COMENTARIO LINGÜÍSTICO DE ODA AL ALDILLO DE CONGRIO DE PABLO NERUDA

Página creada Nicolás Sanguez
 
SEGUIR LEYENDO
COMENTARIO LINGÜÍSTICO DE ODA AL ALDILLO DE CONGRIO DE
                     PABLO NERUDA

                                                        Ivonne Fuentes Román
                                                       Universidad de Playa Ancha

  Resumen

El congrio, un pez del orden de los anguiliformes, fue inmortalizado por el
premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda en su Oda al caldillo de congrio.
Este poema forma parte de la obra Odas Elementales, publicada en 1954, un
libro diáfano cuyos protagonistas son las cosas grandes y pequeñas en la vida
del hombre: cebollas, alcachofas, pescados, manzanas, calcetines, el aire, el
mar. Allí, Neruda despliega su humanismo sin fronteras y su adhesión al
hombre sencillo y al esplendor de la vida material.
El objetivo de este trabajo es analizar los componentes del enunciado en dos
planos de la lengua: morfo- sintáctico y léxico- semántico, con el propósito de
llevar a cabo una interpretación acuciosa de esta magna Oda, para lograr así
un acercamiento al autor.
Palabras claves: Comentario lingüístico - Oda - análisis morfo-sintáctico -
análisis léxico-semántico - Pablo Neruda.

  Abstract

The congrio, an aguiliform fish, was immortalize by the Literature Nobel Award,
Pablo Neruda, in his “Oda al caldillo de congrio” . This poem is part of Odas
Elementales, issued in 1954, a diaphanous book whose characters are the big
and small things in man’s life – onions, artichokes, fishes, apples, socks, air,
the sea.    There, Neruda unfolds his humanism without frontiers, and his
adherence to the simple man, and the splendor of material life.
The aim of this work is to analyze the statement components from two language
levels: morpho-syntactic and lexico-semantic, so as to carry out a thorough
interpretation of this magna Oda to convey a close approach to the author.

Key words: Linguistic comments - Oda -      morpho-syntactic analysis – lexico-
semantic analysis – Pablo Neruda.
1.- Marco de referencia

    En Grecia, existían dos tipos de odas: las corales y las cantadas por una
sola voz (monodia). Por su parte, ‘Oda al caldillo de congrio’ escrita por Pablo
Neruda corresponde al segundo tipo de odas griegas, monodia, siendo un
canto de alabanza a un plato característico de nuestro país. Se trata casi de
un panegírico que pretende exaltar cada una de las partes de esta exquisita
comida, indicando, paso a paso, su preparación, como quien escucha una
receta de cocina, junto con la alabanza a cada uno de sus ingredientes.

    El talento de Pablo Neruda es indiscutible y la forma en que se expresa a
través de la Oda es de una genialidad única. Neruda intenta y consigue,
transgredir los géneros, cumpliendo con los requisitos propios de la Oda e
insertando, en el plano del contenido, algo tan trivial y cotidiano como una
receta de cocina.

   Cabe destacar que Neruda contaba con un importante cúmulo de
habilidades culinarias; conocido como gran anfitrión, gustaba de atender a
sus amigos, preparando tragos especiales en su bar y cocinando selectas
exquisiteces.

    El poeta decía que sentía que una musa le parloteaba al oído cada vez que
le servían caldillo de congrio y aunque, el escritor chileno podía devorar, con
facilidad, cualquier plato, el caldillo de congrio era su debilidad.

    Neruda, hombre de paladar fino, consideraba la cocina como un arte e
intentaba cultivarlo cada vez que podía. No es difícil entender, entonces, cómo
es que una determinada receta de cocina, pudo convertirse en una hermosa
Oda.

