Eso hay que celebrarlo - FIESTAS A LA SUECA - PO TIDHOLM AGNETA LILJA
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Las estaciones del año llevan la voz cantante Un verano que se precie, ha de incluir tarta de fresas. Lo atractivo de las tradiciones y costumbres es que siempre cambian. Cuando resultan inservibles, son relegadas al olvido o moldeadas en formas nuevas. Eso es lo que pasa en sumo grado con las costumbres festivas en Suecia. Suelen tener unas raíces antiguas, los orígenes de algunas se remontan incluso a los tiempos de la Suecia pagana. Muchas tradiciones nos han llegado de fuera, con los comerciantes alemanes o por medio de la Iglesia protestante. Otras costumbres son tan antiguas, que sus orígenes se han perdido en el olvido de los tiempos. Ello no impide, sin embargo, que se sigan celebrando, porque siempre ha sido así y porque han llegado a ser muy estimadas. Se han convertido en parte del ciclo de la vida, al que sirven de marco, y dan a la gente una noción del tiempo y al año, un ritmo. En Suecia, son muchas las costumbres que están fuertemente vinculadas con los cambios de la naturaleza. Así, por ejemplo, los suecos celebran la fiesta de San Juan, o solsticio de verano, con una intensidad que sólo puede darse en un pueblo que acaba de pasar otro largo y duro invierno. Encienden velas al llegar el Adviento y rinden culto a una Lucía vestida de blanco y con una corona de velas en el pelo. Por otra parte, la comida sueca tiene a menudo un carácter de temporada y su condimentación y preparación tienen que ver con las nece- sidades de conservación que se dieron en la sociedad agraria, más primitiva. Ejemplos de ello son el arenque marinado, la carne salada o ahumada, o pro- ductos lácteos cuajados, cocidos o curados. Varias de las costumbres festivas suecas están vinculadas con el año agrícola, con los cultivos primaverales, las temporadas de caza y pesca y la época de la cosecha. Ahora bien, como ya se ha dicho, su significado original puede haber desaparecido en su versión actual y haber sido sustituido por otro nuevo. Todo ello tiene que ver no sólo con el paso del tiempo y el olvido humano. Los suecos tienen también una relación escindida con respecto a sí mismos. La Las estaciones del año llevan la voz cantante | 1
imagen propia da cabida al orgullo por la historia sueca y, al mismo tiempo, una mala confianza en sí mismos ante lo que se considera viable desde el punto de vista continental e internacional. Cuando se presentó la ocasión, los suecos se arrojaron de cabeza a la moder- nidad. La remota situación del país en el mapamundi, su rara capacidad para evitar la guerra, así como sus ricos recursos forestales y mineros, convirtieron a Suecia en un país rico, pero peculiar, a nivel internacional. Así, mientras otros países vivían inmersos en conflictos y diferencias de clase, en Suecia imperaba el mutuo acuerdo y el optimismo de cara al futuro. La fe en lo nuevo, en el bien- estar general –lo que en Suecia dio en llamarse folkhemmet, el hogar del pueblo– y en el crecimiento adquirió en determinados momentos tal fortaleza, que la historia quedó relegada al olvido. De repente, se consideró que las viejas tradiciones y costumbres eran inservibles; los jóvenes cerraron sus oídos a los relatos de las personas mayores y no volvieron su mirada para echar un vistazo al pasado. El futuro atraía como un espejismo más allá del horizonte, y había que llegar allí en el plazo más corto posible. En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la sociedad sueca experimentó una expansión a un ritmo récord. De haber sido un país agrario de la periferia, Suecia subió al primer puesto de la lista del crecimiento. Se cons- truyeron nuevos centros urbanos, se ampliaron carreteras y se crearon otras nuevas. Las casas de hormigón surgieron como setas del suelo. Suecia conquistó el bienestar, pero perdió al mismo tiempo el contacto con su propia historia. A los suecos les ha llevado tiempo lograr un nuevo equilibrio. En la Suecia actual conviven lo viejo y lo nuevo uno al lado de lo otro, a veces cual dos acaeceres históricos paralelos; otras veces –aunque con menor frecu- encia– como una sola unidad entrelazada. Lo mismo cabe decir por lo que se A los suecos les gusta reunirse al aire libre en las refiere a todo lo que llega de fuera: gentes, tendencias y expresiones de otras claras noches del verano. culturas y entornos. La inmigración ha aportado nuevas costumbres y tradiciones que, con el tiempo, quedarán incorporadas al acervo considerado como sueco. De manera similar, los nuevos suecos asimilan las viejas costumbres del país, siendo a menudo los niños los que las introducen en sus familias. Está claro que las guarderías y las escuelas ejercen una gran influencia social. En el mejor de los casos, estamos ante una fecundación cruzada de culturas. La mayoría de los suecos saben ya lo que implica el mes de ayuno musulmán, el Ramadán. En los últimos años han enraizado en Suecia varias tradiciones nuevas, sobre todo por medio de los medios de comunicación y por la presión comercial. El día de San Valentín y la fiesta de Halloween –dos grandes celebraciones en ee.uu.– despiertan también un gran interés en Suecia, con ciertas modificaciones. Dentro de algunas generaciones, es posible que los orígenes de esas costum- 2|3 Las estaciones del año llevan la voz cantante
bres hayan quedado olvidados, ya que, tan pronto como la gente puede canali- zar algo por medio de una costumbre, la cuestión de su procedencia deja de ser interesante. El gnomo sueco de Navidad es, en realidad, alemán, pero, de todas formas, muchos suecos creen en él. Lucía fue una santa siciliana, y San Martín, cuya fiesta se celebra con la comida del ganso, fue un obispo francés. Nada de eso enturbia la alegría de esas fiestas. La mayoría de las costumbres tradicionales se celebran en familia, dentro del hogar. La única verdadera excepción es la del solsticio de verano, ocasión en que el sueco, haga prácticamente el tiempo que haga, quiere estar fuera, ver a gente y salir al encuentro del verano. Pero hay que tener en cuenta que esa fiesta es más bien de corte pagano. La Iglesia luterana no parecía especialmente intere- sada por las fiestas colectivas y las procesiones, así que eso, junto con el hecho de la gran dispersión de la población del país y lo riguroso del clima, hizo que las celebraciones se mudaran al interior de las viviendas y se convirtieran en un Las estaciones del año llevan la voz cantante 2|3
