Respuesta del FIDA al cambio climático a través de medidas de adaptación y otras medidas conexas

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Respuesta del FIDA al cambio climático a través de medidas de adaptación y otras medidas conexas
Fortalecimiento de la capacidad del FIDA
para integrar la adaptación al cambio climático
en sus operaciones

Respuesta del FIDA al
cambio climático a través
de medidas de adaptación
y otras medidas conexas
                                                  Resumen

Dar a la población rural
pobre la oportunidad
de salir de la pobreza
Tanto el presente resumen como el estudio que éste documenta fueron
preparados por Penny Urquhart, Consultora en desarrollo sostenible, bajo la
supervisión general de Sheila Mwanundu, Asesora Técnica Superior. Colaboraron
en la preparación Ilaria Firmian, Asesora Técnica Adjunta; Katiuscia Fara,
Consultora, y Maria Elena Mangiafico, Auxiliar de Programas de la División de
Asesoramiento Técnico, así como el Grupo de consulta del FIDA sobre políticas
concernientes al cambio climático y la Dependencia de Medio Ambiente Mundial y
Cambio Climático.
Introducción

A nivel internacional, el cambio climático se considera, por consenso, uno de los retos más
graves que se plantean al desarrollo sostenible. Ya se han observado varios impactos adversos del
cambio climático en los recursos naturales, la seguridad alimentaria, la salud humana, el medio
ambiente, la actividad económica y la infraestructura física. En vista del inequívoco y acelerado
calentamiento del sistema climático resulta esencial tomar medidas de mitigación y de
adaptación. En los últimos años, el cambio climático se ha vuelto una prioridad estratégica del
Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). Una preocupación fundamental para el FIDA
ha sido la de aumentar la capacidad interna por lo que respecta a cuestiones relativas al cambio
climático. A tales efectos, una de las iniciativas previstas es la denominada “Fortalecimiento de la
capacidad del FIDA para integrar la adaptación al cambio climático en sus operaciones”, que se
enmarca en la Iniciativa para la integración de innovaciones (IMI). Este informe es un resumen
de un estudio llevado a cabo en el marco de tal iniciativa, en el que se investigaban y analizaban
las distintas medidas adoptadas con la asistencia del FIDA para contribuir, tanto deliberada como
fortuitamente, a fortalecer las respuestas al cambio climático. La finalidad del estudio fue extraer
enseñanzas que permitieran integrar la adaptación en las operaciones de la Organización. En él
se examinaron asimismo las experiencias en ese mismo sentido de otros organismos de
desarrollo. Si bien la atención del estudio no se centró especialmente en la mitigación, el tema se
trató igualmente en cierta medida. (La versión inglesa completa del estudio puede consultarse en
la siguiente dirección: http://www.ifad.org/climate/.)

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Integración de la experiencia
    de otros organismos
    de desarrollo

    Las actividades llevadas a cabo por los organismos de desarrollo en materia de medidas de
    adaptación al cambio climático son muy variadas. Entre ellas cabe mencionar los exámenes de
    las carteras; la formulación de medidas operacionales (instrumentos y metodologías) tendentes a
    integrar la adaptación; la sensibilización sobre la urgencia de ocuparse de los riesgos que plantea
    el cambio climático; el fomento de un compromiso político de alto nivel en las organizaciones, y
    la colaboración con los asociados en materia de transferencia de tecnología y gestión de los
    conocimientos. En general, en las conclusiones de los exámenes de las carteras se ha señalado
    que, en las operaciones a nivel de programas, planificación y proyectos, no se presta suficiente
    atención al cambio y la variabilidad climáticos.
        Entre las principales medidas operacionales formuladas para integrar el cambio climático en
    los programas y proyectos de desarrollo pueden mencionarse las siguientes:
    • directrices relativas a programas y proyectos por las que se integra el elemento del riesgo
        climático;
    • distintas maneras de afrontar los riesgos climáticos;
    • puntos de partida estratégicos y operacionales;
    • instrumentos de evaluación del riesgo climático, y
    • clasificación, respetando un orden de prioridad, de sectores, regiones o actividades sensibles
        al clima.

    Por lo general, la mayoría de estas iniciativas está en sus primeras etapas, y gran parte de la labor
    queda aún pendiente. En tal situación se encuentra precisamente el FIDA.

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El enfoque de desarrollo del
FIDA apoya la respuesta al
cambio climático

Los principios de actuación fundamentales del FIDA, a saber, una manera participativa e integral
de abordar el desarrollo; la incorporación de las cuestiones de género, y la evaluación de la
vulnerabilidad y la focalización en favor de los pobres, son ejemplo de buenas prácticas de
desarrollo. Además, ofrecen una base sólida desde la que puede ampliarse la respuesta de la
Organización al cambio climático. Hasta la fecha, las evaluaciones del impacto y la
vulnerabilidad de los programas y proyectos del FIDA no se han centrado en la integración de los
aspectos socioeconómicos del cambio climático. Sin embargo, existen varias esferas de práctica
que suponen la reunión de información socioeconómica y su utilización en el diseño de
proyectos: por ejemplo, las evaluaciones rurales participativas y la cartografía participativa. Con
éstas puede ayudarse a las comunidades minoritarias e indígenas a adquirir una tenencia segura
de la tierra y recursos naturales, aspecto fundamental de un enfoque integrado de la adaptación.
El uso del enfoque de los medios de vida sostenibles, que se centra en las fortalezas, las
vulnerabilidades y las estrategias de supervivencia, tiene el potencial de ofrecer una plataforma
para crear estrategias de fomento de la resistencia para adaptarse al cambio climático. Dado que
los riesgos que plantea el cambio climático incrementan las desigualdades ya existentes entre las
mujeres y los hombres por lo que respecta a su capacidad de supervivencia, el hecho de que el
FIDA se focalice en gran medida en la incorporación de las cuestiones de género es una
plataforma valiosa para responder al cambio climático. Con varias inversiones del FIDA se prevé
financiar iniciativas tendentes a reconocer y recuperar los conocimientos y la cultura locales, así
como a poner de relieve el valor de los conocimientos ambientales indígenas. Es probable que
estos aspectos sean fundamentales para agilizar las respuestas en materia de adaptación, ya que
pueden generar una combinación adaptativa de tecnología indígena y científica.

