PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS
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PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA 251 Capítulo IX. PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS 1. EL PROTAGONISMO DEL SIGLO DE LAS LUCES: TRABAJO Y PREMIOS. En la historia de la Económica, como en todos los procesos históricos, la presencia de la mujer es una realidad que no podemos olvidar a la hora de reconstruir el pasado histórico porque los sujetos que han protagonizado la historia han sido tanto hombres como mujeres. Sin embargo, es sabido que éstas han sido silenciadas; pero si rastreamos en las fuentes históricas podremos comprobar que en ellas no faltan las huellas que dejaron las mujeres, solo hay que buscarlas e interpretarlas. De esa forma, los procesos históricos estarán más llenos de contenido, pues con la participación de la mitad del género humano, es evidente que la historia está sesgada. Da igual el ámbito en que se desenvuelva la actividad del sujeto que protagoniza la historia, si tradicionalmente para el hombre ha sido el espacio público y para la mujer el privado, pues valga el privado, porque ese es el papel que le tocó, pero conozcámoslo. En la conjunción de ambos espacios, el mundo reservado a los hombres y el reservado a las mujeres está la auténtica construcción de la historia. Por tanto, no se trata de aislar la participación de la mujer sino de integrarla en el conjunto de la sociedad y hacerla participe con lo que fue su realidad. Por el mismo motivo, tampoco se trata de resaltar su papel relegado o marginal, no, solo es cuestión de analizar cómo y cual fue su participación. Rescatándolas así del olvido y permitiendo que traspasen los umbrales del silencio. Porque esa es ahora nuestra labor, extraer de las MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
252 LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE JAÉN fuentes su participación en la construcción de la sociedad, sacarlas del anonimato y en el mundo actual hacerlas protagonistas con el fin de que pueda ser conocida su auténtica realidad y en consecuencia valorada. El movimiento ilustrado partía de una consideración hacia la mujer, en términos muy avanzados para el momento. Tengamos en cuenta que por entonces, lo mismo que después, se consideraba natural que la mujer se dedicara al ámbito privado, procurando el bienestar de la familia en el espacio cerrado del hogar. Para hacernos una idea del universo femenino de entonces veamos algunas ideas que sobre él se vertían. Ya habían pasado los tiempos de Fray Luis de León y la concepción de la mujer ya no pertenecía a los esquemas que él trazara en su Perfecta Casada, obra en la que la mujer no queda muy bien parada, pues predominan las descalificaciones; no obstante, durante mucho tiempo, aún en el siglo XX, fue un preciado regalo de bodas. Este fraile agustino, no tenía inconveniente en decir lo siguiente: «no ay cabeça peor, que la cabeça de la culebra, ni ira, que iguale, a la de la mujer enojada. Vivir con leones y con dragones más es passadero, que hacer vida con la mujer que es malvada». Las diferencias que separaban a la mujer del hombre él las tenía muy claras, consideraba que no estaba dotada como el hombre de entendimiento y razón, por tanto solo en la honestidad se podría hallar su mejor virtud y de no ser así, ya no sería mujer «sino alevosa ramera, y vilísimo cieno, y basura la más hedionda de todas». Cuando decide ensalzarla comienza por decir: «la primera alabança de la buena mujer, decir, que es dificultosa de hallar», y continúa «que unas ay cerriles y libres como caballos y otras resabidas como raposas, otras labradoras, otras mudables a todos colores, otras pesadas, como hechas de tierra, y por esto la que entre tantas diferencias de mal, acierta a ser buena, merece ser alabada mucho». En el siglo XVII, el hecho de que no pudieran acceder a los mismos puestos de trabajo y ni siquiera al mismo tipo de educación, fue denunciado por las propias mujeres, culpando de ello a los hombres «porque las almas ni son hombres ni son mujeres, ¿qué razón hay para que ellos sean sabios y presuman que nosotros no podemos serlo?. Esto no tiene a mi parecer, más respuesta que su impiedad o tiranía en encerrarnos y no darnos maestros... como nos ponen el cambray en las almohadillas y los dibujos en el bastidor, nos dieran libros y MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA 253 preceptos, fuéramos tan aptas para los puestos y para las cátedras como los hombres». La frase es de María de Zayas y Sotomayor, escritora que vivió en el siglo XVII. Cabría citar más mujeres que destacaron en el mundo de la cultura. Beatriz Galindo, mujer que vivió en el siglo XV y que fue conocida por su conocimiento de la lengua como la «Latina», es un caso. Y es que mujeres que destacaron y sobresalieron en el campo de la literatura, la política y las artes, las hubo, pero fueron la excepción. Por citar un dignísimo ejemplo, me quedo con Teresa de Jesús, mujer que, utilizando las palabras de Adela Tarifa1, «esconde una clara estrategia del feminismo precoz que reclama el derecho de la mujer a poseer una vida espiritual tan intensamente vivida como la del varón». Ella ya se quejaba de que no había virtud en la mujer que los hombres no tuvieran por sospechosa. Pero repito, esos tiempos habían pasado y ahora, en el siglo XVIII, asistimos a un momento histórico en el que surgen defensores de la mujer. Leandro Fernández de Moratín o el padre Feijoo se ocupaban de demostrar que el universo femenino no era tan despreciable como algunos creían. Al respecto, Feijoo decía: «aquellos que ponen tan bajo el entendimiento de las mujeres ..., son indignos de admitirse en la disputa... Estos discursos contra las mujeres son de hombres superficiales. Ven que por lo común no saben sino aquellos oficios caseros a que están destinadas y de aquí infieren... que no son capaces de otra cosa...que las mujeres no sepan más no se infiere que no tengan talento para más»2. Tales eran los vuelos que daban los ilustrados que hasta las mujeres se atrevían a rebelarse y denunciar el pensamiento que sobre ellas había. Es verdad que esas actuaciones eran excepcionales, pero se dieron. Valga el caso de Josefa Amar y Borbón, la primera mujer que ingresó como socia en la Real Sociedad Económica de Aragón. Era hija del médico de Cámara 1 TARIFA FERNÁNDEZ, A. «Poder y marginación en España. La mujer entre el Antiguo y Nuevo Régimen». Conferencia inaugural del Curso Académico 2000-2001. I.E.G. Jaén, 2000. En el texto de su conferencia expone testimonios de otras mujeres que tampoco «utilizaron la vía de callar y obedecer». 2 Cit. por BEL BRAVO, Mª A. La historia de las mujeres desde los textos. Ariel Practicum. Barcelona, 2000, p. 68. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