asunto familiar. Sin embargo, los tiempos cambian. La persona que visite Suecia en invierno, puede fácilmente sacar la conclusión de que las calles están desier- tas, pero el mismo visitante se llevaría probablemente otra impresión durante los meses de verano. En distintas partes del país se han establecido numerosos festivales y fiestas callejeras, en los que la gente se congrega para escuchar música, comer y alternar con los demás. En las zonas rurales se organizan en verano cierto número de concentracio- nes de músicos, en las que el foco de la atención lo ocupa la música folclórica sueca. El violín llegó a Suecia en el siglo xviii y enseguida se convirtió en el instrumento musical de los campesinos. La música folclórica nacional, que suele seguir el compás de tres por cuatro, era tocada por un violín solitario en el baile. La cultura musical sigue gozando de una gran salud, por lo que las cita- das concentraciones suelen atraer a numeroso público. Muchas personas aprovechan también la ocasión para casarse en verano, cuando el tiempo permite el transporte a la iglesia en coche descubierto tirado por caballos o una sencilla ceremonia celebrada sobre alguna roca del archipié- lago. Las bodas canónicas siguen siendo la forma más corriente de matrimonio, a pesar de que la Iglesia de Suecia, que hasta hace unos pocos años fue estatal, pierde feligreses y que las estadísticas de practicantes que acuden a los oficios divinos, decaen. La inmensa mayoría desea, además, que la ceremonia de su funeral se celebre en la iglesia. También son corrientes los bautismos cristianos de niños –para lo que se prefiere esperar a la llegada del verano– aunque cada vez son más populares unas fiestas caseras para dar nombre a los menores. La confirmación es aún bastante corriente, si bien se suele hacer en forma de campamentos de verano, donde los estudios de la Biblia se combinan con el trato con otros jóvenes y con otras actividades. Es posible que las personas mayores refunfuñen sobre la disolución de las normas, cuando ven que los jóvenes siguen sus propias sendas. Antes, casarse, bautizar a los hijos y hacer la confirmación eran pasos obligatorios que había que dar para llegar a la vida adulta y a la comunidad social. Ahora, por el con- trario, la mayoría hace lo que quiere. Los suecos son gente corriente y moliente; el entorno callejero es cada vez más continental y los usos y costumbres, cada vez más internacionales. La persona invitada a cenar en casa de una familia sueca a duras penas puede ponerse en evidencia, con tal de que se acuerde de decir ¡gracias!. Los suecos lo hacen todo el tiempo: ¿Me puedes pasar la sal? ¡Gracias! Aquí tienes (Varsågod). ¡Gracias (Tack)! 4|5 Las estaciones del año llevan la voz cantante
Nochevieja El Año Nuevo sueco coincide con notable frecuencia con un frente frío. La temperatura, que durante la Navidad ha permanecido –desafortunadamente– alrededor de cero grados, comienza a bajar y, hacia medianoche, se puede ver a los suecos tiritando de frío y con nieve hasta las rodillas, brindando con cham- pán helado y encendiendo mechas de cohetes. Es una imagen conmovedora de muchas formas y sintomática de la Suecia moderna. Los suecos se han acercado en todos los frentes a lo continental, aun- que, en esa trayectoria, se produce siempre alguna colisión. En este caso con el clima. Después de haber celebrado la Navidad con familias nuevas y viejas, parien- tes y nuevos familiares por casamiento, al llegar el Año Nuevo, los suecos quie- ren estar con sus amigos. No hay inconveniente en que la celebración navideña sea de corte familiar tradicional, pero el Año Nuevo debe ser más lujoso, frívolo, internacional y moderno. En los mercados, los clientes de última hora compiten por los pocos bogavantes y por la última caja de ostras que quedan. Luego, en casa, se procede a reducir salsas, caramelizar cáscaras de naranja y poner la mesa con la vajilla más fina. La gente se viste bien con ropa recién comprada y, de una forma rara, consigue siempre olvidarse del clima imperante fuera del ¡Feliz Año Nuevo! hogar. Sin embargo, las medias y los zapatos de tacón alto ya no sirven de nada en pleno invierno. Ya sentados a la mesa los comensales, se discute sobre el año que se va y también sobre el que se avecina. Se manifiesta la intención de mejorar y, al sonar las doce campanadas, se hacen las promesas de Año Nuevo: una costum- bre sueca. Muy popular es la promesa de dejar de fumar, así como las de bajar de peso, comenzar a entrenarse en un gimnasio o ganar más dinero. Por lo general, esas promesas se cumplen en un principio, aunque suelen ser abando- nadas cuando el nuevo año lleva ya unas semanas de rodaje. 6|7 Nochevieja
Al igual que otras festividades suecas, la de Año Nuevo ha llegado a caracteri- zarse por la oferta recurrente de los medios de comunicación. Así, desde Skansen, museo al aire libre situado en Estocolmo, se emiten en directo todos los años la recitación de una poesía de Año Nuevo y las doce campanadas. Hay personas que se sienten más seguras celebrando el fin de año delante de la tele en sus cuartos de estar. No obstante, como ya se ha indicado, son muchas las que prefieren el frío de esa noche. Si no se tiene la suerte de vivir en un piso urbano con buena vista, al aproximarse la medianoche se acude a espacios abiertos donde poder disparar los fuegos artificiales propios y contemplar a hurtadillas los de otros. Y allí está Inumerables cohetes iluminan la Nochevieja al dar las 12 campanadas.
