PRENSA VIZCAÍNA Y MOVILIZACIÓN ANTIFASCISTA DURANTE LA GUERRA CIVIL (1936-1937) BISCAYAN PRESS AND ANTI-FASCIST MOBILIZATION DURIN G ...
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Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 119-132 ISSN: 1696-2060 PRENSA VIZCAÍNA Y MOVILIZACIÓN ANTIFASCISTA D URANTE LA GUERRA CIVIL (1936-1937) BISCAYAN PRESS AND ANTI-FASCIST MOBILIZATION DURING THE CIVIL WAR (1936-1937) Severiano Rojo Hernández* * Aix Marseille Université, TELEMME, CNRS, Francia. E-mail: severiano.rojohernandez@univ- amu.fr Recibido: 17 marzo 2021 / Revisado: 13 mayo 2021 / Aceptado: 17 mayo 2021 / Publicado: 15 junio 2021 Resumen: Este artículo analiza la transformación municación se convirtió en una norma, que su- de la prensa, en particular la evolución de su es- puso no sólo el ocaso de la libertad de prensa, tructura y de su discurso, durante la Guerra de sino también la conversión de los periódicos y España (1936-1939). Toma como ejemplo el caso periodistas en portavoces de las diferentes ideo- de la prensa antifascista en Vizcaya, para subra- logías enfrentadas en el campo de batalla. La yar las importantes mutaciones (cambio de per- erradicación de órganos de prensa y el asesinato sonal, quiebra económica, propaganda, censura) del personal, no obstante, fue únicamente un as- que genera el levantamiento militar de 1936. pecto del proceso que se inició a partir del 18 de julio de 1936. La otra cara de la moneda fue el Palabras clave: prensa, Guerra de España, anti- nacimiento de una cantidad considerable de pe- fascismo, violencia, propaganda riódicos y, por supuesto, la renovación profunda de las plantillas en función de criterios políticos Abstract: This paper analizes the transforma- bien determinados1. Si en el denominado bando tion of the press, particularly the evolution of its nacional este fenómeno fue indisociable de un structure and discourse, during the Spanish War acelerado proceso de uniformización ideológica, (1936-1939). It studies in particular the example entre los llamados republicanos fue la expresión of the anti-fascist press in Biscay, to show the de la diversidad ideológica que caracterizó un profound changes that the 1936 putsch caused movimiento político esencial en la historia del (change of personnel, bankruptcy, propaganda, siglo XX: el antifascismo. censorship). Esta diversidad ideológica fue particularmente Keywords: press, Spanish War, anti-fascism, vio- perceptible en el País Vasco, y concretamente lence, propaganda en Vizcaya, entre 1936 y 1937. Nacionalistas vas- L a Guerra Civil (1936-1939) constituyó para cos, republicanos, anarquistas, comunistas ela- la prensa española un momento clave en su boraron -con un sinfín de conflictos y a menudo evolución. El levantamiento generó un esta- sin concertación- una estructura de prensa úni- llido de violencia que desembocó en el asesinato ca en el bando republicano, estructura que fue de decenas de periodistas, directores y propie- clave para la movilización de la población y de tarios de periódicos. También desaparecieron los combatientes. En este estudio, por tanto, se centenares de diarios, semanarios y revistas, analiza este fenómeno con el objetivo de verifi- fenómeno sintomático de una reconfiguración car en qué medida las crisis extremas, como las violenta de la estructura nacional de la prensa y de la desaparición de uno de los fundamentos 1 Cordero Avilés, Rafael, Periodismo y periodistas de la democracia: la libertad de expresión. Con republicanos en el Madrid de la Guerra Civil (1936- la guerra, el control político de los medios de co- 1939), Tesis doctoral, Madrid, Universidad complu- tense de Madrid, 2017. © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 119-132 119
Prensa vizcaína y movilización antifascista Severiano Rojo Hernández guerras, generan nuevas prácticas periodísticas y cala regional, y especialmente si nos referimos a modifican tanto la forma como los discursos de los diarios. Poco antes del levantamiento militar los periódicos. de 1936, se publicaban en el Euskadi 16 diarios: ocho en Bilbao, seis en San Sebastián y dos en 1. LA PRENSA Y LOS PERIODISTAS VASCOS EN Vitoria. Representaban el 7% de los diarios publi- VÍSPERAS DE LA GUERRA CIVIL cados en España en la misma época. Sin embar- go, en los años treinta, el número de ejemplares El País Vasco, en vísperas de la Guerra Civil, con- vendidos por el conjunto de los diarios vascos taba con una prensa moderna, cuyo desarrollo ascendía a 140.000 (diarios de Bilbao 100.000, estaba estrechamente relacionado con los im- de San Sebastián cerca de 34.000 y de Vitoria al- portantes cambios económicos y sociopolíticos rededor de 6.0006), o sea una tirada muy inferior que, desde el siglo XIX, iban transformando la a los más de 200.000 ejemplares que repartía en región2. El auge industrial, los cambios demográ- España La Vanguardia7 o a los 1.500.000 del Petit ficos, el surgimiento de una sociedad de masas y Parisien en Francia8. A pesar de ello, en vísperas la aparición de una burguesía que intentaba con- de la guerra, la capital industrial del País Vasco, solidar y defender su modelo de desarrollo fue- Bilbao, era, después de Madrid y Barcelona, la ron algunos de los elementos que impulsaron la ciudad en la que la producción y venta de dia- creación de una prensa dotada de un sistema de rios y de prensa en general, era más importante9. funcionamiento similar al de los principales pe- En cuanto a la distribución de las publicaciones riódicos de Madrid y Barcelona3. En zonas como periodísticas vascas, en la mayoría de los casos Vizcaya, la parte del territorio más dinámica, la era de ámbito local, con excepción de los diarios estructura de la prensa estaba en inmersa en un El Liberal10 y La Gaceta del Norte11 (Bilbao), así proceso de transformación vertiginoso4. Desde prin- como El Pueblo Vasco12 (San Sebastián), que se cipios del siglo XX, las publicaciones periodísticas vendían en el resto de España. nacían y desaparecían a un ritmo a veces descon- certante, lo que explica, por ejemplo, que entre Bajo la Segunda República, la mayoría de estos 1931 y 1936 se publicaran en Bilbao un total de periódicos mantenían estrechas relaciones con 43 periódicos y revistas, algunos de duración efí- los partidos políticos, como ocurría en el resto mera5. Esta profusión de títulos se notaba a es- de España. Los diarios vascos situados a la de- recha del espectro político (nacionalistas vascos, 2 Diaz Noci, Javier, “Historia del periodismo vasco conservadores, carlistas y monárquicos) repre- (1600-2010)”, Cuadernos de medios