"Los Simpson" y la religión
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MSJ sociedad
“Los Simpson” y la religión
Francesco Occhetta, S.J.
E
l 17 de diciembre de 1989 salió al aire por primera vez
En cada episodio, detrás de la sátira y de muchas en Estados Unidos el programa de dibujos animados Los
Simpson, destinado a convertirse en pocos años en el
bromas, se tocan temas antropológicos relacio- más famoso sitcom (comedia de situación) del mundo. La se-
nados con el sentido y la calidad de la vida, y este rie fue ideada por el ingenioso dibujante estadounidense Matt
es uno de los pocos programas de televisión para Groening cuando, apenas pocos minutos antes de presentarse
a una importante reunión con un productor televisivo, inventó
jóvenes en los que la fe cristiana, la religión y la unos nuevos personajes de mandíbulas cuadradas, ojos simi-
pregunta por Dios son temas recurrentes. lares a pelotas de golf y piel amarilla, para hacer creer a los
telespectadores que tenían un problema técnico en sus tele-
visores. Ningún productor habría apostado que esas nuevas
Después de veintidós temporadas de la serie caricaturas llegarían a estar entre los personajes más famosos
animada más transmitida en la historia, a muchos de la historia de los dibujos animados. Sin embargo, en poco
padres de familia les queda una pregunta: “¿Les tiempo los estadounidenses se reconocieron en las historias
de la familia Simpson y de la sociedad de la pequeña ciudad
permito a mis hijos ver ‘Los Simpson’?”. de Springfield.
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A comienzos de los años noventa la opinión pública mun- LOS PERSONAJES
dial se dividió en dos. Sobre todo en Estados Unidos muchas
asociaciones de padres consideraron que la familia Simpson “Los Simpson” narra la vida de una familia americana en un
no constituía un buen modelo educativo. Más aún, George típico municipio, Springfield, cuyo nombre lo comparten al me-
Bush padre, entonces Presidente, criticó la serie televisiva: nos treinta pequeñas ciudades de Estados Unidos. Homero es
“Estamos buscando reforzar la familia americana de manera el jefe de familia, trabaja como encargado de seguridad en una
de hacer que se parezca más a los Walton y menos a los Simp- central nuclear, pero, debido a su lentitud y poco gusto por el
son”. Muchas escuelas prohibieron a sus estudiantes usar las trabajo, pareciera estar estancado de por vida en ese puesto.
camisetas de los Simpson. Sin embargo, los ingresos gene- Su único deseo es volver cuanto antes a casa después de una
rados en torno a la serie televisiva, después de solo catorce jornada laboral, para instalarse delante del televisor y comer
meses de producción, llegaron a más de dos mil millones de pop corn, sándwiches y beber cerveza. Se trata de un hombre
dólares. sin elegancia, castigado también por
En 1998, uno de los componen- Homero es vulgar y esclavo, repite los lu- su aspecto físico, poco capaz de dia-
tes de la familia, Homero, fue elegi- gares comunes que escucha, y consume lo logar, pero generoso. Cuando se va
do el personaje número cuarenta y que la publicidad le manda. Y, sin embargo, a dormir, a veces le susurra a su mu-
seis más famoso del mundo, colo- jer “Marge, tú sabes que te quiero”,
ha sido votado por los niños telespectado-
cándose apenas detrás de Picasso, aunque su relación es problemática
Roosevelt, Gandhi y los Beatles. To- res como el padre ideal por dos razones: se y, sobre todo, carente de diálogo.
davía hoy, después de años de ser queda en casa y es simpático. Marge es dueña de casa y es la voz
trasmitido por veinticuatro cadenas moral de la familia. Enseña a sus hi-
de televisión y con una película para el cine que tuvo una re- jos (sin mucho éxito) a hacer el bien y a combatir el mal, y está
caudación impresionante, “Los Simpson” sigue batiendo to- anclada en las tradiciones. De hecho, personifica también a la
dos los récords: el programa es visto por cientos de millones mamá sobreprotectora e invasiva con un extraño pasatiempo:
de espectadores de todo el mundo, distribuido en noventa modifica continuamente su peinado azul hiper-encrespado y
países y alcanza ingresos similares a los de las grandes in- muy alto, que utiliza de vez en cuando como caja fuerte, pe-
dustrias. El 31 de diciembre de 1999 la revista Time premió a queño armario o cartera.