254 LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE JAÉN de Carlos III; mujer de gran cultura, traducía y hablaba latín, griego, inglés, francés e italiano, entró como socia en 1790 y ya entonces decía: «por una parte los hombres buscan su aprobación, les rinden...obsequios...; no las permiten el mando en lo público..., las niegan la instrucción, y después se quejan de que no la tienen...Por otra parte las atribuyen casi todos los daños que suceden...No contentos los hombres con haberse reservado, los empleos, las obras, las utilidades...ha despojado a las mugeres hasta la complacencia que resulta de tener un pensamiento ilustrado. Nacen y se crían en la ignorancia absoluta: aquellos las desprecian por esta causa, ellas llegan a persuadirse que no son capaces de otra cosa, y como si tuvieran el talento en las manos, no cultivan otras habilidades que las que pueden desempeñar con estas...El tiempo y la necesidad las había acostumbrado, a la esclavitud que sufren en una parte del mundo, y a la dependencia a que se sujetan en la otra restante...Pero no por eso se han de mostrar insensibles a todos los desaires que quieran hacerlas...»3 En medio de esas concepciones, Jovellanos, dentro del seno de las Reales Sociedades entendía su participación en plena igualdad desde el momento que consideraba «que las señoras deben ser admitidas con las mismas formalidades y derechos que los demás individuos; que no debe formarse en ellas clase separada»4. Los ilustrados giennenses también concibieron el sentido aperturista de las «luces» en el campo femenino. Cuando mandaron a la Matritense los estatutos fundacionales para su aprobación, requisito que era imprescindible, en ellos iba incluida una propuesta de participación femenina: una Junta de Damas integrada por 14 señoras. No iban a trabajar en el seno de la Sociedad pero sí dependiendo de ella. Su propuesta fue rechazada5. La Junta de Damas fue una institución femenina típica de las Sociedades Económicas. A través de ellas la mujer se incorporaba al espacio 3 ROYO SINUÉS, J.M y GIL DE MURO , J. « Historia y actualidad de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País». En «Congreso de Reales Sociedades Económicas de Amigos del País». Santiago de Compostela, 1995, pp. 67-70. 4 Memoria leída en la Sociedad Económica de Madrid, sobre si debían o no admitir en ella a las señoras. B.A.E. T. L, 56b. Cit. por I. Arias Saavedra, p. 199. 5 ARIAS SAAVEDRA, I. Op., cit., p. 199. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA 255 público. En la Matritense constituía una sección autónoma denominada «Junta de Damas y Honor y Mérito». En 1787 tenía su propio reglamento. El peso que tuvo esta Junta en la sociedad es digno de tener en cuenta. Crearon escuelas patrióticas y academias y gozaban del apoyo real, llegando las infantas Mª Victoria y Mª Josefa a participar como socias6. La Sociedad de Badajoz también contó con la Junta de Damas desde 1836, lo que permitía a las mujeres promover escuelas públicas de niñas, obras de beneficencia como la Casa Cuna, o la Tienda Asilo que ya vimos en su capítulo correspondiente, así como participar en el Jurado de los certámenes convocados por la Sociedad7. De todas formas, a pesar de la negativa de constitución de la Junta de Damas, educando a la mujer la Económica giennense inició su andadura. Fueron niñas las primeras alumnas que en su seno aprendieron a leer y escribir al mismo tiempo que primorosamente hilaban el lino. Lo hacían en la Casa de Labor Piedad e Industria que vimos en su momento. Juan Nepomuceno, el primer Secretario, insistía en la consideración que sobre la mujer tenían en los Amigos del País cuando leyó su discurso el 4 de noviembre de 1787. Bajo el lema que él mismo puso a la Sociedad, especificado en el título XII de los estatutos «Benéfica para todos», dio cumplida cuenta que realmente era para todos: «Qué Asamblea más útil y agradable que aquella donde las maestras, a quienes está confiada la educación de las niñas, han visto a la primera clase de personas de esta capital esmerarse en acariciar a las disciplinas, infundiendo en ellas la gloriosa emulación de que son capaces en aquellos tiernos años, que conservan en bronce lo que ahora se les imprime como en cera. Si por desgracia llega a extinguirse este Cuerpo Patriótico harán, cuando sean ancianas, a sus amadas hijas tristes recuerdos de los felices días en que concurrieron con lo más distinguido del pueblo que las premiaba y animaba a la perfección de sus manufacturas e instrucción en la Doctrina Cristiana»8. 6 RÍOS IZQUIERDO, P. y RUEDA RONCAL, A. «Análisis de las normas jurídicas de la Junta de Damas». En Torre de los Lujanes. B.R.S.E.M.A.P. (1989). Nº 13, pp. 151-161. 7 GUILLÉN CUMPLIDO, I. Op, cit. 8 A.S.E.J. Leg. 1423A. Actas de la Real Sociedad. Sesión de 3 de noviembre de 1787, pp.28 y 29. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
