COMENTARIO LINGÜÍSTICO DE ODA AL ALDILLO DE CONGRIO DE PABLO NERUDA
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COMENTARIO LINGÜÍSTICO DE ODA AL ALDILLO DE CONGRIO DE PABLO NERUDA Ivonne Fuentes Román Universidad de Playa Ancha Resumen El congrio, un pez del orden de los anguiliformes, fue inmortalizado por el premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda en su Oda al caldillo de congrio. Este poema forma parte de la obra Odas Elementales, publicada en 1954, un libro diáfano cuyos protagonistas son las cosas grandes y pequeñas en la vida del hombre: cebollas, alcachofas, pescados, manzanas, calcetines, el aire, el mar. Allí, Neruda despliega su humanismo sin fronteras y su adhesión al hombre sencillo y al esplendor de la vida material. El objetivo de este trabajo es analizar los componentes del enunciado en dos planos de la lengua: morfo- sintáctico y léxico- semántico, con el propósito de llevar a cabo una interpretación acuciosa de esta magna Oda, para lograr así un acercamiento al autor. Palabras claves: Comentario lingüístico - Oda - análisis morfo-sintáctico - análisis léxico-semántico - Pablo Neruda. Abstract The congrio, an aguiliform fish, was immortalize by the Literature Nobel Award, Pablo Neruda, in his “Oda al caldillo de congrio” . This poem is part of Odas Elementales, issued in 1954, a diaphanous book whose characters are the big and small things in man’s life – onions, artichokes, fishes, apples, socks, air, the sea. There, Neruda unfolds his humanism without frontiers, and his adherence to the simple man, and the splendor of material life. The aim of this work is to analyze the statement components from two language levels: morpho-syntactic and lexico-semantic, so as to carry out a thorough interpretation of this magna Oda to convey a close approach to the author. Key words: Linguistic comments - Oda - morpho-syntactic analysis – lexico- semantic analysis – Pablo Neruda.
1.- Marco de referencia En Grecia, existían dos tipos de odas: las corales y las cantadas por una sola voz (monodia). Por su parte, ‘Oda al caldillo de congrio’ escrita por Pablo Neruda corresponde al segundo tipo de odas griegas, monodia, siendo un canto de alabanza a un plato característico de nuestro país. Se trata casi de un panegírico que pretende exaltar cada una de las partes de esta exquisita comida, indicando, paso a paso, su preparación, como quien escucha una receta de cocina, junto con la alabanza a cada uno de sus ingredientes. El talento de Pablo Neruda es indiscutible y la forma en que se expresa a través de la Oda es de una genialidad única. Neruda intenta y consigue, transgredir los géneros, cumpliendo con los requisitos propios de la Oda e insertando, en el plano del contenido, algo tan trivial y cotidiano como una receta de cocina. Cabe destacar que Neruda contaba con un importante cúmulo de habilidades culinarias; conocido como gran anfitrión, gustaba de atender a sus amigos, preparando tragos especiales en su bar y cocinando selectas exquisiteces. El poeta decía que sentía que una musa le parloteaba al oído cada vez que le servían caldillo de congrio y aunque, el escritor chileno podía devorar, con facilidad, cualquier plato, el caldillo de congrio era su debilidad. Neruda, hombre de paladar fino, consideraba la cocina como un arte e intentaba cultivarlo cada vez que podía. No es difícil entender, entonces, cómo es que una determinada receta de cocina, pudo convertirse en una hermosa Oda. 2.- Análisis: Oda al caldillo de congrio 1. En el mar 2. tormentoso 3. de Chile 4. vive el rosado congrio, 5. gigante anguila 6. de nevada carne. 7. Y en las ollas 8. chilenas, 9. en la costa, 10. nació el caldillo 11. grávido y suculento, 12. provechoso. 13. Lleven a la cocina 14. el congrio desollado, 15. su piel manchada cede
16. como un guante 17. y al descubierto queda 18. entonces 19. el racimo del mar, 20. el congrio tierno 21. reluce 22. ya desnudo, 23. preparado 24. para nuestro apetito. 25. Ahora 26. recoges ajos, 27. acaricia primero 28. ese marfil 29. precioso, 30. huele 31. su fragancia iracunda 32. entonces 33. deja el ajo picado 34. caer con la cebolla 35. y el tomate 36. hasta que la cebolla 37. tenga color de oro. 38. Mientras tanto 39. se cuecen 40. con el vapor 41. los regios 42. camarones marinos 43. y cuando ya llegaron 44. a su punto, 45. cuando cuajó el sabor 46. en una salsa 47. formada por el jugo 48. del océano 49. y por el agua clara 50. que desprendió la luz de la cebolla, 51. entonces 52. que entre el congrio 53. y se sumerja en gloria, 54. que en la olla 55. se aceite, 56. se contraiga y se impregne. 57. Ya sólo es necesario 58. dejar en el manjar 59. caer la crema 60. como una rosa espesa, 61. y al fuego,
