CINISMO Y QUINISMO: DOS ACTITUDES EN LA CONCEPCIÓN DE LAS LENGUAS EN CATALUÑA - Revistas UM

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Revista de Investigación Lingüística, 23 (2020)
  ISSN: 1139-1146
  Universidad de Murcia

  CINISMO Y QUINISMO: DOS ACTITUDES EN LA
  CONCEPCIÓN DE LAS LENGUAS EN CATALUÑA

                                                                  Daniel Pinto Pajares
                                                                       Universidad de Vigo
                                                                danielpinto_92@hotmail.es

  Resumen                                            Abstract
  El cinismo y el quinismo son actitudes anti-       Cynicism and kynicism are antithetical at-
  téticas que pueden materializarse discursi-        titudes which can discursively materialize
  vamente a través del grado de opinión de la        through the opinion degree of the epistemic
  modalidad epistémica. En este trabajo pro-         modality. In this paper, we propose four ar-
  ponemos cuatro enunciados arquetípicos que         chetypical statements representing several
  representan múltiples opiniones respecto a la      opinions regarding the suitability and incon-
  idoneidad o inconveniencia de que el catalán       venience of Spanish and Catalan languages
  y el castellano acaparen los espacios y usos       about how they compete to monopolize so-
  sociolingüísticos en Cataluña y en las cuales      ciolinguistic domains and uses in Catalonia.
  están presentes los componentes cínico y quí-      Cynical or kynical components are made
  nico. Estos elementos, que privilegian a una u     clear in these sentences. These elements,
  otra lengua, no aparecen aisladamente, sino        which favour one or another language, do
  que se da una lucha entre ambas actitudes en       not appear in isolation, but there is a struggle
  la que una de ellas matiza la efectividad de       between both attitudes in which one of them
  la otra. Tomamos la perspectiva del Análisis       nuance the effectiveness of the other one.
  Crítico del Discurso porque las ideologías         We take the Critical Discourse Analysis sin-
  que reproducen las relaciones de poder entre       ce the ideologies which reproduce the power
  las lenguas se manifiestan discursivamen-          relations between languages reveal themsel-
  te. Mediante esta perspectiva, dividimos los       ves discursively. Through this perspective,
  enunciados en segmentos separados ideoló-          we divide the sentences into ideologically
  gicamente y señalamos cuál de ellos se ha de       separated segments and we point out which
  atacar para construir ideologías lingüísticas      of them must be attacked to build favourable
  favorables a la lengua minorizada.                 linguistic ideologies to the minoritized lan-
  Palabras clave: modalidad epistémica; Aná-         guage.
  lisis Crítico del Discurso; ideología lingüísti-   Keywords: epistemic modality; Critical Dis-
  ca; tríada discursiva; catalán                     course Analysis; linguistic ideology; discursi-
                                                     ve triad; Catalan language
  Title: Cynisism and kynicism: two attitudes
  that lead to the comprehension of languages
  in Catalonia

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Cinismo y quinismo: dos actitudes en la concepción de las lenguas en Cataluña

1. Introducción

      Las tensiones entre las distintas lenguas e idiosincrasias de España han derivado
en el progresivo fortalecimiento del castellano como lengua hegemónica frente a las
lenguas de los territorios periféricos. La etapa histórica que mejor representa esta tra-
dición, el franquismo, es de sobra conocida por la imposición del castellano y la per-
secución y prohibición de todo rasgo de diversidad lingüística y cultural. En el caso
que nos ocupa, el catalán había estado ligado a una burguesía local pujante desde el
siglo xix, por lo que el franquismo no consiguió desvincular la lengua y la conciencia
nacional catalanas de la perspectiva de progreso socioeconómico (Dowling, 2013).
      Tras la muerte de Franco en 1975, España entra en un periodo transitorio para
homologar el Estado a las demás democracias europeas. En 1978 se ratifica la nueva
Constitución que pretende consensuar las distintas tendencias políticas y naciona-
les. Este texto otorga al castellano la oficialidad en todo el Estado y abre la puerta
a que las distintas Comunidades Autónomas legislen sobre sus lenguas propias. En
Cataluña, el Estatuto de Autonomía de 1979 garantiza la oficialidad y el uso norma-
lizado del catalán y del castellano.
      Inmediatamente, los órganos legislativos de Cataluña ponen en marcha una
serie de medidas de política lingüística con las que promocionar el conocimiento
y el uso del catalán y revertir la brecha generacional, la merma de la cultura escrita
y la práctica social de la lengua (Iglésias, 2019). En estos años, si bien el 97% de los
nativos de Cataluña afirmaba utilizar el catalán en sus interacciones cotidianas, el
principal escollo al que se enfrenta el proceso de normalización lingüística es el alto
ratio de inmigración procedente de territorios castellanohablantes instalados en las
periferias urbanas ante la progresiva industrialización (Shabad y Gunther, 1982).
En la década de 1980, las áreas de segundas coronas metropolitanas de Cataluña
concentran una alta proporción de inmigrantes de primera y segunda generación
fundamentalmente castellanohablantes y solo aproximadamente un tercio de los
cuales recibe mensajes en catalán y reproduce prácticas lingüísticas en esta lengua
con mayor o menor intensidad (Bastardas, 1986).
      Los resultados de esta política han resultado beneficiosos para la vitalidad del
catalán en las últimas décadas: ha aumentado el número de escuelas que ofrece in-
mersión lingüística en catalán, se ha desarrollado terminología moderna gracias a
diversas instituciones filológicas, la administración pública de Cataluña emplea el
catalán como lengua prioritaria y existen medios de comunicación en catalán, entre
otros éxitos (Mar-Molinero, 1994).
      ¿Por qué, entonces, asumimos el catalán como una lengua minorizada si, a la
vista de lo expuesto anteriormente, cuenta con protección oficial y con un proceso

