DESASTRES EN BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS CAUSADOS POR SISMOS, FUEGO Y AGUA : PREVENCIÓN, RESCATE Y SALVAMENTO
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DESASTRES EN BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS CAUSADOS POR SISMOS, FUEGO Y AGUA : PREVENCIÓN, RESCATE Y SALVAMENTO por Elisa Morales Flores, Directora de Bibliotécnic Consultores Morales Flores, Elisa. Desastres en bibliotecas y archivos causados por sismos, fuego y agua : prevención, rescate y salvamento. Lima : Bibliotécnic Consultores, 2002. 14 h. (Biblioteca Virtual de Bibliotécnic Consultores, 2) Contenido 1. La Prevención 1.1 El Plan de Prevención 2. El Plan de Capacitación 3. Cómo actuar ante un siniestro. 3.1 Ante un terremoto 3.2 Ante los efectos del fuego y el agua. 4. El Plan de rescate y salvamento 4.1 En caso de sismo. 4.2 En caso de incendio e inundación 5. Las primeras Acciones Técnicas 5.1 La Estabilización Anexo 1 : Materiales y suministros para protección y primeros auxilios Anexo 2 : Bibliografía sobre prevención, rescate y salvamento Generalidades Estar prevenidos contra el fuego y el agua, temibles enemigos que arteramente asechan a las bibliotecas, archivos y museos, es uno de los más ingratos y a la vez urgentes e inaplazables temas que persistentemente deben ser tratados y tenidos en permanente debate y constante reajuste. Una buena parte de los comentarios, sugerencias y reconvenciones que hoy comparto con ustedes, son un importante legado de recomendaciones, experiencias, prudentes consejos y directivas que en tono muy modesto y reservado nos impartiera Emma Carrillo, responsable de la División de Restauración de la Biblioteca Nacional, hace unos 20 meses, cuando cuatro pisos de la torre que almacena el Patrimonio Bibliográfico, sufrieran los
efectos de un desborde del “tanque” que provee de agua al ala sur de la 1 institución . En esa misma semana, complementamos nuestro “noviciado y aprendizaje sobre el terreno”, cuando fuimos convocados a asesorar en la recuperación de los documentos quemados en el incendio ocurrido ese mismo día en un archivo estatal. Estas dos experiencias motivaron mi inquietud a adquirir una capacitación formal sobre medidas de prevención y salvamento de estas calamidades y desastres que asechan a las bibliotecas, archivos y museos; ellos conservadores y guardas del patrimonio documental y artístico, y responsables de su difusión y transferencia. Con estas expectativas, intervine en octubre del 2000 en las IV “Journées pour la Conservation Peventive des Archives et les Bibliothéques”, en Paris, Arles y Marruecos, dirigidas por expertos conservadores, herederos de una prolongada experiencia en desastres de bibliotecas, museos y archivos del Mundo; experiencias que han registrado en importantes escritos y ensayos, en los que dan testimonio sobre estos desgraciados sucesos que constantemente azotan a estas instituciones, que albergan, divulgan y conservan para la posteridad, todo el caudal de conocimientos que la producido el hombre a través de los tiempos. Es preciso acotar que no es mi intención sentar teoría ni demostrar conocimientos ni experiencias propias, tan solo divulgar entre los lectores de habla hispánica una modesta alerta orientada a prevenir, detectar a tiempo y 2 salvaguardar los documentos que atesoran estas instituciones, de los efectos destructivos y catastróficos provocados por el fuego y el agua. Es una realidad que la contaminación atmosférica, el agua y el fuego son los tres elementos o agentes naturales que mayormente atacan y destruyen los documentos y las obras de arte. De los tres, este último es el más aniquilante; y siendo el agua el principal medio para contrarrestarlo, es a ciencia cierta la que causa mayores estragos en el papel y las obras de arte rescatadas de un incendio. Schmelzer3 da testimonio del incendio que en 1966 ocurrió en el último piso de la Biblioteca del Seminario judío de Nueva York, donde se perdieron 70000 libros, a los que se sumaron 150000 más de los pisos inferiores, por causa del agua empleada para amagar el incendio. Los múltiples y destructores desastres que han azotado estas instituciones a través de los tiempos, han hecho florecer una rica y variada experiencia oral y escrita, nacida del conocimiento, la habilidad, la destreza, y la investigación del hombre, así como de la urgente necesidad por conservar y perennizar esa parte del patrimonio cultural y científico de nuestro Mundo, que eternizan y atesoran los documentos escritos y las obras de arte. En aquellas obras, los expertos y técnicos coinciden en que la fórmula para evitar los desastres y mitigar los daños –si no fuera posible impedirlos- es: prevenir, planificar, capacitar y estar preparados para actuar en forma inmediata y acertada. 1 En escasos minutos se embebieron, mojaron y humedecieron 100260 hojas de la colección patrimonial, las que fueron recuperadas y salvadas de los hongos y la destrucción gracias al inmediato y prolijo plan de salvamento emprendido. 2 En este ensayo, se califica como documento, todo escrito, que conserva información, conocimiento y manifestaciones artísticas, sean manuscritos, impresos o reproducidos por los diversos medios creados por la tecnología de Información a lo largo de todos los tiempos. 3 Schmelzer, M. Fire and Water : Book Salvage in New York and Florence En Special Libraries. N.Y. October 1968 : p. 620-625.