   2.- Análisis: Oda al caldillo de congrio

   1. En el mar
   2. tormentoso
   3. de Chile
   4. vive el rosado congrio,
   5. gigante anguila
   6. de nevada carne.
   7. Y en las ollas
   8. chilenas,
   9. en la costa,
   10. nació el caldillo
   11. grávido y suculento,
   12. provechoso.
   13. Lleven a la cocina
   14. el congrio desollado,
   15. su piel manchada cede
16.   como un guante
17.   y al descubierto queda
18.   entonces
19.   el racimo del mar,
20.   el congrio tierno
21.   reluce
22.   ya desnudo,
23.   preparado
24.   para nuestro apetito.
25.   Ahora
26.   recoges ajos,
27.   acaricia primero
28.   ese marfil
29.   precioso,
30.   huele
31.   su fragancia iracunda
32.   entonces
33.   deja el ajo picado
34.   caer con la cebolla
35.   y el tomate
36.   hasta que la cebolla
37.   tenga color de oro.
38.   Mientras tanto
39.   se cuecen
40.   con el vapor
41.   los regios
42.   camarones marinos
43.   y cuando ya llegaron
44.   a su punto,
45.   cuando cuajó el sabor
46.   en una salsa
47.   formada por el jugo
48.   del océano
49.   y por el agua clara
50.   que desprendió la luz de la cebolla,
51.   entonces
52.   que entre el congrio
53.   y se sumerja en gloria,
54.   que en la olla
55.   se aceite,
56.   se contraiga y se impregne.
57.   Ya sólo es necesario
58.   dejar en el manjar
59.   caer la crema
60.   como una rosa espesa,
61.   y al fuego,
62.   lentamente
   63.   entregar el tesoro
   64.   hasta que en el caldillo
   65.   se calienten las esencias de Chile,
   66.   y a la mesa
   67.   lleguen recién casados
   68.   los sabores
   69.   del mar y de la tierra
   70.   para que en este plato
   71.   tú conozcas el cielo.

   2.1. Componente morfo-sintáctico

   Esta oda cuenta con 71 versos y un total de 221 palabras de las cuales,
28 son verbos, 52 son sustantivos y 26 son adjetivos.

    En cuanto a los verbos utilizados en este texto literario, cabe destacar que
hay un uso mayoritario de la tercera persona singular (14 usos), de los cuales
tres corresponden al pretérito indefinido del modo indicativo (nació: 10,
cuajó: 45, desprendió: 50). Los otros once usos son en presente, pero cinco de
ellos corresponden al presente del modo indicativo (vive: 4, cede: 15, queda:
17, reluce: 21, es: 57) y los últimos seis usos corresponden al presente del
modo subjuntivo, siendo cuatro de ellos acompañados por el pronombre
enclítico se que los convierte en construcciones reflexivas, lo que viene a
otorgar mayor protagonismo al congrio (tenga: 37, entre: 52, se sumerja: 53,
se aceite: 55; se contraiga: 56, se impregne: 56).

    Es importante señalar que los cinco usos de segunda persona singular de
esta obra corresponden a formas de presente de distintos modos. Tres de ellos
forman parte del presente del modo imperativo (acaricia: 27, huele: 30, deja:
33), quedando de manifiesto la relación que el emisor o hablante lírico desea
establecer con el lector o receptor. A través del modo imperativo, se
manifiesta la forma más clásica de dar órdenes o instrucciones, corresponde,
entonces, a la forma de guiar a la audiencia para que se impregne del tema en
cuestión o lleve a cabo la receta que se propone. Otro de los usos de segunda
persona singular corresponde al presente del modo indicativo (recoges: 26)
como una acción que se está realizando, pero que, dentro del contexto,
también puede ser considerada una instrucción. El último uso que se hace de
la segunda persona singular, corresponde al presente del subjuntivo
(conozcas: 71) vinculado al grado de posibilidad, al principio de hipotetización
que tiene el modo subjuntivo, decantándose en la acción de conocer
supeditada al cumplimiento de todos los pasos previos.

    Los cuatro usos de tercera persona plural corresponden a: dos formas
verbales de presente del modo indicativo (se cuecen: 39, llegaron: 43)
referidas al mismo sujeto camarones marinos, pero distinguiéndose en que la
primera construcción corresponde a una refleja con se y la segunda sólo a la
forma activa. Las últimas dos formas verbales construidas con la tercera
persona plural corresponden al presente del modo subjuntivo (se calienten:
65, lleguen: 67) en donde también, siguiendo una especie de simetría
característica del magno poeta, se distingue una construcción con se y la otra
no.

    Finalmente, en el poema analizado, aparece sólo una forma verbal
conjugada en segunda persona plural (lleven: 13) correspondiendo al presente
del imperativo, permitiéndonos confirmar que se trata de una Oda mezclada
con el género de instrucción. Hay una apelación directa a una segunda
persona plural Ustedes como aquella audiencia que deberá no sólo escuchar
una alabanza a tan delicioso producto del mar, sino que además deberá
seguir las instrucciones precisas para poder elaborar el plato que les permita
conocer el cielo, siendo ese el regalo que Neruda entrega a través de sus
generosos versos.

