Sesión ordinaria 23 de setiembre de 2021 Versión aún no aprobada - Servicio de Actas y Taquigrafía - GUB.UY

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Sesión ordinaria
  23 de setiembre de 2021

  Versión aún no aprobada

Servicio de Actas y Taquigrafía
  Departamento Legislativo
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              Sesión ordinaria   -   23 de setiembre de 2021   -   Versión aún no aprobada

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Ha sido solicitada la hora por el señor edil Tulio
Tartaglia. No habiendo número en sala, no se puede realizar la Media Hora Previa.
                                         (Es la hora 15:35).

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Buenas tardes.
Damos comienzo a la sesión.
                                         (Es la hora 16:07).
A consideración el Acta N.º 2039, de 26 de agosto de 2021, sesión ordinaria.
Si no hay observaciones, se va a votar.
Las señoras edilas y los señores ediles que estén por la afirmativa, sírvanse indicarlo.
                                              (Se vota).
AFIRMATIVA, UNANIMIDAD: 29 votos.
A consideración la Relación de Asuntos Entrados.

SEÑOR LASA (Nicolás).- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Tiene la palabra el señor edil Nicolás Lasa.

SEÑOR LASA (Nicolás).- Gracias, señora presidenta.
Quisiera solicitar que se retire el punto 1 de la RAE y se trate como grave y urgente.

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Con esa modificación, se va a votar.
Las señoras edilas y los señores ediles que estén por la afirmativa, sírvanse indicarlo.
                                              (Se vota).
AFIRMATIVA, UNANIMIDAD: 30 votos.
Para asuntos relacionados con la integración del Cuerpo, tiene la palabra el señor secretario
general.

SEÑOR SECRETARIO GENERAL (Carlos Otero).- El señor edil Claudio Visillac solicita
hacer uso de licencia los días 22, 23 y 24 de octubre de 2021.

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- A consideración.

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Si no hay observaciones, se va a votar.
Las señoras edilas y los señores ediles que estén por la afirmativa, sírvanse indicarlo.
                                              (Se vota).
AFIRMATIVA, UNANIMIDAD: 30 votos.
Tiene la palabra el señor secretario general.

SEÑOR SECRETARIO GENERAL (Carlos Otero).- La señora edila Fiorella Buzeta solicita
hacer uso de licencia el día 24 de setiembre de 2021, por motivos personales.

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- A consideración.
Si no hay observaciones, se va a votar.
Las señoras edilas y los señores ediles que estén por la afirmativa, sírvanse indicarlo.
                                              (Se vota).
AFIRMATIVA, UNANIMIDAD: 30 votos.
Tiene la palabra el señor secretario general.

SEÑOR SECRETARIO GENERAL (Carlos Otero).- El señor edil Víctor Prado solicita hacer
uso de licencia desde el día 23 de setiembre al 25 de setiembre de 2021 inclusive, por
motivos personales.
                                            (Dialogados)

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Desde la Mesa solicitamos un cuarto intermedio
de tres minutos.
A consideración.
Si no hay observaciones, se va a votar.
Las señoras edilas y los señores ediles que estén por la afirmativa, sírvanse indicarlo.
                                              (Se vota).
AFIRMATIVA, UNANIMIDAD: 29 votos.
Pasamos a cuarto intermedio por tres minutos.
                                         (Es la hora 16:10).

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Continuamos con la sesión.
                                         (Es la hora 16:13).

SEÑOR LASA (Nicolás).- Pido la palabra para una cuestión de orden.

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Para una cuestión de orden, tiene la palabra el
señor edil Nicolás Lasa.

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SEÑOR LASA (Nicolás).- Gracias, señora presidenta.
Solicito un cuarto intermedio de cinco minutos.

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- A consideración.
Si no hay observaciones, se va a votar.
Las señoras edilas y los señores ediles que estén por la afirmativa, sírvanse indicarlo.
                                              (Se vota).
AFIRMATIVA: 28 en 29.
Pasamos a cuarto intermedio por cinco minutos.
                                         (Es la hora 16:14).

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Continuamos la sesión.
                                         (Es la hora 16:19).
Por Secretaría se dará cuenta de un asunto relacionado con la integración del Cuerpo.

SEÑOR SECRETARIO GENERAL (Carlos Otero).- Como decíamos, el señor edil Víctor
Prado solicita licencia desde el 23 hasta el 25 de setiembre de 2021 inclusive, por motivos
personales.

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- A consideración.
Si no hay observaciones, se va a votar.
Las señoras edilas y los señores ediles que estén por la afirmativa, sírvanse indicarlo.
                                              (Se vota).
AFIRMATIVA: 29 en 30.

                                                 #1#

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- A consideración.
Si no hay observaciones, se va a votar en general.
Las señoras edilas y los señores ediles que estén por la afirmativa, sírvanse indicarlo.
                                              (Se vota).
AFIRMATIVA, UNANIMIDAD: 30 votos.
A consideración el artículo 1.º.
Si no hay observaciones, se va a votar.
Las señoras edilas y los señores ediles que estén por la afirmativa, sírvanse indicarlo.
                                              (Se vota).

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AFIRMATIVA: 28 en 30.
A consideración el artículo 2.º.
Si no hay observaciones, se va a votar.
Las señoras edilas y los señores ediles que estén por la afirmativa, sírvanse indicarlo.
                                              (Se vota).
AFIRMATIVA, UNANIMIDAD: 30 votos.

                                                 #2#

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Tiene la palabra el señor edil Nicolás Lasa.

