Las casas de moneda foráneas, 1810-1905

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Las casas de moneda foráneas, 1810-1905
Ensayos

                          Las casas de moneda foráneas,
                                    1810-1905*

                                    Juan Fernando Matamala

E    l inicio del movimiento insurgente de 1810            México, sin importar el periodo histórico a que
propició la fundación de casas de moneda en los            se haga referencia.
principales minerales de la Nueva España. Este                En este trabajo se presenta un bosquejo histó-
proceso marcó a partir de entonces el fin de la            rico sobre la azarosa existencia de estas casas de
centralización de la acuñación en el Virreina-             moneda y los factores que intervinieron a través
to iniciada desde el siglo xvi, y caracterizó al           del tiempo para que diversos niveles de gobierno
primer siglo de vida del México independiente.             y grupos empresariales las administraran.
Ante ese nuevo escenario se desató una lucha
por el control de esta importante renta entre
los distintos poderes políticos y económicos, re-          Los primeros intentos
flejando la alternancia de su usufructo la corre-
lación de fuerzas entre el gobierno central, los           Las condiciones que permitieron la creación de
gobiernos locales y los grupos de empresarios              las casas de moneda foráneas en Nueva España
interesados en uno de los mejores negocios du-             confluyeron hasta 1810; sin embargo, las soli-
rante el inestable siglo xix mexicano.                     citudes hechas a la Corona por parte de distin-
   Debido a la importancia de los recursos en              tos centros de comercio y poblaciones mineras
disputa, y el margen de maniobra política y eco-           para establecer en sus demarcaciones fábri-
nómica que adquiría quien controlaba las fá-               cas de monedas se remontaban a varios siglos.
bricas de circulante, la información genera-               Entre las peticiones más documentadas se en-
da por todo tipo de actores sociales fue prolija           cuentran las formuladas por las autoridades
desde el inicio de la operación de las llamadas            provinciales de Nueva Galicia en 1573, para
casas de moneda provisionales, a finales de la             establecer una ceca en la ciudad de Guadala-
Colonia, y estatales o provinciales después de             jara, y la elevada por los gobernantes y mineros
la consumación de la Independencia; aunque                 de Zacatecas entre 1575 y 1576. Los argumentos
recientemente también se ha empleado el tér-               esgrimidos en ambas eran el alto costo que im-
mino foráneas para distinguirlas de la ceca de             plicaba enviar los metales para su acuñación
                                                           a la ciudad de México y el prolongado tiempo
                                                           que suponía el retorno de su plata en forma de
   * Una primera versión de este ensayo fue publicada en
La acuñación en México, 1535-2005, México, Casa de Mo-
                                                           monedas, lo que en conjunto afectaba su de-
neda México, 2005, pp. 61-132.                             sarrollo económico. Además de lo anterior, los

                                                                                                                61
Las casas de moneda foráneas, 1810-1905
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     zacatecanos sustentaban su solicitud en la inse-              quienes obtenían enormes ganancias con sus
     guridad de los caminos que en ese entonces eran               bancos de plata, fueron factores decisivos para
     objeto de constantes ataques de los indios “chi-              que el gobierno español no permitiera la crea-
     chimecos” en el tramo de Zacatecas a Guadala-                 ción de otra casa de moneda en el territorio de
     jara, a lo que el rey respondió en marzo de 1577              la Nueva España. Sin embargo, al poco tiempo
     que eso se solucionaría creando poblados espa-                estos obstáculos para crear nuevas cecas fueron
     ñoles, por lo que se fundaron las villas de Lagos             eliminados por las Ordenanzas de Cazalla del
     y Aguascalientes.                                            16 de julio de 1730, cuyo objetivo principal fue
        En ambos casos y luego de pasar por una serie              el de recobrar para la Real Hacienda la adminis-
     de instancias del gobierno imperial, las peticio-             tración completa de la casa de moneda, mismo
     nes fueron repetidamente rechazadas. La clave                 que se concretó hacia 1733, cuando la Corona
     para entender la negativa a estas solicitudes, que            concluyó la recuperación de los oficios de la ceca
     a todas luces eran benéficas para las economías               de México que se habían vendido a particulares
     de ambas entidades, su entorno regional, y en                 y en su lugar nombró a oficiales reales con suel-
     última instancia para las arcas del rey, quedó                dos fijos para operar dicha casa.
     plasmada en la resolución avalada por el virrey                  Esta nueva circunstancia permitiría suponer
     marqués de Casafuerte en 1728, que considera-                 que el régimen de los Borbón promovería la crea-
     ba inconveniente habilitar una casa de moneda                 ción de otras casas de moneda en el Virreinato
     en Zacatecas o en Guadalajara. Tal afirmación se              para fomentar la minería y aumentar con ello
     basaba en los informes que al respecto se les ha-             sus niveles de recaudación fiscal. De hecho, im-
     bían pedido al tesorero, al tallador, al ensayador            portantes funcionarios de la época, como Fran-
     y al guarda mayor de la ceca de México. Entre las             cisco Xavier de Gamboa en 1761, recomendaron
     principales razones que aducían los funcionarios              la apertura de una casa de moneda en las Pro-
     de la casa de moneda se encontraba el perjui-                 vincias Internas; y más aún, en el plan de 1768,
     cio que resultaría para sus ganancias porque sus              aprobado por el rey en 1769, el virrey marqués de
     cargos los habían comprado, a menos —decían—                  Croix y el visitador Gálvez acordaron establecer
     que extendieran sus facultades a los nuevos es-               una ceca en Sonora. El rey Carlos III lo confirmó
     tablecimientos; en Europa sólo la ceca mexicana               en su instrucción de 22 de agosto de 1776, fijando
     podría tener crédito; disminuiría la importancia              al pueblo de Arizpe, capital de las Provincias In-
     de la ciudad de México al perder la exclusividad              ternas, como sede del nuevo establecimiento de
     del cuño; la escasez de numerario en Guadalaja-               acuñación. No obstante esta serie de órdenes de
     ra y Zacatecas se remediaría si se constituyera               las más altas autoridades imperiales, la proyecta-
     un fondo para la compra de plata en barras y, fi-             da ceca nunca se construyó ahí ni en algún otro
     nalmente, los grandes comerciantes de la ciudad               punto del territorio virreinal. ¿Por qué entonces,
     de México se verían afectados en su negocio de                si se habían zanjado las trabas puestas por los
     compraventa de plata.                                        particulares que manejaban como negocio pro-
        Ante estos argumentos se puede afirmar que,                pio la renta de la amonedación y si el propio rey
     hasta el primer tercio del siglo xviii, los inte-             dispuso que se edificara una casa de moneda en
     reses de los poseedores de los oficios de la casa             sus dominios, nunca existió hasta antes del movi-
     de moneda —subastados al mejor postor— y de                   miento insurgente de 1810 otra ceca en la Nueva
     los grandes comerciantes de la capital virreinal,             España que no fuera la de la ciudad de México?

        
          Matías de la Mota Padilla, Historia de la conquista de      
                                                                        Fausto de Elhúyar, Indagaciones sobre la amoneda-
     la Nueva Galicia, 1742, México, 1870, cap. XLVII, núm.        ción en Nueva España, 1814, México, Miguel Ángel Porrúa,
     11, p. 241.                                                   1979, p. 20.
        