“Los Simpson” como la “mejor serie de televisión del siglo”. Los Simpson tienen tres hijos: el primogénito Bart es el per-
Además, por su influencia cultural en las nuevas generacio- sonaje más popular. Tiene diez años y se enorgullece de ser
nes, algunas expresiones, como la exclamación contrariada el último del curso. En realidad, ha llegado a serlo de adrede:
de Homero Simpson, “D’oh!”, han sido introducidas en el Dic- así, al menos, puede ser reconocido y legitimado en su rol por
cionario Inglés Oxford. una sociedad que no considera a nadie. Es pillo y contrario a
La serie ha sido muchas veces censurada por los canales cualquier regla, ama el skate y la televisión, y su pasatiempo
que la emiten en países como Gran Bretaña, Venezuela, Ar- preferido es hacerle bromas al cantinero, Moe Szyslak, y al di-
gentina o Japón, por los temas tratados y el lenguaje usado. rector de su colegio, Seymour Skinner.
En Rusia y China, el programa ha estado prohibido por años, Su hermana Lisa tiene ocho años y es el cerebro del hogar
mientras que la traducción italiana suele “atenuar” a menudo Simpson. Es vegetariana y ecologista, pero también inconfor-
las expresiones vulgares1. mista, progresista y ambiciosa. Sueña en grande (le gustaría
Lo cierto es que este programa ha provocado una revolución: llegar a ser presidenta de Estados Unidos) y cree estar entre
ha introducido en las casas de millones de familias un nuevo los mejores músicos del mundo.
tipo de dibujo animado, opuesto a aquellos de “final feliz” de Por último, Maggie, que tiene un año, no habla, usa un chu-
Disney, donde los personajes son solamente buenos o malos2. pete estereofónico y cuando trata de caminar se cae hacia ade-
En “Los Simpson” no es así. El bien y el mal coexisten en cada lante. Sabiamente, los autores de la serie repiten a menudo una
personaje, como en la parábola evangélica del trigo y la cizaña. escena donde la pequeña Maggie es dejada u olvidada por horas
La historia de la vida de una familia común, característica de frente a la televisión para que todos puedan estar tranquilos.
la sociedad americana y de sus problemas personales indivi- Con ello buscan hacer reflexionar sobre este comportamiento
duales, impulsa a los telespectadores a permanecer pegados tan difundido en las familias. Además, los Simpson tienen un
a la pantalla y a exclamar: “¡Están hablando también de mí y gato, Bola de Nieve II, y un perro, Huesos.
de mi mundo!”. Los motivos de análisis pueden ser infinitos. La Pero la familia tiene también otro miembro, el abuelo Abra-
serie “Los Simpson” ha sido considerada por la crítica como un ham, que es excluido y desacreditado por el resto. Él encarna
prisma de muchas caras. Nosotros nos limitaremos a subrayar el abandono de los ancianos en la sociedad occidental de los
algunos mensajes de naturaleza antropológica y ética canali- años noventa y la memoria histórica de la familia, la sabiduría
zados por esta sitcom. y la experiencia de vida. Como sucede a menudo con los ma-
1 Los principales datos de este artículo han sido sacados de “Los Simpson”, en http://it.wikipedia.org/wiki/I_Simpson/.
2 Es, por ejemplo, el caso de Barney, uno de los amigos de taberna de Homero, que es genial y educado, pero cuando bebe se vuelve impredecible y malo.
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yores, también el abuelo, que sirvió durante la segunda guerra Bart y Lisa son hijos de una generación llena de violencia
mundial, vive de recuerdos y anécdotas. Sin embargo, a los y de miedos, que rechaza los modos tradicionales de educar.
