EL AMANECER DE LAS FORMAS - Obras de la Colección Prehispánica del Museo Amparo
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Tratemos de mirar las obras del arte prehispánico no sólo como expre- siones de una cosmovisión diferente, tampoco como testimonios an- tropológicos de sociedades remotas: intentemos apreciar el puro valor de sus formas. Ahí está la imaginación estética que diseña las vasijas, que inventa vías de abstracción para mirar el cuerpo. Desde épocas muy tempranas los artistas del México antiguo exploraron la represen- tación de la figura humana; observaron movimientos y posturas, y mi- raron también aquello de antropomorfo que había en otros animales. Mostrar el movimiento, sugerir el reposo, dotar de una impresión de realidad a los cuerpos, y de un aspecto verosímil a la piel, a la carne, fueron búsquedas que acompañaron al surgimiento mismo de las for- mas artísticas en estas tierras. Incluso la expresión facial, y aun la indi- vidualidad de un rostro, como la que exige el retrato, estaban ya en los remotos orígenes del arte indígena. Podemos seguir sorprendiéndonos con un arte original, que tiene una personalidad distinta a la de otras civilizaciones. Pero inevitablemente, al valorar sus formas y apreciar sus capacidades expresivas, nos con- venceremos también de la universalidad del arte prehispánico. Apre- ciaremos lo que es común a toda historia: hombre, mujer, recipiente, rey, color, sonrisa, mueca y muerte. Detrás de una jarra, percibimos la mano que toma el asa; percibimos lo de todos, lo común y corriente. En el amanecer de las formas está también el amanecer de lo humano. Pablo Escalante Gonzalbo
Arte y civilización. En el México an- culminante de nuestra historia prehis- tiguo hubo cientos de ciudades y en pánica, pero hacía muchos siglos que todas ellas ocurrieron manifestaciones los pueblos indígenas buscaban vías de artísticas que contribuían a perfilar sus expresión para su sensibilidad y su pen- identidades. Teotihuacán es un punto samiento simbólico. Pintura mural con escena de combate entre personajes sagrados Fragmento. Clásico temprano (200-600 d.C.) Teotihuacán Nuestras cosas, nuestras formas. Toda Esta civilización. El poder político era sagra- tradición tiene sus formas. En los obje- do y el centro de las ciudades era el templo tos más simples se observa la voluntad principal. La obediencia de los súbditos con- de producir patrones armónicos, de ge- tenía sumisión y piedad. No había política sin nerar diseños con identidad propia. religión; la vida era así. Botellón con asa de estribo Maqueta de una fachada con personajes entre columnas. Tradición Inicio del Preclásico medio (1000-800 a.C.) Tlatilco. Barro Mezcala. Clásico (200-900 d.C.). Cuenca media del Balsas. Piedra pulida
Génesis 1. El afán de reproducir la expresión Génesis 2. En el valle de México el Preclá- humana está presente desde las etapas más sico fue una etapa de intensa experimenta- tempranas de la historia prehispánica. El ción en la cerámica. La figura humana, sus llamado estilo Xochipala, ubicado en la cuen- movimientos y expresión se exploraron con ca media del río Balsas, muestra un fuerte una libertad que difícilmente se alcanzaría realismo; surge hacia el año 1000 a.C., por lo en épocas posteriores. Aquellas pequeñas que es contemporáneo de algunas manifes- figuras agitaban los brazos, se entristecían, taciones olmecas. Durante el Clásico el arte dudaban… de esta región se orientará preferentemente al geometrismo y a la abstracción. Figura femenina de pie. Estilo Xochipala. Hacia el 1000 a.C. Cuenca media Hombre de pie. Fines del Preclásico medio (700-400 a.C.). Valle de del Balsas. Barro modelado con aplicaciones finas de pastillaje México. Barro Generaciones 1. La experimentación que de Colima, Nayarit y Jalisco continúan una ex- observamos en la cerámica temprana siguió ploración de la figura humana y su expresión. durante varios siglos en algunas regiones del Muchas imágenes vitales proceden de México antiguo, particularmente en el Occi- contextos funerarios. Con el tiempo, el diálo- dente. Sin la rigidez de algunas tradiciones go entre vida y muerte se volvería obsesivo imperiales, las figuras de barro de las tumbas en el arte del México antiguo.