          Francisco Xavier de Gamboa, Comentarios a las Orde-         
                                                                        Francisco Alberto Pradeau, Historia numismática de
     nanzas de Minas 1761, México, Miguel Ángel Porrúa, 1986,      México de 1823 a 1950, México, Sociedad Numismática de
     pp. 424-428.                                                  México, 1961, vol. 2, p. 16.

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   Documentalmente no se ha hallado hasta el                 recursos necesarios para la defensa y adminis-
momento una explicación puntual a tal interro-               tración de esas partes del imperio.
gante, pero desde el análisis histórico se pueden               Con esta estructura y tomando en cuenta el
identificar al menos dos factores relacionados con           desarrollo de los medios de transporte y comu-
la administración de los vastos dominios españo-             nicación de la época, mantener una sola fábrica
les que operaron a distintos niveles, pero que es-           de acuñación en el centro del poder virreinal era
tuvieron articulados entre sí. Uno fue la nece-              la mejor estrategia. Un ejemplo ilustrativo sobre
sidad, por parte de la Corona, de que la Nueva               estas decisiones de la administración española
España fuera un eficiente proveedor de recur-                lo tenemos en el año de 1809, cuando el arzobis-
sos para sostener su administración imperial; el             po virrey Francisco Xavier de Linaza ordenó al
otro, la implementación de medidas específicas               superintendente de la Casa de Moneda de Méxi-
en el Virreinato novohispano para el fomento de              co dar cumplimiento a la orden de la Suprema
la minería, y que aunado a un mayor control ha-              Junta Central Gubernativa de España, consis-
cendario daría como resultado un mayor nivel                 tente en que se le pagara al representante del
de acuñación.                                                gobierno inglés la suma de tres millones de pesos
   La primera de ellas tiene que ver con la estra-           que dicha nación había prestado y entregado en
tegia geopolítica de la Corona a lo largo del siglo          tierras ibéricas. El pago debería realizarse en las
xviii, especialmente durante la segunda mitad                tesorerías de México o Veracruz, pero como nin-
de la centuria, en la que como han demostrado                guna de ellas contaba con tal cantidad, se ordenó
Carlos Marichal y Matilde Souto, la Nueva Es-               que se suspendiera la acuñación de la plata y oro
paña jugó un papel clave en la articulación fiscal           de los mineros y los comerciantes novohispanos,
del Imperio Español, al depender de sus reme-                sin reparar en los daños que estos retrasos oca-
sas de plata buena parte de la administración                sionarían, y que las labores de la ceca de México
civil y militar del Caribe. Entre las plazas que             se enfocaran casi exclusivamente —dos terceras
eran sostenidas en mayor o menor medida con                  partes de su capacidad de producción— a la amo-
los recursos novohispanos a través del situado               nedación de las barras de la Real Hacienda des-
—como se denominaba a esta transferencia de                  tinadas a pagar el empréstito.
recursos— se contaban Cuba, Santo Domingo,                      Un segundo elemento que ayuda a explicar
Trinidad, la Louisiana, Pensacola y San Agustín              la falta de casas de moneda en otro punto del
en la Florida. Estas remesas, aunadas a las en-              vasto territorio de la Nueva España se encuen-
viadas a España por parte de la Real Hacienda                tra en una serie de medidas alternas que cum-
novohispana, llegaron a sumar la extraordinaria              plieron exitosamente con el mismo propósito
cantidad de nueve millones de pesos durante la               de fomentar la minería para incrementar la re-
década de 1790. Para cumplir con estas obliga-               caudación. Entre ellas destacan la reducción
ciones con el Caribe, además del situado que se              del precio del azogue, la pólvora y el hierro, así
enviaba a las Filipinas, para entonces también               como la exención del pago de alcabalas a sus in-
colonia española, la Caja Matriz de México ne-               sumos; la creación del Tribunal de Minería en
cesitaba mantener un eficiente nivel de orga-                1776; la operación de un banco de avío en 1784;
nización, que implicaba un estricto control de               y la creación de los fondos de rescate en dis-
la recaudación fiscal y de la acuñación en todo              tintas tesorerías foráneas, con la finalidad de
el territorio para remitir con oportunidad los               pagar en forma expedita su plata a los mineros.
                                                             Los resultados se evidenciaron hacia los últimos
                                                             años del régimen borbónico, cuando además de
    
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       Carlos Marichal y Matilde Souto, “Silver and Situa-   mejorar la producción de metales se redujo la
dos: New Spain and the Financing of the Spanish Empire
in the Caribbean in the Eighteenth Century”, en Hispanic
American Historical Review, vol. 74, núm. 4, noviembre de      
                                                                 Archivo general de la Nación (agn), Fondo Casa de
1994, pp. 587-613.                                           Moneda, vol. 78, ff. 66-76v.

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circulación de la plata en pasta sin fiscalizar y                solicitaron o fundaron cecas provisionales jus-
las extracciones ilegales disminuyeron notable-                  tificaron sus peticiones o acciones evocando la
mente, por lo que la acuñación en la Casa de                     extinción de dichos fondos de rescate por el mo-
Moneda de México llegó a 27 millones de pesos                    vimiento armado de 1810.
en 1804, el monto más alto durante todo el pe-                      El conjunto de las medidas mencionadas
riodo colonial.                                                  había estructurado hacia finales del siglo xviii
   Entre las medidas citadas destacan los fon-                   y principios del xix un eficiente sistema econó-
dos de rescate como antecedente de las casas de                  mico que vinculaba a los principales centros mi-
moneda provisionales en los reales de minas;                     neros y comerciales de la Nueva España con la
caracterizados por importantes sumas de dine-                    ciudad de México, consiguiendo la Corona sus
ro dispuestas en las tesorerías de las principa-                 objetivos de obtener más recursos para financiar
les regiones mineras para que la Real Hacienda                   la administración y defensa de su inconmensu-
comprara la plata in situ a los mineros al precio                rable territorio.
que se pagaba en la ceca de México, ahorrándo-
se éstos, entre otros gastos –y el factor de ries-
go en el traslado–, el importante descuento con                  La acuñación provisional, 1810-1821
que la compraban tradicionalmente los merca-
deres de plata y el largo tiempo que transcurría                 La creación de casas de moneda en el Imperio
entre el envío de sus metales en barras a la casa                español, como respuesta a la falta de numerario
de México y su retorno en forma de numerario.                    ocasionada por un conflicto bélico, no fue origi-
Con esta estrategia la monarquía intentó incen-                  naria ni privativa de la Nueva España. De hecho,
tivar la actividad minera, pero al mismo tiem-                   en la Península Ibérica desde 1808 —año en el
po buscó competir y desplazar en el mercado de                   que Napoleón invadió España— fueron resta-
los metales preciosos a los comerciantes de plata                blecidas o fundadas cecas por todo el territorio.
tanto para hacerse de más recursos como para                     Entre los casos más relevantes se encuentra el
debilitar a un grupo que, en opinión de la Co-                   restablecimiento de la Casa de Moneda de Bar-
rona, sin arriesgar dinero en el avío de minas                   celona, decretado por bando del 21 de agosto de
obtenía jugosas ganancias al aprovechar la es-                   1808. Los motivos expuestos para tal decisión no
casa liquidez de efectivo que generalmente pa-                   fueron muy distintos a los que dos años después
decían los mineros para financiar las labores de                 expresarían los fundadores de cecas provisiona-
sus negociaciones, desde la extracción del mine-                 les en la Nueva España: la escasez de dinero y
ral en piedra hasta su transformación en mone-                   la ruina de las actividades industriales y comer-
das. Sus operaciones iniciaron durante la última                 ciales. Al mismo tiempo que en Barcelona, sur-
década del siglo xviii en los minerales de San                   gió otra ceca en Mallorca, por disposición de la
Luis Potosí (1790), Zacatecas (1791), Pachuca                    Junta Suprema de Gobierno de ese reino. Du-
(1791), Real del Rosario en Sinaloa (1792) –que                  rante el año siguiente se mandó establecer una
por problemas de transporte fue operado desde                    en Cádiz; en 1810 otra en Valencia y así, como
Guadalajara–, Sombrerete (1792), Guanajuato                      éstas, varias más. No es aventurado suponer que
(1799), Zimapán (1799), Cosalá (1808), Durango                   esos hechos en la península fueran conocidos por
(1808) y Chihuahua (1808). Si bien el manejo                    las autoridades locales novohispanas que promo-
y la existencia de esos fondos en muchos casos                   vieron en su momento la creación de las fábri-
fueron irregulares, sus beneficios resultaron tan                cas provisionales, el que se estuvieran abriendo
evidentes que no pocas autoridades realistas que                 esas casas en España alentara su apertura en la

