LA POLÍTICA FAMILIAR Y LA NUEVA DEMOGRAFÍA
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Gösta Esping-Andersen* LA POLÍTICA FAMILIAR Y LA NUEVA DEMOGRAFÍA El modelo familiar ha sufrido una transformación radical en las últimas décadas. La incorporación de la mujer al mercado laboral, el descenso de la natalidad y las crecientes dificultades económicas que afronta la familia media apuntan la necesidad de buscar soluciones que garanticen la supervivencia del Estado del Bienestar en el futuro. Palabras clave: demografía, estructura familiar, fecundidad, tasa de natalidad, empleo femenino, Estado del Bienestar. Clasificación JEL: J12, J13, J8. 1. El reto las ganancias masculinas resultan cada vez más insu- ficientes para evitar la pobreza). La familia ha sufrido una transformación radical en las Las familias también son cada vez más volátiles debi- últimas décadas, y es difícil hacerla encajar en las descrip- do a emparejamientos menos estables. En Escandina- ciones que de ella se hacían en los años sesenta. La otro- via y Norteamérica, hay un 50 por 100 de posibilidades ra norma dominante, hombre sustentador y mujer ama de de que un niño no pase su infancia con los dos mismos casa, está al borde de la extinción en muchos países. padres. Como resultado de ello, asistimos a la prolifera- El ciclo vital de las mujeres se ha «masculinizado» ción de nuevos hogares «atípicos». Personas solteras y en lo referido al logro educativo y cada vez más, tam- familias monoparentales están en alza, así como pare- bién, en lo que tiene que ver con su acceso y continui- jas en cohabitación. En Dinamarca y Suecia, cerca de la dad en el trabajo. Y, estén o no forzosamente dedica- mitad de los niños nacen fuera del matrimonio. A partir das a su carrera, lo cierto es que sus sueldos son de los datos del Panel de Hogares de la Unión Europea, cada vez más necesarios para los ingresos familiares. vemos que familias de un solo progenitor representan De hecho, el nuevo compromiso de las mujeres con el aproximadamente el 10-12 por 100 de todas las familias trabajo debe ser considerado tanto un beneficio social con hijos de la UE —aunque Italia y España permane- (ya que un máximo empleo femenino es condición cen considerablemente por debajo con un 4-5 por 100. sine qua non en sociedades envejecidas), como un En el pasado, la decisión de los padres de tener hijos es- hecho crucial para el bienestar familiar (debido a que taba fuertemente motivada por su necesidad de seguridad financiera y cuidados en la vejez. De ahí que la fecundidad estuviera encaminada en favor de tener un gran número de hijos. El declive de las tasas de natalidad en el largo plazo * Universidad Pompeu Fabra, Barcelona. El autor desea reconocer el apoyo del MCyT, proyecto número: SEC es el resultado de la interacción de factores tales como la 2003-02699, y de la fundación BBVA, proyecto I04. emergencia del Estado del Bienestar, la carrera profesional CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815 ICE 45
GÖSTA ESPING-ANDERSEN de las mujeres, la emergencia del control de natalidad y la El siglo XXI requiere una política familiar radicalmente extensión de valores más individualistas. El coste de los hi- nueva por tres razones básicas. Una, por razones de jos está aumentando debido, en buena parte, a los crecien- bienestar, debemos asegurar que las personas puedan tes costes de oportunidad que éstos suponen para las ma- formar sus familias de acuerdo con sus deseos. Dos, dres en términos de pérdida de ingreso potencial. Y, al mis- dado que tanto las familias como la sociedad necesitan mo tiempo, el cálculo mismo del coste de los hijos está movilizar la participación laboral de las mujeres (y que alterándose debido a que los niños son cada vez más una esto se corresponde claramente con las preferencias de externalidad positiva, un beneficio para la sociedad en su las propias mujeres), la fecundidad y las carreras de las conjunto. El número de niños que nacen es decisivo para mujeres necesitan ser conciliables. Y tres, porque la contrarrestar el envejecimiento de la población y el decre- nueva estructura del empleo y de los hogares se combi- ciente tamaño de la futura población en edad de trabajar; nan para intensificar los riesgos sociales a los que se además, la «calidad» de los niños será más relevante en la enfrentan las familias con hijos. El bienestar de las fami- medida en que la competitividad de las economías intensi- lias y, especialmente, nuestra inversión en el desarrollo vas en conocimiento dependa, en última instancia, de las de los niños será la llave de la eficiencia económica y la cualificaciones de su fuerza de trabajo. integración en la sociedad del mañana. Mientras que las tasas de fecundidad han descendido El modelo de bienestar español, como en otros paí- del 3+ durante el baby-boom a menos del reemplazo en ses europeos, ha sido excesivamente lento en su adap- casi todos los países desarrollados, existen ahora gran- tación al nuevo orden y representa, en consecuencia, des diferencias entre países que no pueden explicarse una aproximación bastante anacrónica a las necesida- fácilmente por las preferencias familiares. En Norteamé- des y riesgos sociales. Es un modelo de bienestar an- rica, Escandinavia, Francia y Reino Unido, las tasas de clado en una seguridad social tradicional que presume natalidad «tocaron fondo» en los ochenta, y a partir de un empleo masculino estable de por vida. Su provisión entonces, han empezado a crecer de nuevo hacia el de servicios familiares, bien sea hacia los ancianos o 1,7-1,8 (2,1 en EE UU). El típico país europeo continen- hacia los niños, es casi inexistente. Excepto en lo referi- tal se ha estancado alrededor del 1,4, mientras los paí- do a exenciones fiscales (que principalmente benefician ses del Sur de Europa parecen haber caído en un «equi- a los hogares acomodados) no existen ayudas familia- librio de baja fecundidad» en torno al 1,1 ó 1,2 hijos por res que redistribuyan los costes de los hijos. A pesar del mujer. Disponemos de buena información sobre las pre- incremento del empleo femenino, el Estado del Bienes- ferencias populares procedente de datos de encuestas tar español todavía asume que las responsabilidades internacionales (Bien, 2000). del cuidado de los dependientes debe ser internalizado Dos hechos destacan en estos estudios: uno, que hay por las familias. En otras palabras, el modelo de bienes- muy poca divergencia internacional en cuanto al núme- tar español es todavía extraordinariamente «familista». ro de hijos que los ciudadanos desean tener (entre La cuestión crucial a tener en cuenta aquí es que este 2,2-2,4) y, dos, el número deseado de hijos sobrepasa «familismo» es cada vez más contraproducente para la la realidad en la mayoría de países: en España es el do- formación y el bienestar familiar. ble del número real de niños nacidos; en algunas regio- nes, como Asturias en España y el Véneto en Italia, la 2. Formación de familias fecundidad ha bajado hasta el 0,8. Si los ciudadanos no y nueva estructura del riesgo pueden formar la clase de familias que desean tener, nos enfrentamos a un doble déficit de bienestar: el de Muchos creen que las crecientes desigualdades y los individuos y el de la colectividad social. los riesgos sociales más intensos son la consecuen- 46 ICE CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815