SEÑOR LASA (Nicolás).- Muchas gracias, señora presidenta; muchas gracias a quienes
nos están acompañando desde la Barra.
Son tiempos que nos remueven, que nos llaman a la movilización y a la reflexión.
Mañana vamos a tener una marcha en nuestra Montevideo, una movilización que no es solo
para celebrar la diversidad, sino también para reafirmar nuestro compromiso con una
sociedad mucho más igualitaria que la que tenemos. Es una forma de tomar el espacio
público, que es conflictivo por naturaleza, y disputarlo. Es hacer que quienes viven a un lado
del camino, a los márgenes, vayan por la mitad de la calle. Es reclamar, también, el derecho
a gozar de una ciudad que tiene que ser para todos y para todas. Porque marchar es una
herramienta de lucha, de reivindicación, pero ―sobre todo― es no quedarse quietos ni
quietas ante la injusticia.
Y todo esto se hace de forma festiva, porque la diversidad es una fiesta; como dijo Javi
Ambrossi, es la fiesta de los que nunca son invitados a la fiesta.
Quedó lejos ―yo realmente tengo muy pocos recuerdos― aquella primera marcha, en la
que eran muy poquitos y poquitas quienes paseaban por nuestra ciudad; aquella marcha
―eso sí recuerdo mirarlo en la tele― que era retratada desde lo que se denomina nota de
color; así se la comunicaba. Era una suerte de exhibición, un show de fenómenos. Eso
también forma parte del relato de cómo se comunicaba esa marcha.
Hoy esa marcha cambió, dejó de ser “del Orgullo” para ser “de la Diversidad”; pasó a ser un
abrir las puertas y ventanas para que todos manifestemos nuestro compromiso con una
sociedad más igualitaria.
Pero mientras tenemos la ciudad vestida de colores, hay alguien que está llorando porque el
rechazo se está haciendo carne en su cuerpo; hay alguien que respira, pero que no vive;
hay alguien que creció viendo cómo caricaturizaban su identidad en la tele para hacerlo
objeto de humor, objeto de risa; hay alguien que ama en silencio y siente que nadie lo mira,
que nadie la mira; hay una madre que reza deseando que a su hijo “se le pase”, y hay un
hijo o una hija que crece con la certeza de que no le espera un futuro feliz. Porque no
existen modelos de vejeces disidentes felices y en compañía. El estereotipo, el modelo es
siempre jovial en el disfrute, pero faltan referencias de vejeces felices, y por ellas hay que
luchar.
Hablar de diversidad es hablar de relaciones de poder. A mí me cuesta mucho no hacerlo;
trato de hacerlo cada vez que me toca hacer uso de la palabra. Y hacerlo en profundidad
implica hablar de las relaciones de poder que no podemos soslayar, porque tenemos que

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luchar contra los procesos de normalización. El sujeto natural de nuestra sociedad
capitalista es, como sostiene María José Capellín, el BBVAH: blanco, burgués, varón, adulto
y heterosexual. Mirar el mundo exclusivamente desde ahí es negárselo a todos y todas las
demás.
Los intentos de normalización en nuestra sociedad son diversos. Si bien en nuestros
tiempos son un poco más sutiles que en tiempos pasados, a las disidencias se les dan
tratamientos penales ―no solo legales―, se las penaliza con formas muy brutales. La figura
del destierro pasó del espacio público al espacio privado familiar. Ese destierro por no
cumplir con las leyes del “nosotros”, se da en las familias, no en las plazas públicas, como
decía recién.
La otra figura es la del suplicio, que parece vertebrar la vida de muchas personas disidentes.
Sobre esta lógica, Foucault ―acá me interesa citarlo― nos advierte:
       La muerte es un suplicio en la medida en que no es simplemente privación del
       derecho a vivir, sino que es la ocasión y el término de una gradación calculada
       de sufrimientos (…) La muerte-suplicio es un arte de retener la vida en el dolor,
       subdividiéndola en “mil muertes” (…).
En esto del control, Judith Butler se preguntaba: “¿Existe un buen modo de categorizar los
cuerpos?”. “Las categorías ―se respondía Butler― nos dicen más sobre nuestra necesidad
de categorizar los cuerpos que sobre los cuerpos mismos”.
Y es que la vida no es fácil, pero nosotros también nos empeñamos en complicársela mucho
a algunos y algunas. Yo les pregunto a cuántos de ustedes los acosaron de chicos por la
forma en que caminaban; a cuántos de ustedes los insultaron por la calle; cuántos de
ustedes se tuvieron que exponer y confesar su disidencia y cuántos pasaron años de su vida
tratando de que no se les notara; a cuántos los echaron de sus casas por cómo vivían su
sexualidad y su identidad de género; a cuántos les grafitearon en la puerta de su casa las
palabras puto, torta, traba; cuántos sintieron vergüenza de lo que son; cuántos sintieron que
les faltaban espejos en los que identificarse y referenciarse, y cuántos sintieron que la
felicidad no iba a formar parte de su futuro. Si no se sintieron identificados con estas
preguntas es porque pudieron gozar de una libertad que a muchos y muchas les fue
negada.
Les confieso que hacer esta intervención no me costó mucho, porque estas experiencias,
estas preguntas en realidad obedecen a experiencias que les pasaron a amigos y amigas y
que también me pasaron a mí. Hoy vengo a hablar como gay visible, porque muchos y
muchas lucharon, marcharon antes. Además, lo hago porque puedo, pero también
reconociendo que estoy en una posición de privilegio. Porque no es lo mismo la
adolescencia gay de un joven blanco, rubio, en Reducto, que las que viven un montón de
vecinos y vecinas en Montevideo. Cuando hablamos de estos temas también tenemos que
hablar de las interseccionalidades, de la perspectiva de clase, de la perspectiva de raza, de
la perspectiva de etnia. Porque no somos todos iguales, por más que haya modelos de
cómo ser y modelos más aceptados que otros.
A mí de chico siempre me llamó mucho la atención escuchar hablar de la elección sexual.
Yo decía: “¿quién elige?”. Si fuera una elección, seguro que no elegiría el camino más difícil,
un camino lleno de dolores. Pero nosotros, como sociedad, sí podemos elegir eliminar los
obstáculos para las disidencias.
Si me permiten, quiero compartir dos experiencias que son personales, porque lo personal
es político. No quiero personalizar, pero entiendo que muchas veces no podemos dar
determinados debates en abstracto: tenemos que encarnarlos en experiencias concretas.
A los 16 años me tocó enfrentar una situación difícil: un amigo tuvo un intento de
autoeliminación porque su familia no lo toleró, y él no toleró el rechazo. Eran los tiempos en