   
     Pilar Mariscal, Los bancos de rescate de platas, Sevilla,       
                                                                       Tomás Dasí, Estudio de los reales de a ocho también
Banco de España/Escuela de Estudios Hispano-Americanos,          llamados pesos, dólares, piastras, patacones o duros españo-
1964, p. 5.                                                      les, Valencia, Tipografía Artística, 1951, t. IV, pp. XII-XIII.

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     Nueva España para paliar los efectos del con-           tituyeron un medio de cambio válido que le per-
     flicto bélico.                                          mitió subsistir.
         Pero hasta principios de 1810 esas condiciones         La acuñación insurgente inició en 1811, aun-
     no estaban presentes en el mundo novohispano.           que se ha difundido la versión de que Hidalgo
     Fue hasta que se desencadenó la guerra, y con           acuñó moneda al mes siguiente de tomar la ciu-
     ella la interrupción del flujo monetario desde la       dad de Guanajuato en septiembre de 1810, y de
     ciudad de México hacia el interior, cuando, ante la     haberla suspendido al ser retomada por los rea-
     necesidad de pagar a las tropas, a los operarios de     listas en noviembre de ese mismo año; lo cierto es
     minas y el intercambio de mercancías, incluidos         que hasta la fecha no se conoce moneda acuñada
     los pertrechos de guerra, los líderes políticos y mi-   durante ese lapso, y reconocidos numismáticos la
     litares tuvieron dos opciones en los territorios bajo   han descartado por completo. existen registros
     su control para legitimar medios de cambio; uno         fidedignos de las cecas de Morelos (1811-1815),
     de ellos fue resellar las monedas del enemigo o de      Junta de Zitácuaro (1811-1814), Suprema Junta
     otra jurisdicción, mientras que el otro fue acuñar      Gubernativa (1812-1813), Zacatlán (1812-1813),
     su propia moneda. Sobre la primera estrategia,          Zongolica (1812) y Guanajuato (1821).10
     los estudios numismáticos han ido identificando            La acuñación provisional realista también dio
     paulatinamente los probables nombres o consig-          inicio en los primeros años de la contienda, de
     nas que corresponden a las iniciales o símbolos         hecho desde 1810, pero –en contraste con la suer-
     hallados en la moneda resellada. Por su parte, las      te de los establecimientos insurgentes– buena
     indagaciones sobre los cuños de esa etapa acumu-        parte de sus fábricas de moneda se convirtieron
     lan también una larga tradición de investigación        en establecimientos permanentes durante un se-
     numismática e histórica. De la información ob-          gundo periodo que abarcó los años 1816-1821,
     tenida se distinguen dos momentos en la acuña-          después de enfrentar la férrea oposición de los
     ción provisional, llamada así por las circunstan-       directivos de la Casa de Moneda de México.
     cias en que fueron elaboradas esas monedas. El             Las cecas realistas surgidas de la guerra de
     término “provisional”, empleado tanto por realis-       independencia fueron Sombrerete (1810-1812),
     tas como por insurgentes, denotaba la intención         Zacatecas (1810-1821), Durango (1811-1821),
     de ser monedas que no se pretendía continuar la-        Chihuahua (1811-1821), Real de Catorce (1811),
     brando una vez restablecido el orden.                   Guadalajara (1812-1821), Oaxaca (1812), Gua-
         Un primer momento puede observarse entre            najuato (1812-1813), Valladolid (1813) y Sierra
     1810 y 1815; en este periodo, que va del levanta-       de Pinos (1814). Para la fundación de todas ellas
     miento de Hidalgo hasta la derrota y muerte de          hubo un argumento general: evitar la escasez de
     Morelos, se generó una gran variedad de mone-           numerario que había en las poblaciones debido a
     das provisionales, tanto realistas como insurgen-       los trastornos de la guerra. En cuanto a los obje-
     tes, explicable por el caos originado en todo el        tivos particulares de cada entidad, en unos tenía
     sistema económico de la Nueva España. En esta           más peso el interés por preservar la industria
     etapa inicia y termina la totalidad de la acuñación     minera y el comercio, mientras en otros la mo-
     provisional insurgente y parte de la realista.          tivación principal fue el pago a las tropas. Para
         La mayoría de establecimientos insurgentes          los zacatecanos, por ejemplo, lo más urgente era
     en donde se acuñó moneda provisional no llegó           obtener recursos para que sus principales minas
     a consolidarse en lo que se podría llamar una           continuaran operando y evitar así los daños ocu-
     casa de moneda, por la complejidad técnica y lo         rridos en Guanajuato. Los de Durango también
     costoso que resultaba su instalación en un en-          aludieron al perjuicio que la escasez de monedas
     torno tan inestable. Sin embargo, cada uno de
     los cuños labrados en esa época fueron de gran             
                                                                  José Manuel Sobrino,, La moneda mexicana. Su histo-
     relevancia, pues para el grupo social que habitó        ria, México, Banco de México, 1989, p. 42.
     la región bajo su control en ese momento cons-             10
                                                                   Idem.