Cráneos perforados como cuentas. Probablemente Posclásico tardío (1200-1521 d.C.). Procedencia desconocida.
Generaciones 2. Siempre hay algo de antro- Este vaso trípode debe haber tenido una pomorfo en la fauna prehispánica; la frontera tapadera que se ha perdido. El fantástico entre animal y hombre no era tan insalvable. diseño presupone la existencia de la tapa: la Parlantes, astutos o ágiles; imbuidos de levantamos y el mono en su interior vuelve la fuerzas de origen sagrado, los animales se mirada hacia arriba y se protege con un ade- parecen a nosotros. Y entre todos, los mo- mán de la luz que penetra abruptamente en nos eran los más próximos. su escondite. Mono con vaina de cacao. Posclásico (900-1521 d.C.) Costa del golfo.Barro con policromía
Brotes. Una fuerza sobrenatural anima comestibles está la sustancia sagrada que cada brote, cada planta. El jade es uno de alimenta, y en los hongos un influjo divino los símbolos de esa fuerza. En las plantas que trastorna. Hombre que sujeta una calabaza y porta máscara de Tláloc sobre la cabeza. Posclásico tardío (1200-1521 d.C.). Valle de México. Piedra
Persona / Trama. En la etapa olmeca ademanes elocuentes propios del se desarrolló una cerámica especializada Preclásico. en figuras humanas, huecas en su mayor Es muy probable que algunas figuras parte, con engobes y pulidos que daban a sencillas o desnudas, que representarían los cuerpos y rostros un tono amarfilado y a sobreaños o dioses, hayan estado en- un realismo mayor. Varios rostros muestran vueltas o vestidas; con un resultado similar una expresividad notable; y subsisten los al que vemos aquí. Arriba: Hombre que se lleva la mano a la boca. Preclásico medio (1200-500 a.C.). Posiblemente Zumpango del Río (Guerrero) o Las Bocas (Puebla). Barro con incisiones y engobe Figura humana sentada con brazos abiertos y piernas extendidas. Preclásico medio (1200-500 a.C.). Posiblemente Zumpango del Río (Guerrero). Barro con incisiones y engobe
Estilos / Señores. En el Preclásico medio El poder en el tiempo. Retratar al soberano aparecen las primeras expresiones de je- fue una práctica típica de la etapa olmeca, rarquía y poder y los retratos de soberanos. que en buena medida se olvidó después, Varias regiones comparten el mismo estilo, cuando privaron lenguajes más esquemá- que llamamos “olmeca”, pero se advierten ticos e incluso abstractos. Este es uno de también algunas manifestaciones locales. La los más impactantes retratos del Preclásico búsqueda de expresión que se venía desa- medio y podría proceder del valle de Méxi- rrollando en figurillas pequeñas y sólidas se co. En la misma época florecía una variedad vincula con el estilo de las figuras huecas y enorme de obras de cerámica con una fuer- surgen pequeñas figuras con engobes y con te inclinación naturalista. una expresión más sofisticada. Hombre con traje de plumas. Tipo Xochipala. Preclásico medio (1200-500 a.C.). Vasija en forma de pato. Inicio del Preclásico medio (1200-800). Tlatilco, Cuenca media del Balsas. Barro con finas y abundantes aplicaciones al pastillaje valle de México. Barro modelado, pintado y bruñido Los objetos del poder. En la etapa o bastones de mando. Entre las piezas aquí olmeca o Preclásico medio, aparecen una incluidas está también el mango de un arte- serie de artefactos asociados con el ejercicio facto que pudo ser un abanico, un punzón u del poder. Entre ellos se encuentran los cetros otro objeto asociado al poder del gobernante.