Simpson no les gusta recordar el propio pasado y los fraca- Sus días de colegio son una crítica implacable al sistema es-
sos vividos; quieren vivir el presente buscando conquistar el colar estadounidense: violencia en el aula, falta de autoridad
futuro. Por esto el abuelo es enviado sin ningún escrúpulo ni de los profesores, formas de enseñar superadas, recortes a los
sentimiento al “exilio”, al asilo de ancianos de Springfield, un recursos de las escuelas y quiebre del pacto de confianza que
hospicio carente de vida. unía a profesores y familias para educar juntos.
Pero la sátira del programa lleva a preguntarse también en
LOS CONTENIDOS cómo vivir el rol de dueña de casa, de madre y de esposa. Si
se hace al modo de Marge, se corre el riesgo de dar sistemáti-
Los cerca de cuatrocientos cuarenta episodios de la serie, camente a los problemas de hoy respuestas de ayer basadas
que exigen de los productores seis a nueve meses de trabajo exclusivamente en la tradición. La misma relación matrimonial
por cada uno, se basan tanto en una comicidad aparentemente entre Homero y Marge, junto a sus hijos, es signo de un malestar
surrealista como en tonos sarcásticos sobre los tabúes de la tácito, nunca aclarado, quizás una concesión perpetua, fruto
sociedad americana, en abundante sátira sobre la familia y la de la incapacidad de dialogar y de reconciliarse explícitamente.
vida cotidiana. Springfield es, por tanto, considerado el ícono En cada episodio, detrás de la sátira y de tantas bromas que
del villorrio global de Occidente donde, por una parte, todo es hacen sonreír, se tocan temas antropológicos relacionados con
deformado y agigantado como en un es- el sentido y la calidad de la vida.
pejo cóncavo y, por otra, el sentido último En las historias de “Los Simpson” También la política está presente. La
de lo que se cuenta es real y no se limita no hay, como algunos autores afir- serie trata temas —como, por ejemplo, el
a la realidad de Estados Unidos, sino que
man, solamente cinismo y sarcas- medio ambiente, el desarme, la salud, la
toca a otras partes del mundo, por lo me- promoción de los derechos civiles— muy
nos a las más industrializadas. mo. Se relata la realidad y la po- queridos por el Partido Demócrata estado-
Es cierto que algunos matices y varia- sibilidad de encontrar un sentido unidense (por ese motivo, la administra-
ciones del tema pueden no ser compren- en esa cotidianidad que a menudo ción Bush siempre temió las críticas de los
didos por quienes no viven en Estados Simpson). Se denuncian sistemáticamente
aplasta y humilla a las personas.
Unidos. De hecho, se apela a asuntos de los abusos de poder del Gobierno y de las
crónica preriodística, como el escánda- grandes industrias.
lo de Watergate o la guerra en Irak, se comentan problemas La vida de la sociedad aparece despojada de toda esperanza
políticos abiertos, no faltan las apariciones de personajes y los capítulos sucesivos la van mostrando de un modo impla-
famosos, como los Kennedy, la mujer del presidente Barack cable: los políticos son corruptos, los medios de comunicación
Obama, Michelle, o las referencias a películas de actualidad, están subordinados al poder y su información es facciosa, las
canciones o a transmisiones de televisión populares. En el epi- autoridades religiosas son lejanas a la vida de los fieles. Inclu-
sodio “Lisa, la adivina” las escenas de los partidos de fútbol so la policía local, en particular el jefe Gorgory, es ineficiente
americano son adaptadas año a año, actualizándolas con el y no garantiza ni el orden ni la seguridad. En la película, a raíz
nombre de los equipos que participan en el Super Bowl. ¿Por del tema del lago contaminado, el político que está buscando
qué todo esto? Para hacer sentir vivo y verdadero al dibujo salvar la ciudad con medios muy costosos para el Gobierno,
animado, en tiempo real respecto de la cotidianidad de los exclama: “Es verdad que soy el propietario de la empresa [y de
telespectadores3. los medios utilizados], pero eso es un mínimo detalle”.