256 LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE JAÉN Después, en la redacción de los estatutos, el Secretario volvía a dejar constancia de su interés por el mundo femenino y ello lo dejó plasmado exhortando a los socios a mantener escuelas gratuitas para niñas pobres9. La puesta en práctica del modelo previsto para fomentar el desarrollo económico y social, ya vimos en el capítulo I que iba articulado en torno a unos premios que reconocían y estimulaban la producción. Analizando su desarrollo me ha llamado la atención el mimo y cuidado que prestaron a la mujer. En realidad son mujeres anónimas que destacaron en un mundo con elevadísimos índices de analfabetismo para los hombres, cuanto más para las mujeres. Veámoslo con detalle. En la primera convocatoria se anunciaron un total de 28 premios, de ellos, 5 iban destinados a mujeres y niñas en la siguiente forma: la mujer pobre que demostrara haber hilado más lino o cáñamo, en cantidad superior a 40 libras, recibiría 150 reales. La mejor pieza de lino que tuviera más de 300 varas, también iba dotada con otros 150 reales si su tejedor era asimismo mujer pobre. Con 100 reales se premiaría a la maestra o Amiga del País que presentara más jóvenes adelantadas en manufacturas e instruidas en la Doctrina Cristiana con inteligencia. Además, 20 reales obtendría la que sobresaliera en esa instrucción. Otro premio consistía en siete vestidos. El requisito para aspirar a ellos era no tener más de siete años, ser pobre, estar bien instruido en la Doctrina Cristiana y ser natural y vecino de Jaén. En este premio daban prioridad a las niñas. A ellas les concedían cuatro vestidos y a los niños tres10. Llegada la hora de la concesión de los premios la afluencia de trabajos presentados por mujeres amplió las expectativas previstas. La totalidad de los premios se redujo a 14, sin embargo los de las mujeres aumentaron; 11 en total obtuvieron reconocimiento por sus trabajos. El premio por haber tejido mayor porción de lino fue para María de Mesa, mujer de Alonso López. Ana María Roxas, de 80 años, y Teresa del Águila, alumna de la escuela que tenía 16 años, se repartieron los 150 reales 9 Real Cédula...Op., Cit., Título XIV. De las Escuelas Patrióticas. Art. VII, p. 90. 10 A.S.E.J. Leg. 1423A. Actas de la Real Sociedad. Sesión de 17 de abril de 1787, pp. 18- 20. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA 257 con que estaba premiado el tejido de lino y cáñamo que sobrepasara las 40 libras. Vicenta de Almagro y Mariana González «por tener el mismo mérito» se repartieron el premio de 10 pesos que iba destinado a la mejor manufactura de tejidos de seda o lino. El torno de hilar, que no iba expresamente destinado a mujeres, lo consiguió Teresa del Águila, con lo que ya acumulaba dos premios. Al de 100 reales ofrecido a la maestra que presentara a las mejores niñas y por tanto las más premiadas, se presentaron Josefa de Guzmán, María de Valenzuela y Rosa Rodríguez que fue la ganadora. El de la niña más destacada fue para Isidra López que solo tenía seis años, pero lo cedió a una «pobre benemérita» y así se dieron los cuatro vestidos a Ana Manjón, Ursula de Alcázar, María de Hermoso y Josepha Marín11. Al año siguiente, de las 68 distinciones previstas, 17 eran para mujeres: 9 medallas, 5 premios y 3 tornos. Para los alumnos muchos más, 26 medallas y 3 premios. Llegado el día de la entrega fueron 19 las mujeres y niñas premiadas, los niños en cambio recogieron 24 condecoraciones12. El resto, básicamente iba destinado a premiar los adelantos de la agricultura. Las tres medallas de plata para las mejores en manufacturas fueron para Teresa López, Januaria Molina y Petronila Rodríguez. Por el mismo concepto se añadieron dos premios extraordinarios para Ursula de Alcázar y Ania Segovia. A la mujer se la distinguía, no cabe duda, pero las diferencias a su posición social se tenían en cuenta. Se premiaron a las niñas más versadas en Doctrina Cristiana, pero se hicieron dos grupos. Por un lado las pobres y por otro las acomodadas. Y la diferencia no solo estaba en la forma de convocarlas, la cuantía de los premios era también distinta. Las primeras, María Gutiérrez de cinco años y María del Salto, recibieron premios de 25 reales; las segundas, María Puche, María Esquirós y Gertruidis León, obtuvieron medallas de plata. Juana Prieto consiguió un premio extraordinario por los mismos méritos. Ese año se promocionó otro aprendizaje: lectura y escritura; María de los Dolores Cevallos hija del Vizconde de los Villares, Francisca Serrano e 11 Ibídem. Sesión de 3 de noviembre de 1787, pp.37-40. 12 Ibídem, pp. 43-44. Sesión de 5 de diciembre e 1788, pp. 136 y ss. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
258 LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE JAÉN Isidra López, recogieron sus correspondientes medallas por haber sobresalido en tales rudimentos. Las maestras se seguían premiando. Josefa Guzmán repetía premio y María de Gámez llegaba nueva a recoger su condecoración. Francisca de Medina obtuvo un premio por ser la que mejor se defendía ante las azarjas, aquellos instrumentos que rudimentariamente manipulaban la seda. Isabel de Zafra y María Montes consiguieron sendos tornos de hilar13. Feliciana del Castillo y Ana García recibieron 150 reales de vellón cada una por la singular aplicación y esmero con que tejieron una considerable porción de lino. Francisca Salido se permitió presentar el resultado de su experimentación con los gusanos de seda. Mostró una porción de seda que procedía de la segunda hoja del moral, inútil para otros usos. Los maestros la examinaron y aseguraron que era de la misma calidad que la de la primera cosecha. Tal experimento decidieron fomentarlo pero solo le dieron las gracias por su aportación. Una niña, Antonia de Arcos y Ecija, consciente de sus derechos, desde pequeña, solo tenía doce años, aprendía a formular reivindicaciones; como ya había pasado el examen de lectura y no se había enterado reclamó sus derechos alegando que a ella no había llegado la noticia de tal examen, y lo justificaba porque «era una infeliz retirada en su casa ...donde ayudaba a su madre viuda y enferma con el trabajo de sus manos... y por su aplicación había conseguido de una vecina le diese algunas lecciones». Después de escucharla se le permitió leer con la consiguiente sorpresa para todos, porque Antonia leía con perfecto sentido y «sin resabio alguno». A título personal, Andrés de Biedma, segundo Director, le costeó un maestro y los resultados que obtuvo, a los ojos de los que lo vieron, resultaron «casi increíbles»14. Al año siguiente, el Deán Mazas le concedió mensualmente una cantidad de dinero para su manutención con el fin de que pudiera aprender a dibujar, disciplina que marcaba un hito en el aprendizaje femenino. Ya para los hombres era novedosa en el reducido ámbito provincial. Los progresos de Antonia en el arte también fueron fascinantes. Ante el «pasmo de su maestro» 13 Ibídem. 