Kiribati Planes de movilidad laboral en el Pacífico en el contexto del COVID-19 Roi Burnett

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Kiribati Planes de movilidad laboral en el Pacífico en el contexto del COVID-19 Roi Burnett
Doc umento de Dis cus ión de DAWN #42

Kiribati
Planes de movilidad laboral en el
Pacífico en el contexto del COVID-19

   Roi Burnett
   Fe br E r o, 2 0 2 2

                                                  1
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                        PacÍficO          Polí ti cas laborales y derecho de trabajadores
                                          Mi graci ón y Movi li dad Humana

Utilizando un enfoque feminista interseccional y de interrelaciones, este proyecto
examina de cerca las transformaciones de políticas que han tenido lugar durante el periodo
de excepcionalidad producido por la pandemia, explorando cómo pueden repercutir en
el futuro en cuatro áreas políticas: macroeconomía; políticas laborales y derechos de las
y los trabajadores; migración y movilidad humana; cuidados y protección social.
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©2022 por DAWN bajo una licencia de Creative Commons Atribución-No comercial-Sin

D R
derivados 4.0 Internacional. (CC BY-NC-ND 4.0)

Este documento forma parte de un esfuerzo internacional de investigación realizado por
autoras feministas del Sur Global. Los Documentos de Discusión de DAWN tienen el
propósito de generar un amplio debate y discusión de los análisis en curso sobre los diferentes
temas en los que trabaja DAWN. Los documentos se ponen a disposición antes de estar
terminados como parte de nuestra misión de informar, crear redes y movilizar.

Este Documento de Discusión ha sido traducido por DeepL con revisiones realizadas
por DAWN.

Opiniones y comentarios son bienvenidos y pueden enviarse a info@dawnnet.org.
Este documento puede utilizarse libremente siempre que no se realicen modificaciones
y se haga una clara referencia a la autora y a DAWN.

Burnett, Roi. 2022. Kiribati. Planes de movilidad laboral en el Pacífico en el contexto del
COVID-19. Documentos de Discusión de DAWN No. 42. DAWN. Suva (Fiji).
Resumen

En marzo de 2020, con el cierre de las fronteras internacionales y el cese de la movilidad, las
trabajadoras y los trabajadores estacionales kiribatianos se quedaron varados en Australia y
Nueva Zelanda. Al no poder regresar a su país, con horarios y salarios reducidos, la situación
de las trabajadoras y los trabajadores estacionales kiribatianos durante el contexto de la
COVID-19 ha resultado extremadamente difícil. Este documento explora las respuestas de
políticas que han surgido para apoyar a las trabajadoras y los trabajadores estacionales y los
resultados que esto ha tenido en el panorama más amplio de la movilidad laboral en el
Pacífico. A través de una investigación documental de estudios y datos recientes, y mediante
el examen de las hipótesis propuestas por el marco analítico de DAWN (Llavaneras Blanco y
Cuervo, 2021), este documento sostiene que las respuestas tras el COVID-19 indican que la

                                                                    n
Movilidad Laboral del Pacífico (PLM) sigue siendo "lo mismo de siempre", sin que se

                                                                si o
produzcan cambios de políticas importantes. Las desigualdades existentes dentro de estos

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sistemas permanecen. Las denuncias de explotación y abuso continúan, con un mayor número

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de trabajadores y trabajadoras estacionales que se fugaron en 2021 en comparación con el año

                                         d
                                       r
anterior. Los prejuicios de género que existen desde hace tiempo también han salido a la luz,

                                    fo
con las experiencias de seis mujeres kiribatianas que dieron a luz en Nueva Zelanda, sin poder

           F T
regresar a su país y teniendo que asumir los gastos médicos. El documento concluye que, a

        RA
pesar de estas tendencias, existen oportunidades para que se produzca un cambio más

       D
transformador y la pandemia lo ha puesto de manifiesto a través del papel que han
desempeñado las comunidades de la diáspora en el apoyo a los trabajadores y las trabajadoras
estacionales.

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Abreviaturas

ATR            Acuerdo de contratación
DIA            Departamento de Asuntos Internos
GoK            Gobierno de Kiribati

KIT            Instituto de Tecnología de Kiribati
KV20           Plan de Visión a Veinte Años de Kiribati
MBIE           Ministerio de Innovación y Empresa
MFAT           Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio
MIQ            Aislamiento y cuarentena gestionados

                                                                 on
MTC            Centro de formación marina
NLMP           Plan Nacional de Movilidad Laboral

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NSO            Oficina Nacional de Estadística
NZDF

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               Fuerzas de Defensa de Nueva Zelanda

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OIT

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        RA F
PACER          Acuerdo del Pacífico sobre relaciones económicas más
               estrechas
PALM
PLM
PLS
       D       Movilidad laboral australiana en el Pacífico
               Movilidad laboral del Pacífico
               Plan laboral del Pacífico
RSE            Plan de Empleadores Estacionales Reconocidos
SDSR           Salud y derechos sexuales y reproductivos
SWP            Programa de trabajadores y trabajadoras estacionales

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Introducción

Los habitantes de la República de Kiribati, una nación de atolones en el Pacífico central, no
son ajenos a la migración y la movilidad. La vida en los atolones ha exigido durante mucho
tiempo que los kiribatianos sean expertos navegantes del océano, atravesando la región en
busca de recursos y nuevas oportunidades. En la época colonial, los kiribatianos han dado
muestras de resiliencia ante la migración y el reasentamiento forzoso, lo que ha permitido
establecer comunidades kiribatianas en las Islas Salomón y en Rabi, Fiyi. En la actualidad,
con los efectos del cambio climático y otros problemas de desarrollo urgentes, los kiribatianos
se mueven en la región en busca de mejores oportunidades de empleo como marineros en
barcos internacionales y, más recientemente, en planes de movilidad temporal.

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En los últimos quince años, el Gobierno de Kiribati ha reconocido el importante papel de la

                                                           c u
movilidad laboral contemporánea en el Pacífico para hacer frente al aumento del desempleo,

                                         d              i s
así como para promover el desarrollo económico y social. Cientos de hombres y mujeres

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                                    fo
kiribatianos han buscado empleo trabajando en granjas o recogiendo fruta en el marco del

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Programa de Trabajadores y Trabajadoras Estacionales (SWP) en Australia y del Plan de

        RA F
Empleadores Estacionales Reconocidos (RSE) en Nueva Zelanda. Más recientemente, el
establecimiento del Plan laboral del Pacífico ha permitido emplear a trabajadoras y

       D
trabajadores kiribatianos en los sectores del turismo, la hostelería, el procesamiento de la
carne, la silvicultura y el cuidado de ancianos. Los tres programas suelen ser aplaudidos por
representar las mejores prácticas internacionales para los programas de movilidad laboral
(Organización Internacional del Trabajo, 2009; Gibson y McKenzie, 2014), debido al "triple
beneficio" (a veces cuádruple) que obtienen todos los participantes.