1. La Prevención Hoy en día los especialistas coinciden en que las medidas preventivas son los medios más acertados para salvaguardar el patrimonio que albergan las bibliotecas, archivos y museos; que ello supone locales adecuados, sistemas de almacenamiento apropiados, detección temprana de los riesgos que corren el edificio y las colecciones; dictar y hacer cumplir las pautas y normas para el uso y la manipulación de los documentos, así como las medidas de seguridad; capacitar al personal en todas las acciones de prevención, así como orientar al personal y a los usuarios con señalizaciones apropiadas para un comportamiento adecuado en caso de siniestros. Prevenir implica también analizar los diversos riesgos, los peligros y las inseguridades a que están expuestos el personal, las colecciones y las infraestructuras; igualmente es establecer desde el inicio –de acuerdo a la naturaleza y la importancia de la institución- planes de Prevención, de Salvamento y de Conservación, los mismos que deberían ser revisados y actualizados periódicamente, según las variables de riesgo que amenazan cíclicamente tanto el medio externo, el edificio, el personal y la integridad de las colecciones. 1.1 El Plan de Prevención El Plan de prevención, que debe estar a cargo de un equipo con formación y capacitación especial, se efectuaría en base a un levantamiento y análisis de las variables siguientes: a. Marcar y señalizar las características del medio físico y geográfico en que se encuentra ubicada la institución, las variables de clima, su condición de zona sísmica, su propensión a inundaciones por vecindad a crecidas de ríos no canalizados, y otras que pudieran comprometer la integridad de la institución. b. Eliminar y prescindir de las situaciones de alto riesgo a que puedan estar sometidas la institución, las colecciones y el personal. Al respecto vale recordar la advertencia externa y pública que el cineasta A. Robles 4 Godoy publicara en su columna “Lenguaje misterioso” respecto a la colección de rollos de películas de nitrato almacenados en uno de sus ambientes de la Biblioteca Nacional. c. Registrar la calidad y el estado físico de las edificaciones cercanas con riesgo de incendio u otra catástrofe. Del mismo modo que, contactar con las instituciones vecinas que podrían servirnos de apoyo, o con aquellas con quienes coordinaríamos algún tipo de asistencia mutua. d. Efectuar periódicamente un estudio minucioso de la planta física del local o el edificio, de preferencia con el asesoramiento del ingeniero o arquitecto que diseñara la construcción, de modo de detectar fallas y poder señalar medidas preventivas, tales como la reparación de daños menores que puedan causar o facilitar desastres mayores. Este cateo incluye la revisión de cimientos, de paredes, techos, ventanas, puertas, cableados eléctricos, tuberías de agua y desagüe, estado y ubicación de los tanques de agua, el estado de los sistemas de alarmas y de los mecanismos contra incendio. e. Revisión de los depósitos, su ubicación, la calidad, estado y solidez de las estanterías; su estabilidad, por ejemplo saber si pueden soportar movimientos sísmicos e incendios. Mantenerlas alejadas de zonas de tuberías de agua y desagüe. Un levantamiento periódico de las 4 Robles Godoy, A. Explosión cultural” En El Dominical. Lima, El Comercio. 19 may 2002 : p.2.