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Examen de las actividades
    de adaptación y mitigación
    en determinados préstamos
    y donaciones del FIDA

    Observaciones generales respecto de determinados préstamos y donaciones del FIDA
    Un examen preliminar de los documentos de diseño de proyectos del FIDA aprobados entre 2000
    y 2006 reveló que en la mayor parte de los documentos relativos a los 181 préstamos y 718
    donaciones examinados no se mencionaba explícitamente el cambio climático, si bien en muchos
    diseños se tenía en cuenta la variabilidad climática. No obstante, la documentación de los
    proyectos no indica que los riesgos climáticos fueran evaluados satisfactoriamente en los proyectos.
    De hecho, los riesgos climáticos rara vez se mencionaban incluso en el caso de proyectos situados
    en zonas expuestas a grandes riesgos climáticos, como inundaciones y ciclones. Estas conclusiones
    generales coinciden con las de una serie de exámenes de carteras de organizaciones internacionales
    de ayuda al desarrollo. Pero esta situación está empezando a cambiar, y cada vez es más frecuente
    que se haga mención al cambio climático en los últimos documentos sobre proyectos del FIDA. En
    los programas sobre oportunidades estratégicas nacionales (COSOP) basados en los resultados se
    hace referencia explícita al cambio climático más frecuentemente como factor que tiene un
    impacto en el sector agrícola y la pobreza rural de los países. Las medidas que se adoptan sobre el
    terreno están empezando a incorporar consideraciones relativas al cambio climático, aun cuando
    en los documentos de diseño de proyectos no se hubieran tenido en cuenta. En algunos proyectos
    del FIDA se incluye ahora un componente respaldado por el Fondo para el Medio Ambiente
    Mundial (FMAM) que integra algunas consideraciones sobre el cambio climático. Sin embargo, los
    resultados del estudio señalaron, en general, una falta de concreción para distinguir entre los
    riesgos planteados por el clima y los riesgos ambientales, aunque las respuestas indicaban una
    comprensión cabal de las cuestiones ambientales. Ello no es sorprendente, puesto que el cambio
    climático no ha adquirido una cobertura universal de los medios y mayor prioridad sino en los
    últimos tiempos, pero señala de hecho la necesidad de crear mayor conciencia acerca de los
    asuntos relacionados con el cambio climático, si las inversiones del FIDA han de financiar
    iniciativas que propicien una mayor resistencia a los fenómenos climáticos.

    Tecnologías de adaptación y gestión comunitaria de los recursos naturales
    Un gran número de tecnologías promovidas en el marco de proyectos del FIDA afectan directamente
    a la adaptación al cambio climático a largo plazo, aunque en principio se centren en la variabilidad
    climática. Se trata de tecnologías de las esferas de la agricultura, la gestión de los recursos naturales, la
    conservación y ordenación de los recursos hídricos y la pesca, así como de enfoques que se centran
    en la gestión de los recursos naturales y la seguridad de la tenencia de la tierra para la comunidad.
        Tecnologías para la adaptación. El FIDA ha financiado proyectos de lucha contra la degradación
    de la tierra y conservación del suelo y el agua en la región del Sahel por más de tres décadas, y
    también en otras regiones, y con tales proyectos ha prestado un importante apoyo a los
    agricultores para adaptarse a la sequía y a la variabilidad climática. Muchos de esos proyectos se
    basan en enfoques agrícolas sostenibles, que promueven por lo general la conservación de la
    humedad y la vegetación del suelo, y probablemente tengan efectos positivos en la mitigación del
    cambio climático, así como en la adaptación. Entre las medidas de adaptación relacionadas con el
    agua previstas en los proyectos del FIDA que presentan múltiples beneficios se cuentan la
    recolección de agua de lluvia, el restablecimiento de llanuras inundables, sistemas de riego
    apropiados, un mejor almacenamiento del agua y la reutilización de aguas residuales. Todo ello
    puede promover, no obstante, la resistencia de los pequeños agricultores, especialmente en zonas

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propensas a sequías. El FIDA ha sido uno de los pocos organismos que ha apoyado mejoras en el
riego por desviación de aguas de avenida, sistema que podría desempeñar una función muy
importante para mejorar la capacidad de adaptación al cambio climático en algunas de las zonas
más frágiles de la Tierra. Existen otras tecnologías de interés para la adaptación en la cartera del
FIDA, como la gestión sostenible de la pesca e intervenciones para combatir la elevación del nivel
del mar y las inundaciones. Resulta especialmente importante el apoyo que presta el FIDA a los
sistemas agroforestales que, de estar bien diseñados, pueden plantear una mayor resistencia
ecológica a manifestaciones climáticas extremas que los sistemas de cultivo anuales.
    Gestión comunitaria de los recursos naturales. Las experiencias del FIDA en materia de gestión
comunitaria de los recursos naturales, pese a no haberse aplicado específicamente como una
respuesta de adaptación, tienen el potencial de integrar estrategias de adaptación locales. Por medio
de la gestión comunitaria de los recursos naturales se crean y promueven las capacidades de
instituciones locales dedicadas a tal gestión y al desarrollo rural. Éstas pueden definir nexos más
sólidos entre los servicios ambientales y la reducción de la pobreza, e integrarlos en la planificación
de los proyectos. Se trata de un componente importante de los enfoques sostenibles de adaptación
cuyo objetivo es combatir la pobreza y la vulnerabilidad. Por último, los nexos entre la seguridad de
la tenencia de la tierra y la capacidad de adaptarse al cambio climático son cada vez más claros,
especialmente en el contexto del acceso de los pueblos indígenas a la tierra y los recursos naturales,
que ha sido una esfera de interés del FIDA de larga data.