Nochevieja El Año Nuevo se celebra, según el modelo roma- no, el 1 de enero. En la sociedad agraria formaba parte de la celebración de la Navidad, pero, a diferencia de esta, el Año Nuevo era una fiesta juvenil. Los jóvenes velaban con comida y bebi- da en la noche del Año Nuevo. Para marcar el paso de un año a otro, y para eliminar el año viejo, se disparaban escopetas o se gritaba y se metía bulla de otras formas. El cambio de año era considerado como un periodo con carga mágica, en que se intentaba mirar al futuro. Una forma de vaticinarlo consis- tía en fundir plomo y moldearlo en agua, para luego interpretar las figuras. Otra forma era la de tirar un zapato. Si este daba con la parte delantera contra la puerta, eso indicaba que uno se iba a mudar o incluso a morir durante el año. Se consideraba que el día de Año Nuevo mar- caba el resto del año recién estrenado. Entonces era muy importante no sacar nada de casa, ya que así se alejaría la suerte de todo el año. Si el sol lucía en aquella fecha, era signo de que el año entrante iba a ser bueno. Desde 1893, y empezando en el museo al aire libre de Skansen, en Estocolmo, las iglesias del país tocan sus campanas para saludar al nuevo año en Nochevieja. la gente: arropada, con recogimiento, y mirando al horizonte donde todo chis- porrotea y crepita, independientemente de que tenga de fondo pinos dispersos o casas altas. 8|9 Nochevieja
San Valentín: el día de los enamorados La antigua incapacidad de los suecos para asimilar expresiones foráneas tenía su origen en una especie de inmovilidad social –más bien que en un orgullo nacional–, reforzada en ciertos periodos por cierta autosuficiencia (pues sí, tam- bién ha que reconocerlo). Sin embargo, con el tiempo, son muchos los muros que han caído, y, en las últimas décadas, el cambio más palpable puede decirse que ha sido la mayor receptividad respecto a las ocurrencias comerciales. El día de los enamorados –o de todos los corazones, como se denomina aquí– se ha convertido en un asunto sueco, pero sin tener por ello ninguna vinculación con la historia. Ya en la década de 1960, los floristas de Suecia, inspirados en ee.uu., iniciaron campañas anuales en relación con esa fecha. Dos décadas después, la San Valentín: el día de los enamorados En Suecia se le llama el día de todos los corazo- costumbre ya había tenido un gran éxito: así, ahora se venden también aquí nes –Alla Hjärtans Dag–, mientras que en otros grandes cantidades de rosas, corazones de gelatina y pasteles. países recibe el nombre de un martir romano, San Valentín. Desde la Edad Media, el 14 de Y esa idea es, a fin de cuentas, buena: mostrar estima y amor. Si eso estimula febrero, día de San Valentín en Inglaterra, luego, además, el crecimiento económico, pues entonces todos los suecos que- Escocia y Francia, fue la fecha en que, por sorteo, darán aún más contentos. se emparejaba temporalmente a jóvenes solte- ros para formar parejas de cara a las fiestas del verano. En Suecia, eso se hacía para Pentecostés. En la Edad Media se escribían también ver- sos, especialmente poesías de San Valentín, car- tas de amor en rima dirigidas por jóvenes varo- nes a mujeres. En el siglo xix surgió la costum- bre de enviar tarjetas de San Valentín impresas y con adornos. Al mismo tiempo, en Estados Unidos se popularizó la costumbre de cortejar a su amada/o el día de San Valentín enviándose mutuamente tarjetas en forma de corazón y/o costosos regalos. Esa costumbre se difundió luego de ee.uu. a Suecia, donde, sobre todo por medio de las guarderías y las escuelas, se generalizó en la década de 1980. S a n Va l e n t í n : e l d í a d e l o s e n a m o r a d o s 8|9
Bambas de nata La bamba de nata –semla–, es un bollo típico de Cuaresma, más concretamente del martes de carnaval que, en sus orígenes, tenía forma de cuña y se cocía y comía caliente, primero durante la Cuaresma y, más tarde, los martes de ayuno. En el siglo xix se comenzó a hacerlo ahuecado y rellenarlo con mazapán, mante- quilla o nata. Posteriormente, las bambas se hicieron con una capa intermedia de nata bati- da. Se comían con leche caliente, azúcar y cane- la, aunque así pasó a parecer más un producto de pastelería que la comida que había sido hasta entonces. ¡Actualmente se venden esas bambas en las pastelerías incluso antes de Navidad! Al igual que en el caso de la Navidad, las bambas de nata adelantan cada vez más su aparición.
Pascua Se suele decir que Suecia es un país alargado y, por eso, en las grandes fiestas familiares, los suecos emprenden largos viajes para visitar a parientes y amigos. Y es que, a pesar de que, en la actualidad, los suecos son un pueblo urbano, que vive en su mayoría en las grandes ciudades, prácticamente todos siguen tenien- do un pie en el campo. Si no les quedan familiares en las zonas rurales, tienen al menos una casita de campo. En la imagen que los suecos tienen de sí mis- mos, la dimensión agraria aparece como un matiz continuamente presente; un pueblo de agricultores altos y fuertes, alimentados con carne y colinabos. Las fiestas suecas deben celebrarse en el campo: en eso hay un consenso mayoritario. Y la Pascua no es ninguna excepción. La Pascua es la primera festividad primaveral de larga duración y, para muchos, implica el primer viaje a la casita de campo, que, durante el invierno, ha estado cerrada a cal y canto y sin gente. Hay que abrir los postigos y ventilar Una tradición popular entre la población infantil el olor a cerrado. Se encienden también las chimeneas que, naturalmente, es la de pintar huevos de Pascua. echan el humo hacia dentro al principio, por lo que hay que salir corriendo a toser al exterior. Allí, si se vive en el sur de Suecia, los aguzanieves acaban de iniciar los cortejos de apareamiento, mientras los últimos montones de nieve se derriten al pálido sol de primavera. En la zona norte del país, la Pascua es una fiesta popular dedicada al esquí. Una vez que se ha puesto en orden y calentado la casita de campo, puede comenzar la celebración de la Pascua. Entonces llegan de distintos lugares los miembros de la familia. Durante la Pascua hay que juntar al mayor número posible. Mientras que en otros países europeos, la Pascua es una festividad marcada- mente religiosa, en Suecia ha adquirido con el tiempo un carácter secular. Los suecos van muy a la cola en las estadísticas del número de visitas anuales a la iglesia y, aunque la Pascua implica cierto auge, la mayoría la celebran en casa Pa s c u a 10 | 11
