Cuaresma 2021 Cuarto domingo de Cuaresma - Seminario ...
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Cuaresma 2021 Cuarto domingo de Cuaresma 14 de marzo de 2021 Laetare «Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por él» «Cómo es que te parecía que los hombres pecadores no podrían hacerse miembros de Cristo, es decir, de quien no tuvo pecado alguno? Te impulsaba a ello la mordedura de la serpiente. Pero a causa del pecado, es decir, del veneno de la serpiente, fue crucificado Cristo y derramó su sangre para el perdón de los pecados. «Moisés levantó la serpiente en el desierto para que sanasen quienes en el mismo desierto eran mordidos por las serpientes, mandándoles mirarla, y quien lo hacía quedaba curado. Del mismo modo, conviene que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que cree en Él, que lo contemple levantado, que no se avergüence de su crucifixión, que se gloríe en la Cruz de Cristo, no perezca, sino que tenga la vida eterna. ¿Como no morirá? Creyendo en Él. ¿De qué manera no perecerá? Mirando al levantado. De otra forma hubiera perecido». San Agustín, Sermón 294,11
Cuarto domingo de Cuaresma 2021 Sobre el Domingo Laetáre El cuarto domingo, o de mediados, de Cuaresma, llamado así por las primeras palabras del Introito de la Misa, “Laetare Jerusalem” (“Alégrate, oh, Jerusalén”). Durante los primeros seis o siete siglos la temporada de Cuaresma comenzaba el domingo siguiente a la quincuagésima, y constaba sólo de treinta y seis días de ayuno. Luego se añadió a éstos los cuatro días precedentes al primer domingo, para hacer un ayuno de cuarenta días; y una de las más antiguas menciones litúrgicas de estos días adicionales ocurre en el Evangelio especial asignado a ellos en un manuscrito de Toulon de 714. Estrictamente hablando, el jueves antes del domingo de Laetare es el día que marca la mitad de la Cuaresma, y en una época se observaba como tal, pero luego los signos especiales de alegría permitidos en este día se transfirieron al domingo siguiente, destinados a alentar a los fieles en su curso a través de la temporada de penitencia. Estos signos consisten (como los del Domingo de Gaudete en Adviento) en el uso de flores sobre el altar y el uso del órgano en la Misa y vísperas; se permite la vestimenta color rosa en vez de púrpura. De este modo se enfatiza el contraste entre los demás domingos y el domingo de laetare, el cual es emblemático de las alegrías de esta vida, alegría comedida mezclada con un cierto rezago de tristeza. Este IV domingo de Cuaresma, tradicionalmente designado como "domingo Laetare", está impregnado de una alegría que, en cierta medida, atenúa el clima penitencial de este tiempo santo: "Alégrate Jerusalén —dice la Iglesia en la antífona de entrada—, (...) gozad y alegraos vosotros, que por ella estabais tristes". De esta invitación se hace eco el estribillo del salmo responsorial: "El recuerdo de ti, Señor, es nuestra alegría". Pensar en Dios da alegría. Surge espontáneamente la pregunta: pero ¿cuál es el motivo por el que debemos alegrarnos? Desde luego, un motivo es la cercanía de la Pascua, cuya previsión nos hace gustar anticipadamente la alegría del encuentro con Cristo resucitado. Pero la razón más profunda está en el mensaje de las lecturas bíblicas que la liturgia nos propone hoy y que acabamos de escuchar. Nos recuerdan que, a pesar de nuestra indignidad, somos los destinatarios de la misericordia infinita de Dios. Dios nos ama de un modo que podríamos llamar "obstinado", y nos envuelve con su inagotable ternura. Benedicto XVI, Homilía del 26 de marzo de 2006 1
Cuarto domingo de Cuaresma 2021 Textos orados: comentario a la eucología 1 PREFACIO II DE CUARESMA LA PENITENCIA ESPIRITUAL Inspirado en el sermón 42 de San León Magno (homilía IV sobre la Cuaresma). La Iglesia en su liturgia cuaresmal no solo mira un aspecto negativo de la vida espiritual, el pecado y su destrucción, sino también y principalmente a la santidad. La Cuaresma es ante todo un tiempo de gracia en orden a renovarnos en la santidad. Siempre podemos y debemos progresar en la santidad. e En las oraciones de la Santa Cuaresma encontramos constantemente unas orientaciones eficaces para renovarnos en santidad. Ya el mismo miércoles de ceniza, la Iglesia nos exhorta a la conversión con una oración que viene utilizada en la liturgia desde el