62. lentamente 63. entregar el tesoro 64. hasta que en el caldillo 65. se calienten las esencias de Chile, 66. y a la mesa 67. lleguen recién casados 68. los sabores 69. del mar y de la tierra 70. para que en este plato 71. tú conozcas el cielo. 2.1. Componente morfo-sintáctico Esta oda cuenta con 71 versos y un total de 221 palabras de las cuales, 28 son verbos, 52 son sustantivos y 26 son adjetivos. En cuanto a los verbos utilizados en este texto literario, cabe destacar que hay un uso mayoritario de la tercera persona singular (14 usos), de los cuales tres corresponden al pretérito indefinido del modo indicativo (nació: 10, cuajó: 45, desprendió: 50). Los otros once usos son en presente, pero cinco de ellos corresponden al presente del modo indicativo (vive: 4, cede: 15, queda: 17, reluce: 21, es: 57) y los últimos seis usos corresponden al presente del modo subjuntivo, siendo cuatro de ellos acompañados por el pronombre enclítico se que los convierte en construcciones reflexivas, lo que viene a otorgar mayor protagonismo al congrio (tenga: 37, entre: 52, se sumerja: 53, se aceite: 55; se contraiga: 56, se impregne: 56). Es importante señalar que los cinco usos de segunda persona singular de esta obra corresponden a formas de presente de distintos modos. Tres de ellos forman parte del presente del modo imperativo (acaricia: 27, huele: 30, deja: 33), quedando de manifiesto la relación que el emisor o hablante lírico desea establecer con el lector o receptor. A través del modo imperativo, se manifiesta la forma más clásica de dar órdenes o instrucciones, corresponde, entonces, a la forma de guiar a la audiencia para que se impregne del tema en cuestión o lleve a cabo la receta que se propone. Otro de los usos de segunda persona singular corresponde al presente del modo indicativo (recoges: 26) como una acción que se está realizando, pero que, dentro del contexto, también puede ser considerada una instrucción. El último uso que se hace de la segunda persona singular, corresponde al presente del subjuntivo (conozcas: 71) vinculado al grado de posibilidad, al principio de hipotetización que tiene el modo subjuntivo, decantándose en la acción de conocer supeditada al cumplimiento de todos los pasos previos. Los cuatro usos de tercera persona plural corresponden a: dos formas verbales de presente del modo indicativo (se cuecen: 39, llegaron: 43) referidas al mismo sujeto camarones marinos, pero distinguiéndose en que la
primera construcción corresponde a una refleja con se y la segunda sólo a la forma activa. Las últimas dos formas verbales construidas con la tercera persona plural corresponden al presente del modo subjuntivo (se calienten: 65, lleguen: 67) en donde también, siguiendo una especie de simetría característica del magno poeta, se distingue una construcción con se y la otra no. Finalmente, en el poema analizado, aparece sólo una forma verbal conjugada en segunda persona plural (lleven: 13) correspondiendo al presente del imperativo, permitiéndonos confirmar que se trata de una Oda mezclada con el género de instrucción. Hay una apelación directa a una segunda persona plural Ustedes como aquella audiencia que deberá no sólo escuchar una alabanza a tan delicioso producto del mar, sino que además deberá seguir las instrucciones precisas para poder elaborar el plato que les permita conocer el cielo, siendo ese el regalo que Neruda entrega a través de sus generosos versos. En cuanto a los sustantivos que son utilizados en la Oda, ya mencionamos que son 52, constituyéndose en la categoría gramatical con mayor número de elementos. Es interesante mencionar que existe un solo sustantivo propio mencionado dos veces (Chile: 3, 65) al principio y al final de la Oda, quedando claramente delimitada la pertenencia del plato a nuestro país. La chilenidad del poeta queda de manifiesto a través del uso explícito de este nombre propio en dos lugares estratégicos, como son la apertura y el cierre de este texto poético. La mayoría de los sustantivos usados en la Oda son concretos, pero es