TRIANGULO DEL LITIO, LA CLAVE PARA LA INTEGRACION REGIONAL

 
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TRIANGULO DEL LITIO, LA
   CLAVE PARA LA INTEGRACION
           REGIONAL
                                                   AGUSTIN MARTINEZ TOLEDO, ABOGADO
                                    SEMINARIO RELACIONES ECONOMICAS INTERNACIONALES
                                             FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES
                                                     UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA

Resumen: El objetivo del presente trabajo es abordar la importancia geopolítica y comercial
que subyace detrás del mineral del litio, analizando para ello el rol central que ocupa en la
configuración de una matriz energética basada en recursos renovables hacia la cual apunta
el desarrollo estructural de nuestras sociedades modernas, y como esta es una oportunidad
única para encarar un proyecto mancomunado de integración regional que le permita a
nuestro país insertarse como actor principal, junto con los otros dos países que conforman
el “Triangulo del Litio” (Bolivia y Chile), en la cadena de consumo del material que puede
transformarse en la base de la economía del mañana.
Palabras claves: litio, energía, baterías, triangulo, integración.

Abstract:The main purpose of this job is to aboard geopolitical and commercial
importance that lies behind lithium mineral, for what will be analyzed the central role
it takes in the configuration of a renewable resources based energetic diagram,
which structural develop of our modern societies moves forward, and about how this
is an unique opportunity to embrace a common project of regional integration that
allows our country to be inserted as the main actor, together with the two other
countries that make up the “Lithium Triangle” (Bolivia and Chile), in the supply chain
of the material that could become the base of tomorrow’s economy.
Key Words: lithium, energy, batteries, triangle, integration.

PANORAMA COMERCIAL DE LA ENERGIA: AVANCE DE LAS INVERSIONES EN EL
CAMPO RENOVABLE
Si algo nos queda claro a partir de la situación mundial que estamos atravesando
como resultado de la pandemia de la COVID-19, es que hoy más que nunca se
encuentran vigentes los desafíos en torno a una reestructuración de nuestras
sociedades modernas de consumo. Elementos centrales como economía,

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globalización, y medio ambiente son conjugados por una misma variable, la variable
energética. Siendo esta el motor de avance y progreso en la historia de la
humanidad, y habiendo tomado el rol protagónico a partir de las sucesivas
revoluciones industriales, en la actualidad es también la base principal para encarar
las reformas pertinentes de cara a los objetivos incluidos en la Agenda de Desarrollo
Sostenible para el 2030 y el Acuerdo de Paris. Ello requiere como fuerza generadora
la acción colectiva y participación activa, tanto de los Estados, del sector privado y
de la sociedad civil para repensar nuevos modelos de desarrollo energético de
carácter más amistoso con el ambiente, para así empezar a saldar la deuda
pendiente no solo con nuestro propio hogar, sino también con las generaciones
futuras.
El mercado, como proceso de comunicación humana, no es ajeno a este cambio de
paradigma, lo que ha conllevado a que en los últimos años se hayan multiplicado
como nunca antes en la historia, las inversiones directas en este tipo de energías.
Según el informe anual Tendencias globales en la inversión en energías renovables
20201, el mundo invirtió en 2019 en nueva potencia renovable (gran hidráulica
excluida) 282.200 millones de dólares estadounidenses. Nunca antes creció tanto
el parque de generación renovable como lo ha hecho en 2019, cuando ha añadido
a la potencia históricamente acumulada, 184.000 nuevos megavatios de potencia,
20.000 más que en 2018. El informe destaca como causa de ese éxito, entre otros
factores, la gran caída que han experimentado los costes de capital, caída que se
ha traducido en que, prácticamente por el mismo precio que un año antes (la
inversión ha crecido un 1 por ciento), el sector ha sido capaz de poner en marcha
una mayor cantidad de megavatios de potencia eólica y solar. Esto se debe a que
gracias a las mejoras tecnológicas, las economías de escala y la feroz competencia
en las subastas, el costo nivelado de este tipo de electricidad ha ido disminuyendo
cada vez más. Los costos de electricidad de las nuevas plantas solares fotovoltaicas
en la segunda mitad de 2019 fueron 83% más bajos que una década antes.
Según Tendencias, entre 2010 y 2019, casi 2,7 billones de dólares fueron invertidos
en nueva potencia renovable en todo el mundo. De ellos, el informe estima que
aproximadamente 1,4 billones fueron a parar al sector solar; y 1,1, al eólico. Estos
números reflejan que esta es una oportunidad única para nuestra región, la cual por
sus condiciones geográficas es uno de los terrenos más aptos para la producción
de energías renovables en el mundo, no solo por las implicancias ambientales sino
también por cuestiones meramente comerciales.