LA POLÍTICA FAMILIAR Y LA NUEVA DEMOGRAFÍA cia inevitable de la globalización. Sin embargo, sus El cambio en la estructura de los hogares principales consecuencias se encuentran en el cam- biante comportamiento demográfico y en la naturale- La familia convencional de sustentador masculino za también cambiante del empleo. El bienestar de la está convirtiéndose en algo atípico, ha sido suplantada familia está viéndose afectado por la emergencia de por una pluralidad de nuevas formas de hogar, sean és- un nuevo ciclo vital, por cambios en la estructura de tos unipersonales, monoparentales o de doble sustenta- los hogares, por los nuevos dilemas que surgen de la dor. Las parejas son más inestables e informales. Cada economía de servicio, por la importancia cada vez vez en más países, el niño medio no pasa toda su niñez mayor de las cualificaciones y por las crecientes desi- con ambos padres. Todo ello supone nuevas debilida- gualdades de ingreso. des, pero también nuevas fortalezas. Los padres solte- ros se enfrentan a un alto riesgo de pobreza, y la familia El ciclo vital de un solo sustentador corre cada vez un mayor riesgo de caer en la pobreza —especialmente si la encabeza El ciclo vital tradicional era bastante lineal y homogé- un trabajador no cualificado—. La selección marital im- neo, con empleos tempranos y estables para los hom- plica que los hogares puedan estar polarizándose. Se bres y una vida dominada por el cuidado de la casa para aprecia, de un lado, un considerable porcentaje de ho- las mujeres. Los hombres que se jubilaban en los 50 y gares «pobres en trabajo», a menudo a gran distancia 60 disfrutaban de pocos años de ocio, debido simple- de cualquier relación laboral sólida y, por otro, un cre- mente a que su esperanza de vida rondaba los 67-69 ciente número de hogares «ricos en trabajo». La brecha años. La pobreza en la tercera edad era un fenómeno de bienestar entre los dos se ensancha probablemente bastante extendido, en buena parte porque pocas muje- debido a que las mujeres menos educadas son las que res tenía derecho a pensión. menos trabajan. Si lo hacen, la distancia entre dos sala- Hoy, la transición a la edad adulta es lenta y tardía. rios bajos y dos salarios altos es importante. Sin embar- Una educación más larga retrasa su llegada y, a me- go, está bastante claro —y conviene señalarlo— que las nudo, formidables obstáculos en los mercados de desigualdades de ingreso entre los hogares general- trabajo y de la vivienda ayudan a prolongarla. Esta mente disminuyen más cuando las mujeres trabajan. transición resulta incluso más irregular en tanto que Los niveles de fecundidad contemporánea apuntan los jóvenes (especialmente las mujeres) necesitan un déficit de bienestar especialmente problemático. Nos «articular» muchas prioridades a la vez, antes de em- equivocamos si creemos que las bajas tasas de natali- pezar a formar una familia. Los primeros nacimientos dad de España y Europa reflejan un nuevo conjunto de se producen ahora cuando las mujeres tienen como valores. Como mencionamos más arriba, los ciudada- media, 28 ó 29 años. En el Sur de Europa, los adultos nos prefieren tener al menos dos hijos y si no pueden al- jóvenes permanecen en el hogar paterno hasta la canzar esta meta nuestro trabajo debe ser el de identifi- edad de 25-30 porque la independencia es cada vez car las causas subyacentes. más difícil. La inestabilidad marital y laboral se com- A primera vista, el retraso en la edad del matrimonio y bina para dar lugar a biografías mucho menos linea- primer nacimiento parece ofrecer una explicación con- les y a menudo complejas reconfiguraciones de los vincente ya que, por definición, esto implica una pérdida hogares. de años potencialmente fértiles. Aun así, los datos com- En los países nórdicos, no es tan raro que un niño parativos nos indican que ésta es una explicación insufi- tenga ocho o incluso doce abuelos, dependiendo de la ciente porque, en algunos países (como Dinamarca) las frecuencia del cambio de pareja. mujeres recuperan el tiempo perdido hasta el primer na- CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815 ICE 47
GÖSTA ESPING-ANDERSEN cimiento (Jensen, 2002). La edad media de los primeros miento del empleo, debido tanto a unos excesivos cos- nacimientos es prácticamente idéntica en Dinamarca y tes salariales fijos como a la estrecha base de cotiza- España, pero el resultado final es que la fecundidad to- ción. tal en Dinamarca es un 50 por 100 más alta que en Sin duda, una economía de bajos salarios al estilo España. americano puede proveer servicios asequibles a las fa- milias medias. Pero el empleo de bajo salario incre- 3. Los dilemas de las economías de servicios menta sustancialmente la pobreza y también provoca enormes diferencias en lo que a calidad del servicio se Nuestros Estados del Bienestar fueron construidos refiere. Esto último puede resultar especialmente pro- por una economía industrial. Una demanda de consumo blemático en los servicios de cuidado personal y de sostenida unida al crecimiento de la productividad ase- educación. La única alternativa real es hacer asequi- guraba un empleo estable y bien pagado para el típico bles tales servicios a través de la provisión o subven- sustentador masculino. Nuestro compromiso con el ple- ciones públicas. Ésta, que es la estrategia escandina- no empleo se ha redoblado ahora debido a la entrada de va, necesita una fuerte base impositiva. Las econo- las mujeres trabajadoras. Además, debemos confiar en- mías sin mercado de bajo salario ni subvención teramente en los servicios para el crecimiento del em- pública, se enfrentarán a un lento crecimiento de los pleo y esto supone un nuevo conjunto de serios dile- servicios y esto, a su vez, implicará una oferta