EDUCACIÓN INFANTIL AYTO. CHIPRANA - TeleOposiciones

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EDUCACIÓN INFANTIL AYTO. CHIPRANA

Tema 4. El desarrollo lingüístico en los niños y niñas de 0 a 3 años: la

enseñanza y el aprendizaje de la lengua en la Educación Infantil.

Adquisición, desarrollo y dificultades del lenguaje.

Técnicas y recursos para la comprensión y la expresión oral.

Prevención y alteraciones.

Planificación de la intervención en la Escuela Infantil.

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Introducción

La importancia del lenguaje en las relaciones humanas es tal que los maestros de
Educación Infantil estamos obligados a prestar una especial atención a la adquisición y
desarrollo del mismo, así como a sus posibles alteraciones. El aprendizaje más
importante que los niños y niñas adquieren en sus primeros años de vida es el de su
lengua materna. A partir de él se producen las primeras interacciones sociales de su
entorno, sentándose las bases de futuros aprendizajes.
Pero la adquisición del lenguaje en la infancia no se produce de manera lineal y
uniforme, sino que pueden aparecer múltiples problemas que dificulten tales
adquisiciones. Los maestros debemos enfocar el tratamiento del lenguaje con la máxima
dedicación y esmero.
Haremos referencia a la edad en que se suelen adquirir los distintos aspectos
estudiados, pero hay que tener en cuenta que se trata de edades aproximadas, es decir,
que ese desarrollo puede tener lugar unos meses antes o después. La razón de este
hecho no es otra que la existencia de amplias diferencias individuales. Por tanto, debe
concederse más importancia al orden en el que se adquieren estos aspectos que a la
edad en que tienen lugar.
Al hablar de lenguaje nos referimos tanto a lenguaje verbal como no verbal, es decir
lenguaje corporal y gestual (primer sistema de comunicación del niño), lenguaje musical,
plástico, lógico matemático.
En este tema, por todo ello, comenzaremos tratando la comunicación no verbal
(adelantamos este apartado a modo introductorio para adentrarnos luego en el grosso
del tema, el lenguaje verbal). Así tras exponer la comunicación no verbal veremos cómo
explican diferentes teorías y autores el desarrollo del lenguaje y qué factores intervienen
en él. El tercer punto consistirá en tratar las relaciones entre lenguaje y pensamiento. A
continuación, vamos a analizar cuáles son las fases principales por las que atraviesa el
niño o la niña en el desarrollo de su lenguaje, así como los logros principales en cada una
de ellas. Por último, vamos a exponer las características de los trastornos de lenguaje
más frecuentes.
La importancia de este tema viene recogida en el Real decreto 1630/2006, en el artículo
3 entre los objetivos generales de infantil encontramos:
f) Desarrollar habilidades comunicativas en diferentes lenguajes y formas de expresión.
g) Iniciarse en las habilidades lógico-matemáticas, en la lecto-escritura y en el
movimiento, el gesto y el ritmo.

Destacar que este tema se englobaría dentro del área Lenguajes: comunicación y
representación, dentro de la cual hacemos referencia a los siguientes objetivos:

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1. Utilizar la lengua como instrumento de comunicación, de representación, aprendizaje
y disfrute, de expresión de ideas y sentimientos, y valorar la lengua oral como un medio
de relación con los demás y de regulación de la conversación.
2. Expresar emociones, sentimientos, deseos e ideas mediante la lengua oral y a través
de otros lenguajes, eligiendo el que mejor se ajuste a la intención y a la situación.
3. Comprender las intenciones y mensajes de otros niños y adultos, adoptando una
actitud positiva hacia la lengua, tanto propia como extranjera.
Contenidos
Bloque 1. Lenguaje verbal
Escuchar, hablar y conversar:
Utilización y valoración progresiva de la lengua oral para evocar y relatar hechos, para
explorar conocimientos para expresar y comunicar ideas y sentimientos y como ayuda
para regular la propia conducta y la de los demás.
Uso progresivo, acorde con la edad, de léxico variado y con creciente precisión,
estructuración apropiada de frases, entonación adecuada y pronunciación clara.

Participación y escucha activa en situaciones habituales de comunicación. Acomodación
progresiva de sus enunciados a los formatos convencionales, así como acercamiento a
la interpretación de mensajes, textos y relatos orales producidos por medios
audiovisuales.
Utilización adecuada de las normas que rigen el intercambio lingüístico, respetando el
turno de palabra, escuchando con atención y respeto.
Interés por participar en interacciones orales en lengua extranjera en rutinas y
situaciones habituales de comunicación.
Comprensión de la idea global de textos orales en lengua extranjera, en situaciones
habituales del aula y cuando se habla de temas conocidos y predecibles. Actitud positiva
hacia la lengua extranjera.