14 Ibídem. Sesión de 4 de noviembre de 1788, p. 142. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA 259 la niña conseguía excelentes avances, y como además no se vencía ante las dificultades consiguió la protección del Obispo para que la mantuviera en Baeza, en donde al parecer se había trasladado con su anciana madre. Allí, bajo la dirección del pintor Soria, realizaba bustos de complicados escorzos que después presentaba a la Económica, aunque ésta no pudiera premiarlos porque no estaba contemplado en las bases. La convocatoria de premios para 1789 anunciaba 18 medallas, cinco premios y tres tornos. El día del reparto, 23 mujeres recogían sus premios. Teresa Beato, Gertrudis León, María Puche, María Díaz, María Estrella y Teresa López, consiguieron sus correspondientes medallas porque fueron las que presentaron mejores manufacturas15. Otras seis medallas, las destinadas a las niñas más sobresalientes en preceptos cristianos, fueron para María Luque, María de Mora, Francisca Carvajal, Ana Rincón, María del Mármol y Rafaela Mírez. Por el mismo concepto, pero aplicado a las niñas pobres, Manuela de Ábalos y María de Llera recogían sus 25 reales. María de la Concepción Cevallos, hija del Vizconde de los Villares, Antonia de Arcos y María Serrano ostentaban sus medallas demostrando que eran las que mejor dominaban las técnicas de Lecto-escritura. Con respecto a las maestras, a Josefa Guzmán, de nuevo se le reconocían sus méritos, las maestras, Florencia María e Hipólita López se repartían el segundo premio ya que empataron en cuanto al número de niñas sobresalientes que educaban. María de Gámez, este año no había conseguido que sus alumnas fueran las mejores, no obstante, un premio de 5 cinco reales pudo conseguir. Los de sus compañeras eran de 70. Por último, los dos tornos para aquellas que habían hilado mayor y mejor porción de lino, se adjudicaron a María de Montes y María de Sierra16. En ese año todos los premios fueron para mujeres excepto uno de cien reales para la mejor manufactura, otros dos, de mil reales cada uno, para promocionar la agricultura y la producción de seda respectivamente y otro de 150 reales para socorrer a un maestro de pasamanería. 15 Ibídem. Sesión de 4 de noviembre de 1789, p. 153. 16 Ibídem. Sesión de 4 de noviembre de 1789, pp. 152-154. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
260 LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE JAÉN En la oferta para 1790 ya no establecían diferencias con las pobres17, en la anterior tampoco pero sí se tuvo en cuenta en el reparto, ahora en ninguna ocasión se mencionan. En este año, las medallas de plata por manufacturas fueron para Eufrasia Carrillo, Andrea de Molina, María Aguilar, María de Ábalos, María Moreno y María Godoy. Por la instrucción en Primeras Letras, Bonifacia de Rozas, María de Contreras, Juana Prieto, Juana Quivante y María de Linde. Las que mejor dominaban la Doctrina Cristiana, Francisca Cortés, Rosa Gámez, María Serrano, Teresa de Mora, María Ximénez y Juana Romero. Por su destreza en hilar al torno y saber manejar con perfección «esta útil máquina» fueron premiadas Juana de Herrera, Francisca de Ortuño, Juana López, Manuela de Llera, Isabel García y Antonia López. Josefa Guzmán continuó con su premio. Otro, también de 70 reales fue para María Ximénez. Este año había una novedad para las maestras y es que el premio se elevaba nada menos que a 300 reales para la que en su sala instruyera más niñas en Doctrina Cristiana y en varias clases de manufacturas. María de Gámez, que en ediciones anteriores la vimos recoger su premio ahora conseguía esta estimulante cantidad18. En la convocatoria para 179119, los premios para los alumnos de las clases de Latinidad y Primeras Letras se suspendieron. En total se convocaron 21 medallas, 18 premios en metálico y un torno, de ellos, para las niñas fueron 18 medallas, seis para cada uno de los tres grupos que se premiaban, Manufacturas, Doctrina Cristiana y Lecto-escritura. Asimismo, se mantuvieron los dos premios para las maestras y el torno de hilar. Como en el año anterior, también se introdujeron novedades. En primer lugar a las niñas se les comenzó a premiar por sus conocimientos en la Letanía Lauretana. Al mismo tiempo se las preparaba para ser buenas criadas. Sesenta reales podía conseguir la joven que, mejor y con más prontitud, peinara a su señora. A los muchachos también se les adiestraba 17 Ibídem. Sesión de 5 de diciembre de 1789, p. 157 y ss. 18 Ibídem. Sesión de 4 de noviembre de 1790, pp. 167-168. 19 Ibídem. Sesión de 7 de enero de 1791, p. 186. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA 261 para el mismo menester de criado, pero con una diferencia: se premiarían los dos criados de librea que en sus horas desocupadas se aplicaran a una manufactura útil. Reconocidas estas concesiones pioneras –con sus evidentes limitaciones– en el mundo femenino, pasemos a analizar los niveles de exigencias en la instrucción con respecto a los hombres. A las niñas, hemos visto que se les exigía saber leer y escribir, estar instruidas en Doctrina Cristiana y demostrar sus destrezas en manufacturas, especialmente las hiladas al torno. Por el contrario el programa de los varones comprendía: leer con prefecto sentido, escribir con perfecta ortografía, contar según las cinco reglas, más las asignaturas de Gramática Latina, Arte de la Métrica, Poética y Retórica; además aprendían la Letanía Lauretana y ayudaban en misa. Aunque en esta convocatoria se incluyó la Letanía Lauretana para las niñas, no se debió poner especial esmero porque no consiguieron ser premiadas por ello. El modelo educacional, si duda potenciaba la preparación cultural del hombre. Pero se trataba de diferencias que debemos valorarlas teniendo en cuenta el momento histórico. Era la centuria del setecientos y en realidad, la Económica no hacía sino acogerse a la legalidad vigente. Una Real Cédula de Carlos III daba posibilidades a las mujeres y niñas de acceder a la enseñanza: «La educación de la juventud no se debe limitar a los varones, por necesitar las niñas también de enseñanza» y añadía que la mujer había que instruirla en los «principios y obligaciones de la vida civil y cristiana, y enseñándolas las habilidades propias del sexo»20. De cualquier manera, los Amigos del País demostraron sobradamente su preocupación por el mundo femenino. Dejaron constancia expresa de ese interés en varias ocasiones y su actuación fue determinante a la hora de deslegitimar el papel asignado a la mujer. Veamos un ejemplo. Cuando trabajaban por conseguir el triunfo de Antonia de Ecija, no dudaron en 20 Novísima Recopilación de las leyes de España...mandada formar por el señor Don Carlos IV. Madrid, 1805. Real Cédula de 14 de agosto de 1768. «Establecimiento de casas para la educación de niños; y de las de enseñanza para niñas». Libro VII. Título Primero. Ley IX, p. 9. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
