de la esquizofrenia. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud: La esquizofrenia está caracterizada por un disturbio fundamental de la personalidad, una distorsión del pensamiento, delusiones bizarras, percepciones alteradas, respuestas emocionales inapropiadas y un grado de autismo. Estos síntomas son experimentados en presencia de conciencia clara y con capacidad intelectual conservada (WHO, 2001). La esquizofrenia es el más característico de los trastornos psicóticos. Su variabilidad sintomática es uno de los mayores problemas para el diagnóstico precoz y posterior tratamiento. Es probable que en realidad se trate, más que de un trastorno único, de un conjunto de trastornos más o menos relacionados entre sí, lo que ya fue reconocido por Bleuler cuando propuso el nombre en 1908, y habló del “grupo de las esquizofrenias” (Pérez y Graber, 2007). 3.2. Subtipos de esquizofrenia. Ante la necesidad de poder diagnosticar la esquizofrenia con exactitud en ámbitos y culturas muy diferentes, la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE- 10) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha impulsado la elaboración de criterios específicos para identificar esta enfermedad, mediante subtipos de esquizofrenia que son definidos de acuerdo a los síntomas predominantes al momento de la evaluación más reciente, y por lo tanto pueden cambiar a lo largo del tiempo (OMS,1992). La clasificación diagnóstica de la CIE-10 de la Organización Mundial de la Salud establece cuatro principales subtipos clínicos. Paranoide: es el tipo más común de esquizofrenia y está caracterizado por la presencia de intensas alucinaciones e ideas delirantes de persecución.
7 Hebefrénica: este tipo de esquizofrenia, también denominada esquizofrenia desorganizada, empieza normalmente en la adolescencia y se caracteriza por la predominancia de síntomas negativos, afectividad inadecuada o simplona y pensamiento desorganizado y fragmentado. Catatónica: este tipo es cada vez más raro. Se presentan síntomas predominantemente motores y un retraimiento social extremo, aplanamiento emocional y falta de ideas, vitalidad y motivación. Simple: suele presentar únicamente síntomas negativos, aunque también pueden manifestarse de forma ocasional pensamientos y comportamiento extravagantes y anomalías de la percepción. La CIE-10 también incluye otras categorías adicionales: esquizofrenia indiferenciada, depresión post-esquizofrénica, esquizofrenia residual, otras esquizofrenias, y esquizofrenia sin especificación (MINSAL, 2000) (Ver todas las categorías en ANEXO Nº1). Las manifestaciones propias de la esquizofrenia actualmente son conceptualizadas como pertenecientes a cuatro grandes dimensiones; síntomas positivos (alucinaciones y delirios), síntomas negativos (aplanamiento afectivo, abulia), síntomas cognitivos (trastornos del pensamiento, trastornos de la atención), y síntomas afectivos (MINSAL, 2000). 3.3. Antecedentes epidemiológicos de la esquizofrenia a nivel mundial y en Chile. La esquizofrenia, considerada como trastorno mental de carácter grave, es un importante problema de Salud Pública. A nivel mundial, su prevalencia se estima actualmente entre el 0,5 y el 1%, donde aproximadamente 24 millones de personas en el mundo la padecen en algún momento de su vida (Torres, et al. 2000), y debido a su
8 cronicidad, su incidencia es relativamente baja alrededor de un 15,2 por 100.000 habitantes al año (McGrath, et al. 2004). Por otra parte, en el Informe sobre la Salud en el Mundo, presentado en octubre del 2001 por la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial y la Universidad de Harvard, se recoge que la esquizofrenia se encuentra entre las diez enfermedades que representan una “carga mundial de enfermedad” y al valorar los “años de vida perdidos ajustados en función a la discapacidad”, se coloca en el cuarto lugar dentro de los grupos diagnósticos más frecuentes (García, 2006). La esquizofrenia en nuestro país, tiene una prevalencia del 0,5% de la población mayor de 15 años y de acuerdo con los valores señalados en estudios internacionales, su incidencia en Chile se puede calcular en 12 casos nuevos por cada 100.000 habitantes por año (MINSAL, 2005). Del total de años perdidos por muerte prematura y discapacidad en el país, la esquizofrenia es responsable de un 1,87%, ocupando el lugar número 14 en el ranking de las 100 enfermedades más importantes del país (MINSAL, 2000). 