Costa Concordia: La situación del capitán Schettino se complica
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Costa Concordia: La situación del capitán Schettino se complica Poco a poco se van desvelando ingógnitas que rodean el accidente. Cada vez está más claro que el Costa Concordia golpeó con las rocas de la punta de Le Scole en una maniobra absurda y temeraria. Carnival Corp., armadores del barco, responsabilizan al capitán de todas las imprudencias cometidas La posible secuencia del accidente El Costa Concordia se encontraba en la posición #1 a las 20:37 y navegando a 15,4 nudos. La siguiente posición oficial que hay del barco lo sitúa en la posición #4 a las 20:53, navegando a 2,9 nudos y a las 21:02 en la posición #5 navegando a 1,1 nudos. Tanto la posición #1 como la #4 y la #5 están tomadas de la señal AIS registrada en Marine Traffic (*), que encadena la secuencia de posiciones mediante una línea recta, cuando difícilmente fue así. Lo más plausible de acuerdo con las distancias y el tiempo transcurrido es que el Costa Concordia continuara desde la posición #1 a la #2. Son 2 millas que, a 15,4 nudos, se recorren en unos 8 minutos. Allí se produjo el accidente. Luego, el barco fue completando el recorrido según los puntos de paso que indicamos hasta la punta Gabbianara, donde encalló definitivamente sobre las 22:30. Curiosamente, la carta indica que en ese mismo lugar ya había un antiguo pecio. (*) (http://video.repubblica.it/edizione/firenze/la-ultime-fasi-della-rotta-della- concordia/85718/84107)
Escenario de los hechos El canal que separa la isla de Giglio de la bota italiana tiene sus buenas 7 millas de ancho. Hay espacio y fondo suficientes para navegarlo con seguridad. Mirando las cartas náuticas de la zona con detenimiento, en este canal no se aprecia ningún bajo o roca que -salvo un despiste realmente monumental- puedan accidentar el paso de un gran crucero de pasajeros con 8,5 m. de calado. El Costa Concordia zarpó de Civitavecchia hacia Savona a las 19:00 y el accidente tuvo lugar sobre las 21:30 del viernes 13 de enero. En estas dos horas y media, y navegando a 21,5 nudos habituales en crucero, el barco podía estar perfectamente en las inmediaciones de la pequeña isla de Giglio, a poco más de 40 millas. El Costa Concordia hacía este recorrido semanalmente. Lo conocían a la perfección, hasta el punto que se había forjado la costumbre de acercarse de noche a Giglio con todas las luces encendidas y haciendo sonar las sirenas para que los pasajeros del crucero pudieran saludar a los 800 habitantes de esta isla. Esta costumbre, y no un despiste, era el motivo de que el Costa Concordia navegara tan cerca de Giglio. Mirando el tema con ojos de navegante, esta costumbre se antoja una auténtica temeridad. Barcos de mucho menos porte que el Costa Concordia nunca se prestarían a ella por los riesgos -tristemente evidentes- que comporta.