interesante resaltar que los sustantivos abstractos que suman sólo seis, se refieren todos al campo semántico de los sentidos (apetito: 24, fragancia: 31, color: 37, sabor: 45, esencias: 65, sabores: 68). El hecho de que estos seis sustantivos abstractos se remitan al campo de los sentidos, vuelve a dejar de manifiesto, la brillante simetría con la que Neruda construye su Oda. Es evidente que no se trata de una coincidencia, estos sustantivos están distribuidos a lo largo de toda la Oda, refiriéndose tres de ellos al ámbito gustativo, dos al campo olfativo y uno al ámbito de la visión. Tal parece que a través de esta estructura, el poeta pretende ponernos en alerta para que nuestros sentidos se agudicen y puedan deleitarse al máximo, con las imágenes que nos van presentando. Siguiendo con el análisis de los sustantivos, cabe señalar que todos, excepto uno, son sustantivos primitivos. Obviamente la excepción encierra una particular intencionalidad por parte del poeta, pues se trata de resaltar el objeto de la Oda, siendo éste, el sustantivo derivado caldillo, mencionado en los versos 10 y 64. La conjunción de sabores individualizada como la unión entre el mar y la tierra, puede establecerse a través de los sustantivos congrio, anguila y camarones como un campo semántico referido al mar y, por otro lado, la
tierra representada a través del campo semántico que conforman ajos, cebolla y tomate. Neruda presenta la simbiosis o mezcla de estos dos tipos de productos antagónicos, a través de su perfecta unión en el caldillo de congrio y para que no quepa duda de este enlace, en los versos 67 y 68 expresa la idea de que los sabores están recién casados. Como una forma de resaltar los aspectos sintácticos que afectan directamente al plano del contenido, y que pueden contribuir con la interpretación que se quiere llevar a cabo, se destacan algunos de los rasgos gramaticales presentes en el texto literario, para lo cual hubo que transformar los versos en complejos oracionales. 1. En el mar tormentoso de Chile vive el rosado congrio, gigante anguila de nevada carne. La primera es una oración intransitiva. El poeta rompe el orden lógico de la oración para poner en primer plano y como tema un complemento circunstancial de lugar, que tiene como finalidad situar al lector en un contexto determinado. 2. Y en las ollas chilenas, en la costa, nació el caldillo grávido y suculento, provechoso. En esta segunda oración se repite parcialmente la estructura de la primera. Estamos frente a una hipérbaton propia del género poético que tiene una doble finalidad. Por un lado poner nuevamente en el tema dos complementos circunstanciales de lugar y, por otra parte, determinar al sujeto a partir de una serie de adjetivos calificativos. 3. Lleven a la cocina el congrio desollado, su piel manchada cede como un guante y al descubierto queda entonces el racimo del mar, el congrio tierno reluce ya desnudo, preparado para nuestro apetito. En esta oración el sujeto es un sujeto desinencial que no hay que confundir con la tercera persona plural. Se trata de ustedes y el verbo va acompañado por un complemento circunstancial de lugar y un complemento directo que inmediatamente es tematizado a través del adjetivo posesivo su seguido del verbo con un complemento del modo. La conjunción y permite conectar una oración coordinada simple con complemento de modo. Esta secuencia finaliza con una última oración simple en la cual el sujeto vuelve a ser el congrio tierno del cual se expresaran en el predicado dos complementos de modo. 4. Ahora recoges ajos, acaricia primero ese marfil precioso, huele su fragancia iracunda entonces deja el ajo picado caer con la cebolla y el tomate hasta que la cebolla tenga color de oro. Este período presenta una serie de oraciones simples en yuxtaposición en las cuales el sujeto es desinencial y corresponde a la segunda persona singular. Por su parte, el verbo va acompañado de complemento