Sin embargo, con la propagación de la pandemia de COVID-19, las desigualdades que
existían desde hace tiempo en estos sistemas se han visto acrecentadas. A principios de 2020,
la pandemia causó estragos en todo el mundo, paralizando la Movilidad Laboral del Pacífico.
Los cierres de las fronteras y los confinamientos hicieron que los trabajadores y las
trabajadoras estacionales kiribatianos quedaran varados en Australia y Nueva Zelanda.
Aunque han seguido mostrando resistencia y perseverancia durante este tiempo, las
trabajadoras y los trabajadores estacionales kiribatianos fueron de los más afectados por la
pandemia, ya que experimentaron reducciones masivas de horas y salarios. Para algunos,

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sobre todo los de Nueva Zelanda, la prolongación de la estancia ha resultado extremadamente
difícil y ha puesto de manifiesto algunos de los aspectos de género del trabajo estacional que a
menudo han permanecido ocultos en años anteriores.

A través de una investigación documental de estudios y datos recientes, y mediante el examen
de las hipótesis propuestas por el marco analítico de DAWN (Llavaneras Blanco y Cuervo,
2021), este documento sostiene que las respuestas tras el COVID-19 indican que la Movilidad
laboral del Pacífico sigue siendo "lo mismo de siempre", sin que se produzcan cambios de
políticas importantes. En el contexto de la COVID-19, el Gobierno de Kiribati está limitado
en su capacidad de cuidar a sus ciudadanas y ciudadanos extranjeros varados en Nueva
Zelanda y Australia. Mientras tanto, gran parte de las respuestas políticas en Australia y
Nueva Zelanda siguen centrándose en el crecimiento de sus sectores agrícola y hortícola,

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prestando poca atención a la ampliación de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras.

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Sin embargo, la pandemia también ha puesto de manifiesto el importante papel que

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                                                           c u
desempeñan las comunidades de la diáspora y las ONG en el apoyo a los trabajadores y las

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trabajadoras estacionales, y también ha impulsado algunos cambios en lo que respecta a la

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responsabilidad de los países receptores de producir salarios más justos, mejorar el estatus

                                     fo
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migratorio y mejorar las condiciones de vida y de trabajo de las trabajadoras y los

           F
trabajadores estacionales kiribatianos.

       DRA
Antecedentes de la movilidad laboral en Kiribati y el Pacífico

En los últimos quince años, los gobiernos de Nueva Zelanda y Australia han introducido
progresivamente planes de migración laboral temporal con los países insulares del Pacífico
participantes. El plan neozelandés de Empleadores Estacionales Reconocidos (RSE) se
introdujo por primera vez en 2007 en respuesta a la escasez de mano de obra en el sector
hortícola neozelandés. Siguiendo el modelo del RSE, Australia no tardó en crear el Programa
de trabajadores y trabajadoras estacionales (SWP) en 2008 y el Plan Laboral del Pacífico
(PLS) en 2018. Si bien la escasez de mano de obra en Australia y Nueva Zelanda es uno de
los principales impulsores de la Movilidad laboral del Pacífico, existe una coincidencia de
intereses entre los gobiernos de los países de procedencia y los de acogida. Desde su creación,
los países insulares del Pacífico también han desempeñado un papel fundamental en el
desarrollo de estos regímenes. Para Kiribati, la movilidad laboral representa una de las pocas
oportunidades viables para hacer frente a las crecientes tasas de desempleoi, así como para

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contribuir al desarrollo sostenible, a través de las remesas enviadas a casa.ii De hecho, el
Gobierno de Kiribati ha presionado e impulsado activamente la expansión de estos planes
(Radio New Zealand, 2019) y la importancia de la migración y la movilidad laboral se ha
reconocido cada vez más en una serie de documentos políticos.

En 2015, el Gobierno de Kiribati, bajo el mandato del ex presidente Anote Tong, adoptó una
exhaustiva Política Nacional de Movilidad Laboral (NLMP). La NLMP esboza una serie de
actividades para facilitar la migración laboral al extranjero, que se considera necesaria y vital
para el desarrollo económico y social del país. Esta política era fundamental para la visión de
Tong de "ofrecer a los kiribatianos y las kiribatianas más oportunidades de emigrar con
dignidad accediendo a oportunidades de trabajo decente en el extranjero" (GoK, 2015: p.1).
Aunque la mano de obra cualificada era originalmente la intención de esta política, también

                                                                     n
establece claramente el deseo de Kiribati de aumentar y maximizar las oportunidades de

                                                                 si o
trabajo estacional. La movilidad de la mano de obra también forma parte del Plan de Visión a

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20 años de Kiribati (KV20). Establecido por el actual Gobierno de Taneti Mamau, elegido en

                                                         i s
2016 y que ahora cumple su segundo mandato, el KV20 establece el deseo del Gobierno de

                                        r d
que Kiribati alcance su "pleno potencial mediante la ampliación de los ingresos y la

                                     fo
             T
producción del capital natural, humano y cultural". (GoK, 2016). Ampliar al máximo las

           F
oportunidades de movilidad laboral temporal es una estrategia clave para el crecimiento

        RA
económico dentro de este plan, por razones de generación de ingresos y también en parte por

       D
las oportunidades que ofrece para la adquisición de habilidades y conocimientos que pueden
contribuir al desarrollo del país. Junto a estos documentos políticos clave, en 2017 Kiribati
también adoptó formalmente el Acuerdo PACER Plus y su Acuerdo de Movilidad Laboral
asociado. Kiribati, junto con otros países insulares del Pacífico, desempeñó un papel
fundamental en la negociación de la inclusión de la movilidad laboral en el Pacífico dentro de
este acuerdo de libre comercio con Australia y Nueva Zelanda. La firma del PACER Plus por
parte del Gobierno de Kiribati es una muestra más de su compromiso con la expansión de las
oportunidades de movilidad laboral en el Pacífico.

¿Por qué los trabajadores kiribatianos solicitan estos planes?

El empleo en los planes de Movilidad laboral del Pacífico también sigue siendo una
oportunidad atractiva para los y las nacionales de Kiribati. Para muchos ciudadanas y
ciudadanos kiribatianos, las oportunidades de empleo son extremadamente limitadas y el

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empleo en estos planes significará obtener ingresos significativamente mayores que a través
de las oportunidades disponibles en casa. Cada año, 2.000 estudiantes se gradúan en las
escuelas secundarias de Kiribati, de los cuales quinientos aproximadamente son absorbidos
por la mano de obra local, y otros cuatrocientos prosiguen su formación. Los 1.100 graduados
restantes se quedan sin formación ni oportunidades de trabajo (Política Nacional de la
Juventud, Gobierno de Kiribati, 2011) y, según las estadísticas más recientes de 2015, la tasa
de desempleo total de Kiribati era del 41.31% (NSO, 2015).

Pese a esto, hay varias instituciones públicas que intentan mejorar estas cifras en Kiribati: el
Centro de Formación Marina (MTC) forma a marinos cualificados y a personal de buques
pesqueros; el Instituto de Tecnología de Kiribati (KIT) formas trabajadoras y trabajadores
cualificados en oficios y cuidadores y cuidadoras de personas mayores cuyas calificaciones

                                                                    n
están acreditadas en Australia. Las solicitudes de trabajo estacional siguen superando con

                                                                 i o
creces las oportunidades reales disponibles y los planes SWP y RSE sólo emplean a un 2,5%
de la mano de obra total de Kiribati.