LA COMUNICACIÓN NO VERBAL

El lenguaje verbal (oral o hablado y escrito) es nuestro principal medio de comunicación
y, sobre todo, el lenguaje oral es el más representativo, pero no es el único modo de
comunicación; hemos de valorar la importancia del lenguaje gestual y, principalmente,
porque es quizá el lenguaje más natural, puesto que el niño/a se expresa con él desde
los primeros momentos de su vida, empleando el cuerpo (el gesto, el rostro, la postura,
el movimiento) como recurso de comunicación.
Al hablar de lenguaje no verbal nos referimos los lenguajes que no tienen como sostén
la palabra. Entre ellos destaca el lenguaje corporal y gestual pues es el primero que se
produce de manera espontánea en el niño.
El niño pequeño utiliza diversos sistemas de comunicación no verbal, primero como
forma inicial de comunicación, (cuando no sabe hablar), y luego como apoyo y
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complemento de su incipiente expresión oral.
•         En primer lugar será un lenguaje cuyo fin sea la satisfacción de sus necesidades,
así la primera relación con el adulto tendrá lugar a través del diálogo tónico de su cuerpo.
Tensión: necesita algo, hay un problema, requiere atención… Distensión: cuando todo
está en armonía. De este modo establece una relación con el adulto que se basará en su
gesto, mirada, sonrisa o llanto para que el adulto reaccione.
 •        A medida que sus progresos sensoriomotores, los gestos y movimientos van
aumentando en cantidad y en significado. De modo que en el segundo semestre de vida,
el niño posee un lenguaje gestual adecuado a sus necesidades.
• A partir del año el niño irá sustituyendo progresivamente la comunicación gestual
por la verbal.
En un principio la palabra se apoya en el gesto. Sin embargo, el gesto no se eliminará
totalmente, quedará como algo residual ocupando un lugar secundario y de apoyo. Es
en este momento donde como docentes, debemos intervenir y no dejar de educar este
lenguaje gestual. Hemos de procurar educar en el gesto, para que este acompañe,
clarifique o sustituya a la palabra. También deberemos interpretar los mensajes que nos
transmiten, ya que por medio de la comunicación no verbal, el niño está expresando
emociones, actitudes interpersonales, su personalidad… Señalar también, que el
lenguaje gestual se produce en los niños de forma natural y espontánea, acompañado,
a partir del año, por la palabra. Lo interesante es que los niños se corresponden entre lo
que dicen y lo que trasmiten con su mirada, gesto… mientras que los adultos
aprendemos a controlar lo que decimos, pero no somos conscientes de lo que dice
nuestro cuerpo, dando lugar a mensajes contradictorios. Por último, señalaremos cuales
son los elementos de los que se compone este lenguaje y que como docentes debemos
trabajar en el aula:
- contacto físico
- gesto y movimiento del cuerpo
- la mirada - factores del entorno
- aspecto exterior
- distancia espacial en la interacción.

Con estos elementos finalizaríamos un breve repaso a la comunicación no verbal para
adentrarnos en el grosso del tema: el lenguaje verbal.

EL DESARROLLO DEL LENGUAJE
El lenguaje (el logro humano universal más imponente, pues nos diferencia de los
animales) se desarrolla a una extraordinaria velocidad a lo largo de los primeros años.
¿Cómo se adquiere un vocabulario tan extenso y un sistema gramatical complejo en tan
poco tiempo?; ¿todos los niños y niñas adquieren el lenguaje de la misma manera, o hay
diferencias individuales y culturales?, ¿qué factores intervienen?

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¿Influye el lenguaje en el pensamiento o viceversa?
Para tratar de responder a estas preguntas, vamos a hacer referencia a las diferentes
teorías explicativas del desarrollo del lenguaje y vamos a incidir sobre los factores que
van a posibilitar que ese desarrollo sea posible. En el punto siguiente veremos la relación
lenguaje-pensamiento.
Teorías explicativas
Vamos a entender por adquisición y desarrollo del lenguaje el largo proceso a través del
cual el niño/a (no hablante) adquiere el dominio suficiente de la lengua que se habla en
su entorno familiar y social para poder interactuar en él.
En el siglo XX se hace necesario explicar cómo es este proceso de desarrollo del lenguaje.
Así en los años 60 surgen dos posturas centradas en el estudio de la sintaxis. Las que
consideran que depende de variables del propio sujeto, (están ligadas al desarrollo
cognitivo), y las que consideran que depende de variables ambientales, (a través del
refuerzo, de la imitación o de la compleja interacción comunicativa). Los estudios sobre
la adquisición del lenguaje se configuran, por tanto, en torno a las teorías siguientes:

Teoría empirista.
Uno de los primeros intentos de explicación de la adquisición del lenguaje lo
proporciona el modelo conductista, E-R, representado, entre otros, por Skinner (1957)
y Staats (1963).
Según esta teoría, el lenguaje se adquiere en forma de hábitos de comportamiento
lingüístico, resultado de asociaciones de estímulo y respuestas, (condicionamiento
operante). Se aprende por refuerzo y por imitación.
crítica: si el aprendizaje fuese así el niño sólo sabría las frases que ha aprendido, por
tanto, el lenguaje sería finito. En cambio, hay infinitas posibilidades, por tanto no es
sólo refuerzo e imitación.
Teoría innatista.