Pero hay más. Las ocupaciones de los protagonistas son una
sátira de los problemas que se viven en una ciudad moderna. LA RELIGIÓN
Homero trabaja en una central nuclear, pero es el primero en
botar por la ventanilla una escoria nuclear o en contaminar el “Los Simpson” está entre los pocos programas de televisión
lago de la ciudad con un recipiente lleno de estiércol de su cer- para jóvenes en los que la fe cristiana, la religión y la pregunta
do. Su modo desordenado de comer y beber es provocativo, y por Dios son temas recurrentes. La familia recita sus oracio-
causa perplejidad que el único gran deseo de su vida sea ver nes antes de las comidas y, a su modo, cree en el más allá. La
televisión. Por estos motivos, a menudo es vulgar y esclavo, relación con Dios del jefe de familia es adolescente; antes de
repite los lugares comunes que escucha y consume lo que la asistir al servicio religioso le repite a su esposa: “Pero, Marge,
publicidad le manda. Y, sin embargo, ha sido votado por los ni- ¿y si hubiésemos elegido la religión equivocada? ¡Cada semana
ños telespectadores como el padre ideal por dos razones: se solo haríamos ponerse a Dios más furioso!”. Sin embargo, la
queda en casa y es simpático. relación con Dios es más transmitida por la familia que por la
3 Cfr. W. Irwin - M. T. Conard - A. J. Skoble, I Simpson e la filosofía, Milán, ISBN, 2009. En este volumen, un grupo de filósofos estadounidenses analiza los varios personajes de “Los Simp-
son”, asociándolos al pensamiento de grandes filósofos de la historia. Así, para los autores, Bart encarna el ideal nihilista; Marge es el ejemplo de la realización de la ética aristotélica y la
mentalidad de la ciudad de Springfield es un ejemplo de deconstrucción de lo real.
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Los jóvenes telespectadores ya no
son educados para un final feliz, sino
que deben confrontarse con una rea-
lidad dura y a veces paradojal, donde
la familia parece ser el único refugio.
mediación de personas de las instituciones religiosas. De he- El reverendo Alegría tiene, sin embargo, una capacidad de
cho, la fuerte crítica, más que involucrar a varias confesiones autocrítica que lo lleva a reconocer sus errores y a pedir perdón.
cristianas, abarca los testimonios y la credibilidad de algunos No falta en él una sutil ironía. Cuando se entera de que una secta
hombres de Iglesia. está haciendo proselitismo con fines de lucro en su territorio,
El reverendo Alegría (Lovejoy), pastor de la comunidad pro- el domingo sucesivo precisa: “Esta llamada nueva religión no
testante de Springfield, es el chivo expiatorio de esta operación. es otra cosa que una marea de ritos bizarros y salmodias es-
Muchos capítulos ridiculizan sus sermones, muestran que Bart cogidas para sacarle dinero a los ingenuos. Procedamos a la
duerme y que Homero escucha el resultado de los partidos de fút- oración del Señor cuarenta veces. Pero, primero, pasaremos la
bol americano. Su actitud es de desilusión, al punto de que parece bandeja de la colecta”.
haber perdido la alegría que tenía cuando llegó por primera vez También el tema religioso es desarrollado a través de la figu-
al lugar con su guitarra y su Biblia. Habla con eslóganes y tapiza ra de Nedward (Ned) Flanders, el cristiano evangélico, vecino
su templo de avisos para lanzar el tema de la semana: “Domin- de casa de los Simpson. Es un convertido muy gentil pero in-
go, el milagro del arrepentimiento”; “Prohibido estacionar en la tegrista, siempre listo a ayudar y a ofrecer una buena palabra.
