Consumers International Marco político sobre cambio climático
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Consumers International Marco político sobre cambio climático El cambio climático desde el punto de vista de los consumidores 1. Introducción En la actualidad se reconoce ampliamente que la producción y consumo no sostenibles tienen un serio impacto social y ambiental en todo el mundo. Existe un abrumador consenso internacional que el cambio climático es real, que es predominantemente de origen antropogénico y que tendrá profundos efectos sobre los ecosistemas y la vida de las personas, a menos que actuemos con celeridad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (emisiones de GEI). A los consumidores les preocupa el cambio climático y sus efectos y desean emprender acciones para lograr la necesaria reducción de emisiones de GEI. El cambio climático constituye un problema de los consumidores en varios aspectos. Mientras que por una parte los consumidores contribuyen significativamente al cambio climático a través de prácticas de consumo no sostenibles (principalmente en países desarrollados), otros consumidores, de los que muchos consumen muy poco, ya están sufriendo los efectos, sobre todo, aunque no exclusivamente, en el mundo en desarrollo. El impacto del cambio climático sobre las cadenas de suministro de alimentos, abastecimiento de agua y servicios, por ejemplo, alcanza niveles devastadores para muchos consumidores de países en desarrollo. Se requiere una respuesta unificada, sobre la base del principio de responsabilidades comunes, aunque diferenciadas, para exigir a las empresas, los gobiernos e instituciones internacionales que tomen medidas para reducir significativamente las emisiones de GEI y para atender a las necesidades de los consumidores que sufren los efectos del cambio climático. Por otra parte, el principio de la solidaridad establece también un grado de responsabilidad de los consumidores. Su acción contribuye directa e indirectamente de manera significativa a la emisión de GEI. Una tarea central para hacer frente al cambio climático es modificar la percepción y comportamiento de los consumidores de todo el mundo. Ya se pueden ver cambios que van en la dirección adecuada. La conciencia de los consumidores a nivel global ha ido cambiando en respuesta a la creciente comprensión y conciencia sobre el impacto climático y a los esfuerzos que realizan grupos de consumidores, gobiernos y empresas. Sin embargo, su acción efectiva se ve limitada (pero no excluida) por la escaza y engañosa información sobre productos y servicios, la falta de regulaciones efectivas y claras y la
carencia de opciones adecuadas para escoger. Desde luego la acción de los consumidores sigue siendo clave y no debe subestimarse el impacto que pueda tener, por imperfecto que sea. La gran cantidad de consumidores que buscan promover el consumo sostenible a través de sus prácticas adquisitivas, sin embargo, se sienten perdidos y confundidos frente a normas poco desarrolladas, escazas e inconsistentes. Muchos consumidores sienten que las acciones que pueden emprender frente al cambio climático como consumidores son insignificantes en el contexto de la inacción de los gobiernos. Se han presentado muchas propuestas. La crisis financiera ha generado una discusión global sobre la necesidad de un cambio de paradigma hacia una “economía global verde” que apoye propuestas y procesos ya acordados, tales como la “hoja de ruta de Bali”, el “Proceso de Marrakech” y las negociaciones bajo la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático. El proceso general, sin embargo, ha sido lento y los próximos tres años serán claves para facilitar el cambio necesario de paradigma hacia una agenda verde, baja en carbono y orientada hacia el desarrollo. Durante años, el movimiento de consumidores ha participado en la agenda del cambio climático y energía en varios niveles, pero hasta ahora no ha mostrado una posición unificada frente al tema. Este documento busca crear el marco político de trabajo para las negociaciones finales de 2009 bajo la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, además de constituir el fundamento para futuras políticas relacionadas con este tema y aspectos como alimentación, transporte y vivienda. Se basa en el consenso de la “Declaración de Seúl”, el informe de la reunión sobre cambio climático celebrada en Seúl, Corea, en 2008, a la que asistieron más de 50 delegados de organizaciones de consumidores de todo el mundo y que fue organizada por Consumers Korea e ISO COPOLCO. A continuación, se exponen los roles que deben tener las organizaciones de consumidores, 1 las empresas y los gobiernos desde el punto de vista de los intereses de los consumidores para reforzar las acciones ya existentes, por un futuro con bajas emisiones y un presente que 2 proteja a las personas de los impactos negativos del cambio climático. 2. Marco político general de CI El marco político general de Consumers International (CI) comprende dos áreas claves de preocupación de los consumidores, basadas en el rol único que éstos juegan y el valor fundamental que tiene la solidaridad en el movimiento de consumidores. 1 En este documento, las referencias que se hacen a gobiernos y empresas incluyen foros internacionales y regionales relevantes, como por ejemplo la ONU. 2 CI también reconoce el rol crítico que tienen otros actores, como por ejemplo académicos, medios de información y accionistas.