3.4. Diagnóstico de la enfermedad. La esquizofrenia es una condición que se diagnostica en base a una cuidadosa evaluación psiquiátrica, que incluye la recopilación de todos los antecedentes que pueda aportar tanto el paciente como su grupo familiar, u otras personas, así como un examen mental. No existen exámenes de laboratorio ni de imágenes que permitan confirmar la condición, sólo se usan para descartar trastornos orgánicos. Por lo tanto se requiere que el clínico sea metódico en su investigación semiológica, ya que será el único instrumento que permitirá el diagnóstico (Pérez y Graber, 2007). Ningún síntoma aislado da el diagnóstico de la esquizofrenia; el diagnóstico implica el reconocimiento de una constelación de signos y síntomas peculiares que han estado
9 presentes por un periodo de tiempo determinado, asociados a un deterioro del nivel de adaptación a las exigencias del medio (MINSAL, 2000). Por lo tanto, lo importante es la observación longitudinal más que el cuadro de estado, pues su presentación es desigual entre uno y otro individuo y los síntomas varían (Pérez y Graber, 2007). 3.5. Tratamiento farmacológico. Los medicamentos que se emplean actualmente para tratar la esquizofrenia se dividen en dos grupos: Neurolépticos clásicos o antipsicóticos convencionales o típicos. Antipsicóticos de segunda generación o antipsicóticos atípicos. 3.5.1. Generalidades de los neurolépticos. Los antipsicóticos, también llamados tranquilizantes mayores, se pueden definir bajo el término neurolépticos (del griego neuro: nervio y lepto: atar). Su descubrimiento fue accidental. El doctor francés Henri Lobori realizaba estudios con sustancias que pudiesen antagonizar los síntomas del estado de choque, cuando descubrió la clorpromazina, un fármaco capaz de producir cierta somnolencia y disminuir las reacciones ante estímulos ambientales sin ocasionar la pérdida total de la conciencia (Newcel, et al. 2007). Con la introducción del primer antipsicótico, la clorpromazina, a principios de los años 50 se revolucionó el tratamiento de la esquizofrenia; desde entonces, los principales retos en la investigación sobre los neurolépticos han sido definir su mecanismo de acción, aumentar la eficacia en los pacientes con esquizofrenia resistente (alrededor de un tercio de los pacientes no responden a los neurolépticos clásicos) y en los llamados síntomas negativos de la enfermedad, así como incrementar el índice terapéutico respecto a los síntomas extrapiramidales (SEP). Se acepta que el bloqueo postsináptico de los receptores de dopamina D2 se correlaciona a nivel mesolímbico con la acción antipsicótica de los
10 neurolépticos y a nivel nigroestriado con la producción de SEP. Sin embargo, el segundo hito en la investigación psicofarmacológica de la esquizofrenia, el descubrimiento de la clozapina, amplió esta concepción (Ortiz Lobo y De la Mata Ruiz, 2001). Con la aparición de la clozapina se inauguró un nuevo tipo de neurolépticos llamados “atípicos” en contraposición con los “típicos”. El concepto de atípico es controvertido ya que está formado por un heterogéneo grupo de antipsicóticos, con mecanismos de acción distintos. Estos nuevos antipsicóticos han buscado obtener la eficacia de la clozapina en el tratamiento de las psicosis, de la esquizofrenia resistente y de los síntomas negativos pero sin provocar la agranulocitosis (alrededor de 1% de los pacientes) que sitúa a este fármaco, necesariamente, en segunda línea de elección terapéutica (Ortiz Lobo y De la Mata Ruiz, 2001). 3.5.2. Fármacos antipsicóticos convencionales. Estos fármacos, poseen en común la capacidad de mejorar las alucinaciones, el delirio, los trastornos del pensamiento y otras manifestaciones de las psicosis (MINSAL, 2000), pero no son útiles en el tratamiento de los síntomas negativos y afectivos que forman parte de los cotejos sintomáticos de la esquizofrenia y podrían potencialmente empeorar la cognición en estos pacientes (Rovner, s/f). El mecanismo de acción común incluye el bloqueo postsináptico de los receptores para dopamina (D2), que son útiles en síntomas positivos de la enfermedad. Dado que con el uso continuo, estas moléculas producen decremento de recambio de dopamina ("down regulation") se postula que su eficacia antipsicótica se reduce con el tiempo de uso. (Rovner, s/f). Los antipsicóticos convencionales de uso más frecuente y su dosificación se encuentran listados en ANEXO: TABLA Nº 1 (MINSAL, 2000).