directo, complemento circunstancial de tiempo. Cabe señalar que al final de esta estructura paratáctica, aparece una perífrasis verbal interrumpida por el complemento directo que viene a situarse en medio, distanciándose de los otros complementos. 5. Mientras tanto se cuecen con el vapor los regios camarones marinos y cuando ya llegaron a su punto, cuando cuajó el sabor en una salsa formada por el jugo del océano y por el agua clara que desprendió la luz de la cebolla, entonces que entre el congrio y se sumerja en gloria, que en la olla se aceite, se contraiga y se impregne. Cabe destacar dentro de esta oración la importancia que tienen los complementos y adverbios de tiempo. La idea es preparar el momento justo para que el protagonista de la Oda, o sea, el congrio, entre a la olla y realice una serie de acciones que están enunciadas a través de construcciones reflexivas con se. 6. Ya sólo es necesario dejar en el manjar caer la crema como una rosa espesa, y al fuego, lentamente entregar el tesoro hasta que en el caldillo se calienten las esencias de Chile, y a la mesa lleguen recién casados los sabores del mar y de la tierra para que en este plato tú conozcas el cielo. De esta oración, rescatamos el complemento circunstancial de finalidad, ubicado al final de la Oda, con la clara intención, por parte del poeta, de poner en foco el objetivo último de la degustación de este exquisito plato, cual es, que tengas la posibilidad de conocer el cielo a través del paladar. 2.2. Componente léxico- semántico Como una forma de introducirnos en el análisis del componente léxico- semántico, es que consideramos conveniente revisar algunas de las figuras literarias que aparecen en el texto. En primer lugar, es importante resaltar que, existiendo un gran número de adjetivos en el poema, no es raro encontrar epítetos que vienen a reforzar las características propias de cada nombre, como por ejemplo: rosado congrio (verso 4) que viene a resaltar a través del color las nobles características de este producto marino que pronto llevará a la mesa. La figura literaria de comparación es utilizada para que el lector se cree con mayor facilidad la imagen del congrio que el poeta quiere proyectar, quedando de manifiesto en los siguientes versos: su piel manchada cede / como un guante (versos 15 - 16). La metáfora de racimo del mar (verso 19) también juega un rol importante en esta construcción o representación del mundo que el poeta realiza. Al hablar de racimo del mar para referirse al congrio, se establece una relación
de semejanza entre el pescado aludido y las esencias fundamentales del mar. El hablar de congrio como racimo lo presenta como un conjunto de sabores y olores característicos que lo hacen más interesante y cautivador al paladar de quien lee. Refiriéndonos todavía a la metáfora, podemos aludir al ajo, presentado magistralmente como ese marfil precioso (versos 28 - 29), sintetizando en esta expresión no tan sólo el color, sino que la forma de cada diente de ajo, fácilmente asimilable a colmillos de elefante en miniatura. En la expresión fragancia iracunda (verso 31) nos encontramos con una mezcla de dos figuras literarias, cuales son, la sinestesia y la personificación, al otorgarle esta característica propia de la personalidad humana a una fragancia, con la intención de resaltar su fuerte e inconfundible aroma. La metonimia también está presente en la Oda al decir que, en el caldillo de congrio, se calienten las esencias de Chile (verso 65), estableciendo claramente la relación de la parte por el todo. El texto poético culmina con una hipérbole, al manifestar que a través de este plato, tú tienes la posibilidad de conocer el cielo: para que en este plato / tú conozcas el cielo (versos 70 - 71). A continuación, intentaremos hacer el recorrido por todo el texto poético en cuestión, para interpretarlo desde la perspectiva léxico-semántica. El poeta parte ubicando al rosado congrio en su hábitat natural para situar al lector en un contexto determinado, esto le sirve, además, para que el congrio ingrese al escenario como protagonista de la alabanza del poeta. En seguida, Neruda ubica al lector en Chile a través del epíteto ollas chilenas, lo que permite inferir que el Caldillo de congrio, objeto de esta Oda, es una elaboración perteneciente a nuestro país. La cantidad de adjetivos que acompañan a caldillo: grávido, suculento, provechoso, cumplen con la intención de despertar el apetito del lector desde las primeras líneas. Vale la pena, rastrear la definición de cada uno de estos términos. Por una parte, grávido significa cargado, lleno, abundante y, generalmente, se usa para referirse al vientre de la mujer embarazada. Suculento es un adjetivo que significa sustancioso, muy nutritivo. Finalmente, provechoso es un adjetivo que significa que causa provecho: ~ al, o para, el vecindario. Pues bien, si el caldillo es grávido significa que está tan lleno que cumplirá con satisfacer hasta el más feroz apetito; si es suculento cumplirá con los requisitos nutritivos suficientes y, por último, si es provechoso significa que causará provecho o bienestar para quien lo consuma. El poeta mezcla el género Oda con la Receta de cocina y es, en el verso 13, que se dirige a una segunda persona plural: ustedes, como la audiencia que