¿Dónde está la piedra? Es otra pregunta que nos hacemos todos los navegantes: ¿Dónde está la piedra que repetidamente cita el capitán y que no aparece reflejada en sus cartas de navegación?. No hace falta hacer muchas conjeturas. Apenas se ultimen los trabajos de rescate en el barco, los buzos dictaminarán con meridiana exactitud el lugar del incidente. El capitán declaró desde un primer momento que se encontraban a más de 300 m. de los escollos de la punta de Le Scole. A esa distancia no se conoce ningún escollo donde pudiera embarrancar el Costa Concordia. A no ser que los 300 m. de distancia se refirieran a la isla de Giglio. En ese caso, es posible que el casco de crucero rozara su flanco izquierdo con los islotes que ensucian esta punta cercana a Giglio Porto. Pero estas piedras salen en todas las cartas. ¿Hay un bajo no señalado en las cartas? Hemos consultado las dos fuentes de cartas digitales más utilizadas actualmente en navegación. En ninguna aparece ningún bajo más allá del último islote que remata la punta Le Scole, en el SE de Giglio. Desconocemos las cartas utilizadas en el puente del Costa Concordia, posiblemente disponía de varios tipos entre las mejores. El bajo más lejano en esa zona queda a 345 m. de la costa de Giglio, con una sonda de 9,8 m.. Este bajo no aparece reseñado en todas las fuentes digitales que hemos consultado, pero sí está reflejado en el viejo portulano de Giglio del Instituto Hidrográfico Italiano y también en la cartografía Navionics para iPad. ¿Podría ser éste el bajo que golpeó al Costa Concordia?. El Costa Concordia tiene 290 m. de eslora, cala 8,5 m., tiene una manga de 37 m. y una altura de 52 m.. Es como un edificio de 15 plantas. En las viradas, sobre todo si son bruscas, estos
barcos escoran notablemente hacia el exterior de la curva, pues su centro de gravedad está muy alto. Con esta escora, el calado del barco aumenta, pues el fondo de su casco es bastante plano -como una caja de zapatos-. En una virada y con apenas 10º de escora, el calado del Costa Concordia puede aumentar hasta 3,5 m. en el lado exterior de su obra viva. ¿Dió el capitán dar la orden de virar súbitamente a estribor viéndose demasiado cerca de las rocas?. ¿Pudo esta virada aumentar el calado del Costa Concordia hasta sobrepasar los 9,8 m. que señala este bajo a 70 m. de los islotes de la punta de Le Scole? Imagen superior: cartografía digital Jeppesen (© Jeppesen) Imagen superior: cartografía raster del Instituto Hidrográfico Italiano. Son las únicas cartas donde aparece un bajo a 9,8 m. de profundidad y a 345 m. de la costa de Giglio.
“Primero el barco escoró. Luego oimos un fuerte ruido” Los testimonios de los pasajeros coinciden en una secuencia de hechos donde primero hubo una importante escora que incluso hizo caer platos de las mesas en el comedor. Luego se oyó un fuerte y largo ruido y se apagaron las luces, volviendo a encenderse al cabo de un rato. La escora fue previa al ruido, lo que indica que el barco había iniciado su brusca virada antes de golpear la piedra. Esta escora no pudo ser debida a las olas, pues el mar estaba absolutamente calmado esa noche. Las fotos del barco varado, con el estabilizador de babor intacto y una roca incrustada en el tercio de popa de este mismo costado también señalan sin lugar a dudas que el barco estaba virando al máximo de sus posibilidades cuando se produjo del impacto. El capitán declaró desde el primer momento -y lo mantuvo hasta su detención por la policía- que la piedra contra la que chocaron no aparecía en la carta. Según su declaración, su barco estaba suficientemente lejos de los bajos de la punta de Le Scole. ¿Pudo entonces golpear el casco del Costa Concordia con estos bajos a casi 10 m. de fondo por efecto de la escora?. Es difícil que fuera así, pues la roca que aparece incrustada en el casco del Costa Concordia queda apenas a 2 o 3 metros por debajo de la línea de flotación. La punta de Le Scole en la carta Navionics© para iPad
Cartografía raster con el portulano de Giglio (Instituto Hidrográfico Italiano) Suerte o acierto Aun no está claro si la varada del Costa Concordia frente a la punta de la Gabbiannara fue una acertada maniobra del capitán o la simple deriva del buque por el mar y el viento. Lo cierto es que hubo suerte. La varada cerca del puerto de Giglio permitió poner rápidamente a salvo las más de 4.000 personas embarcadas. Si la deriva hubiera llevado al barco hacia las aguas profundas del canal, su seguro hundimiento hubiera provocado una catástrofe que es mejor ni imaginar. Parece mentira que entrados en el S. XXI se produzca un accidente tan absurdo como el del Costa Concordia. Es casi superfluo recordar que los modernos cruceros de pasajeros llevan en su puente de mando una tecnología de absoluta vanguardia. Lo último en radares, en sondas digitales, en comunicaciones, en cartografía digital, en pilotos automáticos y en programas de navegación. Sea cual sea la conclusión de las investigaciones y del curso judicial, nadie podrá aliviar la pena de los familiares de las víctimas de este accidente Imagen superior de la punta de Le Scole cartas Navionics© en el programa MaxSea© por: Enric Roselló
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