11 3.5.2.1. Efectos adversos de antipsicóticos convencionales. Sus efectos adversos son tan frecuentes que constituyen una de las causas de abandono de tratamiento. Entre ellos se mencionan: (Rovner, s/f). Síntomas extrapiramidales: es decir alteraciones en la marcha y la postura por daño directo e indirecto. Aquí mencionaremos a la distonía aguda (dolor muscular y alteración de la posición de aparición más o menos brusca), y el pseudoparkinsonismo (marcha lenta, temblor de reposo, rigidez postural, sialorrea). Disquinesia tardía: Alteración del tono muscular y del movimiento que aparece tras un tiempo de tratamiento, de carácter irreversible. Síndrome neuroléptico maligno: Se trata de un síndrome potencialmente fatal, que cursa con destrucción de fibras musculares, hipertermia, falla metabólica, insuficiencia renal aguda, deshidratación, coma y muerte. Sedación: es un efecto producido por todos los antipsicóticos en mayor o menor grado. En general, los más sedantes son los de baja potencia (como la clorpromazina). Se desarrolla tolerancia a este efecto al cabo de algunas semanas de tratamiento. 3.5.3. Fármacos antipsicóticos atípicos. Estos fármacos, presentan un bloqueo dopaminérgico selectivo, lo que explicaría su eficacia sobre síntomas positivos con menor producción de síntomas extrapiramidales, y un bloqueo serotoninérgico, lo que explicaría su eficacia en síntomas negativos y afectivos. La eficacia que alguno de ellos presentan en síntomas cognitivos se explicaría por su acción sobre receptores colinérgicos. Estos medicamentos han venido a cubrir la necesidad de atender todo el espectro sintomático de la enfermedad esquizofrénica: síntomas positivos, negativos, cognitivos, y afectivos (Rovner, s/f). Los antipsicóticos atípicos actualmente
12 disponibles en el país y su perfil de afinidades por distintos receptores se muestran en el ANEXO: TABLA N° 2 (MINSAL, 2000). 3.5.3.1. Efectos adversos de antipsicóticos atípicos. La principal característica de los antipsicóticos atípicos frente a los convencionales radica en su mejor perfil de seguridad, al presentar una menor incidencia de efectos extrapiramidales (acatisia y distonías especialmente) y disquinesia tardía (Newcel, et al. 2007). Otra característica importante es la baja capacidad de producir aumento de la prolactina, lo que se asocia a ausencia de disfunción sexual o irregularidades del ciclo menstrual (MINSAL, 2000). Sin embargo, los atípicos no están exentos de efectos adversos y su utilización requiere considerar el riesgo de aumento de peso (que favorece el incumplimiento) y la presencia de factores de riesgo tales como el antecedente de convulsiones (Newcel, et al. 2007). En el ANEXO: TABLA N° 3 se muestra un resumen comparativo del perfil de efectos adversos más significativos de los distintos antipsicóticos (MINSAL, 2000). 3.5.4. Clozapina: ventajas y desventajas frente a otros antipsicóticos. La clozapina, fue sintetizada en 1958 buscándose un antidepresivo tricíclico, químicamente es una dibenzodiacepina similar a la imipramina que presenta una actividad antipsicótica similar a la clorpromacina con menos SEP (Del Castillo, et al. 2003); sin embargo su mecanismo de acción es completamente distinto, ya que la clozapina no antagoniza los receptores D2 postsinápticos como los antipsicóticos convencionales, sino que actúa sobre todos los receptores dopaminérgicos D1, D2, D3, D4, D5 (especialmente D4), serotoninérgicos 5-HT1, 5-HT2, 5-HT3 (especialmente 5-HT2), noradrenérgicos α1 y α2, histamínicos y colinérgicos (Ortiz Lobo y De la Mata Ruiz, 2001). La eficacia clínica de la clozapina se ha demostrado en al menos 14 ensayos clínicos aleatorizados y a dobleciego
13 comparativos con otros antipsicóticos (Montero y De Abajo, 1992); en ellos se pone de manifiesto una mejoría sintomática que oscila entre el 26% y el 81% donde en todos su actividad es igual o superior a la del fármaco con que se compara, a dosis medias que varían entre 140 y 550 mg/día. Aunque la duración de los ensayos clínicos ha sido limitada, estudios de seguimiento no controlados indican que la remisión de los síntomas se mantiene a largo plazo en el 50-60% de los pacientes. Según el ensayo clínico más relevante de los realizados por Kane et al (1988), se demostró que pacientes con esquizofrenia resistente al tratamiento de otros antipsicóticos, mejoraban el 26% con clozapina, en tanto que sólo el 8% lo conseguía con clorpromazina. Teniendo en cuenta que aproximadamente el 20% de los pacientes esquizofrénicos no responden a los antipsicóticos convencionales, que adicionalmente en el 20-30% de los pacientes vuelve a una recidiva a pesar del tratamiento y que hasta el 15% desarrolla disquinesia tardía a largo plazo, se comprende que la utilidad social de la clozapina sea hoy día poco discutible. 