262 LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE JAÉN costearle su preparación, ya lo hemos visto, y lo hacían, pensando, no solo en la promoción a título individual de la niña, además querían demostrar «que el bello sexo es capaz de destinos más útiles y sobresalientes que aquellos en los que hasta ahora se ha ocupado». 2. LOS SALONES DE LAS NOBLES. Aunque en los estatutos fundacionales no se consiguió formar la Junta de Damas, la participación de la mujer en la gestión de la Sociedad seguía en la mente de aquellos ilustrados y así lo reconocían en 1789: «Continuando este real establecimiento en la segura máxima de que las señoras deben examinar el mérito de las manufacturas de las niñas hizo especial convite a las señoras»21. La Marquesa de Acapulco, Vizcondesa de los Villares y Damiana del Prado, fueron las primeras señoras encargadas de evaluar los méritos de las niñas. Al año siguiente hicieron su «graduación» Christovalina Caicedo, esposa del Director y Marquesa de Acapulco. Estas «sesiones de evaluación» presididas por mujeres no se realizaban en la Económica. Las casas del segundo Secretario y del Director, respectivamente, fueron las sedes de tales actos. Sus mujeres eran las anfitrionas y constituían el jurado para la concesión de premios a las niñas. Estas reuniones, en las que las mujeres utilizaban su estatus privilegiado en beneficio y provecho de la cultura, mejoran sin duda la imagen de la mujer noble e inculta, porque no se limitaron a ser anfitrionas dando fiestas en sus casas. Bien podrían ser la versión giennense de los salones literarios regentados por mujeres que entonces manifestaban su apogeo en Francia y en España. En Madrid, la «Academia del Buen Gusto», estaba abierta a femeninas tertulianas que demostraban así tener habilidades y modos de conducta distintos a los que la tradición se encargaba de reforzar. Lo mismo que las nobles de Jaén en sus particulares salones, la Marquesa de Sarriá o la Condesa de Lemos, eran el alma de esta Academia. 21 A.S.E.J. Leg. 1423A. Actas de la Real Sociedad. Sesión de 5 de diciembre de 1789, p. 153. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA 263 En la Matritense las condesas de Benavente y Torrepalma o las marquesas de Someruelos y Altamira, también dedicaban su tiempo al fomento de la industria desde el almacén de modas que tenían instalado para fomentar los géneros nacionales22. Otras sociedades también contaron desde los primeros momentos con la participación femenina. Por supuesto la de Aragón con Josefa Amar, Institución que además instaló para la mujer, una escuela de hilados, otra de flores y un Almacén de Modas Nacionales23, lo mismo que hemos visto en la Matritense. Y aún fue más lejos. Con la Reforma de los Gremios, en 1779, pretendió que la mujer fuera incorporada a la legislación laboral concediéndole el derecho a aprender, a ejercer una profesión y a percibir salarios24. En la Real Sociedad de La Laguna, en Tenerife, por los mismos años también se dedicaron a la enseñanza femenina25. Y en la Bascongada, el mismo año que inicia su andadura la Sociedad de Jaén, crearon un «Seminario de Señoritas»26. 3. SU INCLUSIÓN EN LAS LISTAS DE SOCIOS. La participación de la mujer en la Económica es evidente que existió desde los primeros momentos de la fundación, pero su inclusión en las listas de socios será más tardía. En pleno trienio liberal, con la constitución de 1812 restablecida, aquella que por primera vez reconocía la existencia del ciudadano frente al vasallo, desde la propia Institución se alzaron voces en defensa de la mujer, lo hacía el fraile de la Orden de la Merced, Fray Jose Antonio García de Ortigosa. Decía lo siguiente: 22 GÓMEZ RODRIGO, C. «La Junta de Damas de la Matritense y las Manufacturas textiles a fines del siglo XVIII». En B.R.S.E.M. A.P.(1988).Nº 10-11, pp. 57-65. 23 ROYO SINUÉS, J.M y GIL DE MURO , J. Op., cit., p. 67. 24 GARRIDO SANCHO, J. Op., cit., p. 232. 25 NEGRÍN FAJARDO, J. «La labor educativa de la Real Sociedad de Amigos del País de Tenerife en el siglo XVIII (1777-1790). En «Primera Asamblea...Islas Canarias. Op., cit., pp. 105-111. 26 SÁNCHEZ ERAUSKIN, M. «Plan y ordenanzas de un seminario o casa de educación de señoritas. El proyecto de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País». En I Seminario de historia de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. San Sebastián, 1986, pp. 325-348. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