Investigación en favor de los pobres y cambio climático
El FIDA tiene un extenso historial de apoyo a institutos de investigación y otros órganos por lo que
respecta al ensayo, la adaptación y la difusión de tecnología para afrontar la variabilidad climática.
Ese historial proporciona valiosas enseñanzas para integrar la adaptación al cambio climático.
Entre los ejemplos de investigaciones de especial interés para la adaptación al cambio climático
que contaron con el apoyo del FIDA cabe mencionar los siguientes: la elaboración de variedades
de maíz resistente a condiciones ambientales de estrés en África subsahariana; las mejoras en
cultivos alimentarios “olvidados” (como la yuca) de la población rural pobre; la formulación y el
ensayo de estrategias integradas para domesticar y comercializar especies de árboles de gran valor
agroforestal en África occidental y central; la investigación y el desarrollo de cultivos forrajeros
resistentes a la salinidad, y técnicas de riego con agua salada en Asia occidental y el norte de África.
Asimismo, la investigación respaldada por el FIDA se ha centrado en la búsqueda de sinergias
entre los conocimientos indígenas/locales y la investigación científica aplicada, así como en la
promoción, a esos efectos, de procesos de aprendizaje en la práctica que fomenten el
empoderamiento. En fecha reciente, el FIDA se ha dedicado mucho a fomentar la capacidad
científica e influir en la reforma normativa e institucional para facilitar la adopción de mejores
respuestas a las amenazas que plantea el cambio climático, así como a contribuir en la transición
hacia la aplicación de mejores prácticas de gestión de la tierra.

Diversificación económica
La diversificación económica resulta cada vez más importante como estrategia de adaptación, por
cuanto aumenta la resistencia económica y disminuye la dependencia de sectores económicos
vulnerables al clima. La mayor diversificación de las estrategias de fomento de los medios de vida
puede generar mejores ingresos y disminuir el riesgo que afronta la población pobre, cuyos medios
de vida se basan en gran medida en los recursos naturales. El FIDA ha adquirido considerable
experiencia en materia de enfoques de diversificación mediante intervenciones sobre financiación
rural y comercialización, componentes esenciales que pueden hacer de tales enfoques ya sea un
éxito o un fracaso. Entre los ejemplos de iniciativas respaldadas por el FIDA se cuentan: la
diversificación para apartarse de los cultivos que requieren un uso intensivo de agua, como el
azúcar en Mauricio; la creación de nuevas cadenas de valor derivadas de productos arbóreos en
zonas áridas de África meridional, en el marco de proyectos dirigidos fundamentalmente a
mujeres, y la promoción del turismo rural en América Latina a fin de reducir la dependencia de los
productos agrícolas y efectuar una transición a actividades no agrícolas.

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Fenómenos extremos y preparación para afrontar los riesgos ocasionados por el clima
    Una esfera importante en materia de adaptación es la comprensión del impacto de la variabilidad
    climática y los fenómenos extremos que se están produciendo y se producirán, y de la
    vulnerabilidad ante ellos, así como las repercusiones que tienen para el desarrollo sostenible. Las
    pruebas científicas apuntan a que el cambio climático provocado por el hombre es la causa
    subyacente del aumento de fenómenos hidrometeorológicos durante la última década. Responder
    al cambio ambiental, que se traduce en sequías e inundaciones, ha sido una característica de
    muchos proyectos del FIDA desde que se constituyera la Organización. En los últimos tiempos, las
    inversiones del FIDA se han centrado explícitamente en distintos aspectos relacionados con la
    gestión en caso de catástrofe; por ejemplo, la elaboración de un sistema de alerta temprana en
    Etiopía, la rehabilitación de ecosistemas en Sri Lanka, y el establecimiento de un fondo de
    emergencia contra dzud (tormentas invernales de gran magnitud) en Mongolia. Las otras
    inversiones que está preparando el FIDA irán dirigidas a sufragar la preparación ante fenómenos
    meteorológicos extremos y riesgos climáticos: por ejemplo, un proyecto de seguro contra riesgos
    climáticos basado en índices para China, e infraestructura resistente a los riesgos climáticos, como
    caminos anegables en Bangladesh y carreteras a prueba de ciclones en Madagascar.

    Planificación y aplicación de medidas integradas de adaptación
    El FIDA aún no ha elaborado un enfoque global con respecto a la planificación de las medidas de
    adaptación. Sin embargo, muchas de las actividades y enfoques respaldados por el FIDA revisten
    un interés directo para la formulación de un enfoque claro en materia de planificación de medidas
    de adaptación. Por ejemplo, en varios proyectos del FIDA se han adoptado enfoques integrados
    eficaces en relación con el desarrollo agrícola. Estos enfoques están constituyendo vías adecuadas
    para hacer frente a la complejidad y el cambio, lo que resultará valioso para las iniciativas de
    adaptación. Entre ellos figuran una donación en apoyo de enfoques y técnicas agrícolas basados en
    la conservación como medida de adaptación al cambio climático, y un proyecto cofinanciado por
    el FMAM en Kenya destinado a aumentar la resistencia del ecosistema al estrés humano y natural.
    Dado que toda estrategia de adaptación eficaz tendrá que promover un amplio cambio social, otra
    novedad reciente ha sido la transformación de algunos proyectos de intervenciones técnicas en
    intervenciones sociales o de procesos. Por ejemplo, en la segunda fase de un programa sobre árboles
    autóctonos en África occidental y central, las actividades se orientarán a cuestiones
    socioeconómicas y al fomento de la capacidad en lugar de centrarse en los aspectos tecnológicos.
    Como el cambio climático hará aumentar las posibilidades de que se produzca una migración
    forzada en gran escala, las experiencias del FIDA en cuanto a manejo de conflictos son también
    pertinentes para responder al cambio climático, especialmente las medidas tendentes tanto a
    reducir los conflictos que plantea la escasez de recursos naturales como a acoger a grandes
    cantidades de personas desplazadas internamente y refugiados debido a problemas ambientales.