3.5.4.1. Efectos adversos de la clozapina. La clozapina es única en el sentido de que no produce prácticamente ninguna reacción extrapiramidal importante, tales como distonía aguda; los efectos adversos pseudoparkinsonianos y la acatisia son infrecuentes. A diferencia de los neurolépticos clásicos, no modifica, o eleva sólo ligeramente, los niveles de prolactina evitando por ende los efectos adversos tales como ginecomastia, amenorrea, galactorrea e impotencia (Olivares, 2005). Su perfil de toxicidad, sin embargo, le aleja del antipsicótico ideal. Aproximadamente el 8% de los pacientes suelen abandonar el tratamiento por la aparición de reacciones adversas. Sus efectos adversos más comunes relacionados con la dosis son la sedación, el aumento de peso, la salivación excesiva, la taquicardia, la hipotensión ortostática y la fiebre. Los tres primeros se presentan en casi todos los pacientes. Existe también el riesgo
14 de la ocurrencia de convulsiones lo cual también está relacionado con la dosis. El efecto adverso más importante, de tipo idiosincrático, es la agranulocitosis que se produce en alrededor del 1% de los pacientes tratados con clozapina. Precisamente, esta última, fue la responsable de que la utilización de la clozapina se viera limitada al poco tiempo de su comercialización (MINSAL, 2000). Corría el año 1975, cuando Finlandia lanzó la alarma tras detectar 16 casos de agranulocitosis, 8 de ellos con resultado de muerte, a través de su sistema de notificación voluntaria. La frecuencia estimada entonces fue del 7,4 por mil, muy superior a la esperada para un neuroléptico. A raíz de estos episodios, Finlandia y otros países optaron por el retiro de la clozapina de la oferta farmacéutica y su comercialización en nuevos países quedó paralizada (Montero y De Abajo, 1992). Cuando la clozapina se reintrodujo al mercado después de los casos de agranulocitosis en Finlandia, se estimó que este problema se presentaba en 1 a 2% de los casos. Luego en investigaciones posteriores se ha visto que esta complicación es menos frecuente, de un 0,5 a un 0,8%. La neutropenia ocurre más a menudo, se manifiesta en alrededor de un 2,5 a 4% de los pacientes y en un número importante de casos la neutropenia es benigna y no progresa a una agranulocitosis (Wulff, 2007). Aún cuando suele ser reversible al interrumpir el fármaco, la agranulocitosis puede generar una sepsis y resultar fatal (Olivares, 2005). 3.6. Características y manejo de un primer episodio psicótico. Generalmente las primeras manifestaciones perceptibles de la esquizofrenia se presentan en la adolescencia. Algunas características clínicas y psicosociales presentes en el primer brote esquizofrénico, que inciden posteriormente en el pronóstico de la enfermedad se muestra en el ANEXO Nº 2 (MINSAL, 2000). La aparición abrupta, por primera vez en la vida, de un episodio de síntomas psicóticos se conoce como primer
15 episodio psicótico (PEP) y es un cuadro de tipo sindromático que se aclara, en cuanto a un diagnóstico específico, sólo después de seguir su evolución clínica (Cano, et al. 2007). En Chile, el Ministerio de Salud ha reconocido a la esquizofrenia como una de las enfermedades prioritarias y el tratamiento del primer episodio ha sido incorporado dentro de las patologías AUGE (Acceso Universal con Garantías Explícitas) (Alvarado, et al. 2004). Por lo tanto, el Ministerio de Salud trabajó arduamente en la elaboración de una guía clínica para tratar el primer episodio de esquizofrenia, con el objetivo de mejorar los síntomas y recuperación funcional de los pacientes lo mas precozmente posible, ya que de esta intervención depende el pronóstico de diversos trastornos psicóticos, o en su defecto dará curso a la cronicidad de la enfermedad con deterioro progresivo (MINSAL, 2005). El factor principal que determina el pronóstico es el acceso oportuno a un tratamiento adecuado (MINSAL, 2004). 3.6.1. Tratamiento integral de un primer episodio psicótico. Dependiendo de las características clínicas del paciente afectado, se realiza la elección de las intervenciones terapéuticas. En este sentido, son distintas las intervenciones según circunstancias de la evolución del cuadro clínico. En términos prácticos resulta útil considerar tres fases distintas del tratamiento (Ver ANEXO N° 3) (MINSAL, 2004). Fase Aguda Fase de Estabilización Fase de Integración Social En la esquizofrenia el objetivo del tratamiento es múltiple: reducir la sintomatología, facilitar la reintegración social, prevenir las recidivas y minimizar los efectos adversos. Desde un punto de vista farmacológico se basa en la utilización de antipsicóticos (Jiménez, et al. 2002).