264 LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE JAÉN «Vemos desmentida la ridícula y perniciosa opinión que condena al bello sexo a una infamia perpetua..¡Qué horror!. ¿Es posible que por tanto tiempo haya reinado en una nación culta y religiosa un error tan intolerable?. ¿Acaso las mujeres vienen al mundo para vivir entregadas al ocio y a la sensualidad? ¿No son unos mismos los deberes sagrados que ejecutan los individuos de uno y otro sexo?...¡Qué desgracia! Estamos viendo que la educación del sexo destinada a formar buenas esposas y buenas madres está enteramente abandonada a un criminal olvido: el baile, la música, y tal vez la aguja es ordinariamente toda la ciencia que se enseña a las jóvenes que algún día han de gobernar familias...no haya el menor descuido en instruirla con toda la aplicación de la fuerza humana en el cumplimiento de los deberes religiosos y sociales, que de este modo lograréis que vuestras alumnas sean esposas virtuosas, madres activas, celosas y económicas, mujeres de estado dignas del amor a la patria»27. El discurso, sin duda, preparaba los ánimos para la integración de las mujeres en la Económica, pero es sabido que con la llegada de Fernando VII los alegatos progresistas quedaron aparcados. Tras su muerte, con el inicio de la Regencia de María Cristina, la primera socia se inscribía como tal. El honor recayó en María Dolores de Velasco, miembro de la Real Academia de San Fernando. Con su ingreso el 10 de octubre de 1833 se convertía en la primera mujer que ingresaba en la Sociedad, pero su ejemplo no cundió28 y tendrá que pasar casi un siglo para que se produzca la llegada de nuevas socias. En 1861, con motivo de la organización de la sección de Ciencias y Letras, y más concretamente a colación con el apartado del reglamento por el que había de regirse el reciente Centro Literario, cuando se trató de abrir la participación a la sociedad en general sin necesidad de ser socio, alguien debió proponer que las mujeres también podían incorporarse, pero un socio, Coronado, tomó la palabra y dijo que sobre la propuesta de «asistencia del bello sexo, se adoptase una determinación negativa», a lo que la asamblea añadió que lo aceptaba y tomaba como suya tal afirmación29. Ya habían inaugurado las listas de socios pero debió olvidarse. En cualquier 27 A.S.E.J. Leg. 2721B. 28 A.S.E.J. Leg. 1639A a 1644A. 29 A.S.E.J. Leg. 1453A. Actas de la Real Sociedad. Sesión de 21 de noviembre de 1861. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA 265 caso, la sola posibilidad de su incorporación ya introducía unos matices dignos de consideración, porque entonces la participación de las mujeres en la vida pública aún era restringida y excepcional. Por otro lado, la negativa del acceso al Centro Literario, significaba un retroceso con respecto a épocas anteriores. No olvidemos que en el siglo de las luces ingresó la primera mujer produciéndose un primer acercamiento entre hombres y mujeres en lo que a derechos se refiere. Mientras, la combativa Concepción Arenal, mujer que en 1842, había tenido que disfrazarse de hombre para poder acudir como alumna a la Universidad Complutense, accedía a la presidencia del Ateneo de Señoras fundado por Francisco de Castro. Si en el siglo XVIII la Económica giennense estuvo en la línea de otras Sociedades, incluso delante, en cuanto al interés por hacer partícipes a las mujeres en la construcción de la sociedad, a la hora de incluirlas en sus listas de socios fue más reticente. Comparándola con la Bascongada, que como veremos enseguida fue la primera en admitir a las mujeres, fue mucho más tardía. Son muchos los años de diferencia entre las inscripciones de Mª Isidra Quintina de Guzmán y María Dolores de Velasco y entre ambas fechas fueron varias las Sociedades que permitieron la participación femenina. La Matritense, desde el momento de su fundación, estableció la igualdad en el tipo de socios de ambos sexos. La cuestión salió adelante después de debatirse extensamente llegando a mantener por ello bruscas discusiones. La postura aperturista triunfó y en febrero de 1786 ingresaba Mª Isidra Quintina de Guzmán y la Cerda. Su inclusión en las listas de socios de la Matritense era la primera; sin embargo, ella misma ya había sido admitida un año antes, en julio, en la Real Sociedad Bascongada, con lo que se convertía en la primera mujer que en España ingresaba en una Real Sociedad. Cinco meses después llegaba una nueva mujer a la Matritense: María Josefa Alfonso de Pimentel Téllez Girón, Condesa de Benavente y Duquesa de Osuna. Mª Isidra, no solo fue pionera en ese aspecto; llegó a muchos ámbitos hasta entonces reservados para los varones. Fue la primera que se doctoró en Filosofía y Letras y la primera a la que se le abrieron las puertas de la Real Academia de la Historia30. 30 RUEDA RONCAL, A. RÍOS IZQUIERDO, P. y ZÁBALO ROJAS, Mª. E. «Carlos III y la Junta de Damas». En Torre de los Lujanes. B.R.S.E.M.A.P. (1989). Nº 12, pp. 113-125. Con MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
266 LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE JAÉN A comienzos del siglo XIX, en 1818, la Real Sociedad de Tenerife incluía a la primera socia de Mérito y en 1829 a la primera socia Numeraria. Pero en la centuria anterior ya se habían planteado la posibilidad de su ingreso. Fue el socio Van den Heede el que expuso a la Asamblea la siguiente pregunta: ¿Será conveniente, indiferente o prejudicial que la Sociedad se componga también de individuos del bello sexo?. No obstante, a pesar de estos antecedentes, mucho después, más de un siglo, la mentalidad había retrocedido. En pleno siglo XX, en 1960 el Director pretendió dar acceso a las mujeres pero no lo consiguió. Hasta 1975 no llegaron las primeras mujeres a la institución Canaria31. De otra forma, aunque con el mismo carácter protector del siglo anterior, en la Económica de Jaén se seguía integrando a la mujer. En 1862 los actos culturales que, como todos los años, se celebraban para la onomástica del Rey, también iban destinados a mujeres. Se convocaron doce premios dotados con mil reales cada uno. Las destinatarias eran ocho «doncellas huérfanas y pobres», tres asiladas del Hospicio, y una novicia. Con los mil reales aportados por José María de Palacios, se ampliaron los premios a once vecinas de Jaén. La empresa del Ferrocarril, suscrita por José María de Palacio, Sabater y Candalija, donó dos mil reales con destino a las doncellas huérfanas. Las agraciadas fueron las siguientes: Vecinas de Jaén: María Antonia de Campos, Antonia Abolafia, Francisca Aragón, Pilar Cubero, María Manuela Quiles, Dolores Espósita, Magdalena Quiles, Rosario Quesada, Vicenta García, María Antonia Puerta, Lucía Pascuala Rincón. Expósitas: Trinidad Expósita, Rosario Magdalena Expósita, y Francisca Expósita. La novicia, que ingresaba en el convento de la Concepción se llamaba María Mercedes Barranco32. Más adelante, en 1878, cuando tuvo lugar la Exposición Provincial33, la Económica no olvidó la participación femenina. El jurado calificador motivo del centenario de la muerte de Mª Isidra se celebraron en Córdoba unas Jornadas dedicadas a la contribución de las mujeres al patrimonio histórico. En ellas presenté una ponencia en la que recojo algunas consideraciones sobre la realidad social de la mujer en la Edad Moderna. Actualmente las actas están en prensa. 