    Mitigación
    Varias de las actividades que suele respaldar el FIDA son importantes por lo que respecta a la
    mitigación: forestación y reforestación; mejores prácticas de gestión de tierras, como la labranza de
    conservación y la agrosilvicultura; rehabilitación de cultivos degradados y tierras de pastoreo;
    rehabilitación de pastizales para mejorar la productividad, y prácticas de gestión del ganado. Todas
    estas actividades pueden contribuir considerablemente a mejorar la capa vegetal del suelo y reducir las
    emisiones de carbono en cuanto estrategias de mitigación. La experiencia del FIDA con los pequeños
    agricultores y las comunidades rurales constituye una base valiosa para el diseño de mecanismos
    financieros e institucionales que ofrezcan los debidos incentivos a fin de reducir las emisiones que
    generan la deforestación y la degradación forestal, que se incluirán en el régimen climático posterior al
    Protocolo de Kyoto. El FIDA está adquiriendo paulatinamente más experiencia respecto de los
    proyectos de pagos por servicios ambientales (PSA) y los proyectos sobre energía no contaminante.
    Últimamente, diseña donaciones para financiar enfoques integrados de mitigación y adaptación, como
    las concedidas al Centro Mundial de Agroforestería (ICRAF) a fin de ampliar el alcance de estrategias
    locales innovadoras en la región saheliana de África occidental con las que se pueda responder a los
    efectos negativos del cambio climático en los medios de vida de las comunidades rurales pobres y
    mitigar tales efectos.

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Enseñanzas derivadas
del examen

Del presente examen de las actividades del FIDA en apoyo de la adaptación al cambio climático y
su mitigación se desprendió una serie de enseñanzas, así como oportunidades para integrar la
adaptación al cambio climático en las operaciones del Fondo.
• Los principios de actuación son propicios para la planificación de medidas de adaptación. Los
   principios de actuación del FIDA, a saber, la participación, la incorporación de cuestiones de
   género, la evaluación de la vulnerabilidad y el fomento de la capacidad, sitúan a la
   organización en una buena posición para centrarse aún más en la planificación y realización de
   actividades que respondan al cambio climático.
• Las actividades previstas para afrontar los riesgos y la variabilidad climáticos respaldan las medidas de
   adaptación al cambio climático. Muchos proyectos del FIDA se han diseñado con el fin de
   promover las sinergias entre el cambio climático y la desertificación, por medio de
   intervenciones tales como la conservación del suelo y el agua, la agrosilvicultura y la
   diversificación económica. Estas actividades guardan un nexo importante con la adaptación al
   cambio climático. Existen asimismo importantes sinergias entre las respuestas a la
   desertificación y la adaptación al cambio climático. La importante experiencia acumulada por
   el FIDA en materia de lucha contra la desertificación ofrece una plataforma adecuada para
   mejorar su respuesta al cambio climático.
• La prestación de apoyo a los pueblos indígenas puede reforzar la capacidad de adaptación de éstos. Tal
   apoyo comprende el fortalecimiento del proceso de concesión de títulos de propiedad de la
   tierra y los derechos de acceso de los pueblos indígenas a sus recursos naturales, así como
   mejoras de los sistemas productivos autóctonos adaptados al estrés climático gracias a un
   mayor acceso a la comercialización, la infraestructura, la investigación y el desarrollo y la
   transferencia de tecnología.
• Las recompensas en relación con bienes y servicios ambientales son fundamentales para lograr medidas
   de mitigación que favorezcan a los pobres. La promoción de la gestión integrada de ecosistemas y
   los mecanismos de recompensa por los servicios ambientales que presta la población rural
   pobre son fundamentales para lograr medidas de mitigación favorables a los pobres,
   especialmente en vista del acuerdo posterior al Protocolo de Kyoto y de la importancia que
   están adquiriendo ciertos mecanismos innovadores, tales como el Programa de reducción de
   las emisiones debidas a la deforestación y la degradación forestal en los países en desarrollo
   (REDD) en el plano internacional.
• La gestión de los conocimientos dirigida a transformar la experiencia en conocimientos, que se
   compartirán con los asociados, constituye un elemento básico para el FIDA a fin de mejorar la eficacia
   del desarrollo. La documentación y difusión sistemáticas de las mejores prácticas y enseñanzas
   extraídas en el contexto de la respuesta al cambio climático son importantes enfoques de
   gestión de los conocimientos que la Organización debe recalcar. La investigación y el diseño
   participativos, y la fusión de conocimientos tradicionales y científicos son estrategias de
   fomento de los conocimientos locales y aprovechamiento de las sinergias entre los distintos
   tipos de conocimientos que ayudan a la población rural pobre a adaptarse a los efectos
   adversos del cambio climático.
• Las donaciones del FIDA en apoyo de la adaptación al cambio climático tienen gran potencial de
   ampliación. Una novedad importante de las últimas inversiones del FIDA es la utilización del
   mecanismo de concesión de donaciones para promover actividades dirigidas a la adaptación al

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cambio climático. En muchos casos, tales actividades están relacionadas con la aplicación por
       medio del aprendizaje en la práctica, lo cual resulta valioso para ampliar las medidas de
       adaptación al cambio climático, en vista de la urgencia que reviste la adopción de medidas y la
       incertidumbre con respecto al impacto y los efectos de éstas en la resistencia.

