DESASTRES EN BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS CAUSADOS POR SISMOS, FUEGO Y AGUA : PREVENCIÓN, RESCATE Y SALVAMENTO

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DESASTRES EN BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS CAUSADOS
        POR SISMOS, FUEGO Y AGUA : PREVENCIÓN,
        RESCATE Y SALVAMENTO

                                      por Elisa Morales Flores,
                                   Directora de Bibliotécnic Consultores

                         Morales Flores, Elisa. Desastres en bibliotecas y
                         archivos causados por sismos, fuego y agua :
                         prevención, rescate y salvamento.         Lima :
                         Bibliotécnic Consultores, 2002. 14 h. (Biblioteca
                         Virtual de Bibliotécnic Consultores, 2)

Contenido

1. La Prevención
1.1 El Plan de Prevención
2. El Plan de Capacitación
3. Cómo actuar ante un siniestro.
3.1 Ante un terremoto
3.2 Ante los efectos del fuego y el agua.
4. El Plan de rescate y salvamento
4.1 En caso de sismo.
4.2 En caso de incendio e inundación
5. Las primeras Acciones Técnicas
5.1 La Estabilización
Anexo 1 : Materiales y suministros para protección y primeros auxilios
Anexo 2 : Bibliografía sobre prevención, rescate y salvamento

Generalidades

Estar prevenidos contra el fuego y el agua, temibles enemigos que
arteramente asechan a las bibliotecas, archivos y museos, es uno de los más
ingratos y a la vez urgentes e inaplazables temas que persistentemente
deben ser tratados y tenidos en permanente debate y constante reajuste.

Una buena parte de los comentarios, sugerencias y reconvenciones que hoy
comparto con ustedes, son un importante legado de recomendaciones,
experiencias, prudentes consejos y directivas que en tono muy modesto y
reservado nos impartiera Emma Carrillo, responsable de la División de
Restauración de la Biblioteca Nacional, hace unos 20 meses, cuando cuatro
pisos de la torre que almacena el Patrimonio Bibliográfico, sufrieran los
efectos de un desborde del “tanque” que provee de agua al ala sur de la
           1
institución .

En esa misma semana, complementamos nuestro “noviciado y aprendizaje
sobre el terreno”, cuando fuimos convocados a asesorar en la recuperación
de los documentos quemados en el incendio ocurrido ese mismo día en un
archivo estatal.

Estas dos experiencias motivaron mi inquietud a adquirir una capacitación
formal sobre medidas de prevención y salvamento de estas calamidades y
desastres que asechan a las bibliotecas, archivos y museos; ellos
conservadores y guardas del patrimonio documental y artístico, y
responsables de su difusión y transferencia.

Con estas expectativas, intervine en octubre del 2000 en las IV “Journées
pour la Conservation Peventive des Archives et les Bibliothéques”, en Paris,
Arles y Marruecos, dirigidas por expertos conservadores, herederos de una
prolongada experiencia en desastres de bibliotecas, museos y archivos del
Mundo; experiencias que han registrado en importantes escritos y ensayos,
en los que dan testimonio sobre estos desgraciados sucesos que
constantemente azotan a estas instituciones, que albergan, divulgan y
conservan para la posteridad, todo el caudal de conocimientos que la
producido el hombre a través de los tiempos.

Es preciso acotar que no es mi intención sentar teoría ni demostrar
conocimientos ni experiencias propias, tan solo divulgar entre los lectores de
habla hispánica una modesta alerta orientada a prevenir, detectar a tiempo y
                                2
salvaguardar los documentos         que atesoran estas instituciones, de los
efectos destructivos y catastróficos provocados por el fuego y el agua.

Es una realidad que la contaminación atmosférica, el agua y el fuego son los
tres elementos o agentes naturales que mayormente atacan y destruyen los
documentos y las obras de arte. De los tres, este último es el más
aniquilante; y siendo el agua el principal medio para contrarrestarlo, es a
ciencia cierta la que causa mayores estragos en el papel y las obras de arte
rescatadas de un incendio. Schmelzer3 da testimonio del incendio que en
1966 ocurrió en el último piso de la Biblioteca del Seminario judío de Nueva
York, donde se perdieron 70000 libros, a los que se sumaron 150000 más de
los pisos inferiores, por causa del agua empleada para amagar el incendio.

