CÁNCER DE ÚTERO Y REPRODUCCIÓN. PRESERVACIÓN DE LA FERTILIDAD
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CÁNCER DE ÚTERO Y REPRODUCCIÓN. PRESERVACIÓN DE LA FERTILIDAD Bárbara Romero Guadix, Nuria Rodríguez Ruiz, Juan Fontes Jiménez, Luis Martínez Navarro CANCER DE CERVIX Justificación de los programas de preservación de la fertlidad La incidencia de cáncer de cérvix por debajo de los 35 años es relativamente baja. En España, el 10-15% de los casos se diagnostican en edad reproductiva. Sin embargo, se ha producido un aumento significativo de lesiones preinvasoras (CIN/SIL) en mujeres jóvenes, nulíparas o sin completar su deseo genésico. Considerando el impacto negativo sobre la fertilidad y futuros embarazos del tratamiento de estas lesiones, en la actualidad es posible realizar tratamientos conservadores, eliminando sólo la lesión y respetando el resto del cérvix. Incluso se ha observado que durante el embarazo el riesgo de progresión de una lesión de alto grado a cáncer invasor es mínimo, y el porcentaje de regresión espontánea postparto es alto. Indicaciones y tipos de tratamiento conservador Todas las lesiones escamosas premalignas (CIN/SIL) permiten un tratamiento conservador del cérvix, preservando la fertilidad. La conducta terapéutica deberá tener en cuenta las características de la paciente (edad, deseo reproductivo, existencia de otra patología, factores de riesgo), la dificultad para un adecuado control y seguimiento, las características de la lesión (severidad, extensión y topografía), así como la experiencia del ginecólogo y medios disponibles. La finalidad del tratamiento de estas lesiones es la destrucción o escisión del tejido afectado con un margen de seguridad, preservando íntegro el tejido sano adyacente. Así, existen tratamientos destructivos (termocoagulación, electrocoagulación, criocoagulación y vaporización con láser de CO2) y tratamientos escisionales (conización con bisturí frío, láser o asa diatérmica), sin evidencia de que una técnica sea claramente más efectiva 1
que otra1. El éxito del tratamiento depende más de la experiencia del cirujano y de la utilización de un equipo adecuado que de la técnica utilizada. La eficacia global de estos tratamientos es de un 90% con una tasa de recurrencia del 5-15% para las diferentes técnicas, sin diferencia entre ellas. Entre las complicaciones de estos tratamientos que pueden disminuir teóricamente la fertilidad, se encuentran la estenosis cervical, la disminución de la cantidad de moco cervical, las alteraciones tubáricas secundarias a una posible infección postquirúrgica, y la incompetencia cervical (con un aumento significativo del riesgo de aborto tardío, parto prematuro, bajo peso al nacer y rotura prematura de membranas). Estas lesiones son más frecuentes con la conización fría debido al mayor volumen de tejido cervical que se extirpa2. En el caso del cáncer invasor de cérvix, el tratamiento estándar, en estadios precoces, es la histerectomía radical o la radioterapia pélvica. La traquelectomía radical, descrita a finales de los 50 por Aburel y cols por vía abdominal, posteriormente realizada por Dargent y cols mediante acceso vaginal, y cada vez más por vía laparoscópica3, se ha convertido en un tratamiento quirúrgico capaz de erradicar el tumor, con márgenes adecuados para asegurar la inclusión de toda la carga neoplásica locorregional, sin comprometer la capacidad reproductiva de la mujer4. Hoy en día, con más de 700 intervenciones descritas en todo el mundo presenta la misma supervivencia, tasa de recidivas y tasa de complicaciones que las técnicas más clásicas (evidencia A), y posterior tasa de gestaciones entre el 50-80%5,6, aunque con una elevada tasa de prematuridad y aborto tardío por incompetencia cervical. Para minimizar el riesgo