La primera área examina el impacto del cambio climático sobre los consumidores, mientras que, relacionada con la primera, la segunda área se preocupa del empoderamiento de los consumidores para lograr el enorme potencial que tienen de reducir el cambio climático, en particular en relación a la energía. 2.1 El efecto del cambio climático sobre los consumidores En relación a la causa, se comprende mucho menos cómo enfrentar los efectos del cambio climático, ya sea en cuanto a las necesidades como a las soluciones. Un tema de alta prioridad en el corto plazo es reforzar la base de conocimientos con mejores datos y modelos, para afinar las proyecciones de futuros impactos, y con aportes expeditos de información de terreno sobre las respuestas más efectivas. Lo que sí sabemos, es que en muchas regiones del mundo ya se siente un devastador impacto en el acceso a bienes y servicios esenciales. El cambio climático está afectando los ritmos climáticos, lo que su vez afecta la cadena de suministro de alimentos, la industria alimentaria y el acceso de los consumidores a los alimentos. De manera similar, el acceso al agua y la energía se ve amenazado por el cambio climático y también por algunas “soluciones” sugeridas para reducir el consumo de energía, cuando de hecho en los países en desarrollo éste depende de su aumento, pero a través de medios sostenibles. Este desarrollo debe coincidir con el acatamiento de metas de reducción por parte de los países desarrollados. Un aspecto fundamental del marco político de CI es el acceso sostenible a energía sostenible. De hecho, sabemos que conectar a las personas a una red eléctrica puede en verdad conducir a una reducción de las emisiones de carbono, en casos donde el consumo independiente de la red es de alta intensidad carbónica. Las soluciones a nivel local también pueden ser importantes. Un marco global sobre cambio climático debe ser analizado a través del punto de vista del desarrollo. Hacemos un llamado a los gobiernos, empresas y organizaciones intergubernamentales a que aumenten sus esfuerzos para trabajar junto a los consumidores en el desarrollo de amplios proyectos de energía sostenible, que sean asequibles para los consumidores. En otras palabras, que reúnan los requerimientos de un acceso sostenible. El marco político de CI para un acceso sostenible a la energía se esboza en la Carta Global de la Energía de CI y se adjunta como referencia. 2.2 El efecto de los consumidores sobre el cambio climático Es claro que el comportamiento de los consumidores posee un enorme potencial para reducir el cambio climático y que muchos consumidores ya reconocen esta responsabilidad. El mercado se moverá hacia donde vayan el comportamiento y las demandas de los
consumidores. El impacto de los consumidores es clave en una serie de áreas, incluyendo por ejemplo la deforestación provocada por el desarrollo de cadenas de valor y la conversión de áreas forestales en plantaciones industriales forestales o agrícolas. El área más significativa en la que este potencial puede ser utilizado, es el papel que tiene la energía en el consumo. Creemos que los consumidores son centrales en el camino hacia un futuro con bajas emisiones, que incluya niveles radicalmente mayores de eficiencia energética y un uso radicalmente menor de combustibles fósiles. CI quiere ver a los consumidores con la capacidad de que este potencial se haga realidad. Dos mil millones de consumidores de todo el mundo requieren mayor acceso a la energía (pero de un modo sostenible), mientras que al mismo tiempo es necesario cambiar prácticas de consumo, de los que ya tienen acceso, que implican un uso intensivo de energía. La solución conjunta a estos problemas es consumir menos energía y de manera diferente; en otras palabras, eficiencia energética en áreas claves del consumo energético, como vivienda, transporte y alimentación. La eficiencia energética atrae intrínsecamente a consumidores, empresas y gobiernos por igual, por los beneficios económicos obvios que conlleva. Pero para que la eficiencia energética sea significativa, tenemos que considerar integralmente los ciclos de vida de los productos, su producción, uso y eliminación. Tenemos que mostrar a los consumidores el panorama completo, para que no se vean forzados a escoger entre productos que son adecuados en ciertos aspectos, pero no en otros. Disminuir el consumo de energía constituye un aspecto clave en el combate contra el cambio climático en todo el mundo. Pero al mismo tiempo, la falta de servicio perjudica a los consumidores más pobres y al ambiente. En un ejemplo concreto, los consumidores más pobres que poseen un acceso limitado o no poseen acceso a la energía pueden verse privados de la posibilidad