condiciones del estado físico, y el control permanente, permitirían planificar las medidas a tomar de acuerdo con su urgencia y necesidad, previniendo consecuencias desastrosas que revertirían no solo en la seguridad de las colecciones y del personal de la institución, sino también directamente en los derechos del usuario de acceder al conocimiento y la información que albergan y conservan estas instituciones. f. Coordinar con las instituciones especializadas tales como Defensa Civil, solicitando asistencia para diseño de señalizaciones de las salas de trabajo, lectura y de exposiciones e instrucciones para evacuación en caso de amagos, sismos u otros desastres. g. Proveerse de sistemas y dispositivos contra los desastres a que están expuestos estos centros: i. Para control de la seguridad, existen sistemas de alarmas al ingreso y salida que detectan personas que 5 sustraen documentos , así como a los portadores de artefactos con 6 intenciones criminales ii. Alarmas que detectan incendios; en el mercado existen desde aquellas que reaccionan a las primeras emisiones de gas en la primera fase del incendio, las que delatan la presencia de humo y otras sensibles a los rayos infrarrojos que detectan las primeras llamas. Para los depósitos de microfilms, películas, material digital y otros sensibles a altas temperaturas, que necesitan ser conservadas a temperaturas límites, existen detectores térmicos, que se regulan para reaccionar a una cierta elevación o baja brusca de temperatura. En depósitos de colecciones especiales y valiosas y en las salas de lectura e investigación, se colocan también detectores de humedad. h. La evaluación de los recursos bibliográficos y el levantamiento de inventarios valorizados, son funciones técnicas propias de toda biblioteca, archivo y museo. Le corresponde al Equipo de Planeamiento de Prevención de Desastres, anexar estos datos, cuidando de coordinar con los organismos directivos respecto políticas y prioridades en cuanto a protección, prevención y salvamento de colecciones, equipos, mobiliarios y otros. i. El Plan debe considerar, el proveerse de dispositivos para atacar, arremeter y / o detener tanto las inundaciones, los amagos de incendio como los intentos criminales de terceros. Igualmente en él se deberá contemplar el deber de estar prevenidos y conectados directamente con las personas y las instituciones especializadas en contrarrestar y sofocar los efectos causados por la diversa gama de agentes destructores. En el Anexo 1, se incluye un listado de suministros necesarios para actuar y enfrentar un siniestro. Prevenir también es contemplar y / o proyectar un Plan de Capacitación, un Plan de rescate, recuperación y restauración, y estar conectados con instituciones y conservadores, con quienes, de presentarse una situación de desastre se podría contactar en forma inmediata y ya concertada con antelación. 2. El Plan de Capacitación 5 La tecnología moderna ha ideado diversos dispositivos para evitar la sustracción de documentos. 6 Spawn, W. After Wather Comes. En Library Conservation : Preservation in Perspective. Stroudsburg, P.A., 1978 : p. 400-404, advierte que cerca del 80% de los incendios producidos en bibliotecas y archivos tienen origen criminal.