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provocaba en el comercio y la minería del lugar.             de la inestabilidad del momento. Para remediar
Mientras en Chihuahua, el comandante Neme-                   estos males sugería el marqués de San Román
sio Salcedo justificaba la acuñación local “para             que se restablecieran los fondos de rescate en
cubrir las atenciones públicas, que no admitían              las cajas reales y se organizaran fuertes escoltas
demora, como [...] el pago de las tropas de la               para conducir los metales a la casa de México.
guarnición, socorro de los eclesiásticos destina-               Hacia 1813 el mismo funcionario propuso que
dos a las misiones, y otras muchas necesidades,              la acuñación de moneda provisional fuera rem-
hijas de la rebelión”.11                                     plazada por la fabricación de unos aros de plata
   Aunque en los minerales se labró moneda                   con las iniciales de los ensayadores, y llamados
inicialmente para sostener la economía, pronto               Vales Reales Metálicos, cuyo valor se determina-
buena parte de su producción sería canalizada                ría en función de la cantidad de metal que con-
también al gasto de los ejércitos de ambas faccio-           tuviera la pieza. Esta idea motivó una oposición
nes que sucesivamente ocupaban las ciudades.                 abierta del Tribunal de Minería, el que a partir
El que fuera necesaria para los altos mandos mi-             de entonces desempeñaría el papel de contrape-
litares fortaleció, e incluso legalizó, su existencia        so a los funcionarios de la ceca de México, apo-
mediante bandos como el emitido por Félix Ca-                yando la permanencia de las casas de moneda
lleja —a la postre virrey de la Nueva España—                provisionales. A pesar de la postura del Tribunal,
el 3 de mayo de 1811 en Zacatecas, en el cual                el superintendente continuó alertando al virrey
declaraba válida y de uso corriente la moneda                sobre el peligro que representaban los estableci-
provisional acuñada en esa ciudad.                           mientos foráneos para la gobernabilidad del terri-
   A medida que pasaban los años la acuñación de             torio. En 1815 el funcionario envió otro informe a
plata en la Casa de Moneda de México disminuía               la máxima autoridad novohispana, en el que cla-
drásticamente, hasta representar en 1812 menos               ramente identificaba la permanencia de las casas
de 25% de lo acuñado en 1810. los informes de                provisionales con una futura independencia ad-
sus distintos superintendentes durante la guerra,            ministrativa del gobierno central:
Francisco Fernández de Córdoba marqués de San
Román durante el periodo 1787-1815, y Rafael de                     Todas las provincias, parece, se han propues-
Lardizábal para el lapso 1815-1829, se fueron con-                  to vivir y mantenerse aisladas y emancipa-
virtiendo en importantes fuentes de crítica bien                    das de la Capital; y uno de los medios más
sustentada e intransigente contra la existencia de                  a propósito para que se saliesen con la suya
las cecas realistas provisionales e incluso contra el               sería, a mi ver, el que se les permitiese sellar
proyecto de instalar una por cuenta de la Corona                    moneda, o cosa que se le pareciese, porque
en otro punto del Virreinato, como habían hecho                     en teniendo el numerario suficiente, o una
sus antecesores décadas atrás.                                      apariencia de él, ya se considerarán como in-
   Ese año de 1812 los principales señalamien-                      dependientes del gobierno de México.12
tos se centraban en los perjuicios al gobierno y
a la sociedad por la fabricación y circulación de               Estaba en juego la viabilidad del sistema fiscal
una moneda provisional de mala hechura, poca                 imperial que desde México proveía de numerario
fiabilidad en su ley y peso, y de fácil falsificación.       no sólo a las distintas intendencias del Virreina-
Se argumentaba además la falta de legitimidad                to, sino a las numerosas unidades administrati-
del cuño, por no haber sido producto de la vo-               vas del Caribe y las Filipinas a través del situado.
luntad del rey o del Supremo Concejo de Regen-               Por ello y por las exposiciones de los directivos de
cias de las Españas, así como la “falacia” de la             la casa de México pero también de lo defectuosa
escasez de numerario, al no ser ésta más que un              que era la moneda provisional, se emitió en Ma-
efecto de la inseguridad de la sociedad derivada             drid una Real Orden el 29 de diciembre de 1816,

  11
       agn,   Fondo Casa de Moneda, vol. 415, ff. 147-148.     12
                                                                    agn,   Fondo Casa de Moneda, vol. 265, ff. 148-148v.

                                                                                                                           67
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     en la que se derogaba la resolución de la Junta de     1821, México fue reconocido como nación inde-
     Arbitrios de la Nueva España, por la que se había      pendiente, llamado en adelante Imperio Mexica-
     aprobado el establecimiento formal en el Virrei-       no. La Declaración de Independencia fue redacta-
     nato de cuatro cecas en las ciudades de Guanajua-      da el 28 de septiembre del mismo año por la Junta
     to, Zacatecas, Guadalajara y Durango. Al recibir       Provisional Gubernativa, y el 20 de mayo del año
     la orden, el virrey mandó cerrar todas las casas       siguiente Iturbide fue proclamado emperador.
     de moneda provisionales excepto la de Durango,            Durante el Imperio de Iturbide (1821-1823)
     lo que inmediatamente originó una contraofen-          las casas de moneda foráneas de origen virrei-
     siva de los interesados en la existencia del cuño      nal que continuaron acuñando fueron las de Du-
     provisional. Uno de ellos, el Tribunal de Minería,     rango, Guadalajara y Zacatecas, autorizándose
     escribió varias veces al secretario de Estado y del    oficialmente en 1821 la circulación de las piezas
     Despacho Universal de Hacienda, para fijar su          provisionales labradas en este último estable-
     postura de que las fábricas provisionales eran un      cimiento. A las anteriores se sumó la de Gua-
     mal necesario, pues aunque reconocía el daño al        najuato, que como ceca insurgente había ini-
     erario público, consideraba que en esos momen-         ciado su acuñación en 1821, continuando sus
     tos era la mejor alternativa para evitar la ruina      labores hasta 1822.
     total de la industria minera.                             A la caída de Iturbide en marzo de 1823, y con
        Hacia el final del régimen virreinal un grupo       la posterior transformación del imperio en una re-
     de empresarios zacatecanos, organizados en una         pública federal, el nuevo país se dio a la tarea de
     comisión desde 1818, reunieron fondos para en-         redactar una constitución general. El pacto fede-
     viar un representante a México y Madrid dotado         ral plasmado en la Constitución de 1824 fue la con-
     de amplios recursos económicos, con el fin de ob-      solidación de un proceso de regionalización de los
     tener de dichas instancias una disposición legal       poderes políticos desde las reformas borbónicas.
     que les favoreciera. La misión tuvo éxito y el 6 de    El naciente país entraba al concierto de las na-
     noviembre de 1820 las cortes de España decreta-        ciones con una completa desarticulación moneta-
     ron el establecimiento legal de las casas de mone-     ria, fiscal, económica y política, la cual propiciaría
     da de Zacatecas y Guadalajara.13 Esta resolución       las constantes pugnas —durante casi cincuenta
     hizo que los intereses de los mineros y de las eli-    años— entre los diversos grupos que intentaron
     tes políticas regionales prevalecieran finalmente      implantar su visión de gobierno, alternándose
     sobre los argumentos de los funcionarios de la         entre el palacio nacional y el campo de batalla.
     Casa de Moneda de México, quienes no les quedó            En lo monetario, se trató de ordenar la varie-
     sino presenciar la formalización de la descentrali-    dad de diseños que habían circulado en el territo-
     zación monetaria en la Nueva España iniciada en        rio desde 1810 y se emitió una ley el 1 de agosto
     1810 y expresada en la consolidación de las cecas      de 1823, que mandaba a todas las cecas de la re-
     de Durango, Guadalajara y Zacatecas, que junto         pública a que sólo utilizaran los troqueles remi-
     con los otros establecimientos realistas provisio-     tidos desde la casa de México, con la finalidad de
     nales lograron acuñar en ese periodo una canti-        uniformar la moneda. Este reconocimiento im-
     dad superior a 30 millones de pesos.                   plícito de las cecas foráneas fue legalizado a tra-
                                                            vés de un decreto del Congreso el 4 de agosto de
                                                            1824, en el que se concedía a los estados autori-
     Los primeros años del México                           zación para crear casas de moneda y percibir los
     independiente, 1821-1824                               ingresos derivados de su operación. Para super-
                                                            visar la calidad de la moneda en el país el Con-
     Firmado el Tratado de Córdoba por Agustín              greso General reservó para sí, en el artículo 50
     de Iturbide y el virrey O’Donojú, el 24 de agosto de   constitucional, la facultad de determinar y uni-
                                                            formar en todos los estados el peso, ley, valor, tipo
       13
            Tomás Dasí, op. cit., t. IV, p. CXX.            y denominación de las monedas. Estas disposi-