de comunicación, sentaban el 69% de las publicaciones. En cuanto 13 (2012), p. 128 al resto de los diarios, 19% eran de izquierda y 3 Cf. Fernández Sebastián, Javier, “El despegue de la prensa en Bilbao, 1813-1914. Periodismo, política, in- 6 Pablo, Santiago de, “La estructura de la prensa vasca formación y sociedad”, en González Cembellín, Juan durante la Segunda República. El País Vasco y Alava”, maría et al., Bilbao, Arte e Historia, Bilbao, Diputación Cultura, 1 (1990), p. 102. foral de Biscaia, 1990, p. 93; Fuentes, Juan Francisco 7 Seoane, María Cruz y Sáiz, María Dolores, Historia y Fernández Sebastián, Javier, Historia del periodismo del periodismo en España. El siglo XX: 1898-1936, III, español: prensa, política y opinión pública en la Espa- Madrid, Alianza Editorial, 1996, p. 31. ña contemporánea, Madrid, Sintesis, 1997; Sánchez 8 Charle, Christophe, Le siècle de la presse (1830- Aranda, José Javier y Barrera del Barrio, Carlos, Histo- 1939), Paris, Editions du Seuil, 2004, p. 312. ria del periodismo español desde sus orígenes hasta 9 Zallo, Ramón, “Bilbao en la estructura industrial cul- 1975, EUNSA, Pamplona 1992; Timoteo Alvarez, Je- tural y comunicativa vasca: hipótesis y retos en un sús, Restauración y prensa de masas: los engranajes mundo abierto”, Medios y empresas de comunica- de un sistema, Pamplona, Ediciones de la Universidad ción, Bidebarrieta, 16 (2005), pp. 15-16. de Navarra , 1981. 10 Saiz Valdivielso, Alfonso Carlos, Bilbao. Periódicos y 4 Arzamendi Sesé, Arantxa, “Catálogo de publica- periodistas, Bilbao, Ediciones Laya, 2000. ciones periódicas donostiarras: 1800-1936”, Riev, 11 Cf Lerchundi, Alberto, La Gaceta del Norte. 83 años XXXV/1 (enero-junio 1990), pp. 133-163; Bilbao Ful- de historia, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1985; laondo, Josu, Fotoperiodismo en Bizkaia (1900-1937), “La Gaceta del Norte (1901-1984). Muerte ideológica Bilbao, BBK, Colección Temas Vizcaínos, 1996, p. 32; de un diario”, en Tuñón de Lara, Manuel, La prensa Bazán, Iñaki et al. De Túbal a aitor. Historia de Vasco- de los siglos XIX y XX. Metodología, ideología e infor- nia, Madrid, La esfera de los libros, 2006, p. 688. mación. Aspectos económicos y tecnológicos, Bilbao, 5 Urquijo Goitia, Mikel, “De la prensa evangelizadora Universidad del País Vasco, 1986. al ‘factory system’ de la comunicación (Bilbao, 1868- 12 Cf. Saiz Valdivielso, Alfonso Carlos, Triunfo y tra- 1937)”, Medios y empresas de comunicación, Bideba- gedia del periodismo vasco (Prensa y política) 1900- rrieta, 16 (2005), p. 139-140. 1939, Madrid, Editora Nacional, 1977. 120 © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 119-132
Severiano Rojo Hernández Prensa vizcaína y movilización antifascista 12% se autoproclamaban independientes. Entre de las instituciones15. La “banalización de la vio- 1931 y 1936, estos diarios -al igual que algunos lencia” y la propagación del miedo fueron con- semanarios y revistas- participaron activamente substanciales a una serie de prácticas y discursos en los numerosos conflictos que sacudieron el periodísticos16, que orientaban e impregnaban País Vasco. Su papel fue determinante para la los imaginarios de una fracción creciente de la evolución de la coyuntura, concretamente para población17, convencida, especialmente a partir el incremento o la reducción de las tensiones y de octubre de 1934, que la única alternativa era conflictos que afectaron Euskadi entre 1931 y el enfrentamiento armado y la aniquilación del 1934. A lo largo de este período, la prensa des- opositor político18. tacó por su implicación en la lucha contra las principales reformas propuestas por la coalición La implicación de la prensa en política fue tam- republicano-socialista (particularmente la sepa- bién la consecuencia de cierta percepción del ración de la Iglesia y del Estado y la Ley de Con- periodismo. Numerosos periodistas de la época fesiones y Congregaciones Religiosas) así como consideraban su profesión como un medio para por su implicación en el proceso autonomista. La acceder a una función política, ocupar puestos radicalización de la prensa vasca y de su personal en instituciones locales y nacionales (consejeros tanto de derecha como de izquierda es un he- municipales, diputados, etc.) u ocupar un pues- cho incuestionable, que reflejaba la degradación to en una organización política19. Cabe citar, por de la coyuntura política que afectó al conjunto ejemplo, los casos de Joaquín Leza Corella, perio- de la sociedad española. A pesar de la censura dista de la Gaceta del Norte, que dirigió en 1935 y de las multas de los gobernadores civiles, la las Juventudes de Acción Popular de Bilbao20 o de publicación de artículos que estigmatizaban al Indalecio Prieto, director, propietario y antiguo adversario político y aludían a insurrecciones periodista del periódico republicano-socialista populares o militares constituyó una práctica ha- El Liberal, líder de los socialistas vascos y minis- bitual13. La legitimación del uso de la fuerza for- tro de varios gobiernos republicanos durante la maba parte de una ideología de la violencia muy Segunda República. Como bien muestran estos extendida en la España de los años treinta y que ejemplos, los vínculos entre la política y el pe- afectaba a la inmensa mayoría del los partidos riodismo eran particularmente estrechos en esa políticos14. Y dentro de este esquema, la prensa época. Por tanto, no era de extrañar que, entre ocupó un puesto destacado: fue fundamental 1931 y 1936, la prensa y su personal estuvieran para la difusión de una estrategia de “banali- estrechamente vigilados por el poder, fuera cual zación de la violencia” que debilitó al conjunto fuera la tendencia política del gobierno. Las au- toridades tanto de derecha como de izquierda in- tervinieron con frecuencia y no dudaron en limi- 13 Ver por ejemplo, La Gaceta del Norte, 15 de agos- tar la libertad de expresión mediante la censura, to de 1931. Ver también, Sevillano Calero, Francisco, medida que autorizaba la legislación republicana “Guerra de palabras. El discurso político de la derecha en las elecciones de febrero de 1936”, en Eiroa, Matil- 15 Cf. Aróstegui, Julio, “La militarización de la política de y Rojo Hernández, Severiano, La prensa y el levan- durante la II República”, Historia contemporánea, 11 tamiento militar del 18 de julio de 1936, El Argonauta (1994). español, 13 (2016); González Calleja, Eduardo, “Los 16 Cruz, Rafael, En el nombre del pueblo: República, discursos catastrofistas de los líderes de la derecha rebelión y guerra en la España de 1936, Madrid, Siglo y