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los que no existían los celulares, o no estaban universalizados. Después me enteré de que
muchas veces, cuando llamó a casa, pasó horas conversando con mi madre porque, si bien
era una desconocida, era la única referencia del mundo adulto que podía entenderlo y
abrazarlo a la distancia y sin conocerlo.
La otra experiencia puede llegar a estar asociada a algo violento. Fue cuando yo tenía 16
años y mi hermano ―que es un año y medio menor que yo― me enfrentó y me dijo:
“Nicolás, ¿por qué no me dijiste que eras gay?”. Ese fue un golpe muy fuerte. No estaba
preparado para ese momento. Quedé en silencio. Enseguida, él mismo continuó: “… si
sabías que iba a estar todo bien”. Le pregunté cómo se había enterado, y resulta que se lo
había comentado mi madre.
Es que a nosotros nos fragmentan, nos hacen dividir lo privado, lo público, lo que podemos
ser y lo que podemos mostrar. Nos obligan a vivir en una mentira, y eso instala un conflicto
que es ético también en nosotros mismos, porque nadie quiere ser deshonesto consigo
mismo. El tema es que, para que la honestidad emerja, tiene que encontrar en el afuera
alguien que la abrace. Más allá del imperativo de la autosuficiencia, los humanos somos
seres siempre en relación, y la mirada de los demás nos construye desde nuestra más
temprana edad. La mirada puede abrazar, puede contener, respetar y valorar, o puede
instalar una dinámica de menosprecio con consecuencias insospechadas.
Hablamos de diversidad y hablamos de respeto, palabra que viene de respicere, de volver a
mirar, de restituir la mirada a aquellos que no queremos ver, que no los reconocemos en
nuestra mirada. Durante mucho tiempo estas identidades estuvieron patologizadas y fueron
consideradas enfermedades mentales. Por suerte, ese tiempo ya pasó. Uno se pregunta
quién tiene derecho a determinar que una identidad es enferma o no. Esta violencia
normativa se juega en lo grande ―en lo que dice la OMS, por ejemplo―, pero también en
un montón de violencias muy pequeñas, que las ejercen los comunes y corrientes, esos que
no son homolesbobitransfóbicos fanáticos, sino que son familiares, vecinos y amigos que
ejercen violencia formulada entre signos de interrogación, mate mediante, en cualquier
charla: “¿Y para cuándo la novia?”, “¿Por qué no jugás al fútbol, como tus hermanos?”. En
esas preguntas hay un montón de expectativas que se tienen sobre uno, y uno siente que si
dice la verdad les falla, y nadie quiere fallarle al otro.
Ser disidente no es un problema en sí mismo, es un problema en esta sociedad. Por eso
nosotros debemos transformar radicalmente la sociedad. Logramos muchos avances en
materia legislativa, pero todavía tenemos la reacción de los conservadores y de las
conservadoras, que dan estos debates a través del lenguaje, porque el lenguaje también es
un territorio de disputa, que puede construir la realidad incluso irrespetuosamente o puede
hacerlo de forma problemática. El odio se siembra. Los discursos de odio tienen
consecuencias. Las letras de Montevideo estaban ploteadas con los colores de la
diversidad, pero las vandalizaron. Uno podría decir que es un hecho menor, pero eso se da
en el 2021, hoy.
El lenguaje tiene una dimensión performativa, porque construye realidad. Hace unos años
nosotros dimos un debate sobre la Ley Integral para Personas Trans, y ahí se jugó mucho el
rol de los conservadores y de las conservadoras. En un ejercicio de alquimia verbal,
quisieron transformar derechos en privilegios. Uno se pregunta de qué privilegios hablan.
¿Del privilegio de tener una expectativa de vida de 40 años? ¿Del privilegio de que te echen
de tu casa a los 15 o a los 16? ¿Del privilegio de que se te cierren todas las puertas, todas
las ventanas, y el único camino posible para sobrevivir sea el trabajo sexual? Según censos
que se han hecho, el 74 % de las personas trans se dedicaron o se dedican al trabajo
sexual, y una de cada cinco tuvo su primera experiencia sexual de forma no consentida.
¿De esos privilegios nos hablan los conservadores? ¿Quién los quiere?
Apelaban a la responsabilidad del legislador ―recuerdo― para no darles garantías a

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aquellos y a aquellas jóvenes que querían transicionar de una forma cuidada porque
―decían― no estaban de acuerdo con las operaciones irreversibles. ¿Hay acaso algo más
irreversible que perder la vida? ¿Quién se hace cargo de los suicidios de las personas
trans? ¿Quién se hace cargo de los asesinatos de Kiara, de Gabriela, de Casandra, de la
Brasilera, de Pamela, de la Pochito? ¿Quién? Porque al día de hoy, muchos de estos
travesticidios siguen sin esclarecerse. Hoy, que es el Día de la Reivindicación de las
Identidades Trans, las recordamos a ellas y exigimos justicia.
Revisando la prensa de aquel momento me encontré con que hubo quienes se atrevieron a
hacerse los chistosos y, en una mezcla de inhumanidad y mal gusto, decían que estaban
“limpiando el parque”. Tenemos que dejar de tratar a las personas trans como si fueran la
basura de esta sociedad. Eso construye identidades sucias, asociadas al desorden, y no nos
van a ordenar de la forma en que nos quieren ordenar. No lo van a hacer quienes son tan
indecentes que de noche las consumen y de día, si pueden pasarlas por arriba, las pasan
por arriba.
Uno se pregunta: ¿por qué nos interpelan tanto estas identidades? Es que es tan visible el
quiebre que proponen del sistema sexo-género que hacen que las certezas de los
conservadores tengan la fragilidad de un castillo de naipes. Vienen con la ofensiva de la
ideología de género, y los conservadores y las conservadoras se posicionan como víctimas,
siendo victimarios. Es que los sectores del poder concentrado tienen eso: les usurpan a los
pobres y a las víctimas hasta su propio lugar de víctimas.
No permitamos que nos engañen. La hegemonía, en este país ―más allá de la norma―,
sigue siendo conservadora. No permitamos que nos enemiguen con quienes cargan en sus
espaldas con el peso del estigma y de la discriminación.
Quiero dedicar los últimos minutos que me quedan, señora presidenta, a hablar de nuestra
necesidad de educar en diversidad.
Educar en diversidad significa recomponer la ciudadanía en un mundo descompuesto,
significa educar en el amor en un mundo movido por el miedo y por el odio. Hablando de
educación, en estos días estamos conmemorando el centenario de Paulo Freire, quien nos
decía que amar es un acto de coraje. Podemos aprovechar esta tarde para un doble
homenaje.
Educar es formar la voluntad de la persona para que estime las normas de convivencia, se
convenza de que esas normas deben ser así y se habitúe a vivir conforme a ellas. Si educar
es tratar de extraer lo mejor de cada uno de nosotras, para formar el carácter individual y
singular, también tiene que tener un componente que sirva para formarnos a todos en un
carácter democrático. Y a quienes nos mueve una vocación de justicia, el avance hacia una
sociedad de nuevo tipo exige identificarnos con las personas más vulneradas siempre,
desprivatizando el sufrimiento y pensando la realidad desde las periferias hacia el centro.
Obviamente, no desde una perspectiva asimétrica y paternalista, sino desde la crítica
colectiva al poder dominante y asumiendo la solidaridad efectiva en la lucha común.
Para que la justicia social sea el bien común que oriente nuestras acciones, tenemos que
cambiar también el sistema que solo promueve el beneficio personal, el pensar en lo propio.
Se trata de pensar cada vez menos en lo propio y más en todas y en todos.
Luciano Lutereau nos plantea que las relaciones más profundas no son las que parten de lo
que tenemos en común, sino las que parten de la diferencia. Es que los vínculos siempre los
construimos desde nuestra fragilidad; por eso siempre estamos expulsando a lo distinto y
tratamos de parecernos al otro y a la otra, pues esa es la forma de que desaparezca el otro
y la otra como amenaza. Pero transformarse por la presencia del otro y de la otra es parte
del amar, y amar también es abandonarse a uno mismo, en estos casos. Esta es una
invitación que nos hago a todas y a todos: abandonarnos a los otros, a desarrollarnos juntos

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y saber que no hay vida posible, viable y sostenible si no es para todos y todas.
Este amor no se declara: se construye y se actúa todos los días. Y ante esta disyuntiva, el
silencio siempre va a ser complicidad. Nosotros no vamos a estar parados nunca desde ese
lugar. Vamos a defender la libertad en todas sus dimensiones y la libertad de poder elegir el
amor siempre.
Muchas gracias, señora presidenta.