de leer de noche, lo que acarrea consecuencias para el desarrollo, a nivel personal, regional y de país. También puede ser que estén quemando leña a una tasa no sostenible, perjudicando el medio ambiente. Sin embargo, la ampliación de los servicios debe hacerse de manera sostenible a través de fuentes alternativas. El combate contra el cambio climático en las áreas claves de consumo de energía, como alimentación, vivienda y transporte, deberá darse a través de la eficiencia energética. Esto significa que los consumidores deberán reducir el consumo energético a través de un consumo diferente de la energía. A continuación se muestra una agenda para avanzar en los temas recién planteados: 3. Responsabilidades de las organizaciones de consumidores Las organizaciones de consumidores juegan un papel fundamental en la definición, comprensión y defensa de los intereses de los consumidores en el tema del cambio
climático. Para las organizaciones de consumidores el consumo y producción sostenibles deberían ser parte integral y prioritaria de su trabajo, además del trabajo conjunto con organizaciones de consumidores de otros países para alinear estrategias y compartir información. 3.1 Aumentar la información y acción sobre las necesidades y servicios básicos Un rol fundamental de las organizaciones de consumidores es definir los alcances e investigar para aumentar la limitada comprensión actual del impacto que tiene el cambio climático sobre los consumidores en todo el mundo y las soluciones que se pueden aplicar para proteger sus intereses. El impacto se está sintiendo tanto en el mundo desarrollado como en vías de desarrollo, especialmente por los consumidores más pobres. En países desarrollados, por ejemplo, los consumidores de bajos ingresos a menudo son los que más sufren los costos del aumento de servicios fundamentales tal como agua y electricidad, pagando para que los gastos de los consumidores de altos ingresos permanezcan inalterados. Las organizaciones de consumidores, además, están en una posición privilegiada para hacer algo acerca de tales impactos, ejerciendo presión ante gobiernos, empresas y organizaciones internacionales, a fin de velar por los derechos de acceso de los consumidores. 3.2 Educación de los consumidores Las diferentes opciones de consumo contribuyen al cambio climático de manera diferente. Para alcanzar las metas sobre cambio climático es esencial cambiar el comportamiento de consumo y las organizaciones de consumidores cumplen un rol protagónico en este sentido por su gran capacidad de influencia sobre los consumidores. Los consumidores deben ser educados que para responder ante el cambio climático es necesario cambiar las opciones de consumo y en muchos casos reducir el consumo. Las organizaciones de consumidores deben emprender campañas de sensibilización para crear conciencia entre los consumidores sobre los impactos que sus acciones o inacciones pueden tener sobre el cambio climático. En muchos casos los consumidores están conscientes que sus acciones pueden tener un impacto, sin embargo necesitan información sobre cuáles son las acciones más efectivas que pueden tomar y las diferentes opciones que tienen. 3.3 Empoderamiento y movilización de los consumidores La entrega de información por sí sola a menudo no es suficiente. Las organizaciones de consumidores también juegan un papel central en la movilización de los consumidores para reducir prácticas de consumo que involucran el uso intensivo de energía. El rol de las organizaciones de consumidores debe incluir previsiones que faciliten el intercambio de experiencias sobre la mejor manera de llegar a los diferentes tipos de consumidores. La información sobre comportamiento no sostenible de los consumidores y sus motivaciones y
las maneras de fomentar un cambio, debe ser reunida, compartida y puesta en funcionamiento. Se debe facultar a los consumidores que tienen la posibilidad de escoger que lo hagan de manera efectiva, informada y significativa; y aquellos que no pueden escoger, deben ser facultados para poder acceder a opciones de consumo sostenible. Empoderar a los consumidores para que tengan un impacto incluye entregar información. Para los consumidores, las organizaciones de consumidores son las que ofrecen la información más confiable sobre el verdadero impacto de los productos y los servicios disponibles. Éstas deben responder a la responsabilidad que conlleva esta confianza, potenciando las medidas ya existentes para resolver los vacíos de información confiable, a través de investigación y campañas informativas efectivas dirigidas a consumidores y accionistas. Las organizaciones de consumidores pueden probar los productos y servicios, incorporando aspectos ambientales