la difusión del mito del ‘golpe de Estado comunis- XXI, 2006, p. 197. ta’”, en Eiroa, Matilde y Rojo Hernández, Severiano, 17 Cf. González Calleja, “The Symbolism of Violence La prensa y el levantamiento militar del 18 de julio de During the Second Republic”, en Richards, Michael y 1936, El Argonauta español, 13 (2016). Ealham, Chris, The Splintering of Spain. Cultural His- 14 Moradiellos García, Enrique, “La evitable Guerra tory and the Spanish Civil War 1936-1939, Cambridge, Civil española de 1936”, Cuadernos republicanos, 62 Cambridge University Press, 2005. (2006), p. 15; González Calleja, Eduardo, “Brutaliza- 18 Ledesma, José Luis, “Qué violencia para qué reta- ción de la política y canalización de la violencia en la guardia o la República en guerra de 1936”, Rodrigo, España de entreguerras”, en Navajas Zubeldia, Carlos Javier, Retaguardia y cultura de guerra 1936-1939, e Iturriaga Barco, Diego, Crisis, dictaduras, democra- Ayer, 76 (2009), p. 101. cia: I Congreso Internacional de Historia de Nuestro 19 Sinova, Justino, La Prensa en la Segunda República Tiempo, Logroño, Universidad de La Rioja, 2008, pp. española. Historia de una libertad frustrada, Barcelo- 30-33; “Experiencia en combate. Continuidad y cam- na, Debate, 2006, p. 38. bios en la violencia represiva (1931-1939)”, Rodrigo, 20 Plata Parga, Gabriel, La derecha vasca y la crisis de Javier, Retaguardia y cultura de guerra 1936-1939, la democracia española (1931-1936), Bilbao, Diputa- Ayer, 76 (2009), p. 45. ción foral de Bizkaia, 1991, p. 80. © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 119-132 121
Prensa vizcaína y movilización antifascista Severiano Rojo Hernández (Ley de Defensa de la República [1931], Ley de Guerra Civil en el País Vasco. Efectivamente, en Orden Público [1933])21. Los representantes del este territorio, la República se benefició del apo- Estado también impusieron fuertes multas y los yo/neutralidad del partido nacionalista vasco, diarios vascos fueron suspendidos en repetidas formación católica de centro derecha que consi- ocasiones. Los momentos en los que existió una guió a cambio la autonomía política de Euskadi. total libertad de expresión en Euskadi, así como En octubre de 1936, se instauró el Gobierno vas- en el resto de España, fueron de hecho poco co. Dirigido por José Antonio Aguirre y liderado numerosos, pero eso no impidió que la prensa por los nacionalistas vascos, congregó a las prin- y los periodistas ocuparan un lugar central en la cipales formaciones que apoyaban al régimen sociedad de la época y tuvieran una responsabi- republicano, con excepción de los anarquistas. lidad importante en el deterioro de la situación Cuarto punto: el aislamiento del País Vasco repu- política. blicano, o sea esencialmente Vizcaya, creó una situación de semi-independencia política, como 2. PERIODISMO Y GUERRA CIVIL EN EL PAÍS lo muestra el hecho de que este territorio dispu- VASCO: LA ADAPTACIÓN A UN ENTORNO CA- siera de una moneda propia hasta la entrada de RACTERIZADO POR LA INCERTIDUMBRE las tropas franquistas. Quinto y último elemento a destacar, no se produjeron en Euskadi actos de Al producirse el levantamiento militar, el País violencia y transformaciones de corte revolucio- Vasco entró en una dinámica similar en mu- nario similares a los que tuvieron lugar en zonas chos aspectos a la que observamos en el resto como Cataluña o Aragón y que se saldaron con de España, pero con una serie de características cuantiosas víctimas, en particular entre el clero. propias, determinadas por la peculiar situación En el País Vasco, el número de eclesiásticos ase- social y política del territorio. Estos fueron los sinados fue escaso y numerosos sacerdotes na- principales elementos que marcaron el discurrir cionalistas apoyaron la acción de las autoridades del conflicto en Euskadi. En primer lugar, como vascas22. en la mayor parte del país, los rebeldes fracasa- ron el 18 de julio en su intento de controlar el Esta situación determinó claramente la evolu- territorio. Sólo consiguieron apoderarse de una ción de la prensa y el ejercicio del periodismo en de las tres capitales de la región, Vitoria. Bilbao Euskadi. No obstante, como en el resto del terri- y San Sebastián permanecieron bajo el control torio español (ver el caso catalán23), los periódi- de los republicanos. En segundo lugar, la Guerra cos y su personal se enfrentaron a una situación Civil en el País Vasco duró aproximadamente 11 inédita, caracterizada por un entorno inestable, meses. Empezó el 18 de julio de 1936 y acabó a difícil de descifrar, sobre todo en las primeras finales de junio de 1937 con la toma de Vizcaya. semanas. La situación fue tanto más compleja La guerra se desarrolló en tres fases. De julio a cuanto que en cada bando se planteaba la cues- octubre del 36, los golpistas, desde Navarra, em- tión de la supervivencia de los periódicos y, más prendieron la conquista de Guipúzcoa que ocu- allá, del papel y de las funciones de la prensa en paron tras dos meses y medio de intensos com- un contexto de enfrentamiento. La incertidum- bates. Entre octubre de 1936 y marzo de 1937, bre se impuso desde los primeros momentos y con excepción de la ofensiva llevada a cabo por se prolongó hasta la toma de Bilbao. Como con- el ejército vasco a finales de noviembre sobre secuencia de ello, la guerra generó múltiples Villareal, los combates se detuvieron en los fren- limitaciones, ya que la prensa y su personal se tes vascos. De marzo a junio de 1937, los milita- vieron obligados a adaptarse a un contexto en res, ante la imposibilidad de conquistar Madrid, constante evolución, cuyas consecuencias eran lanzaron una ofensiva de gran envergadura y se imprevisibles. Estas limitaciones fueron agrava- apoderaron de Bilbao el 19 de junio de 1937, das por el hecho de que la comunicación, en un derrota clave para la conquista del conjunto de contexto de guerra, constituye un reto vital para los territorios del norte de España que perma- el poder, situación que desemboca a menudo en necían aún fieles a la República. El tercer punto a tener en cuenta es el carácter particular de la 22 Cf. Rojo Hernandez, Severiano, Eglise et Société. Le clergé paroissial de Bilbao de la République au fran- 21 Cf. Rojo Hernandez, Severiano, “Démocratie et cen- quisme (1931-années 50), Paris, l’Harmattan, 2000. sure au Pays basque sous la IIe République”, en Zorai- 23 Cf. Figueres, Josep María, Periodisme en la Guerra da Carandell et al., La Construcción de la democracia Civil, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montse- en España (1868-2014), Paris, Presses Universitaires rrat, 2010; Figueres, Josep María, La Veu de Catalunya de Nanterre, 2019, pp. 77-88. (1899-1937), Barcelona, Editorial Base, 2014. 122 © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 119-132