El Plan de Prevención, dijimos considerará prioritariamente un “Plan de capacitación del personal”7, el mismo que dependerá del tamaño de la institución y de la importancia de las colecciones. Se recomienda igualmente conformar de preferencia equipos con habilidades y responsabilidades puntuales, de modo que de llegar a producirse una amenaza de cualquier tipo, el personal sepa actuar en forma inmediata y organizada no solo en las acciones de prevención sino también en las de salvamento, conservación y restauración. El Plan de Prevención y el proceso de Capacitación, establecerán y definirán las políticas de la institución respecto a prioridades en cuanto al salvamento: de archivos históricos, archivos de personal, colecciones patrimoniales, ejemplares únicos, raros y valiosos, colecciones y formatos especiales, obras de arte, colecciones para el préstamo, ejemplares duplicados, etc. así como prioritariamente, reiteramos consignar la reubicación de las colecciones de alto riesgo como rollos de películas de nitrato. Es sumamente importante que las bibliotecas, archivos y museos, consideren seriamente la concertación de charlas y encuentros con el personal de las compañías de bomberos, para recibir asesoramiento respecto a medidas preventivas, así como efectuar intercambio de informaciones sobre el valor y la significación del patrimonio artístico y documental, de modo que ellos sepan asumir acciones de salvamento que preserven la destrucción irreversible de las colecciones, y tengan a la vez conocimiento sobre las colecciones de alto riesgo. Igualmente, programar y efectuar charlas y ensayos periódicos de actuación frente a presuntos actos destructivos. Los responsables administrativos y técnicos están obligados a apoyar al Equipo de prevención de desastres en la edición y difusión de folletos instructivos, con la asignación de las responsabilidades y las instrucciones frente a los desastres proclives a estas instituciones. 3. Cómo actuar ante un siniestro. Un buen Plan de Prevención, un proceso de Capacitación continua y una acertada asignación y cumplimiento de roles por parte de todo el personal, son las estrategias básicas y fundamentales para: i. Prevenir y evitar que se produzca un amago o siniestro por causa del azar, el descuido o la negligencia humana. ii. Actuar en forma inmediata, serena y concertada cuando no fue posible prevenir el siniestro producido por cualquier causa fortuita que no pudo evitarse, o cuando los causantes fueron fenómenos de la naturaleza, conflagraciones armadas sorpresivas o el terrorismo. Un buen Plan manejado con previsión, inteligencia y responsabilidad, reduciría en gran medida los efectos destructivos y ahorraría los altos costos de la restauración. 3.1 Ante un terremoto De cumplirse a cabalidad, reitero las medidas preventivas señaladas en El Plan de Prevención, el personal capacitado y con roles fijados de antemano, sabrá actuar en la dimensión de su responsabilidad y el debido entrenamiento; y al margen de la intensidad del sismo, podrían reducirse los efectos que amenacen la seguridad del personal y de las colecciones. En caso de secuelas de amagos de incendios o roturas de cañerías, las medidas de seguridad trazadas menguarían sobremanera los efectos destructivos. 3.2 Ante los efectos del fuego y el agua. 7 La capacitación en desastres, conservación y restauración de documentos, debería empezar como curso básico en la formación profesional.
Un incendio generalizado se produce cuando no tuvieron efecto las medidas de prevención, detección y sofocación del amago por el personal de la institución, hasta la llegada de los bomberos; que son cuerpos especializados con quienes la biblioteca, el archivo o el museo, deberían tener una comunicación directa e instantánea8. Como ya señalamos al comienzo de este ensayo, un buen Plan de prevención puesto en marcha, complementado con campañas de capacitación y entrenamiento periódico del personal, son evidentemente las tácticas más efectivas, seguras y menos costosas para prevenir estos desastres. Dijimos también que las repercusiones destructivas del agua que se producen en caso de inundaciones, derrames de tanques, ruptura de cañerías, o la empleada para amagar incendios, son las que provocan un mayor porcentaje de daños en los documentos; si se suman a estas la proliferación de hongos en los documentos humedecidos, más la humedad del ambiente, se aumentaría y acentuaría en mayor medida el deterioro y la destrucción de los documentos. 4. El Plan de rescate Este Plan que debería estar previsto en el Plan de prevención, será actualizado inmediatamente después del siniestro, conjugando recursos humanos y materiales, la evaluación de daños y las acciones puntuales; de modo que las operaciones de recuperación y restauración de las colecciones se inicien una vez que las condiciones de seguridad lo permitan (el Anexo 1, es una relación de insumos necesarios para las primeras acciones de salvamento de las colecciones). No consideramos en este ensayo la eventualidad de lesiones en el personal, cuyo auxilio y tratamiento corre a cargo de servicios médicos internos o externos y de la seguridad social; tampoco haremos hincapié en la restauración de averías y daños en el edificio y el mobiliario, que en la medida de su intensidad y grado de destrucción serían objeto de decisiones especializadas. 4.1 En caso de sismo. Según la intensidad del sismo y el rigor de los daños causados, habría que esperar una decisión técnica y especializada para iniciar el levantamiento de las colecciones, de la infraestructura de los soportes (estanterías, carritos, etc.), la eliminación del polvo, los posibles desprendimientos, así como la limpieza de las colecciones y su distribución y reordenamiento. Estas operaciones se iniciarían con las colecciones más importantes, el patrimonio o las obras más valiosas. En caso de haber daño en las estructuras, se retirará el polvo de los documentos con ayuda de brochas y se ordenarán en cajas de cartón, para ser depositadas un lugar más seguro que había sido previsto en el Plan de rescate. Los libros deshojados se sujetarán con cuerdas de pabilo y cartones protectores, en los que se anotarán sus datos descriptivos (clasificación, número de ingreso, autor, título). En cada una de las cajas se anotará con plumón indeleble los códigos de los libros. Se recomienda que una persona anote en hojas adicionales o en computadora, los códigos de ubicación, el código de ingreso y de preferencia el títulos de los documentos. De existir una base de datos, se creará un índice especial para este menester o se anotarán los datos en el Índice Topográfico. 4.2 En caso de incendio e inundación Dependiendo de la magnitud del siniestro, las acciones de salvamento y recuperación, contempladas en el Plan se iniciarían inmediatamente 8 Algunas compañías de bomberos, tienen conexiones directas para detectar incendios en instituciones de alto riesgo.