1
  Programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente, Centro de colaboracion de la Escuela de
Frankfurt, BloombergNEF (2020)

Agustín Martínez Toledo
PAPEL DEL LITIO EN ESTAS NUEVAS TENDENCIAS
Cuando hablamos de energías renovables, un factor muy importante a tener en cuenta, es
que tanto las mareas, como el sol, el viento y las demás fuentes, son capaces de producir
energía cuando las condiciones del recurso se encuentran aptas para ello y en caso de no
aprovecharla, esta se desperdicia. Es por ello que uno de los principales obstáculos a sortear
de cara a esta evolución de la matriz energética, es como optimizar de la mejor manera
posible su aprovechamiento. De acuerdo con BloombergNEF (2018), actualmente existen
cuatro maneras diferentes de equilibrar la irregularidad de la generación de energía
renovable: (1) a través de la generación convencional como refuerzo para las renovables;
(2) a través de interconectores que canalizan la electricidad desde locaciones con excedente
hacia aquellas con déficit; (3) a través de la respuesta a la demanda, generalmente
involucrando a grandes usuarios industriales y comerciales que son remunerados por
inutilizar maquinarias de alto consumo cuando el suministro de electricidad está al límite; (4)
y la que resulta más eficiente y que a los efectos de este trabajo será la que reciba nuestra
atención, que es mediante el almacenamiento de energía excedente. Esta última
básicamente consiste en almacenar la energía que comúnmente se desperdicia cuando la
oferta supera la demanda para luego liberarla a la red cuando los recursos de energía
renovable no logran satisfacer el consumo, equilibrando de manera inmediata las
fluctuaciones imprevistas y los cambios de carga.
De esta manera es que aparece el litio en el tablero, ya que la batería de iones de litio se
presenta como la alternativa para almacenar esa energía limpia proveniente de recursos
naturales renovables.
El litio es un metal de color blanco plata en su estado puro (de ahí que se lo haya empezado
a llamar como el “oro blanco”), condición en la que no se le encuentra en un ambiente natural
debido a su alta reactividad, ya que reacciona fácilmente con agua, oxígeno y otras
sustancias del aire para formar otros compuestos. La minería del litio se desarrolla en dos
tipos de depósitos: yacimientos en vetas y salmueras naturales.
Los depósitos de salmuera se encuentran en lagos salados en los que el litio se extrae a
través de un proceso de evaporación. La recolección de salmuera es más común y a
menudo se considera un método más simple que la extracción, lo que la transforma en la
favorita de los inversores, debido a su mayor rentabilidad económica. La minería de litio en
yacimientos requiere estudios geológicos y de perforación a través de la roca, que pueden
aumentar los costos, pero el litio obtenido por este medio se considera de mayor calidad.
Podemos encontrar depósitos de salmuera con concentraciones económicamente
significativas en varios lugares del mundo, como por ejemplo Canadá (en particular en
Alberta y Saskatchewan), pero el más grande e importante de todos se encuentra en el
triángulo del litio en América del Sur (norte de Chile, norte de Argentina y sur de Bolivia), el
cual se estima que posee alrededor del 68% de las reservas mundiales de litio en salares.
La minería de roca dura para extraer litio está especialmente situada en Australia, pero

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también hay reservas en los EE. UU., Canadá, Brasil, Irlanda, Finlandia, Rusia y la República
Democrática del Congo.
Esto demuestra que la ubicación del mineral se encuentra ampliamente diseminada por el
mundo, lo que nos indica que el hecho de tener una gran concentración de él en nuestra
región, puede ser aprovechado como una evidente ventaja geopolítica.
El procesamiento tradicional de la salmuera incluye bombearla desde pozos hasta varias
lagunas de evaporación de cientos de metros de ancho, en donde se concentra el litio (y a
menudo el potasio como derivado) y se precipitan magnesio y calcio con cal. A continuación,
la salmuera concentrada se somete a una serie de pasos de eliminación de impurezas, tales
como extracción de solventes, intercambio iónico, cristalización y separación de sólidos y
líquidos para producir una sal de litio, que en general no tiene pureza grado batería, por lo
requerirá pasos de purificación adicionales.