    Además de las enseñanzas extraídas, el estudio reveló una serie de deficiencias en la respuesta del
    FIDA al cambio climático:
    • Recolección, intercambio y uso de datos en los procesos de planificación: Dada la colaboración que el
       FIDA ha establecido de larga data con los agricultores y los usuarios de los recursos en zonas
       rurales, y el apoyo que les ha prestado durante ese tiempo, cabe que aumente su contribución a
       fin de mejorar la recolección, la gestión, el intercambio y el uso de datos derivados de la
       observación y demás información pertinente sobre la variabilidad y el cambio climáticos, así
       como el acceso a tales datos.
    • Tecnologías apropiadas: Si bien la población rural pobre a menudo conoce las tendencias que
       genera el cambio climático, a saber, una mayor variabilidad de las precipitaciones y un retraso en
       el comienzo de la temporada de lluvias, en los proyectos del FIDA no se han incluido, en general,
       enfoques dirigidos a ayudar a los usuarios de recursos locales a hacer un mejor seguimiento de las
       tendencias climáticas, como la vigilancia comunitaria de las precipitaciones y la temperatura. Una
       buena manera de que los medios de vida sean más resistentes al clima consiste en formular
       tecnologías apropiadas para la observación y el seguimiento sistemáticos de la variabilidad y el
       cambio climáticos por parte de los agricultores o los usuarios de los recursos.
    • Actividades de investigación en apoyo de la adopción de decisiones y la integración: El FIDA ha
       respaldado el ensayo, la adaptación y la difusión de tecnología para hacer frente a la
       variabilidad climática. De este apoyo prestado podrían extraerse valiosas enseñanzas que
       permitirían integrar medidas de adaptación al cambio climático. No obstante, la investigación
       no se ha centrado concretamente en tal adaptación. Ante la probabilidad de que el impacto del
       cambio climático se acelere en los próximos años, será necesario, para salvar esa brecha,
       realizar actividades de investigación que sustenten la adopción de decisiones acerca de la
       adaptación al cambio climático, la gestión de los riesgos ambientales y la integración con el
       desarrollo sostenible.
    • Poner énfasis en la mitigación y la gestión de los riesgos: Tal como ha reconocido en fecha reciente,
       el FIDA necesita poner mayor énfasis en la preparación para afrontar los riesgos y la labor de
       gestión de riesgos, centrándose particularmente en los sistemas de alerta temprana y en los
       planes de garantías para el seguro de los cultivos y el ganado, que tienen gran potencial para
       permitir que los agricultores (y no los terratenientes) se recuperen de las pérdidas sufridas y
       estabilicen sus ingresos.
    • Los nexos del cambio climático en las evaluaciones de la vulnerabilidad: El establecimiento de nexos
       entre las causas de la vulnerabilidad a la variabilidad climática y el cambio climático se ha
       producido en mayor medida en las regiones en que suelen producirse fenómenos climáticos
       extremos, como sequías e inundaciones. Cabe mejorar el establecimiento de nexos climáticos
       en las evaluaciones de la vulnerabilidad.
    • Integración de las medidas de adaptación y mitigación para lograr el máximo impacto: La experiencia
       de integración de las medidas de adaptación y mitigación para lograr el máximo impacto en el
       fortalecimiento de la resistencia de las comunidades rurales pobres no es mucha. La experiencia
       del FIDA podría aprovecharse más. El FIDA presta gran apoyo a la investigación en favor de los
       pobres a fin de aumentar la resistencia de los pequeños productores a la variabilidad climática.
       La prestación de apoyo en este sentido es otro elemento valioso que debe incrementarse en la
       respuesta que dé la Organización al cambio climático.
    • Posibilidad de que las medidas de adaptación sean poco oportunas: En este estudio se han destacado las
       posibles medidas de adaptación y los riesgos potenciales, en el marco de las operaciones del
       FIDA. La Organización se enfrenta a un riesgo importante: la posibilidad de adoptar medidas de
       adaptación poco oportunas debido al tipo de actividades que apoya. No puede darse por sentado
       que los aspectos positivos de la actual respuesta del FIDA conduzcan automáticamente a las
       mejores opciones en materia de adaptación; éstas exigirán una atención concertada al respecto.

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Recomendaciones
estratégicas

Tras hacer un análisis de los documentos sobre proyectos del FIDA relativos a 181 préstamos y
718 donaciones, en el estudio se formula una serie de recomendaciones estratégicas destinadas a que el
FIDA refuerce su capacidad de integrar medidas de adaptación al cambio climático en sus operaciones:

Garantizar que la estrategia propuesta para hacer frente al cambio climático, que se formulará
como seguimiento de la Octava Reposición de los Recursos del FIDA, se vincule con una mejor
aplicación de los nuevos procedimientos de evaluación ambiental y social presentados a la Junta
en abril de 2009. Si bien es importante que la Organización formule una estrategia para hacer frente
al cambio climático, tal estrategia debe vincularse con los procedimientos de evaluación ambiental y
social actualizados. Debe prestarse atención a las vías por las que puede mejorarse la aplicación de
esos procedimientos, a la manera de concienciar eficazmente acerca del cambio climático, y a las
formas de aplicar la estrategia. La definición de una estrategia de adaptación clara incrementaría
asimismo el acceso del FIDA a los recursos financieros, entre ellos, el Fondo para los países menos
adelantados, el Fondo especial para el cambio climático y el Fondo de adaptación. A estos efectos se
formulan las siguientes recomendaciones:
• Elaborar una nota de orientación del FIDA y el correspondiente instrumento de apoyo para proporcionar
    información sencilla y un enfoque sistemático destinados a los equipos de formulación de
    proyectos y demás personal sobre el cambio climático, con indicaciones claras de los países y
    regiones ecológicas más vulnerables al cambio climático.
• Asignar suficientes recursos para llevar a cabo una evaluación ambiental estratégica selectiva que
    fundamente el diseño de los COSOP basados en los resultados, haciendo especial hincapié en los
    aspectos relacionados con el cambio climático.