insufi- mas. En primer lugar, muchos servicios compiten direc- ciente de servicios a las familias y un desempleo im- tamente con la capacidad doméstica de autoservicio. portante. Por tanto, el crecimiento del empleo depende de la ex- ternalización de las necesidades de servicio. Debido a La importancia creciente de las cualificaciones la incorporación progresiva de la mujer al trabajo, los hogares se enfrentan a restricciones de tiempo y esto Las cualificaciones son, como siempre, cruciales para supone un estímulo para la demanda de servicios. Pero las oportunidades vitales. La Economía del Conocimien- esto no ocurrirá automáticamente si los servicios son to, sin embargo, está elevando la apuesta inicial, es de- demasiado caros. En ello descansa el segundo de los cir, los requerimientos básicos para asegurar un buen obstáculos. Muchos servicios intensivos en trabajo, trabajo y buenos ingresos. Además, la clase de forma- como los servicios personales y sociales, se hacen cada ción demandada es cada vez más diversificada. La eco- vez más caros (Baumol, 1967; Fuchs, 1968). Ello es nomía del conocimiento requiere aprendizaje y reapren- más que evidente para aquellos padres que llevan a sus dizaje constantes, pero ello supone una amplia base hijos a guarderías privadas o que ingresan a un anciano cognitiva desde la que partir. Cada vez es más probable enfermo en una residencia. que una educación baja y unas destrezas cognitivas in- El tercer obstáculo para una economía de los servi- suficientes encierren a los ciudadanos en un ciclo vital cios dinámica descansa en la práctica de fijación de sa- de precariedad, bajos salarios y alto riesgo de desem- lario. La compresión salarial, el salario mínimo y unos pleo. Ello, además, puede incrementar el riesgo de po- elevados costes salariales fijos suponen un obstáculo al breza en la vejez. Observamos en este hecho un poten- sector privado del empleo de servicios, especialmente te cauce de polarización social emergente entre los ga- en aquellos de baja productividad. Aquellos Estados del nadores y los perdedores en el orden posindustrial. Bienestar (como el de España) que descansan princi- Sin embargo, un énfasis exagerado en la producción palmente en los ingresos provenientes de las cotizacio- de conocimiento debiera ser corregido. La economía de nes sociales son especialmente propensos al estanca- los servicios está, sin ninguna duda, sesgada a favor de 48 ICE CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815
LA POLÍTICA FAMILIAR Y LA NUEVA DEMOGRAFÍA los trabajos cualificados. Aun así, una buena parte de ción del beneficio implican que el Estado del Bienestar los servicios personales, sociales y de distribución son es cada vez menos efectivo en la reducción de las desi- pura rutina y exigen poca cualificación (Esping-Ander- gualdades (Esping-Andersen, 2002). Desgraciadamen- sen, 1993; OCDE, 2000). Favorecer la expansión de los te, es probable que el curso de esta desigualdad persis- servicios sociales, a la manera de los países nórdicos, ta, puesto que proviene de las mismas fuerzas que no eludirá el escenario de baja cualificación —aunque están alterando el mundo a nuestro alrededor —funda- producirá menos problemas de bajos salarios—. Favo- mentalmente el nuevo tipo de empleo, cualificaciones y recer una trayectoria de bajos salarios al estilo america- estructura de los hogares—. Por desgracia, las nuevas no, sí lo haría. desigualdades afectan más bien a las familias jóvenes y Con todo, la cuestión clave no es si una economía afectarán adversamente al bienestar de los niños. Los está repleta de «malos» empleos porque sería el resul- bajos salarios y el empleo precario se concentran en tado inevitable de cualquier economía de los servicios adultos jóvenes (o sea, padres) y, por tanto, un crecien- verdaderamente dinámica, sino de si pueden asegurar- te porcentaje de niños viven en hogares «frágiles» se a los ciudadanos unas oportunidades realistas de (como los de madre sola). movilidad. Hay fuerte evidencia a favor del hecho de Es este cambio básicamente endógeno, y no vagas que los mercados de trabajo desregulados no propor- fuerzas siniestras como la globalización, el que produce cionan mayores oportunidades de movilidad, sino más nuevos riesgos. Si la globalización fuera la culpable, bien al contrario. uno esperaría que economías inusualmente abiertas, En otras palabras, si nuestro objetivo es igualar opor- como la holandesa, la danesa o la sueca, estuvieran en- tunidades de vida, cualquier política concebible para cabezando las listas contemporáneas de pobreza, de- promover el empleo necesita ir acompañada de medi- sempleo y desigualdad. En lugar de ello, se observa que das que favorezcan la movilidad ascendente. Esto signi- esos mismos países se sitúan a la cabeza en la mayoría fica invertir en formación desde el mismo momento en de los indicadores disponibles sobre bienestar y em- que nacen los niños. Los programas de corrección tar- pleo. A pesar de todo, la nueva estructura del riesgo díos son costosos e ineficientes. proviene de fuerzas estructurales de largo plazo que es improbable que desaparezcan. Si nos equivocamos en Intensificación de las desigualdades de ingreso la respuesta, corremos el riesgo de encaminarnos hacia dos escenarios de bienestar claramente subóptimos. La «época dorada» del capitalismo de la posguerra es- trechó las desigualdades de ingreso y bienestar, en parte Sybil revisitada debido a la mejora de la posición de los trabajadores me- nos cualificados. Desde los años setenta asistimos a un El gran éxito del Estado del Bienestar de la posguerra gran cambio «en forma de U» con crecientes desigualda- fue la eliminación de la vieja «cuestión social», la clase des de mercado en casi todos los países de la OCDE. El de abismo social que Disraeli describió en Sybil. Existen índice de Gini de los ingresos de mercado ha crecido en ominosos signos de que la brecha que separa a los ga- torno a un 10-25 por 100 en los países avanzados debido nadores de los perdedores se está ensanchando de a que las decilas superiores han crecido y, en algunos nuevo, especialmente cuando los perdedores se que- países, las inferiores han perdido terreno. dan atrapados en un ciclo vital de precariedad y exclu- Ello significa que la carga de la redistribución del sión. Ésta es una posibilidad muy real entre la conside- Estado del Bienestar es cada vez más pesada. Ahora rable minoría que carece de las cualificaciones necesa- bien, en muchos países las reformas fiscales y la reduc- rias para gozar de un empleo estable y bien pagado. CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815 ICE 49