PROYECCION COMERCIAL DEL MINERAL DE CARA A LA “FIEBRE DEL LITIO”
Cuando leemos sobre el tema, constantemente uno puede encontrar que se hace referencia
a la “fiebre del litio”, estableciendo un paralelismo con lo que fue la fiebre del oro que inicio
masivamente a mediados del siglo XIX. Y es que si observamos los números no solo
actuales, sino también las proyecciones futuras de mercado y el papel que puede llegar a
ocupar el litio en el sistema económico venidero, es lógico que se lo caratule bajo dicha
etiqueta. La Consultora Navigant Research presentó un informe en el año 2017
denominado “Energy Storage Renewables Integration” (ESRI)2; en el cual se analiza el
mercado global de almacenamiento de energía, incluyendo previsiones hasta el año 2026.
Las baterías de almacenamiento aportan un nuevo elemento al debate, al proponer una
solución económica para su uso en el hogar y en los negocios; además de evitar los costos
asociados al mantenimiento de las actuales redes eléctricas. El informe considera los cuatro
segmentos que componen este mercado, como son el almacenamiento eléctrico a gran
escala, el de comunidades, el residencial y el comercial y una primera conclusión que se
destaca es que los ingresos en todo el mundo del sector de las tecnologías de
almacenamiento crecerán de manera sostenida, alcanzando una proyección de más de
23.000 millones de dólares para el año 2026. También se plantea la idea de que las baterías
de almacenamiento podrían hacer innecesaria la utilización de las plantas de gas de
respaldo para cubrir las necesidades en los picos de la demanda, convirtiendo la
combinación del almacenamiento y los ciclos combinados en algo redundante.
El almacenamiento de energía, se encuentra evolucionando de manera conjunta con las
energías renovables como la eólica y solar para proporcionar el mismo servicio que
ofrecen los ciclos combinados de respaldo. De esta manera, el almacenamiento basado
en energías renovables haría innecesarias o reduciría considerablemente el número de

2
  Navigant Research (2017) “Energy Storage Renewables Integration” Disponible en:
https://www.fuelsandlubes.com/businesswire/navigant-research-expects-total-annual-revenue-for-energy-
storage-for-renewables-integration-to-exceed-23-billion-by-2026/

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plantas de combustibles fósiles.
Son las baterías de ion litio, la tecnología de almacenamiento de mayor desarrollo en el
mercado; la que permitiría el acceso de hogares y negocios, que encontrarían más
económico utilizar paneles fotovoltaicos y desconectarse de la red en un futuro, según
expresa el informe.
Además se destaca que los costos de fabricación de las baterías siguen cayendo a un ritmo
del 10-15% anual como consecuencia de los progresos científicos vinculados a la
producción y del aumento de la demanda.
Otro de los frentes a prestarle particular atención en la evolución de este mercado es el de
la industria automotriz, donde de la mano de la cada vez más preponderante revolución de
los autos eléctricos se espera que se genere el mayor aumento en la demanda del mineral.
Tan importante es el litio para esta industria que se calcula que para fabricar cada vehículo
se requieren entre 9 y 15 kilos del mineral, donde la batería representa un tercio del valor
final. La Agencia Internacional de Energía afirma que el stock de vehículos eléctricos
oscilará entre 9 millones y 20 millones para el corriente 2020, y entre 40 millones y 70
millones para 2025 (AIE, 2017)3. Según Bloomberg New Energy Finance, para 2040 habrá
530 millones de automóviles eléctricos en todo el mundo, lo que representará un tercio de
todos los automóviles, es decir, una tecnología totalmente consolidada tanto en el plano
técnico como en el comercial, fundamentalmente debido al progresivo descenso del precio
de las baterías de litio y paralelo al progresivo aumento del precio de los combustibles
fósiles (Bloomberg, 2016)4.