    En cuanto a los sustantivos que son utilizados en la Oda, ya mencionamos
que son 52, constituyéndose en la categoría gramatical con mayor número de
elementos. Es interesante mencionar que existe un solo sustantivo propio
mencionado dos veces (Chile: 3, 65) al principio y al final de la Oda, quedando
claramente delimitada la pertenencia del plato a nuestro país. La chilenidad
del poeta queda de manifiesto a través del uso explícito de este nombre propio
en dos lugares estratégicos, como son la apertura y el cierre de este texto
poético.

    La mayoría de los sustantivos usados en la Oda son concretos, pero es
interesante resaltar que los sustantivos abstractos que suman sólo seis, se
refieren todos al campo semántico de los sentidos (apetito: 24, fragancia: 31,
color: 37, sabor: 45, esencias: 65, sabores: 68). El hecho de que estos seis
sustantivos abstractos se remitan al campo de los sentidos, vuelve a dejar de
manifiesto, la brillante simetría con la que Neruda construye su Oda. Es
evidente que no se trata de una coincidencia, estos sustantivos están
distribuidos a lo largo de toda la Oda, refiriéndose tres de ellos al ámbito
gustativo, dos al campo olfativo y uno al ámbito de la visión. Tal parece que a
través de esta estructura, el poeta pretende ponernos en alerta para que
nuestros sentidos se agudicen y puedan deleitarse al máximo, con las
imágenes que nos van presentando.

    Siguiendo con el análisis de los sustantivos, cabe señalar que todos,
excepto uno, son sustantivos primitivos. Obviamente la excepción encierra
una particular intencionalidad por parte del poeta, pues se trata de resaltar
el objeto de la Oda, siendo éste, el sustantivo derivado caldillo, mencionado
en los versos 10 y 64.

    La conjunción de sabores individualizada como la unión entre el mar y la
tierra, puede establecerse a través de los sustantivos congrio, anguila y
camarones como un campo semántico referido al mar y, por otro lado, la
tierra representada a través del campo semántico que conforman           ajos,
cebolla y tomate. Neruda presenta la simbiosis o mezcla de estos dos tipos de
productos antagónicos, a través de su perfecta unión en el caldillo de congrio
y para que no quepa duda de este enlace, en los versos 67 y 68 expresa la
idea de que los sabores están recién casados.

    Como una forma de resaltar         los aspectos sintácticos que afectan
directamente al plano del contenido, y que pueden contribuir con la
interpretación que se quiere llevar a cabo, se destacan algunos de los rasgos
gramaticales presentes en el texto literario, para lo cual hubo que
transformar los versos en complejos oracionales.

   1. En el mar tormentoso de Chile vive el rosado congrio, gigante anguila de
     nevada carne.
     La primera es una oración intransitiva. El poeta rompe el orden lógico
     de la oración para poner en primer plano y como tema un complemento
     circunstancial de lugar, que tiene como finalidad situar al lector en un
     contexto determinado.

   2. Y en las ollas chilenas, en la costa, nació el caldillo grávido y suculento,
     provechoso.
     En esta segunda oración se repite parcialmente la estructura de la
     primera. Estamos frente a una hipérbaton propia del género poético que
     tiene una doble finalidad. Por un lado poner nuevamente en el tema dos
     complementos circunstanciales de lugar y, por otra parte, determinar al
     sujeto a partir de una serie de adjetivos calificativos.

   3. Lleven a la cocina el congrio desollado, su piel manchada cede como un
     guante y al descubierto queda entonces el racimo del mar, el congrio
     tierno reluce ya desnudo, preparado para nuestro apetito.
     En esta oración el sujeto es un sujeto desinencial que no hay que
     confundir con la tercera persona plural. Se trata de ustedes y el verbo
     va acompañado por un complemento circunstancial de lugar y un
     complemento directo que inmediatamente es tematizado a través del
     adjetivo posesivo su seguido del verbo con un complemento del modo. La
     conjunción y permite conectar una oración coordinada simple con
     complemento de modo. Esta secuencia finaliza con una última oración
     simple en la cual el sujeto vuelve a ser el congrio tierno del cual se
     expresaran en el predicado dos complementos de modo.

   4.      Ahora recoges ajos, acaricia primero ese marfil precioso, huele su
        fragancia iracunda entonces deja el ajo picado caer con la cebolla y el
        tomate hasta que la cebolla tenga color de oro.
        Este período presenta una serie de oraciones simples en yuxtaposición
        en las cuales el sujeto es desinencial y corresponde a la segunda
        persona singular. Por su parte, el verbo va acompañado de complemento
directo, complemento circunstancial de tiempo. Cabe señalar que al
        final de esta estructura paratáctica, aparece una perífrasis verbal
        interrumpida por el complemento directo que viene a situarse en medio,
        distanciándose de los otros complementos.