                                                             us s
                                             d          i sc
En la temporada anterior a la pandemia había un total de 606 trabajadores y trabajadoras-

                                        fo r
kiribatianos empleados en el RSE y el SWP, con 359 y 247 trabajadores y trabajadoras

             T
kiribatianos respectivamente (OIT, 2019). Aunque el Gobierno ha intentado repartir

        RA F
equitativamente las oportunidades de empleo entre las treinta y tres islas de Kiribati, mediante

       D
un sistema de cuotas insulares, la mayoría de los trabajadores y las trabajadoras estacionales
son de Tarawa. Aunque este sistema garantiza que todas las islas estén representadas, el
reducido número de personas contratadas en Kiribati en cada temporada hace que se
seleccionen muy pocas personas de cada isla.

Curiosamente, Kiribati sigue siendo el país de origen del Pacífico con la mayor proporción de
mujeres en su población de trabajadores de temporada. En el plan del RSE, las mujeres
representaron el treinta y seis por ciento del número total de 263 personas que llegaron de
Kiribati en la temporada 2018-2019 (Bedford, 2021). La mayor proporción de mujeres
trabajadoras del RSE se atribuye a una Unidad del RSE, establecida por el Gobierno de
Kiribati, que ha hecho un esfuerzo considerable para conseguir nuevos empleadores,
especialmente para las mujeres (OIT, 2019). Además, el antiguo personal del Ministerio de
Innovación Empresarial (MBIE) ha realizado un esfuerzo considerable para incentivar a los
empleadores del RSE a contratar trabajadoras. Sin embargo, la participación de las mujeres en

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estos planes sigue siendo escasa, ya que existen importantes barreras tanto en el país de origen
como en el país de acogida. Estos aspectos se desarrollarán más adelante.

Experiencias de los trabajadores y las trabajadoras estacionales

Aunque la movilidad laboral del Pacífico en Kiribati ofrece importantes oportunidades de
empleo para algunos trabajadores y trabajadoras, no está tan claro si los beneficios
económicos obtenidos a través de estos planes compensan la pérdida de derechos sociales y
de otro tipo en el país de destino (Underhill-Sem y Marsters, 2017). Tanto en Australia como
en Nueva Zelanda, las trabajadoras y los trabajadores estacionales están vinculados a un
empleador y existen condiciones estrictas en cuanto a la llegada, la salida, la duración de la
estancia y los desplazamientos cuando no trabajan. En algunos casos, los empleadores exigen

                                                                    on
que los trabajadores y las trabajadoras permanezcan en un alojamiento aprobado, mantengan

                                                               s si
el toque de queda o eviten el consumo de alcohol (Bedford et al., 2020). Además de estas

                                                            c u
restricciones, también se exige a los trabajadores y las trabajadoras el pago obligatorio de

                                          d              i s
impuestos, el pago de una parte del pasaje aéreo internacional, el pago de tasas de seguro, la

                                        r
                                     fo
cobertura de los costos de alojamiento y la contribución a los costos de transporte hacia y

             T
desde el lugar de trabajo. Investigaciones anteriores han puesto de manifiesto que estos costos

        RA F
obligatorios han sido objeto de manipulación por parte de los empresarios y se han producido
denuncias de robo de salarios y explotación de los trabajadores y las trabajadoras a lo largo de

       D
los años. Por ejemplo, se han impuesto costos excesivos de transporte a los trabajadores y las
trabajadoras, y se ha criticado a los proveedores de transporte por los cargos
desproporcionados (Bedford, 2013; Bedford et al., 2017; Rockwell, 2016). También se han
denunciado casos de trabajadores y trabajadoras a quienes se les ha alojado en lugares
superpoblados y de mala calidad, con instalaciones inadecuadas y con tarifas fijadas
demasiado altas (Bailey, 2018). Como las trabajadoras y los trabajadores están atados a un
solo empleador, esto ha significado que quienes no están contentos con su situación, tiendan a
volver a casa o decidan no hacer un escándalo debido a la percepción de que quienes se
quejan no serán invitados a volver (Bedford et al., 2020: p. 52).

La capacidad de formar sindicatos de trabajadores y trabajadoras y unirse a ellos es un aspecto
crucial para mitigar las condiciones de explotación. Sin embargo, a lo largo de los años, los
índices de afiliación sindical entre trabajadoras y trabajadores estacionales del Pacífico se han
mantenido bajos (Maclellan, 2017). Aunque los sindicatos, tanto en Nueva Zelanda como en

                                                                                               10	
  
	
  
Australia, participaron en el establecimiento de los planes para el personal estacional, y en
ambos países se permite a los trabajadores y las trabajadoras estacionales afiliarse a
sindicatos, la investigación de Brickenstein (2015) con agricultores y personal estacional puso
de manifiesto la baja sindicalización entre los trabajadores y las trabajadoras estacionales en
Australia. Una de las principales razones de la falta de afiliación sindical se atribuyó al
desinterés por pagar las cuotas de afiliación y a la falta de comprensión del papel de los
sindicatos. Si bien el desinterés por las cuotas y la falta de comprensión podrían ser factores
disuasorios para los trabajadores y las trabajadoras estacionales, también se han dado casos en
el pasado en los que estas personas han sido presionadas por sus empleadores para abandonar
los sindicatos. Esto ocurrió con un grupo de trabajadores y trabajadoras de Ni-Vanuatu, que se
afiliaron a un sindicato después de que se incluyeran una serie de deducciones en sus
nóminas. La empresa que contrató a estas personas las presionó para que abandonaran el

                                                                     n
Sindicato Nacional de Trabajadores. Si no lo hacían, se les negaría un futuro empleo y no se

                                                                 si o
las volvería a contratar a través del SWP (McKenzie y Toscano, 2017).

                                                               s
                                                         i sc u
Implicaciones sociales y de género de la participación en el trabajo estacional

                                     fo r d
             T
También hay costos sociales menos reconocidos para los trabajadores y las trabajadoras y sus

           F
familias cuando participan en el trabajo estacional. La naturaleza del trabajo estacional exige

        RA
que los trabajadores y las trabajadoras abandonen sus hogares durante nueve u once meses al

       D
año, y que a menudo vuelvan durante años consecutivos. En los primeros tiempos de los
programas laborales del Pacífico, la relación principal se entendía entre el empleador y el
trabajador y la trabajadora del Pacífico (Bedford, 2020). Aunque se reconocía que la familia y
la comunidad de los trabajadores y las trabajadoras formaban parte del contexto, no fue hasta
que los planes llevaban algunos años funcionando que se apreció mejor su importancia como
partes interesadas. Detrás de cada trabajador y trabajadora hay una pareja, hijos, hijas, padres,
madres, suegros, suegras, miembros de la familia extensa y quienes viven en el mismo pueblo
o comunidad, que pueden verse afectados directa o indirectamente en su vida cotidiana por la
ausencia del trabajador o la trabajadora.