POSTURA DE LOS PAISES DEL TRIANGULO FRENTE AL MINERAL.
Comenzando por Bolivia nos vamos a encontrar con una situación sumamente paradójica,
ya que pese a tener el salar de Uyuni, siendo esta la reserva más grande del triángulo,
Bolivia es de los 3 países el que menos produce. En Bolivia el litio se encuentra
nacionalizado, eso implica que si una empresa minera privada quiere explotar el mineral,
debe asociarse con el gobierno y crear una nueva compañía publico privada, donde al
privado se le pagaría por toda la actividad minera realizada pero no tendría propiedad sobre
el litio, siendo el estado boliviano el único con derecho a venderlo. En el año 2013 Bolivia
inauguro su primera planta de carbonato de litio, y en 2014 comenzó a trabajar en el
proyecto de inaugurar la primera planta piloto de baterías de ion de litio, la cual concreto en
2019 mediante el decreto presidencial 3738, asociándose para ello con la empresa alemana
ACI Systems, pero finalmente este plan cayo subrogado por el decreto 4070 del 2 de
noviembre de 2019, en consecuencia de las múltiples protestas en contra del proyecto,
encabezadas por el comité cívico potosinista, las cuales acusaban a dicha asociación de
ser entreguista de los recursos naturales. Desde hace tiempo que el Estado boliviano se
encuentra tras el objetivo de incursionar en la fabricación de baterías de ion de litio, pero
en contraposición a ello se enfrenta a una realidad en la cual su industria minera carece de

3
 AIE (2017) Global EV Outlook. Disponible en: www.iea.org
4
 Bloomberg (2016) “Vehículos eléctricos representarán el 35% de las ventas globales de automóviles en
2035”. Disponible en: www. bloomberg.com

Agustín Martínez Toledo
elementos fundamentales como lo son maquinaria, conocimiento y recursos humanos para
encarar tan ambicioso desafío, por lo que en caso de no poder formular un sólido acuerdo
público-privado con capitales extranjeros, sus esfuerzos en pos de dicha meta serán en
vano. Atraer estas inversiones no es tarea fácil, más si tenemos en cuenta la rígida política
proteccionista vigente en dicho país, donde las empresas mineras deben abonar un
impuesto especial del 37,5%, siendo este de los más altos de la región.
Al introducirnos en el caso chileno, en un primer momento la situación parece ser
diametralmente opuesta. Bajo la dictadura de Augusto Pinochet, en 1981 se sancionó la ley
18097 Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras, que le otorgaba la plena
propiedad de los recursos a las empresas privadas que obtuvieran la concesión para
explotarlos. Este modelo de explotación atrajo la atención de inversores privados de todo
el mundo, lo que como resultado fue generando que nacieran nuevas empresas
relacionadas al sector en Chile, poniendo a nuestro país vecino en una clara ventaja
respecto a maquinaria y personal en comparación con el resto de la región. Sin embargo,
casualmente el litio, fue una de las excepciones que se formuló a dicha ley, otorgándole
carácter de “no concesionable” por su rol estratégico, relacionado en aquel entonces a su
uso en centrales nucleares de fusión y a la fabricación de ojivas nucleares. Pese a la coraza
jurídica que se intentó crear alrededor del mineral y su carácter de recurso estratégico que
hoy día se mantiene, en la actualidad solo dos empresas explotan el mineral en Chile y
ninguna de ellas pertenece al Estado, siendo estas la estadounidense Rockwood-
Albermarle y la Sociedad Química y Minera de Chile S.A. de capitales nacionales y
extranjeros. En el 2019, el Estado chileno llegó a un acuerdo con las empresas Albermarle
y la SQM para que estas vendan el 25% de la producción de litio a precio preferencial a
aquellas compañías que instalen plantas de producción de baterías en el territorio del país
trasandino, buscando al igual que Bolivia desarrollar esta industria de la mano de gigantes
tecnológicos como Samsung SDI y Posco, pero pese a haber realizado ciertos avances al
respecto, la realidad es que aún el Estado de Chile no ha alcanzado ningún logro concreto
en este área.
Por último se encuentra nuestro caso, el argentino, el cual en ciertos aspectos presenta un
panorama bastante alentador. El combo de, ciertas medidas políticas pro-mineria tomadas
en los últimos años como la quita de retenciones a la actividad (las cuales igualmente luego
fueron reinstauradas), el prácticamente imposible acceso a las reservas bolivianas
nacionalizadas, la limitación chilena a las licencias de explotación y el cada vez más
ferviente interés por el mineral, lograron que la extracción litífera argentina ocupe un lugar
cada vez más preponderante en el tablero de juego. Con la actividad del Salar de Olaroz
en Jujuy, y Hombre Muerto en Catamarca a la cabeza, se extraen más de 40.000 toneladas
al año, lo que representa aproximadamente el 15% del litio a nivel mundial y ubica a la
Argentina entre los mayores exportadores de carbonato de litio del mundo, y con
proyecciones de crecimiento de la actividad que apuntan a incluso quintuplicar la
producción en el corto plazo5. Sumado a estos datos, el año pasado se formalizó el acuerdo