Severiano Rojo Hernández Prensa vizcaína y movilización antifascista un control extremo de los medios de comunica- tes27. En Bilbao, El Liberal se movilizó desde el 18 ción a través, par ejemplo, de la censura. En el de julio a favor el República28. Sin embargo, estas caso vasco, fue sistemática y generalizada, y se semejanzas no pueden ocultar las diferencias completó con la incautación de periódicos, una entre las prensas de los dos bandos: mientras pieza básica de la estrategia de las autoridades, que en la denominada zona nacional se impuso tanto en la parte fiel a la República como en la rápidamente una uniformidad ideológica, en el zona administrada por los rebeldes. De hecho, bando republicano la prensa mantuvo una fuer- en Álava, los falangistas tomaron el control del te heterogeneidad ideológica hasta la caída de periódico pro-republicano La Libertad, que aca- Bilbao. De hecho, en Vizcaya, pasamos de ocho bó desapareciendo en enero de 1937, reempla- diarios en julio de 1936 a once en junio de 1937, zado por Norte. En San Sebastián, en cuanto se evolución que se produjo tras la supresión de los produjo el levantamiento, las organizaciones del diarios de derecha en diciembre de 193629. Con Frente Popular suspendieron todos los periódi- la desaparición de La Gaceta del Norte, El Pueblo cos. En su lugar, la Comisión de Información y Vasco, El Nervión y El Noticiero Bilbaíno, se creó Propaganda publicó Frente Popular, diario que -no sin numerosos conflictos y en particular con desapareció en septiembre de 193624, cuando la CNT- un amplio espacio para los periódicos los insurgentes tomaron la capital guipuzcoana. que deseaban publicar o reeditar las formacio- nes políticas comprometidas en la lucha contra En Bilbao, la situación fue diferente. Aunque la rebelión militar. Empezaron pues a distribuir- grupos de milicianos y comités de periodistas se por la calles de Bilbao nuevos diarios como pro-republicanos ocuparon las redacciones y ta- Euzkadi Roja (PCE), Tierra Vasca (ANV), La Lucha lleres de algunos periódicos durante las primeras de Clases (PSOE), Eguna (PNV), Unión (republica- semanas del conflicto25, los periódicos de dere- no), CNT del Norte (CNT) y Lan Deya (ELA-STV). cha como La Gaceta del Norte, El Pueblo Vasco Si añadimos a esta lista, los diarios que sobrevi- y El Nervión, así como el independiente El Noti- vieron al 18 de julio (El Liberal [Republicano So- ciero Bilbaíno, fueron incautados y entregados a cialista], Euzkadi [PNV], La Tarde [PNV], Excelsius administradores designados por las autoridades. [PNV]), vemos hasta qué punto los órganos de Estos últimos estaban encargados de “mantener, prensa se multiplicaron y diversificaron, aunque en la medida de lo posible, la fisionomía respec- en este caso concreto una corriente política se tiva de cada periódico […y cuidar que…] el fon- benefició de la situación: el nacionalismo vasco do se acomodase estrictamente a la legalidad (6 diarios). En el reducto vasco controlado por republicana”. Se trataba de crear una aparente los republicanos surgió pues en pocos meses pluralidad, para “educar en los valores republi- una prensa basada en la eliminación, el manteni- canos”26 a los lectores de la prensa de derecha. miento, la creación y la reedición de periódicos, En cuanto a los diarios no incautados, se convir- cuyo personal y material procedía a veces de dia- tieron -o siguieron siendo- en los portavoces de rios y semanarios publicados en otros lugares, los poderes políticos y militares locales. Se trata en particular en San Sebastián (El Día, El Diario de un fenómeno que podemos observar en la Vasco, La Voz de Guipúzcoa)30. En total, entre el zona tanto republicana como insurgente. En Vi- 18 de julio de 1936 y el 19 de junio de 1937, se toria, por ejemplo, el diario Pensamiento Alavés se puso de inmediato al servicio de los insurgen- 27 Cf. López de Maturana, Virginia, “La Guerra Civil en Álava a través de la prensa: un estudio de los discur- sos propagandísticos en Pensamiento Alavés y Nor- te”, en Eiroa, Matilde y Rojo Hernández, Severiano, 24 Luengo Teixidor, Félix, “La prensa guipuzcoana du- La prensa y el levantamiento militar del 18 de julio de rante la Guerra Civil (1936-1939)”, en Tuñón de Lara, 1936, El Argonauta español, 13 (2016). Manuel et al., Comunicación, cultura y política duran- 28 Garitaonandia, Carmelo, “La prensa y la guerra de te la II República y la Guerra Civil, II encuentro de his- ondas en Euzkadi (1936-1937)”, en Garitaonandia, toria de la prensa, País Vasco (1931-1939), I, Bilbao, Carmelo y Granja, José Luis de la, La Guerra Civil en Universidad del País Vasco, 1990, p. 178. el País Vasco 50 años después, Bilbao, Universidad del 25 “Causa General”, Archivo Histórico Nacional, Ma- País Vasco, 1987, p. 197. drid, Caja 1333. Ver el caso de los talleres de El Pueblo 29 Pablo, Santiago de, “Los medios de comunicación”, Vasco ocupados par milicianos de ANV. en Granja, José Luis de la y Pablo, Santiago de, His- 26 Centro Documental de la Memoria Histórica, Sala- toria del País Vasco y Navarra en el siglo XX, Madrid, manca, PS Santander, Leg. 13, Exp. 13. Ver el informe Biblioteca Nueva, 2002, pp. 390-391. de Benjamín Núñez Bravo, responsable de temas rela- 30 “Causa General”, Archivo Histórico Nacional, Ma- cionados con la prensa en el gobierno vasco. drid, Caja 1.336. © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 119-132 123
