Guerra en Ucrania: la espiral que se autocumple

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Guerra en Ucrania: la espiral
que se autocumple
written by Otros medios | 01/03/2022
 Pierre-Emmanuel Thomann. Traducción : Carlos X. Blanco

¿Por qué estalló tan rápidamente la guerra entre Rusia y
Ucrania? Una vez que las propuestas rusas fueron rechazadas en
bloque por Estados Unidos y los miembros de la OTAN, era sólo
cuestión de tiempo que la situación se agravara, pero ¿por qué
tan rápido?

Los historiadores siguen debatiendo las causas y el curso de
los acontecimientos y las decisiones que condujeron al
estallido de la Primera Guerra Mundial, y lo mismo ocurrirá
con este conflicto. Sin embargo, teniendo en cuenta las
numerosas incertidumbres de la niebla de la guerra, he aquí mi
hipótesis.

Paradójicamente, fue la guerra de comunicación anglosajona
acusando a Rusia de una inminente invasión lo que provocó la
aceleración de los acontecimientos. Se puede afirmar que este
es un buen ejemplo de profecía autocumplida. La guerra de
comunicación de los gobiernos anglosajones y atlantistas se
desarrolló entonces a partir del estallido del conflicto
acusando a Rusia de una invasión no provocada de Ucrania. En
realidad, no se trata de una invasión, sino de una operación
para neutralizar a Ucrania tras varias décadas de acciones
hostiles por parte de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN
hacia Rusia desde la desaparición de la URSS.

Esta campaña de desinformación, ampliamente difundida por los
medios de comunicación franceses y alemanes, sólo fue igualada
por la propaganda estadounidense durante la invasión de Irak
en 2003 y la invasión de la provincia serbia de Kosovo en
1999. El lanzamiento de la operación militar rusa no se
produjo en la fecha anunciada por los medios de comunicación y
los miembros de los gobiernos anglosajones, sino que se
escalonó en el tiempo tras una cadena más compleja de
negociaciones diplomáticas y acontecimientos sobre el terreno.

Veamos la secuencia de los acontecimientos.

En diciembre de 2021, Rusia hizo propuestas a Estados Unidos y
a la OTAN para una nueva arquitectura de seguridad europea,
que incluían la detención de la ampliación de la OTAN,
especialmente a Ucrania, la promesa de no instalar sistemas de
armamento en las fronteras de Rusia y la vuelta de las
capacidades e infraestructuras militares del bloque en Europa
al estado de 1997, cuando se firmó el Acta Fundacional OTAN-
Rusia.

La única respuesta de Estados Unidos (y de su sustituto, el
Reino Unido) fue precisamente el lanzamiento de una guerra de
comunicación acusando a Rusia de una inminente invasión, para
desviar la atención de sus propios objetivos, es decir,
rechazar cualquier negociación sustancial sobre la ampliación
de la OTAN, torpedear de antemano cualquier negociación por
separado de los europeos, en particular los intentos de los
diplomáticos franceses y alemanes, y acelerar la entrega de
armas a Ucrania, que reanudó entonces el bombardeo del
Donbass. El inexplicable objetivo era provocar una guerra
entre Rusia y Ucrania, utilizando a esta última como fuerza
militar delegada para debilitar a Rusia sin enviar un solo
soldado estadounidense.

Rusia, por su parte, probablemente había previsto varios
escenarios. O bien las mediaciones europeas se traducen en la
promesa de detener la ampliación de la OTAN con la negociación
de un nuevo tratado de seguridad europeo, o bien Rusia se verá
obligada, como había anunciado ya en 2021, a proceder a
medidas técnico-militares para garantizar su seguridad, pero
también la del Donbass, que de hecho nunca ha dejado de estar
bajo los bombardeos ucranianos desde 2014, desde que ganaron
su guerra de independencia tras el golpe de Estado de Kiev.
Probablemente la situación aún podría relajarse, si los
europeos se hubieran comprometido claramente en un tratado a
congelar de forma permanente la ampliación de la OTAN a
Ucrania y evitaran prometer la entrega de armas a este país, y
si Ucrania también hubiera accedido finalmente a aplicar los
acuerdos de Minsk. Sin embargo, los acuerdos de Minsk ya no
son decisivos, ya que sólo pueden ser plenamente eficaces en
una negociación más amplia sobre una nueva arquitectura de
seguridad, que incluya la detención de la ampliación de la
OTAN. En este escenario, los rusos probablemente no habrían
intervenido.