de interrupciones prematuras del embarazo, se recomienda la colocación de un cerclaje preventivo durante el mismo acto operatorio Estaría indicada en tumores < 2cm, estadios IA2 (aunque también podría realizarse en estadios IB y IIA), sin afectación de endocervix, y sin afectación ganglionar (requiere la comprobación de la indemnidad de las cadenas linfáticas pélvicas, mediante examen preoperatorio de los ganglios extirpados por laparoscopia). Con respecto al tipo histológico, se excluyen sarcomas y tumores de células pequeñas2. En los casos en los que es precisa radioterapia pélvica, la transposición ovárica debe ser una opción a tener en cuenta también para preservación de la fertilidad en estas pacientes7. 2
CANCER DE ENDOMETRIO Justificación de los programas de preservación de la fertlidad El cáncer de endometrio es una de las neoplasias ginecológicas más comunes, con una tasa de supervivencia del 80-85% a los 5 años. Hasta el 25% de los casos ocurre en mujeres premenopáusicas (2,5-14,4% < 40 años)8.De este grupo de edad, la mayoría son pacientes con carcinoma bien diferenciado en etapa temprana, y que aún no han tenido hijos por el retraso social de la edad de gestación. Además, la obesidad y anovulación crónica, comunes en las pacientes que acuden a unidades de reproducción, son dos importantes factores de riesgo para cáncer de endometrio en pacientes jóvenes9. El tratamiento conservador para preservar la fertilidad en estas pacientes no está estandarizado, debido a que no existe suficiente evidencia acerca del mismo. La selección adecuada de las pacientes y un seguimiento preciso y estrecho son indispensables para el éxito de esta alternativa de tratamiento10. Indicaciones y tipos de tratamiento conservador Las principales indicaciones, aunque basadas en su mayoría en estudios retrospectivos y casos clínicos expuestos en la bibliografía, son: pacientes jóvenes con fertilidad no satisfecha, cáncer de endometrio de bajo grado bien diferenciado, tipo endometrioide, sin evidencia por RMN de enfermedad miometrial ni metastásica (G1, estadio IA)11 y dispuestas a someterse a un seguimiento estrecho a largo plazo12,13,14. El uso de gestágenos es la primera opción para preservación de la fertilidad en estas pacientes15. Producen diferenciación secretora, inhiben la función de los receptores de estrógenos y probablemente inhiben la mitosis de las células endometriales y promueven la apoptosis. El Acetato de Medroxiprogesterona y el Acetato de Megestrol son los progestágenos orales más prescritos, aunque aún no se ha establecido cuál es su dosis óptima. En el tratamiento de la enfermedad recurrente o avanzada se sugiere el uso de 200 mg/día de Acetato de Medroxiprogesterona como dosis efectiva. Como tratamiento para preservar la fertildad se ha propuesto el uso de 800 mg/día. En cuanto al Acetato de Megestrol, la dosis varía de 40 a 160 mg diario o cíclico12,14. 3
Existen también estudios en los que se utiliza la Progesterona Natural, a dosis de 200mg/día, de manera continua o cíclica (del día 14 al 21 de ciclo)16. El tiempo medio de tratamiento con gestágenos orales en la mayoría de los casos publicados es de seis meses. Existen casos en la bibliografía tratados durante 9 y 12 meses y otros muy prolongados, como el de Yahata y cols17, con una media de 22 meses de tratamiento con Acetato de Medroxiprogesterona. En un metaanálisis de Ramírez y cols18, con 27 artículos, incluyendo 81 pacientes; se informa que el porcentaje de respuesta al tratamiento conservador es del 76%. En el único ensayo prospectivo realizado hasta el momento, de Signorelli 19 y cols el 55% de los casos de cáncer de endometrio fueron tratados con éxito con Acetato de Medroxiprogesterona. El tiempo medio de respuesta fue de tres meses (rango de 1 a 15 