Los múltiples y destructores desastres que han azotado estas instituciones a
través de los tiempos, han hecho florecer una rica y variada experiencia oral
y escrita, nacida del conocimiento, la habilidad, la destreza, y la investigación
del hombre, así como de la urgente necesidad por conservar y perennizar
esa parte del patrimonio cultural y científico de nuestro Mundo, que eternizan
y atesoran los documentos escritos y las obras de arte. En aquellas obras,
los expertos y técnicos coinciden en que la fórmula para evitar los desastres
y mitigar los daños –si no fuera posible impedirlos- es: prevenir, planificar,
capacitar y estar preparados para actuar en forma inmediata y acertada.

1
  En escasos minutos se embebieron, mojaron y humedecieron 100260 hojas
de la colección patrimonial, las que fueron recuperadas y salvadas de los
hongos y la destrucción gracias al inmediato y prolijo plan de salvamento
emprendido.
2
  En este ensayo, se califica como documento, todo escrito, que conserva
información, conocimiento y manifestaciones artísticas, sean manuscritos,
impresos o reproducidos por los diversos medios creados por la tecnología de
Información a lo largo de todos los tiempos.
3
  Schmelzer, M. Fire and Water : Book Salvage in New York and Florence
En Special Libraries. N.Y. October 1968 : p. 620-625.
1. La Prevención

Hoy en día los especialistas coinciden en que las medidas preventivas son
los medios más acertados para salvaguardar el patrimonio que albergan las
bibliotecas, archivos y museos; que ello supone locales adecuados, sistemas
de almacenamiento apropiados, detección temprana de los riesgos que
corren el edificio y las colecciones; dictar y hacer cumplir las pautas y normas
para el uso y la manipulación de los documentos, así como las medidas de
seguridad; capacitar al personal en todas las acciones de prevención, así
como orientar al personal y a los usuarios con señalizaciones apropiadas
para un comportamiento adecuado en caso de siniestros.

Prevenir implica también analizar los diversos riesgos, los peligros y las
inseguridades a que están expuestos el personal, las colecciones y las
infraestructuras; igualmente es establecer desde el inicio –de acuerdo a la
naturaleza y la importancia de la institución- planes de Prevención, de
Salvamento y de Conservación, los mismos que deberían ser revisados y
actualizados periódicamente, según las variables de riesgo que amenazan
cíclicamente tanto el medio externo, el edificio, el personal y la integridad de
las colecciones.

1.1 El Plan de Prevención

El Plan de prevención, que debe estar a cargo de un equipo con formación y
capacitación especial, se efectuaría en base a un levantamiento y análisis de
las variables siguientes:

    a. Marcar y señalizar las características del medio físico y geográfico en
    que se encuentra ubicada la institución, las variables de clima, su
    condición de zona sísmica, su propensión a inundaciones por vecindad a
    crecidas de ríos no canalizados, y otras que pudieran comprometer la
    integridad de la institución.

    b. Eliminar y prescindir de las situaciones de alto riesgo a que puedan
    estar sometidas la institución, las colecciones y el personal. Al respecto
    vale recordar la advertencia externa y pública que el cineasta A. Robles
                                                              4
    Godoy publicara en su columna “Lenguaje misterioso” respecto a la
    colección de rollos de películas de nitrato almacenados en uno de sus
    ambientes de la Biblioteca Nacional.

    c. Registrar la calidad y el estado físico de las edificaciones cercanas
    con riesgo de incendio u otra catástrofe. Del mismo modo que, contactar
    con las instituciones vecinas que podrían servirnos de apoyo, o con
    aquellas con quienes coordinaríamos algún tipo de asistencia mutua.

    d. Efectuar periódicamente un estudio minucioso de la planta física del
    local o el edificio, de preferencia con el asesoramiento del ingeniero o
    arquitecto que diseñara la construcción, de modo de detectar fallas y
    poder señalar medidas preventivas, tales como la reparación de daños
    menores que puedan causar o facilitar desastres mayores. Este cateo
    incluye la revisión de cimientos, de paredes, techos, ventanas, puertas,
    cableados eléctricos, tuberías de agua y desagüe, estado y ubicación de
    los tanques de agua, el estado de los sistemas de alarmas y de los
    mecanismos contra incendio.