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  potente de normalización lingüística? El compromiso de las instituciones públicas
  de Cataluña parece incuestionable, pero los usos reales de la población sugieren ten-
  dencias por las que la competencia con el castellano hace decrecer su dominio.
        La Enquesta d’Usos Lingüístics de la Població 2018 (Idescat, 2019) aporta da-
  tos reveladores de la situación sociolingüística en Cataluña. Entre otros, la elección
  lingüística en el pequeño y gran comercio pierde paulatinamente usos exclusivos en
  catalán en favor del bilingüismo; las habilidades orales y escritas siguen alcanzando
  cotas más altas en castellano que en catalán, con una diferencia de hasta 32,3 puntos
  porcentuales en favor del castellano respecto al conocimiento de la lengua escrita;
  el 56,4% de la población no tiene interés en aprender el catalán o en mejorar sus
  capacidades.
        Un dato sintomático se encuentra en la elección lingüística cuando una perso-
  na se dirige a un interlocutor en catalán y este le responde en castellano. La tenden-
  cia mostrada en la última década es la pérdida de interlocutores que siguen la con-
  versación en catalán, mientras que esta actitud no se reproduce en el caso inverso:
  cuando una persona se dirige a otra en castellano y esta última responde en catalán,
  existe una mayor proporción de hablantes que se mantienen en el castellano. Esta
  convergencia lingüística se ha detectado desde la década de 1970. La lengua utiliza-
  da por grupos etnolingüísticos heterogéneos dependía de la competencia lingüística
  de los interlocutores castellanohablantes y de su proporción con respecto a los cata-
  lanohablantes en el acto comunicativo (Calsamiglia y Tusón, 1980). No obstante,
  estudios posteriores como el de Boix (1993) daban pie a una interpretación más
  amplia por la que las elecciones lingüísticas en grupos heterogéneos favorecían al
  catalán cuando los contextos de comunicación eran percibidos como institucionali-
  zados y propensos al catalán.
        Actitudes que conducen a la interpretación del castellano como lengua por
  defecto han sido señaladas en investigaciones como la de Boix y De Rosselló
  (2003), que subrayan la predilección del alumnado de la Universitat de Barcelona
  por sustituir el catalán por el castellano cuando hay alumnado extranjero en el
  aula, y en Bretxa y Vila i Moreno (2012), que detectan un descenso en el uso del
  catalán en el paso de la educación Primaria a la Secundaria en favor del bilingüis-
  mo, por lo que la potenciación del bilingüismo no conlleva un aumento del uso
  social del catalán.
        Estas relaciones de desigualdad que convierten al catalán en la lengua mino-
  rizada de Cataluña son proyectadas por estructuras de poder y se plasman discur-
  sivamente. En este trabajo adoptamos el enfoque del Análisis Crítico del Discurso
  —en adelante ACD— para investigar las ideologías lingüísticas que contribuyen a
  sostener o a combatir las relaciones asimétricas entre el castellano y el catalán. Para

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van Dijk, «el ACD está relacionado con el poder y el abuso de poder y cómo es-
tos son producidos por el texto y el habla» (2004: 11). El ACD analiza las formas
discursivas creadas por los grupos dominantes para averiguar cómo mantienen y re-
producen relaciones de desigualdad en la sociedad, del mismo modo que centra su
atención en la oposición discursiva de los grupos dominados por esta desigualdad.
La orientación del posicionamiento personal del hablante implica conceder a una u
otra lengua el privilegio de aparición en los diferentes espacios y usos sociales. Sin
embargo, las ideologías que transmiten los sujetos no son del todo uniformes a nivel
discursivo, puesto que la modalidad epistémica encarna un contraste entre dos con-
ceptos: el cinismo y el quinismo (Sloterdijk, 1989).
      Nuestro objetivo es aportar un marco analítico de los discursos construidos
mediante el grado de opinión de la modalidad epistémica y aplicarlo a los discursos
que giran en torno a la idoneidad e inconveniencia de que el castellano y el catalán
predominen en los distintos usos y espacios sociales de Cataluña. Establecemos
cuatro esquemas arquetípicos de análisis discursivo diseñados para este propósito
que ayuden a localizar los diferentes componentes cuya carga ideológica es antité-
tica. La segmentación del discurso permite localizar la impronta de las ideologías
que favorecen el dominio del castellano pues, según cada estructura enunciativa,
adquieren diferentes localizaciones. Conviene señalar que no pretendemos esta-
blecer un análisis exhaustivo de ejemplos concretos que aludan a contextos polí-
ticos, sociales o de otra índole. Más bien, nuestra intención es establecer una serie
de esquemas que sirvan para localizar la impronta ideológica en diferentes partes
del discurso, de modo que sea fácilmente reconocible el componente discursivo
que es necesario potenciar para fomentar una ideología favorable hacia la revita-
lización del catalán.