68
Ensayos

ciones propiciaron que se fundaran o reabrieran        empleados inadecuada a los niveles de acuñación
diversas casas de moneda en los principales cen-       en ese periodo, persistiendo la misma de antes
tros mineros y comerciales del país, pero a pesar      de 1810; falta de renovación de la maquinaria;
de lo dispuesto en las leyes, prevaleció la falta de   decadencia de algunos minerales y por supuesto,
control y uniformidad en la acuñación de las di-       la operación de fábricas de moneda en el interior
versas casas de la nación.                             del país. Por ello en las memorias anuales de los
   Durante los veinte años posteriores a la pro-       secretarios de Hacienda –desde 1823 hasta poco
mulgación de la Constitución de 1824, en la medi-      antes de su arrendamiento en 1847–, siempre
da que se robusteció la acuñación en los estados,      que los funcionarios mencionaban a la Casa de
la Casa de Moneda de México padeció la peor cri-       Moneda de México lo hacían para señalar algu-
sis de su historia. Esta situación se evidencia al     na dificultad. Por ejemplo, en las memorias de
comparar la amonedación de las cecas de México         1829 y 1830 se consignaba un déficit por más de
y de Zacatecas, la más importante de las estata-       62 mil pesos en el primer año y de casi 35 mil en
les en la primera mitad del siglo xix. Con respec-     el segundo, por lo que el secretario Rafael Man-
to a la zacatecana, el viajero y diplomático inglés    gino decía:
Henry Ward decía en 1827 que la ceca era una
de las principales ventajas con que contaba ese             El considerable número de empleados, la alta
distrito minero, debido a que en un lapso de cua-           importancia de sus dotaciones, los dispendio-
tro días los mineros y los rescatadores recibían el         sos métodos de sus oficinas, todo en fin, es
pago de sus barras. El gobernador Francisco Gar-            tan desproporcionado en la casa de moneda
cía Salinas, en su memoria de 1831, mencionaba              de México al estado actual de sus labores,
que se continuaban perfeccionando las labores de            que convendría proponer su extinción entre
la acuñación y que en ninguna otra casa del país            las medidas de economía, que deben presen-
se pagaba tan pronto a los introductores, llegan-           tarse a la deliberación de las cámaras.14
do incluso a otorgárseles un anticipo a cuenta de
la plata que fueran a presentar. Dos años des-            Quince años después, el secretario de Hacien-
pués, el mismo gobernador consignaba la compra         da Luis de la Rosa, en su memoria al Congre-
de inmuebles aledaños a la fábrica para ampliarla      so, aún hablaba de la necesidad de reformar la
y adecuarla al volumen de su acuñación, que en         planta de empleados y de adquirir una nueva
ese bienio había sobrepasado los nueve y medio         maquinaria, o se paralizarían definitivamente
millones de pesos. El beneficio para la entidad        las labores del establecimiento. Es de suponer
no se limitó a las ganancias del establecimiento,      que el gobierno no logró concretar estos cam-
pues los recursos con que se iniciaron los trabajos    bios, los cuales sin duda fueron efectuados por
de la exitosa compañía minera de Fresnillo, en fe-     los arrendatarios a partir de 1847, para que la
brero de 1831, fueron aportados en parte con los       ceca recobrara su importancia y rentabilidad en
fondos de la casa de moneda de Zacatecas. Como         la segunda mitad del siglo xix.
se puede notar, algunas entidades de la nacien-
te federación se preocuparon por tener estable-
cimientos eficientes, con la finalidad de que los      Las casas de moneda estatales, 1824-1876
minerales de su jurisdicción fueran acuñados en
ella, para incrementar la recaudación fiscal y for-    El propósito del Congreso mexicano, al autori-
talecer su poder político.                             zar en 1824 la acuñación en los estados, era, por
    En contraste, durante el mismo lapso la ceca       un lado, fomentar la minería y el comercio, pero
de México pasó por grandes apuros, debido fun-         también mejorar sus economías por el previsible
damentalmente a los siguientes factores: el ago-
tamiento de un fondo suficiente para comprar             14
                                                            Memoria de la Secretaría del Despacho de Hacienda,
las platas de los introductores; una planta de         México, Imprenta del Águila, 1830, p. 9.