se prepara a cocinar y a degustar el caldillo, siendo la instrucción concreta que lleven el congrio desollado a la cocina. Se permite la referencia al congrio sin su piel, primero mediante el colectivo ‘racimo del mar’ para transmitir la idea de que el congrio aglutina las esencias fundamentales del mar con todo la fuerza que esta construcción lingüística conlleva; en segundo lugar, se refiere al congrio, a través de los adjetivos: desnudo y tierno, constituyéndose en una personificación que le otorga mayor estatus al congrio. A través del adverbio de tiempo ahora el poeta prepara a su audiencia para comenzar las instrucciones de su receta, siendo el primer ingrediente el ajo de quien destaca su color inconfundible y su fuerte aroma mediante los epítetos: marfil precioso y fragancia iracunda. A continuación, surge la conjugación perfecta entre Oda y Receta a través de las indicaciones que se entregan para preparar el ajo junto con la cebolla y el tomate, utilizando su maestría poética, Neruda menciona que la cebolla está lista cuando adopta color de oro para referirse al color que adquiere la cebolla cuando está frita. La construcción de la frase adverbial mientras tanto, permite establecer que hay dos acciones paralelas que el lector debe inferir. Por un lado, está la preparación de ajo, cebolla y tomate, y por otra parte, está la cocción de camarones al vapor. En seguida, viene la descripción de mezcla de sabores, considerando el sabor de los camarones y el jugo desprendido por la cebolla, para determinar el momento justo en que debe introducirse a la olla, el congrio a través del adverbio de tiempo entonces. Los versos 52 y 53 constituyen el clímax de la Oda, determinado por el momento justo en que entra en la olla el congrio y se sumerge en gloria. El sustantivo gloria como parte de una frase preposicional presenta toda su carga semántica referida al paraíso. Puesto que el término gloria significa bienaventuranza (vida eterna). Cielo (paraíso). Fama, honor otorgado por consenso general. Gusto, placer. Es así como se produce la imagen del congrio, entrando a la olla como las almas que ingresan al cielo, al éxtasis, al paraíso. El modo subjuntivo juega un rol trascendental desde los versos 52 al 56 para mencionar las acciones que se deben realizar con el congrio. El subjuntivo acompañado de se permite establecer una acción reflexiva que se puede ligar con la intención de personificar al congrio, manifestada por el poeta en varias ocasiones a través del texto. En seguida aparece un nuevo ingrediente, la crema que viene a juntarse con los otros productos ya cocinados hasta el momento y que son
denominados como manjar, pues la elaboración del plato hasta este punto ya está avanzada. Finalmente, se plantea que es el fuego quien recibe este tesoro para terminar lentamente de calentar las esencias de Chile. Expresión que alude nuevamente al origen del plato y a la importancia que tienen los ingredientes, presentados como una conjugación entre productos del mar y de la tierra. Esta unión se establece a través de los sabores y encuentra su fin último en mostrar el cielo a quien lo pruebe, como una nueva alusión a la gloria y al éxtasis. Ivonne Fuentes Román* Mag íste r e n L in g üística por Unive rsidad de Playa Ancha ifue nte s@upa.cl * Be caria Pr oye ct o Me ce sup. Pr ograma de Doct or ado e n Lingüíst ica, Pontificia Unive rsidad Católica de Valparaíso. Bibliografía Aguirre, I. (1994) Antología de Pablo Neruda. Sao Paulo: Companhia Melhoramentos. Alarcos, E. (2000) Gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe. Corominas, J. (1990) Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Madrid: Gredos Real Academia Española (2000) Esbozo de una nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe. Otras fuentes bibliográficas Pablo Neruda. Vida y obra: www.angelfire.com Fundación Pablo Neruda: www.neruda.cl
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