Pascua Antes, la celebración de la Pascua comenzaba con tres días de carnavales, juegos y gula. Una broma consistía en flagelarse mutuamente con ramojos el martes de carnaval; otra, en bajar en trineo por fuertes pendientes para que el lino creciera mucho. Además, aquel día se debían tomar siete sustanciosas comidas. Los carnava- les iban seguidos después por el periodo de 40 días de ayuno regidos por reglas especiales en cuanto a la comida, entre otras la prohibición de comer carne y huevos. La Pascua, que es la festividad cristiana más importante, se celebra como fiesta de la resu- rrección de Jesús. Se inicia con el Domingo de Ramos en recuerdo de la entrada en Jerusalén. En la semana anterior al Domingo de Resu- rrección, la Semana Santa, regían antes reglas especiales. En el jueves santo estaba prohibido tejer y cortar leña, ya que eso podía aumentar la pasión de Jesús. Ese día, las brujas iban en sus escobas hasta el monte de Blåkulla, situado en una pequeña isla del Báltico, por lo que había que protegerse de ellas pintando cruces en las puertas y ocultando las escobas y los rastrillos, que podían ser usados por ellas como medios de transporte. El viernes santo era un día de quietud. La gente se vestía de negro y ayunaba o tomaba comida salada sin beber. Los jóvenes se flagelaban mutuamente con ramojos, el llamado pavor de Pascua. Todo debía recordar la pasión y muerte de Jesús en la cruz. En el sábado santo comenzaba ya la celebra- El rico colorido de la Pascua brilla aún más en contraste con los pálidos colores del invierno. f
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con la familia y los parientes. Muchas de las costumbres relacionadas con la ción alegre, por ejemplo con el consumo de hue- vos, cosa que había estado prohibida durante el Pascua tienen origen religioso, pero, en general, no es precisamente eso en lo ayuno. A veces, se pintaba los huevos, probable- que piensan los suecos. Comen huevos porque siempre se ha hecho así, y no mente porque muchos se daban como regalos. porque se haya terminado el periodo de ayuno. En la actualidad, los huevos son En el siglo xix se empezó a rellenar huevos de papel con golosinas. En el oeste de Suecia se más bien un entrante para el arenque marinado, que es el plato más popular de encendían las hogueras de Pascua (y se sigue la Pascua. Por otra parte, los ramojos de Pascua, ahora adornados con plumas haciendo) y se disparaba y armaba bulla para protegerse de las brujas. La gente se enviaba de aves, de vivos colores, no nos hacen pensar en absoluto en la pasión de mutuamente cartas de Pascua anónimas, escri- Jesús. tas a mano. La costumbre de cortar ramojos en No obstante, la Pascua tiene sus rituales. Los niños se disfrazan de brujas: Pascua y meterlos en casa y adornarlos, se cono- ce desde la década de 1880. En el sur de Suecia con ropa ya desechada, con una toquilla de colores chillones y las mejillas han gozado de popularidad desde hace mucho pintadas de rojo, van luego de una casa a otra del vecindario entregando los juegos con huevos. La mendicidad con dibujos relativos a la Pascua con la esperanza de recibir golosinas a cambio. máscara en Pascua se daba ya en el siglo xix, aunque entonces eran sobre todo adultos Y las golosinas no les faltan precisamente, ya que, después, reciben los famosos disfrazados los que lo hacían, y no niñas como huevos de Pascua rellenos de bombones mixtos. Si los padres son del género se hizo corriente después. ambicioso, los niños tendrán que buscar el huevo correspondiente, que ha sido escondido de antemano, siguiendo pistas y resolviendo jeroglíficos que les llevarán al objeto deseado. Un almuerzo tradicional de Pascua se compone quizá de arenques marina- dos de diversos tipos, salmón marinado y el plato llamado la tentación de Jansson (con espadín, nata y patatas). La presentación tiene cierta similitud con el famoso bufé tradicional conocido por smörgåsbord. El aguardiente sazonado también es típico de la Pascua. Para cenar, se servirá asado de cordero con patatas gratinadas, espárragos o alguna otra cosa adecuada. La aparición de la hepática es un signo seguro de la llegada de la primavera. 14 | 15 Pa s c u a
La noche de Valburga Y EL PR IMERO DE MAYO En el transcurso de un año se tiene tiempo más que suficiente para juntar un montón de desechos. Y, en las llamadas hogueras de mayo, se quema todo aquello de lo que la gente se quiera desprender: puertas viejas y vallas, ramas de árboles frutales podados, arbustos y viejas cajas de cartón. Las hogueras se encienden el último día de abril. Para los estudiantes, la noche de Valburga es la primera promesa de libertad. Para entonces ya han pasado la mayoría de los exámenes y sólo quedan algu- nas clases para terminar el semestre. Es el último día de abril cuando se ponen el típico gorro blanco de bachiller y cuando entonan sus cantos a la primavera, La noche de Valburga las flores ya en brote y el luminoso futuro en ciernes. Durante la Edad Media, el día 30 de abril termi- El canto coral es una actividad corriente en el tiempo libre en Suecia y, en la naba el año administrativo. Por eso era un día celebración de la noche de Valburga, todos los coros actúan. En cada zona de festivo entre los comerciantes y los artesanos de las ciudades, y tenía elementos de mendicidad chalés y en cada pueblo del país se encienden hogueras al caer la tarde. Todos con disfraces, baile y canto, ya que se preparaban los suecos conocen esa sensación de tener la cara roja de calor y la espalda para la llamada fiesta del conde de mayo, que completamente helada. Puede que el sol primaveral caliente, pero cuando se era un homenaje a la primavera. En la sociedad agraria, la fiesta de Valburga era una fecha pone, las noches siguen siendo realmente frías. notable importante, en que se celebraban Un buen plato para calentarse esa tarde puede ser una sopa de ortigas. En asambleas de vecinos y se consumían huevos y aguardiente. Además, se procedía a la elección realidad, la ortiga es una mala hierba. Sale muy pronto en las cuestas sin nieve, de nuevo presidente de la comunidad de vecinos. contiene gran cantidad de hierro y sólo es comestible cuando es una planta Para Valburga, debía soltarse el ganado a los tierna. pastos. Por eso, desde comienzos del siglo xviii, antes de llevarlo a pastar se difundió la cos- La celebración de la noche de Valburga no es una fiesta familiar, sino más tumbre de encender las llamadas hogueras bien un acontecimiento que se desarrolla en lugares públicos. Con el tiempo, de mayo (entre otros nombres), con el fin de ahuyentar a los depredadores. Además de utili- las asociaciones de vecinos se han hecho cargo de los actos con la finalidad de zar las hogueras, se disparaban escopetas, se fomentar el espíritu de comunidad local. metía bulla con cencerros o se daban gritos. En Cuando las hogueras comienzan a apagarse, muchas personas siguen la algunas partes del país, los jóvenes pasaban también entonando la canción de mayo y pi- celebración en bares y en fiestas entre amigos. El hecho de que la noche de diendo limosnas de alimentos en la noche de Valburga vaya seguida del primero de mayo, que, desde 1939, es día festivo, ha Valburga. 16 | 17 L a n o c h e d e Va l b u r g a
dado una amplitud especial a esas fechas. Quien así lo quiera, puede dormir todo el día, aunque otros prefieren participar en alguna de las diversas mani- festaciones que se celebran en ciudades y pueblos en esa fiesta obrera por excelencia, con consignas clásicas y otras de candente actualidad. En las ciudades, las hogueras se encienden por el ambiente que crean, y en el campo, para quemar los desechos incinerables del invierno.