Prensa vizcaína y movilización antifascista Severiano Rojo Hernández editaron en Vizcaya más de treinta publicaciones te de los más jóvenes fueron reclutados. Así, en periodísticas (diarios, semanarios y revistas)31, el periódico comunista de Bilbao Euzkadi Roja, algunas de las cuales se publicaron prioritaria- donde el 36% de los empleados fueron llamados mente para los milicianos (Disciplina [PCE], Aler- a filas, la edad media del personal rondaba los 50 ta [PCE], Voz miliciana [JSU] Gudari [PNV])32. Con años35. Ante esta situación, los directores de las la toma de Bilbao, esta prensa desapareció y los diferentes publicaciones intentaron conservar talleres en los que se editaba fueron redistribui- su personal solicitando aplazamientos de incor- dos para fundar o reeditar periódicos como Hie- poración que permitieron a una minoría seguir rro o La Gaceta del Norte. ejerciendo su profesión. La transformación de la prensa que observamos Más allá de la movilización y de la represión, la en ambos bandos a partir del 18 de julio afectó disminución del personal fue también la conse- también al personal. La depuración y las ejecu- cuencia de la fuerte disminución de los ingresos ciones extrajudiciales diezmaron las redacciones (ingresos generados por la publicidad, etc.), que y provocaron cambios importantes en las plan- obligó algunos periódicos a despedir a parte de tillas. En la zona republicana, algunos periodis- sus empleados. Muchos periódicos estaban muy tas33 (en particular de los diarios La Noticia y El endeudados y sólo sobrevivieron gracias a las Diario Vasco [San Sebastián]) así como propie- subvenciones/ayudas de la autoridad en el po- tarios de periódicos fueron apresados e incluso der, la cual también pagaba una parte importe asesinados. Fue el caso de José María Urquijo, de los salarios de los empleados. A esta situación Juan Olazabal y Fernando de Ybarra y de la Re- complicada, se unía el hecho de que la guerra villa, propietarios respectivamente de La Gaceta desorganizó los circuitos de información y circu- del Norte (Bilbao), La Constancia (San Sebastián) lación de la prensa. Los periódicos vizcaínos, por y El Pueblo Vasco (Bilbao). Personalidades como ejemplo, tuvieron que solventar, a partir de julio Juan de la Cruz, director de El Pueblo Vasco, se de 1936, los problemas que provocó el cese de vieron obligadas a vivir en la clandestinidad has- las comunicaciones terrestres con Madrid y la ta la entrada de las tropas franquistas. Otras lo- mayor parte del territorio español. Además, las graron refugiarse en el territorio controlado por tres cuartas partes del País Vasco estaban desde los rebeldes, donde participaron en la creación septiembre del 36 bajo control de los militares de nuevos órganos de prensa esenciales para la rebeldes. La Guerra Civil supuso pues una fuerte propaganda franquista (en particular el diario de reducción tanto del mercado local, esencial para San Sebastián Unidad). En esta zona, la represión la prensa nacionalista vasca, como del merca- y la violencia acabaron también con la vida de do nacional, del que vivían en parte periódicos numerosos periodistas y pusieron fin, por su- como El Liberal. La situación también se dete- puesto, al periodismo independiente. De hecho, rioró porque la distribución de los periódicos se a partir de julio del 36, se instó a los periodistas volvió cada vez más problemática. El ejército re- que deseaban seguir ejerciendo su profesión a quisó los medios de transporte, las autoridades que se comprometieran cada vez más con la Re- restringieron la circulación de las personas y los pública o la España nacional. bombardeos dañaron numerosas vías de comu- nicación. En estas condiciones, el fuerte desa- El personal de prensa no sólo sufrió la represión. rrollo de la prensa que se produjo en la Vizcaya También fue víctima de la movilización, que ge- republicana plantea numerosas preguntas, ya neró un deterioro de las condiciones de trabajo34 que no es sintomática de la creación de socieda- y un envejecimiento de las plantillas, ya que par- des de prensa económicamente viables, sino el resultado de una voluntad política del gobierno 31 Granja, José Luis de, “El nacimiento de Euskadi: el vasco y de sus aliados. estatuto vasco y el primer Gobierno vasco”, La Guerra Civil en el País Vasco: un balance histórico, Historia A pesar de esta situación por lo menos desas- Contemporánea, 35 (2007), p. 443. trosa, surgió un “nuevo mercado” para la prensa 32 Núñez Díaz-Balart, Mirta, La prensa de guerra en antifascista: el frente. Los distintos periódicos la zona republicana durante la Guerra Civil española nombraron corresponsales en la mayoría de los (1936-1939), Madrid, Ediciones de la Torre, 1992. 33 Centro Documental de la Memoria Histórica, Sala- batallones y milicias, que se encargaron de ven- manca, PS Barcelona, Carpeta 55. 34 Archivo del Nacionalismo Vasco, Bilbao, Fondo Par- tido Nacionalista Vasco, Ambito Nacional, Euzkadi Centro Documental de la Memoria Histórica, Sala- 35 Buru Batzar K. 363, C. 1. manca, PS Bilbao, Caja 27, Exp. 20. 124 © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 119-132
Severiano Rojo Hernández Prensa vizcaína y movilización antifascista der o distribuir gratuitamente la prensa36. A cam- 3. PRENSA, MOVILIZACIÓN ANTIFASCISTA Y bio de la distribución gratuita de los periódicos, DISCURSO SOBRE LA GUERRA se abrieron numerosas suscripciones entre los milicianos, suscripciones que sirvieron en parte Con el levantamiento militar y su rápida trans- para financiar los diarios. En algunos casos como formación en guerra civil, dos problemas funda- en el de CNT del Norte, los oficiales daban par- mentales se plantearon para las autoridades y el te de su nómina al periódico37. En otros, los sol- conjunto de las fuerzas pro-republicanas: ¿Cómo dados crearon una caja común con la que com- lograr una movilización óptima? ¿Qué estrate- praban el periódico (Lucha de Clases)38. No cabe gias emplear para conseguir que los combatien- duda por tanto de que la situación de los diarios tes y la retaguardia se identificaran con la lucha en Bilbao resultaba paradójica. Se produjo una y compartieran la idea de la necesaria destruc- disminución de los ingresos y un endeudamien- ción del enemigo? Para resolverlos, los dirigen- to de los periódicos, a pesar de la aparición de tes del bando republicano decidieron aplicar una nuevas fuentes de ingresos y, en algunos casos, propaganda centrada en la manipulación de las de un incremento de la tirada. Así, Euzkadi Roja emociones individuales y colectivas, una estra- pasó de 20.000 ejemplares39 en diciembre del 36 tegia en la que la prensa vizcaína y el conjunto a 48.000 en junio del 3740; El Liberal de 27.500 de los medios de comunicación desempeñaron ejemplares41 en 1936 a unos 60.00042 en abril del un papel esencial. Como en el resto del territo- 37 y Euzkadi alcanzó los 50.000 ejemplares en rio republicano45, los diarios fueron encargados junio del 3743, cuando su tirada no superaba los de reorientar las representaciones en torno a 25.000 ejemplares en vísperas del conflicto44. El las cuales se estructuraba la percepción del con- incremento de la tirada fue la consecuencia de flicto. Este dispositivo intentaba, por una parte, varios fenómenos: la distribución de ejemplares, generar una visión de la guerra adaptada a las en parte gratuitos, entre las tropas estacionadas necesidades militares e ideológicas y, por otra en el frente, el aumento de la distribución de la parte, apoderarse del fenómeno guerrero y de- prensa en Cantabria y