31 ROMÉU PALAZUELOS, E. «Las dos primeras socias de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife». En «Primera Asamblea...Islas Canarias». Op., cit., pp. 93-98. 32 A.S.E.J. Leg. 1458A. Actas de la Real Sociedad. Sesión de 4 de octubre de 1862. 33 A.S.E.J. Legs. 106B a 2389B. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA 267 estaba integrado por 43 personas y de ellas 9 eran mujeres. Sin duda que el gesto hay que tenerlo en cuenta pero no podemos dejar pasar que fueron llamadas para «presenciar» los exámenes de las escuelas de niñas, lo que realmente tenían que juzgar se limitaba a los bordados. Formar parte de los jurados era una práctica iniciada en los primeros momentos de la fundación y se fue alargando en el tiempo. En el Certamen Literario de 1890, el tribunal de honor que se encargó de adjudicar los premios a los poetas y escritores estaba compuesto por Isabel Herrador, Isabel Álvarez y Feliciana Ávila34. Se les concedió el honor por la brillante actuación que unos días antes habían tenido en el desarrollo de una velada literaria. De modo, repito, que tal reconocimiento fue debido a sus propios méritos. Isabel Álvarez tocó al piano «Lluvia de estrellas», de Talexi. Las interpretaciones al piano de Feliciana Avila, hija del organista y sochantre de Valdepeñas de Jaén, fue la más celebrada. Sus magnificas dotes al piano fueron reconocidas y valoradas por la Económica que actuó de mecenas con ella ayudándole en su carrera artística. Uno de los conciertos ofrecidos se destinó para costear sus estudios. De la Diputación Provincial también recibió ayuda. Como reconocía Artiaga, la música era parte de las únicas ciencias que se enseñaban a las mujeres, por tanto no es extraño que destacaran en ese campo. En el certamen anterior, Almendros Aguilar propuso que se ampliara la nómina de mujeres. La propuesta no fue aceptada, pero al menos se estableció un debate al respecto y a la hora de pronunciarse se procedió a una estricta votación y además en secreto. Estaba claro que no había deseo de que fuese reconocida la postura que negara más amplia participación de mujeres35. En la década de los años ochenta, en 1883, se constituyó en el seno de la Económica una Sociedad Literaria. Antonio Almendros Aguilar formaba parte de ella como Vice-director. Eran otros miembros, Ruiz Jiménez, López Pagué, Ruiz Raichs, Piqueras Castro y una mujer, Clemencia Larra36. 34 A.S.E.J. Leg. 1466A. Actas de la Real Sociedad. Sesión de 30 de mayo de 1890, p. 90. 35 Ibídem. 36 SANCHO SÁEZ, A. Op., cit., p. 137. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
268 LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE JAÉN A comienzos de siglo, en las sesiones solemnes conmemorativas del día de San Carlos, el salón de actos se llenaba con una buena representación de mujeres, tanto entre el público como actuando. En 1903, Luz Claver Poyatos, interpretó al piano fragmentos de la ópera «Juana de Arco», y Concepción Masó entonó otros de «Caballería Rusticana», acompañada por T. Fernández Montes al piano37. En años sucesivos, Luz Claver repetía y a ella se sumaban Eloisa Moya (1905) Marina Jiménez, Carmen Fe (1906), Rafaela Santa María, Marisa Ximénez, Vicenta Salcedo, Encarnación y Catalina García de Vargas (1908).Cándida Berro Aguilera (1909), Ana Moya Cobo, María Ximénez y Rosa Coello (1911). Como en el siglo XVIII las niñas también tuvieron su sitio. Elena Bonilla y Moya, y Dolores Torres y Rodríguez de Gálvez, cantaban el preludio y aria del segundo acto dela ópera «Los Hugonotes» (1914). Por los años veinte, cuando ya había pasado casi un siglo del ingreso de María Dolores Velasco, su presencia en la Sociedad era desconocida, por eso cuando ingresaron Victoria Montiel Vargas y Josefa Segovia Morón, se las consideró como las primeras socias. Lo eran, pero del siglo XX, y lo mismo que su antecesora habían destacado por sus propios méritos. La malagueña V. Montiel era por entonces Directora de la Escuela Normal de Maestras. La escuela fue inaugurada el 19 de marzo de 184338, y ya desde la centuria anterior, la Económica mostró interés por su creación, para lo que llegó a realizar gestiones ante el Ministerio de Instrucción Pública, «con el fin de abrir nuevos horizontes a las hijas de esta provincia»39. Con ello apostaba por la incorporación de la mujer al mundo laboral. J. Segovia, gran colaboradora del Padre Poveda Castroverde, fundador de la Institución Teresiana, era Inspectora provincial de Primera Enseñanza. Estas nuevas socias el mismo día de su ingreso manifestaron que «deseando marcar con un acto de tributo al talento de la mujer española su presencia en la Sociedad pedían que se declarase socio de Mérito a la Excma. Sra. Dª Patrocinio de Biedma, verdadero prestigio de la literatura, reconocida como tal en Europa y 37 A.S.E.J. Leg. 1475A. Actas de la Real Sociedad. Sesión de 4 de noviembre de 1903, p. 127. 38 SANCHO RODRÍGUEZ. Mª I. Op., cit., p. 175. 39 A.S.E.J. Leg. 1466A. Actas de la Real Sociedad. Sesión de 24 de abril de 1891, p. 151. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA 269 América». La Sociedad así lo acordó convirtiéndose de este modo la poetisa giennense, en la primera mujer que obtuvo en títuo de Socio de Mértio. Biedma era natural de Begijar (Jaén) y ha sido considerada como «la figura femenina más brillante que en el campo de la literatura ha dado el Santo Reino de antaño»40. La siguiente mujer tardó diez años en entrar. Se inscribió el 10 de abril de 1930, y se llamaba Manuela Suárez Guarzo. A partir del año siguiente la incorporación, en ningún caso masiva, se produjo con más regularidad. Encarnación Romero Palomino, Dolores Pérez Tello, Rosalía Alcalde Caballero y Carmen Calvache, viuda de Ruiz, se inscribían en 1931, cuando ya estaba promulgada la Constitución de ese mismo año. Tras ellas, en el período republicano y hasta después de la guerra civil ingresaron 40 mujeres más41. Los amplios derechos que concedió a la mujer, como la capacidad de expresar su voluntad en las urnas, entre otras muchas libertades, se hacía notar en otras esferas cotidianas. Por entonces, Victoria Kent fue elegida diputada por Jaén. Esta malagueña fue la primera española que consiguió ser abogada y la primera del mundo en actuar ante un Tribunal Supremo. 