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Muchas gracias.

                                                 #3#

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Tiene la palabra el señor edil Rafael Rondán.

SEÑORA RONDÁN (Rafael).- Muchas gracias, señora presidenta.
Este es un mes especial, en el que vemos banderas del arcoíris decorando, iluminando la
ciudad. Es un mes en el que yo, por lo menos, voy con la frente en alto, con mucho orgullo
de lo que soy.
Primero que nada me gustaría remarcar la desinformación que hay sobre la comunidad
LGBT. Cuando uno es gay ―o parte de esta comunidad― no es por elección: viene con el
ser. Desde mi punto de vista, Dios nos creó así. Cuando uno es parte de esta comunidad
empieza a recorrer un camino muy difícil, y lo vivimos todos quienes somos LGBT. Es un
camino de burlas, de discriminación, de golpes, de insultos y de vergüenzas muchas. Se nos
dice que somos antinaturales, que Dios creó al hombre y a la mujer. Se nos dice que no
podemos creer en lo que creemos, porque la religión está en contra de lo que somos. Se
nos dice que no vamos a tener buenos empleos. Se nos dice que tenemos que estudiar y
esforzarnos el doble para conseguir las cosas, y la verdad es así. Desde chicos las
preguntas son: “¿Por qué caminas así?”, “¿Por qué te vestís así?”, “¿Por qué no jugas a la
pelota?”, “¿Por qué solo tenés amigas?”. En medio de todo este proceso se viven burlas
como “Rafaela”, “putazo”, “maricón”, “vos no”, y siempre, siempre sos el último que eligen en
Educación Física. Muchas veces, cuando uno transita este camino, lo que desea es volver a
ese sueño de la niñez, a ese sueño más puro, que en mi caso era ser presidente de la
República. En la sociedad de hoy, ¿ustedes creen que eso se va a poder hacer realidad? Yo
no lo sé.
¿Qué quiero expresar con todo esto? Quiero visibilizar la discriminación que vivimos día a
día desde jóvenes, porque se habla mucho, pero nadie dice en realidad lo que es la
discriminación. Es eso: es dejarnos fuera de los equipos de Educación Física, es salir y que
te griten de atrás, es que te tiren cosas en la clase, es que te golpeen porque saben que no
te vas a defender; es la burla constante en una clase en complicidad con todos los demás,
porque es lo que la sociedad enseña. Y uno es niño. Hoy lo entiendo, somos niños, pero
¡cómo duele en su momento!
Luego viene la etapa de afrontar la situación y de decirle al mundo que sos gay, lesbiana,
trans, bisexual. Yo nunca voy a olvidar todo lo que pasó por mi cabeza minutos antes de
decírselo a mi madre: “Me va a dejar de querer, me va a echar, voy a vivir en la calle, me
van a pegar, mis hermanos no me van a querer, estoy enfermo, les voy a dar vergüenza,
Dios me odia y no puedo rezar más”. En mi caso, por suerte, tengo unos padres y unos
hermanos maravillosos que me aceptaron y apoyaron siempre. Y mucha gente me mostró

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que Dios es padre y ama. Pero fuera de la familia te encontrás con una sociedad fría y
distante, a la que le molestan los problemas de los demás. Te encontrás con una sociedad
desinformada, una sociedad que tiene como norma la discriminación, el dejar de lado. Te
encontrás con un sistema educativo que no está preparado para estas cosas. Te encontrás
en un trabajo en el que te echan o te discriminan. Y empieza una labor agotadora, que es
explicarle al resto del mundo lo que uno es, lo que uno siente. Es un actuar constante desde
la resistencia. Es agotador, muchas veces es agotador.
Se han dado debates, incluso en esta casa, en los que manifestamos nuestra sorpresa por
las cifras de suicidios, que a todos nos parecen horribles. Pero hay algunos jóvenes a los
que entiendo. Porque yo tuve el apoyo de mi familia, pero algunos no. Algunos se quedan
sin fuerzas y ven allí una salida, que obviamente no lo es. Los entiendo cuando te cagaron a
palos toda tu vida, cuando te violaron en un callejón oscuro, cuando tuviste que dormir en la
calle porque tu familia te echó. Yo, la verdad, los entiendo.
Es necesario que esta sociedad deje de mirar a las personas por su herida o por lo que los
hace diferentes. ¿Por qué siempre miramos al gordo, al puto, al paralítico o al negro? ¿No
se dan cuenta de que son personas? Yo creo que no, que estamos inmersos en una
sociedad que primero etiqueta y luego ve a las personas, y eso es lo que nosotros, como
dirigentes políticos de este país, tenemos que cambiar.
¿Por qué los LGBT tenemos que ser ciudadanos de segunda?
Yo quiero dar unos datos. ¿Sabían que la homosexualidad es ilegal en 76 países, y que en
siete de ellos hay pena de muerte solo por amar?
Desde que se aprobó el matrimonio igualitario en este país, la situación cambió, se empezó
a ver con otros ojos. Pero con eso no es suficiente. Necesitamos proyectos que no hablen
de generalidades; necesitamos proyectos que hablen de las personas. Necesitamos tener
un Estado que acompañe desde el momento uno. No es solo casarnos, es que no nos pase
todo lo que vivimos en la escuela y en el liceo, o en un gimnasio, aunque para un gay es
imposible ir a un gimnasio.
Necesitamos hacer políticas sobre estos temas. Necesitamos informar. Y si se va a crear
una norma contra la discriminación, que realmente pueda ser utilizada.
Cuando logramos entender que nos merecemos transitar nuestro amor sin vergüenzas y sin
tabúes, apostamos a ser felices y libres contra lo que sea. Nadie puede negar que la
comunidad, cuando se propone algo, lo logra. Nos levantamos con orgullo de lo que gracias
a Dios somos hoy.
Por todo esto que detallo es tan importante la Marcha de la Diversidad, y no solo aquí, sino
en el mundo. Porque, como hemos visto, el matrimonio no eliminó la discriminación. Esa es
otra arista que debemos encarar con seriedad. Hay que darle el tamaño real a este debate,
un debate que tiene muchos puntos de vista, opiniones y diferentes discriminaciones, según
quiénes sean los o las que estamos hablando. Pero, como dije antes, necesitamos leyes
que hablen y condenen realmente la discriminación, sin generalidades.
Por otro lado, señora presidenta, no puedo omitir lo que está sucediendo hoy. Los colectivos
que organizan la Marcha de la Diversidad en Uruguay claramente viven en una anomia
constante. Les importa poco la salud de los ciudadanos y, a su vez ―también hay que
decirlo―, van en contra de lo que nuestra intendenta resolvió, que fue no autorizar la
marcha, ya que estamos en pandemia.
Hay que decir que estos colectivos son claramente políticos, que no representan a toda la
comunidad LGBT. Esto queda muy claro, ya que las consignas, año tras año, son contra los
que pensamos diferente, así seamos parte de la comunidad. Es una falsa diversidad. Por
suerte estas actitudes no opacan el sentido real de la marcha, que es seguir luchando contra