Las investigaciones que se centran en las responsabilidades continuas de los trabajos de
atención social reproductiva para los hogares que quedan rezagados en el Pacífico son
limitadas. Sin embargo, los planes de movilidad laboral del Pacífico tienden a tener un "sesgo
del proveedor masculino" (Elson y Cagatay, 2000: p. 1355) y ambos planes han estado

                                                                                               11	
  
	
  
dominados por trabajadores masculinos a lo largo de los años. Por lo tanto, existen aspectos
de género muy claros en la Movilidad laboral del Pacífico, por lo que las mujeres que se
quedan en el país suelen cargar con el peso de las responsabilidades domésticas y de cuidado
añadidas, afianzando una división del trabajo por género ya muy clara en el Pacífico. De
pronto, las madres se convierten en las únicas encargadas de los niños y las niñas, del cuidado
de las niñas y los niños enfermos o del apoyo especial a los niños y las niñas que echan de
menos a su padre, lo que crea presiones adicionales. Además, las mujeres pueden asumir
responsabilidades adicionales para el cuidado de sus suegras y suegros ancianos u otros
miembros de la familia (Chattier, 2019). En el caso de Kiribati, incluso cuando una mayor
proporción de trabajadores estacionales son mujeres, la investigación ha demostrado que los
roles de género y reproductivos para las familias que quedan rezagadas, siguen siendo los
mismos. Es más probable que los miembros femeninos de la familia, como las tías y las

                                                                    n
abuelas, cuiden de los hijos y las hijas de las trabajadoras que el padre que se queda en casa
(Bedford, 2020; Kagan, 2016).

                                                              s si o
                                                        i sc u
Otro vacío importante en la literatura es la investigación que se centra en las perspectivas y

                                       r d
experiencias de las propias trabajadoras estacionales. Hasta la fecha, la participación de las

                                    fo
mujeres en el trabajo estacional y en el RSE ha sido escasa (Bailey, 2014; Chattier, 2019), lo

           F T
que se atribuye a varios factores. En los países de acogida ha prevalecido la preferencia por

        RA
los trabajadores hombres, y los empleadores han tardado varios años en reconocer el valor de

       D
las trabajadoras mujeres (Bailey, 2019; Ball et al., 2015; Chattier, 2019). En los países de
origen, las divisiones normales y de género del trabajo, así como la falta de redes sólidas de
las mujeres con los agentes empleadores, pueden impedir la participación de las mujeres
(Bailey, 2019; Ball et al., 2015; Chattier, 2019). Aunque hay una falta de literatura que se
ocupe de las experiencias de las trabajadoras estacionales, la investigación de Kagan (2016)
sobre las experiencias de las mujeres I-Kiribati involucradas en el empleo en cruceros
internacionales arroja luz sobre las implicaciones de género para las mujeres involucradas en
la migración temporal, particularmente en lo que respecta a la salud y los derechos sexuales y
reproductivos. En el caso de las mujeres que participaron en este estudio, casi la mitad quedó
embarazada mientras trabajaba en el crucero. La investigación puso de relieve que las
perspectivas de las mujeres migrantes deben ser mejor consideradas en la respuesta política y
en la investigación, destacando que la salud sexual y reproductiva tiende a tener mayores
implicaciones para las mujeres que para los hombres, y a menudo no se considera plenamente
dentro de la migración laboral temporal. Estos aspectos de género de la participación en el

                                                                                             12	
  
	
  
trabajo estacional, así como las implicaciones sociales para las familias que quedan rezagadas,
a menudo permanecen ocultos en los discursos dominantes sobre la movilidad laboral en el
Pacífico. En el caso de los trabajadores y las trabajadoras estacionales kiribatianos, en
particular quienes siguen varados en Nueva Zelanda desde el comienzo de la pandemia, estas
cuestiones se han puesto de manifiesto y se han agravado para quienes llevan trabajando más
de dieciséis meses consecutivos, mucho más de los seis a nueve meses previstos inicialmente.
En la siguiente sección se analizarán las respuestas políticas de la Movilidad laboral del
Pacífico tras la COVID-19 y las experiencias de las trabajadoras y los trabajadores
kiribatianos varados.

Respuestas políticas en el contexto del COVID-19

                                                                    n
En marzo de 2020, el cierre de las fronteras internacionales y el cese de la movilidad hicieron

                                                                si o
que cientos de trabajadoras y trabajadores estacionales kiribatianos quedaran varados en

                                                              s
                                                             u
Australia y Nueva Zelanda. Alrededor de 159 trabajadores kiribatianos no pudieron salir de

                                                        i sc
Australia en el marco del SWP y 286 permanecieron en Nueva Zelanda en el marco del RSE

                                         d
                                       r
(IOM, 2020; Bedford, 2021). Al mismo tiempo, quienes estaban a punto de irse a un empleo

                                    fo
preasignado de acuerdo con estos planes no podían abandonar Kiribati. La situación de las

           F T
trabajadoras y los trabajadores estacionales kiribatianos en Nueva Zelanda y Australia ha

        RA
resultado más difícil que la de otros grupos de trabajadores y trabajadoras estacionales del

       D
Pacífico, con mayores reducciones de horas y salarios. Aunque las primeras preocupaciones
relacionadas con la legalidad de su estancia se han resuelto con la ampliación del visado y las
opciones de recolocación, quienes quedaron varados en Nueva Zelanda siguen en el limbo sin
ninguna vía de repatriación. Además, la prolongación de la estancia ha resultado bastante
difícil para las mujeres kiribatianas que permanecen en Nueva Zelanda, ya que seis de ellas
han dado a luz durante este tiempo. En esta sección se detallan las respuestas en materia de
políticas que se han producido tras la COVID-19 en relación con los planes de movilidad
laboral en Australia y Nueva Zelanda.

                                                                                             13	
  
	
  
Tabla 1.1: COVID-19 Respuesta de la política de movilidad laboral en el Pacífico por país.

Área de        Australia                              Nueva Zelanda
políticas

Condiciones    Prórroga de visados - Cambios          Prórrogas de visado - El Gobierno de
del visado     temporales en las disposiciones        Nueva Zelanda ha anunciado una serie
               sobre visados para que los             de prórrogas de visado para los
               trabajadores y las trabajadoras del    trabajadores y las trabajadoras del RSE
               Pacífico puedan seguir trabajando      que no pueden regresar a su país.
               hasta que pase la crisis de la
               pandemia.
               Cambios de visado temporal -           Variación de las condiciones del visado:
               Durante el periodo de la COVID-19      los trabajadores y las trabajadoras
               los trabajadores y las trabajadoras    pueden cambiar de región y de cultivo.

                                                                   n
               estacionales pueden cambiar de

                                                                  o
                                                      Cambios en el visado por tiempo

                                                               si
               patrocinador/empleador autorizado.     limitado: los trabajadores y las

                                                            us
                                                      trabajadoras del RSE varados pueden

                                                         sc
                                                      trabajar hasta quince horas a tiempo

                                        d              i
                                                      parcial en cualquier sector.