                                                                                                                 69
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aumento en la recaudación fiscal, de la que for-       esfuerzos dirigidos a conseguir que los grandes
maban parte los derechos de acuñación y en ge-         volúmenes de metales preciosos extraídos en sus
neral las utilidades de las distintas casas de mo-     estados fueran acuñados localmente, para favo-
neda. Por eso, conforme se fueron declarando           recer a la minería y su erario. En el caso parti-
estados y tras ser reconocidos como integrantes        cular de San Luis mucha de su plata era labrada
de la república, las entidades que poseían en su       en Zacatecas, donde la plata potosina representó
territorio minerales importantes hicieron lo po-       alrededor de 20% de lo acuñado en esa ceca du-
sible por establecer en su capital, en ocasiones de    rante el periodo 1824-1827, dejándole también
manera efímera como en el caso de Tlalpan y Ála-       importantes ingresos por el pago de impuestos
mos, una casa de amonedación. La realización de        del proceso de amonedación. Ante tal fuga de re-
ese proyecto no siempre fue fácil y para algunos       cursos el gobierno del estado, junto con mineros
gobiernos implicó gestionar durante varios años        locales, estableció su casa de moneda, que inició
e incluso décadas, mientras que otros en cuestión      operaciones el 1 de octubre de 1827.
de meses tenían operando su establecimiento.              La casa del Estado de México es también cono-
   El inicio y final de las operaciones de las cecas   cida como de Tlalpan, aunque su ceca alude a las
estatales después de la disposición del Congre-        siglas del estado. Dicho establecimiento tuvo un
so General y de la autorización por cada una de        origen y un destino azarosos. Su fundación en esa
sus legislaturas respectivas fueron los siguien-       ciudad se debe a la definición de la capital del es-
tes: Durango (1824-1895), Guadalajara (1824-           tado, que en un principio era la ciudad de México,
1895), Zacatecas (1824-1905), Guanajuato               pero al dejar de serlo los poderes estatales inicia-
(1824-1900), San Luis Potosí (1827-1893), Esta-        ron una peregrinación por diversos poblados, en
do de México o Tlalpan (1828-1830), Chihuahua          busca del lugar idóneo para asentarse. La prime-
(1832-1895), Guadalupe y Calvo (1844-1852),            ra parada la hizo en Texcoco, posteriormente en
Culiacán (1846-1905), Oaxaca (1858-1893),              Tlalpan hasta llegar a su actual capital en Tolu-
Hermosillo (1861-1895), Álamos (1862-1895) y           ca. Durante su estancia en Tlalpan la legislatura
Real de Catorce (1863-1869).                           local decretó el 26 de mayo de 1827 que se crea-
   De todas ellas, las de Durango, Guadalajara y
                                                       ra una ceca para captar la producción de impor-
Zacatecas habían operado casi ininterrumpida-
                                                       tantes minerales como Pachuca, Real del Monte
mente desde los primeros años del movimiento
                                                       y Zimapán, por citar algunos. En ese proyecto se
insurgente del cura Hidalgo, por lo que las legis-
                                                       invirtieron muchos recursos estatales, al tiempo
laturas de sus estados sólo refrendaron su exis-
tencia. La de Guanajuato había dejado de acuñar        que también se intentó convencer –infructuosa-
dos años antes, el gobierno del estado la rehabili-    mente– a algunos empresarios para que la toma-
tó para casi inmediatamente buscar inversionis-        ran en concesión. Sus operaciones iniciaron el 23
tas privados que la tomaran en arrendamiento.          de febrero de 1828 y concluyeron el 13 de julio de
La beneficiaria fue la compañía minera inglesa         1830. La razón del fracaso fue un error de cálcu-
Anglo-Mexicana, representada posteriormente en         lo de quienes la promovieron: tenían una de las
México por la firma Manning y Marshall, que con        casas de moneda con mayor prestigio mundial, la
el tiempo se convertiría en una de las principales     de México, a sólo unos kilómetros de distancia, y
controladoras de casas de moneda del país, ya con      hasta los mineros mexiquenses la preferían para
la razón social de Manning y Mackintosh. El con-       acuñar sus metales, que en buena medida eran
trato fue firmado en 1825, siendo la primera de        exportados al mercado internacional.
las cecas mexicanas en arrendarse a particulares,         La ceca de Chihuahua inició operaciones en
con lo que dio inicio esta práctica tan debatida a     esa etapa hasta 1832 y por cuenta del gobier-
lo largo del siglo xix.                                no del estado, que desde 1825 había iniciado le-
   En orden cronológico siguieron las de San Luis      galmente su establecimiento. Las escasas ga-
Potosí y Tlalpan. Ambas fueron resultado de los        nancias, e incluso las pérdidas, durante varios

                                                                                                              71
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años provocaron que en 1839 fuera arrendada           sidente Nicolás Bravo otorgó en arrendamiento la
al empresario Juan Kelly y sus socios median-         flamante casa de moneda ni más ni menos que a
te un contrato muy oneroso para el gobierno.          la misma compañía de Guadalupe y Calvo. Las la-
Posteriormente recobró su administración para         bores de acuñación iniciaron en abril de 1846. En
volver a arrendarla en 1879. Fue en ese estado        1852 Santa Anna rescindió los contratos de las
donde se erigió otra casa de moneda en 1844, la       casas de Culiacán y de Guadalupe y Calvo, otor-
de Guadalupe y Calvo, muestra extrema de las          gándoles una indemnización de 370 mil pesos, cu-
componendas entre el gobierno de Santa Anna           biertos –como se señaló arriba– con el producto
y un grupo de empresarios que lucraron con las        de la venta de territorio mexicano. La ceca con-
rentas públicas. Argumentando el aislamiento          tinuó siendo administrada por el gobierno hasta
geográfico del mineral y los continuos ataques        agosto de 1855, recuperándola otra vez en 1870
de los “apaches, comanches” y bandidos, el go-        y rentándola por tercera vez en 1876.
bierno general aprobó su establecimiento sin             La Casa de Moneda de Oaxaca tuvo también
atender a las protestas de la Casa de Moneda de       una historia peculiar, pues junto con la de Tlal-
Chihuahua, a quien correspondía acuñar esos           pan fue una empresa que generalmente se ma-
metales. La compañía arrendataria fue la Gua-         nejó con pérdidas o con escasas utilidades. Va-
dalupe y Calvo Mining Co., de origen inglés, ini-     rios intentos para iniciar sus operaciones no se
ciando operaciones de acuñación el 1 de junio de      habían materializado por la falta de fondos, la
1844 para terminarlas el 22 de mayo de 1852.          inestabilidad social e incluso porque en el con-
En 1849 el contrato de la casa fue trasladado a       trato de arrendamiento de la ceca de México se
Jecker, Torre y Compañía, cuya mala adminis-          prohibía crear otro establecimiento en un radio
tración motivó que los mineros llevaran sus me-       determinado, en el que se incluía la ciudad de
tales a la ceca de Culiacán. Las condiciones del      Oaxaca. Fue hasta que el gobierno encabeza-
arrendamiento fueron tan desventajosas para           do por Benito Juárez obtuvo la concesión de la
el erario, que el ministro de Hacienda en 1849,       ceca local, el 14 de septiembre de 1857, que die-
escribía en su memoria: “todas las utilidades         ron inicio sus labores. La acuñación empezó en
las percibe la empresa [...] lejos de tener alguna    marzo de 1858 y el contrato perduró hasta 1872,
el gobierno”. Lo inaudito fue que a pesar de ser      fecha en la que el gobierno federal retomó su ad-
clausurado por los mismos empresarios por su          ministración para mantenerla operando median-
mala administración, interpusieron reclamacio-        te subsidios fiscales hasta su clausura en 1893.
nes al gobierno por supuestos daños derivados            La casas de moneda de Hermosillo y Álamos
de la posterior rescisión del contrato en 1852, los   surgieron mediante un convenio entre el gobier-
cuales fueron cubiertos con el pago de la venta       no del estado de Sonora y los empresarios Quin-
de territorio a los Estados Unidos.                   tín Douglas, Guillermo Miller y Robert Symon,
   Desde febrero de 1824 las provincias de So-        quienes formaron una compañía para arrendar
nora y Sinaloa se unieron para formar el esta-        la casa de moneda que se estableciera en Hermo-
do de Occidente. Disuelto en 1830, surgieron de       sillo, con derecho a establecer una sucursal en el
él los estados de Sonora y Sinaloa. Este último,      mineral de Álamos o en el puerto de Guaymas.
autorizó en 1834 el establecimiento de una casa       El contrato fue firmado el 20 de agosto de 1860,
de moneda, construyó el edificio y compró ma-         la de Hermosillo inició sus trabajos en abril de
quinaria europea, con valor de 40 mil pesos, in-      1861, mientras la de Álamos hizo lo propio en
cluidos el transporte y el sueldo de un ingeniero     1862. El término de la contrata fue por un lapso
para instalarla. Con el fin de la república federal   de veinte años a partir de 1861, aunque antes de
en 1836, el gobierno centralista quitó a los anti-    que venciera el plazo las cecas fueron recupera-
guos estados la capacidad para decidir libremen-      das por el gobierno general, para ser nuevamen-
te sobre sus rentas, incluida la de amonedar. Con     te arrendadas a algunos de los mismos socios que
esta nueva facultad, el 4 de marzo de 1843 el pre-    obtuvieron la primera concesión.