Lograr una mayor conexión entre las actividades de los proyectos y la variabilidad y el cambio
climáticos. Como se desprende de este examen, en muchas actividades financiadas por el FIDA se
incluyen medidas de adaptación, si bien éstas no integraban los objetivos de tales actividades. Una
manera de mejorar los resultados es promover que los proyectos prevean nexos entre sus actividades
ordinarias y el cambio climático o una mayor variabilidad climática, para lo cual se formulan las
siguientes recomendaciones:
• Crear mayor conciencia sobre el cambio climático por medio de mecanismos de divulgación eficaces, como
    plataformas de aprendizaje, sesiones de capacitación y seminarios (por ejemplo, el proyecto de
    capacitación CLIMTRAIN ofrecido por la Dependencia de Medio Ambiente Mundial y Cambio
    Climático del FIDA). A raíz de los cambios que se introdujeron en el proceso de mejora de la calidad,
    los gerentes de programas en los países (GPP) asumirán ahora la responsabilidad de supervisar
    directamente los proyectos; por lo tanto, éstos pasan a ser un grupo objetivo importante. No
    obstante, en las experiencias de capacitación más recientes se ha destacado la necesidad de contar con
    medios más eficaces para aumentar la participación de los GPP. Para lograrlo, puede comenzarse por
    crear una “canasta de opciones” como parte de la capacitación de los GPP, entre otras vías. Es
    importante asimismo promover actividades en los países (como la capacitación del personal de los
    proyectos, la celebración de consultas y la realización de actividades de concienciación con las partes
    interesadas) y colaborar con otros asociados por lo que respecta al fomento de la capacidad de
    afrontar el cambio climático a fin de mejorar la eficacia global del desarrollo.
• Instar a que los proyectos incluyan nexos con intervenciones destinadas a afrontar el cambio climático en curso o
    previstas en sus respectivas esferas. Para crear una masa crítica de organizaciones y medidas de adaptación
    al cambio climático, un punto de partida sería buscar sinergias con proyectos piloto en curso
    –enmarcados en los programas nacionales de adaptación (PNA)– o con actividades realizadas por
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organizaciones internacionales y nacionales centradas en el cambio climático. Como primera medida
         sería importante determinar qué organizaciones están realizando una labor de sensibilización sobre el
         cambio climático y crear asociaciones con tales organizaciones, así como sensibilizar a los equipos de
         los proyectos. Este mecanismo de establecimiento de nexos podría integrar una propuesta de conjunto
         de medidas que se incluirían en las intervenciones de capacitación (por ejemplo, con los GPP).
     •   Fortalecer el proceso de evaluación de la vulnerabilidad en el diseño de los proyectos, asegurándose de
         que en ellos se establezcan nexos concretos con la creciente variabilidad climática y se pongan de
         relieve los grupos más vulnerables a los riesgos climáticos. Para ello, podría promoverse la
         adopción de enfoques de fomento de medios de vida sostenibles, centrándose en las fortalezas,
         las vulnerabilidades y las estrategias de promoción de los medios de vida de forma integrada, con
         lo que se proporcionaría una plataforma para formular estrategias de creación de resistencia para
         la adaptación al cambio climático.
     •   Integrar hipótesis climáticas en las actividades de los programas. Conviene instar a que se produzca tal
         integración en los proyectos en curso que vayan a continuar aún por períodos de tiempo
         significativos durante la revisión de mitad de período o la siguiente revisión anual, y suministrar
         fondos discrecionales a tales efectos. Los nuevos proyectos deberían diseñarse conforme a las
         mejores previsiones disponibles para los casos de que se trate, y esto debería constar en la
         estrategia del FIDA sobre el cambio climático.
     •   Fortalecer el elemento del clima en los procesos normativos y de planificación nacionales. Muchos proyectos
         del FIDA arrojan valiosas enseñanzas sobre el cambio climático en apoyo de procesos nacionales
         normativos y de planificación. No obstante, dado que no se han establecido nexos deliberados entre
         las actividades pertinentes y el cambio climático, tampoco se han proporcionado los insumos
         efectivos necesarios para integrar consideraciones sobre el cambio climático en procesos tales como
         los documentos de estrategia de lucha contra la pobreza (DELP) y los PNA. El FIDA y otros asociados
         deben buscar formas innovadoras de fomentar la capacidad nacional y local. Debería alentarse
         decididamente a los coordinadores de proyectos a que establezcan tales nexos.
     •   Someter a prueba un programa de integración del cambio climático focalizado en un pequeño número de
         países. Tal ensayo podría realizarse, por ejemplo, en cinco países que los GPP hubiesen seleccionado
         en función de su interés y pertinencia por lo que respecta a los riesgos y la vulnerabilidad
         climáticos. Tras una labor inicial de sensibilización de los equipos de formulación de los programas
         en los países y un taller que tratara de la “canasta” de opciones en materia de adaptación y
         mitigación (que incluyera las recomendadas en el presente informe), el ensayo podría realizarse
         como un proceso de aprendizaje en la práctica, que brindara la posibilidad de aprender entre países
         y proyectos. Los elementos que hubiesen resultado eficaces podrían repetirse de manera más
         generalizada. El proceso debería vincularse con la disponibilidad de un mayor número de recursos
         financieros adicionales para los países participantes a fin de aplicar las prioridades en materia de
         cambio climático definidas durante las etapas iniciales del proceso piloto.