Esta teoría, representada por Chomsky y McNeill, entre otros, presupone un sistema
complejo, preexistente en la mente del sujeto que adquiere el lenguaje, o mecanismo
de adquisición lingüística, innato, que controla y posibilita la adquisición del lenguaje
por el niño/a, siguiendo ciertas regularidades. Tales regularidades, se refieren tanto a la
adquisición de reglas lingüísticas, fonológicas y sintácticas, como a las etapas de
adquisición que son universales.
Esta concepción innatista ha sido tan severamente criticada como lo fue la conductista.
Son argumentos decisivos en contra de esta teoría, la escasa y contradictoria base
empírica de la misma y su desdén por los factores comunicativos y cognitivos, pues
aparta el refuerzo, la imitación y la experiencia.
En los años 70, se añade al estudio de la sintaxis, el de la semántica (el significado).
Teoría de la semántica generativa.
Los semantistas, Koff (1972) y ClarK (1973) centran sus estudios en el estudio de la
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semántica o en la consideración del papel del significado en la adquisición del lenguaje.
Los rasgos que caracterizan esta teoría son las conclusiones extraídas de los diferentes
estudios:
a) Una palabra no tiene sentido fuera de los contextos en que aparece (teoría contextual
del significado).
b) hay que comprender antes de expresar.
Pero como resultado de la atención prestada a la problemática del significado, aparecen
dos corrientes:
1) La incorporación a los estudios del lenguaje de los procesos cognitivos. (Tª dº
cognitivo de Piaget y Tª sociocultural de Vigotsky)
2) La extensión de los estudios del lenguaje hacia la competencia comunicativa y la
interacción lingüística. (Tª interaccionista de Halliday)

Teoría interaccionista.
En los últimos tiempos se ha ido imponiendo la teoría de la adquisición del lenguaje a
través de la interacción comunicativa. Surgió así la necesidad de contemplar el
componente pragmático (uso) al estudiar la adquisición y desarrollo del lenguaje. Son
importantes a este respecto, los estudios de Morris (1938) y de Halliday (1973).
El lenguaje desde este enfoque se considera como sistema social compartido con reglas
para su uso correcto en contextos dados. En la conversación, se produce la integración
de los diversos componentes estructurales del lenguaje que van desde las intenciones y
las presuposiciones a la secuencia de elementos fonológicos y prosódicos, pasando por
las estructuras semánticas y las reglas sintácticas.
Por tanto, esta teoría que integra las cuatro componentes del lenguaje (sintaxis y
fonética, semántica y pragmática) sería la más adecuada. Resuelta la primera cuestión,
vamos a ver qué factores intervienen en el desarrollo del lenguaje.

Factores condicionantes
El lenguaje está determinado por una serie de factores: biológicos, cognitivos y sociales.
Factores biológicos.

Entendemos por factores biológicos la maduración del sistema nervioso y de las
estructuras responsables del habla y del oído, que ayudarán a mejorar y/o limitarán, las
capacidades lingüísticas del niño y la niña.
Al nacer, el bebé presenta ya todo el equipo necesario para la recepción del lenguaje
(para recibir el lenguaje hablado debemos ser capaces de percibir mínimas variaciones
en el tono, volumen y duración de un sonido, y numerosas investigaciones han puesto
de manifiesto que los recién nacidos no sólo responden a los sonidos, sino que pueden
discriminar entre vocales y consonantes), pero no para producir palabras, ya que las
áreas cerebrales involucradas en la producción del lenguaje (área de Broca, Wernicke y
motriz suplementaria), no están perfectamente desarrolladas al nacer. Se necesita un
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tiempo considerable para que las estructuras necesarias en la emisión de sonidos
complejos puedan madurar.
 Por otra parte, para hablar sobre algo necesitamos recordar palabras, frases e ideas
pasadas y planear lo que diremos a continuación. Por ello, hasta que las estructuras
cerebrales relacionadas con la memoria y la previsión no hayan madurado, la capacidad
de comunicación del niño/a será limitada.
Factores cognitivos.
Cuando queremos hablar, entran en juego un gran número de procesos cognitivos,
muchos de los cuales en los niños y las niñas no están completamente desarrollados.
Estos son:
La memoria para poder hablar de cosas que no tenemos inmediatamente presentes, la
previsión para planear lo que diremos; la capacidad de abstracción con el fin de obtener
una buena simbolización de aquello que se está produciendo (evocaremos imágenes), y
la coordinación espacio-tiempo para ordenar nuestras ideas y presentar con orden las
partes de nuestra exposición.
Factores sociales.
El lenguaje se desarrolla socialmente, es decir, el niño y la niña aprenden el significado
de las cosas en presencia de otras personas y, a su vez, expresan sus sentimientos, sus
opiniones y preguntas a otras personas.
Para aprender a hablar los niños/as necesitan práctica e interacción, por lo que la
conversación con los bebés es importante.
Hay diferentes investigaciones que lo demuestran: los bebés a quienes les hablan
mientras los alimentan hacen más sonidos que aquellos cuyas madres/padres
permanecen calladas/os. Los “niños lobo” que han vivido completamente aislados sin
ningún tipo de estímulo lingüístico no han adquirido el lenguaje;...

Por último, marcar que los modelos que se ofrecen deben ser adecuados. Aquí
desempeña un papel clave el adulto, somos un referente o modelo: debemos hablar
correctamente y usar un lenguaje rico.
Si alguno de estos tres factores no se da, no se producirá un desarrollo adecuado del
lenguaje.

EVOLUCIÓN DE LA COMPRENSIÓN Y DE LA EXPRESIÓN
En la interacción constante entre pensamiento y lenguaje, la correlación entre
desarrollo lingüístico e intelectual es muy importante. La inteligencia es necesaria en el
desarrollo del lenguaje ya que se presupone la capacidad de representación mental para
su aparición. El lenguaje, por su parte, se enriquece con la maduración intelectual y, a
su vez es básico para el desarrollo intelectual, pues constituye un medio de adquisición
y aporta precisión al pensamiento.