16 3.6.2. Tratamiento farmacológico de un primer episodio psicótico. En la Guía clínica primer episodio esquizofrenia, realizada por el Ministerio de Salud el año 2005, se cita que: “se considera el uso ordenado, en etapas sucesivas, de distintos antipsicóticos en pruebas terapéuticas de 3 a 9 semanas de duración cada una” (Ver ANEXO N° 4: ALGORITMO Nº 1). Primera Etapa: Se debe iniciar tratamiento con risperidona. Segunda Etapa: cambiar a un segundo antipsicótico atípico. Tercera Etapa: cambiar a un tercer antipsicótico atípico. Cuarta Etapa: cambiar a un neuroléptico clásico. Quinta Etapa: cambiar a clozapina. En general, en cada etapa, se debe titular el medicamento dentro de la primera semana de tratamiento hasta una dosis terapéutica cercana al límite inferior del rango terapéutico. Si a las tres semanas no se ha producido una mejoría suficiente, se deberá titular la dosis hasta una dosis cercana al límite superior del rango terapéutico. Si a las seis semanas, aún no hay una respuesta óptima, se podrá aumentar aún más la dosis (si hay evidencia de que el aumento se acompaña de mejoría y que los efectos adversos no constituyen un problema) o potenciar el efecto de los antipsicóticos atípicos adicionando un neuroléptico clásico en bajas dosis. No existe evidencia que permita afirmar la superioridad de un antipsicótico atípico por sobre otro (excepto clozapina), por ello, considerando el alto costo de los fármacos, frente a la posibilidad de que dos antipsicóticos sean igualmente efectivos, se debe elegir el de menor costo. Así mismo, si se ha alcanzado la mejor respuesta clínica posible con un segundo o tercer antipsicótico atípico, y esta respuesta no es superior a la obtenida con risperidona, se debe volver a utilizar ésta.
17 En situaciones en las que, por razones propias del cuadro clínico de una persona, el psiquiatra tratante estima que puede ser beneficioso utilizar neurolépticos clásicos antes de insistir con un segundo o un tercer antipsicótico atípico, éstos pueden usarse en una etapa más temprana que lo establecido en el protocolo. 3.6.2.1. Tratamiento de la esquizofrenia refractaria a antipsicóticos. El tratamiento base para la esquizofrenia refractaria a otros antipsicóticos es la clozapina, la cual se debe titular hasta dosis terapéuticas en un mes y posteriormente, se debe evaluar el resultado y ajustar las dosis en forma mensual. Una prueba terapéutica con clozapina adecuada debe durar 3 a 6 meses. Si la respuesta a la clozapina es parcial, se puede potenciar su efecto con la adición de distintos fármacos o con la electro-convulsivo terapia (MINSAL, 2005) (Ver tratamiento de la esquizofrenia refractaria en ANEXO N° 5: ALGORITMO N° 2). Síntomas positivos: agregar otros antipsicóticos. Síntomas del espectro depresivo/negativo: probar con antidepresivos. Los ISRS pueden inhibir el metabolismo de la clozapina y aumentar sus niveles plasmáticos. Síntomas de inestabilidad del ánimo e impulsividad: agregar estabilizadores del ánimo. Como primera opción ácido valpróico, y como segunda carbonato de litio. La carbamazepina está contraindicada. Trastornos conductuales persistentes: usar terapia electro convulsiva. 3.7. Definición y objetivos de una farmacovigilancia. Según la OMS, la farmacovigilancia es la ciencia y actividades relacionadas a la detección, evaluación, comprensión y prevención de los efectos adversos de los medicamentos y otros problemas relacionados (WHO, 2002). Los estudios de farmacovigilancia consisten básicamente en la identificación de las reacciones adversas,
18 empleando técnicas de análisis poblacional con bases farmacoepidemiológicas para una evaluación permanente del riesgo-beneficio de los medicamentos consumidos por la población. Es decir, recolecta, registra y evalúa sistemáticamente la información respecto a reacciones adversas de los medicamentos, cuando son usados en la etapa postcomercialización por una población en condiciones naturales (Valsecia, 2001). Con el objeto de investigar el comportamiento del medicamento luego de que su uso fuese aprobado por la autoridad sanitaria, muchos países han creado Sistemas de Farmacovigilancia destinados a recoger, analizar y distribuir información acerca de las reacciones adversas, recomendando las medidas que deben adoptarse (Valsecia, 2001). 