2. Cinismo y quinismo

      El filósofo alemán Peter Sloterdijk desarrolló en su Crítica de la razón cínica
(1989) una revisión crítica de la sociedad moderna en la que impera una «falsa
conciencia ilustrada» (1989: 40) que la lleva a un estado de cinismo. Esta actitud
se presenta en los individuos que, aun siendo conscientes de las desigualdades so-
ciales, se muestran conformistas con la realidad asumiendo lo que se ha venido
en llamar «mimetismo autoconsciente» (1989: 43). Pese a conocer las implica-
ciones negativas en el escenario público que pueden contener las opiniones que
manifiestan, los individuos las sostienen sin reparo para garantizar su felicidad.
Sloterdijk recoge esta idea en su célebre aforismo «saben lo que hacen, pero lo

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  hacen porque las presiones de las cosas y el instinto de autoconservación […] les
  dicen que así tiene que ser» (1989: 40). El cinismo es una falsa conciencia que
  «saca la conclusión de las “experiencias malas” de todos los tiempos, y solo hace
  valer la indiferencia sin perspectiva de la cruda realidad» (1989: 762). Aunque el
  sujeto cínico es consciente de las estructuras de poder, cabe esperar el triunfo de
  la ideología dominante sobre las racionalidades contrahegemónicas a causa de la
  paralización de la razón. Este triunfo es lo que denominamos «ritual cínico», que
  entendemos como la pulsión de la ideología dominante que lleva a un individuo a
  actuar en consonancia al orden normativo hegemónico.
        En este punto, si bien se podría presumir que no existe lugar para la contes-
  tación, dado que todo el engranaje socio-ideológico parece estar determinado a
  satisfacer los objetivos de la clase dominante, Sloterdijk (1989) no concede una
  integridad exclusiva del cinismo sobre toda la población, sino que sugiere una
  tensión entre el cinismo y su contrario, el quinismo. El autor entiende este con-
  cepto como un comportamiento que, sin implicar ineludiblemente una crítica
  insolente y estruendosa contra el cinismo, es coherente entre las esferas privada y
  pública del sujeto. El quinismo se concibe como un equilibrio entre las creencias
  que construyen los entendimientos personales y las acciones públicas derivadas
  de ellas. Mientras que el cinismo induciría a vivir de una manera opuesta a la que
  se piensa, el quinismo impulsaría la coherencia entre las creencias y las acciones.
  Si anteriormente aludimos al ritual cínico como la pulsión de la ideología domi-
  nante, en este caso introducimos el concepto de «conocimiento quínico» al que
  nos referiremos a lo largo del trabajo. Este elemento representa las racionalidades
  de los hablantes sobre el orden normativo existente que les lleva a tomar cons-
  ciencia ante la minorización lingüística y responsabilizarse mediante sus prácti-
  cas discursivas, a pesar de que sus comportamientos contravengan el orden social
  e ideológico imperante.
        En la obra de Sloterdijk (1989), la conceptualización que se acaba de pre-
  sentar no tiene una aplicación directa sobre los fenómenos lingüísticos. Más bien,
  los trabajos centrados en las aplicaciones prácticas del cinismo y el quinismo se
  refieren al impacto de la ironía y el sarcasmo en los discursos culturales y políticos
  (Allan, 2004). Consecuentemente, consideramos novedoso trasladar esta teori-
  zación a la investigación de un fenómeno sociolingüístico como lo es el conflicto
  entre lenguas dominantes y minorizadas. El horizonte epistemológico de los con-
  ceptos descritos anteriormente brinda la posibilidad de ampliar el marco explica-
  tivo que proponemos en este trabajo.