como una parte fundamental de dichas pruebas. Las organizaciones también deberían empezar a probar más productos en los que el impacto reside principalmente en las fases de utilización y eliminación. Las organizaciones de consumidores también cumplen un importante rol de verificación de los informes de impacto ambiental de las empresas. Incluso cuando no se han hecho afirmaciones sobre impacto ambiental puede ser conveniente que las organizaciones de consumidores señalen a ciertas empresas con el dedo para asegurar que los consumidores estén informados. Es crucial que estas acciones vayan asociadas a activismo y trabajo de campañas para exigir mayores garantías de independencia de parte de los gobiernos, empresas y organismos reguladores independientes y así los consumidores dispongan de información consistente y rigurosa. 3.4 La relación con actores claves Las organizaciones de consumidores deben propiciar vínculos con instituciones académicas para asegurar que las políticas y acciones que emprendan se fundamenten en investigación actualizada. Las organizaciones de consumidores deben además participar en sociedades multisectoriales para representar las preocupaciones de los consumidores y para asegurar que las soluciones sean aceptadas por éstos. Establecer relaciones con las empresas y los gobiernos es clave para que identifiquen los beneficios económicos derivados de realizar cambios responsables, transparentes e introspectivos en los paradigmas comerciales, sobre 3 la base de los principios del eco diseño. Es importante que al realizar esto las 3 El eco diseño implica que los productos son manufacturados de una manera que asegura un impacto ambiental mínimo, por ejemplo manteniendo su eficiencia energética o utilización de recursos durante toda la vida y manteniendo a la vez su capacidad funcional y seguridad para los consumidores. Esto implica examinar el impacto ambiental de un producto o servicio a través de todo su ciclo de vida. Siendo que se estima que hasta un 80% de todos los impactos ambientales relacionados con productos
organizaciones de consumidores sigan considerando que es imperativo actuar, independientemente de los beneficios económicos. En otras palabras, las organizaciones de consumidores deben comunicar la exigencia de un cambio significativo que hacen los consumidores. 4. Responsabilidades de las empresas El rol que tienen las empresas de responder ante las necesidades de los consumidores es complejo pero fundamental. La amplia variedad de modelos de empresas en todo el mundo compromete una gama igualmente amplia de desafíos, responsabilidades y posibilidades. En general, las empresas deben relacionarse con los consumidores y sus organizaciones para responder de manera significativa y financieramente sólida ante las necesidades relacionadas con el cambio climático, y para obtener su reconocimiento por ello. 4.1 Garantizar acceso sostenible a bienes y servicios básicos sostenibles Las empresas deben trabajar en conjunto con los gobiernos y las comunidades para encontrar e implementar las soluciones que aseguren el acceso universal a los bienes y servicios básicos, incluyendo energía, alimentación y agua sostenibles. En relación a las necesidades de desarrollo de los países en vías de desarrollo y a los derechos de acceso de las personas marginadas de países desarrollados y en desarrollo, las soluciones deben ser impulsadas por y para los consumidores. Este tema requiere acciones urgentes y radicales y soluciones sostenibles. 4.2 Participar en la elaboración de programas de normas y certificación La gran cantidad de consumidores que busca promover un consumo sostenible a través de sus elecciones al momento de comprar, se confunde ante la presencia de normas poco desarrolladas, escasas e inconsistentes. Las empresas pueden promover los intereses de los consumidores apoyando y siendo partícipes en el desarrollo de normas sólidas y responsables. En el caso que éstas ya existan, las empresas deben implementar normas internacionales, nacionales o sectoriales con características de diseño, ejecución y evaluación que reflejen sus políticas de responsabilidad social y de mitigación del cambio climático. Las iniciativas destinadas a reducir el cambio climático deben ser informadas por medio de evaluaciones y certificaciones independientes sobre el desempeño de la empresa en relación a sus políticas sustentables. Tales evaluaciones deben apoyarse en un consenso científico que ofrezca a los consumidores una base confiable para escoger productos y estilos de vida se determinan durante la fase de diseño de los mismos, las medidas de eco diseño deben aplicarse en el proceso productivo lo más temprano posible para reducir su impacto ambiental.