Día de la Fiesta Nacional Los suecos son serenamente patriotas. La Fiesta Nacional se celebra con dignidad. Suecia no ha participado en ninguna guerra en tiempos modernos. Eso puede explicar en cierta medida la relación algo reservada de los suecos respecto al Estado nacional. Se sienten orgullosos de su país, pero no parecen tener gran necesidad de manifestarlo. El día 6 de junio no fue anteriormente día festivo y, para muchos, el acontecimiento no se nota más que por las banderitas suecas que adornan los autobuses de transporte local. El Rey y la Reina participan todos los años en una ceremonia celebrada en el gran museo al aire libre de Skansen, en Estocolmo. Allí se iza la bandera azul y amarilla, y niños vestidos con trajes regionales entregan ramos de flores a la pareja real. En el día de la Fiesta Nacional tiene lugar también ahora una ceremonia para dar la bienveni- Día de la Fiesta Nacional da como ciudadanos a nuevos suecos. El día de la Fiesta Nacional se celebra, desde La última vez que todos los suecos se involucraron en la cuestión del Estado 1983, el 6 de junio, día en que Gustavo Vasa fue elegido rey en 1523. En 1809, ese mismo día, se nacional fue a comienzos del siglo pasado cuando los vientos del romanticismo aprobó una nueva Constitución. La iniciativa de nacional soplaron por el país y, en distintas partes de Suecia, se crearon asocia- convertir esa fecha en el día de la Fiesta Nacio- ciones y museos de fomento local. Fue en aquel contexto cuando se comenzó a nal partió originalmente de Artur Hazelius, fun- dador del museo al aire libre de Skansen, en celebrar por vez primera la fecha del 6 de junio. En el 2004, los políticos suecos Estocolmo, donde ya en la década de 1890 se decidieron convertir esa fecha en día legalmente festivo, lo que es posible que celebró una fiesta nacional el día 6 de junio. En relación con la Exposición Mundial de Chicago, aumente el interés por la celebración del día de la fiesta nacional. Pero ha lleva- en 1893, Suecia utilizó el día de San Juan, o sols- do tiempo, y la propuesta correspondiente pasó de una instancia a otra durante ticio de verano, como una especie de fiesta naci- bastantes periodos. onal. También se propuso oficialmente hacer de ese día el de la Fiesta Nacional. Así pues, como También hay grupos que propagan la elección de un pastel nacional y un Hazelius hizo que la fiesta de la primavera plato nacional, y por declarar como instrumento nacional el nyckelharpa (un celebrada en Skansen terminara con la fiesta nacional el 6 de junio, llegaron a celebrarse dos instrumento de arco), pero, en la práctica, ha demostrado ser difícil unificar a la fiestas nacionales en aquella década. La idea de gente incluso alrededor de ideas tan inocentes. Hazelius sirvió de base para instituir en 1916 el día de la Bandera Nacional para el 6 de junio, una vez que ya en 1905 se había izado una ban- dera puramente sueca después de disuelta la unión con Noruega. 18 | 19 Día de la Fiesta Nacional
San Juan o el solsticio de verano h De repente, como una explosión, llega el verano a las tierras del norte. En Suecia, el verano es muy corto. Comienza a hurtadillas en mayo y, en junio, es una verdadera explosión, ya que le tiene que dar tiempo a cumplir sus numerosas funciones, antes de que llegue el frío de las noches de septiembre y de que la vegetación detenga su marcha. Por San Juan, el verano sueco es de un verde claro, repleto de corofila, y las noches son las más claras del año. En el norte de Suecia, el sol nunca se pone. Los suecos no se quedan impasibles ante el ritmo de la naturaleza. En el solsticio de verano, muchos inician sus cinco semanas de vacaciones y, como el mismo verano, también tienen prisa por ponerse en marcha. La víspera de San Juan debe celebrarse en el campo, así de sencilla es la cosa, por lo que ya el día antes se quedan vacías de gente las ciudades, todo está cerrado y las calles adquieren de repente un aspecto fantasmagórico. Por otra parte, en las grandes arterias viales serpentean caravanas de vehí- San Juan o el solsticio de verano culos de decenas de kilómetros mientras, en los destinos respectivos, les espe- El día de San Juan, o el solsticio de verano, se ran familiares, amigos y unos abedules resplandecientes de verdor. El solsticio celebraba en un principio el 24 de junio en memoria de San Juan Bautista, pero, en 1953, de verano es la fiesta de los grandes encuentros y, si hemos de ser sinceros, esa fiesta fue trasladada al sábado más cercano. muchos suecos se cuidan de dejar listos todos los deberes sociales durante esa En la sociedad agraria, el solsticio de verano se festividad, para luego poder disfrutar de sus vacaciones con relativa tranquili- celebraba como homenaje al verano y a la flora. Por eso, en algunos lugares, la gente se recubría dad. No es poco corriente que se reúnan familias enteras para celebrar juntas con hojas de helechos. También se enramaban ese día. las casas y los aperos de labranza y, probable- mente ya en el siglo xvi, se levantaban, según Siguiendo el natural orden sueco, la víspera de San Juan se celebra siempre costumbres germanas, elevados mayos adorna- en la tarde de un viernes. Ese día comienza a menudo con la recogida de flores dos con ramos y flores para bailar a su alrededor. y la confección de coronas para el mayo correspondiente a la fiesta. El mayo se El solsticio de verano era, sobre todo, una fiesta juvenil, aunque también era una fiesta impor- levanta en un lugar abierto para luego, a su alrededor, realizar los tradicionales tante en las fundiciones e industrias de la Suecia juegos y danzas que tanto divierten a los niños, y a algunos adultos. Los jóve- central, donde se invitaba a todos los empleados a arenque, cerveza y aguardiente. Sin embargo, nes, que, por su edad, se encuentran entre ambas categorías, se mantienen su importancia como la más sueca de las apartados esperando la noche. San Juan o el solsticio de verano 20 | 21