                                   fo r
Asistencia     No hay apoyo del gobierno federal,     Programa de atención temporal al
financiera     pero sí medidas estatales, a menudo    visitante Manaaki Manuhiri, julio de

           F T
               con ayuda de la Cruz Roja.             2020 - diciembre de 2020. El programa

        RA
                                                      DIA pone a disposición ayudas en
                                                      especie para cubrir gastos esenciales

       D
                                                      como el alquiler, las facturas de
                                                      servicios públicos o la alimentación. Los
                                                      trabajadores y las trabajadoras del RSE
                                                      sin trabajo o con horas insuficientes para
                                                      hacer frente a sus gastos pueden
                                                      solicitarlo, y la ayuda se paga
                                                      directamente a los empleadores del RSE
                                                      en función de los gastos de manutención
                                                      que deducen a los trabajadores y las
                                                      trabajadoras.

               Los trabajadores y las trabajadoras    Diciembre de 2020- agosto de 2021 los y
               pueden acceder a un monto de hasta     las titulares de visados temporales en
               AUD 10.000 (o aproximadamente          situación de dificultad debido a la
               USD 7000) de su jubilación.            COVID-19, pueden obtener una
                                                      prestación de emergencia de Trabajo e
                                                      Ingresos en el MSD.

                                                                                             14	
  
	
  
Repatriación Palladium ha liderado los esfuerzos        El MFAT de Nueva Zelanda ha dirigido
             para repatriar a los trabajadores y las    los esfuerzos de repatriación de algunos
             trabajadoras estacionales.                 trabajadores y trabajadoras del Pacífico.
                                                        Sin embargo, no existe una vía de
                El SWP se ha reanudado, pero las        regreso a casa para los trabajadores y las
                vías de repatriación de los             trabajadoras estacionales de Kiribati.
                trabajadores y las trabajadoras de
                Kiribati siguen sin estar claras.
Salud           Los gastos médicos y de cuarentena      Los gastos médicos y de cuarentena
                relacionados con la COVID-19 están      relacionados con la COVID-19 están
                cubiertos por el seguro médico y/o      cubiertos por el seguro médico y/o por el
                por el empleador.                       empleador.

Otras           Octubre de 2020 Paquete de              Para los trabajadores y las trabajadoras
medidas de      salvaguarda del bienestar de los        con jornada reducida, oportunidades de
apoyo           trabajadores y las trabajadoras, 9      formación continua a través del

                                                                  i on
                millones de dólares australianos (6,5   programa Vakameasina de MFAT.

                                                                 s
                millones de dólares
                estadounidenses) para apoyar el

                                                            c us
                                                         i s
                bienestar de los trabajadores y las

                                          d
                trabajadoras del Pacífico y de Timor.

                                     fo r
           F T
Fuente: Elaboración propia, basada en datos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Nueva

        RA
Zelanda, Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio, Australia.

       D
Condiciones del visado

Al principio de la pandemia, las condiciones de los visados representaban uno de los mayores
retos para los trabajadores y las trabajadoras estacionales. En el caso de la mano de obra
estacional proveniente de I-Kiribati, gran parte había llegado a Australia y Nueva Zelanda a
finales de 2019 o principios de 2020 con contratos de nueve a once meses. Los visados de
trabajo de temporada en ambos países exigen que los trabajadores y las trabajadoras partan en
un plazo de dos semanas tras la finalización de su contrato (Bedford, 2020). Con el cierre de
las fronteras internacionales, todos los trabajadores y trabajadoras de I-Kiribati se enfrentaron

                                                                                               15	
  
	
  
a la posibilidad de incumplir las condiciones de su visado y residir ilegalmente en Australia y
Nueva Zelanda. Además, las condiciones de sus visados supusieron inicialmente que quienes
se encontraban sin trabajo debido a los cierres en determinadas zonas, así como a los paros en
diversas industrias, no pudieran encontrar legalmente un empleo en otro lugar.

En respuesta a estos retos, Australia y Nueva Zelanda aplicaron una serie de cambios
temporales en las condiciones de los visados, que supusieron prórrogas continuas para los
trabajadores y las trabajadoras estacionales que no podían regresar a su país (Askola, 2021).
En abril, el Gobierno australiano anunció cambios temporales en las disposiciones sobre
visados que permitirían a los trabajadores y las trabajadoras del Pacífico en el marco del SWP
y el PLS seguir trabajando en el sector agrícola hasta que hubiera pasado la crisis del
coronavirus, con las mismas condiciones de visado. Por su parte, el Gobierno neozelandés

                                                                    n
amplió los visados inicialmente hasta septiembre de 2020 y, desde entonces, ha puesto a

                                                                si o
disposición de los trabajadores y las trabajadoras prórrogas continuas del visado, en el

                                                              s
                                                           c u
momento de redactar este trabajo (noviembre de 2021).

                                       r d              i s
En Nueva Zelanda ya existía cierta flexibilidad antes de la COVID-19, que permitía a

             T                      fo
trabajadores y trabajadoras desplazarse entre empleadores autorizados en virtud de un sistema

           F
conjunto de aprobación de la contratación (ATR). Esto permitía a los empleadores compartir

        RA
trabajadores y trabajadoras del Pacífico entre diferentes cultivos y regiones, aunque muchos

       D
no estaban empleados con contratos ATR. Por ello, Inmigración de Nueva Zelanda tramitó
miles de variaciones en las condiciones de los visados para permitir a los trabajadores y las
trabajadoras desplazarse entre diferentes regiones y cultivos. Además, los cambios limitados
en el tiempo permitieron al personal RSE varado aceptar un trabajo extra a tiempo parcial en
cualquier sector. En Australia, los cambios temporales también permitieron a los trabajadores
y las trabajadoras desplazarse entre patrocinadores o empleadores autorizados (DHA, 2021).

Aunque fueron bien recibidos por empresarios y mano de obra, estos cambios en los visados
pueden considerarse como algo "normal" y es poco probable que conduzcan a cambios en los
visados permanentes que supongan más libertades para los trabajadores y las trabajadoras
estacionales. Además, las investigaciones realizadas en Australia y Nueva Zelanda mostraron
que los empleadores y el personal estacional estaban descontentos con la burocracia
gubernamental relacionada con la tramitación de las prórrogas de los visados para los
trabajadores y las trabajadoras, con informes sobre los largos tiempos de aprobación y

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tramitación que dejaban a estas personas en el limbo a la espera de estas aprobaciones.
Muchos trabajadores y trabajadoras dependían de sus ahorros para superar estos periodos de
ausencia o reducción de trabajo, lo que suscitaba preocupaciones sobre su capacidad para
ahorrar dinero (Bedford, 2020; Petrou et al., 2021).