5
 Universidad Nacional de La Plata (2019) Litio: un tesoro escondido en la Puna Argentina (Dra. Martina
Gamba et al.)

Agustín Martínez Toledo
entre la provincia de Jujuy a través de JEMSE (Jujuy Energía y Minería, Sociedad del
Estado) y la compañía italiana SERI, con larga trayectoria en la fabricación de baterías de
litio en Europa, que establece en dicha provincia la primera planta piloto de ensamble de
baterías y fabricación de celdas del país, a cargo de la firma Jujuy Litio SA6. Este acuerdo
es de carácter sumamente positivo ya que implica un avance de nuestro país en la
integración de la cadena de valor internacional. Otro gigante de la producción litífera que
evidencia un interés cada vez mayor sobre el mineral argentino, es la surcoreana POSCO
quien recientemente ha firmado un acuerdo de 280 millones de dólares con la australiana
Galaxy Resources, para adquirir los activos de esta en la cuenca norte del Salar del Hombre
Muerto. Este acuerdo viene de la mano con un proyecto de la empresa asiática en el cual
pretende construir una planta de hidróxido de litio en la Argentina, con una producción
estimada anual de 25.000 toneladas durante un plazo de 20 años, el cual puede ser
prorrogado7. Sin embargo, lejos de adoptar una visión conformista al respecto, queda aún
un gran camino por recorrer si es que verdaderamente queremos aprovechar esta
oportunidad que nos brinda la naturaleza, y no resignarnos únicamente a percibir unas
simples regalías de lo que será el petróleo del mañana. Un claro ejemplo de esta cuestión,
que denota falta de trabajo y acción legislativa al respecto, es que mientras nuestros países
hermanos, Bolivia y Chile, han tomado cartas en el asunto al darle una entidad jurídica
estratégica y privilegiada al litio, en la Argentina no existe marco legal específico en el plano
nacional que regule la extracción del mineral, rigiéndose únicamente por el Código de
Minería, dejando así la actividad de exploración, extracción y comercialización
prácticamente bajo el dominio de capitales privados transnacionales, con una mínima
injerencia de las provincias, asignando un margen cuasi inexistente para la coordinación de
políticas claves en el aprovechamiento del recurso en cabeza del Estado Nacional.

INTEGRACION REGIONAL, IMPORTANCIA Y VIABILIDAD
Llegado a este punto de lectura, ya somos capaces de comprender el rol central
que el litio cumple y cumplirá en una economía que está comenzando a introducirse
en un cambio radical de paradigma, orientando su matriz energética hacia una base
sustentable. Ahora bien, teniendo en cuenta los posibles beneficios que nuestro país
podría obtener de su explotación, principalmente si consideramos la pureza que
detenta este mineral en nuestro territorio, ¿Por qué es importante hablar de un
proyecto regional en miras a su explotación? En primer lugar, tenemos que tener en
cuenta que a diferencia de otros metales, el litio, no se comercializa en bolsas
internacionales, por lo que su precio depende casi exclusivamente de las

6
  Enernews (2019) Disponible en: http://enernews.com/nota/322367/el-comentado-jv-de-jemse-seri-para-
baterias-de-litio (Martin Dinatale)
7
  Camara Minera de San Juan (2020) “Posco comprará propiedades de litio a Galaxy”. Disponible en:
https://camaraminerasj.com.ar/posco-comprara-propiedades-de-litio-a-
galaxy/#:~:text=El%20fabricante%20de%20acero%20con,la%20firma%20australiana%20Galaxy%20Resource
s.