fiestas no la adquirió hasta ya entrado el siglo xx. En Europa se han encendido hogueras para el solsticio de verano desde el siglo vi. En Suecia, esas hogueras fueron más corrientes en la zona sur del país. A los jóvenes les gustaba también visitar manantiales sagrados, donde bebían sus aguas curativas y se divertían con juegos y bai- les. Esas visitas rememoraban el bautismo de Jesús en aguas del río Jordán por parte de San Juan Bautista. La noche del solsticio de verano es la más clara del año y, en otros tiempos, era considera- da como una noche mágica, especialmente adecuada para que le interpretaran a uno /a el futuro. Las chicas comían gachas saladas (gachas de sueños) para soñar que los que iban a ser sus maridos acudieran a ellas con agua. También podían quedarse de vigilia junto a un manantial para ver la imagen de sus futuros maridos reflejada en el agua. En la noche del solsticio de verano se podían La comida típica del solsticio de verano incluye filetes de arenque en escabeche encontrar también tesoros enterrados, por ejemplo debido a una gran luminosidad sobre con patatas tempranas cocidas con eneldo, nata agria y cebolla morada. Después el lugar donde se encontraban. Al cavar en su viene algo hecho a la parrilla, quizá unas costillas de cerdo, o salmón, y las prime- busca, el interesado se veía expuesto con fre- cuencia a visiones jocosas de farsa, que debían ras fresas del verano con nata como postre. Con la comida se sirve cerveza fría y hacerle reír o hablar. Así, por ejemplo, se podía aguardiente, que puede muy bien estar sazonado. Cada vez que se llena la copa ver a una gallina coja tirando de un gran ca- de aguardiente, hay motivo renovado para cantar. A los suecos les encantan las rretón de heno. Si uno conseguía permanecer callado, entonces podría encontrar el tesoro. canciones báquicas y cuanto más verde sea su contenido, tanto mejor. En la noche del solsticio de verano, se con- El solsticio de verano tiene cierta aureola de nostalgia. En el fondo del alma sideraba que el agua de manantial se convertía en vino y el helecho, en una flor. Esa noche, del pueblo sueco, todos están conmovedoramente de acuerdo sobre cómo debe muchas plantas estaban cargadas de una ser una fiesta de San Juan y cómo debe transcurrir. Por eso, después de la cena, fuerza curativa especial. muchos quieren seguir bailando, igual que antes. En una pista de baile rodeada Prácticamente cada parroquia sueca tiene su de abedules, junto a un lago, y donde la niebla caiga lentamente y el sonido de propio traje típico. Hoy en día se utiliza sobre la orquesta haga eco en los montes del lado opuesto. todo en la celebración del solsticio de verano. f Según la antigua superstición popular, al volver a casa, las chicas han de Las tradiciones culinarias nunca se muestran tan recoger siete clases distintas de flores para ponerlas bajo la almohada. Así, vivas como para el solsticio de verano. g durante el sueño, podrán ver a sus futuras parejas. La noche del solsticio de verano era, según la creencia popular, una noche mágica regida por el signo del amor, y, en cierta forma, aún sigue siendo así. Es precisamente en la noche más larga del año cuando los suecos ponen a prueba sus relaciones. Bajo la influencia del alcohol afloran las verdades, lo que puede conducir tanto al matrimonio como al divorcio. Esta fiesta, al igual que la de Pentecostés, es asimismo muy popular para la celebración de bodas y bautizos. A pesar de las malas estadísticas de visitas a la iglesia entre los suecos, esas ceremonias se han de celebrar a ser posible en la iglesia de algún pueblo, con la puerta enramada y el bello canto de salmos. 22 | 23 San Juan o el solsticio de verano
La fiesta del cangrejo A su debido tiempo, el verano toca a su fin y, en agosto, se pueden vivir aún en La fiesta del cangrejo Suecia, con un poco de suerte, algunas noches verdaderamente mediterráneas: En Suecia, el consumo de cangrejos está docu- mentado desde el siglo xvi. Durante mucho estrelladas, negras como el azabache y templadas. Es entonces cuando los sue- tiempo, ese consumo se limitó, sin embargo, cos celebran su fiesta del cangrejo. sólo a las clases altas, ya que entre las clases populares había desconfianza con respecto a los Debido al riesgo de extinción del cangrejo fluvial sueco, a principios del siglo mariscos. En un principio, se comían cocinados xx se introdujo la veda de su pesca. Esta última se pudo practicar desde agosto, en forma de salchichas, estofados, empanadas durante un par de meses. Por eso, el cangrejo se convirtió en un manjar exclu- o pudín. A mediados del siglo xix, el consumo de can- sivo y esperado. Hay que tener en cuenta, además, que la peste del cangrejo grejos comenzó a ser como en la actualidad. La ocurrida en diversas ocasiones ha llegado a diezmar las existencias. fiesta del cangrejo, o cena del cangrejo, que se Ahora, sin embargo, se venden durante todo el año cangrejos importados, celebra en agosto, se convirtió en un placer para el ciudadano medio. si bien no son muchos los que quieren cambiar la tradición. A principios de En el siglo xx, el cangrejo se convirtió en agosto comienzan los preparativos en los medios de comunicación, con amplias un plato popular, y todos los círculos sociales comenzaron a celebrar la fiesta del cangrejo. El pruebas de la oferta del año, consejos de personas famosas y valoraciones en precio de ese manjar bajó con la importación de distintas escalas. Algunos años, los buenos son los cangrejos chinos; otros, los otros países, como Turquía. 24 | 25 La fiesta del cangrejo
Tanto la pesca como la fiesta del cangrejo son como un acto lúdico entre la oscuridad y la luz. estadounidenses, pero ni que decir tiene que los mejores son siempre los sue- cos. Sea como sea, hay que cocerlos como los quieren los suecos: en salmuera y con eneldo florido. El reducido número de personas que tienen esa posibilidad, pescan, natural- mente, sus propios cangrejos. Estos son seres nocturnos, por lo que su pesca se debe hacer una vez que ha caído la noche. Para ello se utilizan nasas y se atrae al cangrejo sobre todo con pescado podrido o crudo. Cuando se echan los can- grejos a cocer en la salmuera, deben estar vivos. Con el tiempo, algunas ocurrencias en torno a la fiesta del cangrejo se han convertido en tradición. Así, los cangrejos deben ser degustados al aire libre y, alrededor de la mesa, deben colgar faroles de variopintos colores. La mesa debe ser puesta con un mantel desechable; los platos deben ser de cartulina y de vivos colores. Al cuello, los suecos se ponen un babero y, en la cabeza, un diver- tido cucurucho. Después, falta tan sólo comenzar la fiesta: los cangrejos se comen fríos y con las manos, y está permitido sorber ruidosamente. La can- grejada se acompaña con pan y queso curado de la región de Västerbotten, en el norte de Suecia. Y, para regarlo todo, se bebe cerveza y los obligados chupitos de aguardiente. La fiesta del cangrejo 24 | 25