3.7.1. Programa chileno de Farmacovigilancia. La creación de un Sistema Nacional de Farmacovigilancia brinda aportes científicos para la utilización racional de los medicamentos y permite a las autoridades, entre otras cosas, implementar medidas tales como modificación de prospectos, cambio de dosis, de condiciones de venta o bien restricciones de uso hasta, en casos necesarios, el retiro del mercado (Olivares, 2005). El Programa chileno de Farmacovigilancia, se inició en abril de 1995, adoptando el sistema de comunicación voluntaria o espontánea de sospecha de reacciones adversas a medicamentos en una ficha tipo, de color amarilla. En diciembre de 1995 se enviaron las primeras notificaciones al Uppsala Monitoring Centre (UMC) Centro Coordinador de Monitorización de Reacciones Adversas de la OMS y en marzo de 1996, nuestro país fue aceptado como miembro integrante del Programa OMS, siendo Chile el quinto país sudamericano en ser aceptado por el organismo internacional. En la actualidad se deben reportar, en forma obligatoria las reacciones adversas a medicamentos de los productos farmacéuticos que contengan clozapina, drospirenona, antiinflamatorios
19 inhibidores de ciclooxigenasa-2 (COX-2) y los antiinflamatorios no esteroidales (AINE), entre otros (Morgado, et al. 2007). 3.8. Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría. A partir de 1990 la Unidad de Salud Mental del Ministerio de Salud generó un conjunto de documentos regulatorios en salud mental, los que contribuyeron al desarrollo de la implementación del Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría, que hace hincapié en un enfoque comunitario de los problemas de salud mental, y se basa en intervenciones fundamentales de los últimos avances científicos y toma en cuenta criterios económicos, tales como la eficacia en función del costo (Minoletti y Zaccaria, 2005). El plan por lo tanto, requería de un marco normativo para poder asegurar la calidad y cobertura de sus acciones. Algunos constituyen normas técnicas que cuentan con la correspondiente resolución del departamento jurídico del ministerio y que son mandatarias para los servicios de salud, existiendo además, reglamentos, orientaciones técnicas, guías metodológicas, programáticas y manuales de apoyo (Regulación, s/f). A través del Fondo Nacional de Salud (FONASA), se proporciona el financiamiento de modernos psicofármacos, para ponerlos al alcance de los beneficiarios del sistema público de salud, para enfrentar adecuadamente el desafío de ofrecer una atención de calidad a las personas que sufren trastornos psiquiátricos severos, posibilitando su real integración a la comunidad (Brokering, et al. 2000). Entre las normas técnicas de los trastornos psiquiátricos severos: esquizofrenia; contamos con la norma técnica: “Uso clínico de clozapina. Programa Nacional de Antipsicóticos Atípicos. 2000”. Esta norma ha sido diseñada por un grupo de expertos nacionales con amplia experiencia clínica en el uso de la clozapina, para regular la adecuada prescripción y correcto empleo del fármaco, de manera que resulte eficaz y
20 segura para los pacientes beneficiarios de la red de Servicios de Salud Mental y Psiquiatría del Sistema Público de Salud (Brokering, et al. 2000). 3.8.1. Programa Nacional de Neurolépticos Atípicos: clozapina. El Ministerio de Salud aprobó en el mes de noviembre de 1999 el financiamiento para la implementación del “Programa Nacional de Neurolépticos Atípicos: clozapina” en los servicios clínicos de psiquiatría de los hospitales del país. En el marco del Programa Nacional de Neurolépticos Atípicos, el fármaco clozapina ha sido usada en Servicios de Salud que cuenten con al menos un psiquiatra encargado en el nivel secundario, un profesional químico farmacéutico y un laboratorio que realice hemogramas. Cuando el psiquiatra tratante considere que el paciente se beneficiará con el uso de la clozapina y una vez que este y un familiar responsable hayan autorizado el uso del medicamento mediante un consentimiento (Ver consentimiento en ANEXO N° 6) se procede ha solicitar un hemograma semanal durante las primeras 18 semanas de tratamiento, y luego se solicitan hemogramas una vez al mes mientras el paciente se mantenga usando la clozapina (Ver informe de Hemogramas en ANEXO N° 7). En caso de detectarse algún hemograma, alterado con recuento de leucocitos y/o neutrófilos bajo lo normal el psiquiatra tratante le dará las indicaciones precisas de acuerdo a los tres grados de alteración posible. A cada grado de alteración se les llamó “alarmas”, existiendo las de tipo I, II y III en orden de gravedad y para cada una de las cuales existen distintas conductas que el paciente debe comprometerse a seguir de acuerdo lo indicado por su médico (Informativo, 2000).