Agustín Martínez Toledo
negociaciones directas entre compradores y productores mediante contratos de
suministro, por eso como ya hemos visto, Chile al ser el que cuenta con el precio
más bajo del mineral es el mayor productor del triángulo. A la luz de este dato es
más que evidente que la negociación en este caso tiene un papel fundamental si es
que queremos sacarle el máximo provecho a este recurso, provecho que incluso
puede ser aún más importante de lo que podemos llegar a imaginar. No hay que
olvidarse que uno de los principales factores que llevó a Estados Unidos a
consolidarse como la principal superpotencia al término de la Segunda Guerra, fue
el dominio que ejercía como mayor productor de petróleo en el mundo, desde
principios del siglo XX hasta mediados de la década del 70. Imprimir cambios en la
configuración de un mapa geopolítico no es para nada tarea sencilla, por eso si
nuestro objetivo es aumentar la influencia que podemos ejercer en él, hay que tener
muy presente el camino de la integración regional, camino que los países
exportadores de petróleo se percataron e iniciaron en la década del 60 al conformar
la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo). Esta organización les
otorgó un enorme poder a dichos países, permitiéndoles tomar decisiones conjuntas
al momento de determinar si aumenta o reduce los niveles de producción del
recurso base para el funcionamiento de la economía, influyendo así en las políticas
de todos los países, ya sean estos productores o consumidores. Incluso ya existen
en la región precedentes de esta propuesta organizativa, donde habida cuenta del
rol cada vez más central que estaba tomando el mineral en el mercado, en el año
2014 el ex secretario de la Minería Argentina, Jorge Mayoral, planteo la incipiente
idea de conformar una organización de estas características la cual sería
denominada OPPROLI (Organización de los Países Productores de Litio). Pero
debido a las diferencias legislativas que operan en cada uno de los tres países con
respecto al litio, sumado a la falta de voluntad política en superarlas, la propuesta
fue desechada desde un primer momento. Proyectando una visión aún más
ambiciosa, esta conjunción regional de fuerzas puede ser también el punto de
partida para afrontar el desafío del valor agregado, encontrándose aquí la ganancia
más jugosa de la cadena productiva. Basta con hacer números para evidenciar esta
cuestión, rondando la tonelada de carbonato de litio un valor aproximado de 10.000
dólares, y siendo el precio final de una batería de ion de litio de 60 kwt que utiliza
un automóvil eléctrico de entre 20 y 30 mil dólares8, requiriéndose en promedio para
fabricarlas unos 13 kilos del mineral, el resultado final arroja que con una tonelada
de litio, si es industrializado, se puede obtener un valor bruto final de casi 2.000.000
de dólares. Es mas, si bien en lo que refiere a cuestiones técnicas y de personal

8
 Universidad Nacional de La Plata (2019) Litio: un tesoro escondido en la Puna Argentina (Dr. Arnaldo
Visintin et al.)

Agustín Martínez Toledo
nuestra región presenta cierto letargo a comparación de los grandes productores a
escala mundial, otro gran punto que juega a nuestro favor en el objetivo final del
valor agregado, es que para producir las baterías se requiere de una gran cantidad
de componentes fabricados en aluminio, acero y termoplásticos, siendo estos
materiales en los que nuestra región posee producción industrial e incluso
importantes capacidades tecnológicas.
Sin embargo es lógico que frente a estos planteos y propuestas más de uno tilde a
proyectos como este de “utópicos”, principalmente cuando enfrente se tiene tejidos
industriales tan desarrollados como los de USA, China o Alemania. La clave se
encuentra, en que por mas que ellos estén en la delantera en cuestiones tales como
equipamiento, patentes, know how, etc. somos nosotros quienes poseen la mayor
reserva a nivel mundial del mineral, lo que nos permitiría en caso de encarar un
proyecto común de extracción y comercialización que sea redituable, aprovechar
los beneficios económicos resultantes para empezar a generar una inversión
conjunta del desarrollo industrial y técnico que nos permita competir activamente en
el mercado.
Para ello, es un imperativo categórico retomar el camino de la negociación de los
Estados Nacionales de Argentina, Bolivia y Chile pero sin dejar de incluir también
en ella a los Estados Provinciales en cuyos territorios se encuentra el recurso, para
así poder establecer un articulado legal conjunto que fije de manera precisa e
ineludible el carácter estratégico del litio, y de esta manera establezca un régimen
específico para su extracción y comercialización, generando un ambiente de reglas
claras y previsibles que aumenten de manera favorable el flujo de capitales
privados. Una vez creado este marco legal que permita unificar criterios comerciales
y se empiece así a dar forma a una incipiente “OPEP del litio”, el paso a seguir seria
conformar un fondo fiduciario interestatal compuesto por los beneficios resultantes
de la explotación, que justamente se destine al desarrollo industrial de esta área,
pudiendo ser administrado por la misma organización y fiscalizado por las distintas
administraciones públicas. En el plano nacional podemos encontrar un antecedente
de este modelo de inversión, en lo que se conoció como “Fondo Argentino de
Hidrocarburos” creado mediante la resolución 130/2013 del Ministerio de Economía
y Finanzas públicas. De esta manera no solo estaríamos invirtiendo en un sector
cuyo retorno económico parece tener un techo cada vez más elevado, sino que
además también estaríamos generando un masivo polo industrial en una de las
áreas que según el estudio “El empleo en un futuro de cero emisiones netas en
América Latina y el Caribe” llevado adelante por el BID y la OIT, serian claves para
la recuperación de la crisis post-covid19, ya que se prevé que las energías