El arenque báltico fermentado Todos los países tienen sus especialidades temidas: insectos, menudos raros y piezas de despiece en distintos grados de deterioro. Suecia, por su parte, tiene el arenque báltico fermentado. No todos los suecos lo comen, pero, a pesar de todo, ese plato tiene una difusión y una atención cada vez mayores, incluso entre gastrónomos. Aunque el arenque báltico fermentado es una tradición, se puede sostener con razón que quienes lo comen, lo hacen porque es bueno. Nadie come arenque báltico fermentado por diversión. El arenque báltico fermentado se hace con arenques en freza, pescados en primavera y puestos a fermentar en salmuera, según principios antiguos. Un mes antes del primer ágape de la temporada, aproximadamente, se procede a envasarlos en latas de conserva. A pesar de todo, el proceso de fermentación prosigue y, con el tiempo, la tapa y el fondo de las latas se ponen cóncavos. Tradicionalmente, la mayoría de los productores están en la costa de la región de Norrland, en el norte del país. Debido a la sobrepresión existente en la lata, esta debe abrirse bajo el agua. Después hay que enjuagar el arenque antes de servirlo. La lata debe abrirse en el exterior, pero el pescado debe comerse en el interior, ya que el “olor” atrae a las moscas. El arenque báltico fermentado desprende un olor intenso a podrido y pene- trante. Los entusiastas adoran ese olor, pero los neófitos se muestran más escépticos. No obstante, el sabor de un arenque báltico bien fermentado no corresponde al olor; más bien al contrario. Su sabor es suave y mordiente al mismo tiempo, sazonado y salado. No obstante, para mantener ese sabor en su sitio, se requieren ciertas guarniciones. La forma tradicional de comer el arenque báltico fermentado es en la llama- da “pinza”: se extiende mantequilla sobre pan fino sueco, duro o blando –según el gusto de cada uno–, encima se pone el arenque limpio junto con la típica 26 | 27 El arenque báltico fermentado
El ágape del arenque báltico fermentado patata del norte –amarillenta y de forma de almendra, conocida por mandel- El arenque báltico fermentado es un ejemplo potatis– y cebolla picada, se dobla todo y se come con las manos. El prudente de método antiquísimo de conservación de pescado por acidificación, que se usa en el norte dulzor de la patata y de la cebolla equilibra a la perfección la intensidad del de Europa y en Asia. En otros tiempos, el aren- arenque fermentado. A nivel local, en la región de Norrland, se extiende por el que báltico fermentado se comía a diario entre pan, aparte de la mantequilla, también manteca de suero de cabra. los agricultores del norte de Suecia. También era corriente que se llevara de merienda cuando El primer ágape del arenque báltico fermentado se celebra a finales de se iba a cazar o en viajes comerciales. Ahora, agosto, y entonces comienza a venderse la pesca de la primavera pasada. Sin el consumo de ese tipo de arenque es más de temporada. Comer el arenque báltico fermen- embargo, los verdaderos entusiastas comen de la pesca del año anterior. Para tado, con su fortísimo olor, es algo así como una entonces, los arenques están completamente curados y tiernos. prueba de hombría, ante la cual la población se divide en dos claros bandos: uno a favor y otro en contra. ¡Las latas de arenque fermentado se deben abrir preferentemente al aire libre! El arenque báltico fermentado 26 | 27
El festín de la anguila El festín de la anguila El festín de la anguila se celebraba en relación con las “asambleas de la anguila”, que era cuando los pescadores de la región de Escania pagaban sus diezmos a la Iglesia o a los terra- tenientes. Estos tenían la propiedad del derecho a pescar anguilas en tramos de costa, los llama- dos drättar. Los propietarios arrendaban luego ese derecho a la población pesquera, que organizaba los festines como arriendo de su pesca rentable. En los festines, celebrados en octubre, participaban tanto los pescadores como los propietarios de derechos de pesca. En el siglo xx, esos festines pasaron a celebrarse en los mesones y se convirtieron en una fiesta especial del otoño, con sus propios juegos y canciones. En las fiestas populares sale enseguida a relucir el acordeón. 28 | 29 El festín de la anguila
Halloween La celebración de una costumbre suele tener unas raíces longevas. Algunos la celebran de forma tradicional, haciendo hincapié en unos orígenes religiosos, y otros prefieren variantes modernas y más comerciales. Sin embargo, cuando una festividad se exporta, por lo general sus raíces no siguen el mismo camino. Así, en Suecia, las calabazas suelen ser de plástico, y los disfraces de los niños se compran en el supermercado a la vuelta de la esquina. La fiesta de Halloween se ha celebrado en Suecia solamente en el último decenio y ha obtenido rápidamente un gran éxito, sobre todo gracias al marke- ting de los comerciantes. A finales del mes de octubre y principios de noviem- bre, la oscuridad ha hecho ya presa en Suecia, y las largas semanas de trabajo se van sucediendo. En el calendario ya no quedan fiestas ni largos días de asueto entre las vacaciones y el día de Todos los Santos. De ahí que la fiesta de Halloween inicie las vacaciones otoñales de las escuelas y llegue como una pausa agradecida en la oscuridad del otoño. Los que celebran Halloween son sobre todo los niños y jóvenes en edad es- colar. Organizan disfraces y fiestas de fantasmas, encienden faroles y salen a asustar al vecindario. Muchos bares organizan también fiestas de Halloween y hacen decorar sus locales con atributos pavorosos. Así pues, Halloween ha llegado para quedarse. En Öland, la alargada isla del sur del Báltico, la celebración de Halloween ha acelerado el cultivo de calabazas, por lo que ahora se pueden comprar ya en muchas partes ejemplares auténticos. 30 | 31 Halloween
Halloween Con el cristianismo, la pagana Samhain llegó a llamarse Halloween (All Hallows Eve = víspera de Todos los Santos). Se trataba de una fiesta celta de la cosecha y de año nuevo, celebrada el día antes de Todos los Santos. Con ella se marca- ba el fin del verano y el comienzo de las labores del invierno. Samhain era considerada como una noche mágica de transición, en la que los difuntos visitaban a los vivos y en la que distin- tos seres sobrenaturales se mostraban activos. Con tal motivo, se encendían hogueras y la gente se disfrazaba y mendigaba en esa noche. También se tallaban rostros en colinabos, que se iluminaban con velas. Representaban el alma errante del herrero Jack, que recibió el nombre de Jack O’Lanterns. Halloween llegó a Estados Unidos con los inmigrantes irlandeses en la década de 1840 y, ya entrado el siglo xx, se convirtió allí en una fiesta popular. El colinabo fue cambiado por la calabaza, y la fiesta pasó a celebrarse, por ejemplo, con máscaras, mendicidad bajo “amenazas” lúdicas y con desfiles especiales. En la década de 1990, esa celebración echó raíces en Suecia, donde es, sobre todo, una fiesta infantil y juvenil, aunque a veces tenga elemen- tos macabros. Halloween es la festividad más reciente introducida en Suecia.