21 Alarma I: Leucopenia leve y/ó neutropenia leve Leucocitos entre 3000 y 3499 (cel/mm3) y/ó Neutrófilos entre 1500 y 2000 (cel/mm3) Alarma II: Leucopenia moderada y/ó granulocitopenia Leucocitos entre 2000 y 2999 (cel/mm3) y/ó Neutrófilos entre 1000 y 1499 (cel/mm3) Alarma III: Leucopenia severa y/ó agranulocitosis Leucocitos por debajo de 2000 (cel/mm3) y/ó Neutrófilos por debajo de 1000 (cel/mm3) 3.8.1.1. Manejo de alarmas hematológicas según norma técnica para clozapina. La norma técnica para el uso clínico de clozapina dice que en caso de que un paciente presente alarma I, es necesario volver a controlar hemogramas dentro de los cuatro días siguientes al último examen y continuar con exámenes de sangre, dos veces por semana, hasta que la situación se normalice (Brokering, et al. 2000). En caso de alarma II, el tratamiento con clozapina debe ser interrumpido de inmediato y se deberán realizar hemogramas diarios hasta asegurarse de la evolución positiva del cuadro. El paciente puede volver a usar clozapina bajo condiciones de extrema vigilancia, esto es, hemogramas tres veces por semana (Brokering, et al. 2000). En caso de alarma III, el tratamiento con clozapina debe ser interrumpido de inmediato y no puede volver a recibir clozapina en el futuro. El paciente debe ser hospitalizado con monitorización clínica estrecha y a cargo al menos, por su psiquiatra tratante, un hematólogo y/o un infectólogo. Por la gravedad del cuadro hematológico, está indicado el uso de fármacos estimulantes de la médula ósea (Brokering, et al. 2000). 3.8.2. Protocolo del Sistema Nacional de Farmacovigilancia de clozapina, dentro del Programa Nacional de Antipsicóticos Atípicos. El Ministerio de Salud a través del Programa de Antipsicóticos Atípicos puso en marcha un Sistema Nacional de Farmacovigilancia que permitió a los Servicios de Salud
22 contar con todas las medidas necesarias para enfrentar el riesgo de una disminución de un tipo de glóbulos blancos, situación que en su mayor nivel de gravedad sólo ocurre en aproximadamente el 1% de los pacientes tratados con clozapina (Informativo, 2000). Las medidas son: a) La existencia de un médico psiquiatra en cada Servicio de Salud, como responsable local del programa de la clozapina. b) La existencia de un profesional químico farmacéutico (Q.F) a cargo del monitoreo hematológico establecido por Norma del Ministerio de Salud, que autorice o suspenda el despacho de la clozapina según los resultados del monitoreo, y también se encargue de informar los resultados de los hemogramas de todos los pacientes al Instituto Psiquiátrico “Dr. José Horwitz Barak”. c) Cada paciente debe disponer de un psiquiatra tratante, que en algunos servicios suele ser el mismo psiquiatra encargado del programa. d) El Instituto Psiquiátrico “Dr. José Horwitz Barak”, debe contar con un Q.F a cargo del registro centralizado de controles hematológicos de los pacientes incorporados al programa de todos los servicios psiquiátricos del país. Sin embargo hoy en día esta labor es realizada por un médico y no un Q.F. En caso de otro tipo de reacción adversa, el psiquiatra encargado del programa de la clozapina del correspondiente Servicio de Salud, informa por Fax o E-mail al psiquiatra encargado del programa del instituto psiquiátrico de Santiago y éste notifica regularmente al Centro Nacional de Información de Medicamentos y Farmacovigilancia (CENIMEF). 3.9. Razones para el ingreso de una clozapina de procedencia china a Chile. La clozapina, agente neuroléptico atípico, ha demostrado ser clínicamente efectiva en un 40% a 60% de aquellos pacientes esquizofrénicos que han resultado ser refractarios a