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la discriminación y por una inclusión en toda la sociedad.
Como blanco, herrerista y católico debo decir que yo creo en la diversidad real, en la cual no
se discrimine a nadie, en la que haya oportunidades para todos, y por eso voy a trabajar
incansablemente.
Muchas gracias, señora presidenta.

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Gracias a usted, señor edil.
Tiene la palabra el señor edil Claudio Visillac.

SEÑOR VISILLAC (Claudio).- Gracias, señora presidenta.
Hoy la lucha y la militancia colectiva por los derechos de la comunidad LGBTI nos recuerdan
en su marcha, como subconsigna, a una luchadora implacable por los derechos humanos
como es Gloria Álvez. La marcha, que llevará su nombre, nos invita no solo a recorrer su
historia, sino a defender los derechos obtenidos fruto de la militancia social y política de
miles en pie de lucha, conscientes y alertas de que cada derecho, cada logro de la militancia
se tiene que resguardar, y que el mejor resguardo es la expresión popular en las calles. Esta
lucha es continua, es la garantía de permanencia de lo logrado y también la construcción de
un camino hacia nuevas conquistas sociales.
Gloria, defensora incansable de la comunidad ―dedicó más de 30 años de militancia a la
defensa de los derechos de las personas trans―, nos deja un legado a todos, no solo en lo
que respecta a la dignificación de la vida, sino también a las grandes conquistas ―que no
vienen de ninguna divinidad ni de Dios, sino de una voz colectiva que nunca calló―, como la
Ley de Trabajo Sexual, la Ley de Derecho a la Identidad de Género, la Ley Integral para
Personas Trans y la Ley de Matrimonio Igualitario.
En las épocas más oscuras de nuestra historia, Gloria tuvo que pelear contra un Estado
represor. Resistió el encierro y sufrió la tortura impartida por policías y militares hacia las
personas trans durante la dictadura cívico-militar. Posteriormente continuó desarrollando un
rol fundamental en la Asociación Trans del Uruguay, organizando ―junto a muchas― las
primeras marchas por la diversidad.
Mañana no solo se marchará en nombre de Gloria; la consigna de la convocatoria es
también “Ante un Estado ausente, nuestra lucha está presente”. La lucha, lamentablemente,
sigue siendo contra quienes ignoran y desconocen la realidad y pretenden desde esa
perspectiva desatender los reclamos legítimos de quienes ven vulnerados sus derechos.
Actualmente la discriminación por orientación sexual e identidad de género es la más
denunciada: constituye más del 19 % del total de las denuncias recibidas. Eso debe
hacernos tomar conciencia de que, a pesar de todo lo que se ha avanzado, queda mucho
camino por recorrer y quedan aún muchas conquistas por defender.
La lucha contra la discriminación debe tener como garante a una sociedad comprometida y
a un Estado que desarrolle políticas públicas transversales para combatir la discriminación
presente e histórica, y que defienda los derechos humanos.
Muchas gracias, señora presidenta.

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Gracias, señor edil.
Tiene la palabra la señora edila Patricia Soria.

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SEÑORA SORIA (Patricia).- Muchas gracias, señora presidenta.
En primer lugar, quiero agradecer a los señores ediles Lasa y Rondán por traer este tema a
sala.
También quiero agradecer y destacar la presencia en la Barra de Colette y compañeras; mi
respeto, cariño y admiración hacia ellas.
Me es difícil hablar hoy desde mi lugar de privilegio, desde mi lugar hegemónico y cercano al
estereotipo que nos vende el sistema, que nos inculca desde temprana edad como el
predominante, normal, aceptado y esperado. Lo voy a hacer desde el lado del respeto,
orgullo y admiración absoluta, desde mi rol de compañera y eterna aprendiz de la resiliencia
y valentía que representan las tantas personas que mañana estarán marchando hacia la
Plaza 1.º de Mayo.
Me es difícil hablar hoy porque hay muchas que no están. Y detrás hay una acumulación de
lucha y resistencia inmensa.
La Marcha por la Diversidad de este año lleva el nombre de Gloria Álvez. Gloria fue
cofundadora de ATRU ―Asociación Trans del Uruguay―, primera organización de la
sociedad civil liderada por mujeres trans que puso en agenda la situación de estas mujeres
como un tema político ―Ley de Trabajo Sexual en Uruguay―, y también fue parte
fundamental de la Ley Integral para Personas Trans, no solamente desde lo normativo, sino
poniendo el cuerpo desde la campaña que llevó a la aprobación de esta ley que hoy rige en
nuestro país, a pesar de que poco se cumple.
Que la Marcha por la Diversidad lleve el nombre de Gloria es un ejercicio de memoria, lucha
y resistencia para estas generaciones y las que vendrán. Debe ser un recordatorio constante
de que hay que ser vigilantes ante los derechos que hemos conquistado, por lo que decía
Simone de Beauvoir: “No olviden jamás que bastará una crisis política, económica o
religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos
nunca se dan por adquiridos, debemos permanecer vigilantes toda vuestra vida”. Esta frase
estaba destinada a los derechos de las mujeres cis, pero bien aplica a las mujeres trans y a
toda población disidente.
Gloria falleció el 30 de mayo de este año. La comunidad reaccionó rápidamente y la
homenajeó en el marco del Día del Orgullo. Desde el colectivo La Contracultural se
organizaron prontamente y generaron una acción para reivindicar su legado, que consistió
en distribuir de forma gratuita unas bolsas chismosas preciosas con el retrato de Gloria y la
leyenda: “La Gloria de Ser. Orgullo. 1943-2021”, cuyo diseño fue realizado por el artista
Leho De Sosa. Esto se llevó adelante junto con la cooperativa textil Fuega y Multimostre
Colectivo, en Casa de Piedra. Se hizo un trabajo comprometido, en comunidad, para honrar
su memoria.
Las luchas de las que Gloria fue parte ―y de las que toda la comunidad ha sido parte―
tienen que ver con el reclamo constante de que se aclaren los crímenes transfóbicos de
2011 y 2012, que aún siguen impunes. Hace unas semanas se procesó a un hombre por
actos del Comando Barneix. En la investigación se encuentran testimonios de este hombre
―en un blog―, en los que dice ser el autor de estos cinco transfemicidios o travesticidios.
Todas tenían un tiro en la nuca y sus cuerpos mutilados. Es imposible no pensar en el miedo
que implicaba para estas mujeres trans salir a la calle, no pensar en el terror de las
trabajadoras sexuales de ser la próxima Kiara, Gabriela, Casandra, La Brasilera, Pamela o
la Pochito. Sin embargo ―y pese al miedo―, tuvieron que seguir poniendo el cuerpo.
Tuvieron que seguir poniendo el cuerpo porque el Estado no iba a solucionar sus problemas
habitacionales ni a llenar sus platos de comida, y tampoco iba a resolver el problema de
inseguridad que implicaba tener una identidad trans y moverse con libertad por la calle.
En el nombre de las compañeras que hoy nos acompañan, quiero reivindicar a todas las que