GÖSTA ESPING-ANDERSEN Sabemos, por ejemplo, que los adultos sin educación muestra la experiencia de otros países. De hecho, hay secundaria y con pocas destrezas cognitivas tiene dos razones sólidas para pensar que el igualitarismo, ahora veces más probabilidades de estar en el paro —y espe- más que nunca, es una condición necesaria para maxi- cialmente de larga duración (OCDE, 2001). El principal mizar la eficiencia. remedio en el pensamiento político actual son los pro- No estoy en posición de ofrecer un proyecto completo gramas de formación permanente y el reciclaje. Por del nuevo modelo de bienestar, pero creo que algunas desgracia, estos programas son, por lo general, inefecti- de sus características centrales son fáciles de definir: vos para aquellos que empezaron mal (Heckman, · El futuro Estado del Bienestar necesita priorizar los 1999). servicios y aliviar a las familias de sus responsabilida- En algunos países europeos, como España, hay un des de cuidado tradicionales. Confiar en el mercado es 25-30 por 100 de jóvenes que no superan la escuela se- una solución poco realista si nuestro propósito es poten- cundaria y es muy posible que se encuentren, años des- ciar el acceso a estos servicios, y la necesidad de un in- pués, atrapados en ciclos de empleo de bajo salario, de- greso básico seguro no desaparecerá aun cuando el de- pendencia asistencial y desempleo. Hacia el año 2050, sempleo desaparezca. Continuar confiando en los servi- puede que encontremos a estos mismos ciudadanos cios familiares gratuitos o poner la fe en la provisión del como empobrecidos jubilados. Las condiciones de bie- mercado son, ambas, políticas visiblemente contrapro- nestar en la niñez, son condición sine qua non para las ducentes. Todavía necesitamos un gran Estado del Bie- posteriores oportunidades de vida. nestar, pero nuevo. · Los métodos de compartir riesgos deben ser recon- La sociedad sin niños siderados tanto para asegurar su sostenibilidad finan- ciera a largo plazo, como por sus problemáticos efectos Si el equilibrio de baja fecundidad que ahora prevale- secundarios. El Estado del Bienestar español, como la ce continuara, las estimaciones demográficas nos dicen mayoría en Europa, está mayoritariamente basado en la que, hasta el año 2080, la población española caería al- Seguridad Social de carácter contributivo. Esto implica rededor de 10 millones. Por tres razones es éste un una base impositiva reducida y cada vez más frágil, asunto de preocupación pública. Primero, porque la poco adecuada para financiar programas urgentes baja fecundidad es un síntoma de malestar. En segundo (como los servicios). Esto supone mayores vacíos de lugar, un escenario sin niños implica una sociedad pro- cobertura, especialmente entre los trabajadores atípicos gresivamente envejecida, y lo que ello supone de menor y las mujeres. Ello impone elevados (y crecientes) cos- innovación, dinamismo y productividad. Tercero, las tes salariales fijos y puede tener, en consecuencia, un consecuencias macroeconómicas de semejante declive efecto adverso sobre el crecimiento del empleo. Tenien- demográfico pueden ser graves. Un objetivo fundamen- do en cuenta la creciente precariedad laboral, el argu- tal de cualquier sociedad debe ser asegurarse de que mento a favor de un ingreso básico garantizado, espe- los ciudadanos puedan formar la clase de familia que cialmente para familias con hijos, se ve reforzado. Exis- verdaderamente desean tener. te la necesidad de ensanchar la base impositiva en favor de un sistema impositivo más equilibrado. 4. Prioridades de la reforma · El futuro Estado del Bienestar debe priorizar la in- versión en familias con hijos y, sobre todo, en el desarro- Estos escenarios descritos son indeseables y, afortu- llo temprano de la infancia. Las cohortes venideras se- nadamente, evitables. Las severas desigualdades y las rán pequeñas y deberán soportar una carga financiera patologías del bienestar pueden ser minimizadas, como muy importante. También deberán buscar el éxito en un 50 ICE CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815
LA POLÍTICA FAMILIAR Y LA NUEVA DEMOGRAFÍA ambiente más competitivo que aquel en que nosotros lo que ya no representa las preferencias de las personas, hicimos. Y, cuando llegue el día de su retiro, su bienes- de las amenazas a la vida familiar tal y como la gente la tar estará destinado a depender más de lo que ellos, quiere. como individuos, fueron capaces de acumular a lo largo Nos enfrentamos a tres retos predominantes: el pri- de su vida. Por todas estas razones, no podemos permi- mero, relacionado con la formación de familias; el se- tirnos que una considerable minoría fracase en la obten- gundo, con la conciliación de la vida familiar y laboral; y ción de la cualificación y educación adecuadas. el tercero, con las cada vez más serias consecuencias · El empleo femenino de por vida es la clave de cual- de los problemas de ingreso y bienestar en la niñez. Nos quier equilibrio de bienestar futuro. Es el remedio más enfrentamos a un reto político genuino en la medida en efectivo contra la pobreza familiar; el desequilibrio de- que estas «disfunciones» observadas son indeseadas. mográfico venidero necesita que la oferta de trabajo fe- Muchos de los cambios a los que asistimos son fruto menina sea movilizada tanto como sea posible; la soste- de los deseos individuales y no de patologías sociales nibilidad en el largo plazo de las finanzas del Estado del causadas por las restricciones ambientales. Los jóve- Bienestar depende de la tasa de empleo femenino; el di- nes prefieren más educación y, en consecuencia, retra- namismo de los trabajos de servicios depende mucho san la independencia y la formación de una familia. Las de las mujeres que abandonan sus roles tradicionales mujeres controlan su fecundidad y, en consecuencia, de amas de casa. Aquellos países que fracasan en la pueden optar por programar el número de nacimientos armonización adecuada del empleo femenino y la fami- que mejor se ajuste a sus deseos. Los adultos son aho- lia se encontrarán a sí mismos con desequilibrios real- ra libres para terminar con relaciones de pareja poco sa- mente importantes en las décadas futuras. Aquí es im- tisfactorias. Se necesita una política familiar que facilite, portante enfatizar que una política «pro madre» no es si- no que limite, la decisión individual. Se la necesita si las nónimo de igualdad de género (Esping-Andersen, 2002: familias no son capaces por sí mismas de conseguir re- Capítulo 3). cursos suficientes para asegurar el bienestar de sus miembros. 