meses), con una tasa de recurrencia del 24-36% con un tiempo medio de recurrencia de 22 meses (rango de 6 a 73 meses). Entre los efectos secundarios de estos gestágenos administrados por vía oral se encuentran alteraciones del humor, cefaleas, aumento de peso y mastalgia20, estando contraindicados en casos con historial de tromboembolismo, de cáncer de mama o de disfunción hepática. Una alternativa para disminuir estos efectos secundarios es la vía intrauterina, en particular, el dispositivo intrauterino liberador de Levonorgestrel (DIU-LNG), que además podría ser más efectivo para la supresión del crecimiento de endometrio que el tratamiento oral por la alta concentración local que libera e inducir una apoptosis directa sobre el endometrio atípico21,22,23,24. En la actualidad se han publicado seis casos de cáncer de endometrio tratados con un DIU-LNG como monoterapia14,21. De ellos, 2 casos alcanzaron una respuesta completa a los cinco y seis meses, 3 casos tuvieron persistencia de la neoplasia y finalmente se trataron con histerectomía, con invasión miometrial en el informe definitivo. Por ello, la experiencia con el DIU-LNG como monoterapia es muy escasa y se requieren protocolos con mayor número de pacientes para evaluar esta posibilidad de tratamiento y su efectividad real. De hecho, hay estudios que no tienen tan claro su efectividad. Un metaanálisis llevado a cabo en 2010 afirma que el empleo del DIU-LNG induce una mayor 4
tasa de regresión de la enfermedad que el uso de gestágenos vía oral25. Por tanto, se necesitan más estudios que investiguen sobre su uso. Por ello, algunos estudios investigan el uso de terapias combinadas, para intensificar la respuesta terapéutica. En el año 2010, Prasong y cols26 informaron el caso de una paciente obesa con síndrome de ovario poliquístico que al tener persistencia de la enfermedad después de tres meses de tratamiento con Acetato de Megestrol a dosis de 160 mg/día, inició tratamiento combinado con un DIU-LNG y Acetato de Megestrol a mayor dosis (480 mg/día) y se obtuvo respuesta completa al noveno mes. Tras ello, la paciente continuó con Acetato de Megestrol a dosis de 160 mg/día asociado al DIU- LNG, con seguimiento ecográfico y biopsia endometrial cada tres meses, sin recurrencia en los 24 meses posteriores a la remisión. También se ha propuesto el uso de Agonistas de la GnRH e Inhibidores de la Aromatasa14 por el estado hipoestrogénico que producen; sin embargo, en pacientes jóvenes, aparecen síntomas climatéricos como bochornos, sequedad vaginal, disminución de la líbido y síntomas vasomotores, además de alteraciones en la densidad mineral ósea y el perfil lipídico. Por último, existen estudios que informan del uso de la histeroscopia en el tratamiento conservador en pacientes con cáncer de endometrio con buenos resultados. En el año 2010, Mazzon y cols27, informaron de su experiencia con seis pacientes a las que realizaron la técnica de tres pasos: resección del tumor, del tejido adyacente y del miometrio subyacente. Se les siguió con ecografía transvaginal e histeroscopia con biopsias dirigidas a los 3, 6, 9 y 12 meses, sin evidencia de lesión; además, cuatro de las seis pacientes lograron un embarazo en este periodo. Ellos sugieren que este método, con una vigilancia postoperatoria estrecha, puede ser una nueva opción terapéutica para preservar la fertilidad en las pacientes con adenocarcinoma endometrial de bajo grado en estadío precoz. Laurelli y cols28, presentaron en 2011 los resultados obtenidos de un estudio con 14 pacientes (edad media 38 años, con límites de 26 y 40 años) con carcinoma endometrial de bajo grado intramucoso, que se trató con la combinación de resección histeroscópica de la lesión y del tejido subyacente y Acetato de Megestrol a dosis de 160 mg por vía oral durante seis meses en seis pacientes y un DIU-LNG durante 12 meses en los ocho pacientes restantes. Con una media de 40 meses de seguimiento (13–79 meses), identificaron sólo una paciente con recurrencia a los cinco meses de la 5