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Está claro que el lenguaje se va constituyendo poco a poco desde el principio de la vida
en un continuo, pero vamos a describir aquí las fases que se van sucediendo en la
elaboración del mismo, teniendo en cuenta siempre que atendemos sobre todo a una
claridad expositiva.
Siguiendo la teoría semántica, la comprensión se produce antes de la expresión, primero
entendemos lo que nos dicen y después hablamos, por ello explicaremos en primer lugar
la evolución de la comprensión para pasar en segundo lugar a ver la evolución de la
expresión (Aspectos lingüísticos y Aspectos articulatorios y fonéticos).
Evolución de la comprensión
La comprensión es anterior a la elaboración del lenguaje oral. Antes de ser capaz de
producirlos, el niño/a comprende los elementos del lenguaje.
 A lo largo de los primeros seis meses parece que la comprensión verbal como tal no
existe. El niño/a responde, sin embargo, a una variada gama de sonidos cambiando el
movimiento de los ojos o sobre- saltándose. A los 3 meses el niño/a reconoce más
claramente ruidos familiares.
En el segundo semestre aparecen signos más claros de comprensión verbal. Hacia el
séptimo mes la conducta del pequeño/a puede inducirse con palabras o frases como
“no”. A los 12 meses puede comprender un mínimo de tres palabras.
A partir de aquí la comprensión se desarrolla con gran rapidez, superando ampliamente
a la expresión. Así tenemos que ya a los 18 meses puede comprender nombres que oye
con frecuencia, así como de- nominaciones de algunas partes del cuerpo, de prendas de
vestir y de algunos animales más cercanos.
A los 2 años tiene un vocabulario comprensivo de 200 a 1.000 palabras concretas.
Comprende la pregunta “¿dónde?” y responde a órdenes simples por ejemplo, “dame
la cuchara”. El vocabulario comprensivo puede llegar antes de los 3 años a 1.800
palabras.
Evolución de la expresión
Aspectos lingüísticos
Desde el punto de vista lingüístico en el desarrollo del lenguaje hay que distinguir dos
etapas esenciales:
- Etapa prelingüística
- Etapa lingüística

Etapa prelingüística:
Para explicar esta etapa nos valdremos de los estudios de Maldonado que divide esta
etapa en: balbuceo prelingüístico y balbuceo lingüístico. A continuación se describen los
cambios más significativos que tienen lugar en este desarrollo desde la aparición de los
primeros sonidos hasta la producción de las primeras palabras: balbuceo.
Balbuceo Prelingüístico: No necesita estimulación lingüística, es evolutivo y universal.
Comprende:
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Vocalizaciones reflejas.(0-6 SEMANAS)
Esta primera fase del balbuceo se caracteriza por la presencia junto al llanto y a los
sonidos vegetativos de unas vocalizaciones muy agudas que desaparecen al final de esta
fase. El niño no emite más que gritos o ruidos modulados que acompañan sus estados
de necesidad o malestar. Se consideran como movimientos reflejos de los órganos de
fonación.
Gorjeo.(6 SEMANAS – 3 MESES)
El niño emite sonidos que, primero, son vocálicos, luego, consonánticos guturales,... Los
bebés realizan un sonido producido por el cierre y apertura rápida del velo del paladar
que los adultos perciben como un sonido parecido a “jjj”, “kkk” o “ggg”. En nuestra
cultura, este tipo de balbuceo se describe como decir “ajo” e inicialmente sólo se
desencadena ante la presencia de la cara del adulto.
Estos sonidos son idénticos en los niños que están aprendiendo cualquier lengua.

Juego vocal. (3-6 MESES)
El niño produce un número elevado de sonidos diferentes producidos por la constricción
de la faringe y, en otros casos, por la salida del aire por la nariz. Se trata de una fase de
expansión en la que parecen explorar su propio canal vocal.
Esta fase finaliza hacia el quinto mes con un balbuceo marginal, que se caracteriza por
la aparición de sonidos aislados que, al ser escuchados, se asemejan a las consonantes
y a las vocales, pero que realmente no lo son. Se denominan contoides y vocoides.
 Estos primeros balbuceos son independientes de que el niño escuche o no producciones
lingüísticas. Una prueba muy significativa es el comportamiento de los sordos de
nacimiento, quienes durante los 4-5 primeros meses de vida producen balbuceos que
apenas se diferencian de los producidos por niños sin problemas de índole auditiva. Las
diferencias comienzan a ser tangibles a partir del quinto o sexto mes, cuando los sordos
dejan progresivamente de emitir sonidos.
Balbuceo lingüístico: producciones donde son frecuentes los sonidos propios de la
lengua materna, necesitan estimulación para aprender los sonidos que les corresponde
(L, R, Ñ).
Balbuceo reduplicativo. (6-9 MESES)