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3. La tríada discursiva

      En tanto que mecanismos que toman partido por visiones del mundo e ideolo-
gías determinadas, ciertas instituciones y formas de estructuración de la sociedad no
son neutrales y su sesgo ideológico queda plasmado cultural y discursivamente en lo
que se puede decir y lo que no, lo que es moralmente aceptable y censurable. Estos
procesos de configuración social no pueden entenderse sin acudir a las modificacio-
nes en las prácticas discursivas de los hablantes, pues las ideologías derivadas de la
interacción social contribuyen a mantener relaciones de poder (Fairclough, 2003).
El statu quo parecería, por tanto, asegurado a través de los mecanismos discursivos,
pero otros autores representantes del ACD destacan la relativización de esta legiti-
mación. Wodak et al. (2009) señalan que el discurso es constitutivo de la sociedad
en múltiples macrofunciones, de modo que el discurso no solo sería responsable
de construir y perpetuar un orden social desigual, sino que también reúne estrate-
gias de transformación y desmantelamiento en favor de grupos sociales contrarios
o alejados del orden normativo. Por consiguiente, entendemos la potencialidad del
discurso como legitimadora de un orden desigual, pero también como disruptiva y
articuladora de nuevas configuraciones.
      Van Dijk ha utilizado la etiqueta «socio-cognitivo» (2001: 97) para califi-
car el tipo de ACD que realiza y que, precisamente, alude a la característica tríada
discurso-cognición-sociedad que propone. Para este autor (ibid), el discurso está
compuesto por tres elementos: (i) el propio discurso es entendido como un acon-
tecimiento interaccional en sus formas oral y escrita; (ii) la cognición se refiere a
cualquier proceso mental que interviene en el discurso, como las creencias, las eva-
luaciones y las emociones; y (iii) la sociedad es asumida como el conjunto de mi-
croestructuras que tienen lugar en las interacciones directas, así como las macroes-
tructuras societales que definen y delimitan grupos sociales, políticos, culturales o
étnicos, entre otros.
      En nuestro caso, analizamos construcciones discursivas arquetípicas en las que
se ponen en relación el castellano como lengua dominante y el catalán como len-
gua minorizada en su pugna por acaparar el escenario sociolingüístico de Cataluña.
En estas proposiciones, se detectan los tres elementos de la tríada discursiva de van
Dijk (2001) para focalizar la atención en el componente que contiene la pulsión
cínica de la ideología dominante y saber cómo atacarla. Ciertos enunciados reflejan
la convicción cínica de un individuo ante la idoneidad de que un espacio o uso sea
ocupado por el castellano, a la vez que se desprende la influencia quínica a través de
la modalidad epistémica que le lleva a suavizar su aserción para no dañar al catalán.
Paralelamente, otras oraciones propuestas implican un posicionamiento quínico y

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  positivo hacia los usos y espacios reservados para el catalán, pero este se ve matizado
  por la pulsión cínica de la ideología dominante.

  4. La modalidad epistémica en el grado de opinión

         El discurso oral y escrito presenta marcas ideológicas que revelan el posiciona-
  miento de las personas enunciadoras con respecto a sus mensajes. La modalización
  discursiva ha dado lugar a diferentes interpretaciones y clasificaciones, pero en todo
  caso alude a «la actitud del sujeto hablante ante el oyente y/o ante el contenido de
  la predicación emitida por él en el enunciado» (Otaola Olano, 1988: 99).
         La certeza y la opinión son posicionamientos adoptados por los hablantes y
  expresados gramaticalmente, pero existe una polarización en estos ejes que implica
  escalas graduales. Para Halliday y Matthiessen (2014), la polaridad gira en torno
  al sí y al no de la validez de la predicación, puesto que la veracidad o la falsedad no
  dependen del enunciado sino de los consensos acordados socialmente.
         En este trabajo construimos una serie de oraciones con la modalidad epistémi-
  ca, que se refiere al nivel de compromiso que el emisor asume respecto a la veracidad
  y certeza de su discurso (Fairclough, 2003). En el estudio de la modalidad epistémi-
  ca, se han propuesto numerosos grados situados entre un polo máximo que denota
  la total seguridad y un polo mínimo en el que se expresan serias dudas respecto a
  la factualidad que expresa el enunciado. Entre ambos extremos cabe una serie de
  posiciones intermedias que no siempre están claras en el estudio de la modalidad
  epistémica. En todo caso, existe cierto consenso a establecer, al menos, las siguientes
  tres categorías: certeza, probabilidad y posibilidad (Halliday y Matthiessen, 2014).
         Concretamente, en este trabajo tomamos el nivel de la opinión, cuya veraci-
  dad no se puede certificar en tanto que el criterio epistémico no actúa sobre su va-
  lidación. En este sentido, algunos autores separan las opiniones y las creencias de
  cualquier forma de conocimiento tales como los juicios de hecho, dado que estos
  sí disponen de métodos por los que su contenido se verifica (van Dijk, 2006). Sin
  embargo, este motivo no es suficiente para sentenciar que las opiniones sean juicios
  falsos, puesto que las proposiciones subjetivas con las que se expresan las creencias
  no dan información sobre la realidad, sino sobre el individuo que percibe sensorial-
  mente esa realidad y que está limitado por su propia naturaleza y estado de concien-
  cia (Laserna, 1985).
         Las técnicas para expresar opinión son variadas en castellano. En nuestro caso,
  hemos elegido un verbo de actitud proposicional, el verbo creer, considerado proto-
  típico de este género y que permite construir proposiciones básicas con un referente