    e. Revisión de los depósitos, su ubicación, la calidad, estado y solidez
    de las estanterías; su estabilidad, por ejemplo saber si pueden soportar
    movimientos sísmicos e incendios. Mantenerlas alejadas de zonas de
    tuberías de agua y desagüe. Un levantamiento periódico de las

4
 Robles Godoy, A. Explosión cultural” En El Dominical.          Lima, El
Comercio. 19 may 2002 : p.2.
condiciones del estado físico, y el control permanente, permitirían
    planificar las medidas a tomar de acuerdo con su urgencia y necesidad,
    previniendo consecuencias desastrosas que revertirían no solo en la
    seguridad de las colecciones y del personal de la institución, sino
    también directamente en los derechos del usuario de acceder al
    conocimiento y la información que albergan y conservan estas
    instituciones.

    f. Coordinar con las instituciones especializadas tales como Defensa
    Civil, solicitando asistencia para diseño de señalizaciones de las salas
    de trabajo, lectura y de exposiciones e instrucciones para evacuación en
    caso de amagos, sismos u otros desastres.

    g. Proveerse de sistemas y dispositivos contra los desastres a que
    están expuestos estos centros: i. Para control de la seguridad, existen
    sistemas de alarmas al ingreso y salida que detectan personas que
                          5
    sustraen documentos , así como a los portadores de artefactos con
                            6
    intenciones criminales     ii. Alarmas que detectan incendios; en el
    mercado existen desde aquellas que reaccionan a las primeras
    emisiones de gas en la primera fase del incendio, las que delatan la
    presencia de humo y otras sensibles a los rayos infrarrojos que detectan
    las primeras llamas. Para los depósitos de microfilms, películas, material
    digital y otros sensibles a altas temperaturas, que necesitan ser
    conservadas a temperaturas límites, existen detectores térmicos, que se
    regulan para reaccionar a una cierta elevación o baja brusca de
    temperatura. En depósitos de colecciones especiales y valiosas y en las
    salas de lectura e investigación, se colocan también detectores de
    humedad.

    h. La evaluación de los recursos bibliográficos y el levantamiento de
    inventarios valorizados, son funciones técnicas propias de toda
    biblioteca, archivo y museo. Le corresponde al Equipo de Planeamiento
    de Prevención de Desastres, anexar estos datos, cuidando de coordinar
    con los organismos directivos respecto políticas y prioridades en cuanto
    a protección, prevención y salvamento de colecciones, equipos,
    mobiliarios y otros.

    i. El Plan debe considerar, el proveerse de dispositivos para atacar,
    arremeter y / o detener tanto las inundaciones, los amagos de incendio
    como los intentos criminales de terceros. Igualmente en él se deberá
    contemplar el deber de estar prevenidos y conectados directamente con
    las personas y las instituciones especializadas en contrarrestar y sofocar
    los efectos causados por la diversa gama de agentes destructores.

    En el Anexo 1, se incluye un listado de suministros necesarios para
actuar y enfrentar un siniestro.

Prevenir también es contemplar y / o proyectar un Plan de Capacitación, un
Plan de rescate, recuperación y restauración, y estar conectados con
instituciones y conservadores, con quienes, de presentarse una situación de
desastre se podría contactar en forma inmediata y ya concertada con
antelación.

2. El Plan de Capacitación

5
  La tecnología moderna ha ideado diversos dispositivos para evitar la
sustracción de documentos.
6
  Spawn, W. After Wather Comes. En Library Conservation : Preservation
in Perspective. Stroudsburg, P.A., 1978 : p. 400-404, advierte que cerca del
80% de los incendios producidos en bibliotecas y archivos tienen origen
criminal.
El Plan de Prevención, dijimos considerará prioritariamente un “Plan de
capacitación del personal”7, el mismo que dependerá del tamaño de la
institución y de la importancia de las colecciones. Se recomienda igualmente
conformar de preferencia equipos con habilidades y responsabilidades
puntuales, de modo que de llegar a producirse una amenaza de cualquier
tipo, el personal sepa actuar en forma inmediata y organizada no solo en las
acciones de prevención sino también en las de salvamento, conservación y
restauración.