A partir del sexto mes de vida, aparecen dos cambios muy significativos en el balbuceo.
En primer lugar, sus producciones comienzan a incluir sílabas que se repiten: papa baba...
es decir, que tienen una estructura reiterativa consonante-vocal (CV), son reiteradas y
largas. En segundo lugar, estas emisiones ya presentan características propias de su
lengua materna: las sílabas que pronuncian se asemejan acústicamente a las que
pronunciamos las personas adultas.
A este tipo de balbuceo se le denomina canónico o reduplicativo, y en él son más
frecuentes las consonantes que se pronuncian con la parte anterior de la boca: b, p, m,
d y t.
Balbuceo no reduplicativo. (9 MESES A LA PRIMERA PALABRA)
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Produce cadenas silábicas más complejas VC,VCV, CVC o VCC. Por otra parte, surgen so-
nidos mucho más diversos y que se producen en todo el canal vocal, asemejándose cada
vez más a las producciones adultas. Y, por último, el niño comienza a ser capaz de
producir estos sonidos después de escuchar llamadas de los adultos o para reclamarlos.
Pero ¿qué importancia tiene el balbuceo?, ¿es una práctica indispensable para aprender
a hablar?. Además de ser una fuente de placer para el niño y la niña, el balbuceo tiene
una doble función. En primer lugar, le permite ejercer sus órganos fonatorios, adquirir
sobre ellos cierto dominio y descubrir la relación entre la actividad muscular de sus
órganos fonatorios y los ruidos que recibe.
En segundo lugar, forma parte de los medios de comunicación entre el adulto y él.
Etapa lingüística:
Comienza entre los 10 y 12 meses por dos fenómenos conjuntos: la aparición de la
primera palabra y la desaparición del balbuceo.
De los 10 meses a los 2 años: Primeras
palabras.
Las primeras palabras suelen pronunciarse hacia el final del primer año de vida, entre
los 11 y los 14 meses, aunque muchas de éstas tengan un carácter onomatopéyico y
otras constituyan formas que desaparecen.
La edad de aparición de la primera palabra (que designa a una persona, un objeto o una
situación) es de difícil precisión, pues depende de la subjetividad del entorno, de la
estimulación.
La primera palabra consiste, muy a menudo, en un monosílabo repetido: “bumbum”,
“papá”, “mamá”,... La repetición es mantenida, por el entorno que adapta su lenguaje
al del niño y encuentra en ello satisfacciones regresivas. Frecuentemente, la primera
palabra es el apelativo familiar de los padres: “mamá-papá”.
El estadio de la “Palabra frase”-Protopalabra (12-18 Meses)
      El lingüista Marcel Cohen designa con el término “palabra-frase” las palabras
 monosílabas repetitivas y, luego, bisílabas que el niño utiliza en los primeros estadios de
                 su lenguaje para expresar el contenido de toda una frase.
El niño/a se contenta con una sola “palabra-frase”. Utiliza una palabra como expresión
global de sentimientos o deseos así como para designar o demandar objetos diferentes.
 Por otra parte, estas palabras no adquieren su significado más que en un contexto
lingüístico dado, es decir, su significado les viene dado por el contexto extralingüístico:
circunstancias en las que el niño las emite, comunicación mínima y gestual que las
acompaña. De este modo, “ebero” puede significar: “mamá ha ido a buscar mi
sombrero” o “quiero ponerme el sombrero para salir”…
Poco a poco se pasa a la descontextualización de la palabra para reorganizarla y ampliar
el vocabulario. Estas palabras se van a ir utilizando en contextos nuevos, incluso se van
a producir en ocasiones en que los adultos no utilizarían el término en cuestión.
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El uso descontextualizado va a producir palabras muy restringidas que se irán ampliando
progresivamente, al tiempo que los términos se van a ir asemejando a los de los adultos.
La aparición del “no”. (18 meses)
Significa su afirmación como persona. Spitz lo considera un instante privilegiado en la
evolución afectiva y relacional del niño, puesto que señala el momento en que el niño
es capaz de oponerse conscientemente a los demás, identificándose con el adulto que
prohíbe.
Las Primeras frases (emisiones de dos Palabras). (2 años)
La primera frase consiste en la unión de dos palabras, sin palabras de nexo o relación:
“mamá machao”. El niño/a ha comenzado a comprender que las palabras son símbolos
lingüísticos. Es decir, el niño/a ha entrado en el sistema lingüístico.
La aparición de esta primera frase se sitúa por término medio al finalizar el segundo año,
entre los 20 y los 24 meses.
El hecho de que el niño/a combine dos palabras en una única emisión, indica no sólo
que avanza en su desarrollo gramatical, sino también que es capaz de codificar mayor
cantidad de intención comunicativa en una sola emisión. El aumento de la intención
comunicativa es una fuente del desarrollo del lenguaje.
El orden en el que aparecen las dos palabras puede considerarse un embrión del orden
estándar de cada lengua particular. Así, los niños que hablan nuestra lengua, describen
un suceso o una situación, colocando en primera posición la palabra que se refiere al
sujeto y en segunda posición la palabra que se refiere a la acción: “nene cae”.
La ecolalia.
Se llama así a la imitación de frases completas o fragmentos de frase; por lo general, el
fragmento final de la frase que el niño/a acaba de escuchar. Este lenguaje ecolálico no
tiene valor de comunicación, se trata de una imitación pasiva del lenguaje del adulto, es
ejercitación.

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Entre los 2 y 3 años.
Enriquecimiento del Vocabulario.
El enriquecimiento más importante del vocabulario se produce entre los 2 y 3 años. La
mayoría de las palabras utilizadas en la vida corriente se adquieren a lo largo de este
año.
A los 18 meses los niños alcanzan un vocabulario de cincuenta palabras, mientras que a
los dos años y medio se sitúa en torno a las 500, y que seis meses más tarde ese voca-
bulario se ha duplicado. Por término medio, en este año la ganancia es de 800 a 1000
palabras, evidentemente con grandes variaciones individuales.
Adquisición Progresiva de la Sintaxis.
El niño enriquece progresivamente su sintaxis con “signos gramaticales”, es decir, con
palabras o partes de palabras. El paso de las emisiones de dos palabras a emisiones de
tres, y de tres palabras a emisiones de cuatro (o de dos a emisiones de cuatro), se
produce siguiendo un patrón determinado, expandiendo la información atribuida a los
sujetos y objetos. Pasa de acción+objeto: “tira pelota”, a añadir un atributo: “tira (la)
pelota grande”. Hacia la mitad del segundo año aparecen las preguntas “¿quién?”,
“¿dónde?”.