Asturias, la llegada masi- finir su naturaleza para consolidar la resistencia va de refugiados de la provincia de Guipúzcoa en el campo de batalla y entre la población civil. y, por fin, el aumento de la demanda de infor- No obstante, la movilización de la prensa en Viz- mación generada por el conflicto. Sin embargo, caya fue similar a la del bando republicano, o sea estos cambios no pudieron ocultar una realidad fraccionada, sin visión de conjunto y centrada en ineludible que determinó de forma duradera la los grupos e individuos considerados como cer- situación económica de la prensa y de los diarios canos desde el punto de vista ideológico y cultu- en particular: el empobrecimiento generalizado ral. Por ejemplo, el PNV y su portavoz, el diario de la población, que llevó a numerosos lectores Euzkadi, convirtieron la guerra en un objeto mol- a prescindir de su compra y a optar por formas deado por el universo simbólico de los naciona- alternativas de lectura, como la lectura en grupo. listas vascos. Esto les llevó a “pensar” y “decir” la guerra por medio de un filtro que asociaba los acontecimientos de 1936 a la historia reelabora- da que proponía el PNV desde su fundación. Por consiguiente, la lucha del presente remitía a un 36 Euzkadi Roja, 6 de enero de 1937, p. 2. 37 Centro Documental de la Memoria Histórica, Sala- pasado supuestamente glorioso, organizado en manca, PS Bilbao, Caja 29, Exp. 27. torno a una serie de mitos que describían bata- 38 Centro Documental de la Memoria Histórica, Sala- llas legendarias en las que los vascos derrotaban manca, PS Bilbao, Caja 79, Exp. 6. a sus enemigos. La guerra era asimismo asociada 39 Archivo del Nacionalismo Vasco, Bilbao, Fondo Ha- a las presuntas persecuciones que el pueblo vas- cienda, K. 00945, C. 6. 40 Euzkadi Roja, 2 de junio de 1937, p. 6. 45 Cf. Sevillano Calero, Francisco, “La imagen del anti- 41 Pablo, Santiago de, “La estructura de la prensa vas- fascismo. La representación propagandística del ene- ca…”, op. cit., p. 102. migo del Frente Popular en el estallido de la guerra 42 Centro Documental de la Memoria Histórica, Sala- civil española”, Historia y comunicación social, 25/2 manca, PS Bilbao, Caja 113, Exp. 9. (2020), pp. 369-378; Boquera Diago, Ester y Medina 43 Archivo del Nacionalismo Vasco, Bilbao, Fondo Par- Cambrón, Alfons, “La evolución de la propaganda de tido Nacionalista Vasco, Ambito Nacional, Euzkadi la Generalitat de Cataluña durante la Guerra Civil: Buru Batzar, K. 00364, C. 4. Jaume Miravitlles y el Comisariado de Propaganda 44 Pablo, Santiago de, “La estructura de la prensa vas- (1936-1939)”, Historia y comunicación social, 25/2 ca…”, op. cit., p. 102. (2020), pp. 333-343. © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 119-132 125
Prensa vizcaína y movilización antifascista Severiano Rojo Hernández co había sufrido a lo largo de la historia. Este dis- “¡OH, viejo Aitor! Suena en el recinto de tus curso implicaba transformar el conflicto militar montañas el clarín del enemigo; pero en el en una guerra de liberación y, de paso, silenciar alma de tus hijos de hoy está aún latente el las divisiones que la guerra había generado así dolor del pasado y el amor de la libertad de como el alistamiento de numerosos vascos en el ahora para vencer de una vez para siempre bando rebelde. al traidor enemigo, que peca mil veces al querer aniquilarnos y convertirnos en vicio- La elaboración de esta representación fue pro- sos antipatriotas de Euzkadi. gresiva como lo muestran las portadas del diario Euzkadi. Si en julio y parte de agosto, este perió- He aquí, pues, nuestro pueblo alzado nue- dico informaba a los lectores de la situación mi- vamente para defender su libertad y gober- litar titulando “Noticias oficiales del movimien- narse a sí mismo. to”46, a partir de finales de agosto y principios de septiembre las primeras planas empezaron a Es hora ya de […] conseguir las justas y pro- reflejar el cambio de actitud del PNV y el proceso pias aspiraciones de nuestra raza y de nues- de apropiación de la guerra que se estaba produ- tra patria Euzkadi. ciendo: “La guerra encendida por el militarismo Así y nada más que así, entendemos los que fascista” [19 de agosto]47 “La lucha en territorio luchamos en el rigor de estos parapetos sin vasco” [2 de septiembre]48, “La defensa del te- más ambición que la libertad de nuestro rritorio vasco” [11 de septiembre]49, “Contra los pueblo. invasores del territorio patrio” [29 de septiem- bre]. A semejanza de los otros medios de comu- URRUTIA nicación, la prensa nacionalista transformaba la guerra en una invasión idéntica a la que había Posición Basaigo, noviembre de 1936”52. supuestamente padecido Euskadi en el siglo XIX, territorio presentado como históricamente de- Los nacionalistas vascos, fieles a la historia del mocrático e independiente50: PNV, analizaban el presente a partir de un pasado marcado por la persecución de España, proceso “[…] en un siglo de esclavitud nuestros co- que convertía a los militantes en futuros márti- razones han sido moldeados al fuego y este res de la patria. A partir de la interpretación de fragor es el ardor combativo que el gudari la historia que propuso Sabino Arana, definieron opone a la tiranía. […] Nuestras espaladas el enfrentamiento armado como la prolongación hace cien años que vienen resistiendo a las de un combate mítico, que había empezado en fustas del invasor”51. la edad media y que oponía a dos pueblos dia- metralmente diferentes desde el punto de vista La prensa intentaba manipular la sensibilidad del cultural, político y social: los vascos y los españo- lector y atraer su atención proponiendo un dis- les53. El enfrentamiento que había empezado en curso que alimentaba una forma de patriotismo 1936 se convertía en una guerra de exterminio. en la que los vascos eran eternas víctimas. Para Las numerosas fotos de gudaris desaparecidos darle más consistencia, los diarios publicaban en los campos de batalla intentaban demostrar- artículos que describían las matanzas cometi- lo y proponían, paralelamente, un culto de los das por los rebeldes e insertaban en sus páginas muertos y una teología de la guerra organizada diferentes textos en los que se aludía a relatos en torno al esquema muerte/resurrección, sufri- tradicionales impregnados de violencia. En esta miento/redención. carta aparentemente escrita por un gudari de- nominado Urrutia, se retomaba el mito de Aitor La Guerra Civil adquiría de esta manera la dimen- para legitimar el odio y generar un deseo de re- sión de un enfrentamiento que iba a determinar sistencia. la supervivencia del pueblo vasco al que amena- zaba un enemigo guiado por su odio legendario 46 Euzkadi, 22 de julio de 1936, p. 1. en contra de Euskadi : “Aquí está la vieja raza 47 Euzkadi, 19 de agosto de 1936, p. 1. vasca, recogida en Vizcaya y ante el trance de 48 Euzkadi, 2 de septiembre de 1936, p. 1. 49 Euzkadi, 11 de septiembre de 1936, p. 1. 50 “Momentos históricos. Gora Biotzak”, Euzkadi, 16 52 Urrutia, “Compañía Aurrera-Beti”, Euzkadi, 9 de di- de junio de 1937, p. 1. ciembre de 1936, p. 3. 51 Escudero, Bingen de, “Guda-Otsak. El parapeto ha- 53 “El manantial de los males del mundo político pe- bla”, Euzkadi, 28 de abril de 1937, p. 3. ninsular”, Euzkadi, 10 de enero de 1937, p. 1. 126 © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 119-132