5. Hacia una nueva política familiar La formación de familias Uno se asombra ante la poca atención que la mayoría de los Estados del Bienestar —y el español en particu- El auge de la educación a lo largo de la mitad del siglo lar— prestan al bienestar familiar. La naturaleza residual pasado ha retrasado la transición a la edad adulta. En de la política familiar resultaba, quizá, comprensible los años sesenta, un adolescente empezaba a trabajar mientras los matrimonios eran estables y se podía con- a los 16 años, es raro ahora. Por esa época, la mujer eu- fiar en las mujeres para las necesidades de cuidado, y el ropea media se casaba a la edad de 22-23 años y tenía sustentador masculino podía proveer adecuadamente a su primer hijo alrededor de los 24 ó 25 (Corijn y Klijzing, la familia. El baby-boom de la postguerra fue el eco de 2001; Tabla 13.1). El aplazamiento del primer trabajo, un sentido muy compartido de seguridad y bienestar. del matrimonio y de los nacimientos es visible en todas Las estadísticas contemporáneas muestran que nin- partes y, de acuerdo con esto, debe considerarse como guno de estos atributos sigue siendo válido, en parte resultado de elecciones personales. Lo mismo ocurre porque las preferencias de los ciudadanos han cambia- con el declive secular de las tasas de fecundidad: de un do; en parte debido a la aparición de nuevos obstáculos 3+ en el pasado a menos de un 2, actualmente. Sin em- y riesgos. La familia puede estar amenazada, pero de- bargo, la tasa de fecundidad extremadamente baja en beríamos distinguir las amenazas al modelo tradicional España sugiere la presencia de obstáculos a la forma- CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815 ICE 51
GÖSTA ESPING-ANDERSEN ción de familias inusualmente severos. En el Norte de dinavo, pero la diferencia real descansa más en su ac- Europa también se observa un intenso declive de la fe- ceso a un ingreso suficiente. El apoyo del Estado del cundidad, que alcanzó su mínimo alrededor de 1980, y Bienestar a los jóvenes daneses sin medios es nor- que se recupera desde entones en torno a un 1,8. En el malmente suficiente para impedir la pobreza; éste no Sur de Europa, no se observan signos de recuperación. es el caso en el Sur de Europa. Allí los jóvenes resuel- Existen, además, diferencias dramáticas en cuanto a la ven el problema del ingreso permaneciendo en el ho- edad en la que los jóvenes se independizan de sus pa- gar familiar. dres: muy temprano en Escandinavia; enormes retrasos en el Sur de Europa. El equilibrio de baja fecundidad Existen pocas dudas acerca de que la juventud prefie- re posponer las responsabilidades de la madurez (Sgrit- La transición hacia la independencia puede afectar a los ta, 2001). Dicho esto, hay evidencia de que abandonar plazos del matrimonio y la fecundidad pero no al resultado el hogar paterno se está convirtiendo en algo difícil, par- final. La edad a la que las mujeres tienen su primer hijo ha ticularmente en el Sur de Europa. A la edad de 25, por aumentado similarmente en todas partes, entre los 28 y 29 ejemplo, sólo el 7 por 100 de los varones suecos vive (Gustafsson, 2001). Si existe tal convergencia a través de con sus padres comparado con el 54 por 100 en España sociedades tan distintas, probablemente asistimos a pre- y el 61 por 100 en Italia (Billari et al., 2001). Todavía es ferencias populares comunes. Parece que el retraso en el más significativo que la gran mayoría de los escandina- primer nacimiento afecta al número total de hijos. Lutz et vos (al igual que los franceses o alemanes) se indepen- al. (2003) sugieren que el aplazamiento de los primeros dice antes de tener su primera unión sentimental o ma- nacimientos es la causa principal de las bajísimas tasas trimonio, al contrario de lo que ocurre en el Sur de Euro- de fecundidad en Europa. pa. En Italia y España el 65 por 100 de los varones no Sin embargo, éste no es necesariamente el caso. El abandona el hogar hasta (o después) del día de su boda comienzo de los primeros nacimientos es bastante si- (Billari et al., op. cit.). milar en Escandinavia y España, y sin embargo las ta- Las razones inmediatas de este aplazamiento de la sas de fecundidad total divergen dramáticamente. Has- independencia están claras: el acceso a la vivienda y un ta la crisis de 1990, la tasa de natalidad de Suecia era empleo estable son claves. De hecho, en los países me- casi el doble que la española; en este momento, la fe- diterráneos, los jóvenes se llevan la «parte del león» del cundidad danesa supera a la española en un 50 por desempleo total y del desempleo de larga duración, es- 100. Estas diferencias tienen poca relación con el por- pecialmente. El joven español o italiano medio en busca centaje de mujeres sin hijos. De hecho, lo que realmen- de su primer trabajo puede esperar alrededor de 2-3 te importa es la probabilidad de que las mujeres tengan años. En un estudio sobre las condiciones de vida de los 2+ hijos. Aplazar el primer nacimiento puede disminuir desempleados entre 20 y 30 años, encontramos que el las probabilidades de tener un segundo o tercer hijo, 92 por 100 de los italianos residía con sus padres, com- pero, tal y como Dinamarca o Suecia muestran, no las parado con menos del 10 por 100 en Dinamarca. Menos eliminan. del 5 por 100 de los italianos tenían un hijo, comparado Pero ¿de verdad desean los ciudadanos un segundo con casi el 40 por 100 de los daneses (Bison y o tercer hijo? La evidencia disponible sugiere que sí y, Esping-Andersen, 2000). además, que las preferencias en cuanto a fecundidad Debemos considerar también los efectos del Estado varían poco según el nivel educativo o el estatus profe- del Bienestar. El acceso a una vivienda asequible y un sional de las mujeres. Como muestran los datos de Van trabajo puede resultar más fácil para un joven escan- de Kaa (1998: Tabla A5 y A10), muy pocas mujeres op- 52 ICE CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815