Agustín Martínez Toledo
renovables puedan llegar a crear hasta 18 millones de nuevos puestos de trabajo
en todo el mundo para 20309.
CONCLUSION
Como argentinos, más de una vez hemos escuchado a los sucesivos gobiernos
hablar de Vaca Muerta como el tesoro enterrado bajo nuestro suelo que puede
representar nuestra mayor esperanza de cara a un futuro incierto. Es en
persecución de esa férrea esperanza, teñida de color verde dólar, que se destinan
enormes cantidades de recursos y esfuerzos en pos de alcanzar su efectiva
explotación económica. Si bien es verdad que estos yacimientos detentan un gran
potencial económico, lejos estamos todavía de encontrar el camino tecnológico que
haga a su extracción netamente rentable, necesitando para su desarrollo de un
capital tan importante como es el tiempo. Y es precisamente en el tiempo, donde se
encuentra su mayor riesgo, ya que con la crisis del covid-19 ha quedado más al
descubierto que nunca que la energía sustentada en base a hidrocarburos tiene
fecha de caducidad, siendo ejemplo de ello los mínimos históricos en los que cotizo
el barril de petróleo durante este año. Por esa razón, mediante este breve trabajo,
mi objetivo fue presentar un pantallazo general de como el litio puede convertirse
en la base de un nuevo modelo económico, impulsado por energías renovables, del
cual podemos pasar a ser protagonistas. Para ello considero crucial que se lleve a
cabo un efectivo proceso de negociación e integración regional con nuestros
hermanos bolivianos y chilenos que nos permita maximizar los beneficios de la
explotación del recurso y no quedar destinados a ser meros productores de
commodities. Lo que la economía de nuestro país requiere es que empecemos a
pensar como buenos inversores y por eso debemos actuar ahora, cuando todo este
entramado energético continúa siendo una novedad tecnológica y lejos está de
alcanzar su apogeo, anticipándonos así al que será uno de los mayores procesos
disruptivos del mercado en toda su historia. Para finalizar, considero que el contexto
político internacional reciente es el más favorable en mucho tiempo para encarar un
proyecto tan ambicioso como este, en el cual Bolivia se encuentra atravesando un
proceso de renovación democrática de la mano de un dirigente más moderado como
Luis Arce, Chile recientemente aprobó con rotunda mayoría el referéndum en apoyo
a la modificación de la constitución heredada del dictador Augusto Pinochet, y
Estados Unidos, en caso de confirmarse la proyección que ya lo da ganador de las
elecciones presidenciales a Joseph Biden, todo indica que aplicará una agenda

9
 BID, OIT (2020) p. 35, disponible en: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/El-empleo-
en-un-futuro-de-cero-emisiones-netas-en-America-Latina-y-el-Caribe.pdf

Agustín Martínez Toledo
mucho mas apegada al “green new deal” propiciando el desarrollo de energías
renovables, aumentando así la demanda de la producción lítifera en gran escala.

Bibliografía
El colectivo, IEALC, CLACSO (2019) “Litio en Sudamérica. Geopolítica, energía y

territorios”.Bruno Fornillo [et al.]

Universidad Nacional de La Plata (2019) “Litio: Un tesoro escondido en la Puna
Argentina”. Guillermo Garaventa; Martina Gamba; Isidoro Schalamuk; Arnaldo Visintin;
Ricardo Etcheverry.

BID, OIT (2020) “El empleo en un futuro de cero emisiones netas en América Latina y el
Caribe”.

ESMAP, IFC (2017) “Energy Storage Trends and Opportunities in Emerging Markets”.

Grupo Argentino de Proveedores Petroleros (2016) “¿El litio sucederá al petróleo? El
potencial de América Latina”. Disponible en: http://www.gapp-oil.com.ar/foro/mineria/el-
litio-sucedera-al-petroleo-el-potencial-de-america-latina/

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