Severiano Rojo Hernández Prensa vizcaína y movilización antifascista vencer para sobrevivir, o ceder y doblegarse para A semejanza de lo que se producía en ciudades desaparecer”54. Al intentar generar en el lector como Madrid58, los diarios frentepopulistas de sentimientos en los se mezclaban la hostilidad, Bilbao describieron el conflicto como la conse- la venganza, el miedo y la violencia, la prensa cuencia de una invasión del territorio español elaboraba una representación del conflicto en la dirigida por el fascismo internacional, la oligar- que se vinculaba la reconquista y la salvación de quía y los militares españoles. Pero, para de- la patria con la aniquilación del adversario. La si- nunciar la guerra y hacer reaccionar a los lecto- nergia que implicaba esta relación dialéctica era res de izquierda, la prensa marxista59 utilizó, en fundamental para el advenimiento de una nueva general, mitos históricos diferentes de los que edad de oro55 que la autonomía materializaba instrumentalizaban los periódicos nacionalistas hasta cierto punto56. vascos. Estos relatos remitían a la historia libe- ral y solían proponer una interpretación de corte Figura 1. Noticia de la muerte de Floren de Zu- nacionalista español60 que presentaba las gue- biaur rras pasadas como una serie de obstáculos en el recorrido imaginario del pueblo. Esta epopeya, orientada por la soledad histórica y la lucha mile- naria del pueblo, estaba constelada de injusticias y de lugares de memoria, que el conjunto de la población se debía de honrar. La narración, por tanto, se convertía progresivamente en un vía crucis, que la prensa materializaba elaborando un “martirologio de papel” en el que los milicia- nos muertos en el campo de batalla dictaban las normas que se habían de aplicar tanto en el fren- te como en la retaguardia. Estas prácticas consolidaron los cimientos sobre los cuales se edificó la historia del antifascismo vasco y español, cuyos principales lugares de me- moria variaban según las formaciones políticas: Segunda guerra carlista (republicanos)61 y Gue- rra de la Independencia (socialistas, comunistas y demás formaciones de izquierda). En este últi- mo caso, una de las principales referencias era el Dos de mayo62, que se insertaba en una estrate- 58 Cf. Mateos Fernández, Juan Carlos, Bajo el control obrero. La prensa diaria en Madrid durante la Guerra Civil, 1936-1939, Tesis doctoral, Madrid, Universidad complutense de Madrid, Facultad de ciencias de la in- formación, 1996. 59 Núñez Seixas, Xosé Manoel, ¡Fuera el invasor! Na- cionalismos y movilización bélica durante la Guerra Fuente: Euzkadi, 22 de septiembre de 1936, p. 1. Civil española (1936-1939), Madrid, Marcial Pons, Historia, 2006, p. 366. La adopción de un discurso que convertía el mito 60 Álvarez Junco, José, “El nacionalismo español como en fuente de la historia57 se extendió rápidamen- mito movilizador. Cuatro guerras”, en Cruz, Rafael y te al resto de las fuerzas y prensa antifascistas. Pérez Ledesma, Manuel, Cultura y movilización en la España contemporánea, Madrid, Alianza Editorial, 54 “Los días. Ejemplaridad”, Tierra Vasca, 16 de abril 1997, p. 61. de 1937, p. 1. 61 “En la Tercera Guerra Carlista. Recuerdos bilbaínos 55 Lur-Gorri, “Nuestro ideal, en la palestra. Justicia so- de la segunda”, Unión, 17 de marzo de 1937, p. 2. cial”, Euzkadi, 17 de marzo de 1937, p. 1. 62 Cf. “Guerra de Independencia”, CNT del Norte, 17 de 56 “¡¡ITXARKUNDIA!!”, Euzkadi, 2 de octubre de 1936, febrero de 1937, p. 6 ; “La gran epopeya de Madrid”, p. 1. El Liberal, 7 de noviembre de 1936, p. 1 ; “Dos de 57 Durand, Gilbert, Figures mythiques et visages de mayo. El pueblo reivindica esta fecha”, Euzkadi Roja, 2 l’œuvre. De la mythocritique à la mythanalyse, Paris, de mayo de 1937, p. 1. Cf. Juliá, Santos, “Los nombres Dunod, 1992, p. 27. de la guerra”, Claves de la razón práctica, 164 (2006). © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 119-132 127
Prensa vizcaína y movilización antifascista Severiano Rojo Hernández gia similar a la que aplicó el PCF en Francia con Figura 2. Noticia de la muerte de Altuna el 14 de julio. En 1935, los comunistas galos se reapropiaron de la fiesta nacional francesa ante la fuerte actividad de los movimientos ultradere- chistas. Se trataba de resistir a la progresión de lo que consideraban como expresión del fascis- mo internacional, reactualizando el significado democrático, emancipador y popular del 14 de julio. El PCF intentaba, de esta manera, reinte- grar la comunidad nacional e identificarse más con Francia, para romper la imagen de satélite de la URSS y ser identificado con el arquetipo del pueblo revolucionario. Con el Dos de mayo, los socialistas, los comunistas y los anarquistas ac- tuaban de forma idéntica y proponían una visión romántica de la Guerra Civil o, mejor dicho, un modelo de guerra insurreccional que alimentaba Fuente: El Liberal, 7 de noviembre de 1936, p. 1. además su definición de las identidades españo- la y republicana63. Este modelo de guerra susten- “[…] la guerra presente es un profundo con- taba también su percepción del comportamien- flicto entre la España antigua y la España to idóneo para adquirir las virtudes y los valores nueva; el general Franco, la Iglesia católica, de otra figura mítica: el defensor del pueblo. Al la aristocracia y la gente adinerada quieren describir la Guerra de la Independencia en sus robar a España su revolución […] los parti- páginas, la prensa de izquierda veneraba la na- dos políticos de izquierda, desde los repu- ción en el presente y el pasado, y legitimaba la blicanos a los comunistas, y unidos a ellos dilución de la historia en el mito, fundamento de todos los desheredados de la fortuna, lu- la comunión entre el pueblo y la patria. La conso- chan por un orden nuevo; por la igualdad lidación de la unión sagrada entre las