El Plan de Prevención y el proceso de Capacitación, establecerán y definirán
las políticas de la institución respecto a prioridades en cuanto al salvamento:
de archivos históricos, archivos de personal, colecciones patrimoniales,
ejemplares únicos, raros y valiosos, colecciones y formatos especiales, obras
de arte, colecciones para el préstamo, ejemplares duplicados, etc. así como
prioritariamente, reiteramos consignar la reubicación de las colecciones de
alto riesgo como rollos de películas de nitrato.

Es sumamente importante que las bibliotecas, archivos y museos, consideren
seriamente la concertación de charlas y encuentros con el personal de las
compañías de bomberos, para recibir asesoramiento respecto a medidas
preventivas, así como efectuar intercambio de informaciones sobre el valor y
la significación del patrimonio artístico y documental, de modo que ellos
sepan asumir acciones de salvamento que preserven la destrucción
irreversible de las colecciones, y tengan a la vez conocimiento sobre las
colecciones de alto riesgo.

Igualmente, programar y efectuar charlas y ensayos periódicos de actuación
frente a presuntos actos destructivos. Los responsables administrativos y
técnicos están obligados a apoyar al Equipo de prevención de desastres en
la edición y difusión de folletos instructivos, con la asignación de las
responsabilidades y las instrucciones frente a los desastres proclives a estas
instituciones.

3. Cómo actuar ante un siniestro.

Un buen Plan de Prevención, un proceso de Capacitación continua y una
acertada asignación y cumplimiento de roles por parte de todo el personal,
son las estrategias básicas y fundamentales para: i. Prevenir y evitar que se
produzca un amago o siniestro por causa del azar, el descuido o la
negligencia humana. ii. Actuar en forma inmediata, serena y concertada
cuando no fue posible prevenir el siniestro producido por cualquier causa
fortuita que no pudo evitarse, o cuando los causantes fueron fenómenos de
la naturaleza, conflagraciones armadas sorpresivas o el terrorismo. Un buen
Plan manejado con previsión, inteligencia y responsabilidad, reduciría en
gran medida los efectos destructivos y ahorraría los altos costos de la
restauración.

3.1 Ante un terremoto

De cumplirse a cabalidad, reitero las medidas preventivas señaladas en El
Plan de Prevención, el personal capacitado y con roles fijados de antemano,
sabrá actuar en la dimensión de su responsabilidad y el debido
entrenamiento; y al margen de la intensidad del sismo, podrían reducirse los
efectos que amenacen la seguridad del personal y de las colecciones. En
caso de secuelas de amagos de incendios o roturas de cañerías, las medidas
de seguridad trazadas menguarían sobremanera los efectos destructivos.

3.2 Ante los efectos del fuego y el agua.

7
 La capacitación en desastres, conservación y restauración de documentos,
debería empezar como curso básico en la formación profesional.
Un incendio generalizado se produce cuando no tuvieron efecto las medidas
de prevención, detección y sofocación del amago por el personal de la
institución, hasta la llegada de los bomberos; que son cuerpos especializados
con quienes la biblioteca, el archivo o el museo, deberían tener una
comunicación directa e instantánea8. Como ya señalamos al comienzo de
este ensayo, un buen Plan de prevención puesto en marcha, complementado
con campañas de capacitación y entrenamiento periódico del personal, son
evidentemente las tácticas más efectivas, seguras y menos costosas para
prevenir estos desastres.

Dijimos también que las repercusiones destructivas del agua que se
producen en caso de inundaciones, derrames de tanques, ruptura de
cañerías, o la empleada para amagar incendios, son las que provocan un
mayor porcentaje de daños en los documentos; si se suman a estas la
proliferación de hongos en los documentos humedecidos, más la humedad
del ambiente, se aumentaría y acentuaría en mayor medida el deterioro y la
destrucción de los documentos.