                                                                                                           73
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        Real de Catorce fue la última ceca foránea que   el gobierno en 1830.15 El ingreso de Ewen Clark
     inició operaciones: empezó a troquelar moneda       Mackintosh a la casa comercial, a finales de la
     por concesión hecha a particulares el 17 de mayo    década de 1820, propició que la firma se exten-
     de 1863 y, salvo algunas interrupciones de corta    diera hacia actividades productivas como la mi-
     duración continuó labrando moneda hasta el 28       nería. Las casas de moneda fueron un objetivo
     de noviembre de 1869. La clausura del estable-      esencial para Mackintosh, quien durante el pe-
     cimiento fue decretada por la legislatura del es-   riodo 1847-1849 había logrado que su compañía
     tado el 15 de noviembre de 1869. El gobernador      tuviera participación en los arrendamientos de
     autorizó a los contratistas de la ceca continuara   las casas de moneda de México, Zacatecas, Gua-
     operando como oficina de ensaye, mas la legisla-    dalupe y Calvo, Guanajuato y Culiacán, que en
     tura local revocó el permiso el 16 de octubre de    conjunto acuñaron 81.39% de la plata y 88.57%
     1872. Sus enseres fueron trasladados a la ceca      del oro nacional durante ese lapso.16 Esta evi-
     de San Luis.                                        dente concentración de la renta de la moneda
        Todas las casas de moneda estatales que se       en un pequeño grupo de empresarios desvirtuó
     han consignado estuvieron en algún momento          los objetivos con que fueron creadas las casas de
     arrendadas a particulares a excepción de las de     moneda estatales, causando enormes pérdidas a
     Tlapan –por su efímera vida–, Oaxaca y el Es-       la Hacienda Pública y obstaculizando el fomento
     tado de México, por resultar incosteable su ope-    de la minería al impedir el descenso de los cos-
     ración. Esta última permaneció muchos años          tos de acuñación.
     gracias al subsidio, en un primer momento, del
     gobierno del estado, y posteriormente del go-
     bierno federal. Sin embargo, los arrendamien-       Última etapa de arrendamientos,
     tos se caracterizaron en algunos casos por ser      1876-1888
     producto de la voluntad de los gobiernos estata-
     les como en Guanajuato, Chihuahua, Hermosi-         Una de las principales razones por la que los
     llo y Álamos, y en otros forzados por el gobierno   grandes comerciantes se interesaron en adqui-
     central, como en Zacatecas, Culiacán y Guada-       rir concesiones de las casas de moneda fue que
     lupe y Calvo. Este tipo de arrendamientos causó     a lo largo de la mayor parte del siglo xix la ex-
     gran malestar y enormes pérdidas fiscales a los     portación de plata en pasta estuvo prohibida,
     estados o departamentos, y la mayoría de ellos      estipulándose como condición en algunos de
     tuvieron su origen durante los distintos gobier-    los contratos de arrendamiento de las cecas, y
     nos de Santa Anna, quien con su afianzamien-        cuando alguna autoridad local o nacional conce-
     to como caudillo militar abrió paso a un pujan-     día este tipo de permisos, las reclamaciones de
     te grupo de comerciantes que, dedicados al agio     los arrendatarios al gobierno eran por lo gene-
     y a la especulación con la deuda pública, incre-    ral de sumas muy elevadas. Estas experiencias,
     mentaron sus ganancias mediante el control de       a lo largo de varias décadas, propiciaron que al
     las rentas públicas. El caso más representativo     restaurarse la República hacia 1867 los presi-
     de esta etapa fue la firma Manning y Marshall,      dentes Benito Juárez y Lerdo de Tejada presta-
     transformada con el tiempo en Manning y Mac-        ran atención a sus ministros de Hacienda, quie-
     kintosh. Esta casa era parte de la oleada de in-    nes, como lo había hecho su antecesor Bonifacio
     versionistas ingleses que llegaron a México al      Gutiérrez en 1849, deploraban el arrendamiento
     consumarse la Independencia. Como represen-         de las casas de moneda.
     tante de Barclay, Herring, Richardson y Compa-
     ñía, otorgó en 1824 uno de los primeros présta-        15
                                                               Rosa María Meyer, “Los ingleses en México, la casa de
     mos que originaron la deuda externa mexicana,       Manning y Mackintosh (1824-1852)”, en Historias, núm.
                                                         16, p. 57.
     además de participar como accionista en el con-        16
                                                               Cuauhtémoc Velasco et al., Estado y minería en México
     trol del monopolio del tabaco, concesionado por     (1767-1910), México, fce, 1988, p. 144.