   5. Mientras tanto se cuecen con el vapor los regios camarones marinos y
     cuando ya llegaron a su punto, cuando cuajó el sabor en una salsa
     formada por el jugo del océano y por el agua clara que desprendió la luz
     de la cebolla, entonces que entre el congrio y se sumerja en gloria, que
     en la olla se aceite, se contraiga y se impregne.
     Cabe destacar dentro de esta oración la importancia que tienen los
     complementos y adverbios de tiempo. La idea es preparar el momento
     justo para que el protagonista de la Oda, o sea, el congrio, entre a la
     olla y realice una serie de acciones que están enunciadas a través de
     construcciones reflexivas con se.

   6.     Ya sólo es necesario dejar en el manjar caer la crema como una rosa
        espesa, y al fuego, lentamente entregar el tesoro hasta que en el caldillo
        se calienten las esencias de Chile, y a la mesa lleguen recién casados
        los sabores del mar y de la tierra para que en este plato tú conozcas el
        cielo.
        De esta oración, rescatamos el complemento circunstancial de finalidad,
        ubicado al final de la Oda, con la clara intención, por parte del poeta, de
        poner en foco el objetivo último de la degustación de este exquisito
        plato, cual es, que tengas la posibilidad de conocer el cielo a través del
        paladar.

   2.2. Componente léxico- semántico

    Como una forma de introducirnos en el análisis del componente léxico-
semántico, es que consideramos conveniente revisar algunas de las figuras
literarias que aparecen en el texto.

    En primer lugar, es importante resaltar que, existiendo un gran número
de adjetivos en el poema, no es raro encontrar epítetos que vienen a reforzar
las características propias de cada nombre, como por ejemplo: rosado congrio
(verso 4) que viene a resaltar a través del color las nobles características de
este producto marino que pronto llevará a la mesa.

   La figura literaria de comparación es utilizada para que el lector se cree
con mayor facilidad la imagen del congrio que el poeta quiere proyectar,
quedando de manifiesto en los siguientes versos: su piel manchada cede /
como un guante (versos 15 - 16).

   La metáfora de racimo del mar (verso 19) también juega un rol importante
en esta construcción o representación del mundo que el poeta realiza. Al
hablar de racimo del mar para referirse al congrio, se establece una relación
de semejanza entre el pescado aludido y las esencias fundamentales del mar.
El hablar de congrio como racimo lo presenta como un conjunto de sabores y
olores característicos que lo hacen más interesante y cautivador al paladar de
quien lee.

    Refiriéndonos todavía a la metáfora, podemos aludir al ajo, presentado
magistralmente como ese marfil precioso (versos 28 - 29), sintetizando en esta
expresión no tan sólo el color, sino que la forma de cada diente de ajo,
fácilmente asimilable a colmillos de elefante en miniatura.

   En la expresión fragancia iracunda (verso 31) nos encontramos con una
mezcla de dos figuras literarias, cuales son, la sinestesia y la
personificación, al otorgarle esta característica propia de la personalidad
humana a una fragancia, con la intención de resaltar su fuerte e
inconfundible aroma.

    La metonimia también está presente en la Oda al decir que, en el caldillo
de congrio, se calienten las esencias de Chile (verso 65), estableciendo
claramente la relación de la parte por el todo.

    El texto poético culmina con una hipérbole, al manifestar que a través de
este plato, tú tienes la posibilidad de conocer el cielo: para que en este plato /
tú conozcas el cielo (versos 70 - 71).

   A continuación, intentaremos hacer el recorrido por todo el texto poético
en cuestión, para interpretarlo desde la perspectiva léxico-semántica.

    El poeta parte ubicando al rosado congrio en su hábitat natural para
situar al lector en un contexto determinado, esto le sirve, además, para que el
congrio ingrese al escenario como protagonista de la alabanza del poeta. En
seguida, Neruda ubica al lector en Chile a través del epíteto ollas chilenas, lo
que permite inferir que el Caldillo de congrio, objeto de esta Oda, es una
elaboración perteneciente a nuestro país.

    La cantidad de adjetivos que acompañan a caldillo: grávido, suculento,
provechoso, cumplen con la intención de despertar el apetito del lector desde
las primeras líneas. Vale la pena, rastrear la definición de cada uno de estos
términos. Por una parte, grávido significa cargado, lleno, abundante y,
generalmente, se usa para referirse al vientre de la mujer embarazada.
Suculento es un adjetivo que significa sustancioso, muy nutritivo. Finalmente,
provechoso es un adjetivo que significa que causa provecho: ~ al, o para, el
vecindario. Pues bien, si el caldillo es grávido significa que está tan lleno que
cumplirá con satisfacer hasta el más feroz apetito; si es suculento cumplirá
con los requisitos nutritivos suficientes y, por último, si       es provechoso
significa que causará provecho o bienestar para quien lo consuma.