LA POLÍTICA FAMILIAR Y LA NUEVA DEMOGRAFÍA CUADRO 1 CUADRO 2 PROBABILIDAD DE NACIMIENTOS PROBABILIDAD DE TENER DOS O MÁS EN 6 AÑOS, 1993-1998 HIJOS SEGÚN LOGRO EDUCATIVO (Funciones de supervivencia) Y SITUACIÓN LABORAL DE LAS MUJERES (En %) 1.er hijo 2.º hijo 3.er hijo País (edad de la Reino (edad 18-49) (edad 18-49) Dinamarca Alemania Italia España mujer 18-35) Unido Dinamarca. . . 0,571 0,813 0,345 < Secundaria. . 22 30 52 62 40 España . . . . . 0,309 0,700 0,181 Secundaria . . . 37 53 39 20 40 Terciaria . . . . . 41 17 9 18 20 FUENTE: PHOGUE, 6 olas. Empleada . . . . 77 41 42 32 48 FUENTE: Panel de Hogares de la Unión Europea, 1995 ola. tan por no tener hijos (el porcentaje se sitúa entre el 2-5 por 100 en la UE), y el porcentaje de las que prefieren sólo un hijo es bastante modesto (alrededor del 10 por 100 de media). Casi el 50 por 100 de las mujeres mani- fiesta una preferencia por los dos hijos, y un 20 por 100 tercer hijo dentro de los seis años inmediatamente pos- se declara a favor de 3 o más. Con la excepción de un teriores al primer nacimiento (o al segundo, respectiva- porcentaje algo mayor de mujeres muy educadas que mente) comparado con Dinamarca (o con cualquier otro prefieren un hijo o ninguno, hay sólo pequeñas diferen- país europeo). Como muestra el Cuadro 2, en la mayo- cias según el nivel educativo alcanzado. Claramente ría de países de la UE, aunque no en Dinamarca, la pro- hay restricciones muy importantes implicadas, más en babilidad de tener más de dos hijos desciende si la mu- algunos países que en otros. Esto puede ilustrarse a jer trabaja, y «toca fondo» entre aquéllas con mayor ni- través de un análisis de supervivencia, comparando la vel educativo. De hecho, España parece ser el país en probabilidad de que una mujer dé a luz a su primer hijo el que resulta más difícil de reconciliar el empleo con te- (o, si ya tiene un hijo, a su segundo hijo; y si tiene dos ner dos o más hijos. hijos, a un tercero) dentro de un período de seis años. Puesto que ya sabemos que las preferencias varían En el Cuadro 1 comparamos España y Dinamarca, poco según el nivel educativo alcanzado, las variaciones dos países con aproximadamente la misma edad media en la fecundidad real nos ayudan a especificar las restric- al primer nacimiento, pero con tasas de fecundidad tota- ciones. Como media, el porcentaje de mujeres con dos hi- les muy diferentes (1,2 en España comparada con 1,8 jos o más es un 50 por 100 mayor en Dinamarca que en en Dinamarca). España. Pero cuando comparamos a las mujeres con es- El Cuadro 1 muestra que en España, casi el 70 por tudios superiores, la brecha se convierte en un «abismo» 100 de las mujeres sin hijos de edades comprendidas —el porcentaje danés es ahora un 200 por 100 superior—. entre los 18-35, continuarán sin hijos durante los seis En esta comparación, Dinamarca es evidentemente el úni- años posteriores, comparadas con el 43 por 100 de las co país en el que tener el número de hijos deseado es un danesas. Es evidente que las discrepancias entre los plan realista para las mujeres empleadas universitarias. La dos países aumentan cuando examinamos la probabili- prevalencia de mujeres de educación baja-media e inacti- dad de segundos o terceros nacimientos. En España vas entre las que tienen más de dos hijos en otros países hay muchas menos mujeres que tendrán un segundo o sugiere que hay restricciones muy importantes. CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815 ICE 53
GÖSTA ESPING-ANDERSEN Reconciliar maternidad y empleo parcial son escasos. Los sindicatos, con alguna justifi- cación, se resisten a la generalización de este tipo de La formación de familias está relacionada con las in- empleos por considerarlos a menudo un sinónimo de compatibilidades a las que se enfrentan las mujeres em- precariedad. Pero la flexibilidad de horario no debería pleadas. En primer lugar, hay evidencia de que un em- ser asociada con la precariedad, como demuestran los pleo seguro, protegido y flexible «pro madre» es una pre- países nórdicos y Holanda. Una comparación entre Di- condición para la fecundidad. Las mujeres escandinavas namarca y Holanda nos da mucha información acerca que tienen más de tres hijos están muy concentradas en de cómo combinar horarios flexibles con la oferta públi- trabajos del sector público. Existe, de hecho, una sustan- ca de cuidados y las preferencias laborales femeninas. cial variación en la disponibilidad de empleos «pro ma- En Dinamarca, la gran mayoría de las madres regresa dre» a través de Europa. Centremos nuestra atención en muy rápido al empleo de jornada completa, una vez que el sector público o, un poco más ampliamente, en la edu- terminan su baja por maternidad y sus hijos están segu- cación, servicios sociales y de salud, y en la administra- ros en la guardería. Por ello, la tasa de empleo a tiempo ción pública, la imagen es la misma. El porcentaje de mu- completo entre las madres danesas con hijos en edad jeres en trabajos del sector público varía desde un bajo preescolar es del 63 por 100. En Holanda, la mayoría de 23 por 100 en Italia a un 55 por 100 en Dinamarca. Espa- las madres de hijos pequeños se queda en trabajos a ña está en la parte baja de la distribución con un 26 por tiempo parcial, en su mayoría porque las guarderías son 100 (según estimaciones del Phogue, año 1996). escasas (y sólo de medio día) y porque las madres ho- En la mayoría de países, hay escasez de trabajos landesas todavía confían en la ayuda de las abuelas. «pro-madre» que proporcionen a la vez seguridad y flexi- Más generalmente, los análisis de regresión de los bilidad. El empleo a tiempo parcial es muy limitado en paí- datos del Phogue sugieren que en la mayoría de los paí- ses como Italia y España y/o es con frecuencia de baja ca- ses es bastante fácil tener 2+ hijos cuando se tiene un lidad, como en Reino Unido. También resulta problemática empleo de media jornada. Las incompatibilidades se ha- la concentración de adultos jóvenes en el desempleo y en cen más severas para las madres con jornada comple- los segmentos precarios del mercado de trabajo; de nue- ta, pero sólo en algunos países. En Dinamarca y Fran- vo, España destaca. Considerando que un buen trabajo cia éste no parece ser el caso. es cada vez más una prioridad para las mujeres jóvenes, A menudo es menos importante el número de hijos la precariedad implica que las mujeres encuentren difícil que sus edades. En la medida en que el compromiso de de conciliar la maternidad y las carreras. De hecho, las ta- las mujeres por el empleo de por vida se fortalece, se sas de actividad femenina pueden resultar bajas en el Sur hacen enormes los costes de oportunidad asociados de Europa pero éste es un fenómeno fundamentalmente con las interrupciones para cuidar niños. Una interrup- generacional. Debido a que las mujeres españolas ahora ción de 5 años, puede (debido a la erosión de las cualifi- priorizan los trabajos y se enfrentan al mismo tiempo a la caciones y la pérdida de experiencia) resultar en una precariedad, acaban sacrificando la maternidad simple- penalización acumulada de 1,5 por 100 o más de los in- mente porque es incompatible con el empleo. En resu- gresos por año. Una madre que interrumpe 5 años y men, hay evidencia sólida de que la inseguridad percibida después retorna para otros 25 pierde, en este sentido, el en el mercado de trabajo constituye la barrera más impor- 40 por 100 de los ingresos potenciales. tante a la formación de una familia. El factor clave parece ser el hecho de que el coste de El empleo a tiempo parcial es a menudo fundamental los hijos ha aumentado, tanto para las mujeres como para cuando los niños son pequeños (Blossfeld y Hakim, la sociedad. La «penalización por hijo» está aumentando 1997). En muchos países de la UE los trabajos a tiempo con el logro educativo alcanzado por las mujeres y la me- 54 ICE CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815