4. El Plan de rescate

Este Plan que debería estar previsto en el Plan de prevención, será
actualizado inmediatamente después del siniestro, conjugando recursos
humanos y materiales, la evaluación de daños y las acciones puntuales; de
modo que las operaciones de recuperación y restauración de las colecciones
se inicien una vez que las condiciones de seguridad lo permitan (el Anexo 1,
es una relación de insumos necesarios para las primeras acciones de
salvamento de las colecciones). No consideramos en este ensayo la
eventualidad de lesiones en el personal, cuyo auxilio y tratamiento corre a
cargo de servicios médicos internos o externos y de la seguridad social;
tampoco haremos hincapié en la restauración de averías y daños en el
edificio y el mobiliario, que en la medida de su intensidad y grado de
destrucción serían objeto de decisiones especializadas.

4.1 En caso de sismo.

Según la intensidad del sismo y el rigor de los daños causados, habría que
esperar una decisión técnica y especializada para iniciar el levantamiento de
las colecciones, de la infraestructura de los soportes (estanterías, carritos,
etc.), la eliminación del polvo, los posibles desprendimientos, así como la
limpieza de las colecciones y su distribución y reordenamiento. Estas
operaciones se iniciarían con las colecciones más importantes, el patrimonio
o las obras más valiosas. En caso de haber daño en las estructuras, se
retirará el polvo de los documentos con ayuda de brochas y se ordenarán en
cajas de cartón, para ser depositadas un lugar más seguro que había sido
previsto en el Plan de rescate. Los libros deshojados se sujetarán con
cuerdas de pabilo y cartones protectores, en los que se anotarán sus datos
descriptivos (clasificación, número de ingreso, autor, título). En cada una de
las cajas se anotará con plumón indeleble los códigos de los libros. Se
recomienda que una persona anote en hojas adicionales o en computadora,
los códigos de ubicación, el código de ingreso y de preferencia el títulos de
los documentos. De existir una base de datos, se creará un índice especial
para este menester o se anotarán los datos en el Índice Topográfico.

4.2 En caso de incendio e inundación

Dependiendo de la magnitud     del siniestro, las acciones de salvamento
y recuperación, contempladas en el Plan se iniciarían inmediatamente

8
  Algunas compañías de bomberos, tienen conexiones directas para detectar
incendios en instituciones de alto riesgo.
después de sofocado el incendio, una vez que se hayan restituido las
condiciones mínimas que garanticen la seguridad personal. Las bibliotecas,
archivos y museos, que han experimentado desastres devastadores, han
legado al mundo sus experiencias que resumimos aquí, consciente de que es
un deber divulgarlas a los profesionales y curadores de estas instituciones,
por su rol de agentes de la difusión y el acceso a la información y el
conocimiento registrado.

El Equipo de salvamento y recuperación de las colecciones, coordinará con
las autoridades y especialistas (bomberos, ingenieros, expertos, la compañía
aseguradora entre otros), respecto al momento en que se iniciarían las
operaciones de rescate, así como acerca de las medidas de seguridad que
deban tomarse y los procedimientos a seguir.          Se procederá a tomar
fotografías y / o “videos” de los ambientes y del estado de las colecciones;
documentos éstos de mucha ayuda para conocer a ciencia cierta la situación
y poder planificar las acciones de salvamento y recuperación de las
colecciones, las estanterías y los demás bienes afectados.

El Plan de salvamento y recuperación, reitero que debería contemplar y
definir las políticas de la institución, respecto a prioridades para el
salvamento de los distintos tipos de documentos: archivos históricos,
archivos de personal, colecciones patrimoniales, ejemplares únicos, raros y
valiosos, colecciones y formatos especiales, obras de arte, colecciones para
el préstamo, ejemplares duplicados, etc. Igualmente señalaría las tareas y las
responsabilidades de los diversos equipos de salvamento, considerados en el
respectivo Plan.

5. Las primeras Acciones Técnicas

Para evitar el incremento del deterioro de las colecciones, la primera de las
acciones técnicas es conservar por medios mecánicos o naturales la
temperatura de los ambientes en donde se encuentren los documentos. Para
minimizar la proliferación de hongos (estos organismos se multiplican a
temperaturas mayores de 24 grados centígrados y a más de 65% de
humedad). Los expertos recomiendan que es preferible conservar algunas
horas más los documentos que estuvieren embebidos en el agua, a retirarlos
a un ambiente desprotegido de la proliferación de hongos; puesto que el
agua causaría talvez solo la disminución del color de algunas tintas, en tanto
que los hongos no proliferarían, debido a que estos organismos no se
multiplican dentro del agua. La temperatura ideal es la inferir a 0º, que solo
llegaría a alcanzarse en bibliotecas y archivos de nuestra Sierra.