sostenibles. Para ser verdaderamente transparentes y ofrecer una base significativa de comparación, deben además estar fundamentadas en los principios del eco diseño. 4.3 Aumentar la transparencia Al igual que con la certificación independiente, las empresas deben asegurar a los consumidores el acceso a la información acerca del impacto sobre el clima, de manera permanente, pública e inmediata. Deben, además, incluir información sobre las metas y medidas adoptadas y planificadas para reducir el impacto negativo y aumentar el impacto positivo sobre el clima. 4.4 Reducir las opciones inútiles e incrementar las opciones útiles Las empresas deben retirar del mercado aquellos productos y servicios que tienen un fuerte impacto negativo sobre el clima. Para lograrlo se deben incluir las emisiones de GEI en el cálculo de los costos de producción. En los países donde existen políticas gubernamentales para limitar opciones, las empresas deben claramente tomar conocimiento y acatarlas. En los países donde no existen tales políticas, las empresas deben apoyar a los gobiernos en la elaboración de estrategias factibles y efectivas para limitar opciones. Al mismo tiempo, se deben seguir desarrollando nuevos productos y servicios para ofrecer una variedad de opciones eficientes en términos energéticos, sin comprometer valor o función. La transparencia no es suficiente cuando no se aumentan las opciones de productos y servicios respetuosos con el clima. Informar sobre las maneras en que los consumidores pueden minimizar el impacto negativo sobre el clima en las fases de utilización y eliminación (por ejemplo, desconectar la TV cuando no se utiliza), debería constituir una parte integral de esta estrategia. 4.5 Buscar formas de provocar impactos positivos sobre el clima Las empresas deben buscar formas de provocar impactos positivos indirectos sobre el clima. Por ejemplo, relacionándose con proveedores de cadenas verdes u ofreciendo apoyo a empresas pequeñas o medianas ubicadas más arriba en la cadena de valor para mejorar su desempeño ambiental. 5. Responsabilidades de los gobiernos Los consumidores están preocupados por el cambio climático y sus efectos. Muchos quieren actuar de maneras que contribuyan a la reducción necesaria de emisiones de GEI. Otros sufren los efectos del cambio climático, mientras las regulaciones sobre consumo de sus gobiernos o la falta de éstas siguen siendo la causa. 5.1 Atender a las necesidades básicas de los consumidores El cambio climático podría atrasar el acceso a los bienes y servicios básicos en varias décadas. Los gobiernos deben trabajar para poder predecir los efectos a corto y mediano plazo del cambio climático sobre la accesibilidad de los consumidores a bienes y servicios básicos, tal como agua, alimentación y energía, incluso a través de organizaciones
intergubernamentales. Además, deben planificar la forma de abordar esos efectos. Los gobiernos deben facilitar la transferencia de tecnología, experiencia y fondos hacia aquellos países que requieran tales recursos para enfrentar los impactos actuales y futuros del cambio climático sobre el acceso de los consumidores a bienes y servicios básicos. También es urgente aumentar sustancialmente la inversión en investigación para reforzar la base de conocimientos con mejores datos y modelos, para afinar las proyecciones de futuros impactos del cambio climático, y con aportes expeditos de información de terreno sobre las respuestas más efectivas. Los gobiernos deben estar preparados, además, para formular políticas sobre terreno incierto, contemplando varios resultados y escalas de tiempo, para poder asegurar de manera prioritaria que los consumidores más pobres vean sus necesidades básicas atendidas en una amplia gama de escenarios. Las iniciativas de mitigación del cambio climático no deben afectar negativamente el desarrollo, especialmente en relación al acceso de los consumidores a bienes y servicios básicos. Se corre el riesgo que las acciones que se emprenden en nombre del cambio climático no contemplen las necesidades de desarrollo o incluso den prioridad a la agenda sobre cambio climático, legitimando acciones que desaceleren o signifiquen un retroceso para el desarrollo. Este punto es fundamental y debe quedar muy claro que frente a conflictos de intereses, no se pueden aceptar compromisos que impliquen desatender las necesidades de desarrollo para reducir el impacto sobre el clima. 5.2 Los gobiernos como modelos de conducta Muchos consumidores sienten que las acciones que pueden emprender como consumidores para enfrentar el cambio climático son insignificantes de cara a la falta de acción de los gobiernos. Los gobiernos pueden facultar a los consumidores para que a través de acciones visibles se logren reducciones considerables de las emisiones de GEI y así su participación sea significativa. De la misma manera, los gobiernos deben evitar las políticas contradictorias o perjudiciales que invaliden acciones emprendidas por los consumidores. Las acciones de los gobiernos deben responder a los compromisos suscritos y a las recomendaciones de las organizaciones internacionales que se ocupan del cambio climático. Se debe además, acelerar la comercialización de tecnologías claves y la búsqueda de soluciones de costo negativo, es decir, aquellas soluciones que incluso en el corto plazo no tienen costo económico neto. Al desarrollar e implementar soluciones políticas, los gobiernos tienen la responsabilidad de asegurar que los costos no sean discriminatorios, ya sea en efectos como en metas. En otras palabras, el costo se debe distribuir de manera equitativa a través de la población, tomando en cuenta el ingreso y cuando corresponde, las conductas contaminantes.