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   El funcionario que más éxito tuvo en su plan       portancia si se toman en cuenta los apremios
de recuperar para el erario público la adminis-       del erario.
tración de las cecas mexicanas fue Matías Ro-             Estas disposiciones quedaron plasmadas en
mero. En 1869, después de expresar que era de         dos leyes; con la primera, del 10 de diciembre
absoluta necesidad que los mineros pudieran ex-       de 1871 –una vez obtenida la aceptación del re-
portar sin trabas ni impuestos sus minerales –no      presentante de la ceca de México– se permitió la
sólo en piedra, como recién se había autorizado,      exportación de metales preciosos en pasta pro-
sino también los que estuvieran en pasta–, envió      cedentes del mineral de Coahuayutla, Guerre-
al Congreso una iniciativa de ley donde plantea-      ro, mediante el pago de los mismos derechos de
ba que se celebraran convenios con los arrenda-       fundición, ensaye, amonedación y exportación
tarios de las casas de moneda para que se per-        con que estaban gravados los metales precio-
mitiera la exportación de oro y plata en pasta        sos. La segunda, se promulgó el 24 de diciem-
libre de todo derecho a partir del 1 de julio de      bre de 1871 tras una consulta con la Secretaría
1870, mediante el pago a los arrendatarios del        de Fomento sobre los distritos mineros sujetos
equivalente a sus ganancias derivadas de la acu-      a la prohibición de exportar metales en pasta,
ñación por el tiempo que faltara para la expira-      en ella se autorizó la exportación de pastas de
ción de sus contratos. La propuesta de Romero         oro y plata procedentes de los estados de Duran-
no trascendió en ese momento, por lo que al año       go, Sonora, Sinaloa, Oaxaca, Colima, Campeche,
siguiente, en la memoria que leyó a las cámaras       Chiapas, Tabasco y Yucatán, así como de algu-
sobre la secretaría que encabezaba, volvió a la       nos distritos de Coahuila, Jalisco, Nuevo León,
carga contra la práctica de arrendar las casas de     Tamaulipas y Veracruz, pagando a la Hacienda
moneda, resaltando los daños que se ocasionaba        Pública los derechos vigentes por la exportación
con ello al erario y a la minería.                    de monedas, además de 4.41% por concepto de
   No tendría que esperar mucho tiempo el se-         acuñación sobre el valor de la plata y 4.618%
cretario de Hacienda para lograr parcialmente         sobre el oro. En otro artículo de la misma ley se
sus objetivos. Aprovechando la coyuntura eco-         permitía la exportación del mineral en pasta al
nómica y política originada por el levantamiento      resto de las entidades federativas, siempre que
en armas de Porfirio Díaz a finales de 1871, con      así lo aceptaran los arrendatarios de las casas
la promulgación del Plan de la Noria, el Congre-      y mediante el pago que hiciera el exportador de
so le otorgó al ejecutivo federal facultades ex-      los mismos derechos de acuñación que pagaban
traordinarias en muchas materias, por lo que          los metales procedentes de los distritos exentos
en pocos meses y en forma hábil Romero no sólo        de la prohibición. De lo recaudado los contra-
obtuvo de los arrendatarios de las cecas nuevos       tistas se quedarían con 2% —en lo que se esti-
préstamos, sino consiguió poner en vigor la li-       maban sus utilidades en el proceso de amone-
bertad de exportar metales preciosos en pasta         dar— , y el resto lo canalizarían a la Hacienda
—siempre que los exportadores pagaran a los           Pública.
arrendatarios los respectivos derechos de amo-           Estas medidas hacían innecesaria la existen-
nedación—. De este modo, ninguna de las partes        cia de tantas casas de moneda en la república;
vinculadas con las casas de moneda salía afecta-      sin embargo, la intención inmediata del gobier-
da: los mineros ahorraban el tiempo y los recur-      no de Juárez era fomentar la minería y asegurar
sos implicados en el traslado a la ceca y el retor-   la recuperación de las casas de moneda, como
no de los minerales acuñados; los arrendatarios       quedó enunciado en dos artículos de la ley del
recibían las mismas utilidades, ahorrándose el        24 de diciembre. En el artículo noveno se con-
costo del trabajo y las materias primas utiliza-      signaba que conforme terminaran los contratos
das en el proceso de acuñación; finalmente, el        de arrendamientos vigentes, las libertades de
gobierno obtenía en forma expedita ingresos por       exportación se harían extensivas a todos los dis-
los derechos de exportación, factor de mucha im-      tritos mineros del país, pagando sus respectivos

                                                                                                          75
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impuestos. En el once se prohibía el arrenda-        de la ciudad de México,17 como había ocurrido
miento de las casas de moneda administradas          cuatro años antes,18 sólo que en esta ocasión los
por el gobierno, además de prorrogar las arren-      comerciantes no accedieron. Esta falta de apoyo
dadas a particulares, con lo que se ponía fin a      de la elite capitalina contribuyó sin duda para
la práctica de concesionar esa renta. Todo indi-     que Lerdo se dirigiera a los adinerados de las
caba entonces que la gestión juarista se encar-      regiones. El mecanismo no fue nuevo: en marzo
garía en pocos años de realizar el proyecto de       de 1876 acordó con el ministro de Guerra comu-
recuperar para el erario público la administra-      nicar a los generales jefes de división y a los co-
ción de las casas de moneda de México. Muer-         mandantes militares del país que si carecían de
to Juárez en 1872, su sucesor, Lerdo de Tejada,      recursos podrían agenciarse fondos, procuran-
continuó con esa política al inicio de su admi-      do que fuera de la manera menos onerosa para
nistración, y a mediados de 1873 administraba        el erario. Esta disposición fue remitida en pocos
la mayoría de las once cecas del país, notifican-    días a las oficinas de Hacienda del país, para que
do el 15 de septiembre de ese año a los arren-       fuese acatada por los funcionarios.
datarios de las casas de Zacatecas, Guanajuato          Mariano Escobedo, entonces general de la ter-
y San Luis Potosí que estaba a su disposición lo     cera división del ejército federal, actuó en conse-
que les adeudaba el gobierno, por lo cual debe-      cuencia con esta autorización para establecer un
rían devolver los establecimientos en la fecha       convenio con empresarios de San Luis Potosí. El
estipulada en el contrato.                           propósito era obtener recursos en aquella plaza
   Al año siguiente, en tono optimista el nuevo      para emprender la campaña contra Porfirio Díaz,
secretario de Hacienda, Francisco Mejía, expre-      por lo que recurrió a quienes habían sido los últi-
saba en su informe que sólo la fábrica de mo-        mos arrendatarios de la Casa de Moneda de San
neda de México no estaba administrada por el         Luis: Víctor García y Vicente Irízar, este último
gobierno, debido a que el contrato de arrenda-       también representante de los hermanos Gregorio
miento expiraba hasta marzo de 1877, y que los       y Marciala de la Maza, herederos de Santos de la
ingresos por productos de las cecas habían su-       Maza, el antiguo socio de García. El convenio fue
mado alrededor de 670 mil pesos más que cuan-        firmado el 18 de abril en la capital potosina, esti-
do estaban arrendadas, por ello estimaba que         pulándose un préstamo por 30 mil pesos entrega-
al reincorporarse la casa de México a la admi-       dos de inmediato al general Escobedo, a cambio
nistración gubernamental los recursos del era-       de recuperar la administración de la citada ceca
rio aumentarían en un millón de pesos. Pero los      con bases similares al último contrato celebrado
pronósticos de Mejía no se cumplieron, pues en       con el gobierno federal el 6 de abril de 1872,19
los inicios de 1876 Porfirio Díaz, ahora con la      siendo esta la primera de las cecas que volvió a
bandera del Plan de Tuxtepec, nuevamente se          los particulares en ese año de 1876.
levantó en armas contra Lerdo de Tejada, y para         La reacción de la prensa capitalina opositora
obtener recursos en forma expedita y poder fi-       al régimen lerdista no se hizo esperar. Incluso
nanciar su lucha por permanecer en el poder,         antes del arreglo en San Luis ya tenía conoci-
recurrió a una de las medidas más socorridas         miento de las intenciones del ejecutivo, no obs-
entre sus antecesores: el arrendamiento de las       tante que el Diario Oficial negó al día siguiente
casas de moneda.                                     tal aseveración. Ciertamente, resultaba para-
   La coyuntura económica originada por el le-       dójico que después de tanto esfuerzo durante la
vantamiento de Porfirio Díaz puso en evidencia
la precaria salud del erario público. Desde febre-
ro de 1876 se corría el rumor de la falta de di-       17
                                                           El Siglo Diez y Nueve, 22 de febrero de 1876.
                                                       18
                                                           agncm, protocolo de Agustín Pérez de Lara, 28 de
nero en el gobierno federal, en el que se incluía
                                                     agosto de 1872, ff. 763v-771.
la solicitud de un préstamo por 500 mil pesos           19
                                                           agncm, protocolo de Agustín Pérez de Lara, 24 de
hecha por el presidente Lerdo a los acaudalados      mayo de 1876, ff. 151v-172.

                                                                                                              77
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