   El poeta mezcla el género Oda con la Receta de cocina y es, en el verso 13,
que se dirige a una segunda persona plural: ustedes, como la audiencia que
se prepara a cocinar y a degustar el caldillo, siendo la instrucción concreta
que lleven el congrio desollado a la cocina.

    Se permite la referencia al congrio sin su piel, primero mediante el
colectivo ‘racimo del mar’ para transmitir la idea de que el congrio aglutina
las esencias fundamentales del mar con todo la fuerza que esta construcción
lingüística conlleva; en segundo lugar, se refiere al congrio, a través de los
adjetivos: desnudo y tierno, constituyéndose en una personificación que le
otorga mayor estatus al congrio.

    A través del adverbio de tiempo ahora el poeta prepara a su audiencia
para comenzar las instrucciones de su receta, siendo el primer ingrediente el
ajo de quien destaca su color inconfundible y su fuerte aroma mediante los
epítetos: marfil precioso y fragancia iracunda.

    A continuación, surge la conjugación perfecta entre Oda y Receta a través
de las indicaciones que se entregan para preparar el ajo junto con la cebolla
y el tomate, utilizando su maestría poética, Neruda menciona que la cebolla
está lista cuando adopta color de oro para referirse al color que adquiere la
cebolla cuando está frita.

   La construcción de la frase adverbial mientras tanto, permite establecer
que hay dos acciones paralelas que el lector debe inferir. Por un lado, está la
preparación de ajo, cebolla y tomate, y por otra parte, está la cocción de
camarones al vapor.

   En seguida, viene la descripción de mezcla de sabores, considerando el
sabor de los camarones y el jugo desprendido por la cebolla, para determinar
el momento justo en que debe introducirse a la olla, el congrio a través del
adverbio de tiempo entonces.

   Los versos 52 y 53 constituyen el clímax de la Oda, determinado por el
momento justo en que entra en la olla el congrio y se sumerge en gloria. El
sustantivo gloria como parte de una frase preposicional presenta toda su
carga semántica referida al paraíso. Puesto que el término gloria significa
bienaventuranza (vida eterna). Cielo (paraíso). Fama, honor otorgado por
consenso general. Gusto, placer. Es así como se produce la imagen del
congrio, entrando a la olla como las almas que ingresan al cielo, al éxtasis, al
paraíso.

   El modo subjuntivo juega un rol trascendental desde los versos 52 al 56
para mencionar las acciones que se deben realizar con el congrio. El
subjuntivo acompañado de se permite establecer una acción reflexiva que se
puede ligar con la intención de personificar al congrio, manifestada por el
poeta en varias ocasiones a través del texto.

   En seguida aparece un nuevo ingrediente, la crema que viene a juntarse
con los otros productos ya cocinados hasta el momento y que son
denominados como manjar, pues la elaboración del plato hasta este punto ya
está avanzada.

   Finalmente, se plantea que es el fuego quien recibe este tesoro para
terminar lentamente de calentar las esencias de Chile. Expresión que alude
nuevamente al origen del plato y a la importancia que tienen los ingredientes,
presentados como una conjugación entre productos del mar y de la tierra.
Esta unión se establece a través de los sabores y encuentra su fin último en
mostrar el cielo a quien lo pruebe, como una nueva alusión a la gloria y al
éxtasis.

Ivonne Fuentes Román*
Mag íste r e n L in g üística
por Unive rsidad de Playa Ancha
ifue nte s@upa.cl

* Be caria Pr oye ct o Me ce sup. Pr ograma de Doct or ado e n Lingüíst ica,
  Pontificia Unive rsidad Católica de Valparaíso.
Bibliografía

Aguirre, I. (1994) Antología de Pablo Neruda. Sao Paulo: Companhia Melhoramentos.
Alarcos, E. (2000) Gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe.
Corominas, J. (1990) Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Madrid:
  Gredos
Real Academia Española (2000) Esbozo de una nueva gramática de la lengua española.
  Madrid: Espasa Calpe.

Otras fuentes bibliográficas

Pablo Neruda. Vida y obra: www.angelfire.com
Fundación Pablo Neruda: www.neruda.cl
También puede leer