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que representa la entidad correferencial que sostiene una opinión determinada, la
cual se desarrolla en el segundo elemento de la oración en forma de subordinada
sustantiva (de Saeger, 2006).
      En la literatura académica, este verbo tiene dos interpretaciones semánticas:
creencia o evidencia insuficiente y opinión y actitud personal (Arndt, 1987; Come-
saña, 2002; de Saeger, 2006). Estas dos funciones están vinculadas a una posición
sintáctica y una realización prosódica determinadas. La tendencia en castellano es
elidir el sujeto pronominal dado que su identificación es clara mediante las desi-
nencias verbales. No obstante, la variación formal determina valores socioestilísti-
cos concretos. Así, la opción yo creo que denota un posicionamiento personal que
fortalece la carga argumentativa, mientras que la variante morfosintáctica creo que
contiene un matiz semántico de posibilidad que reduce el carácter subjetivo y se
da en interacciones con menor tensión ideológica (Aijón Oliva y Serrano, 2010).
Si estamos tratando el cinismo y el quinismo como actitudes antitéticas, las cons-
trucciones que analizamos posteriormente están formadas mediante la alternativa
yo creo que acompañada de una subordinada sustantiva.
      Asimismo, no solo influye la presencia o ausencia del sujeto, sino que la per-
sona gramatical con la que esté construida la oración hace variar el significado.
Benveniste (1966) apuntó que, si este tipo de verbos cognitivos se conjugan en
primera persona del singular de la voz activa, el significado implica una actitud
personal más fuerte que el significado aportado por otras personas gramaticales
del paradigma.

5. Cinismo y quinismo en la modalidad epistémica

      El cinismo y el quinismo se materializan con diferente intensidad y, especial-
mente, en distintas partes del discurso en función de la lengua a la que se privile-
gie en cada caso. La modalidad epistémica en el grado de opinión puede cumplir
dos funciones. Por un lado, una función cínica por cuanto permite a los individuos
asumir preceptos hegemónicos y cargar contra el catalán aun sabiendo las conse-
cuencias negativas que sufriría, aquello que denominamos «ritual cínico». Por otro
lado, una función quínica en tanto que la expresión lingüística se autocorpora como
la resistencia a los axiomas dominantes, lo que hemos venido en denominar «cono-
cimiento quínico». Mediante la perspectiva del ACD, nos proponemos fortalecer
en el discurso ese conocimiento quínico que representa la responsabilidad social ha-
cia el catalán frente a un ritual cínico que acepta pasivamente el orden sociolingüís-
tico dominante. Las múltiples opiniones en torno a la idoneidad y la inconveniencia

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  de que el castellano y el catalán dominen los espacios sociolingüísticos conducen a
  las siguientes cuatro estructuras arquetípicas en el discurso:

        (1) Yo creo que el catalán no debe aparecer aquí.
        (2) Yo creo que el catalán sí debe aparecer aquí.
        (3) Yo creo que el castellano no debe aparecer aquí.
        (4) Yo creo que el castellano sí deber aparecer aquí.

        Como hemos señalado anteriormente, hemos elegido un verbo prototípico
  que indica un juicio basado en una suposición a partir de datos que se interpretan
  como veraces. La primera persona del singular con la que se conjuga el verbo aña-
  de, por su parte, un matiz semántico de adhesión personal que facilita entender la
  construcción verbal no como una mera suposición, sino como una actitud militante
  del emisor. Tras estos elementos, el objeto directo se desarrolla mediante una subor-
  dinada sustantiva, de manera que la oración queda configurada con una estructura
  sintáctica característica de este tipo de verbos (Comesaña, 2002).
        Dentro de las cláusulas subordinadas, el castellano y el catalán ocupan, cada uno,
  los dos extremos ideológicos: la idoneidad y la inconveniencia de acaparar un espacio
  o uso sociolingüístico determinado. Estas ideologías se materializan a través del verbo
  deóntico deber modalizado en sus formas afirmativa y negativa para abarcar la totali-
  dad de las opciones. Por último, el adverbio deíctico aquí denota los distintos espacios
  y usos en los que el castellano y el catalán compiten por su predominio.
        En estas proposiciones estandarizadas se perciben los componentes de la tríada
  discursiva propuesta por van Dijk (2001): el componente cognitivo, representado
  por el sujeto gramatical que apunta a la introspección del hablante y por un verbo
  de cognición a partir del que no se asume la certeza de lo que se dice; el componente
  social, representado por el rema, la información nueva que designa las lenguas y los
  espacios y usos sociolingüísticos en disputa; y, por último, el propio discurso que
  media entre los dos componentes anteriores y que construye la fantasía ideológica.
  Cabe reiterar el carácter arquetípico de estas cuatro soluciones enunciativas, puesto
  que pretenden ser representativas de la diversidad formal que se encuentra en los
  múltiples tipos de discursos.
        Dependiendo del valor de las cláusulas, ya sean afirmativas o negativas, y del
  estatus de las lenguas, ya sean dominante o minorizada, las funciones cínica y quí-
  nica recaen en diferentes lugares de la enunciación. Estas funciones de la modalidad
  epistémica presentes en los enunciados anteriores se pueden representar esquemáti-
  camente. Para ello, proponemos cuatro plantillas o esquemas elaborados ad hoc para
  encauzar el análisis discursivo:

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      (1) Yo creo que el catalán no debe aparecer aquí
          cognición                      sociedad

    conocimiento quínico               ritual cínico

      (2) Yo creo que el catalán sí debe aparecer aquí
          cognición                      sociedad

         ritual cínico          conocimiento quínico

      (3) Yo creo que el castellano no debe aparecer aquí
          cognición                      sociedad

         ritual cínico          conocimiento quínico

      (4) Yo creo que el castellano sí debe aparecer aquí
          cognición                      sociedad

    conocimiento quínico               ritual cínico

      Para analizar las estructuras planteadas en los enunciados anteriores, cabe sub-
rayar que el espacio o uso sociolingüístico que denota el deíctico aquí implica la
totalidad, o al menos, la mayor parte del escenario simbólico en cuestión.
      La proposición (1) simboliza la subordinación del catalán, dado que la ventaja
recae sobre el castellano, por lo que existe concordancia estructural entre los pares
(1) y (4). El otro binomio de cláusulas, en cambio, restringe el espacio del castellano:
en (2), si el catalán es la lengua que, según la ideología de la persona enunciadora,
debería aparecer en un ámbito determinado, el castellano quedaría relegado; para-
lelamente, en (3), si el castellano no debe aparecer en ese contexto, quien ocupa el
lugar es el catalán. Por consiguiente, los pares (1) y (4), por un lado, y (2) y (3), por
otro, guardan una similitud estructural respecto a las funciones cínica y quínica de
sus elementos.
      Cuando la persona emisora otorga un rol preponderante al catalán y un rango
subordinado al castellano, como se representa en las cláusulas (2) y (3), el compo-

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  nente social, que se refiere a la jerarquía sociolingüística de Cataluña, adopta una
  función quínica en tanto que la actuación o la medida propuesta es contraria a la
  ideología dominante que defiende la omnipresencia del castellano. Sin embargo, la
  ideología lingüística patente en estas proposiciones no es totalmente contrahege-
  mónica, porque de haberlo sido, la modalidad epistémica que atenúa la veracidad
  de la afirmación carecería de sentido y el enunciador habría optado por una marca,
  también epistémica, pero de un mayor grado de adhesión a la veracidad. Al contra-
  rio, en estos dos casos, la modalidad epistémica cumple una función cínica en tanto
  que existe una lucha interna o cognitiva en el individuo entre un conocimiento quí-
  nico que acerca su entendimiento hacia la responsabilidad para con el catalán, y un
  ritual cínico que refleja la pulsión, leve pero existente, de una ideología dominante
  que no comparte.
        Así pues, la marca de modalidad epistémica juega un rol cínico en (2) y (3)
  puesto que la matización expresada por yo creo es precisamente la suavización de
  una ideología lingüística favorable al catalán. En ambos casos, el cinismo recae del
  lado del saber, del lado cognitivo, por lo que todo intento de luchar contra prejui-
  cios lingüísticos que perjudican al catalán y que están construidos con los esquemas
  (2) y (3) ha de centrarse en atacar el componente cognitivo de la enunciación del
  hablante. Si adoptamos el enfoque del ACD para tratar de respaldar la extensión de
  espacios y usos al catalán, ante afirmaciones estructuralmente equiparables a (2) y
  (3) como las que se ilustran a continuación, no se debe atacar el componente social
  sino el cognitivo, ya que este encierra la función cínica y dominante:

        (5) Declarándome crítico con políticas de inmersión lingüística como la cata-
            lana, yo creo que la Administración debe exigir el conocimiento de las len-
            guas cooficiales a sus funcionarios (Fernández, 2013)

        El referente del ejemplo (5) es la disputa por la aparición del castellano y del
  catalán en el ámbito del funcionariado público. Si proponemos dotar al catalán de
  una mayor vitalidad lingüística, previsiblemente aceptaríamos de buen grado la sen-
  tencia anterior dado que se le concede la dignidad de ser un requisito en el contexto
  expuesto. Sin embargo, se puede construir discursivamente una ideología lingüística
  más favorable para el catalán si se asciende en la escala de la modalidad epistémica y
  se alcanza un grado de mayor compromiso con la veracidad de la aserción:

        (6) Declarándome crítico con políticas de inmersión lingüística como la ca-
            talana, ciertamente la Administración debe exigir el conocimiento de las
            lenguas cooficiales a sus funcionarios.