sinagoga”; “Al arzobispo le quedan solo veinte dólares”. Parece Está obsesionado por el temor a violar las leyes de Dios, que
que al reverendo Alegría le importa más el reconocimiento social sigue al pie de la letra, y a las que siente como un deber y no
que la vida espiritual de sus fieles. Y en algunos de sus diálogos como una ayuda para vivir una vida nueva. En vez de considerar
se nota que los autores no conocen bien las diferencias entre la el tiempo como un don que Dios nos da para vivirlo a través de
Iglesia católica y las confesiones protestantes. la oración y el servicio a los demás, Ned vive su cotidianidad
Además, sus respuestas son a menudo apresuradas y su- como el espacio de la conquista de la salvación que se obtiene
perficiales. En el capítulo sobre “El secreto de un matrimonio cumpliendo las normas y los preceptos bíblicos. Su excéntrica
feliz”, cuando Marge le pide consejo para resolver sus proble- manera de ser aparece en muchas ocasiones, como en la elec-
mas de pareja, Alegría le responde: “¡Divórciate!”. Desde lue- ción de la patente de su auto JHS 143 (el pasaje del Evangelio de
go, basta una respuesta como esa para generar en millones Juan 1, 43 en el que Jesús dice a Felipe: ‘Sígueme’). Los Simpson
de telespectadores desconfianza y confusión respecto de la lo maltratan y lo consideran “tóxicamente religioso”, pero Ned
Iglesia. Pero frases similares son premeditadas y queridas por está siempre dispuesto a arriesgar su vida para salvar la de
los productores. El laxismo y el desinterés resultantes llevan, ellos, como en la película, cuando Homero contamina el lago y
todavía más, a los jóvenes a una relación privada con Dios. los habitantes de Springfield quieren matarlo. Por eso también,
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cuando Flanders iba a ser expulsado de la comunidad, Homero
lo defiende ante la asamblea: “Este hombre ha puesto todas
las mejillas de las que disponía. Si cada uno de nosotros fuera
como Ned, no habría necesidad del Paraíso: ya estaríamos en
él”. Así, la figura de Ned, debido a su exagerada religiosidad,
se ha convertido en un caso de estudio sociológico4.
El tema religioso surge también en otras ocasiones: ante el
miedo al fin del mundo y en la súplica a Dios para hacer bien un
examen o una entrevista, etc. Los autores tienen una concep-
ción apocalíptica y desplazan la atención al fin del tiempo.
No se preguntan por el sentido de este ni por su fin. No se
preguntan cómo vivimos como hermanos. Los Simpson
van a la iglesia para aplacar un miedo al futuro que son in-
capaces de gobernar. Dios se convierte, sobre todo para
Homero, en el último refugio: “Normalmente no soy un
hombre religioso, pero si tú estás allá arriba ¡sálvame…
Superman!”. En algunos capítulos, Dios aparece como
un anciano de barba abundante y blanca, pero sin rostro;
se presenta como un misterio a descubrir.
El 1° de mayo de 2007 el programa dedicó
un capítulo a la Iglesia católica, titula-
do “Padre, hijo y espíritu práctico”.
Cuando Bart es expulsado de la
escuela, sus padres lo mandan
como castigo a la escuela ca-
tólica de San Jerónimo, don-
de “la enseñanza es dura y no
se puede bromear”. Mientras
la maestra es una monja irlan-
desa intransigente, el capellán, el
padre John, conquista a Bart. Le cuen-
ta su conversión, le dice que cuando era
pequeño se parecía a él, luego le regala
una vida de santos para leer. Basta un encuen-
tro auténtico de este tipo para cambiar la vida de
Bart, que exclama “el catolicismo es mítico”. En casa los
padres se preocupan y, al día siguiente, Homero enfren-
ta al capellán: “¡Estoy harto de que enseñen a mi hijo
valores llenos de valores!”. Pero también el padre es
conquistado por el joven sacerdote hasta el punto
de querer convertirse en católico. Se confiesa y se
siente libre. En el intertanto, Marge, el reverendo
Alegría y el vecino, Ned, declaran la guerra a los
católicos: “No puedo entrar a la Iglesia católica
—exclama Marge—, una fe distinta quiere decir un
más allá distinto, además quiero que mi familia se mantenga
unida”. El desencuentro se vuelve duro. La posición de Lisa es
de apertura: “Todos deberían poder elegir la propia fe”. Pero el
grupo que representa a la institución y el poder de la comuni-
dad protestante aumentan la tensión entre las dos entidades.
Así, es el pequeño Bart quien da una lección de comprensión
a los grandes: “Todo es cristiandad. Las pequeñas estúpidas
diferencias no son nada respecto a las grandes analogías”.