     Intensificar la prestación de apoyo en favor de medidas eficaces de adaptación y mitigación, y
     perfeccionar tales medidas. En el estudio se definen varios enfoques e intervenciones sectoriales que
     respaldan la adaptación al cambio climático y su mitigación. Tales intervenciones requieren la
     prestación de apoyo continuo y un perfeccionamiento. Por perfeccionamiento se entiende la
     necesidad de establecer nexos más sólidos entre la pobreza y los servicios ambientales, así como una
     mejor integración de la variabilidad climática y previsiones climáticas de menor escala. Las
     recomendaciones que se formulan a este respecto son las siguientes:
     • Formular mecanismos financieros innovadores en favor de los pobres. Sería conveniente llevar a cabo
         una investigación de políticas para definir los mecanismos de mitigación adaptados y dedicados
         a la población rural pobre, esto es, mecanismos concretos adaptados a los pueblos indígenas, y
         que recompensen a las comunidades rurales por los servicios ambientales que prestan o podrían
         prestar. La investigación debería centrarse en la manera de respaldar políticas adecuadas
         favorables a los pobres, de modo que se logre un flujo de fondos relativos a las emisiones de
         carbono y tecnologías que mejoren, midan y vigilen la captura y almacenamiento de carbono.
     • Ampliar el apoyo a la investigación sobre medidas de adaptación en favor de los pobres. Convendría
         continuar y ampliar la prestación de apoyo a las actividades de investigación pertinentes, y
         perfeccionarlas, de modo que sustenten la toma de decisiones sobre la adaptación al cambio
         climático, la gestión del riesgo ambiental y la integración de dicho riesgo con el desarrollo sostenible.
     • Seguir prestando apoyo a la diversificación económica. Se debería seguir prestando apoyo a

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actividades relativas a la diversificación económica como forma básica de mejorar los medios de
    vida y aliviar la presión que se ejerce sobre los recursos naturales, así como sobre los mercados y
    la microfinanciación, elementos esenciales para desbloquear tales oportunidades. Tal apoyo
    debería estar vinculado de manera explícita y no casual a la adaptación.
•   Seguir apoyando los derechos a la tenencia de la tierra. Habría que reforzar la focalización en
    garantizar los derechos territoriales de los pueblos indígenas y otros grupos marginados, como
    medida fundamental tanto en favor de la adaptación como de la mitigación. Una vez más, tal
    apoyo debería estar vinculado de manera explícita y no casual a la adaptación.
•   Aumentar el énfasis que se pone en la preparación para afrontar riesgos y en la gestión del riesgo. Tal
    énfasis debería centrarse en los planes de microseguros, que tienen gran potencial en materia de
    fomento de medios de vida sostenibles para la población rural pobre. También se deberían
    explorar los instrumentos de préstamos y donaciones del FIDA, así como las asociaciones creadas
    con distintas fundaciones para formular y ampliar planes de microseguros que sustenten la
    gestión del riesgo. La mejora de los incentivos en el uso de bienes y servicios ambientales tendrá
    distintas consecuencias en los distintos casos.

Fortalecer el seguimiento y la presentación de informes relativos a la integración del cambio
climático. Para garantizar la capacidad de aprender de las realidades sobre el terreno, el FIDA debería
introducir un marco de seguimiento y presentación de informes sobre los resultados por el que se
haga un seguimiento de las realizaciones del FIDA, se controlen los avances y se informe
regularmente al respecto en distintos niveles.
• Fortalecer el seguimiento y evaluación (SyE) de los efectos relacionados con el clima. En el marco de los
    sistemas operacionales generales de SyE, sería oportuno indicar que en los programas y proyectos
    deberían formularse indicadores que permitieran hacer el seguimiento de los efectos relacionados
    con el cambio climático. Es posible que esta labor tenga que realizarse en el marco del sistema de
    mejora de la calidad revisado. El sistema debería constar de un SyE participativo, que contribuya
    a un enfoque de aprendizaje en la práctica en distintos niveles –subnacional, nacional e
    institucional mundial–.
• Fortalecer la presentación de informes y la divulgación de los resultados y efectos en relación con el cambio
    climático. Los informes de los préstamos y donaciones sobre los efectos relacionados con el clima
    deberían compilarse regularmente y difundirse para ayudar a aportar la visión de la población rural
    pobre y de los países en desarrollo en los debates y negociaciones mundiales; por ejemplo, en la
    formulación de hipótesis socioeconómicas y la elaboración de modelos de evaluación integrados.

Intensificar el apoyo a intervenciones de reforma normativa e institucional relacionadas con el
cambio climático. En los últimos años, el FIDA ha reorientado su labor también en el sentido de
hacer mayor hincapié en las intervenciones relativas a la esfera normativa, de conformidad con la
Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo. El impacto desde el punto de vista
normativo es un factor fundamental para garantizar un efecto a largo plazo de las intervenciones.
• Promover mayores aportaciones en la esfera normativa de los países en relación con el cambio climático. Hay
   que tener en cuenta la facilitación de incentivos y la elaboración de un programa de apoyo (que
   cuente con los debidos recursos) para el personal en los países a fin de ampliar y profundizar la
   capacidad nacional en materia de promoción de políticas sobre el cambio climático. Conviene
    asegurarse de que se lleve un registro de las enseñanzas adquiridas, a modo de síntesis regional y
    mundial, y que éstas contribuyan a los debates y negociaciones mundiales. La evaluación ambiental
    estratégica (EAE) será un instrumento útil para definir esferas de diálogo sobre políticas.