LA POLÍTICA FAMILIAR Y LA NUEVA DEMOGRAFÍA jora de sus poder salarial —todo ello al mismo tiempo que de horas semanales que este grupo de mujeres dedica el deterioro de los salarios de los varones jóvenes y me- a cuidar niños pequeños es de 27 en la UE, y 35 en nos educados. Para la sociedad, esta «penalización por España. Una política familista asume, por supuesto, que hijo» toma la forma de dos males que compiten entre sí: o el tiempo voluntario de las abuelas está disponible. En niveles de empleo subóptimos, si las madres se ven obli- la medida en que el empleo femenino de por vida se gadas a abandonar su trabajo, o tasas de fecundidad sub- convierta en la norma, esta reserva desaparecerá. óptimas, si las mujeres renuncian a la maternidad. Nues- La asequibilidad es condición necesaria, pero no sufi- tras sociedades cada vez más envejecidas no pueden ciente, a menos que los servicios no sean los adecua- permitirse ninguno de estos males y, consecuentemente, dos. Esto significa que los horarios de las guarderías el coste de los hijos debe ser redistribuido. deben adecuarse al horario laboral de los padres. Mu- La evidencia establece claramente que guarderías chos países de la UE exhiben unas altas tasas de co- asequibles y adecuadas, para niños de 1-3 años, es una bertura en los Kindergarten (de 3-6 años). Estas esta- precondición de la compatibilidad. Es importante enten- dísticas son engañosas desde el punto de vista de com- der correctamente la cuestión de la asequibilidad. Los patibilizar maternidad y empleo. El horario de asistencia precios de mercado actuales de los servicios de cuida- está a menudo limitado a las mañanas y es inadecuado dos de calidad están en todas partes fuera del alcance para los padres con jornada laboral completa, que son de la mayoría de las mujeres trabajadoras. Una guarde- mayoría en países como Italia y España. Lo mismo ocu- ría a tiempo completo durante todo el año para 1 ó 2 hi- rre con el horario escolar. Muchos países de la UE po- jos fácilmente absorberá entre un 30-50 por 100 del sa- drían aprender de la tradición danesa de ofrecer todo un lario medio de una mujer. El coste de la guardería no su- amplio menú de actividades postescolares. pone sólo un impuesto sobre el empleo de la madre, sino que, de hecho, se convierte en un impuesto muy re- El bienestar en familias con hijos gresivo. Ello tiene además efectos perversos debido a que las mayores reservas de mano de obra se dan entre La investigación muestra que las familias con hijos las mujeres menos educadas. No hace falta recordar afrontan problemas económicos cada vez mayores que el objetivo de elevar la tasa de actividad femenina (Bradbury et al., 2001; Vleminckx y Smeeding, 2001). pasa por movilizar a estas mujeres menos educadas. En la mayoría de los países su renta disponible se ha La solución obvia es facilitar el acceso a través de las ido deteriorando y la pobreza ha aumentado —en algu- subvenciones. Dinamarca y Suecia, los países de van- nos países de forma alarmante—. La amenaza nace de guardia a este respecto, ofrecen una subvención equi- diversos frentes. La nueva demografía es una, en parti- valente a dos tercios del coste y han alcanzado una co- cular porque familias monoparentales aumentan. El bertura prácticamente universal para niños menores de nuevo mercado de trabajo es otra, en particular debido 3 años. La política de deducciones fiscales seguida en al decreciente poder adquisitivo de los trabajadores jó- muchos países, incluyendo España, debe ser conside- venes, y también porque el desempleo y el empleo pre- rada como ineficiente y desigual, ya que beneficia prin- cario se concentran en una gran proporción entre los cipalmente a los hogares con mayores ingresos. Si las adultos jóvenes. La fuerte homogamia educativa tiende subvenciones fallan, las madres trabajadoras tendrán a producir una polarización del bienestar entre hoga- que recurrir a las soluciones «familiares». Un buen indi- res. Desempleo y precariedad tienden a concentrarse cador del «familismo» es el cuidado de niños a cargo de en el mismo tipo de familias. El Cuadro 3 resume de mujeres entre los 50-64 años (las abuelas, esencial- forma general la pobreza de renta en las familias con mente). EUROSTAT (2002) da cuenta de que la media niños de hoy. CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815 ICE 55
GÖSTA ESPING-ANDERSEN CUADRO 3 TASAS DE POBREZA Y TENDENCIAS EN FAMILIAS CON HIJOS* Tasas de pobreza Tendencia en Tendencia en Pobreza madre sola, Pobreza madre sola, País en familias con hijos, pobreza infantil, pobreza extrema en mediados 1990 mediados 1990 mediados de 1990 1980-mediados 1990 familias con hijos** madre trabajadora madre inactiva Dinamarca . . . . . . . . . . . . 2,4 –0,1 10 34 Suecia . . . . . . . . . . . . . . . 2,2 –1,3 +0,4 4 24 Francia . . . . . . . . . . . . . . 7,0 –0,4 –1,9 13 45 Alemania . . . . . . . . . . . . . 14,1 +10,0 +3,3 33 62 Italia . . . . . . . . . . . . . . . . 18,6 +7,4 +6,0 25 79 Reino Unido . . . . . . . . . . . 14,3 +3,8 +2,7 26 69 EE UU . . . . . . . . . . . . . . . 21,4 +2,5 +1,1 39 73 España . . . . . . . . . . . . . . 