después de sofocado el incendio, una vez que se hayan restituido las condiciones mínimas que garanticen la seguridad personal. Las bibliotecas, archivos y museos, que han experimentado desastres devastadores, han legado al mundo sus experiencias que resumimos aquí, consciente de que es un deber divulgarlas a los profesionales y curadores de estas instituciones, por su rol de agentes de la difusión y el acceso a la información y el conocimiento registrado. El Equipo de salvamento y recuperación de las colecciones, coordinará con las autoridades y especialistas (bomberos, ingenieros, expertos, la compañía aseguradora entre otros), respecto al momento en que se iniciarían las operaciones de rescate, así como acerca de las medidas de seguridad que deban tomarse y los procedimientos a seguir. Se procederá a tomar fotografías y / o “videos” de los ambientes y del estado de las colecciones; documentos éstos de mucha ayuda para conocer a ciencia cierta la situación y poder planificar las acciones de salvamento y recuperación de las colecciones, las estanterías y los demás bienes afectados. El Plan de salvamento y recuperación, reitero que debería contemplar y definir las políticas de la institución, respecto a prioridades para el salvamento de los distintos tipos de documentos: archivos históricos, archivos de personal, colecciones patrimoniales, ejemplares únicos, raros y valiosos, colecciones y formatos especiales, obras de arte, colecciones para el préstamo, ejemplares duplicados, etc. Igualmente señalaría las tareas y las responsabilidades de los diversos equipos de salvamento, considerados en el respectivo Plan. 5. Las primeras Acciones Técnicas Para evitar el incremento del deterioro de las colecciones, la primera de las acciones técnicas es conservar por medios mecánicos o naturales la temperatura de los ambientes en donde se encuentren los documentos. Para minimizar la proliferación de hongos (estos organismos se multiplican a temperaturas mayores de 24 grados centígrados y a más de 65% de humedad). Los expertos recomiendan que es preferible conservar algunas horas más los documentos que estuvieren embebidos en el agua, a retirarlos a un ambiente desprotegido de la proliferación de hongos; puesto que el agua causaría talvez solo la disminución del color de algunas tintas, en tanto que los hongos no proliferarían, debido a que estos organismos no se multiplican dentro del agua. La temperatura ideal es la inferir a 0º, que solo llegaría a alcanzarse en bibliotecas y archivos de nuestra Sierra. De preferencia aislar los documentos que están en buenas condiciones y protegerlos del viento y la tierra, cerrando ventanas y bajando la temperatura si esta superara los niveles aconsejables (mayor de 20 a 24º y humedad superior a 60). Desechar aquellos calificados como irrecuperables Aislar los humedecidos de los que podrían ser recuperados por procedimientos especiales. Tener presente que el pergamino, el cuero y la vitela, así como el papel couché precisan de un secado especial (las hojas de este último casi inmediatamente tienden a pegarse entre sí; esto no sucede si inmediatamente son sometidos a congelación). Retirar también los embebidos en barro para limpiarlos mediante enjuagues. Debemos considerar que los documentos quemados y mojados son doblemente susceptibles de destrucción y por tanto deben ser objeto de restauraciones sumamente costosas; por ello según sea la política asumida en el Pan de salvamento, serían talvez conservados para la restauración aquellos ejemplares únicos de mayor valor histórico, documental y artístico.