Aparición del “YO”.
Accede al “yo” hacia los 3 años, hasta entonces usaba el “mí”. Esto señala una etapa
esencial en la construcción de su sentido de la identidad, se percibe como una persona
diferenciada.
Persistencia de Simplificaciones fonéticas: “Habla de Bebé”.
Una de las expresiones más utilizadas para describir la forma en que pronuncian los
niños/as consiste en decir que tienen lengua de trapo. La mayor parte de las palabras se
emiten y se simplifican según una serie de reglas (sonorización [bado] [pato], duplicar
sonidos[kanne], eliminar silabas [abus] [autobús], elinar la vocal débil [peta] [puerta],
eliminar consonantes [tes] [tres], …)
Después de los 3 años.
A los 3 años, la adquisición del lenguaje no ha terminado todavía, pese a que los
elementos esenciales están ya en su lugar. El niño utiliza de forma clara el género y el
número, comienza a emplear preposiciones y adverbios, usa el verbo en futuro y pasado,
y realiza preguntas como ¿por qué? y ¿cuándo?. Emplea frases aisladas que, si bien aún
son simples, son ya correctas.
A partir de los 4 años utiliza correctamente las diferentes formas verbales, emplea frases
cada vez más complejas y comienza la narración. A los 5 años se perfecciona

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enormemente la construcción gramatical. Aparece la pregunta “¿cómo?”. A los 6 años
la narración será clara y comprensible. A partir de los 6 años, el niño/a emplea de forma
adecuada los pronombres posesivos, algunos adverbios y preposiciones espaciales y
temporales y utiliza adecuadamente las formas irregulares de los verbos. A nivel
sintáctico consigue realizar adecuadamente la concordancia entre sujeto y verbo.
Aspectos articulatorios y fonéticos.
Por adquisiciones articulatorias entendemos la capacidad del niño y la niña para emitir
adecuadamente los sonidos o fonemas de forma aislada.
Hay que destacar que los sonidos aislados se adquieren de forma gradual y nunca
repentinamente. Depende del control de los órganos que intervienen en ellos.
Ofrecemos aquí un esquema aproximativo de adquisición articulatoria que no supone
que esta secuencia sea similar estrictamente para cualquier niño/a:
• Aparecen en primer lugar las vocales: A, I, U, E y O.

• Luego siguen las consonantes oclusivas (que, para ser adecuadamente producidas, re-
quieren que los labios o la lengua puedan cerrar la cavidad bucal) de punto de
articulación anterior: P y B. A la vez surgen M y N nasales; tras ellas T y D oclusivas de
punto de articulación intermedio y K y G oclusivas de punto de articulación posterior.
También aparecen Ñ nasal, L lateral y J fricativa.
• En siguiente lugar, hacia los 4 años aproximadamente, se adquieren las consonantes
fricativas (producidas por una salida de aire por un orificio estrecho): F, S, CH y la Z que
tarda algo más en aparecer.
• R es una adquisición tardía, que puede alargarse hasta los 6-7 años en algunos casos,
al igual que las combinaciones de dos vocales, como AU y EI.
• Las combinaciones de dos consonantes han de estar ya establecidas a los 7 años.
En cuanto al aspecto fonético-fonológico, diríamos que es la capacidad del niño y la niña
para articular sin error fonemas diferentes en sílabas y palabras. Un esquema
aproximativo de evolución sería éste:
• Al año el niño/a emplea monosílabos, que puede repetir aisladamente o duplicados.

• Entre el año y los dos años ya puede formar palabras de dos y tres sílabas simples
diferenciadas aunque no correctas fonéticamente. En este período es importante
ayudar a la evolución hablándole con claridad y precisión, y no emplear su mismo
lenguaje de bebé en la creencia de que así se le facilita la comprensión.
• A los 2 años puede repetir dos sílabas muy simples.

• A los 3 años puede reproducir palabras de tres sílabas simples.
• A los 4 años reproduce grupos de dos consonantes sencillas.

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• A los 6 años puede emitir prácticamente cualquier sonido del idioma. Le cuestan las
palabras complejas, que aún tiende a deformar.
• A partir de los 6 años mejora la pronunciación de consonantes especialmente difíciles,
como CH, J, S, Z, L y R, al combinarlas con otros sonidos en palabras de compleja
pronunciación.