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Cinismo y quinismo: dos actitudes en la concepción de las lenguas en Cataluña

      El ritual cínico representado en primera instancia por yo creo que —propo-
sición (5)—, que implica la pulsión de la ideología favorable al castellano, queda
neutralizado por una fórmula epistémica que promueve una ideología más propicia
para el catalán, tal como un adverbio que denota un mayor compromiso con la fac-
tualidad de lo expresado que observamos en el ejemplo (6). Como se observa, ante
declaraciones del tipo (2) y (3), la fuerza del componente cínico se tiene que com-
pensar utilizando fórmulas epistémicas, como ciertamente, que construyan al emisor
con una postura militante en relación a su aserción.
      Contrariamente, las proposiciones (1) y (4) sitúan al castellano en una posi-
ción ventajosa debido a que el contexto del que se trate quedaría ocupado en buena
medida por él. En la estructura oracional de (1) y (4), el ritual cínico recae en ambos
casos en el componente social, lo cual indica que las estructuras societales en las que
está inmiscuida la persona enunciadora proyectan una fuerte presión que conduce
a subordinar el catalán al castellano en un espacio social concreto, tal como los me-
dios de comunicación, la escuela o las interacciones formales, entre otros.
      Paralelamente a las oraciones (2) y (3), en los casos de (1) y (4) no se despliega
una única ideología, pues de haber sido así, sería más razonable que estas propo-
siciones estuvieran construidas mediante alternativas que denotasen certeza en las
aserciones. El componente social implica una realidad objetivada y, en estos casos,
la objetivación ampara los espacios y usos para el castellano, de manera que los pri-
vilegios con los que cuenta son promovidos como naturales y de sentido común
por parte de diferentes estructuras societales. En cambio, el componente cognitivo
ejerce el rol quínico que atenúa esa ideología lingüística. Dentro del sujeto pensante,
existen unas configuraciones cognitivas que le llevan a dudar de la ideología que está
transmitiendo en su discurso. El grado de opinión de la modalidad epistémica con la
que se construyen (1) y (4) evidencia una lucha interna en el individuo en la que sus
conocimientos quínicos, como sus intuiciones o cierto tipo de creencias encarnadas
discursivamente en el componente cognitivo, cumplen una función de cierto recha-
zo a la ideología dominante.
      Al igual que en (2) y (3) la presión de la ideología dominante no es suficien-
te para que la persona enunciadora renuncie a una ideología contrahegemónica de
respaldo al catalán, en (1) y (4) la pulsión de la ideología lingüística favorable a esta
lengua tampoco es capaz de anular el potencial del ritual cínico. Las marcas modales
en estos dos últimos casos funcionan como matizadores de la ideología dominante,
de manera que, si el cinismo cae en el componente social, es ahí donde se ha de atacar
los prejuicios lingüísticos que subordinan al catalán.
      Respecto a la inmersión lingüística en Cataluña, en Pinto Pajares (2018: 290)
podemos extraer la siguiente afirmación de una persona entrevistada:

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        (7) Me parece discriminatorio y que va contra las libertades y los intereses de los
            alumnos.

        Esta declaración coincide estructuralmente con la cláusula (1) —«yo creo que
  el catalán no debe aparecer aquí»—, de manera que la parte del discurso que habría
  que atacar para tratar de construir una ideología lingüística favorable a esta lengua es
  el componente social, responsable de un ritual cínico. A continuación se proponen
  algunas alternativas para combatir la ideología lingüística que subordina el catalán
  en la escuela pública:

        (8) Al alumnado de Cataluña sí le interesa saber catalán porque es una lengua
            utilizada diariamente.
        (9) El Govern, a fi de facilitar a la població no escolar l’exercici del dret i el compli-
            ment del deure de conèixer el català, ha de garantir […] una oferta suficient
            d’ensenyament del català (Llei 12/2009, Art. 10/4). [El Gobierno, con el
            objetivo de facilitar a la población no escolar el ejercicio del derecho y el cum-
            plimiento del deber de conocer el catalán, ha de garantizar […] una oferta
            suficiente de enseñanza del catalán].

        En (8) y (9) se pretende estructurar una ideología lingüística favorable hacia
  el catalán a partir de la construcción de un nuevo componente social que convierta
  el ritual cínico de (7) en conocimiento quínico. Si solamente nos centrásemos en
  modificar el grado de modalidad epistémica y optásemos por una escala más baja,
  obtendríamos algo como el ejemplo (10):

        (10) Quizás sea discriminatoria (la inmersión lingüística en catalán) y vaya en
             contra de las libertades y los intereses de los alumnos.

        Como se observa, atacar el componente cognitivo es ineficaz aun descendiendo
  el grado de adhesión a la veracidad puesto que el ritual cínico sigue manteniéndose.
  Más bien, los ejemplos (8) y (9) ofrecen dos alternativas con las que se construye un
  nuevo sentido común, un conocimiento quínico que concede un espacio social al ca-
  talán. En (8) se argumenta que la realidad objetiva en Cataluña exige el conocimien-
  to del catalán, por lo que la inmersión lingüística en esta lengua es de gran provecho
  para el alumnado. Por su parte, en el ejemplo (9), que procede de un texto legal, se
  defiende la tesis de que la inmersión en catalán facilita, y no obstaculiza, el correcto
  ejercicio de los derechos y deberes de toda persona que viva en Cataluña.