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tuvieron que poner el cuerpo para comer y para manifestarse en la calle pidiendo justicia.
Me acuerdo de que en aquel entonces la lucha era también por titulares de prensa dignos,
porque las coberturas del momento seguían empecinadas en decir: “Homicidio. Hombre
vestido de mujer se encuentra en Parque Roosevelt”.
Es imprescindible llegar a la verdad y que haya justicia. Hay una investigación en curso, y en
ella depositamos todas las esperanzas de que haya una resolución frente a estos crímenes
de odio que no se olvidan, que no podemos permitirnos olvidar.
Esta es una buena fecha para no olvidar y para replantearnos los compromisos que
tenemos por delante. En la sesión pasada este Pleno votó declarar de interés departamental
la fecha de hoy, 23 de setiembre, Día de la Reivindicación de las Identidades Trans. Se votó
sin distinción partidaria: todos los partidos presentes en sala votaron esta declaración de
interés. Creo que eso es algo a subrayar, porque quienes estamos aquí representando al
pueblo tenemos una fuerza política detrás, que ocupa lugares de decisión en los distintos
niveles de Gobierno, a lo largo y ancho del país. Es importante, entonces, no solo que esto
haya sido acompañado por los diferentes partidos, sino también que hoy tengamos
alocuciones en defensa de la diversidad desde distintas tiendas. Porque esa, en definitiva,
es la garantía ―o debería serlo― de la voluntad política de velar por las necesidades de la
comunidad LGTBIQ+.
Es lindo en setiembre colgar la bandera, usar stickers y gifs en las redes; son lindos los
discursos y las acciones. Pero si no generamos los compromisos reales para cubrir las
necesidades de la comunidad, el resto es subirse al carro y nada más.
Nos aqueja un mal en el sistema político, que es la fascinación por no cumplir con las leyes
promulgadas. La Ley N.º 19.684 ―Ley Integral para Personas Trans―, aprobada en 2018,
plantea la creación de políticas públicas específicas para disminuir la discriminación
estructural que afecta de forma radical la vida de las personas trans. En este sentido, se
prevén acciones a nivel sanitario, social, económico, laboral, cultural, educativo. Hay un
montón de cosas previstas en la hermosa ley que tenemos, que lamentablemente no se
cumplen.
Teniendo en cuenta la pandemia, la crisis sanitaria y económica ―que tuvo un impacto
mucho más evidente en la población trans―, la Intendencia de Montevideo duplicó el cupo
para personas trans en los llamados laborales. Esto debería replicarse en todos los
gobiernos departamentales y espacios del Estado, o al menos se debería cumplir
efectivamente con la cuota del 1 % prevista en la ley. Lo mismo comentamos en julio, a
propósito del Mes de la Afrodescendencia, con la Ley N.º 19.122, creada en el 2013, que
habilita la aplicación de la cuota del 8 % en los ingresos del Estado para personas
afrodescendientes.
En el año 2020, la cifra de ingresos al Estado de personas afrodescendientes a través de los
llamados públicos fue inferior a la de 2014. De hecho, en el año 2020 se registra el menor
ingreso de personas afrodescendientes al Estado en los últimos siete años. Traigo esto a
sala, señora presidenta, porque el Mes de la Diversidad implica la diversidad dentro de la
diversidad, implica hablar de interseccionalidad. En ese sentido, implica hablar no solo de
identidad de género y orientación sexual, sino también de identidad étnico-racial, de
diversidad funcional y de diversidad socioeconómica.
Conversando con amigos, compañeros, compañeras, personas que pertenecen a mi núcleo
de confianza sobre esto tan importante de las interseccionalidades y el concepto de la
diversidad dentro de la diversidad misma, uno de ellos me decía el otro día sobre ser gay y
el contexto socioeconómico: “Yo no sería la misma persona si no hubiera tenido la
posibilidad de mudarme a Malvín. Sería ‘el puto de Instrucciones y Mendoza’, observado,
perseguido y burlado, sin las herramientas que tengo hoy, que me permiten ser con libertad