diferentes de derechos para todos los hombres”67. comunidades en guerra se realizaba, por tanto, reactivando relatos fundacionales que los pe- Esta lucha se insertaba en una matriz en la que riódicos antifascistas adaptaban a las realidades destacaban asimismo eventos de la historia eu- del momento. Así, elaboraron lo que podríamos ropea, un fenómeno particularmente importan- denominar “una fábrica de individuos y de con- te en los diarios de las organizaciones marxistas ductas ejemplares”64 al servicio de una epopeya que solían proponer una visión de la guerra mu- moderna, en la que se producía un conflicto se- cho más amplia que la que difundían los perió- cular entre dos naciones profundamente anta- dicos del PNV68. Las organizaciones obreras ad- gonistas65. Anterior a la Guerra Civil, esta repre- herían a una forma de nacionalismo inseparable sentación recordaba uno de los fundamentos de de cierto internacionalismo, el cual orientaba la la ideología franquista, el enfrentamiento entre percepción del conflicto, presentado a menudo España y la anti-España66. como la consecuencia del enfrentamiento entre el proletariado y el capitalismo mundial. Entre los acontecimientos históricos europeos que for- 63 Sobre este tema, ver Julià, Santos, “De ‘guerra con- maban parte de la matriz ideológica del antifas- tra el invasor’ a ‘guerra fratricida’ ”, en Julià, Santos, cismo, encontramos la Comuna de París, la Revo- Víctimas de la guerra civil, Madrid, Temas de hoy, lución de Octubre, la Primera Guerra mundial y 1999, pp. 23-24. la Revolución francesa69: 64 Noción elaborada por Daniel Madélénat y desarro- llada en L’Epopée, Paris, PUF, “Littératures”, 1986, p. 113. “nuevo Estado” franquista. Enemigos, héroes y caídos 65 Elorza, Antonio, “La ‘nation éclatée’ : Front popu- de España, Madrid, Biblioteca Nueva, 2017. laire et question nationale en Espagne”, en Wolikow, 67 “La España republicana y la guerra”, Unión, 5 de Serge et Bleton-Ruget, Annie, Antifascisme et nation. abril 1937, p. 5. Les gauches européennes au temps du Front populai- 68 Cf. Rojo Hernandez, Severiano, Une guerre de pa- re, Dijon, EUD, 2000, p. 120. pier. La presse antifasciste dans les années trente, 66 Cf. Moradiellos García, Enrique, 1936 Los mitos de PUR, Rennes, 2011. la Guerra Civil, Barcelona, Península, 2005, p. 19-25; 69 “Factores de triunfo en la guerra. Leva general-uni- Sevillano Calero, Francisco, La cultura de guerra del dad de mando-ofensiva-constante”, CNT del Norte, 8 128 © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 119-132
Severiano Rojo Hernández Prensa vizcaína y movilización antifascista Figura 3. Portada de Tierra Vasca los movimientos, y, por lo tanto, los efectos. Emplearon un arma formidable: la fortifica- ción. Junto a un fusil, una pala. La magnífica enseñanza de la gran guerra se reproduce en Madrid y otros lugares de Es- paña. La deformación de la guerra brillante en guerra de lodo. Nosotros en Euzkadi debemos aprovechar la lección número uno de la táctica militar. Ellos hacen la guerra brillante: muchos apa- ratos, muchos cañones, grandes movimien- tos [...] Necesitamos todo lo contrario, o sea, la guerra de lodo y para imponérsela al enemigo, hagamos el empleo más acertado del arma que la técnica y la experiencia mili- tar nos presentan: la FORTIFICACIÓN”71. La instrumentalización de la historia permitía Fuente: Tierra Vasca, 11 de abril de 1937, p. 1. presentar el conflicto como el resultado de un enfrentamiento colosal entre las fuerzas del bien Estos mitos históricos formaban paradigmas, y del mal, en el que la Guerra Civil constituía no modelos que orientaban la reflexión sobre el solamente una culminación sino también una conflicto y que introducían la Guerra Civil en repetición72. Los sufrimientos padecidos por el una nueva temporalidad. Por ejemplo, cuando la pueblo vasco o/y español adquirían entonces un prensa de izquierda se refería a la Primera Gue- sentido escatológico. Reproducían y prolonga- rra mundial, fusionaba las situaciones y los acto- ban sufrimientos del pasado –a veces anteriores res de los dos conflictos: se identificaba al bando a la historia– que hallaban una explicación en republicano con los franceses y a los franquistas ciertos mitos griegos y en la Biblia, relatos a par- con los alemanes, en particular tras el bombar- tir de los cuales se analizaban las identidades del deo de Guernica70. En cuanto a las ciudades de adversario. Madrid y Bilbao, se convertían en un campo de batalla idéntico al de Verdun, como si la historia Frente a un enemigo definido como el mal por volviera a repetirse y tuviera una dimensión cícli- antonomasia, se propuso entonces una nueva fi- ca indispensable para su comprensión. gura imaginaria, la del “hombre nuevo” que ma- terializaba el gudari/miliciano antifascista. Mol- “En los primeros días de agosto de 1914, los deado por la modernidad industrial o la fortaleza enormes ejércitos germanos invadían las de las montañas vascas, este héroe se convirtió provincias del este francés con movimien- rápidamente en uno de los principales persona- tos estratégicos de gran envergadura. Era jes de una epopeya que conectaba con otro mito la lucha de grandes masas y distancias [...] bíblico: el paraíso perdido. La prensa abertzale Pero la guerra no continúa así, los hombres fue la primera en instrumentalizar este relato se pegaron a la tierra, buscaron defensa en porque ya formaba parte de la cosmogonía del la tierra, cavaron agujeros y zanjas, com- nacionalismo vasco. Por tanto, lo convirtió en un prendieron los mandos la necesidad de elemento indisociable de la representación de la empequeñecer las distancias entre los com- guerra en Euskadi. Como ocurrió con las guerras batientes como mejor sistema para reducir carlistas, el enfrentamiento dividió la historia en- tre un antes y un después, y lo que empezó a de abril de 1937, p. 1. denominarse “invasión” formó una barrera que 70 Cf. “Dieciocho años después”, El Liberal, 4 de no- disoció el tiempo de la violencia del de la paz, la viembre de 1936, p. 6; Garitaonandia, Carmelo, “In- desgracia de la felicidad, el País Vasco arrasado formación y propaganda en torno al bombardeo de Guernica”, en Tuñón de Lara, Manuel, Gernika: 50 71 Leceta, “Normas elementales de fortificación”, Eu- años después (1937-1987), Nacionalismo, República, zkadi Roja, 9 de junio de 1937, p. 4. Guerra Civil, San Sebastián, Universidad del País Vas- 72 “Panorama nacional”, El Liberal, 23 de marzo de co, 1987. 1937, p. 1. © Historia Actual Online, 55 (2), 2021: 119-132 129
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