De preferencia aislar los documentos que están en buenas condiciones y
protegerlos del viento y la tierra, cerrando ventanas y bajando la temperatura
si esta superara los niveles aconsejables (mayor de 20 a 24º y humedad
superior a 60).

Desechar aquellos calificados como irrecuperables Aislar los humedecidos
de los que podrían ser recuperados por procedimientos especiales. Tener
presente que el pergamino, el cuero y la vitela, así como el papel couché
precisan de un secado especial (las hojas de este último casi inmediatamente
tienden a pegarse entre sí; esto no sucede si inmediatamente son sometidos
a congelación). Retirar también los embebidos en barro para limpiarlos
mediante enjuagues.

 Debemos considerar que los documentos quemados y mojados son
doblemente susceptibles de destrucción y por tanto deben ser objeto de
restauraciones sumamente costosas; por ello según sea la política asumida
en el Pan de salvamento, serían talvez conservados para la restauración
aquellos ejemplares únicos de mayor valor histórico, documental y artístico.
En el caso de una acentuada destrucción del edificio, en la que sea necesario
transportar los documentos a otros ambientes u otros locales, éstos tendrían
que ser embalados -y según su estado- aislados unos de otros en envolturas
de papel absorbente y colocados sobre su lomo en cajas de cartón de
tamaño mediano, que puedan resistir el peso del papel aumentado con el
grado de humedad; teniendo presente que las deformaciones que pudieran
sufrir en esta etapa serían irreversibles.

El transporte y el desembalaje para llevarlos al secado al aire libre, al vacío o
la congelación, se efectuaría también con el mayor cuidado que fuera
posible. Para la identificación de las cajas se usarán los mismos criterios
señalados en 4.1, indicando el destino de cada una de ellas, el que quedará
registrado también en el Listado topográfico o la Base de datos numérica.
                9
Sally A. Bucanan , describe clara y sucintamente el proceso preliminar de
limpieza, que se efectuaría antes del embalaje para el secado o la
congelación:

           Los documentos cubiertos de barro y otros desechos, es
           recomendable enjuagarlos on mucho cuidado en agua clara. Los
           volúmenes sostenidos con delicadeza con ambas manos y
           sumergidos en varios baños de agua limpia; de la misma manera
           pueden ser tratadas las pilas de documentos [manuscritos]. Pueden
           limpiarse también con ayuda de una regadera, salvo aquellos
           escritos con tinta disoluble al agua ...

           Las fotografías pueden enjuagarse suavemente en un depósito poco
           profundo lleno de agua clara y fresca. No deben frotarse ni con
           brocha ni esponja. Luego se las expone a secar en lugar fresco y
           seco, o se las congelará hasta poder ser secadas. Las fotografías
           en color se maltratan más fácilmente que las blanco y negro. Las
           diapositivas pueden tratarse como las fotografías [después de
           retirarles el marquito de cartón o de aluminio; de preferencia seguir
           las recomendaciones del laboratorio fotográfico].

           Los microfilms y las bobinas de película, también pueden lavarse
           con agua clara y fresca. La solución ideal sería llevarlas en
           recipientes llenos de agua clara a un centro de tratamiento digno de
           confianza. Los negativos blanco y negro pueden permanecer
           inmersos en agua hasta tres días; las películas en color pueden
           mantenerse en aguas clara hasta por dos días. Las bobinas de
           películas-desenrolladas- y los microfilms pueden ser congelados).

           Las bobinas de bandas magnéticas se malogran con el agua. Los
           diskettes de acetato pueden también enjuagarse con agua fría y
           limpia y puestos a secar al aire libre, en cambio los discos duros se
           maltratan con el agua. Si se exponen al agua los cassettes se
           pegan y se malogran.

5.1 La Estabilización

Con este epígrafe se designan los procedimientos a seguir para evitar la
deformación física y la degradación biológica, causada esta última por
proliferación de hongos y de bacterias nocivas a los documentos y al hombre.