En el caso de una acentuada destrucción del edificio, en la que sea necesario transportar los documentos a otros ambientes u otros locales, éstos tendrían que ser embalados -y según su estado- aislados unos de otros en envolturas de papel absorbente y colocados sobre su lomo en cajas de cartón de tamaño mediano, que puedan resistir el peso del papel aumentado con el grado de humedad; teniendo presente que las deformaciones que pudieran sufrir en esta etapa serían irreversibles. El transporte y el desembalaje para llevarlos al secado al aire libre, al vacío o la congelación, se efectuaría también con el mayor cuidado que fuera posible. Para la identificación de las cajas se usarán los mismos criterios señalados en 4.1, indicando el destino de cada una de ellas, el que quedará registrado también en el Listado topográfico o la Base de datos numérica. 9 Sally A. Bucanan , describe clara y sucintamente el proceso preliminar de limpieza, que se efectuaría antes del embalaje para el secado o la congelación: Los documentos cubiertos de barro y otros desechos, es recomendable enjuagarlos on mucho cuidado en agua clara. Los volúmenes sostenidos con delicadeza con ambas manos y sumergidos en varios baños de agua limpia; de la misma manera pueden ser tratadas las pilas de documentos [manuscritos]. Pueden limpiarse también con ayuda de una regadera, salvo aquellos escritos con tinta disoluble al agua ... Las fotografías pueden enjuagarse suavemente en un depósito poco profundo lleno de agua clara y fresca. No deben frotarse ni con brocha ni esponja. Luego se las expone a secar en lugar fresco y seco, o se las congelará hasta poder ser secadas. Las fotografías en color se maltratan más fácilmente que las blanco y negro. Las diapositivas pueden tratarse como las fotografías [después de retirarles el marquito de cartón o de aluminio; de preferencia seguir las recomendaciones del laboratorio fotográfico]. Los microfilms y las bobinas de película, también pueden lavarse con agua clara y fresca. La solución ideal sería llevarlas en recipientes llenos de agua clara a un centro de tratamiento digno de confianza. Los negativos blanco y negro pueden permanecer inmersos en agua hasta tres días; las películas en color pueden mantenerse en aguas clara hasta por dos días. Las bobinas de películas-desenrolladas- y los microfilms pueden ser congelados). Las bobinas de bandas magnéticas se malogran con el agua. Los diskettes de acetato pueden también enjuagarse con agua fría y limpia y puestos a secar al aire libre, en cambio los discos duros se maltratan con el agua. Si se exponen al agua los cassettes se pegan y se malogran. 5.1 La Estabilización Con este epígrafe se designan los procedimientos a seguir para evitar la deformación física y la degradación biológica, causada esta última por proliferación de hongos y de bacterias nocivas a los documentos y al hombre. La historia de los siniestros ocurridos en las grandes bibliotecas, archivos y museos, reconoce que el procedimiento ideal es congelar los documentos embalados, a temperaturas entre -20 y -30 grados. Para esta operación se puede recurrir a todo género de cámaras frigoríficas existentes en el medio; razón por la que un buen Plan de Prevención debería contemplar todos 9 Obra citada.