resección, por lo que se le realizó histerectomía. Se obtuvo un recién nacido sano de una de tres pacientes que buscaron un embarazo. Los estudios concluyen que el tratamiento combinado de histeroscopia y gestágenos puede ser efectivo y seguro en algunas pacientes con carcinoma endometrial en etapas tempranas y paridad no satisfecha. Resultados reproductivos y seguimiento Hasta ahora hay aproximadamente 231 casos con tratamiento preservador de la fertilidad, de los que hay información disponible de 218 casos, con una tasa de embarazo de 35.6% (78 pacientes de un total de 218). De estas 78 pacientes, 14 (17.9%) se embarazaron con técnicas de reproducción asistida12. No hay información acerca de efectos adversos del tratamiento en los recién nacidos. El seguimiento de las pacientes con cáncer de endometrio aptas para tratamiento conservador debe ser cada 4-6 meses, con biopsia de endometrio, idealmente dirigida por histeroscopia12,14. En pacientes estrictamente seleccionadas que no responden a la primera línea de tratamiento y en quienes se ha descartado la evolución de la enfermedad, puede ofrecerse otra línea de tratamiento con respuesta hasta del 80% de los casos12,14. En pacientes con respuesta completa (dos biopsias endometriales consecutivas negativas) se recomienda buscar el embarazo con técnicas de reproducción asistida, si es necesario, ya que se sabe que éstas no empeoran el pronóstico de la enfermedad. Estas pacientes se enfrentan a dificultades para concebir secundarias a la obesidad, el síndrome de ovario poliquístico y la anovulación crónica. Se recomienda que la concepción sea antes de los tres meses de finalizar el tratamiento de su enfermedad14,29. La duración con la que la terapia hormonal es exitosa es desconocida. Incluso las respondedoras iniciales corren el riesgo de recurrencia, incluyendo la enfermedad extrauterina. Por tanto, después del parto debe realizarse el tratamiento quirúrgico radical para evitar riesgos añadidos29. Existen casos con respuesta completa posterior al nacimiento en los que se administraron tratamientos prolongados y se logró otro embarazo. Se estima que una cuarta parte de las pacientes tendrá persistencia de la enfermedad y hasta una tercera parte recurrencia; son cifras muy elevadas al 6
compararlas con el tratamiento convencional, por lo que se debe vigilar de forma estrecha y ofrecer el tratamiento convencional con histerectomía total abdominal y toda la rutina estadificadora si hay persistencia de la enfermedad a los nueve meses o progresión en cualquier momento del tratamiento29. Problemas asociados a la preservación de la fertilidad Existen riesgos oncológicos inherentes a un tratamiento incompleto además del riesgo de un cáncer sincrónico (ej: 25% cáncer de ovario), el aumento del riesgo de una predisposición genética a la malignidad heredada (síndrome de Lynch en mujeres jóvenes) y la falta de uniformidad en el tratamiento médico y la vigilancia30. En una revisión de mujeres jóvenes con cáncer de endometrio llevada a cabo por por Gallo y cols31, en 26 de 102 mujeres (25%) se encontraron tumores epiteliales de ovario coexistentes (23 primarios y 3 metástasis sincrónicas). Estos estudios confirman la necesidad de un examen minucioso y la selección cuidadosa de los pacientes, además de destacar los riesgos inherentes al manejo conservador de este tipo de cáncer. Hay al menos cuatro publicaciones29 que reportan el fallecimiento de cuatro mujeres en las que se implantó un tratamiento preservador de la fertilidad; las cuatro pacientes tuvieron