PROBLEMAS MÁS FRECUENTES EN EL LENGUAJE INFANTIL.
A. clasificación de las alteraciones del lenguaje:
Las dificultades del lenguaje se pueden clasificar en función de los siguientes factores:
1. etiología: según su origen. Podemos hablar de alteraciones orgánicas (de orden
genético, neurológico, anatómico) y alteraciones funcionales (consideradas
tradicionalmente de tipo psicológico, que no afectan a la comunicación social y afectiva,
pero comprometen el aprendizaje lingüístico).
2. cronología: en función de este factor puede establecerse una dicotomía entre
alteraciones adquiridas y congénitas.
3. lenguaje- Habla: se distingue entre trastornos en la producción (parte externa, lo que
oímos) y en la comprensión y expresión (estructura interna del lenguaje).
4. expresión- comprensión: alteraciones de tipo expresivo y receptivo. No suele
utilizarse porque ambas suelen presentarse unidas.
B. clasificación de las alteraciones del lenguaje y Habla por Adoración Juárez Y Marc
Monfort
Trastornos de la voz, del habla Y del Ritmo
Se dice que un niño/a sufre un trastorno del habla cuando ha adquirido correctamente
el lenguaje (es decir, lo ha categorizado bien) pero por diversos motivos no es capaz de
emitirlo de forma correcta, la función motora de los órganos no es adecuada.
Los trastornos del habla son frecuentes en los niños y niñas de estas edades y, sin
exagerar su importancia, deben, sin embargo, tomarse siempre en consideración
porque, a menudo, resultan ser el signo más visible de dificultades generales que
afectan el conjunto del lenguaje o, incluso, del desarrollo cognitivo.
Articulación y habla.
Dislalia.
La dislalia es una alteración fonética, de tipo evolutivo, de origen funcional, permanente,
que no presenta trastornos el sistema nervioso central ni malformaciones de los órganos
articulatorios ni deficiencia auditiva.
Son trastornos fonéticos que pueden aparecer como:

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- Omisión del fonema: a veces se produce un pequeño silencio o un alargamiento de la
vocal anterior que señala la presencia del fonema en la sílaba.
- Sustitución de un fonema por otro: seseo, ceceo o confusiones entre consonantes
como la /f/ y la /z/, la /t/ y la /k/, la /d/ y la /r/).
- Distorsión: se sustituye el fonema correcto por un sonido que no pertenece al sistema
fonético del idioma (pronunciación gutural a la francesa del fonema /rr/).
La causa de la dislalia no se conoce exactamente, aunque es probable que la mayoría de
los casos estén en relación con una inmadurez del control psicomotor o de la
discriminación auditiva.
Disglosia
La disglosia es una alteración de la pronunciación, de origen orgánico, provocada por
causas anatómicas, alguna malformación en uno o varios de los órganos que intervienen
en el habla.
 La clasificación de las disglosias se realiza en función de la zona afectada. Las
malformaciones más frecuentes son: fisura labio-palatina, malformaciones de la
mandíbula y/o de los dientes, malformaciones que afectan la lengua (tamaño excesivo,
frenillo demasiado corto).
Disartria.
La disartria es alteración fonética, de origen orgánico, provocadas por lesiones del
Sistema Nervioso Central que pueden afectar de forma permanente al control muscular.
Retraso fonológico o inmadurez articulatoria.
El retraso fonológico afecta la pronunciación de los fonemas y sílabas dentro de palabras
y frases, estas dificultades se traducen en: omisiones de sílabas y fonemas; sustituciones
de un fonema por otro; anticipación o reduplicación: títate por quítate; metátesis o
alteración del orden de los fonemas: mánika por máquina; alteración del orden de las
sílabas: tefóleno por teléfono.
Retraso simple del habla.
Es una simplificación fonológica característica de una etapa evolutiva anterior, de una
edad cronológica inferior. Así, el niño/a habla como lo haría un niño/a más pequeño/a.
Voz.
Disfonía.
La disfonía es una alteración de la voz (de la intensidad, el tono o el timbre de la misma),
habitualmente ligada a un uso incorrecto del tono (sea por hipotonía o hipertonía) o a
una respiración insuficiente o mal coordinada con la fonación. Suele combinar factores
anatómicos (malformaciones, quiste en la cuerda vocal) y factores funcionales difíciles
de separar.

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Trastornos de la fluidez(perturbaciones rítmicas).
Taquilalia o taquifemia.
La taquilalia corresponde a una forma precipitada y atropellada de hablar que, lo que
desemboca en emisiones poco inteligibles. Este trastorno se ha ligado tradicionalmente
a ciertas características de la personalidad y de la conducta como la excitabilidad o la
impulsividad. Es una alteración consciente. Si se llama la atención se puede controlar.
Bradilalia.
Es un trastorno en la fluidez del habla, que corresponde a un habla excesivamente lenta.
Tartamudez o disfemia.
La tartamudez es un trastorno de la fluidez del habla y también de la comunicación social
(ocurre solamente cuando el sujeto habla con alguien. Los síntomas (interrupciones,
repeticiones) suelen estar acompañados de otras manifestaciones lingüísticas (uso de
muletas, lenguaje redundante, perífrasis y desintegración de la coherencia del discurso),
de movimientos parásitos (tics) y de alteraciones de la conducta (retraimiento,
ansiedad,...).
Su etiología sigue sin conocerse con precisión. Los síntomas suelen aparecer entre los 3
y los 4 años y van aumentando generalmente hasta la edad adulta. A diferencia del
taquilálico, el tartamudo/a que empeora cuando se esfuerza en controlarse. Es
consciente pero no controlable.
Trastornos del lenguaje
Se registran dificultades en el conjunto de los aspectos del desarrollo lingüístico y no
sólo en el habla.
Es decir, afectan a la estructura interna del lenguaje, sin que haya retraso cognitivo,
motriz o sensorial.
Estos trastornos pueden alcanzar distintos grados de importancia. Algunos autores los
conciben como un continuo cuyos extremos serían el Retraso simple del lenguaje (forma
más benigna, de alcance limitado y pronóstico relativamente bueno) y la Afasia
congénita (forma mucho más grave y perdurable).
Con un buen trabajo puede mejorarse y pasar de una afasia a una disfasia, o de una
disfasia a un retraso simple.
Retraso simple del lenguaje.