recursos existentes en la ciudad, del mismo modo que mantener permanente contacto con las instituciones que podrían proveernos de tales servicios. De no ser posible recurrir al congelamiento, por un tiempo mínimo de 48 horas, se trasladarían los documentos embalados a ambientes secos, fríos y bien ventilados; recordando que los hongos en papel mojado empiezan a reproducirse antes de 72 horas. La literatura de salvamento para contrarrestar los efectos del fuego y el agua es vasta; se ha experimentado con buenos resultados con el uso de higrómetros deshumedecedores, con capacidad de secado con aire frío o caliente; no recomendada para documentos muy frágiles. También da buenos resultados la Liofilización, que consiste en someter al vacío los documentos previamente congelados, hasta que concluya su secado; este procedimiento es hasta el momento el más recomendado, por que evita la deformación excesiva de los documentos y puede ser aplicada también en las fotografías, las bandas magnéticas y las obras impresas en papel couché. Las operaciones siguientes, entrarían en el área de la restauración, efectuadas por especialistas y técnicos versados en el arte de restituir los desgastes y las pérdidas sufridas por los documentos, debidos a los efectos de desastres, el uso inadecuado y el paso del tiempo. La digitalización de los documentos de alto valor histórico y la consecuente conservación de los originales en ambientes aislados de los efectos causados por desastres naturales o los provocados por la mano del hombre, es el procedimiento de preservación y conservación más usado recientemente, será objeto de un comentario especial. Anexo 1 : Materiales y suministros para protección y primeros auxilios Una medida de protección es la conformación de un stock de materiales y suministros necesarios para protección de los documentos en caso de un siniestro; los que se consideran como más necesarios son: 1. Cajas de cartón para traslado de los documentos. Tener presente que en caso de inundación o incendio, los documentos mojados o humedecidos aumentan notablemente su peso, del mismo modo que los efectos del agua y el fuego afectan su estabilidad y fragilidad; por lo que deberían ser trasladados en pequeñas cajas que no fueran causantes de un mayor deterioro y deformaciones. 2. Tener un stock de hojas de papel absorbente o “bullky” para intercalar entre las hojas humedecidas . 3. Rollos de papel plástico para proteger las estanterías en casos de inundaciones y goteras. 4. Hojas de poliéster para soporte de los manuscritos empapados. 5. Cubos, escobas, y paños para evacuar el agua y el barro. 6. Lámparas, bombas extractoras de agua y aparatos de radio a pilas. 7. Ventiladores y deshumedecedores.
8. Embalajes isotérmicos, cuadernos para anotaciones, cartapacios, cintas adhesivas para armar cajas, cartón fuerte para soporte de los documentos empapados, pabilo para atarlos. 9. Lápices y estilógrafos de tinta indeleble para marcar los embalajes. 10. Cuchillas con láminas de reserva para cortar el papel cartón y los embalajes isotérmicos. 11. Guantes, cascos de protección, vestimentas de plástico y zapatos de jebe. 12. Cajas de material plástico para colocar los documentos empapados, quemados y/o los que deban ser evacuados. 13. Bandejas y recipientes de plástico para lavar y enjuagar los documentos. 14. Esponjas y brochas para limpiar los documentos. 15. Mesas de trabajo portátiles. 16. Cuerdas para suspender las hojas y los documentos mojados, con pinzas para sostenerlos. 17. Esponjas de caucho sintético para retirar el polvo, la suciedad y el hollín. 18. Botiquín completo para primeros auxilios. 19. Carritos para transportar los documentos y las cajas. 20. Estuches con herramientas. 21. Planchas de uso doméstico para secado de las hojas humedecidas, de modo que sean utilizadas nuevamente en otros documentos mojados. Anexo 2 : Bibliografía sobre prevención, rescate y salvamento 1990 Buchnan, Sally A. Lutte cntre les sinistres dans les bibliotheques et les archives : prevention, previsión, sauvetage : une étude RAMP accompagnée de principes directeurs. Paris : Unesco, 1990. 136 p. 1987 Buttler, Randall. The Los Angeles Central Library FIRE : Nightmare, part II. En Conservation Administration News. n. 28, ene. 1987 : p. 1-2. Chiesa, Adele M. Identifying the Emergency Management Profession. En Special Libraries. v. 7, n.2 : 1987 : p. 88-92. 1986 Baker, Richard C. Disaster Training : a Regional Approach. En The Book and Paper Group Annual. v 5, 1986 : p. 146.152. Banks, Elizabeth S. Recovery Measures for Flooded Archival Materials Including Photographs at the Frederick Law Olmstead National Historic Site. En En The Book and Paper Group Annual. v 5, 1986 : p. 159-166. Boggs, D. Lee. Determining the Effectiveness of Efforts to Reduce Flood Losses : the TVA Experience. Knoxville, Tenn., 1986.
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