La mediación europea llegó demasiado tarde para tener éxito,
ya que no hubo ninguna promesa de fondo y los gobiernos
francés y alemán no elaboraron una posición claramente
diferente e independiente de la de EE.UU. Al mismo tiempo, los
europeos transmitieron en gran medida la narrativa de EE.UU.,
y la UE demostró que sólo era un apéndice de la OTAN en esta
cuestión.

Ucrania ha seguido pidiendo el ingreso en la OTAN mientras
mantiene las tropas concentradas en las fronteras de Donbass e
intensifica los bombardeos en la línea del frente de Donbass.

El rápido deterioro de la situación en las fronteras de
Donbass ha convencido así a los rusos de que la opción de una
negociación sustancial es imposible y que la voluntad de
Estados Unidos y sus aliados europeos es continuar con la
inexorable y acelerada OTANización de Ucrania. La preparación
de una ofensiva en el Donbass (como hizo el presidente
ucraniano Poroshenko en 2014 en contradicción con su promesa
de negociar con las repúblicas separatistas del Donbass) era
aún más probable.

La opción de reconocer a las repúblicas independientes del
Donbass para garantizar su seguridad y la opción de
neutralizar a Ucrania, ya que ambos objetivos no pueden
separarse, se convirtieron en una necesidad. Ucrania se
convirtió en un Estado antirruso y en un frente armado por los
miembros de la OTAN en la creación de un arco de inestabilidad
alrededor de Rusia. Las sucesivas ampliaciones de la OTAN
amenazan las fronteras de Rusia y tienen como objetivo, desde
la caída de la URSS, hacerla retroceder a sus tierras
continentales, e impedir la aparición del mundo multipolar
para preservar la supremacía de Estados Unidos en Europa y en
el mundo. Más aún teniendo en cuenta que están en regresión
geopolítica desde el fracaso del intento de cambio de régimen
en Siria y la salida de Afganistán. Idealmente, también
quieren provocar un cambio de régimen en territorio ruso, como
en Ucrania.

La operación militar rusa es obviamente una represalia al
cambio de régimen en Kiev en 2014, y percibida como una
liberación para los ucranianos que desean la mejor relación
posible con Rusia, o incluso una reunificación, a fortiori en
el Donbass. Es el retorno del péndulo geopolítico.

Los anglosajones hablan ahora de una invasión provocada,
mientras que ellos son los responsables de este desarrollo, al
negarse a detener la OTANización de Ucrania, y sabiendo
perfectamente que esto era un casus belli para Rusia. Rusia lo
ha demostrado desde la guerra entre Rusia y Georgia en 2008.
Además, para los rusos no se trata de una invasión, porque
consideran que se trata de liberar a los ucranianos de un
régimen ilegítimo bajo control de Estados Unidos. El statu quo
ya no es posible.

Estados Unidos lleva mucho tiempo intentando provocar una
guerra entre Rusia y Ucrania, la cual es su representante,
pero las consecuencias geopolíticas, en contra de sus
expectativas, no les serán necesariamente favorables porque en
el mundo multipolar será muy difícil aislar a Rusia. Los
gobiernos francés y alemán han perdido otra oportunidad de
demostrar que pueden ser independientes de los anglosajones.
La decisión de entregar armas a Ucrania demuestra a posteriori
que su intento de mediación no era creíble en las cuestiones
de fondo, y subraya su alineación con las prioridades
geopolíticas de Estados Unidos, y su papel de auxiliares. Esto
es un error de cálculo, porque una cosa es cierta, Rusia no
puede perder esta guerra, ya que es de su interés vital, no
sólo geoestratégicamente sino también desde el punto de vista
de la continuidad de la Rusia histórica. Los miembros de los
actuales gobiernos alemán y francés, cuyas visiones del mundo
están conformadas por ideologías atlantistas y globalistas
fuera de lugar, no sólo son incapaces de identificar y
preservar los intereses de las naciones que supuestamente
encarnan, sino que son sonámbulos en geopolítica.

Fuente original:   Página   de   Facebook   de   Pierre-Emmanuel
Thomann:

https://www.facebook.com/people/Pierre-Emmanuel-Thomann/100009
416474466/
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