9,5 0,0 –0,3 *** *** NOTAS: * La pobreza se ha medido como < 50 por 100 de la mediana de la renta disponible equivalente (usando las nuevas escalas de equivalencia de la OECD). ** Extrema pobreza considerada < 33 por 100 de la mediana equivalente de la renta disponible. *** La tasa de pobreza de madres solas en España es del 24,0 por 100. No es posible desagregar por situación laboral de la madre. FUENTE: LIS Base de datos. Como se puede comprobar, hay un notable incremen- dan con otros adultos, mayoritariamente familiares, to en la pobreza infantil dentro de los países de la como hermanas o padres. OCDE. El nivel de pobreza en España es alto, pero ha La pobreza infantil depende en primer lugar de si las permanecido estable hasta la mitad de los noventa. madres están empleadas. Allí donde lo están, el riesgo Especialmente preocupante es el incremento de la po- de pobreza decrece abruptamente; en las familias con breza extrema, aunque las variaciones internacionales dos padres, a niveles insignificantes. El éxito nórdico en son significativas. Un nivel bajo de pobreza se mantiene minimizar la pobreza infantil es en realidad menos debi- en los países nórdicos, mientras que los países anglo- do a generosas transferencias sociales que al mero he- sajones, con Italia y ahora también Alemania, presentan cho de que prácticamente todas las madres trabajan riesgos alarmantes de pobreza. Entre los extremos, en- (las tasas de actividad de las madres solas en Dinamar- contramos países como Holanda, Bélgica y España. No ca y Suecia rondan el 80 por 100). En el Reino Unido y resulta tan sorprendente que la pobreza de las madres EE UU, el empleo de las madres solas es bajo y es la ra- solas sea usualmente más común y en algunos países zón fundamental por la que las tasas de pobreza son ex- la norma. En este sentido, la buena situación de España tremadamente altas. Las estimaciones con regresión al respecto (24 por 100) es una sorpresa. Pero debemos sugieren que el riesgo de pobreza infantil en un país típi- tener en cuenta tres factores relacionados con la mater- co de la OCDE se incrementa en un factor de 3-4 (en nidad en solitario en España. Primero, su porcentaje es hogares con dos padres) y 5-7 (en hogares con la ma- bastante bajo (cerca del 4 por 100 de todas las familias dre sola) cuando las madres no trabajan (Esping-Ander- con hijos); en segundo lugar, es menos probable que las sen, 2002: Tabla 2.4). madres solas tengan estudios bajos (como ocurre en El significado de la pobreza depende mucho de su du- Reino Unido y EE UU); y, tercero, muchas madres solas ración. Un período corto, si realmente es corto, es poco en España no viven solas en realidad, sino que se mu- probable que tenga efectos duraderos. El problema 56 ICE CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815
LA POLÍTICA FAMILIAR Y LA NUEVA DEMOGRAFÍA aparece cuando la pobreza y la inseguridad se convier- ten en una experiencia crónica en las vidas de las per- CUADRO 4 sonas. Las buenas noticias son que una vasta mayoría PERSISTENCIA DE LA POBREZA de ellas experimenta escasez económica intermitente- INFANTIL: MEDIA DE AÑOS mente y por períodos relativamente breves. Las malas EN LA POBREZA, 1994-1999 noticias son que existe una importante minoría de ciuda- País Pobreza Extrema pobreza danos verdaderamente atrapados. El tamaño de esta minoría está correlacionado con el perfil general de las Dinamarca. . . . . . . . . . . . . 2,00 1,00 Alemania. . . . . . . . . . . . . . 2,24 1,71 desigualdades del país. Allí donde las desigualdades Francia . . . . . . . . . . . . . . . 3,47 1,50 económicas son pequeñas, como en Escandinavia, la España . . . . . . . . . . . . . . . 3,21 2,51 duración de la pobreza es más corta (OCDE, 2001). Si Italia . . . . . . . . . . . . . . . . . 3,25 2,49 Reino Unido . . . . . . . . . . . 2,93 1,92 computamos la duración de la pobreza media del PHOGUE vemos ampliamente confirmada esta conclu- NOTAS: Estimaciones referidas a hogares con cabeza de familia entre 25-55 años y niños menores de 16 entre 1994-1999. Pobreza < 50 por 100 sión. La duración media en España es de 3,2 años y, en (extrema pobreza < 33 por 100) de la mediana del ingreso de todos los ho- gares con hijos. Sólo aquellos hogares considerados pobres (extremada- el caso de pobreza extrema, de 2,5 años. Esto coloca a mente pobres) en 1994 están en la muestra. Estimaciones basadas en la escala de equivalencia modificada de la OCDE. España en el grupo de países con pobreza muy persis- FUENTE: Panel de Hogares de la UE (PHOGUE). tente (ver Cuadro 4). Si nuestro primer objetivo es ase- gurar las oportunidades de vida de los ciudadanos, las políticas necesitan establecer garantías contra estas trampas de largo plazo. lias con hijos son sorprendentemente bajos, casi insigni- La moda política actual enfatiza las medidas de estí- ficantes, en países donde el nivel de empleo de las mulo del empleo, tales como ayudas condicionadas al madres es alto. El coste estimado sería 0,26 por 100 trabajo, como la estrategia más efectiva para combatir del PIB en Reino Unido, 0,16 del PIB en España, y un la pobreza y la dependencia del bienestar. Ahora bien, mero 0,01 por 100 del PIB en Dinamarca y Suecia puesto que la probabilidad de pobreza a largo plazo (Esping-Andersen, 2002; Tabla 2.9). está asociada con las desigualdades, debemos preocu- Pero, sin duda, el argumento más poderoso para parnos también por la distribución de la renta. Podemos combatir la pobreza infantil es que puede tener conse- disminuir las desigualdades de renta a través de meca- cuencias muy negativas a largo plazo para las oportuni- nismos de fijación de salario, o por la vía alternativa de dades de vida de los niños. La economía del conoci- la redistribución. La primera es una vía cada vez menos miento eleva los requisitos necesarios para gozar de probable, ya que los gobiernos están desregulando pro- unas buenas condiciones de vida, castigando a los que gresivamente los mercados de trabajo. Por el contrario, no tienen las destrezas adecuadas y premiando a los existen poderosas razones por las cuales los gobernan- que las tienen. Estas competencias y cualificaciones re- tes deberían asegurar unos ingresos adecuados a las queridas están cambiando. Por supuesto, las credencia- familias con hijos. Por un lado, los niños son un bien les de la educación formal continúan siendo fundamen- para los padres y también para la sociedad. Cuanto más tales. Una abundante literatura muestra que los ingre- sanos y fuertes son, mayor es el activo. Si ello es así, sos provenientes de la educación están creciendo deberíamos considerar a los ciudadanos sin hijos como (Card, 1999; Bowles et al., 2001). Aun así, diferentes di- free riders de los que tienen hijos y, de acuerdo con ello, mensiones del capital humano están ganando importan- deberían ser gravados fiscalmente. En segundo lugar, cia, especialmente las habilidades cognitivas. Y, como los costes financieros de eliminar la pobreza en las fami- numerosas investigaciones han demostrado, los progra- CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA ECONOMÍA Mayo-Junio 2004. N.º 815 ICE 57
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