Día de Todos los Santos El día de Todos los Santos es una fecha de dignidad. La costumbre de encen- Día de Todos los Santos der velas en las tumbas de los familiares sigue siendo fuerte, y la persona que Desde el año 731, el 1 de noviembre se celebró en memoria de los santos de la Iglesia que no viaje por Suecia en esa festividad, se encontrará con una bella visión. Y si hay tenían su día especial. Desde el siglo xi, el día 2 suerte, el primer manto de nieve cubre ya los cementerios. Los centenares de de noviembre se dedicó a los muertos normales, con el nombre de día de Todos los Difuntos. pálidas llamas de las velas de las tumbas forman bellas figuras en la nieve y
Tenía una fuerte raigambre entre la gente, que dan un ambiente denso al paisaje. También es corriente poner flores y coronas lo celebraba con misas de difuntos y toques de en las tumbas ese día. Un tiesto de brezo en flor se conserva bien incluso al frío. ánimas. Con la reforma protestante fue, sin embargo, abolido. En 1772, el día de Todos los En el sur del país, para Todos los Santos, tienen que estar listos todos los Santos fue cambiado al primer domingo de trabajos exteriores y, en el norte, ese día es considerado como el primero del noviembre y, en 1953, al sábado entre el 31 de octubre y el 6 de noviembre. El 1 de noviembre invierno. Si el tiempo lo permite, las pistas de esquí del norte de Suecia inician siguió llamándose día de Todos los Santos. la temporada. En otros tiempos, el adorno de las tumbas se Hasta hace algunos años, las tiendas cerraban en esa fecha. Aunque eso se hacía para Navidad, y entonces se encendían arbolitos de Navidad en las tumbas de niños. haya relajado ahora, la mayoría de los suecos no trabajan y, con excepción de la Sin embargo, en el siglo xx se empezó a encen- visita al cementerio, son muchos los que permanecen en casa, se relacionan der velas en las tumbas de los difuntos el día de Todos los Santos. Primero se hizo corriente entre con la familia y preparan una cena por todo lo alto. Muchas iglesias organizan las clases acomodadas y en las ciudades. también conciertos en esa fiesta. Después de la Segunda Guerra Mundial, esa costumbre se fortaleció y difundió a partir de las tierras ribereñas del lago Mälar, en el centro- sur de Suecia. Entonces se empezó a celebrar también misas de luces en las iglesias. Cuando el crepúsculo vespertino tiende su manto sobre los cementerios, entonces se encienden las velas.
El día de San Martín Este día está dedicado al ganso. Todos los demás significados han quedado El día de San Martín relegados al olvido, a grandes rasgos. A principios de noviembre, el ganso ya El obispo San Martín, o San Martín de Tours, adoptó el ganso como símbolo, ya que, en su está listo para la matanza, y el 11 de noviembre es hora de celebrar la tradicional intento de evitar que le nombraran obispo, se cena del ganso. Algunas personas lo preparan ellas mismas, pero la mayoría lo escondió en una pocilga de gansos, donde fue traicionado por el cacareo de las aves. La prueban en un restaurante. Esta costumbre es más corriente en el sur de onomástica del santo se celebra en noviembre, Suecia, en la región de Escania, donde tradicionalmente se han criado gansos, cuando los gansos ya están listos para la aunque ahora se extiende cada vez más al norte. matanza. El día de San Martín era una fiesta medieval importante en otoño, y la costumbre Una cena a base de ganso es muy amplia, fuerte y lleva tiempo cocinarla. En de comer ganso entonces se difundió de Francia ella se aprovechan todas las partes del ganso. La cena comienza con una “sopa a Suecia. Esa costumbre arraigó sobre todo negra” con guarniciones. Esa sopa se hace con la sangre del ganso, consomé de entre los artesanos de las ciudades y entre la nobleza. Sin embargo, en la sociedad agracia ganso, y se sazona abundantemente con purés de frutas, diversos tipos de bebi- sueca no todos se podían permitir el lujo de das alcohólicas y especias como clavel y jengibre. La sopa es densa y de un color rojinegro. Las guarniciones pueden ser menudos variados, salchicha de foie-gras, cirue- las pasa cocidas y patatas. El ganso se rellena de manzana y ciruelas pasa y se asa lentamente, rocián- dolo continuamente con su propia grasa. Luego hay que cocer los menudos en agua, que se liga para hacer una salsa. La grasa sobrante se utiliza en la prepa- ración de las guarniciones: lombarda, manzanas asadas y patatas. Y, por si eso fuera poco, en una verdadera cena a base de ganso también entra pastel de manzana. 34 | 35 El día de San Martín
comer ganso. En lugar de ello, tenían que con- tentarse con pato o gallina. En la actualidad, comer ganso es más corrien- te en la región meridional sueca de Escania y en las ciudades universitarias, aunque, con anterio- ridad, se dio también en las comarcas del lago Mälar. La combinación de comer sopa negra con ganso es una costumbre relativamente nueva, cuyos orígenes proceden probablemente del mundo de la restauración. El día de San Martín era también una fecha memorable importante. Si, para entonces, había nieve, para Navidad habría desaparecido. Si la fiesta caía un viernes-sábado, el invierno sería duro. Especialmente sabroso con sopa negra, manzanas y ciruelas pasa.
Adviento Cuando llega el mes de diciembre, ya se han reducido de forma drástica las horas de luz del día. El sol desaparece tras el horizonte desde las primeras horas de la tarde. El primero de Adviento se produce el primer domingo de diciembre y llega como una añorada promesa de la Navidad, a pesar de que, para enton- ces, esta ya ha sido anunciada por los comerciantes a bombo y platillo desde mediados de noviembre. La decoración navideña de tiendas y escaparates, y la de los lugares públicos, ya está en su sitio. Si bien las decoraciones de los comerciantes tienen un objetivo específico, satisfacen una necesidad más amplia: doblegar a la oscuridad. En todas las partes del país, los suecos sacan sus candelabros eléctricos –suelen poner uno en cada ventana– y levantan un árbol de Navidad con luces eléctricas en el jar- dín. En el norte de Suecia, donde luce el sol de medianoche durante el verano, el astro rey ni siquiera llega a levantarse en esta época del año. “Ya pronto darán la vuelta las cosas”, se dicen los suecos unos a otros, cuando se encuentran. El solsticio de invierno, el 21 de diciembre, se acerca y, con ello, volverá la luz. El primer domingo de este periodo se enciende también la primera vela del candelabro de Adviento, lo cual siempre es un acontecimiento cargado de emo- Adviento Adviento significa llegada y es, desde el siglo v, ción y muy especial. Luego, cada domingo hasta la Navidad se enciende otra un tiempo de preparación para la Navidad y el vela, hasta que arden así las cuatro. Con cada una de ellas crecen constante- nacimiento de Jesús. Esos preparativos navi- mente las esperanzas de los niños. En la tele ponen el programa del calendario deños durante el Adviento se hacen desde la década de 1890 encendiendo una vela cada navideño de los niños en 24 capítulos, y ese sirve también para llevar la cuenta domingo. Anteriormente, se ponían las velas en atrás hasta la Nochebuena. un pequeño abeto, pero, desde la década de 1930, se utiliza para ello un candelabro de made- En las ciudades se organizan los mercados navideños recurrentes, con obras ra o metal. De esta misma época procede la de artesanía y decoraciones, mientras en los hogares se empieza poco a poco a costumbre, originalmente de la rama evangélica hornear de cara a la Navidad. conocida por Herrnhut, de colgar en las ventanas durante el Adviento una estrella de papel, paja o Diciembre es uno de los meses más ajetreados para las familias suecas. La tablillas, iluminada. Eso como recuerdo de la carga de trabajo resulta siempre pesada en esta época del año. Son muchas las estrella que guió a los tres Reyes Magos. De la 36 | 37 Adviento
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