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y menos estigma”.
Con otro de mis compañeros de ruta reflexionábamos sobre los estereotipos de la
masculinidad afrodescendiente y cómo en ninguno de ellos entra o se concibe la
homosexualidad. La hipersexualización del varón afro ―y de la mujer, ni les digo―, la
virilidad, la fogosidad, el rendir sexualmente hacen que se potencien y se junten el discurso
racista y el homofóbico. ¡Tanto he escuchado “Negro y además puto”! La orientación sexual
se puede intentar esconder, pero la identidad étnico-racial es visible y ya es motivo de
discriminación y violencia. Entonces empieza a funcionar una lógica perversa: cuando se
está en un espacio medianamente amigable con la diversidad, hay que cuidarse del
racismo, y cuando se está en un espacio que comprende lo étnico, hay que cuidarse de la
homofobia.
Imaginen ustedes estar en un espacio que no es públicamente amigable con nadie. Eso
implica estar con la guardia en alto todo el tiempo, porque no se sabe de dónde pueden
venir los golpes.
Nadie se merece vivir a la defensiva por su derecho a ser, y de eso se trata la convocatoria
de mañana de la Marcha por la Diversidad. Se trata de luchar por el derecho a ser en
libertad, el mismo derecho y la misma libertad que tienen todas las personas, más allá de su
identidad étnico-racial, orientación sexual, identidad de género o situación socioeconómica.
Es aquello que, en definitiva, dice el artículo 8.º de la Constitución: “Todas las personas son
iguales ante la ley, no reconociéndose otra distinción ente ellas sino la de los talentos o las
virtudes”. La letra está, pero sabemos que existen distintos puntos de partida para las
personas que hacen de la igualdad de oportunidades un eslogan vacío.
                                     (Timbre indicador de tiempo)
Redondeo, presidente.
Quiero convocar para la concentración…
                                             (Dialogados)

SEÑORA PRESIDENTE (Sandra Nedov).- Continúe, señora edila.

SEÑORA SORIA (Patricia).- Quiero extender la invitación a una concentración que se va a
realizar hoy en la explanada de la Universidad de la República a las 18:30 horas. Ha sido
autoconvocada por personas trans y travestis para reclamar justicia por los transfemicidios
que siguen impunes desde 2011 y 2012.
Muchas gracias, señora presidenta.

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Muchas gracias, señora edila.
Tiene la palabra la señora edil Adriana Balcárcel.

SEÑORA BALCÁRCEL (Adriana).- Gracias, señora presidenta. Gracias, compañeros.
No voy a felicitar a los compañeros que hablaron recién porque no se trata aquí de felicitar;
esa no es la palabra adecuada. La felicitación es para otras cosas; para un cumpleaños, por
ejemplo.
Yo nunca creí en las personas distintas. No quiero felicitarlos por lo que contaron, sino
decirles que han sido más que valientes. El transitar en la vida les da otras oportunidades.

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Hoy ustedes marcaron una diferencia en este Pleno: contaron verdades que muchos
ocultan, y detrás de ellas hay un montón de discriminación, de dolor. Y… ¿cómo decirles?
Yo lo he visto, y ahora sí les quiero decir ―con la autorización de mi secretaria, una chica
trans que hace más de 15 años que está trabajando conmigo― que sé lo que han pasado.
Porque para mí Nicole es como si fuera una hija, y vi toda su transformación, vi todo lo que
sufrió. Es una de las pocas chicas de la comunidad que ha tenido la suerte de trabajar en
algo distinto a vender su cuerpo ―por ejemplo―, pero ha sentido lo mismo que ustedes.
Entonces, hoy no los voy a felicitar, sino a decirles: “¡Qué valientes! ¡Qué bueno que hoy
tengamos dentro de este Pleno tan diverso ―como la vida misma, como la naturaleza
misma― compañeros que sean capaces de entender estas cuestiones! Porque apelo a eso,
a que sean buenos legisladores a futuro, porque van a estar más sensibles, porque aquí van
a poder entender todo lo que se sufre. Esta edil, esta humilde servidora pública, anhela una
sociedad en la que no haya diferencias, y me parece que no es una cuestión de política
solamente, es una cuestión de vida.
Aquí se habló mucho del amor y se habló mucho de la felicidad. Yo recuerdo que en el 2013
la Comisión de Género del Congreso de Ediles hizo el Primer Encuentro de Personas Trans
en el Cabildo de Montevideo. En ese momento tuvimos a Michelle Suárez y a Diana
González Perrett. Ahora veo a Collette Richard ―con quien hablamos mucho―, a toda la
comunidad, y recuerdo cómo nos ayudaron. Después de todo lo que se habló ―porque
estaba el cambio de nombre, la identidad, los femicidios, todo lo que sufría la colectividad―
me impactó una sola cosa: una chica trans se levantó y me dijo: “Hay algo muy importante
de lo que no se habló y es por lo que todos nosotros sufrimos: la felicidad; la felicidad
individual de cada uno de nosotros y el derecho a ser”. En ese momento, todos quienes
estábamos allí quedamos… ¡Guau! Se habló de derechos, se habló de leyes, se habló de un
montón de cosas, y como legisladores teníamos mucho para aportar, pero la realidad era la
felicidad del ser humano, que creo que va más allá de las políticas.
                     (Ocupa la Presidencia el señor edil Claudio Visillac).
Hoy tenemos la posibilidad de charlar sobre estas cuestiones y de hacer en consecuencia.
Hoy tenemos leyes ―como bien decía la edil preopinante― que no se cumplen, que son
letra muerta, y no se cumplen tampoco cuando se hacen concursos. Esto lo hablaba hace
poco con Nicole. Me decía que aquí mismo, en nuestra casa, cuando se hicieron llamados
tampoco se cumplió con la cuota para las personas trans. Entonces, ¿qué decirles? Para mí,
que soy una persona liberal convencida, ser feliz es una cuestión de autodeterminación; ser
feliz implica ser productivo para uno mismo y para la sociedad. El ser íntegro, el entender, el
respetar va más allá de cuestiones que están en papeles o son letra muerta. Hoy, como
legisladores, tenemos el deber y la obligación de garantizar eso, y por suerte tenemos
compañeros que seguramente van a trabajar en ese sentido. Para mí es muy importante
tener hoy compañeros que van a entender esas cuestiones a futuro ―porque ambos son
muy jóvenes― y van a llegar a entender, a legislar y a ver otra sociedad. Yo anhelo eso, una
sociedad sin discriminación, y creo que no está tan lejos. Lo veo en el ejemplo de Collette,
que llegó, que fue una profesora, que salió adelante, que ha viajado, que ha conocido; lo
veo en Nicole, lo veo en Miranda, lo veo en Adrián, en la comunidad; lo veo en todos lados.
Y creo que se ha hecho mucho, y que va más allá.
Quiero decirles desde acá que estoy comprometida con ustedes y con toda esta causa,
como siempre, “con las dos”, con todos.
Y bueno, más de una vez hemos tenido que volver a reivindicar estas cuestiones. Quien
habla también tuvo la oportunidad de ir hace tres o cuatro años a hablar con el ministro
Bonomi ―en aquel momento― para pedirle el desarchivo de estos asesinatos, y quedamos
en que sí y en que no. Y a mí hoy me duele mucho escuchar lo que decía recién Patricia.
Hace pocos días se encontraba, por casualidad ―quién sabe―, un asesino serial, de

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repente… Les tocó la mala suerte a chicas que estaban vendiendo su cuerpo. No quiero ver
más eso; quiero ver que tengan oportunidades de trabajo real, de inclusión real, no que se
tengan que vender. Y no porque sean menos ni más, sino porque el trabajo es un derecho
que va más allá de eso, es un derecho humano consagrado y lo tenemos que garantizar.
Muchas gracias, y gracias por haber dado los testimonios.