La historia de los siniestros ocurridos en las grandes bibliotecas, archivos y
museos, reconoce que el procedimiento ideal es congelar los documentos
embalados, a temperaturas entre -20 y -30 grados. Para esta operación se
puede recurrir a todo género de cámaras frigoríficas existentes en el medio;
razón por la que un buen Plan de Prevención debería contemplar todos

9
    Obra citada.
recursos existentes en la ciudad, del mismo modo que mantener permanente
contacto con las instituciones que podrían proveernos de tales servicios.

De no ser posible recurrir al congelamiento, por un tiempo mínimo de 48
horas, se trasladarían los documentos embalados a ambientes secos, fríos y
bien ventilados; recordando que los hongos en papel mojado empiezan a
reproducirse antes de 72 horas.

La literatura de salvamento para contrarrestar los efectos del fuego y el agua
es vasta; se ha experimentado con buenos resultados con el uso de
higrómetros deshumedecedores, con capacidad de secado con aire frío o
caliente; no recomendada para documentos muy frágiles.

También da buenos resultados la Liofilización, que consiste en someter al
vacío los documentos previamente congelados, hasta que concluya su
secado; este procedimiento es hasta el momento el más recomendado, por
que evita la deformación excesiva de los documentos y puede ser aplicada
también en las fotografías, las bandas magnéticas y las obras impresas en
papel couché.

Las operaciones siguientes, entrarían en el área de la restauración,
efectuadas por especialistas y técnicos versados en el arte de restituir los
desgastes y las pérdidas sufridas por los documentos, debidos a los efectos
de desastres, el uso inadecuado y el paso del tiempo.

La digitalización de los documentos de alto valor histórico y la consecuente
conservación de los originales en ambientes aislados de los efectos
causados por desastres naturales o los provocados por la mano del hombre,
es el procedimiento de preservación y conservación más usado
recientemente, será objeto de un comentario especial.

Anexo 1 : Materiales y suministros para protección y primeros
auxilios

 Una medida de protección es la conformación de un stock de materiales y
suministros necesarios para protección de los documentos en caso de un
siniestro; los que se consideran como más necesarios son:

1. Cajas de cartón para traslado de los documentos. Tener presente que en
caso de inundación o incendio, los documentos mojados o humedecidos
aumentan notablemente su peso, del mismo modo que los efectos del agua y
el fuego afectan su estabilidad y fragilidad; por lo que deberían ser
trasladados en pequeñas cajas que no fueran causantes de un mayor
deterioro y deformaciones.

2. Tener un stock de hojas de papel absorbente o “bullky” para intercalar
entre las hojas humedecidas .

3. Rollos de papel plástico para proteger las estanterías en casos de
inundaciones y goteras.

4. Hojas de poliéster para soporte de los manuscritos empapados.

5. Cubos, escobas, y paños para evacuar el agua y el barro.

6. Lámparas, bombas extractoras de agua y aparatos de radio a pilas.

7. Ventiladores y deshumedecedores.
8. Embalajes isotérmicos, cuadernos para anotaciones, cartapacios, cintas
adhesivas para armar cajas, cartón fuerte para soporte de los documentos
empapados, pabilo para atarlos.

9. Lápices y estilógrafos de tinta indeleble para marcar los embalajes.

10. Cuchillas con láminas de reserva para cortar el papel           cartón y los
embalajes isotérmicos.

11. Guantes, cascos de protección, vestimentas de plástico y zapatos de
jebe.

12. Cajas de material plástico para colocar los documentos empapados,
quemados y/o los que deban ser evacuados.

13. Bandejas y recipientes de plástico para lavar y enjuagar los documentos.

14. Esponjas y brochas para limpiar los documentos.

15. Mesas de trabajo portátiles.

16. Cuerdas para suspender las hojas y los documentos mojados, con pinzas
para sostenerlos.

17. Esponjas de caucho sintético para retirar el polvo, la suciedad y el hollín.

18. Botiquín completo para primeros auxilios.

19. Carritos para transportar los documentos y las cajas.

20. Estuches con herramientas.

    21. Planchas de uso doméstico para secado de las hojas humedecidas,
        de modo que sean utilizadas nuevamente en otros documentos
        mojados.

Anexo 2 : Bibliografía sobre prevención, rescate y salvamento

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