El retraso simple del lenguaje es un retraso en la aparición de los niveles de la capacidad
lingüística que afecta, sobre todo, pero no exclusivamente, a la expresión en todos sus
aspectos (fonéticos, fonológicos, léxicos, morfo-sintácticos y pragmáticos). Es decir,

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esencialmente se trataría de un desfase cuantitativo entre el desarrollo general y el
desarrollo del lenguaje.
Disfasia infantil.
Puede ser congénita o adquirida y de origen orgánico o funcional. La disfasia infantil es
un tras- torno grave y perdurable de la adquisición del lenguaje. El retraso en la aparición
de las pautas normales de comprensión y expresión del lenguaje.
Su lenguaje expresivo, además de limitado cuantitativamente, suele verse afectado por
alteraciones cualitativas, especialmente en los aspectos morfosintácticos (agramatismo,
falta de respeto del orden normal de las palabras en las frases). Este cuadro casi siempre
va acompañado de trastornos asociados: escasa memoria inmediata, trastornos de la
atención y de la discriminación auditiva,...
Afasia infantil congénita.
La afasia infantil congénita es un trastorno que se caracteriza porque el niño/a no
desarrolla el lenguaje oral o presenta una expresión limitada a unas cuantas palabras
cuando ya ha pasado el período principal de adquisición del lenguaje (después de los 4
años), sin que dicha ausencia o casi ausencia se pueda explicar por razones auditivas
(sordera), intelectuales (deficiencia mental profunda), motrices (parálisis cerebral),
conductuales (autismo, psicosis precoz) o lesionales (afasia infantil adquirida). También
recibe el nombre de audiomudez, cuando existe comprensión verbal aunque retrasada,
y de sordera verbal, cuando las dificultades de comprensión son casi tan importantes
como las de expresión.
Trastornos de la comunicación
Son trastornos afectivos que perturban la comunicación y/o el lenguaje, mientras el
lenguaje y la articulación son correctos, no están dañados.
Mutismo electivo o selectivo.
El mutismo se integra generalmente en un cuadro de fobia y, en este caso, se presentan
con cierta frecuencia cuadros de “fobia escolar”. El niño no habla en el colegio pero sí
en casa.
Laconismo.
El laconismo consiste en expresarse con muy pocas palabras.
Lenguaje regresivo.
Por llamar la atención, el niño retorna a estadios anteriores del lenguaje. Un caso
frecuente se produce al nacer un hermano.

Papel del Maestro

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El maestro cuenta con un papel fundamental pues, probablemente sea el primero en
identificar cualquier anomalía en el lenguaje. Su primera función será comunicárselo a
la familia, aconsejándoles acudir al especialista del centro.
Nuestra labor será coordinarnos con el especialista de Audición y Lenguaje del centro
para llevar a cabo actuaciones específicas con alumnos que posean algún trastorno,
pues el aula, junto a la familia, es el contexto más importante para trabajarlo.
Actuaciones concretas:
• No forzar al niño
• No recriminarle

• Evitar corregirle continuamente o que exprese su error reiteradamente (con la
consiguiente sensación de fracaso).
• Animarle a usar el lenguaje con diferentes funciones

• Alabar sus producciones
• Darle tiempo para expresarse
• Emplear el juego y actividades motivadoras.
• Hacer juegos de preguntas con diferentes opciones
• Apoyar con material gráfico, visual
• Colaborar con la familia.

6. CONCLUSIÓN
A lo largo del tema hemos visto el relevante peso del lenguaje. Apuntemos aquí algunas
de las ideas más relevantes:
• A lo largo del tema hemos señalado etapas, hitos, momentos significativos… que
vienen expresados en edades, conviene no olvidar que son edades orientativas,
referentes, y no verdades absolutas. La primera palabra aparece en torno al año, pero
son diversos factores (como veíamos en el punto dos) que pueden variar su aparición,
de ahí las diferencias individuales a la hora de hablar.
• Hemos destacado a lo largo del tema la importancia del lenguaje oral, pues es el eje
de este tema, pero no debemos olvidar que el lenguaje verbal, la palabra que nos
diferencia del resto de anima- les, no es el único lenguaje, sobre todo en la infancia, los
niños expresan sus miedos, preocupaciones, alegrías… por medio de otros lenguajes:
corporal, gestual, plástico,… nuestra labor es fundamental, tenemos que trabajar estos
lenguajes y ayudar al niño a saber emplearlo conjuntamente, de manera que se
complementen, enriqueciendo así la expresión de nuestros alumnos.

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• En el último apartado hemos recogido los principales trastornos del lenguaje. No
debemos olvidar nuestro papel como detector de estas anomalías y comunicarlas
inmediatamente a la familia y al especialista, pues cualquier trastorno en el lenguaje
detectado en sus orígenes puede prevenir una alteración más seria en el futuro…aunque
esto conlleva un cambio sustancial en las escuelas actuales, donde las alteraciones de
los alumnos de infantil son menos importantes que las de los alumnos de primaria, por
tanto se nos “aparta” hasta que se nos pueda atender, dando lugar a alteraciones más
graves o consolidadas cuando nuestros alumnos llegan a Primaria. Debemos luchar
porque se trate la alteración desde su origen y no cuando ya sea un verdadero problema.

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