Apoyo financiero

En circunstancias normales, los trabajadores y las trabajadoras estacionales del Pacífico no
tienen acceso a ayudas públicas a los ingresos y su capacidad para trabajar suele estar sujeta a
la variabilidad estacional y a las condiciones meteorológicas. Los trabajadores y las
trabajadoras han expresado desde hace tiempo su frustración cuando las condiciones
meteorológicas o de otro tipo han hecho que trabajen menos horas de las previstas, con la

                                                                   on
consiguiente disminución de sus ingresos (Kautoke-Holani, 2018; Petrou y Connell, 2018).

                                                              s si
Estos problemas se agravaron aún más en el contexto de la COVID-19 con los cierres de

                                                           c u
fronteras y los confinamientos nacionales que afectaron la disponibilidad de trabajo, ya que

                                         d              i s
durante la pandemia los trabajadores y las trabajadoras de ambos países no pudieron acceder a

                                       r
                                    fo
las ayudas gubernamentales.

            F T
         RA
Aunque los impactos económicos de la pandemia en la mano de obra del Pacífico fueron
variados, los datos sugieren que las trabajadoras y los trabajadores kiribatianos fueron de los

       D
más afectados por el COVID-19. Al principio de la pandemia, alrededor del ochenta por
ciento de todas las trabajadoras y trabajadores estacionales kiribatianos de ambos planes
experimentaron una disminución de sus ingresos en comparación con otros trabajadores y
trabajadoras del Pacífico, con una reducción del 54,9% de los ingresos totales (Doan et al.,
2020). En consecuencia, las trabajadoras y trabajadores kiribatianos no pudieron ahorrar tanto
como lo harían durante una temporada normal y tuvieron que reducir sus gastos de
subsistencia. Las remesas enviadas a casa desde Kiribati también se redujeron
significativamente, con una disminución del 54,8% y del 41,4% en las remesas enviadas
desde SWP y RSE respectivamente. Los largos plazos de tramitación de las prórrogas de
visado o de las variaciones de empleo hicieron que muchos de las trabajadoras y trabajadores
kiribatianos se quedaran sin trabajo, sin poder ganar dinero durante ese tiempo. Las
trabajadoras y trabajadores de SWP y las comunidades de la diáspora en Australia señalaron
que el apoyo financiero del gobierno habría sido inestimable en ese momento (Petrou et al.,
2021).

                                                                                              17	
  
	
  
En respuesta a estos problemas en Nueva Zelanda, el Departamento de Asuntos Internos
(DIA), en asociación con la Cruz Roja neozelandesa, puso en marcha un programa de
asistencia para migrantes, que incluyó a las trabajadoras y los trabajadores del RSE, que
experimentan graves dificultades debido al COVID-19. Este programa ofrecía ayuda en
especie para cubrir gastos esenciales como el alquiler, las facturas de los servicios públicos o
la comida. Los trabajadores y las trabajadoras del RSE sin trabajo o con horas insuficientes
para hacer frente a sus gastos podían solicitarlo, y la ayuda se pagaba directamente a los
empleadores del RSE en función de los gastos de manutención que dedujeran a los
trabajadores y las trabajadoras. Se trataba de una iniciativa importante de apoyo a los
trabajadores y las trabajadoras, que les permitía conservar sus ahorros y enviar remesas a sus
familias en casa.

                                                                si on
En el contexto australiano, no se puso a disposición de los trabajadores y las trabajadoras

                                                           c us
estacionales ningún paquete de apoyo federal, aunque hubo una serie de medidas de apoyo a

                                                        i s
nivel estatal, a menudo con la ayuda de la Cruz Roja (Cruz Roja de Nueva Zelanda, 2021). El

                                       r d
principal apoyo financiero para estas personas que realizan trabajos estacionales procedía de

                                    fo
             T
los empleadores, la comunidad y los grupos de la diáspora, y en algunos casos los familiares

           F
en casa enviaban dinero para apoyarlas. No obstante, los trabajadores y las trabajadoras

        RA
pudieron acceder a un máximo de AUD 10.000 (aproximadamente USD 7.000) de su fondo

       D
de jubilación, al que, en circunstancias normales, no pueden acceder hasta el final de su
contrato.

Repatriación

Los planes de trabajo temporal funcionan y dependen de un contexto en el que la movilidad
de los trabajadores y las trabajadoras desde su lugar de destino a los países de acogida sigue
siendo sin restricciones. Desde que comenzó la pandemia, uno de los aspectos más
significativos y complejos de la movilidad laboral en el Pacífico ha sido la repatriación de los
trabajadores y las trabajadoras estacionales. La repatriación ha sido más fácil para los países
en los que hay vuelos comerciales y, en algunos casos, tanto Nueva Zelanda como Australia
han liderado los esfuerzos de repatriación. Sin embargo, los mayores retos de las
repatriaciones se encuentran en el extremo del Pacífico, con la reducción de los vuelos

                                                                                              18	
  
	
  
comerciales y la capacidad limitada para manejar un gran número de llegadas que deben
mantenerse en cuarentena entre catorce y veintiocho días.

Para los trabajadores y las trabajadoras de Kiribati, desde el reinicio del SWP, ha habido un
número limitado de vuelos disponibles para su regreso a casa. A medida que cada nuevo
grupo llega a Australia, las trabajadoras y los trabajadores kiribatianos que ya estaban allí, que
están al final de su contrato, pueden volver a casa en el vuelo de salida. En el contexto de
Nueva Zelanda, hasta septiembre de 2021, ninguna trabajadora ni trabajador kiribatiano ha
sido repatriado a su país. Para las 286 trabajadoras y trabajadores kiribatianos que entraron a
Nueva Zelanda antes de que se produjera la pandemia todavía no hay una manera viable para
volver a sus hogares. No hay vuelos comerciales directos entre Nueva Zelanda y Kiribati, por
lo que la única vía posible era a través de Fiyi. Sin embargo, esta opción presentaba un alto

                                                                     n
riesgo e incertidumbre, ya que "volver a Kiribati a través de Fiyi significaba que los

                                                                 si o
trabajadores y las trabajadoras estacionales tenían que pasar cerca de un mes en MIQ

                                                               s
                                                            c u
(aislamiento y cuarentena controlados) - dos semanas en Fiyi y luego otras dos semanas en

                                                         i s
Tarawa - a su cargo" (Bedford y Bedford, 2021). Los tiempos de espera en Fiyi también eran

                                        r d
inciertos, ya que tenían que esperar un vuelo chárter a Kiribati, y se consideraban de baja

                                     fo
             T
prioridad en comparación con otros funcionarios y funcionarias del Gobierno y ciudadanos y

           F
ciudadanas que regresaban a sus hogares.