4 Cfr. P. Naso, God bless America. Le religioni degli americani, Roma, Editori Riuniti, 2002, 7.
30 ENERO-FEBRERO 2011CONCLUSIÓN
Después de veintidós temporadas de la serie animada más
transmitida en la historia de la televisión, a muchos padres de
familia les queda una pregunta: “¿Les permito a mis hijos ver
El bien y el mal coexisten en cada
‘Los Simpson’?”. La preocupación está fundada en el temor a
que un lenguaje crudo y a menudo vulgar, la violencia de ciertos personaje, como en la parábola
episodios o el extremo al que llegan ciertos guiones influencien evangélica del trigo y la cizaña.
el comportamiento de sus hijos. Pero el realismo de los textos
y de los capítulos podría ser una ocasión para verlos juntos, y
usar los argumentos para dialogar sobre la vida familiar, esco- y bien consolidado apego entre cada uno de sus miembros”5.
lar, de pareja, social y política. Solo de esta manera será posi- Sin embargo, la unidad familiar no está construida sobre la pro-
ble comprender el lenguaje de “Los Simpson”, su contexto, su moción del bien común o sobre opciones de gratuidad en favor
cultura y las preguntas de sentido que cada episodio nos pone. de los más débiles. Cuando Lisa habla de sus actividades con
En las historias de “Los Simpson” no hay nunca un final los pobres, surge en Homero ese egoísmo social que corre el
feliz, pero tampoco hay, como algunos autores afirman, sola- riesgo de condicionar el desarrollo humano de nuestras socie-
mente cinismo y sarcasmo. Se relata la realidad y la posibili- dades: “Eso [el voluntariado] no es un trabajo, es una pérdida
dad de encontrar un sentido en esa cotidianidad que a menudo de tiempo. ¿Cuánto te pueden pagar los pobres? ¡Nada! ¿Qué
aplasta y humilla a las personas. Así, las generaciones jóve- satisfacción obtienes por ayudarlos? ¡Ninguna! Y por lo demás,
nes de telespectadores son educadas para no ilusionarse. En ¿quién quiere ayudar a los pobres? ¡Nadie!”.
cada personaje aparece optimismo y pesimismo, la conciencia Hay un último aspecto sobre el cual reflexionar. Los Simp-
de deber vivir un rol social y el sueño de querer ser libres. En son permanecen “eternamente jóvenes”, no cambian, perma-
sus rostros y en sus palabras están impresos la confusión del necen iguales a sí mismos. La dimensión del tiempo que pasa,
hombre contemporáneo y los condicionamientos a los que es las opciones para realizar en la historia, el uso de las nuevas
sometido. Por este motivo los jóvenes telespectadores ya no tecnologías, las dimensiones de la enfermedad y de la muerte,
son educados para un final feliz, sino que deben confrontarse casi nunca son tratados como temas. En cambio, si se quiere ha-
con una realidad dura y a veces paradojal, donde la familia pa- blar de la realidad y de la humanidad que el hombre comparte,
rece ser el único refugio. Afuera de la propia casa, en cambio, esos temas deberían ser seriamente afrontados por los autores.
rige la ley de la selva: “Que venza el mejor”. Pero tal perspecti- En fin, es verdad que los episodios ponen más énfasis en la
va, que querría ser realista y objetiva, corre el riesgo de minar religión como institución que en la vida de fe entendida como
la confianza en el otro y en el futuro, que se construye con el un seguimiento a Cristo hecho de oración y ayuda al prójimo.
esfuerzo y la contribución de todos. También en “Los Simpson” nos parecen latentes algunos ele-
El lugar de la salvación y de la unidad de la familia-institu- mentos que se encuentran en el Evangelio, como cuando Bart
ción, en efecto, “está en el centro de toda la trama narrativa: afirma: “Para poder salvarme a mí mismo, debo salvar a los
ridiculizada continuamente, obvio, pero también reconocida otros”. Bastaría que los millones de jóvenes que cada día si-
como el único (y el último) auténtico punto de referencia en cla- guen la serie interiorizaran esta enseñanza para esperar un
ve social y en buenas cuentas el más sólido, con un recíproco mundo mejor. MSJ
5 B. Salvarani, “Dio, Homer e la ciambella”, en Jesus, 2 de febrero de 2008.
ENERO-FEBRERO 2011 31También puede leer