Es importante que las acciones que emprendan los gobiernos sean transparentes. Se deben asignar los tiempos y recursos necesarios para asegurar que las empresas y consumidores comprendan las políticas de gobierno sobre cambio climático, comprendan las acciones que se emprenden y comprendan las acciones que pueden ejercer para cumplir con sus propios roles en las medidas gubernamentales. Los gobiernos deben otorgar poder a una institución global para la vigilancia de metas ambientales, ya sea reformando una organización existente o a través de la creación de un organismo nuevo. Una institución de este tipo requiere la autoridad y peso político que aseguren que el cambio climático sea manejado, como otros temas relacionados con desarrollo sostenible, de manera global, sistémica y equitativa. Los gobiernos deben también resistir frente a las presiones indebidas que pueda hacer el sector privado en relación a la fijación de políticas públicas. Esto incluye el abstenerse de actuar bajo la influencia del lobbying de las empresas o de intereses financieros, en perjuicio del compromiso de apoyar a los países en desarrollo en el uso de fuentes sostenibles de energía, por ejemplo mediante la presión para aceptar contratos de suministros que no son energéticamente sostenibles. Los gobiernos, como principales consumidores de las economías nacionales, también pueden ser modelos de conducta al poner en práctica políticas sostenibles de contratación pública, ejerciendo así influencia sobre las empresas y para lograr un cambio hacia productos y servicios sostenibles. 5.3 Los gobiernos como facilitadores Sin la facilitación de los gobiernos, los consumidores deben enfrentar constantes obstáculos para hacer elecciones positivas y a menudo se ven empujados, sin saberlo o desearlo, a adoptar prácticas de consumo no sostenibles. Muchos gobiernos podrían hacer posible estilos de vida sostenibles a través de sus propias estrategias nacionales, prácticas de contratación pública, planificación y operación. De esta manera, muchas más personas podrían lograr avances considerables en esta dirección. Los gobiernos deben fomentar respuestas efectivas frente al cambio climático, incluyendo la motivación y apoyo a la acción de los consumidores, particularmente en áreas de alto impacto. Es decir, en aquellas áreas en que la acción de los consumidores puede significar un ahorro potencial considerable, por ejemplo qué se come, cómo se viaja y la manera como se llevan las casas. De manera similar, los gobiernos pueden atender las necesidades de los consumidores ayudándoles a hacer recortes significativos. En otras palabras, haciendo posible que los consumidores identifiquen los cambios concretos que pueden realizar, incluyendo el financiamiento de estudios con este fin. Los gobiernos también deben facilitar el éxito de los consumidores velando por que los esfuerzos de las acciones que éstos emprendan para reducir las emisiones sean efectivos. A menudo esto requerirá acciones gubernamentales correspondientes.
Otro elemento clave del rol facilitador de los gobiernos es la educación de los consumidores. La educación acerca del impacto de los consumidores sobre el cambio climático debe ser parte integral de la educación acreditada y no acreditada. El currículum de la educación formal debe contemplar la sostenibilidad en la educación, por ejemplo mediante la enseñanza del cambio climático, técnicas e impacto del cultivo de alimentos o cómo interpretar las cuentas de servicios de energía y sus repercusiones. 5.4 Reducir opciones inútiles En muchos casos es viable para los gobiernos el desarrollo de políticas y legislación para reducir la gama de opciones de productos y servicios de alto impacto. Tales políticas, que eliminan la oferta de productos ineficientes en términos energéticos, han probado ser efectivas para fomentar opciones energéticamente eficientes, por ejemplo para electrodomésticos. 5.5 Responsabilidad empresarial Para que los consumidores puedan actuar, los gobiernos deben velar por que las empresas informen correctamente a los consumidores acerca del impacto que tienen sus productos sobre el clima. Los consumidores quieren que organismos independientes garanticen que la información que reciben sobre los productos sea correcta y no engañosa. Es fundamental, por lo tanto, que los gobiernos aseguren que los consumidores reciban verificación independiente de la información sobre productos. Los gobiernos deben también hacer responsables a las empresas por sus emisiones. 5.6 Políticas inclusivas Para que los intereses de los consumidores en materia de cambio climático sean atendidos, su voz debe ser escuchada y considerada en los diálogos sobre el tema. A nivel gubernamental, esto implica el compromiso de los gobiernos con los consumidores en la formulación de políticas sobre cambio climático. Los derechos e intereses de los consumidores deben ser una consideración fundamental para el desarrollo y puesta en práctica de medidas relacionadas con el cambio climático. Una actitud inclusiva similar en el diseño de políticas interdepartamentales también serviría a los intereses de los consumidores, al fomentar la coherencia en materias de importancia para ellos. Los gobiernos deben asegurar la coherencia entre las diferentes reparticiones en las políticas que abordan el cambio climático; por ejemplo, determinando y manejando situaciones de compromiso, tal como el efecto que tiene cambiar prácticas de consumo sobre el empleo y desarrollo social.