una respuesta completa en forma inicial. Una de ellas tuvo recurrencia ocho meses después del nacimiento de un hijo sano; tres de las recurrencias fueron de afectación peritoneal. Los resultados desfavorables no siempre son publicados, por lo que se estima que el número de pacientes que fallecieron al intentar preservar su fertilidad es mayor de lo que aparece en la bibliografía. Deben tenerse en cuenta el sesgo de publicación inherente en los estudios analizados, por lo que los casos de tratamiento con éxito es más probable que se comuniquen y se publiquen, y por lo tanto, se sobreestime la tasa de éxito. Sin embargo, no puede probarse que este abordaje fuera la causa de la muerte o el desenlace aun recibiendo el tratamiento convencional. CONCLUSIONES El deseo de mantener el potencial reproductivo de la paciente joven con cáncer de útero plantea varios desafíos. Los tratamientos conservadores que existen son eficaces en la mayoría de los casos, pero no están exentos de 7
riesgos, destacando el riesgo de un tratamiento incompleto del cáncer o la posibilidad de existencia de un tumor sincrónico. Las pacientes deben ser cuidadosamente seleccionadas y ampliamente informadas sobre las opciones de tratamiento, los riesgos oncológicos, y la consiguiente necesidad probable de las técnicas de reproducción para asegurar la concepción. Por último, no debemos olvidar que el proceso oncológico es el principal protagonista y la curación del cáncer el primer objetivo a conseguir. Por ello, es necesaria una actividad multidisciplinar, con estrecha colaboración con el Oncólogo, y un trabajo protocolizado para conseguir dar evidencia científica a estas intervenciones. 1 Martin-Hirsch PP, Paraskevaidis E, Bryant A, Dickinson HO, Keep SL. Surgery for cervical intraepithelial neoplasia. Cochrane Database Syst Rev 2010;6:CD001318. doi: 10.1002/14651858.CD001318.pub2. 2 Preservación de la fertilidad en la paciente oncológica. En: Matorras R, Hernández J (eds): Estudio y tratamiento de la pareja estéril: Recomendaciones de la Sociedad Española de Fertilidad, con la colaboración de la Asociación Española para el Estudio de la Biología de la Reproducción, de la Asociación Española de Andrología y de la Sociedad Española de Contracepción. Adalia, Madrid 2007. Capítulo 36. Pags 449-466 3 Kim JH, Park JY, Kim DY, Kim YM, Kim YT, Nam JH. Fertility-sparing laparoscopic radical trachelectomy for young women with early stage cervical cancer. BJOG 2010;117(3):340-7 4 Mejia-Gomez J, Feigenberg T, Arbel-Alon S, Kogan L, Benshushan A. Radical trachelectomy: a fertility-sparing option for early invasive cervical cancer. Isr Med Assoc J. 2012;14(5):324-8 5 Rob L, Skapa P, Robova H. Fertility-sparing surgery in patients with cervical cancer. Lancet Oncol. 2011;12(2):192-200 6 Eskander RN, Randall LM, Berman ML, Tewari KS, Disaia PJ, Bristow RE. Fertility preserving options in patients with gynecologic malignancies. Am J Obstet Gynecol 2011;205(2):103-10 7 Hwang JH, Yoo HJ, Park SH, Lim MC, Seo SS, Kang S, Kim JY, Park SY. Association between the location of transposed ovary and ovarian function in patients with uterine cervical cancer treated with (postoperative or primary)pelvic radiotherapy. Fertil Steril 2012;97(6):1387- 93 8 Jemal A, Siegel R, Xu J, Ward E. Cancer statistics, 2010. CA Cancer J Clin. 2010;60:277– 300. 9 Trimble CL, Kauderer J, Zaino R, Silverberg S, Lim PC, Burke JJ. Concurrent endometrial carcinoma in women with a biopsy diagnosis of atypical endometrial hyperplasia: a Gynecologic Oncology Group study. Cancer. 2006;106:812–819. 10 Lee NK, Cheung MK, Shin JY, Husain A, Teng NN, Berek JS. Prognostic factors for uterine cancer in reproductive-aged women. Obstet Gynecol. 2007;109:655–662. 8
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