       DRA
Se han hecho muchos esfuerzos para negociar una ruta de regreso a casa para las trabajadoras
y los trabajadores kiribatianos varados que quieren volver a su país. El Ministerio de Asuntos
Exteriores y Comercio de Nueva Zelanda (MFAT) ha estudiado la posibilidad de utilizar los
medios de las Fuerzas de Defensa de Nueva Zelanda (NZDF) para llevar a estas personas de
regreso a Kiribati, así como de fletar un vuelo. Sin embargo, los interrogantes sobre quién se
haría cargo de estos costos han obstaculizado cualquier esfuerzo adicional. El lugar de los
trabajadores y las trabajadoras del RSE sigue siendo incierto y, según Bedford y Bedford
(2021), la opinión de los funcionarios de Kiribati es que están mejor ubicados en Nueva
Zelanda, donde pueden ser empleados a tiempo completo y seguir obteniendo ingresos. Sin
embargo, para las trabajadoras y trabajadores kiribatianos varados en Nueva Zelanda, una
estancia prolongada ha puesto de manifiesto algunas de las complejidades del apoyo pastoral
y el bienestar necesarios para los trabajadores y las trabajadoras estacionales, en particular en
lo que respecta a la salud sexual y reproductiva.

                                                                                                19	
  
	
  
Salud y derechos sexuales y reproductivos

Durante la pandemia, las estancias más largas en los países de destino han puesto de
manifiesto las consecuencias relacionadas con la asistencia sanitaria para las trabajadoras
estacionales. Una cuestión clave que ha surgido de la prolongación de la estancia de las
mujeres del RSE de I-Kiribati ha sido la protección de la maternidad y el acceso a los
servicios de salud sexual y reproductiva (SDSR). Si bien las necesidades y las
vulnerabilidades en materia de SDSR son comunes tanto a los hombres como a las mujeres
que realizan trabajos estacionales, en ausencia de una protección social adecuada, el embarazo
y el parto afectan directamente los medios de vida de las mujeres. Además, algunas
infecciones de transmisión sexual pueden tener un impacto más grave en las mujeres que en
los hombres, y las mujeres tienen más probabilidades de ser víctimas de la violencia sexual

                                                                   on
(Freeman et al.,2021).

                                                              s si
                                                           c u
La investigación de Bedford y Tekenene (2021) destacó que en el caso de las mujeres i-

                                         d              i s
kiribatianas varadas en Nueva Zelanda se ha producido un aumento de las infecciones de

                                       r
                                    fo
transmisión sexual y se han declarado seis embarazos en el grupo de cuarenta y siete mujeres,

             T
que han dado a luz en Nueva Zelanda. En años anteriores, si una mujer del RSE quedaba

        RA F
embarazada, se la ayudaba a regresar a su país para dar a luz. Con la COVID-19, esto no ha
sido posible, y cinco mujeres kiribatianas han tenido que dar a luz en Nueva Zelanda. En

       D
circunstancias normales, los trabajadores y las trabajadoras del RSE no pueden acceder al
sistema sanitario público de Nueva Zelanda de forma gratuita, sino que están cubiertos por un
seguro médico obligatorio, que se descuenta semanal o quincenalmente de su salario. El
seguro médico del RSE no cubre los costos del embarazo y el parto, que pueden superar los
9.000 NZD (unos 6.000 USD) y recaen directamente sobre estas mujeres. Aunque se ha
intentado la educación y la promoción de la salud sexual en estos planes (Bailey, 2020), a
menudo se evitan las discusiones sobre la salud sexual por varias razones: culturales,
religiosas, o se perciben como demasiado personales para discutirlas. Sin embargo, los
debates son esenciales, ya que las relaciones sexuales se producen durante los contratos de las
trabajadoras estacionales y afectan directamente los medios de vida de estas mujeres. Si bien
es primordial una mayor toma de conciencia y educación sobre la salud sexual, también lo es
un acceso culturalmente adecuado a los servicios de salud sexual y reproductiva.

                                                                                             20	
  
	
  
Esto plantea serios interrogantes sobre el diseño de estos planes y las desigualdades que
producen en cuanto a la capacidad de las mujeres para participar en ellos plenamente. A
menudo se ha hablado del bajo número de mujeres que participan en estos planes, y los
organismos gubernamentales de los países de acogida siguen haciendo hincapié en la
identificación de formas para que las mujeres estén más incluidas en estos planes. Sin
embargo, es importante que estos esfuerzos no se conviertan en una cuestión de mejorar
simplemente el equilibrio de género en las estadísticas de las personas que realizan trabajos
estacionales. El estudio de Kagan (2016) pidió que se prestara más atención a las experiencias
de las mujeres migrantes dentro de la política y la investigación relacionadas con la migración
temporal para las mujeres de Kiribati que trabajan en cruceros, en particular en lo que
respecta a la salud sexual y reproductiva. De experiencias similares de las trabajadoras
kiribatianas del RSE se desprende que estos aspectos de género no se han incorporado

                                                                     n
plenamente en la Movilidad laboral del Pacífico. Los resultados han confirmado la necesidad

                                                                 si o
de educación y acceso a la salud sexual y reproductiva más adecuados, así como un mayor

                                                               s
                                                            c u
reconocimiento de los derechos de las mujeres y de los derechos laborales.

Otras medidas de apoyo

                                        r d              i s
             T                       fo
        RA F
En octubre de 2020, el Gobierno federal australiano anunció el paquete de medidas de
movilidad laboral en el Pacífico para salvaguardar el bienestar de los trabajadores y las

       D
trabajadoras. Las características principales de este paquete incluían la inversión de 9 millones
de dólares australianos (aproximadamente 6,5 millones de dólares estadounidenses) para
apoyar el Programa de Trabajadores Estacionales y el bienestar de los trabajadores y las
trabajadoras del Pacífico y de Timor. En un comunicado de prensa ministerial conjunto del 9
de octubre de 2020 se afirmaba que, como parte de esta nueva financiación presupuestaria, el
paquete "apoyará hasta 19 funcionarios y funcionarias de movilidad laboral del Pacífico en
toda Australia para apoyar el bienestar de los trabajadores y las trabajadoras estacionales y
establecer vínculos directos con los empleadores participantes" y señala que "estos
funcionarios y funcionarias tendrán presencia sobre el terreno para identificar los problemas
con prontitud y resolverlos rápidamente" (DFAT, 2020). Sin embargo, no está claro qué papel
desempeñarán estos funcionarios y funcionarias ni dónde estarán ubicados. Aunque es
demasiado pronto para determinar la eficacia de esta financiación para proteger el bienestar de
los trabajadores y las trabajadoras estacionales, como mencionan Petrou y sus colegas (2021),

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esta financiación ofrece la oportunidad de pensar cómo se puede apoyar mejor el bienestar de
los trabajadores y las trabajadoras.

Resultados de las políticas: ¿Seguir como hasta ahora o abrir caminos más
transformadores para la movilidad laboral en el Pacífico?