23 tratamientos previos con otros neurolépticos. Su eficacia indiscutible debiera significar un aumento en su consumo, sin embargo, una de sus limitantes es ser un tratamiento de alto costo (Penna, et al. 2001). En Chile la única clozapina que se encontraba disponible para la población era el producto de referencia, Leponex®, fabricada por Laboratorio Novartis S.A. Por tal razón, nació la idea de que se incorporara una nueva formulación farmacéutica, con un criterio técnico que llevara a disminuir los costos y/o ampliar la cobertura. Para esto, se realizó un estudio piloto comparativo de dos formulaciones de clozapina, el producto innovador del mercado Leponex® y una clozapina importada fabricada bajo la licencia de Xuzhou Pharmaceutical Factory, industria que fabrica una serie de fármacos para el sistema nervioso central en China. Se realizó un estudio paralelo, randomizado, sin uso de control con placebo a trece pacientes (7 y 6 respectivamente) previamente depurados de cualquier otra medicación, con una dosis única de 100mg que abarcaba comparar, en términos farmacéuticos, una formulación china de clozapina en comprimidos de 50mg con el producto innovador del mercado en comprimidos de 100mg, para determinar la biodisponibilidad relativa y establecer la bioequivalencia de productos medicamentosos a través de tres parámetros farmacocinéticos importantes: (Penna, et al. 2001). a) Concentración máxima obtenida (Cmáx) b) El tiempo al cual se logra la concentración máxima (Tmáx) c) El área bajo la curva de concentración plasmática versus tiempo (ABC) que representa fracción de fármaco absorbido. La biodisponibilidad es un tipo de estudio que se realiza en humanos y que permite determinar la velocidad de absorción y la cantidad de un principio activo en la circulación
24 sistémica o en la orina después de la administración de un medicamento. La bioequivalencia es un estudio de biodisponibilidad comparativo entre un producto farmacéutico en estudio y uno de referencia (Moreno, 2004). El análisis estadístico realizado a los datos obtenidos indicó que con los datos disponibles del estudio “no hay” diferencias estadísticamente significativas entre las formulaciones estudiadas, con respecto a Cmáx, Tmáx y Área bajo la curva ABC, por lo cual se concluyó que las formulaciones son bioequivalentes (Penna, et al. 2001). Cuando se administra un medicamento genérico, al cual se le ha realizado un estudio de bioequivalencia, y demuestra que alcanza la misma velocidad y concentración de principio activo que el medicamento innovador, se está asegurando la misma respuesta terapéutica en el paciente que la que se obtendría con el medicamento innovador, logrando de esta manera cumplir con uno de los cuatro objetivos de la OMS en materia de medicamentos: poner al alcance de la población medicamentos genéricos que tengan un costo mucho menor que aquellos innovadores y, a la vez, que satisfagan las exigencias de calidad y eficacia (OMS, 2001). 3.10. Presentaciones comerciales de clozapina, dispuestas actualmente en Chile. Presentación comercial Forma farmacéutica Dosificación Laboratorio distribuidor Leponex® Comprimidos 25 mg Novartis Leponex® Comprimidos 100mg Novartis Dicomex® Comprimidos 25 mg Recalcine Dicomex® Comprimidos 100 mg Recalcine Clozapina® Comprimidos 100mg Andrómaco
25 4. OBJETIVOS. 4.1. Objetivo General. Describir la respuesta clínica de pacientes con esquizofrenia severa, en tratamiento farmacológico con clozapina de procedencia china, en pacientes de la Región de los Ríos, atendidos en el Hospital Clínico Regional Valdivia entre los años 2003-2007. 4.2. Objetivos Específicos. 1. Determinar la distribución porcentual, de los subtipos de esquizofrenia que se presentan en los pacientes que reciben tratamiento farmacológico con clozapina, según la clasificación internacional de los trastornos mentales y del comportamiento (CIE-10) de la organización mundial de la salud, como pauta diagnóstica. 2. Determinar la dosificación promedio alcanzada al final del estudio, y su distribución según género. 3. Determinar la incidencia de efectos hematológicos (leucopenias, granulocitopenia y agranulocitosis) a lo largo del tratamiento con la clozapina de procedencia china, mediante registros de niveles de alarma hematológica en adultos. 4. Establecer posibles interacciones farmacológicas con fármacos concomitantes al momento de desencadenar algún tipo de alarma hematológica en los pacientes tratados con clozapina. 5. Calcular la prevalencia de las reacciones adversas no hematológicas más frecuentes durante el tratamiento, informados en las fichas de los pacientes tratados con la clozapina de procedencia china.
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