5.7 La creación de soluciones sectoriales A nivel nacional, se puede determinar en conjunto cómo lograr recortes ambiciosos de emisiones a través de la creación de asociaciones multisectoriales focalizadas, a nivel de industrias, ciudades y áreas de actividad, como el caso del transporte de las personas. De esta manera se podrían desarrollar soluciones viables con contribuciones de las empresas, gobiernos y acciones individuales, según sea necesario, a ser ejecutadas a través de acuerdos vinculantes entre socios claves. Para que las soluciones que se implementen no resulten en mayor marginación de comunidades ya empobrecidas o excluidas de oportunidades económicas y sociales básicas, tanto en los países desarrollados como en aquellos en desarrollo, el punto de partida deberá demarcar dos claros objetivos: una reducción científicamente factible de emisiones en todas las actividades económicas, y el compromiso por un desarrollo humano sostenible más amplio. 6. Recomendaciones El marco de CI es presentado como una política global que puede contener una variedad de soluciones locales y opciones de políticas regionales y nacionales. Estamos convencidos que con mejor información, una combinación de incentivos, desincentivos y opciones alternativas, y el compromiso total de los consumidores en el diseño de políticas sobre cambio climático, se pueden lograr reducciones considerables en las emisiones y los consumidores pueden hacer valer sus derechos a opciones y acceso, al igual que sus responsabilidades. Para lograr este objetivo, se recomienda: Organizaciones de consumidores • La producción y consumo sostenible deben ser parte integral de su quehacer. • Trabajar en asociación con organizaciones de consumidores de otros países. • Presionar a actores claves, tal como gobiernos y empresas, para asegurar que los derechos de los consumidores en relación al acceso a bienes y servicios básicos sean atendidos tomando en consideración el impacto del cambio climático. • Organizar campañas de sensibilización para informar a los consumidores sobre los impactos de sus acciones e inacciones. • Iniciar estudios sobre conductas de consumo no sostenible, qué lo motiva y cómo se pueden fomentar cambios. • Aumentar los esfuerzos en investigación para mejorar la comprensión del impacto del cambio climático sobre los consumidores en todo el mundo. • Incorporar aspectos ambientales como parte fundamental de las pruebas que se le deben practicar a productos y servicios.
• Vigilar la veracidad de las afirmaciones sobre impacto ambiental de las empresas. • Facultar y movilizar a los consumidores para que puedan acceder a opciones de consumo sostenible, incluyendo iniciativas de educación. • Reforzar las medidas existentes para resolver los vacíos de información confiable, a través de investigación y campañas de información efectivas. • Organizar activismo y campañas para mejorar los mecanismos de verificación independiente para los consumidores. • Propiciar vínculos con instituciones científicas para llevar la investigación a la práctica. • Participar en asociaciones multisectoriales para representar las preocupaciones de los consumidores y asegurar su aceptación de las soluciones. • Contribuir a identificar argumentos económicos a favor de acciones que tengan un impacto positivo sobre el clima, subrayando al mismo tiempo la naturaleza imperativa de tales acciones sin importar los beneficios económicos. Empresas • Trabajar en asociación con otros actores para garantizar el acceso universal a los bienes y servicios básicos. • Emprender acciones voluntarias con la formulación de políticas para limitar opciones en el caso de productos y servicios de alto impacto. • Trabajar en conjunto, a través de asociaciones multisectoriales focalizadas, a nivel de industrias, ciudades y áreas de actividad, para acordar soluciones operativas que promuevan prácticas de consumo sostenible. • Aprobar y participar en el desarrollo de normas y mecanismos de certificación que sean sólidos, confiables y responsables. • Asegurar transparencia en relación a su impacto sobre el clima. • Desarrollar una variedad de productos y servicios que permitan a los consumidores reducir el consumo de energía, sin perjuicio de calidad o valor. • Ofrecer información a los consumidores sobre las formas de ser más responsables con el medio ambiente al utilizar o desechar un producto o servicio. • Buscar oportunidades para lograr impactos positivos sobre el clima. • Incorporar criterios de eco diseño en los modelos y estructuras de las empresas. • Emplear criterios de eco diseño en el desarrollo y mejoramiento de productos y operaciones. • Estrechar relaciones con proveedores de cadenas verdes y ofrecer apoyo a empresas pequeñas o medianas ubicadas más arriba en la cadena de valor para mejorar su desempeño ambiental. Gobiernos • Implementar metas obligatorias sobre reducciones sostenibles importantes de emisiones de GEI, concordantes con los principios de equidad global.