siglo IX y se encontraba en el misal anterior. En ella se pide al Señor que nos fortalezca con su auxilio al empezar la Cuaresma, para que nos mantengamos en espíritu de conversión y que la austeridad penitencial de estos días nos ayude en el combate contra las fuerzas del mal. San Pablo nos exhorta en su segunda carta a los Corintios con estas palabras que la Iglesia ha escogido para la liturgia cuaresmal: “ahora es el tiempo de gracia, ahora es el día de salvación” (6,2). La Cuaresma tiene también la finalidad de desatarnos de los lazos que nos sujetan a este mundo para tender libremente hacia la Pascua eterna, de la que es una anticipación la fiesta Pascual. En la oración colecta del miércoles de la segunda semana de Cuaresma, tomada del antiguo Sacramentario Gelasiano pedimos al Señor que guarde a su familia, la Santa Iglesia, en el camino del bien que él señaló y haga que, protegida por su mano en sus necesidades temporales, tienda con mayor libertad a los bienes eternos. La idea del progreso espiritual está con frecuencia en las enseñanzas de la Iglesia a través de la sagrada liturgia. Las observancias cuaresmales descubren en realidad que las cosas de este mundo pasan, son fluctuantes poner en ellas nuestra esperanza es una temeridad. Nuestra perseverancia en la vida de santidad ha de continuar hasta el final de nuestros días, con el buen uso de las cosas temporales. 1 AA.VV., Los prefacios y las secuencias, Barcelona: CPL 2018, 58-60. 2
Cuarto domingo de Cuaresma 2021 Textos proclamados: comentario a las lecturas 2 La ira y el amor del Señor se manifestaron en el exilio y la liberación del pueblo Lectura del segundo Libro de las Crónicas 36, 14-16. 19-23. La historia del pueblo elegido es una lección de pedagogía divina. Los autores sagrados atribuyen la ruina de Israel a las infidelidades del pueblo (cfr. Jr 7, 8- 20; Ez 8). A la misericordia de Dios que suscitaba continuamente mensajeros (cfr. Jr 26, 5; 29, 19; 35, 14s), para moverlos a penitencia y así perdonar sus pecados, el pueblo rebelde ha respondido con el desprecio de los mensajes del Señor (cfr. Jr 20, 8). Nabucodonosor será el instrumento de la cólera de Dios; el destierro, el horno purificador del pueblo infiel. Pero Dios es misericordioso (cfr. Ex 22, 27; Dt 4, 31) y se compadece de su pueblo (cfr. Is 40, 1ss; Jr 31, 3-14). Ciro, rey pagano, es el elegido, el ungido del Señor (cfr. Is 45, 1; Esd 1, 1ss). Por su medio Dios manifiesta de nuevo su misericordia al resto de Israel (cfr. Is 45, 2-4: Jr 31, 7). Muertos por los pecados, por pura gracia estáis salvados Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 2, 4-10. La situación inicial de paganos y judíos queda expuesta en los versículos precedentes: esclavitud y muerte espiritual (Ef 4, 1-3; cfr. Rm 3, 23), sin posible solución humana. Ante esta perspectiva calamitosa Dios no permanece indiferente. Interviene para arrancarnos de esa esclavitud que tendría como término la muerte eterna (Col 1, 13s). Es su amor el que le empuja a una gesta salvadora (Jn 3, l6s). Nada existía en nosotros que pudiera reclamar o simplemente estimularle a salvarnos. Pero así es Dios. Pablo pretende de los fieles la toma de conciencia de estos dos estados, el de muerte y el de vida, para que apreciemos en su justo valor la bondad de Dios que nos ha salvado. Dos grandes dones, nos ha preparado el Padre, de antemano, para llevar a cabo nuestra salvación: la incorporación a Cristo (Rm 6, 5) y el Espíritu Santo, prenda de la herencia futura (Ef 1, 14). A esta postura de liberalidad divina debe responder en el hombre una conversión más profunda y auténtica y una configuración con Cristo cada vez más perfecta. 2 Comentarios bíblicos al Leccionario Dominical, vol. II: Ciclo B, Barcelona 1983, 71.73. 3