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Cinismo y quinismo: dos actitudes en la concepción de las lenguas en Cataluña

6. Conclusiones

      En este trabajo se han aplicado dos conceptos cruciales de la obra de Sloterdijk
(1989), el cinismo y el quinismo, para elaborar un marco analítico de los discursos
en los que el catalán y el castellano son objeto de competencia en los espacios socio-
lingüísticos de Cataluña. Aunque el catalán goza de alta reputación en la sociedad
catalana y de protección institucional, numerosos estudios han demostrado la vul-
nerabilidad de su uso normalizado. En este contexto, los discursos procedentes de
múltiples ámbitos revelan el posicionamiento personal de los emisores a través de
marcas ideológicas. Cuando un ámbito social está en disputa entre el castellano y
el catalán, la carga ideológica de los discursos puede favorecer o contrarrestar las
relaciones asimétricas que se configuran en torno a estas lenguas.
      En este trabajo, hemos analizado una serie de construcciones enunciativas ar-
quetípicas que abarcan numerosos dominios en los que el castellano y el catalán
luchan por la hegemonía. El enfoque del ACD que hemos seguido nos sitúa en una
posición de defensa hacia la lengua catalana al considerar que su convivencia social
con el castellano engendra relaciones de poder que lo subordinan. No se trata de
analizar particularmente cada escenario político, social o cultural en el que el factor
lingüístico puede interceder; más bien, hemos propuesto un marco analítico para
detectar en el discurso las ideologías lingüísticas contrarias a la revitalización del
catalán y tratar de revertirlas mediante soluciones epistémicas de distinto grado.
      Dado que las posibilidades de construcción discursiva son cuantiosas, hemos
reducido el espectro a la técnica de la modalidad epistémica en grado de opinión.
Mediante esta modalidad discursiva, las personas emisoras asumen cierto compro-
miso con la veracidad de sus aserciones y, aunque estas no poseen un verificador
externo, lo relevante no es el acercamiento a la realidad factual, sino la propia sub-
jetividad de las opiniones que dan información sobre la pulsión de ideologías hege-
mónicas o contrahegemónicas.
      Los enunciados propuestos en (1), (2), (3) y (4) representan una amalgama de
opiniones sobre el castellano y el catalán en las que las personas emisoras adoptan
una actitud de cierto compromiso hacia la veracidad del contenido de sus aserciones.
Este compromiso se materializa en el discurso a través de marcas epistémicas que van
desde la posibilidad al convencimiento firme. Concretamente, el grado de opinión
permite que se vislumbre en el sujeto una lucha interna a nivel ideológico entre un
ritual cínico que le empuja a adoptar la postura oficial de respaldo al castellano y un
conocimiento quínico por el que favorece los ámbitos de aparición del catalán.
      En este grado de la modalidad epistémica, ambos componentes están presen-
tes, de manera que los hablantes no transmiten una única y clara ideología, sino que

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  el compromiso con una de ellas se ve atenuado por la ideología contraria. Detectar
  en qué parte del discurso se localiza cada ideología es primordial para saber a partir
  de qué elemento se debe construir un discurso que legitime los espacios y usos con-
  cedidos al catalán. Con base en esta delimitación, es necesario reforzar el compo-
  nente quínico a través de dos estrategias.
        Por un lado, cuando la pulsión de la ideología que privilegia al castellano —
  aquello que denominamos ritual cínico— se encuentra en el componente cognitivo
  del discurso, es decir, en el sintagma que se refiere al proceso mental por el que el
  emisor se adhiere a su enunciado, es necesario elevar el grado de compromiso para
  dotar de mayor certeza al contenido de la opinión que, en este caso, respalda la apa-
  rición del catalán. Se han de utilizar, por tanto, marcas epistémicas que no den lugar
  a interpretaciones dubitativas, sino que se adhieran firmemente a la veracidad a la
  que se refiere el segmento discursivo del componente social. Por otro lado, la actitud
  cínica puede manifestarse en el fragmento discursivo que hace referencia a distintos
  ámbitos sociolingüísticos como la legislación sobre las lenguas en Cataluña o la le-
  gitimidad del uso del catalán en contextos hegemonizados por el castellano. Como
  hemos argumentado, atacar en este caso el modalizador epistémico resulta en vano
  dado que la carga del ritual cínico se encuentra en el propio contenido de la aserción.
  Por consiguiente, es necesario articular racionalidades alternativas a lo expresado por
  estas opiniones. En nuestros ejemplos, hemos contradicho las ideologías que favo-
  recen al castellano a través de la búsqueda de razones que demuestran justamente la
  idoneidad de la presencia del catalán. En este sentido, consideramos que las técnicas
  argumentativas juegan el principal rol de configuración de nuevas racionalidades.
        Las ideologías antitéticas sobre la situación sociolingüística de Cataluña pue-
  den aparecer simultáneamente mediante marcas discursivas. Se torna fundamental,
  por tanto, discernir las diferentes partes de los discursos elaborados mediante la mo-
  dalidad epistémica en grado de opinión con el objetivo de detectar en qué segmen-
  tos se manifiestan las ideologías dominantes y revertirlas en consecuencia.

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                                           Fecha de recepción: 20 de noviembre de 2019
                                              Fecha de aceptación:27 de marzo de 2020

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