Mango de un abanico, punzón u otro objeto ritual/suntuario. Preclásico medio (1200 – 500 a.C.). Procedencia indeterminada. Hueso tallado y esgrafiado
Muerte / Mezcala / Teotihuacán. Los con- Cuerpo/ Vaso. La maleabilidad del barro juntos funerarios de la tradición Mezcala que permite producir formas totalmente representan una de las más interesantes al gusto del artesano invitaba a la experi- manifestaciones de la talla en piedra de ob- mentación. La creación de vasijas y jetos portátiles. Durante el Clásico temprano, la producción de esculturas fueron los pueblos de la cuenca media del Balsas manifestaciones que ocasionalmente comerciaron con otras regiones y sus piezas se fundieron para producir formas talladas llegaron a sitios remotos como Teoti- caprichosas. huacán. A veces reestilizaban algunas obras para adecuarlas al gusto de la región a la cual exportaban. Figura humana de la tradición Mezcala. Clásico (200 – 900 d.C.) Mujer que carga una vasija con mecapal. Preclásico tardío-Clásico Cuenca media del Balsas. Piedra pulida temprano (300 a.C.-600 d.C.). Jalisco. Barro
Guerra. La guerra y el sacrificio humano incrementan con el tiempo hasta alcanzar su fueron dos temas importantes del arte clímax en vísperas de la conquista española. del México antiguo. Los primeros indicios aparecen en el Preclásico, y las referencias Trompeta de caracol con escena de combate. Tradición Mixteca Puebla. Posclásico tardío (1200-1521 d.C.). Procedencia no definida. a la guerra, al sacrificio y a la muerte se Concha labrada Trompeta de caracol con escena de combate. Tradición Mixteca Puebla. Posclásico tardío (1200-1521 d.C.). Procedencia no definida. Concha labrada
Sur. A pesar de las semejanzas culturales, Adoración y respeto. La postura de los también había diferencias profundas entre brazos cruzados se relaciona en los textos las regiones del México antiguo. Diferen- coloniales con la adoración. Este hombre de cias que se expresaban en el estilo y en la atuendo sencillo, sentado en cuclillas y con forma de los objetos. los brazos cruzados nos hace pensar en los Entre los mayas, por ejemplo, nunca sacerdotes que hacían oración y meditación se abandonó cierto naturalismo: un len- en los templos. Su moderado realismo, con guaje que permitía la caracterización de cierta rigidez pero sin perder un sentido de los tipos sociales. El mejor ejemplo de ello la forma natural, coincide con el estilo de la son las figuras de barro utilizadas como escultura mexica. El acabado, la expresión ofrendas funerarias en la isla de Jaina, del rostro, la línea del pelo nos permiten Campeche. vincular esta escultura con la producción de Castillo de Teayo, un enclave mexica en la Huasteca. Noble y enano. Clásico tardío (600-900 d.C.). Isla de Jaina, Campeche. Hombre sentado con brazos y piernas cruzados. Posclásico tardío (1200- Barro con aplicaciones de color 1521 d.C.). Huasteca veracruzana. Piedra
Nuestras cosas, nuestras formas. También hay objetos y formas universales, que cruzan diferentes tiempos y regiones. Jarras. Posclásico tardío (1200-1521 d.C.). Meseta central Barro pintado precocción con bruñido intenso Una jarra, por ejemplo. Cabezas o vida. Entre la vida y la muerte. truyó un lenguaje para hablar de la El arte del México antiguo logró desde sus muerte: su alegoría más firme siempre inicios algunas expresiones de vitalidad fue la calavera, como en el mundo sorprendentes. Al mismo tiempo cons- cristiano.
Cabezas desprendidas de esculturas antropomorfas de barro. Clásico (200-900 d.C.). Veracruz central y meridional. Barro
El AMANECER DE LAS FORMAS Obras de la Colección Prehispánica del Museo Amparo Del 7.12.13 al 28.04.14 Curaduría: Pablo Escalante Gonzalbo © Fotografía Museo Amparo Portada: Hombre en actitud reflexiva Preclásico medio (1200-500 a.C.) Probablemente Las Bocas, Puebla Barro con engobe y delicadas incisiones 2 Sur 708, Centro Histórico, Puebla, Pue., México 72000 Tel + 52 (222) 229 3850 Abierto de miércoles a lunes de 10:00 a 18:00 h viernes hasta las 21:00 horas www.museoamparo.com
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