Cuarto domingo de Cuaresma 2021 Textos proclamados: comentario el Evangelio3 Dios mandó a su Hijo para que el mundo se salve por él Lectura del santo Evangelio según San Juan 3, 14-31. En la presente lectura, que continúa la respuesta a Nicodemo, Jesús revela su propia identidad y la suerte que le espera, la misión recibida del Padre y su desenlace entre los hombres. Después de haberse identificado con la figura gloriosa del Hijo del hombre bajado del cielo (v. 13), Jesús se parangona con la serpiente de bronce que Moisés había alzado en el desierto para librar de la muerte segura al pueblo pecador (Nm21,8s). e Para comprender el pasaje, es preciso adentrarse en el mundo de los símbolos, tan característico del cuarto evangelio. La serpiente recuerda la muerte, pero también su antídoto. De hecho, en la civilización en contacto con Israel, la serpiente era figura de la fecundidad. La elevación de Jesús en la cruz como maldito, aunque represente el culmen de la ignominia, constituye también el máximo de su gloria. Encontramos aquí la primera expresión de la teología joanea que hace coincidir la elevación en la cruz con la glorificación de Cristo, porque precisamente en la cruz se manifiesta en todo su esplendor el amor salvífico de Dios. Todo esto lo desarrolla en los versículos sucesivos: es el amor el que mueve al Padre a entregar al Unigénito para que el hombre pase del pecado a la vida eterna (v. 16). Pero este don exige la acogida de la fe: en el desierto había que mirar a la serpiente de bronce, ahora se debe creer en Jesús. El envío del Hijo es para una misión de salvación (v. 17), y cada uno, con su adhesión o su rechazo, hace una opción que implica un juicio. El tiempo con Jesús, vivido minuto a minuto, adquiere un significado nuevo. Él se presenta como elevado en la cruz, pero también como glorificado en el sufrimiento. En él se nos brinda la visión concreta y desconcertante del amor de Dios. Si tenemos los ojos fijos en el Crucificado, poco a poco, como fuente viva, brotará en nosotros el testimonio del Espíritu: Cristo "me amó y se entregó por mí" (Gal 2,20). Y esta fuente no dejará nunca de borbotear su canto de amor en el que confluyen lágrimas de arrepentimiento y lágrimas de alegría. Por pura gracia estamos salvados mediante la fe, por gracia, por gracia... 3 AA.VV., Lectio divina para cada día del año, vol. 3, Navarra: Verbo Divino 2011, 254-255. 4
Cuarto domingo de Cuaresma 2021 Cuarto domingo de Cuaresma 14 de marzo de 2021 Moniciones Entrada Hoy es domingo de alegría en medio de la austeridad de la Cuaresma y la liturgia nos anuncia que ya está cerca la celebración del Triduo Santo de la Pascua. También se nos invita a levantar nuestra mirada hacia el Hijo de Dios, elevado en la cruz para que todo el que crea tenga vida eterna. Vivamos esta Eucaristía tomando parte en los misterios de nuestra salvación. Liturgia de la Palabra A pesar de nuestra infidelidad, para librarnos de nuestro pecado, Dios nos ha enviado a su Hijo porque es rico en misericordia. Somos llamados a creer en Cristo y a confiar en su Palabra para caminar en la luz. Presentación de los dones Es el momento de preparar el altar del sacrificio. Tanto nos ama el Padre que nos entrega a su Hijo en el sacramento de la Eucaristía. Participemos ahora del memorial de la entrega de Cristo y ofrezcamos nuestra existencia que se prepara a celebrar la Pascua que se aproxima. Comunión El que cree en Cristo recibe con fe la comunión eucarística como alimento de vida eterna. Recibamos este sacramento meditando: Dios nos he envió a su Hijo para que el mundo se salve por él. 5
Cuarto domingo de Cuaresma 2021 Cuarto domingo de Cuaresma 14 de marzo de 2021 Oración universal Hoy, cuando experimentamos la alegría de la cercanía de la Pascua, oremos a Dios Padre. Él es rico en misericordia y nos muestra su bondad en Cristo Jesús. Digamos: e R/. Tú que tanto nos amas, escúchanos, Padre. † Por la Iglesia, que camina por el desierto de la Cuaresma hacia la plena luz de la Pascua. Roguemos al Señor. † Por los que buscan sinceramente una luz en su vida, para que la encuentren en Jesucristo. Roguemos al Señor. † Por los que se alejan de la luz de Cristo, a causa del mal ejemplo de los cristianos. Roguemos al Señor. † Por el Seminario Mayor San José de Zipaquirá, para que la tarea de formar futuros sacerdotes sea guiada y sostenida por la fuerza del Espíritu Santo. Roguemos al Señor. † Por aquellos que han visto sus proyectos frustrados por causa de la pandemia, para que encuentren nuevas oportunidades y levanten su fe. Roguemos al Señor. † Por nosotros, que fijamos nuestros ojos en Cristo, luz del mundo, y queremos realizar la verdad con nuestras obras, hechas según Dios. Roguemos al Señor. Señor, Dios nuestro, que quieres que todos se conviertan y tengan vida eterna; escucha nuestras súplicas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 6
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