• Perseguir urgentemente oportunidades de costo negativo, entre otras acciones. • Cuando sea posible, facilitar estilos de vida sostenibles a través de estrategias nacionales, prácticas de contratación pública, planificación y operación. • Cuando sea viable, desarrollar políticas y legislaciones para reducir la gama de opciones en el caso de productos y servicios de alto impacto. • Trabajar para predecir los efectos del cambio climático sobre la accesibilidad de los consumidores al agua y alimentación a corto y mediano plazo y habilitar planes para lidiar con esta contingencia. Se debe incluir la planificación y acciones en ausencia de información si es necesario. • Velar por que las iniciativas sobre cambio climático no tengan un impacto negativo sobre el desarrollo en los países en desarrollo. • Respetar los compromisos sobre cambio climático realizados bajo acuerdos internacionales. • Asegurar que los costos de las medidas de mitigación del cambio climático se distribuyen de manera equitativa. • Destinar tiempo y recursos para velar por la transparencia de las acciones que se emprenden. • Facilitar la transferencia de tecnología, experiencia y fondos hacia aquellos países que requieren tales recursos para enfrentar los impactos actuales y futuros del cambio climático. • Abstenerse de actuar bajo la influencia del lobbying de las empresas o de intereses financieros, en perjuicio del compromiso de apoyar a los países en desarrollo en el uso de fuentes sostenibles de energía. • Motivar y apoyar la acción de los consumidores, particularmente en áreas de alto impacto, incluyendo el contribuir a identificar los cambios concretos que pueden realizar y velar por que los esfuerzos de las acciones que éstos emprendan para reducir las emisiones sean efectivos. • Integrar el impacto de los consumidores sobre el cambio climático en la educación acreditada y no acreditada. • Cuando corresponda, desarrollar políticas y legislación para limitar la gama de opciones de productos y servicios de alto impacto. • Hacer responsables a las empresas, verificando que la información que proporcionan a los consumidores sobre el impacto climático de sus productos sea correcta, a través de un etiquetado transparente e independiente. • Fomentar la convergencia de normas y trabajar para la creación de normativas nacionales e internacionales. • Dialogar con los consumidores acerca del diseño de políticas sobre cambio climático. • Crear asociaciones multisectoriales focalizadas a nivel de industrias, ciudades y áreas de actividad, para encontrar soluciones operativas que promuevan el consumo sostenible.
• Asignar la responsabilidad del control de emisiones a una institución global que posea la autoridad y peso político que aseguren el manejo equitativo de la mitigación y adaptación al cambio climático. • Poner en práctica políticas sostenibles de contratación pública. 7. Conclusión El cambio climático constituye un tema crítico para los consumidores. Éstos poseen un interés particular debido a su poder, responsabilidad y deseo de reducir las emisiones de GEI, además del impacto que tiene el cambio climático en su bienestar. Las emisiones de GEI pueden ser potencialmente reducidas combinando la aplicación de normas internacionales, responsabilidad social de las empresas y actuación de los consumidores apoyada por organizaciones gubernamentales e intergubernamentales. Para alcanzar este potencial, es fundamental permitir la acción de los consumidores, promover compromisos internacionales, nacionales y sectoriales, y dedicarse en conjunto a la creación de un marco para la gobernanza atmosférica global. Junto a los gobiernos y las empresas, los consumidores constituyen una fuerza fundamental para frenar el cambio climático. Pero para ejercer una verdadera influencia, éstos deben apoyar y recibir el completo apoyo de otros actores, incluyendo a las empresas, organizaciones de la sociedad civil, proveedores de compensaciones y emisores de normas, organizaciones de gobierno e internacionales. Sólo entonces los consumidores podrán transformar sus preocupaciones sobre el clima en opciones efectivas de compra y estilos de vida. El empoderamiento de los consumidores para que emprendan acciones efectivas depende de regulaciones, negociaciones internacionales y cambios de infraestructura. Los consumidores no pueden actuar por sí solos y tampoco pueden soportar el impacto del cambio climático en ausencia de acciones internacionales y nacionales. Los derechos y responsabilidades de los consumidores deben ser un aspecto central del diálogo sobre cambio climático si han de realizarse. Para que esto ocurra, el movimiento de consumidores debe movilizarse en torno a un conjunto de metas acordadas y en torno al principio establecido de la solidaridad entre los consumidores.
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