La propagación de la pandemia ha aumentado algunos de los problemas de larga data de la
movilidad laboral en el Pacífico, poniendo de relieve las desigualdades en el marco del triple
beneficio, los aspectos del trabajo estacional que dan lugar a condiciones de explotación de
los trabajadores y las trabajadoras y los aspectos de género ignorados del trabajo estacional.
Los imperativos económicos siguen enmarcando a las personas que realizan trabajo estacional
en el Pacífico como unidades de trabajo, esenciales para los sectores de la horticultura y la

                                                                  on
agricultura de Australia y Nueva Zelanda, pero sin la plena realización de los derechos de los

                                                             s si
ciudadanos locales de estos países. Esto se vio en Australia, donde un énfasis clave en la

                                                          c u
respuesta del país a la COVID-19 ha sido garantizar que se cubra la escasez crítica de mano

                                            d          i s
de obra en la agricultura y la horticultura (Askola, 2021). En agosto de 2020 se reinició el

                                          r
                                       fo
programa SWP, mucho antes de que se dispusiera de una vacuna y de la apertura de las

             T
fronteras internacionales. Mediante importantes reformas, el SWP y el PLS existentes se han

        RA F
simplificado en lo que ahora es el programa de Movilidad Laboral del Pacífico Australiano

       D
(PALM), siendo uno de los principales objetivos de esta reforma facilitar a los empleadores el
acceso a los trabajadores y las trabajadoras. También preocupa a muchos que el Gobierno
australiano haya introducido un nuevo visado agrícola menos regulado para los países de la
ASEAN, lo que hace temer que este nuevo visado agrícola deje de lado las oportunidades para
los trabajadores y las trabajadoras del Pacífico, además de crear más condiciones para la
explotación de estas personas.

A pesar de estos esfuerzos por reabrir y ampliar la Movilidad Laboral del Pacífico, la
situación de los trabajadores y las trabajadoras estacionales sigue siendo en gran medida la
misma, si no peor. En las industrias australianas y neozelandesas se siguen denunciando
malas prácticas de empleo (Hermant, 2020; Howes, 2020). Esto se ha visto agravado por las
cifras que sugieren que 1.181 trabajadores y trabajadoras estacionales en Australia se
"fugaron" en 2021, lo que supone un aumento sustancial respecto a los 225 registrados el año
anterior. En lugar de abordar las características de la Movilidad Laboral del Pacífico que

                                                                                            22	
  
	
  
provocan la fuga de los trabajadores y las trabajadoras, el Gobierno australiano ha lanzado
una campaña que atribuye la culpa de la fuga a los propios trabajadores y trabajadoras (Kelly,
2021).

En lugar de producirse un cambio político transformador, se ha producido simplemente una
ampliación de las condiciones de visado anteriores al COVID-19. Las trabajadoras y los
trabajadores estacionales kiribatianos varados llevan ya más de dieciocho meses trabajando de
forma casi ininterrumpida, y las posibilidades de volver a sus hogares siguen siendo escasas.
Aunque la prórroga del visado permite a estas personas permanecer legalmente en el país,
¿qué derechos tienen si no desean seguir trabajando al final de sus contratos? Los esfuerzos
por ampliar los derechos que tienen actualmente, por ejemplo, para incluir a sus familias,
poder cambiar de trabajo o disponer de vías para la residencia permanente, siguen siendo

                                                                    n
inciertos. En Nueva Zelanda, el gobierno introdujo una vía única de residencia para varios

                                                                si o
visados de trabajo temporal que fue bien recibida por muchos inmigrantes temporales que

                                                              s
                                                           c u
viven en la incertidumbre. Sin embargo, a pesar de los cientos de trabajadores y trabajadoras

                                                        i s
de I-Kiribati y muchos otros trabajadores del RSE que siguen varados en Nueva Zelanda, los

                                       r d
trabajadores y las trabajadoras del RSE han sido excluidos de esta vía.

                                    fo
            F T
Tal vez donde más se ha puesto de manifiesto la falta de una política transformadora ha sido a

         RA
través de las experiencias de seis mujeres kiribatianas embarazadas empleadas en el programa

       D
del RSE. Los aspectos de género del trabajo estacional han sido ignorados durante mucho
tiempo. El prejuicio de que el hombre es el sostén de la familia hace que se asuma que el
trabajador estacional ideal no tiene problemas de salud sexual y reproductiva y, por lo tanto,
los servicios sexuales y reproductivos adecuados han seguido ignorando cómo estos
problemas pueden crear situaciones más vulnerables para las mujeres que para los hombres.
En el caso de las seis trabajadoras kiribatianas embarazadas, los costos del embarazo
recayeron en las propias mujeres, ya que no estaban cubiertos por su seguro médico
obligatorio. Aunque los empleadores y los grupos de la comunidad de la diáspora cubrieron la
mayor parte de estos costos y proporcionaron un apoyo esencial a estas mujeres, la política
del RSE hizo poco para proteger su bienestar. Es urgente que los planes de movilidad laboral
tengan plenamente en cuenta las experiencias y perspectivas de las trabajadoras estacionales
para que la política refleje y aborde mejor estas cuestiones. Esto es especialmente pertinente,
ya que ambos regímenes pretenden abordar el equilibrio de género de los trabajadores y las
trabajadoras.

                                                                                             23	
  
	
  
También hay algunos aspectos positivos y esperanzadores de la Movilidad Laboral del
Pacífico que salen de la pandemia y que también hay que reconocer. Aunque las trabajadoras
y los trabajadores del RSE han sido excluidos de la única vía de acceso a la residencia, los
cambios de Nueva Zelanda en la política del RSE para permitir la entrada de más trabajadores
y trabajadoras del RSE en el país, han supuesto beneficios positivos para el bienestar de todos
los trabajadores y trabajadoras estacionales, incluidos quienes no han podido regresar a su
país. Los empleadores deben pagar ahora a su personal 22,10 NZD (aproximadamente 15
USD) por hora, lo que es superior al salario mínimo actual, por la duración de sus contratos
(Bedford, 2021). Este salario digno es un gran paso en la dirección correcta para valorar el
trabajo de las personas que realizan trabajos estacionales. La situación de las trabajadoras y
los trabajadores varados de Kiribati, y de hecho de los trabajadores y las trabajadoras

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estacionales del Pacífico en su conjunto, también puso de manifiesto el importante papel que

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desempeñan los empleadores y los grupos comunitarios de la diáspora en el apoyo a los

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trabajadores y las trabajadoras estacionales. En el caso de los trabajadores kiribatianos que

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quedaron varados, sin poder regresar a su país, las comunidades de la diáspora han

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desempeñado un papel importante en la prestación de apoyo pastoral y, a veces financiero a

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los trabajadores y las trabajadoras (Petrou et al., 2021; Bedford, 2021). Esto se ha visto con

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seis trabajadoras kiribatianas embarazadas que han dado a luz en Nueva Zelanda. Los

        RA
miembros de la comunidad kiribatiana de la diáspora se unieron para apoyar a estas mujeres y

       D
a sus bebés, y algunos de ellos alojaron a las nuevas madres y han seguido ofreciendo su
apoyo. La importancia de los grupos de la diáspora del Pacífico ofrece la oportunidad de
replantear el bienestar de los trabajadores y las trabajadoras en la Movilidad Laboral del
Pacífico, incorporando a estos planes modelos culturales y holísticos de salud del Pacífico.
Además, también hay que reconocer a los empleadores el apoyo pastoral que han prestado a
las trabajadoras y los trabajadores de Kiribati varados, a menudo más allá de sus obligaciones
contractuales (Bedford, 2021; Bailey, 2020).

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