Las madres orangután enseñan de manera activa a sus crías a desenvolverse en la vida

Página creada Ester Marichalar
 
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Las madres orangután enseñan de manera activa a sus crías a desenvolverse en la vida
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Las madres orangután enseñan de manera
activa a sus crías a desenvolverse en la vida
Hasta ahora se creía que estos grandes simios aprendían siguiendo el
modelo pasivo de sus progenitores. Sin embargo, un nuevo estudio muestra
por primera vez que las madres orangután, protagonistas del
#Cienciaalobestia, participan activamente en el aprendizaje de las
habilidades de sus crías.

SINC                              12/12/2021 08:00 CEST

Madre orangután con su cría. / Pixabay

Madre y cría orangután de Sumatra (Pongo abelii ) permanecen unidos hasta
los nueve años, más que cualquier otro mamífero no humano. Durante este
tiempo, estos grandes simios dependen de sus progenitoras para aprender a
desenvolverse en la vida, buscando qué comer y cómo obtener esa comida,
antes de independizarse.

       Un nuevo estudio se ha centrado en el papel que
  desempeñan las madres y demuestra por primera vez
    que en realidad las hembras son maestras activas
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Sin embargo, a diferencia de nosotros, las madres orangután no parecían
involucrarse activamente en ese aprendizaje, sino que se comportaban más
bien como modelos pasivos, cuyas conductas eran reproducidas por sus
crías, según investigaciones anteriores, basadas en la adquisición de las
habilidades desde el punto de vista de las crías.

Un nuevo estudio, publicado en la revista Scientific Reports, se ha centrado
en el papel que desempeñan las madres y demuestra por primera vez que en
realidad las hembras son maestras activas.

El equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Comportamiento
Animal de Constanza (Alemania) descubrió que cuando las madres
orangután buscan comida, adaptan su comportamiento a la edad y las
capacidades de sus crías, ayudándolas así a aprender socialmente nuevas
competencias.

El trabajo plantea la posibilidad de que los orangutanes lleven a cabo la
enseñanza –un comportamiento poco frecuente entre los animales– y arroja
luz sobre los factores que condujeron a la evolución de la enseñanza en los
humanos.

Aprender a buscar comida
Durante el periodo de destete que suele producirse a los ocho o nueve años
–uno de los periodos más largos de dependencia nutricional en cualquier
mamífero–, los jóvenes orangutanes deben aprender a reconocer y procesar
más de 200 alimentos, muchos de los cuales requieren varios pasos antes
de poder ser consumidos.

                Los jóvenes orangutanes deben aprender a
                reconocer y procesar más de 200 alimentos,
                muchos de los cuales requieren varios pasos
                      antes de poder ser consumidos
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Por ejemplo, las flores y las hojas, fáciles de comer, no necesitan de ningún
tratamiento, mientras que la corteza debe desprenderse del árbol y rasparse
con los dientes para extraer las partes nutritivas. Los productos más difíciles
requieren herramientas, como palos que se convierten en cepillos para
excavar la miel de las colmenas.

Hasta ahora se pensaba que el modo en que aprendían estas complejas
habilidades de forrajeo era observando y mirando cómo lo hacían sus
madres, y pidiéndoles la comida. Pero quedaba un misterio: ¿este proceso
de aprendizaje era realmente unilateral?

“Era desconcertante ver que las madres parecieran siempre tan pasivas
durante estas interacciones de alimentación”, dice Caroline Schuppli, del
Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, líder del trabajo.

“Las madres pasan mucho tiempo con sus crías y mantienen una conexión
muy estrecha, pero nunca parecían participar activamente en la adquisición
de sus habilidades”, añade la experta para quien faltaban datos para
entender del todo esta relación. En realidad, “no conocíamos el papel del
modelo”.

Ayuda activa de las madres
Para ello, Schuppli se asoció con investigadores de la Universidad de Zúrich
(Suiza), la Universitas Nasional (Indonesia) y el Instituto Max Planck de
Antropología Evolutiva (Alemania) para recopilar datos sobre el papel de la
madre en el desarrollo de habilidades de los hijos. Analizaron los datos de
1.300 casos de solicitud de comida por parte de 27 jóvenes orangutanes de
Sumatra a lo largo de doce años en la zona de Suaq Balimbing, en Sumatra
(Indonesia).

Para cada evento, se puntuó si la madre dejaba que la cría tomara la comida
o no, y luego se analizó esto con información sobre la edad de cada
individuo que pedía alimento y las propiedades del producto en sí.

Cuando sus crías solicitan comida, las madres ajustan su
tolerancia según la edad de sus hijos (es decir, en función
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 de sus niveles de competencia) y según la dificultad de
          procesamiento del artículo alimenticio

Los resultados mostraron que las madres orangután sí responden a sus
crías durante la alimentación y, por tanto, facilitan las oportunidades de
aprendizaje: cuando sus crías solicitan comida, las madres ajustan su
tolerancia según la edad de sus hijos (es decir, en función de sus niveles de
competencia) y según la dificultad de procesamiento del artículo alimenticio.

Las madres muestran los mayores niveles de tolerancia cuando sus crías
adquieren habilidades de reconocimiento y tratamiento de alimentos, así
como cuando se trata de productos difíciles de procesar con herramientas.
En este último caso, las progenitoras se mantienen tolerantes durante todo
el periodo de dependencia de sus crías. Con las hojas que pueden recogerse
e ingerirse enteras, estas muestran niveles generales de tolerancia más
bajos y dejan de compartirlas cuando la cría ha alcanzado cierta edad.

“Nuestros resultados sugieren que las madres participan activamente en el
aprendizaje de habilidades de sus crías, pero lo hacen de forma reactiva y no
proactiva. Curiosamente, hubo muy pocos casos en los que se compartiera
activamente la comida. Esto significa que los orangutanes más jóvenes
tienen que tomar la iniciativa durante el aprendizaje”, recalca Schuppli.

Según los autores, aún está por comprobar si los ajustes de comportamiento
de las madres pueden clasificarse o no como enseñanza funcional. “Estos
hallazgos nos dan una visión especial de los factores que conducen a la
evolución de la enseñanza”, dice la científica. “Aunque esta es bastante rara
en el reino animal, el trabajo muestra que estos orangutanes tienen al menos
algunas condiciones cognitivas, ecológicas y sociales para apoyar la
capacidad de enseñanza”, concluye.

   Referencia:

   Mulati Mikeliban et al. “Orangutan mothers adjust their behaviour
   during food solicitations in a way that likely facilitates feeding skill
   acquisition in their offspring” Scientific Reports
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Derechos: Creative Commons.

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