SEÑOR PRESIDENTE (Claudio Visillac).- Gracias, señora edila.
Tiene la palabra la señora edila Estela Pereyra.

SEÑORA PEREYRA (Estela).- Gracias, señor presidente.
Quisiéramos ver que, a raíz de la perseverancia y el reclamo del respeto a los derechos de
todos, fuéramos una sociedad culturalmente diversa e integrada, con equidad e igualdad de
derechos, en la que nos pudiéramos sentir unidos, con defectos y virtudes. La naturaleza de
los seres es diversa. La estigmatización es una imposición cultural que a lo largo de la
historia de la civilización ha causado conflictos aterradores.
La lucha de los diferentes colectivos no es simplemente una cuestión de derechos
vulnerados: es una cuestión de convivencia, es un no a la violencia, es modificar que te
hagan sentir diferente, porque todos los somos.
Yo reivindico el cumplimiento de la Ley N.º 19.684, la Ley Integral para Personas Trans.
También reivindico que la sociedad, por intermedio del Estado y del Gobierno de turno, tiene
que ser capaz de proteger los derechos de las personas más vulnerables, como los niños,
los jóvenes, los adultos, los mayores y los pobres. Debemos proteger derechos
fundamentales, como la vivienda, el trabajo, la educación, la alimentación, la salud,
derechos que en estos momentos están siendo vulnerados, no solo por causa de la
pandemia ―el mal de todos los males―, sino por no implementar políticas públicas que
atiendan estas demandas. Hay más de 150.000 personas pobres que están comiendo en las
ollas populares, y otras tantas en tachos de basura. La sociedad, el Estado, debe promover
una integralidad general brindando acceso a políticas que atiendan y velen por la seguridad
emocional y física de todos los ciudadanos.
Si no queremos gastar en reparar, debemos ser capaces de prevenir, de no dejar las
catástrofes sociales para que las solucionen otros. Debemos lograr una sociedad con el
desarrollo como meta, enfocada en fomentar la convivencia, con equidad y sin violencia. Es
violencia no tener para comer; es violencia no tener un techo que te resguarde del frío; es
violencia no conseguir trabajo siendo trans, siendo joven, siendo viejo. Es violencia pensar
en resolver los problemas de la violencia con más violencia, como lo es el hecho de pedirles
pruebas a las personas que son violentadas.
                    (Ocupa la Presidencia la señora edila Sandra Nedov).
Por todo esto y por mucho más reivindico la lucha de los colectivos. Sin ellos no seríamos lo
que somos.
Y sí, se trata de ponerse en el lugar del otro y de hacer lo imposible para encontrar
soluciones a las cuestiones más jodidas; se trata de sentimientos, y ese es el reflejo de lo
que esperamos como sociedad.
Para marchar y para defender nuestros derechos, no tenemos que pedir permiso. Felicito la
marcha y felicito este día.
Gracias, señora presidenta.

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SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Muchas gracias, señora edila.
Tiene la palabra el señor edil Pedro Giudice.

SEÑOR GIUDICE (Pedro).- Gracias, señora presidenta.
Primero que nada, quiero agradecerles a los compañeros que trajeron este tema; lo hicieron
con gran altura y con gran coraje. Los felicito sinceramente.
Yo hablo desde ese lugar que el edil mencionaba ―creo que calzo en todos los ítems―:
blanco, burgués, varón y hetero, y podría agregar una ve corta de veterano, porque soy de
la década del 70, del siglo pasado. Les quiero agradecer por esto, y pedirles que mantengan
ese coraje y esas banderas, y que nos increpen en cada momento que entiendan que
estamos dando un paso en falso. Háganlo con cariño, porque muchas veces es torpeza.
Otras, no. Ahí no sean cariñosos.
Quiero ser breve, y voy a decir esto para ir cerrando. Creo que la consigna de este año, “Al
clóset nunca más” ―y si no es la de este año es una consigna válida―, hoy día representa
otra consigna nuestra muy querida: “Libertad o muerte”. Acá estamos hablando de
libertades, estamos hablando de cómo interpretamos y cómo defendemos esas libertades.
Estamos hablando de cosas que quizá no elegimos ―quizá o sin quizá, yo no elegí ninguna
de estas categorías―, pero sí podemos elegir cómo actuar ante estas circunstancias, cómo
posicionarnos ante las críticas que recibimos muchas veces, cómo criar a nuestros hijos e
hijas. En mi caso, tengo dos hijos: un niño y quizá un adolescente, a esta altura, y cuesta.
Hasta hace unos años pensaba que había una cuestión generacional muy fuerte y que las
nuevas generaciones estaban mejor preparadas para esto, pero me encuentro con que con
mis hijos tengo que hacer un trabajo intenso, muchas veces. Porque la sociedad sigue
manteniendo sus características más allá de lo que nosotros deseemos, y el puto, como
insulto, sigue estando, y también las risitas. Entonces, hay que ponerse serio, hablar en otro
tono y dar ejemplos que a veces no están cercanos a uno. Pero hay que buscarle la vuelta,
porque se nos va la vida en eso, en las nuevas generaciones, fundamentalmente.
Cierro por acá, señora presidenta. Muchas gracias.

SEÑORA PRESIDENTA (Sandra Nedov).- Gracias, señor edil.
Tiene la palabra el señor edil Martín Nessi.

SEÑOR NESSI (Martín).- Gracias, señora presidenta.
No trajimos nada escrito, pero ―como pasa muchas veces cuando el debate nos invita a
hacerlo― queremos compartir algunas reflexiones, porque eso es parte de nuestra tarea.
Esta casa en la que estamos hoy es uno de los ámbitos en los cuales nos ha tocado militar.
Una de las primeras cosas que uno aprende cuando milita ―y, sobre todo, en cierta
militancia― es que algunas medidas tienen sentido cuando cumplen el objetivo que desean
cumplir; si no, mejor no llevarlas adelante.
Con esto quiero decir que mañana se va a dar una marcha que es una de las que más gente
convocan en el año ―por lo menos en nuestro país y en nuestra ciudad―, y que tiene esta
gran potencialidad por los colectivos que han trabajado, que han militado y que han
defendido derechos de quienes los integran y de quienes no. Es una marcha que ha ganado
su espacio y su reconocimiento a nivel social.

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