4. HACIA UNA MEJORA DEL MUNDO LABORAL FEMENINO La enseñanza ha sido una profesión en la que tradicionalmente la mujer ha sido su principal destinataria. Hemos visto que las maestras recogían sus premios en el siglo XVIII. En la centuria siguiente, el protagonismo docente femenino continuó. De ello dejé constancia en su apartado correspondiente, tanto durante la guerra de la Independencia como después. En octubre de 1861, el período anterior fue de crisis para la Sociedad, se recibieron varias instancias de distintas profesoras de instrucción primaria para cubrir la plaza de maestra que habría de dirigir una Escuela 40 Ibídem. Leg. 1476A. Sesión de 8 de mayo de 1920, p. 238. CABALLERO VÉNZALA, M. Diccionario..., Op., cit., T. I, p. 253. 41 4 en 1931, 3 en 1932, 11 en 1933, 10 en 1934, 3 en 1935, 2 en 1936, 5 en 1937 y 2 en 1938. Después 9 hasta 1948. Veáse el Apéndice nº I. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
270 LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE JAÉN de Niñas en los locales de la Sociedad. María de los Ángeles Viegas consiguió el puesto42. En el verano siguiente, con la visita de Isabel II, en el Romancero que le fue entregado por varios socios de la Sociedad, de los treinta romances que contenía, tres eran de mujeres. Isabel Camps, Capilla Romero de Solís y María Josefa de Peña, sus romances respectivamente eran: «Nuestra Señora de la Cabeza», «Conquista de Alcalá la Real» y «La Virgen de la Coronada». Terminando la centuria, estaba previsto la creación de una Escuela de Dibujo diurno para señoritas. No llegó a prosperar la idea. Realmente el momento económico no era el mejor, ya dejé constancia de ello. En el mismo año se celebró una exposición provincial de labores de la mujer. Para cubrir gastos, todavía al año siguiente, se pedía ayuda al Ministerio de Fomento43. En el siglo XX las mujeres aún no habían llegado a ser socias, pero su presencia en la Sociedad era cotidiana entre el profesorado; sin embargo, a determinados actos aún no podía asistir. Cuando en 1926 se organizó una conferencia a cargo de Yangüas, entonces Ministro de Estado, el socio, B. Esparza preguntó si al acto podían asistir las señoras. La respuesta fue negativa y no se dio ninguna explicación44. Antes del ingreso de las primeras mujeres, en 1914, cuando se recibió el legado Figueroa y ya estaba en la mente de todos el nuevo edificio, desde el primer momento se pensó en atender la enseñanza femenina. Con la nueva sede se estableció un paralelismo respecto a la fundación. Si en el siglo XVIII se comenzó atendiendo a la mujer, ahora, con el flamante edificio de la Carrera, en las nuevas actividades no iban a dejar relegado al sexo femenino. Comenzaba 1921 y nuevas asignaturas iban destinadas expresamente para ellas. Labores Útiles y Artísticas de la Mujer, Música, Mecanografía, Francés, Contabilidad y una Escuela de Adultas abría sus puestas para enseñar a aquellas mujeres tan necesitadas de aprender. 42 A.S.E.J. Leg. 1452A. Actas de la Real Sociedad. Sesión de 24 de octubre de 1861. 43 A.S.E.J. Leg. 15278A. Actas de la Junta de Oficiales. Sesiones de 29 de enero y 16 de mayo de 1890, pp. 13 y 17 respectivamente. 44 A.S.E.J. Leg. 1476A. Actas de la Real Sociedad. Sesión de 10 de octubre de 1926, p. 426. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
PRESENCIA FEMENINA EN LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA 271 Con la introducción de estas asignaturas, se apostaba por la incorporación de la mujer al trabajo remunerado, desde el momento que colaboraba en la formación de futuras modistas y secretarias, profesiones que por entonces eran las más comunes, aparte las que no precisaban preparación como el servicio doméstico o las fábricas. Para la primera asignatura se nombraron dos profesoras, Rosa Casado Díaz y Heliodora Cruz Artiaga. La primera era de Linares y allí se trasladó en 1927 para ejercer su profesión de Maestra. La segunda había nacido en Cervera del Llano ( Cuenca) en 1893. Con 26 años daba clase de Labores en la Escuela Normal de Maestras de Jaén. Después pasaría unos años al frente de la secretaría. De nuevo volvió a las aulas para impartir Labores y Economía Doméstica. Fue asimismo Vocal del Consejo Provincial de Enseñanza desde su creación y Secretaria de la Comisión Mixta de sustitución de la enseñanza dada por religiosos45. Las dos estaban en posesión del título de Maestras de Primera Enseñanza y daban clase en la Normal de Maestras de Jaén. En la Económica compartían asignatura y salario. Como la gratificación asignada a la asignatura era de 500 pesetas, cada una cobraba la mitad. En 1923, Casado dejó la Económica y Cruz impartía sola la asignatura. Cuando en plena guerra civil se suspendió la asignatura por falta de alumnas pasó a dar clase de Gramática. En los años cuarenta del siglo XX continuaba dando clases en la Económica46. Catalina García de Vargas se encargó de las clases de Música destinadas en exclusiva a las niñas. Fue la primera mujer que entró a formar parte del claustro de profesores de la Escuela Normal de Maestras de Jaén, como profesora provisional de Música ingresó el 7 de septiembre de 191347. El idioma elegido fue el Francés, Rosario Mesa Rivilla, que como las anteriores, poseía el título de Maestra de Primera Enseñanza y formaba parte del cuadro de profesores de la Normal, era la encargada de dar esta asignatura que expresamente se creaba para las mujeres48. Cobraba la 45 SANCHO RODRÍGUEZ, Mª. I. Op., cit., pp. 869 y 870. 46 A.S.E.J. Leg. 4440A. 47 Ibídem y SANCHO RODRÍGUEZ, Mª. I. Op., cit., p. 802, 852. 48 A.S.E.J. Leg. 1476A. Actas de la Real Sociedad. Sesión de 9 de abril de 1921, p. 267, y SANCHO RODRÍGUEZ, Mª. I. Op., cit., p. 880. MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LOZANO
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