La adaptación al cambio climático ofrece una oportunidad convincente para acelerar los avances hacia
un objetivo que suele declararse, pero que apenas se ha conseguido hasta la fecha: el de promover un
desarrollo sostenible y cumplir el objetivo fijado en el Marco Estratégico del FIDA (2007-2010), a saber,
que las mujeres y los hombres pobres del medio rural de los países en desarrollo estén empoderados
para mejorar sus ingresos y su seguridad alimentaria. El FIDA presenta una ventaja comparativa al
trabajar en relación con el desarrollo rural sostenible, la gestión integrada de los recursos naturales y la
lucha contra la degradación de la tierra. Los efectos del clima plantean un desafío a las actividades del
FIDA, por cuanto entrañan más riesgos para los proyectos, y aumentarán también la vulnerabilidad de
las comunidades beneficiarias y de los ecosistemas de que dependen. Lo que está claro es que el enfoque
del FIDA respecto del cambio climático debe arraigarse firmemente en sus competencias básicas,
integrarse en sus procesos operacionales y vincularse estrechamente con sus principales productos.
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Conclusiones

     En este estudio se han explorado muchas actividades respaldadas por el FIDA, con el fin de definir
     aquellas que fomentan la capacidad de la población rural, especialmente de la población más
     vulnerable, para adaptarse al cambio climático. El examen y análisis de la cartera indica que los
     riesgos que plantea el cambio climático a largo plazo rara vez se han mencionado explícitamente en
     los documentos sobre proyectos del FIDA. Sin embargo, muchas de las inversiones del FIDA tratan
     efectivamente de la variabilidad climática e incluyen actividades de gestión de la tierra sostenibles,
     que intensificarán la capacidad de las estrategias de supervivencia de reducir la vulnerabilidad a los
     riesgos que entraña el clima. Tales actividades pueden estar orientadas hacia la tecnología o pueden
     ser de desarrollo institucional y social; en algunos casos suponen cierta investigación e incluyen
     metodologías innovadoras, y en otros apoyan iniciativas de mitigación. Si bien cada vez es mayor el
     número de proyectos respaldados por el FIDA que incluyen elementos sobre cuestiones relacionadas
     con la adaptación al cambio climático, se plantea una dificultad importante, a saber, la
     optimización de todas las actividades del FIDA en los países de modo que los programas y
     proyectos no sólo se diseñen sistemáticamente partiendo de una comprensión de los efectos
     potenciales del cambio climático, sino que también se tengan en cuenta.
         Un examen interno de los proyectos que reciben apoyo del FIDA reveló la existencia de cuatro
     tipos de actividades relacionadas con la adaptación: a) la mejora de las técnicas y tecnologías
     agrícolas; b) el fomento de la gestión comunitaria de los recursos naturales; c) el fortalecimiento de
     los mecanismos de supervivencia y la preparación para afrontar los riesgos a fin de mitigar el
     impacto de las catástrofes, y d) la diversificación de los medios de vida para reducir los riesgos
     (FIDA, 2008h). En este estudio se apoyan estas cuatro esferas y se amplían, además de destacarse
     esferas más concretas de ventajas comparativas del FIDA, que exceden de las categorías amplias de
     degradación de la tierra, desarrollo rural sostenible y gestión integrada de los recursos naturales.
         A pesar de que todos los elementos antes mencionados proporcionan sin duda una importante
     base para afrontar el cambio climático, las principales esferas concretas adicionales de la experiencia
     del FIDA que se definen en este estudio son las siguientes:
     • la manera de proceder del FIDA, que se basa en sus principios de actuación y en el énfasis que
         pone en los conocimientos indígenas y locales, el empoderamiento local y el fomento de la
         capacidad;
     • un apoyo a las intervenciones que combina conocimientos tradicionales y científicos;
     • una adopción cada vez mayor de un enfoque de investigación-acción y aprendizaje en la
         práctica;
     • la financiación de investigación agrícola de gran interés para el cambio climático, y
     • una serie de modos de planificación y aplicación integrados pertinentes, como la promoción de
         enfoques agrícolas integrados, el manejo de conflictos y el apoyo a las personas desplazadas.

     Este último aspecto será importante en zonas donde la migración es la estrategia de supervivencia más
     utilizada o en las que ésta se vuelve inevitable debido, por ejemplo, al aumento del nivel del mar. La
     manera en que el FIDA se ocupa del fomento de la capacidad y del fortalecimiento institucional
     –véanse, por ejemplo, los servicios de extensión y de asesoramiento– también forma parte de su
     ventaja comparativa y debe aumentarse al máximo en el marco de un enfoque global de adaptación.
         Cuando se aplican medidas de adaptación, resulta fundamental crear capacidad de adaptación a
     nivel local, nacional y regional y reconocer, asimismo, los bajos niveles de capacidad que tienen los
     países en desarrollo para conseguir financiación adicional que les permita hacer frente a la adaptación
     al cambio climático. Lo que es importante es que la Organización dé prioridad a la aplicación de
     medidas de adaptación prácticas, eficaces e imperiosas, y que las apoye. Además, el grado en que la
     Organización puede incorporar prácticas ambientales y sostenibles de gestión de los recursos naturales
     es importante para crear una plataforma sólida desde la que se inicie un proceso de integración del
     cambio climático. En este sentido, será importante que la labor del FIDA en materia de cambio
     climático sea intencional y sistemática, sin lo cual será imposible la labor de integración.

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Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados
los datos que contiene no suponen, de parte del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de
las Naciones Unidas, juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades o
zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. Las
denominaciones “países en desarrollo” y “países desarrollados” se utilizan a efectos
estadísticos y no expresan necesariamente un juicio acerca de la fase alcanzada por un
determinado país o zona en el proceso de desarrollo.
Esta publicación o cualquier parte de la misma podrá reproducirse sin autorización previa del
FIDA, siempre que el texto que se reproduzca sea atribuido al FIDA, con indicación del título
del documento, y que se envíe al FIDA un ejemplar de la publicación en que aparezca.

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